EL ANÁLISIS PEDOGEOMORFOLÓGICO: UNA METODOLOGÍA PARA LA GESTIÓN DE RIESGOS Área: Aspectos Académicos Edgar J. Jaimes C.1, Graciano Elizalde 2, José G.Mendoza M. 1 y Neida M. Pineda C. 1 1 Grupo de Investigación de Suelo y Agua (GISA), Universidad de Los Andes (ULA), Núcleo Universitario “Rafael Rangel” (NURR). Trujillo, estado Trujillo. Venezuela. E-mail: [email protected] ; [email protected] ; [email protected] 2 Postgrado en Ciencia del Suelo, Instituto de Edafología, Facultad de Agronomía, Universidad Central de Venezuela (UCV). Maracay, estado Aragua. Venezuela. E-mail: [email protected] INTRODUCCIÓN Desde hace más de una década, el Grupo de Investigación de Suelo y Agua (GISA), adscrito al Núcleo Universitario “Rafael Rangel” (NURR), de la Universidad de Los Andes (ULA), ha venido desarrollando, dentro de sus líneas de investigación, la temática referida al análisis pedogeomorfológico, edafoclimático y de los conflictos de uso de las tierras y aguas, específicamente en la subcuenca hidrográfica del río Motatán, localizada en el estado Trujillo. Dicha temática ha servido para llevar a cabo proyectos de investigación, incluyendo tesis de pregrado y postgrado, con el apoyo financiero del CDCHT-ULA; cuyos resultados contribuyen actualmente en la concreción de tres objetivos principales, a saber: a. Inventariar los recursos suelo y agua, a través del reconocimiento y diagnóstico de sus características y propiedades. b. Evaluar en forma integral el recurso tierra incluyendo interpretaciones con fines agrícolas, agroforestales, adaptabilidad agroecológica de cultivos, impacto ambiental, entre otros análisis. c. Contribuir con el ordenamiento territorial y la planificación del uso sostenible de los recursos naturales, proponiendo prácticas conservacionistas de la tierra. Adicionalmente, el análisis pedogeomorfológico se proyecta como una metodología de estudio en función de la gestión de riesgos, ya que sería de utilidad para la estimación de la magnitud e intensidad de los procesos pedogeomorfológicos que tienen lugar en paisajes montañosos o planos cuya manifestación, ante eventos climáticos o sísmicos inesperados, podrían causar un gran impacto agroecológico, ambiental y socioeconómico que, frecuentemente, se expresa en una evidente degradación de los paisajes naturales, así como en el deterioro, e incluso, en la destrucción de infraestructuras de apoyo a la actividad productiva de bienes y servicios, incluyendo vidas humanas. JUSTIFICACIÓN El propósito de este trabajo es resumir el estado del arte bajo el cual se ha venido desarrollando esta línea de investigación, sus principales resultados y aplicaciones para el manejo sustentable de los recursos naturales en la subcuenca del río Motatán y en otras áreas de estudio (Cordillera de la Costa, cuenca del Lago de Valencia y cuencas de los ríos Guárico y Santo Domingo). ESTADO DEL ARTE 1 El análisis pedogeomorfológico ha permitido establecer la estrecha vinculación entre la variabilidad espacial de las características de los suelos y de los paisajes que los contienen. En pedogeomorfología los objetos de investigación son los suelos y los paisajes y, especialmente, sus interrelaciones, los cuales pueden ser analizados y explicados genética, funcional y estructuralmente como sistemas, a través de diversos tipos de modelos (causa-efecto, cascada o proceso-respuesta, homomórficos, holísticos e integrales, entre otros). A continuación se presenta una síntesis de los principales aspectos que conforman la totalidad del análisis pedogeomorfológico. A.- El Sistema Pedogeomorfológico: características y criterios para su delimitación y clasificación. Elizalde y Jaimes (1989) definen al “sistema pedogeomorfológico” como una parte del ecosistema constituída por los componentes de la litosfera (suelo, regolito, sedimento y rocas) y de la hidrosfera (agua superficial o subsuperficial connata, encausada o difusa), los que se disponen de acuerdo a una estructura dada, en un ambiente formado por la atmósfera y la biosfera. Esta definición permite enmarcar al sistema pedogeomorfológico como el objeto de estudio de la geomorfología, significando ello que es sinónimo de paisaje. La interfase sólido-líquido-gas-biota que caracteriza al sistema pedogeomorfológico puede ser tan extensa como la superficie de todo el planeta, cuando constituye el universo de todos los sistemas pedogemorfológicos posibles, o tan pequeña cuando es representativa de un cuerpo o unidad elemental de un paisaje específico. Según Conacher y Dalrymple (1977), citado por Jaimes (1985), consideran que el sistema pedogeomorfológico debe comprender las diferentes posiciones de una secuencia topográfica que se extiende desde la parte más baja del paisaje (nivel de base de los ríos) hasta la divisoria o “parteaguas” de una cuenca, subcuenca o microcuenca. Según estos autores las diferentes posiciones o formas en que pueden subdividirse una ladera de montaña estarán caracterizadas por un balance entre el movimiento vertical, el transporte lateral y la sedimentación de materiales. Dado que en esta definición se hace más énfasis en el movimiento de materiales más que en el balance energético, Jaimes (1988) y Elizalde (2000), proponen un enfoque sistémico del paisaje, de acuerdo al cual los procesos que se desarrollan en él son el resultado del intercambio de flujos de materia, energía e información entre los componentes del mismo y con el ambiente, toda vez que el sistema es consumidor de energía. De acuerdo a esta concepción, el paisaje constituye una planta acumuladora, transformadora y transmisora cuyas entradas son materiales (sedimentos, materia orgánica, aire y agua) y energía gravitatoria, radiante o calor del interior de la Tierra y las salidas son (además de las pérdidas de energía) gases (CO2, N, CH4), sedimentos clásticos, materiales coloidales y solución. Los procesos que ocurren en el sistema pedogeomorfológico conducen, por un lado, a la pérdida o ganancia de materia, energía e información, y por otro, a su transformación como un todo, expresándose en el desarrollo de la estructura u organización del propio sistema. Como resultado se producen regolitos, sedimentos, suelos, soluciones acuosas y se desarrollan las características morfológicas de los límites superior (relieve), inferior y laterales del paisaje. Las características pedogeomorfológicas fueron resumidas por Jaimes (1994) en términos de los subsistemas componentes del sistema pedogeomorfológico, es decir: los subsistemas suelo, forma del terreno e hidrológico. Las propiedades que caracterizan a cada uno de ellos son las siguientes: 2 • Subsistema suelo: Profundidad; número, espesor y límites entre horizontes; espesor de epipedón y endopedón; color de suelo (dominantes y moteados); distribución de tamaño de partículas; estructura; consistencia; fragmentos gruesos (pedregosidad); características micromorfológicas (cutanes e inclusiones); raíces; actividad biológica y características composicionales (físicas, químicas, biológicas, fisicoquímicas, bioquímicas y mineralógicas). • Subsistema forma del terreno: Estos atributos están referidos al cuerpo de la forma (dimensiones y composición) y a la superficie de la forma (área, longitud, perímetro, circularidad, elongación, factor de forma, relieve general, relación de vecindad, pendiente general, pendiente media, erodabilidad y rugosidad de la forma). • Subsistema hidrológico: Sus atributos están referidos, por una parte, a la red de drenaje interno (movimiento de agua subsuperficial y retención de humedad) y, por la otra, a la red de drenaje superficial (drenaje externo, escorrentía, número de cauces, relación de bifurcación, número de orden de cauces, longitud total de cauces, longitud media del cauce principal, densidad de drenajes y de cauces, y frecuencia de cauces). El sistema pedogeomorfológico tiene tres límites: La divisoria de aguas o “parteaguas” que define el límite altitudinal de cualquier cuenca o microcuenca; los límites laterales definen la superficie del terreno que es el área en la cual se da la interacción entre los procesos que tienen lugar en el complejo biosfera-atmósfera-litosfera y el límite inferior que está definido por la superficie irregular que delimita en profundidad la porción de la corteza terrestre donde predominan las acciones supergénicas (frente de alteración). Delimitado de esta manera el sistema pedogeomorfológico representa la unidad elemental del paisaje de suelos que, en superficie, contiene una unidad elemental de suelo. Para clasificar las unidades de paisaje es necesario el apoyo de diversos tipos de sensores remotos (fotografías aéreas, imágenes de radar, de satélites, ortofotomapas, entre otros), la aplicación de las técnicas del análisis fisiográfico y de correlación paisaje-fotoimagen, así como los criterios de diferenciación geomorfológica y pedogeomorfológica, definidos por Elizalde (1983). La clasificación y delimitación de unidades de paisaje se realiza a diversas escalas o niveles de abstracción. El sistema de clasificación de paisajes creado por Elizalde (1983), permite determinar áreas homogéneas en 8 niveles categóricos, abarcando desde la superficie del globo terráqueo (nivel 1) hasta el sistema o paisaje elemental (nivel 8), permitiendo la elaboración de mapas pedogeomorfológicos, con diversos grados de complejidad cartográfica, en cuyas unidades se pueden realizar interpretaciones para diversos tipos de aplicaciones (evaluaciones de tierras para fines agrícolas, áreas protectoras, conservación de recursos naturales, entre otros). B.- El Modelo Pedogeomorfológico. Este modelo fue propuesto por Jaimes (1985) y, posteriormente redefinido por Elizalde y Jaimes (1989) y por Jaimes (1994), con la finalidad de analizar, construir y comprender cada vez más las relaciones suelo-paisaje y la génesis de los componentes del sistema pedogeomorfológico. Ese modelo resulta una consecuencia natural de la definición del paisaje como un sistema. Esta plataforma conceptual ha dado lugar a múltiples vertientes, a través de distintas aplicaciones referidas principalmente al análisis de las relaciones suelo-paisaje y al estudio de los procesos pedogenéticos, llevados a cabo por 3 diversos autores (Elizalde y Rondón, 1998; Pineda, 1998; Jaimes y Mejías, 1996; Jaimes y Matherano, 1996; Jaimes y Mendoza, 1996; Rondón y Elizalde, 1994; Jaimes y Elizalde, 1991). El modelo consta de tres niveles: a) la identificación, caracterización e interacción de los factores formadores; b) la identificación, caracterización e interacción de los procesos formadores, y c) la identificación y caracterización de las propiedades de los componentes del sistema pedogeomorfológico objeto de la modelización. En la Figura 1 se muestra un esquema del modelo pedogeomorfológico antes definido. MINERALÓGICAS BIOLÓGICAS EDAFOCLIMÁTICAS QUÍMICAS FÍSICAS CARACTERÍSTICAS PEDOGEOMORFOLÓGICAS PROCESOS GANANCIAS FORMADORES TRANSFORMACIONES FACTORES PÉRDIDAS FORMADORES TIEMPO RELIEVE MATERIAL PARENTAL CLIMA BIOTA Figura 1. Niveles del modelo pedogeomorfológico (Elizalde y Jaimes, 1989). C.- Los Procesos Pedogeomorfológicos. Inicialmente Jaimes (1985) definió tres procesos generales (alteración, sedimentación y denudación) con base a los conceptos propuestos por Jahn (1968), Runge (1973), Huggett (1975), Conacher y Dalrymple (1977) y Smeck et al (1983), citados por Jaimes (1988). En efecto, los procesos de alteración caracterizan principalmente al subsistema suelo y se refieren al predominio de las transformaciones en sentido vertical, acompañados de pérdidas y ganancias de importancia secundaria. Estos procesos representan, específicamente, a la pedogénesis. Los procesos de sedimentación son los que inciden sobre la forma del terreno (regolito). Están relacionados con el transporte hacia el sistema y con la acumulación de materiales dentro de él o de un punto a otro del mismo. Hay transformaciones y reestructuraciones pero son de importancia secundaria. Los procesos de denudación inciden más sobre los susbsistemas suelo y regolito. Consisten en el arranque y transporte de materiales fuera del sistema o de un sitio a otro dentro del mismo. 4 Teniendo como referencia las definiciones antes puntualizadas, Jaimes (1994) subdividió los procesos pedogeomorfológicos en dos tipos: los generales y los específicos. Como procesos generales propuso la definición de tres: las Transformaciones, que impulsan la evolución del sistema pedogeomorfológico, originando cambios en el ordenamiento y la composición de las unidades que lo estructuran; las Pérdidas, a través de las cuales el sistema pedogeomorfológico efectúa un trabajo mecánico efectivo caracterizado por un incremento de su energía cinética; y las Ganancias, entendidas como los procesos externos que motorizan el ingreso de materia, energía e información hacia el interior del sistema pedogeomorfológico, provocando el incremento de su energía potencial. Los procesos específicos puntualizados por Jaimes (1994) que están relacionados con los procesos generales de pérdidas y ganancias de materia, energía e información son los siguientes: compuestos orgánicos coloidales y no coloidales, coloidales en suspensión, orgánicos por actividad humana, disueltos, materiales detríticos por escurrimento superficial y movimientos subsuperficiales, materiales detríticos por la acción de la gravedad y por la acción de movimientos en masa, compuestos gaseosos y de agua a través de movimientos laterales, oblicuos y verticales. Los procesos específicos estrechamente vinculados con los procesos generales de transformación son los siguientes: Descomposición y neoformación de compuestos minerales y orgánicos; eluviación-iluviación de minerales arcillosos; decarbonatación-carbonatación; desilicación-silicación (podzolización-laterización); gleyzación-rubefacción-pardización; desalinización-salinización; solonización-solodización; lesivaje- pedoturbación; mecanización-leuconización; paludización-humificación-mineralización; ferruginaciónferralitización; diagénesis; erosión, transporte y sedimentación de materiales dentro del sistema. Una de las aplicaciones más importantes del modelo pedogeomorfológico fue realizada por Elizalde (2001) al proponer un procedimiento para evaluar el riesgo de ocurrencia de procesos de erosión en masa en áreas montañosas, específicamente en el estado Vargas. En esta evaluación se lograron definir siete tipos de utilización de la tierra, la selección de cinco cualidades de la tierra y de catorce características indicadoras, lo cual condujo a la elaboración de modelos interpretativos en el flanco norte de la Cordillera de la Costa, desde Los Caracas hasta Arrecife, lográndose la definición de hasta cuatro clases de riesgos de movimientos en masa, es decir: a) riesgo ligero; b) riesgo moderado; c) riesgo severo; y d)riesgo muy severo. D. El Balance Pedogeomorfológico. El balance entre la intensidad de los procesos de Ganancias, Pérdidas y Transformaciones, determina el estado del sistema pedogeomorfológico en un punto y momento dado, así como la tendencia del sistema a evolucionar. La ecuación del balance de los procesos pedogeomorfológicos está representada por las combinaciones de la desigualdad siguiente: T > = < G > = < P (Elizalde y Jaimes,1989) Los procesos de Ganancias, Pérdidas y Transformaciones tienen aspectos excluyentes, ya que el incremento de ellos en un momento dado, limita el desarrollo o manifestación de los otros. Para entender esta premisa es necesario apoyarse en un diagrama triangular del balance de dichos procesos (Figura 2). Cada vértice del triángulo representa la máxima intensidad de cada uno de los procesos. El lado opuesto (D, E, F) constituye la 5 intensidad cero o nula del respectivo proceso. De esta forma la bisectriz AD reúne los puntos en los cuales las intensidades de las ganancias y las pérdidas se igualan y la intensidad de las transformaciones varía desde un mínimo en el punto D hasta un máximo en el vértice A. Las bisectrices BE y CF, también representan diferentes situaciones del balance entre los procesos simbolizados por los vértices A y C; A y B. El punto X, donde se interceptan las tres líneas bisectrices, simboliza la situación donde las intensidades de los tres tipos de procesos se equilibran y definen el Estado Estable; en el cual el 33 % de la energía, materia e información que intercambia el sistema interviene en la transformación del mismo, otro 33 % participa como ganancia y el 33 % restante se destina a las pérdidas. Según el número de combinaciones posibles a partir de la ecuación del balance pedogeomorfológico, es obvio que existirán tantos sistemas abiertos típicos como balances individuales sean posibles. Se han definido nueve (09) sistemas posibles y sus respectivos balances típicos de procesos pedogeomorfológicos que le dan origen (Elizalde y Jaimes, 1989). En el Cuadro 1 aparecen indicadas las relaciones entre los 9 sistemas posibles y sus respectivos balances típicos. Dicha Tabla representa la leyenda correspondiente al modelo proceso-respuesta indicado en la Figura 3 que constituye la sucesión de balances pedogeomorfológicos que pueden ocurrir en diferentes lugares de una toposecuencia ideal. Se trata de un modelo de 16 unidades de terreno que puede ser utilizado en áreas montañosas y en planicies aluviales. A A = 100% de las Transformaciones B = 100 % de las Ganancias C = 100 % de las pérdidas F E B C D= 0 % de las Transformaciones E= 0 % de las Ganancias F= 0 % de las Pérdidas X = Estado pedogeomorfológico estable D Figura 2. Representación triangular del balance pedogeomorfológico, en función del flujo de materia, energía e información (Elizalde y Jaimes, 1989). 6 Figura 3. Modelo generalizado de la secuencia de balances pedogeomorfológicos comunes en zonas de vertientes y planicies. Fuente: Jaimes (1994), con base en el modelo de Jaimes (1985). Cuadro 1. Relaciones entre los sistemas y los balances de los procesos pedogeomorfológicos que les dan origen (Jaimes, 1994), con base en el modelo de Jaimes (1985). SISTEMAS PEDOGEOMORFOLÓGICOS 1 1a Interfluvio aplanado 1b Pendiente de escurrimiento 1c Pendiente aplanada con o sin disección 2 2a Interfluvio convexo 2b Eje de planicie aluvial antigua 3 4 Pendiente de reptación 4a 4b 4c 4d 4e Pendiente de sedimentación coluvial Cubeta de planicie aluvial antigua Cubeta de planicie aluvial reciente Eje de planicie aluvial reciente Vega actual de curso fluvial 5 Escarpe o talud de terraza 6 Napa de aluvionamiento antigua 7 Napa de aluvionamiento reciente 8 Pendiente de aluvionamiento no encausado 9 Aún no definido BALANCES TÍPICOS DOMINANCIA RELATIVA DE PROCESOS Alteraciones asociadas con el modelado de T > G > P las vertientes y de los relieves residuales Alteraciones asociadas con el modelado de T > G < P las vertientes y de las planicies aluviales antiguas Equilibrio morfogenético asociado con el T > G = P modelado de las vertientes Morfogénesis con predominio de los procesos de sedimentación, vinculados con la T < G > P formación y desarrollo de las vertientes y de las planicies aluviales recientes y antiguas Morfogénesis con predominio de la erosión, T < G < P vinculado con el modelado de las planicies aluviales Equilibrio morfogenético, vinculado con el T < G = P modelado de las planicies aluviales recientes Equilibrio morfopedológico con predominio de T = G > P la sedimentación, relacionado con el modelado de las planicies aluviales recientes Equilibrio morfopedológico con predominio de la erosión, relacionado con el modelado de T = G < P las vertientes y de las planicies aluviales antiguas Condición de estado estable del sistema T = G = P pedogeomorfológico E. La Homogeneidad Pedogeomorfológica. Dada la complejidad estructural, funcional y evolutiva del sistema pedogeomorfológico, Jaimes (1988) definió, con base en el Análisis de Componentes Principales, el Índice de Homogeneidad Múltiple (IHM), como un valor o cantidad que representa la homogeneidad de un sistema caracterizado por un conjunto de variables o características pedogeomorfológicas (morfológicas, biológicas, químicas y físicas). Según Jaimes y Elizalde (1991), tal valor permite establecer comparaciones con la finalidad de estudiar la estructura, el funcionamiento, la evolución, la estabilidad y la variabilidad espacial de dichos atributos dentro del sistema y de éste con relación a otros sistemas, incluyendo la totalidad del ambiente circundante. Entre las principales aplicaciones del IHM están: a) para fines cartográficos (Gómez, 1990; Elizalde, 1995 y 1997; Pineda, 1998). b) para estudios 7 de homogeneidad pedogeomorfológica y de pedogénesis (Jaimes et al 1992; Oballos et al 1999; Oballos, 1995; Ochoa y Oballos, 2002; Jaimes et al 2005). c) para comparaciones entre sistemas pedogeomorfológicos (Jaimes y Matherano, 1996; Jaimes y Arellano, 1998). CONTEXTO DE APLICACIÓN DEL ANÁLISIS PEDOGEOMORFOLÓGICO De acuerdo con la discusión antes desarrollada es obvio que el análisis pedogeomorfológico tiene como contexto o ámbito de aplicación el área académica. En efecto, esta metodología está constituida por un esquema de conocimientos teóricos y prácticos propios, cuyo objeto de estudio es la totalidad del paisaje terrestre delimitable a cualquier escala de detalle cartográfico. Como disciplina forma parte del ámbito de la Ciencia del Suelo y se interrelaciona con otras Ciencias de la Tierra (Ecología, Geología, Hidrología, Climatología, Geomorfología y Geografía). Su contenido temático fue incorporado desde 1988, a los programas curriculares de pregrado y postgrado de las Facultades de Agronomía (UCV), Ciencias Forestales y Ambientales (ULA) y el Departamento de Ciencias Agrarias (NURR-ULA), específicamente en las asignaturas relacionadas con el Análisis del Paisaje, Edafología Aplicada I y II, y Agrología. No obstante, lo ideal sería ampliar este contexto, en primer lugar hacia la totalidad de las instituciones universitarias (públicas o privadas) que forman profesionales en la Ingeniería Ambiental, de Recursos Naturales, Geológica, Civil e Hidrometeorológica; en segundo lugar, lograr que los ministerios y empresas gubernamentales, estrechamente relacionadas con actividades de inventario, diagnóstico y evaluación con fines de planificación de uso, manejo, conservación o recuperación de los recursos naturales, como es el caso de los ministerios del Ambiente (MARN), Agricultura y Tierra (MAT), Economía Popular (MINEP), de Planificación y Desarrollo (MPD) y las Empresas Hidráulicas e Hidrológicas (HIDROVEN), incorporen dentro de sus planes operativos, la totalidad de los conceptos, criterios y procedimientos metodológicos que definen el análisis pedogeomorfológico, cuyos beneficiarios principales deben ser las comunidades asentadas en los espacios urbanos, periurbanos y rurales. PROYECCIÓN A FUTURO La Gestión de Riesgos, para que sea efectiva, eficiente y eficaz, requiere de la definición de un manual de procedimientos basado en métodos de estudio y análisis multivariado, de carácter transdisciplinario e interinstitucional, con la finalidad de manejar, controlar y reducir los efectos negativos, directos e indirectos, derivados del desencadenamiento de diversos proceso-respuesta o en “cascada” que se originan, por un lado, como resultado de la acción de fenómenos climáticos o sísmicos inesperados (movimientos en masa, deslaves, avalanchas, inundaciones o desbordamientos de ríos o quebradas) y, por el otro, debido a la combinación de factores y procesos que han incidido en la formación y desarrollo de un determinado tipo de paisaje, incluyendo la excesiva intervención antrópica en ecosistemas frágiles o en condiciones precarias de metaestabilidad. Bajo esta visión prospectiva resulta oportuna la utilización del análisis pedogeomorfológico con el propósito de estimar o determinar la factibilidad o riesgo de ocurrencia de procesos catastróficos con base en la definición de los grados de vulnerabilidad (ligeros, moderados, severos y muy severos) que tienen las unidades de paisaje que conforman la totalidad de una determinada vertiente o microcuenca. CONCLUSIONES 8 • El sistema pedogeomorfológico constituye una metodología útil para la identificación, caracterización y estimación de la magnitud e intensidad de los procesos endógenos y superficiles que ocurren en cualquier paisaje terrestre, sea éste una unidad elemental de alta homogeneidad territorial (terrenos planos) o un segmento de paisaje que encierre una gran complejidad pedogeomorfológica (terrenos montañosos). En cualquier caso, esta metodología plantea los criterios o procedimientos que permiten determinar, de forma aproximada, la dinámica y tendencia evolutiva que pudieran tener, en un momento dado, estas unidades de paisaje. • El contexto o ámbito de aplicación del análisis pedogeomorfológico es el área académica y, por extensión, la institucional, toda vez que son los entes gubernamentales los instrumentos mediante los cuales se deben operacionalizar los conceptos, criterios o procedimientos metodológicos que integran el cuerpo de esta propuesta de análisis. • Asumiendo que la Gestión de Riesgos involucra una serie de actividades de tipo académico, institucional y ciudadana cuyos objetivos deben estar orientados hacia el manejo, control y reducción de los efectos negativos (catastróficos) que tienen su causa en eventos climáticos o sísmicos extraordinarios, el análisis pedogeomorfológico se prospecta como una metodología que coadyuvaría en la estimación de procesos masivos que en la actualidad son una amenaza, pero a futuro podrían adquirir un nivel de daño muy significativo para la sociedad y el ambiente como un todo. RECOMENDACIONES • Adoptar el análisis pedogeomorfológico como parte de la metodología a emplear para definir y desarrollar un esquema de Gestión de Riesgos a nivel de microcuencas, elaborando en aquellas que exhiban una alta y media vulnerabilidad mapas de riesgos. • Incluir esta propuesta de análisis dentro de los aspectos académicos e institucionales de la Gestión de Riesgos, toda vez que sus conocimientos teóricos y prácticos contribuyen, por un lado, en la formación profesional y científica en el campo de las Ciencias de la Tierra y, por otro, su aplicación beneficia a las comunidades ocupantes de los espacios urbanos, periurbanos y rurales. • Capacitar a las poblaciones incluidas en el área de influencia de las instituciones universitarias participantes en la red “Hábitat en Riesgos”, utilizando todos los métodos didácticos posibles, con el propósito de que las comunidades aprendan a analizar y comprender la totalidad de los factores, procesos y características que definen a los fenómenos que potencialmente pudieran desatarse bajo condiciones climáticas o sísmicas extremas, determinando a priori y aplicando a posteriori las medidas de control, contingencia y manejo de crisis más pertinentes. • Prever la creación de un fondo económico permanente por parte del Estado Venezolano a los fines de llevar a cabo la Gestión de Riesgos, en caso de presentarse procesos catastróficos. 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