VERSION PRELIMINAR SUSCEPTIBLE DE

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Senado de la Nación
Secretaría Parlamentaria
Dirección General de Publicaciones
VERSION PRELIMINAR
SUSCEPTIBLE DE CORRECCION UNA VEZ CONFRONTADO
CON EL ORIGINAL IMPRESO
“2016 Año del Bicentenario de la Declaración de la Independencia Nacional” Senado de la Nación
Secretaria Parlamentaria
Dirección General de Publicaciones
(S-2039/16)
PROYECTO DE LEY
El Senado y Cámara de Diputados,..
ARTÍCULO 1°.- Incorpórase como artículo 21 del Decreto Ley
1285/58, texto según ley 26.853 el siguiente:
"ARTÍCULO 21.- La CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA NACIÓN
estará compuesta por SIETE (7) jueces. Ante ella actuarán el
Procurador General de la Nación y los Procuradores Fiscales ante la
Corte Suprema de Justicia de la Nación y el Defensor General de la
Nación y los Defensores Oficiales ante la Corte Suprema de Justicia
de la Nación en los términos de las leyes 24.946, 27.148 y 27.149 y
demás legislación complementaria.
La composición de la CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA
NACIÓN deberá reflejar en su integración las diversidades de género y
procedencia regional en el marco del ideal de representación de un
país federal.
A efectos de asegurar la diversidad de género, la CORTE SUPREMA
DE JUSTICIA DE LA NACIÓN no podrá integrarse por más de
CUATRO (4) jueces del mismo género.
ARTÍCULO 2°.- Disposición Transitoria: la totalidad de las vacantes
que existan o se produzcan en la Corte Suprema de Justicia de la
Nación a partir de la vigencia de la presente deberán ser cubiertas por
mujeres hasta tanto se cumpla con lo dispuesto en el artículo 1º.
ARTÍCULO 3°.- Los gastos que ocasione el cumplimiento de la
presente ley se imputarán a Rentas Generales, hasta tanto sean
incluidos en el Presupuesto de la Nación.
ARTÍCULO 4°.- Deróguese el artículo 13° de la ley 26.853.
ARTÍCULO 5°.- Deróguese la ley 26.183.
ARTÍCULO 6°.- Comuníquese al Poder Ejecutivo.
Norma H. Durango. – Juan M. Abal Medina. – Marina R. Riofrio. –
Sigrid E. Kunath. – María Graciela de la Rosa. –Beatriz G. Mirkin.FUNDAMENTOS
“2016 Año del Bicentenario de la Declaración de la Independencia Nacional” Señora Presidente
El presente proyecto de ley tiene por objeto garantizar en la
integración de la Corte Suprema de Justicia de la Nación los principios
de diversidad de género y procedencia regional, en el marco del ideal
de representación de un país federal. Con este objeto, se propone
ampliar el número de integrantes del Alto Tribunal a siete miembros.
La Constitución de 1853, siguiendo el modelo norteamericano,
estableció como órgano máximo del Poder Judicial a la Corte Suprema
de la Nación, señalando que la misma se integraba por nueve jueces –
tal como en los EEUU- y dos fiscales –difiriendo en esto con la
estructura norteamericana. Por distintos motivos, dicha Corte nunca
llegó a reunirse.
Con la Reforma Constitucional de 1860 se modificó el artículo 91 de
nuestro texto constitucional, delegándose en el Congreso de la Nación
la fijación del número de jueces de la Corte Suprema.
Desde entonces, el número de integrantes del Alto Tribunal ha sido
aumentado y disminuido en distintas ocasiones. En octubre de 1862,
mediante la Ley Nº 27, se definió su integración en cinco jueces y un
Procurador General. En enero de 1960, por Ley Nº 15.271, se fijó su
composición en siete jueces y un Procurador General. Seis años más
tarde el gobierno de la “Revolución Argentina” restablecería la
composición de la Corte en cinco jueces. Una nueva modificación se
llevó a cabo en 1990, en el marco de una serie de reformas en el
Estado impulsadas por el Presidente Carlos Saúl Menem, que llevó de
cinco a nueve los miembros de la Corte mediante la Ley Nº 23.774.
Finalmente, en el 2006 se promulgó la Ley Nº 26.183, aprobando un
proyecto impulsado por la senadora Cristina Fernández de Kirchner
que redujo a 5 el número de jueces, restableciendo su configuración
original.
Como puede verse al analizar la historia de nuestra Corte Suprema, el
número de miembros no ha sido una constante.
Este fenómeno abre el debate respecto de si el número de miembros
de dicha institución constituye una medida arbitraria de los distintos
gobiernos o si, en efecto, responde a una necesidad práctica y jurídica
que se corresponde con el fin último de esta institución.
Tal como argumenta el Proyecto de la Senadora Fernández de
Kirchner (Expte. S-4081/06), es sabido que el número de miembros de
la Corte Suprema de Justicia de la Nación no da por sí garantía de
eficiencia en el funcionamiento del cuerpo, y que resulta discutible
cualquier afirmación contundente en la materia. Por ello, consideramos
“2016 Año del Bicentenario de la Declaración de la Independencia Nacional” que su composición debería priorizar la persecución de su función
institucional y social.
En este sentido, debe considerarse que, como cabeza del Poder
Judicial, es la Corte la que debe afianzar la Justicia en la República.
Es por esto que, al momento de definir su estructura, debería ser éste
valor –la Justicia– la que guíe nuestra determinación.
En el año 2003, durante el Gobierno de Presidente Néstor Carlos
Kirchner, el procedimiento para la selección de jueces de la Corte
Suprema fue modificado a través del decreto 222/03, por medio del
cual, se auto limitaron atribuciones del Poder Ejecutivo para la
selección y designación de nuevos integrantes de la Corte.
Con el objeto de aportar a un efectivo mejoramiento del servicio de
justicia, el decreto consagró expresamente los principios de igualdad
de género y el de representación de las regiones, como requisitos a
tener en cuenta a la hora de considerar los candidatos para cubrir las
vacantes. Analizando la composición actual de la Corte, sin embargo,
podemos afirmar que estos principios no se verifican.
Proponemos, entonces, ampliar el número de integrantes del Alto
Tribunal a siete miembros. Creemos que un mayor número de
miembros consolida una mayor representatividad.
Además, en su artículo 37 in fine, establece: "La igualdad real de
oportunidades entre varones y mujeres para el acceso o cargos
electivos y partidarios se garantizará por acciones positivas en la
regulación de los partidos políticos y en el régimen electoral",
complementándose con la Disposición Transitoria Segunda, que
dispone que dichas acciones no podrán ser inferiores a las vigentes al
tiempo de sancionarse la reforma del año 1994.
En este sentido, no existe motivo suficiente para que la presencia
femenina esté garantizada en los cargos electivos y partidarios por
medio de la Ley de Cupo Femenino y, sin embargo, no suceda lo
mismo en los cargos de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
Los principios constitucionales de igualdad y no discriminación,
receptados en nuestra Constitución y en los Tratados obligan al
Estado argentino a resguardar el equilibrio en la representación de
género en los diversos espacios de poder. El acceso desigual a
posiciones de poder, y en particular a las máximas jerarquías del
Poder Judicial, tiene su origen en prácticas, políticas y actitudes
discriminatorias, y restringen su oportunidad real de participar.
El Mapa de Género de la Justicia Argentina, editado en el año 2014,
señala que de 104.747 personas que forman parte del Poder Judicial,
“2016 Año del Bicentenario de la Declaración de la Independencia Nacional” el 56 % son mujeres. Sin embargo, esta realidad no se ve reflejada en
los cargos más altos. Las mujeres ocupan sólo un 24% de los cargos
en los Tribunales Superiores de la Nación y de las Provincias, y solo
un 34% en las Cámaras. Únicamente en la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires y Santa Cruz las mujeres superan a los hombres en la
integración de sus Tribunales Superiores, y en Córdoba alcanzan la
paridad.
Al respecto, la Convención sobre la Eliminación de todas las formas de
Discriminación Contra la Mujer (CEDAW), en su art. 7 sostiene que
“Los Estados Partes tomarán todas las medidas apropiadas para
eliminar la discriminación contra la mujer en la vida política y pública
del país y, en particular, garantizando, en igualdad de condiciones con
los hombres el derecho a:[...] b) Participar en la formulación de las
políticas gubernamentales y en la ejecución de éstas, y ocupar cargos
públicos y ejercer todas las funciones públicas en todos los planos
gubernamentales”.
El Decreto 222/03, por su parte, sostiene en su art. 3 que “...al
momento de la consideración de cada propuesta, se tenga presente,
en la medida de lo posible, la composición general de la Corte
Suprema de Justicia de la Nación para posibilitar que la inclusión de
nuevos miembros permita reflejar las diversidades de género,
especialidad y procedencia regional en el marco del ideal de
representación de un país federal”.
Si analizamos la composición actual de la Corte a la luz de estas
premisas, podremos ver que la presencia de una única mujer entre sus
miembros no refleja la proporción real de mujeres que conforman
nuestra sociedad, o integran el Poder Judicial o son abogadas.
La Corte Suprema es el órgano máximo del Poder Judicial, llamado a
proteger los derechos de los sectores más vulnerables. Es
imprescindible, entonces, que la Corte cuente con una integración no
discriminatoria y equilibrada, que refleje la diversidad de género de
nuestra sociedad. Esto cobra especial relevancia, por ejemplo, cuando
se analizan cuestiones vinculadas a la violencia doméstica o de
género.
Las leyes de un Estado son, ante todo, la expresión de una
determinada concepción del Estado y de la Sociedad, y expresan la
cosmovisión y los valores de un pueblo en un momento dado. Así, al
sancionar sus normas, el Estado cumple cierto rol en la configuración
social.
Consideramos imprescindible que nuestra Corte Suprema refleje en su
integración uno de los valores que nuestra Constitución y los Tratados
a ella incorporados han enarbolado desde un principio como eje rector
“2016 Año del Bicentenario de la Declaración de la Independencia Nacional” de sus disposiciones: la igualdad.
Por ello, a efectos de asegurar la diversidad de género, proponemos
que la Corte Suprema De Justicia De La Nación no pueda integrarse
por más de cuatro jueces del mismo género. Se dispone, además, que
las vacantes que existan o que se produzcan a partir de la vigencia de
la presente sean cubiertas en su totalidad por mujeres hasta alcanzar
la proporción indicada.
Solo a través de acciones positivas que aseguren el derecho de las
mujeres a participar en todas las funciones públicas y en todos los
planos gubernamentales en igualdad de condiciones con los hombres,
podrá hablarse de Justicia.
Otro de los valores consagrados en el espíritu del Decreto 222/03 es el
de afianzar la diversidad de procedencia regional en el marco del ideal
de representación de un país federal.
Es un hecho insoslayable que nuestro país comprende, dada su gran
extensión, una enorme variedad de coyunturas. Dicha circunstancia no
puede ser ajena a la integración de la Corte Suprema de Justicia en un
sistema representativo, republicano y federal.
Tal como lo expresa el preámbulo a nuestra Constitución, nuestro país
nació del proyecto común de distintas Provincias, entidades
preexistentes que por voluntad y elección propia se unieron con el
objeto de constituir la unión nacional, afianzar la justicia y promover el
bienestar general.
Sin embargo, a lo largo de la historia sus regiones se han ido
desarrollando y potenciando sus elementos particulares desde el
punto de vista geográfico, político, económico, social o cultural. Es
innegable la necesidad de que los miembros de la Corte Suprema
reflejen en su composición esta complejidad.
Afianzar la diversidad de procedencia en su estructura asegurará que
las distintas regiones se vean representadas, y que las decisiones de
este cuerpo contemplen con mayor premura las realidades disímiles
que componen nuestro Estado, respetando la multiplicidad de sus
valores, costumbres e instituciones.
Consideramos entonces que la ampliación de la Corte Suprema a
siete miembros abre el escenario para propiciar una integración en la
que se consagren los principios de diversidad de género y procedencia
regional. En concordancia con estos objetivos podemos citar, entre
otros, los proyectos de los senadores Adolfo Rodríguez Saa y Liliana
T. Negre de Alonso (Expte S-1192/16) y el de la senadora María M.
Odarda (Expte S-4171/15).
“2016 Año del Bicentenario de la Declaración de la Independencia Nacional” En cuanto a la ampliación de la cantidad de miembros de la Corte, es
importante destacar que en la mayoría de los países de América y de
Europa los Altos Tribunales se encuentran integrados por siete jueces
como mínimo. Para poner algunos ejemplos, en Estados Unidos de
América la Corte Federal está compuesta por 9 miembros y en Brasil
el Supremo Tribunal Federal se compone de 11 magistrados. La Corte
Suprema de Justicia de Colombia se encuentra integrada por 23
magistrados y la de Chile por 21. La Corte de Francia es una de las
más numerosas, contando con unos120 consejeros. España, por su
parte, cuenta con 80 personas entre los magistrados y los presidentes
de las salas que lo integran. En contraste, sólo Argentina y Uruguay
tienen Cortes de 5 miembros.
En suma, este proyecto tiene por objeto garantizar una integración y
representativa de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, que
afiance los principios de diversidad de género y procedencia regional
en su composición y aporte, de este modo, a un efectivo mejoramiento
de la Justicia.
Por todo lo expuesto, solicitamos a nuestros pares la aprobación del
presente proyecto de ley.
Norma H. Durango. – Juan M. Abal Medina. – Marina R. Riofrio. –
Sigrid E. Kunath. – María Graciela de la Rosa. –Beatriz G. Mirkin.-
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