Tema 4 - Colegio, Nuestra Señora del Carmen

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JESUCRISTO, DIOS Y HOMBRE VERDADERO. TEMA 4. 3º ESO.
Jesucristo, Dios y hombre verdaderos.
Las primeras comunidades reconocieron en Jesús el Mesías, Dios con nosotros. Desde esta
verdad las siguientes generaciones irán descubriendo, guiados por el Espíritu Santo, cómo
hablar adecuadamente de Dios y de Jesús.
En los primeros siglos tuvieron que evitar algunas visiones equivocados de quién fue Dios en
Jesús:
-
Por un lado estaban los que veían en Jesús solo a un hombre más, un profeta como
otros. Comunidades judeocristianas.
Por otro lado, aquellos que veían en Jesús solo a un ser divino que tenía “apariencia”
de hombre. Comunidades gnósticas.
El Concilio de Calcedonia testimonió que Jesucristo es verdadero Dios y hombre:
-Afirmando solo la humanidad de Jesús, olvidamos que Jesús es la Imagen de Dios Amor. Él
es el Dios hecho hombre que nos hace presente el amor de Dios de manera humana.
-Solo afirmando la divinidad de Jesús alejamos a Dios de nosotros. Jesús se convierte en un
ser sobrehumano que nosotros no podemos ser. Dios no comparte mi vida, mis dificultades.
Dar testimonio de que Jesucristo es Dios y hombre verdaderos es dar testimonio de que todo
ser humano es imagen de Dios y de que Dios nos ama apasionadamente a cada uno de
nosotros hasta hacerse uno con nosotros.
Dios es comunidad de amor
Judíos y musulmanes sostienen, como nosotros, que Dios en Uno. Sin embargo, nosotros
añadimos que, Dios es Trino. Amar siempre implica tres realidades: el amor, el que ama y el
amado. La Trinidad es el Amor del Padre al Hijo en el Espíritu Santo. Y en ese amor nos
quieren incluir a toda la humanidad.
Dios es Padre
Jesús llama a Dios “abba” que significa “papá”. Dios es un Padre bueno, cuando le piden que
les enseñe a orar, Jesús les explica el “Padrenuestro”
Jesucristo es el Hijo
Así se proclama en el momento del bautismo: “Tú eres mi hijo amado” (Mc 1, 11). Jesucristo es
Dios Hijo, que se hace uno de nosotros para traernos la Buena Noticia del Reino de Dios (Dios
es Amor)
Vivimos en la fuerza del Espíritu Santo
Jesús, cuando va a morir, recuerda a los discípulos que nunca estarán solos. Enviará al
Espíritu Santo a guiarlos y darles las fuerzas para predicar en todo el mundo. Experiencia que
tras la resurrección viven los Apóstoles en Pentecostés.
¿Por qué hay un Credo?
El Credo es la síntesis del cristianismo, el símbolo de nuestra fe. Se redacta en dos grades
concilios: el de Nicea y el Constantinopla. Tres partes, referidas a las tres personas de la
Trinidad:
1. El Padre es el Creador, el que hace al mundo bueno y al ser humano a imagen del Hijo.
2. Jesucristo es el Hijo de Dios
3. El Espíritu Santo es el Señor, también es Dios y es el dador de vida, el que hace hablar a los
corazones, el que da fuerza y guía a la Iglesia, a los hombres de buena voluntad y al mundo
entero.
(Credo en pág. 62 del libro)
Nuestra respuesta: fe, esperanza y caridad.
Los cristianos somos aquellos que sentimos que el Dios del Amor nos ha salido al encuentro en
Jesucristo en algún momento de nuestra vida. Por eso los cristianos respondemos de una
forma triple:
a) Con nuestra fe: tener fe es algo profundamente humano. Tener fe es confiar. Los cristianos
sentimos y creemos que nada merece más nuestra confianza que el amor. Por eso, ponemos
nuestra confianza en este Dios de Amor.
b) Vivimos en esperanza: confiar en el Dios de Amor nos da fuerzas para vivir esperando lo
mejor cada día. Creemos que la propuesta de vida de Jesús merece la pena y esperamos que
un día el mundo se moverá en el amor.
c) Nos comprometemos con la Caridad: De la fe y la esperanza surge necesariamente el
compromiso con los demás. Esa es la caridad: el amor que se compromete con los demás.
De la fe del cristianismo nace su deseo de trabajar: por la justicia (en contra de la pobreza y la
exclusión); por la paz (para construir un mundo más humano); por cuidar la creación (regalo de
Dios para todas las generaciones humanas).
Es razonable tener fe
La fe no se demuestra como una fórmula matemática, como tampoco el amor. Pero la fe sí es
razonable.
Algunas personas piensan que si crees ya no debes pensar, sino repetir solo lo que te han
dicho. Los cristianos no nos identificamos con estas ideas. Tener fe no es absurdo, ni implica
no pensar. La fe se apoya en razones:
a) Nuestra fe nace de nuestra experiencia de encuentro con un Ministerio, en el que
reconocemos al Dios de Amor.
b) Nuestra fe nace de la persona de Jesús, que trae la Buena Noticia del Reino de Dios, de la
fraternidad humana.
c) Si los humanos podemos llegar a ser adultos es porque alguien nos ha cuidado de
pequeños. Somos porque otros nos han amado. No es absurdo poner nuestra fe en el amor.
d) Estamos hechos para contemplar la belleza y el bien. No es absurdo poner nuestra fe en
Dios, creador de tanta belleza y del ser humano que es capaz de conmoverse al mirarla.
Estudiar y comprender la realidad nos separa de la fe en Dios, si no que la purifica y la
profundiza. Tener fe es razonable, e implica atreverse a pensar.
María, la mujer de la fe Un modelo de cómo debe ser un verdadero creyente. Lo estudiaremos
con La Pasión de Mel Gibson.
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