claves de ddeser Editor Equipo Central ddeser Número 4 Aborto El aborto es la interrupción del embarazo antes que el embrión o el feto puedan sobrevivir de manera independiente fuera de la matriz. Existen dos tipos de aborto: el inducido y el espontáneo. El inducido es aquel en el cual hay intervención de una persona con la finalidad de interrumpir el proceso de embarazo. Médicamente existen dos métodos para llevarse a cabo: 1. Aquellos que requieren de la intervención médica directa: la Aspiración Manual Endouterina (AMEU) que consiste en una aspiración al alto vacío del endometrio y la Legrado Instrumental Uterino (LIU) que consiste en el raspado y extracción de endometrio. 2. El aborto farmacológico que consiste en la administración de sustancias que provocan el trabajo de parto. Además existen múltiples recetas tradicionales o métodos para interrumpir un embarazo, no aprobadas por el personal de salud a los cuales recurren un sinnúmero de mujeres que desean interrumpir un embarazo y no cuentan con un marco legal que les posibilite una atención médica adecuada. Fecha 29 de agosto 2003 Cuando un aborto no es atendido en óptimas condiciones de higiene, puede afectar gravemente la salud física de la mujer, provocando desde infecciones y hemorragias, hasta esterilidad y la muerte. En muchos países de Latinoamérica interrumpir el embarazo está penalizado, esto provoca que muchas mujeres se sometan a prácticas de aborto en condiciones insalubres o recurran a “métodos” que resultan sumamente peligrosos. En México los abortos mal practicados son la causa número cuatro de muertes de maternas. Es importante que un aborto sea realizado por un especialista en el campo para prevenir problemas que muchas veces se presentan por falta de experiencia o por que las condiciones no son las requeridas. El aborto espontáneo, es el que se presenta sin que medie la manipulación externa intencional y pueden ser producto de múltiples situaciones difíciles de catalogar. Entre ellas pueden estar el estado de salud de la madre, malformaciones del producto, accidentes, ingestión de ciertas sustancias, exposición a radiaciones, etc. Las consecuencias psicológicas de los abortos son muy variadas. Sin importar que el aborto sea provocado o espontáneo (vale la pena señalar que diversos estudios indican que una tercera parte de los embarazos se abortan espontáneamente sin que las mujeres se den cuenta siquiera del embarazo mismo), las mujeres pueden tener sentimientos de alivio y tranquilidad o depre-siones y culpas. Tener unos u otros sentimientos, depende del deseo de tener un hijo o una hija o de no quererlo, de la preparación psicológica que se tenga para abortar, de la forma en que se realiza la intervención o del apoyo de otras personas. *** Para iniciar el análisis en torno al tema del aborto es indispensable echar un vistazo, aunque sea somero, a la forma en la que se construye la identidad de las mujeres y el papel que la maternidad juega al respecto; de otra manera, es difícil entender y respetar por qué existen visiones personales tan encontradas. De esta reflexión podremos señalar la importancia de la maternidad como “deber” impuesto a las mujeres; por otro lado, lo castigado y complicado que es el aborto. El proceso de identificación que vivimos las mujeres parte de la capacidad biológica que tenemos de ser madres, esto de entrada nos proporciona un lugar en este mundo. El hecho de ser las que proporcionan la vida, es una constante en todas las culturas y es un elemento fundador en la identidad femenina. A las mujeres no se nos cuestiona la feminidad, no hay algo que ponga en tela de juicio si somos o no "suficientemente mujeres", lo somos y punto. Y lo somos a partir de la posibilidad de tener hijos. Esto quiere decir que somos mujeres en tanto somos madres. En toda Latinoamérica somos herederas de una tradición judeocristiana muy fuerte, las identidades de hombres y de mujeres se relacionan directamente con las de occidente. En nuestra cultura el ser mujer se ha asumido simbólicamente como vergüenza, sufrimiento e impureza, sólo obtiene el honor a través de la negación de sí misma, de negarse al placer, al disfrute en la forma que sea. En este sentido la menstruación, el embarazo, la maternidad y su papel de esposa deben ser dolorosos, los debe enfrentar con una actitud sumisa, abnegada, incluso reverente. La madre en México es un símbolo básico, es la figura reivindicadora de las mujeres, en las niñas se ven madres potenciales y desde que nacen se les educa para ello, pues todas, excepto las madres, son perversas, la maternidad sufrida reivindica a la mujer, pues las convierte en seres de y para otros, las madres carecen de voluntad, son sufridas, sacrificadas y por supuesto sacrificables. La mujer está idealizada, se le convirtió, gracias a la virgen de Guadalupe, en un ídolo. Y en tanto que ídolo, representa quietud, armonía, impavidez, tranquilidad. Ella, por tanto, no busca nunca, como símbolo que es, sólo atrae, lo hace por medio de su cuerpo, de su sexo. Aquí se repite la idea de la mujer como misterio, impenetrabilidad, como el ser indescifrable que se maneja en occidente. Dado que las mujeres somos –de acuerdo a la tradición judeocristiana – culpables del pecado original, debemos pagar con sufrimiento y dolor. En este sentido la mayor parte de las mujeres no viven la maternidad como un proyecto gozoso, sino como una imposición que se debe asumir con todas las negativas consecuencias que acarree. El parto se vislumbra como el resultado de un pecado, está establecido que debe ser doloroso y como tal es una opción para la salvación y el perdón de las mujeres. Ellas paren a los hijos de los hombres (es intermediaria entre los hombres y Dios) y a pesar de que los engendran ambos, el pecado se le atañe sólo a ella. El pecado proviene a fin de cuentas de que la sexualidad es una "necesidad" biológica y por tanto dominable, al menos eso se esperaría. Pero se piensa en la mujer como provocadora, con una sexualidad y un deseo "natural" desmedido, incontrolable para el hombre e incluso para ella misma. Al hombre en cambio, se le perdona porque es sometido al mal, a pecar por culpa de la mujer. Ella por su parte es portadora de un deseo incontrolable y tan demoniaco que les es casi ajeno. "O la mujer tiene un ansia desmedida de placer, o la mujer es incitadora del placer del hombre, pero incapaz ella misma de gozar" (Alfie, 1994). El sufrimiento es eje del comportamiento femenino. Por medio de la maternidad sufrida, la abnegación y obediencia para con el hombre, las mujeres pagan parte de ese pecado que las constituye. Es exactamente en este contexto que es necesario situar al aborto en nuestro país. Dado que al menos el 80% de la población se considera católica, resulta indispensable dimensionar el tema del aborto con la manera en que la iglesia lo ha abordado, además de la manera en que las mujeres se conciben a sí mismas. La mayoría de las mujeres en México no se consideran un fin en sí mismas, esto quiere decir que no se ven como sujetos de derecho. Las mujeres son casi siempre, las hijas de … o las madres de … Cuando no cumplen con el mandato de maternidad se piensa que son menos valiosas. Una mujer que decide no tener hijos, que biológicamente no puede tenerlos o que decide abortar no está cumpliendo con la principal expectativa que se tenía de ella. Cuando una mujer (independientemente de las circunstancias en las cuales se embarazó) decide interrumpir un embarazo, se dice que está atentando contra el elemento más importante que la reivindica, está renunciando a la posibilidad de salvar su honor, su reputación y está dejando fuera el elemento que la hará valer como mujer: la maternidad. *** En nuestro país el aborto es un delito en cualquiera de las circunstancias que se haya generado el embarazo, sin embargo hay siete causas por las cuales no se castiga: Cuando el embarazo es producto de una violación. Cuando está en riesgo la salud de la mujer. Cuando hay malformaciones, denominado embriopáticas (termino que usaremos en lugar de eugenésico). Cuando peligra la vida de la mujer. Cuando el embarazo es producto de una inseminación artificial. Cuando es imprudencial (es decir, cuando el aborto se generó a partir de un accidente). Y cuando la mujer manifiesta no tener dinero para mantener un hijo más y tiene tres hijos. Cada estado tiene un código penal diferente y en ese sentido cada uno regula cual de estas causas es válida en su territorio. La única causal despenalizada en todo el país es el aborto cuando el embarazo es producto de una violación. El resto varía en cada estado y la causa número 7 solo es válida en Yucatán. Los grupos de mujeres que han luchado desde hace ya varias décadas con respecto a la posibilidad de que las mujeres elijan sobre su maternidad, ha tenido momentos y complicaciones diversas. Actualmente no sólo nos enfrentamos a leyes retrógradas y discriminatorias1, sino que también tenemos que lidiar con códigos de procedimientos que no son claros o que entorpecen la práctica de un aborto. Es muy importante tener claro que respecto a las leyes existen dos códigos estatales indispensables de conocer. El código penal, que es el que cataloga al aborto como delito y establece cu{ales causas no están penalizadas y el código de procedimientos penales que establece los mecanismos a seguir dentro de las instituciones de justicia y de salud que deben seguir las mujeres que desean interrumpir un embarazo por alguna de las razones no penalizadas. Como el código de procedimientos penales del estado de Zacatecas que reduce la pena a la mitad cuando una mujer que aborto reúne las siguientes situaciones: si el embarazo es producto de una relación ilegítima, si el embarazo no se notó, si el embarazo se efectuó para cuidar el buen nombre de la familia y si la mujer goza de buena reputación. 1 Además es necesario utilizar la terminología correcta para no caer en debates infructuosos. Nadie está a favor del aborto, es muy importante cuidar este punto para que no nos ubiquen como un grupo que está a favor de que las mujeres aborten. En ddeser estamos por que las mujeres ejerzan su derecho a decidir, por que se cumplan las leyes y porque se creen los mecanismos necesarios para que las instituciones de salud y de justicia aseguren a las mujeres servicios de calidad y con calidez. Por último es necesario hablar de aborto despenalizado, no de aborto legal. El aborto no puede ser legal porque las leyes lo consideran un delito, por lo tanto cuando decimos aborto legal nos estamos contradiciendo. A lo que nos referimos cuando hablamos de los casos en que no se castiga a las mujeres por abortar es a las causales despenalizadas de aborto. La decisión de continuar o no con un embarazo es una decisión que cada mujer debería tomar a partir de sus propias circunstancias. Nadie que no sea ella tiene el derecho de elegir qué ocurrirá con su vida y su cuerpo en el periodo del embarazo y posterior a él. Nuestra constitución lo marca en el 4º Artículo donde establece que las personas tienen el derecho de decidir cuando tener hijos, su número y espaciamiento. Este derecho indispensable está también enunciado en diferentes conferencias internacionales como la del Cairo y la de Beigín. Colección de ideas Existen dos tipos de aborto: el inducido es aquel en el cual hay intervención de una persona con la finalidad de interrumpir el proceso de embarazo (AMEU, LUI y el farmacológico) y el espontáneo, es el que se presenta sin que medie la manipulación externa intencional y pueden ser producto de múltiples situaciones difíciles de catalogar como malformaciones del producto, accidentes, ingestión de ciertas sustancias, exposición a radiaciones, etc. Causales despenalizadas: por violación, por grave daño a la salud de la mujer, por peligro de vida de la mujer, endropático, por inseminación artificial, imprudencial y por motivos económicos. Elaboración: Susana García Medrano