Actividad psíquica del analista Victoria Korin*, Emilse

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Actividad psíquica del analista
Victoria Korin*, Emilse Cardozo**, Susana Diringer***, Etel Novacovsky****, Irene
Schijman*****
Eje temático: La contratransferencia en la clínica
*[email protected], miembro titular de la Asociación Psicoanalítica
Argentina.
**[email protected], miembro titular de la Asociación Psicoanalítica
Argentina.
***[email protected], miembro titular de la Asociación Psicoanalítica
Argentina.
****[email protected], miembro adherente de la Asociación Psicoanalítica
Argentina.
*****[email protected], miembro titular de la Asociación Psicoanalítica
Argentina.
Organiza
Federación Psicoanalítica de América Latina
Septiembre 23 AL 25 de 2010
Bogotá - Colombia
Actividad psíquica del analista
“Estoy convencido de que es debido a que
no
hemos
sabido
hacer
figurar
la
contratransferencia en toda su autenticidad,
que las “historias de casos” han terminado
por perder todo interés.” O. Mannoni
Tarea analítica
La relación analizando-analista es ese espacio que se instala por intervención de
la transferencia, que no es extraña ni sobreañadida a la cura sino que la
constituye; transferencia que en análisis, en todos los casos, permanece
inconsciente, salvo que aparezca como resistencia, y de ella sólo constatamos sus
efectos.
En la cura lo que mejor describe la función de la transferencia-contratransferencia
es que una y otra movilizan al inconsciente. Éste no se deja repartir entre el
analista y el paciente, sino que es comparable a un lenguaje. Es decir, que entre
paciente y analista se da este circuito, un inconsciente que no se distribuye, sino
que es del circuito. Es lenguaje que circula y le da posibilidad de expresión. Freud
dice “…ese lenguaje secreto que con tanta facilidad se forja en el trato regular
entre paciente y analista” (Freud, Conferencia XXX). En Consejos al Médico,
Freud agrega “…el médico ha de poder servirse de su propio inconciente como de
un instrumento…”
Articular ambas formulaciones nos permite ubicar la tarea del analista en el orden
de lo que llamamos su actividad psíquica. Llamamos actividad psíquica al
lugar/modo de donde surgen las intervenciones. ¿Qué papel tiene la actividad
psíquica del analista en la escucha, en la cura y con qué conceptos de la teoría
entra en juego? ¿Cómo escucha, desde dónde, con qué cuenta para su escucha,
qué es lo que la posibilita y qué la entorpece?
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Pensamos el trabajo del analista como su actividad psíquica. No es la propuesta
de otra denominación, sino un modo de situar un problema que encontramos en
los textos y en los diálogos entre analistas. Problema que tiene que ver con dos
conceptos: contratransferencia y deseo del analista, relacionados con los modos
en que el analista interviene en la cura. La idea es ubicar el problema en cuestión,
lo cual nos permite centrarnos en el modo en que el analista está implicado en la
estructuración del campo.
Pensamos que los términos contratransferencia y deseo del analista, al ser
tomados como “signo”, sostienen y congelan su significado, volviéndose un signo
también en relación a la pertenencia teórica e institucional. Se pierde el sentido de
lectura. Esto atenta contra la esencia del psicoanálisis. No pone los distintos
significados instituidos en cuestión, en tensión ni a trabajar.
En el epígrafe, Mannoni habla de contratransferencia. Muestra el modo en que
pone en función su propio aparato psíquico bajo el nombre de contratransferencia.
No pensamos que suscriba la idea de contratransferencia como los sentimientos
del analista, ni como algo que resulta accesible de manera directa. La clave de la
cuestión
es
entender
y
desplegar
en
cada
texto
a
qué
llamamos
contratransferencia, o sea, realizar una operación de lectura.
El mejor camino no es la autoafirmación de un todo, sino construir y exponer
argumentaciones, ubicar el concepto en su contexto y en su problemática.
Pensamos que no se trata de dar definiciones, sino de ir armando un campo
conceptual que complejice el tema en vez de reducirlo a argumentos de autoridad.
Hay una idea instalada de que la contratransferencia es una palabra que los
franceses han rechazado. Es una prueba más de cómo esta palabra se lee como
signo, es decir, aislada de su contexto de emergencia. Ejemplo paradigmático de
esto es la afirmación de Miller, que lo que une a todos los analistas de la I.P.A., es
la contratransferencia.
En “La Férule”, Mannoni presenta un ejemplo de lo que entendemos como
actividad psíquica.: intenta desentrañar un gesto que él realiza en respuesta a una
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acción compulsiva de su paciente. Cada vez que su paciente hace un movimiento
de piernas acompañado de insultos, él lleva su mirada a un objeto que está sobre
su escritorio, sin tener noción ni poder orientarse sobre lo que hace su paciente.
Cuando puede entramar el gesto que realiza, trabajo que lleva adelante fuera de la
sesión en un largo camino asociativo, la interpretación arriba a su cabeza.
En el tratamiento analítico Freud no habla solamente de comprensión, intuición, ni
saberes instituidos que dirigen la escucha, habla de dejarse sorprender por cada
nueva orientación asociativa: pasar de una actitud psíquica a otra sin esfuerzo.
El psiquismo inconsciente del analista está capacitado para escuchar, siguiendo
las leyes del proceso primario. Las leyes son el instrumento.
¿Cómo es la escucha inconsciente? ¿Con qué opera? Es estar y al mismo tiempo
dejarse de lado. Evidencia el estrecho margen entre algo que sea obstáculo en la
escucha y algo que sea condición de posibilidad de dicha escucha. No es
comprensión que se alcanza, no es intuición del yo. Es la suspensión de las reglas
de observación científica para acceder, por medio de elementos de apariencia
insignificante que escapan a lo comprensible, a puntos nodales de las cadenas
asociativas.
Lo pensamos en términos de la primera y segunda tópica. No es sólo con el yo o
el superyó, sino también con el ello. Se trata de ser capaz de aceptar la
incomodidad en la que nos podemos encontrar y de reconocer en ese momento la
forma en que el inconsciente reacciona.
En cuanto a la dirección de la cura, conducir, es antes que nada, conducirse. La
reflexividad del verbo que nos indica el modo en que el analista está incluido e
involucrado. Es el modo en que analiza. Como en la anécdota del Talmud, ambos
quedan marcados por estar juntos en la chimenea, en el campo1.
1
Se trata de una anécdota, de la que hay varias versiones, pero en términos generales todas refieren
a un diálogo entre un lógico y un rabino. El rabino formula siempre la misma pregunta:
"Supongamos que dos hombres bajan por una chimenea, uno sale con la cara limpia y el otro con la
cara sucia ¿Cuál se lava la cara? El lógico va dando diferentes respuestas (el de la cara limpia, el de
la cara sucia, ninguno, ambos), siempre contradichas por el rabino, hasta llegar al punto en que el
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¿Cómo surgen las interpretaciones-intervenciones?
Tomar en consideración la actividad psíquica del analista tiene como efecto la
invención de interpretaciones e intervenciones. Dijimos que Mannoni al hablar de
“contratransferencia” y al desarrollar el concepto despliega lo que nosotros
entendemos por “actividad psíquica del analista”. Plantea que las interpretaciones
vienen al analista como efecto de la contratransferencia.
La actividad psíquica del analista es un “dejarse ir”, considerar el efecto que nos
produce el discurso del paciente, dejarse hacer mella, involucrarse, ponerse en
cuestión. Accedemos así a la interpretación por la actividad psíquica y, si las
resistencias no nos lo impiden, aflora el saber que surge de la escucha. Porque
del saber que se trata es del saber del inconsciente.
Y la teoría, ¿qué papel juega en la actividad psíquica del analista? “Pienso que es
mejor que no procedamos sistemáticamente, que el analista no se meta
conscientemente a perseguir descubrimientos teóricos -una actitud así me parece
sospechosa- sino que sea capaz de aceptar el apuro en el que se puede encontrar
y de reconocer en ese momento la forma en que … su inconsciente reacciona.”
dice Mannoni.
En la clínica nos encontramos con preguntas que no encontraron una respuesta.
Las podemos declarar fuera de nuestro interés o negarlas, o tratar de pensar que
deben ser teorizadas, diferenciando de esta forma al análisis, de la técnica
concebida como aplicación de la teoría. La teoria nos permite encontrar problemas
resueltos, en un rol de filtro, que no deja pasar nada más que lo que ella dice. Si
rabino puede señalarle al lógico "¿Ves ahora porqué la lógica no es suficiente para estudiar el
Talmud? ¿Cómo es posible que dos hombres que bajan por la misma chimenea, uno salga con la
cara sucia y otro con la cara limpia? ¿No ves que la pregunta es tonta? Y si intentas contestar
preguntas tontas, tu respuesta será tonta. Así que aprende algo más de lógica antes de que intentes
estudiar el Talmud".
La anécdota concluye “los dos tienen la cara sucia”.
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ignoramos la teoría no tenemos los medios para interpretar y conociendo sólo la
teoría, tampoco podemos operar.
“Del informe de un caso el analista puede abrirnos la comprensión, llevándola a la
teoría, sin decirnos nada del trabajo de intervención o interpretación que ha vuelto
esa comprensión posible. E inversamente, otro analista puede contarnos todas las
interpretaciones que ha hecho y comprendemos el caso sin referencia directa a
ninguna teoría. Por lo tanto, teoría e interpretación no son traducciones la una
de la otra.” (Mannoni).
Una interpretación no hace evidente una posición teórica porque no es su
traducción. No es traducción porque no hay adecuación perfecta, hay un tercero
en juego. El concepto mediador es la transferencia. No hay traducción porque hay
“campo transferencial”.
Si quisiéramos traducir una posición teórica de una intervención estaríamos
reduciendo y traicionando una idea en juego, la del campo transferencial.
La aparición de la interpretación no es la traducción de una idea teórica. Es
la puesta en evidencia de la actividad psíquica del analista.
La transferencia es la causa de que el concepto no pueda ser traducido a
interpretación. Las intervenciones se dan dentro de ese campo transferencial.
Cada interpretación es una combinatoria sobredeterminada de conceptos,
experiencias, ideas, análisis.
Teoría e interpretación arman un entrelazado inseparable, pero no idéntico.
“Bien analizado, el analista, por sí mismo podríamos decir, funciona según la
teoría’ . OMannoni
La teoría está en acto en el inconsciente. Se arma así un campo desde donde
puede leer a otro. Pensamos que al implicarse no trabaja a favor de la represión.
Recorrer los caminos asociativos en la escucha, nos permite no quedar presos de
la sugestión que la teoría pueda ejercer en nosotros. Ese trabajo se da en forma
insidiosa, hecho en la oscuridad.
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Nos interesa marcar la relación entre actividad psíquica-teoría en tanto
elaboraciones del prec-c, dado que partimos de la afirmación que el analista
funciona según la teoría. La teoría está en acto en el inconsciente.
Actividad psíquica del analista/interpretación/teorización, en oposición a
escuchar sugestionado/teorizar/interpretar. Esto es estar inmerso en el campo
transferencial. Dejarse llevar por el material, dejarse sorprender.
Las intervenciones son efecto de la actividad psíquica del analista, a diferencia de
las hipótesis. Las interpretaciones son producto de la actividad psíquica del
analista, a veces no las podemos teorizar, o es algo imperceptible en ciertos
puntos de inflexión. La actividad psíquica del analista puede no ser accesible de
manera directa. Requiere un trabajo, actividad psíquica que implica siempre la
neutralidad. No es nada personal, sino lo que se pone en juego en el trabajo. Lo
pensamos como el modelo del trabajo del sueño. No somos observadores,
estamos involucrados,
¿De qué modo estamos involucrados? Si tenemos una ocurrencia y la acallamos,
estamos trabajando a favor de la represión. Acallando lo que surge cuando
estamos trabajando, trabajamos para dejar en la oscuridad las intervenciones que
nuestra actividad psíquica hacen aparecer. Si estas ideas surgen de la
contratransferencia, decir que no las incluimos al trabajar obliga a plantear con
qué materialidad trabaja el analista. Nosotros pensamos que la materialidad con la
que trabajamos es la de las asociaciones discursivas del paciente, que al ser
escuchadas se transforman en otra cosa, escuchar es volver parlante al sujeto que
nos habla.
Como dice Blanchot, se trata de una escucha que permita pensar que las
intervenciones aun viniendo de afuera parecen venir desde dentro.
Resumen
Este trabajo se refiere a nuestra conceptualización de lo que denominamos
actividad psíquica del analista que lo definimos como el trabajo del analista, lugar,
modo donde surgen las interpretaciones-intervenciones.
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Ponemos a trabajar los conceptos de contratransferencia y deseo del analista,
haciendo un “trabajo de lectura”, no tomándolos como “signo”.
La idea es ubicar el problema en cuestión, lo cual nos permite centrarnos en el
modo en que el analista está implicado en la estructuración del campo.
Descriptores: contratransferencia, deseo del analista, actividad psíquica del
analista, escucha analítica, teoría, interpretación.
Bibliografía
Blanchot,M. El habla analítica, el diálogo inconcluso. Monte Ávila Editores
Freud, S. Conferencia XXX, T.XXII, pag.45 A. E. 1976.
Freud, S. Consejos al médico, T.XII, pag.115 A. E. 1976.
Left, G. La contratransferencia, las mujeres psicoanalistas y Lacan. Epeele,
México, 2008.
Mannoni, O. Ça n’empeche pas d’exister. En La Férule. Editions du Seuil. París,
1982.
Masotta, O. Lecciones de psicoanálisis , Biblioteca Freudiana de Barcelona, 1979.
Miller, J. A. y Widlocher, D. El porvenir del psicoanálisis. Rev. de Psicoanálisis
(APA) LX, 4 (2003).
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