Derechos sociales y culturales Artículo 9. Declaración de las

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Derechos sociales y culturales
Artículo 9. Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los
pueblos indígenas
Los pueblos y las personas indígenas tienen derecho a pertenecer a una
comunidad o nación indígena, de conformidad con las tradiciones y costumbres de
la comunidad o nación de que se trate. No puede resultar ninguna discriminación
de ningún tipo del ejercicio de ese derecho.
Artículo 11. Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los
pueblos indígenas
1. Los pueblos indígenas tienen derecho a practicar y revitalizar sus
tradiciones y costumbres culturales. Ello incluye el derecho a mantener,
proteger y desarrollar las manifestaciones pasadas, presentes y futuras de
sus culturas, como lugares arqueológicos e históricos, utensilios, diseños,
ceremonias, tecnologías, artes visuales e interpretativas y literaturas.
2. Los Estados proporcionarán reparación por medio de mecanismos eficaces,
que podrán incluir la restitución, establecidos conjuntamente con los
pueblos indígenas, respecto de los bienes culturales, intelectuales,
religiosos y espirituales de que hayan sido privados sin su consentimiento
libre, previo e informado o en violación de sus leyes, tradiciones y
costumbres.
Los derechos sociales y culturales fueron consagrados por la Constitución de
Colombia como un gran avance y tienen que ver con la protección de la diversidad
étnica y cultural, la autodeterminación, la autonomía y la equidad.
La Corte Constitucional entiende por diversidad étnica y cultural “la diversidad de formas de vida y
concepciones del mundo, no totalmente coincidentes con las costumbres de la mayoría de la
población. Por lo tanto, este principio supone la aceptación de la existencia de muchas formas de
vida y sistemas de comprensión del mundo en un mismo territorio”. Corte Constitucional.
Sentencias T-605 de 1992 y T-308 de 1993
La identidad cultural se forma por medio de los vínculos históricos que los integrantes de cada
comunidad entablan entre sí, “ello significa que sólo gracias a las diferencias que se suscitan en
las relaciones de los agentes hacia el interior y hacia el exterior de su propia comunidad de vida,
ellos construyen sus identidades como sujetos morales” ONIC. En Colombia, como Estado
democrático que es, pueden existir diversas formas de vida de manera equitativa y en condiciones
necesarias para el respeto de las diferencias culturales, pues, “el pluralismo constituye una
condición imprescindible para acoger las diferentes culturas” (TOVAR GONZÁLEZ, Leonardo. ¿Es
posible una democracia intercultural en Colombia? Bogotá: Ministerio de Cultura, 2000).
Al respecto, las organizaciones indígenas manifiestan:
“El derecho a la identidad cultural más que un derecho territorial es
un derecho subjetivo de los pueblos. Entraña el derecho a seguir
siendo como son, culturalmente diferentes, a tener idiomas
diferentes y formas de gobierno y de relaciones sociales propias.
Este derecho es un derecho social no exclusivamente referido al
territorio, pero ligado a él porque todos los pueblos tienen un
territorio propio y particular donde existen, se relacionan y recrean su
cultura. Este derecho en Colombia está consignado en la
Constitución al declararse como uno de los principios básicos del
reconocimiento y protección de la diversidad étnica y cultural de la
nación y la igualdad y dignidad de todas las culturas que conviven en
el país (artículos 7 y 70). Aunque es subjetivo este derecho, tiene
implicaciones prácticas muy importantes porque es la base para
definir qué cosas no se pueden hacer por introducir cambios bruscos
o no deseados en la forma de vida y pensamientos indígenas. Es la
base de los demás derechos.” ONIC.
De lo anterior se infiere que en la Constitución de 1991, y en un amplio marco
normativo, se dio un reconocimiento especial a las diversas culturas de la nación
colombiana; no obstante, “las reglas legales alcanzarán efectividad en cuanto los
agentes socioculturales hagan valer a través de ellas su derecho a la diferencia y
las utilicen para colaborar desde su respectiva forma de vida en la construcción de
la cultura democrática” (Tovar González, Leonardo)
Sobre este marco, se constituye en deber del Estado colombiano de adoptar
medidas especiales para salvaguardas las personas, las instituciones, los bienes,
el trabajo, las culturas y el ambiente de estos pueblos, teniendo en cuenta sus
deseos, expresados en forma libre. Además, deben se debe reconocer y proteger
los valores y prácticas sociales, culturales, religiosos y espirituales; respetar sus
instituciones y permitir su participación y cooperación en las medidas que se
adopten para resolver sus dificultades.
Artículo 8. Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los
pueblos indígenas
1. Los pueblos y las personas indígenas tienen derecho a no sufrir la
asimilación forzada o la destrucción de su cultura.
2. Los Estados establecerán mecanismos eficaces para la prevención y el
resarcimiento de:
a) Todo acto que tenga por objeto o consecuencia privar a los pueblos y
las personas indígenas de su integridad como pueblos distintos o de sus
valores culturales o su identidad étnica;
b) Todo acto que tenga por objeto o consecuencia enajenarles sus tierras,
territorios o recursos;
c) Toda forma de traslado forzado de población que tenga por objeto o
consecuencia la violación o el menoscabo de cualquiera de sus
derechos;
d) Toda forma de asimilación o integración forzadas;
e) Toda forma de propaganda que tenga como fin promover o incitar a la
discriminación racial o étnica dirigida contra ellos.
Artículo 12. Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los
pueblos indígenas
1. Los pueblos indígenas tienen derecho a manifestar, practicar, desarrollar y
enseñar sus tradiciones, costumbres y ceremonias espirituales y religiosas; a
mantener y proteger sus lugares religiosos y culturales y a acceder a ellos
privadamente; a utilizar y vigilar sus objetos de culto, y a obtener la repatriación
de sus restos humanos.
2. Los Estados procurarán facilitar el acceso y/o la repatriación de objetos de
culto y de restos humanos que posean mediante mecanismos justos,
transparentes y eficaces establecidos conjuntamente con los pueblos
indígenas interesados.
Sobre este aspecto, y en relación con las comunidades afrocolombianas, los
derechos sociales y culturales se relacionan con los principios sobre los cuales se
fundamenta la Ley 70 de 1993:
a) El reconocimiento y la protección de la diversidad étnica y cultural y el derecho
a la igualdad de todas las culturas que conforman la nacionalidad colombiana.
b) El respeto a la integridad y la dignidad de la vida cultural de las comunidades
negras.
c) La participación de las comunidades negras y sus organizaciones, sin
detrimento de su autonomía, en las decisiones que las afectan y en las de toda
la Nación en pie de igualdad, de conformidad con la Ley.
d) La protección de su ambiente atendiendo a las relaciones establecidas por las
comunidades negras con la naturaleza.
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