el fenómeno cultural del megalitismo

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EL FENÓMENO CULTURAL DEL MEGALITISMO
CONCEPTO Y RASGOS CARACTERÍSTICOS
El
fenómeno
megalítico:
concepto y características.
Tipología básica del fenómeno
megalítico.
Origen
y
desarrollo
del
fenómeno megalítico.
Panorama
geográfico
y
cronológico del megalitismo
europeo.
Elementos
técnicos
e
interpretativos del fenómeno
megalítico.
EL FENÓMENO CULTURAL DEL MEGALITISMO
CONCEPTO Y RASGOS GENUINOS
CARACTERÍSTICAS DEL PROCESO
El megalitismo –en absoluto un movimiento cultural ni una moda de carácter cronológico– es un fenómeno constructivo
caracterizado por construir con grandes piedras (mega=“grande” y lithos=“piedra”, aunque también se emplean lajas y
pequeñas piedras) monumentos arquitectónicos (aunque en ocasiones sólo se incorporen elementos arquitectónicos a
entornos naturales como las cuevas) ya sea con finalidad funeraria, de culto o ritual. Este hábito pervive cronológicamente
. desde el V milenio a. C. (época de sus más tempranas manifestaciones) hasta el II milenio a. C., aunque con perduraciones y
reutilizaciones que llegan casi hasta el I milenio .
RASGOS BÁSICOS DEL FENÓMENO MEGALÍTICO
Por tratarse, en realidad, de un fenómeno arquitectónico de dilatado desarrollo
cronológico, convendrá señalar cuales algunas de sus más destacadas y genuinas
características:
• Se inicia en Europa en el Neolítico. No obstante, existen algunas manifestaciones
de monumentos megalíticos fechadas en el Magdaleniense en Francia como es el
caso de SAINT-GERMAIN-LA RIVIÈRE, donde aparece un enterramiento individual
femenino con ajuar de sílex y restos de un bisonte, en el interior de una cueva pero
cubierto de una estructura dolménica.
• Suele referirse a construcciones funerarias de inhumación colectiva, en las que
se depositan varios cadáveres en un espacio de tiempo más o menos dilatado con
su correspondiente ajuar. Eso explica que algunos incorporen incluso ventanas para
la reutilización (ARTAJONA, Navarra).
• Aunque no sean estrictamente monumentos megalíticos exentos, las cuevas
naturales –o ligeramente retocadas artificialmente (CUEVA DE MENGA, Antequera,
Málaga)– se incluyen dentro de la nómina de monumentos megalíticos en tanto que
responden a la idea de inhumaciones colectivas con ajuar y se fechan en el momento
de máximo esplendor del fenómeno megalítico (entre el Neolítico y los comienzos del
Calcolítico).
• En realidad, casi siempre, el megalito –salvo casos puntuales como los menhires o
alineamientos de menhires (cromlechs)– no se manifiesta al exterior sino que está
cubierto por una estructura tumular característica.
EL FENÓMENO CULTURAL DEL MEGALITISMO
TIPOLOGÍA BÁSICA
MEGALITOS SIMPLES
MENHIR
CROMLECH
HENGE
Del galés maen (“piedra”) e hir
(“larga”), designa a los megalitos que
están constituidos por grandes
piedras
hincadas.
Se
han
relacionado con la señalización de
centros cultuales o astronómicos.
Se trata de alineaciones de
menhires, generalmente organizados
en torno a una razón ceremonial, tal
vez para mediciones de carácter
astronómico relacionadas con el
calendario agrícola.
Gran complejo ritual formado a partir
de la organización de un círculo de
menhires, que delimitaba un complejo
ritual, a veces de gran extensión, que
ha dado restos de útiles de piedra de
diverso tipo.
SEPULCROS MEGALÍTICOS
DE CORREDOR
Sepulcro de tipo megalítico
compuesto de una cámara
sepulcral y un corredor que
conduce
a
ella,
bien
diferenciado de ésta.
DE GALERÍA
Sepulcro de tipo megalítico
con una cámara funeraria
poco diferenciada de la
galería de acceso.
DOLMEN
Sepulcro de tipo megalítico
compuesto simplemente por
una cámara sepulcral, sin
corredor ni galería. Suele ir
cubierto de túmulo y
rodeado del peristalito.
RUNDGRÄBER
Sepulcro circular formado por
una
sencilla
cámara
rodeada de un círculo de
piedras, a veces cubierto de
túmulo.
EL FENÓMENO CULTURAL DEL MEGALITISMO
ORIGEN Y DESARROLLO DEL FENÓMENO MEGALÍTICO
PLANTEAMIENTO
A la hora de explicar la génesis del fenómeno del megalitismo nos encontramos, en realidad, con cuatro grandes teorías que,
aunque complementarias entre sí, pueden sintetizarse en dos grandes grupos. Estas teorías casi reproducen el debate que se ha
estudiado sobre el origen del Neolítico. Así, tenemos a los difusionistas (que consideran que hay un sitio de origen del
fenómeno, que después se difunde por Europa) y a los poligenistas (que admiten diversos centros genéticos del sistema
arquitectónico megalítico). Entre los primeros, además, están los orientalistas –que consideran que el fenómeno es un fenómeno
surgido ex Oriente– y los occidentalistas –que lo consideran surgido desde Occidente y difundido después por el resto de
Europa–.
TESIS ORIENTALISTAS
Las tesis orientalistas son difusionistas y degeneracionistas,
considerando que el origen del fenómeno megalítico está en Oriente
y de allí, perdiendo fuerza y monumentalidad, se extiende hacia
Occidente, a través siempre del vehículo mediterráneo y en el
contexto de contactos comerciales relacionados con los primeros
prospectores de metal:
• Desde Egipto (SMITH), a través de las mastabas, cuya síntesis
arquitectónica serían los dólmenes mediterráneos y atlánticos.
• Desde las Cícladas (LEEDS), a través del megaron que veíamos
documentado en el Neolítico Final Cicládico.
TESIS OCCIDENTALISTAS
Las tesis occidentalistas son también difusionistas pero, sin
embargo, evolucionistas, al considerar que, con un origen
occidental, los megalitos evolucionaron de sencillos monumentos a
construcciones de grandísima complejidad.
• Desde el extremo atlántico de Europa. Algunos investigadores
(ABERG, CARTAILHAC, VASCONCELOS) consideraron que los
monumentos más antiguos eran los de Portugal (Veira y Tras-osMontês), en cuya evolución surgirían los del Sur Peninsular (Algarve,
Alentejo, y Sureste andaluz). En la actualidad, el C14 parece dar las
fechas más antiguas a los dólmenes portugueses (3110 a. C., de
corredor) y aun de Bretaña (IV milenio a. C.) lo que permite suponer
un origen atlántico.
• Desde Creta (OBERMAIER, ALMAGRO, ARRIBAS), a través de los • Desde el Sur, surgiendo primero en las culturas Neolíticas del
thóloi, que llegarían al megalitismo occidental en forma de sepulcros Sureste peninsular (Cultura Almeriense), siendo más antiguos los
thóloi que los dólmenes simples.
megalíticos de corredor.
PANORAMA GEOGRÁFICO Y CRONOLÓGICO
EL MEGALITISMO EUROPEO
NEOLÍTICO FINAL
2.800 – 2.500 a. C.
• Tras el desarrollo y explosión de algunos focos bien
característicos (Cultura Almeriense peninsular como en LOS
MILLARES, Almería), a partir del 2.500 a. C., prácticamente dejan de
construirse monumentos megalíticos en casi toda Europa, fenómeno
que debe asociarse a la generalización de la metalurgia y, como
consecuencia de ello, al mayor predominio de la jerarquización social
individual antes que colectiva, que se manifestará también en los
enterramientos (caso de EL ARGAR, en España).
• En el Neolítico Medio europeo, con fechas en torno al 3.500 a. C.
(algunas anteriores incluso, en el 3.800 a. C.), se generaliza la
construcción de henges circulares entre los que destacan los de
STONEHENGE (Inglaterra).
NEOLÍTICO MEDIO
3.500 – 2.800 a. C.
• En la Península Ibérica asistimos a la generalización del fenómeno
megalítico en Galicia, donde están las fechas más antiguas, tanto para
dólmenes sencillos como para sepulcros de corredor. Generalmente
se asocian a restos de cerámicas impresas, cuentas de calaita y
microlitos geométricos (OUTEIRO DE GREBOS; MENINAS DO
CASTRO…)
• Los monumentos más antiguos son los de las costas atlánticas
europeas donde desde el 4.800 a. C. hay testimonios megalíticos
(principalmente sepulcros de corredor) asociados a concheros de
cazadores-recolectores (CARROWMORE, Irlanda; KERKADO o
SAINT-NAZAIRE, Bretaña, Francia).
NEOLÍTICO
ANTIGUO
6.000 – 3.500 a. C.
• En la Península Ibérica los megalitos más antiguos se concentran en
la fachada Atlántica en forma de pequeñas cámaras sepulcrales
cubiertas con túmulos (REGUENGOS, POÇO DA GATEIRA,
Portugal), con fechas entre el 4.500 y el 4.300 a. C., asociados a
cerámicas cardiales y con una arquitectura que se va complicando en lo
que se refiere a la forma de las cámaras sepulcrales (cámara
poligonal).
LA ARQUITECTURA MEGALÍTICA
ALGUNOS ELEMENTOS TÉCNICOS
EL PROCESO CONSTRUCTIVO
Son varias las fases que debió seguir la construcción de un monumento megalítico, a
saber:
1. Elección del emplazamiento. Casi siempre, los monumentos megalíticos coinciden con
lugares que interesa destacar (vías de transhumancia –SANTA ELENA, Biescas–; puntos
de nieve permanente –ARAGÜES, Huesca–; observatorios de carácter astronómico
–STONEHENGE, Inglaterra–…).
2. Delimitación del perímetro y preparación del terreno a través del arado. La
excavación de algunos dólmenes de Inglaterra (denominados Long Barrows), Polonia o
Dinamarca ha documentado huellas de arado, herramienta que también sería utilizada para
acarrear las piedars necesarias para la construcción del monumento.
3. Hoguera fundacional. Aliado fundamental para la datación por medio del C14, las
hogueras fundacionales están documentadas frecuentemente (dólmenes de La Rioja,
dólmenes gallegos) y a veces en pozos de gran profundidad (GALISANCHO, Salamanca).
4. Construcción de la cámara funeraria, a veces excavada en la roca (PALMELLA,
Portugal), a veces construido con piezas de mampostería cerrando techos de falsa cúpula
(NEWGRANGE, Inglaterra), o bien con grandes lajas de piedra u ortostatos (KERCADO,
Francia). La cámara sepulcral, en ocasiones, era decorada con pinturas o grabados
(CARNAC, donde aparecen los petroglifos denominados bucklers, de gran presencia en
toda Bretaña). Con procedimientos similares se construiría el corredor de acceso, si
procede.
5. Construcción del túmulo, que cubre toda la estructura, a veces sencillamente con tierra
o en ocasiones con pequeñas piedras a modo de argamasa.
6. Si procede, se señaliza el lugar con un menhir o con el denominado peristalito,
alineación de pequeños menhires que señalizan el lugar del enterramiento.
7. Reutilización. Como hemos visto, es básico en el megalitismo el carácter colectivo de
los enterramientos y su utilización progresiva a través del tiempo. La ausencia de hallazgos
de ortostatos de cierre de las galerías de entrada a las cámaras funerarias permite suponer
que éstas serían de madera y serían abiertas para introducir nuevos cadáveres. Algunos
incluso construyeron pequeñas ventanas para introducir ajuares (ARTAJONA, Navarra).
LA ARQUITECTURA MEGALÍTICA
CLAVES INTERPRETATIVAS
CLAVES TERRITORIALES
• Lo primero que llama la atención de los
monumentos megalíticos es su afán de
visibilidad, son monumentos siempre
visibles y nunca camuflados.
• Su localización suele coincidir con zonas
divisorias entre territorios presuntamente
fronterizos, junto a fenómenos naturales
(neveros, ibones, ríos, bosques, cimas…),
en ejes de rutas de transhumancia,
siguiendo vías naturales de comunicación,
en
llanos
de
gran
visibilidad
astronómica, etcétera.
• Un ejemplo clave sería –además del
conocido de STONEHENGE– el “Gran
Menhir” de LORMARIAQUER, que medía
21 metros de altura y era visible desde
diversos lugares. Seguramente fue un
centro visible de culto empleado para
mediciones astronómicas relacionadas con
los calendarios agrícolas en una sociedad
en la que la agricultura debió tener tanta
importancia.
CLAVES DE USO
• Además de su posible función
señalizadora de espacios rituales, el
carácter fundamental de los dólmenes es
el funerario.
• En este periodo, prácticamente la
mayoría de los enterramientos son
megalíticos y los escasos ejemplos en
que eso no es así (LOS MILLARES,
Almería; ZAMBUJAL, Portugal) se trata de
enterramientos en cuevas o abrigos a la
manera de los periodos anteriores y con
complementos arquitectónicos megalíticos.
• La existencia de algunos conjuntos
denominados
templos
megalíticos
(MNAJDRA o HAGAR QUIM, en Malta)
permiten relacionar estas construcciones,
además, con centros de culto de una
compleja religión en la que se mezclaban
ritos de fertilidad, de ultratumba, de
regeneración de la tierra, y de simbolismo
astral. Los petroglifos decorativos de lo que
se ha llamado “arte megalítico” remitirían
también a este uso ritual.
CLAVES SOCIOLÓGICAS
• Los monumentos megalíticos parecen
construirse
en
sociedades
premetalúrgicas en las que no existen
jefaturas, de hecho parecen ser elementos
de cohesión social.
• Su perdurabilidad en lo cronológico (a
veces con adaptaciones arquitectónicas
progresivas), el carácter colectivo de las
inhumaciones
a
ellos
asociadas
(completadas a lo largo del tiempo) y el
continuismo en su localización ha llevado a
algunos a plantear para estos monumentos
un sentido de delimitación de propiedad
de un grupo sobre un determinado
territorio.
• Su
carácter
monumental
se
ha
interpretado en este sentido como una
manifestación del poder y de la fuerza del
grupo social que lo construye en
memoria de los antepasados y con claro
deseo de mostrar la cohesión social del
grupo constructor.
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