169 misión de sAntA gertrudis lA mAgnA

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Ibero-Americana pragensia – Año XLIII – 2009 – PP. 169–179
Misión de Santa Gertrudis La Magna
por Carlos Lazcano SAhagún
(Sociedad de la Antigua California, Ensenada, BC)
Introducción
La misión de Santa Gertrudis La Magna o Santa
Gertrudis de Cadacamán se encuentra en el actual
estado de Baja California, hacia la parte media
de la península de Baja California, México.1 Sus
coordenadas geográficas son: 28º 03.085′ norte y
113º 05.083′ oeste. Se localiza a 600 kilómetros
al sur de la ciudad de Ensenada, Baja California,
perteneciendo al municipio de Ensenada. Su acceso más cercano es por un camino de terracería
de 80 kilómetros que parte de la población de
Guerrero Negro, Baja California Sur, el que se
recorre en unas dos horas.
La fundación de la misión de Santa Gertrudis
La Magna data del año de 1737, cuando el padre
visitador de los jesuitas de la California Andrés
García, nombra titular de una nueva misión, en el
norte, al padre Fernando Consag2.
La consolidación de esta misión tuvo dos etapas. La primera fue entre 1737 y 1751, en que la
misión tuvo el nombre de Nuestra Señora de los
Dolores del Norte, y fue llevada por su fundador
el padre Consag. Esta fue la etapa más difícil, ya
que debido a la geografía hostil de su territorio no
tuvo una sede definitiva y fue administrada desde
la misión de San Ignacio.
La segunda etapa inició cuando el padre Consag establece la misión en su sitio actual en 1751,
ya con el nombre de Santa Gertrudis La Magna.
Esta segunda etapa la lleva a cabo el padre Jorge
Retz, quien en ese mismo año sustituye a Consag
en la titularidad de la misión. En poco tiempo el padre Retz logra que la misión cuaje definitivamente.
Santa Gertrudis marca el inicio de la evangelización en la parte norte de la península, y su fundador, el padre Fernando Consag, es el iniciador
de lo que hoy es el Estado de Baja California, ya
que fue quien introdujo la civilización y la cultura
occidental en esta parte de México. Con Consag
el norte peninsular empieza a ser mexicano3
Los inicios misionales en el actual estado
de Baja California
En 1732 el joven misionero Fernando Consag
llegó a la misión de San Ignacio Kadakaamán, la
que en ese tiempo era la más norteña de los establecimientos peninsulares. Se le consideraba para
establecer otra misión más al norte, y mientras
tanto asistiría al padre Sebastián Sistiaga, el titular de San Ignacio, quien le enseñaría el oficio de
misionero, así como la difícil lengua hablada por
los cochimí, habitantes milenarios de la región.
1
Este texto se desarrolla en base de una conferencia pronunciada en el Centro de Estudios
Ibero-Americanos de la Facultad de Filosofía
de la Universidad Carolina de Praga el 12 de
mayo de 2009 que se realizó dentro del marco
del proyecto MSM 0021620824. La misión
de Santa Gertrudis sirvió de punto de partida
rumbo más al Norte de la Península de Baja
California al misionero de Bohemia P. Wenceslao Linck que pasó en ella ocho meses y
que es objeto de una investigación en curso.
2Empressas apostólicas de los pp. Missioneros de la Compañía de Jesús, de la Provincia
de la Nueva España, obradas en la Conquista de
Californias, publicado en: Miguel Venegas,
Obras Californianas del Padre Miguel Venegas, S.J., Michael Mathes (editor), La Paz,
Universidad Autónoma de Baja California
Sur, 1979, tomo II, pp. 388 (nota 1167) y
431– 432 (nota 1296).
3 Una amplia biografía sobre el padre Fernando Consag la presenta el siguiente libro:
Carlos Lazcano – Denis Pericic, Fernando
Consag, textos y testimonios, Ensenada, Fundación Barca – Municipalidad de Varazdín
(Colección de Documentos sobre la Historia
y la Geografía del Municipio de Ensenada,
núm. 4), 2001.
169
Como el territorio al norte era desconocido,
Consag empezó a explorarlo en busca de sitios
adecuados para futuras misiones. Planteó dos
proyectos misionales, el de San Juan Bautista,
hacia el noroeste de San Ignacio, y el de Santa
María Magdalena, más al norte, en la bahía de
San Miguel de La Pepena, en costa del Mar de
Cortés. Aunque ambos proyectos le fueron aprobados, no pudo llevarlos a cabo debido a la escasez de apoyo económico, poco personal y falta
de sitios más apropiados. Desde ese entonces se
dio cuenta Consag de lo difícil de la geografía del
desierto Central bajacaliforniano, ya que carecía
de los elementos mínimos para efectuar un establecimiento misional, como agua y tierras apropiadas. En 1734, la rebelión de los pericúes, en la
parte sur de la península paralizó por completo el
sistema misional californiano, y por algunos años
no se pudo avanzar.
Los cochimí
La misión de Santa Gertrudis se estableció en
territorio de los indios cochimí. Desde tiempos
inmemoriales los cochimí ocuparon la región
central de Baja California, entre los paralelos 25
y 31 aproximadamente. Los cochimí de la región
de Santa Gertrudis, entre los paralelos 28 y 29,
vivieron en una de las regiones más áridas y difíciles, pero a pesar de eso lograron adaptarse y
desarrollar su cultura. Tenían sus variantes dialectales, las cuales fueron aprendidas por los misioneros para poder evangelizarlos y civilizarlos.
Los cochimí siempre fueron nómadas, desconociendo totalmente la agricultura. Vivían principalmente de la caza, pesca y recolección. Su
cultura material era muy sencilla y no construían
ningún tipo de vivienda. Se organizaban en bandas,
las que continuamente peleaban unas contra otras.
Debido a las condiciones tan difíciles del
Desierto Central, desarrollaron modos muy particulares para sobrevivir como la “segunda cosecha”, en la que se aprovechaban las semillas de
la pitahaya después de haber sido defecadas, o la
de tragar un pedazo de carne amarrado por un
cordel y recuperarlo. Los indios cochimí apoyaron mucho al padre Consag en todas sus labores
misionales. Fueron colaboradores y aliados y lo
quisieron mucho.
Desde la segunda mitad del siglo XIX los
cochimí se extinguieron. Por desgracia las enfermedades traídas por los europeos los fueron diezmando, al igual que a otras etnias peninsulares.
170
Hay quienes culpan por esto a los misioneros,
pero esto parte de una concepción falsa de lo que
ocurrió. Los misioneros amaron a los indios californios como nadie lo ha vuelto a hacer, incluso
en nuestros días en que de vez en cuando salen
algunos “indigenistas” que nada hacen por ellos.
Las enfermedades que los extinguieron fueron
una consecuencia inevitable del encuentro de
América con Europa.
Al contrario de lo que se piensa, los misioneros, especialmente los jesuitas, defendieron a los
indios de la península y procuraron aislarlos de
las consecuencias nefastas del contacto, pero eso
era ciertamente imposible.
Nuestra Señora de los Dolores del Norte: primer
nombre de la misión de Santa Gertrudis
Una vez que la rebelión de los pericú fue controlada, el padre Consag pudo continuar con sus
exploraciones al norte de San Ignacio. En 1737 el
padre visitador Andrés García lo nombró titular
de la misión de Nuestra Señora de los Dolores
del Norte, la que estaría ubicada al norte de San
Ignacio. Consag la administraría provisionalmente desde San Ignacio en lo que exploraba y
localizaba un sitio adecuado para establecerla de
manera definitiva. Este fue el inicio y fundación
de la misión de Santa Gertrudis La Magna. Más
adelante veremos cómo es que cambió su nombre
de Nuestra Señora de los Dolores del Norte por
el de Santa Gertrudis La Magna.
Para que se diera inicio a una misión, los jesuitas necesitaban reunir diez mil pesos, para que
con los réditos se pudiera mantener el misionero
y su misión. Fue la Congregación de los Dolores
del Colegio Jesuita de San Pedro y San Pablo de
la Ciudad de México que aportó el dinero necesario para que el padre Consag iniciara su misión.
Y fue precisamente por la contribución de dicha
congregación que la misión recibió inicialmente
el nombre de Nuestra Señora de los Dolores del
Norte. El agregado “del Norte” se debió a que
ya existía en la parte sur peninsular otra misión dedicada a Nuestra Señora de los Dolores.
Fue a partir del mencionado año de 1737 que
el padre Consag inicia una labor de exploración
y evangelización bastante notable en lo que hoy
es el extremo norte del estado de Baja California Sur y la parte sur del estado de Baja California.
Inicialmente exploró la hoy famosa Sierra de San
Francisco, en donde estableció la visita de San Pablo. Posteriormente avanzó más allá del paralelo
28, descubriendo el paraje de La Piedad, nombrado por los cochimí Cadacaman, así como otros sitios indígenas más al norte, incluyendo Calmallí.
Durante diez años, entre 1737 y 1747, Consag estuvo entregado a esa labor inicial de aculturizar y evangelizar la zona de influencia de su
misión. Congregó a numerosas rancherías indígenas, exploró extensamente, evangelizó y empezó
a implantar la cultura occidental. Sin embargo no
encontró un sitio adecuado donde establecer de
manera definitiva su misión y la siguió administrando desde San Ignacio. En ese tiempo congregó
y bautizó a más de 600 cochimí en la región de
su misión. Se trató de los primeros bautizos en el
actual estado de Baja California. Muchos de estos
bautizos los hacía el padre Consag durante sus recorridos de exploración o visita en la región que
comprendía su misión. En otros casos a no pocos
de sus indios se los llevaba a San Ignacio, en donde eran catequizados y posteriormente bautizados.
Muchos de estos primeros registros de la región
norte de Baja California quedaron asentados en el
libro de bautismos de la misión de San Ignacio,
donde radicaba temporalmente el padre Consag4.
En 1746 el padre Consag efectuó una extensa
exploración de la costa californiana del Mar de
Cortés, entre el paralelo 27 y la desembocadura
del río Colorado. Dos objetivos principales tenía
esta entrada: la búsqueda de sitios costeros para
futuras misiones y la demostración final de que la
California era península y no isla como no pocos
cartógrafos y navegantes aún creían. Como resultado de este registro propuso que en Bahía de los
Ángeles fuera establecida una misión y elaboró
un detallado mapa de la parte norte del Golfo de
California en donde demostraba la peninsularidad
de California.
En 1747, debido al retiro del padre Sistiaga,
Consag pasó a ser titular de la misión de San
Ignacio, quedando así asignado provisionalmente a dos misiones. Al siguiente año, 1748, se le
nombró visitador de las misiones de la Antigua
California, cargo en el que estuvo tres años. De
este modo no fue sino hasta el año de 1751 que
pudo dedicar su tiempo nuevamente a su misión
de Nuestra Señora de los Dolores del Norte.
El segundo nombre: Santa Gertrudis La Magna
Una vez que el padre Consag terminó su período
como visitador decidió establecer su misión en el
paraje de La Piedad Cadacamán, localizado a unos
120 kilómetros al norte de San Ignacio. El sitio
estaba lejos de ser ideal, sin embargo en todos sus
años de explorar la región no encontró algo mejor.
En La Piedad había un pequeño manantial y palmar, y con un poco de trabajo se podría preparar
algo de tierra para el cultivo. El nombre cochimí
“Cadacamán” se utilizaba precisamente para designar algún aguaje o manantial. Consag había
descubierto el paraje de La Piedad desde 1744
o antes y lo llegó a utilizar varias veces como sitio
base para hacer sus reconocimientos.
Antes de proceder al cambio, Consag llevó
a cabo una amplia exploración por la vertiente
del Pacífico al norte de San Ignacio, con el fin de
verificar esta parte. Dicha exploración la efectuó
entre mayo y principios de julio de 1751. Partió
de San Ignacio, pasando por La Piedad, hasta alcanzar el paralelo 29 a la altura de la Sierra de
Columbia. Aunque reconoció ampliamente dicha
porción, no encontró nada mejor que La Piedad,
así que solicitó a sus superiores el permiso para
trasladar la sede de su misión de Nuestra Señora
de los Dolores del Norte, que estaba en San Ignacio, al paraje de La Piedad.
Sin embargo, para este traslado hubo varios
cambios significativos. Por ese tiempo, la dotación que mantenía a Nuestra Señora de los Dolores del Norte se perdió, por lo que estuvo en peligro el avance misional hacia el norte. Pero ocurrió
igualmente que la misión de San José del Cabo
fue cerrada, anexándose a la misión de Santiago,
por lo cual su dotación se pudo emplear para que
pudiera continuar Nuestra Señora de los Dolores
del Norte. Sin embargo, en una de las cláusulas
de la dotación, realizada por el marqués de Villapuente, don José de la Puente Peña y Castrejón, se decía que si ese dinero se aplicaba en una
nueva misión, esta debería de llevar el nombre de
Santa Gertrudis La Magna, en honor a su esposa
doña Gertrudis de la Peña, marquesa de las Torres
de Rada. Y aunque Nuestra Señora de los Dolores
del Norte no era una nueva misión, ya que llevaba
funcionando 14 años bajo la dirección de Consag,
se le consideró así debido a que aún no tenía su
sitio definitivo de establecimiento.
4
El autor de este ensayo consultó el libro de
bautismos de la misión de San Ignacio, cuyo
original se encuentra en la Catedral de La Paz,
Baja California Sur. Ahí se registra como “misión del norte” los bautizos que Consag hiciera en el área de su nueva misión.
171
Otro cambio importante fue que en ese año
de 1751 llegó a la California el padre Jorge Retz,
originario de Dusseldorf, Alemania. Con su llegada se le dio el nombramiento de titular de la
ahora misión de Santa Gertrudis La Magna. Sin
lugar a dudas este cambio fue doloroso para el
padre Consag, ya que para entonces tenía a más
de mil bautizados en su misión norteña, los cuales
se los entregó al padre Retz. Desde que Consag
fue nombrado titular de San Ignacio, en 1748, se
le había indicado que su título de misionero de
Nuestra Señora de los Dolores del Norte era provisional y que en cuanto llegara un nuevo misionero, este sería el titular definitivo. Retz, antes de
pasar a Santa Gertrudis estuvo varios meses con
Consag, en San Ignacio, aprendiendo la lengua
cochimí y los gajes de misionero de frontera.
Para cuando Consag instaló la misión de Santa Gertrudis La Magna en el paraje de La Piedad,
ya tenía levantado el camino misional entre esta
y San Ignacio. Igualmente mandó construir el
primer templo y habitaciones del misionero. Estas primeras construcciones que hubo en Santa
Gertrudis las dirigió el indígena cochimí ciego
Andrés Comanají, quien a pesar de su ceguera
tenía gran capacidad para la construcción, y según decían los misioneros, con el tacto suplía
grandemente la falta de la vista. Cabe resaltar que
los primeros edificios de esta misión fueron las
primeras edificaciones que hubo en lo que hoy es
el estado de Baja California. Estas primeras edificaciones fueron muy sencillas, provisionales,
a base de troncos y enramadas muy bien hechas
que iban recubriendo con lodo. Posteriormente
el padre Retz levantó una edificación de adobes
mucho más completa y amplia en la que atendió
a sus feligreses y vivió por varios años5.
El florecimiento
El padre Retz se estableció en Santa Gertrudis
en julio de 1751, poco después de que Consag
finalizara su exploración por la vertiente del Pacífico. Fue en ese mes que registra sus primeros
bautizos. Lo acompañaron más de 600 cochimí,
muchos de ellos bautizados por el padre Consag.
Desde San Ignacio Consag proveyó lo más que
pudo al padre Retz: le envió maíz y trigo, ganado
mayor y menor, mulas, caballos, y siempre estuvo atento a las necesidades de la misión que él
iniciara.
A poco de establecerse en Santa Gertrudis, el
padre Retz dio principio a los trabajos agrícolas
172
que le permitieron a su misión cierta autonomía.
Encontró un manantial un poco más amplio y le
construyó un canalito para regar la poca tierra
de cultivo que se disponía. Pero igualmente acarreó tierra de otras partes para ampliar su suelo
de cultivo y así disponer de mejores siembras.
Para facilitar sus cultivos, el padre Retz construyó acequias y pilas, con lo cual pronto pudo
lograr las primeras siembras y cosechas que
hubo en el estado de Baja California. El maíz
y el trigo florecieron, junto con frutales como
olivos, higos, granadas, uvas y dátiles. Con las
uvas, el padre Retz elaboró los primeros vinos
del norte peninsular, tradición que se conserva
hasta nuestros días. Aunque el padre Retz permaneció al frente de la misión, el padre Consag
nunca la olvidó y siempre procuró apoyarla en
todo lo que pudo.
El padre Retz hizo florecer esta misión, algo
notable ya que se encontraba en medio del desierto central de la península, con una de las geografías más hostiles de Baja California. Cuando
el padre Consag entregó la misión al padre Retz,
esta contaba con alrededor de mil indios bautizados, repartidos entre sus distintas rancherías.
Para 1762 la población de la misión era de 1735
cochimí. Para el año en que los jesuitas fueron
expulsados de la península, en 1768, se contaban
alrededor de mil almas. Después, las epidemias
poco a poco fueron reduciendo su población indígena, hasta que la misión fue abandonada por los
misioneros dominicos en 1822 debido a los pocos
habitantes indígenas que tenía.
Entre los sitios de visita y rancherías con que
llegó a contar Santa Gertrudis se encuentran:
Nuestra Señora del Carmen, Nuestra Señora de
la Visitación o Calmayí, Nuestra Señora de la Purificación o Kagín, Nuestra Señora de la Merced,
Nuestra Señora de Loreto, La Santísima Trinidad,
y Nuestra Señora de Guadalupe o San Pablo6.
5
Sobre los primeros años de la misión de Santa
Gertrudis, véase: Miguel del Barco, Historia
Natural y Crónica de la Antigua California,
edición y estudio preliminar de Miguel León
Portilla, México, Instituto de Investigaciones
Históricas de la UNAM, 1988, pp. 271–284.
6 Eligio Moisés Coronado, Descripción e Inventarios de las Misiones de Baja California,
1773, Palma de Mallorca, Institut d’Estudis
Baleàrics, 1987, pp. 139 –156.
La discusión sobre la fundación y sobre
el fundador
Gran número de historiadores consideran que la
fundación de la misión de Santa Gertrudis ocurrió
en el año de 1751, cuando esta fue instalada en su
sitio actual. Incluso hay quienes afirman que la
fundación fue hasta 1752. Igualmente consideran
que el fundador fue el padre Jorge Retz. Como ya
lo mencionamos la fundación ocurrió en 1737 y
fue Fernando Consag el fundador, quien trabajó
muchos años en el desierto para consolidarla.
La confusión se da debido que los primeros
14 años, antes de que estuviera en su sitio actual,
a esta misión se le administraba desde San Ignacio, y además se le daba el nombre de Nuestra
Señora de los Dolores. Y aunque el padre Consag
fue quien la cambió a su sitio actual, quien la empezó a operar en tal sitio fue Jorge Retz, de ahí la
confusión sobre el fundador.
Los primeros bautizos
Los primeros bautizos en el actual estado de Baja
California se efectuaron durante la navegación de
Francisco de Ulloa, a principios del año de 1540.
En la isla de Cedros, uno de los sacerdotes franciscanos que acompañaba a los navegantes bautizó a un viejo cochimí que estaba próximo a morir.
Por desgracia no quedó registro ni de su nombre
indígena ni de su nombre cristiano7.
Los siguientes bautizos los realizó el padre
Consag durante sus primeras exploraciones a la
parte sur del hoy estado de Baja California, en los
primeros años de los 1740’s, y quedaron registrados en el libro de bautismos de la misión de San
Ignacio. El registro más antiguo que conocemos
en lo que corresponde a la misión de Nuestra Señora de los Dolores del Norte, pero asentado en
el libro de San Ignacio por residir ahí Consag en
forma provisional es el de Wenceslao María Espinoza. Su registro dice:
A 29 [de septiembre de 1744] bauticé solemnemente a Wenceslao, párvulo de la misión
del norte, hijo de Patricio Espinoza, avecindado en San Ignacio, y su mujer Teresa. Padrino fue Lorenzo8.
Por desgracia los registros anteriores a 1744
parece ser que se perdieron. El libro de bautismos
de San Ignacio ya no tiene las páginas anteriores a dicho año, es decir las de los años de 1728
a 1743.
El libro de bautismos de Santa Gertrudis se
inicia en 1751, cuando la misión ya tiene su sede
propia, en La Piedad, y se traslada a ella el padre Jorge Retz, quien inicia el libro. El primer
registro se efectuó el 16 de julio del mencionado
año y correspondió a un niño de 6 años de edad,
originario de la ranchería de la Desponsación de
Añil a quien se le puso el nombre de Juan María
Nepomuceno Marrai, apellido de origen cochimí.
Todos los primeros bautizados tuvieron nombres
españoles y conservaron su apellido indígena, por
ejemplo, a Juan María Nepomuceno siguieron en
ese mismo mes de julio: Xavier María Kalai, María Loreta Davaia e Ignacio María Jan9.
La Fiesta Patronal de Santa Gertrudis
Fue el padre Jorge Retz, con ayuda del padre
Consag, quien dio el inicio formal a la fiesta patronal de la misión de Santa Gertrudis. La primera fiesta se llevó a cabo el 16 de noviembre de
1751, día de la santa. Esta fiesta es actualmente
la celebración popular más antigua del estado de
Baja California. Durante el tiempo de las misiones la fiesta se celebraba de la siguiente manera,
según palabras del padre Miguel del Barco:
Celébranse con cuanta solemnidad es posible
las fiestas del santo titular… En estos días
manda el padre matar algunos toros para repartir su carne a los indios. Y también se les
reparte en tales días, con más abundancia que
en otros, algunas frutas, como higos, o frescos
o pasados, según es el tiempo, sandías, melones, granadas, etcétera, según tiene la misión.
También suelen ejercitarse en tales días en
7
Véanse los diarios de esta navegación en: Julio César Montané Martí – Carlos Lazcano, El
encuentro de una península; la navegación de
Francisco de Ulloa, 1539 –1540, Fundación
Barca – Museo de Historia de Ensenada (Colección Navegantes de la California, núm. 3),
Ensenada, 2008. La mención de ese primer
bautizo viene en la p. 134.
8Libro de bautismos de la misión de San Ignacio, cuyo original se encuentra en la Catedral
de La Paz, Baja California Sur.
9 El original del libro de bautismos de la misión
de Santa Gertrudis se encuentra en el Centro
de Estudios Culturales – Museo de la Universidad Autónoma de Baja California, en la ciudad de Mexicali.
173
tirar al blanco con sus flechas, en carreras
y otras diversiones decentes, dando el padre
algún premio de ropa o de tabaco que mucho
aprecian, o de comida a los vencedores.10
En otra parte de su texto, el padre Barco afirma que durante la fiesta se hacía procesión, el padre daba una prédica, además de que había misa
y comulgaban los indios ya cristianizados. Sobre
los cochimí, decía:
… en algunos indios de ambos sexos ha querido Dios derramar tanto de su espíritu, y muestran tanto conocimiento y tanta fe, devoción y
buena vida, que son admitidos aun a comulgar
varias veces entre año; especialmente confiesan y comulgan muchos en las principales festividades, sin el menor peligro de irreverencia.
Algunos, especialmente de los cochimí, han
llegado, y llegan a ser muy devotos cristianos
y de ejemplares costumbres…11
Aunque sabemos que la fiesta patronal viene
celebrándose desde el tiempo de los jesuitas, el
registro directo más antiguo que se conoce sobre
esta festividad nos lo da el misionero dominico
fray Vicente Mora, en noviembre de 1773, en ese
tiempo presidente de las misiones de la Antigua
California. Nos dice el padre Mora: … El día 13
[noviembre] salí para Santa Gertrudis y llegué el
día 14; celebré la fiesta de la santa titular diciendo misa y predicando12.
Actualmente la fiesta patronal de Santa Gertrudis aún conserva buena parte de su sentido original religioso, y el culto a esta santa es fuerte en la
región central bajacaliforniana. La gente de Santa
Gertrudis, y la de los ranchos y comunidades de
los alrededores siguen llevando en procesión a la
santa, cantándole cada año las mañanitas, pidiendo
su intercesión ante Dios. Muchos van para darle
las gracias por los favores recibidos, otros van para
bautizar a sus hijos y para otras cosas de carácter
religioso. Igualmente hay una parte de la fiesta que
no es religiosa, es el baile, la diversión, los juegos.
Todo llevado de una manera sana, tal como se hacía desde los inicios de esta celebración.
Santa Gertrudis y Nuestra Señora de los Dolores
Como hemos visto, la primera misión del hoy estado de Baja California tuvo dos advocaciones.
La primera, entre 1737 y 1751, estuvo dedicada
a Nuestra Señora de los Dolores del Norte, y la
174
segunda, de 1751 hasta nuestros días a Santa Gertrudis La Magna.
Nuestra Señora de los Dolores. La Virgen de
los Dolores es una advocación de la Virgen María.
También es conocida como Virgen de la Amargura, Virgen de la Soledad, Virgen de la Piedad, Virgen de las Angustias o La Dolorosa. La Virgen de
los Dolores frecuentemente aparece representada
en el momento de La Piedad con su hijo Jesús
muerto sobre su regazo, tras el descendimiento,
y otras veces con expresión de desconsuelo al
pie de la Cruz, sosteniendo sedente la corona de
espinas de su hijo. En ocasiones, se la representa
con varias espadas que le traspasan el corazón.
La fiesta de nuestra Señora de los Dolores se celebra el 15 de septiembre y en ella se recuerdan
los sufrimientos por los que pasó María a lo largo de su vida, por haber aceptado ser la Madre
del Salvador. No sabemos si el padre Consag
llegó a celebrar la fiesta de Nuestra Señora de
los Dolores.
Santa Gertrudis La Magna. Santa de origen
alemán nacida hacia 1256 y muerta entre 1301 y
1302. Poco se sabe de ella, ignorándose quienes
fueron sus padres y su familia. A la edad de cinco
años fue recogida por las monjas de la abadía de
Helfta, en donde vivió el resto de sus días. Desde
los veinticinco años de edad empezó a tener visiones místicas considerándosele entre los grandes místicos de la Iglesia Católica. Era artista y
poeta y dejó varios textos de gran profundidad
sobre sus visiones. Fue canonizada en 1677 y se
le celebra el 16 de noviembre. Es la patrona de la
ciudad de Tarragona, España.
El tiempo de los misioneros franciscanos
Por diversas razones, principalmente de tipo
político, en 1767 los jesuitas fueron expulsados
10Miguel
del Barco, op. cit., p. 398.
del Barco, op. cit., p. 399.
12 Diario de Fray Vicente de Mora, presidente
de las misiones de la Antigua California, sobre la visita que hizo, del 4 de noviembre al
21 de diciembre de 1773, a las misiones del
norte, en: Albert B. Nieser, Las fundaciones
misionales dominicas en Baja California,
1769 –1822, Mexicali, Universidad Autónoma de Baja California (Colección Baja California: nuestra historia, núm. 14), 1998. El
documento viene en las pp. 305–311.
11Miguel
de todos los dominios del imperio español. En
la península californiana esta orden no se pudo
cumplir sino hasta principios de 1768, debido
a su lejanía y aislamiento. Con mucho dolor, el
padre Jorge Retz tuvo que abandonar su misión
de Santa Gertrudis La Magna, en la que llevaba
trabajando casi 17 años. Por algunos meses la
misión quedó abandonada, hasta que llegaron los
misioneros franciscanos a la península, cuyo presidente era el célebre fray Junípero Serra.
En abril de 1768 el padre Serra designó a fray
Dionisio Basterra como nuevo titular de Santa
Gertrudis La Magna. El padre Basterra inició con
gran empeño su encomienda, sin embargo a veces se deprimía mucho debido a la soledad de su
misión. En abril de 1769 el padre fray Junípero
Serra estuvo algunos días en Santa Gertrudis,
de paso hacia la Alta California. En su diario, el
padre Serra nos describe la tristeza en que había
caído el padre Basterra:
…llegué aquella mañana a la misión de Santa Gertrudis, saliéndome a topar en su entrada los indios con baile y festivas demostraciones, y esperándome el padre ministro
de ella, el padre predicador fray Dionisio
Basterra, en la puerta de la iglesia vestido
con capa pluvial y acompañado de acólitos
con cruz, ciriales, incensario y agua bendita. Adoré en sus manos la Santa Cruz y la
incensé, rocié el pueblo con agua bendita
y entramos a dar gracias a Dios de tanto
como le debemos.
Así que dicho padre dispuso las vestiduras
sagradas y nos dimos el primer abrazo, soltaron los ojos de ambos las lágrimas (las que
se me renuevan cuando esto escribo) sin podernos hablar palabra, hasta haber pagado
largo rato este tributo lícito a la naturaleza.
Hacía muchos días que el padre había caído en una profunda tristeza por su soledad
entre tantos indios cerrados, sin soldado ni
sirviente (que uno y otro había quitado el capitán para la expedición) y aun ni intérprete
de provecho. Me había comunicado por repetidísimas cartas su desconsuelo pidiéndome
el alivio, que yo no podía darle por más que
muchísimo lo deseaba y lo procuré por todos
los caminos… me detuve, atendiendo a sus
ruegos, los cinco siguientes días…se pasaron
aquellos días, y dejando la cosa en buen estado y al padre consolado13.
El padre Basterra no duró mucho tiempo,
a poco lo sustituyó fray Juan Sancho y a éste, fray
Gregorio Amurrio, quien fue el último franciscano en Santa Gertrudis. En 1773 los misioneros
franciscanos entregaron las misiones de la Antigua California a los dominicos, quienes a partir
de entonces las administraron.
La salida de los franciscanos se debió a que
éstos se concentraron en el avance misional en la
Alta California, el cual había iniciado fray Junípero Serra en 1769. Desde la salida de los jesuitas
los dominicos habían solicitado un campo misional en California, así es que los franciscanos les
cedieron la península.
El tiempo de los misioneros dominicos
A principios de junio de 1773 los padres dominicos fray Manuel Rodríguez y fray José Diez
Bustamante recibieron la misión de Santa Gertrudis por parte del padre Gregorio Amurrio, el
último franciscano14. De esta manera da inicio el
largo período de los dominicos, que en el caso
de esta misión se extendió hasta el año de 1822,
en que fue abandonada definitivamente por los
misioneros15.
Fray Manuel Rodríguez quedó como titular
de esta misión hasta el año de 1789. Durante el
tiempo que él estuvo a cargo varios misioneros
colaboraron con él en distintos tiempos durante
estancias de pocos años como fray José Diez, fray
Andrés Souto, fray Juan Antonio Formoso y fray
Joaquín Valero.
A partir de 1789 Santa Gertrudis queda a cargo de fray José Herrero quien la atiende hasta el
año de 1793. A partir de dicho año le sigue fray
José Espín, quien permanece en la misión diez
Diario de fray Junípero Serra en su viaje de
Loreto a San Diego, edición, introducción y
notas de Carlos Lazcano, Ensenada, Provincia Franciscana de San Pedro y San Pablo de
Michoacán – Gobierno del estado de Baja
California (Colección de documentos sobre la
historia y la geografía del municipio de Ensenada), 2002, pp. 58 –59.
14 Albert B. Nieser, op. cit., p. 91.
15 Sobre el período de los dominicos véase: Dominicos en Mesoamérica: 500 años, México,
Provincia Santiago de México – Provincia
Teutonia, 1992, las pp. 409 –548 contienen
una serie de importantes ensayos sobre los
dominicos en Baja California.
13
175
años, hasta 1803. Continúa la labor evangélica
fray Segismundo Foncuberta, quien durante otros
diez años, entre 1803 y 1813, permanece al frente
da la misión. El último misionero es fray Tomás
Ahumada, quien sustituye a Foncuberta quedándose hasta 1822, en que abandona la misión debido a la poca población indígena, que era menor
a cien almas16.
La construcción del templo actual
Fueron los misioneros dominicos quienes construyeron el templo de la misión de Santa Gertrudis, levantado en cantera de la región. Esta edificación es la más antigua que existe en el estado
de Baja California, y además una de las mejor
conservadas. Al parecer su construcción se efectuó entre los años de 1793 y 179617. Cabe aclarar
que originalmente la construcción que iniciaron
los dominicos fueron las habitaciones y no alcanzaron a levantar la iglesia, por lo que la sala principal, la que iba a ser el refectorio, fue adaptada
temporalmente como el recinto sagrado de la misión. Para levantar esta edificación, los dominicos
trajeron del centro de México maestros y trabajadores especializados, quienes levantaron la construcción que hoy día podemos admirar. Muy posiblemente la dirección de esta construcción haya
quedado a cargo de fray José Espín, quien era el
titular de la misión en esos años18. Al parecer una
de las razones por la que nunca se levantó el recinto sagrado de la misión fue debido a la rápida
disminución de la población indígena19.
En el centro de la bóveda del templo, debajo de la piedra clave, hay un ornamento con el
escudo de los dominicos en donde está tallada
la leyenda “Hoc opus confeci mense maii anno
Domini 1796” (terminé esta obra en mayo del año
del Señor de 1796).
El abandono
Como lo mencionamos, la misión de Santa Gertrudis fue abandonada en el año de 1822 por los
misioneros dominicos. Su último misionero fue
fray Tomás Ahumada, quien llevaba casi diez
años residiendo en ella. La causa de su abandono
fue la declinación de la población indígena debido
a las enfermedades traídas por los europeos.
Durante el tiempo de los jesuitas y de los
franciscanos, las epidemias que afectaron mucho
a otras misiones, a los indios de Santa Gertrudis
los afectaron muy poco debido al aislamiento mayor de esta misión. Sin embargo, con el mayor
176
movimiento que hubo en el tiempo de los dominicos, las epidemias empezaron a afectarlos gravemente, y así su población fue cayendo drásticamente. En el momento de la salida de los jesuitas,
en 1768, Santa Gertrudis contaba con una población indígena de 1000 personas. Para 1771 era
de 1138. Sin embargo, para 1782 ya había caído
a 317 habitantes y tres años después era de solo
300. Para el año de 1800 solo vivían 203 cochimí
en la misión, y en el momento de su abandono
eran menos de 10020.
Las llaves de la misión
Cuando fray Tomás Ahumada abandonó Santa
Gertrudis, dejó el viejo templo de la misión en
custodia de un indio cochimí de apellido Iberri,
para ello le entregó las llaves de la iglesia. Cuando
Iberri se hizo viejo, pasó la custodia a uno de sus
hijos, también cochimí puro, de quien se ignora su
nombre y el año en que recibió la custodia. Éste
último pasó la estafeta de la custodia a su hija Ignacia Iberri, nacida en 1860 y muerta en 1918.
Al morir doña Ignacia, las llaves de la misión
pasaron a su nuera Doña Luz Pico Romero, esposa de su hijo José Urías Iberri. Doña Luz había nacido en 1896, muriendo en 1976. A su vez,
Doña Luz pasó la custodia a su hija doña Manuela Urías Pico, nacida en 1922, quien hasta la fecha sigue viviendo en Santa Gertrudis.
Como doña Manuela es ya una persona mayor pasó la custodia de la misión a Don Manuel
Córdova, bisnieto de Doña Ignacia Iberri. Pero
igualmente, como don Manuel ya está grande,
16La cronología de los misioneros dominicos que
atendieron Santa Gertrudis la obtuvimos del ya
citado libro de bautismos de dicha misión.
17La historiadora del arte Bárbara Meyer así lo
considera: Bárbara Meyer, Iglesias de la Antigua California, México, Instituto Nacional de
Antropología e Historia, 2008, pp. 88 –89.
18 Al consultar el libro de bautismos de la misión de Santa Gertrudis, se aprecia que estuvo
a cargo de la misión durante los años de la
construcción de su edificación de piedra el
padre José Espín.
19Bárbara Meyer, op. cit., p. 89.
20Michael Mathes, Las Misiones de Baja California, 1683–1849, La Paz, Editorial Aristos –
Gobierno del Estado de Baja California Sur,
1977, p. 109.
transmitió la custodia a Don Eugenio Ceseña
Urías, sobrino de Doña Manuela, quien hasta la
fecha continúa con la tradición de custodiar la misión. El primer indio Iberri que recibió la custodia
de la misión en 1822 era el tatarabuelo de Don
Eugenio. De esta manera la tradición de cuidar la
misión permanece hasta la fecha y ha sido respetada por la Diócesis de Tijuana, a quien tiene la
custodia oficial del templo21.
El fundador
Fernando Consag nació en la ciudad de Varazdín,
Croacia, el tres de diciembre de 1703, en donde
pasó su niñez y realizó los estudios básicos en el
colegio jesuita, finalizando en 1719. Ese mismo
año se traslada a la ciudad de Trenchin (Trenčín),
Eslovaquia, en donde ingresa a la Compañía de
Jesús. Estudia y da clases en varios colegios jesuitas de la Europa Central y finalmente es ordenado sacerdote en la ciudad de Graz, Austria,
en 1729.
Siendo aceptada su petición de ser misionero
en 1730 sale de Cádiz, España rumbo a América
y finalmente arriba a la Nueva España en abril
de 1731. En la ciudad de México termina sus
estudios de teología y en 1732 es enviado a las
misiones de California, llegando a Loreto en junio. Se le asigna a la misión de San Ignacio, en
ese tiempo la más norteña de las misiones californianas, a donde arriba en agosto de 1732, dando
inicio a su excepcional labor civilizadora y evangelizadora. Entre 1733 y 1734 hace sus primeras
exploraciones al norte, intentado establecer dos
misiones. La rebelión pericú de 1734 impide el
avance misional y el padre Consag asiste provisionalmente en las misiones de Mulegé y Guadalupe del Sur.
En 1737 es nombrado titular de la misión de
Nuestra Señora de los Dolores del Norte (hoy
Santa Gertrudis) y entre dicho año y 1745 emprende una extenuante labor exploradora y evangelizadora entre los indios cochimí del centro
peninsular. Congrega las primeras rancherías y
visitas en lo que hoy es el estado de Baja California. Explora extensamente el desierto del Vizcaíno, la Sierra de San Francisco y penetra al actual
Valle de los Cirios. En lo que encuentra un sitio
adecuado para fijar su misión, la administra provisionalmente desde San Ignacio.
En 1746 efectúa su célebre expedición al
río Colorado, en la que demuestra definitivamente que California era península. En 1747 es
nombrado titular de la misión de San Ignacio,
quedando como provisional de la de Nuestra
Señora de los Dolores del Norte. Inicia en San
Ignacio una serie de obras materiales como huertas, presas, canales, acequias, y el templo de la
misión, entre lo más importante. En 1748 es
nombrado superior y visitador de las misiones
californianas, cargo en el que dura tres años. En
1751 efectúa una nueva larga expedición por la
vertiente del Pacífico de California, explorando
hasta el paralelo 29.
En ese mismo año de 1751 establece la sede
definitiva de su misión en el paraje de La Piedad
(hoy Santa Gertrudis). Es cambiado el nombre de
Nuestra Señora de los Dolores del Norte por el
de Santa Gertrudis, quedando como nuevo titular
el padre Jorge Retz. Consag establece el camino
real entre San Ignacio y Santa Gertrudis y levanta en este último sitio las primeras edificaciones
misionales; la dota asimismo de ganado y granos
para su mantenimiento.
En 1753 el padre Consag logra otra gran
expedición explorando la vertiente del golfo de
California hasta la altura de la Bahía de San Luis
Gonzaga. Descubre los parajes de Calamajué y
Santa María de los Ángeles. En 1757 es nombrado por segunda vez superior y visitador de las
misiones de California. Ante el descubrimiento
del manantial de Adac, en 1758, Consag se ofrece
para fundar la misión de San Borja, sin embargo,
su muerte prematura lo impide.
Fernando Consag muere el 10 de septiembre
a consecuencia de una neumonía, en su misión de
San Ignacio. Por su gran labor Consag es reconocido como uno de los más importantes misioneros de la California, así como el fundador del hoy
Estado de Baja California22.
Otros misioneros de Santa Gertrudis
De la mayoría de los misioneros que estuvieron
a cargo de Santa Gertrudis se tienen muy pocos
datos. A continuación consignamos algunos datos
biográficos de los más importantes.
21La
historia de los custodios de la misión de
Santa Gertrudis es parte de la tradición oral de
los actuales habitantes de la región. El autor
de este ensayo entrevistó a don Eugenio Ceseña Urías, quien proporcionó esta información.
22La reseña de la vida de Consag se basó en:
Lazcano – Pericic, op. cit.
177
Jorge Retz
Misionero jesuita. Nació en el año de 1717 en
Dusseldorf, Alemania. En 1733 ingresó a la
Compañía de Jesús. Fue maestro de humanidades
en varios colegios de Austria y Alemania. Arribó
a la Nueva España en 1750 y al año siguiente fue
enviado a las misiones de California, haciéndose
cargo de la misión de Santa Gertrudis La Magna,
en ese tiempo la más norteña, originalmente fundada por Fernando Consag23.
Retz fue el primer misionero en establecerse
permanentemente en el hoy estado de Baja California, en donde dio principio a las primeras labores agrícolas y ganaderas. Fue el iniciador de la
tradición vinícola de Baja California, sembrando
los primeros viñedos y fabricando los primeros
vinos. Después de Consag fue uno de los grandes
pioneros del norte peninsular.
Dieciséis años permaneció el padre Retz en
Santa Gertrudis, al cabo de los cuales salió expulsado de la península y de la Nueva España
junto con sus demás hermanos jesuitas. Regresó
a Alemania en donde murió el ocho de abril de
1773.
No son pocos los historiadores que consideran al padre Retz el fundador de Santa Gertrudis,
pero como ya vimos el fundador fue Consag, correspondiéndole a Retz continuar lo iniciado por
él. La confusión parte por el hecho de que Retz
inicia Santa Gertrudis en su sitio actual y precisamente cuando se le cambia su nombre de Nuestra
Señora de los Dolores por su nombre definitivo
de Santa Gertrudis.
Fray Tomás Ahumada
Último misionero dominico en Santa Gertrudis.
Fray Tomás nació en la comunidad de Estepona,
Málaga, España, en 1779. Profesó en el convento
de Santo Domingo de Málaga en 1795 y en 1803
viaja a la Nueva España siendo asignado a las
misiones de la Baja California, enviándosele a la
misión de Nuestra Señora del Rosario, a donde
llega en 1804. En 1808 se le cambia a la misión
de San Francisco de Borja, y en 1813 a la de Santa Gertrudis, en donde permanece nueve años,
hasta el año de 1822. Después de él, ya nunca
vuelven los misioneros.
En 1826 fray Tomás es nombrado Vicario
Provincial y Presidente de las misiones de la Antigua California, por lo cual pasa a residir a Loreto.
Dura en este cargo hasta 1830 en que es asignado
a la misión de San José de Comondú. En 1834
pasa a la Ciudad de México como maestro en el
convento de Santo Domingo. En México dura
varios años y se ignora cuando y donde murió26.
El primer constructor
Andrés Sistiaga Comanají
Indígena cochimí ciego, natural de la misión de
Mulegé. Se ignora la fecha de su nacimiento. Fue
constructor de misiones y de gran ayuda en las
labores de catequista. Los misioneros lo apreciaban grandemente ya que les fue de gran apoyo.
Al respecto nos dice el padre Miguel del Barco:
Por director y maestro de estas fábricas [se
refiere a la primera capilla y casas de Santa
Gertrudis levantadas en 1751] fue enviado
el célebre ciego Andrés Comanají, quien
habiendo sido de mucho alivio a los padres,
primero en Santa Rosalía Mulegé, de donde
era natural, y después de San Ignacio, principalmente en enseñar a los catecúmenos las
oraciones y doctrina cristiana para que la
tomasen de memoria, estaba ahora destinado a pasar con el padre Retz a Santa Gertrudis con el mismo oficio de catequista. Parecerá cosa bien extraña que un ciego fuese
Fray Manuel Rodríguez
Primer misionero dominico en Santa Gertrudis.
El padre Rodríguez nació en Valdemar, España,
hacia el año de 1741. En 1760 ingresó al convento de San Esteban, en Salamanca, en donde
profesó. Llegó a México en 1771 y a la California peninsular en 1773 en el segundo grupo de
misioneros dominicos. Entre 1773 y 1789 estuvo
a cargo de la misión de Santa Gertrudis24.
Fray José Espín
Constructor del actual templo de Santa Gertrudis.
Nació en Forniche (Teruel), España. Ingresó al
convento de Calahorra, en donde profesó. Llegó
a la Antigua California en 1791. Durante diez
años, entre 1793 y 1803 es titular de la misión de
Santa Gertrudis. Entre 1793 y 1796 se encarga de
la construcción del templo actual25.
178
23
Datos biográficos de Jorge Retz fueron tomados de Miguel del Barco, op. cit., p. 272, la
nota 64.
24 Dominicos en Mesoamérica, op. cit.
25 Ibidem.
26 Ibidem.
escogido para maestro de obras; mas a la
verdad su capacidad, su tino y retentiva eran
tales, que suplía en gran parte con el tacto
lo que le faltaba de vista. Por otra parte las
fábricas eran de tal calidad, que muy poco se
necesitaba para ser maestro de ellas27.
Comanají murió en la misión de San Ignacio
el diez de mayo de 1776. Su acta de defunción
dice lo siguiente:
En diez días del mes de mayo de mil setecientos setenta y seis, se dio sepultura eclesiástica al cadáver de Andrés Sistiaga, esposo
de Mariana Sistiaga, originales de Mulegé
y avecindados en ésta por haber sido el intérprete y fundador de esta misión, Mulegé
y Santa Gertrudis; y trabajó con infatigable
celo y constancia en la reducción de infinita
gentilidad: dio ejemplo de virtud a los indios,
señalándosele en su buen modo de vida, y
murió derrepente; por lo que no recibió los
Santos Sacramentos: y lo firmé. – J. Juan
Chrisóstomo Gómez28
El restaurador
Durante muchos años la misión de Santa Gertrudis estuvo prácticamente abandonada por parte
de la Iglesia católica, solo muy de vez en cuando acudía algún sacerdote. De este modo fue la
fe de la gente la que sostuvo la misión, su templo, tradiciones, fiesta, culto a Santa Gertrudis y
catolicismo.
En 1988 el padre Mario Menghini Pecci empezó a atender a esta misión desde su parroquia
en la Isla de Cedros. Desde 1992 la Diócesis de
Tijuana recibió en custodia oficial los templos
de las misiones de Santa Gertrudis y San Francisco de Borja, y entonces el Sr. Obispo designó
al padre Menghini “Delegado Episcopal para el
Cuidado y Restauración de las Misiones de la
Diócesis de Tijuana”.
Con una labor infatigable y admirable, y
apoyándose en la comunidad, el padre Menghini
organizó una serie de trabajos de restauración,
llevados a cabo de una manera profesional y por
personal calificado y con la asesoría y el compromiso de la Dirección General de Sitios y Monumentos del Patrimonio Cultural del Consejo
Nacional de la Cultura y las Artes (CONACULTA). Para lograr el apoyo de la comunidad el
padre Menghini fundó la Asociación Civil Mejibó, la cual posteriormente cambió su nombre
a Comanjí, a la cual se adhirieron numerosas
personas de Santa Gertrudis y de toda la región
de Guerrero Negro. Las labores de restauración
dieron inicio en 1996 y siguen hasta la fecha.
Cuando el padre Menghini se retiró debido a su
edad, el avance era del 85%. Posteriormente han
continuado las labores los padres Jorge Echegollén, Gabriel Álvarez, Javier Zavala y Gabriel
Fierro.
La gente de Santa Gertrudis aprecia mucho
al padre Menghini porque no solo restauró esta
magnífica iglesia, sino que mejoró en mucho la
calidad de vida de la zona y despertó la conciencia de los habitantes sobre el valor histórico y
cultural no sólo de su misión, sino de las tradiciones que aún conservan. El padre Menghini fue un
digno sucesor del padre Consag29.
27Miguel
del Barco, op. cit., p. 277.
de defunciones de la misión de San
Ignacio, partida 1274. Tomada del libro: Joaquín M. Ramos, Informe relativo a los Trabajos Ejecutados por la Comisión Exploradora
de la Baja California el año de 1884, México,
Secretaría de Fomento, 1886, pp. 132–133.
29 Sobre la restauración de Santa Gertrudis y
la obra del padre Menghini, véase: Mario
Menghini Pecci, Mejibó, 1996 –1998: restauración profesional de la misión de Santa Gertrudis La Magna, Guerrero Negro, Baja California Sur, Asociación Civil Mejibó, 1998.
28Libro
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