UNIVERSIDAD AUTÓNOMA METROPOLITANA Campus Xochimilco TID25D “El uso de drogas ilegales en los alumnos de la UAM-X de la división de ciencias sociales y humanidades del turno matutino durante otoño de 2007” Individuo y sociedad Profra. Luz Marina Sanchez Asesor Carlos Burbano Noviembre 2007 Diego G. Calva Corona 207328100 Diego Manzano Soní 207354876 Índice Introducción ---------------------------------------------------------------------3 Capítulo I: Drogas y Sociedad---------------------------------------------5 1.1) Contexto Socio-histórico--------------------------------------- 5 1.2) Causas del uso de las drogas---------------------------------6 1.2.1) Secuencia en el consumo de drogas-----------------------8 Capítulo II: Las drogas ilegales y sus repercusiones en el cuerpo humano----------------------------------------------------------------10 2.1) Metanfetaminas ---------------------------------------------------11 2.2) Anfetaminas--------------------------------------------------------13 2.3) Opiáceos------------------------------------------------------------14 2.3.1) Heroína------------------------------------------------------------15 2.3.2) Morfina ------------------------------------------------------------17 2.4) Marihuana-----------------------------------------------------------18 2.5) Hachís----------------------------------------------------------------19 2.6) LSD--------------------------------------------------------------------20 2.7) Inhalantes------------------------------------------------------------21 2.8) Cocaína --------------------------------------------------------------22 Capítulo III: El rol del contexto social-----------------------------------25 3.1) Prevención-----------------------------------------------------------25 3.2) Los medios de comunicación masiva-------------------------26 Capítulo IV: Análisis Estadístico-----------------------------------------28 Conclusiones--------------------------------------------------------------------30 Glosario---------------------------------------------------------------------------32 Bibliografía-----------------------------------------------------------------------33 Anexo------------------------------------------------------------------------------35 2 Introducción La mayoría de los adolescentes han tenido alguna experiencia con bebidas alcohólicas y con otras drogas, en ocasiones experimentan un poco y dejan de usarlas, o las usan ocasionalmente sin tener problemas significativos. No se sabe con seguridad quien es el que va a desarrollar problemas serios con el alcohol, con el tabaco, o con cualquier tipo de drogas. Cualquier contacto con las drogas puede ser peligroso, así parezca insignificante cuando comienza su ingerencia1. Algunos jóvenes están en mayor riesgo que otros de desarrollar problemas relacionados con el alcohol y las drogas, por ejemplo, los jóvenes con familias disfuncionales o jóvenes con una familia con un historial de drogadicción. Muchas de las drogas que se consumen con frecuencia son legales y se pueden conseguir con facilidad, el ejemplo mas claro, es el alcohol; se puede conseguir donde sea y a un costo relativamente bajo y el tabaco, se puede conseguir en todas partes como el alcohol, además de que se consumen en edades más tempranas. También algunos medicamentos por receta médica, inhalantes y medicinas de venta libre para la tos, la gripe, el insomnio y para adelgazar. Las drogas ilegales incluyen la marihuana, la cocaína/"crack", LSD, PCP, los derivados del opio, la heroína y las "drogas diseñadas." Aunque el uso de algunas drogas se ha mantenido constante recientemente, el uso de otras está en aumento. En particular, el uso de las bebidas alcohólicas, los cigarrillos y el "crack" continúan siendo áreas de gran preocupación. Los adolescentes que comienzan a fumar o a beber desde temprana edad corren un grave riesgo. Estas substancias son típicamente las "drogas del umbral" que llevan a la marihuana y de ahí a otras drogas ilícitas. La mayor parte de estos adolescentes siguen usando las primeras drogas que probaron en adición a las otras. El problema de consumo de drogas en adolescentes, no sólo le concierne a éstos, sino que es problema de todos. En México, el gobierno y los medios de comunicación juegan un papel importante en la prevención del consumo de drogas; aunque últimamente las campañas que han hecho, tales como, “Mochila segura” en las escuelas, no han tenido mucho éxito. Existen muchos problemas concernientes a las drogas en todo el mundo, por ejemplo, el narcotráfico, el consumo de drogas por políticos o el consumo en menores de 12 años, por esta razón, dada la extensión del tema, en esta investigación nos enfocaremos a las drogas en la adolescencia en nuestro país. Uno de los principales problemas que gira alrededor de este último, es que las drogas constituye un gran negocio y está relacionado con grandes mafias, que el gobierno intenta combatir, sólo que se enfrenta con muchos 1 García Canclini, Néstor, Consumidores y Ciudadanos, conflictos multiculturales de la globalización, Grijalbo, México, 1995. 3 intereses y en ocasiones el mismo gobierno está implicado en el tráfico de drogas, por lo cual se torna un problema serio. Entre algunas preguntas que nos hemos hechos nos planteamos la siguiente, ¿Por qué la gente consume drogas sabiendo que dañan la salud? Todo el mundo, y nos referimos a todos sin excepción, sabemos que las drogas son malas, sin embargo las consumimos por alguna razón; ya sea por haber creado una adicción o tal vez porque nos gusta el efecto físico o social que nos produce. Durante la adolescencia se es mas propenso a la adicción, ya que de cierta manera se es más vulnerable, predominan las emocional, se es mas inseguro y es más fácil caer en un vicio, sobre todo en un medio como el nuestro, en el cual se está en contacto cercano con ellas. Muchas veces siendo joven, consumir drogas produce seguridad, como si las drogas causaran un cambio en tu actitud al consumirlas. Hoy en día las drogas están por todas partes, pareciera que todo el mundo las consume, los jóvenes se emocionan al hacerlo, así como los políticos y algunos adictos. Pero es muy importante que al hacerlo conozcamos los efectos que cada droga le hace a nuestro cuerpo. Gracias a la investigación médica y farmacéutica, hay miles de drogas (fármacos) que ayudan a la gente. Los antibióticos y las vacunas han revolucionado el tratamiento de las infecciones. Hay medicamentos que disminuyen la presión arterial, tratan la diabetes y reducen el rechazo del cuerpo a órganos transplantados. Los medicamentos pueden curar, retrasar o prevenir enfermedades, ayudándonos a llevar una vida más feliz y saludable. Pero también existen muchas drogas ilegales y nocivas que algunas personas toman para que les ayuden a sentirse bien o divertirse. Las drogas son sustancias o compuestos químicos que alteran la forma en que nuestro cuerpo trabaja. Cuando se hace, entran en el organismo (a menudo tragándotelas o inyectándotelas) y encuentran su camino al torrente sanguíneo y desde allí son transportadas a otras partes de tu cuerpo, como el cerebro. En el cerebro, las drogas pueden intensificar o entorpecer tus sentidos, alterar tu sentido de alerta y a veces disminuir el dolor físico. Una droga puede ser beneficiosa o nociva. Los efectos de las drogas pueden variar según la clase de droga administrada, la cantidad que se toma, con cuánta frecuencia se utiliza, con cuánta rapidez llega al cerebro y qué otras drogas, alimentos o sustancias se toman a la vez. Es importante saber que efectos tiene cada droga, no solo para lograr un bien, sino también para que no nos haga ningún mal2. Velasco Fernández, Rafael, “La divulgación del conocimiento en torno al consumo de drogas”, Revista mexicana de prevención y readaptación social Núm. 7, México: Nueva Época, Enero-Abril de 2000. 2 4 Capítulo I: Drogas y Sociedad 1.1) Contexto socio-histórico La presencia y el consumo de sustancias psicotrópicas no es algo nuevo en ninguna sociedad. Por el contrario, su existencia está documentada en la historia de la mayoría de las culturas, con variaciones en los tipos de drogas, los patrones de uso, sus funciones individuales y sociales y las respuestas que las sociedades han ido desarrollando a través del tiempo. Ante los esfuerzos de las fuerzas de seguridad en México, el crimen organizado ha ampliado la disponibilidad de drogas ilegales y ha visto en los jóvenes un mercado fértil. Aunado a lo anterior, la falta de estrategias preventivas eficaces por parte de las autoridades, ha permitido que cada vez más jóvenes consuman drogas, considerando el hecho como normal. El consumo de drogas constituye en la actualidad un importante fenómeno social que afecta especialmente a los adolescentes. La prevalecía del uso y abuso de drogas en la etapa adolescente y adultez temprana son altas, Ante la alta disponibilidad, en la actualidad los adolescentes tienen que aprender a convivir con las drogas, tomando decisiones sobre su consumo o la abstinencia de las mismas. El proceso de socialización, con la familia, amigos, escuela y medios de comunicación es importante en ello. La percepción de riesgo y los factores de riesgo, junto al ocio, tiempo libre y vida recreativa, son elementos que debemos considerar para comprender esta problemática3. Es verdad que en la actualidad existe un rechazo por parte del gobierno y los medios de comunicación hacia las drogas, sin embargo el consumo de las drogas no se ha visto disminuido, al contrario, se elevado a otros niveles difíciles de creer. Posiblemente los esfuerzos del gobierno y los medios de comunicación no solo no son suficientes, sino que estén malintencionados. Hay que recordar que hoy en día la droga es un negocio, que influye en muchas de las decisiones que se toman en las altas esferas de poder. Aunque se puede ver que el gobierno utiliza distintos métodos para acabar con el tráfico de drogas, también se empeña en preservar este mercado que le ha traído muchas ganancias. Igual pasa con los medios de comunicación; hacen campañas para acabar con la drogadicción en los adolescentes, pero a su ves la fomentan por medio de canciones, programas, etc. Lo que hacen no es acabar con la influencia de las drogas en la sociedad, sino fomentándola poniéndola de moda. Actualmente, si hablamos de las drogas estamos hablando de un conflicto de intereses, por una parte se fomenta el consumo de las drogas y por otra se crean campañas para evitarla. Es por eso que el gobierno, en ves de intentar acabar con ella, lo que debería hacer seria lanzar campañas para orientar a los jóvenes en el consumo de ella. Becoña Iglesias, Elisardo, “Los adolescentes y el consumo de drogas”, Papeles del psicólogo: revista del colegio oficial del psicólogos, num. 77, ISSN, 2000. 3 5 1.2) Causas del uso de las drogas Los adolescentes pueden estar comprometidos en varias formas con el alcohol y las drogas legales o ilegales. Es común el experimentar con el alcohol y las drogas durante la adolescencia. Desgraciadamente, con frecuencia los adolescentes no ven la relación entre sus acciones en el presente y las consecuencias del mañana. Ellos tienen la tendencia a sentirse indestructibles e inmunes hacia los problemas que otros experimentan. El uso del alcohol o del tabaco a una temprana edad aumenta el riesgo del uso de otras drogas más tarde. Algunos adolescentes experimentan un poco y dejan de usarlas o continúan usándolas ocasionalmente sin tener problemas significativos. Otros desarrollarán una dependencia, usarán luego drogas más peligrosas y se causarán daños significativos a ellos mismos y posiblemente a otros4. La adolescencia es el tiempo de probar cosas nuevas. Los jóvenes usan el alcohol y las otras drogas por varias razones, incluyendo la curiosidad, para sentirse bien, para reducir el estrés, para sentirse personas adultas o para pertenecer a un grupo. Es difícil el poder determinar cuáles de los adolescentes van a experimentar y parar ahí, y cuáles van a desarrollar problemas serios. Las personas que consumen las distintas sustancias parecen hacerlo por una diversidad de razones, unas veces expresadas, otras inconscientes. Las causas más comunes son5: Satisfacer la curiosidad sobre los efectos de determinados productos. Presión de los padres: pertenecer a un grupo o ser aceptados por otros. Tener experiencias nuevas, placenteras, emocionales o peligrosas. Expresar independencia y a veces hostilidad. Personalidad mal integrada. Desajuste emocionales, intelectuales, y sociales. Descontento de su calidad de vida, ausencia de proyecto de vida. Carencia de autoestima. Falta de información acerca de los peligros del uso indebido de drogas. Ambiente desfavorable, crisis familiares y fácil acceso, a menudo, a sustancias que producen. Dependencia. Escapar del dolor, la tensión o la frustración. Los adolescentes al vivir una etapa de crisis y al tratar de evadir los problemas, buscan salidas fáciles o formas de olvidarlos. Muchas veces las adicciones surgen por problemas dentro de la familia (incomprensión, falta de comunicación, golpes, maltrato intra-familiar, rechazo, padrastros, abandono, falta de recursos económicos, dificultades escolares, pobreza absoluta y desamor), al sentir que no son queridos en los hogares, los adolescentes tienen la impresión de no ser escuchados o tomados en cuenta. Collins, Harper, “Información para la Familia”, American Academy of Child Núm. 3, Julio de 2007. Se debe advertir que todos estos motivos no se hallan necesariamente asociados a una patología individual ni a circunstancias sociales adversas. 4 5 6 Caen en un error al tratar de solucionar los conflictos por medio de las drogas, creyendo que sólo van a ingerir una vez la sustancia, pero en realidad se genera la costumbre o la adicción, esto ocasiona que los problemas familiares aumenten, ya que la droga consumida es más fuerte, y al no querer o poder dejarla, a veces los adolescentes optan por abandonar el hogar, convirtiéndose en niños de la calle, en la que se exponen a riesgos de gran magnitud como contraer enfermedades, ser golpeados, soportar abusos, explotación, hambre y abandono. El tiempo que persista el efecto de la droga en su organismo, es equivalente al del abandono de sus problemas, después, todo vuelve a la realidad, las situaciones preocupantes siguen ahí e incluso aumentan por la adicción generada. También recurren a las drogas cuando se presentan problemas en su alrededor. Por ejemplo: Al no ser aceptado por los amigos o una condición para ingresar a cierto grupo es el ingerir droga, ser como ellos, imitarlos, hacerles creer que "los viajes" son lo máximo, o lo peor, caer en la influencia social. Los adictos pueden hacer los comentarios que quieran sobre la persona que no está dispuesta a entrar en las drogas; los adolescentes deben ser muy conscientes de sí mismos y mantener su postura de decir NO. Los jóvenes que no quieren consumir la sustancia, deben saber cuidarse de las amistades que manifiestan insistencia, pues su obsesión puede ser tan grande que estarán buscando el momento adecuado para inducirlos, por ejemplo, pueden disolver la droga en su bebida o en sus alimentos. Éstos esperarán el momento en que haga efecto la droga para poder dañarlos. Nunca deben aceptar estas cosas por parte de personas adictas y lo más conveniente es alejarse de ese tipo de grupos, que suelen llamarse "amigos". Ser problemático puede ser causa de la influencia de los compañeros, como hacerlos caer en la delincuencia. Ya que los robos que son realizados por adictos, no son primordialmente por cuestiones de hambre, sino por la necesidad de seguir drogándose. Esto ocasiona tener problemas con las autoridades y posteriormente ser sometidos a las cárceles. De todo el posible análisis que el conflictivo mundo de la droga ofrece, el más alarmante es, el referido al consumo de tales sustancias en la niñez y en la adolescencia. Los principales problemas ocasionados por las drogas se agravan considerablemente en estas edades, etapas claves en el desarrollo integral del individuo que pueden verse alteradas e incluso interrumpidas por el uso sistemático de las mismas. Sin duda alguna, existe una imperiosa necesidad por conocer como se desencadena el proceso adictivo. Un estudio minucioso de los principales 7 factores que inciden en la iniciación de esta conducta es un requisito previo a la elaboración de programas preventivos6. 1.2.1) Secuencias en el consumo de drogas La literatura sobre el inicio del consumo de drogas destaca que la prueba de dichas sustancias ocurre normalmente durante la adolescencia, como resultado de múltiples experiencias ocurridas desde el nacimiento, y depende de la combinación de múltiples factores. Al igual que en las demás conductas humanas, en el consumo de drogas pueden observarse unas secuencias de desarrollo bastante bien definidas, dichas etapas son el resultado de la interacción entre los factores individuales y sociales que facilitarán o interrumpirán la progresión en el consumo. Sin embargo, la formulación de estos estadios no implica que el sujeto que consuma una determinada sustancia debe necesariamente consumir la siguiente, sino más bien que la mayoría de los sujetos que se encuentran en una determinada etapa han consumido las sustancias que conforman las fases anteriores. El consumo de una droga situada en los primeros estadios es una condición necesaria, pero no suficiente para la progresión a un estadio posterior. Kandel propone un modelo donde se distinguen cuatro etapas en el proceso adictivo7: consumo de cerveza o vino, consumo de cigarrillos y licores de alta graduación, consumo de marihuana y consumo de otras drogas ilegales diferentes a la marihuana. Según este modelo, el alcohol sería la primera droga de contacto y la más frecuentemente consumida; después se seguiría con cigarrillos, a la vez que la cantidad de consumo de alcohol se incrementa; finalmente se alcanzarían altos niveles de consumo de las diferentes drogas legales y se comenzaría a usar marihuana, que sería la primera droga ilegal consumida; en algunos casos seguirían otras drogas ilegales (heroína, cocaína, etc.). Posteriormente, Fleming, Leventhal, Glynn y Ershler examinan si realmente el uso de drogas legales es un precursor necesario para el consumo de marihuana y si ésta a su vez es un precursor de otras drogas ilegales. Según los autores, la progresión en el uso de sustancias es consistente pero no existe evidencia de una cadena causal en la que las experiencias precoces con drogas legales sean la causa de un uso posterior de drogas ilegales. Sin embargo, la presencia de un orden temporal sugiere una vinculación entre el consumo precoz y el tardío; en otras palabras, el consumo de una determinada sustancia podría facilitar el acceso a otras sustancias. En un estudio realizado por Fleming, Glynn y Leventhal (1985), pudo observarse que los cigarrillos eran la primera droga utilizada por los adolescentes; también se comprobó que el uso de dichas sustancias 6 7 García-Señorán, 1994; Millstein, Petersen y Nightingale, 1993; Yin,Zapata y Katims, 1995. Principales estadios del consumo de drogas. Fuente (Kandel, 1975). 8 aumentaba la posibilidad de que se consumieran otras drogas dos años más tarde (por ejemplo, cerveza, marihuana). No obstante, Graham, Collins, Stuart, Chung y Hansen sugieren que ni el alcohol ni el tabaco tendrían que ser necesariamente el primer paso en el uso de sustancias en la adolescencia; en algunos casos se podría empezar con alcohol y pasar posteriormente al tabaco, pero también podría suceder lo contrario. Este modelo, plantea la existencia de posibles diferencias entre los individuos que inician el proceso con alcohol y aquellos que lo inician con el tabaco. Por ejemplo, mientras que muchos padres permiten el consumo de alcohol en el hogar (en circunstancias especiales, bodas, bautizos, fiestas familiares, etc.), son muy pocos los que aprueban la experimentación con tabaco. Graham, Collins, Stuart, Chung y Hansen señalaron que aquellos jóvenes que tenían relaciones insatisfactorias con sus padres y aquellos que iniciaban el proceso con tabaco, presentaban un curso más acelerado en el uso de sustancias que aquellos que lo iniciaban con alcohol.8 8 Un modelo del inicio de consumo de drogas. Fuente (Graham et al., 1991). 9 Capítulo II: Las drogas ilegales y sus repercusiones en el cuerpo humano Las drogas de abuso pueden clasificarse en: alcohol, sedantes e hipnóticos (benzodiacepinas, barbitúricos), narcóticos (opio y sus derivados), estimulantes (con dos grupos, las anfetaminas y derivados y la cocaína y derivados) y los alucinógenos (LSD, peyote, fenciclidina, marihuana). La drogadicción se puede definir como toxicomanía, es un estado psicológico y en ocasiones físico caracterizado por la necesidad compulsiva de consumir una droga para experimentar sus efectos psicológicos. La adicción es una forma grave de dependencia en la que suele haber además una acusada dependencia física. Esto significa que el tóxico ha provocado ciertas alteraciones fisiológicas en el organismo, como demuestra la aparición del fenómeno de tolerancia (cuando son necesarias dosis cada vez más elevadas para conseguir el mismo efecto), o del síndrome de abstinencia al desaparecer los efectos. El síndrome de abstinencia se manifiesta por la aparición de náuseas, diarrea o dolor; estos síntomas son variables según el tóxico consumido. La dependencia psicológica, o habituación, consiste en una fuerte compulsión hacia el consumo de la sustancia, aunque no se desarrolle síndrome de abstinencia. Estudios científicos recientes proveen pruebas abrumadoras de que las drogas no solo interfieren con el funcionamiento normal del cerebro al crear fuertes sentimientos de placer, sino también tienen efectos duraderos sobre el metabolismo y la actividad del cerebro. En algún momento, ocurren cambios en el cerebro que pueden convertir al abuso de drogas en adicción, una enfermedad crónica y recurrente. Esto se explica de la siguiente forma: Todo el tiempo se efectúan reacciones químicas en nuestro cerebro. Estas reacciones liberan sustancias que dan al cuerpo sensaciones de placer. Nuestro organismo aprende que determinadas acciones tienen resultados agradables y comienza a repetir los comportamientos que lo llevan a esas buenas sensaciones, a esto se le denomina “mecanismo de recompensa”.9 Lo que las drogas hacen es interrumpir este mecanismo natural, estimulando, inhibiendo o sustituyendo sustancias importantes de ese proceso (los neurotransmisores). Las drogas son farsantes químicos que crean sensaciones ilusorias de placer. El problema es que el cuerpo no percibe la diferencia entre las formas naturales y las artificiales y aprende a repetir y exigir el camino falso, llevando al usuario a una espiral de consumo y convertirse en un adicto más. Con el tiempo el funcionamiento normal del cerebro es alterado y el organismo comienza a depender de la sustancia artificial para obtener las mismas sensaciones que antes se conseguían de forma natural. Esta situación puede alterar la conducta y por ende, la psicología del individuo a grado de cambiar el comportamiento irreversiblemente. 9 Fiume, Sebastiano & DEL MONACO, Fulvio: Toxicomanías. Alcohol, drogas, psicodélicos, estupefacientes, ayer y hoy, Madrid, Paulinas, 1972. 10 La drogadicción es una enfermedad que afecta la vida individual de diversas maneras, que se puede prevenir si los individuos conocen los daños y las consecuencias y actúan responsablemente entre los riesgos; no obstante la adicción a substancias toxicas es un problema que afecta al individuo y a su familia por que produce efectos negativos en su forma de relacionarse son la sociedad. Este es un problema serio que amenaza a la sociedad contemporánea y que no vacila con desaparecer, y es que las drogas más amenazantes son aquellas que son generadas químicamente; ya que, además de los elementos psicoactivos contienen más elementos químicos nocivos para la salud. Tal es el caso de la cocaína y la heroína, en la cual para su fabricación se usan varias sustancias: La principal materia prima de la cocaína es la planta Erythoxylon coca, la droga es refinada a partir de las hojas de este arbusto, que se maceran y se mezclan con queroseno y acido sulfúrico diluido; en seguida, la mezcla se purifica con éter, acetona y ácido clorhídrico hasta llegar a clorhidrato de cocaína, el polvo usado comúnmente. En la heroína el proceso es similar, su principal materia prima s la amapola (Papaver somniferum). La planta es diluida en agua tratada con sosa cáustica, clorato de amonio y ácido clorhídrico, hasta obtener clorato de morfina, un polvo café.10 A continuación enfatizaremos en las drogas más comunes y sus repercusiones en el organismo. 2.1) Metanfetaminas (Denominados recientemente fármacos de diseño), que comparten efectos farmacológicos análogos se han desarrollado en los últimos años, son drogas estimulantes sumamente adictivas, cuyo consumo ha alcanzado proporciones epidémicas, causa cambios prolongados en el cerebro que se han asociado con el deterioro de la memoria y la coordinación motriz, según dice un estudio publicado en el número de marzo de 2001 de la Revista Norteamericana de Psiquiatría. Los investigadores encontraron que estos efectos se perciben incluso en adictos a la metanfetamina que han estado alejados de la droga durante 10 o más meses. Un segundo estudio del mismo grupo investigador revela cambios prolongados adicionales en el cerebro debidos a la droga, incluso un aumento inesperado de la actividad celular en ciertas áreas del cerebro11. La metanfetamina, conocida también en inglés como "speed," "meth" o "chalk" (y en su forma fumable, como "ice," "crystal" o "glass") puede fumarse, inhalarse, inyectarse o tomarse. 10 Labrousse, Alain & Wallon, Alain: El planeta de las drogas, Bilbao, Mensajero, 1994. Campbell, Frank & Singer, George: Estrés, drogas y salud. Experimentos recientes sobre el cerebro y la conducta, Barcelona, Ariel, 1987. 11 11 El ingrediente activo es el Metilendioximetil-anfetamina (MDMA) que genera de forma inmediata después de su ingestión, la sensación de bienestar generalizado, alucinaciones visuales y táctiles, aumento de ritmo cardiaco y de la temperatura corporal.12 La metanfetamina está clasificada como un psicoestimulante al igual que otras drogas de abuso, como son la anfetamina y la cocaína. La estructura de la metanfetamina es similar a la anfetamina y el neurotransmisor dopamina. Aunque la cocaína tiene efectos similares hacia el comportamiento y la fisiología, hay grandes diferencias en los mecanismos básicos de cómo trabajan al nivel celular del sistema nervioso. La metanfetamina tiene una duración de acción mucho más larga y un porcentaje mayor de la droga permanece sin cambiar en el cuerpo. El resultado es que la presencia de la metanfetamina en el cerebro dura más, lo cual finalmente conduce a la prolongación de los efectos estimulantes de la droga. Los usuarios crónicos de esta sustancia presentan manifestaciones semejantes a las de los usuarios crónicos de otras anfetaminas y sustancias de acción similar: alucinaciones, paranoia, así como conductas agresivas y violentas. Con frecuencia se observa también bruxismo (rechinar de dientes), comportamiento compulsivo, problemas gastrointestinales, anorexia, pérdida de peso, problemas nutricionales, infartos del miocardio, cardiopatías y edema pulmonar agudo. Con el uso continuado de esta sustancia se presenta tolerancia (dependencia física) y cuando se suspende el uso de la droga se presenta la abstinencia que se caracteriza por contracciones abdominales, gastroenteritis, dolor de cabeza, letargia, dificultad para respirar, aumento del apetito y una depresión profunda, que en ocasiones lleva al suicidio.13 Para entender las consecuencias del uso de estas substancias debemos primero conocer como funciona en el organismo, por ejemplo: el éxtasis actúa principalmente en la liberación de otro neurotransmisor llamado “serotonina” (el mensaje que lleve entre las neuronas regula el humor, las emociones, el sueño y el apetito entre otras cosas). Las moléculas de serotonina encajan en receptores específicos, las que no son usadas son recogidas por proteínas transportadoras y guardadas para después: así la serotonina no es desperdiciada. Cuando el éxtasis surge, se conecta a los transportadores, bloqueando el retorno de la serotonina; pero además de eso, el estupefaciente abre en los transporadores “”puertas” para que la serotonina deje la neurona, es decir, transforma las entradas en salidas. Las concentraciones de serotonina alcanzan dosis completamente absurdas: se usa hasta 80% de las reservas de la sustancia. Los excesos de la serotonina producen los efectos de placer, pero las consecuencias son una serie de alteraciones den las conexiones de las neuronas. 12 13 LLanes , Jorge: Crisis social y drogas, México, Concepto, 1982. Silverman, Milton: Drogas, Buenos Aires (Argentina), Sudamericana, 1942. 12 Esta droga agota la serotonina, lo que genera trastornos mentales como la depresión. La presencia de éxtasis en el organismo genera que las neuronas liberen en la región de la sinapsis (unión de neuronas) casi toda la reserva de serotonina; el problema es que las reservas de serotonina tardan en reponerse. En un estudio sometido a monos con altas dosis de éxtasis no volvieron a la normalidad después de siete años. La serotonina, como ya fue dicho, regula el humor y se sospecha que la falta de esta sustancia genera severa depresión en los usuarios. Los riesgos son diversos ya que en algunas personas puede causar comportamiento violento, insomnio, ansiedad y confusión. Este comportamiento generalmente aumenta con el creciente uso y puede llegar a niveles alarmantes que se reflejan en el deterioro de las relaciones que posee el individuo con la sociedad. En algunos casos síntomas sicóticos pueden persistir por meses o años después de que se deja de usar la droga. Muchas veces existen más riesgos, el envenenamiento agudo con plomo es otro peligro potencial para los usuarios de la metanfetamina. Un método ilegal, pero común, en la producción de esta droga es usar acetato de plomo como su reactivo químico14. Por lo tanto, errores en la producción pueden resultar en que la metanfetamina esté contaminada con plomo. Se han documentado casos de envenenamiento agudo con plomo en abusadores que se inyectan la metanfetamina.15 2.2) Anfetaminas Son sustancias derivadas de la "Beta-fenil-isopropil amina". Son drogas medicamentosas, adictivas (Moderada-Alta) y neurotóxicas. Las más utilizadas son: Benzedrina, Dexedrina y la Metilanfetamina, son un fuerte estimulante y se relaciona inadecuadamente con todos los deportes para disminuir la sensación de fatiga16. Las anfetaminas son un tipo de droga que estimula el Sistema Nervioso Central. Se presentan en forma de pastillas o cápsulas de diferente forma y color. Pueden ser legales si son consumidas bajo un estricto control médico, sin embargo, el abuso de las mismas se produce cuando son adquiridas y consumidas de manera ilícita. Se presentan en forma de pastillas o cápsulas de diferente forma y color. Su consumo produce sensaciones de alerta, confianza y aumenta los niveles de energía y autoestima. Hace desaparecer la sensación de hambre (peligrosamente son utilizadas para bajar de peso) e inhiben el sueño. 14 Astorga, Luis: Mitología del "narcotraficante" en México, México UNAM-Plaza y Valdés, 1995. Véase figura 2.1 en anexo 16 Labrousse, Alain & Wallon, Alain: El planeta de las drogas, Bilbao, Mensajero, 1994. 15 13 Las anfetaminas a veces se usan como estimulante químico para mejorar el rendimiento en una tarea o actividad concreta de forma artificial, sin embargo, la energía alcanzada es ficticia y puede poner al organismo en un sobreesfuerzo. El riesgo de dependencia y adicción es tan alto como el de la cocaína, ya que sus niveles de tolerancia son bajos, requiriendo cada vez una mayor dosis para conseguir el mismo efecto. Aumenta el estado de alerta, comportamiento agresivo y violento, aumento de energía y actividad motora, sensación de bienestar, aumento en la seguridad y confianza, disminuye el sueño, disminuye la fatiga, aumenta la velocidad de pensamiento y lenguaje, se suprime la sensación de apetito, aumento en la presión arterial, aumento en la frecuencia cardiaca, aumento en la temperatura corporal, estimulación de la corteza cerebral y disminución del sueño.17 Los cambios conductuales se presentan en la agitación psicomotriz, con sentimientos de grandeza y deterioro en los procesos de pensamiento. Mucho se piensa que con ellas se estudia mejor, se puede ser un gran deportista y se puede tener una mejor figura. Aunque pocos saben que se disminuye gravemente la capacidad de atención, concentración y retención. Que genera gran excitación en el sistema nervioso, así como severas alteraciones en el sistema cardiovascular y que por la tolerancia que se genera el consumo es cada vez mayor. El consumo excesivo de anfetaminas puede generar psicosis: las personas se sienten fuera de si mismas, creen que las persiguen o que les vigilan (Estado de Paranoia). Estos síntomas posteriores al uso de la droga traen repercusiones psicológicas y sociales que poco a poco acaban desintegrando la vida del adicto.18 2.3) Opiáceos Conocidos como "Narcóticos" (que significa adormecimiento), se utilizan principalmente para combatir el dolor. Son legales para uso médico, por sus propiedades analgésicas. Son derivados preparados a partir de la Goma de Opio (Papaver Somniferum), misma que se obtiene a partir del jugo extraído de los bulbos de la amapola. En 1803 se aísla un alcaloide del opio al que se le llamó Morfina por el Dios griego del sueño "Morfeo", que es diez veces más potente que el opio y posteriormente se desarrollaron otros derivados como la Codeína que deprime 17 18 Romaní, Oriol: Las drogas. Sueños y razones, Barcelona, Ariel, 1999. Véase figura 2.2 en el anexo 14 la tos y la Heroína (1874), que es diez veces más potente que la morfina. Su nombre viene por ser la droga "heroica" en las guerras.19 Dentro de los narcóticos-opiáceos encontramos a: De Origen Natural: Opio, Heroína, Morfina, Codeína. De Origen Sintético: Demerol, Metadona Los opiáceos son las drogas con mayor poder adictivo, debido a entran en el cerebro rápidamente. Entre los efectos que producen estas drogas están el de analgesia, somnolencia, cambios del estado de ánimo, depresión respiratoria, nausea, vómito, "miosis" (constricción pupilar) y disminución de la motilidad del tubo digestivo. Afecta el Sistema Nervioso Central, reduce la presión cardiaca, inhibe al sistema respiratorio hasta el punto de la muerte, afecta al sistema límbico, produce venas colapsadas, abscesos, daño al sistema cardiovascular, daño al sistema hepático, riñones; complicaciones pulmonares, como Neumonía y Tuberculosis; artritis y problemas reumatológicos, abortos espontáneos. 20 Los adictos a la morfina y a la heroína, presentan un síndrome de supresión mucho más severo que aquellos adictos al Nubain, Lomotil, Imodium, etc. Los opiáceos como la heroína o morfina, pueden ser inyectados, fumados, inhalados, o tomados oralmente. Si se inyecta directamente en el torrente sanguíneo, los opiáceos alcanzan el cerebro muy rápidamente. Si son fumados, ingresan en el torrente sanguíneo a través de los pulmones y se dirigen al cerebro. Cuando se inhala, a través de la nariz, ingresan en el torrente sanguíneo vía las membranas mucosas y se mueven a través del cuerpo al cerebro dónde actúan para producir su característico "clímax". Si es ingerido oralmente, los opiáceos alcanzan el cerebro más despacio vía el estómago y posteriormente al torrente sanguíneo. Los cambios conductuales se identifican con la euforia al inicio del consumo, la apatía, lentitud psicomotora, el deterioro en el proceso del pensamiento. Las habilidades psicomotrizes se vuelven más lentas y la rapidez de respuesta se va perdiendo, disminuye la capacidad de atención y memoria, así como con cambios drásticos en actitudes escolares y sociales21. 2.3.1) Heroína La heroína es una droga derivada de la planta amapola. En el siglo XIX se usaba para calmar afecciones y dolores de diferente tipo y se podían comprar sin prescripción médica en muchos comercios de EEUU y Europa. Es un 19 Courtwright, David T.: Las drogas y la formación del mundo moderno. Breve historia de las sustancias adictivas, Barcelona, Paidós, 2002. 20 Camas, Domingo: El uso de drogas en la juventud, Madrid, Instituto de la Juventud, 1985. 21 Véase figura 2.3 en el anexo 15 opiáceo semi - sintético: es producida a partir de la morfina a través de un proceso químico y es aproximadamente 3 veces más fuerte que ésta. Cuando se consume por vía intravenosa, esta sustancia de gran potencia alcanza rápidamente el cerebro y produce un “flash” o “hit”, como se le llama habitualmente a su efecto inmediato, más tarde genera un estado de insatisfacción y frustración al pasar su efecto. Provoca altos estados de ansiedad y atención y genera una devaluación total de la persona.22 Para entender la reacción y por lo tanto las consecuencias en el cerebro del uso de heroína debemos aclarar primero como es que trabaja nuestro cerebro naturalmente: la acción de las neuronas productoras de dopamina es regulada por otras denominadas neuronas inhibidoras que producen GABA, el GABA liberado por la neurona vecina se une a los receptores de GABA de la neurona que produce dopamina y la hace trabajar menos, con esto la cantidad de dopamina se ve regulada. Cuando la heroína entra en nuestro organismo frena la neurona inhibidora, sin este control la neurona generadora de dopamina trabaja sin parar. Al aumentar el nivel de dopamina el cerebro es sobreexcitado. La heroína que se vende en la calle por lo general no es heroína pura sino que está cortada con otras sustancias (esto también pasa con la cocaína). La heroína pura se "corta" así con otros opiáceos sintéticos, lo cual puede generar complicaciones a quien la consume, porque seguramente el usuario no va a tener el efecto que está buscando a la vez que se va a colocar en una situación de mayor riesgo de sobredosis y otras reacciones adversas. 23 Al igual que todos los opiáceos, es un potente analgésico que hace que el usuario tenga menos conciencia y pueda tolerar mejor los dolores y afecciones físicas y emocionales. Así, a altas dosis produce una importante sedación. Por otra parte, puede producir sentimientos de calidez, euforia, placer y bienestar. No obstante hay que tener en cuenta que no todas las personas que usan heroína experimentan estos efectos en todo momento. Como efectos desagradables que a veces puede generar el consumo de heroína podríamos mencionar: estreñimiento, nauseas, respiración enlentecida, disminución del deseo sexual. Por otra parte, las mujeres pueden experimentar períodos irregulares o incluso dejar de tenerlos. Lo que pone al usuario en situaciones de alto riesgo son las prácticas de inyección y el hecho de no conocer el corte de lo que se está consumiendo. Estos elementos acarrean generalmente importantes riesgos para la salud, tanto en el corto como en el largo plazo. Es necesario tener en cuenta que uno de los riesgos más importantes del consumo de heroína para la salud es la sobredosis. Cuando una persona consume una dosis importante de heroína su sistema respiratorio puede deprimirse al grado de generar un paro respiratorio 22 23 Comas, Domingo: El uso de drogas en la juventud, Madrid, Instituto de la Juventud, 1985. Cárdenas de Ojeda, Olga: Toxicomanía y narcotráfico, México, Fondo de Cultura Económica, 1976. 16 (las personas con problemas respiratorios que consumen heroína corren mucho peligro). Todos estos riesgos se aúnan a la latente crisis de la abstinencia. Al aumentar la concentración de dopamina se causa un desequilibrio; el cerebro se acostumbra a la sobreproducción de dopamina y retira algunos receptores lo que genera que el usuario necesite dosis más fuertes para alcanzar el mismo resultado. Cuando se deja de consumir la droga la dopamina escasea y esta, al estar ligada a las funciones vitales de bienestar genera sentimientos de depresión, ansias, tensión que llevan al usuario a vivir una autentica tortura química. Con estos problemas circulando en el metabolismo el adicto pierde interés en todas las actividades que no satisfagan su imparable apetito químico, y de esta forma se generan individuos que buscan la satisfacción de una enfermedad que carcome su organismo, dejando a un lado la importancia de la pertenencia a una sociedad24. 2.3.2) Morfina En 1806 Frederick Sertürner redujo el opio a una solución en ácido mecónico que neutralizó con amoniaco. Sertürner llamó al alcaloide que obtuvo principium somniferum opii -por sus virtudes narcóticas- y posteriormente morphium en honor del mítico Morfeo, dios del sueño. Los procesos para su extracción no han variado substancialmente en la actualidad: después de secar el opio bruto y reducirlo a polvo, éste se consuma en cloroformo, posteriormente se diluye el residuo en agua o alcohol, se precipita por amoniaco y la morfina queda liberada en forma de polvo cristalino25. En México la etilmorfina se ha vendido en pastillas y ampolletas bajo los nombres comerciales de Tussionex® de Strasenbourg y Sedalmerck® de la compañía Merck26. El efecto analgésico que produce la morfina tiene la particularidad de que ocurre sin pérdida de la conciencia y no afecta otras modalidades sensoriales. La morfina se aplica en inyecciones subcutáneas o intravenosas. Sus efectos se presentan entre los 3 y los 5 minutos después de su aplicación y duran de 4 a 5 horas. Al llegar al cerebro esta droga ocupa los receptores opioides, básicamente los receptores que funcionan de manera específica en el área de la analgesia. Dentro del campo de la medicina la morfina revolucionó el uso de sedantes, y es por eso que en 1818 la morfina ingresó a la materia médica considerándose 24 Véase figura 2.3.1 en el anexo Frenk, Julio: Identificar las drogas y sus usuarios, México, Centro Mexicano de Estudios de Farmacodependencia, 1976. 26 Véase figura 2.3.2 en el anexo 25 17 como "el más notable medicamento descubierto por el hombre, de utilización más segura que el opio y con una virtud analgésica bastante superior". En dosis terapéuticas, la morfina produce depresión respiratoria importante, aumenta la presión intracraneal y puede provocar vómito; genera además, contracción de las pupilas (miosis), estreñimiento, insensibilidad al dolor e incoordinación muscular. Además la morfina produce altos índices de tolerancia y dependencia física. Un consumidor habituado por más de cinco años puede consumir al día cantidades mortales para ocho o diez personas. Trayendo grandes consecuencias en las partes del cuerpo que están en contacto con la sustancia, desde las arterias hasta la corteza encefálica, provocando cambios en la química del cerebro que se puede manifestar en el cuerpo como somnolencia, apatía disminución de la presión arterial, retención urinaria y disminución de la capacidad sexual. El síndrome de abstinencia puede surgir con cinco semanas de usar diariamente más de 500 mg. Sus síntomas se presentan entre las 48 y las 72 horas posteriores al retiro y se experimentan alrededor de una semana27. Cabe recalcar dentro de nuestro muestreo fue nula la aparición de alumnos que usen esta droga “medica” por sus características psicoactivas. 2.4) Marihuana Se le dieron usos medicinales en la antigüedad sobre todo como analgésico local e inductor del sueño. En México adquiere una relevancia específica al principio de siglo con el movimiento armado de la Revolución Mexicana. En la década de los 60 la cultura norteamericana la adopta como una posición contraria a lo establecido y es el inicio del consumo de drogas ilegales que posteriormente se expandiría a gran parte del la cultura americana y europea así como a México en donde el año de 1968 seria parta de una bandera y representación simbólica28. El uso de marihuana es un problema de mucho peso en nuestro país debido a la gran facilidad para obtenerla y a su bajo costo. El potencial de peligro mayor radica en que es el paso a otras drogas (denominada por esta razón droga de umbral) además de convertir a los grupos usuarios en personas displicentes, indiferentes ante la realidad. Es una hierba de tipo herbáceo que crece silvestremente en todos los climas cálido y húmedos del planeta, de origen dioico (que tiene los dos sexos) Se conoce tres subtipos de plantas Canabis indica, Canabis ruderalia, Canabis sativa. Ingredientes activos El más importante es: Tetrahidrocannabinol (THC). Durante el uso de la marihuana hay aumento de la presión arterial (sistólica), disminución de la temperatura, bronco dilatación, disminución de la presión 27 Campbell, Frank y Singer, George: Estrés, drogas y salud. Experimentos recientes sobre el cerebro y la conducta, Barcelona, Ariel, 1987. 28 Jelsma, Martin y Roncken, Theo (coords.): Democracias bajo fuego. Drogas y poder en América Latina, Cochabamba (Bolivia), etc., Acción Andina, etc., 1998. 18 intraocular, sequedad de boca, sensación de ingravidez, sensación de hormigueo (boca y extremidades), somnolencia o euforia, perturbación de la coordinación muscular, aumento del tiempo total de sueño y disminución del sueño. Esto sucede cuando el THC actúa (de forma indirecta como la heroína) uniéndose a receptores denominados CB1, que también esta relacionado con la producción de dopamina. Los CB1 están presentes en el hipocampo y en el cerebelo, áreas del cerebro responsables del aprendizaje, la memoria y la coordinación motora; por lo que después de un excesivo uso se generan problemas de despersonalización con sensación de extrañeza e irrealidad del propio ser, desintegración temporal (confusión entre el pasado presente y futuro, memoria a corto plazo deteriorada, disminución de la capacidad para realizar tareas que requieren múltiples pasos para lograr un objetivo especifico, disociación de ideas (perdida de la continuidad de una historia o de una platica), distorsión de la percepción, estímulos sutiles antes ignorados adquieren nueva realidad (audición mas aguda ,visión realzada), disminución de la empatía y de la percepción de emociones en otra persona, preocupación de hechos simples antes ignorados y estado paranoide. Los usuarios frecuentes presentan alteraciones en el organismo (principalmente el sistema respiratorio), ya que son propensos a sufrir infecciones en los pulmones y los bronquios, síntomas crónicos de molestias respiratorias como dolores de garganta (rinitis y bronquitis), aumento de la frecuencia cardiaca, aumento de la tensión arterial29. El uso crónico conlleva aparte de estas repercusiones biológicas, resultados en la psicología. Un claro ejemplo es el denominado: “síndrome amotivacional” que es un conjunto de alteraciones cuyas manifestaciones son las siguientes: Fatiga, depresión, apatía, falta de preocupación por el futuro, disminución del auto cuidado y del interés personal, descuido de la higiene y la alimentación, deterioro en la habilidad para comprender las relaciones sociales y expresar ideas complejas, inhabilidad para resolver problemas nuevos, hábitos irregulares de sueño, desadaptación sociocultural. Todos estos símbolos de exceso adquieren rápidamente matices en las relaciones interpersonales, notándose callados y distantes con el entorno social30. 2.5) Hachís El uso del hachís en el Medio Oriente se propagó a Europa en el siglo XVIII. Este es quizá uno de los psicoactivos que más ha dado pie a la elucubración de leyendas y experimentaciones artísticas. Por su parte, el aceite de cáñamo parece haber entrado en circulación hasta el siglo XIX y su uso se mantuvo como una modalidad europea. El hachís es una pasta hecha con la resina prensada que segrega la parte florida del cáñamo hembra, (los llamados cogollos). Dicha resina tiene un color 29 FRENK, Julio: Identificar las drogas y sus usuarios, México, Centro Mexicano de Estudios de Farmacodependencia, 1976. 30 Véase figura 2.4 en el anexo 19 café intenso y generalmente se presenta comprimida en forma de pequeños bloques. Se elabora extrayendo la resina de la marihuana seca con ayuda de un cedazo. La marihuana se agita dentro de un tamiz hasta que la resina atraviese los agujeros de la malla toda vez separada de la materia vegetal. Esta resina se prensa para formar una bola o una tableta de hachís. Tanto el hachís como el aceite contienen proporciones mucho más considerables de THC y de otros canabinoles que la marihuana. Debido a su similitud con la marihuana sus efectos y sus secuelas en el organismo son similares. A nivel físico, el consumo tanto de hachís como de aceite ocasiona alteraciones como la aceleración el ritmo cardíaco, dilatación de los vasos sanguíneos y disminuye la coordinación psicomotriz en función de la cantidad utilizada. En algunos casos se han detectado anormalidades menstruales en las mujeres y disminución en las concentraciones de testosterona y cuentas espermatozoides reducidas en los hombres. Se adquiere cierta tolerancia a los tres o cuatro días de usos continúo y desaparece a los dos o tres días de privación. Al igual que la marihuana, ni el hachís ni el aceite provocan dependencia física, pero sí pueden llegar a generar una gran dependencia psicológica. Su retiro no produce ningún síndrome de abstinencia orgánico, aunque pueden presentarse cuadros de ansiedad, tensión e irritabilidad pasajeros31. 2.6) LSD La obtención casual por Albert Hoffman (en los años 40) de la dietilamida del ácido lisérgico (LSD) a partir de alcaloides del Ergot o cornezuelo del centeno (Claviceps purpurea) hongo que ha parasitado por siglos los cereales en el continente europeo, puso a disposición de los hombres el más potente, polémico y sorprendente psicofármaco que haya conocido el hombre contemporáneo. Las reacciones desencadenadas por el LSD en el cerebro son muy complejas, significativas y multiformes para que puedan explicarse a través de cambios tóxicos de las funciones cerebrales. Si sólo se tratara de un efecto tóxico en el cerebro, las experiencias con LSD no tendrían una importancia psicológica y psiquiátrica, sino sólo psicopatológica32. El LSD es una de las drogas más potentes, tanto que su dosis debe medirse en millonésimas de gramo o gammas. La dosis activa en humanos iba de 0.000003 a 0.000001 por kilo de peso. Es por ello que pronto suscitó el interés de los psicoterapeutas, quienes pensaron que su estudio podría ayudar a facilitar el conocimiento de la enfermedad mental. En la década de los sesentas se escribieron cientos de artículos científicos sobre los efectos de la LSD en los sistemas biológicos, en el comportamiento animal, en pacientes con una amplia 31 Véase figura 2.5 en el anexo CAMPBELL, Frank & SINGER, George: Estrés, drogas y salud. Experimentos recientes sobre el cerebro y la conducta, Barcelona, Ariel, 1987. 32 20 variedad de enfermedades físicas y mentales, además de un sinfín de voluntarios "normales" que alentados por el ambiente contracultural de la época, montaron todo un "culto psicodélico" alrededor de la dietilamida del ácido lisérgico. Debido al pequeño volumen necesario para concentrar grandes dosis, la LSD suele distribuirse comúnmente en papel secante impregnado en pequeños cuadros de papel con diferentes figuras. Antiguamente se vendía en terrones de azúcar. Las dosis bajas generan hilaridad, aceleran los pensamientos, traen a la mente recuerdos vívidos, provocan asociaciones libres y algunas visualizaciones. Las dosis más fuertes ocasionan un colapso temporal sobre la percepción y usualmente llevan a introspecciones en las que se trasciende el ego y se tiene alguna clase de experiencia mística. La tolerancia no existe. Los usuarios de tripis que pasan una racha experimentando más seguido con ellos usualmente llegan aun punto en el que les resulta imposible manejar las experiencias y optan por suspender su consumo voluntariamente y sin problema alguno. Los efectos físicos incluyen dilatación de las pupilas, aumento de la temperatura corporal, de la frecuencia cardiaca y de la tensión arterial, sudor, inapetencia, insomnio, sequedad de boca y temblores. Un consumidor recurrente de LSD puede tener diversas reacciones como la insuficiencia cardíaca, cáncer de pulmón, cefalea, trastornos mentales y daño cerebral. Las zonas afectadas son el corazón, pulmón y cerebro33. Por otra parte, el consumo crónico de LSD puede ocasionar trastornos psiquiátricos de carácter permanente: reacciones de ansiedad, paranoia, alucinosis, ataques de pánico, reacciones depresivas y psicosis, estas últimas muy parecidas a algunas formas de esquizofrenia34. 2.7) Inhalantes Bajo el término inhalantes suelen estar agrupadas una gran variedad de sustancias psicoactivas cuya característica común es su modo de administración. Son muchas, variadas, baratas y prácticamente ubicuas, por lo que su consumo reporta los más altos índices entre las drogas susceptibles de abuso. En términos generales, un inhalante es un compuesto de uso industrial (xileno, tolueno, acetona, etc.) un aerosol (hidrocarbono de cloro y fluor), un cemento o pegamento, o cualquier otra sustancia psicoactiva cuyo método de administración sea a través de la inhalación como un nitrito o un anestésico (cloroformo, éter y óxido nitroso). Estos últimos ya se han analizado con 33 Espinazo García, Juan: La droga: problema de vigencia universal (perspectiva psicopatológica), Madrid, Edersa, 1988. 34 Véase figura 2.6 en el anexo 21 detenimiento en el apartado de "Las drogas de los anestesistas”. Estas se dividen en solventes industriales y nitritos. Los solventes industriales son productos químicos líquidos de uso comercial, cuyas propiedades les permiten disolver o dispersar sustancias de naturaleza orgánica, naturales o sintéticas que no son solubles en agua. Los aerosoles son productos líquidos, sólidos, gaseosos o una mezcla de los tres, que se aplican mediante una fuerza propulsora de gas comprimido que los impulsa del recipiente hacia el exterior a través de una válvula cuando se acciona el dispositivo. Los pegamentos y cementos son sustancias químicas volátiles que se utilizan para mantener unidos diferentes materiales. Por último, los nitritos son sustancias de aplicación médica limitada. Todos estos productos causan en los seres humanos depresión de Sistema Nerviso Central, y la exposición repetida a ellos, deprime también la médula ósea. El efectuar autopsias en individuos muertos por una intoxicación con inhalantes, se han descubierto hemorragias petequiales, sangre no coagulada y congestión de todos los órganos. El principio activo de los solventes es el tolueno, cloruro de etilo y cloroformo y este causa estragos relevantes en el cerebro; el neurotransmisor que actúa es el GABA (es un neurotransmisor inhibidor), por este transmisor entran en la neurona iones de cloro, presentes en el cuerpo de forma natural. En el interior de la célula, el cloro la deja insensible a estímulos lo que la hace más lenta; los solventes dejan este canal abierto y entra cloro en la neurona haciendo que los receptores GABA trabajen lento, varias funciones se desaceleran provocando un estado de embriaguez35. El axón, la cola de las neuronas, es por donde es conducido el estimulo eléctrico, posee una capa de grasa (la banda de mielina). El impulso eléctrico no pasa por esa zona, sólo en los puntos no cubiertos por ella; dando de esta forma “saltos”. El uso crónico de solventes corroe las bandas de mielina, sin estas el impulso eléctrico debe recorre todo el axón haciendo de las operaciones cerebrales un proceso más largo, volviendo al usuario retardado. Esta pasividad y lentitud se van agraviando con el paso del tiempo de un usuario frecuente. Los solventes también inhiben el hambre y cansancio, razón por la cual son una salida frecuente en los jóvenes que viven en las calles 36. 2.8) Cocaína Es una sustancia ilegal y su uso no tiene ninguna finalidad médica. Es un estimulante cerebral extremadamente potente, de efectos similares a las anfetaminas. Además, es un enérgico vasoconstrictor y anestésico local, siendo absorbido por las mucosas nasales cuando se la aspira, se metaboliza en el hígado y se elimina por la orina. 35 36 Labrousse, Alain y Wallon, Alain: El planeta de las drogas, Bilbao, Mensajero, 1994. Véase figura 2.7 en el anexo 22 Es altamente adictiva físicamente ya que el organismo no presenta síntomas de saturación (como en el alcohol o la nicotina). El adicto, si tiene acceso a ella, puede suministrarse dosis constantemente provocando la muerte por agotamiento, ataque al corazón o bien derrame cerebral37. Durante su uso se experimenta una anestésia local, energizante cerebral, insomnio y anorexia, aumento de pulso, temperatura, frecuencia cardiaca y respiratoria, vaso constricción y dilatación pupilar. Se presentan múltiples síntomas físicos como ojos vidriosos, tos crónica, taquicardia, dilatación pupilar, pérdida de sueño, irritación y sangrado nasal, elevación de tensión arterial, sudoración o escalofríos, nauseas o vómitos, alucinaciones visuales y táctiles, gripas crónicas y pérdida del apetito38. Producen sensación de euforia y de extrema seguridad en si mismo además de un estado de alerta intenso, seguido de depresión. Provoca actitudes agresivas y temerarias, así como estados de paranoia. Cambios en el estado de ánimo y conductuales son numerosos; euforia, agresión, grandiosidad, estado de alerta, agitación psicomotriz, sentimientos paranoicos y deterioro en el proceso de pensamiento. Genera también un habido desinterés sexual y llega a causar impotencia. El consumidor se vuelve altamente inseguro, sobre todo al dejar de usarla, pierde la capacidad de coordinar un pensamiento lógico y coherente; provoca un deterioro paulatino en la capacidad de aprendizaje. El mecanismo de acción de la Cocaína implica a las Catecolaminas y muy en especial a la Dopamina (neurotransmisor asociado con las sensaciones placenteras, provocando un exceso de estimulación). Esta droga aumenta la eficacia sináptica de la Dopamina e inhibe su recaptura lo que genera un estado de excitación y aumento de la energía mental y física, desaparece la fatiga y se eleva el estado de ánimo. La cocaína incrementa enormemente los niveles de adrenalina, elevando la presión sanguínea y el ritmo cardiaco39. Esto produce un alto riesgo de un ataque al corazón al aumentar en el cuerpo la adrenalina que acelera el corazón, disminuye el calibre de los vasos y aumenta la producción de glóbulos rojos y sustancias coaguladoras; todo esto aumenta la presión arterial forzando el corazón a bombear sangre por conductos dilatados agotándose. Aumentando 24 veces el riesgo de un ataque al corazón40. Aunque los efectos inmediatos son una sensación de euforia, claridad mental y alta sociabilidad, los adictos difícilmente están conscientes de que posteriormente aparecen síntomas dañinos y aterrorizadores, como depresión, impotencia, irritabilidad, ansiedad, insomnio, incapacidad de concentración, 37 Véase figura 2.8 en el anexo Madge, Tim: Polvo blanco. Historia cultural de la cocaína, Barcelona, Península, 2002. 39 Grinspoon, Lester y Bakalar, James B.: La cocaína. Una droga y su evolución social, Barcelona, Hacer, 1982. 40 Labrousse, Alain y Wallon, Alain: El planeta de las drogas, Bilbao, Mensajero, 1994. 38 23 alucinaciones táctiles (gusanos en la piel), paranoia, psicosis (muy similar a la sufrida en la esquizofrenia), comportamiento violento, taquicardia y vómito. Estos síntomas de abstinencia se convierten rápidamente en expresiones de impotencia ante un problema que consume a la juventud actual. Las actitudes y los comportamientos de los adictos se ven radicalmente cambiados por las dolencias que acompañan a estas drogas (por que como se puede apreciar todas las drogas tienen repercusiones en el individuo, y aunque varían, ninguna es positiva para una vida integra y sana) reflejándose en una convivencia social pobre o rota que más tarde trae problemas de índole psicológica y que requieren de atención especializada. Este es un problema social del cual se han desprendido modificaciones en las legislaciones y que preocupa y pone en riesgo el futuro. 24 Capítulo III: El rol del Contexto Social 3.1) Prevención El uso de las drogas y el alcohol está asociado con una variedad de consecuencias negativas, que incluyen el aumento en el riesgo del uso serio de drogas más tarde en la vida, el fracaso escolar, el mal juicio que puede exponer a los adolescentes al riesgo de accidentes, violencia, relaciones sexuales no planificadas y arriesgadas y el suicidio. Los problemas derivados del uso y abuso de drogas constituyen uno de los principales problemas sociales y sanitarios de la actualidad. Ante esta situación, la prevención del uso de drogas se constituye como uno de los ejes básicos sobre los que se articulan las intervenciones dirigidas a minimizar el problema. Uno de los ámbitos de actuación preferentes es la prevención del uso de drogas es la escuela, puesto que los enfoques más prometedores en prevención son aquellos que se dirigen a los jóvenes que se encuentran al comienzo de la adolescencia. Las actuaciones en el ámbito escolar deben de incluir a la comunidad escolar en su totalidad; profesores, padres y alumnos. No obstante, y aunque existe un claro consenso respecto a la idoneidad de la prevención en la escuela, existen diversas dificultades que impiden un desarrollo adecuado de los programas de prevención41. Una buena educación, influye mucho en los adolescentes, con respecto al consumo de drogas. Las escuelas son una de las fuentes sociales mas importantes durante toda la vida, en ellas aprendemos los valores necesarios para vivir correctamente en una sociedad. Las escuelas deben ser capaces de orientar a los jóvenes con respecto al uso y abuso de las drogas, deben darlas a conocer desde temprana edad. Una mala educación, con una falta en la enseñanza de los valores, repercute en los adolescentes, causándoles no solo problemas con drogas y adicciones, sino que también problemas con la sociedad misma, al no tener una idea fija de los valores que un individuo debe tener, el adolescente es fácilmente inducido al consumo de drogas y a una vida de crimen. La familia es otro factor fundamental para el desarrollo emocional del niño y del adolescente. La educación comienza en casa, pues la familia te enseña los primeros valores en tu vida. Debe brindar un ambiente de amor y seguridad, de diálogo; es necesario saber escuchar al adolescente y poder compartir sus sentimientos. Establecer límites que protejan a los hijos de situaciones que todavía no son capaces de resolver, ser tolerantes y promover su autoestima. Brindarle información acerca de los problemas de la sociedad actual: sexualidad, delincuencia y otros temas que nos producen temor o preocupación. Cuando el adolescente no encuentra en el grupo familiar el apoyo y la comprensión que necesita, los busca fuera de ella, busca un grupo en el cual, Velasco Fernández, Rafael, “La divulgación del conocimiento en torno al consumo de drogas”, Revista mexicana de prevención y readaptación social Núm. 7, México: Nueva Época, Enero-Abril de 2000. 41 25 cuyas normas y costumbres ha de aceptar. Entre ellas está, muchas veces, la de consumir drogas. Se debe agregar la posibilidad de que el uso indebido de drogas sea, para algunos grupos de adolescentes, la manera, equivocada por su puesto, de expresar su rechazo de la sociedad en que vive; la no aceptación de una sociedad de consumo, orientada hacia el éxito, que enfatiza los valores materiales, olvidando la ética y los valores tradicionales de convivencia, solidaridad y vida espiritual. Entre los factores personales y ambientales que favorecen de hecho el uso de la droga es, sin duda, el principal, la falta absoluta o relativa de la vida familiar, porque la familia es un elemento clave en la formación del carácter de una persona y de sus actitudes hacia la sociedad. 3.2) Los Medios de Comunicación Masiva La cuestión del papel de los medios de comunicación social y las drogas no pierde actualidad, a pesar de ser un tema de continuo debate en encuentros sobre drogas. Si complicado es el fenómeno de las drogas, no menos complejo es el mundo de los medios de comunicación social con toda su variedad: prensa, radio, TV, etc. No hay que olvidar que los medios de comunicación masiva no son todos iguales, a pesar de que con una visión global, sin entrar con detenimiento, pueda parecer que los medios son homogéneos. Y, aunque no se pueden negar las aportaciones de los medios de comunicación en la prevención del abuso de las drogas en los jóvenes, tampoco se puede olvidar sus limitaciones, que podrían denominarse “desinformación”. Desinformación que viene no sólo de la ausencia de ciertos contenidos, sino también de la parcialidad de sus planteamientos como de convertirse en altavoz de cuestiones problemáticas, más preocupados por lanzar noticias novedosas e impactantes que de sensibilizar a la población ante una problemática. Los medios de comunicación social, al transmitir contenidos y actitudes específicos relacionados con las drogas, tras los que se ocultan valores e intereses de la cultura dominante, se convierten en instrumentos de control social. Pues, el control social no es otra cosa que un despliegue de tácticas, estrategias y fuerzas para la construcción de la hegemonía, esto es, para la búsqueda de la legitimación o aseguramiento del consenso; o en su defecto, para el sometimiento forzado de los que no se integran en la ideología dominante42. En el caso de las drogas (ilegales), la noticia se convierte en un mecanismo de control social a través de la información, ya que reduce la complejidad, refuerza las normas sociales, da ilusión de participación, no admite réplica, crea actitudes y crea prestigio, al mismo tiempo que desvía la atención de otros 42 García Canclini, Néstor, Consumidores y Ciudadanos, conflictos multiculturales de la globalización, Grijalbo, México, 1995. 26 problemas. Muchas veces logran influenciar a los jóvenes para que no consuman este tipo de drogas, pero a su ves los conducen a consumir otro tipo de drogas, haciéndoles creer que su consumo es mucho menos dañino para la salud, teniendo el mismo efecto. Para la sustancias legales (alcohol, tabaco, medicamentos), en cambio, los medios de comunicación refuerzan su consumo, no sólo a través de la publicidad sino por medio de la difusión de información muy concreta que responde a intereses económicos y políticos, a los que no son ajenas las multinacionales relacionadas con estas sustancias. Precisamente estos intereses han sabido insertar unos estilos de consumo que encajan perfectamente con los valores de la sociedad actual, en la que priman la competencia, la imagen y el individualismo. Por lo general, fomentan este tipo de drogas, por medio de canciones y programas de moda. De cierta manera manipulan a los jóvenes. Los medios de comunicación han desempeñado también un papel contradictorio ante las drogas “sintéticas”. En ocasiones, el tratamiento de los consumos “ha estado teñido de cierto amarillismo” (rutas, accidentes, controles policiales, muertes). En otras, “se informaba de una manera casi publicitaria de las sustancias que constituían la última - y atractiva- moda”. Detrás, se ocultan intereses económicos (hostelero, discográfico, moda juvenil, prensa) que movilizan este fenómeno, sin olvidar su correspondencia con valores de la cultura actual: éxito y eficacia. Las drogas de síntesis son precisamente sustancias elaboradas en laboratorios clandestinos con la intención de conseguir drogas nuevas que produzcan efectos similares al de otras drogas conocidas e ilegales. Los medios de comunicación social juegan, pues, un papel clave a la hora de orientar la interpretación de la problemática de las drogas. Las noticias sobre las drogas suelen girar en torno al toxicómano y su tragedia, donde unas veces aparece como víctima y en otras, como delincuente, principal actor de la inseguridad ciudadana, mientras los grandes protagonistas son los policías, los jueces y los traficantes. Las noticias provocan y refuerzan el sentimiento de inseguridad de la población, sin facilitar un análisis del problema real existente. Tras una inflación informativa sobre las drogas, se oculta una visión simplista del problema donde se resalta la responsabilidad individual y la intervención del aparato represivo, sin mayor compromiso social. 27 Capítulo IV: Análisis estadístico La encuesta se realizo a un total de 75 alumnos de las diversas carreras de la división de ciencias sociales y humanidades dentro de la Universidad Autónoma Metropolitana, en el turno matutino durante el trimestre correspondiente a otoño de 2007. Los alumnos encuestados se encontraban en un rango de edad de los 18 a los 29 años de edad, de los cuales 41 (55%) eran hombres y las 34 (45%) restantes mujeres. El 71% de los encuestados ha usado drogas alguna vez en su vida. La droga ilícita más usada es (por su accesibilidad y su económico precio) la marihuana, secundándola pero con una distancia considerable se encuentra la cocaína (la que se consideraría una de las drogas más adictivas por el nivel de tolerancia que desarrolla en el cuerpo humano), seguida en orden creciente por el hachís, el LSD, las metanfetaminas (cristal, MDMA, etc.), los opiáceos (ó derivados del opio), las anfetaminas, los inhalantes, y la heroína, la cifra de uso de la morfina en esta encuesta fue nula. La frecuencia de uso varia dependiendo de la droga, la marihuana al ser la más consumida, también es la más frecuentemente empleada ya sea en lapsos de un año, un mes ó más de una vez por semana. La cocaína es la droga química más empleada anualmente. Las drogas que son más consumidas con un ritmo de un mes son el hachís, el LSD, las metanfetaminas y nuestro único consumidor de heroína; mientras que las anfetaminas, los opiáceos y los productos inhalantes son igualmente consumidos al mes que al año. El hachís es el más empleado a la semana junto con la marihuana y la cocaína; en cuanto a una frecuencia de mayor consumo a una vez por semana la marihuana es la más empleada, seguida del hachís y el LSD. La edad en la cual el alumno consumió por primera vez una droga en su gran mayoría fue en el lapso de los 16 a los 20 años (60%), seguido de un 21% en las edades vacilantes entre los 13 a 15 años; dejando a las edades con menor riesgo de experimentar con drogas a las posteriores a los 20 años y a las inferiores a los 12 años (en orden de porcentaje). Siendo la “droga de umbral” por mayoría la marihuana con un 82% seguida de la cocaína y “los chochos” o medicamentos empleados sin necesidad (ritalim, prozac, etc). En cuanto a las preguntas enfocadas al ámbito social se obtuvieron resultados relevantes. La mayoría de los encuestados (58%) no cree que los medios de comunicación masiva sean una herramienta que evita el uso de narcóticos, dejando la responsabilidad absoluta al consumidor y la ética. El 72% de los alumnos no siente una limitación en sus habilidades sociales debido al consumo de drogas. El 82% de los encuestados tienen amigos que usan drogas que ellos no usan, lo que nos indica que la amistad entre consumidores y no consumidores no alienta al uso de estupefacientes. La mayoría de los encuestados tienen entre uno o dos amigos que usan drogas, seguido de otros muchos cuya mayoría de sus amigos se droga, 28 posteriormente se encuentra la media donde la mitad de sus amigos usa drogas, para seguir con la minoría donde ninguno de sus amigos usa drogas. Lo que nos indica que los núcleos sociales donde ningún miembro se drogue son muy escasos, teniendo así un fácil acceso a las drogas. El 74% cree que las drogas no limitan un grupo social, es decir, el uso de la misma sustancia no es un factor en común. La propagación de información sobre los riesgos del uso de drogas es casi impecable, teniendo en los no consumidores un 100% de alumnos informados, siendo el 6% de los consumidores la mancha de la ignorancia. Las drogas han afectado el estilo de vida de un minoritario 11% de los encuestados dando por entendido que la gran mayoría no tiene problemas con adicciones y son consumidores esporádicos. Aunque por el contrario, el 47% no piensa dejar las drogas, mientras que secundando en promedio el 21% ya dejo de usarlas, el consiguiente 13% si lo piensa hacer, el 9% planea dejarlas en un lapso de 6 a 10 años. Lo que nos plantea una situación comprometedora ¿es el uso de la marihuana una innovadora forma de vida que rompe con los esquemas preestablecidos por la sociedad precontemporánea acostumbrada solo al uso de tabaco y alcohol ó simplemente ciegos de adicción los consumidores se enredaron en un juego patológico del que no planean desertar? Y es que la sociedad cambia, y con ellas las reformas que nos mantienen en un yugo de “libertades”. La gran mayoría (con más de 35 alumnos) piensa que la marihuana debería ser legal, seguido de un grupo que no cree en la legalización de cualquier droga. Y con 5 naturistas cuyo pensamiento aprobado por la madre naturaleza es el de legalizar las plantas que en nuestro afán por creer que las legislaciones están por encima de la ley natural hemos etiquetado de peligrosas. Y es así que nos hemos internado en un mar de opiniones donde el punto de vista siempre depende de la perspectiva de donde se observe. El uso de drogas molesta a una minoría del 7% mientras que el 42% permanece indiferente y a la generalidad del 51% no le molesta que las personas de su entorno usen drogas. 29 Conclusiones El consumo de drogas entre los jóvenes es un fenómeno complejo, en el que se involucran factores de diferentes tipos: crecimiento del crimen organizado, corrupción gubernamental, ineficacia de las fuerzas de seguridad para combatir el narcotráfico, globalización cultural que impone valores neoliberales, pocas expectativas de integración para los jóvenes a la sociedad, frustración y desintegración familiar, entre otras. Sin omitir la importancia que todos estos factores tienen en el consumo de drogas, para delimitar nuestro trabajo y por considerarlo de suma relevancia, nosotros nos enfocamos a los dos últimos aspectos. Como resultado de nuestro estudio, observamos que los esfuerzos que se realizan para dar a conocer los efectos de las drogas, tanto en el aspecto físico, como en la falta de fortalecimiento de valores individuales y su relación con el desarrollo de actividades delictivas, no ha influido considerablemente en los jóvenes. Las campañas gubernamentales como el de “mochila segura”, antidoping a estudiantes, sólo tienen fines mediáticos con el fin de hacer publicidad, para que la población crea que el gobierno está trabajando en el combate contra las drogas; esto se ve reflejado, de acuerdo con nuestras encuestas, en un alto porcentaje de consumo de estupefacientes en los jóvenes. El poco esfuerzo que realiza el gobierno en los medios informativos para dar a conocer las medidas que eviten el consumo de drogas, se ve minimizado por la gran cantidad de noticias, a diario transmitidas, sobre el ajusticiamiento de judiciales, narcotraficantes y de políticos relacionados con las grandes mafias del narcotráfico; lo cual refleja la magnitud del problema del consumo y con ello el enorme problema de inseguridad en la sociedad, frente a las mínimas acciones para prevenir un problema, que a todas luces rebasa el trabajo del gobierno. Además, en los medios de comunicación, el tema de consumo de drogas en los jóvenes se presenta en las series policíacas de origen extranjero, como un problema en el que la justicia opera de manera justa. En estos programas se atrapa a los criminales y se castiga a todos los implicados en el asunto, lo cual no refleja la realidad de nuestro país, donde la gran mayoría de las actividades delictivas, incluyendo las del narcotráfico, quedan en la impunidad (basta escuchar las noticias y observar lo que ocurre a diario). Por lo tanto, todos esos programas están lejos de cumplir con el objetivo de orientar a una gran cantidad de jóvenes respecto al consumo de estupefacientes en México, puesto que el tema no se aborda de manera suficientemente clara y de manera amplia; por el contrario tiene la característica de ser muy ambigua. Los datos arrojados por las encuestas realizadas, muestran de manera clara la predisposición de los jóvenes hacia el consumo de drogas, pues el 71% de los entrevistados las ha ingerido alguna vez en su vida. Este grupo no considera que la ingestión de drogas constituya uno de los problemas graves de la sociedad, por el contrario, aprecian aspectos positivos, tales como una mayor facilidad para socializar con otros jóvenes. Los encuestados no mencionaron la 30 relación del consumo de drogas con aspectos delictivos o con problemas tanto de salud física como mental, lo cual demuestra la poca conciencia de los jóvenes en las implicaciones del problema en caso de que la ingestión se convierta en una adicción. Asimismo, no verbalizaron el vínculo entre el consumo de drogas y su relación con problemas sociales tales como: la falta de expectativas para el futuro. De la misma manera, no se apreció por medio de las encuestas la relación del consumo de enervantes con los problemas emocionales relacionados con el entorno familiar, incluso existencial; aspectos probados por los estudiosos de la psicología con relación al tema. Sin embargo, notamos el existente vinculo entre las características y habilidades sociales del estudiante con el uso de sustancias psicoestimulantes; ya que, las reacciones ocasionadas en el cerebro siempre tienen importantes repercusiones en la química del metabolismo y los efectos nocivos siempre son irreversibles y pueden ocasionar cambios notorios en el comportamiento del individuo en la sociedad que lo rodea. Estas anomalías traen repercusiones que pueden ir desde comportamientos esquizoide, depresión, paranoia y otros efectos dependiendo de la sustancia consumida y su frecuencia. Del porcentaje que consume drogas sólo 11% declaró que el consumo de drogas ha afectado su estilo de vida, el resto de la población encuestada que las consume, piensa que no ha afectado su modo de desenvolverse en la sociedad, lo cual representa un problema aún más grave, la inconciencia de los jóvenes de lo que significa el consumo de drogas. Aclaramos que este estudio tiene la limitación de considerar en las encuestas realizadas a jóvenes universitarios, quienes de alguna manera se consideran privilegiados dentro del universo de jóvenes que no lograron ingresar a la educación superior y de todos aquellos cuyo estrato social ni siquiera aspira a formar parte de este grupo. Hipotéticamente podemos suponer que el problema de consumo de drogas en la población juvenil debe ser mayor en la población más marginada, por lo cual consideramos necesaria una mucha mayor incidencia y participación de las autoridades correspondientes en este asunto, ya que el consumo de drogas dada la situación social política y emocional de los jóvenes, representa un grave problema para nuestro país. Asimismo creemos pertinente realizar investigaciones más amplias que aborden el asunto del consumo de drogas en los demás ámbitos que intervienen en este problema, para esclarecer la gran cantidad de factores que inciden en este problema. . 31 Glosario Metabolismo: conjunto de transformaciones que experimentan las sustancias absorbidas por un organismo vivo. Neurotransmisores: sustancias que interfieren en el proceso de sinapsis entre dos neuronas. Queroseno: líquido incoloro o ligeramente amarillento, obtenido como producto intermedio entre la gasolina y el gas-oil a partir del petróleo crudo. Análogos: semejante Fisiología: ciencia que trata de las funciones orgánicas por medio de las cuales se manifiesta la vida y que aseguran el mantenimiento de la vida individual. Miocardio: parte muscular del corazón, que constituye la parte contráctil de la pared del mismo. Cardiopatía: nombre que designa a cualquier enfermedad del corazón. Edema: Hinchazón patológica del tejido subcutáneo, o de otros órganos como el pulmón o la glotis, por infiltración de liquido seroso. Motilidad: facultad de moverse. Herbáceo: plantas endebles, no leñosas, cuyas partes aéreas mueren después de fructificar. Ingravidez: estado en el que los efectos de la gravedad son nulos. Hipocampo: circunvolución del lóbulo temporal del cerebro. Elucubración: acción de divagar. Tamiz: cedazo de chapas perforadas que sirve para pasar sustancias pulverulentas y líquidos turbios. Vasoconstrictor: sustancia que hace disminuir el diámetro de la luz de los vasos sanguíneos. 32 Bibliografía ASTORGA, Luis: Mitología del "narcotraficante" en México, México UNAMPlaza y Valdés, 1995. BECOÑA, Elisardo, “Los adolescentes y el consumo de drogas”, Papeles del psicólogo: revista del colegio oficial del psicólogos, núm. 77, ISSN, 2000. CAMPBELL, Frank & SINGER, George: Estrés, drogas y salud. Experimentos recientes sobre el cerebro y la conducta, Barcelona, Ariel, 1987. CÁRDENAS DE OJEDA, Olga: Toxicomanía y narcotráfico, México, Fondo de Cultura Económica, 1976. COMAS, Domingo: El uso de drogas en la juventud, Madrid, Instituto de la Juventud, 1985. COURTWRIGHT, David T.: Las drogas y la formación del mundo moderno. Breve historia de las sustancias adictivas, Barcelona, Paidós, 2002. ESPINAZO GARCÍA, Juan: La droga: problema de vigencia universal (perspectiva psicopatológica), Madrid, Edersa, 1988. JELSMA, Martin y RONCKEN, Theo (coords.): Democracias bajo fuego. Drogas y poder en América Latina, Cochabamba (Bolivia), etc., Acción Andina, etc., 1998. FERNÁNDEZ MENÉNDEZ, Jorge, El otro poder. Las redes del narcotráfico, la política y la violencia en México, Aguilar (Colección Nuevo Siglo), México, 2001. FIUME, Sebastiano & DEL MONACO, Fulvio: Toxicomanías. Alcohol, drogas, psicodélicos, estupefacientes, ayer y hoy, Madrid, Paulinas, 1972. FLORES FLORES, Leticia, “Reflexiones sobre la corrupción desde una mirada psicoanalítica”, Educación y Comunicación Vol.2 , México: Anuario de Investigación, Universidad Autónoma Metropolitana, 2002. FLORES PÉREZ, Carlos Antonio, “Poder y Corrupción”, Iter Criminis, Revista de Ciencias Penales núm. 10, México: Instituto Nacional de Ciencias Penales, Tercera Época, marzo-abril de 2007. FRENK, Julio: Identificar las drogas y sus usuarios, México, Centro Mexicano de Estudios de Farmacodependencia, 1976. GARCÍA CANCLINI, Néstor, Consumidores y Ciudadanos, multiculturales de la globalización, Grijalbo, México, 1995. conflictos HERNÁNDEZ MEDINA, Alberto y Narro Rodríguez, Luís, Cómo somos los mexicanos, Centro de Estudios Educativos A. C., CREA, México, 1987. 33 IMPIP, “Declaración de la IV Conferencia Nacional de Prevención y Readaptación Social”, Revista mexicana de seguridad pública Núm. 3, México: Sistema Nacional de Seguridad Pública, Julio-Septiembre de 2000 LABROUSSE, Alain y WALLON, Alain: El planeta de las drogas, Bilbao, Mensajero, 1994. LAVEAGA, Gerardo, 65 propuestas para modernizar el sistema penal en México, Instituto Nacional de Ciencias Penales, México, 2006. LLANES, Jorge: Crisis social y drogas, México, Concepto, 1982. MADGE, Tim: Polvo blanco. Historia cultural de la cocaína, Barcelona, Península, 2002. MEDINA ALEGRÍA, Sara Mónica, “Examen Químico-Toxicológico de Drogas de Abuso”, Revista mexicana de seguridad pública Núm. 2, México: Sistema Nacional de Seguridad Pública, Abril-Junio de 2000. MENDOZA BREMAUNTZ, Emma, La globalización de la delincuencia, Sistema Nacional de Seguridad Pública, México, 2000. MORENO HERNÁNDEZ, Moisés, “Política Criminológica y Sistema Penal en México”, Revista mexicana de seguridad pública Núm. 2, México: Sistema Nacional de Seguridad Pública, Abril-Junio de 2000. RICO, José María y CHINCHILLA, Laura, Seguridad ciudadana en América Latina, Siglo Veintiuno, México, 2002. ROMANÍ, Oriol: Las drogas. Sueños y razones, Barcelona, Ariel, 1999. SCHERER GARCÍA, Julio, Cárceles, Alfaguara, México, 1998. SILVERMAN, Milton: Drogas, Buenos Aires (Argentina), Sudamericana, 1942. SOUZA MACHORRO, Mario, “La deficiencia formativa del personal de salud y la terapéutica de las adicciones”, Revista mexicana de prevención y readaptación social Núm. 8, México: Nueva Época, Mayo-Agosto de 2000. VARENNE, Gastón: El abuso de las drogas, Guadarrama, Madrid, 1973. VELASCO FERNÁNDEZ, Rafael, “La divulgación del conocimiento en torno al consumo de drogas”, Revista mexicana de prevención y readaptación social Núm. 7, México: Nueva Época, Enero-Abril de 2000. VILLALÓN, Carlos, “Caquetá”, Cocaína, un fotógrafo en la tierra de polvo blanco Vol. 15 Núm. 1, México: National Geographic en Español, Julio de 2004. 34 Anexo Análisis estadístico de la encuesta 1. Edad 4% 13% 11% 18 años 19 años 4% 20 años 21 años 16% 11% 22 años 23 años 24 años 25 años 8% 15% más de 25 años 18% 2. Sexo 45% 55% 3. femenino masculino ¿Has usado drogas? 22, 29% no 55, 71% si 35 4. ¿Cuál ó cuáles? 60 metanfetaminas 48 50 anfetaminas opiáceos 40 marihuana 30 hachís 18 20 20 9 10 5 cocaina 14 heroína 8 1 0 morfina 3 LSD 0 inhalantes cantidad 5. ¿Con que frecuencia? 18 16 14 12 10 8 6 4 2 0 año 6. mes semana más metanfetaminas anfetaminas opiáceos marihuana hachis cocaina LSD heroína morfina inhalantes ¿A que edad consumiste por primera vez una droga? 15% 4% 21% menor de 12 de 13 a 15 de 16 a 20 mayor de 20 60% 36 7. ¿Cuál fue? 2%2% 4%2% 8% cocaina marihuana chochos metanfetaminas heroína anfetaminas 82% 8. ¿Crees que los medios promueven el uso de estupefacientes? 42% si no 58% 9. ¿Sientes que el uso de narcóticos limita tus habilidades sociales? 2% 21% si no no se 77% 37 10. ¿Sientes que tienes más en común con personas que usan la misma droga (que tu) que con los demás? 26% si no 74% 11. ¿Conoces la ley con respecto a la portación y uso de drogas? 49% 12. 51% si no ¿Conoces las repercusiones en la salud del uso de drogas? 6% si no si no 94% Consumidores No consumidores 38 13. ¿Cuántos de tus amigos usan drogas? 30 25 ninguno 20 uno o dos 15 la mitad la mayoria 10 todos 5 0 14. ¿Tienes amigos que usen drogas que tú no usas? 18% si no 82% 15. ¿El uso de drogas ha afectado tu vida cotidiana (peleas, erizes, etc)? 11% si no 89% 39 16. ¿Piensas dejar de consumir drogas? Si ¿a que edad?_____________________________________ 21% 13% si no si de 1 a 5 años si de 6 a 10 años no se ya lo hice 6% 9% 47% 4% 17. No ¿Crees que se debería legalizar alguna droga? (piénsalo bien) Si ¿cuál? No marihuana 40 35 LSD 30 25 no 20 15 las naturales si 10 5 0 todas 18. ¿Te molesta que la gente use drogas? 7% si indiferencia no 42% 51% 40 Imágenes Imagen 2.1 Imagen 2.2 Imagen 2.3 41 Imagen 2.3.1 Imagen 2.3.2 Imagen 2.4 42 Imagen 2.5 Imagen 2.7 Imagen 2.6 Imagen 2.8 43