REVISTA DE TROPAS COLONIALES <^ <^

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&Aacute;FRICA
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REVISTA DE TROPAS
COLONIALES &lt;^ &lt;^
ABRIL 1926.
LAS PRIMERAS FLORES, por M. BeitucKi.
DOMICILIO
SOCIAL: VIA
LAYETANA, 2.--BARCELONA
REPRESENTACI&Oacute;N: PLAZA DE LAS CORTES, 6 . - M A D R I D
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REVISTA DE TROPAS COLONIALES
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&Aacute;FRICA
REVISTA i tT ROPAS
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REVISTA D. TROPAS
COLONIALES .^
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PROPAGADORA DE ESTUDIOS HISPANO-AFRICANOS
Declarada icj utilidad por- R. O. del Ministerio d&amp; la Guerra &iquest;ti 12 de&lt; aborto de&lt; l92S (D. O. l78).
DIRECTOR:
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Director Art&iacute;stico
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BERTUCHI
Redactor-Jefe
FRANCO
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BAAMONDE
Secretario de Redacci&oacute;n
A. M. D E LA E S C A L E R A
J.
ORTEGA
Administrador
COSTA
J. M:* M I R &Oacute;
BERNAT
SUMAMIO
TEXTO
&laquo;Necesidade/ sobro material y fortificaci&oacute;r^&raquo;, Francisco F R A N C O , p&aacute;&aacute;. 73.—
&laquo;Estudio/ marroqu&iacute;e/: El derecko de&gt; ven&eacute;anza&raquo;, Manuel del N I D O , p&aacute;g. 75.
&laquo;De Filatelia&raquo;, HILL, p&aacute;&eacute;. 76.—&laquo;Notas de&raquo; mis memorias: El combate del 6
de. Septiembre, de- 1924&raquo;, Emilio M O L A , p&aacute;&aacute;. 77.—&laquo;Raid&raquo; Madrid-Manila&raquo;
p&aacute;gina 79, — &laquo;Am&eacute;rica e/pa&ntilde;ola y nue/tra labor- er\_ Marrueco/&raquo;, Hern&aacute;r\, de&raquo;
B U R G O S , p&aacute;g. 80. —&laquo;El Andalucismo&raquo;, B E N O M A R , p&aacute;g. 82. —&laquo;Conferencia de.&raquo; T&uacute;nez&raquo;, Vial de&raquo; M O R L A . p&aacute;g. 86. — &laquo;El Ata&iacute;&iacute;ue. de&raquo; Abd^el^-Krim a
la Zona francesa&raquo;, Tom&aacute;s G A R C &Iacute; A F I G U E R A S , p&aacute;g. 89. — &laquo;La evoluci&oacute;n,
del Ej&eacute;rcito colonial&raquo;, Francisco del R O S A L , p&aacute;g. 9 l . — &laquo;ECOS&raquo;, A. M. de&raquo;
la E S C A L E R A , p&aacute;g.( 92. — &laquo;Estudio bist&oacute;rico-geogr&aacute;fico de&raquo; T&aacute;nger- y su
Zona (II)&raquo;, Ferm&iacute;n VILLALTA, p&aacute;g. 93.—Revista de libros&raquo;, J. O. C. p&aacute;g. 95
(GM&Aacute;FICO
&laquo;Las primeras flore/&raquo;, portada de&raquo; M. B E R T U C H I ; &laquo;Costumbre/ marroqu&iacute;e/:
Nocbe/ de&raquo; Ramad&aacute;n&raquo;, plana central poi~ M. B E R T U C H l ; &laquo;Granada: El Ge&raquo;
neraiife&raquo;, &laquo;Patio de&raquo; una casa de. Metlu&iacute;nez&raquo;. Otros originales fotogr&aacute;ficos.
ALFONSO R O D R &Iacute; G U E Z
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Manuel Espinosa Rodr&iacute;guez
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TETU&Aacute;N
&Aacute;FRICA
Revista
d
Tropas
Coloniales
Necesidades sobre material
y
fortificaci&oacute;iv
I. - MATERIAL
ESDE los primeros n&uacute;meros de la publicaci(3n de esta
REVISTA hemos tratado de reco&pound;;er las ense&ntilde;anzas de
nuestras campa&ntilde;as, compendiando cuanto pueda
ser &uacute;til para nuestra labor, y ofreciendo al mando los frutos de nuestra observaci&oacute;n y estudio.
Otras veces fueron las costumbres o el arte musulm&aacute;n,
lo que ilustr&oacute; las piiiiinas de nuestra obra evitando en lo
posible la aridez de los problemas t&eacute;cnicos, ante los que
tantas veces se detuvo nuestra pluma temerosa de cansar
con su monoton&iacute;a a nuestros lectores.
Vientos de paz nos llegan de los campos franceses, dcnuevo el sentimiento pacilista de las naciones se manifiesta
en las conversaciones Franco-Espa&ntilde;olas, \' mientras los comisionados contrastan las posibilidades de una paz futura,
los ej&eacute;rcitos se preparan a reducir los focos de rebeld&iacute;a y
hacer sentir a las cabilas el peso de nuestra fortaleza. Y es
en estos momentos en que a los sentimientos de paz se
mezcla la falta de credulidad en la buena fe ri&iacute;e&ntilde;a, cuando
las ideas se atrepellan y piden a la pluma un lugar para
llevar una observaci&oacute;n o una ense&ntilde;anza' a la posible y futura obra militar.
Dos son los puntos que juzgo hoy mu}^ importantes
para integraci&oacute;n de nuestra eficiencia: Uno es: el medio de
aiuiiciitai' el rendimiento del material de nue&ntilde;traf. unidades y otro el estudio del sistema de fortificaci&oacute;n, m&aacute;s conveniente.
El rendimiento de nuestras unidades y de su material,
ha ido en auinento desde el a&ntilde;o mil novecientos veintiuno;
sin alcanzar no obstante, la perfecci&oacute;n que los nuevos sistemas de la guerra marroqu&iacute; imponen.
No abogo con esto por el aumento de las armas autom&aacute;ticas en las proporciones que la guerra europea imprimi&oacute; a los ej&eacute;rcitos, las caracter&iacute;sticas de la guerra colonial
limitan su n&uacute;mero, y dos fusiles ametralladoras por compa&ntilde;&iacute;a y en algunas unidades cuatro, son suficientes j llenan
las necesidades, no privando a las unidades de infanter&iacute;a
de su movilidad tan necesaria, pero si esto sucede trat&aacute;ndose de las unidades, no es lo mismo por lo que a los parques se refiera. Lo delicado de esta clase de material exije
que los parques posean un crecido n&uacute;mero de armas de
respeto y de piezas para los mismos, para evitar el caso
posible deque la inutilizaci&oacute;n d&eacute;los que tienen las unidades
en fuego, pueda privarles de elemento de guerra tan importante.
Si estudiamos el rendimiento de los m o rleros d&eacute; Irin
chera igualmente tenemos que perfeccionar el arma. Su
aparici&oacute;n en la guerra de Marruecos vino a llenar una ne&quot;
cesidad hace tiempo sentida y aument&oacute; poderosamente la
eficiencia de nuestra infanter&iacute;a. La t&aacute;ctica enemiga de no
presentar el combate en terrenos descubiertos y s&iacute; en los
quebrados y monta&ntilde;osos, concentr^lndose en barrancos, ca&ntilde;adas y contrapendientes, ofrece amplio campo al empleo
de los morteros, y el n&uacute;mero de los asignados a la unidad
Batall&oacute;n, Tabor o Bandera, no bastan ni por su n&uacute;mero
ni calidad a llenar el lugar preeminente a que la guerra
marroqu&iacute; lo ha elevado.
Es necesario mejorar este artificio con un mortero de
m&aacute;s alcance y potencia, que por lo menos iguale las caracter&iacute;sticas de los que el enemigo posee (procedentes del material cogido en la zona francesa), pues con un alcance de
dos mil metros posee un proj^ectil m&aacute;s potente y eficaz.
La pr&aacute;ctica aconseja el aumentar las dotaciones de estas unidades en dos morteros pesados m&aacute;s, que conjugados
con los ligeros aumentan la eficiencia de nuestras fuerzas
coloniales y el radio de acci&oacute;n de nuestras posiciones.
Si pasamos a estudiar el material de nuestra artiller&iacute;a
igualmente reclama mejora, no obstante el progreso que
en este orden hemos tenido con la aparici&oacute;n de los calibres
IU'5 y irys Schneider y del frecuente empleo de la granada
rompedora (hasta el a&ntilde;o 2&quot;) no empleada por nuestra artiller&iacute;a colonial).
Esta aparici&oacute;n del moderno material Schneider no tuvo
la importancia que en los primeros momentos pareci&oacute; asign&aacute;rsele. Nuestros artilleros entusiasmados con lo excelente
del material, relegaron a segundo t&eacute;rmino a las bater&iacute;as de
monta&ntilde;a de 7cms. y el mando por su parte pec&oacute; de igual
condescendencia, y eir la organizaci&oacute;n de nuestros cuadros
artilleros tendi&oacute; a desaparecer la bater&iacute;a de 7 cms., esa hermana inseparable del Infante que ha escrito en &Aacute;frica las
m&aacute;s bellas p&aacute;ginas del Historial artillero. Fueron las de
Taxuda, Tifaruin, Sidi-Mesau, Xauen, Dra el Asef, etc. etc.
y no hay combate o po.sici&oacute;n que no lleve unida una hermosa p&aacute;gina de su actuaci&oacute;n, que cuando el combate se
empe&ntilde;a recobran siempre el puesto a que tienen derecho,
ipese al buen deseo de esas concentraciones artilleras de
mayores calibres, que no bastan por s&iacute; a llenar el lugar que
a la artiller&iacute;a de monta&ntilde;a corresponde y que encambio
son costos&iacute;simas para el estado!...
No quiero decir con esto que abogue porque desaparezcan esos calibres de la organizaci&oacute;n colonial. Su acci&oacute;n
es conveniente en determinados casos, y las bater&iacute;as de
monta&ntilde;a de 10'5 por su movilidad j'potencia constituyen
un poderoso elemento de apoyo para la acci&oacute;n de las columnas.
El rendimiento de las bater&iacute;as de 7cms. con su proyectil de rompedora ha sido muy grande y muy especialmente
en aquella &eacute;poca en que emplearon la rompedora francesa,
(conocida vulgarmente por rompedora servia) tan potentes
como eficaces en la guerra de monta&ntilde;a que en Marruecos
sostenemos.
No iynoro que liabni quien calilique de heregia mis
apreciaciones sobre las necesidades artilleras y los calibres,
pero a los que as&iacute; piensen invito a la meditaci&oacute;n que discurran sobre lo reducido de las distancias a que se libran
los combates; sobre los objetivos probables a batir; en las
distancias naturales de apertura de fueoo;en el terreno monta&ntilde;oso en queseempe&ntilde;a el combate; en la necesidad de acompa&ntilde;ar a la infanter&iacute;a en sus movimientos; en el peso de un
proyectil y la capacidad del trasporte; en el precio del proyectil, y en &uacute;ltimo extremo que escuchen el parecer d&eacute;los
t|ue han necesitado de su apoyo y no dudo que entonces
compartir&aacute;n mis opiniones.
Si del material pasamos a las municiones surge de
nuevo la campa&ntilde;a que en esta misma REVISTA mantuvimos
sobre la necesidad de las granadas incendiarias 3^ de humos, objeto alcanzado por la granada de f&oacute;sforo blanco,
que en un trabajo anterior preconiz&oacute; el Capit&aacute;n Planell,
uni&eacute;ndose a nuestro parecer, y sobre el emple&oacute; de la rompedora a tiempos, artificios viejos en la guerra y campo de
experimentaci&oacute;n europeos empleados por otros ej&eacute;rcitos
t'on lisonjero &eacute;xito, y para la guerra de Marruecos de gran
aplicaci&oacute;n.
No olvidemos tampoco que se aproximan los d&iacute;as en
que los campos se abren con las niieses granadas y entonces las cabilas lim&iacute;trofes a nuestras posiciones, se aprestaran a recoger el grano de sus cosechas y nuestros ca&ntilde;ones
silenciosos solo esperar&aacute;n el proyectil incendiario para
obligar a la sumisi&oacute;n a los vecinos... &iexcl;El incendio de los poblados y cosechas ha sido siempre el supremo argumento
para inclinar las cabilas en cualquier sentido!...
Habr&aacute; quien salga a nuestro paso hahl.-lndonos del empleo por la aviaci&oacute;n de este artificio, pei'o no basta para llenar este lugar. I^a falta de precisi&oacute;n en el tiro, lo costoso de
la hora de vuelo,' lo reducido del n&uacute;mero de bombas a tras-
T E T U A N : CuUe del F&uuml;ndok
\74
portar etc. etc., aconsejan el limitar su empleo en la aviaci&oacute;n o cuando no pueda ser empleado por la artiller&iacute;a.
1-&iacute;ama tambi&eacute;n muy importante del/material de gran
inter&eacute;s para Marruecos es el empleo de los carros de asalto
y tanques, extremo que hemos defendido m&aacute;s de una vez
desde las p&aacute;ginas de esta REVISTA, convencidos de su enorme eficacia y valor en el combate, parecer m&aacute;s tarde confirmado con el empleo que en la vecina zona han tenido
estas potentes m&aacute;quinas que marchando en la^vanguardia
de las columnas francesas quebrantaron las resistencias
con escaso desgaste de sus tropas.
No basta sin embargo el dotar de tanques al Ej&eacute;rcito,es
necesario hacerlos eficientes y esto solo se consigue con
personal muy preparado en la campa&ntilde;a, entrenado en ella,
que conozca a la perfecci&oacute;n los medios de acci&oacute;n de. los rebeldes, su manera de combatir, que no se impresione al
ver el blanco de los ojos al enemigo, ni por verlos subidos
sobre las caperuzas de los carros. Es'necesario igualmente
perfeccionar su armamento dot&aacute;ndolos de doble ametralladora &uacute;nico medio de asegurar la continuidad de sus fuegos,
y mejorar sus caracter&iacute;sticas a fin de conseguir que lleven
m&aacute;s de una boca de fuego y un lanza minas. Deteste modo
habremos logrado mejorar considerablemente su rendimiento en el combate.
Madrid.-Marzo,
Foto. Calutayud.
ESTUDIOS MARROQU&Iacute;ES
EL DERECHO *
DE VENGANZA
E
l, cabile&ntilde;o es rencoroso hasta un grado inconcebible. El odio germina en su alma inculta por el
motiv^o m&aacute;s f&uacute;til, pero como es muy reservado,
raramente exterioriza lo que siente y, de aqu&iacute;, la opini&oacute;n equivocada de algunos escritores europeos, al afirmar que es insensible a las injurias e incluso a los castigos degradantes; pues bien, no hay nada de esto, lo
que sucede es que el ofendido, o el que as&iacute; se considera,
reserva su contestaci&oacute;n, o lo que es lo mismo, que prepara su venganza para aprovechar una ocasi&oacute;n en que
pueda tomar espl&eacute;ndido desquite.
Al lado de las bajas pasiones de odio y de venganza
el cabile&ntilde;o, en medio de su incultura y de su amor innato a la independencia, siente sin embargo un profundo
respeto que responde a un precepto cor&aacute;nico que dice:
&laquo;Obedece a Dios, obedece al Profeta 5&quot; a aquellos que
entre vosotros tienen autoridad&raquo;.
El odio y la venganza, como si se tratase de un objeto m&aacute;s de la herencia, se transmite de generaci&oacute;n en generaci&oacute;n, pues as&iacute; lo exige el honor de los herederos de
la victima, y esta falsa idea del honor da lugar a que se
exterminen dos familias, caz&aacute;ndose materialmente, sus
individuos, como verdaderas piezas sedientas de sangre,
l&iacute;l individuo que mata a otro tiene, por lo menos, en
contra suya a la familia entera de la v&iacute;ctima, y decimos
por lo menos, porque a veces con la familia de la v&iacute;ctima hace causa com&uacute;n el poblado a que &eacute;ste pertenece,
y, hasta tal extremo se \\e\a. esta cuesti&oacute;n, que el no
proceder as&iacute; lleva consigo, repetimos, el deshonor y el
desprecio.
Pero es m&aacute;s, la venganza est&aacute; amparada y regulada
en el derecho de la cabila, _v, lo m&aacute;s notable de ello es
que la le}^ religiosa no est&aacute; en contradicci&oacute;n con'la le}'
civil. Es verdad que el Cor&aacute;n, salvo algunas excepciones que luego citaremos, no ordena la venganza, pero
la permite, si bien es cierto asi mismo que aconseja el
perd&oacute;n de las injurias, dici&eacute;ndose en el vers&iacute;culo 41 del
Sura XLII: &laquo;Es sabidur&iacute;a de la vida el soportar con paciencia y perdonar&raquo;; que en el 127 del Sura XVI se dice:
&laquo; Cuando ejerz&aacute;is represalias, que sean semejantes a
las ofensas que hay&aacute;is recibido; pero si prefer&iacute;s soportarlas con paciencia, esto es m&aacute;s agradable a Dios&raquo;.
En cambio, como acabamos de decir, existen otros
vers&iacute;culos, entre ellos el ;^9 y 40 del Sura X L l l que- disponen: &laquo;No se podr&aacute; atacar al hombre que venga una
injusticia que se le ha hecho&raquo;. &laquo;Se atacar&aacute; a ios que
oprimen a los dem&aacute;s y a los que obran con violencia y
contra toda justicia&raquo;. ^' por &uacute;ltimo, el Cor&aacute;n,, al establecer como pena el Tall&oacute;n, admite y regula la venganza,
ya. que m&aacute;s tiene de esto el Tall&oacute;n que de justicia.
Sidi Jalit en el Mojtasar, empieza el examen de los
delitos por el cap&iacute;tulo que denomina: De las sangres.
Los delitos de sangre, si se cometen voluntariamente se
castigan con la pena del Tall&oacute;n, y si se realizan de un
modo involuntario la pena consiste en indemnizar la
sangre vertida.
Estas disposiciones, del Derecho penal musulm&aacute;n,
se fundan en preceptos del Cor&aacute;n y del Haditz. En efecto, en el Cor&aacute;n encontramos los siguientes vers&iacute;culos
que tratan de esta cuesti&oacute;n, 3' que dicen: &laquo;&iexcl;Oh creyentes! Os est&aacute; prescrita la pena del Tall&oacute;n para el asesinato. Un hombre libre por un hombre libre, un esclavo
por un esclavo, una mujer por una mujer. Aquel a
quien lesea perdonado el Tall&oacute;n por su hermano debe
ser tratado con humanidad&raquo;. &laquo;En el Pentetauco hemos
prescrito a los jud&iacute;os: Alma por alma, ojo por ojo, nariz
por nariz, oreja por oreja, diente por diente. Las heridas ser&aacute;n castigadas conforme a la ley del Tall&oacute;n. El
que recibe el premio de la sangre si lo convierte en limosnas, har&aacute; un bien, y esto le servir&aacute; de expiaci&oacute;n de
de sus pecados&raquo;. &laquo;&iquest;Por qu&eacute; ha de matar un creyente a
otro creyente a no ser sin querer? El que mata a otro
creyente involuntariamente est&aacute; obligado a emancipar
un esclavo creyente y a pagar a la familia del muerto
el importe de la sangre fijado por la ley, a menos que
la familia no haga convertir esta suma en limosnas. Por
la muerte de un individuo de una naci&oacute;n aliada se libertar&aacute; a un escla\o crej^ente y. se pagar&aacute; a la familia del
muerto la suma prescripta. El que no halle esclavo que
libertar, avunar&aacute; dos meses seguidos. He aqu&iacute; las expiaciones establecidas por Al'lah el sabio, el prudente&raquo;.
Entre los haditz del Profeta que tratan de esta cuesti&oacute;n, citaremos la siguiente: &laquo;Un d&iacute;a, Omar pregunt&oacute;
a Alahoma, si el ci-ej^ente debe ser siempre respetado
y amparado en su persona y en sus bienes, y contest&oacute;
el Profeta: Al'lah, bendito 3' exaltado sea sin cesar, ha
declarado sagrada nuestra sangre, nuestros bienes y
nuestro honor, salvo el caso de que os hag&aacute;is responsable de un crimen&raquo;,
I-^a pena del Tall&oacute;n, repetimos, no es otra cosa que
la legalizaci&oacute;n, por as&iacute; decirlo, de la venganza que Malioma se propuso suavizar por medio del perd&oacute;n de la
v&iacute;ctima si se trata de heridas o de los herederos si se
trata de un homicidio, listos preceptos han sido llevados al Derecho musulm&aacute;n 3' en la obra, 37a citada de
Sidi jalib se dice, que la extinci&oacute;n del Tall&oacute;n, puede ser
no solo por cumpliento de la persona, sino tambi&eacute;n por
transacci&oacute;n, por herencia y por perd&oacute;n.
Respecto de la transacci&oacute;n se dispone, que es l&iacute;cito
al matador llevarla a cabo ofreciendo el pago de la sangre o sea una cantidad ma3'or (&gt; menor en oro, plata o
mercader&iacute;a.
En lo relativo a la extinci&oacute;n por herencia, se dice,
que el Tali&oacute;n queda extinguido cuando el agresor llega
a heredar todo o parte de su propia sangre, salvo la siguiente excepci&oacute;n: El hijo que teniendo un hermano
mata a su padre, no hereda el derecho a su propia sangre, porque en el Derecho musulm&aacute;n, el hijo que mata
a su padre no le hereda, pero si su hermano &uacute;nico se
muere, hereda de &eacute;ste todo el derecho a su propia sangre 3' en consecuencia queda extinguido el Tali&oacute;n.
Por &uacute;ltimo, se extingue esta por el perd&oacute;n, que pueden conceder personalmente los herederosde la v&iacute;ctima,
o nombrar procuradores con amplios poderes para que
por si 3' ante s&iacute; perdonen el cumplimiento de la pena.
Preceptos an&aacute;logos encontramos en el Derecho cabila 3' el no perdonar los cabile&ntilde;os la ejecuci&oacute;n del Tali&oacute;n obedece a la extrema pobreza 3- a que los herederos
de la v&iacute;ctima no deben iniciar la transacci&oacute;n, pues a ella
se opone su propio honor. Lsta transacci&oacute;n tiene que ser
iniciada por una persona de respeto 3' de mucho prestigio, 3^, una vez convenidas las partes, el dinero debe
ser entregado a la familia de la victima por la mano
del morabito m&aacute;s venerado, &uacute;nico medio de conseguir
que no falten a lo convenido y que la transacci&oacute;n no se
altere.
Todo esto no demuestra m&aacute;s que la falta de una
autoridad que se imponga, 3-, en la cual, encuentren justicia los agraviados, sobre todo en los campos, pues en
las ciudades no se aplica el Tali&oacute;n.
Se trata, pues, de una cuesti&oacute;n muy digna de estudio,, puesto que para que exista tranquilidad y seguridad
en una comarca, no es suficiente que esta se obtenga por
medio de la fuerza, sino que es indispensable, para que
esa seguridad sea real y efectiva, llevar la paz a los
esp&iacute;ritus interviniendo nosotros en la administraci&oacute;n
de la justicia ind&iacute;gena, en la que deben encontrar amparo 3' protecci&oacute;n cuantos acudan a ella. De esta manera, respetando las costumbres ind&iacute;genas en cuanto a la
transacci&oacute;n en los delitos de sangre, e imponiendo adem&aacute;s al delincuente la pena de multas o de prisi&oacute;n, preparando as&iacute; la evoluci&oacute;n natural, ir&aacute; desapareciendo la
venganza 3' la justicia se abrir&aacute; paso, cuyo extremo no
es mu}' dif&iacute;cil de conseguir, 3'a que los ind&iacute;genas tienen, y es un dato que debe conocerse, un bello concepto
de la justicia; sin duda porque en el vers&iacute;culo 46 del
Sura V del Cor&aacute;n se dice: &laquo;Si recurren a tu juicio,
pronuncia tu fallo o abstente. Si te abstienes no podr&aacute;n
da&ntilde;arte; pero si te encargas de juzgar, j&uacute;zgalos equitativamente, pues Al'lah quiere a los que juzgan con
equidad&raquo;.
Manuel del NIDO.
75
DE FILATELIA&quot;
LOS SELLOS DE NUESTRO PROTECTORADO EN MARRUECOS
RocRESAJios. Hace lina veinlena de a&ntilde;os cuando
la alici&oacute;n filat&eacute;lica en nuestro pa&iacute;s era escas&iacute;sima,
el vulgo, el o-ran VUI&Iacute;&Iacute;O, calificaba despiadadamente a los amantes de la misma. Bastante generalizada hoy,
va las gentes no creen que haya necesidad de poner camisa de fuerza a sus prosclitos. Algo es algo. Y compadezc&aacute;monos piadosamente de los que a&uacute;n dibujan en .su
Sellos espa&ntilde;oles habilitados para T&aacute;n&aacute;er y la Zona de Protectorado'
rostro una sonrisa de compasi&oacute;n cuando se habla de los
lilat&eacute;licos.
Creemos llegado el momento de hacer un trabajo que
Tan arraigada est&aacute; esta afici&oacute;n en las naciones m&aacute;s culhonre a Espa&ntilde;a. Es de suponer que en la Casa de Moneda
tas del m u n d o , que es raro encontrar una familia donde alg u n o de los individuos que la constituyen no se dedic|ue a y Timbre, t e n d r e m o s g r a b a d o r e s h&aacute;biles p a r a que su traella. Y tal importancia le conceden los g r a n d e s rotativos bajo re.sulte similar al que se hace en Inglaterra y los Estados Unidos, pero si no los tuvi&eacute;semos, deber&iacute;amos hacerlos,
que, cada vez m&aacute;s, se apresuran a ofrecer sus columnas a
subvencionando a los m&aacute;s expertos, p a r a que se trasladen
la informaci&oacute;n filat&eacute;lica.
al extranjero a completar sus conocimientos. (.)ue no sea riTodos nuestros lectores saben que los sellos de la Pedicula esa subvenci&oacute;n, como
n&iacute;nsula son los mismos que se utilizan p a r a Marruecos, y
con frecuencia sucede,3'que
con el fin de diferenciarlos, son sobrecargados poni&eacute;ndoles
les permita vivir decoro&iacute;sa&quot;Zona del Protcrtorado Espa&ntilde;ol en Marruecos'' y l o s que se
mente en un plano igual al
usan en T &aacute; n g e r dicen ''Correo Espa&ntilde;ol
Marruecos&quot;.
f.,os franceses, al igual que nosotros, utilizaron hasta de sus camaradas.Con maesl')Ul los sellos de la Metr&oacute;poli p a r a sus tros, huiremos d e tiradas
Despachos de Marruecos sobrecargan- como las del Congreso Posdo el precio; a partir de esta fecha uti- tal, que queriendo imitar al
sello moderno, result&oacute; un
lizaron el tipo general de svis Colonias,
fracaso impropio de im pa&iacute;s
hasta que, en 1910, se decidieron por que
p u e d e enorgullecerse
hacer sellos especiales p a r a A&iacute;arruecos
de que sus hijos tienen conXo aludimos a los Despachos Indiciones excepcionales p a r a
gl&eacute;s y A l e m &aacute; n (este suprimido) por
todo trabajo.
que no ejercen protectorado ni lo han
l&iacute;ntonces habr&iacute;a la seejercido.
Las emisiones francesas a partir de guridad de que los sellos espa&ntilde;oles de la Zona de Ma1')17 sin que sean un modelo acabado
de arte ni de grabado, superan incom- ri-uecos honrar&iacute;an al pa&iacute;s
TWO
parablemente a las nuestras, son de protector y que los filat&eacute;liSHILLINCS
cos que los enviamos al exiiuen gusto y tienen ima orientaci&oacute;n
moderna, vi&eacute;ndose en ellos los monu- tranjero, no ser&iacute;amos abochornados por p&aacute;rrafos como
Sel los del corred1 Aereo yPostal de la
mentos m&aacute;s notables de la Zona h'raneste: &laquo;Procure cpie los sellos
Zona Francesa del Protectorado e n
ccsa y en los de Aviaci&oacute;n, la vista paello brit&aacute;nico c&iacute;e G'\M a rruccos.
sean
de
un
centraje
m;is
pernor;lmica de Casablanca y su puerto.
braltarfecto,
pues
el
dibujo
est&aacute;
cortado
por el trepado de
I^os sellos de J\&iacute;arruecos Espa&ntilde;ol hoy en ciru n a m a n e r a indigna, en la mayor&iacute;a de los sellos&raquo;.
culaci&oacute;n no est:m a la altura de nuestra repreRecomendaci&oacute;n que no hemos podido replicar.
sentaci&oacute;n como naci&oacute;n de p r i m e r orden, son laEn fotograbado venln nuestros lectores, para
mentables, tanto por la carencia absoluta de A r t e
que comparen, dos bloques o grupos de cuatro se_\- modernidad, como por su trepado. Resulta casi
llos del Marruecos E.spa&ntilde;ol, con el trepado en la
Imposible elegir un sello de m &aacute; r g e n e s iguales,
forma que se describe en el p.'irrafo que antecede
deliido al descentraje del trepado, que en la mayoy dos sellos, uno de Gibraltar y otro de Labuan,
r&iacute;a de los casos, corta despiadadamente el grabado.
modelo de centraje y grabado que debemos hacer
T e n g a n en cuenta los encargados de e.sa operaci&oacute;n,
todos los esfuerzos &quot;necesarios por imitar.
(.pie los sellos circulan por todo el m u n d o y mucho
Iliense el Director de ^larruecos y Colonias
mTis por cambio entre filatelistas, que franqueando
en los saneados ingresos que proporcionar&iacute;a una
la correspondencia. A d e m &aacute; s , debe tenerse preemisi&oacute;n que se hiciere en forma igual o parecida a
sente, que en las dos Zonas de Marruecos, los .sela que proponemos y rellos son comparados con los de otros Despachos y
cuerde que la Delegaci&oacute;n
i-esalta a cada momento nuestra inferioridad, al pop a r a el F o m e n t o de InteModelo de sello para
nerlos al lado de los ingleses y los franceses.
el Protectorado Esreses Materiales en MaDudamo.s que haya pa&iacute;s ninguno donde con
pa&ntilde;ol, original de
rruecos, dec&iacute;a en su metanta despreocupaci&oacute;n se traten ios sellos por los
M. Beituchi.
moria de 1917-1918, al haencarnados
de treparlos. Compa- blar de la venta de sellos: &laquo;Como
&laquo;en ren, comparen con dato conveniente para los intereses de Hacienda Jalifiana, se hace
los norteamericrnos,
constar los saneados rendimieningleses, belgas, suitos que reportar&iacute;a el cambio dc
zos, franceses, etc., y
dibujos en los sellos de cada emi\-eran que el rubor
si&oacute;n n u e v a que h u b i e r a que elales colorea el rostro.
Sello br
I de Labua
borar, d a d a la alii'i&oacute;n tan extraorT^os sellos de Madinaria a la filatelia que existe dentro v fuera de Espa&ntilde;a&raquo;.
rruecos Espa&ntilde;ol deY al hacer lo que propon&iacute;a el Delegado de Fomento
ben ser a dos tintas,
.Se&ntilde;or Becerra en la Memoria cpie citamos y lo cpi&eacute; nosotros
con vista de monuproponemos, se ver&iacute;a a u m e n t a r notoriamente los ingresos
mentos que m&aacute;s sopor venta de timbres postales ; se rehabilitar&iacute;a el cr&eacute;dito
bresalgan en la Zona
de los mismos tan perjudicado por la forma impresentable
u otros motivos que
que hoy tienen y los c o l e c c i o n i s t a s - esos m;irtires de la
el A r t e elija. Y aproignorancia—bendecir&aacute;n al modificador del actual sello de
p&oacute;sito de esto, recorAlarruecos Espa&ntilde;ol.
damos un notabil&iacute;simo intento de sello
hecho h a c e pocos
HILL.
a&ntilde;os, debido al pincel del ilustre Bertuchi, que de haber
cristalizado hubiera
(*) El distinguido filat&eacute;lico colahor.idor en iniportantcs Revistas de filatehonrado a nuestra
lia h^]o el pseud&oacute;nimo de 7////, nos favorece con el presente iraliajo que no
dudamos ha de interesar grandemente a nuestros lectores.
naci&oacute;n.
Sellos del Congreso Postal de 1920.
NOTAS DE MIS MEMORIAS
E l combate^ del 6 de^ Septiembre^
de^
l924
jf
^
^
jf
jf
EVACUACI&Oacute;N DE ADGOS Y TAGUESUT
A
TACADA la l&iacute;nea del L a u por considerables contini^entes enemigos; perdidas algunas de sus posiciones despu&eacute;s de haber resistido heroicamente sus
guarniciones, y obligada la columna del general S e r r a n o a
evacuar los puestos que quedaron para evitar sufrieran
igual suerte; declarada la rebeld&iacute;a en Beni-Hassan y parte
del Ajm&aacute;s; rota toda relaci&oacute;n pol&iacute;tica con las cabilas y por
lo tanto alejada la posibilidad de un cambio de situaci&oacute;n en
sentido favorable en un per&iacute;odo de tiempo relativamente
corto... no cab&iacute;a otro recurso que realizar un esfuerzo y replegar el grupo de posiciones de A d g &oacute; s y Taguesut, y efectuarlo pronto.
Unos d&iacute;as m&aacute;s de vacilaci&oacute;n y el enemigo habr&iacute;a
puesto sitio a todas ellas empleando g r a n d e s efectivos, y
entonces &iexcl;sabe Dios lo que hubiera costado liberarlas y replegarlas! Y decimos replegarlas, porque a d e m &aacute; s de ser
prop&oacute;sito decidido del Gobierno hacerlo, nada pr&aacute;ctico se
hubiera conseguido con abastecerlas, pues cada convoy
habr&iacute;a costado buen n &uacute; m e r o de bajas sin otra finalidad que
m a n t e n e r un grupo de puestos cuya acci&oacute;n, tanto militar
como pol&iacute;tica, era y a nula.
L a operaci&oacute;n, &eacute;n extremo dif&iacute;cil, estuvo bien concebida
y ejecutada; todos, sin excepci&oacute;n, pusieron a contribuci&oacute;n
su esfuerzo para conseguir un resultado satisfactorio. Hubo
quiz&aacute; peque&ntilde;os lunares, detalles insignificantes de ejecuci&oacute;n; pero ello es natural: Si en un sencillo supuesto t&aacute;ctico, sin enemigo real, en terreno f&aacute;cil y conocido tiene
siempre la cr&iacute;tica d o n d e cebarse &iquest;acaso p u e d e exigirse m&aacute;s
en el desarrollo de u n a operaci&oacute;n, de maniobra dif&iacute;cil, acosadas las fuerzas por enemigo n u m e r o s o y d e excepcional
acometividad, con abundantes municiones y g r a n moral,
teniendo que moverse las columnas en un t e r r e n o abrupto
y hostil? Nosotros creemos sinceramerite que no.
E n la operaci&oacute;n del 6 de septiembre no falt&oacute; la concepci&oacute;n racional, las &oacute;rdenes concretas y precisas, la ejecuci&oacute;n
met&oacute;dica y las resoluciones r&aacute;pidas y firmes del Mando
ante lo imprevisto. F u &eacute; u n a de tantas como ha habido en
&Aacute;frica que debieran tomarse como modelo para estudiarlas
a fondo, pues si bien es cierto que en nuestra y a larga
actuaci&oacute;n militar en Marruecos hemos sufrido serios contratiempos, no lo es menos que estos fueron m u y escasos
si los comparamos con los &eacute;xitos francos y decisivos, fruto
siempre, no de la fortuna, sino del estudio profundo, de la
preparaci&oacute;n minuciosa y de la obediencia ciega de los ejecutantes.
Dif&iacute;cil es al soldado de filas estar en todos los detalles
de u n a operaci&oacute;n en la que entran g r a n d e s efectivos, y por
eso en este relato quiz&aacute; se omitan episodios importantes
del combate y en cambio se refieran otros m&aacute;s secundarios;
pero ello es consecuencia de la fuente de informaci&oacute;n a que
acudimos, unas notas tomadas sobre el mismo campo en los
momentos de la lucha, notas que se refieren principalmente
a la actuaci&oacute;n del Grupo de F u e r z a s l-&iacute;egulares liid&iacute;genas
de L a r a c h e n &uacute; m e r o 4, cuyo m a n d o tuvimos la honra de
ejercer en u n a &eacute;poca de tal actividad que los combates
sangrientos y las situaciones dif&iacute;ciles se sucedieron sin
interrupci&oacute;n.
Y sea este art&iacute;culo al mismo tiempo que un recuerdo
d e la d u r a jornada, un testimonio de admiraci&oacute;n a las bravas tropas que tomaron parte en ella y especialmente al
jefe que supo dirigirlas con sobresaliente acierto.
El grupo de posiciones de Adg&oacute;s, la de Taguesut, el
puesto de T a l a m b o t y los blocaos de Luta-Kala y Garofa
formaban parte de la l&iacute;nea llamada del L a u , hall&aacute;ndose situadas todas ellas en la m a r g e n derecha del r&iacute;o. liste, que
desde su nacimiento en el coraz&oacute;n del Ajm&aacute;s corre en
direcci&oacute;n sensiblemente Norte, al llegar frente a Dar-Accoba y recibir su afiuente por la izquierda el Mitzal cambia al
Nordeste y entrando a poco en el estrecho desfiladero que
separa lo.s' macizos de Beni-Hassan y G o m a r a sigtie oprimido hasta pasar por el pie de Col&iacute;ba d'Arsaa donde un
valle amplio, de.spejado y f&eacute;rtil gu&iacute;a sus aguas al Mediterr&aacute;neo.
F r e n t e a Dar-Accoba la orilla izquierda la constitu\'e
u n a g r a n llanada y la derecha un t e r r e n o ondulado; p e r o
a m e d i d a que las&quot; estribaciones del ^'ebel Quelti se van
aproximando al Lau, &eacute;sta se va accidentando progresivam e n t e hasta formar el macizo que coronan las pe&ntilde;as del
Kaiat donde se hallaba emplazado el g r u p o de A d g &oacute; s , cuya
posici&oacute;n principal se denominaba Garc&iacute;a U r &iacute; a en recuerdo
jf
a u n bravo capit&aacute;n del Tercio que all&iacute; dio su vida por la
Patria. Un tereno tan accidentado forzosamente ha de ser
pr&oacute;digo en torrenteras, y as&iacute; es en efecto el que describimos,siendo la m&aacute;s importante por la que corre el Uad-Talambot que separa la meseta de Taguesut de A d g &oacute; s .
El camino, a partir de Xauen, sigue primero por la
pista de Tetu&aacute;n que abandona al poco tiempo p a r a lomar
la direcci&oacute;n de Imeharchen, apareciendo detr&aacute;s del monte
d o n d e se halla emplazado el blocao de Garofa, en que se
le u n e el procedente de Dar-Accoba. A partir de este punto
sigue a media ladera, sin separarse demasiado del cauce
del Lau, amenazado de la derecha y batido de la izquierda
hasta llegar a T a g u e s u t despu&eacute;s de&quot; sab^ar el barranco d e
I g u e r m a n ; sale d e T a g u e s u t p o r el co.stado opuesto y enseguida cruza el Talambot por un paso dificil&iacute;simo y casi
obligado y empieza a trepar por el macizo de Adg&oacute;s, v
cuando el'viajero, agotado ya, levanta su vista p a r a ' v e r .si
ha llegado a la cumlDre, observa que aun le resta un zig-zag
de m &aacute; s de veinte r a m p a s para alcanzar la puerta de la posici&oacute;n principal
L a operaci&oacute;n en t&eacute;rminos generales, deb&iacute;a desarrollarse en la forma siguiente; D e m a d r u g a d a , todas las guarniciones del grupo de Adg&oacute;s abandonar&iacute;an .sus puestos tray e n d o consigo cuanto les fuera posible llevar sobre s&iacute; y
cargar en las ac&eacute;milas de que dispon&iacute;an, c inutilizando
previamente el material no transportable, en el que figuraban unas piezas de posici&oacute;n casi inservibles, la estaci&oacute;n
radio, las municiones y los v&iacute;veres de r e s e r v a de los que
hab&iacute;a g r a n existencia. Al amanecer, estas fuerzas se deb&iacute;an
encontrar en el Talambot donde se les incorporar&iacute;a el destacamento de la Mehal-la que hab&iacute;a en el poblado de dicho
nombre, y protegidas por la columna de 'Pagnesut, que con
anticipaci&oacute;n saldr&iacute;a a .su encuentro, entrar&iacute;an en la posici&oacute;n. Las columnas de X a u e n y Dar-Accoba se pondr&iacute;an en
marcha bien te.mprano con objeto de hallarse cubriendo el
camino entre Garofa e Igueri&uacute;an a p r i m e r a hora; el llanco
Sur de la salida de Taguesut estar&iacute;a segurado por iin tabor
de R e g u l a r e s de Tetu&aacute;n que se deb&iacute;a trasladar all&iacute; d u r a n t e
la tarde anterior. Situadas estas fuerzas, se proceder&iacute;a a
evacuar toda la impedimenta de Taguesut, incluso tiendas,
y acto seguido lo har&iacute;an las tropas formando el &uacute;ltimo escal&oacute;n la 6 ' ' B a n d e r a del Tercio, que se replegar&iacute;a apoj'ando
sus llancos derecho e izquierdo (Norte y .Sur) en los G r u p o s
de R e g u l a r e s de I_^arache y Tetu&aacute;n, emplazados con frente
al L a u el primero y con frente al N'ebel I g u e r m a n el segundo; completar&iacute;a la seguridad de este costado la h a r k &aacute; de
Abd-El-Uafi el Baccali, Bacha de Xauen, que har&iacute;a u n a
incursi&oacute;n bajo su personal direcci&oacute;n por las laderas del
Kalaa.
Se sab&iacute;a qiie todos los poblados de la m a r g e n del I^au,
incluso el d e Taguesut, se hallaban en rebeld&iacute;a, que Talambot simpatizaba asimismo con el enemigo y c|ue tanto Imeharchen como el Kalaa se mostraban indecisos por estar
dentro de nuestras l&iacute;neas. El Mando fiaba el &eacute;xito de la prim e r a parte de la operaci&oacute;n en la sorpresa; de la segunda,
en la moral y resistencia de .sus tropas. Todos sab&iacute;amos que
iba a librar,s&quot;e un re&ntilde;id&iacute;simo combate.
A las cuatro de la m a &ntilde; a n a empez&oacute; el movimiento en el
campamento de Dar-Accoba; la gente se levant&oacute; con el
m a y o r silencio, se pusieron monturas, se relev&oacute; el servicio
con&quot; soldados de la posici&oacute;n, se distribuy&oacute; el caf&eacute; y la r;ici&oacute;n,
y se form&oacute; sin que sonase un solo toque: &iacute;bamos a salir de
noche y conven&iacute;a no tener en la oscuridad ning&uacute;n mal encuentro. Cuando se va a efectuar u n a operaci&oacute;n es peligroso empezar los tiros antes de tiempo.
Constitu&iacute;a esta columna un escuadr&oacute;n del G r u p o de
L a r a c h e (3.&deg;), cuarenta caballos del d e T e t u &aacute; n , dos tabores
de Infanter&iacute;a del primero, (1.&quot; y 4.&deg;), u n a estaci&oacute;n &oacute;ptica y
algunas artolas de Sanidad, s u m a n d o un total, en n &uacute; m e r o s
redondos, de 40 jefes y oliciales, 850 de tropa, 200 caballos y
120 mulos.
A n t e s de las cinco y media empezamos a salir: u n a
p e q u e &ntilde; a exploraci&oacute;n delante; a continuaci&oacute;n la caballer&iacute;a
con el g a n a d o del diestro y detr&aacute;s la infanter&iacute;a. Cuando
llegamos al p u e n t e del Mitzal empezaba a clarear: la loma
del blocao de Garofa, el Kalaa y las pe&ntilde;as del Kaiat se
dibujaban perfectamente en el horizonte. Nos detuvimos lo
indispensable p a r a concentrar la columna. A t r a v e s a m o s el
llano: unos magn&iacute;ficos campos de ma&iacute;z y zahina. Ya era
completamente de d&iacute;a cuando llegamos al&quot; vado del Lau.
L a caballer&iacute;a practic&oacute; u n a amplia y r&aacute;pida exploraci&oacute;n
coronando las alturas de la m a r g e n derecha; reconoci&oacute; los
alrededores de la n u e v a posici&oacute;n de Garofa y sigui&oacute; por la
77
divisoria camino del l^locao. &iexcl;Admiraba ver aquellos caballilos tan ligeros de carnes trepar veloces por entre higd/j/i
\ llegar arriba, arriba de todo!
&Eacute;l campo daba la sensaci&oacute;n de vac&iacute;o: no se ve&iacute;a a nadie en toda la extensi&oacute;n de terreno que abarcaba la vista.
Seguimos marcJiando. Un grupo de moros, poca gente,
trepaban por la loma de Garofa sin duda para ocupar las
piedras frente al blocao donde nosotros deb&iacute;amos establecer una com]ia&ntilde;&iacute;a; pero no se daban gran prisa. La caballer&iacute;a sigui&oacute; avanzando tranquilamente y al llegar al pie
del ]Tromontorio lo acometi&oacute; con br&iacute;o y &quot;algunos minutos
despu&eacute;s vimos a nuestros liia/as pie a tierra ocupar las piedi'as a tiro limpio. Por la derecha observamos una enorme
polvareda; era la columna de Xauen que ven&iacute;a a nuestro
encuentro.
Rato despu&eacute;s torcimos a la derecha para bordear por el
Sui- Ciaro&iacute;a y se dio orden a la 3.'' compa&ntilde;&iacute;a del primer labor c|ue con la de ametralladoras subiesen a relevar al tercer escuadr&oacute;n, no quedando otros caballos en aquel sector
que los de Regulares de Tetu&aacute;n. En seguida confrontamos
con la columna de XauejT que ven&iacute;a mandada por el entonces coronel don Virgilio Cabanellas, persona modesta, caballero pundonoroso y militar experto, inteligente, entusiasta y en&eacute;rgico. De &eacute;l recibimos las &uacute;ltimas &oacute;rdenes, nos
hizo las aclaraciones que le pedimos y luego termin&oacute;:
—Bueno, no hay tiempo que perder y es preciso avanzar cuanto antes para ponernos en contacto con Taguesut
y que empiece la evacuaci&oacute;n. Si las cosas han salido bien,
como es de presumir, ya deben estar las fuerzas de Garc&iacute;a
liria entrando en el cahiparaento.
lil tercer escuadr&oacute;n rompi&oacute; la marcha y tom&oacute; la primei'a altura despu&eacute;s de Garofa—conocida entre nosotros con
el nombre de &laquo;f_.oma C&oacute;nica&raquo;—donde qued&oacute; estacionada,
l&iacute;l enemigo, en los primeros momentos no opuso resistencia, pero no tard&oacute; en hacer un fuego intenso.
Tras la caballer&iacute;a siguieron \os labores por el camino
c|ue estaba muy batido de llanco, no obstante lo cual no se
hizo una sola parada hasta llegar a las inmediaciones de
I^uta-Kala en que se encontr&oacute; seria resistencia en el frente.
A nuestra derecha marchaba la vanguardia de la columna
de Xauen con.stitu&iacute;da por unos escuadrones y tres taborcs
de l&iacute;egulares de Tetu;in. Dunmte la marcha y en el trayecto comprendido entre Loma C&oacute;nica y Luta-Kala se establecieron las compa&ntilde;&iacute;as 1.&quot; y 2.''del primer tabor, avanzando todo lo posible en direcci&oacute;n al Lau
El 4.&quot; tabor, tuvo que desplegar en Luta-Kala. La 2.'&quot;^
compa&ntilde;&iacute;a en briosa acometida ocup&oacute; unas pe&ntilde;as avanzadas
y las restantes se extendieron a la derecha. El batall&oacute;n de
Eigueras con su jefe en cabeza, el teniente coronel Cirujeda, segu&iacute;a inmediatamente detr&aacute;s de nuestros ind&iacute;genas.
Desde I^uta-l&iacute;ala vimos el campamento de Taguesut ya
sin tiendas, y momentos despu&eacute;s una escuadrilla de aviones comenz&oacute; a bombardear intensamente la posici&oacute;n de
Garc&iacute;a Ur&iacute;a observando en el acto que unas enormes columnas de hinuo se perd&iacute;an en lo infinito: &iexcl;Las posiciones
del grupo de Adgos hab&iacute;an sido evacuadas! Esto, a nuestro
juicio, era lo m&aacute;s dif&iacute;cil de la operaci&oacute;n; pero quedaba lo
m&aacute;s sangriento
El fuego hab&iacute;a adquirido bastante violencia; mas esto
no fu&eacute; &oacute;bice para que las compa&ntilde;&iacute;as 1.&quot; y 3.'' del A.&deg; tabor
diesen un nuevo salto y avanzasen un gran trecho en direcci&oacute;n a Taguesut. Este avance cost&oacute; algunas bajas, entre
ellas la del teniente R&iacute;os.
Dos de Eigueras relevaron las 2.&quot; del 1.&quot; y 2.''del 4.&quot;
Grupo, marchando i'-sta sin p&eacute;rdida de tiempo a constituir
la reserva de su tabor.
El combate cada vez se hac&iacute;a m&aacute;s encarnizado y fu&eacute;
preciso un nuevo cm-iuje del 4.&deg; para asegurar el camino
i&iacute;ajo: la 3.''compa&ntilde;&iacute;a,'apoyada por las otras, tras duro encoiitronazo se hizo fuerte en un espol&oacute;n. Las fuerzas restantes de ^&quot;&quot;igueras nos segu&iacute;an de cerca.
Se hab&iacute;a establecido ya el contacto con la colimina de
Taguesut, y su jefe, el teniente coronel Permuy, orden&oacute; la
salida de l&aacute; impedimenta
Como el enemigo arreciaba en su acometividad y s&oacute;lo
c|uedaba vma compa&ntilde;&iacute;a del 4.&quot; tabor (la 2.'') en reserva, se
hizo venir la 2.'' dell.&quot; Se emplazaron convenientemente
las ametralladoras de Eigueras y del Grupo protegidas por
inra compa&ntilde;&iacute;a del primero. El Coronel, por su parte, atento
a todas las incidencias, determin&oacute; el emplazamiento de la
bater&iacute;a y situ&oacute; convenientemente las reservas, el Parque
m&oacute;vil y la Ambulancia.
T^a evacuaci&oacute;n del material y dem;is efectos de Taguesut era operaci&oacute;n laboriosa. Apoyando a la intermmable
recua de mulos cargados ven&iacute;an las guarniciones de Adg&oacute;s
V el destacamento de Talambot. Los jefes de ellas se presentaron al Coronel y le explicaron sn actuaci&oacute;n.
Rodr&iacute;guez Couto&quot;, Comandante del 2&deg; tabor y jefe del
grupo de Adg&oacute;s, se expres&oacute; en la siguiente forma:
—Todo s&eacute; dispuso, mi Coronel, como V. me ten&iacute;a ordenado. Dos d&iacute;as antes llam&eacute; a Delgado .Mena, el jefe de la
Mehal-la de Talambot, y le invit&eacute; a comer con objeto de no
llamar la atenci&oacute;n ni a .su misma tropa. Concertamos la salida y punto donde nos deb&iacute;amos reunir... l^or cierto que
78
ha estado a pinito de malograrse todo: La noche anterior
tuve conlidencias deque iba a desertarse im cabo de una
de las avanzadillas con varios individuos; pero afortunadamente lo supe a tiemoo y le relev&eacute; poniendo all&iacute; gente de
la mayor confianza. &iexcl;.Si e'sas deserciones se llevan a efecto,
nos e.s impo.sible .salir de Adg&oacute;s!... Y algo habr&iacute;a indudablemente, pues hasta cerca de las dos &quot;de la madrugada
hubo un perro ladrando frente a la misma avanzadilla, cosa
rara, pues por aquellas alturas no circula m&aacute;s que el viento
y la niebla. Estoy seguro de que habr&iacute;a ima guardia espcnindoles... &iexcl;Qu&eacute; nochecita esta &uacute;ltima! l^erc) vo\'a contar
c&oacute;mo se efectu&oacute; el repliegue: A las dos y media—que va
hab&iacute;a cesado de ladrar el maldito perrito—se inici&oacute; la e\'acuaci&oacute;n de todos los puestos de Garc&iacute;a Ur&iacute;a y a las cuatro
todos est&aacute;bamos reunidos. Ya en estas condiciones no iiab&iacute;a m&aacute;s remedio, ocurriera lo que ocurriera que seguir,
pues, si &eacute;ramos descubiertos ;c&oacute;mo volvernos atr&aacute;s v recuperar las posiciones abandonadas sin otra dotaci&oacute;n &quot;de municiones que la que los hombres llevaban encima?... l&iacute;l
tiempo pasaba de prisa, muy de prisa; era preciso decidirse
cuanto antes... Ech&eacute; por delante la compa&ntilde;&iacute;a de .Segorbe
con la impedimenta y heridos, luego el resto de las fuerzas
europeas, y, &iexcl;lor &uacute;ltimo los Regulares. &iacute;_^a columna baj&lt;)
por el zigzag sin que se o\'era m&aacute;s ruido que las pisadas
de las ac&eacute;milas: &iexcl;Todo el mundo se daba cuenta de loque
nos estribamos jugando!... Cuando amanec&iacute;a, una densa
niebla lo cubri&oacute; todo, todo, y a su amparo cruzamos el Talambot despu&eacute;s de recoger las fuerzas de la Mehal-la que
hab&iacute;an salido a nuestro encuentro. Pasado cirio empezamos a sufrir el fuego... Hemos tra&iacute;do todo lo que ha sido
posible. Los ca&ntilde;ones, que por cierto estaban en miuMnal
estado, han quedado liechos papillas: las ruedas y los frenos rotos; por las bocas metimos a mazazos sendos pro_\'ectiles, que seg&uacute;n me ha dicho el ajustador, no habr&aacute; forma
de sacar; lo.s cierres los cargamos en una ac&eacute;mila que ha
llegado a Taguesut sin novedad. Destrozamos la radio,
rompimos el tel&eacute;fono, inutilizamos las municiones }' los
v&iacute;veres quedaron rociados de petr&oacute;leo \' gasolina y ya deben haber ardido...
Y su gente &iquest;qu&eacute; tal?—le pregunto Cabanellas.
Mi gente muy bien—respondi&oacute;—. Ahora que ellos no
han sabido nada de la evacuaci&oacute;n hasta la misma noche.
Cuando termin&oacute; de hablar el Comandante, empez&oacute; Delgado Mena:
—Ya estamos aqu&iacute;, mi Coronel, por cierto que no solamente sin perder nada sino con bastantes fusiles de m&aacute;s...
&iexcl;Dos d&iacute;as m&aacute;s y no ]iodenio.s salir del poblado! La gente
estaba muv' insolente y nos miraban con desprecio. A^er&aacute;
V.: Ayer &quot;reun&iacute; a los&quot; hombres y les invit&eacute; a presentar el
armamento a lo que se negaron;&quot;^ por fin les dije que ten&iacute;a
orden del Magzem de ver c&oacute;mo estaban los fusiles para
cambiar los viejos y asi mismo de entregarles municiones
para que todos pudi&eacute;ramos defendernos de los r&iacute;fenos.
Con el cebo del cambio consegu&iacute; la mayor parte del armamento, y de madrugada desaparec&iacute;... &quot;Cuando entr&aacute;bamos
en Tagiiesut hab&iacute;an descubierto el enga&ntilde;o y acud&iacute;an como
fieras; pero ya era pai'a ellos muy tarde.
El combate segu&iacute;a y ue cuando en cuando llegaban
nuevos heridos a l&aacute; ambulancia que eran atendidos sol&iacute;citamente por los m&eacute;dicos.
l&iacute;n el frente asignado a la 3.-' compa&ntilde;&iacute;a del 4.&deg; tabor
ocurri&oacute; un episodio interesante: Dos soldados hab&iacute;an ca&iacute;do
gravemente heridos entre unos jiedruscos muy avanzados
V en lugar batid&iacute;simo; un oficial, el teniente do&iacute;r Erancisco
&quot;Casas Miticola, al frente de un grupo de bravos sali&oacute; en su
auxilio V a los pocos pasos recibi&oacute; una herida en el pecho,
no obstante lo cual sigui&oacute; sin detenerse, y cuando ya estaba junto a las v&iacute;ctimas, un nuevo balazo en el vientre dio
con &eacute;l en tierra. Otro oficial, el teniente don Vicente Otero
Valderrama, que hab&iacute;a presenciado lo ocurrido .sali&oacute; en
bu.sca de su compa&ntilde;ero; lleg&oacute; a &eacute;l, le recogi&oacute; y le coloc&oacute; en
una camilla avudado por un par de soldados, pero cuando
ya estaban cerca de las guerrillas una descarga del enemigo puso fuei-a de combale a los camilleros e hizo caer tambi&eacute;n al valiente Otero. Tras inauditos esfuerzos pudieron
ser recogidos v trasladados al puesto de socorro, y d&eacute; all&iacute;
evacuados a Xauen, donde fallecieron horas despu&eacute;s...
En vi,sta de que el camino que ordinariamente segu&iacute;an
los convoyes resultaba muy batido desde las posiciones que
el enemig'o ocupaba, se dispuso por el Coronel, con mucho
acierto, que la evacuaci&oacute;n se hiciera por otro paralelo al
anterior y m&aacute;s distanciado del Lau, lo que proporcion&oacute; lui
gran ahorro en las bajas de ganado y como es consiguiente
menos trastornos en la marcha de l&aacute; impedimenta.
Ya no quedaba en Taguesut m&aacute;s que la Bandera del
Tercio y pronto la vimos disponerse para abandonar el
campamento. El Parque m&oacute;vil, la Ambulancia y el grueso
de la columna de Xauen iniciaron la marcha y &quot;todo qued&oacute;
preparado para efectuar la retirada. En estos momentos
cay&oacute; herido el comandante &iacute;^osada,del 4.&quot; tabor,sustituv&iacute;'ndolc en el mando el capit;ln juste Iraola.
Por \\n las &uacute;ltimas fracciones de legionarios .salieron de
Taguesut que inmediatamente fu&eacute; ocupado por el enemigo
&aacute;vido de bot&iacute;n. I-^os i&iacute;egulares de Tetu&aacute;n iniciaron la mar-
cha retr&oacute;grada sin perder el contacto con la Bandera lista
iba cediendo el terreno por escalones y cuando estuvo a la
&iacute;iltura del 4.&deg; tabor de T.arache dio comienzo el replie&iacute;;ne
del llanco izquierdo relevando previamente las compa&ntilde;&iacute;as
de Figueras.
Paso a paso, sin perder la cara al enemigo, se lleg&oacute; a
Luta-Kala, cuya guarnici&oacute;n se retir&oacute;. Los rebeldes, rabiosos sin duda p'or no haber encontrado en Taguesut m;is que
latas de canservas vacias, se lanzaron furiosos sobre las
columnas—c|uc ya eran una sola—exti-emando su ataque
contra la l&aacute;andera del Tercio y fuerzas del Grupo de Larache cuA'as guerrillas quisieron arrollar, llegando a estar tan
pr&oacute;ximos de ellas que en vez de usar del fusil lanzaban
granadas de mano.
f^a menor presi&oacute;n por el llanco derecho \' la dificultad
de observaci&oacute;n por lo accidentado del terren'o fu&eacute; causa de
que los tabores de Regulares de Tetu&aacute;n siguieran el movimiento de repliegue t-iiando la Bandera y &eacute;l 4.&quot; de T^arache
se hallaban m&aacute;s obstinados en contener'las hordas enemigas, creando una situaci&oacute;n comprometid&iacute;sima para estas
fuerzas, situaci&oacute;n que afortunadamente se resolvi&oacute; favorablemente. En esta fase fu&eacute; herido en una mano el capit;in
Muedra de la 2.&quot; del 4.&deg;, que no abandon&oacute; el mando de su
compa&ntilde;&iacute;a hasta llegara Garo&iacute;a.
Fijados los rebeldes frente a Luta-Kala se continu&oacute; la
marcha ampanindose unas unidades en otras hasta lle&uuml;ar
al abrigo de Garofa en que se nos incorpor&oacute; el tercer escuadr&oacute;n. La bandera sufre en pocos instantes muchas bajas
que le impiden seguir el movimiento, y para apovarla se
hacen avanzar de nuevo las fuerzas mo&quot;^ntadas qu&eacute; tienen
&laquo;
c|uc cargar sobre el enemigo ya situado en Loma C&oacute;nica,
sufriendo entre otras bajas la&quot;p&eacute;i'dida de su jefe, el capit;ln
Santamar&iacute;a, cpic recibe un grave balazo en &iacute;a cara. Un tabor, el I.&quot;, acLide tambi&iacute;'-n en auxilio de los legionarios v
bien pronto puede seguir el repliegue.
A partir de Garofa, autom;lticamente, las fuerzas se
dividieron para marchar cada columna a su base, recogiendo la de Dar-Accoba la compa&ntilde;&iacute;a de fusiles y ametralladoras all&iacute; situadas }' un poco m;&iacute;s atnis la secci&oacute;n de Regulares de Tetu;ln.
Evacuado el blocao no tard&oacute; el enemigo en ocuparlo;
mas la bater&iacute;a de posici&oacute;n de Dar-Accoba rompi&oacute; en el acto
c-1 fuego y su segunda granada fu&eacute; tan certeramente dirigida que vol&oacute; el tejado y puso en fuga a los supervivientes. Tambi&eacute;n las dos piezas de Garofa intervinieron con
gran oportunidad favoreciendo extraordinariamente nuestra marcha. Al llegar a las inmediaciones del vado del Lau
qued&oacute; roto el t'ombate.
La columna de Xauen sigui&oacute; la retirada con toda normalidad; pero a poco de pasar, los poblados de Kalaa e
Jmeharchen se sumaban a la rebeld&iacute;a.
A las cinco de la tarde entr&aacute;bamos en Dar-Accoba entre los aplausos de la guarnici&oacute;n apagados por los cantos
guerreros de nuestros ind&iacute;genas.
El combate hab&iacute;a sido duro. En la refriega tuvimos que
lamentar dos oficiales muertos v u,i jefe, dos capitanes y
un oficial heridos; de tropa, diecisiete muertos v cuarenta
y un heridos. Las bajas en ambas columnas no excedieron
de doscientas cincuenta.
Emilio MOLA.
Raid &raquo;
Madrid - Manila
De los intr&eacute;pidos y qticridos
amigos, sobrada y brillantenicnle
conocitlos en las rojas y dtiras
campa&ntilde;as africanas, Lstc\x'z, (iallarza y L&oacute;i-jga, que lian querido
escribir tina espl&eacute;ndida segunda
parte del \uel() Lalos-I^juenos
Aires, los dos &uacute;ltimos alcanzan
yi\, en estos momentos, el tlilit'&uuml; }'
ansiado final de esta osada expedici&oacute;n, que jtinto al rasgo \-aliente
(.le b'ran^o y sus compa&ntilde;eros es
como el otro brazo tendido del
gi'ande e inmenso abrazo de Espa&ntilde;a a la \icja Y fecunda prole de
Iberia, \i\ilicadora y pobladora
de (-los tercios del i^laneta.
Durante ese fan&uuml;istico \iaje,
digno de la ambiciosa locura y ca
E N ARGEL.—Los capitanes di la aviaci&oacute;n francesa acojen cordialmente a nuestros aviadores. En la foto&eacute;rafia
ballerosa exaltaci&oacute;n del ingenuo figuran adem&aacute;s, de dereclia a izquierda, el c&oacute;nsul espa&ntilde;ol, el vicec&oacute;nsul y el director de la importante &laquo;Revista
Espa&ntilde;ola&raquo; que realiza en Argelia una labor altamente patri&oacute;tica
y magni&iacute;nimo jinete de &laquo;Claxile&ntilde;o&raquo;, des]iliegue y visi&oacute;n maravillosa de tantas tierras, tantas razas, tantos pueblos, tan- hero&iacute;smo de unos muchaclTOs, tan inconscientes para
tos suelos y tantos cielos, tantas civilizaciones y tantos pensar en los riesgos y penalidades de su magno empe&ntilde;o
como se,sudos A-arones para calcular la transcendencia e
siglos, la sangre de la Patria se ha enrojecido en la lie
hi-e enaltecedora del triunfo, ha brotado y despertado important'ia espiritual y material que su &eacute;xito ha de
animosa al zumbido harmonioso de las tres abejas de tener para la Patria.
Argelia, uno de los pa&iacute;ses del triunfal tr&aacute;nsito m&aacute;s
Hesperia que integran la escuadrilla &laquo;Klcano&raquo;. Las cofecundados
y m;is florecidos por la actividad espaiiola,
lonias espa&ntilde;olas, laborios;ts, inteligentes y amantes de
ha
sido
el
priiner
tiempo del gran abrazo que el viejo
la ]:iatria, que representan su latido, no y;i solo a lo larsolar
tiende
a
sus
hijos desparramados.
go del plateado mar Mediterr&aacute;neo, sino tambi&eacute;n en las
Tambi&eacute;n
ha
sido
el pi'imer suelo extrairo donde
doradas y b&iacute;blicas regiones del otro lado del mar Rojo,
han gozado el hondo consuelo y la reanimadora espe- nuestros aviadores han podido apreciar hasta donde
ranza de este aletear del esp&iacute;ritu e.spa&ntilde;ol en aras del llega el calor y el pulso de la sangre espa&ntilde;ola.
79
Am&eacute;rica espa&ntilde;ola
y nue/tra labor en Marrueco/
UN &laquo;PECHAZO&raquo; A FRANCO
—Se&ntilde;or!
—Qu&eacute;?
—Un cristiano que quiere entrar.
—Pues, que entre.
liste di&aacute;logo manten&iacute;a yo hace d&iacute;as con l&iacute;amed, el
moro cocinero, valet, asistente y mandadero todo en
una pieza.
;V poco ten&iacute;a ante m&iacute; a un hombre de irnos 70 a&ntilde;os,
no portado mal y en cuya fisonom&iacute;a se revelaban energ&iacute;as gastadas en un largo bregar por la vida.
Dando muestra de t'ortedad y nerviosismo, empez&oacute; disculp&aacute;ndose por las molestias que, seg&uacute;n &eacute;l, con su
AMsita, podr&iacute;a proporcionarme.
Tranquilizado a este respecto, empez&oacute; por hacer
valer sus muchos a&ntilde;os, las caUuiiidades que en la vida
hab&iacute;a pasado para sacar adelante a siete hijos que la
providencia le hab&iacute;a otorgado...
— Sabr&aacute;, mi amigo, que j^o muy peque&ntilde;o sal&iacute;, como
tantos otros, tras el Bellocino de &iacute;)ro y, en su busca, fui
a dar a las riberas del Plata, alli'i por ios a&ntilde;os de la nana, cuando a&uacute;n se recordaba con espanto las &laquo;genialidades&raquo; del gaucho Rosas. Y en aquella bendita tierra
permanec&iacute; a&ntilde;os y m&aacute;s a&ntilde;os, hasta que no ha mucho
llegu&eacute; a estas de moros.
As&iacute; pues — continu&oacute; — despu&eacute;s de una tan larga
ausencia, no s&eacute; verdaderamente si soy o no espa&ntilde;ol.
—Pucha con el viejo lindo—le digo—ha trabajado
durante medio siglo en la Argentina, a la que ha dado
—por si el sudor de oO a&ntilde;os de trabajo fuera poco—siete hijos y a&uacute;n dice que no sabe si es espa&ntilde;ol &iexcl;Pucha
y recontrapucha! &iexcl;Es usted doblemente espa&ntilde;ol!
Al oir mi exclamaci&oacute;n, el hombre lleno de alegr&iacute;a
me pregunta:
—Usted tambi&eacute;n ha estado all&iacute;i?
Ante mi contestaci&oacute;n afirmativa v&quot; entre sorbo 3sorbo de cafe, empieza ya con toda tranquilidad, no
exenta a veces de emoci&oacute;n, a relatarme el objeto de su
visita.
—Gomo le iba diciendo, el otro d&iacute;a en el peri&oacute;dico
de Melilla que usted distribuye entre los &laquo;gallegos&raquo; que
por aqu&iacute; estamos, le&iacute; el discurso que el comandante
.Mulero hab&iacute;a pronunciado ante la tumba del aviador
argentino Iglesias y, loda la noche, estuxe d&aacute;ndole vuelta y m&aacute;s vuelta a lo que hab&iacute;a le&iacute;do... Y qu&eacute; dir&iacute;a usted
que hice en cuanto Dios amaneci&oacute;?
Pues me puse a escribir un art&iacute;culo con &aacute;nimo de
enviarlo a cualquier &laquo;papel&raquo;. Porque ha de saber, &laquo;mi
amigo&raquo;, como tuve el honor de que esta mano(y al tiempo que tal dec&iacute;a mostraba una encallecida por el trabajo) ha estrechado la del pobre Iglesias en la Patri&oacute;tica
de J&uacute;nenos Aires, poco antes de venir a estas tierras que
Dios confunda. Y quisiera contarle a usted lo que en
aquella ocasi&oacute;n me pas&oacute; y en aquellos momentos sent&iacute;,
para que usted lo escriba, a fin de que con el art&iacute;culo,
cuento, o historia, como usted quiera llamarlo, pueda
yo llevar a cabo mi prop&oacute;sito.
—Y cuales son sus prop&oacute;sitos?
—Dar un &laquo;pechazo&raquo;.
—Como?—dije yo, crev^endo no haber entendido
bien.
—S&iacute;, un &laquo;pechazo&raquo; a i^&quot;ranco.
Y he aqu&iacute;, caro lector, m&aacute;s bien mal que bien trasladadas a las cuartillas, la conversaci&oacute;n con que, con
un viejo residente en la &laquo;I lija Predilecta&raquo;, mantuve no
ha mucho, en esta ciudad mogrebina, en alg&uacute;n tiempo
prisi&oacute;n del i^aisuni.
Hay cosas tan terribles, que cuando uno llega a saberlas sin antes estar previamente preparado, le dejan
80
en un estado de semi-inconsciencia, que a los extra&ntilde;os
pudiera parecerlos indiferencia.
Y esta era la situaci&oacute;n espiritual en la que nos encontr&aacute;bamos los espa&ntilde;oles residentes en Am&eacute;rica, los
&uacute;ltimos d&iacute;as del mes de julio del a&ntilde;o 21.
Pero bien pronto, la reacci&oacute;n que a iispafla conmovi&oacute;, se hizo sentir en aquellas tierras y todos, cual m&aacute;s
cual menos, acudimos presurosos, los unos con sus brazos a defender la \'ieja Madi'e, los otros, con su dinero,
a enjugar l&aacute;grimas y lutos y a proporcionar consuelo 3bienestar a los que con su sangre y con sus vidas segu&iacute;an escribiendo p&aacute;ginas gloriosas en el libro de nuestra liistoria. A tal punto, que si los espa&ntilde;oles y argentinos no fu&eacute;ramos hermanos, nunca como en aquella
ocasi&oacute;n pudiera haberse dicho &laquo;que para las ocasiones
S(m los amigos&raquo;.
Por bajo de los balcones de la &laquo;LJni&iacute;ui Patri&oacute;tica
Espa&ntilde;ola&raquo; desfilaron miles y miles de hombres espa&ntilde;oles y argentinos, aclamando y vitoreando a Espa&ntilde;a y a
su Ej&eacute;rcito, que acababa de escribir un nombre: Igueriben, junto al de Sagunto en el Poema inmortal de la
Raza.
A mi lado, un anciano veterano de la guerra del
Paraguavr gritaba con toda la fuerza que su d&eacute;bil pecho
hendido de cicatrices de aquella guerra y de la del Desierto le permit&iacute;a: &iexcl;Yiva la Madre Patria! &iexcl;\^iva su Ej&eacute;rcito!..
Como si por su boca hubiera escapado con los v&iacute;tores su &uacute;ltimo aliento, cay&oacute; sobre m&iacute;—que a su lado
estaba—y cuando una vez reanimado, con l&aacute;grimas, m&aacute;s
que con palabras, le agradec&iacute;a sus muestras de cari&ntilde;o
&iacute;iacia mi Patria y su Ej&eacute;rcito, &eacute;l, con la voz a&uacute;n velada
por el esfuerzo, dijo:
—No, mi amigo, no hay por qu&eacute; agradecerme nada.
La misi&oacute;n que i&iacute;uropa ha encomendado a la aladre Patria es tarea que a todos comporta pues al realizarla
—y de ello ni ustedes ni nosotros dudamos—ma&ntilde;ana...
en un ma&ntilde;ana m&aacute;s o menos lejano pero indeiectiblemente cierto y por la sola fuerza expansiva de la l^aza,
Marruecos, o por lo menos, el .Marruecos espa&ntilde;ol hablar&aacute; en castellano.
Entonces, la sangre que hoy a torrentes corre por
aquellos &aacute;ridos pe&ntilde;ascos, habr&aacute; engendrado un pueblo
m&aacute;s entre los veinte a quienes el genio de la Raza dio
personalidad 3' vida...
A usted comandante P^ranco, a quien ha cabido en
suerte llevar a cabo una haza&ntilde;a digna de nuestro i'Jomancero, a cu3&quot;0 conjuro han vibrado el coraz&oacute;n v- la
mente de cien millones de compatriotas, en nombre de
la hermandad que con frase entrecortada un veterano
del Paraguay adujo en momentos tristes para la fratr&iacute;a,
un viejo'veterano curtido en las lides del trabajo, le pide que inicie una suscripci&oacute;n con la que erigir un monumento para perpetuar la memoria del que habiendo
nacido en el Plata vino a rendir su vida en holocausto
a la .Madre Patria.
De esta forma, cuando los eternos descontentos que
no son sino los eternos fracasados, sonr&iacute;an cuando 03^en
hablar del afecto y cari&ntilde;o de los pueblos de Am&eacute;rica
por la Aladre Patria, podremos mostrarles c&oacute;mo los
i lispano-x\mericanos saben dar por ella su vida.
He
Mogador, abril 192b.
de B U R G O S .
ESPA&Ntilde;A * ^ f
MUSULMANA
G R A N A D A : EL GENERALIFE
(Foto. Calbonell)
COSTUMBRES MARROQU&Iacute;ES
NOCHES DE RAMAD&Aacute;M,
Por M. B E R T U C H I .
Huyamo/ de la erudici&oacute;n, cor&aacute;nica para contemplai- con ojo/ &iacute;&iquest;noianter y profano/ una nocho de Ramnd&aacute;iv. Al l&aacute;piz de Bcrtuchi y a lo/ ojo/ del curioso
paseante- noct&aacute;mbulo de Tetu&aacute;iv, no le preocuparv., ni mucKo ni poco el simbolismo ni la sigmficaci&oacute;r\„ religiosa que pueda envolverse^ en este^ regocijado
desplazamiento de la vida normal de lo/ moro/ de la ciudad, tan pl&aacute;cido/ &aacute;ustadore/ de la ociosidad y del silencio y tan amante/ cumplidore/ de las leye/ del
Sol en todo el resto del a&ntilde;o- Pero el Ramad&aacute;rv, trasnochadoi^ sempiterno, ha encendido en luminarias todo/ los pec&pound;ue&iacute;ao/ comercio/&raquo; dondej brilla la alborotada y enga&ntilde;osa bisuter&iacute;a o lo/ amazacotado/ regalos de la gula ind&iacute;gena, ha desparramado poi~ callejone/ y plazuelas toda una multitud urbana y campesina, ha colmado de concurrente/ abigarrado/ lo/ m&iacute;sero/ e infecto/ l&oacute;cale/ de caf&eacute;s y bacalito/, ha hecho salii- de sus patio/ y jardiner a esto/ grupo/ de mujere/ enfundadas como fantasmas y regocijadas como palomas en bandada y ha tra&iacute;do esta algarab&iacute;a de gritos, este correr y triscar de lo/ pequeiiuelos, este
humo picante^ y sofocadoi- de lo/ moruno/ restaurantes, estas pandillas de titiriteros y embaucadores.. .. todo este aire^ de romer&iacute;a de barrio con sus
grito/ y sus sones, sus zambras y disputas que dura todas las noche/ del Ramad&aacute;n, hasta que ya avanzado el entrante d&iacute;a un ca&ntilde;onazojit&uacute;rgico pone todas
las cosas en silencio y recoje en su paz y en su severo ayuno a todo/ lo/ creyentes.
CONFERENCIA
DE T&Uacute;NEZ
E
x los d&iacute;as 22 al 25 del pasado &iexcl;Marzo
se ha celebrado en T&uacute;nez la H.-'
Conferencia Norte - Africana. La
primera se hab&iacute;a celebrado en Aryel (6 a
9 de Febrero de 1923), la se&lt;runda en Rabat (7 a 10 de Abril de 1924), La guerra
del &Uacute;arga (1925) puso un par&eacute;ntesis excesivameiiie prolongado a tales reuniones.
Mr. Sieeg, el actual Residente General de Francia en &iexcl;Marruecos, es el alma
de estas Conferencias. Le corresponde la
gloria de ser su iniciador, de haber participado en todas de un modo preponderante. Nadie mejor que &eacute;l para explicarnos
el significado de las Conferencias NorteAfricanas.
No hemos de caer en el error de pensar en una unidad a la que se opondr&iacute;a la
misma variedad geogr&aacute;gca, t&eacute;cnica e hist&oacute;rica de las tres llamadas proi^'i/cias.
Mr. Steeg aclara suficientemente el matiz
de esa unidad pero haj' otra tendencia,
la del Gobierno Norte-Africano, que podr&iacute;a conducirnos a errores. (1)
&laquo;En estas tres regiones, (Argelia,
T&uacute;nez, Marruecos ) tan diferentes, personificamos por nuestra reuni&oacute;n el principio
de la unidad francesa&raquo;.
&laquo;Aunque haya entre Marruecos, T&uacute;nez y Argelia, diferencias a montones o a
estalDlecer, aunque pueda ser necesario
Los tres Altos Comisarios de Francia en el Norte de &Aacute;frica Srs, Lucien Saint residente &iquest;eneral de T&uacute;nez, Viollatte, gobernador general de Argelia, y Steeg residente general en Marruecos, reunidosen el
recurrir a m&eacute;todos variados y obligatorio
palacio del Bey de T&uacute;nez.
adoptar f&oacute;rmulas distintas, se ejercen
siempre nuestros poderes respectivos
bajo la inspiraci&oacute;n de la misma Francia, una e indivisi- de causa. Los extremistas se&ntilde;alan, adem&aacute;s, desproporci&oacute;n
ble. Puede \^ debe haber diferencias en las manifesta- entre los temas tratados y la alta significaci&oacute;n de las persociones exteriores en las prescripciones de la autoridad nas que intervienen y hasta el aparato mismo de que las
france.sa, no existen en nuestra voluntad de servir el ideal conferencias se rodean.
franc&eacute;s, el inter&eacute;s franc&eacute;s en el mismo culto intransigente
Ello explicar&aacute; perfectamente el verdadero alcance de
de la Patria Soberana. (2)
este estudio; sin datos bien concretos para emitir juicios
Se presentan, en efecto, gran cantidad de problemas nos limitaremos, crey&eacute;ndolo de gran inter&eacute;s dado el papel
an&aacute;logos, multitud de cooperaciones fecundas y &uacute;tiles, sim- preponderante de Espa&ntilde;a en &Aacute;frica del Norte, a hacer una
plificaciones administrativas entre ellos y la Metr&oacute;poli. exposici&oacute;n de actividades llamando la atenci&oacute;n sobre aqueExiste finalmente un ideal espiritual com&uacute;ii a toda la acci&oacute;n llos temas que m&aacute;s directamente nos afecten. Este a modo
exterior de Francia.
de &iacute;ndice, servir&aacute; tambi&eacute;n de preparaci&oacute;n para juzgar luego
Armonizar los esfuerzos, contrastar las orientaciones, con el de&iacute;)ido antecedente la aparici&oacute;n de Dahires, manifesbuscar en ese contraste la explicaci&oacute;n del acierto o del fra- taci&oacute;n de actividades industriales o t&eacute;cnicas, e incluso tracaso, tomar medidas favorables para el desarrollo material bajos de peri&oacute;dicos o revistas que est&aacute;n &iacute;ntimamente enlay espiritual de pueblos que tienen de com&uacute;n su condici&oacute;n zados con dichas conferencias.
inusulmana, que han de ser factores convergentes en el reNo se lleg&oacute; en la 1.'' y 2.-' a acuerdos un&aacute;nimes sobre
surgimiento del Islam, ha de reportar, sin duda, positivos todos los puntos; hubo bastantes para los que recay&oacute; el
beneficios.
acuerdo de presentarlos de nuevo con mayores elenientos
A las dos conferencias celebradas se le han puesto al- de juicio. Ello explica c|ue los temas que figuran en la orgunos reparos: un&aacute;nimemente se comenta que los resulta- den del d&iacute;a de la tercera conferencia Norte-Africana sean
dos obtenidos no fueron suficientemente divulgados para de dos clases: Cuestiones ya examinadas en la conferencia
que la opini&oacute;n pudiese juzgarlos con perfecto conocimiento de Rabat (3) y Cuestiones 'Nnevas (4) Hay finalmente otras
(1) &laquo;El proj'ccto de un Ministerio del &Aacute;frica del Norle tuvo atcf&uacute;n tiempo
de apogeo. Sufre, en este momento, un eclipse, estad sei^uros que se impondr&aacute;
de nuevo cualquier d&iacute;a con fuerza e insistencia. Corresponde a u n a necesidad
de simetr&iacute;a verbal. ;No tenemos &Aacute;frica ecuatorial, &Aacute;frica occidental? necesitamos &Aacute;frica septentrional, tercera entidad para hacer juego, aunque el deseo de
unilicaci&oacute;n artificial, en el tercer caso, deba llevarse sobre todas las condiciones de oportunidad. Siempre el mismo af&aacute;n de generalizaci&oacute;n abusiva alrededor de una f&oacute;rmula hecha con desprecio de la realidad y de los hechos&raquo;. Un
africain.-Z'/.&iacute;/&iacute;&iacute;m ct A'ons.
(-)
Mr. Steeg. — Discurso pronunciado en la Conferencia de Rabat.
(Abril 1924).
(3)
1.—Seguridad p&uacute;blica, pasaportes j ' p i e z a s de identidad. 2 . - P o l i c &iacute; a
y asistencia de los trabajadores ind&iacute;genas de Francia. 3.—Enlace entre las organizaciones fiscales en vista de la represi&oacute;n del fraude. 4.—Cuestiones aduaneras comunes a Argelia y Marruecos en la frontera argelo-marroqui: ti) Rt!gimen de las fronteras. /)) R&eacute;gimen de las zonas francas argelinas 5' marroqu&iacute;es
del Sud. 1) Organizaci&oacute;n de Brigadas 3' Oficinas Mixtas Argclo-Marroqules.
5.—Polic&iacute;a sanitaria de los vegetales. 6.-—Turismo. 7.—Participaci&oacute;n en las organizaciones de inter&eacute;s cient&iacute;fico o hist&oacute;rico; asistencia o propaganda. 8.—Relaciones intelectuales y cient&iacute;ficas. 9.—Caminos de hierro. 10.—Enlace telegr&aacute;fico y telef&oacute;nico. 11.—Cuesti&oacute;n del S a h a r a occidental. 12.—Ejecuci&oacute;n en
cada posesi&oacute;n de las cuestiones que emanan de los otros dos pa&iacute;ses.
(4)
1.—Medidas de orden econ&oacute;mico y administrativo en favor de los ind&iacute;genas. 2.—Estudio de las cuestiones financieras comunes a los tres gobiernos.
3.—Organizaci&oacute;n de la ense&ntilde;anza profesional y t&eacute;cnica. 4.—Unificaci&oacute;n de los
cuadros de Interventores Civiles en T&uacute;nez y Marruecos. 5 —Venta y fianza de
los fondos de comercio. 6.—Adaptaci&oacute;n a los 3 Gobiernos de los libros 1 y 2 del
C&oacute;digo del Tr&aacute;balo y de Provisi&oacute;n.Social. 7.—Reglamentaci&oacute;n de la tr&aacute;nshumancia. 8.—Represi&oacute;n de fraudes en el comercio de lanas 3' en el de cereales.
9.—Mejora de la cabana ovina desde el punto de vista de la producci&oacute;n lanar.
10.—Pol&iacute;tica general del esparto. 11.—Preparaci&oacute;n del cuestionario a llevar a
la Conferencia Internacional de Roma para la defensa de los cultivos. 12.—Enlace entre los establecimientos de investigaci&oacute;n agron&oacute;mica de los tres Gobiernos comprendiendo el estudio de un programa algodonero com&uacute;n en el
86
plano de los intereses franceses. 13.—Publicaciones do orden de turismo v
acci&oacute;n concertada de propaganda tur&iacute;stica. 14.—Frontera Argelo-mannquf
desde el punto de vista pol&iacute;tico 3'minero. 15.—Relaciones mar&iacute;timas y comerciales entre Marruecos y el A&iacute;rlca Occidental francesa. 16.—Aplicaci&oacute;n en
cada una de las tres posesiones a los actos 3' juicios, dimanantes de los oti-os
tres pa&iacute;ses,del r&eacute;gimen adoptado en Francia y Argelia respecto a derechos de
registro y timbre. 17.—R&eacute;gimen fiscal de coches antom&oacute;vilcs matriculados en
Marruecos o Argelia y circulando, temporalmente, en el pa&iacute;s vecino. 18.—.Aplicaci&oacute;n del r&eacute;gimen d&eacute; tr&aacute;nsito internacional a los transportes efectuados por
la l&iacute;nea f&eacute;rrea Tunez-Casablanca. 19.—Protecci&oacute;n de los cultivos algodoneros
contra el gusano de las c&aacute;psulas. 20.—Organizaci&oacute;n en .Aix-em-Provencc de un
centro regional de investigaciones ole&iacute;colas. 21.—Unificaci&oacute;n de los tipos de
material 3' de corriente para el transporte 3' distribuci&oacute;n de la energ&iacute;a el&eacute;ctrica.
22.—Fosfatos de cal. Acuerdos a fijar entre las industrias de fosfatos del &Aacute;frica
del Norte. 23.—Servicio de navegaci&oacute;n a&eacute;rea en &Aacute;frica del Norte. 24.—Organizaci&oacute;n de la protecci&oacute;n metereol&oacute;gica de la navegaci&oacute;n a&eacute;rea. 25.—Intercambio
de informaciones directas 3' r&aacute;pidas entre los gobiernos del &Aacute;frica del Norle y
el A. O. F . 26.—Enlace de Argelia y el A. O. l-~. en los pozos de Agueraktem.
27. - Cuesti&oacute;n del Rio do Oro. 28.—Enlace radio telegr&aacute;fico entre los gobiernos
del &Aacute;frica del Norte v el A. O. F . 29.—Enlaces &iacute;nter-saharianas: (?) autom&oacute;vil y
a&eacute;reo, l&gt;) por caravanas, r) metcreol&oacute;gico.
(5)
Uni&oacute;n aduanera y manilestaci&oacute;n de los reg&iacute;menes fiscales con
Argelia.
(6)
Ni aun adoptando el sistema de llevar a las notas, para no recargar
el texto, los asuntos c&iacute;e detalle podremos dar a nuestios lectores el texto completo de los acuerdos conocidos. Este trabajo tendr&iacute;a una proporci&oacute;n exagerada. Por ello nos limitamos a dar referencias que procuramos sean lo m&aacute;s completas dentro de su car&aacute;cter.
SANIDAD.—iT&iacute;/Z&iacute;rr&iacute;; xaiiilario eiilir los Ircs pa&iacute;ses. En caso de peste el
cambio de informaciones ser&aacute; telegr&aacute;fico. Cada pa&iacute;s tomar&aacute; las medidas de
desinfecci&oacute;n necesarias con todas las personas que atraviesen l a frontera. Se
acord&oacute; estudiar una organizaci&oacute;n sanitaria permanente de fronteras. Eiilnce
saiut&iacute;vio ciiliv Manimos y el A. O. /&lt;&quot;. Se estudiaron las bases de un acuerdo
sanitario. Se construir&aacute;n en Argelia sanatorios para tuhei'culosos que acoger&aacute;n
Ci/est/oiie.^^ que &iacute;iilcresaii
cxcliisivaiiiculc
June::; (5) que se tratar&aacute;n en la conferencia
esta circunstancia.
&iexcl;i Argelia
y
aprovechando
L a conferencia de T&uacute;nez presenta u n a interesante novedad respecto a su oruanizaci&oacute;n, nos referimos a la presencia de los representantes del Sudan y del &Aacute;frica occidental francesa.
La ;&gt;.•' Conferencia (22 - 2i) de Marzo) fu&eacute; presidida por
.M. Lucien Saint, Ministro plenipotenciario y Resident(&gt; General de T&uacute;nez y asisten Mr. Steey l'&iacute;.esidente General en
.Mai'ruecos, Mr. Violette, G o b e r n a d o r General en Argelia,
.Mr. Duchene, Consejero de Estado, Director de Asuntos
Pol&iacute;ticos en el &iexcl;Ministerio de las Colonias (en representaci&oacute;n
de .M. Carde Gobernador General del &Aacute;frica occidental
Iraiicesa, A &uuml;.i^\) y ^i. Torrasson, Gobernador del Sudan
Conctn-ren tanibien los jefes de los (iabinetes Militares,
un peque&ntilde;o n &uacute; m e r o de O'liciales de J&iacute;. M. de los Cuerpos
de Ti'opas de &Aacute;frica del Norte. A. Mr. Steeg le aeomparian
los Directores Generales de Agricultura, Trabajos P&uacute;blicos
l'jise&ntilde;anza y Hacienda.
El total de los temas, unos cincuenta, fueron distribu&iacute;dos en cinco grupos estudiados por comisiones al frente de
las cuales hab&iacute;a un Jefe especializado de la administraci&oacute;n
Tunecina. L a s reuiiiones se celebraron en el Hotel de las
Sociedades F r a n c e s a s .
En la sesi&oacute;n inaugural, Mr. Steeg pronunci&oacute; un bell&iacute;simo discurso cuyos efectos pol&iacute;ticos han sido grandes. En &eacute;l,
el Residente franc&eacute;s en Marruecos expuso la situaci&oacute;n actual
del &Aacute;frica del Norte, el alcance )' signilicado de estas conferencias y las caracter&iacute;sticas comunes de la gran obra civilizadora de Francia. Resuini&oacute; estas caracter&iacute;sticas e&quot;i las
l&iacute;neas siguientes: Mantener el orden y la paz social, dar a
los ind&iacute;g-enas exacta y absoluta sensaci&oacute;n de jtisticia, orientar toda la obra en el sentido que los ind&iacute;genas adquieran
una dignidad h u m a r a ra;ls elevada y en armon&iacute;a con los
g r a n d e s ideales de paz de la Rep&uacute;blica Francesa.
El efecto causado en l^rancia ha sido g r a n d e , pues hay
que reconocer que la opini&oacute;n ptiblica y hasta los partidos
pol&iacute;ticos est&aacute;n m u y desorientados por lo que respecta a
partir de Abril de 1.92&quot;). Respecto a la primera, y ito obstante la labor del partido colonista, se ha visto que precisaba m u c h a m a y o r preparaci&oacute;n en asuntos coloniales, los
partidos pol&iacute;ticos han sufrido tambi&iacute;'m el duro golpe de
una realidad dif&iacute;cil e insospechada que se a g r a v a a&uacute;n m&aacute;s
por la situaci&oacute;n financiera de la Rep&uacute;blica.'
L a palabra optimista de Mr. Steeg, la confianza en un
porvenir brillante y pr&oacute;ximo p a r a la obra ideal de Francia,
el propio prestigio&quot;^del Residente, han servido de b&aacute;lsamo
consolador llevando la calma a los esp&iacute;ritus. Una g r a n mayor&iacute;a pol&iacute;tica y de prensa ha subrayado con elogios sinceros los conceptos emitidos por Mr. Steeg.
Respecto a algtiTios de los temas tratados se conocen
los acuerdos reca&iacute;dos; de otros la referencia oficial n a d a
dice y es pronto para a v e r i g u a r la suerte que corrieron. A
t&iacute;tulo de complemento de este trabajo se registran dichos
acuerdos. (6)
Nuestros comentarios habr&aacute;n de r e c a e r sobre los resultados generales que tengan tina inlluencia directa y decisiva en los asuntos del &Aacute;frica del Norte y pueden, por esa
causa, interesarnos de un modo mfis u n &aacute; n i m e .
A n t e todo hay que seiialar un estimable resultado en
el orden pol&iacute;tico y u n a esperanza fundada en el porvenir
de estas conferencias: la identidad en el origen y educaci&oacute;n pol&iacute;tica social de los tres altos r e p r e s e n t a n t e s de Francia. E l l o le ha dado a la tercera conferencia un ambiente
de afectuosidad y optimismo que registramos con placer.
A pesar de ello u n a de las cuestiones batallonas, la de
las aduanas, no ha sido favorablemente resuelta. A lo que
parece, los t&eacute;rminos de la cuesti&oacute;n han quedado bien planteados
pero n a d a m&aacute;s. Se trata de un asunto hondo y
capital. A r g e l i a pide respecto a Marruecos u n a reciprociii los de los otros gobiernos. Tienen dereclio de prioridad los tuberculosos por
acci&oacute;n de guerra. Alicimt&iacute;o^. L a divergencia que exist&iacute;a en este punto ha desaparecido reconociendo Argelia que el mejor modo de asistencia es la construcci&oacute;n de establecimientos dedicados &uacute;nicamente a enfermos mentales. Establecer&aacute; Argelia uno importante en Bi'idah.
COJILINICACIONES.—7&quot;&iacute;'/tg)v&iacute;/;a(s. Mejoras de las do Oran, Mari'uecos y
A. O. F . Tarifa telegr&aacute;lica-interior francesa para los tres paises. Estrecho enlace radiotelegr&aacute;lico y radiotelef&oacute;nico. Ferrocarriles. Reglamento do explotaci&oacute;n an&aacute;logos para los tres paises. S&iacute;mplilicaci&oacute;n de los reglamentos por unilicaci&oacute;n. Aereas. Casablanca puerto aCreo. Navales, Invitaci&oacute;n a las Compafi&iacute;as
de navegaci&oacute;n para que estudien servicios regulares entre Dakar (A. O. F.) v
T&uacute;nez con escalas en Argelia y Casablanca. Correos. Re'gimen postal interioV
entreo&iacute; bloque Francia-Metropolitana y Francia Norte Africana. Carreteras.
Carnet de circulaci&oacute;n autom&oacute;vil para los tres pa&iacute;ses y supresi&oacute;n do las tasas
interiores.
INDUSTRIA Y C O M E R C I O . - S e acordaron la celebraci&oacute;n de dos confe-
dad en las concesiones a d u a n e r a s . Marruecos estima que
('1 es un pueblo nuevo y joven que necesita protecci&oacute;n esjiecial. Argelia, a su vez, teme la competencia de T&uacute;nez
y pone trabas a sus relaciones comerciales.
Mr. Steeg que defendi&oacute; eti las conferencias anteriores
el punto de vista argelino frente a las cadenas de Taza de
Lyaute\', defend&iacute;a ahora el punto de vista Marroqu&iacute; y habr&aacute; sido, sin duda, combatic&iacute;o por ios mismos argumentos
que &eacute;l presentara. L a cuesti&oacute;n, lo repetimos, ha quedado
pendiente de resoluci&oacute;n. Ser&aacute; preciso que con gran desinter&eacute;s estudien de com&uacute;n acuerdo su estatuto aduanero previo
el sacrificio de algunos intereses en favor de la causa que
se debate y del porvenir comercial de los tres pa&iacute;ses.
Los acuerdos sobre el Sahara y sobre enlaces a&eacute;reos
marcan un grandioso porvenir pr&oacute;ximo para el &Aacute;frica dci
Norte. El Sahara, '•que oir&aacute;s veces separaba dos
mundos,
los une ahora como unen los mares&raquo;; surcado por nuevas
v&iacute;as de comunicaci&oacute;n, con material por d&iacute;a mas perfeccionado, el enlace, entre Marruecos, Argelia, T&uacute;nez y el &Aacute;frica Occidental ser&aacute; un hecho. Y en el &Aacute;frica Occidental est&aacute;
Dakar el punto m&aacute;s pr&oacute;ximo del continente africano a la
Am&eacute;rica del Sur.
Esta circunstancia presta tambi&eacute;n todo su valor a las
comunicaciones a&eacute;reas acordadas con Dakar; ella tambi&eacute;n
ha sido factor decisivo para lijar a Casablanca como residencia de la Direcci&oacute;n G e n e r a l d e la Aeron&aacute;utica del &Aacute;frica del Norte sin que fueran atendidos los deseos de Argel.
Casablanca, en efecto, es punto important&iacute;simo de ia l&iacute;nea
qtie ligar&aacute; la metr&oacute;poli francesa con la A m &eacute; r i c a del Sur.
Precisamente al hablar de esta cuesti&oacute;n se ha tocado la
de nuestro Rio de Oro con el fin de establecer en ella un
punto de escala de los aviones Casablanca-Dakar. Mr. Steeg
tuvo buen cuidado, desde antes de la conferencia, de desvanecer cualquier equ&iacute;voco que pudiera originar el hecho
de tratar de un dominio de otra naci&oacute;n en una conferencia,
de car&aacute;cter eminentemente nacional.
Otro problema resuelto ha sido el de las comunicaciones a&eacute;reas, mar&iacute;timas y terrestres, y el de las cuestiones
militares que afectan a'los tres pa&iacute;ses. E n t r e ellas se destaca el ferrocarril de v&iacute;a normal Fez-frontera de Argelia,
que considerado y a en el primer p r o g r a m a de la Convenci&oacute;n con la Comp'a&ntilde;&iacute;a de Caminos de Hierro de Marruecos
(1920) toma car&aacute;cter de u r g e n t e luego de la campaila del
U a r g a . P a r a nadie es un secreto que de haber estado termin a d a dicha l&iacute;nea la campa&ntilde;a de 192&oacute; no hubiera tenido los
tr&aacute;gicos caracteres de los primeros meses ni la seria amenaza sobre Tazf. (Julio 1925) hubiera sido posible.
Esa circunstancia, tambi&eacute;n, ha hecho c o m p r e n d e r perfectamente toda la importancia de u n a l&iacute;nea que u n a Marruecos con T&uacute;nez y p e r m i t a m o v e r r &aacute; p i d a m e n t e para
acumularlos sobre uno de los pa&iacute;ses los recursos militares
que la .situaci&oacute;n de los otros no le haga precisos.
Nada se dice en las referencias del comunismo. Sin embargo est&aacute; en el &aacute;nimo de todos que han debido ser adoptadas iTiedidas en&eacute;rgicas y eficaces en tal sentido. Basta,
sin duda, la declaraci&oacute;n tfnilnime de que se estima fundamental m a n t e n e r el orden y la paz social p a r a deducir que
se han estudiado las medidas previas.
Es y a perfectamente conocido de todos el desarrollo del
comunismo en los protectorados africanos que persigue la
creaci&oacute;n de dificultades reflejas en las metr&oacute;polis respectivas. Este es un aspecto de la p r o p a g a n d a exterior sovi&eacute;tica
y no de los menos importantes. L&oacute;gico es que Francia
atienda a evitar el que, por falta de acuerdo y armon&iacute;a,
puedan no resultar eficaces las medidas que se tomaran en
cualquiera de los tres pa&iacute;ses.
En r e s u m e n , la tercera conferencia de T&uacute;nez, a b r e
nuevos y dilatados horizontes a l a idea de un bloque NorteAfricano en pleno de.sarrollo y engrandecimiento siguiendo
la ruta que le marca el esp&iacute;ritu luminoso y democr&aacute;tico de
una Francia maestra de pueblos portadora de la gloriosa
antorcha de la civilizaci&oacute;n y del progreso.
Vial de MORLA
rencias anuales entre los directores de las explotaciones de fosfatos del Norte
do &Aacute;frica. ,
ENSE&Ntilde;ANZA.—Creaci&oacute;n de jardines y campos de experimentaci&oacute;n para
las escuelas. Ense&ntilde;anza de los oficios regionales.
OBRA SOCl.XL.—Adopci&oacute;n &aacute;i C&oacute;digos de trabajo y pensiones sociales
S E G U R I D A D P &Uacute; B L I C A . - S o acuerda implantar un documento de identidad c|&uacute;e tonga valor en ios tres pa&iacute;ses.
FUNCIONARIOS.—So decide el estudio para conseguir que el ingreso en el
Cuerpo Interventores Civiles sea an&aacute;logo en los tros paises para permitir el
cambio entro s&iacute;.
SAHARA.—Unificar los esfuerzos de penetraci&oacute;n saliariana autom&oacute;vil
liechos por cada gobierno acordando nuevas rutas, establecer dep&oacute;sitos do gasolina y talleros de reparaci&oacute;n que jalonen los caminos y organizar para la
feclia m&aacute;s pr&oacute;xima posible un concurso internacional do coclies ligeros y pesados con motores de gas.
87
MARRUECOS
PINTORESCO
PATIO DE UNA CASA DE MEQUINEZ
(Foto. Flandr&iacute;n)
E l atacjue de Adb-el-Krin
a la Zona. Francesa
F I N DE LA C A M P A &Ntilde; A DE I N V I E R N O
R E S U M E N DE LOS A C O N T E C I M I E N T O S
DE U N MES (10 de Marzo-lO de Abril)
11 uEco de una prolongada sequ&iacute;a, que hizo temer por
i
la suerte del total c&iacute;e las cosechas, causando notorios
' ^ •/ perjuicios aislados, llovi&oacute; con intensidad en la &uacute;ltima quincena de &iexcl;Marzo y caveron algunos chubascos en los
primeros d&iacute;as de Abril. Con alternativas, menos frecuentes
a medida que avance la estaci&oacute;n, el buen tiempo tiende a
consolidarse. Hemos llegado a la fase de las operaciones
en gran escala cerrando el par&eacute;ntesis abierto en los &uacute;ltimos
d&iacute;as de Octubre. Ha terminado la campa&ntilde;a de invierno.
Nuestros lectores conocen sobradamente las incidencias de la lucha en el per&iacute;odo Noviembre-Abril. En todas
las cr&oacute;nicas hemos registrado dos hechos: nuestra confianza en esta nueva fase de operaciones activas y la certeza,
que evidenciaban los hechos, de que, a pesar de todos sus
esfuerzos, Abd-el-Krim no consegu&iacute;a recon.stituir su poder,
sufriendo, por el contrario, nuevos quebrantos cada d&iacute;a.
No estar&aacute; fuera de fugar un resumen de los hechos m&aacute;s
safientes de la compa&ntilde;a de invierno.
Tan pronto se estabilizan los frentes (1.&deg; de Noviembre)
Abd-ef-Krim comienza su pre.si&oacute;n sobre ellos procurando
atacar a los sometidos al Majzen; su preocupaci&oacute;n desde el
primer momento es lograr un &eacute;xito que sirva de base para
el restablecimiento del prestigio que perdi&oacute; en Axdir y en
el frente franc&eacute;s. En los &uacute;ltimos d&iacute;as de Noviembre intensili&iacute;a sus ataques especialmente sobre las caras Norte y
Oeste del saliente de Tizi-Uzli y sobre el frente de BeniZeruaf. Su fracaso fu&eacute; completo.
En Diciembre, y a partir del d&iacute;a 10, Amar Homido comienza unas afortunadas operaciones en el frente de los
Darnisas que pone en sus manos una gran extensi&oacute;n a vanguardia de la l&iacute;nea francesa. Sidi Ali Ben Dr.ud fu&eacute; ocupado por los partidarios del Majzen y los Senhayas, puestos a
cubierto de las incursiones rebeldes, se sometieron.
Abd-cl-Krim busc&oacute; en el campo de la diplomacia compensaci&oacute;n a estos reveses y aparece en los &uacute;ltimos d&iacute;as de
Diciembre el capit&aacute;n ingl&eacute;'s Gordon Cunning que tiene encargo de Abd-el-Krini c&iacute;e conocer las condiciones de paz
acordadas por Francia y Espa&ntilde;a para estudiar&iacute;as y accptarlas o recliazarlas
(1) Su derrota fu&eacute; tan r&aacute;pida y decisiva como las anteriores. Semejantes proposiciones tuvieron una merecida acogida.
En vista de ello, el cabecilla, ataca a partir del 10 de
enero de 1926 sobre todo el frente y muy especialmente hacia Marnisa. Empuja a los partidarios, pero reaccionando
estos con el apo3'o de las fuerzas francesas en los frentes de
Marnisa y Metiua ocupan victoriosos las iiia/iakiiias rife&ntilde;as
de Tauarta y Berabcr. Como consecuencia de ello los Metiua del Lota se someten al Majzen ocasionando as&iacute; una
nueva e importante disgregaci&oacute;n del bloque rebelde.
Para el 10 de febrero organiza un nuevo atac(ue sobre
los Marnisas. Un fuerte temporal de lluvias y la acci&oacute;n intensa de la aviaci&oacute;n lo hacen fracasar. El 27 lanza otro con
gran &iacute;mpetu sobre los Metiuas del Llano para castigar su
sumisi&oacute;n. Los Metiuas reaccionan con el auxilio de las
fuerzas francesas y la situaci&oacute;n queda totalmente restablecida en los primeros d&iacute;as de Marzo.
Los espa&ntilde;oles y los franceses hab&iacute;an llegado con las
operaciones de 1925 al frente militar &uacute;nico, esto explica la
relaci&oacute;n l&oacute;gica que se establece entre el ataque de Abd-elIvrim en las dos zonas. En la espa&ntilde;ola culminan en los &uacute;ltimos d&iacute;as de Fe&iacute;jrero y primeros de Marzo con una acci&oacute;n
principal sobre Tetu&aacute;n y otras, de menor importancia, sobre las cabilas sometidas de Beni-Gorfet y Ahf-Xerif en el
frente de Larache. Las brillantes operaciones de nuestras
tropas las hicieron fracasar totalmente.
En resumen, el invierno fu&eacute; tr&aacute;gico para Abd-el-Krim;
en zona francesa una amplia zona sometida a vanguardia
sirviendo de seguridad a la l&iacute;nea de posiciones y restando
importantes elementos a las cabilas de Ahl-Xerif, BeniGorfet, Yebel-Hebib, Beni-Mezauar, Haus, Wad-R&aacute;s y Anyera en la Zona Occidental y el quebrantamiento del poder
rife&ntilde;o en las cabilas de contacto de la oriental, son signos
elocuentes de los resultados obtenidos.
Abd-el-Krini ha puesto en pr&aacute;ctica todos sus resortes,
militares y pol&iacute;ticos. Los atac|ues al frente han sido combinados con tentativas de paz, declaraciones humanitarias a
la prensa, lanzamiento entre las cabilas de noticias de toda
falsedad: haber hecho la paz con Francia, tener el apoj^o de
alguna naci&oacute;n extranjera, haber derrotado a los franceses
e&ntilde;_su frente y a nosotros en el nuestro
Todo ello acompa&ntilde;ado del sistema de terror que ya conocemos. Nada ha
sido suficiente para contener su derrota.
/
/
El hecho m:ls importante a registrar ha sido la reuni&oacute;n
tenida por Abd-el-Krim con los principales caides rebeldes en el Zoco del Telata de K'tama. En ella se tomaron
importantes acuerdos, de los cuales se destacan los siguientes: env&iacute;o de dos fuertes Mehal-las, una a Yebel I&iacute;.ogdi para
oponerse al avance de los Marnisas v hasta para tomar la
ofensiva contra. Amar Hamido v otra dirigida contra los
A'letiuas del Llano para intentar nuevamente el fracasado
castigo del 27 de Febrero.
Abd-el-Krim nombr&oacute; nuevos Jefes para Beni-Zerual y
dispuso que un importante contingente de esta cabila se
trasladase a Gomara para formar parte de la concentraci&oacute;n
all&iacute; constituida. A los Jaias les nombr&oacute;, as&iacute; mismo, nuevos
kaides. El jefe rebelde tuvo que sufrir las acusaciones que
le hicieron los jefes principales relativas a su contacto con
los europeos cjue le rodean; colocado en duro trance tuvo
necesidad de jurarles la pureza de sus intenciones. Sin duda en esa misma desconfianza tienen su origen las t'iltimas
cartas que ha hecho circular profusamente entre los sometidos.
Numerosos convoyes han circulado en estos d&iacute;as por la
zona rebelde en relaci&oacute;n con los acuerdos anteriores y una
gran actividad ha sido puesta en el aumento de todas l;is
concentraciones sobre el frente. Se trata, a lo que se v&eacute;, de
dar un aspecto de fuerza que no existe ya que, en el fondo,
hay por parte de V'ebala y de la mayor'parte de las cabilas
del l^if muy pocos deseos de continuar la guerra y muy
poca o ninguna fe en ios resultados a alcanzar.
La actividad a lo largo del frente franc&eacute;s durante el
mes &uacute;ltimo ha sido m&aacute;s bien pol&iacute;tica que militar. Haremos,
como de costumbre, un peque&ntilde;o resumen de ios acontecimientos militares en el frente Norte empezando de Oeste a
Este. Las dificultades que ya hemos se&ntilde;alado en otra ocasi&oacute;n para seguir las incic&iacute;encias del frente se encuentran
aumentadas ahora con fa supresi&oacute;n dei comunicado oficial
que, aunque muchas veces incompleto, era un &iacute;ndice de
acontecimientos. El Residente General Steeg, fund&aacute;ndose
en las desproporciones que se ha dado a la gi.icrra de Marruecos haciendo aparecer como una guerra moderna un
acontecimiento colonial de simples escaramuzas, ha suprimido el parte oficial, pretendiendo as&iacute; evitar una tensi&oacute;n
excesiva a la opini&oacute;n p&uacute;blica.
Alguna actividad al Norte de los Erhonas donde las
partidas rebeldes no han dejado de hacer acto de presencia.
La artiller&iacute;a de Muley Buxta disuelve partida rebelde que
intenta golpe. I..as fuerzas de Tabuda con el apovo de la
posici&oacute;n efect&uacute;an algunos reconocimientos hacia el Norte.
La posici&oacute;n de Audur apoy&oacute; as&iacute; mismo un golpe con &eacute;xito
completo. Los partidarios hacen una incursi&oacute;n en BeniZerual.
Del lado rebelde, actividad mayor aunque sin continuidad en los frentes de Bcni-Zeruai y Jaia. El 26, los rebeldes
dan un golpe de mano afortunado&quot; sobre Ain-Aixa llev&aacute;ndose ganado. Algunos disidentes de Slees se han sometido
al Majzen. La fracci&oacute;n Ulad Bibane de los Jaias habla tambi&eacute;n de sumisi&oacute;n.
En el centro, ios partidarios avanzan en la regi&oacute;n de
Bab Mharez; un destacamento visita la parte sometida de
Senhaya de Jeddo siendo muy bien acogido. La lluvia, desefe los d&iacute;as 15 a 28 de Marzo, paraliza todos los movimientos. El 29, fuerzas procedentes de Bab ]\&iacute;izab y Ain-Mediun
efect&uacute;an un reconocimiento hacia los Benl-Ulid (Senhaya
de Mosbah) siendo muy bien acogidos.
^ En el frente Este, &eacute;l 12, llegaron columnas francesas a
Buinut y Si Ali Ben Rokba para apoj^ar a los partidarios
en los ataques que sufr&iacute;an de los rebeldes. El 16, se habla
de alguna hostilidad entre los Marnisas y los Beni-Amrct.
Como consecuencia de la reuni&oacute;n de l&iacute;'tama se ponen en
movimiento las concentraciones rebeldes hacia los Marnisas y los Metiuas. En la tarde del 2 de .Abril, un ataque r;lpid&oacute; sobre este frente haciendo replegai-se a los partidarios
&gt; ocupando el collado de Bab el Flaif al N. de Metiua. El
apoyo franc&eacute;s fu&eacute; inmediato y ia situaci&oacute;n qued&oacute; r&aacute;pidamente restablecida.
A partir de ese momento calma completa en el frente.
En ef extremo oriental, fuerzas espa&ntilde;olas saliendo del
Telata de Bu-Beker, confrontaron con fuerzas francesas procedentes del Sebts de Ain-Amar, sin encontrar novedad alguna.
En los mandos hubo las siguientes alteraciones: el General Dosse, que mandaba la&quot;divisi&oacute;n de U a z a n , h a i d o a
ponerse al frente de una de las divisiones del frente de Ta-
za. l i a sido relevado por el General Mouhoven. El General
])augant ha tomado el mando de la zona de Agadir. El General T h e v e n y viene a las &oacute;rdenes del Comairdanfc Superior d e las Tropas de Marruecos. Cesan los Generales Billote 3^ Guedene}'.
EL MOMENTO
PRESENTE
No precisaba ser profeta para afirmar que Abd-el-Krim
no podr&iacute;a resistir la acci&oacute;n de una gran ofensiva francoespa&ntilde;ola. E r a suficiente conocer la situaci&oacute;n d e Abd-clKrim y lo que en Marruecos significa moralmcnte la expulsi&oacute;n de un Roghi de su propia cabila quit&aacute;ndole, al mismo
tiempo, sus m&aacute;s importantes apo^'os militares.
Pens&aacute;bamos tambi&eacute;n que Abd-el-Krim, luego del fracaso diploinjltico de Diciembre (Gordon Cunning) no intentar&iacute;a negociaci&oacute;n de ese orden por lo cual no le' quedaban
mas que dos caminos, que al final son convergentes; o someterse sin condiciones o intentar una acci&oacute;n militar desesperad&iacute;i que ser&iacute;a para &eacute;l su &uacute;ltima carta y cuyo resultado est&aacute; descontado previamente.
Abd-el-l\rim prisionero de los extranjeros que lo rodean, esclavo de las ambiciones que juegan en el Rif, temeroso de las cabilas q u e le siguen y a de mala g a n a hace su
&uacute;ltimo esfuerzo y salta al campo diplom&aacute;tico. No hace muchos d&iacute;as le&iacute;a yo en un libro recientemente publicado estas
palabras exactas: &laquo;Abd-el-Krim est&aacute; batido por Petain
;
es preciso que lo sea tambi&eacute;n por las C&aacute;maras
por curioso que ello parezca&raquo; (R. Bonnet—&laquo;La G u e r r e du Riff&raquo;).
L a s operaciones de 1925 franco-espa&ntilde;olas, y sobre todo,
el golpe d e A x d i r fueron su derrota militar, la campa&ntilde;a d e
invierno su derrota pol&iacute;tica
&iquest;Qu&eacute; suerte correr&aacute; en la
batalla diplom&aacute;tica?
H a y , por lo pronto, u n a cosa cierta, la acumulaci&oacute;n d e
g r a n d e s elementos militares en ambos frentes y el estar
terminados todos los p r e p a r a l i \ o s de la g r a n ofensiva. Abdel-Krim no podr&aacute; grnicir tiempo.. .. O s&eacute; someter&aacute; ahora de
g r a d o o tendr&aacute; que hacerlo jior fuerza. Tal es el dilcnia.
LA POL&Iacute;TICA ARMADA DE STEEG
El Residente General abandon&oacute; la Zona Irancesa de
Marruecos p a r a dirigirse a T&uacute;nez donde asisti&oacute; a la conferencia Norte-Africana. De all&iacute; march&oacute; a Par&iacute;s donde a&uacute;n
p e n n a n e c e al cerrar esta cr&oacute;nica. El Gobierno ha aprobado
su gesti&oacute;n y le ha hecho p&uacute;blica ratificaci&oacute;n de su confianlia.
Con motivo d e su viaje ha hecho diferentes declaraciones, entre las que elegiremos la relativa a la acci&oacute;n contra
el bloque disidente por interesarnos m&aacute;s directamente, Par a M. Steeg hay, j ' a nos es conocido, u n a fuerza avasalladora de orden espiritual, la que nace del prestigio de la naci&oacute;n protectora, del imperio de los m&eacute;todos de bondad y de
justicia.'Extender esa acci&oacute;n restando elementos a la&quot; rebeld&iacute;a es la labor presente.
MELILL&Aacute;; Una escuela-
Las cabilas que viven alejadas del Majzen han de sub i r la sugesti&oacute;n de las que viven su vitla pac&iacute;fica. Atienden
estas a sus industrias, multiplican su bienestar y su i&quot;ic|ueza y afirman su gobierno bajo la protecci&oacute;n vigilante de
l'Yancia. Luego han de ser auxiliadas por la fuerza no solamente para romper los lazos de uni&oacute;n con los rebeldes sino
para colocarlas a cui&iacute;ierto d e cualquier represalia temida y
probable.
Esta protecci&oacute;n es estimada por Mr. Steeg como fundamental y est&aacute; e n c o m e n d a d a a los partidarios q u e combaten
con los &quot;mismos medios que el enemigo teniendo la ventaja
sobre &eacute;l de la organizaci&oacute;n y del apoyo que le prestan, en
caso necesario, las fuerzas francesas.&quot;
Organizada as&iacute; la zona a v a n g u a r d i a de las l&iacute;neas ha\'
la ventaja de cpie las columnas cuando tienen que avanza'r
lo hacen sobre zonas previamente preparadas. En caso de
un ataque del enemigo los partidarios oponen una p r i m e r a
resistencia se&ntilde;alando la direcci&oacute;n e importancia y permitiendo que puedan tomar las fuerzas las disposiciones necesarias.
Mr. Steeg pien,sa, en definitiva, que hay c|ue quitar a la
acci&oacute;n marroqu&iacute; su car&aacute;cter de g u e r r a moclerna. Se trata,
en general, de u n a acci&oacute;n pol&iacute;tica intensa (el R e s i d e n t e General ha hecho g r a n d e s elogios de los Servicios de Asuntos
Ind&iacute;genas, n o m b r e que de modo oficial ha dado a los antiguos Servicios de Informaci&oacute;n) para extender la influencia
con el apoyo militar de los partidarios; de este modo ir resquebrajando la periferia del bloque de Abd-el-Krim. L a acci&oacute;n de las fuerzas militares es, en general, de vigilancia y
de presencia.
Ploy nos limitamos a exponer las ideas de Mr. Steeg al
que es de justicia reconocer un anhelo constante de manten e r su relaci&oacute;n con la opini&oacute;n p&uacute;blica a la que no r e g a t e a
elementos de juicio.
IMPRESI&Oacute;N FINAL
Cerramos esta cr&oacute;nica con la impresi&oacute;n di.-lfana de que
el asunto de la paz que se present&oacute; en sus or&iacute;genes en forma nebulosa e inspirando serios y leg&iacute;timos temores, ha
c|uedado planteado en sus v e r d a d e r o s t&eacute;rminos.
L a s notas oficiosas de ambos gobiernos dan derecho a
esperar con toda confianza en el resultado de la remii&oacute;n de
Uxcla donde la generosidad de Erancia y Espa&ntilde;a se mostrar&aacute; ante un deseo sincero de paz, con la misma intensidad que se mostrar&aacute; la fuerza ante cualquier intento del
cabecilla de dar largas a los asuntos buscando u n margen
de tiempo cuando este le angustia y le presiona.
i&aacute;.s Garc&iacute;a F I G U E R A S .
Larache-lO-Ab il-l')26.
Folo- L&aacute;zaro.
MELILLA: Un mucc&iacute;n. Foto. L&aacute;zaro.
La evoluci&oacute;n
/
/
del Ej&eacute;rcito Colonial
LAS HARKAS
\ variado esencialmente el concepto de liarkas,
tal 3- (-orno se entend&iacute;a antes.
Las liarkas antig-uas, que se han empleado
mucho, much&iacute;simo en &Aacute;frica, y aunque eran fuerzas
sin consistencia, sin cohesi&oacute;n, tambi&eacute;n llenaban su papel; eran conting-entes que se mandaban por delante de
tropas organizadas, que descubr&iacute;an al enemigo, que lo
fijaban y que despu&eacute;s dejaban puesto a las fuerzas combatientes, es decir—valga la comparaci&oacute;n—algo as&iacute;,
como lo que representan los perros en una cacer&iacute;a, &laquo;que
descubren la caza, dejando luego el puesto a las escopetas&raquo;. En la viltima fase de los combates, sobre todo en
las razzias (operaci&oacute;n la m&aacute;s dif&iacute;cil de la guerra), tambi&eacute;n ten&iacute;an, su cometido. Se las lanzaba a los poblados
y ello era de unos resultados positivos; claro est&aacute;, que
protegiendo siempre la razzia, unidades regulares.
No respond&iacute;an sin embargo, al gasto que originaban
en armon&iacute;a con el rendimiento.
Hal^ia organizadas en este territorio varias liarkas,
aunque no por la oficina correspondiente, sino por los
kaides, y eran fuerzas sin esp&iacute;ritu de disciplina, nial
armadas, con una recluta bastante mediana j una organizaci&oacute;n detestable; no ten&iacute;an jefes naturales j eran
mandadas por jefes de Mehal-la o Intervenciones indistintamente y siempre de un modo circunstancial. No se
pod&iacute;a esperar, por lo tanto, grandes milagros de ellas.
Quien haya hecho la guerra en &Aacute;frica 5^ conozca la
idiosincrasia del moro, f&aacute;cilmente se dar&aacute; cuenta de lo
que representa el no estar mandados los ind&iacute;genas de un
modo permanente por los mismos oficiales. El moro es
mu}'personal; acostumbrado desde peque&ntilde;o al sistema
de caudillaje, no es de un;i imidad determinada, sino
que por el contrario, sigue por respeto primero, y por
admiraci&oacute;n despu&eacute;s, es capaz de las maj'ores empresas.
El cambio de mando, es desastroso. Asi se explicaba,
que en las operaciones, nunca se llegara a reunir en estas unidades un efectivo superior a la mitad de la plantilla,
Hoy lia variado radicalmente su organizaci&oacute;n y el
empleo que se hace de ellas. Son fuerzas, perfectamente
organizadas en tabores y grupos de tabores, con solidez ya, con disciplina, hasta con historia. Unidades perfectamente maniobreras, en las que se reduce a lo inveros&iacute;mil la impedimenta.
l&iacute;n ellas, se ha cedido algo, en el rigorismo de la
instrucci&oacute;n en orden cerrado conservando sin embargo,
una perfecta instrucci&oacute;n en orden abierto.
El mando siempre tambi&eacute;n el mismo, los mismos
oficiales, las mismas clases, la misma organizaci&oacute;n de
fuerzas regulares, conservando no obstante su principal
papel, su primitix'o papel, de fuerzas de cobertura pero
de un modo eficaz, con una gran consistencia; y para
poder ser empleadas como fuerzas de choque, como se
han empleado en todos los territorios. Su rendimiento
ya lo hemos visto, sobre todo en Alhucemas. Los nombres de Mu&ntilde;oz Grande, y V&aacute;rela y tantos otros juntacon los de aquellos que dieron su vida por la I-^atria,
e ir&aacute;n unidos perpetuamente al historial ya glorioso de
las liarkas.
En los periodos de calma, de la calma relativa de
Marruecos, su misi&oacute;n es niiis importante a&uacute;n. Desparramadas, en m&iacute;as, por el territorio, realizan una labor
altamente provechosa; de noche emboscadas, taponan
los caminos de acceso del adversario, son la seguridad
de las cabilas adictas, a las que dan sensaci&oacute;n c&iacute;e tranquilidad, de apoyo rea!, efectivo; sorprenden convo3^es
y les salen siempre al paso al adversario, pues deben
acudir en todo momento al fuego. I_.levan a cabo incursiones en el territorio rebelde, sembrando la alarma en
ellos, ya en peque&ntilde;as partidas de secciones, o bien agrui:)adas en m&iacute;as o tabores, cu;.,ndo el objetivo es m&aacute;s amplio, m&aacute;s dif&iacute;cil, m&aacute;s duro de alcanzar. Convengamos,
que han venido las liarkas a llenar un hueco importante, convengamos que en paz \' en guerra desempe&ntilde;an
un incomparable papel.
En cuartillas sucesivas hablar&eacute; m&aacute;s ampliamente de
las liarkas y de las idalas tambi&eacute;n.
Francisco del R O S A L .
C&uuml;iiiandantt; Jefe de la 1 larka de Laraclie.
91
ECOS
&quot;'SV T o cabe duda de que la Turqu&iacute;a actual en una fase
I^SJ evolutiva tan agitada y activa y al propio tiempo con tan visibles apariencias de firmeza, es
merecedora de la atenci&oacute;n del Oriente y del Occidente
qne ella misma junta en el lazo azul del Bosforo.
A la atrevida innovaci&oacute;n de la indumentaria, han seguido reformas de tanta trascendencia como la de la codificaci&oacute;n del derecho civil que definitivamente se desentiende de la teolog&iacute;a isl&aacute;micaA'seemancipade la inmutabilidad de los textos sagrados. Todo ello enfocado hacia
un ideal de robustecimiento j unificaci&oacute;n de la personalidad nacional y de la afi&iacute;-maci&oacute;n internacional de este
pa&iacute;s, admirable sobre todo por su decidida voluntad de
abrirse paso y de procurarse un sitio en el concierto de
los grandes estados.
Pero es un peque&ntilde;o incidente, acaso nada transcendental, pero si curiosamente interesante para Espa&ntilde;a,
el que quiero recoger en esta cr&oacute;nica, y que en el fondo
no es sino una manifestaci&oacute;n m&aacute;s del ansia de unidad nacional que inspira la actual pol&iacute;tica dominante en Turqu&iacute;a.
Un pu&ntilde;ado de jud&iacute;os sefarditas, de los que guardan
a&ntilde;o a&uacute;n las a&ntilde;oranzas dolientes de su abolengo espa&ntilde;ol,
han sido la causa excitadoradelasusceptibleirritabilidad
de los nacionalistas otomanos. Alguien ha llevado a la
prensadel pa&iacute;s el rumor de que unostrescientosisraelitas
de Constantinopla o de Esmirna hab&iacute;an elevadoaS.M. el
Re}' de Espa&ntilde;a un mensaje de simpat&iacute;a, acaso de adhesi&oacute;n, o quien sabe si de vasallaje, con ocasi&oacute;ii del aniversario de Crist&oacute;bal Col&oacute;n. El misterioso mensaje, que ahor a sale a relucir al cabo de varios meses, es un documento fantasma, xso obstante la agitaci&oacute;n y la poh'areda
-que ha levantado, nadie lo ha visto, no lo ha le&iacute;do nadie,
ni nadie sabe dar referencia exacta de su contenido.
&laquo;Manifestati&oacute;n de loyalisme&raquo; ti^aduce la prensa francesa
•de Constantinopla, pero ni la prensa ni la polic&iacute;a turca,
puestaen actividad con tal motivo, han podido ni siquiera precisar el alcance de este homenaje lejano ofrecido
rom&aacute;ntica y desinteresadamente al Rey Cat&oacute;lico desde
los mismos umbrales de la Sublime Puerta. Parece, sin
embargo, que la afirmaci&oacute;n m&aacute;s nefanda que se atribuj^e
a los manifestantes es la de que &laquo;todos los jud&iacute;os del
Oriente son espa&ntilde;oles&raquo;. &laquo;Si son espa&ntilde;oles—escribe indignado el Ikdam—qvLe se vayan a Espa&ntilde;a. No rinden,
por otra parte, servicio alguno a la existencia econ&oacute;mica del pa&iacute;s... Semejan esos pececillos que huyen llev&aacute;ndose el cebo del anzuelo.
Buyuk Yol de Constantinopla y Hahimit I Mili de
Angora, que representan el criterio gubernamental,
execran el acto espa&ntilde;olista de los trescientos misteriosos israelitas, pero ponen especial cuidado en aislar del
incidente y de la indignaci&oacute;n turca a las comunidades de
la Rep&uacute;blica. &laquo;En cuanto a nosotros—dice Buyuk Yol-creemos que el asunto es interesante desde m&aacute;s de un
punto de vista. Aun trat&aacute;ndose de israelitas subditos espa&ntilde;oles, siempre quedar&iacute;a motivo de preguntarles qu&eacute;
tai'&aacute;ntula les ha picado para hacer esta manifestaci&oacute;n,
tan poco necesaria y en suma in&uacute;til...
El Gran Rabino de Constantinopla, se&ntilde;or Bejarano,
ha afirmado en&eacute;rgicamente en nombre de los jud&iacute;os residentes en Turqu&iacute;a; —subditos turcos pol&iacute;ticamente
hablando^-desconocer absolutamente la existencia del
escandaloso manifiesto, asegurando que los rumores circulados han llenado de consternaci&oacute;n a todos los hebreos de Turqu&iacute;a, &laquo;incapaces de traicionar al pa&iacute;s que
les ha prestado una tan larga hospitalidad desde el &eacute;xodo de Espa&ntilde;a.&raquo;
El final del incidente lo han determinado las visitas
de las comunidades israelitas a las autoridades turcas y
al propio Gasi Mustaf&aacute; I&lt;Cemal Pacha, para hacer protesta de la lealtad jud&iacute;a al Estado turco, para desmentir
la existencia del famoso mensaje y para obtener por la
mediaci&oacute;n de las autoridades de la Rep&uacute;blica la terminaci&oacute;n de la campa&ntilde;a antisemita desatada en la prensa
del pa&iacute;s. Ismet Pacha Presidente del Consejo ha manifestado a las comisiones de israelitas la confianza que al
Gobierno le merecen los subditos hebreos de Turqu&iacute;a,
aconsej&aacute;ndoles abandonen el castellano arcaico y adopten el turco como idioma familiar...
&laquo;Todo ello no ha sido m&aacute;s que una tempestad en el
mar de Stambul&raquo;—acaba diciendo jocosamente Buyuk
Yol. Pero en el fondo queda agit&aacute;ndose una preocupaci&oacute;n turca que es la causa viva y verdadera de tanto
ruido originado por tan pocas nueces.
No cabe duda de que los israelitas, por su cultura,
por laboiiosidad y riqueza, apesar de lo que diga el
Ikdam, son un factor important&iacute;simo para la reconstrucci&oacute;n de Turqu&iacute;a. Pero el pueblo israelita por muchos a&ntilde;os o muchos siglos que viva pol&iacute;ticamente, afecto
a un Estado, &iquest;puede entrar nunca en el computo de los
valores nacionales? &iquest;Puede s e r incorporado &iacute;ntegramente a una afirmaci&oacute;n nacionalista?
Esa ha de ser la gran decepci&oacute;n de los innovadores
de, Turqu&iacute;a. La gran naci&oacute;n israelita cuya fuerza de
cohesi&oacute;n es superior a la de ninguna otra, por virtud de
su pureza &eacute;tnica, de su escaso cruce con otros pueblos,
de su gran esp&iacute;ritu de tradici&oacute;n y de su universal constituci&oacute;n social y juridico-i-eligiosa, se halla en efecto politicamente afecta a gran n&uacute;mero de Estados, pero sigue
siendo la naci&oacute;n israelita intangible e infraccionable y
en la fecha presente en v&iacute;as de constituir pol&iacute;ticamente
un estado independiente... &iquest;Qu&eacute; ser&iacute;a del porvenir turco en plena laboriosidad constructiva si esos israelitas,
casi todos espa&ntilde;oles, seg&uacute;n dice exageradamente la
prensa otomana, alcanzasen plena condici&oacute;n de extranjei'os?...
Alguna importancia debe de tener semejante preocupaci&oacute;n y su mejor contraste, as&iacute; como el mejor comentario de este curioso asunto es esta otra tambi&eacute;n
curiosa incidencia: En Constantinopla fu&eacute; prohibida hace poco la prospecci&oacute;n de una pel&iacute;cula titulada &laquo;El pozo
de Jacob&raquo;. E n Angora, acaso por ser el asiento de la lilertad de Turqu&iacute;a, ha sido autorizada su exhibici&oacute;n,
pero la indignaci&oacute;n pan turca se ha desatado tambi&eacute;n
contra los israelitas y el diario oficioso Hnkimit I Mili
la refleja claramente. &laquo;Se ven, por ejemplo—dice en su
acrimonia contra la pel&iacute;cula en cuesti&oacute;n—los barrios
jud&iacute;os de Constantinopla, de Alejandr&iacute;a, del Cairo y de
otras localidades. Es la apolog&iacute;a del esfuerzo judio, de
la virtud jud&iacute;a, del esp&iacute;ritu emprendedor de los jud&iacute;os,
del matrimonio jud&iacute;o, d&eacute;los santos libros jud&iacute;os... No
puede por menos de sorprender la audacia de los que
osan proyectar en plena capital de una Rep&uacute;blica como
esta, debida ciertamente a la iniciativa de los fundadores del &laquo;Hogar hebreo&raquo;.
No es dif&iacute;cil averiguar cual sea la fuerza misteriosa
que ha levantado esta tempestad en el mar de Stambul.
Es—reincidamos en las: i m &aacute; g e n e s acu&aacute;ticas que
usa Buyuk Yo/—la eterna y consabida lucha del pez
grande con el pez chico; aqu&iacute; el nacionalismo de Turqu&iacute;a que quiere engullirse pl&aacute;cidamente al nacionalismo de Israel.
A. M. de la ESCALERA.
Estudio Hist&oacute;rico-&eacute;eo&eacute;r&aacute;fico
de T&aacute;nger y su Zona. ^ ^
11
A
T&aacute;nger, por la que se libraron como hemos visto
tan sangrientas luchas, le cupo la suerte, hacia el
78/ o 789 de J. C—pues en la fecha no est&aacute;n de
acuerdo los autores—de recibir a un descendiente directo
del mismo Profeta que hab&iacute;a de representar uno de los papeles m&aacute;s importantes en la historia de Marruecos y que
hab&iacute;a de contribuir m&aacute;s a su transformaci&oacute;n y ser al misino
tiempo el c&eacute;lebre fundador de lo que con el tiempo ser&iacute;a la
capital del Imperio. Fu&eacute; &eacute;ste descendiente, Muley Idris,
quien, gracias a su pr&oacute;ximo parentesco con el Profeta, logre') someter a los bereberes al yugo &aacute;rabe, pero como ni a
&eacute;l ni a su leal servidor el Bach&iacute;r, les gustara la ciudad de
T;inger, quiz&aacute;s por juzgar que siendo puerto de mar estaba
siempre expuesto a las amenazas de las naciones europeas,
decidi&oacute; trasladarse al interior, hacia el Sur, donde fund&oacute;
sobre las huellas de la antigua Volubilis, la ciudad de Fez,
lejos del contacto imp&iacute;o de los incr&eacute;dulos.
Muerto Idris I ocupa el trono Idris II, pr&iacute;ncipe virtuoso
y valiente que rein&oacute; hasta el a&ntilde;o 828, en que falleci&oacute;. Su
primog&eacute;nito Muley Mohammed cometi&oacute; por consejos de su
abuela Janza el grave error de dividir el gobierno del Imperio con siete de sus hermanos. En &eacute;ste impol&iacute;tico reparto, T&aacute;nger con Ceuta y Tetu&aacute;n correspondi&oacute; a Kasem, a
quien le falt&oacute; el tiempo para rebelarse contra su hermano,
pero su otro hermano Omar, al frente de un ej&eacute;rcito le derrot&oacute; y despoj&oacute; de todos sus Estados. Muerto Kasem Ben
Mohammed el a&ntilde;o 948 en Hayrat-el-Neser (la piedra del
&aacute;guila) Alhucemas, su hijo Abu-Laich pidi&oacute; al Emir de
C&oacute;rdoba Abd-er-Rahm&aacute;n III auxilio para recuperar aquellos Estados que hab&iacute;an pertenecido a su familia, aceptando
Abd-er-Rahm&aacute;n la propuesta con la condici&oacute;n de que se le
entregasen las plazas de T&aacute;nger y Ceuta, lo que hizo AbuLaicl&iacute;, quedando de gobernador de T&aacute;nger en nombre de
los idrisitas Hasan Ben Guen&uacute;n. Proclamado &eacute;ste, Emir del
Mogreb, su reinado se prolong&oacute; durante diecisiete a&ntilde;os,
pero hall&aacute;ndose en lucha los Emires de Ifrikia llamados los
Fatimitas y los Omiadas, un general de estos &iacute;iltimos llamado G&aacute;l&eacute;b atac&oacute; a Kasem Ben Guen&uacute;n que tuvo que refugiarse en el castillo de Hayrat-el-Neser y al fin que rendirse, pasando T&aacute;nger entonces a poder de los Omiadas o
Ben-&Uacute;meyas que les llamamos los espa&ntilde;oles.
Desaparecida la dinast&iacute;a de los Idrisitas con la muerte
de Kasen Ben Mohammed cuando se dirig&iacute;a a la corte del
Hich&aacute;n II, dos poderosas familias se disputaban la supremac&iacute;a del Mogreb, bajo la protecci&oacute;n de los Emires de C&oacute;rdoba; la de Magr&aacute;ua y la de Ifr&aacute;n. El Jefe de la primera,
Ziri Ben Atia Ben Abd-Allah, rey de los zenetas, derrot&oacute;
el ej&eacute;rcito de los Ifr&aacute;n, y con el benepl&aacute;cito del Emir de
C&oacute;rdoba se apoder&oacute; de'todo el Mogreb, pero haci&eacute;ndose
sospechoso por su ambici&oacute;n desmedida, el general Omiada
Uadia Ben el Fat&aacute;h desembarc&oacute; en T&aacute;nger con grandes
contingentes, pero Ziri Ben Atia noticioso de lo sucedido,
se aprest&oacute; a Jiacer frente con sus guerreros y en el primer
encuentro tuvo la suerte de vencer al Omiad&aacute; que pidi&oacute; urgentemente refuerzos a Mansur; ('Ste envi&oacute; nuevo ej&eacute;rcito
al mando de su hijo Abd-el-Malek el Mudaf-far y reunidos
ambos vencieron a Ziri Ben Atia en Uad el Mina, no muy
lejos de T&aacute;nger. Desaparecidas, pues, las dinast&iacute;as Idrisita
y Zeneta, dos nuevas dinast&iacute;as vienen a disputarse la posesi&oacute;n de Marruecos; los &laquo;morabitun&raquo; o Almor&aacute;vides y almohades. Yusef Ben Tach&iacute;in, Jefe de los almor&aacute;vides, consigui&oacute; hacerse bien pronto cluefio de todo el Mogreb y arrebata a los Omiadas las ciudades de T;lnger y Ceuta, &quot;El a&ntilde;o
1146 desaparece la dinast&iacute;a de los almoravicies haci&eacute;ndose
due&ntilde;os del Imperio los almohades C|ue se apoderan a su
vez de T&aacute;nger; el pr&iacute;ncipe de esta dinast&iacute;a, Abd-el-Mumen
Ben Al&iacute; nombr&oacute; gobernador de T&aacute;nger y Ceuta a su hijo BuSaid y &eacute;l se traslada a Espa&ntilde;a para realizar su sue&ntilde;o dorado de arrebatar a los cristianos la Pen&iacute;nsula Ib&eacute;rica. Para ello cu&eacute;ntase que hab&iacute;a reunido un ej&eacute;rcito de m&aacute;s de
500.000 hombres, pero antes de poder llevar a cabo su prop&oacute;sito le sorprendi&oacute; una cruel enfermedad de la que falleci&oacute; a los 33 a&ntilde;os de reinado.
T&aacute;nger y Ceuta, cansadas del yugo de los Ahnohades,
en 1243 de J. C. se sublevaron declar&aacute;ndose abiertamente
por los Hafisidas, pero Ceuta, cinco a&ntilde;os despu&eacute;s, gracias
a los manejos secretos de los almohades, destituye' al gobernador de los Hafisidas y proclama de nuevo la soberan&iacute;a del almohade El Mostadi; T&aacute;nger, siguiendo el ejemplo
de su vecina, adopta igualmente el partido almohade, pero
muy poco tiempo dura esta victoria del Mostadi, pues en el
transcurso del mismo a&ntilde;o T&aacute;nger se sacude el yugo de
Ceuta y se entrega por segunda vez al Califa Hafisida; m&aacute;s
tarde proclama la soberan&iacute;a de los Abasidas y termina de-
clar&aacute;ndose independiente conservando a su antiguo gobernador Yusef el Hamdani Ben Moliammed Ben Abd-Allah
Ben Ahmed, apodado &laquo;El Amin&raquo;, que rige sus destinos en
soberano independiente.
T&aacute;nger, v&iacute;ctima y testigo a la par de todas las vicisitudes por que atraviesa el desgraciado Iinperio tras una sangrienta lucha que dura m&aacute;s de cinco meses, vuelve a caer
en poder del Emir de Ceuta, Abu-el-Kasem el A-azifi, hijo
de Mohammed Ben Abd-Allah Ben Ahmed apodado &laquo;El
Ainin&raquo;.
Viene en esto a Marruecos la dinast&iacute;a merinida y su
Jefe el Emir Abu-Malek pone sitio a T&aacute;nger durante&quot; seis
d&iacute;as consecutivos sin lograr apoderarse de ella. M&aacute;s afortunado en 1273 el sult&aacute;n merinida Yusef Ben Yaacub Ben
Abd-el-H&aacute;k, la .sitia nuevamente logrando apoderarse de
ella gracias a la traici&oacute;n de una parte de su guarnici&oacute;n
(Ben Jaldun Tom. 4. P&aacute;g. 66). Habiendo roto este desgraciado Monarca las paces con Castilla en 1292, el Rev de Castilla Don Sancho, el mismo a&ntilde;o que los merinidas mandados por el Infante Donju&aacute;n pusieron sitio a la plaza de Tarifa, que defend&iacute;a D. Alonso de Guzm&aacute;n &laquo;el Bueno&raquo;, logr&oacute;
incendiar la escuadra musulmana en la bah&iacute;a de T&aacute;nger.
Fu&eacute; la dinast&iacute;a merinida realmente funesta para Marruecos, pues durante su reinado perdi&oacute; el Imperio la maj'or parte de sus posesiones. En Agosto de 1437, reinando
en Portugal Don Duarte, envi&oacute; unk expedici&oacute;n al mando
del Infante D. Fernando, Gran Maestre de Avis, contra
T&aacute;nger a la que puso sitio, pero acudi&oacute; a tiempo en su socorro el Rey de Fez con fuerte ej&eacute;rcito de a pi&eacute; y a caballo,
y de.spu&eacute;s de muchos encuentros que tuvieron&quot;, en los que
murieron muchos caballeros hidalgos portugueses, &eacute;stos,
vi&eacute;ndose perdidos, entraron en tratos con el Rey moro que
consinti&oacute; en que reembarcasen todos los cristianos con la
condici&oacute;n de que le devolvieran la ciudad de Ceuta, quedando en rehenes el Infante D. Fernando hasta que se
cumpliese lo convenido. El Infante aconsej&oacute; al Rey su hermano que en forma alguna accediera a las imposiciones del
Rey moro, quien enterado de lo que suced&iacute;a, le hizo objeto
de tan malos tratos que a los seis a&ntilde;os muri&oacute; en el cautiverio sin que los portugueses entregaran la plaza. Su cuerpo
estuvo enterrado en Fez hasta que el Sult&aacute;n Mulej^ Cheij
el Uat&aacute;si lo envi&oacute; a Arcila y desde all&iacute; lo traslad&oacute; D. Rodrigo de Barrios a Lisboa para darte sepultura en el pante&oacute;n de Nuestra Se&ntilde;ora de Bel&eacute;n.
Pasados estos graves .sucesos por Diciembre de 1473, el
Re\' Don Alfonso, queriendo vengar la muerte del Infante,
fu&eacute; en persona contra T&aacute;nger, pero fracas&oacute; en su empresa,
primero, porque perdi&oacute; mucha gente durante una fuerte
tempestad que pa.s&oacute; en el mar y &Iacute;uego_en el combate que
libr&oacute; en la ciudad el 20 de enero de 14/4, que cost&oacute; la vida
a Don Duarte de Meneses, conde de Viana. Desconcertado
ante esta derrota regres&oacute; el Rey a Portugal aquel mismo
a&ntilde;o. Alg&uacute;n tiempo despu&eacute;s, m&aacute;s afortunado, gana Arcila a
los moros y pasa a cuchillo a todos sus moradores excepto
a las mujeres y los ni&ntilde;os; los vecinos de T&aacute;nger noticiosos
de .su prop&oacute;sito de ir contra T&aacute;nger para ejecutar con ellos
una cruel venganza por los muchos da&ntilde;os que en aquella
ciudad hab&iacute;an recibido los portugueses y especialmente
por el catttiverio y muerte del Infante D Fernando su t&iacute;o,
y por otra parte que Muley Ech-Chcij el Uat&aacute;si en quien ten&iacute;an puestas todas sus e.sp&quot;eranzas se hab&iacute;a vuelto al reino
de Fez, desconfiando de recibir alg&uacute;n socorro, abandonaron la plaza sin atreverse ni siquiera a poner fuego para no
ser descubiertos. Informados de estos sucesos, los portugueses al mando de D.Juan, hijo del Duque de Braganza,
Marqu&eacute;s de Montemor, tomaron posesi&oacute;n de la ciudad en
la que entr&oacute; pac&iacute;ficamente D. Alfonso el Africano, cuatro
d&iacute;as despu&eacute;s de ganada Arcila. Esta victoria le vali&oacute; el
nombre de D. Alfonso el Africano. (M&aacute;rmol).
En 1502, habiendo salido D. Juan de Meneses de T&aacute;nger pai-a saquear algunos lugares rebeldes, supo que Muley Mohammed Ben Ech-Cheij el Uat&aacute;si, entonces Rey de
Fez v sus dos hermanos al frente de poderoso ej&eacute;rcito, proyectaban asaltar T&aacute;nger y desde all&iacute; ir a poner sitio a Arcila. Estaba tan cerca de T&aacute;nger el ej&eacute;rcito del Sult&aacute;n que
no fu&eacute; posible avisar por tierra a D. Rodrigo de Castro, alcaide de la plaza, pues estaba el campo cubierto de moros.
Entonces mand&oacute; disparar algunas piezas gruesas de artiller&iacute;a como se&ntilde;al y cogiendo la perra de un vecino de T&aacute;nger
que se hab&iacute;a quedado all&iacute; hac&iacute;a pocos d&iacute;as, escribi&oacute; a Don
Rodrigo avis&aacute;ndole de lo que pasaba; guard&oacute; la carta en un
canuto de ca&ntilde;a envuelto con cera, lo hizo atar al cuello del
animalejo y al obscurecer orden&oacute; la llevaran a la playa y
que despu&eacute;s de bien azotada la dejasen partir. La perra
hizo el camino de T&aacute;nger con tanta rapidez que amaneci&oacute;
en las puertas de T&aacute;nger y as&iacute; D. Rodrigo tuvo noticias de
lo que suced&iacute;a y se prepar&oacute; con toda su gente a recibir al
Rey moro. Despu&eacute;s de un sangriento combate en el que
los portugueses resistieron con valent&iacute;a denodada los asaltos de los fieros musulmanes, decididos a no rendirse, el
Rey moro se retir&oacute; con muchas y sensibles iDajas. Esperando poder sorprender la plaza de Arcila, all&iacute; se dirigi&oacute;; pero
prevenido a tiempo D. Juan de Meneses, se hicieron los necesarios preparativos y los moros tuvieron que retirarse
derrotados y vencidos aun cuando a costa de mucha y preciosa sangre portuguesa. Durante 191 a&ntilde;os estuvo T&aacute;nger
bajo la dominaci&oacute;n portuguesa hasta que en 1622 cedieron
la plaza a Inglaterra como dote que la Infanta Catalina llevara a su esposo Carlos II, Rey de la Gran Breta&ntilde;a. Habiendo desaparecido la mayor parte de la guarnici&oacute;n portuguesa que fu&eacute; asesinada en una emboscada tendida por
los moros, el almirante ingl&eacute;s conde de Sanwich tom&oacute; tranquilamente posesi&oacute;n de T&aacute;nger &laquo;que si hubiese tenido defensores no se hubiese entregado sin combatir a los herejes
ingleses&raquo; (Historia de T&aacute;nger p&aacute;g 274).
Desde el primer momento de la ocupaci&oacute;n, la guarnici&oacute;n inglesa de T&aacute;nger sostuvo constantes luchas y diarias
escaramuzas con los marroqu&iacute;es. El historiador ingl&eacute;s Gilberto Burnet dice en su &laquo;Historia de mi tiempo&raquo; textualmente estas ver&iacute;dicas frases: &laquo;Ni por las armas ni por medio de tratados se pudo jam&aacute;s conseguir que los ind&iacute;genas
de Marruecos, dieran facilidades para ocupar los terrenos
necesarios alrededor de la ciudad para el mantenimiento
de la guarnici&oacute;n&raquo;.
Esto demuestra—dice un sabio historiador franc&eacute;s al
comentar este p&aacute;rrafo—hasta qu&eacute; punto los bereberes estrechaban y apuraban a las naciones cristianas.
El 13 de Mayo de 1664, al intentar hacer una salida el
gobernador de la plaza es vilmente asesinado, y Lord Bellasin, que sustituye a Lord Samvich, viendo que es imposible conseguir ni una sola pulgada de terreno para las m&aacute;s
perentorias necesidades de la guarnici&oacute;n y seguridad de la
ciudad, ejecuta importantes obras para mejorar el puerto
as&iacute; como consolidar la defensa de la capital. Cu&eacute;ntase que
Inglaterra gast&oacute; en aquellos trabajos que emprendiera m&aacute;s
de cincuenta millones y que solamente la construcci&oacute;n del
muelle destinado a cerrar el puerto por la parte de la bah&iacute;a
cost&oacute; unos treinta millones. Los marroqu&iacute;es ten&iacute;an a T&aacute;nger en constante alarma. &laquo;La astucia que los moros empleaban para atacar a los ingleses—dice Braithwaite—consist&iacute;a en hacer aparecer delante de las murallas de la ciudad algunos reba&ntilde;os de ganado; apostaban emboscadas entre la ciudad y el castillo o en los alrededores, en la seguridad de que los ingleses acudir&iacute;an y en efecto, no faltaban
nunca&raquo;.—Los a&ntilde;os pasan, la historia se repite y la t&aacute;ctica
de los marroqu&iacute;es sigue siendo siempre la misma.
Antes de seguir adelante, creemos necesario decir
c&oacute;mo Espa&ntilde;a perdi&oacute; T&aacute;nger y Mazag&aacute;n que de hecho le
pertenec&iacute;an desde 1581. Dice a este &quot;prop&oacute;sito D. J, Becquer: &laquo;Con la corona de Portugal que pas&oacute; a Don Felipe II
de Castilla en 1580 vini&eacute;ronle tambi&eacute;n sus ricas y vastas colonias de Am&eacute;rica, de &Aacute;frica y de Indias&raquo;. Entre las de
&Aacute;frica se encontraban T&aacute;nger, Ceuta y Mazag&aacute;n, pero como
entre las gracias que Don Felipe otorg&oacute; en Aimerin el 20
de Marzo de 1580, confirmadas en Lisboa el 15 de Noviembre de 1582 figuraba la de que las guarniciones de las plazas fuesen portuguesas, T&aacute;nger, Mazag&aacute;n y Ceuta se hallaban en manos de generales portugueses cuando estall&oacute; el
movimiento separatista de Portugal, el 1.&deg; de Diciembre de
1640. &laquo;El gobierno espa&ntilde;ol en vez de apresurarse a relevarlos los confirm&oacute; en sus cargos y los de las dos primeras
plazas respondieron a esta prueba de confianza declar&aacute;ndose por Portugal. T&aacute;nger y Mazag&aacute;n dejaron entonces de
pertenecer a Espa&ntilde;a conserv&aacute;ndose fiel Ceuta que se declar&oacute; por Felipe IV.
En efecto, como ya hemos visto, la situaci&oacute;n de los ingleses en T&aacute;nger se hab&iacute;a hecho insostenible. En 1680 el
Parlamento ingl&eacute;s negaba a Carlos II, los auxilios necesarios para proseguir la defensa de dicha plaza, cuando m&aacute;s
necesarios eran, puesto que al ocupar el trono del Imperio
Muley Er-Rachid, fundador de la dinast&iacute;a Alauita, T&aacute;nger
fu&eacute; sitiada y atacada con m&aacute;s ardor b&eacute;lico si cabe que antes. Decidido el gabinete de Londres a abandonar la plaza,
D, Pedro de Portugal pidi&oacute;, por medio de su embajador
D. Jos&eacute; de Faria que le fuese restituida, pero en vano. Carlos n envi&oacute; a Lord Darmouth con una escuadra a T&aacute;nger y
cuando toda la guarnici&oacute;n estuvo embarcada y destruidas
todas las obras de fortificaci&oacute;n incluso el magn&iacute;fico muelle
que hablan construido, la flota del noble Lord se hizo a la
vela, casi al mismo tiempo que las hordas isl&aacute;micas invad&iacute;an la ciudad. Gritos de j&uacute;bilo y triunfo inmenso saludaron aquella huida de la escuadra brit&aacute;nica, pasando T&aacute;nger
a_ poder de Muley Ismail, el hombre m&aacute;s cruel y sanguinario de Marruecos. As&iacute; la ciudad que hab&iacute;a pertenecido a
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los cristianos durante m&aacute;s de 243 a&ntilde;os y que tantos sacrificios y sangre hab&iacute;a co.stado pas&oacute; de nuevo a los guerreros
de la f&eacute; isl&aacute;mica sin &laquo;disparar un tiro&raquo; como dice el historiador &aacute;rabe, autor del &laquo;Bust&aacute;n&raquo;.
Sid Mohammed Ben Abd-Al-lah, antes de realizar la
expedici&oacute;n contra Mazag&aacute;n en 1768, para arrebatar a los
portugueses su &uacute;ltima posesi&oacute;n en el Mogreb, vino a T&aacute;nger— dice En Nasiri Es-Slaui—para apoderarse de las fabulosas riquezas acumuladas por Abd-es-Sadak Er-Rifi, cuya
familia desterr&oacute; a Mehedia a pesar de su elevada alcurnia
y prestigio indiscutible. Sidi Mohammed temiendo un levantamiento de los r&iacute;fenos, dej&oacute; en T&aacute;nger una guarnici&oacute;n
de 1.500 &laquo;abid&raquo; (guardia negra), y desterr&oacute; otras much&iacute;simas familias rife'&ntilde;as a Mehedia (el Istiksa).
El 23 de Agosto de 1791, en guerra Espa&ntilde;a con Muley
Yazid, hombre fan&aacute;tico, violent&oacute; y cruel, se present&oacute; en el
puerto de T&aacute;nger una escuadra mandada por el Almirante
D. Francisco Javier Morales que bombarde&oacute; la ciudad durante unas cuantas horas.
Desde que el Cuerpo con,sular extranjero se vio precisado, en tiempo del fan&aacute;tico Sidi Mohammed, de abandonar Tetu&aacute;n y trasladarse a T&aacute;nger, convertida &eacute;sta en la
capital diplom&aacute;tica es la ciudad que m&aacute;s importante papel
representa en la historia de la decadencia de Marruecos. El
Sult&aacute;n Muley Abd-er-Rahman, ante las constantes exigencias de los representantes de las naciones extranjeras, decide, sin duda para poder mejor dar larga a todos los asuntos que pudieran interesarles, no entenderse con los representantes extranjeros, sino por mediaci&oacute;n del Baj&aacute; de
T&aacute;nger. Dos a&ntilde;os despu&eacute;s, de esta declaraci&oacute;n del Sult&aacute;n,
que no dej&oacute; de producir mal efecto entre las naciones extranjeras, en julio de 1844, T&aacute;nger es bombardeada por otra
escuadra francesa mandada por el pr&iacute;ncipe de Joiaville.
Por su parte Espa&ntilde;a se ve en la necesidad de enviar en
Octubre de 1858 una escuadra a T&aacute;nger para obtener pronta satisfacci&oacute;n a sus justas reclamaciones por el asesinato
de su agente consular en Mazag&aacute;n Victor Darm&oacute;n y los
diariosataques de los ind&iacute;genas a Ceuta. No habi&eacute;ndose
obtenido satisfacci&oacute;n adecuada el 22 de Octubre de 1859, Espa&ntilde;a declara la guerra a Marruecos a la que puso fin, despu&eacute;s de la sangrienta y victoriosa batalla de Uad-R&aacute;s, librada el 23 de Marzo de 1860, el Tratado de Paz del 26 de
Abril de aquel mismo a&ntilde;o.
Unos a&ntilde;os despu&eacute;s, en Mayo de 1865, se firm&oacute; en T&aacute;nger entre Espa&ntilde;a y dem&aacute;s naciones extranjeras de una parte y Marruecos de la otra un convenio en virtud del cual el
faro de Cabo Espartel empez&oacute; a funcionar el 10 de Octubre
del misino a&ntilde;o y cuyo convenio se basa en la conservaci&oacute;n
del referido faro bajo la soberan&iacute;a del Sult&aacute;n, con la garant&iacute;a de las potencias signatarias.
En vista de la dif&iacute;cil situaci&oacute;n porque atravesaba Espa&ntilde;a en 1868, los moros cre3'eron que se encontraba m&aacute;s
d&eacute;bil de lo que en realidad estaba y no prestaban atenci&oacute;n
a las justas reclamaciones que formulara por diversos e injustificados atropellos; por ello el 26 de Marzo de 1891 lleg&oacute;
a T&aacute;nger el Sr. Meny con las fragatas &laquo;Villa de Madrid&raquo; y
&laquo;Arapiles&raquo;, cuya visita y en&eacute;rgicas protestas dieron lugar a
la firma del protocolo de 11 de Junio de 1871. En 1877 y 79
se celebraron en T&aacute;nger conferencias de verdadera importancia entre los agentes diplom&aacute;ticos extranjeros y el representante del Sult&aacute;n Vargas, para regular el derecho que
aquellos ejerc&iacute;an en nombre de sus respectivos gobiernos
al proteger a los subditos de S. M. cherifiana arranc&aacute;ndolos a la jurisdicci&oacute;n marroqu&iacute; y someti&eacute;ndoles a la de la
naci&oacute;n protectora. No obstante la cr&iacute;tica situaci&oacute;n por que
atravesaba el Imperio el 22 de Septiembre de 1889, despu&eacute;s
de una larga expedici&oacute;n por el Mogreb, Muley el Hassan
visit&oacute; T&aacute;nger tribut&aacute;ndole los Representantes extranjeros
los debidos homenajes. Espa&ntilde;a envi&oacute; una e.scuadra con objeto de rendir testimonio de amistad al Sult&aacute;n y apoyar al
propio tiempo las reclamaciones antiguas pendientes y que
afortunadamente fueron resueltas satisfactoriamente. El 10
de Octubre sali&oacute; el Sult&aacute;n de T&aacute;nger y poco despu&eacute;s las
cabilas inmediatas se sublevaron contra el gobernador de
la ciudad y marcharon sobre ella, pero habiendo enviado
barcos de guerra las naciones extranjeras para proteger a
sus subditos, no sucedi&oacute; nada de importancia.
(Continuar&aacute;).
REVISTA
DE LIBROS
CARLOS DE F O U C A U L D . - R e n a t o Bazin.
Editorial Voluntad,—Madrid,—1926
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/
II AS comparaciones no son odiosas. De ellas resulta, al
i
contrario, una de las m&aacute;s caudalosas fuentes del co' * / nocimiento. Conocer, seg&uacute;n la vieja f&oacute;rmula aristot&eacute;lica, es distinguir, y para distinguir es preciso haber com
parado antes. El paralelo fu&eacute; la manera de contar vidas que
inmortaliz&oacute; Plutarco. El parang&oacute;n es arma 3^ gala de los escritos cl&aacute;sicos. La met&aacute;fora es la materia inmaterial con
que construye el divino arte de la poes&iacute;a. Practiquemos,
pues, de vez en cuando el fecundo ejercicio de la comparaci&oacute;n. Y si el santo del d&iacute;a es hoJ^ en este calendario bibliogr&aacute;fico, un dulce y sonriente misionero franc&eacute;s, pongamos
junto a su imagen, como dos cirios votivos, para alumbrarla mejor, para atizar con luces de fuera los contrastes de su
claroscuro, dos antiguas estampas espa&ntilde;olas. En cada una
un precursor: Al&iacute; bey el Abasi y el Hach Mohamed el Bagdad!. Un catal&aacute;n y un vasco.
Era entonces el e.st&iacute;o de 1803. Los ca&ntilde;ones de la alcazaba tangerina anunciaron la llegada del Sult&aacute;n Muley Solim&aacute;n. ID&iacute;as antes hab&iacute;a fondeado en la bah&iacute;a un falucho que,
salido en la ma&ntilde;ana de Tarifa, conduc&iacute;a a un caballero
oriental. El caballero pidi&oacute; y obtuvo audiencia del Sult&aacute;n.
La entrevista, pasada entre sorbos de t&eacute;—esta infusi&oacute;n importada muy poco antes al Imperio, adquiri&oacute; en &eacute;l con ins&oacute;lita rapidez ra&iacute;ces como tradicionales—fu&eacute; larga y tuvo
lugar en una de las torres de la alcazaba, desnuda de todo
adorno. El Sult&aacute;n vest&iacute;a con extremada sencillez, casi con
pobreza, era muy versado en ciencias cor&aacute;nicas, muy alto
y enjuto, pausado en el gesto, corto en el discurso, pero
atento y curioso. El caballero hablaba un &aacute;rabe pur&iacute;simo y
en un tono insinuante que captaba irresistiblemente la simpat&iacute;a. Ten&iacute;a empapadas las maneras en una cortes&iacute;a que,
sin dejar de acusar el limpio abolengo &aacute;rabe y la secular
tradici&oacute;n de los ma3rores, estaba temperada por el trato con
los pueblos cristianos. Los hab&iacute;a recorrido, abandonando
Alepo, su pueblo natal, en largo y bien logrado viaje de
estudios, y era—a la vista estaba la prueba de unos pergaminos venerables—Al&iacute; bey el Abasi, hijo de Otom&aacute;n, servidor de la casa de Dios, la prohibida y descendiente de
Abu-Abbas, el t&iacute;o del Profeta. Ali bej^ habl&oacute; al Sult&aacute;n menudamente de los negocios de Europa, de la revoluci&oacute;n que
hab&iacute;a destruido una de las m&aacute;s poderosas monarqu&iacute;as de
la cristiandad, del general mozo que se hab&iacute;a encaramado
sobre aquella ruina y que era con el buen suceso de sus
audacias, el m&aacute;s increible realizador de los sue&ntilde;os de la ambici&oacute;n, de la Inglaterra, encastillada en su fortaleza extracontinental y siempre tan disptiesta, sin embargo, a intervenir en las cuestiones de fuera, y de la Espa&ntilde;a que, un
tiempo, hab&iacute;a sido tierra fiel al profeta y que ahora, teniendo las costas tan pr&oacute;ximas que se ve&iacute;an desde la muralla,
estaba m&aacute;s distante para la relaci&oacute;n que los pueblos del
otro lado del desierto. Le habl&oacute;, adem&aacute;s, de los adelantos
de las ciencias f&iacute;sicas, que hab&iacute;an dado pasos de gigante
con las nuevas investigaciones; le explic&oacute; el manejo de algunos aparatos astron&oacute;micos; le cont&oacute; costumbres y rarezas de los europeos y, a grandes rasgos, su vida y sus prop&oacute;sitos: pensaba recorrer los pueblos musulmanes, y establecerse en el que m&aacute;s de su agrado fuera para favorecer a
sus compatriotas con los conocimientos adquiridos en las
universidades europeas. El Sult&aacute;n qued&oacute; complacid&iacute;simo
de la entrevista 5^, decidido a ganarse la amistad y la ajaida de un hu&eacute;sped tan ilustre, le invit&oacute; a Marrakech.
As&iacute; de feliz fu&eacute; la pritnera jornada del caballero en
Marruecos. Al&iacute; bey, h&aacute;bil y magn&iacute;fico, supo extremar sus
consecuencias. Durante dos a&ntilde;os largos vivi&oacute; en el Imperio disfrutando del m&aacute;s alto valimiento del Sult&aacute;n. Este,
para afincarle mejor, le regal&oacute; una hermosa propiedad, la
Somelalia, enM'dn-akech,y le hizo objeto de distinciones
tan singulares como la de concederle el uso del parasol rojo
que est&aacute; reservado a los pr&iacute;ncipes de sangre imperial. Al&iacute;
bey, en tanto, no permanec&iacute;a ocioso. Recorri&oacute; las principales ciudades del Imperio, estableci&oacute; su exacta posici&oacute;n geogr&aacute;fica, que antes en las cartas, estaba se&ntilde;alada por aproximaci&oacute;n con errores, a veces, de monta, reuni&oacute; gran n&uacute;mero de observaciones atmosf&eacute;ricas y copiosas informaciones relativas a la fauna y flora de Marruecos. (Era la &eacute;poca
en que toda la Europa inteligente herborizaba). Pero algo
misterioso hab&iacute;a en su conducta. Cuando vio in&uacute;tiles sus
esfuerzos para convencer al Sult&aacute;n de que cediera a Espa&ntilde;a dos puertos en el Mediterr&aacute;neo—de un lado el veto de
Inglaterra y de otro el deseo fracasado y veheinente que el
mismo Sult&aacute;n ten&iacute;a de recuperar los presidios de Ceuta \'
Melilla lo hac&iacute;an sencillamente imposible—empez&oacute; a buscar el contacto con el cherif Ahmed ben Musa, gobernador
independiente del Sus. Lleg&oacute; a un acuerdo con Sidi Haxan,
hijo de este poderoso y malcontento se&ntilde;or. La conspiraci&oacute;n
era audaz: con fuerzas espa&ntilde;olas que apoyar&iacute;an en el Sus
la rebeli&oacute;n de Ahmed ben Musa y que, por el Norte, desde
Ceuta, har&iacute;an un amago para distraer y dividir las huestes
del Mahzen, se destronar&iacute;a al Sult&aacute;n, ocupando en Marruecos su lugar el insumiso cherif, que firmar&iacute;a una alianza
con Espa&ntilde;a y ceder&iacute;a el reino de Fez a Ali bey, el cual rendir&iacute;a desde luego vasallaje a Carlos IV. La conspiraci&oacute;n
era audaz, como el conspirador. Un punto pareci&oacute;, tan maduros estaban los preparativos, que iba a tener buen t&eacute;rmino. Y se malogr&oacute;, sin embargo. Los refuerzos de Espa&ntilde;a
no llegaban; harto ten&iacute;a Godoy con atender la embrollada
pol&iacute;tica de Europa para meterse entonces, cuando se estaba
fraguando la jornada de Trafalgar en aventuras marroqu&iacute;es. El propio Al&iacute; bey, sin descender del alto sitial de su
privanza, empezaba a hacerse sospechoso en la corte del
Sult&aacute;n. Los que, en un principio, fueron s&oacute;lo envidiosos
de un prestigio tan grande como improvisado, los que se
cre&iacute;an postergados u oscurecidos, se tornaron enemigos
maldicientes y tenaces. Al&iacute; bey juzg&oacute; perdida la partida y,
viendo que el azar, antes propicio, se le volv&iacute;a contrario,
anunci&oacute; su deseo de cumplir el precepto cor&aacute;nico qu&eacute; alcanza a todo buen musulm&aacute;n de hacer la santa peregrinaci&oacute;n a la Meca. El Sult&aacute;n le vio partir con pena, por&eacute;iue,
noble de coraz&oacute;n e ignorante de cuanto contra &eacute;l se hab&iacute;a
urdido, amaba y admiraba al sabio pr&iacute;ncipe abasida, de
quien hab&iacute;a esperado sacar gran provecho para su imperio
y a quien parece que hasta fleg&oacute; a proponer la reconquista
de Espa&ntilde;a. Al&iacute; bey lleg&oacute; a Uxda con el numeroso s&eacute;quito
que conven&iacute;a a se&ntilde;or &quot;tan principal. All&iacute; le detuvieron las
noticias de la rebeli&oacute;n en Argel. Y cuando vacilaba entre
cambiar o intentar el pr03'ectado itinerario, fu&eacute; alcanzado
por tropas del Sult&aacute;n, que ven&iacute;an en su seguimiento, y que
le condujeron casi como a un preso, a Larache, donde le
embarcaron para Tr&iacute;poli, dejando en tierra a todos los servidores que le acompa&ntilde;aban. Viajeros muj' po,steriores dicen haber conocido a un nieto de Al&iacute; bej^ que era babuchero en Fez.
Pero la maravillosa aventura de Al&iacute; bey no terrnina
aqu&iacute;. Estuvo en la A&iacute;eca, tras largo y muy azaroso viaje.
Fu&eacute; luego a Constantinopla, donde la traici&oacute;n de un esclavo vengativo le denunci&oacute; al Div&aacute;n como presunto cristiano,
y tuvo que huir sin despedirse de nadie m&aacute;s que del &Eacute;rnbajador de Espa&ntilde;a. Atraves&oacute; la Turqu&iacute;a europea, Valaquia
y Alemania, y lleg&oacute; a Viena en 14 de enero de 1808, de
Honde se traslad&oacute; a Par&iacute;s y^luego, en mayo, a Baj'pna. Bayona era entonces el esce&ntilde;ario'de una magna intriga napole&oacute;nica. All&iacute; estaban Fernando Vil con su inquieto consejero Escoiquiz, lis Reyes padres, Godoy y, ofusc&aacute;ndolos a todos, el recien proclamado Emperador, de cu^^a voluntad parec&iacute;a pender la suerte de Espa&ntilde;a.
El fastuoso pr&iacute;ncipe musulm&aacute;n hab&iacute;a recobrado su verdadera personalidad. Era D. Carlos Bad&iacute;a y Lleblich, agente de Godoy. Se entrevist&oacute; con Carlos IV que, imponente y
abdicado, l&eacute; envi&oacute; a Napole&oacute;n. Este despu&eacute;s de una breve
conversaci&oacute;n recomend&oacute; a su hermano los servicios del
extraordinario personaje. Con el rey Jos&eacute; regres&oacute; a Espa&ntilde;a
Bad&iacute;a. Mientras llegaba ocasi&oacute;n de aplicar sus especial&iacute;simna aptitudes y su conocimiento de los pueblos musulmanes en empresas adecuadas, imposibles entonces, estando
Espa&ntilde;a, como estaba, sobre las armas y en rebeli&oacute;n, recibi&oacute; empleos de menor importancia. Fu&eacute; Intendente de Segovia y Prefecto de C&oacute;rdoba, donde las gentes le ten&iacute;an por
un hombre extra&ntilde;o y malvado, de quien se dec&iacute;a que era
jud&iacute;o y francmas&oacute;n. Con el rey Jos&eacute; sali&oacute; de E.spa&ntilde;a; su
afrancesamiento fu&eacute; de los que no obtuvieron, ni buscaron
el perd&oacute;n. En Par&iacute;s, donde estableci&oacute; su residencia, public&oacute; el libro de sus viajes, que dedic&oacute;, siempre corte.sano, a
Luis XVIII, el cual, poco despu&eacute;s, le confi&oacute; con objeto hov
desconocido, una segunda expedici&oacute;n a la Meca, en la que
encontr&oacute; la muerte &eacute;.ste estupendo aventurero de anta&ntilde;o,
a pocas jornadas de Damasco, de donde ya enfermo sali&oacute;,
desoj^endo los consejos de sus amigos que quer&iacute;an retenerle hasta que se restableciera.
Un nuevo viajero lleg&oacute; a T&aacute;nger en 1863. Por las trazas
era un renegado. Pero tambi&eacute;n esta vez hac&iacute;an fraude el
vestido y las apariencias, siquiera fuera con mm^ otras intenciones. El Hach Mohamed el Bagdadi se llamaba en Espa&ntilde;a D. Jos&eacute; Mar&iacute;a de Murga y Mugartegui y era ele noble
familia bilba&iacute;na. Hombre inteligente, observador y exc&eacute;ntrico, amigo de andanzas y aventuras, fu&eacute; oficial de H&uacute;sares, tom&oacute; parte en la guerra de Catalu&ntilde;a, pero cansado del
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servicio prefiri&oacute; separarse de &eacute;l y llevar una vida andariega, viajando por Europa. Asisti&oacute; a la guerra de Crimea, y
en ella al famoso y largo asedio de Sebastopol, aprendi&oacute; el
&aacute;rabe en Par&iacute;s, y excitado su apetito de aventuras por los
relatos de los oficiales vueltos de Marruecos, cuando la
guerra del 60, decidi&oacute; emprender una exploraci&oacute;n por tierras del Mogreb. La empresa segu&iacute;a siendo tan espinosa
como en los tiempos de Al&iacute; bey; pero como Murga no llevaba los ulteiiores fines pol&iacute;ticos, ni el embarazoso disfraz de
gran se&ntilde;or, que eligi&oacute; aqu&eacute;l, sino el modest&iacute;simo de renegado, y como era hombre de talento claro y de energ&iacute;a
nada com&uacute;n, afront&oacute; y venci&oacute; los riesgos y las dificultades
con que se tropez&oacute; en el camino. A Marruecos le llev&oacute; una
pura curiosidad, completamente desinteresada y especulativa, Y de Marruecos volvi&oacute; con un caudal de observaciones, que reunidas bajo el t&iacute;tulo de &laquo;l^ecuerdos marroqu&iacute;es
del moro vizcano&raquo;, han hecho un libro interesant&iacute;simo y
&uacute;nico en nuestra literatura anterior al protectorado. Prescindi&oacute; en &eacute;l de la geograf&iacute;a, d&aacute;ndola por sabida o por no
interesante, y concentr&oacute; su atenci&oacute;n en el estudio del panorama social clel Imperio, que pudo perfeccionar hasta donde quiso, gracias a que un disfraz como el que llevaba le
daba acceso a todas partes sin despertar sospechas. Y due&ntilde;o de una extensa cultura anecd&oacute;tica, concert&oacute; h&aacute;bilmente
sus observaciones en un ensayo Sobre las rasas que habitan en Marruecos, y sobre todo, en una curios&iacute;sima monograf&iacute;a. Los renegados, que es el mejor estudio que se ha escrito sobre este tipo social, tan escarnecido—y con r a z &oacute; n como interesante, puesto que durante siglos ha sido el &uacute;nico gui&oacute;n de enlace entre Espa&ntilde;a y Marruecos.
El Bagdady hizo en 1873 otro viaje por Marruecos, m&aacute;s
corto, porque &aacute; causa de grave enfermedad tuvo que terminarlo antes de lo que proyectaba, y cuando preparaba en
1876 una tercera expedici&oacute;n^ falleci&oacute; en C&aacute;diz sin haber podido ordenar, ni menos publicar la segunda serie de sus recuerdos, que ha quedado reducida, muerto &eacute;l, que era quien
&uacute;nicamente estaba en su secreto, a una abundante colecci&oacute;n de notas deshilvanadas y casi indescifrables.
Veinte a&ntilde;os despu&eacute;s, empez&oacute; su viaje el vizconde Carlos de Foucauld. H&uacute;sar como Murga y como &eacute;l separado
del servicio, eligi&oacute; tambi&eacute;n la entrada por T&aacute;nger y un
disfraz humild&iacute;simo: se visti&oacute; de jud&iacute;o. Pero los m&oacute;viles
que le llevaron a Marruecos eran m&aacute;s concretos y ambiciosos. Foucauld, que hab&iacute;a servido en Oran, cuando la sublevaci&oacute;n de Bu-Amama, conociendo el estado ca&oacute;tico del
Imperio, comprendi&oacute;, aunque quiz&aacute; fueran pocos los que
lo pensaran entonces en Europa, que no tardar&iacute;a en llegar
la intervenci&oacute;n francesa. Y quiso facilitarla. En el a&ntilde;o que
dur&oacute; su exploraci&oacute;n se atuvo principalmente a la geograf&iacute;a
topogr&aacute;fica o descriptiva. Los setecientos kil&oacute;metros de itinerarios marroqu&iacute;es que se conoc&iacute;an hasta entonces, fueron
escrupulosamente verificados por Foucauld, y acrecidos
con 2.000 m&aacute;s. Determin&oacute; 40 latitudes y 45 longitudes nuevas, estableci&oacute; 3.000 cotas, siendo as&iacute; que antes no llegaban
a un centenar las conocidas, y recorri&oacute;, desde el Rif &quot;hasta
el Sahara, todas las ciudades importantes de Marruecos,
entre ellas Xauen, en la que antes s&oacute;lo hab&iacute;a entrado un
europeo que no logr&oacute; volver. Su libro. Reconocimiento de
Marruecos alcanz&oacute; una merecida resonancia mundial, puede considerarse como el primer ensayo completo de una
geograf&iacute;a de Marruecos y ha servido muj^ considerablemente en las distintas fases de la ocupaci&oacute;n al mando franc&eacute;s, que ha podido comprobar la exactitud y meticulosidad
de los datos recogidos por Foucauld, tanto m&aacute;s admirables cuanto que ten&iacute;a que hacerlo a hurtadillas, usando de
unas libretitas que le cab&iacute;an dentro de la palma de la ma-
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no, y aprovechando los raros momentos en que estaba librede miradas indiscretas para usar los aparatos que llevaba
consigo.
He aqii&iacute;, en dibujo de trazo r&aacute;pido, las tres figuras.
Comp&aacute;ralas, lector. Bad&iacute;a es un aventurero. Pero en los
tormentosos albores de la edad contempor&aacute;nea es dif&iacute;cil
marcar la l&iacute;nea fronteriza entre el aventurero y el pol&iacute;tico.
&iquest;Qu&eacute; fu&eacute; Napole&oacute;n m&aacute;s que un aventurero genial con larga racha de fortuna? Murga es un curioso. Durante el siglo
XIX hay en Espa&ntilde;a muy pocos hombres dotados de esta
curiosidad trascendental. Es, pues, un caso excepcional y
famoso el de este Murga, diletantiy viajero. Foucauld es—
he limpiado la palabra antes de escribirla; no hajr en ella el
menor rastro de menosprecio—un esp&iacute;a. Espont&aacute;neamente
viene a abrir el camino de los ej&eacute;rcitos que le seguir&aacute;n. Y
lo hace con un desinter&eacute;s tan grande que, aunque piensa
en su patria, no excluye a las dem&aacute;s, y da los preciosos datos recogidos por &eacute;l con tan penoso esfuerzo a la luz p&uacute;blica. Es un esp&iacute;a de la civilizaci&oacute;n. Si se calibran las tres
empresas por los resultados obtenidos, la palma es para
Foucauld. Si se prefiere considerar lo pintoresco y lo picaresco y esa moderna actitud deportiva y antiecon&oacute;mica
que lleva, como en liviano trance de juego, a los mayores
riesgos y a los m&aacute;s duros esfuerzos, hay que escoger a
Murga. Pero si se quiere juzgar por la total cuant&iacute;a de la
haza&ntilde;a, por su audacia, y por lo cerca que tuvo de la mano
la increible quimera que so&ntilde;&oacute;, el primer viajero de Marruecos, en el tiempo y por la talla, es Bad&iacute;a.
Lo que pasa es que el reconocimiento de Marruecos es
s&oacute;lo un episodio de la vida de Foucauld. Y Renato Bazin—
no hay que olvidar que todo lo que va dicho es aderezo de
una nota biblioar&aacute;fica-ha hecho en su libro un retrato de
cuerpo entero. '
_ La Editorial Voluntad publica una Colecci&oacute;n Saulo.
Bajo el nombre pagano del fervoroso ap&oacute;stol, re&uacute;ne obras
y vidas de grandes^ convertidos. No pod&iacute;a faltar en una colecci&oacute;n as&iacute; la edificante y conmovedora historia del Padre
Foucauld. Contada por la vieja pluma francesa de Renato
Bazin, adquiere todo ef realce y todo el fervor que requer&iacute;a. Hay dos etapas en esta vida ejemplar y, entre ellas,,
una transici&oacute;n: el reconocimiento de Marruecos. En la
primera etapa, Foucauld es un arist&oacute;crata frivolo, snob,
epic&uacute;reo y mundano. A los veinticuatro a&ntilde;os le sobreviene
la primera crisis, la que le hace abandonar la vida in&uacute;til
que lleva, y emprender el azaroso camino de Marruecos.
Luego, a los veintis&eacute;is a&ntilde;os, la otra cri.sis, la honda, la definitiva, que le hace emprender el &aacute;spero camino de la santidad. Y desde entonces una vida de progresiva perfecci&oacute;n.
Primero en la Trapa de Nuestra Se&ntilde;ora d&eacute;las Nieves en
Francia y en la de Akb&eacute;s en el Asia Menor. Luego, depuesto
el h&aacute;bito trapense, en su af&aacute;n de acercarse m&aacute;s a Jesucristo
por la senda desnuda de la humildad, como simple criado
en los Conventos de Clarisas de J erusalem y de Nazaret. Y
por &uacute;ltimo, ordenado sacerdote en el Sahara, en Beni-Abb&eacute;s, en Hoggar, en Tamanraset, propagando la f&eacute; de Cristo,
no por la pYedicaci&oacute;n, sino m&aacute;s sencillamente por el ejemplo, hasta morir a manos de una banda de tuaregs, de
aquellos tuarees entre los que tan famoso era el nombre
del morabito cristiano que tantos beneficios y bondades
hab&iacute;a derramado entre ellos.
El pat&eacute;tico relato de una vida as&iacute;, hecho como est&aacute;
por pluma experta, es inevitablemente conmovedor. S&oacute;lO'
lunar en el libro, la traducci&oacute;n deb&iacute;a estar mejor trabajada
J. O. C.
SERVICIOS DIRECTOS
LINEA A CUBA-M&Eacute;JICO
Servicio mensual saliendo de Bilbao el d&iacute;a 16, de Santander el 19, de Gij&oacute;n el 20, de Coru&ntilde;a el 21 para Habana
y Veracruz. Salidas de Veracruz el 16 y de Habana el 20
de cada mes, para Coru&ntilde;a, Gij&oacute;n y Santander.
L&Iacute;NEA A PUERTO RICO, CUBA, VENEZUELA
COLOMBIA Y PAC&Iacute;FICO
Servicio mensual saliendo de Barcelona el d&iacute;a 10, de
Valencia el 11, de M&aacute;laga el 13 y de C&aacute;diz el 15 para Las
Palmas, Santa Cruz de Tenerife, Santa Cruz de la Palma,
Puerto Rico, Habana, La Guayra, Puerto Cabello, Curasao, Sabanilla, Col&oacute;n y por el Canal de Panam&aacute;, para
Guayaquil, Callao, Moliendo, Arica, Iquique, Antofagasta y Valpara&iacute;so.
L&Iacute;NEA A FILIPINAS Y PUERTOS DE CHINA Y JAP&Oacute;N
Siete expediciones al a&ntilde;o saliendo los buques de Coru&ntilde;a para Vigo, Lisboa, C&aacute;diz, Cartagena, Valencia, Barcelona, Port Said, Suez, Colombo, Singapore, Manila,
Hong-Kong, Shanghai, Nagasaki, Kobe y Yokohama.
AVISOS
LINEA A LA ARGENTINA
Servicio mensual saliendo de Barcelona el d&iacute;a 4, de
M&aacute;laga el 5 y de C&aacute;diz el 7, para Santa Cruz de Tenerife,
Montevideo y Buenos Aires.
Coincidiendo con la salida de dicho vapor lle^a a
C&aacute;diz otro que sale de Bilbao y Santander el d&iacute;a &uacute;ltimo
de cada mes, de Coru&ntilde;a el d&iacute;a 1, de Villagarc&iacute;a el 2 y de
Vigo el 3, con pasaje y carga general para la Argentina.
L&Iacute;NEA A NEW'YORK, CUBA Y M&Eacute;JICO
Servicio mensual saliendo de Barcelona el d&iacute;a 25, de
Valencia el 26, de M&aacute;laga el 28 y de C&aacute;diz el 30, para
New York, Habana y Veracraz.
LINEA A FERNANDO P&Oacute;O
Servicio mensual saliendo de Barcelona el d&iacute;a 15 para
Valencia, Alicante, C&aacute;diz, Las Palmas, Santa Cruz de
Tenerife, Santa Cruz de la Palma, dem&aacute;s escalas intermedias y Fernando P&oacute;o.
Este servicio tiene enlace en C&aacute;diz con otro vapor de
la Compa&ntilde;&iacute;a que admite carga y pasaje de los puertos
del Norte y Noroeste de Espa&ntilde;a para todos los de escala
de esta l&iacute;nea.
IMPORTANTES
Rebajas a familias y en pasajes de ida y vuelta.—Precios convencionalespor camarotes especiales.—Los
vapores tienen instalada la telegraf&iacute;a sin hilos y aparatos para se&ntilde;ales submarinas, estando dotados de los
m&aacute;s modernos adelantos, tanto para la seguridad de los viajeros como para su confort y agrado.—To&aacute;oslos
vapores tienen m&eacute;dico y capell&aacute;n.
Las comodidades y trato de que disfruta el pasaje de tercera, se mantienen a la altura tradicional de la
Compa&ntilde;&iacute;a.
Rebajas en los fletes de exportaci&oacute;n.—La Compa&ntilde;&iacute;a hace rebajas de 30 &deg;/o en los fletes de determinados
art&iacute;culos, de acuerdo con las vigentes disposiciones para el Servicio de Comtinicaciones Mar&iacute;timas.
SERBVICIOS
COMBINADOS
Esta Compa&ntilde;&iacute;a tiene establecida una red de sei vicios combinados para los principales puertos, servidos
por l&iacute;neas regulares, que le permite admitir pasajeros y carga para;
Liverpool y puertos del Mar B&aacute;ltico y Mar del Norte.—Zanz&iacute;bar, Mozambique y Capetovyrn.-Puertos
del Asia Menor, Golfo P&eacute;rsico, India, Sumatra, Java y Cochinchina.—Australia y Nueva Zelandia.—lio lio,
Ceb&uacute;, Port Arthiir y Vladivostock.—Nevsr Orleans, Savannah, Charleston, Georgetown, Baltimore, Filadel&ntilde;a, Boston, Quebec y Montreal.—Puertos de Am&eacute;rica Central y Norte Am&eacute;rica en el Pac&iacute;fico, de Panam&aacute; a
San Francisco de California.—Punta Arenas, Coronel y Valpara&iacute;so por el Estrecho de Magallanes.
SERVICIOS
COMERCIALES
La Secci&oacute;n que para estos servicios tiene establecida la Compa&ntilde;&iacute;a, se encargar&aacute; del transporte y exhibici&oacute;n en Ultramar de los Muestrarios que le sean entregados a dicho objeto y de la colocaci&oacute;n de los art&iacute;culos cuya venta, como ensayo, desean hacer los exportadores.
EDITORIAL &laquo;H&Eacute;RCULES&raquo;
&raquo;-CEUTA^
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