Síntesis de los Grupos Vicaría General

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SÍNTESIS GUIONES (Vicaría General)
LA MIRADA (guión 2)
¿Quiénes somos?
Comunidades
 Neocatecumenales: El Carmen-Barakaldo (2 grupos)
 Seminario del Pueblo de Dios: Santurtzi
 Comunidad Bidari
 Evangelio y Solidaridad
 Comisión de CVX-Arrupe Elkartea (de 9 grupos)
 Mesa de Comunidades (13 representadas)
 Plataforma Araba-Bizkaia (Jesuitas)
Movimientos
 Vida Ascendente
 HOAC: Casco Viejo, Barakaldo (2 grupos), Urreta
 EKO-ACG: coordinadora, Begoñazpi (dificultad para estar
todos, por razones familiares), S. José de Barakaldo, BegoñaArtxandape, Cruces (tres grupos).
 Grupo Rovirosa (Rekalde)
Asociaciones
 Apostolado de la Divina Misericordia: Baracaldo
 Adoración Nocturna y Apostolado de la Oración
 Hospitalidad de Lourdes
Centros escolares
 Coordinadores de pastoral de CCDD (riesgo de pérdida de
identidad cristiana…)
 Centro Otxarkoaga
 Escolapios-Itaka
 Iparragirre Ikastola (poco tiempo, indiferencia en las familias)
 Profesores de religión
 Equipo pastoral de Askartza-Claret
 Artxandape Ikastola
 Begoñazpi Ikastola
 Amor Misericordioso (Bilbao)
Vida consagrada
 Hermanas Pasionistas: Casco Viejo
 Madre de Dios (S. Ignacio)
 Esclavas de Tívoli.
 Clarisas (Durango – 17): contentas en la comunidad y en la
UP.
 Franciscanos: Iralabarri y Forua
Clero
 Residencia de S. Vicente (ruptura generacional, consumismo
sacramental, impulso nuevo con Francisco…)
Curia, servicios centrales, instituciones diocesanas
 Delegación EC: necesidad de sinergias, falta de engranaje,
expectativas de trabajo renovado y conjunto
 Caritas: voluntariado mayor, cansado, pero alegre; capacidad
de adaptación; poco acompañados; corresponsables, con
preocupación constante.
 Entidades culturales
 Delegación CJ
 Seminario
¿Cómo estamos? (rasgos generales y generalizables)
 Resulta llamativa en todos los ámbitos la abrumadora mayoría
de actitudes y sentimientos positivos a la hora de responder:
motivación, esperanza, agradecimiento, búsqueda, ilusión y
ganas, identificación con la tarea, interés por lo que está por
nacer, demanda de participación, oportunidad de crecimiento
interior, disposición a sembrar y buscar nuevas formas, deseo
de crecer y mejorar, aun reconociendo la dificultad de atraer a
personas alejadas.
 Hay un contingente elevado de gente muy fiel, con alto grado
de disponibilidad.
 Mientras unos viven descenso numérico de la comunidad
cristiana con dolor, otros lo asumen con normalidad; se trata
de fidelidad, no de éxito numérico.
 Algunos se ven en el marco de una diócesis dinámica,
animada a salir a las periferias, consciente de asistir a un
delicado proceso de transición.
 Aparecen también algunos sectores tocados por un cansancio
tenso que provoca insatisfacción y desesperanza. Se
advierten núcleos desorientados y desmotivados. Con todo,
cabe decir que, en general, en el laicado y en la vida
consagrada hay más ilusión que en el clero. A éste se le pide
preparación y disponibilidad para el acompañamiento cercano
de personas y grupos.
 Lo afirmado hasta ahora no impide compartir la preocupación
por un presente de crisis global, dificultad de relevo
generacional, comunidades envejecidas (calificativo muy
repetido), clima dominante de indiferencia religiosa. Hemos
pasado de ser Iglesia históricamente misionera a ser Iglesia
acomodada, alejada de las preocupaciones de la gente del
pueblo. Da la impresión de que hemos tirado la toalla con los
jóvenes. Nos duele el hecho de no ser un referente claro para
la sociedad.
 Algunos grupos señalan también el poco ejemplo que dan
algunos responsables eclesiales, tal como aparece a menudo
en los medios de comunicación.
 Es casi unánime la mención de la llegada de Francisco como
factor de esperanza y revulsivo para nuestra Iglesia.
 Por sectores, en el grupo de comunidades cabe destacar la
necesidad de cercanía por parte de los curas. Esta necesidad
es compartida en buena parte por las asociaciones.
 En las pequeñas comunidades se indica que la Iglesia está un
tanto encerrada y que no se busca compartir recursos,
estando cada cual a lo suyo. Es decir, pocos y a menudo
dispersos.
 En el caso de los movimientos, se perciben dificultades para
su expansión y divulgación.
 Quienes se mueven en la enseñanza subrayan la “situación
de frontera” y el clima de indiferencia religiosa e incluso de
laicismo que experimentan en el campo de la cultura. Cuentan
con un nutrido núcleo de docentes afines la identidad cristiana
del centro.
 En los grupos de vida consagrada destaca la alegría por el
servicio que se ha venido y viene prestando, así como la gran
disponibilidad a pesar de la media de edad avanzada.
¿A quiénes nos dirigimos?
 En las respuestas a esta pregunta se entrecruzan la realidad y
los deseos. Incluye, por tanto, la respuesta a quiénes nos
dirigimos (con mayor o menor “éxito”) y a quiénes deberíamos
dirigirnos.
 La mayoría subraya la importancia y la realidad del testimonio
personal entre los más próximos, en el propio entorno (familia,
trabajo, amistades).
 Es mayoritaria la tendencia a acoger “a los que vienen”, más
que a salir al encuentro. Se quiere más, pero no sale, no se
sale y se cae en un Iglesia autorreferencial. Se desearía estar
más entre la gente. Para ello es preciso invertir tiempo e
invertir los tiempos de dedicación: ¿No se dedica demasiado
tiempo en dar de comer a quien no tiene hambre?
 Hay un bloque en el que se menciona conjuntamente a “los de
siempre” y a los alejados. Con estos se reconoce poco acierto
por lo general. No abunda, pero no es infrecuente un
sentimiento (¿complejo?) de culpabilidad ante los resultados
numéricamente exiguos.
 Algún grupo reconoce “pescar en pecera”, es decir, dirigirse
únicamente a los de casa. Con todo, existe una variante
positiva en el hecho de cuidarse y animarse mutuamente para
perseverar en la tarea evangelizadora.
 Acerca del ambiente dominante en la sociedad, difieren las
valoraciones, desde quienes lo perciben como fría indiferencia
hasta quienes reconocen que mucha gente sigue en realidad
a Jesús sin conocerlo o sin ser consciente de ello.
 Numerosos grupos realizan un gran esfuerzo por estar en los
márgenes, con las personas y grupos más desfavorecidos y
vulnerables. Sus miembros han optado por vivir en barrios
populares. Hay un importante testimonio mediante el servicio
desinteresado.
 La presencia en la “frontera” o en las “trincheras”, junto a los
grupos anteriormente citados, se encuentran claramente
quienes están en el ámbito de la educación y de la cultura. Se
encuentran con alejados y heridos por testimonios negativos,
experimentan la indiferencia e incluso el rechazo explícito.
Ven en ese ámbito de personas que no frecuentan la
parroquia muchas posibilidades abiertas para una Iglesia
renovada. No pocas veces les toca romper estereotipos,
renovar mentalidades y realizar el primer anuncio. Aparece la
llamada a cuidar y a profundizar la especificidad cristiana de
nuestras instituciones.
 En el horizonte de los deseos se menciona sobre todo a la
juventud. Se presenta como el mayor déficit de nuestra acción
evangelizadora.
 Varios grupos indican a quiénes no se dirigen ni desean
hacerlo: a los poderosos, a los corruptos y a los intolerantes.
¿Cómo vemos el futuro?
 En un primer golpe de vista tras la lectura, cabe afirmar que
estamos en una encrucijada en la que se va a decantar el
futuro: ¿Vamos hacia un tipo de Iglesia conformista, de “todo
a cien”, de consumismo sacramental, acomodada, ritualista y
resignada a su suerte e incluso “realista”, o, por el contrario,
tendremos audacia suficiente para una profunda renovación y
salida a la evangelización misionera? Para lo segundo es
preciso superar miedos y cautelas paralizantes y creer de
verdad en las propias posibilidades.
 Las mayores preocupaciones vienen suscitadas por el
envejecimiento y la falta (imposibilidad) de relevo. Duele vivir
la debilidad, a veces en un ambiente hostil.
 Numerosas respuestas hablan de incertidumbre, cansancio
por la lentitud de los cambios o inquietud ante el futuro.
 Pero junto a ellas aparecen la esperanza, la oportunidad de
conversión personal y eclesial para ir a lo esencial, el sentido
de mayor libertad, la llamada a una mayor autenticidad, la
posibilidad de una Iglesia doméstica. Se valoran las muchas
posibilidades de misión hoy y se ven signos de recuperación
de la ilusión por pertenecer a la Iglesia.
 Los grupos formados por adultos jóvenes experimentan la
soledad del corredor de fondo: encuentran pocos compañeros
de viaje.
 En un clima de individualismo en el que lo comunitario no
vende, la Iglesia tiene la oportunidad de presentar valores
alternativos. Hay mucha gente en búsqueda.
 En este momento en el que se está reconfigurando la cultura
en sus múltiples aspectos, la Iglesia se hace presente y toma
parte en el cambio, aunque ha de hacerlo de modo más
consciente y decidido.
 Los centros educativos se proponen mantener la opción
educativa, subrayando y actualizando las señas de identidad.
 Aparecen elementos claves para un futuro nuevo: cuidar la
iniciación cristiana, renovar los lenguajes, reformar la liturgia,
que a menudo resulta poco adecuada, superar el clericalismo,
asumir que vamos a una Iglesia de dimensiones reducidas,
pero no por ello insignificante o poco significativa.
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