Visión del Hombre y de Dios

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LA VISION ORTODOXA
SOBRE DIOS
Y EL HOMBRE
Por : S.E. Monseñor George Khoder.
Metropolita de Monte-Líbano
PROLOGO
Este estudio fue entregado en un ciclo
pedagógico, preparado por el Movimiento de Juventud
Ortodoxa en Beirut, Líbano, para sus miembros, en el
Verano de 1960 y se puede encontrar en la revista
“AL NUR”, Nº 9 y 10 del mismo año.
Lo traduje por su importancia y porque su
validez es la misma a través del tiempo.
Este estudio existe para nuestros creyentes,
como para los que buscan a Dios. No es un trabajo
perfecto y quizás pueda iluminar algunos puntos
obscuros en nuestra mente y en nuestra fe. Espero
que pueda ser útil como lo fue para mí, este, mi primer
y humilde regalo para la juventud, especialmente.
Especial agradecimiento para Jorge Suez, el que
me ayudó en cada letra de este folleto, y al Doctor
José Elías A. quien lo revisó.
Orando a Dios para que ilumine nuestros
caminos, por siempre. Amén.
Rev. Padre Georges Abed.
Santiago de Chile - Agosto de 1991
1
LA VISION ORTODOXA SOBRE DIOS Y EL SER
HUMANO.
INTRODUCCION :
Lo que distingue la Ortodoxía de otras, es su
propio concepto sobre Dios y el ser humano, el Universo
y sus relaciones. Llegamos a ser diferentes después
del Cisma. Diferentes, a nuestro entender, en la relación
entre el ser humano y Dios. La diferencia en el dogma
hace la diferencia en la espiritualidad y en la
metodología. Mencioné “visión”, y visión significa fe y
el objeto de la fe cristiana no es solamente Dios, sino
también el Hijo Encarnado, siendo objeto durante la
Encarnación, el ser humano que también está en el
Cosmos.
Hay una visión religiosa sobre la naturaleza del
ser humano y su relación con la gracia y un concepto
religioso sobre la función del Cosmos y su destino.
Dijo el Apóstol San Pablo: “ Tenemos la mente de
Cristo”. ( 1 Corintios 2:16). Tenemos la visión de Cristo
sobre los seres. Esta es la visión de la fe viva. Y como
dijo Evagrios: “Quien no ha visto a Dios, no puede
hablar sobre El”, lo que significa que la fe hace esta
convivencia con Dios; el ser humano roza con las
metodologías de Dios y las capta por una fuerza que
esta sobre todo entendimiento. Esa no es la fe que
comenzó como conocimiento, sino que es una
experiencia profunda, según las palabras de
San Gregoriano de Nisa: “El Ser Coordinador Dios- transforma al ser creado a lo que era antes, en
la naturaleza”.1
La armonía entre nosotros y Dios se cumple
cuando adoptamos Sus métodos2 y Su naturaleza,
haciéndonos ver la existencia como El la ve. Esto ya
está en la oración, según las palabras de Evagrios:
“Si eres teólogo orarás de verdad , y si oras, eres
teólogo”. Este conocimiento fundamental nos
transporta a la profundidad de Dios y por ende, al ser
humano. No son opiniones sobre Dios, sino que es la
vida de Dios en nosotros. Y de esta manera dijo el de
Nisa: “Los conceptos fundan ídolos que reemplazan a
Dios; el éxtasis sólo capta algo”. Es la visión del
extasiado frente al sacramento.
El concepto mental, por sí solo, degrada el
sacramento, pero con la visión espiritual nos
asombramos, encontrándose ésta en el hombre desde
sus orígenes, porque “el hombre, en su estructura,
enfrenta el misterio de la teología” como dijo San Fotios
el Grande.
Alejo a todas las existencias de Dios y de las
características de las existencias; entonces avanzo
hacia El, hasta llegar a la ignorancia total, a la oscuridad
donde habita Dios. Entonces lo conozco por el amor.
Sin duda, también existe la metodología o vía Afirmativa,
la metodología de las Actitudes, como la llaman los
Santos Padres, en la cual, descendemos de las altas
órdenes a las bajas y existe la metodología Abstracta,
donde ascendemos de lo que existe a lo Divino, lo
incomprensible. De esto último, Dios no es uno ni es
unión. Está por sobre la diferencia entre uno o varios.
Es el Altísimo. Es la Trinidad y la Trinidad no es un
concepto matemático. Es Dios que aparece a nosotros
como tres hipóstasis. Es la cara que se expresa a sí
misma al hombre. Esta es la forma en que El quiso
conectarse con el hombre, pero no podemos decir que
Dios es uno o que Dios son tres en sí mismo. Dos no
es uno y tampoco es dos; no es tres ni es cuatro. Todo
concepto matemático no calza con EL.
Un musulmán dialogaba con un cristiano,
inmediatamente después de la aparición del Islam en
Siria, (alrededor año 700), sobre la naturaleza de Dios
dijo el cristiano: “La trinidad que tenemos no es
matemática; aunque el unitarismo puede ser
matemático. Dios no es uno ni es tres. Dios es no-es...
no hay cosa semejante a El”.
Los Padres Capadocios, como San Basilio el
Grande y Gregorio de Nicea lucharon contra Eunomios
porque dijo que la esencia de Dios, las esencias
creadas, pueden conceptualizarse. En todas las cosas
hay una base incognoscible y, al fin, nuestra visión de
las cosas mismas, especialmente la de las personas
es una visión mística o secreta. Si todas las cosas están
rodeadas de secretos,¡¿Cómo, entonces para al
gente?!. Por esto, la ciencia comprende sólo las cosas
superficiales del Cosmos. La visión espiritual ascética
sobre una cosa y sobre el hombre, es la última visión.
Los conceptos que nos formamos sobre Dios, de
acuerdo a nuestra mente humana y con el apoyo de la
imaginación racional pura, son todos ídolos; entonces,
el alma avanza de un concepto al otro como la novia
en el Cantar de los Cantares que llama al que no puede
llegar a ella, sabiendo que la unión no tiene fin y la
progresión no tiene límites.
Gregorio El Teólogo, en sus palabras sobre
Moisés dijo: “Estaba creciendo para conocer a Dios,
entonces me separé de la materia y de todo lo corporal.
El hombre es instintivo a las divinidades
porque lleva la imagen de Dios. Dios se asemeja al
hombre, como dice San Gregorio de Nicea y nosotros
somos la descendencia de Dios, como dice en los
Hechos de los Apóstoles. El hombre esta cerca de Dios.
Por este motivo, la revelación divina habla sobre las
cosas de Dios que solamente Su espíritu escudriña y
nosotros recibimos este Espíritu, como dice el Apóstol
“para conocer las cosas dadas a nosotros por Dios”.
Por lo que tenemos de semejanza a Dios
podemos recibir lo que enseña el Espíritu Santo; si no
tuviéramos esa semejanza, entonces el Espíritu planta
en tierra infértil. Entonces, sin Dios, la mente llega a
ser semejante a la de los animales y a la de los diablos.
Y con este don divino, que está en nosotros, podemos
formar una visión sobre Dios.
CAPITULO I :
LA VISION ORTODOXA SOBRE DIOS
Podemos hablar sobre Dios afirmativa y
negativamente. Puedo decir: ¿Qué es Dios?, ¿Cuáles
son Sus características? y puedo decir: ¿Qué no es
Dios?
Dios está detrás de todas las existencias;
entonces lo conozco comparándolo con las existencias
y también lo conozco si niego lo inferior a El. Afirmativa
y negativamente lo conozco.
1- LA TEOLOGIA NEGATIVA (APOFATICA)
Yo niego la totalidad de los seres, desde las
bajas hasta las altas especies. Lo niego todo para
acercarme a lo desconocido en la profundidad de la
total ignorancia. Al negar todas las cosas (tangibles e
intangibles), puedo unirme con lo que está sobre todo
ser y todo conocimiento. Con la purificación y la
santificación, llegamos a las tinieblas que son habitadas
por Aquel que está fuera de toda la existencia. Estamos
con Dios por sobre toda comprensión y visión.
El hombre, en este caso, es extraño de todas
las cosas e incluso de sí mismo y está unido por lo
mejor que tiene; unido con lo que está por sobre de
todo conocimiento. Esto es lo que se llama: “LA
TEOLOGIA NEGATIVA”.
2
Uní mi alma lo máximo que pude en mi interior y avancé
hacia la cima de la montaña. Pero cuando abrí mis
ojos, con dificultad pude verlo de espaldas porque esta
cubierto con la piedra, que significa la humanidad del
Verbo Encarnado por nuestra salvación. No pude
contemplar la Primera Naturaleza Purificadora (que
no es conocida sino por sí misma, que significa la
Santísima Trinidad) porque no podía contemplar lo que
está detrás del primer velo cubierto por los querubines,
pero pude ver que descendía a nosotros la esplendor
divino que se hace a sí mismo visible en las criaturas”.
La Teología, en esta parte, no es conocimiento
sobre Dios, sino experiencia supra-mental; por esto,
no es teólogo quien solamente tiene un diploma de la
Facultad de Teología. Es negación de toda teología
mental pura, que conceptualiza a los sacramentos del
Reino por la mente humana. El teólogo es un hombre
de renovación. El camino de hablar sobre las
divinidades es la deificación misma. Por esto la Iglesia
Cristiana no dio el nombre de teólogo a los que
entraban a las Facultades universitarias, sino solamente
a tres: El Apóstol Juan, Gregorio Nazianceno y Simeón
el Nuevo Teólogo.
Si dijimos que Dios es conocido mediante la
progresión hacia El, y el conocimiento es místico,
interior e integrado pero no mental, entonces debemos
confesar que el rol de la Teología Afirmativa, nos hace
decir que Dios es bueno o que Dios es grande.
a contemplar en el Supra-mental. Por esto, si
pensábamos que Dios es grande en la manera de los
“grandes” de la historia o que Dios es bueno, pero su
bondad es mayor que la nuestra, estamos errados.
Dios es bueno o amante ... pero en una forma que
supera ampliamente a la mente.
Por ello, estos nombres, estos adjetivos no son
más que caprichos, escalones para que progresemos
sobre ellos en el camino de la imaginación y del
pensamiento para llegar... a las tinieblas, a la unión ,
al ajuste. Esto es lo que nos lleva a observar que en
la Biblia hay versos que nos hacen decir que Dios es
alcanzable y otros que nos dicen que Dios es
inalcanzable.
3- LA CONTRADICCION EN LA DOCTRINA:
Si quieren entender completamente alguna cosa
sobre el Cristianismo, deben saber que todas las
doctrinas del Cristianismo son contradictorias.
Decidimos que Dios es uno y decidimos que Dios es
trino. Decidimos que Dios es alcanzable y decidimos
que Dios es inalcanzable al mismo tiempo.
Esto no es oposición sino contradicción.
Estas cosas deben decidirse al mismo tiempo y
si se dijeron juntas, entonces la verdad está en su unión.
La verdad está en la unión de los dos contrarios,
pero la unión entre ellos no es posible para el ser
humano en el nivel mental, sino por sobre la mente;
con el sentido espiritual, con la experiencia unitaria,
con la vivencia del amor entre nosotros y Dios.
La Iglesia es visible e invisible. Esto también es
una proclamación teológica contradictoria. Los
sacramentos de la iglesia son materiales e inmateriales
a la vez. ¿Cómo se une la materia a lo que no es
materia?. El ser humano común (yo y ustedes) es
conocido y desconocido. No lo conocemos, al fin, y en
las cosas que conocemos sobre él siempre hay algún
elemento desconocido. Y este elemento desconocido
en el ser humano no se expresa, no es posible
entenderlo si no nos unimos con esta persona y
llegamos a ser en ella y ella llega a ser en nosotros.
El conocimiento, por fin, no es simplificación,
no es explicación. La explicación no transmite
conocimiento; la explicación sólo transmite símbolos
sobre el sujeto que queremos conocer. Estos símbolos
pueden transportar al ser humano al interior del sujeto,
al interior de la persona o al interior de Dios.
2- LA TEOLOGIA AFIRMATIVA (CATAFATICA)
Es una escala descendente. Son las
manifestaciones de Dios para nosotros; por esto,
podemos decir algo sobre El. Pero, como dijo Dionisio
El Areópago: “En la Encarnación del Cristo, la supraesencia se manifestó en la esencia humana, pero
permanece escondida durante esta manifestación e
incluso después de ella...”.
La Divinidad, que supera la esencia en el Cristo,
permanece oculta después de la Encarnación, incluso
hasta la manifestación o en esta manifestación misma.
Las manifestaciones divinas muestran a Dios no como
el que es. Los nombres de Dios, por ejemplo, los
adjetivos de Dios no son informaciones mentales o
conceptos que nos muestran a ciencia cier ta la
naturaleza de Dios, sino que son imágenes (Dios es
bueno, grande o manso) o buenas opiniones para que
conceptualicen nuestros poderes mentales y nos guíen
3
4- ¿ES POSIBLE CONTACTARSE CON DIOS?
¿Cómo relacionarse con Dios?. El Apóstol Pedro
dice: “Somos partícipes de la naturaleza divina”.
Entonces, hay una posibilidad cierta de conexión.
Nosotros sabemos que no podemos llegar a la
esencia divina o a ser hipóstasis divinas, porque el
abismo se encuentra entre el Creador y la criatura. Y
el creado, es creado para la eternidad y no va a ser
un dios en su naturaleza, en su esencia. Pero, a pesar
de esto, dice el Apóstol que par ticipamos de la
naturaleza divina.
De aquí comenzó, con los Santos Padres en su
época de oro desde el siglo II con Ireneo, este dogma
que conocemos decidido en el siglo decimocuarto el
cual dice que Dios tiene una esencia y energías . En su
esencia, Dios no es participado; no participamos en
El; porque si lo hiciéramos nos trasladamos y
llegaríamos a estar en esta esencia, por lo tanto no
somos creados. Pero en Dios hay algo, ciertamente lo
que participamos.
Dijo San Basilio: “Si las energías de Dios
descienden a nosotros, al mismo tiempo, su esencia
es inalcanzable”. Dios derrama sobre nosotros algo
de El, para que podamos unirnos con EL. Por esto, lo
que Dios derrama sobre nosotros y nos llena es lo
que llamamos Sus energías y esto es lo que el Antiguo
Testamento y en toda la Santa Biblia mayormente se
llama: “La Gloria de Dios”. La Gloria de Dios aparece
de EL, hacia afuera de la Trinidad. Y ésta es la luz de
la Transfiguración. Esta luz que transfiguró al Cristo
en su humanidad era el resplandor de Dios sobre la
naturaleza humana del Cristo, era de Dios mismo. Los
justos brillan como el Sol, dice el Evangelio de San
Mateo. Si el asunto es de otra manera, si Dios no
derrama sobre nosotros de Sí mismo, entonces no
somos partícipes con El.
Tomás de Aquino y después de él, toda la
teología occidental mayormente, dice que la gracia
divina es creada tal como el Cosmos material.
Dice además, que la luz de la Transfiguración
es creada.
Si es de esta manera, entonces no hay ningún
puente entre nosotros y Dios. Si la gracia de Dios que
está en nosotros es un acto divino y no es Dios mismo,
entonces no estamos con Dios y el abismo está
eternamente entre nosotros y El. Por esto, la gracia
que está en nosotros debe ser de Dios mismo, lo que
significa que es una corriente, energía, descendida de
El, proveniente de su mayor profundidad. Debía ser
de El y, al mismo tiempo, no debía ser de su esencia.
No ser de su esencia: ésta es la contradicción en este
dogma. Entonces, podemos par ticipar con Dios,
participarlo en la profundidad de su vida interior,
participarlo todo, tomar todo de El y llenarnos de Toda
Su vida. Esto es una obligación para que la Encarnación
tenga significación; y también era necesario que Dios
sea inalcanzable en su esencia.
En Occidente hablaron sobre la naturaleza y
sobre la supra-naturaleza. Dijeron que el primer ser
humano, en su naturaleza, fue creado y que Dios
agregó Su gracia sobre él, como un don ajeno a la
naturaleza humana. Entonces el hombre pecó; su
naturaleza permaneció en el , pero el don, la supranaturaleza (ajena) fue sacada de él.
En Oriente no hay naturaleza y supranaturaleza. En Oriente hay Creador y Creado; pero el
creado, en su naturaleza es divino, en su naturaleza
es portador de la imagen de Dios. La naturaleza
humana misma es innata sobre las divinidades. Por
esto, después que el ser humano peca, no se aparta
de su naturaleza, sino que llega a estar por debajo de
su naturaleza. La naturaleza original en él se desfigura
y el pecador no está en su naturaleza original. Las
criaturas existieron por un rayo divino, ( y esto crea
grandes diferencias entre la Teología del pecado y la
Teología de la salvación), y la energía de Dios conectó
con lo que no era dios en las criaturas. Este mundo, el
exterior, no procede de las energías divinas, sino que
sale de ellas por medio de un hecho de la voluntad de
Dios.
Esta es la diferencia entre: el Nacimiento del
Hijo y la Procedencia del Espíritu (los dos) del Padre,
y la aparición de las criaturas.
Si las criaturas salían de la Gloria del Dios o de
Sus energías, por sí mismas, automáticamente eran
iguales al Hijo y al Espíritu Santo. Pero, por la voluntad
de Dios, salen las criaturas de Sus energías o de Su
Gloria.
4
CAPITULO II:
LA VISION ORTODOXA SOBRE EL SER HUMANO
por el amor. Cada ser está en un movimiento hacia
Dios. Cada ser está conectado con El. Este es Su
pensamiento, “EL VERBO” que está en cada cosa es
Su pensamiento, su ejemplo. Y todos los ejemplos de
las criaturas están en el “DIVINO VERBO”, que es la
expresión de Dios. Por esto, el ser humano puede
avanzar desde el misterio de las bajas criaturas hasta
el misterio de Dios. Actualmente el ser humano es el
centro de estos seres. El nombre del ser humano no
calza sobre el alma o el cuerpo separados, sino que
sobre ambos porque están creados a imagen de Dios,
como dice San Gregorio Palamás.
El ser humano no es el alma y el cuerpo
separados sino que es el alma y el cuerpo juntos ya
que ambos se crearon a imagen de Dios. Y la imagen
de Dios en el ser humano no se define ni se expresa
verdaderamente. Si Dios no se expresa, entonces, su
imagen tampoco se expresa.
1- LA CREACION DESDE LA NADA
La Creación, crear al ser humano y al Cosmos,
es de la fe y no de la filosofía. La filosofía no enseña
sobre la Creación. Ustedes saben que en la Filosofía
Helénica no hay huellas del dogma de la Creación, sino
que los dioses construyen este Cosmos a partir de
una materia anterior. Por esto dicen que Dios es el
Gran Arquitecto del mundo, como dicen, por ejemplo,
los masones. Esto es del Helenismo y no del
Cristianismo, porque Dios es el Creador del Cosmos.
El Cosmos salió de la nada; y esto, como dije es
de la fe y tiene principio.
Dios creó el Cosmos en el pensamiento y el
pensamiento viene a ser una acción, como dice San
Juan Damasceno: “Dios contempló en las cosas y las
imaginó en su pensamiento y cada ser adquirió su
existencia en un tiempo determinado según Su
pensamiento deseado, el que es su definición, imagen
y ejemplo anterior”. Esto es lo que dice el Damasceno.
Los seres, los pensamientos de las cosas, las
imágenes de las cosas, no están en la esencia divina,
sino en las energías divinas que emanan de ella.
Si el mundo era, como dice San Agustín, en la
esencia divina como un pensamiento, una idea anterior
de la Creación, entonces el mundo era Dios. El mundo
no puede estar en la esencia de Dios. El mundo puede
estar en las energías que emanan de El, aunque
emanan de Su profundidad misma. En estas energías,
el mundo fue producido no por sus hechos, sino por
una voluntad divina, por un objetivo divino y no procede
de la esencia divina.
Estos
“pensamientos
deseados”,
pensamientos sobre el mundo no son las cosas mismas.
Pero cada cosa en este mundo, cuando fue creada
por pensamiento deseado de Dios, contesta al amor
divino según su naturaleza. Y aquí nos reunimos con
algunos helénicos. Cada cosa en el mundo contesta al
amor de Dios, pero cada cosa según su especie.
3- EL SER HUMANO, TODO ES A IMAGEN DE DIOS
El ser humano creado, Adán, no es un hombre
individual especial, sino es el ser humano cósmico, el
ser humano universal. La gracia de la imagen divina
llegó sobre toda la generación humana y se puede
decir, la generación humana entera reunida es la
imagen de Dios. El ser humano constituido a imagen
de Dios es la naturaleza toda.
Esto, el ser humano total, universal, general,
carga la genealogía de Dios. Verdaderamente la imagen
se cumple en nosotros si la naturaleza que está en
nosotros llega a ser parecida a Dios y adquirió todos
los bienes divinos. La gente tiene una naturaleza en
hipóstasis humanas diferentes. La imagen de Dios se
cumple en nosotros si nos unimos mutuamente. Se
cumple en nosotros si nos amamos mutuamente. Por
esto, no llegamos a ser un cuerpo humano completo,
integrado, si no llegamos a ser un cuerpo en amor.
Por esto, la Iglesia, que significa la humanidad
redimida, perfecta, cósmica, la Iglesia, al fin es la imagen
de Dios. Por esto la Iglesia es el cuerpo de Dios, es la
continuación de Dios en la existencia, es la verdadera
figura de Dios.
2- EL SER HUMANO
El ser humano, actualmente, reacciona al amor
de Dios más que todas las criaturas. Por esto, puede
decirse que todas las criaturas están entrelazadas
mutuamente desde las bajas hasta las altas especies
4- EL PECADO Y LA CAIDA
EL ser humano es una persona libre frente a
Dios y su meta llegar a ser un dios.
5
Dijo San Basilio El Grande: “El ser humano
recibió una orden de Dios para que llegase a ser un
Dios”.
Pero puede negar la voluntad de Dios. A pesar
de esto, la imagen de Dios permanece en nosotros,
porque si se va... estamos acabados y no tenemos
existencia. Por el pecado llegamos a ser diferentes a
la imagen de Dios. Entonces, ¿a imagen de quién vamos
a ser semejantes? Si esta imagen se va totalmente por
el pecado, desaparecemos porque nos sostenemos
solamente en El y con El, y El es nuestra significación.
La imagen puede velar se, confundirse,
deformarse. Esto sucede con el pecado. Pero el ser
humano fue creado perfecto, lo que no significa que
estaba muy cerca de Dios.
Fue creado perfecto en el nivel humano, lo que
quiere decir que el ser humano tenía la capacidad para
unirse con la divinidad.
Pero debía llegar a ser un Dios por la gracia,
debía explotar la imagen de Dios en él para hacerla
similar al Creador.
Dicen los Santos Padres, que el ser humano
perdió la similitud con Dios, perdió la movilidad hacia
EL. La imagen, si quieren, es la imagen latente, la
similitud o el símbolo, que es un elemento dinámico,
que se mueve hacia Dios. La movilidad hacia Dios es
detenida por el pecado, pero la imagen permanece
aunque desfigurada.
Los Padres divergieron al definir los elementos
de este ser humano. Algunos dicen que es alma, espíritu
y cuerpo. Y la verdad es que la diferencia es nominal y
no real. El Apóstol San Pablo habló sobre alma, espíritu
y cuerpo. En verdad, quienes hablan sobre el Espíritu
en el ser humano, como diferenciado del alma, sólo
procuran el más alto nivel en el alma, en los niveles
donde se conecta con la divinidad.
Queda claro del Apóstol, y del Nuevo Testamento
mayormente, que todo el ser humano es alma y cuerpo
y si este ser humano cósmico está bajo la influencia
del Espíritu Santo, entonces se llama espíritu. En este
ser humano, entro el mal por su propia voluntad. El
pecado hizo enfermar a la voluntad y el hombre pensó
que el fantasma del Bien era el Bien; que la sombra
del Bien era el Bien; la imagen caricaturizada del Bien
era el Bien. Y esto es la instigación en el pecado.
Anhelamos lo que consideramos bueno en el momento
que lo deseamos.
El pecado entró en el mundo por Satanás que
quiere la nada misma por voluntad ajena al ser humano;
el pecado es trasgresión, y en una manera más
profunda, el pecado significa que transgredamos la
naturaleza anhelante en nosotros hacia Dios.
Bloqueamos el camino de la gracia y cerramos la puerta
a la luz divina. Entonces, en lugar de que Dios sea
nuestro único polo, el pecado llegó a ser otro polo en
nosotros.
5- EL CRISTO ES EL SALVADOR
El ser humano fue quien abrió el infierno a la
criatura; la Creación llegó a estar en una obscura noche
y la gracia llegó a ser extraña para el hombre.
En el Antiguo Testamento, las civilizaciones
paganas dejaron huellas creadas en el alma, pero el
ser humano no las adoptó personalmente, porque el
Espíritu no había llegado.
Adán fracasó y debía, el nuevo Adán, venir para
la salvación y la deificación. Al final, el nuevo Adán es
el punto de unión entre Dios y el ser humano.
El Cristo Jesús es el único Ser por el cual
podemos, divisar qué es el ser humano y qué es Dios,
porque el Cristo es el único humano perfecto y Dios
perfecto.
Por El, la Gloria en nosotros eternamente.
Amén.
(1) La naturaleza antes de la caida.
(2) En forma de actuar.
ESTA EDICIÓN HA SIDO PREPARADA COMO COMPLEMENTO A
LA CONFERENCIA SOBRE LA EVOLUCIÓN Y LA CREACIÓN,
EFECTUADA EL 19 DE JULIO DE 2006 POR EL
PADRE FRANCISCO SALVADOR.
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