VALORACIÓN EMPRESARIAL SOBRE EL FUTURO DE LAS

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VALORACIÓN EMPRESARIAL SOBRE EL FUTURO
DE LAS CAJAS DE AHORROS DE GALICIA
En la actualidad, en Galicia, existen tres cajas de ahorros: Caixa Galicia,
Caixanova y la Caixa Rural Galega. El proceso de concentración que se inició
hace ya tiempo, ha culminado, al margen de la Caixa Rural Galega, con dos
entidades, resultado de las fusiones de las cajas de ahorro del norte y del sur de
Galicia. Tanto Caixa Galicia como Caixanova son entidades con una dimensión
razonable dentro del territorio español. Antes de realizar cualquier propuesta
habría que demostrar la inviabilidad futura de cada una de las cajas
gallegas por separado. En este sentido, debe ser el Banco de España, así
como la Xunta de Galicia, los que debieran emitir una información precisa sobre
la situación de las entidades, que acaben con la incertidumbre que provoca
este debate.
La Confederación de Empresarios de Pontevedra y la Cámara de Comercio de
Vigo, como entidades cuyo objetivo principal es la defensa de los intereses
empresariales, han obtenido una serie de conclusiones tras realizar y analizar su
informe en el que se expone una visión empresarial de aquellos factores que
afectarían en caso de una posible fusión.
1. Consecuencias generales de las fusiones en entidades
financieras
Los actuales movimientos de fusión entre Cajas de Ahorros se plantean para
obtener ventajas objetivas que mejoren los ratios de las entidades resultantes,
así como su competitividad y rendimiento. Se trata, por tanto, de definir
operaciones que permitan reducir porcentualmente los costes operativos de las
entidades, reforzar la posición y capacidad de las mismas de acudir al mercado
interbancario y obtener financiación a precios competitivos, y mejorar su perfil
de negocio, diversificándolo, y minimizando los riesgos de crecimientos
indeseables de la morosidad asociados a una indeseable concentración de
crédito en determinados sectores. Por otra parte, de manera inevitable, los
procesos de concentración empresarial tienen ciertas contrapartidas que
pueden ser consideradas negativas. La fusión de dos o más entidades origina,
necesariamente, una serie de redundancias en el cuadro organizativo, que han
de ser reajustadas.
2. Consecuencias esperadas de una fusión entre Caixa
Galicia y Caixanova
Dimensión y carácter territorial de las Cajas Gallegas
La tradicional dimensión territorial de las cajas de ahorros ha sido superada por
el proceso de expansión que han emprendido todas ellas a lo largo de los
últimos años, reduciendo la concentración regional de su actividad. En España,
la cuota de crédito al sector privado que ostentan las cajas es del 19% de media
en el conjunto de las autonomías, y de un máximo del 35% en Navarra.
Ambas entidades, tanto la CEP como la Cámara de Comercio de Vigo,
defendemos, conjuntamente con la Xunta de Galicia, la necesidad de preservar
el carácter gallego de las cajas de ahorros de la Comunidad. Ambas cajas, según
la información publicada en sus memorias, presentan unos ratios de solvencia
por encima del 10%, dos puntos por encima del mínimo legal exigido,
situándose el TIER1 en ambas entidades por encima del 6%.
A la espera del efecto que pueda tener en los balances de las entidades el
provisionamiento de los activos inmobiliarios según los nuevos requisitos
fijados por el Banco de España, no parece que una fusión entre ambas entidades
pudiera aportar una mejora apreciable en los niveles de solvencia de la entidad
resultante. Asimismo, el proceso podría ocupar entre 4 y 6 años de la actividad
de las cajas, desviando los mejores recursos de las cajas a la tarea del proceso de
integración, y descartando la alternativa de continuar con los procesos de
crecimiento orgánico interno, sin descuidar los criterios de solvencia y eficiencia
de las entidades.
Consideramos que la dimensión de la nueva caja nacida de la hipotética fusión
de las dos actuales, no aportaría nada nuevo al panorama financiero en la
Comunidad Autónoma, al menos en lo que se refiere a los criterios de solvencia
y eficiencia, parámetros que parecen cumplir suficientemente las cajas
existentes en estos momentos.
Supervisión del FROB por la COMISIÓN EUROPEA
La exigencia de la Comisión Europea de supervisar y someter a aprobación
individualmente a cada caso, podría afectar a un hipotético proceso de fusión
entre las dos cajas gallegas, en el caso de que ésta considerase que la ayuda
viola las normas de competencia, encareciendo notablemente el proceso
y menoscabando los recursos propios de la entidad resultante, en el
caso de que tuviese que acudir a sus fondos propios para llevar a cabo el
proceso de fusión.
Consolidación de créditos, depósitos y participaciones industriales
En las memorias de ambas entidades se refleja que el volumen de negocio de
Caixa Galicia supera los 63.101 millones de euros, y el de Caixanova los 48.672
millones de euros, conjuntamente con el Banco Gallego; mientras que el
volumen crediticio es de 36.165 millones de euros para Caixa Galicia, y de
17.647 millones de euros para Caixanova. El mercado objetivo de ambas cajas es
coincidente en el marco de la Comunidad Autónoma de Galicia, de modo que
numerosas empresas tienen créditos pendientes y operan con ambas entidades
financieras. Resulta previsible imaginar, también, que el resultado sería el
endurecimiento de las condiciones para la concesión de nuevos
créditos, a unos clientes ya endeudados con ambas entidades, con los efectos
consecuentes sobre las ya menguantes cifras de inversión y empleo, en el actual
contexto de crisis económica. Se calcula que la entidad resultante debería
restringir inicialmente el volumen de crédito concedido como mínimo entre
1.800 y 2.000 millones de euros para no comprometer la solvencia de la entidad
resultante.
La superposición en las redes comerciales y en los clientes de ambas cajas
originaría, tras la integración, una posible redistribución de depósitos y de
créditos, con desvío hacia otras entidades, en un volumen importante, si bien
difícil de cuantificar. Contrariamente a lo deseable, y de nuevo a causa de la
coincidencia entre los espacios naturales de ambas entidades, la fusión
conllevaría una elevada concentración de negocio y de riesgos que sería
necesario corregir. Desde el punto de vista de las empresas consumidoras de
servicios bancarios y financieros, la integración de los dos principales
operadores bancarios en Galicia supondría un deterioro en el nivel de
competencia que podría tener una repercusión en los niveles de precios del
mercado.
Obra Social de las CAJAS de AHORRO
La labor social que desempeñan las cajas de ahorros gallegas, que han superado,
de media, los 60 millones de euros cada una de ellas en estos últimos años. La
legislación gallega establece que la Xunta puede orientar las prioridades que
deben ocupar a la obra social, mientras que las cajas cuentan con libertad y
autonomía para elegir los proyectos concretos.
Un hipotético proceso de fusión, afectaría al importe total que se podría
destinar a la obra social de la caja resultante, por lo que la más que probable
reducción de la cifra debería reorientar sus prioridades, desatendiendo
necesariamente a alguno de los sectores a los que actualmente se destina la
obra social de las cajas.
Impacto social
Según consta en la memoria de 2008 de ambas entidades financieras, Caixa
Galicia contaba con un total de 891 oficinas, de las que 464 se encontraban en
Galicia; y Caixanova se encontraba en pleno proceso de expansión, con 585
sucursales, de las que 415 estaban operativas en Galicia. Asimismo, las plantillas
de ambas entidades ascienden a aproximadamente 5.378 empleados en Caixa
Galicia, y unos 3.270 empleados en Caixanova. Siguiendo las recomendaciones
del Banco de España, en el sentido de que las entidades financieras deben
reducir el tamaño de su red de sucursales, ambas cajas iniciaron en el presente
ejercicio 2009 un tímido proceso de reducción del número de oficinas.
La fusión de ambas entidades implicaría una red de sucursales redundante que
obligaría a la reducción de un gran número de sucursales, especialmente en las
provincias de A Coruña y Pontevedra, donde están más desarrolladas las redes
comerciales de Caixa Galicia y Caixanova, respectivamente. Un análisis de sus
redes territoriales y su estructura organizativa nos lleva a considerar que entre
285
y
300
de
las
actuales
oficinas
resultarían
claramente
redundantes, por lo que, debido a este factor estimamos un impacto directo
superior a los 1.500 empleos. Al mismo tiempo, la fusión de ambas entidades
implicaría la racionalización de las plantillas de los servicios centrales, lo que
implicaría, independientemente de que se dividiese la dirección de la obra social
y la dirección financiera, la desaparición de, al menos, otros 300 empleos.
De esta manera, el impacto sobre el empleo directo se situaría en torno
a los 1.800 puestos de trabajo, con el consiguiente coste económico, a los
que hay que sumar los puestos de trabajo indirectos generados por las
sucursales bancarias (limpiadoras, personal de seguridad y transporte, correo y
mensajería, mantenimiento, etc…).
3. Conclusiones finales
Teniendo en cuenta lo expuesto, desde la CEP y la Cámara de Comercio de Vigo,
estimamos que, para el tejido productivo de la Comunidad Autónoma
de Galicia, es beneficiosa la existencia de las dos cajas actuales, que gracias a
su buen comportamiento en términos de eficiencia y solvencia, garantizan una
financiación accesible a los proyectos de inversión. Además de que la presencia
inversora de ambas cajas en el tejido productivo de las empresas de la provincia
de Pontevedra las hace imprescindible.
Consideramos que se debe apoyar la apertura de las cajas gallegas al
exterior, manteniendo los centros de decisión en Galicia, mediante la
constitución de un Sistema de Protección Institucional (SIP). Éste es un
mecanismo de apoyo entre entidades que les permite mantener sus respectivas
marcas, y con ello su personalidad jurídica y su identidad, a la vez que les
facilita el cumplimiento de los requisitos de funcionamiento exigidos por la
autoridad monetaria. Siempre y cuando se garantice la reversibilidad de este
último mecanismo, para garantizar la presencia de los centros de decisión en
Galicia.
En definitiva, todos estos procesos, que deberán ser aprobados por
el Banco de España, pero liderados por los gobiernos autonómicos, persiguen
mejorar la posición estratégica de las cajas ante el deterioro que han sufrido sus
activos como consecuencia del estallido de la burbuja inmobiliaria y el constante
aumento de los índices de morosidad. El Estado quiere fomentar las
integraciones entre entidades con la concesión de ayudas públicas, que deberán
ser devueltas en un plazo máximo de ocho años. Sin embargo, estos procesos
deben llevarse a cabo después de una meditación seria y documentada sobre sus
efectos en el sistema financiero y no como consecuencia de una decisión
improvisada e irreflexiva.
Debe ser prioritaria la propuesta que permita garantizar la viabilidad
de las cajas, como si de otra unidad de producción se tratara. En este sentido
ajustar la capacidad de las cajas reordenando su dimensión para aumentar la
solvencia como objetivo igualmente primordial.
Mantener la galleguidad de las cajas sin perjuicio de lo que diga el
Banco de España y de los mecanismos que permita la legislación vigente sobre
alianzas estratégicas (SIP) u las posibilidades que ofrece el Estado a través del
Fondo de Reestructuración de Ordenación Bancaria (FROB).
Como recomendación final, la Cámara de Vigo y la CEP apuestan por la
existencia de dos cajas independientes promoviendo recorridos tendentes
a la constitución de Sistemas Institucionales de Protección, cuya finalidad
es la de reforzar la solvencia de las entidades participantes, la mejora de la
eficiencia y competitividad evitando los costes económicos y sociales de una
fusión entre ambas, bajo el principio de salvaguarda de la reversibilidad
“conditio sine qua non”.
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