denominarse verdades evidentes por sí, son las verdades que

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denominarse verdades evidentes por sí, son las
verdades que enuncian simplemente lo que es
dado a la sensación, las que tienen que ver con
ciertos principios abstractos lógicos y aritméticos,
y, aunque con menos certeza, las que tienen que
ver con proposiciones éticas.
El conocimiento derivado de verdades
comprende todo lo que podemos deducir
de las verdades evidentes por sí, mediante
principios de la deducción evidentes por sí.
Como el conocimiento de verdades depende
de nuestro conocimiento intuitivo, del mismo
modo que hemos considerado la naturaleza
y el alcance del conocimiento directo, es muy
importante considerar la naturaleza y el alcance
del conocimiento intuitivo
Para descubrir si una proposición se refiere
a universales o particulares es necesario
preguntarnos qué palabras es preciso entender
o qué objetos debemos conocer directamente,
para ver lo que significa la proposición. Una vez
advertido lo que significa la proposición, aún
no sabiendo todavía si es verdadera o falsa, es
evidente que debemos tener un conocimiento
directo de las cosas, cualesquiera que sean, a
las cuales se refiere realmente la proposición, es
decir, si se refiere a universales o a particulares.
Al desarrollar el Conocimiento347
Para el progreso del Conocimiento, además
de adquirirlo y participarlo, hay que comunicarlo
correctamente, usando las Categorías apropiadas
correctamente, que no sólo es gramatical, sino
también epistemológico y ontológico.
En el uso gramatical, que se refiere a la forma
como se construyen las proposiciones, la carga
cogni/cognoscitiva de una oración se centra en su
predicado, ya que el sujeto sólo sería cognoscible
a través de su (s) predicado (s); de ahí que, según
Aristóteles, sólo podrían ser sujetos términos
singulares.
En el ámbito epistemológico, que es del
conocimiento sobre lo que hay, es importante
estar en condiciones de diferenciar y aplicar los
términos “particulares” y “universales”, ya que con
base en el contenido de los conocimientos es
necesario adelantar un proceso de abstracción para
poder definir, clasificar y realizar construcciones
epistemológicas, las que, según John Locke, se
hacen recurriendo sólo a conceptos (categorías)
universales.
En la dimensión ontológica, que se refiere
a todo lo que hay en el mundo, el progreso del
conocimiento requiere que se sepa qué términos
designan objetos y, consecuentemente, qué
objetos hay en la realidad, lo que sólo es posible
mediante el uso de conceptos (categorías)
universales. Por ejemplo, la manera más científica
de definir la Especie “Hombre” no es tomando de
uno de sus individuos su experiencia privada, o
sus características personales, pensando que así
tendríamos elementos de juicio suficientes para
dar una idea correcta de los que es el “Hombre”.
Los “Universales” son útiles en el estudio de
los procesos de formación y formulación de
las Nociones, los Conceptos, las Categorías, la
Definición, la División y la Clasificación.
Veremos cómo opera y cuál es la verdadera
incidencia en dichos procesos del problema de
la concepción de los “universales” (conceptos
generales), y qué tan real es que el progreso
del Conocimiento y el salto del Lenguaje a la
Comunicación se ha debido o a los Particulares
o a los Universales (los términos designan los
conceptos), o si esto es un simple problema
artificioso que nada tendría que ver con el
problema del Conocimiento, el Lenguaje y la
Comunicación.
Además, si el conocimiento ha progresado por
comunicarse mediante procesos de abstracción
que van de Universales a Universales, de Especies
a Géneros, o si también se ha debido a procesos
de abstracción que ascienden de individuos
(particulares) a Especies y Géneros (universales).
Pero, si el problema de los “Universales” no
es tan trivial, aún restaría esclarecer en qué
medida ha servido para fundamentar el progreso
del Conocimiento, el salto del Lenguaje a la
Comunicación y el desarrollo del mismo concepto
de Hombre; si ello es debido a los Particulares
o a los Universales, o uno y otro, puesto que
tampoco nadie en sus cinco sentidos diría que el
uso de los Particulares no tendrían que ver con el
Conocimiento.
Una proposición se refiere a universales o
particulares. Para descubrir si una proposición se
refiere a universales o particulares es necesario
preguntarnos qué palabras es preciso entender
o qué objetos debemos conocer directamente,
para ver lo que significa la proposición. Una vez
advertido lo que significa la proposición, aún
no sabiendo todavía si es verdadera o falsa, es
347 Signo y Pensamiento. Blasco, Grimaldos y Sánchez; Ariel, España, 1999, págs. 39-46
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