OCTUBRE. Fósiles de gasterópodos, otra forma de entender el

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PIEZA DEL MES
OCTUBRE 2009
FÓSILES DE GASTERÓPODOS,
OTRA FORMA DE
ENTENDER EL PASADO
Días 3, 10, 17 y 24 de octubre
por Lara Roca Pacheco
Ventura Rodríguez, 17
28008 Madrid
FÓSILES DE GASTERÓPODOS, OTRA FORMA
DE ENTENDER EL PASADO
LA FIGURA DEL MARQUÉS DE CERRALBO Y LA
PALEONTOLOGÍA
Texto: Lara Roca Pacheco
Coordinación: Cecilia Casas Desantes
Maquetación: Gráficas Pedraza
© Museo Cerralbo, 2009
N.I.P.O. 551.07.003.4
Don Enrique de Aguilera y Gamboa, XVII Marqués de
Cerralbo (1845-1922) siempre sintió una gran inquietud
hacia la política, las letras, las bellas artes y la arqueología, además de una gran pasión por el coleccionismo. Fruto de su inquietud investigadora ingresa en la Real Academia de la
Historia en 1908 y acude como su representante al Congreso
Internacional de Antropología y Arqueología Prehistórica en
1912 (1) en el que presentó una comunicación sobre los numerosos restos paleontológicos hallados en Torralba.
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FÓSILES DE GASTERÓPODOS, OTRA FORMA DE ENTENDER EL PASADO
LARA ROCA PACHECO
humano más antiguo que se conocía en Europa. Los restos fosiles hallados en estos dos yacimientos fueron estudiados pornumerosos autores de la época, como Hugo Obermaier, que
describe los restos fósiles de elefantes hallados en Torralba, o
Marceline Boule, paleontólogo especialista en équidos, que da
nombre a una nueva especie, Equus Torralba. La asociación
faunística de Torralba está formada por aves y mamíferos entre
los que destacan los elefantes, caballos, ciervos, lobos, panteras y uros (antepasado salvaje de los actuales toros).
El Marqués de Cerralbo en la excavación de Torralba.
Torralba es una buena muestra del importante papel que
el marqués de Cerralbo tuvo en los inicios de la paleontología
española. El yacimiento de Torralba fue descubierto mientras
se realizaba la obra de canalización para llevar el agua a las locomotoras de la estación de tren en la localidad del mismo
nombre, en 1886. Cuando la noticia de la aparición de los
restos de un gran vertebrado (un elefante) llegó a oídos del
Marqués, este organizó unas campañas de excavación que se
extendieron varios años, a lo largo de 1909 y 1911 en Torralba
y 1914 y 1916 en Ambrona.
El yacimiento de Torralba tiene una extensión conservada de 5000 m2 y se considera como el hermano gemelo de
Ambrona ya que tiene la misma posición estratigráfica, idéntico proceso de formación y una similar interpretación como
“cazadero” de elefantes y otros mamíferos. En el momento de
su descubrimiento Torralba era la “estación” o asentamiento
4
Cerralbo en el almacén de los restos hallados en Torralba.
Parte de los restos hallados, así como las fotografías que
documentan el proceso de excavación, fueron expuestos en la
residencia veraniega del marqués de Cerralbo en Santa María
del Huerta (Soria). Cada pieza tenía su leyenda de “perfecta
exactitud científica”, como se puede leer en las publicaciones
de la época (2).
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FÓSILES DE GASTERÓPODOS, OTRA FORMA DE ENTENDER EL PASADO
En 1912 se creó la Comisión de Investigaciones Paleontológicas y Prehistóricas (3), con sede en el actual Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid, donde don Enrique
de Aguilera y Gamboa y don Eduardo Hernández-Pacheco (4)
desarrollaron una ingente labor investigatoria, y que auspició
la publicación de un gran número de artículos como: Geología
y Paleontología del Mioceno de Palencia (1915); La mandíbula
neandertaloide de Bañolas (1915) artículo que firman Hernández Pacheco y Obermaier; La llanura manchega y sus mamíferos fósiles (yacimiento de la Puebla de Almoradiel) (1921) y La
vida de nuestros antecesores paleolíticos según los resultados de las
excavaciones en la caverna de La Paloma (Asturias) (1923).
Esta Comisión dependía de la Junta para Ampliación de
Estudios e Investigaciones Científicas, creada en 1907 como
un organismo estatal inspirado en los planteamientos de fomento de la ciencia, al que se uniría posteriormente el Museo
Nacional de Ciencias Naturales.
LOS GASTERÓPODOS
El interés del Marqués por la paleontología no quedó reducido a los impresionantes descubrimientos de Torralba y
Ambrona, sino que atesoró otros fósiles de pequeño tamaño
pero de gran interés científico como los que nos ocupan.
Los fósiles son restos y/o señales de organismos o de su
actividad biológica, que vivieron en el pasado y están conteni6
LARA ROCA PACHECO
dos en el registro geológico. Por tanto un fósil es una entidad
natural. Este concepto lo definió Plinio el Viejo (siglo I d.C.)
y proviene del latín fodere, que significa cavar la tierra. Durante mucho tiempo se utilizó para designar todo cuerpo extraño extraído del suelo.
En cuanto a la sistemática, es decir, la ciencia que se encarga de clasificar los fósiles, Linneo (1707-1778), clasificó a
los organismos vivos en distintos niveles jerárquicos, que son
Reino, Filo, Clase, Orden, Familia, Género y Especie. En este
caso vamos a hablar de fósiles de la clase Gasterópoda.
La dispersión cronológica de los gasterópodos va desde el
Cámbrico (5) hasta la actualidad. Están representados en la
mayor parte de los ambientes sedimentarios, por lo que constituyen un material excelente para los estudios paleoecológicos.
La paleoecología es la parte de la Paleontología que estudia las
relaciones entre los organismos fósiles y su ambiente. Actualmente hay unas 150.000 especies de gasterópodos marinos, de
agua dulce, y terrestres, además de las especies fósiles.
Los gasterópodos son caracoles y babosas, moluscos asimétricos con una sola valva, generalmente enrollada en espiral, en la que pueden retraer el cuerpo. Tienen el pie
muscularizado, es decir, muy desarrollado y en forma de suela
reptante. En la cabeza tienen estatocistos y ojos, aunque estos
últimos es frecuente que estén reducidos o incluso que no existan; y uno o dos pares de tentáculos. La mayoría de los gasterópodos poseen una rádula y un estilo complejos, aunque el
último se ha perdido en la mayoría de los grupos predadores
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FÓSILES DE GASTERÓPODOS, OTRA FORMA DE ENTENDER EL PASADO
Esquema de la morfología de los gasterópodos.
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LARA ROCA PACHECO
Esquema de la concha de los gasterópodos.
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FÓSILES DE GASTERÓPODOS, OTRA FORMA DE ENTENDER EL PASADO
(aquellos organismos que se alimentan de otras especies). Poseen uno o dos nefridios. El manto generalmente forma una
cavidad en cuyo interior se sitúan los ctnedios (es decir las
branquias), los osfradios y las glándulas braquiales.
Los gasterópodos se clasifican en función de su concha,
es decir por la forma, tamaño y la ornamentación que ésta presente. La forma típica es la conocida concha espiral cónica, en
la que las vueltas se enrollan alrededor del eje central o columnela y se unen mediante una línea llamada sutura. La vuelta
mayor es la última vuelta o vuelta del cuerpo, en la que se encuentra la abertura por la que asoman el pie y la cabeza. La
abertura es anterior y el ápice, es decir la parte superior de la
espiral, es posterior. La primera vuelta del ápice es muy pequeña y es un remanente de la concha larvaria, o protoconcha, generalmente con diferente ornamentación y color que el
resto de la concha. La última vuelta y la abertura pueden tener
una muesca anterior, que en algunos casos se prolonga hacia
delante como un canal sifonal, por el que se desliza el sifón
cuando existe. También puede haber un canal de menor tamaño en el margen posterior de la abertura.
La concha helicoidal de los gasterópodos puede tener
todas las variaciones imaginables en cuanto a forma. Las vueltas se pueden producir tanto en el sentido de las agujas del
reloj, es decir, ser dextrógiras; o hacia la izquierda, en cuyo caso
serían levógiras. La concha de los gasterópodos puede ser de
aragonito o calcita, en ambos casos un carbonato. El crecimiento de la concha se produce por acreción en el extremo
más nuevo de la misma de capas sucesivas, hasta un total de 4.
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LARA ROCA PACHECO
Exteriormente la concha está recubierta por una cutícula impregnada en colores que raramente fosiliza y su interior se halla
tapizado de nácar.
Un aspecto interesante en su evolución es el hecho de
que pierdan la concha, aunque este elemento morfológico es
el que les ha ayudado en su éxito adaptativo.
FÓSILES DE GASTERÓPODOS DE LA COLECCIÓN DEL
MARQUÉS DE CERRALBO
Podemos definir las piezas que nos ocupan (Números de
Inventario 00956, 00957, 00968 y 03268) de lo más general
a lo más concreto según la clasificación de Linneo como fósiles de invertebrados, del filo Mollusca, clase Gasterópoda, subclase Prosobranchia y orden Neogasterópodos.
Por la ubicación original de las piezas en el museo concebido por el marqués de Cerralbo en su palacio de Ventura
Rodríguez, estas se dividen en dos grupos, el primero formado
por los ejemplares nº 957, 958 y 968 que estaban expuestos en
el Salón Estufa; y por otro lado el ejemplar nº 3268, que estaba y está actualmente expuesto en el Despacho del Marqués,
en el Piso Principal del Museo. En esta diferente ubicación podemos adivinar diferentes funciones.
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FÓSILES DE GASTERÓPODOS, OTRA FORMA DE ENTENDER EL PASADO
Vistas de la pieza Nº. Inv. 00957.
Vistas de la pieza Nº. Inv. 00958.
Vistas de la pieza Nº. Inv. 00968.
El Salón Estufa en el que se ubicaban las piezas nº 957,
958 y 968 se trataba en efecto de una estufa, estancia acristalada con vistas al jardín, con la función de jardín de invierno
o habitación preparada para recibir la radiación solar. Así fue
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LARA ROCA PACHECO
construida junto con el resto del edificio según el proyecto
de la familia, pero no sabemos por qué razón nunca se llegó a
utilizar como tal, sino que acabó siendo la sala en la que el
Marqués desplegó una pequeña exposición de piezas en su mayoría arqueológicas (6). El hecho de que estas piezas paleontológicas se encontrasen en el Salón Estufa indica una percepción
de las mismas como objetos científicos con un interés cultural
porque cuentan una parte de la historia geológica de la tierra.
El Despacho del Marqués en el que se encuentra la pieza
Nº 3268, por su parte, es una de las salas del Museo que mejor
reflejan su personalidad. En este despacho el Marqués no trabajaba habitualmente, sino que era una sala de recepción de visitas y de representación de su estatus social y de sus
actividades. Como muestra de ello la mesa de trabajo presenta
un despliegue de piezas, lo que indica cierto afán decorativo y
de acumulación muy propio del siglo XIX.
De hecho el fósil se encuentra situado en un expositor giratorio (tipología denominada revolving), sobre una pequeña
peana metálica moldurada. El hecho que este ejemplar se encuentre en el Despacho y no en el Salón Estufa es probablemente porque sobre la última envuelta de la concha hay un
poema manuscrito. Seguramente se trate de un recuerdo personal o regalo que le hicieron al Marqués, y por tanto con un
carácter diferente al de las piezas anteriores.
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FÓSILES DE GASTERÓPODOS, OTRA FORMA DE ENTENDER EL PASADO
LARA ROCA PACHECO
como una descripción del afloramiento, del sedimento que los
contenía o incluso una ficha con la clasificación taxonómica,
que no los adquiriera a través de una compra.
CLASIFICACIÓN
TAXONÓMICA Y DESCRIPCIÓN DE LOS
FÓSILES
El Marqués en el Despacho. Detalle de la fotografía 03680.
No se ha encontrado ningún documento en los archivos
del Museo que pueda indicar el origen de estos fósiles, como
por ejemplo si los compró (en ese caso ¿dónde?, ¿en España o
en Europa al realizar uno de sus viajes?), si se los regalaron o
incluso si los excavó el mismo Marqués. Tampoco ayuda que
algunos de los fósiles expuestos aparecieran hace 248 millones
de años y tengan una distribución geográfica mundial. En el
mejor de los casos el fósil 3268 apareció hace 65,5 millones
de años y su distribución geográfica abarca el mar Mediterráneo y las costas atlánticas adyacentes. Debido a estos factores
es imposible saber su edad exacta y/o yacimiento o afloramiento. Sin embargo, podemos aventurar que al no tener en
los archivos del Museo ninguna nota que nos de una pista,
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Los fósiles que se van a describir a continuación son
como hemos dicho invertebrados, Filo Molusca y Clase Gasterópoda. La clase Gasterópoda se divide en tres subclases: prosobranquias (principalmente caracoles marinos con concha);
opistobranquios (babosas marinas, es decir, caracoles marinos
sin concha); y pulmonados (caracoles y babosas terrestres).
Las piezas expuestas pertenecen a la subclase Prosobranquia, y se ubican dentro del orden Neogasterópoda. Las características de este orden son las siguientes: la concha carece
de la capa interna de nácar, la rádula tiene 1 o 2 dientes en
cada fila, ya que son organismos carnívoros. Son de sexos separados y el macho tiene pene. El sistema nervioso está concentrado. El opérculo, la tapa de la concha que les permite
encerrarse en el interior de la concha, es quitinoso y no todos
los grupos lo poseen. Sólo tienen una aurícula, la izquierda, y
han perdido el nefridio derecho, como consecuencia de su torsión dentro de la concha.
Como se ha indicado en el apartado anterior, la clasificación de los gasterópodos se hace según las características de
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FÓSILES DE GASTERÓPODOS, OTRA FORMA DE ENTENDER EL PASADO
la concha. Como las piezas nº 958, 957 y 968 son moldes internos, no ha quedado conservada la concha, por lo que no se
puede conocer su morfología externa y no se puede determinar la especie a la que pertenecen. Aún así, se puede pensar
que pertenecen a la Familia Naticidae. En este caso esta familia se distribuye desde el Triásico (248 M.a.) hasta la actualidad, siendo sus características una concha ovalada, esférica o en
forma de oreja, con vueltas por lo general bajas y abertura
grande, holostomada. El enrollamiento es dextrógiro. Es una
forma de vida predadora. Estos fósiles en concreto tienen un
tamaño medio que varía de los 5,5 cm para la pieza nº 958
hasta los 7 cm en la pieza nº 957, pasando por 6,5 cm para la
pieza nº 968.
Por otro lado, la pieza con nº 3268 pertenece a la Familia Conidae y género Leptoconus. Su distribución va del Terciario (65´5 M.a) a la actualidad, y sus características son
tamaño de concha entre mediano y grande, con forma cónica
invertida, abertura alta y estrecha, oblicua respecto al eje, con
bordes casi o totalmente paralelos. El opérculo es pequeño. Su
Vistas de la pieza Nº. Inv. 03268.
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LARA ROCA PACHECO
distribución geográfica abarca todo el Mediterráneo y costas
atlánticas adyacentes.
Todas las piezas expuestas han sufrido distintos procesos
de fosilización y a su vez distintos mecanismos de alteración
tafonómica. Estas alteraciones han dado como resultado que
las piezas nº 957, 958 y 968 son moldes internos del organismo y la pieza nº 3268 es un resto transformado.
Algunos de los procesos de alteración tafonómica han
sido iguales para las piezas nº 957, 958 y 968 aunque posteriormente cada fósil ha sufrido otros procesos que le han provocado unas características distintas. Los primeros procesos
sufridos por todos los fósiles han sido: el enterramiento (con
o sin muerte previa del organismo), la pérdida de materia orgánica (biodegradación), el relleno sedimentario de las cavidades, y la disolución de la concha.
Posteriormente cada fósil ha sufrido distintas alteraciones, empezando por el nº 958, este presenta un segundo relleno de color blanco con clastos de un tamaño medio de 6
mm. La pieza nº 957 todavía muestra fragmentos de la concha
y evidencias de que estuvo desenterrado un tiempo, ya que
presenta fracturas perpendiculares a las envueltas de la concha
y en la parte superior de la misma, la parte apical, se ve claramente una faceta de truncamiento, es decir, una rotura. Además como consecuencia de esta nueva exposición en la zona
apical se ha producido un nuevo encostramiento y se han formado nódulos de hierro.
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FÓSILES DE GASTERÓPODOS, OTRA FORMA DE ENTENDER EL PASADO
La pieza nº 968, después de perder la concha, volvió a
exponerse a la intemperie, lo que produjo una segunda carbonatación y unas líneas de oxidación de hierro perpendiculares
a las vueltas de la caracola, además de una faceta de truncamiento en la sección apical.
En el caso de la pieza nº 3268, la caracola se enterró, perdió de materia orgánica, se rellenaron las cavidades y se disolvió la concha. Posteriormente, se rellenó el hueco dejado por
la concha con un nuevo sedimento y se disolvió el relleno de
las cavidades, obteniéndose como resultado la forma fósil que
hoy se observa.
Posteriormente se expondría a la intemperie nuevamente, por lo que en la zona apical presenta una fractura moderna, con bordes angulosos, que ha favorecido la
precipitación o formación en su interior de un nuevo mineral
de color marrón oscuro (seguramente un carbonato cálcico).
LARA ROCA PACHECO
Como lo que aparentemente es la concha se trata de otro relleno, se observan en él perforaciones y grietas, y además la última vuelta está rota.
Por último, el fósil ha sufrido un proceso de abrasión
que le da este aspecto pulido, aunque no está claro si este proceso ha sido de origen natural o intencionado. La última alteración que ha sufrido este fósil es la escritura, con lápiz de
grafito y a lo ancho de su concha, del poema que hemos mencionado anteriormente, del que desgraciadamente no podemos apuntar más datos por resultar prácticamente ilegible.
Al igual que se despertó en el Marqués el interés por la
Paleontología a raíz del descubrimiento del yacimiento de Torralba y supo valorar todos los fósiles aunque fueran de pequeño tamaño, esperamos que con este pequeño trabajo se
haya despertado o avivado en el lector el interés o la curiosidad
por la Paleontología en general o por los fósiles, que aunque
sean entidades inertes, nos proporcionan un sinfín de datos
sobre cómo ha ido cambiando la Tierra.
Detalle de la pieza Nº. Inv. 03268.
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FÓSILES DE GASTERÓPODOS, OTRA FORMA DE ENTENDER EL PASADO
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NOTAS
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(1)
El Congreso Internacional de Antropología y Arqueología Prehistórica se celebró en Ginebra en 1912, y allí el Marqués presentó una comunicación de más de una hora y media sobre los numerosos restos
hallados en Torralba.
(2)
Veáse Abad, C. “El Museo Prehistórico del Marqués de Cerralbo”.
Razón y Fe. Nº 253, Fasc 1, Madrid, 1922.
(3)
La Comisión de Investigaciones Paleontológicas y Prehistóricas se creó
como consecuencia de la Ley de Excavaciones (1911). En esta Comisión el Marqués ejerció de Director hasta su muerte.
(4)
Fruto de esta colaboración a la muerte del Marqués, Hernández Pacheco escribe su necrológica en el Boletín de la Real Sociedad de Historia Natural, Tomo XXI, año 1921-1922, p. 364-368.
(5)
El Cámbrico es el primer Sistema o Período del Paleozoico y tiene su
límite inferior en 570 millones de años, por lo que los Gasterópodos
llevan casi 600 millones de años evolucionando.
(6)
El Inventario llevado a cabo por Juan Cabré, primer director del
Museo, en 1922, muestra que en esta sala se encontraban las piezas
contenidas entre los números 742 y 1440. Las piezas expuestas en este
Salón eran de un tamaño generalmente pequeño y se ubicaban en vitrinas y aparadores tipo mesa, aunque también colgadas de las paredes. Esta sala del Museo está pendiente de ser recuperada.
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FÓSILES DE GASTERÓPODOS, OTRA FORMA DE ENTENDER EL PASADO
GLOSARIO
Cavidad paleal
También llamada cavidad del manto, es una cámara que forma el
manto de los moluscos, primariamente situada en la parte posterior
del cuerpo.
Clasto
Fragmento de roca de cualquier tamaño, edad o procedencia.
Estatocisto
Es un georeceptor que responde a la fuerza de la gravedad y proporciona información a los animales sobre su orientación en el sentido “arriba” y “abajo”.
Estilo
Estructura en forma de vara que se encuentra dentro de un saco
ciego. Su función es proporcionar las enzimas necesarias para la digestión del alimento.
Fosilización
Proceso de alteración tafonómica de restos o señales de entidades
biológicas del pasado. Es un proceso natural, no intencionado, de
alteración y conservación de entidades tafonómicas.
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Nefridios
Estructuras excretoras que los gasterópodos utilizan para la osmorregulación (regulación del agua al interior del cuerpo), la excreción
o ambas cosas.
Osfradio
Es el órgano de los sentidos más característico de los gasterópodos,
se sitúa junto a las branquias y evalúa la cantidad de agua que entra
en la cavidad paleal.
Rádula
Raspador musculoso en forma de cinta, armado con dientes quitinosos. Los gasterópodos lo utilizan para alimentarse y se sitúa junto
a la boca.
Sifón
Tubo que se extiende más allá del manto e incluso de la concha,
con el fin de conseguir oxígeno y alimento; los sifones se usan también para detectar presas a distancia.
Tafonomía
Ciencia que forma parte de la Paleontología y se encarga del estudio de los procesos de formación de los restos fósiles y los yacimientos.
Holostomada
Concha cuyo borde de abertura es entero. Por el contrario, aquellas cuyo borde está recortado en la parte inferior por un surco que
sirve para la salida del sifón se consideran conchas sifonostomadas.
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FÓSILES DE GASTERÓPODOS, OTRA FORMA DE ENTENDER EL PASADO
BIBLIOGRAFÍA
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LARA ROCA PACHECO
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de julio de 2009].
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FÓSILES DE GASTERÓPODOS, OTRA FORMA DE ENTENDER EL PASADO
CRÉDITOS FOTOGRÁFICOS
Portada, página 20 y contraportada. Piezas Nº Inv. 03268 y
03269, y detalle de la pieza Nº Inv. 03268. Archivo Digital Museo
Cerralbo. Fotógrafo: Ángel Martínez Levas.
Pág. 4:
El Marqués de Cerralbo en la excavación de Torralba. P.H.P. Tomo
I, lám. VI, 2 Archivo Museo Cerralbo.
Pág. 5:
Restos fósiles hallados en Torralba. P.H.P. Tomo I, lám. XXVI, Archivo Museo Cerralbo.
Pág. 8:
Esquema de la morfología de los gasterópodos. RITCHER, A.
Manual del coleccionista de fósiles. Ediciones Omega S.A. Barcelona, 1989. pag 121
Pág. 9:
Esquema de la concha de los gasterópodos. RITCHER, A. Manual del coleccionista de fósiles. Ediciones Omega S.A. Barcelona,
1989. pag 121.
Pág. 11:
Vistas de la pieza Nº Inv. 00957. Archivo Digital Museo Cerralbo.
Fotógrafo: Ángel Martínez Levas.
Pág. 11:
Vistas de la pieza Nº Inv. 00958. Archivo Digital Museo Cerralbo.
Fotógrafo: Ángel Martínez Levas.
Pág. 12:
Vistas de la pieza Nº Inv. 00968. Archivo Digital Museo Cerralbo.
Fotógrafo: Ángel Martínez Levas.
Pág. 13:
El Marqués en el Despacho. Detalle de la fotografía Nº de Inventario 03680.
Pág. 15:
Vistas de la pieza Nº Inv. 03268. Archivo Digital Museo Cerralbo. Fotógrafo: Ángel Martínez Levas.
Pág. 17:
Detalle de la pieza Nº Inv. 03268. Archivo Digital Museo Cerralbo. Fotógrafo: Ángel Martínez Levas.
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