zonas erogenas, identificaciones

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LAS ZONAS EROGENAS,
.LAS IDENTIFICACIONES
y E~ PENSAMIENTO
Contriibuciones a la teoría del carácter
4$ 4$
Sergio Aizenberg
La caracterología psicoanalítica, iniciada por Freud, se ha desarrollado originalmente buscando las correspondencias de las estructuras de carácter con las diversas afecciones pslconeurótlcas (Freud,
1908; Fenichel, 1957) y también con los estadios
ia evolución tánato-libidinosa (Freud, 1908; Fenichel, 1957). En épocas recientes', se ha
profundizado el estudio de la personalidad y establecido clasificaciones basándose en los estilos comunicativos (Liberman, 1965) o bien en
la diferenciación entre aspectos psicóticos y no psicóticos (Bion, 1972)
o en las diferentes formas de conducta (Bleger, 1969). Del estudio de la
profusa cantidad de trabajos existentes sobre el tema, dedicados a diversos aspectos de la investigación metapsicológica, así como a' múltiples aspectos clfnlcos y técnicos, se obtiene la impresión, sin' embargo, de que la teoría pslcoanalltica carece de una concepción unificada
y coherente acerca del carácter. Quizá fue solamente W. Reich -en su
período psicoarialític:o- quien se acercó más, aunque en forma incompleta, a esbozar una teoría organizada. De sus' principales hipótesis
destacaremos, en primer' lugar, la dé la "coraza caracterotóqlca" --'concatenación de mecanismos de detenea=, que le permite hablar de "ba-
de
o El presente trabaje, fue presentado
en una versión más breve en el XII Congreso Latlnoarnerlcano de Psicoanálisis. México (Aizenberg, 1978 a).
u Oirección: Aráoz 2f185, 179 A, (1425~ Capital, F~deral. R. Argentina,
248
Sergio Aizenberg
ses caracterológicas de reacción", a partir de las cuales se desarrollan y organizan los diferentes cuadros nosográficos. Otra de las ideas
importantes de Reich es su clasificación de "caracteres neuróticos" y
"caracteres genitales", que poseen sus respectivos "acorazamientos"
basados en la repulsa o en la aceptación de los instintos; distingue
fundamentales diferencias estructurales y sistémicas entre ambos tipos de caracteres (Reich, 1965).
Interesado desde hace años en estudiar el tema del carácter, he
arribado a la conclusión de que existen tres teorías -la de las zonas
eróqenas, la de las identificaciones y la del pensamientoque se
hallan estrechamente vinculadas entre sí, como también lo están con
la génesis, la estructuración y el funcionamiento del Yo. Las investigaciones pslcoanalltlcas recientes, y en especial las dedicadas a la
comprensión de las enfermedades somáticas, han echado nueva luz
sobre las mencionadas teorías, contribuyendo a su vez a ahondar y
. ampliar nuestros: conoelrnientos acerca del' carácter y el campo de
su tratamíEmtO~
..,
'.' . .
.
Para fundamentar las ideas que estudiaremos a continuación, es
útil recordar las deflnlclones que nos han brindado tanto Otto Fenichel
como Daniel. Lagaéhe. El primero ha señalado que el carácter "es el
modo habitual de conducta" (Fenichel, 1957). Para Lagache (Bleger,
1969) la conducta es el conjunto de operaciones -fisiológicas,
motoras, perceptivas, mentales, verbalesmediante las cuales un "organismo en sltuaclón" reduce las tensiones que lo motivan, realizando de
.tal modo .sus.poslbllldades.
,
La revisión de .las concepciones inherentes a las tres teorías men.clonadas nos permitirá abordar de manera más unificada ras. actitudes
y conductas mediante las cuales el Y«. trata con el mundo interno y
.. externo, es decir, su carácter.
La teoría de las zonas erógenas
.La 'teorlade las zonas erógenas 'es uno de los pilares constitutivos de la teoría psicoanalltica. Esbozada en las cartas a Fliess (Freud,
..1887-1902),. encontró' su expresión en 1905 (Freud, 1905), como región
,del revestimiento cutáneo-mucoso susceptible de constituir la sede de
.unaexcltaclón sexual. :'En .1914 Freud extendió la propiedad. de ero.gen~idad a.'.'todQs y-cada Uno de los órganos internos", y en. 1938 ex.presa que.. "hablando con propiedad, el cuerpo entero es una. zona
e.rÓg€ma:;;'Por: otra; parte, en 1915 ha planteado que del .estudlo de los
.ñrres.deIos instintos es posible deducir las distintas fuentes somáticas
en las cuales se originan. Dichas afirmaciones de Freud implican que
,aquello íque denomtnamos-vboca", dependiendo deta percepción' del
órgano ~6fnMiCQ:;'.
espé6ífi9amen~~co~"~qu'ellas .tan'o, ~ .,.
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Las
zottes eréqene», las identificaciones
249
y el pensamiento
Se
taefaslnconsclentes que' denominamos "orales".
trata de una misma realidad, que lleqa a nuestra consciencia por dos vías distintas de
acceso (Chiozza, i976). Como hemos mencionado, la teoría de las
zonas erógenas, 'Lino de' los pilares doctrinarios del psicoanálisis; ha
experimentado un avancé y una ampliación importante 'con las investigaciones recientes en el tratamiento psicoanalítico de las 'enfermedades somáticas (Chiozza, 1976). Esta ampliación se conecta con la de
dos concepciones fundamentales: la de las series complementarias y
la de nuestros conceptos sobre lo psíquico; las cuales, a su vez, revierten sobre el campo del Yo y' el, del carácter.
.Con respecto.a las series complementariaS, E. Pichcn-Bivlere ha planteado la
existencia de una prlmeraeerle, prenatal" producto de la interrelación entre lo heredado. y las. experienclas intrauterinas; ha postulado también que el esquema corporal
'se desarrolla a partlr de un "protoesquema" prenatal circular"
(Pichcn-Biviere,
.1971) ••¡,: En 'relaclón 'conla ainpli·ación.'del·concepto 'de lo psíquico, A;' Rascovsky ha
.reallzado un' aporte fundamental,al estudiar' tanto
pslqulsmo .fetal como la posición .rnantaca, (Rascovsky, ·1960.) ,
A. Garma,por su parte; ha .estudlado numerosas enfermedades psicosomáticas.
'Sus trabajos sobre las úlceras gástricas y duodenales constituyen un verdadero rnodelo de investigació'n en medicina' pslcosornática (Garrna, 1954),' al postular la interrelación entre' la .disposició'n -':1a' regresión' oral-digestiva-'-'y
'el factor actual, la
,frustración genital.
.
Teniendo .corno punto de partida estos conceptos, que amplían los de Freud,
otros psicoanalistas hemos profundizado tanto en el desenvolvimiento psíqulco embrionario-fetal como en la ampl'lación de las series complementarias, lo cual ha
conducido,' entre otros desarrollos, a' estiidiar otras zonas erógerias además de las
clásioamentereconocidas. Contamos de tal modo con las investigaciones acerca de
la, posición glischocárica(Bleger,
.1961), con la descripción de núcleos prenatales
'(Cesio, 1960, 1965; Aizei~berg, 1969, 1970, 1971, 1972), con el estudio de, las disociaclones entre 'el Yo p'ré~~tal y
posnatal (Cesio
col., 1970; Aizenberg, 1970, 1972,
1978), ásí como' la disoclaclón ríel ' Yo 'pnin'atal en' un núcleo "visuá,-ideal"" incorpo.rador de, formas,' y un núcleo "hepátlco-matertal", mateñallzador de las mismas
(Chiozza, ,1970), con la, descripción del. "pslqalsmoembrionario:' (Aizenberg, .1970,
1~78 e), etc. Debemos recordaren, este punto el antecedente que slqniñcan- los tra'bajos de 1<.Abraham, quien expresó la hipótesis de la exlstencla ,de. fija~ionespre-,
natales en uno' de sus trabajos sobre la lntluencia del erotismo oral sobre el carácter
..(Abraharn,'1959), y que' asimismo ha' estudiado 'otras zonas eróqenas, aparte de las
.clástcas, -tal- como lo plantea en su' trabajo sobre el 'oído y el conducto auditivo.
(Abraham., 1959.),
el
~I
\
y
Freud ha descrito a las zonas erógenas como la "fuente somática"
'de los instintos parciales; su teoría implica que todos y cada uno de
'los
~. Órgano's,
~ .. - el cuerpo en su totalidad, como hemos dicho, aportan
. .sus
,.
"
..
'
.
.
.
••..Según una suqerencia de L. Chiozza, deberiamos 'decir esférico, teniendo en
" cuenta la estructura 'tridimensio~al del' huevo.'
' ,
"" En un artículo escrlto para el número de la Rev. de psicoanálisis dedicado a
Plchon-Blvlére, me' extiendo sobre estos conceptos originales de dicho autor,
;;' 'asícomó me-reñern 'a la '.influencia q'u,ehan' éiércido enmís hipótesis sobre el
"Yo embrionario". (Aizenberg, 1978 c.)
.-:.'. ..':
250
Sergio Aizenberg
componentes parciales a la corriente instintiva general (Freud 1905,
1908). Podemos imaginarnos a la "corriente instintiva general" como
el producto final de la confluencia de numerosos "afluentes" parciales,
o bien, viceversa, que la organización misma de la vida halla su expresión, a través del desarrollo filogenético, en las diferentes estructuras
que configuran los órganos y su funcionamiento. De cualquiera de los
dos modos que lo consideremos, eh cuanto un proceso adquiere cierta
importancia, lo vemos configurando una zona erógena.
Tomando como base la idea de Freud de que la consciencia posee
dos superficies, una orientada hacia la percepción proveniente de los
órganos de los sentidos y otra que registra los datos provenientes de
la serie dlsplacer-placer, L. Ohiozza ha señalado -con respecto a 'nuestros conocimientos en general y a' las zonas erógenas en particularque poseemos de. ellas representaciones provenientes de ambas fuen, tes perceptivas, entretejidas entre sí, y la, mayor parte de ellas inconscientes (Chiozza 1976). Dicho autor ha integrado las ideas mencionadas con otras afirmaciones de Freud, con las concepciones de V.
von Weiszaecker y con aportes de otras disciplinas. Entre otras concepciones, ha desarrollado la de las fantasías específicas, las cuales
permiten afirmar "la existencia de un sujeto significante inconsciente,
cuyo lenguaje utiliza como medios tanto la palabra o el gesto como
el síntoma, el trastorno, la forma, la función o el desarrollo" (Chiozza,
1976; subrayado del autor).
Muchos autores nos hemos dedicado a estudiar diversas funciones,
así como sus trastornos, lo que nos permité concebir la existencia de
otras zonas erógenas aparte de las clásicamente consideradas ", Tenemos así zonas, procesos y trastornos hepáticos (Chiozza, 1970, 1976),
esplénicos (Aizenberg y Mariona, 1976), insulino-pancreáticos (Obstfeld,
1976), cardíacos (Furer, 1974), trmtcos (Laborde, 1975), urinarios
(Grus, 1976), pulmonares (Obstfeld, 1975), epilépticos (Obstfeld, 1973),
esqueléticos (Mariona y col., 1975), alérgicos (Canteros, 1976), etc. La
existencia de las mencionadas zonas erógenas, así como las fantasías,
afectos, mecanismos y puntos de fijación filogenéticos y embrionariofetales que les son propios, integrando un amplio "mosaico de fantasías
específicas" particulares e inherentes al funcionamiento de cada órgano
.o proceso, ha extendido nuestra comprensión de muchas enfermedades
somáticas. Estas diferentes zonas erógenas, así como sus correspondientes puntos de fijación, implican una concepción ampliada de lo
psíquIco, y al mismo tiempo vuelven no pertinente, y perimida, la división entre "psíquico" y "somático". Del, mismo modo, nos conducen
a suprimir los conceptos de "psicogénesis" y de "somatogénesis", de
'" Esta es la ampliación del concepto de zonas erógehas que he mencionado
anteriormente.
; . ', ..
Las zonas erógenas, las: identificaciones
y el pensamiento
251-
nuestras especulaciones teóricas y clínicas. En la medida que tales
procesos configuran las diferentes estructuras de conducta que están
implicadas en los diversos modos del enfermar- y del padecer, se manifiestan como rasgos o estructuras caracterológicas de satisfacción di,:,
recta, o bien sublimados o reactivos. Dichos rasgos y estructuras de
.conducta definen ele manera más o menos marcada la personalidad,
según el predominio que les permiten alcanzar las vicisitudes de las
series complementarias que constituyen la biografía, e intervienen de
.esta manera en la ·configuración definitiva del carácter, así como del
"destino", tal como lo ha señalado tan acertadamente H. Racker (1957).
La teoría de las Identificaciones
-
La teoría de las identificaciones, así como el papel fundamental
que desempeñan en la constitución -tanto en el sentido histórico. como en el funcional-- del Yo, el Superyó y el carácter, ha sido enunciada en sus linearnientos generales por Freud (Freud 1923, 1938). De
los múltiples aspectos involucrados en los procesos de identificación
debemos destacar la estrecha conexión existente entre dichos procesos y la identidad. Tal como lo señalan L. y R. Grinberg (1971), la identidad es considerada por la mayoría de los autores como el resultado
de la asimilación en la personalidad de sucesivas identificaciones, que
son el producto, a su vez, del interjuego proyectivo-introyectivo.
La íntima relación existente entre las identificaciones y la identidad nos introduce en dos cuestiones de fundamental importancia. Ellas
son: la participación de las identificaciones en la constitución corporal
y la relación de la identidad con las fantasías que sintetizan y definen
el carácter.
.
.
La participación de las identificaciones en la constitución somática, y formando, por lo tanto, parte del carácter (que no es solamente
"psicológico"), aparece esbozada de diversas maneras a lo largo de
la obra de Freud: en el concepto de identificación primaria, que se realiza' con los padres ele la prehistorla personal (Freud, 1923), en la formación del Superyó, que, mediante las identificaciones, extrae del Ello
y' hace "resucitar antiguas formas del Yo" (Freud, 1923), en la falta de
delimitación precisa entre lo heredado y lo adquirido, en el concepto de "represión orgánica". También aparece esbozada la participación
de las identificaciones en la constitución somática, en los trabajos de
A. Rascovsky ya mencionados. Se hace más explícita en mis trabajos
sobre los elementos "embrlonarlos" del Yo y del carácter (Aizenberg,
',1978 c) yen los de L.. Chiozza acerca de los polos "visual-ideal" y "he- \
pátlco material" (~el Yo~. (Ohlozza, 1~(0),,'
.'
,
252.
Sergio Aizenberg
Tomando en cuenta conceptos desarrollados con otra perspectiva
psicoanalítica e integrándolos con las ideas que estamos revisando,
vemos reforzada nuestra convicción acerca de la necesidad de comprender las identificaciones como procesos "psicocorpóreos", y que
participan, por lo tanto, de manera fundamental en la constitución corporal. Los conceptos a que hacemos referencia son 105 del papel constitutivo del "self" que poseen las identificaciones nucleares y las introyecciones orbitales, estudiadas por J. C. Wisdom (1963, 1967) Y tam~ién por L. Grinberg (1976). El "self", según la definición propuesta
por L. Grinberg y colaboradores (1966), " ... incluye al Yo y al no-Yo.
Es la totalidad de la propia persona. Incluye también al cuerpo con todas sus partes, a la estructura psíquica con todas sus partes, al vínculo
con 105 objetos externos é internos y al sujeto, como opuesto al mundo
de 105 objetos" (subrayado mío). Debemos concluir, según estas definlclones, q,ue las -identificaciones nucleares' y las ,introyecciones orbitales, por ser 105 procesos constitutivos del "self", lo son también, por lo
tanto de la constitución corporal, comprendida en él. ,
, No..deseamos abandonar este tema sln antes completar .la visión
de la "identidad corporal" mediante la mención de las investigaciones de V. Laborde acerca de las fantasías específicas del timo y de los
procesos inmunitarios (Laboree, 1975), las cuales nos permiten corn.prenderque los fenómenos inmunitarios y antigénicos aparecen como
representantes de la 'identidad, ya que permiten distinguir entre lo que
es propio. y lo que es ajeno, defendiendo de tal modo la "in-timidad"
personal. Dichos procesos, al adquirir cierta importancia, se manifies-tan como rasgos "tímicos" de 'carácter; 'y son 105 'análogos, para el
-timo, 'de 105 rasgos "orales" ,"anales'~, "fálico-uretrales", "oral-digestivos", generalmente aceptados. Los rasgos "tímicos" del carácter cons.titulrtan, según dicho autor, la esencia de la-timidez, la vergüenza y el
_orqullo despectivo. 'Estas investigaciones sobre el timo han sido ampliadas -por N. L., Canteros, quien' al 'estudiar 105 fenómenoS alérgicos
(Canteros, 1976) ha señalado que los mismos revelan el deseo y él re, chazo de un cambio de la ldentldad sincrétlca o simbiótica a una identidad 'individualizada. Dichos conñlctos, que darían contenido a la ansiedad y a las fobias' anté los cambios, en el individuo, 'tienen su equivalente, 'según la 'autora, eh los' tenómenos grupales y sociales dé rechazo' ante lonuevo y lo ajeno "'.
'" Es
de, interés
señalarqueen
la versión' castellana de El carácter y el erotismo
(Freud, 1908}, -las formaciones .reactivas son -ccmparadas con enüouerooe.
(No -és así
la versión lnqlesa.) Parecerla que la "licencia" del traductor
revelara una intuición acerca :Ele ·Ias-relaciones planteadas por la colega.
anal
en
Las'zonas erógenas, las' identificaciones
y el pensamiento
253
.La teoría, del pensamiento
La teoría del pensamiento constituye el tercer aspecto a que deseo
referirme, ya que nos provee de aportes de gran importancia para I~
unificación de una caracterología psicoanalítica, en unión con las otras
dos teorías que acabamos de revisar. Freud ha planteado, los lineamientos más amplios y profundos de la teoría del pensamiento en el
Proyecto de una psicotoql» para neurólogos (1895), obra considerada
por K. Pribram y M. Gill como una especie de "piedra de Rosetta" para
quienes se interesan en establecer un puente entre los dominios biológico, rnetapsicolóqlco y conductal del discurso referido al tunclona-:
miento de la personalidad.
Encontramos un resumen muy adecuado de los conceptos acerca
de los procesos coqltattvos en La tmeroretecton de los sueños (1900).
Freud señala que el pensamiento es una trayectoria circuital que se
origina en la catectización de las huellas mnémicas de las experiencias de satisfacción o en las de dolor o displacer. Dichas huellas
mnémicas adquieren por tal motivo el 'carácter de, representaciones intencionales (representaciones meta) o de deseos. El deseo es un recuerdo, cargado del anhelo, referido al futuro inmediato, de repetirse.
La trayectoria coqltatlva llega a su término cuando se logra -mediante
la atenciónel encuentro con una percepción interna o externa. Al
examinarla y encontrarla idéntica o bien asociativamente asemejable
a la representación deslderativa -lo cual constituye el establecimiento
de un juicio -se llega a la identidad de pensamiento, y sólo entonces
es posible realizar la acción.
'Es imprescindible 'dejar asentado en este punto que la conceptualización acerca del pensamiento que surge del estudio atento de la obra
de Freud trasciende ampliamente los límites del pensamiento verbal.
Es habitual denominar pensamiento solamente al que utiliza los signos
del lenguaje. En alqunos trabajos anteriores me he referido a este concepto (Aizenberg, 1978 b). La limitación del espacio me impide extenderme aquí, pero debo señalar, sin embargo,que la noción de 'procesos cogitativos' se completa con la de' memoria' coqttatlva (Freud,
1895) y con la de automatismo mnérnlco y cogitativo (Freud, 1905 b):
Dichos procesos se establecen en la memoria y, pasan .a funcionar
como mecanismos automáticos. (Aizenberg, 1978 b).
La concepción ampliada del pensamiento y del automatismo mnémico contribuye a la resolución de la controversia acerca de la herencia .de los caracteres adquiridos y de .la disociación entre lo heredado
y lo adquirido, así como también ayuda a resolverla 'dicotomía "psiquesoma". Por esta vía Ilegamo,s a conceblr que un simple reflejo:""'"':'elre-
~54
.sergio
Aizenoerg
flejo de succión, por ejemplo- fue, "alguna vez", en la filogenia, un
proceso de pensamiento, una conducta interiorizada, plena de significación. El conocimiento heredado implícito en tales "procesos reflejos" da cuenta, por lo tanto, del papel de los pensamientos en la constitución somática "'. Es interesante recordar que, en Lo inconsciente,
Freud expresa: "Si en el hombre existe un acervo de formaciones psíquicas heredadas, o sea algo análogo al instinto (Instinkt) animal, ello
será lo que constituya el nódulo del sistema Inc." (Freud, 1915) u.
Debemos considerar a continuación dos aspectos mediante los
cuales la teoría del pensamiento nos permitirá establecer una mejor
articulación con las otras dos teorías revisadas anteriormente. Me refiero al aporte que la teoría del pensamiento brinda a la metapsicología
de los procesos de identificación, por una parte, ya la estrecha conexión
observable entre carácter, pensamiento y fantasía.
El pensamiento y la metapsicología
de los procesos de identificación
Los procesos de identificación, constitutivos de la identidad y del
carácter, pslcocorpóreos, como hemos dicho, se comprenden más ampliamente si reflexionamos acerca del hecho de que no son otra cosa
que conjuntos muy complejos de procesos cogitativos, judicativos, cognoscitivos, integrados a partir del funcionamiento de la percepción, el
juicio y la memoria como elementos constitutivos. El establecimiento
de tales procesos, como memoria consolidada, automática, ya sea heredada o adquirida, permite comprender plenamente la afirmación de
Freud (1900), retomada por Chiozza (1976), acerca de que el Yo y el
carácter se hallan constituidos por un conjunto estable de prejuicios
(pre-juicios, juicios previamente establecidos).
El carácter y las fantasías
Muchos autores se han ocupado de las relaciones entre el carácter y las fantasías inconscientes o preconscientes. Mencionaremos sólo ajo Arlow (1963); quien destaca dicha conexión de manera relevan'" En el relato oficial titulado "El pensamiento de los órganos", que presenté en
el " Encuentro Argentino-Brasileño sobre "Contribuciones psicoanalíticas a la
medicina psicosomática", realizado en San Pablo en 1978, trato este, tema con
mayor amplitud, señalando que existe una "cogitación prehistórica", preindividual, de' la especie, y una "cogitación histórica", que pertenece a la vida personal del individuo. (Aizenberg, 1978 b.)
"'''' Diversas disciplinas corroboran estas ideas. Especialmente, los estudios de
etólogos, como K. Lorenz, N. Tinbergen, R. Fletcher, 1. Eibl-Eibestfeld, o de blólogos, como W. Wieser, quien ha aplicado la clbernétlca al funcionamiento de la
comunicación Interna y' externa de los organismos.
Las zonas er6genas, las identificaciones
y el pensamiento
255
te, al señalar que E~I análisis de los detalles de los aspectos preconscientes e inconscientes de las fantasías "nos permite llegar al conocimiento de la estructura exacta y la función defensiva de un síntoma o
un rasgo de carácter".
'
El estudio de les tres caracteres analizados por Freud en su artículo Algunos tipos caracterbl6gicos .revelados, por el psicoanálisis (1916)
nos revela una íntima conexión con las ideas que venimos exponiendo.
"Los de excepción", "los que fracasan al triunfar", "los delincuentes
por sentimiento de culpabilidad" son tres caracteres prototípicos, que
revelan fantasías gl3nerales de los seres humanos. Lo que más nos
interesa destacar es que es imposible encuadrarlos dentro de las clasificaciones existentes sobre el carácter, la personalidad o los cuadros
psicopatológicos. Pese a que los dos últimos, especialmente, son conceptuados por FreuClcomo formas de desenlace del complejo de Edipo,
no es posible, sin embargo, situarlos claramente en alguna de las etapas evolutivas del desarrollo tánato-libidinoso. Pero, lo más importante,
aunque fuera factible lo anterior, es que la denominación a que debe
recurrir Freud revela que el rasgo dominante de dichos caracteres debe ser descrito med,iante una fantasía, una frase, un pensamiento, y no
mediante las palabras "or~l","esquizoide"
o "psicótico".
Ricardo 111,
arquetipo de "los de excepción", expresa claramente la injuria narcisista: "La naturaleza ha cometido conmigo Una grave injusticia. .. Así,
pues, la vida me debe una compensación que yo me procuraré. Tengo
derecho a considerarme una excepción y a superar los escrúpulos por
los que otros se dejan detener en su camino ... ". Cualquiera de noso, tros reconocerá, en lastas frases con que Ricardo 111explicita sus sentimientos, algo que EiS factible develar -trabajosamente
a veces,..- detrás de la fachada sintomática o de la conducta de muchos de nuestros
pacientes.
. Conclusión
La teoría del pensamlentoampllada que acabamos de exponer, a
través de la conexión con la metapslcotoqra y con la noción de las fantasías constitutivas del carácter, nos permite, entonces, lograr una articulación sólida y coherente con las otras teorías estudiadas, la de
las zonas erógenas y la de las identificaciones. Creemos que de este
modo es posible' asentar bases más amplias para unificar nuestra comprensión del desarrolllo del Yo y de la caracterología. Los tipos de carácter descrltos por Freud nos plantean' nuevos prototipos del suceder
humano, nuevas configuraciones' vitales, definibles mediante un suceso, una escena o un determinado proceso de pensamiento, que describe, y resume, ese único e inconfundible rasgo que revela la zona erógena predominante con las identificaciones que le corresponden.
256
Sergio Aítérib'erg
Resumen
La teoría de las zonas erógenas se ha desarrollado notablemente .con la investigación de nuevas zonas; dicho desarrollo se basa en -y al mismo tiempo contribuye a- la extensión. de las nociones de series complementarias yde, psiqulsmo. Tal
ampliación permite comprender la participación de innumerables fantasías específicas
en la enfermedad somática y en la constitución. del carácter, integradas como "mosaicos" o "tramas", complejas. Con respecto a las identificaciones, se destaca su
importancia en la constitución no sólo "psicológica",
sino también "somática" de
las estructuras constituyentes del indivi'duo. Por otra parte, se hace énfasis especial
en que las identificaciones, metapsicolÓgicamente, son .oonjuntos complejos' de proceses cogitativos y cognoscitivos-judicativos, integrados en forma estable como memoria consolidada y automatizada. La teoría del pensamiento integra las dos anteriores, a través no sólo de lo dicho, sino también de los conceptos de fantasías
inconscientes y preconscientes. Esto permite señalar que la configuración vital, ei
suceder humano se plasman en el carácter y nos permiten describirlo mediante
frases que aluden a las fantasías y a las escenas históricas que ,10' constituyen.
Summary
EROGENOUS ZONES, IDENTIFICATIONS, THOUGHT. CONTRIBUTlONS
rO rHE rHEORY OF CHARACTER
The theory of the erogenous zones has expended in a striking way, through the
investiqation of new zones; such development is based -and at the same time contributes to- the expansion of the notions of complementary series and of' psychlch
life,' wich allows us to understand the .participation of innumerable specific fantasies
in the somatic iIIness and incharacter
make-up, lnteqrated as complex "mosaics;'.
Co.ncerning identifications, the author stresses their lmportance not only in the "psychcloqycal" but also in the "somatic" make-up of the structures which constitute
the individual. Besldes, special stress is laid on the fact that identifications, from
a metapsychological point of view, are complex sets of cogitative and cognitive-judi:
cative processes, integrated in a stable way as consolidated and automatlc memory.
The theory of thought integrates the two previous ones, not only through what has
been already mentioned, but also through the concepts of unconscíous and preconscious tantasles. This makes it possible to say that the vital confíguration, human
experience, leaves its seal on character and also to describe it by means of .sentences
which refer to the fantasies and the historical scenes 'that coristitute it.
'Résumé
LES ZONES J:ROGENES, LES IDENTlFICATIONS, LA PENSJ:E.
CONTRIBUTIONS A LA THJ:ORIE DU CARACTERE
La théorie des zones érogénes s'est notamment développée grace '¡l la recherche
de nouvelles zones; ce développement réside dans -et en rnéme ternps contribue aI'étendue des notlons comme celle de série complémentaire et de psychisme. Cette
extension permet d'apprendre la participation d'innombrables fantasmes spéclflques
dans la maladie "somatique" et dans la constltutlon du caractére,qu'y
sont integré~
en "rnosaique" ou comme "trames': d'úne grande complexlté.
'
Las :40nas etógenas, las identificaciones
y el pensamiento
257'.
A I'égard des ldentlficatlons' on en déqaqeson lrnportance tant dans la constltutlon
"psychologique" des structures constltuant l'Indlvídu ausál blen que dans son constltution "somatlque".
D'ailleurs, on met I'accent sur l'idée de que les identifications,
du polnt de vue métaphychcloqíque,
elles sont des, ensembles cornplexes de processus
cogitatifs et coqnltits-judicatifs,
integrés constamment comrne rriémoire .consolldée ,et
automatisée. La théorie ,de la pensée inclut les deux antérieures, tant suivantce qu'on
vient de dire, aussí cornrneseton les concepts de fantasmas íncónsclents
et' pré-eonscients. 'ToUt',cela perrnet de 'remarquer que' la conflqúratlon'vttale,
le devenir humain,
trouvent leur forme dans le caractére, en nous permettant, en rnérne ternpsJe décrire
grace aux phrases concernant les fantasmes et aux scénes historiques qui -l'lntegrent.
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