conviene un mundo socialista - SelectedWorks

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From the SelectedWorks of Guillermo Arosemena
June, 2006
conviene un mundo socialista
Guillermo Arosemena
Available at: http://works.bepress.com/guillermo_arosemena/1/
¿CONVIENE EL MUNDO SOCIALISTA?
Guillermo Arosemena Arosemena
Hasta fines de la Edad Media, las sociedades eran básicamente agrarias;
el modelo económico basado en la agricultura había prevalecido durante
milenios, pero tenía serios defectos y limitaciones. A partir de los 1500s,
surgió en Europa un nuevo modelo, el Mercantilismo, basado en la teoría
que el oro era la base de la riqueza de los pueblos, pero como el mundo
tenía una cantidad fija de este metal precioso, para acumular riqueza los
países debían exportar más que importar. De acuerdo a esta teoría, en el
comercio las partes no pueden ser ganadoras, para que una nación se
haga rica, otra tiene que hacerse pobre.
Para mediados del siglo XVIII, el modelo estaba agotado y tenía
innumerables debilidades, por lo que el progreso material del mundo
estaba estancado. La alternativa fue el Capitalismo, basado en la libertad
del ser humano, especialización de trabajo, función del mercado para fijar
precios y optimizar los recursos a través de la competencia. Es el interés
propio lo que motiva a la gente y la riqueza no se mide en base a metales
preciosos sino a la producción, a la capacidad de generar bienes y
servicios. Una manifestación tangible del capitalismo fue la Revolución
Industrial que tuvo lugar en Inglaterra, la que incorporó a la economía a
centenares de miles de desocupados. Antes de que ocurriera este
fenómeno tecnológico, la gente esperaba vivir y morir en la pobreza y
pensaban que sus descendientes tendrían igual destino.
La renta se demoraba siglos en duplicarse porque la producción agrícola
e industrial usaba básicamente los mismos métodos de trabajo: la fuerza
bruta; el progreso tecnológico era limitado. Los economistas identifican
este período como la trampa de Malthus, en referencia a la teoría
apocalíptica de quien sostuvo que el mundo se quedaría sin recursos para
alimentar a la población creciente y estaría condenado a vivir en un nivel
de vida de subsistencia. Mirando lo que había sucedido en los siglos
anteriores, en 1798, Thomas Malthus proyectó el mismo escenario para
los venideros. Él se equivocó, desestimó el poder de la productividad. En
el gráfico #1 se aprecia el estancamiento de la renta hasta el siglo XIX,
cuando se dispara exponencialmente, como consecuencia de la invención
del sistema capitalista y la Revolución Industrial, dando inicio al
distanciamiento de los ingresos por habitante entre países.
Gráfico #1
PIB PER CÁPITA POR PAÍS, 1500-2001
(DÓLARES DE US$ 1990)
1500
1820
1870
1950
2001
Europa Occidental
771
1,204
1,960
4,572
19,256
Japón
500
669
737
1,921
20,683
Países Occidentales
702
1,109
1,882
13,082
22,509
Asia (excluyendo
Japón)
572
577
3,485
5,270
19,558
Europa Oriental y
antigua Unión
Soviética
498
685
941
5,731
5,038
América Latina
416
692
681
2,506
5,811
África
414
420
500
894
1,489
Mundo
566
667
875
2,111
6,049
Fuente: A. Maddison
La inmensa riqueza creada por la Revolución Industrial trajo optimismo al
ser humano, quien se dio cuenta de que tenía la oportunidad de vivir
mejor. Mises, Hayek and Shumpeter, brillantes economistas, sostuvieron
que sin esa revolución, no hubiera sido posible enfrentar la explosión de
la población que tuvo lugar, millones de seres humanos a nivel mundial no
hubieran podido sobrevivir.
Desde la segunda mitad del siglo XVIII, el capitalismo comenzó a mejorar
significativamente el nivel de vida de la humanidad, por primera vez de las
ideas convertidas en innovación tecnológica, surgieron innumerables
inventos de bienes y servicios y la renta por habitantes creció 10 veces
más que la tasa de crecimiento en siglos anteriores.
El desarrollo económico del mundo se había logrado casi exclusivamente
con el libre mercado, donde el emprendedor era motor del desarrollo
económico: responsable desde la construcción de caminos hasta la
fabricación de maquinarias. Pero durante las últimas décadas del siglo
XIX, tuvieron lugar eventos que cambiaron temporalmente el curso de la
historia del último siglo y medio: nació el Socialismo, teoría que
condenaba al capitalismo a la desaparición, a pesar de que Marx admitía
que el Capitalismo había generado más fuerzas productivas que todas las
precedentes fuerzas creadoras en la historia de la humanidad. El
socialismo estaba en contra de la generación de la utilidad, la riqueza
tenía que repartirse entre la clase trabajadora, llamada proletaria, la cual
era explotada.
Las corrientes socialistas iniciadas en Alemania e Inglaterra y
posteriormente imitadas en Estados Unidos, comenzaron a conceder al
Estado, rol intervencionista en la economía. En 1885, con la creación de
la Asociación de Economistas de este último país, varios de sus
miembros opinaron que el Estado debía preocuparse de crear leyes a
favor de los trabajadores. Se las promulgaron para establecer horarios de
trabajo, evitar el monopolio, etc. El sector público en esos países
incrementó el número de instituciones y con ellas, creció el número de
burócratas. Las primeras medidas estuvieron correctas, buscaron
mecanismos de supervisión del capitalismo.
Con el estallido de la Revolución Rusa, la corriente socialista se esparció
por todos los continentes y si se agregan las teorías económicas surgidas
sosteniendo que el gasto público era indispensable para el crecimiento
económico, las condiciones estuvieron dadas para que el Estado tuviera
un rol protagónico en el desarrollo de las economías. Anteriormente no
existía la disyuntiva de qué conviene más a los pueblos, si el socialismo y
Estado benefactor o el capitalismo con su libre mercado. Con Lenín se dio
el reparto de las tierras, la intervención del Estado en todas las
actividades productivas, la eliminación de la libre empresa, pero todas
estas fallidas medidas llevó a la Unión Soviética al más grande fracaso y
el modelo socialista colapsó en 1989, apenas había vivido 70 años y era
enterrado estrepitosamente.
Mao Zedong, fiel seguidor de Stalin, trató de implementar un modelo
socialista en China, con su execrable Revolución Agraria; ésta causó la
muerte de 40 millones de personas por la hambruna ocasionada.
A nivel mundial el Estado continuó creciendo y asumiendo mayor rol en la
economía de los países. De un máximo de 10% de participación en el
producto interno bruto en 1905, para 1980, la participación del Estado
aumentó hasta 90% en varios países. Los déficits presupuestarios
aumentaron a medida que el sector público abarcó más de la producción.
En Ecuador, el número de burócratas creció de 50,000 a 300,000 en poco
tiempo. A manera de ejemplo, el Banco Central llegó a tener más de
5,000 empleados y el IESS aproximadamente 20,000. La corrupción
aumentó proporcionalmente al tamaño del Estado. Lejos de haber traído
beneficios, la intervención estatal fue nefasta para las economías del
mundo, incluyendo la nuestra.
Lejos de crear riqueza, el socialismo traducido en intervención del Estado,
se ha caracterizado por paralizar las economías. En Europa Occidental,
particularmente Francia, Alemania, Bélgica y Suecia, son tristes ejemplos
de las consecuencias de las políticas socialistas.
El modelo socialista europeo
Ha pasado aproximadamente un siglo debatiéndose cuál de los dos
sistemas económicos es el que más conviene a la humanidad: capitalismo
o socialismo, con sus respectivos derivados. Todos conocemos que el
socialismo extremista fracasó hace más de 20 años y la mayoría de las
antiguas repúblicas soviéticas, particularmente todos los países bálticos,
se alinearon con uno de los derivados del capitalismo. A pesar de ello, la
mayoría de los europeos occidentales, liderados por Francia y Alemania,
quieren mantener su socialismo democrático, alegando que es el que
conviene al mundo, poniendo como ejemplo, los países escandinavos,
entre ellos Suecia.
Francia, no puede considerarse modelo de economía, tampoco ejemplo a
seguir, para América Latina ni ningún otro continente. Francia se
encuentra en estancamiento económico desde hace más de una década;
el desempleo es muy elevado, más de 300,000 ingenieros han emigrado
a otros países por la lentitud en trámites burocráticos relacionados con
comenzar empresas. Recientes noticias en la prensa internacional
mencionan que profesionales de esa nación están emigrando a Irlanda,
donde hay una economía en crecimiento. Francia dejó de innovar hace
mucho tiempo, está atrasada en desarrollo tecnológico. El Airbus es el
único bien del que puede sentirse orgullosa.
Entre 1960 y 1995, los ingresos por habitante de los franceses y
alemanes se aproximaron al de los estadounidenses, lo que hacía pensar
que al terminar el siglo XX, tendrían su mismo nivel de vida, pero en la
última década, debido al espectacular crecimiento de la productividad de
las empresas estadounidenses, las diferencias se han acentuado. La
economía de esos países ha pasado a ser modelo de lo que no debe
hacer otro país que desee elevar el nivel de vida.
La Unión Europea es un éxito político, pero no económico. Jordi Gual,
director del Departamento de Economía de IESE, prestigioso centro de
estudios de España, lo afirma en su artículo "¿Puede Europa competir
con el gigante americano?” El éxito político de la Unión Europea (UE) se
evidencia en el deseo de muchos países de ingresar a ella. Sin embargo,
afirma Gual, este avance no se ha visto acompañado por un éxito similar
en términos económicos, al compararse con los Estados Unidos. El
articulista agrega que desde muchos años atrás, con la Europa de los 15,
la UE dejó de converger con los Estados Unidos tanto en términos de
producto interno bruto (PIB), como de productividad por persona. Por ello
afirma que en cuanto a generación de riqueza y bienestar, la UE registra
un fracaso relativo.
Los mediocres resultados de Europa se han atribuido al denominado
modelo social europeo representado por el enorme peso del gasto público
sobre el PIB. Para Gual, una buena parte del problema económico
europeo radica en las dificultades que encuentran los países grandes
(Alemania, Francia e Italia), para introducir reformas en sus sistemas
económicos; tienen economías imperfectamente integradas, que
desperdician el enorme potencial de eficiencia y crecimiento de la
productividad; el mercado de control corporativo para la adquisición de
empresas y la reestructuración empresarial no son los más indicados. Si
la nueva izquierda es una realidad en América Latina, lejos de progresar
seguiremos sacrificando a las nuevas generaciones
Acaba de publicarse un estudio, hecho por Open Europe, instituto de
pensamiento inglés, que compara los logros de Irlanda, Inglaterra y
Estados Unidos con los de Suecia, Bélgica y mayoría de demás países de
la Unión Europea y llega a la conclusión que el socialismo europeo no es
modelo social. La comparación se hace con países de habla inglesa, por
no estar alineados con el modelo socialista europeo. El estudio analiza los
resultados de algunas variables: ingreso por habitante, eficiencia del
gobierno, educación, desempleo, carga tributaria, tamaño del Estado,
productividad, etc.
La primera revelación es que en la última década, el ingreso del 10% de
la población más pobre, ha crecido 8 veces más rápido en Irlanda que en
Suecia y 6 veces más rápido en Inglaterra que en Suecia. La explicación
es que en el mismo período, el ingreso por habitante en Irlanda subió del
puesto 22 al cuarto lugar, mientras que en el mismo período, Suecia que
era la cuarta renta más alta del mundo, cayó al puesto 14. El resultado es
que las economías anglosajonas tienen una proporción menor de
población bajo el nivel de pobreza que Suecia.
El modelo económico socialista europeo ha impedido que los países que
lo practican tengan una economía dinámica, por lo que se encuentran
estancados desde hace aproximadamente 15 años, con elevadas tasas
de desempleo. En Irlanda e Inglaterra, el desempleo es 4%, mientras que
en Alemania y Francia, 9%. Las manifestaciones callejeras en esta última,
son la reacción de una población de jóvenes frente al 23% de desempleo
de trabajadores, entre 18 y 25 años de edad.
Las políticas liberales de las naciones anglosajonas hacen que sus
gobiernos sean más eficientes, impongan menor carga tributaria y tengan
menor participación en la economía. En el estudio se analiza el tamaño
del estado con la renta por habitante entre Bélgica e Irlanda. Entre 1960 y
el 2002, los gastos del gobierno en relación al producto interno bruto
crecieron de 35% a 51% y en el segundo, que comenzó con un porcentaje
superior, disminuyó a 35%. En el mismo período, el ingreso por habitante
de Bélgica aumentó 200%, pero el de Irlanda, se incrementó 400%, es
decir el doble.
Open Europe diseñó un indicador para medir cuán eficientemente
trabajan los gobiernos; tiene una escala que va de 0 a 10, siendo 0,
pésima eficiencia y 10, máxima. Irlanda se ubica en 9.2%, mientras que
Finlandia y Suecia se encuentran en los peores puestos, 6 y 5.5
respectivamente. Cuando se mide el nivel de impuestos, las diferencias
son abismales: a la utilidad de las empresas es 24.1% en Irlanda y 51.4%
en Bélgica y a la renta personal, 26% y 41.3%, respectivamente. Al
observar estos porcentajes y los niveles de eficiencia, hay que concluir,
una vez más, que el estado es pésimo administrador de los fondos
públicos y la explicación es evidente: los burócratas no tienen los mismos
estímulos para hacer mejor el trabajo que los empleados del sector
privado.
Por tener un sector empresarial más dinámico, con capacidad gerencial
superior y estar al día en el avance tecnológico que ayuda a mejorar la
eficiencia en las empresas, la productividad en Irlanda creció 177% entre
1990 y el 2004; en Finlandia. Suecia, Bélgica y Dinamarca, el aumento
fue 141%,137%,127% y 124%, respectivamente. Los países que tienen
mayor productividad, son más competitivos, las empresas usan con
mayor efectividad y eficiencia sus recursos. Un práctico ejemplo es Nokia,
corporación finlandesa que ha tenido un fuerte retroceso en sus ventas de
celulares en el mercado mundial, debido a que ha perdido participación de
mercado a favor de Samsung de Corea del Sur.
El socialismo debe privilegiar la educación, pero en este campo, Europa
se está quedando atrás en educación y ciencias, se encuentra por debajo
de Estados Unidos y Japón. La proporción de jóvenes entre 25 y 34 años,
con título universitario en la Unión Europea es 29%, mientras que en
Estados Unidos y Japón, 39% y 52% respectivamente. En cuanto a
ahorro previsional en relación al producto interno bruto, las diferencias
son abismales: en Alemania es 5%, Italia, 2%;Estados Unidos 65% y el
Reino Unidos,72%.
No hay espacio para seguir analizando las diferencias. El estudio de Open
Europe es concluyente de que el socialismo europeo, es mejor que el que
existía en la Unión Soviética, pero está muy distante a ser ideal para el
mundo.
Mientras unos países socialistas se aferran al socialismo extremista,
otros evolucionan al capitalismo socialista
En Cuba, Castro terminó con la desigualdad haciendo a todos pobres. El
socialismo no ha hecho ningún aporte significativo a la creación de bienes
y servicios que benefician a la humanidad; este sistema ha sido carente
de ideas e innovaciones por la naturaleza de sus equivocadas teorías.
Corea es el ejemplo más visible de la clase de realidad que ofrecen
capitalismo y socialismo marxista Esta nación era inmensamente pobre
antes de 1945.Posteriormente la península de Corea se dividió en dos. La
del norte pasó a funcionar bajo régimen socialista y la del sur, con el
capitalista. Los resultados están a la vista. La Corea socialista está llena
de pobres, los niños fallecen por desnutrición. No hace mucho tiempo, un
doctor alemán logró sacar un video de ese país que recorrió el mundo,
mostrando a niños como los africanos que padecen hambrunas. En el otro
extremo se encuentra Corea del Sur, cuyos habitantes tienen un ingreso
de 18,000 dólares cada uno, cifra tres veces superior a la de la nación
más rica de América Latina. Los surcoreanos son auténticos
emprendedores, han creado empresas que compiten de igual a igual con
las del Primer Mundo y tienen grandes inversiones en todos los
continentes.
Deng Xiaoping en China, estaba muy consciente de que tenía que
encontrar un nuevo modelo de desarrollo, basado en una teoría que
manteniendo ciertos principios socialistas, su pueblo pudiera dejar de
morirse de hambre y prosperar. Una de las primeras medidas que tomó
fue crear Zonas Especiales, que eran provincias donde las actividades
comerciales se basarían en un modelo similar al capitalismo.
El legado de Xiaoping ha sido impresionante por el espectacular
crecimiento de la economía china durante más de 20 años. Hace pocos
días, el Ministro de Desarrollo y Reformas, Ma Kai, en un foro
internacional sobre reformas, comentó que China había completado su
transición, de una economía altamente centralizada a una economía
socialista de mercado. Después de 26 años de continuas reformas, el
país ha privatizado decenas de miles de empresas estatales. Él admitió
que en este nuevo modelo económico, la propiedad privada tiene un rol
destacado: el sector privado ha tenido un crecimiento tan monumental
que ha generado 80% de nuevas plazas de trabajo y ya contribuye 30%
del producto interno bruto. El 96% de productos primarios vendidos al
detal y 87% de bienes de capital, tienen precios determinados por el
mercado y no por decreto como era antes. Entre 1978 y 2004, el PIB
creció de 150,000 millones de dólares a más de 1,600,000 millones, lo
que representa un crecimiento promedio de 9.4% anual más de 300%
mayor que el de Ecuador en igual período.
Hay innumerables ejemplos de éxitos empresariales en esa economía
socialista de libre mercado. Uno de ellos es el caso de Chen Tianqiao,
joven ingeniero electrónico de 32 años, fundador y principal accionista de
Shanda Interactive, empresa dedicada a la producción de juegos por
Internet que tiene un valor de mercado superior a 1,000 millones de
dólares. Esta exitosa compañía, ha logrado vender acciones en Wall
Street y tiene millones de subscriptores, las ventas crecen a 35% anual y
en pocos años estará entre las más grandes empresas del mundo. Así
como Tianqiao, hay decenas de miles de chinos que están creando
fortunas usando el capitalismo.
El crecimiento y la aplicación de acertadas políticas económicas en China,
contrastan con las de América Latina que no ha tenido interés por el
futuro; de qué otra forma se puede entender la falta de visión crónica para
establecer políticas correctas a largo plazo encaminadas a aumentar el
nivel de vida de su pueblo; continúa viviendo en la anarquía ideológica sin
entender que se está quedando atrás en todo lo que significa progreso y
bienestar.
En este entorno de confusión, nuevos vientos de nacionalismo
tercermundista se avecinan, tratando de recrear las décadas de los
sesenta y setenta, cuyos resultados, lejos de traer prosperidad,
produjeron pobreza en nuestra región. Este movimiento apela a la
unidad bolivariana, a la unión de los del Sur para combatir a los del Norte;
argumentos trillados para quienes no sufren de amnesia de política
demagógica. Salvo 2 ó 3 países, entre ellos Chile, han logrado sacudirse
de los complejos que agobian a nuestro continente, los demás seguirán
siendo pobres y perteneciendo al Tercer Mundo, incluyendo Ecuador.
En Chile, Ricardo Lagos acaba de terminar su mandato con más de 60%
de aprobación de su pueblo; socialista al estilo del capitalismo socialista
de China, no pertenece a los socialistas recalcitrantes que fueron
enterrados cuando se desintegró la Unión Soviética; tampoco a los
clásicos demagogos redentores de nuestra región, como Hugo Chávez de
Venezuela. La diferencia es enorme; mientras el primero continuó con
programas para reducir la pobreza siguiendo los pasos de sus
antecesores, el segundo ha aumentado la pobreza en 10% y su
demagogia lo ha llevado a vender gasolina a precios subsidiados en
varios lugares de Estados Unidos, dizque para ayudar a los pobres de ese
país, cuando ese subsidio, lo debería invertir en su país. Lagos debe ser
admirador de la economía de mercado, al haber optado por sacar su
doctorado en Duke University, una universidad estadounidense.
Cuando él asumió el poder, no se le ocurrió insinuar que haría todo lo
contrario de lo hecho por su antecesor, Eduardo Frei; no le pasó por la
mente aislarse de la economía mundial, ahuyentar la inversión extranjera,
destruir las instituciones y no apoyar la producción. Hace rato, Chile
superó el absurdo de querer refundar el país con cada nuevo gobierno, al
estilo ecuatoriano, donde el presidente entrante se expresa en los peores
términos del saliente. Siendo socialista progresista se opuso a la lucha de
clases, mas bien, se preocupó de superar las divisiones de la sociedad y
lejos de aislarla, insertó a su país en la economía mundial. Firmó varios
tratados de libre comercio con países de su mismo tamaño y con gigantes
como Estados Unidos y China. Días antes de dejar el poder, Lagos
anunció que había iniciado conversaciones con India, para firmar otro TLC.
La inserción le ha significado un incremento espectacular en las
exportaciones, que se ha convertido en el principal motor del crecimiento
de la economía, a tasas envidiables para Ecuador.
Una de las tantas paradojas de nuestro continente es la lentitud de los
demás países en absorber las lecciones del éxito chileno, cuyo comercio
internacional es el doble del promedio regional. Desde que firmó el tratado
con Estados Unidos, las exportaciones han aumentado aproximadamente
80%. La pobreza de Chile es la más baja de nuestro continente, la
extrema penas representa 4%. Se debe indicar que la desigualdad social
todavía no ha podido ser disminuida.
A Lagos no se le ocurrió hacer demagogia barata, al estilo Chávez, y
entrar en intimidades con Castro; tampoco atacar a las instituciones
multilaterales. Los chilenos supieron usar sabiamente el endeudamiento
interno. En una de las últimas encuestas de Barómetro Latinoamericano,
los chilenos no muestran la animadversión que tienen los ecuatorianos
hacia el Fondo Monetario Internacional.
Garantizó la igualdad de oportunidades en materia educativa, incrementó
el nivel de inversión y puestos de trabajo y sobre todo, no repartió dinero
a la más clara demagogia latinoamericana. En una entrevista que le hizo
el periodista Andrés Oppenheimer sobre este tema, comentó
“Alguien decía: Denles cheques. No, no les dimos el cheque. Les
enseñamos a ponerse de pie con sus propias posibilidades. Es la única
forma de dejar atrás la pobreza: políticas directas, bien focalizadas, que
no impliquen clientelismo político, que es el otro defecto grave de nuestra
región”.
En la misma entrevista, al tratar el tema de la victimización de América
Latina, Lagos respondió: “Creo que el defecto a ratos de América latina es
buscar la culpa en otro, más allá de nuestro continente o de nuestra
región…creo que cada tanto nos olvidamos de que nuestra prioridad es
ordenar nuestra casa”.
Indudablemente, Chile parece estar en otro continente, pues sus políticos,
gobernantes y sociedad tienen actitudes y comportamientos totalmente
contrarios al
de la mayoría de los países latinoamericanos,
particularmente Ecuador. Es muy claro identificar quien está en el camino
correcto y quien en el incorrecto.
Tony Blair, Primer Ministro de Inglaterra, en el prólogo de “Socialismo del
Siglo XXI”, libro escrito por Ricardo Lagos, ex presidente de Chile,
describe muy bien la forma de pensar y actuar de Lagos: “Al tiempo que
ha respetado los principios básicos de una economía de libre mercado, el
Presidente Lagos ha creado programas sociales que han tenido un
impacto impresionante en reducir los niveles de pobreza, que están ahora
entre los más bajos de la región".
Ha llegado el momento en que los líderes latinoamericanos dejen de
echar la culpa a los demás de todos los males de nuestra región, cuando
los únicos culpables somos nosotros mismos. Hace 40 años, cuando se
negociaba la participación del Ecuador en la Asociación Latinoamericana
de Libre Comercio, nuestro gobierno apeló a nuestra pobreza para recibir
trato preferente. Diez años más tarde, cuando se creó el Pacto Andino,
usó la misma estrategia, apelar al subdesarrollo. El recientemente
nombrado Ministro de Comercio, planea acogerse a una de las cláusulas
de las leyes del derecho comercial internacional, para recibir ventajas. Si
Irlanda, país que fue el más atrasado de Europa Occidental, junto con
Portugal, hubiera sufrido de síndrome de mendigo que sufre Ecuador, no
se hubiera convertido en el país cuya población tiene la más alta
capacidad de compra en Europa.
Ataques infundados contra el capitalismo
Quienes son de la izquierda extrema y agotada, no se cansan de atacar
con virulencia al pensamiento capitalista, lo hacen responsable de todos
los males de la humanidad, comenzando por afirmar que es un sistema
de explotación y causa terribles desigualdades. Marx sostenía que el
obrero tenía que vender su tiempo para recibir una renta a cambio. Pero
como Miseses, Schumpeter y Hayek sostuvieron, la alternativa era no
vender su tiempo y estar sin trabajo.
Contrario a lo que se piensa, la desigualdad no es resultado del
capitalismo, siempre ha existido en el mundo; mas bien el capitalismo ha
hecho posible disminuir la pobreza y disminuir la desigualdad a través de
los siglos. En la primera mitad del siglo XX, la esperanza de vida de los
pobres en el mundo no llegaba a 40 años de edad, actualmente
sobrepasa los 60. Lo mismo se puede afirmar con el nivel de educación.
Antes 100% de los pobres eran analfabetos, actualmente, un porcentaje
importante saber leer y escribir. En Ecuador Hace 50 años, no teníamos
televisión; radio, teléfono, refrigeradora, cocina, aire acondicionado y
demás bienes esenciales, eran lujos solamente disfrutados por familias
acomodadas. Actualmente, se encuentran en millones de ecuatorianos
¿Cómo superar la desigualdad? No quitando a los ricos para dar a los
pobres, ya se ha intentado en el pasado y no ha funcionado. Todas las
revoluciones violentas, en la historia de la humanidad, no han dado
resultado.
Antes de pensar en eliminar la desigualdad, hay que eliminar la pobreza,
seguir la estrategia de China. En 20 años, más de 400 millones de
personas se han incorporado a la economía, ganan sueldo y consumen.
En las dos décadas transcurridas, todavía no disminuye la desigualdad,
porque no se puede en pocos años crear las condiciones para
incrementar dramáticamente los ingresos de las personas; el aumento se
origina en mayores niveles de educación y conocimientos y ellos toman
tiempo.
Durante la gran Depresión Mundial de los años treinta, el presidente
Franklin D. Roosevelt puso a trabajar a más de 12,000,000 de
desempleados en pocos años, pero no resolvió el problema de la
desigualdad en el mismo período.
Para ganar la batalla de la desigualdad hay que proporcionar mejor
educación y salud, garantizar agua potable, electricidad, trabajo estable y
facilidad de crédito barato a los microempresarios. Los malos gobiernos
son los primeros en establecer los mayores obstáculos para acabar con la
pobreza y desigualdad.
Para el 2015, hay regiones que sobrepasarán las Metas del Milenio,
impuestas por las Naciones Unidas en 1999. Una de ellas es Asia
Pacífico que tenía un nivel de pobreza superior a América Latina; con
29.6% de extrema pobreza en 1990, terminará con 0.7% en el 2015, muy
por debajo de nuestra región, que comenzando con 11.3% disminuirá a
5.7%%. ¿ Por qué ellos tendrán una población considerablemente menos
numerosa viviendo en la extrema pobreza?. Para comenzar, no se conoce
el populismo en Asia Pacífico, no hay falsos redentores, en nuestros
países abundan; hay respeto por las leyes, seguridad jurídica, se da
prioridad a la educación orientada a la técnica, invitan a la inversión
extranjera, y abren las economías al mundo. Estos son algunos de los
factores que hacen que las economías de Asia Pacífico crezcan al doble y
más, de las tasas latinoamericanas.
Gráfico #2
Metas del Milenio de nivel de pobreza
(% de la población)
Pobreza en Asia Pacífico
Pobreza en América Latina y Caribe
Rojo: meta. Negro: pobreza real, 1 dólar al día. Plomo: pobreza real, 2
dólares al día. Negro y plomo punteados: proyección
Fuente: Banco Mundial
América Latina no acierta a encontrar un futuro promisorio
América Latina tiene cerca de dos siglos buscando su futuro y no lo halla
ni hallará con la manera de pensar de su gente. El militarismo fue un
fracaso, así como el populismo y socialismo criollo. El mal llamado
neoliberalismo no brindó los frutos, porque fue mal engendro; en lugar de
concebirse un modelo que dé trabajo a todos, elimine trabas burocráticas
y privilegie la educación, conocimiento y tecnología, se creó un monstruo
de características mercantilistas, que pretendió mejorar las condiciones
en base a la exclusión de las mayorías y a través del engrosamiento del
Estado.
Actualmente América Latina quiere girar a la izquierda y quienes están
atrás de regresar a los años sesenta, pretenden mantener el pensamiento
socialista marxista que dejó de existir en las naciones de la anterior Unión
Soviética y China, lugares donde fracasó rotundamente; lejos de haber
creado una realidad de bienestar, lo único que hizo fue generar pobreza y
corrupción. En la actualidad los mencionados países se han volcado a
practicar la libre empresa. Todo Estado que ha sostenido que el
socialismo es la única vía para terminar con la pobreza, sus economías
no han logrado tasas de crecimiento superior a 3% anual, como si se ven
en naciones que creen que el camino adecuado es el capitalismo, donde
crecen hasta 10%.
Los izquierdistas de nuestra región sostienen que los capitalistas tienen
doble discurso, sin embargo los primeros disfrutan de cada uno de los
extraordinarios inventos: usan la energía eléctrica en casa y oficina,
tienen dirección electrónica en el Internet y lo usan para leer noticias de
otros países; utilizan el teléfono fijo y celular para comunicarse; se
aseguran de tener aires acondicionados en sus casas; pasan varios horas
viendo noticias, entrevistas y demás programas de la televisión,
seguramente estarán clavados viendo los partidos del mundial de fútbol;
tienen computadora y accesorios y muebles hechos con plástico. Cuando
necesitan trasladarse a grandes distancias, usan el avión. Todos estos
inventos y un sinnúmero de otros, como en la medicina, que por falta de
espacio no se mencionan, fueron inventados en naciones capitalistas y
han permitido que el ser humano se dignifique. Algunos de ellos deben
recibir fondos de familiares que viven en el exterior y trabajan en países
de economías capitalistas. La gasolina que sale del petróleo y sus
derivados, también se deben a la ingeniosidad de los países capitalistas.
¿Qué hubiera sido de la humanidad sin el capitalismo? Seguramente en
la actualidad el 90% del mundo sería pobre, como lo era en 1800, cuando
la Revolución Industrial comenzaba a tomar fuerza. Actualmente, los
pobres representan 20% del total de la población y como en todo otro
tema, también se responsabiliza a las naciones capitalistas de la pobreza
mundial. Todos estos críticos hablan despectivamente de las empresas
multinacionales, pero se olvidan o desconocen que esas empresas
nacieron pequeñas, comenzando por la misma OXY. En 1955, apenas
vendía 800,000 dólares al año, era más pequeña que algunas empresas
ecuatorianas de esa época. ¿Cómo logró crecer tanto? Por las
oportunidades que ofrece la economía capitalista. Fue adquirida por
Armand Hammer, extraordinario emprendedor nacido en Rusia, quién
llegó de niño a Nueva York con sus padres inmigrantes. Cuando tenía 25
años de edad, ya era millonario y al terminar la Revolución Rusa en 1918
viajó a Moscú para ofrecer ayuda económica a Lenin. Se quedó en Rusia
creando negocios hasta que subió Stalin al poder y regresó a Estados
Unidos, donde inició varias empresas y compró otras, una de ellas OXY.
Por la enorme capacidad de trabajo y deseos de superación, Hammer
hizo de OXY, una de las grandes empresas petroleras del mundo.
Las economías capitalistas están llenas de historias como la de Hammer.
La mayoría de los hombres más ricos del mundo son profesionales
pertenecientes a economías capitalistas, 20 ó 30 años atrás no tenían
dinero, no han sido herederos, lo que han hecho se debe a sus propios
esfuerzos.
La pregunta que deben hacerse nuestros socialistas criollos es ¿por qué
sus familiares emigran a naciones capitalistas, en lugar de Cuba? La
respuesta es elemental, porque por naturaleza el ser humano busca la
superación, el famoso sueño americano: hacerse rico habiendo nacido
pobre. En Estados Unidos ya existen ecuatorianos millonarios, uno de
ellos es una doctora en medicina quien es codueña de una pequeña
clínica, vive en una casa que debe costar más de 3 millones de dólares.
Lamentablemente los medios de comunicación no cuentan historias como
éstas.
Los izquierdistas son conocidos por no practicar lo que predican. Hace
más de dos décadas, me encontraba en Alemania comunista y el chofer
del taxi que contraté para visitarla, me enseñaba las casas y tipos de
carros que usaban los que estaban en el poder. Lo mismo sucede en
Ecuador. Hubo un socialista ecuatoriano que sí fue auténtico y tuve el
placer de conocer: Elías Muñoz Vicuña. Su casa era digna, pero modesta,
no tenía tumbado falso, ni baldosas en el piso. Con él logré tener una
sincera amistad, pasé muchas horas conversando sobre historia
ecuatoriana, tuvo una de las más grandes bibliotecas privadas del país.
El capitalismo se interesa por el futuro
Hay sociedades que viven del pasado, otras del presente y muy pocas
viven para el futuro. Entre las primeras están las de: Cuba, Corea del
Norte, la mayoría de los países árabes, uno que otro asiático y varios
africanos. Los gobiernos en estos países establecen murallas para
aislarse del concierto de naciones y evitar ingresar a la modernidad. Las
segundas son como las de Ecuador y la mayoría de las naciones
latinoamericanas, no tienen apuro en tener pensamiento vanguardista,
prefieren ser seguidoras a líderes; a ellas les da lo mismo hacer los
cambios en poco tiempo que demorarse eternidades. Tampoco les atrae
la tecnología, son oportunistas en manejar el nacionalismo, les falta alta
dosis de insatisfacción y piensan que el mundo está divido entre dos
ideologías, la de izquierda y la de derecha, por lo que consideran normal
e inevitable la confrontación.
Vivir para el presente es no interesarse en el bienestar de las futuras
generaciones, no asegurarse de que las nuevas generaciones tengan
mejor calidad de vida que las anteriores. Cuando las sociedades viven
para el presente, rechazan el progreso; éste jamás es espontáneo, hay
que planificarlo, organizarlo y proyectarlo, es decir hay que estar
orientado al cambio a siempre encontrar la forma de hacer mejor las
cosas.
Las sociedades que viven para el futuro creen que la libertad de mercado
promueve iniciativas que potencian el desarrollo de la mente para crear
nuevos bienes y servicios. Estados Unidos es un buen ejemplo de lo que
significa usar el capitalismo para generar riqueza colectiva, no estando
satisfecho con el presente. Al terminar la Primera Guerra Mundial, este
país se había convertido en la primera potencia mundial. Si hubiera tenido
nuestra mentalidad, para esa sociedad ya no hubiera sido necesario
seguir progresando, después de todo era la más poderosa en el mundo.
Pero se sintió inconforme con el presente, siguió apostando a la ciencia y
la tecnología para continuar mejorando la competitividad de sus productos
y calidad de vida. Las universidades optaron por continuar creando
nuevas carreras, y las empresas, nuevos bienes y servicios. Tener radio
no era suficiente, dieron un paso adelante con la televisión convencional y
luego la satelital; el teléfono no llenó las expectativas, se crearon el telex,
fax y posteriormente el Internet. Los mismos cambios se dieron en todos
los aspectos de la vida cotidiana. Mejoró la medicina en todo sentido,
desde inventar nuevos medicamentos, hasta encaminar los tratamientos
médicos a acciones no invasivas, es decir lo menos traumáticas posibles.
La diálisis es un ejemplo. Las personas con deficiencias en el
funcionamiento del riñón, tenían que ir al hospital y conectarse a grandes
equipos, actualmente lo hacen desde sus casas con equipo muy pequeño
y fácil de manejar.
Ciencia, tecnología e innovación son productos del sistema capitalista por
ser esenciales para mejorar el bienestar social. Actualmente es imposible
pretender el logro de un desarrollo integral, sustentable y equitativo sin
ser innovadores en el uso adecuado de la ciencia y la tecnología.
El Banco Interamericano de Desarrollo afirma que en la mayoría de los
países y sectores latinoamericanos se reconoce la importancia de la
ciencia y la tecnología. Sin embargo, cuando se ve la respuesta en
términos de acciones concretas, los esfuerzos son insuficientes en
muchas áreas. La inversión anual de tecnología en toda América Latina y
el Caribe es casi la mitad de lo que invierte Corea del Sur. Son cifras
acumuladas año tras año, que llevan a las naciones a capacidades muy
distintas y consecuentemente a diferentes niveles de desarrollo.
Estados Unidos se dedicó a hacer lo mismo que hizo Inglaterra, en el
siglo XIX. Esta nación siguió el ejemplo de Holanda en el siglo XVIII y ésta
a su vez, lo que hicieron las ciudades-estados italianas al finalizar la Edad
Media. En la segunda mitad del siglo pasado, varios países no
obsesionados con el presente, imitaron a Estados Unidos. El progreso
material se ha dado en la historia de la humanidad a través de la imitación
mejorada. Siendo el conocimiento acumulativo, las nuevas ideas mejoran
las existentes y en este milenario proceso, se crean nuevos bienes y
servicios y las economías prosperan. Pero no todos los países han
seguido el mismo camino; de haberlo hecho, la pobreza mundial sería
mínima. Ecuador es de los que no han seguido los pasos debidos.
La innovación y tecnología no surgen de la nada, proviene del entorno de
libertad económica, curiosidad y estudio, lo que explica que de las 100
universidades más prestigiosas del mundo, 52 son de Estados Unidos y
11 del Reino Unido, naciones que han practicado el capitalismo a través
de los últimos 250 años y lo siguen practicando, siendo Irlanda ejemplo de
logro de la economía de mercado.
El conocimiento obtenido en el estudio universitario y postgrado, sumada
la curiosidad en la búsqueda de satisfacer necesidad del ser humano, ha
permitido que los premios Nóbel en las ciencias más importantes sea
concedidos a Estados Unidos y Gran Bretaña, 56% de todos para el
primero y 13% para el segundo.
Países con mayor # de premios Nóbel en ciencias
1951-2005
País de ciudadanía
Química
Física
Medicina Total Premios Nóbel
102*
123*
125*
350*
1Estados Unidos
48 (47%) 75 (61%)
72 (58%) 195 (56%) of all
Prizes
2. Gran Bretaña
19 (19%)
7 (6%)
19 (15%)
45 (13%)
3. Alemania
10 (11%) 13 (11%)
9 (7%)
32 (9%)
4. Rusia
1 (1%)
9 (8%)
2 (2%)
12 (4%)
5. Francia
1 (1%)
4 (3%)
5 (4%)
10 (3%)
6. Suecia
0
2 (2%)
6 (5%)
8 (2%)_
6. Japón
4 (4%)
3 (3%)
1 (1%)
8 (2%)
8. Canadá
3 (3%)
2 (2%)
0
5 (2%)
8. Holanda
1 (1%)
4 (3%)
0
5 (2%)
8. Suiza
2 (2%)
0
3 (2%)
5 (2%)
Fuente: Center for the Study of Jobs and Education,Wisconsin
Una situación similar ocurre con los premios Nóbel en economía, más del
50% pertenecen a estadounidenses y en segundo lugar están los
británicos con 10%.
¿Estado o mercado?
Son abrumadoras las evidencias históricas de que el socialismo no es el
sistema para sacar a los pueblos de la pobreza. Desde hace 20 años, en
la mayoría de las naciones se viene dando un proceso de disminución del
Estado; quienes han liderado este movimiento han sido los antiguos
países del bloque soviético. Ellos experimentaron los trágicos resultados
del socialismo y optaron por reducir la influencia del Estado a la mínima
expresión. Los resultado se observan en el índice de Libertad Económica;
Eslovenia, Estonia y demás naciones bálticas están en los primeros
lugares. Estonia pasó de tener una inflación de 1000 % anual, de ser un
país cerrado y pobre, con gente haciendo colas para obtener algo de
alimentos, a ser hoy un país con una de las economías más modernas y
libres del mundo (9vno en el ranking mundial), un país joven y pujante,
donde el impuesto a la renta es plano y cualquier trámite, incluyendo
pagar impuestos se hace mediante Internet; han hecho del gobierno
electrónico una herramienta eficaz para fomentar el gobierno austero y
combatir la corrupción. ¿Cómo lo han hecho? Tuvieron un extraordinario
Primer Ministro, Mart Laar,quien terminó con la influencia del Estado en la
economía; en sus propias palabras comenta: "En la era del socialismo, la
gente no estaba acostumbrada a pensar por si misma. A tomar la
iniciativa o asumir riesgos. Para lograr este cambio, debíamos despertar
al pueblo. En primer lugar, teníamos que alentar la competencia. En 1992,
Estonia eliminó todos los aranceles de importación y se convirtió en una
gran zona de libre comercio. La competencia externa forzó a las
empresas locales a cambiar y reestructurar su producción. Al mismo
tiempo, Estonia suspendió todos los subsidios, el respaldo y los
préstamos baratos a las empresas, por lo que éstas sólo tuvieron dos
opciones: desaparecer o comenzar a operar con eficiencia. Nos
sorprendió que muchas escogieran la segunda opción. A la vez, fue
necesario insistir en que si alguien trabajaba más y ganaba más no se lo
iba a castigar. Un país no debe depender de la ayuda extranjera. De
hecho, pronto nos percatamos del peligro que implica la total dependencia
de la ayuda. “Comercio sí, ayuda no”, la consigna proclamada en 1993,
caracteriza
el
pensamiento
vanguardista
de
Estonia
".(http://www.lyd.com/programas/economico/libertad_economica_2003/ca
pitulo3-sp.pdf)
¿Ha existido la economía de mercado en nuestro país y región?. Pienso
que no, comenzando por la ausencia de una auténtica democracia. En un
extraordinario ensayo sobre la democracia a través de más de 2,000 años,
Robert Kaplan, afirma que la historia ha demostrado que no hay el triunfo
final de la razón. En su ensayo, al pasar Kaplan revista a dos milenios de
historia y aproximadamente 20 países, concluye que la democracia no es
para todos, que existen requisitos que cumplir para la democracia sentar
raíces, entre ellos: clase media fuerte e instituciones. Sin estas últimas,
Estados Unidos no hubiera podido desarrollar la democracia que aun
tiene.
Para Kaplan, ambos pilares surgen de la producción, así como del
fomento y apoyo a las leyes de mercado. Una frase, lo dice todo: primero
crea la economía, luego preocúpate de las elecciones. Esta opinión no es
nueva, hace más de 400 años, Isabel I de Inglaterra afirmó que para
poder tener poder político, primero su reino debía alcanzar el poder
económico. Esta estrategia fue seguida por los monarcas que la
sucedieron y para la mitad del siglo XVIII, la economía inglesa se convirtió
en la más dinámica del mundo y su poder político se sintió en todos los
continentes, incluyendo nuestra región. Suficiente es leer la
correspondencia de Simón Bolívar con Jeremy Bentham, pidiéndole
ayuda en temas jurídicos.
Lamentablemente cuando nos convertimos en repúblicas, las
constituciones creadas no hicieron mención de cómo hacer crecer la
economía. En la nuestra de 1830, ninguna de las obligaciones de los tres
poderes del Estado se refiere a temas económicos ni de educación.
Ciento setenta y seis años más tarde, nuestros gobernantes todavía no se
dan cuenta de que impulsar el mercado es el camino correcto para dejar
atrás la pobreza
El capitalismo, con todas sus falencias es el sistema económico que más
conviene a los pueblos: genera riqueza, promueve el emprendimiento,
invierte en tecnología, desarrolla una clase media consumidora y
proporciona opciones a los ciudadanos para salir adelante. El propio Marx
en su Manifiesto Comunista, admitió que como el capitalismo significaba
cambio para incrementar la productividad, requería de acumulación de las
utilidades, por lo que era un modelo de producción capaz de producir a
niveles sin precedentes, en la historia de la humanidad. En otras palabras,
Marx aceptó que el capitalismo es sinónimo de eficiencia y ésta se
traduce en abundancia y bajos costos, variables que benefician al
consumidor.
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http://www.monthlyreview.org/598wood.htm
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