MES DE ABRIL, 2014 FUEGO DE DIOS 1) Dios

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MES DE ABRIL, 2014
FUEGO DE DIOS
1)
Dios Fuerte y Poderoso. Tú, oh Jehová eres nuestro padre; nuestro Redentor, perpetuo es tu
nombre. ¡Oh, si rompieses los cielos, y descendieras, y a tu presencia se escurriesen los
montes, como fuego abrasador de fundiciones, fuego que hace hervir las aguas, para que
hicieras notorio tu nombre a tus enemigos, y las naciones temblasen a tu presencia!
¡Quien no te temerá y glorificará tu nombre porque Tú eres excelso sobre todos. Sí, a tu
Presencia los montes y los collados tiemblan y los enemigos espirituales huyen. (Isaías 63:
16; Isaías 64:1-2)
2)
Tú, bendito Señor, ibas delante de ellos (del pueblo de Israel) de día en una columna de
nube para guiarlos por el camino, y de noche en una columna de fuego para alumbrarles, a
fin de que anduviesen de día y de noche. Dios bendito, has enviado al Espíritu Santo, para
que en el presente, nos guíe de día y de noche. El siempre está con nosotros y El nos guía a
toda verdad porque no habla por su propia cuenta, sino que habla todo lo que oye de Dios, y
nos hace saber las cosas que habrán de venir. (Éxodo 13:21; Juan 16:13)
3)
¡Lámpara es a mis pies tu Palabra y lumbrera a mi camino! Porque la nube de Jehová
estaba de día sobre el tabernáculo, y el fuego estaba de noche sobre él, a vista de toda la
casa de Israel, en todas sus jornadas. Me tomaste de la mano derecha. Me has guiado
según tu consejo, me haces entender y me enseñas el camino en que debo andar. Gracias
porque sobre mí has fijado tus ojos y Tú eres esa voz a mis espaldas que me dice: Este es el
camino, andad por él; y no echéis a la mano derecha, ni tampoco torzáis a la mano
izquierda. (Éxodo 40:38; Salmo 73:23-24; Isaías 30:21)
4)
Si tu pueblo saliere a la guerra contra sus enemigos espirituales, por el camino que Tú les
enviares, y oraren a ti, Tú oirás desde los cielos su oración y su ruego, y ampararás su
causa. Ahora, pues, oh Dios mío, te ruego que estén abiertos tus ojos y atentos tus oídos a
la oración en este lugar. Sea grato a ti nuestro clamor por la paz de la nación, nuestra
oración por tu misericordia para todos los guatemaltecos, que fuego salga delante de Ti y
consuma nuestro holocausto sobre el altar, para que viendo tu poder todo el pueblo, alabe y
se postre sobre sus rostros delante de Ti. (2 Crónicas 6:34; Levítico 9:24)
5)
Porque este Dios es Dios nuestro eternamente y para siempre; El nos guiará aun más allá de
la muerte. Te reconocemos en todos nuestros caminos y Tú enderezas nuestras veredas.
Nos haces caminar por sendas de justicia por amor a tu nombre. Así has guiado a tu pueblo
desde siempre, así era continuamente: La nube lo cubría de día, y de noche la apariencia de
fuego. Delante de nosotros cambias las tinieblas en luz, y lo escabroso en llanura. Estas
cosas haces por nosotros, y no nos desamparas. (Salmo 48:14; Números 9:16; Isaías 42:16)
6)
¡Solamente Jehová es Dios! Ese es el significado del nombre Elías; el profeta que desafió
a los profetas de Baal cuando les dijo: Invocad luego vosotros el nombre de vuestros dioses,
y yo invocaré el nombre de Jehová; y el Dios que respondiere por medio de fuego, ése sea
Dios. Y todo el pueblo respondió: Bien dicho. ¡Entonces cayó fuego de Jehová, y
consumió el holocausto, la leña, las piedras y el polvo, y aun lamió el agua que estaba en la
zanja! Así es nuestro Dios, fuego consumidor de todo lo que no proviene de El. ¡Que el
fuego de su presencia y el poder del Altísimo nos cubran con su sombra! Amén. (1 Reyes
18:24 y 38; Lucas 1:35)
7)
Cantad a Dios, cantad salmos a su nombre; exaltad al que cabalga sobre los cielos. Jehová
es su nombre; alegraos delante de El. Alzaos vosotras, puertas eternas, y entrará el Rey de
Gloria. ¿Quién es este Rey de gloria? Jehová el fuerte y valiente, Jehová el poderoso en
batalla. El va delante de nosotros. Señor, abre nuestros ojos espirituales para que podamos
ver, como Eliseo, que el monte está lleno de gente de a caballo y de carros de fuego a
nuestro alrededor, carros de fuego delante de nosotros. ¡Aleluya! (Salmo 68:4-6; 2 Reyes
6:17)
8)
Rebosa mi corazón palabra buena, dirijo al rey mi canto, mi boca se llena de alabanza:
Señor Jesús, eres el más hermoso de los hijos de los hombres, la gracia se derramo en tus
labios; por tanto Dios te ha bendecido para siempre. Ciñe tu espada sobre el muslo, oh
valiente con tu gloria y tu majestad. Cabalgas sobre palabra de verdad, de humildad y de
justicia. Cuando declaramos tu gloria, desciende fuego de los cielos, y consume nuestro
holocausto, suba delante de ti nuestra adoración, como ofrenda de la tarde y la gloria de
Jehová llene la casa. (Salmo 45:1-4; 2 Crónicas 7:1)
9)
¡Bendito el rey que viene en el nombre del Señor; paz en el cielo, y gloria en las alturas!
Bendito sea el Señor que cada día nos colma de bendiciones, que abreva nuestra alma en las
corrientes de su Palabra. Cada día te muestras a nosotros con nuevas misericordias, abres
tu mano y nos sacias. Nunca se aparta de nosotros tu Presencia porque en El vivimos, y
nos movemos, y somos. Tal y como en el tiempo que relata el Libro de Éxodo: Nunca se
apartó de delante del pueblo la columna de nube de día, ni de noche la columna de fuego.
Ciertamente, ¡Tu presencia va con nosotros y nos da descanso! (Lucas 19:38; Hechos
17:28)
10)
Aviva tu obra en medio de los tiempos, en medio de los tiempos hazla conocer. Apresura
tu Palabra y derrama de tu Espíritu sobre toda carne, para que nuestros hijos y nuestras
hijas profeticen, para que nuestros jóvenes vean visiones y nuestros ancianos sueñen
sueños. Sobre tus siervos y tus siervas derrama de tu Espíritu y profetizarán. Señor, haz
prodigios arriba en el cielo, y señales abajo en la tierra, sangre y fuego y vapor de humo
antes del día del Señor. Gracias por tu promesa que dice que en ese tiempo, todo aquel que
invocare el nombre del Señor, será salvo. Esperamos el cumplimiento de tu buena
voluntad. Amén. (Hechos 2:17-21)
11)
Tú eres el Alfa y la Omega, el principio y el fin, el primero y el último. Todo fue
constituido por ti y para ti, todo lo creaste de lo que no se veía. ¡Eres incomparable, oh
Dios! Estoy maravillado y mi alma lo sabe muy bien. Te apareciste a Moisés en una llama
de fuego en medio de una zarza y la zarza ardía en fuego, y la zarza no se consumía y esto
fue por señal que habías visto la aflicción de tu pueblo y habías oído su clamor y sus
angustias. Sé propicio Señor, a Guatemala, y manifiéstate en medio de nosotros con tu
poder y con tu gloria, con tu fuego que nos refine y santifique. Y que, como la zarza, no
seamos consumidos. (Éxodo 3:2; Hebreos 11:3; Apocalipsis 22:13)
12)
De mañana te buscamos y rogamos a ti, Dios Todopoderoso, presentándonos como un
sacrificio vivo y agradable. El fuego encendido sobre el altar no se apagará y sobre él se
quemarán los sacrificios de paz, dice tu Palabra. Hoy presentamos sacrificio de alabanza y
adoración a ti. Hoy presentamos sacrificios de gratitud. Hoy presentamos sacrificios de
obediencia. Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención a tu
Palabra, es mejor que la grosura de los carneros. Por eso, Dios nuestro, hoy decidimos
caminar en obediencia a tus estatutos y mandamientos como nuestro mejor sacrificio. (Job
8:5; Levítico 6:12; 1 de Samuel 15:23)
13)
Sólo El es mi roca y mi salvación. Es mi refugio, no resbalaré. En Dios está mi salvación
y mi gloria; en Dios está mi roca fuerte y mi refugio. En Dios haremos proezas, y él hollará
a nuestros enemigos espirituales, porque de él es nuestra esperanza. El nos ha mostrado su
gloria y su grandeza, y hemos oído su voz de en medio del fuego, y hoy oímos la voz del
Espíritu Santo que nos guía a toda verdad, que nos recuerda los dichos de Jesús y que
convence al mundo de pecado, de justicia y de juicio. ¡¡El está con nosotros!! (Salmo 62:67; Deuteronomio 5:24; Juan 16:8)
14)
Al que es la Gloria de Israel, a la Estrella de la mañana, al Lirio de los Valles, al León de la
Tribu de Juda, al Fuego Consumidor, al Jabón de Lavadores, al Abogado, al Defensor de
Viudas y Huérfanos, al Mesías y Luz del Mundo, a El, a Jesús sea la gloria, el imperio y el
poder por los siglos de los siglos. A aquel que nos dice: Cuando pases por las aguas (de
tribulación), yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego,
(de la prueba de tu fe) no te quemarás, ni la llama arderá en ti porque yo Jehová, Dios tuyo,
el Santo de Israel, soy tu Salvador. (Isaías 43:2-3)
15)
Bendito sea el Señor que hizo los cielos y la tierra. Señor, como a Moisés, Tú has
comenzado a mostrar a tu siervo tu grandeza, y tu mano poderosa; porque ¿qué dios hay en
el cielo ni en la tierra que haga obras y proezas como las tuyas? No lo hay, no conozco
ninguno. Tú eres fuego consumidor, Dios celoso. Ayúdanos a guardar el pacto que Jehová
que estableció con nosotros, a no hacernos ídolos ni ninguna imagen e inclinarnos a ellas,
pues ninguna figura fue vista el día que Jehová habló de en medio del fuego. Que
pongamos nuestros ojos únicamente en Jesús, el autor y consumador de la fe. Bendito sea
tu Nombre Dios Poderoso. (Deuteronomio 3:24, 4:15,4:23; Hebreos 12:29)
16)
Señor, te amamos y te bendecimos. ¡Sólo tú eres digno de ser en gran manera exaltado!
Tú eres El Príncipe de Paz, El Hijo de Dios, La Luz del mundo, El Rey de Reyes, El
Cordero, El León de la Tribu de Juda. Señor, El Espíritu Santo es como el viento que sopla
de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va. Así es tu
presencia Dios Poderoso, tal y como te mostraste al profeta Elías, que tras el fuego vino
un silbo apacible y delicado que trajo paz al corazón del profeta. Trae esa certidumbre de
tu presencia a nuestro corazón. Amén. (Juan 3:8; 1 de Reyes 19:12)
17)
Te pedimos que tu unción y tu presencia se muevan como un viento quieto y apacible en
toda la extensión territorial guatemalteca. Qué tu Espíritu Santo se derrame sobre esta
nación desde el norte hasta el sur, y desde el oriente hasta el occidente, y que todo
guatemalteco que no te conoce se vuelva a ti de todo corazón. Clamamos por los que te
conocemos, que el fuego del avivamiento llene nuestros corazones para que nos volvamos
de nuestros malos caminos, y nos entreguemos y consagremos a ti total y completamente.
Amén. (1 de Reyes 19:12; Hechos 2:16-18)
18)
Porque he aquí que Jehová vendrá con fuego, y sus carros como torbellino para hacer huir a
los enemigos espirituales de Guatemala. Declaramos que los planes del enemigo de
mantener este territorio subyugado, derrotado y en tinieblas no prevalecen. Oramos
confusión sobre los planes de maldad y declaramos que se visten de vergüenza y confusión
los que se alegran del mal de Guatemala. Sean ellos dispersos y confundidos, que no
encuentren su camino; y Tú, Señor, muestra tu gloria y tu grandeza porque hemos oído tu
voz de en medio del fuego y la hemos obedecido. (Salmo 35:26; Deuteronomio 5:24)
19)
Tú eres nuestro refugio, Tú eres nuestro escondedero. Estamos en el hueco de tu mano y
bajo el abrigo del Altísimo. Tú traes resplandor de fuego que eche llamas; porque sobre
toda gloria habrá un dosel, y habrá un abrigo para sombra contra el calor del día, para
refugio y escondedero contra el turbión y contra el aguacero. Declaramos que el Nombre
del Señor Jesucristo es para hermosura y gloria, y el fruto de la tierra de Guatemala para
grandeza y honra. Proclamamos que viene la lluvia temprana y la lluvia tardía sobre
nuestra heredad y no se pierde ninguna cosecha para el sustento de todos. (Isaías 4:2, 5-6)
20)
Creador del cielo y de la tierra, envía a tus ángeles alrededor de toda esta nación para
guardarla y protegerla. Oramos que cada uno de los departamentos de Guatemala es
guardado por el Santo Espíritu de Dios. Se voltearán y dirán los habitantes de esta tierra,
que tú, oh Jehová, estás en medio de ella y que, como en el tiempo antiguo, la nube de tu
presencia está sobre nosotros, y que de día vas delante en columna de nube, y de noche en
columna de fuego. Que no nos dejas ni nos desamparas porque te has empeñado en hacer
de esta nación un faro de luz a las naciones de la tierra. Amén. (1 Samuel 12:24; Números
14:14)
21)
¡Gloria al Nombre que es sobre todo nombre, el Nombre de Jesucristo, el Único camino al
Padre! Sólo Tú, Jesús, eres la Verdad y la Vida. Señor, venimos delante de ti, unánimes,
como uno solo, para levantar sobre toda nuestra amada Guatemala una cobertura espiritual
de oración. Oramos que, como en los tiempos del profeta Zacarías, derrames sobre toda
esta tierra, espíritu de gracia y de oración para que el Cuerpo de Cristo se levante del
adormecimiento y en el poder del Espíritu Santo, como tus ministros como flamas de fuego
que son, ocupen el lugar de autoridad que Cristo compró para cada uno de ellos. (Zacarías
12:10; Salmo 104:4)
22)
Venid, adoremos y postrémonos; arrodillémonos delante de Jehová, nuestro Hacedor
porque El es nuestro Dios; nosotros el pueblo de su prado, y ovejas de su mano.
La
apariencia de la gloria de Jehová era como un fuego abrasador en la cumbre del monte.
Que tu gloria llene la tierra, que la tierra de Guatemala sea llena del conocimiento de
Jehová. Que la apariencia de tu gloria como fuego, nos santifique y que podamos decir:
Pasamos por el fuego y por el agua y nos sacaste a abundancia. Nos llevaste a lugares
espaciosos y a recreos de reposo por amor a tu Nombre. (Salmo 95:6; Salmo 31:8)
23)
Entraremos al altar de Dios, al Dios de nuestra alegría y de nuestro gozo y te alabaremos
con arpa, oh Dios, Dios nuestro. Tú eres nuestro rey y por medio de ti sacudiremos a
nuestros enemigos espirituales. En ti haremos proezas y los habitantes de la tierra oirán que
Tú estás con nosotros, con los guatemaltecos, y que así como en el tiempo antiguo cuando
cara a cara aparecías Tú, oh Jehová, y que tu nube estaba sobre ellos, y que de día ibas
delante de ellos en columna de nube, y de noche en columna de fuego; así el día de hoy, tu
Presencia está con nosotros. No nos dejas ni nos desamparas. Gracias, Señor.
(Salmo 43:4; Números 14:14)
24)
Tu trono, oh Dios, es eterno y para siempre; cetro de justicia es el cetro de tu reino. Has
amado la justicia y aborrecido la maldad; por tanto, te ungió Dios, el Dios tuyo, con óleo de
alegría más que a tu compañeros. ¡Mirra, áloe y casia exhalan todos tus vestidos Señor
Jesús! Porque el gozo de tu presencia y tu aroma es nuestra fuerza. Porque Tu Presencia es
fuego, y fuego consumidor. Dios celoso, Dios El Caná que no desea que nada se
interponga o quiera obstaculizar nuestra relación con El. ¡Aquel que nos desea celosamente
y nosotros a El! ( Salmo 45-7-8; Deuteronomio 4:24)
25)
Gracias Dios Altísimo por los pensamientos que tienes acerca de nosotros los
guatemaltecos. Gracias por tus pensamientos de paz, y no de mal, para darnos el fin que Tú
esperas, de acuerdo a tu voluntad para esta nación; porque te invocamos, te buscamos y te
hallamos porque lo hacemos de todo nuestro corazón. Solamente a ti venimos, Tú tienes
Palabras de vida, palabras de aliento, palabras de exhortación que nos hacen ver tu
presencia como un fuego abrasador que cambia los pensamientos del enemigo; trayendo en
su lugar, tiempos de refrigerio y paz.
(Jeremías 29:11; Éxodo 24:17)
26)
Levántate Señor, y sean dispersados tus enemigos, nuestros enemigos espirituales, y huyan
delante de Ti, todos aquellos que aborrecen Tu Presencia. Sean confundidos y vueltos
atrás la corrupción, el robo, la mentira, la muerte y todos aquellos espíritus que intentan
nuestro mal. Envía tus ángeles a ejecutar tu Palabra, la Palabra hablada por tu pueblo, por
tus hijos, aquellos en los cuales has puesto autoridad para hollar serpientes, escorpiones y
toda fuerza del enemigo, sabiendo que nada nos dañará. ¡Que los carros de fuego del
Ejército de Jehová-Sabaoth irrumpan en nuestro cielo para que ante su presencia, los
enemigos huyan y no vuelvan más! (Números 10:35; Isaías 66:15)
27)
Dios Todopoderoso, venimos hoy y clamamos ante Ti por el crecimiento espiritual y
numérico del ejército de hombres y mujeres, que Tú estás levantando en toda la nación para
clamar e interceder por Guatemala. Uno planta, otro riega y Tú eres el que da el
crecimiento. Ellos son ministros tuyos, flamas de fuego, listos para “Prender Fuego de
Avivamiento” sobre esta tierra. Creemos y confesamos que este ejército es tu buena,
perfecta y agradable voluntad, porque imitando a Cristo, realizamos aquello mismo que Él
incansablemente hace por nosotros –interceder. Transforma a tu ejército en creyentes
sensibles, humildes y aguerridos. Te lo pedimos en el Nombre de Jesús. (Salmo 104:4;
Romanos 12:2)
28)
¡Gloria al Nombre que es sobre todo nombre, el Nombre de Jesucristo, el Único camino al
Padre! Solo Tú, Jesús, eres la Verdad y la Vida. Rendidos ante ti, pedimos que eches a
andar tus estrategias, tus planes de salvación, tu plan original para los hombres y mujeres.
¡Trae salvación a esta tierra! Que el clamor de tu pueblo dé fruto abundante para la gloria y
honra de tu Nombre. Manifiéstate en medio de los intercesores y trae libertad a Guatemala.
Mientras tu ejército clama y profetiza, bautizado en Espíritu Santo y fuego Señor, oramos
que los corones con gracia, salud, paz y vida en abundancia. (Juan 14:6; Lucas 3:16)
29)
Bendito sea el Señor que cada día nos colma de bendiciones, abre su mano y nos sacia.
Oramos pidiéndote que envíes a tus ángeles a que acampen alrededor de aquellos que
formamos parte del cuerpo de Cristo en Guatemala; oramos que la preciosa Sangre de Jesús
es señal sobre la vida de cada uno de nosotros y el maligno no nos toca. Espíritu Santo,
dale esfuerzo al cansado y multiplica las fuerzas del que no tiene ninguna para que nadie se
pierda el privilegio de ser parte del mover de Dios que Tú traes a esta tierra. ¡Aviva tu obra
en medio de los tiempos, llénanos de tu fuego y tu poder. ¡Aleluya! (Isaías 40:29; Habacuc
3:2)
30)
Señor, venimos delante de ti, unánimes, como uno solo, para levantar sobre toda nuestra
amada Guatemala una cobertura espiritual de oración. Avivamos el fuego del don de Dios
que está en cada uno de nosotros y oramos para que el cuerpo de Cristo se levante en el
poder del Espíritu Santo y verdaderamente ocupe el lugar de autoridad que Cristo compró
para cada uno. Creemos que los intercesores aumentan en número día a día y los que lo
conformamos estamos comprometidos contigo para clamar hasta ver el resultado de
nuestras oraciones. ¡Sin flaquear ni temer, corremos la carrera y peleamos la batalla,
puestos los ojos en Jesús! Amén. (2 Timoteo 1:6; Hebreos 12:2)
JESUS ES SEÑOR DE GUATEMALA
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