Charcot: un abordaje a su figura y sus conceptualizaciones sobre la

Anuncio
Charcot: un abordaje a su figura y sus conceptualizaciones
sobre la histeriai
Noelia Higa
Introducción
“No era Charcot un pensador, sino una naturaleza de dotes artísticas, o, como él mismo
decía, un «visual».”
Sigmund Freudii
En el presente informe haremos un recorrido por la figura de Jean – Marie
Charcot (1825-1893) y sus distintas teorías sobre la histeria en un trayecto que
atraviesa grandes transformaciones, desde un origen anatomopatológico hasta el
papel de las representaciones en la histeria traumática. Veremos cómo los aportes
de este gran personaje contribuyeron a modificar la concepción de la histeria y su
carácter descalificativo, así también cómo sus teorías abrieron el camino a futuras
investigaciones.
Quienes nos guiarán en este recorrido serán principalmente Gauchet a partir de
su texto “El verdadero Charcot”, y Levin con “Freud y su primera psicología de las
neurosis”. No podría faltar en ese trabajo palabras de alguien que recibió
personalmente las enseñanzas de Charcot y que en cierta forma continuó el camino
que este personaje contribuyó a mostrar, es decir Freud.
Comienzos: Charcot y el método anatomopatológico
Charcot nace en noviembre de 1825 en París. Comienza sus estudios en
medicina en 1844 y recibe su formación en la Facultad de Medicina de París. En
1862 se convierte en médico del hospital de la Salpêtrière, una vez allí se interesa
por las enfermedades del sistema nervioso y utiliza el método anatomopatológico
en sus investigacionesiii. En 1872 se hace cargo de la cátedra de anatomía
patológica. Como dice Kenneth Levin "La orientación patoanatómica seguía estando
firmemente afianzada en París, y Charcot compartió inicialmente esta inclinación
anatómica”iv. Charcot había adquirido gran reputación como neurólogo a parir de
las relaciones que pudo establecer entre ciertas lesiones orgánicas y varias
enfermedades. Hoy en día es considerado uno de los fundadores de la neurología
moderna.
En 1872 se produce una reforma edilicia en la Salpêtrière, se anexa al Servicio
de Charcot la “sección de epilépticos simples”. Allí Charcot puede tener contacto
tanto con verdaderos epilépticos como con pacientes histéricas lo que produce
rápidamente un interés por ésta enfermedadv.
El recorrido de Charcot sobre la histeria tuvo varias modificaciones, como
plantea Gauchet, desde sus inicios con el primer artículo en 1865 hasta su última
lección en 1893 cuando la muerte se hizo presente; un camino que comienza en los
intentos de encontrar una conexión entre la sintomatología neurológica y causas de
orden espinal o cerebral y finaliza con las elucidaciones de Charcot sobre el poder
de las representaciones sobre el cuerpovi.
Como
vimos
antes,
en
un
inicio
Charcot
tenía
una
orientación
anatomopatológica, por lo cual sus primeros trabajos sobre la histeria eran
consecuentes con esta línea. A partir del trabajo de Levin Kenneth es posible
acercarnos a las elucidaciones de Charcot en el año 1877, “Charcot afirmaba que la
hemianestesia histérica — la pérdida de sensación táctil en un lado del cuerpo— tiene la
misma etiología que otras anestesias y se debe a «una lesión circunscrita de los hemisferios
cerebrales»; para sustentar esta opinión presentaba pruebas patoanatómicas” vii.
Hacia una explicación fisiológica: El trauma, la histeria masculina y la hipnosis
Hasta
aquí
hemos
hecho
un
recorrido
sobre
la
influencia
de
la
anatomopatología en las concepciones de Charcot sobre la histeria, ahora
observaremos el modelo fisiológico de Charcot y cómo llego a su formación.
Levin plantea que la anatomopatología al mismo tiempo que permitía
relacionar variadas enfermedades con lesiones anatómicas y otorgarles de ese
modo una causa, también dejaba en evidencia enfermedades que no podían ser
abordadas mediante este método. Este hecho es el que impulsa en 1880 la
búsqueda de enfoques alternativos para aquellas enfermedades que quedaban
excluidas, dentro de ellas se encontraba la histeria y neurosis asociadasviii. Charcot
no está por fuera de estos cambios, Levin nos muestra cómo en una conferencia de
1882, si bien Charcot mantiene su postura en cuanto a la eficacia del método
anatomopatológico para ciertas enfermedades, no sostiene su enfoque anterior
sobre la histeria. A partir de unas palabras de Charcot citadas en el texto de Levin,
podemos observar que hay ciertas enfermedades, como la histeria, que no pueden
ser abordadas por el método anatomopatológico, sin embargo, no por ello sus
síntomas dejan de funcionar bajo ciertas reglas o leyesix.
Charcot, dice Levin, no sostiene la falta de lesión anatómica en la histeria sólo a
partir de la evidencia aportada por autopsias, sino que tampoco encontraba
coincidencia entre los síntomas de la histeria y los que se producían a partir de
lesiones orgánicas:
En
otra
conferencia
de
1882
(…),http://www.elseminario.com.ar/biblioteca/Levin_Freud_Primera_Psicologia_N
eurosis_cap3.htm - _edn7 como en todas sus subsiguientes presentaciones de casos
de pacientes histéricos, Charcot se interesa principalmente en establecer que los
síntomas de los pacientes no se asemejan a los causados por lesiones anatómicas,
pero corresponden a las "reglas" de la histeria. De ese modo, corrobora la ausencia
de lesiones en la autopsia con pruebas clínicas de que no hay tales lesiones; además,
fortalece su razonamiento de que la histeria es, pese a todo, una entidad patológica
auténtica que presenta un cuadro clínico coherente x.
También Freud hace referencia a los años 1882 y 1883 como un periodo en el
cual la vida de Charcot atraviesa grandes cambios: “Francia reconoció en él una gloria
nacional, y el Gobierno (…) creó para éste una cátedra de Neuropatología en la Facultad de
Medicina, a la cual se transfirió Charcot, dejando la de Anatomía patológica y una clínica,
auxiliada por diversos institutos científicos, en la Salpêtrière” xi. Freud dice que a partir
de este momento Charcot va a centrarse en la histeria. “Esta enfermedad, la más
enigmática de todas las de los nervios, y para cuyo enjuiciamiento no habían hallado aún
los médicos ningún punto de vista válido, se encontraba precisamente bajo los efectos de un
descrédito que se extendía a los médicos dedicados a su estudio”xii.
Aquí Freud hace mención de grandes descubrimientos que se hicieron posibles
gracias a los aportes de Charcot, “(…) consiguió demostrar una regularidad y una ley
donde la observación clínica deficiente o desatenta de otros sólo había visto simulación o
enigmática arbitrariedad”xiii. Charcot enseñaba los síntomas por los que se podía
diagnosticar la enfermedad, de esta manera se hizo posible esclarecer distintos
cuadros
patológicos
como
de
naturaleza
histérica,
también
en
sujetos
masculinosxiv.
En coincidencia con lo que plantea Freud, Gauchet dice que el acercamiento a la
histeria masculina fue uno de los factores que determinaron el cambio de
orientación en los trabajos de Charcot y la concepción de la histeria prevaleciente
durante 1880; es a partir de este factor que se desarrollará la dimensión psíquica
del traumatismo en 1885xv.
En su texto Gauchet aclara que no es la noción de trauma ni la introducción de
la histeria masculina lo que es significante en Charcot, sino el hecho de las parálisis
psíquicas. La noción de traumatismo, junto con la de diátesis (una predisposición
hereditaria a la histeria) ya estaba presente desde 1877 y representaba una “«acción
mecánica» susceptible de desencadenar los accidentes de histeria local (…) y de aportar así
«la primera revelación de la diátesis histérica que hasta aquí permanecía latente»”xvi; el
aporte de Charcot reside en explicar lo desproporcionado de los efectos
provocados en relación al trauma sufrido, utilizando el diagnóstico diferencial
descartaba que los síntomas se debieran a una lesión orgánica.
Con respecto a la histeria masculina, ésta ya había sido trabajada desde 1880
por Bourneville. Sus estudios, dice Gauchet, permitieron la desfeminización de la
histeria, ligada a la tesis uterina; la tesis de histeria masculina "(...)confirma y
refuerza el recentramiento de las concepciones de las neurosis sobre el sistema nervioso" xvii.
Entonces, por un lado, la aceptación de la histeria masculina y la ubicación del
trauma como factor etiológico produce una desexualización y una desfeminización
de la histeria, destacando la centralidad del sistema nervioso, es decir
neurologizando la histeria. Sin embargo, por otro lado, Bourneville y también
Charcot mantienen los signos ováricos y testiculares y por lo tanto se mantiene una
relación entre histeria y los órganos sexualesxviii. Es necesario aclarar que cuando
Charcot utiliza el término "histéricas ováricas" no se refiere a que la histeria es
causada por una afección ovárica, sino al ovario como una zona histerógena, lo
mismo con el testículo en el hombrexix.
Como vimos antes, la innovación determinante en los aportes de Charcot es la
introducción de las parálisis de origen psíquico, Gauchet dice que para ello fue
necesario un acercamiento a la psicología, en sus propias palabras:
Se trata de comprender, a través de esas parálisis sugeridas, los canales por los
cuales la ideación interviene en el funcionamiento corporal. De ahí proviene un
necesario rodeo por la psicología. De allí también un nuevo deseo de clarificar,
clínicamente hablando, la frontera entre lo orgánico y lo psíquico(...)xx.
Durante 1884, entonces, Charcot debe cambiar el rumbo de sus investigaciones,
Gauchet nos dice que uno de los motivos fue el desafío impuesto por Berheim xxi.
Este autor planteaba que el estado hipnótico no podía ser reservado a la histeria,
sino que era parte de un fenómeno más amplio, la sugestibilidad y que ésta
formaba parte del "ideodanismo" (idea recibida en el cerebro transformada en
acto). Charcot responde a estas críticas diciendo que tales objeciones "(...)dejaron
completamente en la sombra los fenómenos clínicos que tienen como centro el miembro
paralizado"xxii.
Dice Gauchet que en sus intentos de explicar el estado particular en el que se
producen las parálisis psíquicas, Charcot sigue una vía fisiológica, pero explora
dos hipótesis distintas:
O bien los síntomas artificialmente provocados y los síntomas espontáneos son
practicamente idénticos, y esto quiere decir que se obtiene por la sugestión el
equivalente «dinámico» de una lesión orgánica, que queda definir como tal desde el
punto de vista del funcionamiento cerebral. O bien difieren significativamente, esto
quiere decir que está en juego un proceso a la vez paralelo y autónomo en relación a
la marcha habitual de las áreas corticales, proceso que debe ser precisado en su
especialidad «psíquica»xxiii.
Es necesario aclarar que Charcot se refiere a funciones cerebrales más elevadas
cuando utiliza el término "psíquico".
Al parecer, en 1884, como indica Gauchet, Charcot se inclina por la primer
hipótesis, explicando que una idea puede ser introducida desde el exterior por
sugestión produciendo una ideoparálisis (Charcot prefiere este término antes que
parálisis psíquica), pero esta perturbación motora sólo puede ser provocada en un
estado de hipnosis específico: el sonambulismo.
Recurriremos a Levin para acercarnos un poco a la relación entre Charcot e
hipnosis, este autor plantea que Chracot había discutido la hipnosis en la histeria
durante años y que creía que la hipnosis provocaba cambios fisiológicos en el
sistema nervioso. También nos acerca a la idea de grand hypnotisme, un estado que
producía la hipnosis particularmente en pacientes histéricos constituido por tres
etapas, la letárgica, la cataléptica y la sonambúlica. Levin plantea que la teoría
fisiológica de la histeria formulada por Charcot tuvo gran influencia del fisiólogo
Richet, este autor sostenía que la hipnosis producía cambios fisiológicos en el
sistema nervioso y refutaba la idea de simulación en las histéricas, también
proponía la hipnosis como tratamiento en las neurosisxxiv.
Volviendo a Gauchet, habíamos mencionado que Charcot se había inclinado
por la primer hipótesis, es decir hacia una equivalencia entre la lesión cortical
dinámica y la orgánica; sin embargo, también estaba explorando la segunda vía sin
recurrir a una la idea de lesión, en la cual en estado sonambúlico las ideas
sugeridas se realizan automáticamentexxv.
n
Histeria traumática e histeria por sugestión
Hemos visto en el apartado anterior las circunstancias que llevaron a Charcot a
una explicación fisiológica de la histeria y el acercamiento a la idea de psiquismo,
ahora seguiremos el camino hacia la comprensión de las parálisis traumáticas.
Fue el encuentro con Pinaud, un caso de histeria masculina post traumática, el
que marca en 1885, dice Gauchet, un punto decisivo:
Casi todos los argumentos que servirán en adelante para definir la especificidad
de de las parálisis histéricas y parálisis psíquicas son encontradas aquí de golpe,
al término de una revisión sistemática negativa de todos los signos que hubieran
podido hacer pensar en una afección conocida xxvi.
Pinaud sufría una parálisis en su brazo, luego de numerosos ataques
(provocados y espontáneos) despierta de uno de ellos habiendo recuperado el uso
de su miembro, esto confirmaba que se trataba de un caso de histeria. Charcot trata
de reproducir artificialmente la parálisis a partir de la sugestión en estado de
vigilia (El paciente se había resistido a la hipnosis), a pesar de haberlo logrado una
una vez y sólo por un día, pudo comprobar que la parálisis sugerida era la misma
que la parálisis histérica y diferenciar éstas de las parálisis orgánicas. Lo que resta
por explicar, dice Gauchet, es el mecanismo de esas parálisis causadas por un
traumatismoxxvii.
A partir de otros dos casos presentados en el mismo año es que se llega a una
revelación decisiva. El primer caso es muy similar al anterior, en ambos existe una
monoplejía de brazo causada por un traumatismo; en el segundo caso Charcot era
capaz de producir artificialmente una parálisis mediante sugestión verbal. Se
plantea la cuestión de cómo dos modos de producción tan distintos (trauma y
sugestión) pueden producir parálisis en un brazo, Charcot esclarece esta cuestión
rápidamente: en estado hipnótico reproduce los mismos síntomas ya no con una
sugestión verbal, sino con un agente análogo al que causo las monoplejías: una
palmadita en el hombro. Esto permite develar que lo traumático no es el shock
psíquico sino lo que Charcot denomina "sugestión por el Shock". Gauchet nos dice:
En los histéricos, el golpe en el hombro determina «la idea de impotencia motriz
del miembro» (...) puede (...) adquirir «suficiente fuerza para realizarse
objetivamente bajo la forma de parálisis» (...). del mismo modo, (...) son las
representaciones mentales del movimiento las que han sido afectadas en nuestros
dos traumatizados, en el momento que sufrieron la caída. Hace falta simplemente
suponer que el accidente, por efecto de la emoción o «shok nervioso» que ocasionó,
los ha sumergido en un «estado mental» equivalente al «al estado cerebral» de los
histéricos en sonambulismo xxviii.
En la lección "Acerca de seis casos de histeria masculina" Charcot dice acerca de
esta cuestión:
Lo cierto es, que junto con el traumatismo conviene considerar un factor que
seguramente ha tenido un papel mucho más importante que la herida en sí. Me
refiero al terror sentido por el enfermo en el momento del accidente y que se
tradujo luego por una suerte de paresia transitoria de los miembros inferiores (...)
Esta misma circunstancia del desarrollo de los fenómenos histéricos, luego de un
shock, con o sin traumatismo, pero donde la emoción tuvo un papel importante, la
verán también en la mayoría de los otros enfermos que ahora presentaréxxix.
Junto con esta tesis de las parálisis traumáticas Charcot también prestaba
atención al factor hereditario para la neurosis, en los casos presentados siempre
hace mención de los antecedentes familiares.
El aporte de Charcot sobre la parálisis traumática en la histeria es indiscutible,
el mismo Freud dijo en su texto "Sobre el mecanismo psíquico de los fenómenos
histéricos" que ese trabajo era una continuación del de Charcot. En esta obra Freud
hace una pequeña recapitulación del procedimiento que mencionamos antes sobre
la reproducción artificial de la parálisis; también nos dice que Charcot repitió el
experimento para explicar las contracturas y dolores de la histeria traumática. Sin
embargo Freud también marca un límite en la obra de su maestro: "Pero su análisis
termina con esto; no averiguamos cómo se generan otros síntomas, ni, sobre todo, cómo se
producen los síntomas histéricos en la histeria común, no traumática" xxx.
Gauchet también parece marcar un límite en los trabajos de Charcot, pero no
por ello desacredita la importancia de sus aportes:
No habrá de ser, por cierto, un hombre de soluciones frente a este nuevo mundo
que se descubre más allá de su reino neurológico. Pero dentro de su reino y en sus
límites, habrá contribuido más que cualquier otro, a hacer surgir los problemas
que permitirían identificar y cartografiar este otro dominio. Habrá trazado (...) la
demarcación de un mundo interior donde el mundo exterior no cuenta y no pesa
más que a través de las representaciones que se forma el sujeto de él, y en el
interior de ese interior, la demarcación de un orden de causalidad psíquica
distinto de la causalidad fisiológica, aun cuando sea sostenida por ella xxxi.
Ya nos estamos acercando al final de nuestro recorrido, veremos ahora la
importancia de la representación en la histeria. A partir de la primavera de 1885
Charcot profundiza y fortalece un poco más aquellas elucidaciones adquiridas,
pero en 1886 realizará nuevos avances a partir del caso de Le Logeais donde el
trabajo psíquico autoelaborado inconcientemente por el paciente es bien evidente.
Se pone al descubierto que no fue en sí el accidente mismo, ya que el paciente no
recuerda cómo sucedieron los hechos, lo que provocó la paraplejía, sino la
representación elaborada que se hizo del mismo, la "autosugestión", la elaboración
inconciente realizada por el pacientexxxii. En palabras de Charcot: "(...) A menudo se
crea en sus mentes una especie de leyenda en la que creen ciegamente y que se acostumbran
a narrar con candor, sinceramente, como si fuera la realidad misma" xxxiii.
Gauchet dice que este caso permitió "tocar de cerca (...) la existencia de un
estado espontáneo semejante punto por punto al estado sonambúlico provocado" xxxiv.
Charcot como Hombre - frontera xxxv
A partir de Gauchet podemos dar cuenta de un cambio en el pensamiento de
Charcot, una "inflexión del vocabulario", a partir de los términos "disociación del yo",
"inconciente" e "inconciencia"xxxvi. Aquí el autor aclara que el inconciente al que
alude Charcot es un "inconciente cerebral" pero esta vez también hay una alusión al
pensamientoxxxvii. El autor cree que esto es importante ya que da cuenta el pasaje
de un inconciente cerebral al inconciente psíquico y de la presencia de dos vías en
Charcot "(...)la «psicologización» frente a esta «cerebralización» obsesiva"xxxviii.
Gauchet hace referencia a otros trabajos de Charcot en los cuales se pone
evidencia esta oscilación entre las dos vías, a partir de una cita de Charcot el autor
dice:
(...)no es el cuerpo del sistema de inervaciones el que está en juego en la causa de
las parálisis histéricas, sino el cuerpo funcional del sujeto comprendido en su
capacidad de movimiento integrado. Como incurable organicista, Charcot
concluye que esto debe corresponder a una cierta disposición, integrada, de los
centros corticales.xxxix
Nos acercaremos a una cita de Gauchet que, creo, representa bien el trayecto de
una figura como Charcot:
Sería absurdo reprocharle por no decidirse. Simplemente no tenía los medios para
decidirse, teniendo en cuenta cual era su camino y el marco en el que se apoyaba.
Habrá sido el hombre-frontera: no aquel que atraviesa la frontera, sino aquel que
indica que hay una frontera a atravesarxl.
Palabras finales
A lo largo de este informe hemos hecho un rápido recorrido por las
conceptualizaciones de Charcot y sus trabajos sobre la histeria. Nos acercamos a
esta figura y la importancia de sus aportes en en un momento donde la disciplina
médica estaba atravesando grandes cambios. Abordamos este personaje en el
contexto mismo donde transcurrieron sus trabajos y no desde un abordaje
presentista donde su figura y sus aportes pueden tornarse ambiguos y ser
desvalorizados.
Citaré para cerrar unas palabras de Freud que me parece finalizan bien el
camino que hemos recorrido:
Es indudable que el progreso de nuestra ciencias aumentando nuestros
conocimientos, desvalorizará parte de las enseñanzas de Charcot; pero ningún
cambio de los tiempos ni de las opiniones disminuirá la fama del hombre cuya
pérdida se llora hoy en Francia y fuera de ella xli.
Bibliografía
 Charcot, Jean-Marie (1887-1888): "Parálisis histérico-traumática masculina". En
Conti, N. y Stagnaro, J.C. Historia de la ansiedad. Textos escogidos. Buenos Aires,
Editorial Polemos, 2007.
 Freud, Sigmund: "Charcot" (1893), O.C.
 Freud, Sigmund: Sobre el mecanismo psíquico de fenómenos histéricos (1893), O.C.,
III. Buenos Aires, Amorrortu Editores (A.E.), 1976.
 Gauchet, Marcel: El verdadero Charcot. Buenos Aires, Nueva Visión, 2000.
 Lewin, Kenneth: Introducción y "Charcot, Freud y el modelo fisiológico de la
Histeria". En Freud y su primera psicología de las neurosis (1978), México, FCE,
1985.
Trabajo realizado en el marco del seminario de grado “Los orígenes de la psicoterapia: la
construcción de la histeria entre la neurología y las curas milagrosas” dictado por la Dra. Marcela
Borinsky.
i
Sigmund Freud: "Charcot" (1893), O.C., s.d.
Jean-Marie Charcot (1887-1888): "Parálisis histérico-traumática masculina". En Conti, N. y
Stagnaro, J.C. Historia de la ansiedad. Textos escogidos. Buenos Aires, Editorial Polemos, 2007, p.41
iv Kenneth Levin: "Charcot, Freud y el modelo fisiológico de la Histeria". En Freud y su primera
psicología de las neurosis (1978), México, FCE, 1985. s.d.
v Jean-Marie Charcot (1887-1888): "Parálisis histérico-traumática masculina". En Conti, N. y
Stagnaro, J.C. Historia de la ansiedad. Textos escogidos. Buenos Aires, Editorial Polemos, 2007, p.43
vi Marcel Gauchet: El verdadero Charcot. Buenos Aires, Nueva Visión, 2000, s.d.
vii Kenneth Levin: "Charcot, Freud y el modelo fisiológico de la Histeria". En Freud y su primera
psicología de las neurosis (1978), México, FCE, 1985. s.d.
viii Kenneth Levin: Introducción. En Freud y su primera psicología de las neurosis (1978), México, FCE,
1985, p.1.
ix Kenneth Levin: "Charcot, Freud y el modelo fisiológico de la Histeria". En Freud y su primera
psicología de las neurosis (1978), México, FCE, 1985. s.d.
x Ibid, s.d.
xi Sigmund Freud: "Charcot" (1893), O.C., s.d.
xii Ibid, s.d.
xiii Sigmund Freud: Sobre el mecanismo psíquico de fenómenos histéricos (1893), O.C., III. Buenos Aires,
Amorrortu Editores (A.E.), 1976, p 29
xiv Sigmund Freud: "Charcot" (1893), O.C., s.d.
xv Marcel Gauchet: El verdadero Charcot. Buenos Aires, Nueva Visión, 2000, s.d.
xvi Ibid, s.d.
xvii Ibid, s.d.
xviii Marcel Gauchet: El verdadero Charcot. Buenos Aires, Nueva Visión, 2000, s.d.
xixJean-Marie Charcot (1887-1888): "Parálisis histérico-traumática masculina". En Conti, N. y
Stagnaro, J.C. Historia de la ansiedad. Textos escogidos. Buenos Aires, Editorial Polemos, 2007, p.57
xx Marcel Gauchet: El verdadero Charcot. Buenos Aires, Nueva Visión, 2000, s.d.
xxi A comienzos del año 1884 Berheim publica una obra titulada "De la sugestión al estado hipnótico
y en el estado de vigilia".
xxii Marcel Gauchet: El verdadero Charcot. Buenos Aires, Nueva Visión, 2000, s.d.
xxiii Ibid, s.d.
xxiv Kenneth Levin: "Charcot, Freud y el modelo fisiológico de la Histeria". En Freud y su primera
psicología de las neurosis (1978), México, FCE, 1985. s.d.
xxv Marcel Gauchet: El verdadero Charcot. Buenos Aires, Nueva Visión, 2000, s.d.
ii
iii
Marcel Gauchet: El verdadero Charcot. Buenos Aires, Nueva Visión, 2000, s.d.
Ibid, s.d.
xxviii Ibid, s.d.
xxvi
xxvii
xxixJean-Marie
Charcot (1887-1888): "Parálisis histérico-traumática masculina". En Conti, N. y
Stagnaro, J.C. Historia de la ansiedad. Textos escogidos. Buenos Aires, Editorial Polemos, 2007, p.68
xxx Sigmund Freud: Sobre el mecanismo psíquico de fenómenos histéricos (1893), O.C., III. Buenos Aires,
Amorrortu Editores (A.E.), 1976, p.31
xxxi Marcel Gauchet: El verdadero Charcot. Buenos Aires, Nueva Visión, 2000, s.d.
xxxii Marcel Gauchet: El verdadero Charcot. Buenos Aires, Nueva Visión, 2000, s.d.
xxxiiiJean-Marie Charcot (1887-1888): "Parálisis histérico-traumática masculina". En Conti, N. y
Stagnaro, J.C. Historia de la ansiedad. Textos escogidos. Buenos Aires, Editorial Polemos, 2007, p.50
xxxiv Marcel Gauchet: El verdadero Charcot. Buenos Aires, Nueva Visión, 2000, s.d.
xxxv Aquí hago alusión a una expresión utilizada por Marcel Gauchet en su texto El verdadero Charcot
xxxvi Marcel Gauchet: El verdadero Charcot. Buenos Aires, Nueva Visión, 2000, s.d.
xxxvii Ibid, s.d.
xxxviii Ibid, s.d.
xxxix Marcel Gauchet: El verdadero Charcot. Buenos Aires, Nueva Visión, 2000, s.d.
xl Ibid, s.d.
xli Sigmund Freud: "Charcot" (1893), O.C., s.d.
Descargar