Breve descripción de las especies forrajeras

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Principales características de las especies forrajeras
Introducción a los Sistemas Productivos - FCV/UNCPBA
José María González
Breve descripción de las especies forrajeras más comunes en la zona
GRAMÍNEAS
Lolium perenne “raigrás perenne”
Caracteres vegetativos: Planta perenne, crece formando matas en siembras poco densas
pero llegan a formar césped muy compacto y consistente cuando la siembra es muy
densa y luego se maneja con pastoreos o cortes muy frecuentes y de baja altura.
Tallos: Durante otoño-invierno y principios de primavera están reducidos a pequeños
conos de pocos milímetros de altura, iniciando su elongación con la ampliación del
fotoperiodo. Al elongarse forman cañas de sección ovaladas.
Hojas: prefoliación conduplicada o plegada, expandiéndose luego al emerger y
desarrollarse.
9 Lámina: de color verde mate en el derecho (cara adaxial) y verde brillante en el envés
(cara abaxial), glabras.
9 Vaina: cortamente hendida en la parte superior.
9 Lígula: obtusa y muy pequeña.
9 Aurículas: muy pequeñas o inexistentes
Raíz: fibrosa, en cabellera, relativamente superficial.
Origen: Islas de Gran Bretaña e Irlanda.
Características forrajeras: Planta muy palatable y apetecida por el ganado, requiere
suelos fértiles y sin limitantes, donde proporciona forraje de óptima calidad y en gran
cantidad,
expresada
-1
como
kilogramo
de
materia
seca
por
hectárea
y
año
-1
(kg MS ha año ). Produce durante otoño, invierno y primavera, presentando dos picos
de producción: uno en otoño y otro de mayor magnitud en primavera.
Es poco resistente a la sequía y por esta razón se ve afectado en su producción
durante el verano debido a la superficialidad de su sistema radicular y al desecamiento de
la capa superior del suelo por el calor y los vientos. En cambio, si en esta estación se lo
riega y se lo corta periódicamente, a fin de impedir la emergencia floral, produce forraje en
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abundancia. La práctica del riego de pasturas en la zona sólo está en el nivel
experimental debido a los costos relativos de esta práctica con respecto al precio del
producto obtenido.
En la siembra es de rápida germinación y establecimiento, lo que le confiere una
gran capacidad competitiva que le permite incluso, eliminar a otras especies de más lento
crecimiento. Esta competencia la ejerce sobre todo por sombreo, lo cual puede constituir
una virtud con respecto al establecimiento de plantas no deseadas y malezas, pero se
convierte en un inconveniente si se la siembra en mezcla con otras gramíneas o
leguminosas que se desea establecer y que son de lento desarrollo inicial, requiriendo en
este caso, un manejo apropiado.
En general ha tenido diferentes respuestas en cuanto a su aceptación por parte del
productor debido a la aparente falta de adaptación como consecuencia del origen y de los
países donde fue mejorado y cuya semilla se proveía a la Argentina casi en exclusividad
hasta prácticamente la década del 60. En ese momento hicieron irrupción en el mercado
los raigrases neozelandeses y luego los australianos. Ambas naciones, Nueva Zelanda y
Australia están situadas en el hemisferio sur e incluso la primera en latitudes semejantes
a las de la Argentina, y dentro de ésta, a las correspondientes a la Pampa Húmeda.
Los primeros países que tradicionalmente proveían de semillas y cultivares al
mercado argentino eran entre otros, Gran Bretaña y Dinamarca y en menor escala los
Estados Unidos de Norte América. Los tres situados en el hemisferio norte, con latitudes
muy diferentes a la de la zona pampeana, y los dos europeos especialmente, con largos
inviernos y cortas primaveras, pero con larga duración del día en esta estación.
Cultivares (cv):
En los últimos años en EEA Balcarce se han probado 70 cultivares de distinto
origen: Dinamarca, Australia, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Suecia, Italia y
Nueva Zelanda, de los cuales se han seleccionado como los que dieron los mejores
resultados los originados en Nueva Zelanda y Australia (Orbea, 1973) y dentro de éstos
Grasslands Ruanui, Grasslands Nui, Grasslands Ariki y Grasslands Manawa, adaptados a
los suelos intermedios de la zona de cría y a los suelos altos de Balcarce.
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Las variedades Kangaroo Valley y Victorian de origen australiano, se adaptan a las
mismas regiones y además a otras más alejadas de la costa atlántica con climas más
continentales.
En el sudeste bonaerense los distintos cultivares evaluados manifestaron diferencias
importantes en su época de floración y en su ciclos estacionales, encontrándose
cultivares de floración temprana, intermedia y tardía.
Cultivares perennes:
C.v. Grasslands Ruanui: este cultivar es de origen neozelandés, adaptado a suelos de
elevada fertilidad, con veranos húmedos y frescos y precipitaciones no inferiores a los 750
mm anuales.
Es de floración intermedia y su persistencia puede verse afectada por años secos, o
cuando se la siembra en zonas con veranos secos y cálidos.
En buenos suelos tienen una alta capacidad de cobertura y se lo emplea
generalmente en mezcla con trébol blanco y en caso de suelos de menor calidad,
combinando con festuca alta y trébol blanco.
Cv. Grasslands Nui: adaptado a condiciones de menor fertilidad pero con mayor
resistencia a las sequías y calores de verano, no deteniendo su crecimiento si éstos
llegan a ser húmedos. Presenta una gran ventaja para el manejo de rodeos y majadas,
pues su gran crecimiento de otoño permite realizar un buen diferimiento de su pastoreo al
invierno. Este tipo de crecimiento reservado para el invierno recibe el nombre de pasturas
reservadas de otoño.
Proporciona grandes rendimientos anuales de forraje y presenta mayor facilidad
para mantenerlos estables que el Grasslands Ruanui.
Es de floración intermedia y se lo recomienda en siembras asociado a trébol blanco.
En la EEA Balcarce en ensayo sobre pasturas con trébol blanco sembrado en 1964, con
el empleo de superfosfato triple de calcio como fertilizante, aplicado a la siembra y en
refertilizaciones anuales, se siguió y evaluó el comportamiento de la mezcla durante 5
años, a partir del segundo año de siembra, es decir que se mantuvieron las evaluaciones
de la pastura, sometida a pastura con vacunos y ovinos, durante 7 años. La producción
anual promedio de la mezcla fue de 13270 kg MS.ha-1.año-1, de los cuales
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aproximadamente el 20% (±2600 kg) correspondieron al trébol blanco y el 80% restante
(10100 kg) al raigrás.
Cuando se terminó la evaluación al séptimo año, el rendimiento no había mostrado
ninguna declinación y se siguió usando la pastura por más de 15 años.
Durante la primavera tuvo producciones promedio de ±70 kg MS.ha-1.año-1 (Carrillo y
Orbea, 1968; Orbea, 1973) pero en ensayos posteriores esta producción llego a los 80-90
kg MS.ha-1.año-1 (Mazzanti et al, 1992).
La capacidad de respuesta a la fertilización nitrogenada y fosforada se evaluó con
diferentes dosis de siembra. Usando tres dosis de semillas: 10, 20 y 30 kg.ha-1 y tres
dosis de fertilizantes a la siembra, se obtuvo en dos cortes posteriores, para el tratamiento
testigo, es decir, sin fertilizantes, producciones de 750; 800 y 1300 kg MS.ha-1, para las
dosis de siembra de 10, 20 y 30 kg MS.ha-1, respectivamente y con las dosis máximas de
fertilizantes empleados (90 kg N.ha-1 y 94 kg P2O5.ha-1) éstas resultaron de 980, 1610 y
2400 kg MS.ha-1, para las dosis de 10, 20 y 30 kg.ha-1 respectivamente (Orbea y Carrillo,
1967).
Cv Kangaroo Valley: Es un cultivar seleccionado en Australia por su resistencia a climas
relativamente secos y cálidos y su adaptación a suelos de mediana fertilidad.
Prácticamente suspende su crecimiento en verano pero lo reanuda en otoño temprano.
Es de floración temprana, razón por la cual también produce su rebrote en forma
anticipada a fines de invierno y principios de primavera.
Dada su resistencia a climas secos y cálidos se lo recomienda en mezcla con
trébol blanco para esos lugares, como así también para aquellos donde se requiere
abundante forraje a fines de invierno.
Lolium multiflorum “raigrás anual”
Caracteres vegetativos: planta anual, cespitosa, macolladora, de producción otoñoinvierno-primaveral que se encuentra naturalizada prácticamente en toda la región
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pampeana y mesopotámica, donde integra la vegetación de muchas pasturas naturales.
De fácil resiembra, tiene un rápido crecimiento inicial.
Tallos: en estado vegetativo permanecen sin elongarse, prácticamente a nivel del suelo
durante otoño e invierno. En estado reproductivo están constituidos por cañas erectas de
sección redondeada.
Hojas: debido a su prefoliación convolutada crecen en forma enrollada pero al ir
desarrollándose se expanden en forma más o menos planas.
9Láminas: de mayor desarrollo que en el caso del raigrás perenne en cuanto a largo y
ancho, se asemejan en el color, es decir, verde mate en el derecho y verde brillante en el
envés. Al expandirse llegan a un ancho superior a los 4 mm.
9Vainas: glabras, lisas.
9Lígulas: truncadas, de hasta 1 mm.
9Aurículas: ligeramente mayores que en el raigrás perenne
Raíz: fibrosa, en cabellera, relativamente superficial.
Origen: Región mediterránea y zonas vecinas de África.
Características forrajeras: es una especie bien adaptada al pastoreo, resistente al pisoteo,
de rápido rebrote y muy buena palatabilidad. Tiene muy buena resistencia al frío, razón
por la cual vegeta bien durante el invierno y su consumo puede ser diferido para esta
época prácticamente sin pérdida de calidad.
Requiere suelos fértiles para expresar todo su potencial pero se adapta a suelos de
menor calidad e incluso con condiciones limitantes, donde producen menos y llega a
florecer a escasa altura, manteniendo una cierta producción de semillas y por lo tanto, la
posibilidad del mantenimiento del “banco de semillas” en el suelo.
Se la emplea en mezcla de corta duración o cuando se quiere obtener un pastoreo
temprano sin problemas de carencias minerales (hipomagnesemias) como ocurre con el
uso temprano de la avena, a la cual remplaza incluso como “verdeo” de invierno.
Su rápida germinación y crecimiento puede llegar a impedir, en siembras densas, el
establecimiento de otras especies menos competitivas. Su siembra debe ser tenida muy
en cuenta en suelos agrícolas donde se programe sembrar verdeos de invierno o cultivos
de cosecha fina al año siguiente, ya que si se la deja semillar y la producción de semilla
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es abundante, puede tornarse un serio competidor del cereal e incluso puede llegar a
hacer fracasar una cosecha del mismo.
Cultivares:
Si bien se ha trabajado con poblaciones locales o variedades producidas en el Uruguay
(La Estanzuela 284 y otras), en los últimos años han hecho irrupción en el mercado
argentino, cultivares de origen neozelandés, entre los que se destaca Grasslands Tama,
seleccionando a partir de genotipos tetraploides en lugar de diploides que se usaban
comúnmente.
Requiere suelo de alta fertilidad con precipitaciones no inferiores a los 750 mm
distribuidos regularmente a través del año. Es de floración intermedia, muy precoz en su
desarrollo inicial y sus cañas son erguidas, asemejándose la planta en su aspecto a un
cereal de invierno ya que presenta crecimiento muy vigoroso, hojas anchas y tallos
gruesos.
Se lo siembra para pastoreos tempranos en forma pura o asociadas con otras
gramíneas y leguminosas y permite un diferimiento para el invierno debido a las altas
tasas de crecimiento otoñal.
Phalaris aquatica L. “falaris bulbosa”
Caracteres vegetativos: Planta perenne, glabra, que puede llegar a formar matas de gran
tamaño, de crecimiento otoño-invierno-primaveral. Difundida en el país desde el año 1916
especialmente en la región pampeana, donde gracias a su plasticidad se ha adaptado a
un amplio rango de condiciones edafo-climáticas.
Tallos: Los tallos son de crecimiento anual, durante el invierno no tiene gran desarrollo
sino hasta la primavera, en que se elongan y dan las cañas florales. Se caracterizan por
poseer en la parte inferior un engrosamiento del tallo o bulbillo, que lo caracteriza, y que
es usado por la planta como lugar de almacenamiento de sustancias de reserva.
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Hojas: Presenta prefoliación convolutada, con hojas que al expandirse constituyen un
buen forraje. Durante el invierno forman un pseudotallo de sección cilíndrica o
redondeada.
9Láminas: anchas, suculentas, con nervaduras poco marcadas y una coloración verde
pálida (verde grisácea a verde azulada)
9Vaina: cortamente hendida en su parte superior.
9Lígula: membranosa, grande.
9Aurículas: No poseen
Raíz: fibrosa, en cabellera, con cierto desarrollo en profundidad.
Origen: Zona del mediterráneo.
Características forrajeras: Si bien la planta es de origen Mediterráneo, se ha desarrollado
en Argentina y luego sobre este material se seleccionó en Australia.
Puede resultar un buen integrante para mezclas forrajeras pero presenta el
inconveniente de un bajo poder de competencia en sus primeros estados de desarrollo, ya
que es relativamente lento de germinar y en desarrollar la plántula, razón por la cual suele
ser ahogado por plantas de más rápida evolución y capacidad de competencia,
especialmente por luz.
Existen dos grupos de cultivares de acuerdo a sus épocas de producción de forraje.
Uno de ellos es al que permanecen las poblaciones y cultivares difundido en el país,
caracterizados por un bajo crecimiento invernal, alta resistencia a bajas temperaturas,
floración temprana y porte de la planta rastrera en otoño e invierno. Los cultivares del
segundo grupo crecen activamente en otoño e invierno, presentan moderada
susceptibilidad a bajas temperaturas, floración tardía y poseen porte erecto en otoño e
invierno.
Cultivares:
C.v. El gaucho INTA: Obtenido por selección clonal, se adapta a suelos de mediana a
alta fertilidad en regiones con lluvias superiores a los 500 mm anuales.
Concentra gran parte de su producción forrajera en primavera y verano. Tiene
floración tardía, en Balcarce produce el máximo de panojas a partir de la tercera semana
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de noviembre, deteniendo prácticamente su crecimiento en verano y reiniciándolo con las
primeras lluvias del otoño.
Proporciona bajos rendimientos de forraje en el primer año de crecimiento, pero esto
se invierte en el segundo año. Es resistente a bajas temperaturas y a enfermedades. Se
lo recomienda en pasturas asociadas con trébol blanco o alfalfa.
C.v. Siro Seedmaster: Es de origen australiano, obtenido a partir del antecesor de El
Gaucho INTA (Pergamino N° 1), por lo cual presenta condiciones semejantes en cuanto a
requerimientos del suelo y clima y en cuanto a sus características y propósitos, excepto
en que tiene mayor retención de las semillas, lo que aumenta los rendimientos de la
misma a la cosecha.
C.v. Sirolan: es también de origen australiano y se obtuvo por cruzamiento a partir de
cultivares australianos y ecotipos del norte de África.
Requiere suelo de mediana a elevada fertilidad y precipitaciones superiores a los
600 mm. Se distingue del El Gaucho por tener una elevada producción forrajera en
primavera, fines de otoño e invierno, lo mismo que mayor vigor en sus plántulas, lo que
posibilita su inclusión en mezclas forrajeras más complejas. Su floración es tardía y es
sensible a las bajas temperaturas.
C.v. Castelar INTA: Obtenido por selección en Castelar (Argentina) presenta
requerimientos de suelo y clima semejantes a los requeridos por El Gaucho INTA, pero su
producción se concentra en otoño, invierno y primavera con un período de descanso muy
marcado en el verano. Sus plantas presentan mayor vigor que éste, similares a Sirolan.
Se lo recomienda en pasturas con alfalfa o trébol blanco.
Festuca arundinacea Schreb “festuca alta”
Caracteres vegetativos: planta perenne, robusta, de crecimiento otoño-inviernoprimaveral, de gran rusticidad y plasticidad adaptativa lo que le permite ser cultivada en
gran parte de la pradera pampeana, donde se difundió a través del cultivar El Palenque
MAG obtenido en la Estación Experimental de Pergamino (Buenos Aires).
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Tallos: Crecen en forma erecta y pueden tener en terrenos fértiles, un gran desarrollo en
altura si la planta no es manejada correctamente. Son de sección circular y se desarrollan
en primavera a partir de un pequeño tallo con nudos y entrenudos muy juntos y que dan
por resultante una altura de pocos milímetros durante toda la etapa de crecimiento
vegetativo.
Hojas: Son grandes y abundantes, por lo general de color verde muy oscuro, con la
particularidad de que este color es mate en el derecho de la hoja y brillante en el envés.
Crecen desde la base hasta el fin de la vaina rodeando el pseudotallo primero y el
tallo verdadero después, pero las láminas forman con respecto a la dirección del tallo un
ángulo cercano a los 90° cuando el cultivo no es muy denso.
9 Láminas: las de las variedades más cultivadas en el país son bastas, con las
nervaduras muy marcadas y cierta rigidez. En variedades mejoradas se ha buscado una
menor rigidez de la hoja, por lo que resulta más suaves al tacto y semejantes a las del
raigrás anual. Tienen como característica especial que son ciliadas en la base, cerca de
su unión con la vaina.
9 Vainas: cortamente hendida en la parte superior.
9 Lígula: es en forma de corona, muy pequeña (0,5 a 1 mm)
9 Aurículas: de tamaño variable pero tendiendo a ser cortas. Tienen la particularidad de
ser ciliadas como una continuación de las cilias que bordean la base de la lámina.
Raíz: tienen una raíz fibrosa y relativamente profunda, con una gran capacidad de
traspasar capas impermeables de arcilla del suelo.
Características forrajeras: es una planta adaptada a gran variedad de suelos y climas e
incluso a condiciones de manejo deficientes. No obstante en estos casos pierde gran
parte de su palatabilidad y de su valor forrajero.
En muchos campos se la observa con un gran desarrollo y crecimiento, que generalmente
va acompañado de gran material muerto y que pese a presentar una gran disponibilidad
no permite aumentos de peso en la hacienda e incluso hay animales que desmejoran en
ella. Esto provoca quejas en el productor que no siempre relaciona que la gran cantidad
de forraje disponible no está, en este caso, asociado a una buena calidad en la
alimentación.
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Por otra parte, las características de sus raíces le confiere la virtud de ser
mejoradora de suelos con capas impermeables y en el caso especial de suelos con sales
en su horizonte superior, ha permitido su notable mejoramiento al lograr el lavado de las
mismas hacia capas más profundas aprovechando el agua de lluvia y los canalículos
dejados por las raíces y raicillas al morir.
En la década del 80 su empleo como forrajera se vio notablemente puesto en tela
de juicio, ya que se detectó en muchos festucales la presencia de un hongo endófito
responsables del “asoleamiento” del ganado e incluso de necrosis caudales (patas y cola)
que causaron grandes daños. Los animales en festuca infestadas no ganan peso, lo
pierden y permanecen gran parte del día en charcos y barriales, pierden color en su pelaje
y jadean abundantemente, por lo cual se los denomina “asoleados”.
Las investigaciones realizadas han permitido identificar el hongo en las semillas y
en plantas, lo que permite el diagnóstico de la enfermedad tanto en la pastura como en
las semillas y la posibilidad de realizar análisis antes de la siembra para detectar semillas
libres o enfermas.
Puede formar mezclas forrajeras con numerosas especies como el trébol blanco,
alfalfa e incluso el trébol rojo. También se la siembra asociada con agropiro en campos
encharcables o de pH elevado, ya que sin ser la del agropiro, tiene cierta resistencia a
estas adversidades.
Es muy agresiva por lo que su manejo en mezcla debe ser cuidadoso, pues en
pocos años queda prácticamente como especie única. Sin embargo admite en estos
casos intersiembras con especies de rápido desarrollo como el trébol rojo.
Cultivares:
Se han podido identificar dos grupos de plantas de festuca, cada una de las cuales
tiene entre las especies que lo componen cierta homogeneidad en cuanto a la cantidad y
época de producción de forraje.
Uno de esos grupos se ha originado en climas templados y húmedos en Europa
y
Estados Unidos de Norte América y presenta una elevada concentración del crecimiento
anual de forraje en primavera y verano. El otro grupo, seleccionado a partir de ejemplares
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de ecotipos originados en climas mediterráneos de África del norte, concentra una
proporción de su crecimiento anual de forraje en otoño e invierno.
De acuerdo a este tipo de producción, sería conveniente realizar siembras con
ambos grupos a fin de contar con una oferta forrajera mejor distribuida durante el año.
Especialmente interesa el grupo de las mediterráneas por realizar su oferta de forraje en
un momento tan especial como el invierno, donde generalmente todas las forrajeras
disminuyen o cesan su oferta, mientras que en primavera el forraje por lo general es
abundante en todas ellas.
C.v. “El palenque MAG”:
Obtenido a partir de una selección del cultivar “Alta” importado en Estados Unidos.
Es un cultivar adaptado a un amplio rango de condiciones ambientales, soporta bien
inundaciones, sequías y suelos con un moderado nivel de alcalinidad.
Concentra su mayor producción en primavera-verano. Es muy persistente y en
pastura de muchos años de edad es prácticamente la planta que domina y queda como
único integrante. Se adapta tanto a suelos altos y de aptitud agrícola como a aquellos
netamente ganaderos de la Depresión del Salado. Vive en suelos relativamente pobres de
nitrógenos pero responde muy bien a la fertilización.
Es ligeramente susceptible a la roya (Puccinia sp) especialmente en invierno y en veranos
secos. Se la recomienda para pasturas de uso general en mezclas con alfalfa o trébol
blanco, o bien en suelos con problemas de excesos de sales e inundables, asociada al
agropiro.
C.v. Demeter:
Es de origen australiano y tiene un comportamiento semejante a “El Palenque” en
cuanto a épocas de producción y floración. Tiene una tendencia a superarlo en
producción en condiciones favorables, pero es más susceptible a enfermedades de las
hojas, sobre todo en invierno. Dadas las características se lo recomienda para
condiciones y mezclas semejantes a las de El Palenque.
C.v. Manade:
De origen francés, se obtuvo por selección de ecotipos allí desarrollados. Es
también semejante en sus patrones de crecimiento a El Palenque, diferenciándose en que
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la floración es aún más temprana (fines de septiembre). Se lo recomienda para
situaciones y mezclas similares a las de El Palenque.
C.v. Clarine:
Es de origen francés y también presenta características semejantes a las de El
Palenque.
C.v. Maris Kasba:
De origen inglés pero seleccionado de ecotipos del norte de África. Presenta un
patrón de crecimiento distinto a los vistos hasta ahora, con una buena producción no solo
de primavera sino también de otoño e invierno. En esta última estación los datos de
Balcarce indican una producción muy superior a la del El Palenque.
Es de floración muy tardía con respecto a El Palenque, ya que sus panojas
emergen a partir de la segunda semana de noviembre. Presenta hojas muy largas, finas y
suaves, siendo apetecida por el ganado ante el cual presenta baja resistencia al pastoreo.
Asociada a agropiro alargado y a Lotus tenuis se la sembró en forma experimental
para ser sometida a pastoreo en el año 1982 en la reserva 6 de la EEA Balcarce. Todos
los años en marzo se colocan en esa pastura los terneros de destete que se mantienen
en pastoreo rotativo suave hasta diciembre, en que se los saca a venta como novillitos
livianos con más de 350 kg de peso vivo (375 kg de promedio durante los años 1989 a
1992). No obstante ser preferida por el ganado y haber sufrido por esta razón un fuerte
raleo, todavía en el año 1993, después de 10 años, se la podía encontrar en la pasturas.
Se la recomienda para pasturas de uso general, pero requiere un manejo mucho más
cuidadoso que las otras festucas.
Dactylis glomerata L. “pasto ovillo”
Caracteres vegetativos: Gramínea perenne, de crecimiento erecto, formando matas
individuales y definidas por lo que forma un tapiz abierto y con baja agresividad.
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Tallos: reducido durante otoño, invierno y principios de primavera a un pequeño cono de
escasa altura, que inicia su elongación con la ampliación del fotoperiodo. Sus cañas son
de sección ovalada tendiendo a hacer planas en su base.
Hojas: nacen plegadas sobre su nervadura central. Con prefoliación conduplicada o
plegada como las hojas de un libro abierto.
9 Lámina: de color azul verdoso, verde grisáceo o verde claro, glabras, aparecen
dobladas sobre la nervadura central y se van expandiendo y tornando planas al alejarse
de su unión con la vaina.
9 Vaina: ancha, gruesa y carnosa, blanca en la base, aquillada, algo persistente y cuando
están marchitas presentan un color marrón pálido. Junto con la bases de los tallos actúan
como órganos de almacenaje de reservas, especialmente carbohidratos solubles.
9 Lígula: grande, blanca y conspicua.
9 Aurícula: faltan
Raíz: fibrosa y en cabellera.
Origen: es originaria de la zona mediterránea europea, en regiones de temperaturas
templadas.
Características forrajeras: planta perenne adaptada a suelos de regular a alta fertilidad,
semejante a aquellos donde puede desarrollar el raigrás, con el que no puede competir en
razón de su lento primer crecimiento y sus rebrotes también lentos. Pueden en cierta
forma convivir con esta gramínea si se realizan pastores muy suaves o con largos
periodos de descanso que le permiten almacenar reservas en la parte inferior de la vaina
y tallos. Este manejo lo favorece además por el hecho de ser menos palatable que el
raigrás, el que al ser consumido y mantenido en estado de césped por los animales que lo
pastorean permite su sobrevivencia.
Por otra parte, su cambio de estado vegetativo a reproductivo más tardío que el
raigrás perenne, al que se suma cierta resistencia a condiciones estivales moderadas,
permiten incluirla en mezclas con otras gramíneas y trébol blanco o acompañando a la
alfalfa.
Las variedades cultivadas durante muchos años en el país, de origen del norte de
Europa, con condiciones climáticas completamente desiguales a las de la pampa húmeda,
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Principales características de las especies forrajeras
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hicieron que su cultivo tuviera un desarrollo relativamente restringido al que colaboró su
susceptibilidad al ataque del hongo Scolecotrichum graminis, que en otoños húmedos y
falto de sol causa la perdida de gran parte del follaje. La presencia del hongo se reconoce
por el color amarronado que toman las hojas.
Cultivares:
C.v. Currie:
Seleccionado en Australia de poblaciones introducidas desde Argelia en base a su
capacidad de resistir veranos secos y cálidos. Se encuentra adaptado en suelos de
mediana fertilidad, bien drenados y con precipitaciones de 600 o más milímetros anuales.
Crece muy bien en primavera y otoño y algo en invierno. En veranos cálidos y secos
detiene su crecimiento y entra en reposo hasta las buenas condiciones del otoño. Muestra
alta productividad y estabilidad en la producción anual y estacional del forraje. Es muy
susceptible a las inundaciones o encharcamientos prolongados. Se lo ha seleccionado
también por su baja susceptibilidad a enfermedades de la hoja en otoño e invierno. Se lo
recomienda para pasturas de uso general en suelos de mediana fertilidad en mezcla con
trébol blanco, trébol rojo y alfalfa.
C.v. Porto:
Seleccionados de cultivares introducidos desde Portugal en base a su alta
producción y resistencia a las sequías. Adaptado a suelos de mediana fertilidad y lluvias
superiores a los 550 mm. En veranos secos y cálidos presenta un mayor periodo de
reposo que el Currie. Es semejante a éste en cuanto a su época de producción y de
floración, la cual es tardía, pero no alcanza los rendimientos del anterior aunque tiende a
mantenerse
muy
estables.
Es
susceptible
a
inundaciones
y
encharcamientos
prolongados. Es menos susceptible que Currie a enfermedades de las hojas durante
otoño e invierno. Se lo recomienda para pasturas de uso general asociado a las mismas
especies que el Currie.
C.v. Cambria:
Seleccionado de ecotipos de España, está adaptado a suelos de mediana fertilidad y
lluvias superiores a los 650 mm. Presenta en el verano un periodo de reposo menos
marcado que los anteriores. Con características de producción semejantes a las de Currie
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y Porto pero con tendencia a mantener los rendimientos en forma más estables que éstos.
Con floración más tardía que los anteriores presenta alta persistencia en condiciones
normales, pero muestra una susceptibilidad intermedia a enfermedades de hojas en otoño
e invierno. Se lo recomienda en casos semejantes al Currie.
C.v. Lucifer:
Variedad sintética obtenida en Francia, requiere suelos de mediana y alta fertilidad
en regiones de inviernos húmedos y frescos. Resiste tanto bajas temperaturas como
veranos secos y cálidos. Tiene porte más rastrero pero proporciona altos rendimientos de
forraje en todas las estaciones. Presenta el pequeño inconveniente de ser más
susceptible a enfermedades de hojas que los otros cultivares estudiados. Se lo
recomienda para pasturas de uso general sobre todo cuando se requiere de abundante
forraje durante fines de primavera-verano.
Bromas catharticus “cebadilla criolla”
Caracteres vegetativos: especie bianual, en condiciones favorables puede llegar a vivir
tres, cuatro y hasta cinco años, pero si son desfavorables se comporta como anual. En el
comercio se la conoce como “cebadilla australiana” debido a que fue en este país donde
se mejoró y seleccionó material proveniente de la Argentina y Uruguay.
Tallos: se presentan comprimidos lateralmente, cuando desarrollan, lo que se produce por
elongación entrenudos antes de que se produzca el cambio del estado vegetativo a
reproductivo, dan cañas relativamente gruesas.
Hojas: Son largas y anchas. Pese a que el pseudotallo se presenta achatado, la
prefoliación es convolutada.
9 Lámina: poseen generalmente un color verde pálido, son anchas con nervaduras poco
marcadas. Pueden ser glabras o vellosas.
9 Vaina: son hendidas y permanecen alrededor del tallo, del cual se van desprendiendo
con el paso del tiempo mientras toman una coloración amarronada a blanquecina. Están
cubiertas de cilias o pelos.
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Principales características de las especies forrajeras
Introducción a los Sistemas Productivos - FCV/UNCPBA
José María González
9 Lígula: son membranosa, grandes y truncadas.
9 Aurícula: no presentan.
Raíz: son en cabellera pero pueden ser relativamente profundas en suelos altos.
Origen: América del sur, especialmente la zona de la pampa húmeda.
Características forrajeras: planta de producción otoño-invierno-primaveral, muy palatables
y de excelente calidad forrajera. Se comporta como una especie bianual, pero puede ser
mantenida en la pastura por más tiempo, debido a su facilidad de resiembra natural. Esto
permite que con un manejo adecuado su duración se torne prácticamente indefinida.
Por otra parte, tiene el inconveniente de comenzar la elongación de los tallos y la
elevación del ápice vegetativo sobre el nivel del suelo antes de su transformación a
reproductivo. Por esta razón, a la que se suma su gran palatabilidad, se puede perder
fácilmente de los campos de pastoreo, pues el ganado la selecciona en su consumo.
Un buen manejo debe contemplar el pastoreo no muy intenso para evitar que sea
consumido el ápice aun no trasformado y dejarle períodos de descanso para que pueda
semillar y resembrarse naturalmente.
Se emplea en mezcla con otras gramíneas y leguminosas, especialmente con la
alfalfa a la que acompaña en muchos lugares de la zona de invernada.
Cultivares:
C.v. Martín Fierro:
Seleccionado en la EEA Pergamino del INTA a partir de material autóctono, se
encuentra adaptado a regiones con inviernos templados y húmedos y suelos de mediana
a elevada fertilidad. En veranos suaves puede no detener su crecimiento. Es de floración
temprana y persiste generalmente dos años. Proporciona buen forraje durante el primer
año en suelos arenosos pero de mediana fertilidad. Es severamente afectada por las
inundaciones y encharcamientos persistentes. Se la recomienda para pasturas de corta a
mediana duración en mezcla con gramíneas perennes y con alfalfa y trébol rojo.
C.v. Delta:
Seleccionado a partir de ecotipos adaptados a climas mediterráneos de Francia,
tiene exigencias en suelos y clima similares a Martín Fierro al que iguala en su
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Principales características de las especies forrajeras
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José María González
producción. Es resistente a enfermedades de hoja pero susceptible a las bajas
temperaturas. Se lo recomienda en pasturas en forma semejante al Martin fierro.
Thinopyron ponticum “agropiro alargado”
Caracteres vegetativos: plantas perennes, que crecen formando grandes matas en
siembras pocos densas, o cuando no se controla su crecimiento con el pastoreo o el corte
mecánico en la época de activo desarrollo, a fines de primavera principios de verano.
Tallos: durante otoño, invierno y gran parte de la primavera se encuentra reducido a un
pequeño cono, pero después de iniciada la elongación de los tallos, coincidente con el
pasaje del estado vegetativo al reproductivo adquiere gran desarrollo llegando a
sobrepasar el metro de altura, dependiendo su desarrollo de las condiciones del clima y
del suelo.
Con el desarrollo se lignifica y forman cañas que adquieren cierta dureza lo que las
hace no palatables. Por otra parte, esta lignificación les confiere cierta resistencia por lo
que pasan durante mucho tiempo erguido en el campo, aún después de haber terminado
su ciclo. Este conjunto de tallos secos, por otra parte, impiden el libre acceso de la luz
para estimular las yemas basales y también de los animales para llegar a consumir los
rebrotes.
Hojas: tienen prefoliación convolutada, son largas, acuminadas y bastas.
9 Lámina: son de color verde claro o verde glauco, poseen nervaduras muy marcadas y
adquieren con la madurez cierta dureza acompañada de pérdida de digestibilidad y
palatabilidad. Las hojas jóvenes se presentan muchas veces cubiertas de pelos hirsutos,
pero en las ya expandidas éstos no se encuentran o es difícil observarlos a simple vista.
9 Vainas: son largas hendidas en la parte superior y durante el estado vegetativo de la
planta forma un pseudotallo de sección redondeada.
9 Lígula: es de tamaño mediano y membranoso.
9 Aurículas: son también medianas y se entrecruzan en la parte anterior.
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Principales características de las especies forrajeras
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José María González
Raíz: es fibrosa, en cabellera y pueden alcanzar cierto desarrollo y profundidad en
terrenos bien preparados.
Origen: Asia Menor, los Balcanes y el sur de Rusia.
Características forrajeras: es una especie con alto grado de adaptabilidad a condiciones
de clima y suelo desde zonas húmedas a áridas y de templadas a frías. Se adapta bien a
suelos arenosos y de baja fertilidad del oeste de Buenos Aires como los arcillosos y
alcalinos de la Depresión del Salado. Allí resiste pH elevados creciendo y produciendo
aún con pH 9. Tiene una especial resistencia a encharcamientos prolongados e incluso a
la inundación. Fue una de las especies que en los ensayos realizados en Balcarce mejor
germinó, creció y cubrió mayor superficie en suelos alcalinos.
Por su capacidad de resistir estas condiciones extremas es una de las pocas
forrajeras cultivadas que puede competir con el “pelo de chancho” o “pasto salado”
(Distichlis sp) al cual mantiene bajo control siempre y cuando le haga sombra en el
período estival, que es donde esta planta tiene su activo crecimiento.
Dada su naturaleza y la tendencia a encañar, dando grandes matas pocos
palatables e incluso difíciles de comer para los animales se la propone para los suelos
pesados, inundables y alcalinos de la zona de cría. Debe cumplir con dos condiciones:
primero, que se efectúen siembras muy densas y segundo, que junto con el agropiro debe
entrar al campo la máquina cortapicadora. Las siembras densas (15 a 25 kg/ha de semilla
de buen valor cultural) logran que disminuya el tamaño de las matas y por otra parte que
también disminuya el número y el tamaño de los macollos, debido a la competencia entre
las plantas.
La máquina cortapicadora logra controlar el crecimiento exagerado de las cañas a
fin de primavera y si éste se produce, permite volver a la altura deseada eliminando casi
totalmente las cañas por corte. También es útil para el caso de que las plantas florezcan y
fructifiquen ya que las semillas, contrariamente a lo que sucede con otras plantas
cultivadas permanecen sin caerse en la planta hasta que alcanza su madurez fisiológica,
lo que recién se logra bien entrado el otoño. No es difícil ver cañas de agropiro con sus
semillas en lugares protegido de los animales, aún en pleno inverno.
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Principales características de las especies forrajeras
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José María González
Esta característica de la planta provoca la falta de rebrote en el otoño, ya que
mientras las semillas llegan a su madurez fisiológica, ejercen una acción hormonal
inhibitoria del rebrote otoñal. En cambio en aquellas pasturas de agropiro en que se
produce al “corte de limpieza” durante el verano, se produce un excelente, aunque lento
rebrote de otoño, que puede conservarse en pie para alimentar al rodeo durante el
invierno.
Cultivares:
Sobre esta especie se ha trabajado muy poco en la obtención de variedades
mejoradas. No obstante, en la EEA de Pergamino del INTA se ha obtenido por selección
masal, el cultivar El Vizcachero, que se adapta perfectamente a suelos con limitantes de
agua, en exceso o defecto, y a condiciones de suelos tanto arenosos como pesados y
arcillosos. Se lo recomienda para regiones ganaderas con severas limitaciones edáficas
en mezclas con Lotus tenuis. En Balcarce se lo emplea desde hace más de 30 años en
mezclas con festuca (cv. El Palenque), e incluso en Reserva 6 se lo mantiene en pasturas
originales con festuca y trébol frutilla (Trifolium fragiferum).
También y desde el año 1982, se lo mantiene en una mezcla con festuca alta (cv.
Maris Kasba) y Lotus tenuis en el lote donde se realiza invernada de novillitos.
Paspalum dilatatum “pasto miel”
Caracteres vegetativos: Planta nativa perenne, de ciclo estival, con rizomas cortos, no
invasores. Si bien es una especie espontánea en todo el área rioplatense, en otros países
se la emplea como especie cultivada integrando mezclas con raigrás y trébol blanco, o
con alfalfa o trébol rojo. En el primer caso, se ha tratado de suplir la falta de producción
estival del raigrás-trébol blanco y en segundo se usa como complemento de especies de
producción de verano.
Tallos: son gruesos, comprimidos e intravaginales. Se han observado dos biotipos de
hábitos de crecimiento contrastantes erecto y decumbentes.
Hojas: pese a que el pseudotallo se presenta achatado es de prefoliación convolutada.
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Principales características de las especies forrajeras
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9 Lámina: las láminas son planas de color verde intenso, anchas y abundantes. Son
glabras con excepción de algunos pequeños mechones de pelos sedosos a uno y otro
lado de la base.
9Vainas: son achatadas y a veces abultadas en la base, presentan pelos en su porción
inferior.
9 Lígula: son membranosas, anchas y bastantes visibles (2-3 mm).
9 Aurícula: no presenta.
Raíz: en cabellera, puede ser relativamente profunda.
Origen: Sudamérica, especialmente en la región del Río de La Plata.
Características forrajeras: forrajeras de producción de fin de primavera-verano, debido al
proceso fotosintético del tipo C4 que le permite un crecimiento muy activo con altas
temperaturas (25-30 °C) y buena luminosidad. Disminuye su producción cuando estas
condiciones desaparecen y cesa totalmente su producción con las primeras heladas.
Es de lento establecimiento y crecimiento inicial, pero una vez logrado el primero
es persistente y resistente a pastoreos intensos, gracias a que su rebrote se realiza por
yemas ubicadas por debajo del nivel del suelo.
Un manejo que elimine los macollos reproductivos a medida que se van
trasformando, asegura un proceso continuo de macollaje, al mismo tiempo que se obtiene
un forraje de mayor calidad. En pasturas con (pasto miel) que se utilizan oportunamente
conviene el corte de las mismas, lo más bajo que sea posible, para lograr el rebrote. Este
corte, al evitar la floración, puede llegar a disminuir el problema del ataque del hongo
Claviceps paspali, que invade las flores y origina en ellas, en una etapa inicial un liquido
meloso o “miel”, seguida de otra en que aparecen los esclerotos globosos de color
marrón, que contienen sustancias tóxicas (micotoxinas), las que producen intoxicaciones
en el ganado, caracterizadas por temblores, andar vacilante e incoordinado, caídas y
dificultades para reincorporarse.
En suelo fértil, y no alcalino, puede llegar a una producción diaria de 100 kg
MS.ha-1día-1 o más a principios de febrero (Orbea, 1982).
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Principales características de las especies forrajeras
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LEGUMINOSAS
Las leguminosas son, junto con las gramíneas, las dos grandes familias donde se
encuentran casi todas las plantas forrajeras.
A continuación se describen las principales leguminosas destinadas al pastoreo o al
corte en la zona templada.
Trifolium repens “trébol blanco”
Hábito: Planta perenne, postrada, estolonífera.
Tallos: Rastreros, glabros, son estolones foliosos con raíces adventicias en los nudos.
Hojas: Digito trifoliadas, glabras, largamente pecioladas.
9Folíolos: orbiculares (forma circular) y obcordiformes (forma de corazón), con borde
generalmente entero, aunque a veces presentan el tercio inferior finamente aserrado. Son
de color verde brillante, con manchas foliares en forma de U o V, que en ciertos casos
pueden faltar.
9Peciolulos: cortos y de igual longitud.
9Estípulas: pequeñas, ligeramente apuntadas, connatas, formando un tubo alrededor del
estolón.
Raíz: La raíz primaria o seminal, llamada así porque nace de la semilla y muere
posteriormente, es pivotante y más profunda que las pequeñas raíces fibrosas que nacen
en los nudos de los estolones.
Origen: Europa, naturalizado en todo el país, donde se lo encuentra desde Jujuy a Tierra
del Fuego.
Características forrajeras: Especie perenne, de gran vitalidad, especialmente apta para el
pastoreo directo ya que sus tallos y yemas casi a nivel del suelo no son dañados por el
pastoreo, salvo en casos muy extremos o de sobrepastoreos intensos.
En condiciones favorables se desarrolla rápidamente y forma una intrincada red
estolonífera. Es sensible a la falta de luz, razón por la cual debe ser sembrada y
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Principales características de las especies forrajeras
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José María González
manejada con especies que no la ahoguen y que le permitan un máximo aprovechamiento
de la luz.
Es una especie sumamente plástica, ya que las plantas tienen capacidad para
adaptarse a los cambios de las condiciones ambientales. En zonas húmedas sus
entrenudos son cortos, mientras que en amientes secos pueden encontrarse plantas con
largos estolones.
Las plantas tienen hojas de diferentes tamaños y pueden transformarse durante el
invierno en plantas con hojas de muy pequeño tamaño y un corto pecíolo, si se
encuentran sometidas a una gran presión de pastoreo. Su plasticidad les permite luego,
en un corto período de condiciones más apropiadas, retornar a su antiguo tamaño.
La capacidad de adaptación que posee le permite desarrollarse durante todo el
año en condiciones favorables. El rango de temperatura en el cual crece, oscila entre los
5 y los 30° C, aunque su mejor crecimiento lo obtiene con temperaturas de 18 a 25 ° C,
siempre que la humedad del suelo no se torne en un factor limitante.
Este fenómeno de falta de humedad se produce generalmente en verano, por lo
cual su producción más común es otoño-invierno-primaveral, con un marcado descenso
durante el invierno debido, no a la falta de humedad, sino a la longitud del fotoperíodo y a
las temperaturas muy bajas.
Se lo usa en mezclas forrajeras de alta productividad y calidad, asociada con
raigrás perenne (Lolium perenne), o con otras especies en mezclas más complejas.
Mantiene la alta calidad del forraje, ya que al ser estolonífera, los tallos no se lignifican
para permitir el sostén de la planta e inflorescencias. Por otra parte, el hecho de tener
tallos postrados, dificulta el consumo de los mismos por parte de los animales, los que
cosechan, en condiciones normales de pastoreo, sólo las hojas y pecíolos tiernos.
Crece en forma espontánea en casi todo el país, incluso en los campos de cría de
ganado de la provincia de Buenos Aires, donde se encuentra naturalizado y presentando
numerosos ecotipos locales.
Uno de los modos o formas de su difusión natural, es por vía endozoica, ya que las
semillas consumidas durante el pastoreo, pasan por el tracto digestivo de los animales sin
ser dañadas y se incorporan al campo con las deyecciones.
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Principales características de las especies forrajeras
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José María González
Al tener un porcentaje relativamente alto de semillas duras, aún en el caso que
todas las plantas sean destruidas por inundaciones, sequías o por sobrepastoreo, con el
tiempo reaparece en el tapiz, al germinar las semillas del banco de semillas del suelo.
Cultivares:
Los cultivares pueden clasificarse en función del tamaño de sus hojas y/o folíolos
en tres grupos o tipos: a) de hojas pequeñas, b) de hojas intermedias y c) de hojas
grandes. Los primeros incluyen los tipos comúnmente denominados “salvajes”, son
plantas pequeñas, postradas y con hojas también pequeñas. Tienen baja producción de
forraje pero una alta persistencia y tolerancia al pastoreo continuo.
Los de hojas intermedias incluyen los cultivares o tipos “comunes”. Tienen una
floración más temprana y abundante que los de hojas grandes, a los que se denomina
comúnmente como “ladinos” y que se caracterizan porque sus hojas poseen largos
pecíolos y presentan estolones gruesos y hojas de gran tamaño. Por estas cualidades,
estos últimos son empleados especialmente para corte y floración.
Existen diversos cultivares de buen rendimiento y adaptación en la zona del
sudeste de Buenos Aires, como el cultivar nacional El Lucero INTA y los cultivares
Grassland Huia (Nueva Zelandia) y Victorian Irrigation (Australia). Los dos primeros se
han comportado bien en suelos intermedios de la zona de cría y en suelos altos de la
zona triguera bonaerense. El cultivar Victorian Irrigation ha demostrado buena tolerancia
en áreas con mayor déficit hídrico, como los partidos de Tres Arroyos y Laprida. El cultivar
El Lucero se multiplica en la EEA Pergamino del INTA, se adapta bien a suelos fértiles y
con buenas precipitaciones (no inferiores a los 800 mm). Posee folíolos relativamente
grandes y proporciona buenos rendimientos forrajeros en primavera y otoño, deteniendo
su crecimiento en veranos secos y calurosos.
El cultivar Grassland Huia está adaptado a suelos de mediana a alta fertilidad. Sus
folíolos son de menor tamaño que los de El Lucero y da mejores producciones en otoño y
especialmente primavera, pudiendo mantenerse relativamente activo en veranos
húmedos.
El cultivar Victorian Irrigation, como su nombre lo indica responde muy bien al
riego pero se adapta bien a lugares con lluvias regulares. Sus folíolos son de un tamaño
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Principales características de las especies forrajeras
Introducción a los Sistemas Productivos - FCV/UNCPBA
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intermedio entre los de El Lucero y los del Grassland Huia. No persiste bajo inundaciones
o encharcamientos prolongados.
Trifolium pratense “trébol rojo”
Hábito. Planta perenne de corta vida (2 a 4 años), de porte “achaparrado” durante el
invierno y erecto durante la primavera y el verano.
Tallos: erectos, pubescentes, con base subleñosa formando una corona superficial o
semienterrada que posee gran número de yemas de renuevo.
Hoja: digito trifoliadas, pubescentes
9 Folíolos: de forma oval o elíptica, con borde entero, de color verde glauco a intenso con
una mancha en forma de U o V.
9 Peciolulos: los tres son cortos y de igual tamaño.
9 Estípulas: grandes, anchas y bruscamente terminadas en punta delgada. Tiene las
nervaduras muy marcadas y a veces de color rojizo.
Raíz: una raíz principal pivotante y ramificada.
Origen: Europa y parte de Asia.
Características forrajeras: excelente forrajera cultivada en suelos y climas que no
permiten el desarrollo satisfactorio de la alfalfa (Medicago sativa), ya que posee raíces
más cortas y es más tolerante al frío, a suelos no tan fértiles y a moderada alcalinidad.
Se lo emplea generalmente en mezclas forrajeras, asociado con gramíneas: pasto
ovillo, festuca alta, raigrás, etc. Es de gran producción primavera-estival. Sirve para corte
y pastoreo directo. Se lo usa en rotaciones cortas, como recuperador de suelos agrícolas.
Sembrándolo conjuntamente con trigo en siembras tardías, se implanta sin dificultad y su
aprovechamiento permite el pastoreo junto con el rastrojo después de la cosecha del
grano. Su duración, aproximadamente dos años, permite la rotación y descanso del
potrero por un periodo corto.
Cultivares:
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Principales características de las especies forrajeras
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En el mercado se encuentran disponibles tres grupos de cultivares clasificados de
acuerdo a su época de floración: a) floración temprana; b) floración intermedia; c) floración
tardía.
Los cultivares de esta especie que han demostrado mejor comportamiento por su
persistencia y por su producción de forraje en la zona del sudeste, en diversos ensayos,
son el cultivar nacional El Sureño INTA y las introducidas Grassland Turoa (Nueva
Zelandia), Sabtoron (Inglaterra) y Quiñequeli (Chile) que se prestan al cultivar en suelos
agrícolas en la zona mixta triguera.
C.v. El Sureño:
El cultivar se recomienda para su uso en el sudeste de Buenos Aires, tanto en
suelos intermedios de la zona de cría, como en suelo altos de Balcarce y en suelos
agrícolas de la zona triguera. Este cultivar se multiplica en las Estacione Experimentales
del INTA de Hilario Ascasubi y Pergamino.
El Sureño ha demostrado buen comportamiento en zonas de buenos suelos y lluvias
regulares (Balcarce, Laprida y Tres Arroyos), pero no en lugares como Coronel Dorrego,
donde las condiciones de suelo y clima (lluvias de 600 mm o inferiores y veranos muy
secos), impidieron una buena implantación y afectaron los rendimientos y la persistencia
de las plantas. No tolera inundaciones o que el agua se quede mucho tiempo.
C.v. Grassland Turoa:
Este cultivar, de origen neozelandés, es de floración tardía y llega a su máxima
producción a mediados del verano, prolongándose ésta hasta el otoño. Es de porte más
rastrero y sus folíolos son pequeños, pero puede persistir más de 4 años en producción,
razón por lo que se recomienda para pasturas dedicadas al pastoreo directo, no siendo
conveniente para corte y cosecha mecánica del forraje.
C.v. Sabtoron:
Es de origen inglés, está adaptado a suelos de mediana a alta fertilidad, con
precipitaciones no inferiores a los 700 mm anuales. Es de porte erecto y floración
temprana, proporcionando altos rendimientos de forraje en condiciones adecuadas.
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Principales características de las especies forrajeras
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C.v. Quiñequeli:
De origen chileno, está adaptado a suelos bien drenados y con buen contenido de
fósforo. Es de porte semierecto, con foliolos relativamente grandes y floración tardía,
presentando buenas producciones de forraje en primavera y otoño, producción que se
puede mantener durante el verano, si éste es relativamente fresco y húmedo. Por su parte
se adapta muy bien a la cosecha mecánica y a la henificación.
Trifolium alexandrinum “trébol de Alejandría”
Hábito: planta anual, erecta, de crecimiento primaveral.
Tallos: erectos, huecos y pubescentes, se originan en una corona superficial.
Hojas: dígito trifoliadas, pubescentes.
9 Folíolo: de forma oblonga- elíptica a lineales, con borde entero, a veces dentado hacia
el extremo, sin mancha foliar.
9 Peciolulos: cortos y de igual longitud.
9 Estípulas: lanceolado-subuladas, pubescentes.
Raíz: pivotante y profunda si se considera que es una especie anual, esta cualidad le
permite cierta resistencia a la sequías.
Origen: Afro-asiáticas.
Características forrajeras: planta anual de crecimiento primaveral. Sensible a las heladas
pero con cierta resistencia a las sequías gracias a su sistema radicular. De porte similar a
la alfalfa se la utiliza para corte. No resiste bien el pisoteo. Se adapta a suelos algo
pesados y alcalinos.
Trifolium subterraneum “trébol subterráneo”
Hábito: planta anual, invernal, de porte rastrero a semierecto.
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Principales características de las especies forrajeras
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Tallos: cortos y tendidos en invierno, se alargan en primavera conservándose postrados,
no son radicantes y presentan pubescencia.
Hojas: dígito trifoliadas vellosas.
9 Folíolos: redondeados y obcordiformes, pubescentes. Con borde por lo general enteros.
La mancha foliar forma una decoloración triangular en el centro de cada folíolo y sus
extremos aparentan continuarse en los otros folíolos, pero a veces puede faltar.
9 Peciolulos: cortos y de igual longitud.
9 Estípulas: anchas, terminadas en una punta corta.
Raíz: pivotante, poco profunda con numerosas ramificaciones laterales.
Origen: Sur de Europa.
Características forrajeras: planta anual de invierno-primavera, que muere al llegar el
verano. A la madurez de la semillas, la planta inclina el ginecóforo y apoya los frutos en el
suelo adonde quedan semienterrados, protegidos por una serie de florecillas estériles,
que con cierta consistencia forman una red protectora o canastillo.
Para que se produzca el entierro parcial o total del fruto es necesario un suelo
franco, ya que en los arenosos se puede presentar limitaciones hídricas y en los pesados,
difícilmente se entierren.
Con las primeras lluvias del otoño se produce la germinación de las semillas, lo
que permite que la especie se comporte prácticamente como perenne por resiembra
anual. En Uruguay se ha usado para mejorar campos naturales.
Cultivares:
En Australia, donde el trébol subterráneo es una especie muy utilizada, se presentan
problemas de disminución de la fertilidad de las ovejas en pastoreo debido al contenido de
estrógeno que posee el forraje. En el Sudeste bonaerense en el área de la zona triguera,
se han probado diversos cultivares y se ha determinado que los de mejor comportamiento
han sido Mount Barker, Woogenellup y Bachus Marsch, que precisamente tienen bajo
contenido en estrógenos.
C.v. Mount Barker:
El cultivar Mount Barker, de origen australiano, está adaptado a suelos neutros a
levemente ácidos y crece en zonas con lluvias bien distribuidas a lo largo de su ciclo. Este
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Principales características de las especies forrajeras
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cultivar ha dado buenos resultados en siembras con gramíneas perennes (pasto ovillo,
festuca, raigrás, y falaris), habiéndose comportado bien en lugares como Tres Arroyos y
Coronel Dorrego.
C.v. Bachus Marsch:
Este cultivar tiene requerimientos de suelo y clima semejantes al anterior, pero
vegeta durante un periodo más reducido, concentrando una mayor proporción de su
producción a fines de otoño. Tiene buena capacidad de resiembra y se lo ha probado en
la zona del sudeste bonaerense en Tres Arroyos y Dorrego con buenos resultados.
Trifolium fragiferum “trébol frutilla”
Hábito: planta rastrera, estolonífera, perenne, propia de campos bajos y húmedos.
Tallos: estoloníferos, rastreros, con raíces adventicias en los nudos.
Hojas: dígito trifoliadas, glabras.
9 Folíolos: de forma oval elíptica, con borde entero o ligeramente cerrado en el tercio
inferior del folíolo, glabras y sin manchas foliar. Estas dos últimas condiciones no son
absolutas, pudiendo llegar a tener una ligera pubescencia y manchas más o menos
marcadas en determinadas condiciones de suelo y clima. Las nervaduras secundarias o
laterales se bifurcan en sus extremos cerca del borde, dando un aspecto festoneado a los
folíolos, característico de la especie.
9 Peciolulos: cortos y de igual longitud.
9 Estípulas: libres y ligeramente acuminadas.
Raíz: la principal que nace de la semilla, es permanente, pivotante, y más profunda que
las secundarias que nacen en los nudos del tallo y que son fibrosas y superficiales.
Origen: Europa.
Características forrajeras: planta perenne, rastrera, vive en forma natural en campos bajos
y húmedos. Puede emplearse en terrenos inundables donde las condiciones extremas de
la humedad y alcalinidad no permiten el desarrollo del trébol blanco. No soporta sequías
ni calores intensos.
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Principales características de las especies forrajeras
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Vegeta en otoño, invierno y primavera, mientras que en el verano puede o no vegetar de
acuerdo a las condiciones de humedad del suelo.
Cultivares:
De esta especie no existen cultivares seleccionados en el país; toda la semilla
comercial es importada y pertenece en general a los cultivares Palestine (Australia) y
Salina (EEUU). En el área de la Depresión del Salado se ha difundido naturalmente una
especie muy afín denominada Trifolium bonanni que tiene similares características
vegetativas y de adaptación y que podría ser multiplicada para su implantación en
mezclas con pastos cultivados.
Crece en suelos con ciertas limitantes en cuanto a contenido de sales y a su
posible anegamiento transitorio, asociado al agropiro alargado (Tinophyrum ponticum), y/o
a la festuca y en suelos pesados pero no salinos (bajos dulces) puede sembrarse con
falaris.
Medicago sativa “alfalfa”
Hábito: planta perenne, semierecta a totalmente erecta.
Tallos: erguidos o ascendentes, desde poco a muy ramificados, según los grupos que se
consideren, con base subleñosa cuyo conjunto forma una corona aérea, superficial,
semienterrada o enterrada, con numerosas yemas de renuevo.
Hojas: dígito trifoliadas.
9 Folíolos: la forma de los folíolos es muy variada, de acuerdo a los ecotipos y al estado
de desarrollo. Varían desde redondeados, a ovado-oblongos, linear-oblongos, hasta
prácticamente lineales. Presentan la característica de tener el tercio superior de la hoja
aserrado y en algunos casos un mucrón en el extremo apical. Varían también de muy
pubescentes a escasamente pubescentes.
9 Peciólulos: son cortos, siendo el central que corresponde al folíolo terminal, más largo
que los laterales.
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Principales características de las especies forrajeras
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9 Estípulas: también existe una gran variabilidad, siendo su forma, triangular subuladas y
por lo general dentadas.
Raíz: pivotante, gruesa, larga, habiendo llegado, en algunos casos, a tener 10 o más
metros de longitud.
Origen: Asia.
Características forrajeras: planta perenne, erecta, de producción primavero-estival en la
zona. Necesita suelos profundos y permeables. No soporta excesos ni de alcalinidad ni de
acidez. Detiene su crecimiento con las heladas.
Una vez establecida es muy resistente a las sequías debido a su sistema radicular
profundo, que le permite extraer el agua de zonas en que difícilmente lo hacen otras
plantas.
No se debe pastorear la alfalfa durante el periodo de implantación, o hacerlo muy
cuidadosamente para evitar el agotamiento de las plantas jóvenes y erguidas, con pocas
yemas y escasas reservas para un rebrote inmediato.
Si bien es una planta perenne, sus tallos foliosos son anuales, desarrollándose a
partir del segundo año de vida de la planta tallos que a su vez producen vástagos basales
subleñosos, que son perennes y forman una corona con numerosas yemas de renuevo.
Es en este estado que la planta alcanza su máxima resistencia al pisoteo y al
pastoreo. No obstante, y debido a que la gran masa de hojas fotosintéticamente activas
queda sobre tallos erguidos, si se la pastorea continuamente se reduce la función
fotosintética y por lo tanto el rendimiento y vigor de la planta. Es por eso que la alfalfa es
fundamentalmente una planta que necesita de un cuidadoso manejo a fin de permitir que
rebrote libremente. El pastoreo continuo termina con la superficie foliar y provoca el
agotamiento de las reservas de la planta pudiendo llegar a causar su muerte.
Los cortes o pastoreos deben hacerse en base a la combinación de los criterios de
defoliación: frecuencia (tiempo entre dos cortes) e intensidad (altura a la cual se realiza el
corte), variando ambos según lugares, cultivares y latencia invernal.
En general se ha preconizado la necesidad del descanso otoñal para el buen
manejo y persistencia de la alfalfa. Este se otorga 4 a 6 semanas antes de la primera
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helada, a fin de que la planta acumule reserva para pasar el invierno y pueda rebrotar con
energía en primavera.
No obstante, en la actualidad el descanso dependerá de las regiones, del clima y
de la resistencia al frío y tipo de latencia de los cultivares. Esto último se debe a que
existe una amplia gama de plantas, desde aquellos con reposo o latencia invernal bien
neta a otros que prácticamente carecen de ella, pasando por tipos de distinto grado de
latencia intermedia.
El reposo invernal es una característica genética que le permite a la planta
mantenerse en estado latente durante el periodo de bajas temperaturas y heladas
invernales, previa acumulación de reservas de hidratos de carbono en raíz y corona,
reservas que facilitarán el rebrote cuando las condiciones ambientales le sean propias.
Para cultivares sin latencia, la utilización durante otoño e invierno puede disminuir
la producción en primavera. Por lo tanto, si se pastorea en esta época, debería contarse
con potreros complementarios donde sembrar cultivares con latencia, a fin de obtener
además de un buen pastoreo de otoño-invierno (cultivares sin latencia) un rebrote
temprano y vigoroso en primavera (cultivares con latencia).
La alfalfa es una planta muy sensible a la competencia por luz, agua y nutrientes
cuando es joven. En mezclas, el manejo debe tender siempre a favorecer a la alfalfa,
controlando el pastoreo y dando periodos adecuados de descanso.
El rendimiento de la alfalfa varía mucho con el clima. Así mientras en regiones
cálidas y de regadíos llega a dar 8 a 10 cortes al año, en la zona del Sudeste bonaerense,
debido a los fríos, a los cultivares más difundidos y al corto período libre de heladas,
generalmente sólo llega como máximo a tres cortes.
Cultivares:
Se ha trabajado intensamente en los últimos años en el mejoramiento genético de
la alfalfa, sobre todo en lo que concierne a resistencia a plagas y a enfermedades.
También se ha trabajado en la obtención de cultivares con diferentes periodos de reposo
invernal o latencia, lo que a permitido extender su ciclos de producción.
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En la zona, las alfalfa tradicionales son plantas con latencia invernal, es decir, que
en su ciclo presentan un periodo de descanso durante el invierno en la cual cesan su
actividad.
En base a la selección y mejoramiento realizados se han obtenido cultivares con
menores tiempos o periodos de reposo invernal, los que han clasificado comercialmente
en grupos por medios de números, que van del 1 al 11.
Otros autores usan solo la clasificación que va del 4 al 9, correspondiendo la
denominación del Grupo 4 a los cultivares de reposo largo a intermedio; Grupo 5: reposo
intermedio; Grupo 6: reposo intermedio a corto; Grupo7: reposo corto; Grupo 8: Sin
reposo y Grupo 9: extremadamente sin reposo.
Dentro de las zonas de influencia de la Estación Experimental de Balcarce se han
estudiado diversos cultivares de alfalfa nacionales e importados en localidades tales como
Balcarce, Laprida, Tras Arroyos y Coronel Dorrego. En la mayoría de los casos los
resultados han sido favorables a los cultivares nacionales, como Polihibrido Manfredi,
Scatamburlo, Fortin Pergamino, Selección Bordenave, Selección Anguil, a las que se les
agrega el cultivar Team procedente de los EEUU. En condiciones extremas como en
Coronel Dorrego se comportaron bien los cultivares Polihbrido Manfredi y Fortin
Pergamino.
Entre los cultivares nacionales Anguil INTA se adapta a suelos profundos y bien
drenados de zonas semiáridas y subhúmedas. Es de latencia y floración intermedia, con
su mayor producción durante primavera y verano, creciendo muy bien en otoños
templados. Es susceptible al pulgón de la alfalfa (Acyrrthosiphon pisum) y al gorgojo de
las raíces (Pantomorus sp). Se lo recomienda para siembras puras o en asociación con
gramíneas.
El cultivar Fortin Pergamino, también requiere suelos profundos y bien drenados,
con inviernos suaves y veranos húmedos, creciendo activamente en primavera y verano y
prolongando su producción en otoños cálidos. Es de floración y latencia intermedia,
resistente a la podredumbre de la raíz de los alfalfares (Fusarium sp., Rizotocnia sp).
También se lo recomienda parta pasturas de uso general, tanto puro como en mezclas.
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El cultivar Bordenave INTA es una selección a partir de alfalfares resistentes a
heladas y sequías que se adapta a suelos profundos y soporta inviernos fríos y veranos
cálidos y secos. Es de latencia invernal intermedia y época de floración similar a Anguil
INTA.
El cultivar Varsat INTA se selecciono en la EE Anguil de INTA, a partir de
cruzamientos entre Medicago varia y Medicago sativa. Se buscó una raíz ramificada y una
elevada producción de forraje. Las características de su raíz le permiten adaptarse a
suelos de mediana profundad y bien drenados, prosperando en suelos superficiales.
Produce abundante forraje desde principio de primavera hasta mediados de otoño y tiene
baja susceptibilidad a enfermedades y plagas y buena resistencia al pulgón
(Acyrthosiphon pisum). Se lo recomienda para pasturas de uso general puro o en
mezclas con gramíneas, especialmente en suelos superficiales.
Es de hacer notar que entre los cultivares nacionales, existe en la actualidad el
cultivar Painé seleccionado sobre la base de su resistencia al pulgón.
Medicago arabica, Medicago polymorpha = Medicago hispida “tréboles de carretilla”
Hábito: plantas anuales, de porte rastrero.
Tallos: endebles, rastreros no radicantes.
Hojas: digito trifoliadas.
9 Folíolos: obcordados. En el caso del Medicago arabica posee una mancha central rojiza
o negra.
9 Pecioulos: son cortos, siendo el central, que corresponde al folíolo terminal, más largo
que los laterales.
9 Estípulas: son relativamente grandes, membranosas y marcadamente dentadas.
Raíz: pivotantes.
Origen: Europa.
Características forrajeras: ambas especies, se encuentran naturalizadas en la pampa
húmeda y son de ciclo otoño-invierno-primavera. Se adaptan muy bien a ciertos tipos de
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suelos de la llanura pampeana, donde crecen en forma espontánea, constituyendo un
excelente forraje.
Son también mejoradoras de suelos, debido a su capacidad fijadora de nitrógeno.
Se resiembra fácilmente, germinado en el otoño y llegando a su máxima producción a
principios de primavera.
Tienen el inconveniente de un fruto espiralado, con salientes espinosas en forma
de ganchos (gloquidios), que se enganchan en la lana de las ovejas, determinando la
disminución de su valor comercial, por la dificultad que presentan para ser separados
durante el proceso industrial del lavado e hilado.
Dentro de Medicago polymorpha existen variedades con púas (gloquidios) breves
o directamente sin ellas, lo que les confiere especial valor forrajero, al no dañar la lana.
Melilotus officinalis “trébol de olor amarillo” Melilotus albus “trébol de olor blanco”
Hábito: plantas anuales a bianuales de porte erecto.
Tallos: erguidas, algo lignificada, a medida que la planta se desarrolla la base de los
mismas forma una corona que posee escasas yemas de renuevo, por lo que no tolera un
corte intenso o fuerte pastoreo.
Hojas: Trifoliadas.
9 Folíolos: de forma variable, desde redondeadas a lineales denticulados, a veces de
color azulados, glabros.
9 Peciolulos: los dos laterales cortos y de igual longitud mientras que el del centro es más
largo
9 Estípulas: lanceoladas enteras, soldadas en la base del pecíolo.
Raíz: pivotante ramificada, penetra en el subsuelo, donde se descompone después de su
muerte, actuando como mejoradora de suelos.
Origen: Asia menor.
Características forrajeras: planta resistente a las sequías y tolerante a los medios pobres,
especialmente a los suelos alcalinos.
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Produce altos rendimientos de forraje si se la deja crecer libremente, pero su valor
forrajero es relativo debido a la lignificación de los tallos y su poca palatabilidad a medida
que avanza en su ciclo.
Si se la corta o pastorea, antes de que sus tallos se lignifiquen, su producción es
más baja, pero de mejor calidad.
Contiene “cumarina”, lo cual le confiere un olor dulzón, pero un sabor amargo, lo
que los hace poco palatables. Debido a este compuesto, el Melilotus sp., consumido en
grandes cantidades, puedo ser dañino para los animales, ya que la acción de la cumarina
afecta la capacidad de coagulación de la sangre, llegándose a producir hemorragias
difíciles de interrumpir.
Existen dos especies de melilotos, el Melilotus albus “trébol de olor blanco” y el
Melilotus officinalis “trébol de olor amarillo”, muy semejantes entre sí, diferenciándose en
sus hábitos de crecimiento, ya que el segundo al crecer más ramificado que el primero,
adquiere menor altura y se lignifica menos. También se diferencian en el color de las
flores, a las cuales deben su nombre y en la persistencia, siendo el Melilotus albus anual y
el Melilotus officinalis bianual.
Ambas especies se emplean en terrenos salobres y pobres, siendo el Melilotus
officinalis el más adecuado para la zona de cría de la provincia de Buenos Aires en razón
de no ser tan lignificado y vegetar perfectamente en los campos bajos, donde se lo
siembra asociado con festuca (Festuca arundinacea) y agropiro (Thinopyrum ponticum).
Es con esta mezcla que se han recuperado muchos campos para pastoreos en los cuales
sólo crecía el pelo de chancho o pasto salado (Distichlis spp). Su rusticidad y resistencia
les permiten, también crecer en suelos arenosos y secos y se lo ha empleado en la
fijación de médanos.
Vegetan durante buena parte del año llegando al máximo de su producción en
primavera y principios de verano. El Melilotus officinalis es más resistente al pastoreo.
Cultivares:
Uno de los cultivos más utilizados para la formación de pasturas mixtas en suelos
bajos y alcalinos de la cuenca del salado ha sido el denominado Madrid. Posee porte bajo
y es ramificado, lo que le permite una buena producción de forraje y cierta tolerancia al
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pastoreo. Su duración no excede de 2-3 años, debido a la presencia de semillas duras,
que tardan en germinar. Si se le permite semillar se resiembra naturalmente.
Con respecto al Melilotus albus, la Estación Experimental de Pergamino ha
producido el cultivar denominado El Domador INTA, con destino a su cultivo en áreas
subhúmedas, con suelos secos y arenosos.
Lotus corniculatus “loto” - “trebol pata de pájaro” “trébol de cuernitos”
Hábito: planta herbáceas de porte semierecto a erecto con numerosos tallos finos que
salen de una corona basal.
Tallos: Herbáceos, semierguidos a erguido, algo huecos.
Hojas: sésiles, compuestas, imparipinadas, con cinco folíolos, de los cuales el par inferior
o par basal se inserta en la base del raquis asemejándose a estípulas. Este par se
encuentra distanciado de los tres folíolos restantes.
9 Folíolos: las tres apicales son digitados y los dos basales distanciados, no presentan
nervaduras marcadas y son relativamente asimétricos salvo el folíolo terminal.
9 Estípulas: son prácticamente nulas a muy pequeñas y están reducidas por lo general a
una formación glanduliforme.
Raíz: profunda, fuerte, amplia y muy ramificada. En la parte superior presenta una amplia
corona de la que nacen numerosos tallos finos y tiernos con gran capacidad de rebrote.
Origen: Euroasiático.
Características forrajeras: esta especie está adaptada a diferentes medios ecológicos.
Lotus corniculatus como forrajera cultivada prefiere suelos bien drenados, franco y fértiles.
Se la cultiva en áreas del norte y del nordeste de la región pampeana en reemplazo de la
alfalfa. Su establecimiento no resulta fácil si no se trata previamente a la semilla, debido a
la alta proporción de semillas duras y al lento crecimiento inicial de las plántulas. Es una
especie de larga vida, pero poco competitivo. Se adapta al corte y pastoreo siempre que
éste no sea muy intenso o continuo. Es de producción primavero-estivo-otoñal, tiene
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buena palatabilidad y buen valor forrajero y a diferencia de las otras leguminosas
forrajeras de uso común en la zona, no causa empaste en los animales.
Pertenece de las denominadas plantas de “días largos”, es decir que necesita para
florecer de 14 a 16 horas de luz.
Cultivares:
Los cultivares de Lotus corniculatus más utilizados en el país son El Boyero MAG y San
Gabriel, cuya multiplicación se efectúa en las Estaciones Experimentales de INTA de
Pergamino y Concepción del Uruguay.
El cultivar El Boyero MAG es una selección a partir de poblaciones introducidas de Brasil.
Está adaptado a suelos de media a alta fertilidad y resiste cortos periodos de inundación.
Es de floración temprana y toma un porte erecto que permite su corte y henificado.
Produce bien desde principios de primavera a mediados de otoño, pero baja su
producción durante veranos secos.
Se puede lograr que semille y se resiembra en forma espontánea disminuyendo la
intensidad de pastoreo, o con periodo de descanso durante el verano.
Lotus tenuis “ trébol de cuernitos” - “ trébol pata de pájaro de hojas angosta”
Hábito: planta con tallos muy largos que crecen apoyados en el suelo o en otras plantas,
pueden formar matas de relativo gran diámetro, si no tiene competencia por luz.
Tallos: herbáceos, tendidos, algo hueco, con entrenudos mas distanciados entre sí que en
Lotus corniculatus, forma una corona que posee numerosas yemas capaces de producir
ramas herbáceas de crecimiento indefinido. Los ejes primarios se ramifican en
secundarios y terciarios a partir de yemas ubicadas en las axilas de la hojas.
Hojas: sésiles, compuestas, imparipinadas, con 5 folíolos de las cual el inferior o basal se
encuentra distanciado de los tres restantes
9 Foliolo: Tanto los tres apicales que son digitados como los dos basales no presentan
nervadura marcada y son relativamente asimétricos con excepción del folíolo terminal.
Son de menor tamaño que los de Lotus corniculatus.
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9 Estípulas: las verdaderas son prácticamente nulas y por lo general están reducidas a
una formación glanduliforme.
Raíz: la corona se continúa en una raíz pivotante que se ramifica en raíces laterales.
Origen: Europa.
Características forrajeras: especie que naturalmente se encontraba naturalizada en
ciertas regiones del centro de la Provincia de Buenos Aires y que luego se disperso
prácticamente por toda la Depresión del Salado a consecuencia de una gran inundación
que afectó a toda la zona en el año 1980 y que arrastró sus semillas y actuó como
escarificante, provocando su germinación y establecimiento al retirarse las aguas.
Crece bien en suelos inundables y alcalinos y aunque es de menor producción que
el Lotus corniculatus, en este tipo de suelo en una de las pocas leguminosas con que se
cuenta actualmente. Su importancia radica en que la región ganadera ubicada en la zona
deprimida de la provincia de Buenos Aires, donde pueden prosperar, abarca alrededor de
10.000.000 de ha.
Se puede emplear en recuperación de campos naturales por intersiembras, ya sea
por métodos convencionales, o por vía endozoica por medio de los propios animales.
Para ello se los hace pastorear en campos con lotus semillado y luego se los lleva a los
potreros a mejorar, donde los animales dejan junto con sus deyecciones, semillas de
lotus.
No se encuentran cultivares mejorados evaluados, no obstante se están realizando
en la EEA Balcarce mediciones y observaciones de los cultivares Toba y Tresur Chajá,
que se encuentran en el mercado, lo mismo sobre la población “San Miguel del Monte”.
Esta última es un ecotipo recolectado y multiplicado por productores para su empleo en
establecimientos ganaderos de la provincia de Buenos Aires.
Es una especia adaptada tanto a suelos bajos e inundables como a aquellos con
alto contenido de sodio y con períodos de inundaciones y sequías cíclicas. Crece desde
primavera a otoño con temperaturas adecuadas. Las heladas tardías retrasan la iniciación
de su crecimiento y producción y las tempranas interrumpen su ciclo en otoño.
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Se lo recomienda para pasturas en la zona de cría, asociado a festuca y agropiro, o
directamente incorporándolo al tapiz vegetal por intersiembra mecánica o por vía
endozoica (animales).
Vicia sativa “arvejilla común”
Hábito: plantas anuales, trepadoras, poco pubescentes.
Tallos: Débiles, trepadoras, delgados y largos, semivolubles.
Hojas: con zarcillos terminales ramificados, pinnadas, compuesta por 4 a 8 pares de
folíolos.
9 Folíolos: de forma oboval, truncados y mucronados.
9 Estípulas: Dentadas.
Raíz: superficial.
Origen: Euroasiático.
Características forrajeras: invernal de alto valor nutritivo, y rápido crecimiento. Se siembra
consociado con avena o cebada para pastoreo de invierno, sirviéndose el cereal como
sostén por su condición trepradora, proporciona una dieta equilibrada, que evita el “mal de
los avenales” (hipocalcemia en las vacas en gestación o con terneros al pie, e
hipomagnesemia en el resto de los animales bovinos), ya que por su composición,
compensa la falta de minerales en los cereales en pleno crecimiento.
Prospera bien en suelos agrícolas, pero es poco resistente al pisoteo y al pastoreo,
por tal causa es conveniente la división de los potreros para el mejor aprovechamiento de
la vicia.
Tiene el inconveniente de ser afectada en los años húmedos, por enfermedades
criptogámicas. Especialmente la afecta la mancha pardo rojiza (Botrytis cinerea), la que
puede llegar a hacer fracasar el cultivo en primaveras muy húmedas debido a que
aparece en dicha época, al aproximarse la floración. Se adapta a suelos francos y livianos
y tolera cierta alcalinidad lo mismo que cierta acidez.
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Se puede emplear para pastoreos directo, como abono y cubierta verde y para ensilaje y
henificación.
Texto extraído del libro Manejo de pasturas. Jorge Carrillo (2003) EEA INTA Balcarce 458p. ISBN 987-521-089-7.
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