Las operaciones en Afganistán colocan al ejército británico bajo la

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ESTRATEGIA
Revista de Publicaciones Navales
LAS OPERACIONES EN AFGANISTAN
COLOCAN AL EJERCITO BRITANICO
BAJO LA MIRA
Por Tim Ripley
Debido a que la cantidad de bajas en Afganistán no sólo se ha
incrementado sino que es superior a las sufridas en Irak, se está evaluando al
Ejército Británico.
os últimos tres meses
han sido un período de
prueba para el Ejército
Británico. El mes de julio
fue el peor en cuanto a
cantidad de bajas desde
el comienzo de la campaña en Afganistán hace ocho años, ya que la cifra
fue superior a la registrada durante la
participación británica en Irak.
El malestar de los ciudadanos
por el tratamiento brindado a los
afectados por la guerra por parte del
Ministerio de Defensa alcanzó un alto
nivel, en tanto el entonces jefe del
Ejército Británico, el General Richard
Dannat, se vio envuelto en una
discusión con integrantes del partido
Laborista gobernante con motivo de la
cantidad de helicópteros y tropas
desplegadas a Afganistán.
Como si esto no fuera suficiente, la crisis financiera del gobierno
amenaza con impulsar recortes presupuestarios para las Fuerzas Armadas
Británicas.
El General David Richards,
nuevo Jefe del Estado Mayor, asumió
el 28 de agosto con el principal objetivo
de lograr el éxito en la campaña en
Afganistán.
En un discurso brindado en el
Instituto de Servicios Unidos Reales
(RUSI = Royal United Service Institute)
el General Richards describió el
conflicto en el país asiático como un
verdadero tema estratégico para
nuestra nación.
El General Richards sostuvo
que durante su estadía en Afganistán
en los años 2006 y 2007 como
comandante de la OTAN, se dio cuenta
de la importancia de la guerra contra
los talibanes para resguardar la
seguridad de Gran Bretaña y el futuro
a largo plazo de las correspondientes
fuerzas armadas.
La reputación de nuestras
fuerzas armadas es de por sí un
importante tema estratégico, afirmó el
General Richards.
Se deben evitar las fallas
estratégicas en Afganistán, agregó
Richards, expresando así la frustración
ante la incapacidad de algunos inte-
Las operaciones en...
grantes del gobierno británico para
otorgarle a la guerra contra los
talibanes el nivel requerido de atención.
Por este motivo, el general
Richards le ha brindado un importante
respaldo a la propuesta del General
Dannatt, aún no concretada, que
consiste en desplegar 2000 efectivos
extras a Afganistán. El principal desafío
de Richards será convencer al gobierno
para que le entregue recursos extras
al ejército para la guerra.
Asimismo, la incorporación del
tema del poder terrestre en el próximo
proceso del Análisis de Defensa
Estratégico británico (SDR = Strategic
Defence Review) será un tema
prioritario para el General Richards,
quien considera que la naturaleza del
conflicto ha cambiado fundamentalmente.
Según Richards se trata de
nuestro caballo y tanque de la
generación actual, y expresó su
admiración por el modo en el cual se
ha transformado el Ejército Norteamericano, que pasó de concentrarse en
una guerra convencional de gran
intensidad a ser una fuerza más utilizable, optimizada para lo que a menudo
se refiere como guerra híbrida.
Según el punto de vista del
General Richards, la guerra híbrida no
sólo se trata de disponer de una fuerza
de infantería con un bajo nivel tecnológico para combatir en las guerras
contra-insurgentes o montar operaciones para el mantenimiento de la paz,
sino de contar con una fuerza
configurada para luchar contra
oponentes sofisticados e innovadores
que recurren a la guerra de guerrillas,
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terrorismo o ataques cibernéticos para
lograr sus objetivos, que al mismo
tiempo utilizan armas de avanzada, tal
como quedó demostrado por Hezbollah
en el Líbano en el año 2006.
Esto representa un cambio
ante un nuevo ambiente de amenazas,
en el cual, aunque los países desafiaran a Gran Bretaña y sus aliados, es
probable que utilicen tácticas asimétricas en lugar de la guerra convencional para lograr sus objetivos.
En su presentación ante el
RUSI, el General Richards señaló que
el grueso de las Fuerzas Armadas
Británicas siguen diseñadas principalmente para dirigir operaciones
convencionales de una guerra de corta
duración.
Si bien aún se requiere un
mínimo de capacidad de disuasión
convencional, el General Richards sostuvo que las Fuerzas Armadas Británicas se deberían concentrar en la
guerra híbrida del futuro y sugirió que
se debería poner menos énfasis en los
grandes buques de guerra y aviones
de combate.
Este tipo de enfoque requerirá
numerosas capacidades de alta
tecnología tales como la tecnología
para enfrentar los dispositivos
explosivos improvisados (IED = Improvised Explosive Devices), redes de
comunicaciones de avanzada,
operaciones de informática y vehículos
aéreos no tripulados (UAV = Un
amnned Aerial Vehicles). El General
Richards denominó a la guerra en
Afganistán como un laboratorio y las
recientes experiencias de combate en
Helmand han sido testigo de las capa-
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cidades no convencionales utilizadas
tanto a nivel de las secciones como de
los grupos en el Ejército Británico.
Estas incluyen el despliegue de
inteligencia de comunicaciones en el
campo de combate, para escuchar las
comunicaciones radiales o por intercomunicadores, y el uso de los enlaces
en tiempo real desde los UAV y los
dispositivos para adquisición de
blancos en las aeronaves ISTAR, para
transmitir las imágenes a las terminales
portátiles que utilizan los infantes a fin
de detectar las fuerzas de talibanes que
se ocultan.
Actualmente, casi todos los
infantes que realizan patrullajes en
Afganistán cuentan con elementos de
contramedidas electrónicas para evitar
a los IED.
Para obtener el equipo
necesario para la guerra híbrida, el
General Richards apoya la reforma del
tedioso sistema de compras del
Ministerio de Defensa para lo cual
sostuvo que al adquirir nuevos equipos
deberíamos aprovechar la agilidad y
oportunidad del proceso de requerimiento operativo urgente (UOR = Urgent Operational Requirement).
Ejército y Fuerza Aérea Británicos, que
consideran que se debería disponer de
los recursos necesarios para preparar
a las correspondientes fuerzas armadas para las operaciones híbridas, en
los próximos cinco años, o tal como se
denomina capacidad de contingencia
en el corto plazo.
No se trata de una elección
binaria: reconstruir la capacidad para
las operaciones de contingencia en el
corto plazo o para el período 2025/
2030, sostuvo un oficial.
El temor es que el Ejército
Británico se divida en dos fuerzas; una
en Afganistán con equipo de última
generación adquirido con fondos
provenientes de UOR y el 90% restante
en las bases del país, con equipos que
se consideraron obsoletos al comienzo
de la guerra en Irak en el año 2003.
Si tuviéramos que hacer una
operación de evacuación de civiles o
intervenir en un conflicto similar al de
Somalia en los próximos cinco años,
el grueso de las tropas no estaría mejor
equipada de lo que estuvo cuando
participaron en la invasión a Irak,
sostuvo un oficial superior.
Para los oficiales del Ejército
Británico, tal como el General Richards,
con reciente experiencia de combate
en Irak y Afganistán, el próximo SDR
no será sólo un ejercicio abstracto para
remodelar las Fuerzas Armadas Británicas ante un hipotético conflicto entre
los años 2020/2030.
Los ciudadanos no aceptarán
que se produzcan bajas en ese tipo de
misiones por utilizar equipos desactualizados. El resto de los efectivos del
Ejército debe utilizar los mismos
equipos que se emplean en Afganistán,
finalizó el oficial.
Hay un grupo creciente de
oficiales superiores, en particular en el
DE “JANE´S DEFENSE
WEEKLY”, SEPT 9, 2009
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