¿Q ? UÉ ES LA CALIDAD DE VIDA

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¿QUÉ ES LA CALIDAD DE VIDA?
Y QUÉ HACER PARA MEJORARLA
La expresión “calidad de vida” forma parte, de uno u otro modo, del vocabulario que
utilizamos cotidianamente. Todos sabemos a qué nos referimos cuando hablamos de
este concepto, pero a la hora de definirlo encontramos imprecisiones y subjetividades.
Al investigar un poco se descubre que profesionales de diferentes ámbitos no se ponen
de acuerdo al respecto de qué es y qué abarca la calidad de vida, y sin embargo la idea
forma parte de un lenguaje común a varias disciplinas.
De todas maneras, hay acuerdo al tener en cuenta que esta expresión tiene dos aspectos:
uno que se refiere a las condiciones de vida del individuo y otro que evalúa la
satisfacción personal con respecto a éstas.
Considerando las demandas de nuestra cotidianeidad, hay ciertos parámetros que
podemos tener en cuenta para percibir cuán satisfechos estamos con el entorno que
hemos sabido construirnos. Con frecuencia, pequeñas modificaciones en esos factores
pueden hacer que nuestro nivel de bienestar se eleve bastante.
¿Que puedo hacer para vivir mejor?
Permita que cada uno de los siguientes puntos dispare una reflexión de algunos
instantes. Utilice este ejercicio de auto observación para crecer, predisponiéndose a
modificar aquello que sea necesario.

Alimentación: una alimentación adecuada es la que proporciona los nutrientes
necesarios para el tipo de vida que se lleva. Es saludable incluir frutas y
vegetales frescos. Un buen parámetro para evaluar si estamos comiendo en
forma saludable es observar cómo nos sentimos inmediatamente después:
¿pesados y lentos o ágiles y livianos? Si al terminar la ingesta le cuesta
continuar con sus actividades, es señal de que debe efectuar algún tipo de
cambio en su alimentación.

Hábitos de comportamiento: fumar y consumir alcohol disminuyen no sólo la
calidad de vida sino también su expectativa de duración en años. En líneas
generales, estos hábitos están relacionados con carencias emocionales. En vez de
elegirlos como paliativos, trabaje para fortalecer su plano emocional.

Hábitos emocionales: las emociones pesadas nos desgastan, consumiendo
muchísima energía que podríamos estar aprovechando para crecer. Obsérvese,
para identificar los momentos y las formas en las cuales el plano emocional se
activa en dirección al malestar. Dispóngase a modificar estas conductas,
partiendo de la idea de que cambiar es posible si se lo propone.

Movimiento, acción y autosuperación: no se estabilice en una rutina
sedentaria. Practique alguna actividad física que disfrute y le genere un cierto
desafío, durante por lo menos treinta minutos por día. Busque un entrenamiento
corporal inteligente, que otorgue fuerza y flexibilidad tanto a los músculos como
a las articulaciones. Entrene algún deporte, camine a paso vivo, trote… pero
siempre con placer y continuidad.

Constancia de propósito: si se propone algo, no se detenga hasta conseguirlo.
Alcanzar algo por lo cual trabajamos bastante refuerza la autoestima, dejándonos
preparados para el próximo desafío.

Motivación y crecimiento: todos necesitamos estar motivados para realizar
nuestros objetivos. Si siente que los factores externos no lo ayudan, es porque la
inspiración y la energía para concretar deberán nacer de usted mismo. Encuentre
su propósito interno, trabaje por una causa, propóngase evolucionar, crecer y ser
feliz.
Por último, descubra cosas que le apasione hacer… y ¡hágalas!
LA OPCIÓN DE SER FELIZ
Obstáculos y dificultades forman parte de la vida,
y la vida es el arte de superarlos.
DeRose
Se dice que la vida es un diez por ciento como nos la tomamos y un noventa por ciento
como la hacemos. Es posible que nuestra felicidad dependa de ambos factores en
proporciones similares.
Todavía hay quien supone que la posibilidad de ser feliz escapa a nuestro dominio,
creyéndola una especie de regalo divino. Son los que usan argumentos del tipo “la
felicidad acontece sólo por momentos” y que “hay que estar preparado para cuando
llegue”.
Sin embargo le propongo un enfoque diferente: ser más conciente de que cada persona
es aquello que construye. Si edificamos a nuestro alrededor cosas que nos hacen bien,
vamos sin duda a prolongar los momentos de bienestar.
A comienzos del siglo XXI la psicología finalmente empezó a investigar sobre las
personalidades con tendencia al optimismo, y la capacidad que tienen las personas para
ser felices. La línea de investigación llamada Psicología Positiva está otorgando
fundamentos científicos al hecho de que el estilo emocional de las personas optimistas
mejora la calidad de vida en todos los aspectos1.
Nuestra propuesta se ha anticipado empíricamente al armazón teórico que proporciona
la ciencia, rescatando este encadenamiento entre actitud y bienestar. Lo hace mediante
la práctica de técnicas que proporcionan alegría, autosuficiencia, fortaleza emocional y,
sobre todo, generan un excedente de energía que les permite trabajar para forjar su
felicidad.
Quizás usted piense: “pero los estudios, mi trabajo, mis obligaciones, mi pareja… (o
cualquier otra excusa) no me lo permiten. Si ese factor no estuviera en mi vida, yo sería
una persona feliz”. Reflexione por un instante: tal vez haya llegado el momento de
asumir que la felicidad es un estado interno, bastante independiente de cualquier cosa
que no sea la predisposición a disfrutar de la vida.
Conceptos y técnicas
1
Para conocer más sobre Psicología Positiva, recomiendo la lectura de La Auténtica Felicidad, de Martin
E.P. Seligman. Ediciones B. S.A. 2003
Para pasar a la acción, empecemos repasando una de las cinco pautas que forman parte
del Código de Ética del Yôgin (extraído del libro Yôga Avanzado, de DeRose). Este
concepto nos da una pista sobre cómo actuar en la vida cotidiana con respecto a la
felicidad.
Contentamiento (santôsha)

Se trata de cultivar el arte de extraer contentamiento de todas las situaciones.

El contentamiento y su antítesis, el descontentamiento, son independientes de las
circunstancias generadoras. Surgen, crecen y rodean al individuo sólo debido a
la existencia del germen de esos sentimientos en la esencia de la personalidad.

Precepto moderador: la observancia de santôsha no debe inducir al
acomodamiento de aquellos que utilizan el pretexto del contentamiento para no
perfeccionarse.
Entre las técnicas que pueden ser utilizadas para generar ese contentamiento,
encontramos un respiratorio que produce un estado de híper oxigenación eficaz para
eliminar estados depresivos y ayudar a conseguir raciocinio rápido, conectándonos con
el bienestar.
Respiratorio de soplo rápido (bhastriká)

Inspirar y exhalar por las dos fosas nasales, produciendo un ruido similar al de
un fuelle.

El ritmo ideal es el de inspirar y exhalar en sólo un segundo (un segundo para
los dos movimientos).

Los iniciantes lo ejecutarán más lentamente para no perder el ritmo, utilizando la
parte baja de los pulmones (respiración abdominal).
Como conclusión, lo invito a revisar su disposición frente a las circunstancias de la
vida, y evaluar si puede desarrollar una actitud más positiva. Tal vez esa sea una de las
maneras de ser más feliz.
ELEGIR ESTAR BIEN
¿Se puede elegir estar bien? Sin duda, siempre que dimensionemos adecuadamente los
sucesos que nos involucran y seamos más concientes de la posibilidad de revertir
nuestros estados de ánimo.
Hay una buena parte de lo que nos pasa que podemos controlar, pero siempre hay otra
fracción de los hechos que escapa a nuestra voluntad.
Si nuestra capacidad de estar bien se ve superada, es habitual que le echemos la culpa a
un agente externo a nosotros mismos: otra persona, o una situación determinada. Son
raras las veces en que asumimos la responsabilidad plena sobre nuestras emociones y
sus efectos en quienes nos rodean.
Y sin embargo, la clave para superar los momentos menos felices puede estar allí
mismo, en comprender que estar bien es un estado independiente de las causas externas.
Es nuestra reacción a los sucesos lo que determina cómo nos sentimos. Y, como
cualquier capacidad inherente al ser humano, ésta puede entrenarse en una u otra
dirección.
Las personas gruñonas, malhumoradas o sistemáticamente tristes, han desarrollado esos
hábitos emocionales. Y si un hábito físico (como, por ejemplo, la alimentación) es muy
difícil de modificar, imaginemos cuán complicado puede ser revertir un
condicionamiento de este tipo.
El primer paso para el elegir estar bien es muy simple. Se trata de colocar esa intención
entre nuestros propósitos.
Una buena cuota de autoobservación y autoconocimiento serán indispensables. Elegir
estar buen es, sin duda, una posibilidad. También podemos elegir cualquier otra cosa.
Lo importante es ser concientes de que la opción es nuestra.
Sentirnos felices, sonreír, tener hábitos saludables, cultivar la amistad y la honestidad…
son cosas simples pero poderosas, que modifican favorablemente no sólo nuestra propia
experiencia sino también la vida de quienes nos rodean. Alcanza con desearlo y trabajar
en esa dirección.
Natalia Sanmartín Gil
Instructora del Método DeRose
www.metododerose.com.ar
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