Armas y Armaduras

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INSTITUTO CULTURAL PAIDEIA
PREPARATORIA
Primer semestre, grupo C
Computación
Armas y Armaduras
Indice.
Introducción
Armas Prehistóricas
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4
Armas Arrojadizas
4
Los Primeros Guerreros
5
El Legionario Romano
5
Las Armas de la Edad Media
6
Espadas Europeas
6
El Arco y la Ballesta
7
Hachas, Puñales y Cuchillos
8
Cota de Malla y Armadura
8
La Armadura Completa
8
Cascos
9
Justas y Torneos
9
El Guerrero Hindú
9
Armas Hindúes
10
El Samurai Japonés
10
Las Primeras Armas de Fuego
10
Las Armas de Fuego de Pedernal
11
Espadas de Duelo
11
Los Salteadores de Caminos
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Armas Insólitas
12
Granaderos y Caballería
12
Armas para Mantener la Ley
13
El Revólver de Percusión
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Pistolas y Revólveres
14
La Conquista del Oeste
14
Los Indios de América del Norte
Conclusiones
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Introducción.
Armas blancas, armaduras y armas de fuego no cesaron de evolucionar a través de los tiempos. Y con
ellas el arte de cazar y de hacer la guerra. Un largo período de tiempo en la historia de la humanidad en
el que se puede descubrir el ingenio de nuestros antepasados para mejorar los mátodos de sobrevivir y
de guerrear.
Este trabajo sirve para ver la elaboración de armas primitivas − las armaduras de los caballeros
medievales − los trajes de campaña de los samurais − las pistolas de los soldados, vaqueros y forajidos
del Lejano Oeste.
Conocer cómo se equipaban los soldados griegos y romanos para las guerras − cómo se elaboraban y se
vestían las armaduras − cómo se armaban y disparaban las ballestas − cómo cazaban y luchaban los
indios de las Praderas.
Descubrir qué armas llevaban los primeros policías − cómo se empleaban las espadas y las pistolas de
duelo − cuándo se fabricaron las primeras armas de fuego y cómo se utilizaban − y muchas cosas más.
Armas Prehistóricas.
Para cazar, defenderse o atacar, el hombre ha utilizado siempre armas. En el Paleolítico Inferior
descubre que, aguzando las piedras duras como el pedernal, puede matar y despedazar a los animales.
Miles de años más tarde, durante el Paleolítico Superior, el invento del mango constituye una verdadera
revolución ya que, al atar las hachas al mango o empuñadura, la eficacia y solidez de las armas
aumenta considerablemente.
Los hombres del paleolítico utilizaban probablemente las hachas bifaces para cazar; pero nada indica
que no emplearan también estas dos armas de puño (a la izquierda) como hachas de guerra (250.000 −
70.000 años antes de C.)
Los cazadores de la Edad de Piedra necesitaban astucia y valor para acorralar y matar animales grandes.
Después de llevarlo hasta un agujero, el mamut de pelo lanoso, una raza de elefantes extinguida, es muerto a
pedradas.
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Armas Arrojadizas.
Cualquiera que haya tirado un palo o una piedra, disparado una catapulta o lanzado una flecha con un
arco ha utilizado un arma arrojadiza. De hecho, ese tipo de arma se ha venido empleando para la caza y
el combate desde la Prehistoria. Existen otras armas arrojadizas menos conocidas, como son el
boomerang de los aborígenes australianos o los mazos de extrañas formas de las tribus de África
Central y Occidental. Su sencillez engaña, ya que manejadas por hábiles guerreros, son tan eficaces
como las armas más elaboradas.
Los Primeros Guerreros.
El descubrimiento de metales como el cobre y de aleaciones como el bronce, utilizados por vez primera
en el suroeste de Europa hace unos seis mil años, marca un hito en la fabricación de los útiles y las
armas. En la primera parte de la Edad de Bronce, las hachas y las lanzas están todavía unidas a sus
mangos mediante correas de cuero o cuerdas, pero al final de ese período el empleo de casquillos o
enmangues permite ensartarlos más firmemente. Durante los siglos VI y V antes de C., las tribus celtas
empiezan a fabricar útiles y armas de bronce. Al iniciarse la Edad del Hierro, los celtas migradores
difunden a través de Europa el arte de la ornamentación, de la que dan testimonio sus armas finamente
cinceladas.
Si bien las lanzas que se utilizaron al principio de la Edad de Piedra eran aún bastantes toscas, en la
Edad de Bronce aparecieron ya puntas de lanza como las de la ilustración (900 − 800 años antes de C.)
fabricadas por hábiles guerreros.
Descubierto en la República Democrática Alemana, este pequeño casco guerrero de la Edad de Bronce
contaba originariamente con piezas para proteger las orejas y las mejillas.
El Legionario Romano.
Los dos ejércitos más grandes de la antigüedad son el ejército macedonio, a las órdenes de Alejandro
Magno, y el ejército romano. En los años 334 a 326 antes de C., el pequeño estado de Macedonia posee
un ejército sorprendente, organizado en falanges, cuerpos de infantería armados con lanzas que forman
una masa compacta de varias filas. Pero el ejército romano dispone de un elemento fundamental: la
legión, unidad de infantería sostenida por la caballería. Entre el año 800 antes de C. y el año 200
después de C. demuestra ser capaz de adaptarse permanentemente a las armas del enemigo y a la
evolución de su equipo militar. Esa ventaja, unida a una sólida disciplina y a una eminente capacidad
de organización, convierte a Roma en la nación soberana dentro del mundo antiguo.
Las Armas de la Edad Media.
La alta Edad Media es el período de la historia de Europa que va de los siglos V al X. En esa época, las
tribus germánicas y escandinavas − sajones y noruegos o vikingos− hacen incursiones por Holanda,
Inglaterra, Francia y España. Los vestigios de armas y equipos militares contribuyen en gran medida al
conocimiento que se tiene hoy de ese período, al igual que el tapiz de Bayeux, que fue tejido para
conmemorar la conquista de Inglaterra por los normandos del noroeste de Francia.
Las hojas de las espadas vikingas, realizadas por hábiles artesanos, eran de doble filo, con la punta
ligeramente redondeada (derecha).
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El guerrero vikingo hacía girar el hacha de guerra sobre su cabeza antes de asestar un golpe, muchas
veces fatal, a un enemigo o a su caballo (izquierda).
Espadas Europeas.
Una de las armas más antiguas del hombre es la espada, que consta de una empuñadura y una hoja. La
empuñadura se compone del pomo para equilibrar el arma, del mango para sujetarla y del gavilán,
para proteger la mano. La hoja puede ser recta o curva, según esté destinada la espada a dar estocadas
o a cortar, de filo doble o sencillo, y de una punta redondeada o aguzada. Durante siglos, las espadas se
utilizan exclusivamente para cortar y se sujetan con una sola mano. Pero a partir de alrededor del año
1400 aparecen las espadas de dos manos, que por ser muy pesadas sólo pueden ser manejadas por los
soldados más fuertes.
El Arco y la Ballesta.
Durante la Edad Media, la aparición de la ballesta y del gran arco de guerra revoluciona el uso del arco para la
caza y la guerra. La ballesta, compuesta por una cureña o tablero donde se aloja un pequeño mecanismo de
disparo, constituye un arma mucho más precisa y mortífera. Algunas ballestas fueron tan potentes que
necesitaron diversos sistemas para cargarlas. Pero a pesar de su mayor alcance, la rapidez de tiro es mínima y
su fabricación resulta muy costosa. El gran arco de guerra es una versión muy perfeccionada del arco común y
sus flechas de punta de acero son mortales a una distancia de 90 metro. Como ninguna de esas innovaciones
consigue imponerse sobre la otra, muchos ejércitos medievales poseen a la vez cuerpos de arqueros y
ballesteros.
El gran arco de guerra, utilizado por guerreros bien entrenados, es una arma terrible. Está tallado en una sola
pieza de madera, generalmente de tejo, y su longitud varía según los países. En Inglaterra, por ejemplo,
correspondía a la envergadura del arquero, es decir, a la longitud de sus brazos extendidos.
El torno o armatoste, sistema para armar la ballesta, empezó a utilizarse en el siglo XIII; estaba compuesto por
una manivela y un juego de poleas.
Modo de Empleo de una Ballesta.
• La cuerda del arco se tensa para ser enganchada en la nuez montada en la cureña.
• La saeta, introducida en el canal o extremidad del tablero, se dirige hacia el blanco apoyando la parte
posterior del tablero, o rabera, contra la mejilla.
• La saeta es expulsada presionando la llave o disparador.
A la izquierda se muestran unas puntas de flecha de hierro utilizadas en la Edad Media.
Hachas, Puñales y Cuchillos.
Las hachas, puñales y cuchillos se utilizan con armas desde los tiempos prehistóricos. Al principio, las hojas
son de piedra o de bronce, pero posteriormente esos materiales son sustituidos por hierro o acero,
añadiéndoles a veces puntas accesorias que les dan un aspecto más temible aún. A pesar de su aparente
similitud, puñales y cuchillos son dos armas muy distintas. Con su doble filo acerado terminado en punta, el
puñal es esencialmente un arma de estoque para punzar, mientras que el cuchillo, con hoja de un solo filo,
sirve, sobre todo, para cortar. Una selección de hachas, puñales y cuchillos del mundo entero permite ver
cómo cada país concibe las hojas y los mangos en función de su cultura y de sus necesidades.
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Cota de Malla y Armadura.
La cota de malla, hecha con anillos de hierro o acero, ya era conocida en la antigüedad. A partir del
siglo XIII, los caballeros empezaron a considerarla no sólo incomoda de llevar, sino, además, ineficaz
contra armas tales como el martillo de guerra y la espada de dos manos o manodoble. Empezaron,
pues, a utilizar otro tipo de armadura hecha de placas de hierro o acero. Desde finales del siglo XIV los
caballeros que iban a la guerra se protegían con armaduras de piezas articuladas, que se siguieron
utilizando hasta el siglo XVII como armas de aparato y lucimiento.
La Armadura Completa.
A mediados del siglo XV, el caballero, armado de pies a cabeza, se encuentra prácticamente enfundado
en su armadura. Sin embargo, y gracias a la destreza de los armeros del final de la Edad Media, no está
tan encerrado como pudiera parecer, ya que las articulaciones están diseñadas para proporcionarle la
mayor libertad de movimientos.
Cascos.
Desde la Edad del Bronce, los guerreros llevan cascos. En la Edad Media, su tamaño aumenta
progresivamente para dar mayor protección al rostro y al cuello. El modelo más grande y pesado es el
yelmo, enorme casco que el caballero lleva atado a la silla cuando no está en combate. Al final de la
Edad Media, tanto los yelmos como unos cascos llamados bacinetes podían estar abiertos o cerrados
gracia a la adopción de piezas móviles más pequeños y ligeros, como el morrión. A partir del siglo XVII,
los cascos de acero son sustitutos en su mayor parte por tocados militares de cuero, latón, fieltro o piel.
Justas y Torneos.
Los primeros torneos −simulacros de combate entre caballeros− aparecen probablemente en el siglo XII, a
modo de entrenamiento militar. Después, a partir de 1400, esos torneos se convierten en grandes
acontecimientos sociales de mucho colorido en los que los caballeros demuestran sus habilidades y su valor
ante el monarca y sus pares. Pronto, esos simulacros de combate reciben el nombre de justas, en las que dos
caballeros armados con lanzas se enfrentan separados por una barrera. El lado izquierdo del cuerpo, que sirve
de blanco, se protege de una manera adicional con piezas especialmente diseñadas para él.
El Guerrero Hindú.
Durante varios siglos, los persas se revelan como los artesanos más hábiles de Asia: su estilo domina todas las
armas y armaduras orientales. Se sabe, por ejemplo, que con excepción de un tipo de escudo, los hindúes no
crearon sus propias armaduras hasta el siglo XVI. En esa época, los invasores mongoles −guerreros
musulmanes fundadores de una gran dinastía− introducen las armas y armaduras de tipo persa. Aunque
algunas armas indias, como el mosquete de mecha, hayan derivado de armas de fuego europeas, las armas y
armaduras del guerrero del norte de la India se asemejan a las del guerrero persa o turco.
Armas Hindúes.
A pesar de la influencia extranjera, algunos pueblos hindúes crean armas muy suyas, que se mantendrán en
boga hasta principios del siglo XX, junto a las espadas indopersas y a los mosquetes de tipo europeo. Entre
esas armas características, y muchas veces lujosamente decoradas, se encuentran en katar, puñal hindú, y el
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chakram, disco de acero que llevan los guerreros sijs sobre el turbante.
El Samurai Japonés.
La armadura y las armas japonesas son absolutamente únicas. La armadura japonesa, que se va
perfeccionando a través de los siglos, es mucho más decorativa que las de Europa u Oriente Medio, sobre todo
el modelo ricamente adornado de la casta guerrera aristocrática de los samurais. Desde el siglo XII hasta la
supresión de dicha casta en 1868, las armas japonesas son un prodigio de la fabricación, especialmente los
sables, cuya belleza sobrepasa cualquier otro modelo conocido.
Las Primeras Armas de Fuego.
Aunque la pólvora de cañón se utiliza en Europa desde el siglo XIV, habrá que esperar hasta el siglo
XVI para que las armas de fuego portátiles muestren toda su eficacia. Unos soportes de madera ayudan
al tirador a apuntar y a sostener el cañón ardiente, amortiguando además el choque del retroceso. Un
mecanismo de ignición, o llave le permite disparar exactamente en el momento deseado. El arcabuz de
mecha consta de una cuerda de cáñamo de combustión lenta que se mete en la cazoleta al apretar el
disparador. El dispositivo de ignición seguirá perfeccionándose con la llave de rueda, mecanismo que
produce chispas en el momento del disparo. Sin embargo, como resulta muy costoso equipar a cada
soldado, ambos sistemas seguirán utilizándose hasta la aparición de la llave de pedernal, más eficaz.
Las Armas de Fuego de Pedernal.
La llave de pedernal, más segura que la de mecha y menos costosa que la de rueda, se utiliza en la mayoría de
las armas de fuego europeas y americanas desde finales del siglo XVIII hasta alrededor de 1830. Fue
inventada probablemente en Alemania hacia mediados del siglo XVI y perfeccionada por el armero francés
Marín Le Bourgeoys, que crea la llave <<a la moderna>> hacia 1610. El mecanismo de pedernal consta de
dos posiciones: una para disparar y otra para el seguro. Ese sistema de ignición, del que posteriormente se
perfeccionarán ciertos detalles, no predominará sólo en los campos de batalla de todas las grandes guerras de
la época, sino que será además un arma esencial para los civiles, que lo utilizarán en los duelos, para
defenderse y para cazar. Muchas de esas armas dan testimonio del alto grado de habilidad de sus fabricantes.
Cómo Cargar y Disparar un Fusil.
• Poner la llave en posición de seguro.
• Echar en el cañón una cantidad suficiente de pólvora con el cebador.
• Introducir la bala y su cartucho en el cañón con la baqueta.
• Echar pólvora en la cazoleta con el cebador.
• Cerrar la tapa de la cazoleta.
• Quitar el seguro y disparar.
Espadas de Duelo.
A pesar de ser unas armas imponentes, las espadas de combate que utilizaban en la Edad Media los caballeros
y soldados de infantería eran de concepción relativamente simple. Durante el siglo XVI, su forma evoluciona;
algunas hojas pasan a ser más estrechas, más largas y más agudas. Esas espadas, llamadas estoques, están
diseñadas para los ricos hidalgos y aristócratas, que las emplean no sólo para defenderse en ataques fortuitos,
sino además para batirse en duelo, lo que se transforma en un arte bautizado con el nombre de esgrima. Junto
a una creciente sofisticación técnica, aparece una mayor complejidad en las guarniciones o guardas, debido a
la necesidad de proteger las manos de los civiles, que no llevan guanteletes. Los más importantes fabricantes
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de espadas son originarios de Toledo en España, Milán en Italia y Solingen en Alemania; muchas de las armas
producidas en esos lugares son verdaderas obras de arte. Alrededor de 1650, los estoques son sustituidos, en
las ceremonias oficiales y en los duelos, por unos modelos más ligeros y cortos con la guarda simplificada,
llamados espadines o espadas cortas. Los hidalgos utilizarán el espadín hasta finales del siglo XVIII. Después,
lo cambiaran por la pistola para los duelos.
Pistolas de Duelo.
Aunque ilegal, el duelo será durante siglos práctica habitual entre caballeros y oficiales para saldar sus
diferencias. A finales del siglo XVIII, las pistolas de pedernal, perfeccionadas, sustituyen a las espadas. Los
armeros fabrican pistolas de duelo que venden por pares, guardadas en cofrecillos que contienen todos los
accesorios necesarios para cargarlas, limpiarlas y fabricar las balas. Esas pistolas, que exigen la mayor
precisión en el tiro, son de muy buena calidad y cuentan con gatillo y miras especiales. Se cargan por la boca
del cañón y hasta 1820−1830 su llave es de pedernal.
Los Salteadores de Caminos.
En la época en que el uso de las armas de fuego no está aún reglamentado por las leyes, muchas están
diseñadas o adaptadas a la defensa de los particulares contra los bandidos armados. Un noble puede llevar un
par de pistolas de arzón si va a caballo, o esconder una pequeña pistola en el bolsillo de su abrigo si viaja en
diligencia. En ese caso, el postillón suele llevar también un trabuco, arma que se presta a las confrontaciones
cuerpo a cuerpo y que sirve para defender a los viajeros y a las mercancías. En primer lugar, su boca ancha
contribuye a intimidar al enemigo, y si esto no basta, como va cargada con numerosas balas de plomo, un
tirador nervioso tiene más posibilidades de dar en el blanco. Los trabucos llevaban, a veces, unas bayonetas de
resorte como arma adicional y siempre se podían utilizar las culatas como maza para golpear.
Inevitablemente, tales armas se adaptan también a las necesidades de los salteadores.
Armas Insólitas.
A través de la historia, junto a las armas convencionales como las espadas, los hombres han confeccionado
armas singulares y poco prácticas en apariencia. Y sin embargo, las armas insólitas que utilizan las tribus de
algunas regiones son tan ingeniosas como aquellas diseñadas para la defensa y el combate cuerpo a cuerpo y
tan mortíferas como las curiosas pistolas combinadas fabricadas por los armeros para sus clientes ricos.
Granaderos y Caballería.
En la época en que Napoleón Bonaparte conquista la mayor parte de Europa, las armas de fuego de pedernal
−mosquetes, carabinas y pistolas− constituyen el armamento principal de los ejércitos, tanto de Europa como
Norteamérica. Se utilizan armas especializadas, como los lanzagranadas, para derribar las líneas fortificadas,
puertas y barricadas. Originariamente, el uso de las granadas está reservado a unos hombres especialmente
entrenados llamados granaderos. Pero a partir del siglo XIX, la mayoría de esos granaderos son soldados de
infantería que utilizan el mosquete de pedernal más que la granada. Durante las guerras napoleónicas, los
mosquetes resultan ser armas tan temibles que suelen aniquilar la eficacia de las tropas montadas que aún
emplean espadas y lanzas.
Armas Para Mantener la Ley y el Orden.
De un país a otro, la palabra policía hace referencia a diversos tipos de fuerzas: civil o militar, uniformada o
no. Porras, carracas y otros accesorios son armas destinadas a combatir el crimen y a mantener el orden.
Aunque todas ellas se utilizan durante el siglo XIX, apenas si son suficientes para atajar la violencia de la
agitación social y de la criminalidad de los primeros años del siglo. De hecho, las fuerzas del orden disponen
de armas más potentes: a finales del siglo XIX, la policía de Berlín se equipa con espadas, pistolas y armas de
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puño de cobre. La de las grandes urbes americanas, como Nueva York y Boston, utiliza por vez primera armas
de fuego en los años 1850. Sin embargo, en la mayoría de las ciudades europeas y americanas, el respeto
creciente de que gozan los agentes de policía civil se debe en parte al hecho de que van muy poco armados.
El Revólver de Percusión.
A principios del siglo XIX, la generalización del sistema de percusión marca una etapa decisiva en la historia
de las armas de fuego. La percusión ofrece la ventaja de una ignición instantánea y de una mayor resistencia a
la humedad. En su forma más sencilla, consiste en una cápsula llena de una mezcla explosiva colocada en un
tubo de acero. Golpeada por el percutor, estalla, propagando en el tubo una llamarada que inflama la carga de
pólvora. Las primeras armas de percusión se cargan primero por la boca del cañón, con la cápsula separada de
la pólvora y de la bala. Más tarde, la cápsula se incorpora a la base del cartucho de metal que contiene la bala
y la pólvora. El estuche metálico permite utilizar gases explosivos, lo que conlleva la posibilidad de fabricar
armas que se cargan por la culata, más eficaces, y que son las que siguen empleándose hoy en día en el mundo
entero.
Pistola y Revólveres.
La pistola, arma de fuego de cañón corto concebida para agarrarse con una sola mano, tiene la ventaja de ser
cómoda de llevar; sin embargo, hace falta mucha práctica para disparar con precisión. En el siglo XIX
aparecen gran variedad de pistolas destinadas tanto a los militares como a los civiles. Algunas disparan un
solo tiro, pero otros modelos −llamados revólveres− pueden disparar varias veces antes de que haya que
volver a cargarlos.
La Conquista del Oeste.
En el siglo XIX, la expansión americana hacia el Oeste coincide con un período de desarrollo rápido de las
armas de fuego. Esas nuevas armas sirven tanto a los pioneros y a los vaqueros como el ejército americano, a
los indios o a los que viven al margen de la ley. Las más populares son los revólveres, como el de Samuel
Colt, y los ligeros como para poder ser utilizados a caballo y mucho más precisos que los revólveres para
disparar a distancia.
Los Indios de América del Norte.
Mal llamados indios por Cristóbal Colón, los pueblos nativos de América del Norte han llegado a sumar
hasta dos millones de habitantes. Sin embargo, entre 1492 y 1900, a medida que los colonos europeos
van imponiendo su modo de vida en los bosques y llanuras, las tribus indias son diezmadas. Las de Las
Praderas y las del suroeste son las que, tras un primer período de relaciones comerciales y pacíficas,
combaten más duramente contra el hombre blanco, a principios del siglo XIX, para defender sus
territorios. Los indios de Las Praderas viven en las regiones del centro, donde las tribus más nómadas
cazan los grandes rebaños de bisontes trashumantes. Otras, como las apaches, feroces guerreros del
suroeste, llevan una vida más sedentaria. Antes de conseguir fusiles europeos. Todas esas tribus utilizan
prácticamente las mismas armas: arcos y flechas, cuchillos, mazas y, la más poderosa de todas, el
tomahawk.
Conclusiones.
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Algunas de las armas de la actualidad son basadas principalmente de las que se usaron desde hace
muchos siglos, es decir, que las armas han estdo evolucionando durante todo el tiempo conforme a las
necesidades, ya sean de protección personal o para la guerra.
Un ejemplo son las pistolas, o armas de fuego, que conforme la tecnología va avanzando, más poder
adquieren éstas.
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