Armada Invencible

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La Armada Invencible, sorprendida por la tempestad frente a Calais.
Carta a doña Ana Félix de Guzmán, en que le remite
la exhortación sobre La Invencible.
Al Duque de Medina deseamos todos los de la Compañía servir, y somos obligados a ello por ser quien es, y por
las mercedes que siempre nos hace, y por ser cosa tan propia de V. S. Mas confieso a V. S . que en mí. a lo menos,
ha crecido mucho más este deseo después que Dios Nuestro Señor le escogió por Capitán General de esta Armada,
y le tomó por Ministro para una .empresa tan santa y gloriosa como es la que tiene entre manos: que, cierto, juzgo
que es· la más importante que ha habido en muchos siglos
atrás en la Iglesia de , Dios; y que la mayor merced que
Su Divina Majestad puede ~acer al Duque, después de darle su grande amor, es tomarle por Ministro para cosa tan
grande; ,y deseo que el Duque lo conozca y lo agradezca,
pues nos .escriben de Lisboa que está muy puesto en quita,r ofensas de Nuestro Señor y pecados públicos, que es el
verdadero camino de alcanzar victoria y de ser fiel Ministro
de Dios.
'
y así, pues a V. S. parece que recihirá Su Excelencia
servicio con esa exhortación que yo tenía escrita por remate de la 'Historia \de la Cisma de Inglaterra, aunque pensaba suprimirla por justos respetos, yo me contento que
V . S. le envíe un traslado de ella para que Su Excelencia
se sirva de ella, si le pareciere que hay cosa que pueda
aprovechar: puesto caso que, a mi parecer, para el Duque
es superflua, pues con grande discreción tendrá compren·
dido este negociQ mejor que · nadie, y con su celo, cri$tiandad y vigor debe estar tan encendido su corazón, que no
tiene necesidad de palabras muertas para encender y abrasar con las ,s uyas, vivas y eficaces, los corazones· de sus soldados.
Suplico a V. S . que no se sepa el autor de ese papel, y
qu~ escriba el Duque que no se publique. porque :qo
creo es bien: anden en manos de muchos esas razones, y
fiado de esto y de ' qUe se hará así la envío a V. S . ; y de
mejor gana fuera yoa e~ta jornada ' si estuviera para ello,
y tuviera por muy señalada merced de Nuestro, Señor morir en ella; pero suplirán esta falta los otros Pagres que
van de la Compañía, aunque temo que no han de llegar a
tiempo todos los que se envían, por haber llegado tarde el
aviso, y ,con oraciones, misas y penitencias y deseos y gemidos ayudaremos los qUe quedamos a los que s,e van. El
Señor nos oirá del cielo por su misericordia (1).
' '
(1) . La Compañía de Jesús ' miró como ministerio 'p ropio suyo la
tlsistepÓ ... espirit\'\ ...l en ~a$ Arinada.s, A l;¡l g,xpedición de Túnez. acom-
1332
HISTORIAS DE LA CONTRARREFORMA
Aunque entiendo que no es menester, todavía V. S. escriba al Duque que no deje de acordar Su Excelencia que
en el saber bien el número de los soldados, provisiones y
municiones que van en la Armada, no se fíe de los pagadores, capitanes y proveedores, sino de personas propias
suyas de mucha confianza; que · procure que todos los que
van en ella entiendan bien la importancia de este negocio;
y vayan principalmente con intenci6n de sel'vil a Dios, y con
p~ra conciencia y sin escándalos públicos; y que los · caballeros ne;> vayan cargados de galas, sino de armas ; y que
no se embarque gente inútil, .que suele emb&razar y gastar
los mantenimientos, sino sola la que fuere de peso; qu!,!
llegados a Inglaterra sepa hacer diferencia de los cat6licos
y de los herejes, para tratar con blandura a los unos y corregir a los ottos ; y que no sean tratados los cat6licos peor,
de lo's nuestros, que lo son ahora los herejes, ni éstos se
puedan escandalizar de la mala vida ~e nuestros soldados,
y confirmarse ·en sus errores, aunque falsamente. y en su
perversa doCtrina, por las maldades y abominaciones que
hubieren en ellos; que se tenga gran cuenta en no derramar la sangre de la gente Baca y miserable, .que no tiene
más parte en la guerra qqe en llorar sus duelos; y en no
arruinar los templos, que, aunque ahora sirvan al demonio
en sus ritos sacrílegos, podrán servir · al Señor, como sirvieron en,. otros tiempos, y para
esto fuetoh edificados.
.
NOTA·.-Dol'ía Ana Félii de Guzmán, Condesa de RiCIa y Marqu.e sa
de Camarasa, era hij¡¡t del Conde de Olivares. Sobre ella, y en particu"
la r sobre sus relaciones con la Compañía d~ Tesús. (Véase la Cr<moHistoria del P. Alcázar. Año 1588. cap. 1, 2:) El P. Ribadeneyra la
dedicó el año ' 1593 la' Traducción del «Tratado qe las Virtudes». . .
. Saltan a la vista los «justos respetos» en virtud de los cuales Ribadeneyra no se decidió a incluir esta exhortación en la «Historia. del
Cisma»; los mismos pOI' los que no quiere se sepa quién es el autor.
Falta saber si Felipe 11 hubiera autorizado s.u publicación, pues aun
tratándose del Edicto de 1591 de Isabel de Inglaterra, mandó retirar la
edición que se hallaba . a la venta. Por lo demás, la carta explica el
estado de .ánimo de Ribadeneyra en todo este asunto de la· Gran Armada yal mismo tie¡:npo es la mejor introducción a la Exhortación.
Esta carta está · tomada, como los · otros . dos documentos siguientes, · de
M. R. Vol.
n.
. .
pañando a Carlos V , aSlstió el P~ Oiego Laínez, el año 1550. A la batalla de Lepanto acudieron nueve jesuÍtas. En· la Armada Invencible se ·
embarcaron 23; de ellos, siete ·eran de la provincia de Andalucía; ocho,
de l.a de Portugal, y otros ocho de .la de Toledo. Ocho años después,
en. ofra de· las. malogradas expediciones contra Inglaterra, iba un g"rupo
numeroso de ·sacerdotes de la Compañía, de los que nueve murieron .
víctimas de · los elementos. · (V~ase · Astrain, vol. 2, pág. 545. y vol. 4.
página 76.7, y Francisco Rodríguez, «Historia da Compañía de Jesús na ·
Asistencia ·de PQrtugab . Tomo 11, vol. 1, pág. 507. Lisboa. 19.
Exhortación para los soldados y capitanes que van a
esta jornada de Inglaterra, en nombre de su Capitán
General.
Si no supiese, invictos capitanes y esforzados soldados,
el celo ' y piedad y el ánimo y valor con que V s. Ms . han '
deseado esta Jornada de Inglaterra y van a ella, confiados
~n el favor de Dios, y piensan acabarla y concluirla felícÍsimamente, gastaría yo muchas palabras y traería muchas
razones para persuadirles lo que ella importa. Mas porque
esos pechos esforzados y ánimos valerosos no tienen necesidad de palabras, y lo que habría de decir es tanto que
con muchas no se podría explicar, quiero acortar razones,
y brevemente, representar a V s. Ms. álgunas pocas de ' las
muchas que se me ofrecen para con'f irmar la alegría y contento que en la presente ocasión, y para que hagan gracias a Dios Nuestro Señor ,que se la da paragl~ria suya y
honra de España y pata ' su particular acrecentamiento.
En esta 'jornada, señores, se encierran 'todas las razones de justa y santa guerra que puede haber en e1 mundo;
y aunque 'parezca que es guerra ofensiva y no defensiva,
y que acometemos el Reino ajeno y no defendemos el nuestro; pero si bien se mira hallaremos que es guerra defensiv:a, en la cual se defiende nuestra sagrada religión y santísima fe católica romana; se defiende la reputación importantísima de nuestro Rey y Señor y de nuestra Nación; se
defienden todás las haciendas y bienes de todos los Reinos
de España, y con ellos nuestra paz, so'siego y quietud (1),
, Ninguno pudo bien. saber, qu'e n.o lo haya visto o leído, '
las injurias que en Inglaterra cada día se hacen a Dios y
a sus santos, porque ~on, t,a ntas que no se pueden contar.
y tan extrañas que 'no se pueden creer. No hablo de las
No ~reo exista ningún documento. de la. ép~~a; ' ofiCial ~i , p~iva­
do, en ,que se encuentren. razonadas y sistematizadas con , tanta exten'.
sión y claridad 'las razones justificátivas de Felipe H para s'u 'empresa
de invadir Inglaterra, como en este «Memorial de ' agravios» , de Riba.deneyra., Su valor documental para la inte'rpreiación auténticamente española del hecho de la Armada InvenCible es extraordinario. Los historiadores estan concordes en la e,x posici6n histórica de los hechos, sean'
españóles, ingleses., franceses o italianos,- pero discrepan en su ,interpretación. ' Historiadores t¡m antiprotestantes como Pastor. que en este
punto concreto no tenía por qué decantat:se hacia ,el lado antiespañol,
no. llega a comprender el carácter de cruzada contrarr,e formisla que para
Felipe 11 y la nación esp'a ñola teriía esta empresa. Sólo valqra la ambiCión y otras; motivadiones políticas, de Índole material. No hacemos
observación ninguna a esta Exhortación, ,porque su sentido y alcance
queda bien explicado en la Introdu~ci6n y desde el punto "de vista
ideológico no repite ,ideas, nuev'a s que no estén ya indicadas en la «His,toria del Cisma».
.
(1)
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HI STORIAS DE LA CONTRARREFORMA
maldades que e n tie mpo d e l Rey Enrique , padre de esta
Isa b el que ahora reina en Ingla terra y d e su herman o Eduardo, se ha n come tido e n a que l R eino; d e los mil monasterios de grandes siervos y sier vas de Dios asolados , y diez
mil iglesias profa nadas y destruídas , robados los templos ,
saqueados los santuarios; derribadas por los suelos las memorias antiguas de los santos; quemados ,sus cuerpos y derramadas al viento sus cenizas sagradas ; echados con violencias de todas, sus casas los religiosos ; solicitadas a toda
torpeza las vírgenes y violadas las monjas consagradas a
Dios; descoyuntados con atroces y e~quisitos , tormentos innumerables siervos de Cristo, con tan fiera crudeza e im-,
piedad, que en ningún Reino de gentiles y de moros y bárbaros ha padecido mayor persecución la Iglesia Católica. No
quiero re volver cosas pasadas , 'n i traer a la memoria calamidades qUe después que el Rey Enrique VIII se apartó
de la obediencia de la Iglesia han, pasado los católicos del
Reino de Inglaterra, porque esto ' sería nunca acabar. Sólo
quiero decir el estado presente ' miserable que ahora tiene
bajo esta Isabel, la cual es hija de Ana Bole na, c on la
cual se casó Enrique', descasándose de la santa R eina Catalina. hija de los Reyes Católicos, d e gloriosa memoria,
su legítirpa mujer, con la cual había vivido p a cíficam ente
veinte años y tenido hijos de ella; y Ana era hermana de
una amiga , hija de otra amiga d el Rey, y aun, como algunos con grª,ves fundamentos dicen, hija del mismo Rey, que
se casó (,:on su propia hija para que naciese (j oh injusto,
abominable y nunca oído !) monstruo tan horrible y espantoso ; que fuese hija y hermana de su. madre y nieta de su
padre, y que imitase al padre y abuelo en la desobediencia del Papa y crueldad, y a la madre y hermana en herejía y deshonestidad, por lo cual, por mandato del rnismo
Rey Enrique. su padre y marido, le fué cortada públicamente la cabeza.
Esta, yu~s. Isabel, hija de tales padres, se ha hecho cabeza de la Iglesia' de Inglaterra, y siendo mujer y sujeta naturalmente al varón, como dice San Pablo, y no pudiendo ,
según la orden de Dios, hablar en la Iglesia , quiere que la
reconozcan por ,cabeza espiritual los clérig~s , religiosos,
obis.p os y prelados de la Iglesia, los cuales quita y pone,
visita, corrige y castiga y les. concede y constringe la voluntad de ordenar , y consagrar, y ejercer 19~ demás actos pontificiales a su beneplácito y voluntad, y por no haberla querido obedecer, ha perseguido, maltratado , depuesto , encarcelado v prisionado y., finalmente , muerto todos los obispos católicos que había en Inglaterra.
'
. Esta es la que ha mandado callar a los predicadores católicos y hablar a los herejes; la que ha recogido, arr¡.parado , regalado y favorecido a todos lospestilentísimos mi-
ARM ADA INVENCIBLE
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nist ros d e Sata nás y maes tros dia b 6 li c os d e todos los e'rro les y desvaríos que se han inventado contra nue stra sagrada
R e ligión e n n u estro s ti emp o s , y los h a llam a d o a su Reino,
y ellos han venido a é l de Francia, Escocia, Alemania la
Alta y la Baja y de las demás provip.c ias inficionadas d e herejías, y acudido a Inglaterra como a la Uriiversidad más
principal de su ~octrina, como a una cueva de serpientes,
como a puerto seguro de ladrones y corsarios , como a feria universal de tan ponzoñosa mercadería, para desde allí
derramarla y extenderla por todo el mundo más fácilmente .
Esta es la que ha quitado las imágenes de los santos, perseguido sus reliquias, pervertido el uso de los Santos
Sacramentos, prohibiendo que se diga Misa en su Reino,
mandando que no se reconozca ni obedezca al Pontífice
Romano, Vicario de Jesucristo y Suprema Cabeza en la
tierra de la, Iglesia de los fieles;. la que tiene tan grande
aborrecimiento a cualquiera cosa de devoción y piedad que
venga de aquella Santa Silla , que por s610 traer · consigo o
tener una cuenta de perdones, un Agnus Dei, · una cruz o
una estampa, una Bula venida de Roma, descoyunta y mata
con horribles y cruelísimos tormentos, como a traidores, to. dos los que halla en este, a su parecer, tan grave delito.
Esta . es la que cada día pro¡nulga nuevas y rlgurosísimas leyes. contra la fe católica, las ejecuta con extremada
fuerza y derrama continuamente la sangre inocente de los
que la profesan, aunque sean caballeros nobles, señores poderosos, sacerdotes venerables, religiosos santos, varones en
sangre, doctrina, · prudencia, ilustrísimos, los cuales mueren
a tormentos arrastrados, colgados en la horca, y estando
medio vivos lo; dejan caer, y los abren y sacan las entrañas, y arrancan el corazón, y los despedazan y ponen sus
cuartos en las torres, pu"entes y caminos de las ciudades .
Esta es la que tiene a todos los católicos de su Reino, que
son la mayor y mejor parte de él, tan afligidos y oprimidos
con. leyes. injustas, con nuevos y severos mandatos, con penas atrocÍsimas, con ejecutores inhumanos, con calumnias
de malsines y falsos acusadores, ·con sentencias de jueces
inicuos y desalmados; que ni pueden hablar una palabra,
ni moverse, ni chistar, ni aun resollar éomo católicos cristianos sin perder sus bienes, sin ser o desterrados y afrentados, o tenidos en alguna horrible y tenebrosa cárcel, o
con nuevos y terribles linajes de muerte consumidos y acabados. .
Esta es la que, movida de los herejes que dijimos tiene
en su Reino (ya abrasada de infernal deseo de propagar.
dilatar y acrecentar por el mundo el incendio de su falsa
religión), ha procurado con toda sU maña y artificio de
prender este fuego destructor y abrasador de la · herejía por
todo el mundo, comenzando de los Reinos y . Estados más
1336
HISTORI AS DE LA CONTRARREFORMA
v eclnos; la que h a destruÍd o el Reino d e Escocia y puesto
el Rey de ella en las ,miserias que vemos; la que a la R eina
María , su madre , que fué juntamente Reina d e Escocia y
de Francia y heredera en el Reino de Inglaterra, la pre ndió
con engaño debajo de su palabra y fe real, y a l ca bo de
veinte años de dura y áspera . prisión la mandó matar porque era católica y cortar la cabeza: por m a no del verdugo
de Loridres. Esta es la que ha turbado al R eino de Francia y puesto a peligro de perder el Reino y sus vidas a los
tres R e yes h ermanos , Fra ncisco 1I, Carlos IX y Enrique I1I,
y hoy día favorece a los rebeldes y paga a los soldados herejes que vienen de aquel Reino para arruinarle.
.
Esta es la que sustenta la guerra tan larga, costosa y
sangrIenta de 10s estados de Flandes contra el Rey nues·tro señor; · la · que ha procurado siempre revolverlos, de
echar los soldados españoles de ellos, de matar al señor
don Juan de Austria, de dar nuevas .fuerzas y alientos a
los que estaban ya desmayados y caídos; la que ha tomado la . pretensión de Zelanda y Holanda , o éupando sus
ciudades ; fuerzas y puertos, infestado nuestros mar es, robado las haciendas de . los m e rcaderes , y con sus d in eros ,
soldados, annas , vituallas, consejos y ardides entretenido
y dilatado de aquellos estados contra las amistades a ntiguas y dmfederaciones nuevas de la casa de Borgoña e
Inglaterra, contranues~ro Rey y contra nuestra sagrada religión, contra Dios.
'
.
.
.
Esta es la que, tomai)do nuevo ánimo y -nuevos bríos
con nuestras pacÍencia y bla ndura , se ha atrevido a acometer a los estl3.dos de las Indias ' occidentales, quemar
nuestras islas, robar nuestros . pueblos, tomar y echar a
fondo nuestros navíos, entrar por fuerza y saqUear nuestras ciudades y poner en aprieto la justicia y gobernadores
. reales,
y a todos los reinos de España e n cuidado y con.
,
·
'
.
f USlon.
y porque no pareciese po<;::otodo esto , y se ente ndiese que no solamente tenía en su mano los estados 'más
cercanos, y acometía y robaba los más apartados de su
reino, tuvo atrevimiento y osadía (cosa espantosa y para
los siglos venideros increíble) de ' asaltar y ro bar nuestros
puertos de Es.p aña, digo, primero en Galicia · y después
de Cádiz y estando en aquel puerto parte de nuestra Armada, acometerla, despojarla, quemarla, echarla a fondo; y . hubiera quemado, saqueado y asolado la misma
ciudad, si Dios por su misericordia no 1,0 hubiera estorbado y el duque de, Mediml nOI la socorriera con su persona
y gente. Esto ha hecho Isabel. él. ' nuestros ojos , a vista: de
todo el mundo, estando el marqués de . Santa Cruz apres- .
tando su armada en Lisboa, y la Andalucía llena de sol~
ARMADA INVENCIBLE
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dados; y en España nuestro poderosísimo rey y monarca del mundo, don Felipe, por hacer poco caso de esta
Isabel por ser mujer y parecerle que era mejor ganarla por
beneficios que no venir al rompimiento de las armas, ha
tenido sufrimiento y paciencia hasta que ha visto tan grande desvergüenza y temeridad.
Esta misina Isabel es la que, pareciéndole poco todo
lo que está referido, para salir mejor con su intento y
arrancar de raíz de todos los reinos de los fieles nuestra
sarita y católica religión, ha. hecho sus ligas con los príncipes herejes, ha enviado sus embajadores a Moscovia y
sus armadas hasta Constantinopla para solicitar al turco y
llamarle contra nosotros, y traerle a nuestras tierral'¡ a desa,sosegarnos y afligirnos en nuestras casas, y quitarnos, si
pudiese, las haciendas y vidas, y, lo que más importa, la
ley de Dios, la fe católica, la salvación eterna de nuestras
almas.
Esto es lo que se trataba en esta guerra, y por .esto dije
al principio que era guerra defensiva, y que en ella se defiende nuestra sagrada religión y santísima fe católica. y
¿ a quién . toca el hacer esto sino al Rey nuestro señor y a
los. reinos de España? ¿ A quién toca defender la fe católica sino al Rey católico? ¿ A quién toca conservar la fe
católica en aquel reino sino al que siendo...desterrada de
él. fué parte ' para restituirla? ¿ Quién tiene obligación de
vengar' los agravios , y muerte ' de la serenísima reina doña
Catalina, nuestra española, hija , de los esclarecidos Reyes
Católicos don Fernando y doña Isabel , que fué repudiada
y aborrecida ' del rey Enrique por casarse con la: madre . de
esta Isabel, sino el Rey de España" que fué ' yerno ' de la
misma reina doña Catalina y es bisnieto y sucesor de los
mismos Reyes Católicos? ¿ Qué reino de toda la cristiandad tiene fuerzas. y puede hoy ir a tomarlas armas contra
el de Inglaterra sino el de España? ¿ Cori que puede pagar
. España a Nuest¡:o Señor una merced tan grande, como es .
el que se haya conservadO en ' ella por celO. y ' vigilancia de . .
su Rey y . señor entera y pura y limpia y sin mezcla de
falsedades y errores nuestra 'santa Iglesia católica y reHgi6n, y que en el tiempo que casi t.odos los reinos se abra~
san de guerras . caúsadas de las herejías, tengamos nosotros.
en . los nuestros seg"!lra paz Y quietud? Cuán: grande gloria
será de nuestra nación, que no solamente se conserve en
su pureza y vigor la: fe católi.cli en sus reinos, sino qUe por
sus medios se restituya en los ajenos, que no solamente
tenga, Inquisición para castigar a los .herejes de fuera que
quisieran veni¡: a infeccionar a España" sino que de España salgan . ejércit<?s 'Y soldados para quemara los herejes
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HISTORIAS DE LA CONTRARREFORMA
de otras provincias y reinos. Grandísima y admirable honra es de los españoles que con su valor hayan descubierto,
conquistado y sujetado un nuevo mundo. Pero sin comparación es mayor honra y gloria suya que con su cristiandad
y celo se haya predicado el Evangelio de Cristo nuestro
Señor en este mismo Nuevo Mundo, y que una infinidad
de gente bárbara de. provincias extrañas, de reinos poderosos se haya sujetado al suavísimo yugo del Señor, y reconocídole y adorádole como a un solo Dios vivo y verdadero. Estas maravillas ha obrado Dios por mano de
nuestros españoles, tomándolos su divina Majestad por su
infinita misericordia por instrumento para ellas. Pues ¿ con
qué pagaremos al Señor esta mer.ced tan señalada, sino
con procurar que no se derriben los templos de · Dios, antiguamente edificados de los cristianos, ' que no reine un
monstruo, un ídolo de una mujer que se hace cabeza de
la Iglesia? No será menor honra Pélra España echar el demonio de Inglaterra, que haberlo desterrado de . las Indias,
ni restituir la fe católica a un reino poderoso, piadoso, y
el primero de los . primeros que públicamente abrazaron
la misma fe de Cristo, que el haberla plantado de nuevo
en provincias· tan apartadas y extrañas; y especialmente
que no será echar d~ sola Inglaterra la herejía, sino ahuyentarla y como desterrarla de casi ' todas las otras , provincias de la cristiandad; porque, como se ha dicho, de
todas ellas han' corrido a Inglaterra los mayores y má,s perversos herejes, que en ella se han hecho su manida y asien,to, y con el favor de Isabel se sustentan.
'
- Ella es la raíz, la fuente manantial, la que continuamente . atiza este fuego y ceba esta tormenta y fomenta este
aire corrupto 'y pestilente, y le derrama y extiende por las
otras proviricias y reinos, y así cortada esta mala raíz, se
secarán las rama¡¡ que en ella se sustentan.
Consideremos, señores, si, lo que Dios no permita, por
nuestros · pecados estuviese España oprimida de algún rey
hereje y tirano, y los españoles ~atólicos padeciésemos lo
.que ~hora padecen los católicos de Inglaterra, cómo desearíamos ser socorridos y ayudados, cómo suplicaríamos
a Dios que moviese los corazones de Jos católicos de las
otras naciones, que, viniesen a darnos las manos y libertarnos, si pudiesen. como vinieron de Francia" Flandes, Ale_
mania y de la misma Inglaterra, caballeros' nobles y soldados esforzados él librar lo.s cristianos españoles que estaban
oprimidqs , de los, moros. Pues seamos nosotros reconocidos de esta buena obra que entonces recibimos, y paguémosIa en ,la misma moneda; y pues desearíamos ser ayudados, si estuviésemos en semejante trance y conflicto,
ayudemos y socorramos " a , los que se hallan en ' él; y nQ
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hay depajo del cielo quien les pueda dar la mano, sino el
invicto ejército de los españoles enviado como socorro del
cielo por el cátólico rey don Felipe. Esto es, pues, lo que
toca a la defensa de nuestra católica religión, en la cual
se encierra la honra y gloria verdadera de España.
Veamos ahora lo que toca a la reputación del Rey
nuestro señor y de la nación española, que es lo que propusimos en el segundo punto y dijimos que se comprende
en esta guerra defensiva. Después. que España es España ,
jamás tuvo .. la reputación · que hoy tiene en todas lé!s naciones del mundo, así porque jamás su imperio estuvo tan
extendido como ahora, pues abraza desde · Oriente a Poniente y desde Septentrión a Mediodía, como por las hazañas y casos señaladísimos que han hecho los españoles
en las guerras en Francia, Italia, Alemania, Flandes, en
Africa, A§lJa, Europa y en el Nuevo Mundo, contra moros
y turcos, cristianos y paganos, contra católicos y herej.e s. Las
cuales son tantas y tales que sin duda exceden a todas · las
que se hallan escritas de asirios, medas, persas, griegos.
latinos, cartagineses y romanos. Y si se escribiesen ' no digo
con elocuencia y artificio de historiadores encarecedOles
y mentirosos, como muchas de las otras naciones se han
escrito, ,sino con llaneza y verdad, espantaría~ a los siglos
venideros y se tendrían por fabulosas. Por esta reputación
e imperio tan extendido, es el rey don Felipe nuestro señor el mayor monarca que ha habido jamás entre cristianos; pues , dejando Jos otros reinos y estados en Europa,'
que son tales que cada uno de ellos es bastante para hacer
poderoso a cualquiera señor de él, y tantos en número que
con dificultad se pueden contar; los límites de su imperio son límites del mundo; y juntando con su grandeza a
Oriente con Poniente y al polo Artico cón el Antártico o
el Norte ,con el Sur, enviando sus poderosas armadas y
estandarte real a Angola, Congo, Monotapa, Guinea, Etiopía, Sino Arábigo, Sino Pérsico, a la Florida, Santo Domingo, Cuba, Méjico, Perú, Goa, Malachas, islas de Luzón
o Filipinas, ' China y Japón, rodeando el universo sin embarazos ni estorbos. Esta reputación es la que ha dado y
conservado tantos años la paz en la cristiandad, la que ha
tenido a raya a Francia, enfrenados los herejes,l eprimido
a Jos turcos, sosegadp .a los inquietos; y ,con ser nuestra
nación tan poco grata a las demás naciones, a unas 'porque le están sujetas y a , otras porque les pesa que otras lo
estén, nin~una se ha atrevido . a moverse y tomar las armas contra · ella en estos años, temie'ndo . su ruina y des~
trucción; solos los estados de Flandes han continuado la
guerra contra el Rey nuestro· señor, pero esto no acome-
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HISTORIAS DE LA CONTRARREFORMA
- -- - - _ .,- _ . _- - -
tiendo , sino resistiendo, no buscando ellos, sino peleando
y defendiéndose de los que los buscan en sus casas . Lo
cual ellos 'no hubieran hecho ni podido hacer tan largo
tiempo, sino con las espaldas y favor de la Reina de Inglaterra; la cual no se ha 'desvergonzado a buscarnos en nuestra casa y robar nuestros puertos y quemar nuestras naves.
como se ha dicho.
,
Pues ¿ qué mayor afrenta · y menoscabo de reputación
puede ser que decirse y publicarse por el mundo que una
mujer que se llama ' Reina y 'no lo es, . ose enviar un corsario o capitán suyo a España, y el asaltar las costas· de
ella, saquear los puertos y qUemar a nuestros ojos nuestras
naves, y tomar las que vienen de las Indias orientales, y
qüe se va alabando y es recibido como triunfanle y rega'lado y festejado con regocijos; y que ' se representen comedias en vituperio Y' escarnio nuestro, y en alabanzas y
gloria suya; como se ha hecho en Inglaterra? ¿ Qué sentirán las otras, naciones? ¿ Qué juzgarán de la nuestra ~
eQué dirán? Dirán por ventura que es mucha nuestra paciencia, o que es sobrada, 'nuestra poquedad, que no queremos, 'o que no podemos vengarnos, si este k· ::o ydes ~
variado atrevimiento quedase sin castigo.
El mundo se gobierna por opinión, y más las COSáiS de
la guerra; ,con ellas se sustentan los imperios ; mientras
ella está en pie, ellos están; y cayendo ella, caen; y con
la reputación muchas veces se' acaban más casos que ("on
, las armas y con los ejércitos. Y los reyes y príncipes . po·
derosos de Iiinguna cosa deben ser más celoso,s, después
de hacer lo que deben a Dios y a sus xeinos, en ninguna
más vigilantes Y solícitos, que en ganar; conserVar y acrecentar esta opinión, y que todo el m1,lndo sepa, que ni
ellos quieren hacer agravios, ' ni consentir que nadie se lo
haga a ellos. Porque perdiéndose esta reputación se pierde mucho; y una vez perdida, con dificultad se torna a recobrar. Todo el mundo teme nuestro poder, y aborrece
nuestra grandeza'; tenemos, muchos enemigos ' descubier-,
tos , y muchos más encubiertos y amigos fingidos; los descubiertos, faltando la reputación, tonún'án ánimo para ac'o meternos, y los encubiertos ' para descubrirse y pu hlicar
que tienen encerrado en sus pechos.
Por esto conyiene velar; y para qUe nadie se' atteva,
castigar al atrevido, y con 'el ca.stigo de Isabel enfrenar a
los demás, para ,qUe escarmentando en ' cabeza ajena, ').10
se muevan, ni , quieraIl los escarabajos pelear con las águi~
las , y los ratones ,con los elefantes, Porque de otra suerte '
poco nos . apro'vecharía haber ganadod nombre y fama
'de soldados valetosos o ' invencibles en las guerras pasa~
das ; si ahora se perdie~e; y' quitado el freno ' con qUe to-
lo
ARMADA INVENCIBLE
1341
dos los estados y señoríos fuera de España están enfrenados y quietados, y en menoscabo de la república, de la
majestad de nuestro Rey y señor, de nuestra nación, les
diésemos ocasión para alterarse y revolverse contra nosotros; que para que esto no sucediese, .se ha entretenido
tantos años con tanta costa de nuestra sangre y hacienda
la guerra de Flandes, y . con ' mucha razón; porque si los
herejes y los vasallos rebeldes de su Majestad saliesen con
las suyas y 'se perdiese la reputación con que los reinos
se sustentan, 'y como he dicho, están sujetos, ¿ qué seguridad podríamos tener que los demás estados fuera de España no se rebelasen -y perdiesen el respeto ~ .
Pues qué diré de la tercera razón, que es de nuestro
provecho e intereses, la cual, aunque no debe tener en los
pechos cristianos tanta, fuerza, como la de la religión y celo
de la fe, 'ni en los generosos como el de la reputación y
honra, como hasta aquí ' hemos tratado, . pero comúnmente vale D;!ucho y puede mucho y mueve él la mayor parte
de los hombres y los arrebata, en sus consejos y deliberaciones; justo es, cierto, que tenga su lugar en ellas, y que
el que es conservador y defensor de la república (que esto
es ser rey), atendiendo al pro de sus vasallos, procure mu- ·
'chocon todas sus fuerzas · desviar y apartar todo lo que les
. pueda acarrear daños y de allegar y acreG.entar.lo que es
para su bien o provecho. Primeramente bien sabemos lo
que a estos .reinos cuesta la guerra de los estados de · Flan' des, y que . para sustentarla se desangra España y se consume, queriendo antes perder hacienda, qUe no la obediencia dé aquellos estados, y con ella, como dice, la reputación, sin la cual no se puede conservar lo demás. Pues ·
esta gUerra, ¿ cuándo t.e ndrá fin, cuándo se . acabarán sus
calamidades y nuestros 'd años, cuándo su asolamiento y
nuestro desentrañamiento? Dejar lo comenzado no es posible, llevarlo adelante y sustentar tan excesivos gastos
mucho tiempo es muy dificultoso; que se acabe la guer.ra no hay esperanzas mientras que Isabel viviera e Inglaterra la fomentare. Porque ya los , flamencos con el uso
de las armas se han hecho s'o ldados y aun for'tificado muchas plazas, y están irritados contra nuestra nación, y muchos de ellos 'por ser herejes quieren gozar de sus libertades y anchuras. .
.
.
..
. . No conviene conceder lo ·que ellos prete~den contra
la Iglesia católica y contra D.i os, ni hay esperanzas de ga_
narlos COl} halagos ni atraerlos con promesas, ni convencerlos con buenos tratamientos y c:onciertos, especialmen- .
te siendo ellos fáciles y habiendo siempre quien les predique y pers~ada lo contré!.rio. Por rigor de las armas I'!ste
1342
H ISToRIAS Dt LA CONTRARREFORMA
negocio, si Dios es servido que se acabe, es d e esperar
que lo será como se ha comenzado. Pero si El no pone
la mano, no parece humanamente posible que se aca bará
mientras que tuviere n los rebeldes las ayudas y socorros
que al presente tiene n . Porque como el ejército y presidio español, que es la fuerza principal con que se ha de
cobrar lo que queda por ganar de aquellos estados. por
irse cada día menoscabando, es necesario repararle con,
tinuamente y esforzarle con nueva g~nte, y esta gente. se
h a de e nviar de España , lo cual no se pue d e h a cer sin
mucha costa y trabajo, y los enemigos tienen tan .cerca y
tan aparejado el soc orro, pues de Inglaterra a Z elanda y
Holanda en pocas horas se puede pasar, teniendo nosotros
las fuerzas tan apartadas para acometer, y ellos casi dentro de · su casa las que han q¡enester para resistir; hasta
aquí bien se ve que hasta que se les quiten estas fuerzas,
mal podrán ser del todo vencidos; otras fuerzas, no t:enen
sino las ·de la inglesa; el imperio está quieto ; Francia ya
hizo lo que pudo, y ahora, aunque quiera. no puede; los
otros príncipes no pue den o no quieren; sólo Isabel pers e vera , hereje y enemiga de Dios y nuestra, quiere y por
estar tan cerca puede esforzarlos y entretener la guerra
con desasosiego nuestro y pérdida de nuestras haciendas
y de nuestras vidas. Si queremos que se acabe esta guerra, . la de Inglaterra se ha de comenzar, y cortada esta
mala raíz, el árbol que en ella se sustenta, caerá; mientras qüe duraren los vientos que soplan de Ingiaterra, durará la tormenta, y mientras que se echare leña en el fue~
go arderá ; de manera que así como los médicos que
quieren curar un 'c orrimiento que baja de la cabeza al pecho , no solamente procuran disminuir y evacuar el humor
que ' corre a la parte Baca y enferma, sino tienden principalmente a sanar la cabeza que engendra' y destila continuamente aquel humor y .cortar la raíz y fu~nte de él,
así nosotros; si queremos sanar .e sta prolija y costosa enfermedad de la guerra de los estados de Flandes, hemos de
a~udir al origen y a la fu.ente ,d onde se ceba, que es la
Reina' de Ipglaterra; ' porque mientras ella destilare y enviare , sus. fuérzas. y mal humor, siempre habrá corrimiento
y dolor; y mientnls que durare la causa de la enfermedad,
durarán los. efectos de ella; y aunque baja' la compara. ción y semejanza" pero porque es verdadera y deClara ' bien
16 que pretendemos, la dije.
Por más cuidado que se tenga de limpiar la casa y qui.
tar las telarañas, mientras que viviere la araña que de
nuevo las teje, ' siempre ' las ' habrá; mientras· que dure esta
mala araña en Inglaterra, que urde trama y teje las. telas
ARMADA INVENCIBLE
1343
de las tralCiOnes y maraña de Flandes. y de los otros estados de su Majestad. necesariamente las habrá.
Pues para concluir esta razón digo que España no se
acabe de consumir y desentrañar enviando cada año lo que
necesariamente se ha de enviar para sustentar la guerra
de Flandes; conviene buscar medios para que ella se ac abe. y no se ve otro ni más fuerte ni más eficaz que meter
la guerr~ dentro de Inglaterr~ y gastar en una nao con
esperanza del fruto cierto . lo que sin ella se ha de gastar
y mucha . Porque faltando las fuerzas de Inglaterra. Holanda y Zelanda luego se rendirán. Esto es hacer con Isabel lo que ella ha hecho con Su Majestad; con los otros
Reyes sus vecinos. que ha sido emprender el fuego en las
casas de ellos para tener ella paz en la suya; turbar a los
suyos para reírse de ello. y estar como de talanquera mi rándolosen los cuernos ' del toro . Y así esta: guerra de lnglat~rra es guerra defensiva. como se dice. pues en ella
defiende Su Majestad sus estados de Flandes y acaba d e
una vez una ' guerra tan costosa. y da fin a los gastos inmensos y continuos que mientras ella durare . necesariamente han de durar; y con esto tendrá España. 'que es lo
que hace a nuestro propósito. algún alivio y descanso .
Pero no es sólo éste el provecho que de esta guerra se
sigue. No tratamos aquÍ solamente de sacar a SU: Majestad
de n,ecesidad. y quitarle la obligación de gastar fuera del
reino lo que el reino le da. sino que no se hundan y acaben
de una vez las riquezas. haciendas y bienes de todo el
reinO. como sin duda se acabarían, si la Reina y los d~ su
consejo saliesen con su intento. Porque no pueden ellos
soiamente embarazar al Rey nuestro señor con los movimie ntos y rebeliones de Flandes, no infectar el mar océano. no impedir el comercio y trato de los mercaderes, no
tomar una o dos naves que vienen desmandadas de las
Indias. y robar las haciendas . de algunos particulares tratantes; pero viendo que la riqueza y grandeza de España
dep.e nde de los .millones de oro y plata, y de los tesoros
inestimables de perlas. piedras preciosas y especiería qu ~
cada año viene de las unas ' y de las otras Indias, que el
sustento y vida de estos reinos está ya colgado de estos
tratos ' y de estas mercaderías, y de la ord.iriaria y segura
navegaQón . de las flotas, pretende quitarnos . .. y aun qui- '
tamos las mismas Indias, o a lo menos turbarnos el curso
de esta navegación y robar las flotas para afligir y asolar
estos reinos, y.dar al través de un golpe con la grandeza
y riqueza de.. todos ' ellos. Esto intentaron poéos años ha. '
entrando por el estrecho , de Magallanes y robando gran
134-+
HISTORIAS DE LA CONTRARHEFOHMA
suma de oro y plata en el Perú; y hoy día de nuevo han
pasado a aquel reip.o.
Lo mismo, con más brío y atrevimiento, pretendieron
dos años ha, pues llegaron a las islas de Santo Domingo,
y tomaron y robaron la isla de Cartagena, y estuvieron
tres días sobre la Habana para hacer lo mismo, y pasaron
más adelante haciendo por todas partes innumerables daños e insultos, y si Dios casi milagrosamente no guardara
las flotas, ' cayeran en sus manos. Y para que sepamos que
con nuestra paciencia y disimulación crece su osadía, y
que la herejía es desvergonzada y atrevida, este año han
robado a nuestra armada en nuestro puerto de Cádiz, y
quemado y tomado parte de ella y algunas naves cargadas de la India, y preten~ían topar nuestras flotas y hacernos los daños que de su desordenada intención se pueden temer; y si estos males no se apartan, sin duda crecerán, y cada¡ año nos veremos en nuevos cuidados y en
nuevos aprietos y sobresaltos; y lo que en , estos años no
h~ acontecido, por ventura sucederá en otro, y tendrá España para muchos que llorar; y si Dios por nuestros pecados y pqr nuestros descuidos lo permitiese, acrecentando
con su osadía y robos sus fuerzas la inglesa, podría alterar
y alborotar los estados de las Indias apartados, desarmados
sujetos a movimientos y' alteraciones y expuestos a cualquiera violencia. De manera que ya que no los pudiese ella
tomar y sustenta~, 'n os diese que pensar y en que entender .
Esto se ha de atajar, y no hay otra mejor manera que' cortar la raíz, como se ha dicho. Por esto digo que en esta
guerra se defienden las haciendas y bienes de todo el 'reino,
y su paz y sosiego y quietud. No es este' negocio de pocos ,
sino de muchos; no toca solamente a los mercaderes y hombres de negocios, aunque si a ellos solos tocase, sería causa
bastante para emprender la guerra, porque sin ellos no se
puede conservar el patrimonio real ni la república. Mas a
todos toca el dote de la doncella, el amparo de la viuda,
la defensa del párvulo, el sustento de los monasterios, la
conservación de los hospitales , la comida de los pobres, la
seguridad de los labradores, la quietud de los ciudadanos,
el lustre de los caballeros y señores.
,
'
Más diré: la grandeza y reputación de nuestro Rey, y
el descanso de todo el reino en gran parte depende de este
trato y comercio y manual y segura navegación de 1<1S Indias, que la Reina de Inglaterra nos quiere quitar. Y así,
señores, en e,s ta jornada no piensen vuestras mercedes que
acometen aquel reino, sino que defienden el suyo, y todo
lo que aquí he referido, y mucho más, qüe por comprenderlo también con su discreción y prudencia , no hay para qué
dilatarlo y encarecerlo con palab~as . Pues si en esta gue-
1;)45
ARMADA INVENCIBLE
rra se d efi ende, como he mos visto, nuestra santa y católica religión, ¿ qué católico cristiano habrá que no vaya a ella
c on alegría ? Si se defie nde la honra de España, ¿ qué español ha~rá que no procure la fama y gloria de su nación?
Si se defiende la reputación de nuestro Rey , tan sabio, tan
justo, tan moderado y poderoso, d~ la cual cuelga todo el
bien de toda la cristiandad, ¿ qué vasallo habrá que no
muestre su lealtad, su celo y valor? Si nuestras haciendas,
si nuestras vidas, si nuestros contentos están a riesgo y no
pueden tener seguridad, sino con el castigo de esta Isabel
y de sus ministros, r. quién no se ceñirá la espada y embrazará el escudo y blandirá la lanza y derramará.la sangre
por defender y asegurar la patria en que nació, por salvar
la nave en que navega, por su ley, por su reino, por su Rey
y por su Dios?
Aunque no vamos a derramar la sangre, señores, en esta
jornada, ni a dar nuestras vidas, que por tantos y tan justos títulos serían bien dadas. Más vamos a quitarla a los herejes, y a darla a innumerables catóJicos del reino de Inglaterra . Vamos a tomar los despojos de las riquezas, los tesoros infinitos que eran de las iglesias y templos de Dios,
y a hora están tiranizados de Isabel y de sus impíQs ministros. Vamos a saquear y despojar un reino, que está rico
con nuestros sacos y despojos, y con la paz que ha tenido
muchos años, causa de nuestra guerra. Vamos a una empresa muy fácil, y si hay en nosotros pecho español y valor,
tal que el comenzarla es acabarla. Todas las veces que
en estos setenta años que ha que comenzó la pestífera secta
de Martín Lutero, han peleado los católicos con los here_
jes, los han vencido en Alemania, en los Suizos, en Francia, en Flandes y en la misma Inglaterra, favoreciendo Dios
siempre a su verdad y a su santísima religión.
y es esto de manera que muchas veces pocos soldados católicos han desbaratado a muchos herejes, y con pequeño número vencido grandísimos ejércitos. Porque Dios
peleaba por ellos ; y lo mismo será ahora, pues es la misma
causa , y aun c<;m muchas ventajas.. Porque ninguna guerra
de las pasadas fué tan cir.cunstancionada, y en ninguna se
peleó tanto por Dios y contra la maldad tanto como en ésta.
Porque en ésta vamos a deshacer una tiranía fundada en
incesto y en carnalidad , fomentada con sangre inocente de
innumerables mártires, sustentada con agravios y demasiada pacÍen_c ia de los otros príncipes. Vamos a destruir
una 'morada de víboras, una cueva de ladrones, una piscina y una balsa de garrulaciones y vapores pestíferos, una
cátedra y escuela de pestilencia; a corfai' ia 'cabeza a una
mujer que se hace cabeza de la Iglellia, y que por ser católica mandó cortar la cabeza a una Reina de Francia y de
43 A
HISTOIUAS DE LA CONTRARHLf ORMA
Escocia, que era sobrina y sucesora, y entró en su reino
debajo de su palabra infernal. No se espante nadie cuando
oye decir Inglaterra. Vamos contra una mujer flaca y de su
condición natural muy temerosa, sustentada en su cetro
y de sus propios pecados, y levantada en el trono real para
que sea más miserable su caída; contra una mujer que no
es Reina legítima, así por no lo ser ella y haber nacido d e
matrimonio infame y condenado por la Sede Apost5I:ca,
como por hab er sido privada del reino por el Papa Pío V,
de santa memoria; contra una mujer h ereje, sangrienta.
hija de Enrique VIlI, hija de Ana Bolena, imitadora de tales padres ; la cual está rodeada de una manda de consejeros y ministros impíos como ella; hábiles para con artifici"os y engaños encender la guerra en los reinos ajenos y
desproveídos, y cobardes para pelear en el suyo. Vamos
contra una mujer atormentada de su propia conciencia, enemiga de todos los reyes cristianos, y de ellos aborrecida.
malquista de sus vasallos, que tiene sus fuerzas repartidas
en Holanda y Zelanda, en Hivernia y en Escocia, y no espera socorro de fuera, y teme la rebelión de los de dentro
de su reino. Porque los católicos, que son sin duda la mayor parte, y están oprimidos de su tiranía, en viendo nuestras banderas, en descubriéndose nuestras armadas, tomarán las armas por la fe católica y por su libertad, y los mismos herejes son tan mudables y amigos de novedades, y
están tan cansados de los que gobiernan, que aunque no
sea sino por gobernarse y verse libres de ellos, gustan de
cualquiera alteracióén y mudanza, a las cuales siempre
aquel reino ha sido tan sujeto, que no sabemos otro de cris_
tianos que con tanta facilidad y menos ocasión se turbe
y tome las armas c ontra su Rey, y le haya más veces quitado la corona, y desposeído del reino.
Un escritor inglés llamado p or nombre Gildas, al que
por su gran sabiduría llaman el sabio, escribió más ha de
IIl¡il años de sus mismos ingleses: Britani neque in bello
jortes, neque in pace jideles; que los ingleses no son vali entes en la guerra, ni leales en la paz. La poca lealtad han
mostrado siempre en las comunidades y alborotos, que digo, contra sus reyes; y el poco ánimo en las guerras que
han tenido con las otras naciones , de las cuales se han dejado siempre vencer y sujetar. Apenas ha habido nación
que los haya acometido, que no los haya rendido y señoreado . Paréceles que están encastillados en su reino, y
cuando ninguno les acomete ni resiste, bravean y tiénense
por valientes, y para robar como corsarios e infectar la mar
no les falta industria y engaño. Pero cuando se viene a las
manos, luego se descubre lo que son. ¿ No nos enseña esto
la experiencia? ¿ No han perdido los ingleses todo lo que
ARMADA INVENCIBLE
tenían en Aquitania y en Normandía? No perdieron en
nuestros días el condado de Boloña? (No entregaron vilmente a los franceses, sus enemigos, a Gins y la fortaleza
de Calais, que habían tenido casi cuatrocientos años , y la
tenían por inexpugnabJe? Con lQS españoles pocas veces
han venido a las manos en nuestros días los ingleses, pero
esas pocas siempre las han llevado en la cabeza, peleando
en los estados de Flandes, adonde ahora últimamente se
vió bien cuán para poco son, en el cerco de la Inclusa, sobre la cual estando el duque de Parma con el ejército español, que era de muy poca, pero de muy lucida gente.
y siendo plaza de sitio fuerte y llena de soldados valon es
e ingleses para su defensa, y viniendo el conde de Leicester, capitán general de la inglesa, y su gobernador en Ho landa y Zelanda con gran número de navíos y soldados
ingleses para socorrerla, no osó hacerlo, sino que en sus
ojos y a su pesar se tomó aquella plaza y se rindió a Su
Majestad.
Pero (qué maravilla es que el inglés no osase mirar la
cara del español, a quien reconocen ventaja las más valerosas naciones? ¿ Qué maravilla es que el hereje sea flaco.
y pusilánime el que no tiene la verdadera fe y con ella el
esfuerzo y virtud de Dios? La verdadera religión tiene siempre por compañeras y hermanas a la fortaleza y a la sabiduría, y en perdiéndose la religión se pierden ellas; y conservándose en ella se conservan, como nos enseña la experiencia, y ésta es la causa por qué cuando los que tenían
la verdadera religión eran valientes e invencibles, después
que la perdieron son cobardes y vuelven las espaldas al
enemigo, y lo mismo podríamos decir de la sabiduría. Vamos, señores, vamos; vamos con contento y alegría; vamos
a una empresa gloriosa, honrosa, necesaria, provechosa y
no dificultosa. Provechosa para Dios, para su Iglesia, para
sus santos .. para nuestra nación. Para Dios, que para castigo de Inglaterra se ha dejado desterrar de ella, y permitido
que no se ofrezca en ella el santísimo sacrificio de la misa;
para su Iglesia, que es oprimida de los herejes ingleses, sus
enemigos; para los santos, que han sido en ella maltratados, afrentados y quemados; para nuestra nación, por quererse nuestro Señor serv:ir de ella para cosas tan grandes.
Necesaria para la reputación de nuestro Rey, y necesaria
para seguridad de nuestros reinos; necesaria para la conservación de las Indias y de las flotas y riquezas y tesoros
que de ellas nos vienen; provechosa para que con el favor
de Dios se acabara la guerra de los estados de Flandes, y
con ella la necesidad de sacar y enviar de España para sustentarla, nuestra sangre, nuestra vida, nuestra substancia;
provechosa para los despojos y riquezas que habremos de
1348
HISTORIAS DE LA
~ONTRARREFORMA
Inglaterra, de los cuales cargados y de gloria y victoria con
el favor de Dios volveremos a nuestras casas. Vamos a una
empresa no dificultosa, porque Dios nuestro Señor, cuya
causa y santísima religión defendemos, irá delante, y con tal
Capitán no tenemos que temer.
Los santos del cielo irán en nuestra compali.ía, y particularmente los patrones de España y los santos protectores
de la misma Inglaterra, que son perseguidos por los herejes
ingleses, y desean y piden a Dios su venganza, nos saldrán al camino y nos recibirán y nos favorecerán, y demás
de los otros bienaventurados santos que plantaron en ella
con su vida y doctrina celestial nuestra santa fe o la regaron con su sangre y nos están aguardando, hallaremos en
nues'tro favor la de los santos varones Juan Fisher, cardenal y obispo Rofense, de Tomás Moro, de Juan F orest
y de innumerables religiosos de la Cartuja, de San F rancis~o, de Santa Brígida y de las otras órdenes, derramada
cruelísimamente por Enrique, que clama a Dios de la tierra donde se derramó, y pide venganza y no menos la de
Edmundo Campion, de Tomás Cotam, Padres de la Compañía de Jesús; de Rodolfo Corbin, de Alejandro Briant
y de otros muchísimos sacerdotes venerables y siervos
de Dios, a los cuales su hija Isabel ha despedazado con
atroces y exquisitos tormentos, y la ile la santa e inocente
María, reina de Escocia, que todavía está fresca y aun no
enjuta, y con su hervor, calor y copiosa abundancia arguye la crueldad e impiedad de esta Isabel y tira saetas contra ella. Allí nos están aguardando los gemidos de infinitos
católicos aprisionados, las lágrimas de muchas viudas, que
por no perder la fe perdieron sus maridos; los sollozos de
innumerables doncellas que o han de dar sus vidas o destruir sus haciendas o destruir sus ánimas; los niños y muchachos, que si no se remedian, criados con la ieche ponzoñosa de la herejía se perderán. Finalmente un número
. sinnúmero de labradores, ciudadanos, hidalgos, caballeros,
señores, sacerdotes, de todos estados de gente católica,
que está afligida y oprimida y tiranizada de los herejes,
y nos está aguardando para su libertad. En nuestra compañía van la fe, la justicia, la verdad, la bendición del Papa
que tiene lugar de Dios en la tierra, los deseos de todos
los buenos, las oraciones y plegarias de toda la Iglesia católica. Más podrá Dios que el diablo, más la verdad que
la mentira, más la fe católica que la herejía, más los santos y ángeles del cielo que todo el poderío del infierno, más
el ánimo invencible y brazo robusto español. qUe los ánimos caídos y cuerpos helados y flojos de los herejes. No
falta, señores, sino que vaya con nosotros la pura y buena
conciencia, el corazón limpio, encendido de amor y celo
ARMADA INVENCIBLE
de la gloria de Dios, la intención fina de pelear principalmente por la fe católica y por nuestra ley y nuestro Rey
y nuestro reino ; vivamos vida cristiana , y sin escándalos y
ofensas públicas de Dios, haya en nosotros piedad para
con El, unión y hermandad entre los soldados. obediencia
él. los capitanes. ánimo. esfuerzo y valor español. que con
éste no tenemos que temer. y nuestra es la victoria.
Carta de Ribadeneyra para un privado de Su Majestad sobre las causas de la pérdida de la Armada,
Suplico a V. S. que si le pareciere cosa nueva o impropia escribir yo lo que aquí diré, me perdone, pues el amor
y celo sólo del real servicio me mueve a hacer esto, y el
parecerme que siendo S. M. nuestro Rey y soberano señor.
todos sus vasallos tenemos obligación de desear y procurar
su contento y felicidad, y más los religiosos, pues de la fe.
licidad de Su Majestad depende ahora todo el bien de la
cristiandad.
Aunque los juicios de Dios nuestro Señor son secretÍsimos, y por esto no pode mos ciertamente saber el intento
que Su Divina Maj estad ha tenido en el tan extraordinario
suceso que ha dado a la A rm ada tan poderosa de Su Majestad, todavía el ver que en una causa tan suya y tomada
con tan s.anta intención , y tan encomendada en todos estos
reinos, y tan deseada y procurada de toda la Iglesia católica, no ha sido servido de acudir a los piadosos ruegos
y lágrimas de tantos y tan grandes siervos suyos, nos hace
temer que hay grandes causas por las cuales Dios nuestro
Señor nos ha enviado este trabajo, y que por ventura él
durará mientras que ellas duren. Porque como El no hace
cosa acaso, ni cae una hoja del árbol sin su voluntad, y
El la suele muchas veces mostrar con los efectos varios
de las cosas que dependen de su misma voluntad, es cosa
muy puesta en razón y muy saludable, inquirir y ponderar
las causas que puede haber habido para que Dios no nos
haya hecho esta merced. Yo para mí tengo por cierto que
no ha sido querérnosla negar , sino dilatarla un poco de
tiempo, y entretanto hacernos otras muchas y mayores y
más importantes mercedes de que tenemos mayor necesidad; y una de ellas es hacer santo a Su Majestad y darle
ocasión para que se humille debajo de su poderosa mano,
que conozca bien el gran poder que le ha dado, y lo poco
que este mismo poder vale sin El; que cele mucho su honra, y que en sus consejos la tenga por blanco y le anteponga a todos los otros sus intereses y fines; que no desmaye
por casos adversos, sino que con nuevo ánimo y esfuerzo
vuelva a El, y confíe en El, y sepa, y esta merced es tan
grande que para bien del ánima de Su Majestad y aun para
la verdadera felicidad de sus reinos, ' es de mayor provecho
e importancia que la conquista del reino de Inglaterra. Y
juntamente ha querido nuestro Señor probar nuestra fe.
avivar nuestra esperanza, encender más nuestra oración;
I
.. ··\~)')
HISTORIAS DE L A CONTRARREFORMA
reformar nuestras costumbres , apurar nuestras intenciones
ji alim pia rla del polvo de nuestro propio interés y quietud
te mporal, que muchos pre tendían en este n egocio , y p or
ventura con más ahinco que la exaltación de nuestra santa
fe y el bien de las ánimas p erdidas de los ingleses .
P e ro dejando estos provechos que podemos sacar del
suceso de esta Armada , quiero poner aquí las cosas que
d espués d e alguna oración y mucha conside ración se m e
han ofrecido que podrían hab e r sido causas de este azote
y castigo universal, para que si a V. S . le pareciere lleven camino, las represente a Su Majestad de la manera
que juzgare que más conviene. Porque yo sólo pretendo
cumplir con la obligación que como vasallo, religioso (aun_
que indigno) d e la Compañía de Jes ús , tengo de celar la
felicidad de Su Majestad y del reino, y la exaltación de
nuestra santa fe católica; y me ha parecido se debe aún
tratar más de que dura todavía la necesidad precisa d e:
llevar la guerra adelante y buscar al enemigo; si no queremos que él nos busque y nos haga gu erra en nuestras
casas.
La primera es, que mande Su Ma jestad d esagraviar a
muchas personas que en estos reinos, y p a rticularmente en
Andalucía, han sido agraviados de sus ministros , y C0n
nombre y vara de justicia han sido despojados de su sustento y del remedio de sus hijos, sin ser pagados ni oídos,
antes aprisionados. y afligidos por querer defende r sus haciendas. Esto entiendo ha sido con tan gran ~xceso y violencia , que a personas graves. y t e m erosas d e Dios he oído
decir antes que partiese la Armada, que no era posible
tuviese buen suces.o, pues iba cargada de los sudores y
maldiciones de tanta gente mis erable, a los cuales suele
el Señor juzgar y oír: especialmente que se entiende que
buena parte de lo que se ha tomado, aunque se ha toma..:lo
con nombre de Su Majestad y de la Armada no ha sido
para su real servicio, sino para enriquecer a los que lo han
tomado .
La segunda es , que Su Majestad con su grandísima prudencia mire y examine o mande examinar a hombres de
\ciencia y conciencia y celosos d e su real servicio, qué
causas puede haber para que tanta y tan gruesa hacienda
como tiene Su Majestad luzca tan poco y se hunda. Porque si es la causa el de servirse Dios nuestro Señor de al~
guna piute o del modo de la cobranza de ella, conviene
mucho quitar todo lo que ofende a sus divinos ojos. San
Cregorio papa, escribiendo una carta a la Emperatriz, encargándole que suplicase al Emperador su marido que se
apiadase de los pueblos de Sicilia y Cerdeña, que estaban
con la~ gu.~:rraa y con los pesos y gravezas Wl,ly afligidos.
ARMADA INVENCIBLE
dice: «Diráme V. M . que todo lo que se coge de los tri butos destas islas se gasta en las gu erras . R espondo: ¡dcirco fortasse tanta e expensae in hac terra minus ad vitilitatem percipiuntur, quia cum · peccati a liqua commixtion e colliguntur; retur, quia cum peccati aliqua commixtione
c olliguntur; recipiant ergo serenissimi dni, nihIl cum peccato .» Y así, porque podría ser que ésta fuese la causa de
e ste desorden; y si no lo es, sino la mala admmistración
de la hacienda, y la poca fidelidad de los que la tratan,
es necesario poner remedio en cosa que tanto importa.
castigando severamente y como a ladrones públicos y d es truidores de la república, a los que la roban, y haciendo
merced a los que la administran como deben; porque de
no hacerse esto, toman los malos alas para lo uno y los
buenos se descuidan y desmayan en lo otro. Así que con_
viene mucho haya gran cuidado en esto, pues la hacienda
es el nervio de la guerra, y aun en la paz el freno de los
reinos, para que obedezcan y no se descomidan sabiendo
que el Reyes poderoso; y tanto mayor cuidado se quiere poner en esto cuanto la hacienda de Su Majestad no es
solamente suya, sino de todos sus reinos, o por mejor d ecir de toda la cristia,ndad, pues es para beneficio de ella y
de ellos; y así es necesario mirar mucho esto.
La tercera es, que mire Su Majesta d y escudriñe bien ,
si en los negocios que se le han ofrecido tratar de Inglaterra después que nuestro Señor le hizo Rey de ella, ha tenido más cuenta con la seguridad de su estado, que con la
gloria de Dios y acrec~ntamiento de la fe católica; y si
por no ofender a la Reina de Inglaterra, ha dejado de amparar a los que por ser católicos y leales a Dios eran perseguidos y afligidos de ella; porque como Dios Nuestro Señor
es tan celoso de su honra y quiere que todos los cristianos,
y más los reyes, se esmeren en procurarla, y sean tan aventajados en esto como lo son en el poder y señorío sobre los
otros hombres, cualquiera descuido qu e se hace en esta
parte le castiga mucho; y a las veces por medio de los mismos a quienes se deseó dar contento, y con quienes se tuvo
más cuenta que con la honra de Dios y amparo de su fe . Y
si ha habido algún descuido en esto, pésele mucho a Su
Majestad de ello; y procure en todos sus consejos y deliberaciones tener siempre por mira y blanco principal la honra
y gloria de Dios; y con ella nivele y mida todo lo d emás
que toca a intereses o estado.
La cuarta es, que se ponga mayor cuidado en quitar
pecados y escándalos públicos, especialmente si hubiese
algunos de personas grandes que tienen obligación de dar
ejemplo: porque con lo malo que dan inficionan o corrompen la república, y pues Su Majestad es cabeza y se.
1~54
HISTORIAS DE LA CONTRARREFORMA
ñor de ella, y puede con tanta facilidad y con sola una demostración d e su voluntad enmendar y corregir los excesos, parece que nuestro Señor le podrá pedir cuenta de lo
que en esto no hiciere.
La quinta es, que considere Su Majestad si conviene
meter su real persona e n el gobierno de las religiones de
la manera que ahora se hace; porque a muchas personas
graves y temerosas de Dios les parece que no; porque
aunque es verdad que e ntienden el piadoso ánimo de Su
Majestad, y que se mueve a ello por celo del bien de las
religiones y movido de los mismos religiosos , todavía juzgan que son mayores los daños que de esto se siguen a las
mismas religiones, porque se fomentan en ellas la división
y poca caridad que es la vida y alma de todas las religiones ; publícanse las faltas de los religiosos entre seglares
y desacredítanse sus personas, dase e jemplo a otros príncipes y reyes que no tienen el celo que Dios ha dado a Su
Majestad, para que hagan .lo _mismo, y piensen que son
señores de las religiones y que pueden disponer de ellas,
y digan que pues up Rey tan católico y religioso como Su
Majestad lq hace, también ellos lo pueden hacer; y finalI.!lente se ha de mirar mucho a la conciencia y a lo que
con el tiempo puede suceder en nuestra España si Dios
nuestro Señor permitiese que reinase en ella algún Rey libre y antojadizo y amigo de poner las manos en la santa
intención que tiene Su Majestad.
.
La postrera cosa es, y no de menos importancia que
las demás, que Su Majestad considere que la mayor riqueza de su reino no es la abundancia de oro y plata, m
de mantenimientos, ni de otras cosas tocantes a la necesidad, regalo u ornato de la , vida humana, sino la copia y
abundancia de hombres valerosos y magnánimos que puedan ser en paz y en guerra pilares de la república, y que
con ser Su Majestad Rey tan poderoso , y el mayor Monarca que ha habido entre ' cristianos, tiene mucha falta de
semejantes hombres, como en el suceso de esta jornada se
ha mostrado; y que estos hombres no nacen hechos sino
que se han de ir haciendo con la experiencia del tiempo,
y no se harán sino poniéndolos. en las ocasiones, y honrando y galardonando a los que bien sirvieren; porque, puesto caso que 'los españoles. son altivos y enemigos de aprender, y ordinariamente quieren comenzar por donde los
otros acaban, todavía son muy fieles y obedientes a su Rey
de grande entendimiento y valor y amigos de tener y mandar. Y si Su Majestad los favoreciese y ocupase y galardonase a los que sirven bien , entiendo que habría hombres
para todos los reinos. de Su Majestad y para todos los oficios de paz y de guerra , pues honos alít artes, como dijo
ARMADA INVENCIBLE
1355
T ulio: y esto es aún de mayor consideración por ser el
Rey nuestro señor ya viejo y cansado, y tener necesidad
de personas que le descansen, y mirar por su vida y salu·-l ,
tan importante a toda la Iglesia católica, y ser el príncipe
nuestro señor de tan poca edad, que para gobierno de tantos reinos no tiene aún las fuerzas que son menester.
NOTA.-Esta carta-memorial va dirigida al Rey Felipe 11, a través de
un privado suyo. Alcázar, en su «Crono-Historia» (año 1589, c . I. 1), precisa más, diciendo. en vez de «a un privado», «al primer ministro del
Rey». Me inclino a creer que este ministro no es otro que el Consejero
de Estado don Juan de Idiáquez, por cuyas manos pasaron los asuntos
y correspondencia sobre la expedición a Inglaterra. Además, no es la
única vez que Ribadeneyra hace esto con Idiáquez. Se conserva otra
carta-memorial de Ribadeneyra a este mismo personaje, suplicándole
que se la presente a Felipe 11 y trate de persuadirle que no sea elevado
a la dignidad de Cardenal el P . Francisco de Toledo. Por lo demás, las
razones posibles del fracaso están enérgica y claramente subrayadas. Se
echa de menos, entre otras razones, la de la inferioridad de alcance de
nuestros cañones y la menor rapidez de maniobra de nuestros navíos,
causa que no vieron claramente los españoles, sobre todo antes de la expedición, y que, en cambio, los ingleses tenían prevista. Obsesionados todavía con el triunfo de Lepanto, cuya clave estuvo en la táctica del
abordaje, nuestros técnicos seguían pensando en este procedimiento
medieval y anticuado de lucha naval; la prueba es que en las instrucciones reservadas del Rey se aconseja procurar llegar a todo trance al
abordaje.
ACABÁRONSE DE IMPRIMIR ESTAS
CONTRARREFORMA»,
OBRAS
DEL P.
«HisTORIAS DE LA
ENTRESACADAS
PEDRO
DE
TRO
DE
LA
28 DE
DE 1945
, ,
MORATIVA
FECHA
DEL
MARZO
DEN-
CONME-
CUARTO
CENTEN A RIO DEL
CONCILIO
LAS
RIBADENEYRA,
EL SÁBADO DE GLORIA,
DEL AÑO DE GRACIA
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LAUS DEO VIRGINIQUE MATRI
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• Agustín, en castellano y latín. Contiene la INTRODUCCIÓN. GENERAL
Y BIBLIOGRAFíA, VIDA DE SAN AGUSTÍN, por Posidio; SOLILOQUIOS, CONTRA
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mismo Padre. Un volumen de unas 1.000 j)áginas, encuadernado en tela.
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Magnífico de la Pontificia Univ ersidad; F'r ay Sabino Alonso Morán,
O. P ., y el P. Marcelino Cabre1'Os d e A.nta, C. M. F'. , profesores d e la
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H.-La creación y el hombre. (Materia: L a, q . 44-119.)
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IIl.-·La bienaventuranza Y los actos humanos. Las pasiones. Los
hábitos. Vicios y pecados. 1.0 (Materia: I-H, q. 1-48.)
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IV.- La bienaventuranza Y los actos humanos. Las pasiones. L os
hábitos. Vicios y p ecados. 2. 0 (Materia: . I-H , q. 49-89.)
TOMO
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V.-La Ley y la Gracia. (Materia: I-U, q. 90-114 .)
TOMO
V1.-Fe, Esperanza, Caridad. (Materia: H-H, q. 1-44.)
TOMO
VI1.·-Las virtudes cardinales.-I. Prud encia y Justicia . (Mate-
¡;ia: H-U, q. 45-100.)
VIU.-Las v irtudes cardinales.-Il. Fortaleza, T emplanza y Estados de vVda. (Materia: U-H, q. 101-189.)
TOMO
.
TOMO IX.. La
EncaT1tCt"ción y 'misterios de la vida de Cristo.-l. (Mate-
ria: In, q. 1-35.)
TOMO
.
X.-La Encarnación y misterios de la vida de Cristo. -Il . (MateHI, q. 35-59.)
ria :
TOMO
X1.-Sacramentos.-I. Bautismo, Confirmación y Eucaristia. (MaHI, q. 60.83.)
teria:
XH.-SacramentoS.-Il. p enitencia, Extremaunción, Ord en y MatrimoniQ. (Materia: IH, q. 84; Suppl, 68.)
TOMO
TOMO
XHL-La vida eterna e ImUces. (Materia: Suppl. 69 usque ad
finem.)
OBRAS DE SAN BUENAVENTURA
Edición bilingüe de unfl. selección realizada por una Comisión de
Padres Franciscanos especialistas 'en las materias.
1.-1. Introducción general.-2 . Breviloquio .-3. Itinerar io de la
m ente hacia Dios,-4. Reducción
de las ciencias a la Teología.
•
o' ,
•
TOMO
La ciencia d e Cristo.-2. Cristo, único Maestro para todos·.-3 . La excelenC'Ía del magisterio de Cristo. Sermón 1 de la Domínica XXII despu és d e Pentecostés.-4. El árbol d e la vida.-5. De
las cinco festividades del Niño J esús.-6. D isc1¿rso sobre la Circ1¿ncisión del Señor.- -7. Discurso sobre la Epifaní a del Señor. -8. La
vida mística, o sea Tratado d e la Pasión del Señor.-9. Sermon es l
y 11 tomados de la FERrA VI IN PARASCEVE.-IO. DiscursO' acerca d e
nuestra Redención.--11. Discurso acerca del santísimo Cuerpo de
Cristo.-12. La epístola sobre la imitación de Cristo.
TOMO H-l.
H1.-1. Conferencias sobre el HEXAEMERON, o sea D e las iluminaC'Íones de la Iglesia.-TrataéJ,o de la plantación d el Paraíso.-Discurso sobre el r eino de Dios según las parábolas del Evangelio.
TOMO
IV.-1. SO'liloquio.-2. Del gobierno del atma.-3. Conferencias sobre el D ecálogo.- 4. Oonferencias sobre los siete dones del Espíritu
Santoo 5. De las tres vías.-6. Sermón 1 d el Sábado Santo. (R eposo
·místico.)
TOMO
Del misterio d e la Santísima Trinidad.-2. Discurso d el
triple testimonio de la Santísima Trinidad.-3. Disc1¿r so acerca de
la Trinidad ,-4. Sermon es sobr e la fest~vidad ' de P entecostés.5. Sermones ace1'ca de la bienav enturada Virg en Maria.
TOMO V.-l.
VI.-1. La epístola de los v'eintiC'Ínco memoriales.-2. D e la p erfección evangélica,-3. Apología de los pobres.- 4. La epístola de las
tres cuestiones a un maestro anónimo.- 5. Las seis alas d el Sera ffn.-6. Preparación 'a la Misa., 7. D e la vida perfecta para las r ehgwsas.
,
TOMO
Pedidos e informes a
La Editorial Católica, S. A~
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Madrid
IIl.-·La bienavent'uranza Y los actos humanos, Las pasiones.
hábitos. Vicios y pecados. 1. u (Materia: I-U, q. 1-48 .)
TOMO
IV.-La bienave nturanza y los actos hwnanos. Las pu.si ones ,
hábitos. Vicios y pecados. 2,0 (Materia: l-II . q. 49-89 .)
TOMO
TOMO
V.-La Ley y la G¡·acia. (Mate ria:
TOMO
VL-Fe, Espera n za, C(L'ri clad. (Ma Leria:
TOMO
VIL·-Las virtt/,de3 cardinales.-I. Prudencia y Justicia.
lI-U, q. 4 5-100.)
l-ll. q,
90-114 .)
II-H. q .
1-44 ,)
(M
~'ia:
VUL- Las virtudes curdinales.-ll. FOTtal eza. T em'lJlallza y E
. dos de vida. (Materia: Il-U, q. 10.1-189.)
TOMO
TOMO
IX.-La EncaTnació n y misteTio8 d,e la vida de Cristo.- I. ( M
ría: In, q. 1-35.)
TOMO
X.-La EncaTnación y misterios de la vida de C1"ísto.-ll. (M
ria: UI, q. 35-59.)
TOMO
XL-SacTamentos.-I. Bautismo, Conjinnación y EUcUTistia. (
teria: IIl, q. 60-83 .)
XIl.-Sacramentos.-I1. penitencia, ExtTemaunción, QTden y
trimonio. (Materia: lII, q. 84; Suppl. 68.)
TOMO
TOMO
XIlI.-La vida eterna e [ndic es. (Materia: Suppl. 69 u sque
finem.)
OBRAS DE SAN BUENAVENTURA
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Padres Franciscanos especialistas en las materias.
1.-1. Introducción gen eral.·-2. Brevi.loquio.-3. Itinerario d (
mente hacia Dios.-4. Reducción d e las ciencias a la T eolog'ia.
TOMO
Il-1. La ciencia d e Cristo,-2. CTisto, único Maestro para
dos.- 3. La excelencia del magisterio d e Cristo. Sermón 1 de la
mínica XXII después d e Pentecostés.-4. El árbol de la vida.-5.
las cinco jestividades del Niño Jesús.-6. Disct¿rso sobre la Circ
cisión del Seiíor.-7. Discurso sobre la Epijanía del Señor , -8.
vida mistica, o sea Tratado de la Pasión del Seiíor.- ·9. Serm01H
y 11 tomados de la FERrA VI IN PARASCEVE.-IO. DiscuTso acerca
nuestra Redención.--11. Discurso acerca del santísimo Cuerpo
Cristo.-12. La epístola sobre la imitación de Cristo.
TOMO
IIl.-l, Conjerencias sobre el HEXAEMERON, o sea D e las ilwn i
ciones de la Iglesia.-Tratado de la plantación del Paraíso.-Dis(
so sobre el reino de Dios según las pa¡'ábolas d el Evangelio.
TOMO
IV.-l. Soliloquio.-2, Del gobierno del alma.-3 . ConjeTencias
bre el Decálogo.-4. Conje¡'encias sobre los siete dones del Espi¡
Santo-5. D e las tres vic!s.-6. Sermón 1 del Sábado Santo·. (R ep
místico.)
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TOMO
V.-l. D el misteri.o de la Santisima Trinidad.-2. Discurso
triple t estimonio de la Santísima TTinidad.-3. Discgrso acerca
la Trinidad.-4. SeTm.ones sobre la jestiJVidad ' de Pentecosté:
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TOMO
VL-l, La epístola de los veinticinco memoriales.-2. De la 1
lección evangélica .-3. Apología d e los pobres.- 4. La ep,í stola de
tres cuestiones a un maes tro anánimo.-5. Las seis alas del SE
j~n.-6. Preparación 'a la Misa.-7 . D e la vida peTjecta para las
ltgwsas.
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