La transición política y la España democrática (1975-1996)

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La transición polÃ−tica y la España democrática (1975-1996)
Introducción
La muerte del general Franco (1975) dejó paso a un fenómeno llamado “transición”, es decir, el
desmantelamiento de la dictadura, sustitido por un régimen democrático plasmado en la Constitución de
1978.
Los principales personajes que pactaron este proceso fueron Adolfo Suárez y la oposición democrática,
acercándonos progresivamente al modelo de la sociedad europea occidental.
Desde 1979 hasta ahora han habido tres etapas polÃ−ticas distintas: la primera de gobierno de UCD, hasta
que en 1982 ganaron las elecciones el PSOE; la segunda, el gobierno de éste hasta el triunfo en 1996 del
Partido Popular, la tercera etapa.
Estos fueron unos años de crecimiento económico y cambios sociales y culturales sin precedentes. Aún
asÃ−, España dista del nivel de vida y desarrollo de algunos paÃ−ses de la Unión Europea.
1. La transición polÃ−tica (1975-1978)
• . El papel del antifranquismo en la transición
El 22 de noviembre de 1975 se designa a Juan Carlos I como jefe del Estado, con el tÃ−tulo de rey. Arias
Navarro, el nuevo presidente del gobierno, formó el nuevo gabinete con Fraga Ibarne y José MarÃ−a de
Areilza. Sin embargo, su incapacidad para llevar a cabo reformas democráticas llevó a que la oposición
democrática se movilizara, definiendo una alternativa unitaria antifranquista.
El primer organismo con implantación fue la Junta Democrática (1974), cuyo núcleo dirigente era el
Partido Comunista de España. Otro organismo, alrededor del PSOE, fue la Plataforma de Convergencia
Democrática. La unión de éstas formó la Coordinación Democrática, cuya propuesta era un
procedimiento constituyente que pusiera las bases de un sistema polÃ−tico democrático.
• Movilizaciones populares
Las movilizaciones populares desarrollaron un papel importante en las decisiones gubernamentales,
erosionando el gobierno de Arias Navarro. Tuvieron una doble vertiente: la laboral y polÃ−tica; y las
libertades, amnistÃ−a y autonomÃ−a de las nacionalidades históricas.
Una de las reivindicaciones más importantes fue la de una amnistÃ−a para los presos polÃ−ticos del
franquismo, impulsada por Coordinación Democrática. En verano de 1976 una reforma del Código Penal
permitió una primera amnistÃ−a, pero sus efectos fueron limitados y tardÃ−os.
Los conflictos laborales se derivaron en huelgas en Cataluña y PaÃ−s Vasco, siendo especialmente graves
los sucesos de la huelga general de Vitoria, con cinco muertos y decenas de heridos.
• La reforma polÃ−tica
Ante esta situación, los inmovilistas (herederos del franquismo) presentaban la represión policioal y la
acción de bandas o grupos paramilitares como respuesta. Los reformistas (otro sector del franquismo),
alertados, desplazaron a los primeros del gobierno. El proyecto reformista debÃ−a ser desde la legalidad, un
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cambio de las leyes vigentes, sin ruptura.
EL 30 de junio de 1976 Arias Navarro se ve obligado a dimitir, sustituido por Adolfo Suárez. à ste
formalizó contactos con la oposición democrática , adoptó decisiones significativas y propuso la Ley de
Reforma PolÃ−tica (LRP), un texto corto que proclamaba la democracia, preveÃ−a la transformación de las
Cortes en un Congreso de los Diputados y un Senado elegido por sufragio universal, y anunciaba unas
elecciones democráticas con la participación de partidos polÃ−ticos.
El trámite consiguió aislar al búnker (núcleo duro franquista). El hecho de no exigir responsabilidades a
los implicados en la dictadura y mantener en la ilegalidad el comunismo ayudaron a su aprobación.
Aún asÃ−, la presencia franquista no satisfacÃ−a a la oposición, que realizó una campaña de
abstención. à sta no tuvo mucho éxito, lo que les llevó a renunciar a algunos contenidos.
• Las elecciones democráticas
La progresiva legalización de las libertades provocaron la violencia ultra, que junto con la violencia
terrorista, aumentaron la tensión. El gran problema era pues el Partido Comunista, legalizado el 9-abril-1977.
Para presentarse a las elecciones de junio, Suárez Constituyó la Unión de Centro Democrático (UCD),
que reunÃ−a a democristianos, liberales y socialdemócratas. La derecha franquista fundó Alianza Popular
(AP), con Fraga Ibarne y López Rodó. El PSOE se definió como socialista democrático marxista, y el
PCE se mantuvo como bastÃ−n de izquierdas antifranquista.
Las elecciones dieron victoria a UCD, teniendo al PSOE como segunda fuerza polÃ−tica.
• La Constitución de 1978
La necesidad de un proceso constituyente llevó a elaborar un texto de consenso entre las fuerzas
parlamentarias y se formó una potencia constitucional de siete miebros: tres del UCD y uno del PSOE,
PCE-PSUC, AP y MinorÃ−a Catalana.
El resultado declaraba un “Estado social y democrático de derecho”, con una monarquÃ−a parlamentaria,
donde la Corona tenÃ−a funciones representativas. El carácter era no-confesional, y contenÃ−a
declaraciones de derechos sociales y económicos y libertades muy completas.
ReconocÃ−a como lenguas oficiales el castellano y las demás lenguas españolas, y consagraba el derecho
a la autonomÃ−a. Era, pues, una Constitución progresista. Fue presentada en referéndum el dÃ−a 6 de
diciembre de 1978 y posteriormente promulgada. Poco despúes se convocaron nuevas elecciones en 1979.
• La construcción de un estado de las AutonomÃ−as
La construcción de un estado no centralista fue uno de los hechos más importantes de la transición,
iniciada desde las elecciones de 1977.
2.1. Las autonomÃ−as históricas
El camino hacia las autonomÃ−as tuvo dos etapas: la primera de preautonomÃ−as (concesión de
autonomÃ−as provisional a regiones cuyos representantes parlamentarios la solicitaran), y la segunda,
a partir de que la Constitución las regulara definitivamente.
AsÃ−, las regiones fueron negociando gracias a las asambleas de parlamentarios. Se fijó la nueva
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territorialización del estado, teniendo como máximo responsable al ministro para las Regiones
Manuel Calvo Arévalo.
La primera preautonomÃ−a fue la catalana. Intervino el republicano Josep Tarradellas, que el 29 de
septiembre de 1977 serÃ−a presidente de la Generalitat de Cataluña. El caso vasco, por su parte,
tenÃ−a otros problemas tales como la organización terrorista ETA y la cuestión de Navarra, cuya
inclusión en la Comunidad Autónoma suscitaba el rechazo. La preautonomÃ−a se materializó en un
Consejo General Vasco, mientras Navarra siguió en paralelo su camino.
El tercer caso fue el gallego, creando una Xunta de Galicia provisional (marzo 1978).
• Los Estatudos de Autonomóa
La Constitución establecÃ−a la posibilidad de que todas las regiones se conviertieran en Comunidades
Autónomas. En ellas habÃ−an de conformarse órganos legislativos elegidos por sufragio universal y
órganos ejecutivos. Se establecÃ−an dos grados de autonomÃ−a, según competencias.
Con el artÃ−culo 151 accedÃ−an las nacionalidades históricas e incluso otras con ciertas condiciones,
como AndalucÃ−a (28-febrero-1980). El resto se regirÃ−a por el artÃ−culo 143, con la excepción de
Navarra, que partirÃ−a de su peculiar sistema foral.
Se aprobaron los Estatutos de AutonomÃ−a, que contenÃ−an las competencias que asumÃ−an las
Comunidades, asÃ− como sus instituciones. El resultado fue el fin del Estado Centralista.
• Crisis económica y pacto social
La transición tuvo lugar mientras se iniciaba una crisis económica mundial en la que se cuadruplicó
el precio del peotróleo, producto fundamental para los paÃ−ses desarrollados.
• La crisis económica
Durará más de una década. En España, esto se sumó a partir de 1975 a la incertidumbre
polÃ−tica y los errores de las autoridades económicas. Las exportaciones se reducÃ−an, y a pesar de la
depreciación de la peseta (que favoreció el mantenimiento de las exportaciones), la crisis se dejó
dentir de manera muy aguda.
El sector más afectado fue el de la industria, porque los elevados costes de la energÃ−a (el petróleo)
subieron los precios,además del peso de la industria de actividades de poco contenido tecnológico,
como la siderurgia o la construcción naval. El paro aumentó hasta en un 10%, sobre todo en zonas
con una industria en recesión.
Los errores en la lucha contra la crisis fueron sobte todo por la prioridad dada a las cuestiones
polÃ−ticas, agravado además por la compra por parte del gobierno de empresas en crisis, que llevó a
un elevado gasto público.
• Los Pactos de la Moncloa y la reforma fiscal
Los Pactos de la Moncloa supusieron el primer gran conjunto de medidas para afrontar la crisis,
teniendo como objetivos reducir la inflación y reformas para repartir los costes de la crisis.
Para reducir la inflación se procedió a la depreciación de la peseta y control de gasto público, la
racionalización de la energÃ−a y una reforma fiscal y un nuevo marco de relaciones laborales, asÃ−
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como aumentar los salarios.
Los Pactos sentaron las bases de una reforma tributaria y de la Seguridad Social : los primeros pasos
para el Estado del bienestar.
4. Los gobiernos y el declive de la UCD (1979-82)
4.1. Los gobiernos de Adolfo Suárez
En 1079 triunfa la UCD en las elecciones genales. La crisis se afrontó con una polÃ−tica de consenso
que que comportó el Estatuto de los Trabajadores y el Acuerdo Nacional.
Las dificultades de laUCD se iniciaron en su relativo fracaso en las elecciones de abril de 1979, más
adelante evidenciado por el proceso autonómico y las divisiones internas (discrepancias en las
reformas y diferencias ideológicas), mientras la oposición se consolidaba.
El estanque de las reformas y, además el terrorismo en auge añadieron tensión y violencia a la vida
polÃ−tica, y dificultades para la construcción de la democracia.
4.2. El 23 de febrero y sus consecuencias
La legalización del Parido Comunista y la reforma del Ejército principalmente provocaron el golpe
de Estado del 23 de febrero de 1981.
La trama, protagonizada por Antonio Tejero, respondÃ−a al deseo de la destrucción de la democracia
en el momento en que Suárez dimitÃ−a, aprovechando la circunstancia. El fracaso de ello fue patente
tras el discurso del Rey por televisión, y representó la desaparición de la amenaza militar
El gobierno de Calvo Sotelo, por su parte, entró en agonÃ−a hasta la convocación de elecciones
generales. Las movilizaciones de derecha colaboraron a la desintegración de la UCD: Suárez la
abandoó, formando un nuevo partido; el Centro Democrático y Social, en julio de 1982.
• La etapa socialista (1982-1996)
5.1. Las elecciones de 1982 y el cambio
Las elecciones de 1982 dieron el triunfo al PSOE, hundió la UCD y consolidaron los grandes partidos
nacionalistas (PNV y CIU).
El éxito del PSOE se explica por su capacidad de cambio, la evolución hacia un moderantismo
socialdemócrata y un nÃ−cleo dirigente cohesionado con Felipe González. Se dirigió desde la
burguesÃ−a liberal hasta la base obrera. Además los partidos que podÃ−an competir con él (UCD y
PCE) estaban en crisis.
El cambio se presentó como una liquidación total del franquismo, además de un amplio programa
de reformas que tenÃ−an como prioridad la lucha contra la crisis a través de la reconversión
industrial, la racionalización de las administraciones públicas y el avance hacia el Estado del
bienestar.
La propuesta de los socialistas era ambiciosa, pues tenÃ−a que hacer frente a las limitaciones del propio
partido, el declive de la socialdemocracia europea y el aislamiento de del PSOE frente a la ofensiva
conservadora de Gran Bretaña y EE UU.
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5.2. Reformas y apertura al exterior
El PSOE, huyendo de la confrontación con los sectores más conservadores, optó por pactar con
ellos, lo que supuso ciertas renuncias sobre algunos objetivos.
En la economÃ−a una polÃ−tica de ajuste y reconversión animó la inversión privada y
reestructuró el aparato productivo, redujo la inflación... dando paso al desarrollo del Estado del
Bienestar. En el campo educativo, se permitó la creación de universidades privadas, y con la LODE y
la LOGSE se cambiaron el sistema de estudioa y prolongaba la escolarización abligatoria hasta los 16
años.
El resto de reformas que más destacaron fueron la reforma del ejército y la despenalización del
aborto, además de la integración en la OTAN. Cabe destacar también la plena integración de
España en la Comunidad Económica Europea en 1986.
5.3. La fractura social
La polÃ−tica económica consiguió una lenta rcuperación de la crsisis sobre todo desde 1986. Los
sindicaton reivindicaban la revisión de la polÃ−tica social constatando el bajo salario de los
trabajadores y el insuficiente gasto cosial. La intransigencia ante estas peticiones provocaron la huelga
general de diciembre de 1988, cristalizando la fractura social.
En 1989 el PSOE volvió a ganar las elecciones con una sensible pérdida de votos, pactando pues con
sindicatos y reorientando la poÃ−tica social, provocando el descontento de la élite social. Mientras, la
oposición conservadora se iba fortaleciendo. Alianza Popular de transformó en Partido Popular con
un nuevo lÃ−der, Jose MarÃ−a Aznar.
5.4. El declive socialista
Varios factores colaboraron en su declive: el escándalo de la polÃ−tica antiterrorista, tolerante con las
actividades de los GAL (grupos de pistoleros relacionados con la policÃ−a) y los escándalos de
corrupción económica. Ello fue aprovechado por la oposición de derechas para desgastar el partido
polÃ−tco.
Por último, la desaceleración del crecimiento económico favoreció un giro de las clases medias
hacia la oposición. Además, la cohesión del PSOE empezaba a desgastarse.
En las elecciones de 1993, el PSOE se vio obligado a pactar con CUI y PNV, lo que supuso un giro hacia
la derecha, aunque también un cambio en su polÃ−tica autonomista. Como consecuencia, en las
elecciones legislativas de 1996 se produjo la vistoria del PP.
• Evolución económica y social (1977-1966)
6.1. La crisis económica de finales de los años setenta
En diciembre de 1978 una segunda crisis del petróleo agravó la ya difÃ−cil situación, con un
gobierno incapaz de superar las dificultades.
El deterioro de la UCD tuvo una influencia negativa en la atención a los problemas económicos. En
1979 se aprobó un Plan Energético Nacional para reducir el consumo de energÃ−a, pero en 1978 se
inició una crisis bancaria desaparecieron más de la mitad de las 110 entidades privadas, y sus
pérdidas fueron canceladas por el banco de España. La reconversión y el saneamiento de la banca
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supusieron un elevadÃ−simo costo para las arcas del Estado.
A partir de 1983 se paralizarÃ−a la incorporación de empresas privadas en crisis al sector público y
se racionalizarÃ−an y sanearÃ−an los sectores en recesión mediante la reconversión industrial,
costoso proceso de renovación tecnológica y saneamiento financiero.
6.2. Del crecimiento económico a la crisis (1985-1996)
En 1985 Europa empezó a recuperarse. El PSOE, por su parte, inició unas medidas de polÃ−tica
económica que permitirÃ−an la recuperación y el aumento de la inversión, teniendo sus positivas
consecuencias hasta 1991.
Las diferencias regionales en la recuperación de la economÃ−a fueron muy importantes. En las
regiones donde los sectores de la reconversión o la agricultura tenÃ−an más peso el crecimiento del
empleo fue inferior.
Sin embargo, todo ello no significó el descenso de la cifra de parados debido a la incorporación al
trabajo de la mujer y los jóvenes. La esctructura de las comunicaciones, por su parte, experimentó
una transformación radical debido a la expansión del gasto público.
Este crecimiento se agotó a fines de 1991, debido a las dificultades creadas por la unificación de
Alemania y la recesión económica de los Estados Unidos. La grave situación económica explica la
pérdida de las elecciones del PSOE en 1996, cediendo el gobierno al PP.
6.3. La integración en la Unión Europea
El 12 de junio de 1985 España firma el tratado de integración en la Comunidad Europea, pasando a
ser miembro de pleno derecho. La plena participación en un mercado único representaba integrarse
en un mercado de gran tamaño y la abolición de las barreras aduaneras, asÃ− como la libre
circulación de personas y de capital.
En el Tratado de Maastricht (1991) se establecieron los cimientos de la Unión Económica y
Monetaria, con una única moneda: el euro. En 1998 España se incorporó a la unión monetaria
desde el primer momento.
6.4. Un importante cambio social
En las dos últimas décadas del siglo XX han tenido lugar cambios muy importantes en la sociedad
española. La época “postindustrial” ha dado paso al Estado del bienestar: se ampliaron las
prestaciones sociales, y la sanidad y la educación se universalizaron.
La población ahora tiende a envejecer, con bajos Ã−ndices de natalidad, mientras que se mejoraban
las condiciones de vida, asÃ− como la situación de la mujer en el mundo laboral.
La distribución en sectores de la economÃ−a española tiene una estructura propia de un paÃ−s
desarrollado, con el sector terciario predominante.
Ante estos cambios algunos sectores se manifestaron en contra del progreso, aun asÃ−, la sociedad sigue
a una laicización creciente, una concepción más flexible de la familia y las relaciones y una mayor
prfesionalización en todo tipo de actividades.
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