Desigualdad. Un análisis de la (in)felicidad colectiva - OME-AEN

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Desigualdad. Un análisis de la (in)felicidad colectiva
Autores: Richard Wilkinson y Kate Pickett.
Turner Publicaciones SL. Madrid, 2009. 315 pp.
Titulo Original: The Spirit Level. Why More Equal Societies Almost Always Do Better
Peguin Books Ltd, 2009. Traducción de Laura Vidal.
Richard Wilkinson es especialista en epidemiología, profesor de las Universidades de
Nottingham y University College (London) así
como economista formado en la London School
of Echonomics; Kate Pickett es profesora en la
Universidad de York y en el National Institute for
Health Research además de licenciada en antropología física por la Universidad de Cambridge.
Ellos nos presentan este texto de más de trescientas páginas.
Ser pobre en una sociedad rica supone, casi con
toda seguridad, una garantía de infelicidad. Pero
¿qué podemos decir del rico que vive en esa
misma sociedad? Sorprendentemente la respuesta depende de si esa sociedad es más igualitaria, más equilibrada y más dada a compartir.
En caso contrario tanto el rico como el pobre
sufrirán de ansiedad, depresión, soledad, obesidad, drogadicción, o cualquiera de los múltiples
males que azotan a las sociedades modernas y
que este libro analiza en profundidad.
Wilkinson y Pickett son dos académicos británicos que han aplicado sus amplios conocimientos
y experiencia en ciencias sociales al análisis de
la felicidad colectiva. Entre ambos suman más de
50 años/ persona de investigación. Sus hallazgos resultan tan sorprendentes como revolucionarios. Pero ante todo suponen una llamada de
atención para nuestras mentes adormecidas y
un revulsivo para nuestras vidas acomodadas: la
Norte de salud mental, 2010, vol. VIII, nº 38: 105-106.
cuestión no es cuánto se tiene sino cómo se
reparte. Este libro contiene algunas ideas, tal vez
más grandes de lo que sus autores imaginaron, y
con potencial capacidad para cambiar a más de
uno su visión de las cosas.
Veamos algunas de ellas: “El contraste entre el
éxito material y el fracaso social que se produce
en muchos países ricos es una significativa señal
de alarma. Sugiere que para lograr mejoras en la
calidad real de vida, tenemos que alejarnos de
los estándares materiales y de crecimiento económico actuales y concentrar nuestra atención
en mejorar el bienestar psicológico y social del
conjunto social. Sin embargo, en cuanto sale a
relucir la psicología, la discusión tiende a centrarse casi exclusivamente en remedios y tratamientos individuales. El pensamiento político se
paraliza”: (pg.,22).
Y otra más, también con resonancias cercanas a
las profesiones psi: “Por ejemplo, determinados
estudios realizados en Londres han constatado
que se da mayor incidencia de la esquizofrenia
en las minorías étnicas instaladas en vecindarios
donde la mayoría pertenece a otras etnias, y lo
mismo ha ocurrido con las tendencias al suicidio
y a la autolesión. Más recientemente, algunos
estudios realizados en Estados Unidos han probado idénticos efectos en relación con las enfermedades coronarias y el bajo peso de los recién
nacidos”. (pg., 192).
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A lo largo del libro se desgranan datos, se exponen en detalle argumentos de peso y se analizan
con rigor los resultados de múltiples trabajos de
investigación que explican cómo la desigualdad,
tanto o más que la pobreza, se mete bajo la piel
de las personas y supone costes importantes
para el desarrollo social y para la vida de los
individuos. Estos costes se expresan en cuestiones de gran relevancia, tales como la esperanza
de vida, la salud física o mental de las personas,
el consumo de drogas, la obesidad, el rendimiento académico, la maternidad adolescente,
la violencia y la cárcel. Cuanto menor es la movilidad social, cuanto mayor diferencia hay entre
los más ricos y los más pobres, mayor es la presencia de esos problemas en cada una de las
sociedades analizadas.
Son 315 páginas desplegadas en 16 capítulos y
organizadas en tres apartados generales, con
396 referencias bibliográficas de consulta y un
número importante de gráficos que ilustran y
apoyan el texto. Tras su lectura nos encontramos
con un panorama diáfano, aunque inquietante,
que habla del dolor y la infelicidad en nuestras
sociedades desarrolladas y de cuáles son algunos de sus orígenes. Algunas profesiones como
la medicina en general, la psiquiatría o la psicología en particular o, incluso, la propia sociología, tienen por dedicación y mandato social la
atención y la reparación de personas y, a veces
de grupos humanos completos. Libros como
éste nos muestran que más allá de lo que, de
mejor o peor manera y con la ayuda de nuestro
bagaje científico-técnico, médicos, psiquiatras y
psicólogos estemos en disposición de poder
arreglar, están los estropicios que nuestro estilo
de vida y forma de organización social generan
desde sus más profundas raíces. Sólo por reclamar nuestra atención sobre ello, este libro es
digno de lectura y merece un poco de nuestro
ocupado tiempo.
Ander Retolaza
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