Epoca de los Ensayos Constitucionales 1823-1830

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Liceo Industrial de San Miguel
Agustín Edwards Ross
Depto.
: Pedagógico
Subsector : Historia y Ciencias Sociales
Nivel
: Segundo Año Medio
Profesora Carmen Cornejo Valenzuela
Los Ensayos constitucionales 1823-1830
I. Generalidades del período
Se llama época de los Ensayos Constitucionales al período que va de 1823, tras la
abdicación de Bernardo O'Higgins, a 1830, con el triunfo de la batalla de Lircay por
parte de los conservadores. Se considera que dicha etapa corresponde a un momento de
experimentación política, donde se ensayan diversos modelos de constitución, que
muchas veces no se ajustan a la realidad del país, por fracasan o quedan en la teoría. Es
importante tener en cuenta que, finalizado el proceso de Independencia, buscar y decidir
la manera más adecuada de organizar el Estado o la naciente República, no era un
problema menor si se considera la falta de experiencia y de pericia de los criollos, en
una labor cuya responsabilidad última había recaído en el sistema colonial hispano. La
independencia no había sido fruto de una planificación política, sino más bien del
encuentro fortuito de una serie de contingencias, por lo que no es extraño que la clase
dirigente se encuentre completamente desorientada respecto de la forma de gobierno
que deba adquirir la nueva nación.
Desde un punto de vista político, es una época en que se suceden muchos gobernantes
por períodos cortos de tiempo, producto de las luchas de poder entre los diferentes
bandos políticos y la incapacidad para establecer consensos. Igualmente, se redactan y
ponen a prueba diversas cartas constitucionales, como las del 1823, 1826 o 1828, que
en la práctica no llegan a consolidarse. Aunque con ello la clase dirigente adquiere
experiencia y las tendencias políticas se van perfilando hacia lo que serán los futuros
partidos políticos de las décadas siguientes.
Desde el punto de vista económico, el efecto de la guerra de independencia es muy
negativo. Los gastos de mantención del ejército obligan a implantar un sistema de
impuestos. Algunos sectores rurales han quedado devastados. Y el cierre temporal del
mercado peruano y la apertura de otros mercados generan alteraciones económicas,
afectando los intereses pecuniarios de algunas familias aristocráticas. Durante el
gobierno de O'Higgins se tiene que recurrir incluso a un empréstito contratado en
Londres, iniciándose así el primer problema de deuda externa que contrae el país.
Desde un punto de vista social, Chile mantiene un ordenamiento piramidal, en donde el
bajo pueblo es el grupo social más numeroso y constituye la principal fuerza de trabajo
en los campos y ciudades, sufriendo severas condiciones de explotación. Este sector no
tiene incidencia en las decisiones políticas y está completamente sometido a la
aristocracia. Culturalmente existe una preocupación y esfuerzo por la instrucción y la
educación. Se funda el primer colegio para señoritas. Llega a Chile el naturalista e
historiador francés Claudio Gay, así como el connotado intelectual venezolano Andrés
Bello cuya labor influirá a varias generaciones.
ASPECTOS GENERALES DEL PERIODO
I.- Es una etapa relativamente breve, 1823 a 1830, sobre todo si se le compara con los
procesos similares en el resto de América hispana.
II.- Las luchas políticas tienen por protagonistas a bandos de carácter ideológico, sin que
exista entre ellos un antagonismo motivado por posiciones divergentes frente a
concepciones económicas o problemas sociales. No existen los partidos políticos.
III.- los conflictos se llevan a cabo en el seno de la clase social dominante. Los sectores
modestos juegan un rol pasivo. Actúan siguiendo a sus patrones y pastores religiosos sin
que existan enfrentamientos de clases sociales.
IV.- Asimismo no se producen en Chile luchas entre distintos grupos étnicos. A diferencia
de lo que ocurre en los períodos análogos de otros países americanos.
V.- Tampoco existe en estos años presencia de rasgos militaristas. Los jefes militares que
actúan en política lo hacen pro o contra de algunos de los diversos bandos políticos no
como personeros o representantes de los sectores castrenses.
VI.- Las cartas constitucionales que se dictan durante el período, son textos de carácter
doctrinario, cuyos inspiradores han creído posible reformar la idiosincracia y hábitos del
pueblo chileno mediante su acción. En su mayoría son inspiradas en constituciones
extranjeras como la estadounidense o la española de 1812, de realidades muy diferentes a la
chilena.
Con la renuncia de O'Higgins se inicia una segunda etapa en la organización de la
República, caracterizada por una reacción general contra los regímenes centralizados y
autoritarios; reacción que alcanza su punto culminante en 1826, con el ensayo del régimen
federal.
Todos los ensayos constitucionales de esta segunda etapa revelan ciertas tendencias
comunes que denotan la influencia del pensamiento ilustrado y liberal del siglo XVIII:
1º Destaca el pensamiento de que el pueblo es la única fuente de poder.
2º Consecuentemente toda autoridad política es delegada por el pueblo y ejercida en su
representación.
3º Al poder ejecutivo se le considera de poca importancia. Es necesario fiscalizarlo
rigurosamente. Complicadas estructuras limitaban la autoridad del Jefe de Estado.
4° El ejercicio de la función ejecutiva ha de ser breve.
5° La anulación de la autoridad ejecutiva fue tan avasalladora, que en el hecho no se
cumplió con el principio de la separación de los poderes. Se entregó plena autoridad al
legislativo. Entre 1823 y 1826, por las asambleas provinciales y por los cuerpos legislativos
creados en la constitución de ese año.
La anulación de la autoridad ejecutiva tuvo la virtud de convencer a gran parte de la
aristocracia de que la postura antiautoritaria y descentralizadora resultaba incompatible con
la organización de un gobierno regular.
II. Tendencias políticas
Los Conservadores. Este grupo, considerado de carácter conservador, se encuentra
aglutinado por la defensa de sus intereses políticos y económicos, ya que se resisten a
desprenderse de sus privilegios como los títulos nobiliarios, la influencia eclesiástica en las
decisiones políticas, siendo más cercanos al sistema social y cultural de tipo colonial
terrateniente y que se oponen a las reformas liberales. Son denominados por sus adversarios
como "pelucones", ya que se les asocia a las antiguas cortes europeas. Muchos de ellos
habían sido realistas durante la guerra de independencia, y aunque no son todos
abiertamente antirrepublicanos, piensan que lo que se necesita es un gobierno fuerte,
autoritario, conservador y jerárquico.
Un segundo grupo liderado por Rodríguez Aldea son los "o'higginistas" que coinciden
con el primer grupo respecto de las características fuertes del gobierno y aspiran a traer
desde el exilio a O'Higgins para que reasuma el mando de la nación.
Igualmente en una línea conservadora, existe un bando pequeño en número pero muy
influyente, especialmente en las provincias, denominado los "estanqueros", y constituido
por comerciantes ricos cuyo principal representante es Diego Portales. Ellos demandan un
gobierno estable y que mantenga el orden para llevar a cabo sus actividades comerciales.
Su nombre proviene del estanco del tabaco, es decir, de la exclusividad que estos
comerciantes tienen para importar este producto desde el extranjero. El Estanco se lo había
concedido el Estado, en 1824, a la casa comercial Portales, Cea y Cía., con el compromiso
de ir pagando la deuda que el gobierno de Chile había contraído con Inglaterra. Pero al no
cumplir con el contrato, en 1826, el mismo gobierno finaliza el convenio con la casa
comercial, provocando la ira de Portales que culpa del fracaso a la inestabilidad política y al
desorden social.
Los representantes de la tendencia liberal constituyen un cuarto grupo, imbuidos por las ideas
ilustradas, piensan que la organización del Estado debe tener un claro carácter republicano,
muchos de ellos eran moderados como Freire y Francisco Antonio Pinto, pero otros, los
denominados "pipiolos" (persona joven e inexperta) por sus adversarios, son efusivos y radicales
a la hora de plantear sus reformas, constituyendo el ala más joven de la aristocracia y más
III. Ensayos de Constitución
La Constitución Provisoria de 1818, la primera Carta Fundamental de nuestro país,
consagra el principio de soberanía nacional en cuanto la Nación tiene la facultad de instalar
su gobierno y dictar las leyes que lo han de regir. El país queda dividido en tres provincias:
Coquimbo, Santiago y Concepción; se reconoce la separación de poderes; el Poder
Ejecutivo es ejercido por el Director Supremo con amplias atribuciones; el Poder
Legislativo está conformado por un Senado con cinco vocales designados por el Director
Supremo, y cuya función era velar por la observancia de la Constitución y las leyes, y el
Poder Judicial fue entregado a un Supremo Tribunal Judiciario y a una Corte de
Apelaciones y juzgados subalternos.
Cuatro años más tarde, surge la Constitución de 1822 en reemplazo de la de 1818. En la
redacción de este texto se trata de adaptar a la nueva forma de gobierno semi-republicano la
Constitución de Cádiz de 1812, además de algunas disposiciones de la Constitución de
1818. Plantea que el Gobierno de Chile será siempre representativo, compuesto por tres
poderes independientes: Legislativo, Ejecutivo y Judicial. Consagra las garantías
individuales y declara que todos los chilenos son iguales ante la ley sin distinción de rango
o privilegio, entre otros.
Lo novedoso de este texto constitucional para el Legislativo es la adopción de un sistema
bicameral compuesto por una Cámara de Diputados y un Senado. Los diputados se elegían
por cada 15 mil habitantes aproximadamente y la Cámara de Senadores, que no era lectiva,
la componían distintas personalidades del mundo político, religioso y cultural como los ex
directores supremos, los miembros de la Corte de Representantes, los ministros de Estado,
entre otros.
La Constitución Política de 1823 se promulga posterior a la abdicación de O'Higgins. Su
principal redactor es Juan Egaña, quien preside la comisión designada por el Congreso
Constituyente. En este texto se declaran los derechos fundamentales y sus garantías, la
soberanía nacional, la separación de poderes, entre otros. Sin embargo, la complejidad de
las instituciones que en ella se establecen y el procedimiento engorroso determinado para la
tramitación de las leyes, como la intención de pretender reglamentar y valorar el
comportamiento incluso privado de los ciudadanos, hacen imposible ponerla en práctica.
De allí que será conocida como la Constitución "moralista" de Egaña.
El Proyecto Constitucional de 1826 tiene sus orígenes en las ideas del federalismo
propiciadas por José Miguel Infante, gracias a los logros obtenidos por Estados Unidos de
Norteamérica; los celos de Coquimbo y Concepción frente a la hegemonía santiaguina, y en
las leyes federales dictadas por el Congreso en 1826, que dividían al país en ocho
provincias, dotadas cada una de asambleas provinciales y con un intendente designado por
las municipalidades respectivas. Sin embargo, este proyecto federalista no prosperó, debido
a la escasez de recursos propios de cada provincia y a la falta de facultades concedidas al
Ejecutivo. A lo anterior se sumó la autodisolución del Congreso, lo cual generó
inestabilidad política.
En 1828 se forma un Congreso Constituyente acordando que la forma de gobierno fuera la
"popular representativa republicana". Se designa una comisión encargada de redactar un
proyecto constitucional, que en la práctica queda encargada al literato liberal español José
Joaquín de Mora.
La Constitución de 1828 fue promulgada el 8 de agosto del mismo año y pretendía ser
equidistante entre el fracasado esquema federalista y el autoritarismo centralizador que
propiciaban algunos "pelucones" y "estanqueros". Por primera vez en un texto
constitucional se utiliza la denominación "Presidente de la República" para el Ejecutivo y
se establece la institución del Vicepresidente. El Poder Legislativo reside en dos Cámaras:
Senado y Cámara de Diputados. El Poder Judicial queda integrado por ministros de la Corte
Suprema de Justicia, nombrados por el Congreso, y los jueces designados por el Ejecutivo.
Esta Constitución fue la más completa a la fecha de su promulgación y superior a todas las
anteriores, aunque como aquéllas, no respondía a la realidad social y cultural del país.
En todo caso, sus disposiciones esenciales fueron la base para la Constitución Política de
1833.
IV. El Federalismo en Chile(julio 1826-julio 1827)
La rivalidad de las provincias con la capital y las exageradas expectativas despertadas por
el éxito del régimen federal en los Estados Unidos condujeron al establecimiento en Chile
de este modelo de gobierno.
El deseo de imitar a los Estados Unidos se extendía por toda las antiguas colonias
españolas; la ráfagaa había prendido también en Chile con tal fuerza que pasó por alto las
dificultades existentes para su implantación y buen funcionamiento en este territorio.
El Congreso Constituyente, que inició sus funciones el 4 de julio de 1826, sin dictar una
carta constitucional que estableciera el régimen federal, aprobó una serie de leyes que
fueron federalizando el país.
-El 11 de julio de 1826, el Congreso aprobó que "la República de Chile constituyese por el
sistema federal, cuya Constitución se presentará a los pueblos para su aceptación".
-El 23 de julio, tras acaloradas discusiones quedaba definitivamente vigente el proyecto
presentado por don José Miguel Infante acerca de la elección popular de los gobernantesintendentes de provincias.
-El 27 de julio quedaba sancionada como ley de la república la elección popular de los
cabildos.
-El 29 de julio era promulgada la ley que establecía la elección popular de los párrocos, los
que serían elegidos en la misma forma que los diputados. El párroco electo debía ser
presentado a la autoridad eclesiástica para que procediera a su investidura.
-Por decreto de 31 de agosto de 1826 fue establecida la división del país en ocho provincias
o departamentos y éstas en municipalidades o parroquias. Las provincias serían Coquimbo,
Aconcagua, Santiago, Colchagua, Maule, Concepción, Valdivia y Chiloé.
La estructura política-administrativa diseñada para el gobierno de las provincias,
garantizaba que cada una contaría con una asamblea provincial, compuesta de diputados
que ellas eligiesen, como cuerpos legislativos; tendrían también muchas atribuciones
administrativas; constituirían los municipios; nombrarían los jueces letrados y demás
funcionarios; deberían determinar la forma de elección del gobernador provincial;
organizarían las milicias, sustentarían todos los servicios locales, fomentarían la educación
y los servicios de beneficencia y llevarían la correspondiente estadística.
Se elaboró también un proyecto de constitución federal (diciembre de 1826), el que debía
ser discutido con el Congreso Nacional a partir de enero de 1827. Dicha discusión no se
tradujo en ningún acuerdo, por lo que se estimó necesario consultar a las asambleas
provinciales. El proyecto de constitucional federal se inspiraba en la Constitución de los
Estados Unidos, en la de México y en algunos aspectos de la española de 1812. Finalmente
dicho proyecto no se concretó.
La implantación del régimen federal ocasionó múltiples trastornos, pues no existía en Chile
elementos sobre los cuales constituir este sistema.
I.- CAUSAS DEL FRACASO DEL FEDERALISMO:
-Bajo el período hispánico se estructura un gobierno fuertemente unitarista y centralizado.
-Se carecía también de ciudadanos familiarizados con la participación en los asuntos
públicos y luego de asambleas propias del federalismo.
-Las provincias carecían de recursos propios para subsistir sin auxilios de la capital.
-El federalismo en Chile no obedecía ni a causas geográficas ni históricas. Sólo el afán por
experimentar instituciones foráneas, a las que erróneamente la prosperidad de los Estados
Unidos puede explicar su instauración.
-Carencia de buenas vías de comunicación.
II.- EL FIN DEL REGIMEN FEDERAL: a comienzos de 1827, el entusiasmo federalista
había casi desaparecido. Las constantes disputas al interior de las provincias, la falta de
recursos y preparación política terminaron por ahogar el proyecto y convencer a un sector
significativo de la aristocracia sobre la necesidad de implementar un régimen unitario.
Ante la constatación de estos hechos, los federalistas intentaron asegurar su proyecto
mediante la fuerza. El 25 de enero, el coronel Enrique Campino, instigado por Infante y un
grupo de federalista, se amotinó con algunas guarniciones de Santiago.
Frente a estos hechos la aristocracia recurrió al prestigio de Ramón Freire, quien ahogó el
motín. De paso fue designado presidente de la república. Pero no permaneció mucho
tiempo en el cargo; el 5 de mayo de 1827, el vicepresidente Francisco Antonio Pinto
asumió la jefatura de estado en carácter de interino.
En junio, el Congreso se autodisolvió, instituyéndose una Comisión Nacional que procedió
a suspender las leyes federales y a llamar a votaciones para un nuevo congreso
constituyente.
V. Los Bandos Políticos
El acto electoral de diciembre de 1827 destinado a elegir un congreso constituyente,
permitió visualizar varios bandos políticos que a grosso modo se inclinaban tanto hacia el
liberalismo (pipiolos) como al conservantismo autoritario.
El sector conservador incluía tres componentes visibles. El más numeroso era el pelucón,
formado por los aristócratas terratenientes más tradicionales del estado. A los pelucones los
complemento una facción menos doctrinaria pero más intransigente, conocida como
estanqueros. Creían en la necesidad de un gobierno centralizado y autoritario y en la
cesación del debate político, su líder era el comerciante Diego Portales. Además de los
pelucones y estanqueros, había un grupo pequeño, aunque visiblemente unidos, de
o'higginistas cuyo único propósito era restaurar al ex director supremo, su guía era
Rodríguez Aldea, el antiguo ministro de O'Higgins.
En la práctica, ninguno de estos tres elementos más o menos conservadores disfrutó del
poder entre 1824 a 1829. Pero en los últimos años de este período fueron formando una
coalición que encabezada por Portales derrotó al gobierno liberal y dio nacimiento a la
república autoritaria. Fue durante el gobierno de Pinto cuando los conservadores, que no
habían en funciones desde la época de influencia de Egaña (1823), experimentaron su
impresionante renovación en manos de Portales. Este estimuló y dirigió la hostilidad contra
el gobierno de Pinto. A lo largo de 1828 y 1829 las disputas entre liberales y conservadores
fueron adquiriendo tonos cada vez más agrios. La lucha política cobró particular interés por
medio de la prensa. Los estanqueros dieron inicio a la publicación de un periódico
denominado EL HAMBRIENTO, haciendo referencia a sus adversarios, a la vez que éstos
arremetían con otro también muy combativo El CANALLA.
La tienda liberal estaba dividida de modo similar. La corriente mayor del liberalismo de los
años 1820 fue moderada y conciliadora con personajes como Freire y Pinto. A los liberales
se les conoció por varios nombres. Durante el gobierno de Pinto se autodenominaron
constitucionalistas o ministeriales, pero sus adversarios los llamaron pipiolos (novatos). El
federalismo fue una rama del liberalismo.
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