¿Cómo estamos edificando la iglesia de Dios?

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¿Cómo estamos edificando la iglesia de Dios?
1Corintios 3.10-23
INTRODUCCIÓN
Hemos estado estudiando el libro de 1Corintios desde principios de Enero de este año. Este libro
nos habla acerca de la Sumisión al señorío de Cristo Jesús. En esta sección del libro (Cap. 1-6)
Pablo les habla a los corintios señalándoles su mala conducta como seguidores de Cristo.
Estamos viendo en el capítulo 3 un problema muy serio que ha caracterizado la iglesia de
Corinto: la carnalidad.
Hace un par de semanas veíamos la importante de hacer un análisis de nuestro andar con el
Señor, si estamos andando en la carne o en el Espíritu. La semana pasada hablamos un poco
acerca de nuestra participación en el edificio de Dios. Hoy vamos a ver en el pasaje de
1Corintios 3.10-23 y vamos a estar hablando acerca de: ¿Cómo estamos edificando la iglesia de
Dios, el edificio de Dios?
Para eso vamos a ver tres (3) advertencias que podemos ver en el pasaje:
A. (v10-11) – Advertencia a los trabajadores. Si somos discípulos del Señor Jesús,
cristianos; somos trabajadores en Su proyecto de construcción, es decir, la iglesia. Vamos
a ver lo que nos toca como trabajadores del Cuerpo de Cristo.
B. (v12-15) – Advertencia acerca del Tribunal de Cristo. El Señor nos va a pedir cuentas
sobre cómo hemos sobre-edificado en el Fundamento.
C. (v16-23) – Advertencia acerca del Templo de Dios. Somos el Templo de Dios, todos
juntos y también vamos a ver nuestra responsabilidad en esto.
A. (v10-11) Advertencia a los trabajadores
1Co 3:10 Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito
arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima; pero cada uno mire cómo
sobreedifica.
1Co 3:11 Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el
cual es Jesucristo.
Recordemos que Pablo había ido a ellos para predicarles el evangelio de una manera sencilla;
exponiendo claramente las palabras de Dios. Él no llegó a exponerles sus buenas ideas y “las
diez cosas de cómo hacer una iglesia efectiva”; Pablo llegó a establecer la iglesia de Corinto que
empezó a la par de la sinagoga de los judíos; con el único evangelio de Cristo Jesús.
Pablo sabía que uno de los dones que Dios le había dado era ser un fundador de iglesias. Él sabía
cuál era su don espiritual. Tal vez no seamos como Pablo, fundadores de iglesias; nosotros
estamos sobre-edificando el fundamento que puso nuestro hermano Gregory Kedrovsky hace 10
años y no fueros sus buenas ideas que hicieron el fundamento; sino el evangelio de Cristo Jesús.
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Cada miembro del Cuerpo tiene una tarea, tenemos que saber cuál es. Pero, también Dios nos ha
dado una responsabilidad ¿cómo estamos sobre-edificando?
Efesios 4.16 de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas
las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada
miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.
Todos somos importantes en la edificación del Cuerpo de Cristo. Y por eso nos necesitamos los
unos a los otros. También, todos tenemos la oportunidad de edificar sobre el Fundamento.
Pablo dice que el fundamento que está puesto es Cristo Jesús y cuando él fue a Corinto se cuidó
mucho de no edificar en la gente su propia personalidad o su propia perspectiva, opiniones; sino
que él edificó en la gente el Único Fundamento Eterno, Cristo Jesús.
Nosotros no estamos evangelizando y diciendo a la gente la “buena iglesia” que Dios nos ha
dado. Tratando de atraer a más personas para que vean “nuestra iglesia”. Debemos ir a las
personas que no conocen de Cristo para hablarles de su condición delante de Cristo Jesús y lo Él
ha hecho por ellos. Somos testigos del Señor Jesucristo y Ese es el Fundamento.
Pablo dice: “Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada”; siempre reconoce que es por la
gracia de Dios que es lo que es. Hay un pasaje en Romanos 12.3 que nos ayuda a pensar en esto:
Romanos 12.3 Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está
entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino
que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a
cada uno.
No debemos de tener “más alto concepto” de nosotros. Hay algo que se llama “orgullo”; o
“autoestima” y no debemos de confiar en nosotros mismos. Si hay algo que podemos estar
seguros es que estamos llenos de pecado y que necesitamos la gracia de Dios para limpiarnos de
toda maldad.
Debemos pensar acerca de nosotros mismos con cordura; es decir, con prudencia; la misma fe
que Dios repartió a Pablo es la misma fe que Dios nos ha dado a nosotros: No hagamos
comparaciones entre nosotros como si fuéramos mejor que aquél, que este; o un poco menos que
aquél otro.
También vemos otra advertencia a los trabadores, a los miembros del Cuerpo de Cristo y es que
dice el versículo diez: “Cada uno mire cómo sobreedifica”. Si queremos ser cristianos prudentes
debemos de sobreedificar sobre la Roca que es Cristo Jesús.
Mateo 7.24 Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le
compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca.
Cualquiera que obedece a las palabras de Dios, el Señor lo considera como a un hombre
prudente; que piensa de sí mismo con cordura y que procura con diligencia presentarse delante
de Dios; aprobado que no tiene nada de qué avergonzarse, que guarda y obedece lo que dice la
Biblia.
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2Timoteo 2.19 Pero el fundamento de Dios está firme, teniendo este sello:
Conoce el Señor a los que son suyos; y: Apártese de iniquidad todo aquel que
invoca el nombre de Cristo.
Si nos hemos arrepentido de nuestros pecados y puesto nuestra fe en Cristo Jesús genuinamente;
vamos a querer de una forma natural, agradar a Dios. Agradamos a nuestro Señor cuando nos
apartamos de iniquidad; andando en santidad, obedeciendo lo que la Biblia que tengo que dejar,
y lo que tengo que hacer también.
Todos somos trabajadores del Templo de Dios y tenemos una advertencia, ¿cómo estamos
sobre—edificando? ¿Estamos poniendo el fundamento, que es Cristo Jesús, en la vida de las
personas, en los cristianos y en los NO cristianos? Si efectivamente lo estamos haciendo viene
otra advertencia:
B. (v12-15) Advertencia acerca del Tribunal de Cristo
1Co 3:12 Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras
preciosas, madera, heno, hojarasca,
1Co 3:13 la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará,
pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la
probará.
1Co 3:14 Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá
recompensa.
1Co 3:15 Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo
será salvo, aunque así como por fuego.
Si estamos fundados sobre la Roca, que es Cristo Jesús, dice la Biblia que el cristiano edifica ya
sea con materiales que son purificados por el fuego, o con materiales que son quemados por el
fuego. Este es un juicio por las obras que hayamos hecho para Dios.
Dios ya juzgó el pecado en la Cruz; si nosotros nos arrepentimos un día de nuestra vida; le
pedimos perdón a Dios por haberle ofendido pecando contra Él y pusimos nuestra fe en Cristo
Jesús para salvación; Dios nos perdonó los pecados pasados, presentes y futuros. Este juicio no
trata con el problema del pecado; es un juicio por las obras que hayamos hecho como siervos de
Cristo.
Ahora, Pablo viene hablado acerca del problema de carnalidad que tenía la iglesia de Corinto.
Habían algunos que estaban viviendo en la carne y unos pocos estaban viviendo en el Espíritu.
Como hijos de Dios podemos estar sirviendo al mismo Señor, en la misma iglesia, con la misma
sana doctrina y fe; en el “poder de la carne”, y no andando en el Espíritu.
¿Qué estamos sobre-edificando en el Cuerpo de Cristo? Aquí vamos a ver un poco la lista de los
materiales que Pablo menciona con respecto a nuestra recompensa:
-
Oro: divinidad de Dios. Edificamos con oro conociendo a Dios a través de Su Palabra.
Salmo 119.72.
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-
-
Plata: es un cuadro de la redención de los pecados. Edificamos con plata evangelizando,
llevando a las personas a Cristo para la salvación de sus almas.
Piedras Preciosas: son un cuadro de la gente de Dios. Edificamos con piedras preciosas
haciendo discípulos de Cristo Jesús; ayudándoles a crecer en Cristo y conformarse a Su
imagen. 1Pedro 2.4-5
-
Madera: cuadro de la humanidad, de la carne. El arca del pacto, era de madera cubierta
de oro porque es un cuadro de Cristo Jesús, Dios en la carne. Pero, si edificamos con
madera estamos andando en la carne, alimentando al viejo hombre.
-
Heno: es una reproducción de la carnalidad. Edificamos con heno reproduciendo nuestra
carnalidad, nuestros pecados, nuestros vicios, nuestros malos hábitos, en otros.
-
Hojarasca: es un cuadro de la gente del mundo que anda en contra de Dios, enemistados
contra Dios. El Señor nos manda a ser amigos de pecadores; pero no para participar de
sus actividades pecaminosas.
¿Qué estamos edificando?
Saber qué estamos edificando nos ayuda a ver cómo estamos haciendo la obra para el Señor. Un
día el Señor Jesucristo vendrá a ver cómo esta nuestra edificación. Puede ser hoy mismo, Él
viene para llevarnos a Su presencia para ver cómo sobre-edificamos en las vidas de los demás.
1Co 3:14 Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá
recompensa.
1Co 3:15 Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo
será salvo, aunque así como por fuego.
Esta “pérdida” que habla el versículo, no es que vamos a perder la salvación. Es una pérdida de
herencia, de recompensa. Se trata de reinar con Cristo en el Milenio; de seguir siendo
participantes de Su Reino, de Su plan.
Cada uno vamos a ser “recompensados” de cómo sobre-edificamos en la obra del Señor; o cada
uno vamos a “sufrir pérdida” de cómo sobre-edificamos en la obra de edificación del Cuerpo de
Cristo. ¿Estamos actuando en la carne? ¿Estamos andando en el Espíritu?
Tenemos la última advertencia y es la:
C. (v16-23) Advertencia acerca del Templo de Dios
1Co 3:16 ¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora
en vosotros?
1Co 3:17 Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios le destruirá a él; porque
el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es.
El Templo de Dios que vemos en este contexto tiene que ver sobre cómo sobre-edificamos en la
iglesia local. Hemos estado viendo que desde el capítulo 1, Pablo había recibido un reporte de
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los de la casa de Cloé; y él les cree. Estos eran hermanos de buen testimonio. Este era un
reporte donde decía que había divisiones y contiendas entre los hermanos de Corinto.
Habían rumores, divisiones serias, celos, pleitos entre el Cuerpo de Cristo que dice Pablo que “el
cual sois vosotros”. Ellos estaban destruyendo el Templo de Dios, la iglesia de Dios con falsas
doctrinas, orgullo, resentimientos, inmoralidad. Por lo tanto no había ese amor del cual el Señor
nos dice en Juan 13.35 que tenemos que tener, un amor entre hermanos: “En esto conocerán
todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.”
Somos el Templo de Dios, y ¿qué estamos haciendo? ¿Estamos edificando la iglesia? ¿Estamos
destruyendo el templo de Dios con nuestras actitudes, con nuestros celos, con nuestras
divisiones?
1Co 3:18 Nadie se engañe a sí mismo; si alguno entre vosotros se cree sabio en
este siglo, hágase ignorante, para que llegue a ser sabio.
1Co 3:19 Porque la sabiduría de este mundo es insensatez para con Dios; pues
escrito está: El prende a los sabios en la astucia de ellos.
1Co 3:20 Y otra vez: El Señor conoce los pensamientos de los sabios, que son
vanos.
Otra vez vemos como Pablo nos habla de la “sabiduría de este mundo”. Si queremos sobreedificar de la manera en que el Señor quiere; tenemos que cambiar la “sabiduría del mundo” por
la Sabiduría de Dios, por la mente de Dios. Cuando pensamos bíblicamente, vamos a actuar
bíblicamente. Proverbios 23.7
No nos engañemos a nosotros mismos hermanos. No podemos engañar a Dios. Él conoce hasta
lo más profundo de nuestros pensamientos. Si ya tenemos la perspectiva bíblica de nosotros
mismos, ahora dice:
1Co 3:21 Así que, ninguno se gloríe en los hombres; porque todo es vuestro:
Tenemos que tener una perspectiva bíblica de nuestros líderes. Respetemos a los hombres de
Dios, no nos gloriémos en ellos. Este era un problema grande en esta iglesia de Corinto;
recordemos lo que Pablo les escribe en:
1Corintios 1.11-13 Porque he sido informado acerca de vosotros, hermanos
míos, por los de Cloé, que hay entre vosotros contiendas. 12 Quiero decir, que
cada uno de vosotros dice: Yo soy de Pablo; y yo de Apolos; y yo de Cefas; y
yo de Cristo. 13 ¿Acaso está dividido Cristo? ¿Fue crucificado Pablo por
vosotros? ¿O fuisteis bautizados en el nombre de Pablo?
Si tenemos que gloriarnos en alguien, gloriémonos en el Señor, en lo que Él ha hecho por
nosotros. Los corintios tenían a unos líderes muy buenos, y se estaban jactando de eso. Debemos
respetar a los hombres de Dios, no gloriarnos en ellos.
Hebreos 13.7 Acordaos de vuestros pastores, que os hablaron la palabra de
Dios; considerad cuál haya sido el resultado de su conducta, e imitad su fe.
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Hebreos 13.17 Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos
velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan
con alegría, y no quejándose, porque esto no os es provechoso.
Un día de estos el Señor viene por nosotros y conforme a nuestra labor nos pedirá cuentas; Él nos
pedirá cuentas de cómo hemos hablado Su Palabra a Sus ovejas; y Dios sabe si lo hemos hecho
en la carne o andando espiritualmente. Debemos de orar por nuestros pastores y considerar cuál
haya sido el resultado de su conducta, e imitar su fe.
1Co 3:22 sea Pablo, sea Apolos, sea Cefas, sea el mundo, sea la vida, sea la
muerte, sea lo presente, sea lo por venir, todo es vuestro,
1Co 3:23 y vosotros de Cristo, y Cristo de Dios.
¡Todo es nuestro! Podemos tomar todo lo bueno y desechar lo malo. Podemos agarrar todo lo
bueno de nuestros líderes, misioneros, pastores para nuestra edificación. Somos el Templo santo
de Dios. El Señor nos compró con Su sangre; le pertenecemos. El hecho de que Pablo diga que
todo es nuestro, incluyendo el mundo; es que podemos ir al mundo como “vencedores” porque
Dios nos compró con el precio más alto que existe. El Señor oró por nosotros cuando estuvo aquí
en la tierra:
Juan 17.9-11 Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me
diste; porque tuyos son, 10 y todo lo mío es tuyo, y lo tuyo mío; y he sido
glorificado en ellos. 11 Y ya no estoy en el mundo; mas éstos están en el
mundo, y yo voy a ti. Padre santo, a los que me has dado, guárdalos en tu
nombre, para que sean uno, así como nosotros.
Estamos en el mundo para hacer la obra que Él nos mandó a hacer; podemos ir al mundo para
hablar de Cristo Jesús en el poder del Espíritu, para hablar de Su mensaje de redención.
¡Todo es nuestro! Y si estamos con Cristo Jesús ya somos más que vencedores. Dios quiere que
cada uno de nosotros, cada uno de los hijos de Dios recibamos una herencia; porque somos
predestinados a ser como Cristo.
CONCLUSIÓN:
El día de la inspección del edificio viene pronto. El Señor viene por nosotros pronto. ¿Cómo
estamos edificando Su Iglesia?
Como trabajadores de la edificación de la obra, ¿Cómo estamos sobre-edificando?, ¿Estamos
poniendo el Fundamento en las vidas de las personas, a Cristo Jesús?
¿Estamos preparando nuestra herencia eterna a través de nuestras obras? ¿O todo lo que estamos
haciendo lo hemos estado haciendo en la carne, para mí y sólo para mí?
En el Templo de Dios, en la iglesia, ¿estamos engañando a otros y siendo engañados por
nosotros mismos, por el estilo de vida que tenemos? ¿Vivimos de acuerdo a la Palabra de Dios?
¿Siendo oidores y hacedores de lo que Dios nos dice?
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