Semana #14 Beneficios de tener un Maestro viviente El beneficio de

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Semana #14 Beneficios de tener un Maestro viviente El beneficio de la iniciación Sant Darshan Singh Ji Maharaj Introducción: Los Maestros espirituales otorgan muchos beneficios al mundo y a sus discípulos. Cuatro de ellos que son muy significativos son: la iniciación, la guía interna, la ayuda con nuestros karmas y su aptitud para despertar el amor divino en nosotros y conducirnos al reconocimiento de nuestra identidad con Dios. Hay muchos beneficios que se obtienen al dedicarse a la espiritualidad bajo la guía de un Maestro que ha realizado a Dios. Sant Darshan Singh Ji al hablar del primer beneficio que obtenemos del Maestro viviente, dijo: «La iniciación es la mayor bendición de un Maestro viviente; es la transmisión del poder de su pensamiento para comenzar un despertar en el alma receptora». En esta lectura, el Maestro explica lo que es la iniciación y por qué su valor extraordinario. Sant Darshan Singh Ji Maharaj: Cuando Dios quiso manifestarse, asumió dos formas. Una fue la Luz de Dios y la otra, la Música de las Esferas. Esta Música Celestial en la Biblia, ha sido llamada el Verbo: «En el principio era el Verbo, el Verbo estaba con Dios y el Verbo era Dios» (Juan 1,1). Los Vedas de los hindúes lo llaman Naad, Jyoti y Sruti; los sufíes musulmanes, Kalam i Qadim o Kalma. Los Zoroastrianos lo llaman Sraosha; los budistas, Luz Sonora; y los sijs, Naam, Shabd, Kirtan, Bani y Jyoti. Todas estas religiones se refieren al Verbo o Naam como el Poder de Dios que emana del Absoluto y es la causa y sostén de toda la Creación. Es el Poder de Dios que mantiene en funcionamiento a los universos y controla nuestro cuerpo. Así como este Poder fluye de Dios, esa misma Corriente regresa a su Fuente. Este Poder, en forma de Luz y Sonido, se puede contactar en el asiento del alma que está en medio y detrás de los ojos; actúa como un imán y atrae al espíritu hacia sí mismo. Si el alma no estuviera cubierta por el óxido de la mente y la materia, subiría en un instante. La Corriente, entonces, llevaría al alma en su curso a través de las regiones superiores, pasando a través de los planos astral y causal hasta llegar a su Fuente en las regiones puramente espirituales. Ahora bien, el asunto es: ¿Cómo lograr el acceso a esta Corriente? Para esto tenemos que ir a un Experto, un Maestro viviente, quien ya haya resuelto, él mismo, el misterio de la vida y la muerte y nos pueda ayudar a resolver en esta misma vida. El Maestro nos enseña el proceso de la meditación. Por medio de su propia atención nos puede ayudar a retirar la atención de las nueve aberturas o puertas externas del cuerpo físico, para de ese modo ascender hasta el centro del alma en la décima puerta, conocida como el ojo único o tercer ojo. Él rasga el velo y nuestro ojo interno se abre para ver la Luz de Dios y nuestro oído interno se abre para escuchar la Celestial Armonía de todas las Armonías que resuena en nuestro interior. Esta experiencia espiritual directa la da un Maestro espiritual viviente el día de la iniciación en los misterios del Más Allá. Si tenemos la buena fortuna de llegar a un Maestro así, no sólo conseguimos elevarnos sobre la conciencia del cuerpo físico, conquistando así la muerte, sino que también logramos nuestra meta final de la comunión con Dios. *** Cuando ustedes obtienen la iniciación y reciben una experiencia de primera mano de la Luz y el Sonido internos, tendrán algo con que empezar. Una vez logrado ese comienzo, con la gracia de los dos grandes Maestros, Hazur Baba Sawan Singh Ji Maharaj y Param Sant Kirpal Singh Ji Maharaj, adquieren un ancla. Gradualmente, a medida que progresan en el sendero, verán que los dos grandes Maestros están con ustedes todo el tiempo, guiando sus pasos. Ellos en verdad están con ustedes desde el momento en que se inician. Como Hazur Baba Sawan Singh Ji decía a menudo: «Cuando un Maestro inicia a un discípulo, él se sienta en su interior y no lo abandona hasta haber forjado la comunión de su alma con el Creador». Así pues, los dos grandes Maestros están sentados dentro de ustedes. Ellos están adentro y afuera de ustedes. Sólo necesitan progresar en el sendero para que su ojo interno se abra y puedan ver cómo ellos trabajan dentro y fuera de ustedes. Ellos guían sus pasos en los planos internos, así como también en este arcilloso mundo físico de barro. El don más extraordinario es tener un Maestro viviente y ser bendecidos con su iniciación. Ustedes cosecharán los frutos; es mi oración y deseo que puedan ver la mano de los Maestros trabajando vívidamente para ennoblecerles y elevarles, limpiándoles de toda la mugre de la mente y la materia. Oro para que ellos los lleven a los planos superiores, para que puedan recibir la gracia en toda su extensión y logren de nuevo la comunión con el Todopoderoso. § El beneficio de un guía interior Sant Darshan Singh Ji Maharaj Introducción: Sant Darshan Singh Ji ha dicho: «Entonces, primero consideramos al Gurú como nuestro instructor, él nos habla del sendero ante nosotros y nos persuade a seguirlo. Una vez comenzamos este viaje, descubrimos que él es nuestra guía y compañero constante y, aún más, es el vehículo que nos impulsa. Es sólo cuando llegamos por fin a nuestro destino, que descubrimos que él es también nuestra meta. Quien haya encontrado un amigo así en verdad ha sido bendecido. Por muy lejos que esté la meta, el haber sido aceptado a los pies de un experto viviente, equivale a haber recorrido una buena parte del trayecto. En el Maestro encontramos a un amigo que es consciente de todas nuestras acciones y que nos ayuda en todo momento». El beneficio de un Maestro viviente no termina con la iniciación. En realidad, la iniciación marca solo el comienzo en el proceso del despertar espiritual. Durante todo el viaje interno a través de los estados más elevados de conciencia, el Maestro es nuestra compañía constante en el sendero espiritual. Lleno de amor incondicional, él, en su forma espiritual, guía nuestra alma a través de cada etapa del viaje interno. Escuchemos lo que Sant Darshan Singh Ji Maharaj tiene que decir acerca de este beneficio que nos da el Maestro viviente. Sant Darshan Singh Ji Maharaj: El Maestro viene con el encargo de otorgar la espiritualidad. Él viene a concedernos el perdón por todos nuestros pecados y a concedernos la Luz de Dios y la Música de todas las Armonías. Esta es su misión. Él no mira nuestras faltas; pasa por alto nuestros pecados. Sólo mira su propia generosidad. Crea la atmósfera apropiada para nuestro progreso espiritual al traernos a sus sagrados pies, iniciarnos y ayudarnos a llevar una vida ética. Siendo él mismo un ejemplo de servicio desinteresado, nos enseña el servicio desinteresado. Nos sirve al máximo sin atribuirse ningún mérito para sí mismo. ¡Inclusive nos concede todos los créditos a nosotros! Nos ayuda a llevar una vida ética y luego, por llevar una vida así, derrama más de su gracia sobre nosotros. Esto es como volverse un apoyo para nosotros, ayudarnos a sostener en ese apoyo y luego, aplaudirnos por habernos sostenido en ese apoyo. Él nos otorga además regalos y nos eleva sobre la conciencia del cuerpo. Una vez transportados por encima de la conciencia física, entonces, según las Escrituras, podremos comenzar a morar en él. Pero, ¿cómo? Él nos ayuda a cruzar las etapas internas de las estrellas, la luna, el sol y nos lleva a la región sublime en la que nos encontramos cara a cara con su forma radiante. Todo esto lo hace de una manera callada, de manera imperceptible. Cuando lo miramos, parece ser una persona como cualquiera de nosotros. Pero en realidad, desciende de los planos superiores; es el Verbo encarnado. Vive entre nosotros, nos ofrece su amistad, come con nosotros, habla con nosotros y se granjea nuestro cariño a nivel humano. Nunca permite que vayamos a sentir que está en un pedestal superior. Nos acepta a nuestro nivel y nos eleva sobre la conciencia del cuerpo. Nos lleva más allá del sol interno donde podemos percibir su resplandor y allí despliega su forma radiante ante nosotros. Entonces, nos sentimos tan atraídos por su forma radiante, tan seducidos y arrobados, que nuestro anhelo por él crece más y más. Necesitamos fundirnos en él. Comprendemos que es el mismo amigo que vive con nosotros en el mundo, que proviene de nuestra propia comunidad y que, aparentemente, se acerca a nosotros a nuestro propio nivel. Cuando lo vemos en su forma radiante, deseamos fundirnos en él para volvernos también radiantes. Eso es lo que significa ser uno con el Maestro. Cuando estamos inmersos en él, cuando nos hemos vuelto uno con él, cuando estamos completamente perdidos en él, entonces, como dicen las Escrituras: «Soy la vid vosotros los pámpanos…..éste lleva mucho fruto (Juan 15:5)». ¿Cuál es ese fruto? Alcanzar nuestra meta espiritual. El Maestro nos toma bajo su cuidado protector, nos remonta sobre sus alas de amor y paso a paso, nos lleva a través de los planos superiores hasta alcanzar nuestro Hogar Eterno, Sach Khand, que es un plano de conciencia absoluta. Incluso entonces, el fruto no está completamente maduro; no está en plenitud. Las Escrituras dicen: «Este lleva mucho fruto (Juan 15:5)». Mucho fruto, el fruto maduro a plenitud llega cuando el Maestro nos transporta a los planos superiores de Alakh, Agam y finalmente al plano supremo de Anami. Allí, por su propia gracia, él hace posible nuestra comunión con el Todopoderoso. Nuestra alma, en la forma de una gota se sumerge por completo en el océano de conciencia total y se vuelve el océano mismo. Nuestra alma, en la forma del rayo, un rayo de Luz, se sumerge en el sol y se transforma en el sol mismo. Ese es el proceso completo de la espiritualidad. § El beneficio de despertar el amor divino Sant Rajinder Singh Ji Maharaj Introducción: Tal vez, el mayor beneficio que obtenemos de los Maestros es su amor: el amor divino que derraman sobre nosotros y el amor divino que por el poder de Dios que trabaja en ellos despiertan en nosotros. En la tradición de Sant Mat, a este amor se le llama bhakti (devoción). Sant Rajinder Singh Ji Maharaj: Bhakti es amor. Gurú‐bhakti es amor por el Gurú o Maestro espiritual. ¿Por qué debemos amar al Gurú? Para comprender esto, tomemos como ejemplo una experiencia de nuestra propia vida. Supongan que andan de compras con su hijo pequeño. Mientras miran los productos, su atención se distrae y no se dan cuenta de que el niño se ha extraviado. Cuando se dan vuelta para hablar con su hijo, ha desaparecido. Buscan por todo el almacén, llaman al niño, pero es en vano. Entra en pánico. Su hijo está perdido y se sienten como si les hubieran arrancado la vida. Después de una intensa búsqueda, alguien se acerca con su hijo y les dice que lo encontraron deambulando por las calles. El niño, al darse cuenta de que estaba perdido, lloraba por sus padres. Se sienten agradecidos con el extraño por haberles traído de regreso a su hijo. Esto es lo que hace el Maestro. Los hijos de Dios se extraviaron de Él. Se encuentran perdidos en los reinos de la mente, la materia y la ilusión. Dios está llamando a sus hijos para que vuelvan al Hogar. Algunos niños todavía no se han dado cuenta de que están perdidos. Otros empiezan a percibir su separación del Señor y comienzan a llamar a Dios para que los traiga de vuelta al Hogar. El trabajo del Maestro es el de traer de regreso al verdadero Padre a las almas perdidas y separadas. ¿Por qué no estar agradecidos con el Maestro por este acto supremo de servicio desinteresado? Así como el extraño trajo al niño de regreso a los brazos anhelantes de sus padres, el Gurú nos lleva a nosotros, las almas pérdidas, de regreso a los brazos del Señor. Honramos al Maestro por ayudarnos a regresar al Hogar y honramos al Maestro por pilotar gigantescos cruceros llenos de otras almas anhelantes de regreso al Hogar. Para hacer eso, él debe asumir los karmas de los discípulos para aligerar sus cargas y poderlos regresar más pronto al Hogar. Sin esta gracia, seguirían encadenados, por eones, a los mundos inferiores, saldando su depósito inmenso de karmas acumulado en todas sus vidas anteriores. Pagar por los pecados de los demás para liberarles de tener que hacerlo ellos mismos–aunque ellos mismos los crearon– no es una cosa insignificante. El Amado Maestro asume los karmas de todos sus discípulos, sufriéndolos en silencio para que ellos puedan regresar al Hogar. ¿Qué es lo que quiere el Maestro de nosotros a cambio de esta enorme gracia que nos da? Nada. El Maestro no toma nada de nosotros. Él no recibe dinero. Él no recibe regalos. Todo lo que quiere es que regresemos a Dios para que se termine la historia de nuestra separación y los hijos retornen a Dios. Por lo tanto, para que su tarea culmine con éxito, debemos cumplir nuestra parte. ¿Cuál es nuestro trabajo? La meditación. Si ponemos el tiempo señalado a diario, con amor y precisión, nuestro éxito estará asegurado. Nuestro trabajo también consiste en mantener el diario de introspección y desenraizar cualquier falta que se interponga en el camino de nuestro encuentro con Dios. Cuando hablamos de Gurú‐bhakti o devoción, estamos hablando de hacer nuestra tarea, como lo han ordenado los Maestros, para podernos graduar. La graduación significa que nuestra alma se vuelva a sumergir de nuevo en Dios. Para alcanzar dicha comunión, necesitamos poner nuestra completa atención en el sendero espiritual. ¿Cómo podemos hacer esto? El mundo nos llama continuamente. El poder que controla los tres mundos inferiores quiere mantener a las almas aquí abajo poblando estas regiones. No quiere que las almas regresen a Dios. Así que, pone muchas tentaciones en nuestro camino para mantenernos aquí. ¿Cómo puede el Maestro ayudarnos a escapar de las garras de este poder? Él tiene un instrumento y solo uno en su bolsillo. Ofrecernos un amor más grande que cualquiera que hayamos recibido en este mundo. Él tiene que llenarnos de más embriaguez y alegría que lo que nos ofrecen las tentaciones mundanas. Es a través del poder del amor que el Gurú puede llevarnos al Hogar. El Gurú o Maestro no busca que tengamos amor por él sino por Dios. El Maestro busca que sigamos las enseñanzas espirituales. Pero Dios es muy abstracto para muchos: nunca han visto a Dios ni le han hablado. Como espíritu, Dios es invisible para nosotros. Es muy difícil desarrollar amor por alguien a quien nunca hemos visto ni conocido. Así que, ¿cómo podemos desarrollar suficiente amor por Dios, lo bastante fuerte como para convencernos a desistir de amar los placeres transitorios? Dios es extraordinario y se ha ingeniado una manera fabulosa para que podamos tener amor por el Señor. Nos envía Su amor a través del vehículo del Maestro. Es a través del Maestro que saboreamos el amor de Dios. Es a través del Maestro que recibimos la embriaguez del amor de Dios. Es a través del Maestro que descubrimos un amor más grande que ninguno de este mundo. No es el amor que viene de su ser físico, sino, a través de su ser físico. Observen la distinción. A menos que tengamos claros este punto, no entenderemos por completo lo que es el Maestro. Cuando encendemos la luz en nuestra casa, no recibimos una cuenta de cobro de la compañía que fabrica las bombillas eléctricas; la recibimos de la planta eléctrica que genera la electricidad. La bombilla sólo actúa como un agente o como un vehículo a través del cual la luz puede brillar. Necesitamos la bombilla, la apreciamos, la respetamos, pero la verdadera electricidad viene de la planta eléctrica. En esta analogía, el cuerpo del Maestro es la bombilla o el agente a través del cual la planta de poder del Señor puede circular hacia nosotros. Fluye a través del cuerpo del Maestro hacia nosotros. Así pues, respetamos al Maestro, pero no lo adoramos. Sabemos que el verdadero poder viene de Dios. Pero como no podemos ver a Dios directamente a nivel físico, porque nuestros ojos físicos pueden ver sólo lo que está hecho de materia, entonces podemos contemplar a los ojos al Maestro, porque el amor de Dios se manifiesta ahí. En los ojos del Maestro está la embriaguez del océano de éxtasis de Dios. En los ojos del Maestro está el amoroso Padre llamándonos al Hogar. No podemos escuchar a Dios hablarnos directamente, porque nuestros oídos están hechos sólo para escuchar vibraciones sonoras de este mundo material. Pero podemos escuchar lo que Dios quiere decirnos a través de los satsangs o palabras del Maestro. Escuchen el satsang de algún Maestro perfecto y encontrarán un único mensaje: alma conócete a ti misma y conoce a Dios; y eso lo pueden lograr a través de la meditación en la Luz y el Sonido de Dios y desarrollando las virtudes éticas. Esa es la esencia de lo que todos ellos han enseñado. Ese es el mensaje sencillo y claro que Dios quiere transmitirnos. La única manera en que podemos escuchar estas palabras es sintiendo alguna atracción hacia aquel que imparte el mensaje. Dios envía su amor a través del vehículo del Maestro para atraernos hacia el satsang y así podernos recordar qué hay que hacer para regresar a nuestro verdadero Padre. Por lo tanto, Dios ha establecido el juego del amor entre el Maestro y el discípulo. Este juego de amor sirve con un propósito: mantener al discípulo inspirado y con entusiasmo para que haga lo que sea necesario para regresar a Dios. Cuando uno ama a alguien, uno tiende a seguir su consejo. A través del amor, la gente se siente motivada a meditar y a llevar una vida ética. El Maestro es el poder del amor de Dios que fluye hacia nosotros. Gurú‐bhakti o devoción al Maestro es nuestra respuesta a ese amor. Esa respuesta es lo que devolvemos: amor por Dios. Pero como a nuestro nivel no podemos ver a Dios, se lo expresamos a través del vehículo del Maestro. Necesitamos tener esto muy claro también. Cuando amamos al Maestro, estamos amando el poder de Dios que fluye a través de Él. Si consideramos que amamos a Dios, entonces apresuraremos nuestra travesía espiritual de regreso a Dios. § 
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