Tribunal: Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil Sala J Autos: Comte Olivares, Juan Carlos c/ Rekz Miguel Omar y otros Fecha: 21/12/2010 Sumario: La parte actora promueve demanda por los daños y perjuicios que le fueron ocasionados con motivo del accidente de tránsito cuando circulaba a bordo de su motocicleta, al ser colisionado por un vehículo que choco con otro vehículo, la sentencia de primera instancia rechazó la demanda con costas a la parte actora, atento lo dispuesto por el art. 1113 2º párr. del CC, entendiendo que el siniestro se produjo por culpa exclusiva de un tercero por el cual no debía responder. La colisión se habría producido por las circunstancias invocadas por el demandado y su aseguradora, es decir, culpa de tercero, habiéndose configurado en los presentes la eximente de responsabilidad requerida por la norma legal (art. 1113 párr. 2º del Código Civil) logrando de este modo desvirtuar la presunción de responsabilidad que tal norma dimana en su contra, quebrando el nexo de causalidad entre el hecho y el daño. Los agravios del demandado y su citada en garantía Caja de Seguros S.A. fueron efectuados en forma subsidiaria ante la hipótesis de admitirse total o parcialmente alguna de las eventuales quejas de la contraria. Los mismos se centran en la falta de condena de los co-demandados , terceros en los términos del art. 94 del CPCC, luego del desistimiento de la acción y del derecho que efectuara el accionante a su respecto. Reiteradamente este Tribunal ha sostenido que es imprescindible a los efectos de abrir la posibilidad revisora de la Alzada, que el apelante exponga claramente las razones que tornan injusta la solución adoptada por el magistrado de la instancia anterior, para lo cual debe aportar consistentes razonamientos contrapuestos a los invocados en la sentencia, que demuestren argumentalmente el error de juzgamiento que se le atribuye. La expresión de agravios fija el ámbito funcional de la Alzada, ya que ésta no está facultada constitucionalmente para suplir los déficit argumentales o las quejas que no dedujo. Respecto del recurso planteado por la demandada, declarase desierto el mismo, y declarar abstracta la cuestión. Vocablos: MOTOVEHICULO – ACCIDENTE DE TRANSITO – DAÑOS Y PERJUICIOS – EXIMENTE DE RESPONSABILIDAD – RESPONSABILIDAD CIVIL – TERCEROS – VEHICULO – AGRAVIOS – EXPRESION DE AGRAVIOS – RECURSO – DESIERTO – ABSTRACTO – HECHO DE UN TERCERO 2ª Instancia. — Buenos Aires, diciembre 21 de 2010. La doctora Marta del Rosario Mattera dijo: I.- La parte actora promueve demanda contra Miguel Omar Rekz, Pablo Ignacio Cadierno y Felipe Isidoro Cadierno, por los daños y perjuicios que -según su dichos- le fueron ocasionados con motivo del accidente de tránsito que se produjera el día 28 de septiembre de 2004, aproximadamente a las 16.00 hrs., cuando circulaba a bordo de su motocicleta, por el carril izquierdo de la calle Crisólogo Larralde, en dirección Norte Sur. En dichas circunstancias, por la misma arteria y en igual dirección transitaba el vehículo Ford Escort, conducido por el codemandado Pablo Ignacio Cadierno, quien al llegar a la intersección con la calle Lugones, y por motivos que desconoce, colisiona con el automotor Volkswagen Gol que circulaba por esta última arteria en sentido oeste-este, al mando del demandado Omar Rekz. Como consecuencia del impacto Rekz pierde el control de su vehículo impactando finalmente con su parte delantera la motocicleta del accionante, ocasionándole los daños por los cuales acciona. La sentencia de primera instancia obrante a fs. 351/353 rechazó la demanda con costas a la parte actora, atento lo dispuesto por el art. 1113 2º párr. del CC, entendiendo que el siniestro se produjo por culpa exclusiva de un tercero por el cual no debía responder. Del decisorio apelaron tanto la parte actora cuyos agravios lucen a fs. © Thomson La Ley 1 372/380, como la demandada y citada en garantía a fs. 383/384 obrando a fs. 387/390 y fs. 391/392 los respectivos respondes. A fs. 394 se dictó el llamamiento de autos, providencia que se encuentra firme, quedando de esta manera los presentes en estado de dictar sentencia. II. He de señalar, en primer término, que reiteradamente hemos sostenido que el recurso de apelación no implica una pretensión distinta o autónoma con respecto a la pretensión originaria, sino una eventual derivación de ésta que constituye el objeto, la que ya no se puede modificar en sus elementos. Se ha declarado que únicamente es fundado cuando en razón de su contenido sustancial es apropiado para la obtención de una resolución que reforme, modifique, amplíe o anule el pronunciamiento impugnado. Caso contrario, debe declararse desierto el recurso (C.N.Civ., esta Sala, 1/10/09 expte. Nº 2.575/2004 "Cugliari, Antonio Carlos Humberto c. BankBoston N.A. s/cancelación de hipoteca". Idem., id 23/6/2010 expte. Nº 59.366/2004 "Berdier, Tristán Marcelo c. Snitovsky, Luis y otro s/daños y perjuicios"). Reiteradamente este Tribunal ha sostenido que es imprescindible a los efectos de abrir la posibilidad revisora de la Alzada, que el apelante exponga claramente las razones que tornan injusta la solución adoptada por el magistrado de la instancia anterior, para lo cual debe aportar consistentes razonamientos contrapuestos a los invocados en la sentencia, que demuestren argumentalmente el error de juzgamiento que se le atribuye. La expresión de agravios fija el ámbito funcional de la Alzada, ya que ésta no está facultada constitucionalmente para suplir los déficit argumentales o las quejas que no dedujo (Conf. CNCiv., esta Sala, 24/9/09 Expte. Nº 89.532/2006, "M. R. E. c. F, R. A." Idem 18/2/2010 expte. Nº 100.658/2000 "Coronel, Juan Carlos y otros c. Cerzosimo, Claudio Fabián y otros s/daños y perjuicios" Id. Id, 15/7/2010 expte. Nº 72.250/2002 "Celi, Walter Benjamín y otro c. Salvador M. Pestelli Sociedad Anónima s/daños y perjuicios" entre muchos otros). La expresión de agravios constituye una verdadera carga procesal, y para que cumpla su finalidad debe contener una exposición jurídica que contenga una "crítica concreta y razonada de las partes del fallo que el apelante considere equivocadas". Lo concreto se refiere a lo preciso, indicando, determinando, cuál es el agravio. Deben precisar así, punto por punto, los pretendidos errores, omisiones y deficiencias que se le atribuyen al fallo, especificando con toda exactitud los fundamentos de las objeciones. Es decir, que deben refutarse las conclusiones de hecho y de derecho que vertebren la decisión del a quo, a través de la exposición de las circunstancias jurídicas por las cuales se tacha de erróneo el pronunciamiento (conf. Morello, Augusto "Códigos Procesal en lo Civil y Comercial de la Pcia. de Buenos Aires y de la Nación. Comentado y Anotado", t. III, p. 351, Abeledo Perrot, 1988; CNCiv., esta Sala, Expte. Nº 2575/2004, "Cugliari, Antonio Carlos Humberto c. BankBoston N.A. s/cancelación de hipoteca" del 1/10/09). Este Tribunal se ha guiado siempre por un criterio de amplia tolerancia para ponderar la suficiencia de la técnica recursiva exigida por el art. 265 de la ley adjetiva, por entender que tal directiva es la que más adecuadamente armoniza el cumplimiento de los requisitos legales impuestos por la antes citada norma con la garantía de defensa en juicio, de raigambre constitucional. De allí entonces, que el criterio de apreciación al respecto debe ser amplio, atendiendo a que, por lo demás, los agravios no requieren formulaciones sacramentales, alcanzando así la suficiencia requerida por la ley procesal cuando contienen en alguna medida, aunque sea precaria, una crítica concreta, objetiva y razonada a través de la cual se ponga de manifiesto el error en que se ha incurrido o que se atribuye a la sentencia y se refuten las consideraciones o fundamentos en que se sustenta para, de esta manera, descalificarla por la injusticia de lo resuelto (Conf. C.N.Civ. esta sala, expte. Nº 75.058/2000, 11/5/2010, "Peralta, Carlos Raúl y otros c. Coronel Vega, Carlos Javier y otros s/daños y perjuicios") entre © Thomson La Ley 2 otros muchos. En virtud de ello, se dará tratamiento a los recursos planteados, aun cuando pueda resultar por un lado escasa la fundamentación de la pieza recursiva de la actora, abundante en citas jurisprudenciales, pero escasa en evidenciar el error de juzgamiento, además de incurrir en inexactitudes en relación a quien fuera considerado el embistente y con prioridad de paso, en la sentencia recurrida. Cabe señalar que el accionante en su presentación inicial manifiesta desconocer las circunstancias en que el hecho se habría producido, pues es el actor un tercero ajeno a la colisión no debiendo investigar la mecánica del hecho (ver fs. 4 vta. y 5) pretendiendo en esta instancia dar su versión del hecho a fin de responsabilizar al co-demandado Rekz, habiendo desistido de la acción y del derecho respecto de los co-demandados Cadierno y su citada en garantía (ver fs. 302-303). Tal circunstancia es recién introducida en este estado del proceso, por lo que su tratamiento se encuentra vedado en orden a lo dispuesto por el art. 277 del Código Procesal, en consecuencia propiciare se declare desierto el recurso interpuesto. Por su parte los agravios del demandado Rekz y su citada en garantía Caja de Seguros S.A. fueron efectuados en forma subsidiaria ante la hipótesis de admitirse total o parcialmente alguna de las eventuales quejas de la contraria. Los mismos se centran en la falta de condena de los co-demandados Juan Ignacio y Felipe Isidoro Cadierno, terceros en los términos del art. 94 del CPCC, luego del desistimiento de la acción y del derecho que efectuara el accionante a su respecto. II. Responsabilidad. A) Por razones de orden metodológico, a los fines de dar cumplimiento con el art. 266 del Código Procesal, me referiré en primera instancia a los agravios vertidos por la parte actora, basados básicamente, en el rechazo de la demanda, por la eximente de responsabilidad invocada por el codemandado Miguel Omar Rekz, a saber la culpa de un tercero por quien no debería responder. Cabe señalar que no está cuestionado el encuadre jurídico que hace la sentencia respecto a la aplicación del art. 1113 del Código Civil, que por lo demás resulta ser el correcto en virtud de la doctrina plenaria de esta Cámara "in re" "Valdéz, Estanislao c. El Puente SAT" de fecha 10 de noviembre de 1994 (LA LEY, 1995-A, 136), de la que emerge que el artículo citado deviene norma aplicable a toda colisión plural de automotores, siendo carga del actor abonar el contacto físico de su vehículo con el del accionado y los daños producidos y, por su parte, al demandado, para eximirse de responsabilidad total o parcial demostrar la culpa de la víctima o la de un tercero por quien no deba responder. En función de encontramos frente a un caso de responsabilidad objetiva por el riesgo de la cosa, resulta aplicable el segundo párrafo del art. 1113 del Código Civil. En este sentido corresponde a la actora probar los siguientes extremos: a) la existencia del daño; b) el contacto físico con la cosa riesgosa o viciosa; y c) la relación de causalidad entre ambos. En cambio, incumbe a los demandados acreditar, para eximirse de responsabilidad, la culpa de la víctima o de un tercero por quien no deba responder, caso fortuito o fuerza mayor. Por lo tanto, estando en juego un factor de atribución objetivo, no pesa sobre el actor la carga de demostrar la culpabilidad del agente dañoso, sino que es el demandado quien para eximirse de responsabilidad debe probar la ruptura del nexo causal, esto es, la culpa de la víctima o la de un tercero por el que no debe responder civilmente (art. 1113 Párr. 2º parte 2ª Cód. Civ.) Conf. C.N.Civ., Sala G, 30/10/2009, expte. Nº 7492/2004 "García Catorceno, Simón c. Núñez, Mario Jesús s/daños y perjuicios", Idem., esta Sala, 15/4/2010, expte. Nº 114.354/2003, "Rendón, Juan Carlos c. Mazzoconi, Laura Edith"; Id. Id., 20/05/2010, expte. Nº 28.891/2001, © Thomson La Ley 3 "Techera, Héctor Daniel c. Olivares, Claudio Guillermo y otro"; Id., Id., 24/06/2010, expte. Nº 34.099/2001 "Ruiz Díaz, Secundino y otro c. Guanco, Víctor Manuel y otros" Id. Id 27/8/2010 Expte. Nº 116281/1998 "Ayala, Daniel A. c. Veraye Ómnibus s/daños y perjuicios", Id. Id. 5/10/2010 "Agüero Carlos Leandro c. Paradela Maximino s/daños y perjuicios" entre muchos otros). A su vez respecto de la carga de la prueba, la directiva del art. 377 del Cód Procesal pone a cargo del damnificado que ejerció la acción resarcitoria, la prueba del daño sufrido y el contacto con la cosa de la cual el mismo provino, en tanto el emplazado en su condición de dueño o guardián de esa cosa, para eximirse de responsabilidad o disminuir la que se le atribuye, debe acreditar alguno de los extremos antes citados. Del análisis de las pruebas colectadas en autos dependerá la suerte del planteo. En relación a ello es dable destacar que la convicción del juzgador debe formarse tendiendo a un grado sumo de probabilidad acerca del modo de producirse el evento, aunque no se tenga certeza absoluta, porque admitida la existencia del siniestro y ante versiones contrapuestas, debe realizarse un proceso de selección que forzosamente conduzca a tener como realmente sucedidas algunas circunstancias en que se apoyan dichas manifestaciones (conf. C.N.Civ., esta Sala, expte. Nº 48.931/07, "Vargas, Patricio Daniel c. Domínguez, Marcelo Nicanor y otros s/daños y perjuicios" del 17/2//2010, entre otros). Por otra parte, en el terreno de la apreciación de la prueba, el juzgador puede inclinarse por lo que le merece mayor fe en concordancia con los demás elementos de mérito que puedan obrar en el expediente, siendo ello, en definitiva, una facultad privativa del magistrado (Conf. C. N. Civ., esta Sala, Expte. 114.707/2004, 11/03/2010 "Valdez, José Marcelino c. Miño, Luis Alberto daños y perjuicios", entre muchos otros). B) El a quo hace mérito en el decisorio recurrido, de las actuaciones cumplidas en la instrucción penal (causa nº 26.421), cuyo valor resulta particularmente relevante, no solo por la objetividad del personal policial y su mayor inmediatez con relación al hecho en sí, sino que además cuenta con la formación profesional en la materia como para saber reunir e interpretar todos los datos o indicios posibles, para su esclarecimiento, que pueda dar la pauta de qué fue lo realmente acontecido, en especial en materia de rastros, huellas y cualquier indicio que pueda dar la pauta de qué fue lo realmente acontecido (Conf. CNCiv, esta Sala, 4/6/2010, Expte. Nº 34.415/05 "Molina, Ana María c. López, Daniel José y otros s/daños y perjuicios" Ídem 27/9/2010, expte. 48149//2004, "Chuviler Sandra Beatriz c. González Manuel s/daños y perjuicios"). Asimismo comparto el criterio que las comprobaciones efectuadas regularmente en el sumario policial, tienen la fe que la ley asigna a la actuación de los funcionarios públicos dentro de la órbita de sus atribuciones (conf. art. 979, inc. 2do., arts. 993 y 994 Cód. Civil), porque aunque su exactitud no se encuentre abonada por el control recíproco de las partes, tiene en cambio el mérito de reflejar la impresión directa e inmediata de los hechos, expresada con espontaneidad por las personas que los presenciaron y recibida por funcionarios sin interés de desfigurarlos. De manera concordante la Corte Suprema ha decidido, que la admisión en el juicio civil de la prueba reunida en el sumario criminal en que se discutan los mismos hechos, no viola el principio de la defensa en juicio, pues además del valor legal que ellas representan, las partes tienen la razonable oportunidad de traer a la causa civil cuanta prueba de descargo juzguen conveniente (conf. Fallos 182:502; 183:296; 188:6; 187:627; 219:54; 228:530; C. N. Civ., sala A, 30/12/2008, "Dure, Delicia y otros c. Yaccuzzi, Abelardo", La Ley Online AR/JUR/22207/2008; Idem., esta Sala, 4/6/2010, Expte. Nº 34.415/05, "Molina, Ana María c. López, Daniel José y otros s/daños y perjuicios"; Id., id., 6/7/2010 expte. nº 20588/2006, "Mansilla, Martha Francisca c. Transporte Almte. Brown S.A. y otro s/daños y perjuicios" Id., id., 27/8/2010 expte. Nº 116281/1998 "Ayala, Daniel A. © Thomson La Ley 4 c. Veraye Ómnibus s/daños y perjuicios 2010). De la causa penal instruida con motivo del siniestro de autos (Causa Nº 26.421) realizada la inspección ocular del lugar se desprende que en relación a la Av. Crisólogo Larralde se trata de una vía de circulación de sentido único este-oeste con tres carriles, con respecto a la calle Lugones, la misma también posee sentido único de circulación sur-norte. No posee semáforos, hallándose la cinta asfáltica, en buen uso y conservación, observándose huellas de frenado de los vehículos afectados (ver constancia fotográfica fs. 29). A fs. 4 de la misma causa instructoria obra el acta de secuestro de los automóviles involucrados, donde se detallan y localizan los daños existentes en los mismos: En el VWGol dominio CNQ-736, presenta golpe en lateral izquierdo, el Ford Escort dominio BGW-537, posee un golpe parte delantera del mismo y la motocicleta marca Guerrero con el impacto en su parte delantera. Lucen asimismo incorporadas a la causa las constancias fotográficas que dan cuenta de los daños antes referidos (ver fs. 30/36 y fs. 43/44). Cabe señalar que en este tipo de hechos, son las huellas materiales del choque la más elocuente prueba de como habría ocurrido el accidente, pues "hablan por sí solas", sin subjetividad ni desviaciones personales: no es dable apartarse de ellas. Por ello, asigno especial importancia a las fotografías obrantes en el expediente penal (Conf. CNCiv esta Sala, 1/10/2009 Expte: 37.357/05 "Calderaro, Adrián Gerardo c. Dieguez, Jorge Eugenio y otros s/daños y perjuicios", Idem Id., expte: 60.135/05 "Del Pino, Néstor Fabián c. Calderaro, Adrián Gerardo y otros s/daños y perjuicios" Id. Id, expte.: 61.715/05 "Dieguez, Jorge Eugenio c. Calderaro, Adrián Gerardo y otros s/daños y perjuicios", Id. Id., 5/10/2010 expte. 93611/2007 Agüero Carlos Leandro c. Paradela Maximino s/daños y perjuicios entre otros). A fs. 5 obra el plano a mano alzada realizado en el mismo acto ubicando los rodados intervinientes. A fs. 58 obra el informe pericial realizado por el perito en accidentología vial de la división Ingeniería Vial Forense, Aux. 1ª Héctor Hugo Mazza, el cual estima que en base a las deformaciones que presentan los rodados el vehículo colisionante seria el Ford Escort, que circulaba por Crisólogo Larralde, y el colisionado seria tanto el VWGol que circulaba por Lugones como la moto Guerrero Magic que circulaba a la par del Escort por el lado izquierdo. A fs. 60 obra el relevamiento planimétrico que ilustra la pericia realizada, con la medición efectuada de las huellas de frenado y derrape dejadas por los rodados involucrados, en el caso del Ford Escort de 6.30mts y del VWGol de 2.30mts. Sumado a las constancias probatorias que surgen de la instrucción el aquí accionado, Sr. Rezk cuenta con la presunción a su favor emanada de la normativa de tránsito, por su calidad de embestido, atento la ubicación de los daños en el lateral medio izquierdo, de su automóvil. Asimismo contaba en el caso con la prioridad de paso de quien circula por la derecha pues sabido es que "todo conductor debe ceder siempre el paso en las encrucijadas al que cruza desde su derecha" (art. 41 de la Ley Nacional de Tránsito N° 24.449). Esta prioridad del que viene por la derecha es absoluta, y sólo se pierde en los casos taxativamente enunciados en la norma. Aun cuando esta prioridad cede en una avenida de mayor circulación vehicular, ello no es aplicable cuando, como en el caso, ya se había transpuesto más de la mitad de la intersección (ver croquis causa penal fs 60). el sólo hecho que el choque se haya producido, hace razonable inferir que quien no gozaba de prioridad, tuvo la posibilidad de observar el desplazamiento del otro rodado y especuló-emprendiendo una maniobra imprudente e inoportunaatravesar la encrucijada, sin respetar la recordada preferencia, que le imponía la detención del automóvil por él conducido (Conf. C.N.Civ. Sala A, 12/7/2010, Libre 535025 "Rosso Lorena Vanesa c. Línea 71 SA y otros s/daños © Thomson La Ley 5 y perjuicios" Ídem, esta Sala, 14/9/2010 expte. 105902/2004 "Rodríguez María Carolina c. Monzón Rubén Miguel y otros s/daños y perjuicios"). Cabe recordar que esta norma, de carácter organizativo, se encuentra basada en el principio de seguridad en el tránsito, a fin de estructurar racionalmente el espacio-tiempo, atribuyéndolo y distribuyéndolo entre los usuarios conforme a reglas técnicas, para que su uso no derive en conflicto o siniestro, obligando a los usuarios de las vías a extremar las precauciones, poner el debido cuidado y atención, como reducir sensiblemente la velocidad, o detener el vehículo, concediendo la preferencia de paso a quien tenga derecho a la misma cuando, como en el caso de autos, se trata de una intersección urbana no semaforizada (Conf. CNCiv., esta Sala, 14/9/2010 expte. 105902/2004 "Rodríguez María Carolina c. Monzón Rubén Miguel y otros s/daños y perjuicios"). En virtud de tales antecedentes coincido con el sentenciante de grado que la colisión se habría producido por las circunstancias invocadas por el demandado y su aseguradora, es decir, culpa de tercero, habiéndose configurado en los presentes la eximente de responsabilidad requerida por la norma legal (art. 1113 párr. 2º del Código Civil) logrando de este modo desvirtuar la presunción de responsabilidad que tal norma dimana en su contra, quebrando el nexo de causalidad entre el hecho y el daño. En cuanto al recurso interpuesto por la demandada y su citada en garantía su tratamiento deviene abstracto al quedar firme la sentencia que exonera de responsabilidad civil al demandado. Por todo lo expuesto, propongo al Acuerdo: 1) Se declare desierto el recurso interpuesto a fs.356, concedido a fs. 359 con costas a los apelantes vencidos (art. 68 del Código Procesal) declarándose abstracto el tratamiento del recurso interpuesto a fs. 357 concedido a fs. 362. Tal es mi voto. La doctora Beatriz A.Verón adhiere al voto precedente. Se deja constancia que la Dra. Zulema Wilde no suscribe la presente por hallarse recusada a fs.370. Y Vistos: Lo deliberado y conclusiones establecidas en el Acuerdo precedentemente transcripto el Tribunal Resuelve: 1) Declarar desierto el recurso interpuesto a fs.356, concedido a fs. 359 con costas a los apelantes vencidos (art. 68 del Código Procesal) declarándose abstracto el tratamiento del recurso interpuesto a fs. 357 concedido a fs. 362. Difiérase la regulación de los honorarios para su oportunidad. — Marta del Rosario Mattera. — Beatriz A.Verón. © Thomson La Ley 6