0 LAS COMUNIDADES ECLESIALES LUGAR DE: COMUNIÓN, SOLIDARIDAD Y PARTICIPACIÓN 1 BIBLIOGRAFÍA: CEBs Marcello de C. Azevedo, “Comunidades eclesiales de Base” en Mysterium Liberatinis, II pp. 245-265, Ed. Trotta, Madrid, 1990. Vicente María Rechosa y Daniel Camarero “Comunidades Eclesiales de Base” en Diccionario de Pastoral y Evangelización, Ed. Monte Carmelo, Burgos. 2000, pp. 220-242. C.O´Donnell y S. Pié-Ninot «Comunidades Cristianas de Base”, en diccionario eclesiológico, San Pablo, Madrid, 2001, pp 189-192. José F. Marins, “Comunidades Eclesiales de Base”, en Nuevo Diccionario de Catequética, San Pablo, Madrid, 199, pp 491-506. José F. Marins, “Entrenamiento intensivo sobre CEBs”, Edit. Bonum, Buenos Aires, 197. José Marins, “Comunidad Eclesial de Base. Iglesia Comunión. Opciones decisivas”, Ed. Bonem, Buenos aires, 1969. José Marins, “La Comunidad de Jesús abre camino en la Historia”, ed. Enrique de Ossó, Mexico, 2000. Antonio Alonso “Comunidades Eclesiales de Base, Teología, sociología, pastoral”, Sígueme, Salamanca, 1970. Floristan, Denis, Gonzales Ruiz, “Comunidades de Base”, Morova, Madrid, 1971. 2 Índice Bibliografía Introducción Gráfico I. IMPULSANDO LA COMUNIÓN 1. El Reino de Dios es el Reino de la Comunión. 2. La Iglesia, sacramento del Reino de la Comunión. 3. Vaticano II e Iglesia de América Latina 4. Las relaciones de comunión se viven con los próximos 5. Las comunidades eclesiales, casa y escuela de comunión. 6. Círculos concéntricos de comunión. II. IMPULSANDO LA SOLIDARIDAD 1. El Reino de Dios es el Reino de la Solidaridad. 2. La Iglesia solidaria por y como Jesús. 3. Especial sensibilidad de la Iglesia de A.L. a la solidaridad. 4. Las comunidades eclesiales, apuesta por la solidaridad. 5. Círculos concéntrico de solidaridad. III. IMPULSANDO LA PARTICIPACIÓN 1. Jesús llama y envía a cooperar en el anuncio del Reino. 2. La Iglesia, comunidad de carismas y ministerios. 3. Las comunidades eclesiales, realización de una comunidad de carismas y ministerios. 4. Formas y ámbitos de participación. 3 INTRODUCCIÓN ¡Qué alegría convivir los hermanos unidos! ¡Qué edificante compartir reflexiones y acciones! Este encuentro es ante todo encuentro de personas, con-vivencia, vidas vividas con otros. Convivir es también compartir lo que pensamos y lo que hacemos, lo que sentimos y esperamos. Me han pedido que comparta con ustedes mi reflexión sobre tres aspectos dinámicos de las comunidades eclesiales, a saber, su capacidad de impulsar y recrear tres grandes valores o dimensiones del Reino de Dios: la comunión, la solidaridad y la participación. Lo hago con gusto porque al realizarlo me formo y animo yo mismo y porque les servirá a ustedes de iluminación y estímulo, así lo espero. Las palabras dichas con calor, interior y exterior, se las entregaré por escrito de manera que puedan leerlas con sosiego, comentarlas en las comunidades, en encuentros parroquiales o zonales, recomendarlas a otras, si las consideran útiles, en definitiva, “utilizarlas” para su bien y el de las comunidades. Añadido: hoy cumplo el propósito formulado. Tienes el texto ante tus ojos. Estás leyendo esta introducción. Si después de leídas y pensadas, mis palabras escritas te impulsan a la comunión, solidaridad y participación me doy por satisfecho. El autor. 4 GRÁFICO COMUNIÓN LAS COMUNIDADES ECLESIALES LUGAR DE: SOLIDARIDAD PARTICIPACIÓN JESUCRISTO EN LA IGLESIA LAS COMUNIDADES 5 5 I. IMPULSANDO LA COMUNIÓN 1. El Reino de Dios es el Reino de la Comunión Mc. 1,14: “Jesús marchó a Galilea, proclamando la Buena Nueva de Dios. Decía: El plazo se ha cumplido. El Reino de Dios está llegando. Conviértanse y crean en el evangelio.” “Está llegando el Reino de Dios”… Dios está reinando, su Reinado es un Reinado de amor, gratuito, misericordioso, reconciliador. Si llega como gracia, es para todos, especialmente para los pobres y pecadores. Los que se convierten y creen entran en ese Reinado de amor, misericordia, perdón…, entran en la comunión con Dios. Ahora bien, entrar en la dinámica del Reino es entrar en su dinámica de amor, misericordia, gratuidad y comunión. Reproducirán en sus relaciones las relaciones de Dios Padre con ellos. Así, el Reino de Dios es el Reino de la Comunión con Dios y de los hombres entre sí. 2. La Iglesia, sacramento del Reino de la Comunión La Iglesia, comunidad de los que creen en Jesús y le siguen, es como el “Sacramento del Reino”: es decir, la comunidad que visibiliza y realiza en la historia la comunión de los hombres con Dios y entre sí. La esencia de la Iglesia es la “Koinonía”, comunión (DA 161): o Originada, sostenida, dinamizada por Dios mismo, misterio de comunión: el Padre por el dinamismo amoroso del Espíritu nos une en el cuerpo de Cristo. (DA 155). o Expresada y recreada cada día en las múltiples formas de las relaciones fraternas, según el ejemplo y las palabras de Jesús, en el seno de las comunidades. o Organizada en diversos ámbitos, espacios e instituciones. (DA 162). 3. Vaticano II e Iglesia de América Latina Ésta es la eclesiología que emerge esplendorosa del Concilio Vaticano II, superando un modelo vigente por siglos que el gran eclesiólogo y eclesiófilo Ives Congar llamó “jerarcología”. 6 Ésta es la eclesiología programática para el nuevo milenio: “otro aspecto importante en que será necesario poner un decidido empeño programático, tanto en el ámbito de la Iglesia Universal como de las Iglesias particulares es el de la COMUNIÓN (Koinonia), que encarna y manifiesta la esencia misma del misterio de la Iglesia” (NMI 42). “Hacer de la Iglesia la CASA Y LA ESCUELA DE LA COMUNIÓN: este es el gran desafío que tenemos ante nosotros en el milenio que comienza, si queremos ser fieles al designio de Dios y responder las profundas esperanzas del mundo” (NMI 43). El documento de Aparecida (2007) ha dedicado el capitulo quinto a “la comunión de los discípulos misioneros en la Iglesia”. Leamos el n. 156: “La vocación al discipulado misionero es con-vocación a la comunión en su Iglesia. No hay discipulado sin comunión. Ante la tentación, muy presente en la cultura actual, de ser cristianos sin Iglesia y las nuevas búsquedas espirituales individualistas, afirmamos que la fe en Jesucristo nos llegó a través de la comunidad eclesial y ella “nos da una familia, la familia universal de Dios en la iglesia Católica. La fe nos libera del aislamiento del yo, porque nos lleva a la comunión”. Esto significa que una dimensión constitutiva del acontecimiento cristiano es la pertenencia a una comunidad concreta, en la que podamos vivir una experiencia permanente de discipulado y de comunión con los sucesores de los Apóstoles y con el Papa”. 4. Las relaciones de comunión se viven con los próximos La comunión connota directamente a la comunión de las personas, no a la simple pertenencia a una institución. Y connota unas determinadas relaciones que expresan e incrementan la comunión. Tanto los evangelios como las cartas de San Pablo están llenos de invitaciones a esas relaciones personales de comunión: o Si tu hermano te ofende, perdónalo. o Perdónense cuando alguno tenga queja… o Sean bondadosos unos con otros o Que desaparezca de entre ustedes la agresividad y el rencor o Que no salgan de su boca palabras groseras… o Sopórtense mutuamente (cfr Ef 4, 25-32 y Col 3, 5-17) 7 Todo el Nº 43 de NMI desarrolla hermosamente lo que llama la “espiritualidad de la comunión”, como una manera de relacionarnos unos con otros, desde la mirada cordial a la Trinidad amorosa que habita en nosotros. Ahora bien, esas relaciones de comunión se viven con los cercanos, con los que convivimos, con los que forman parte de la comunidad, con los hermanos concretos de carne y hueso, aquí y ahora. 5. Las comunidades eclesiales, casa y escuela de comunión Ahora bien ¿no son esto las comunidades eclesiales?: o Pequeños grupos (10-20 personas), o Relativamente homogéneas, o donde se dan unas relaciones personales cercanas, concretas: de conocimiento, de afecto-amor, de ayuda. o Relaciones, en definitiva, de comunión cristiana. o Fundadas, motivadas, inspiradas en el amor del Padre manifestado en Jesús. Frente a una vivencia del cristianismo: o Anónima, o Impersonal, o Individualista, o Institucional, Las comunidades eclesiales realizan un cristianismo: o Personalizado, o De rostro concreto, o Compartido, o Comunitario. En la CEB experimentamos y vivimos esa espiritualidad de la comunión: o Acoger ayudar CASA o Perdonar valorar Y o Soportar darse ESCUELA 8 Esto es lo que nos enseñan los documentos de las Conferencias Generales del Episcopado Latinoamericano. Aparecida explica con estas palabras su dimensión comunitaria. “Las comunidades eclesiales de base recogen la experiencia de las primeras comunidades, como están descritas en los hechos de los apóstoles (Cfr. Hch. 2,42-47). Medellín reconoció en ellas una célula inicial de estructuración eclesial y foco de fe y evangelización” (DA 178). 6. Círculos concéntricos de comunión Comunidades eclesiales: “casa de comunión”, casa de los hijos de Dios, de la familia de Dios, de la comunión divina: por Dios, al modo de Dios en lo humano de Jesús. Comunidades eclesiales: la casa, en cuanto vive la comunión, “educa” en la comunión, se hace “escuela” de comunión: o Para los que están, o Para los que se incorporan, o Para los otros hermanos en la fe, o Para los que ven y buscan: “miren cómo se aman”, o Para que cada uno haga fuera de la comunidad unas relaciones semejantes con los “otros” en el trabajo, en la vida social, política, etc. Sociedad CEBs casa Y Escuela Parroquia Vecinos Sociedad 9 II. IMPULSANDO LA SOLIDARIDAD 1. El Reino de Dios es el Reino de la Solidaridad En el A.T. Dios se presenta como solidario con los pobres y oprimidos: o Como el que ve, oye, se conmueve por la opresión del pueblo, o Como el que quiere que reine el derecho, la paz y la justicia, o Como el defensor del pobre. La solidaridad de Dios alcanza su máxima densidad en la “encarnación”: en Jesús, Dios asume la condición pecadora y oprimida de la humanidad. Y Jesús será el signo de la “compasión” entrañable del Padre, con sus palabras y obras: o En Jesús, Dios Reina, Dios defiende a los pobres y pecadores. o En Jesús, Dios pasa haciendo el bien a todos, curando toda enfermedad y dolencia. o En Jesús, Dios se mezcla con los enfermos, desempleados, leprosos, trabajadores, pescadores, publicanos. o En las calles, en las casas, en el campo. El Reino anunciado y realizado por Jesús es el Reino de la solidaridad. 2. La Iglesia solidaria por y como Jesús La Iglesia solidaria dentro de ella misma: o Es la comunidad de pobres según el Espíritu que tienen a Dios por su bien y su riqueza. o Es la comunidad que vive dentro de ella misma la solidaridad con los más pobres y pequeños. o Es la que vive la solidaridad del compartir los bienes materiales ya que se comparten los espirituales. La Iglesia es invitada por Jesús a hacer lo mismo que Él, no pasar de largo sino ser “buena samaritana”: o Ver, o Acercarse, o Compadecerse, o Curar las heridas. 10 La Iglesia comprende e imita a Jesús solidario cuando lo descubre en el rostro de aquellos con los que él mismo ha querido identificarse: “tuve hambre y me dieron de comer…” (Mt 25, 35-36). Y cuando se abaja a lavar los pies, a servir como el mismo Jesús (Jn. 13,1-15) 3. Especial sensibilidad de la Iglesia Latinoamericana a la solidaridad Ya el Concilio Vaticano II proclamó en el encabezamiento de la “Constitución pastoral sobre la Iglesia en el mundo actual” que: “los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo” (nº 1). Las Conferencias Generales del Episcopado Latinoamericano de Medellín, Puebla, Santo Domingo y Aparecida asumieron, profundizaron esta actitud, le dieron cuerpo en análisis y propuestas de acción. Las Conclusiones de Medellín (1968) llevan por título: “La Iglesia en la Actual Transformación de A.L. a la luz del Concilio”. Y reflejan cómo la Iglesia tomó conciencia de la gravísima situación de injusticia social a la que, con voz profética, criticó como una situación de violencia institucionalizada. Puebla (1979) en la cuarta parte, Cap I: “Opción preferencial por los pobres”, escribe: “Volvemos a tomar con renovada esperanza la posición de Medellín que hizo una clara y profética opción preferencial y solidaria por los pobres…” (nº 1134) Santo Domingo (1992): “Nueva Evangelización, promoción humana, cultura cristiana”. No hay evangelización sin promoción humana y sin una cultura evangelizada. La exhortación “Iglesia en América” lleva por título: “el encuentro con Jesucristo”, “camino de… solidaridad”, al que dedica el capitulo V, con 14 números. Aparecida reflexiona en el capitulo octavo sobre el “Reino de Dios y promoción de la dignidad humana” y decide “ratificar y potenciar la opción del amor preferencial por los pobres hecha en las Conferencias anteriores” (396). 11 4. Las comunidades eclesiales, apuesta por la solidaridad Las Comunidades eclesiales se han caracterizado desde sus comienzos por: o Haber nacido en ambientes pobres y populares, o Haber mantenido esta adherencia a la realidad concreta, o Estar presentes en su realidad social y contribuir a su transformación, o Por su adhesión a la opción preferencial por los pobres. Es decir, las Comunidades eclesiales, desde sus comienzos y desde sus características son una apuesta por la solidaridad. Y es que las comunidades requieren: o Superar la dicotomía fe-vida, culto-transformación, moral privadapublica, Iglesia-sociedad. o Vivir la fe en la vida concreta que es un entramado de relaciones: vecinales, sociales, laborales, políticas, etc. que debe tejerse al hilo del Evangelio. La realidad cotidiana es: o Vista desde la fe, o Transformada desde el amor, o Superada en sus resistencias desde la esperanza. 5. Círculos concéntricos de solidaridad En las comunidades eclesiales, la solidaridad empieza en la relación directa e inmediata con este pobre, este enfermo, este desempleado, este explotado; como Jesús que tocó a este leproso, dio vista a Bartimeo, curó a la hemorroísa. Es la primera, permanente, insustituible forma de solidaridad. Sin ella todo lo demás son: palabras, discursos, libros, organizaciones… ¿Y este pobre? Pero en seguida surgen las preguntas vitales: ¿y por qué no tenemos trabajo? ¿y por qué no hay medicinas? ¿y por qué…?. Algunos dicen: “¿y para qué preguntarse? Dejémoslo, que Dios vea” No, el amor es “inteligente”, reflexiona para conocer las causas del mal y curarlo de raíz, si se puede. 12 Solidaridad: sólido, compacto, no roto, deshilachado, quebrado. La solidaridad busca crear más solidaridad, unión, esfuerzo conjunto. Redes de solidaridad. Solidaridad que busca promover y liberar a la persona, al grupo, a… los más posibles. III. IMPULSADO LA PARTICIPACIÓN La comunión no es solo interior, afectiva sino “activa”: es decir, “participación”. La solidaridad no es solo “compasión” sino con-moción y acción. 1. Jesús llama y envía a participar de su misión Llamadas junto al lago: Mt. 4, 17: Jesús empezó a predicar el Reino Mt. 4, 18: Primeros discípulos: o Seguimiento, o Pescadores de hombres. Elección de los 12 y envío a predicar el Reino Mt. 5-6-7: El Reino en Palabras. Mt. 8-9-10: El Reino en Acción. Capitulo 10: elección, envío, instrucciones. Mt. 11, 1: Cuando acabó estas instrucciones se fue a proclamar el mensaje. Envío postpascual: Mt. 28, 19 pónganse en camino, Hagan discípulos, Bauticen, Enseñen. “Yo estoy con ustedes.” 13 Jesús anuncia la Buena nueva del Reino, realiza los signos del Reino, llama a creer en su Palabra, a seguirle a El, envía a predicar el Reino. Él es quien nos hace partícipes de su misión. De la misión de Jesús y de los 12, nace la Iglesia, comunidad de los que han creído, que se convierte a su vez en evangelizadora por ser comunidad enviada. 2. La Iglesia: comunidad de carismas y ministerios Misión: construir el Reino, es decir construir la comunión-solidaridad. El Espíritu Santo es el constructor por los carismas y ministerios. 1 Cort. 12, 4-6: diversidad-unidad: o Diversidad de carismas pero un mismo espíritu, o Diversidad de ministerios pero un mismo Señor, o Diversidad de actividades pero un mismo Dios, o A cada cual para bien de todos, para un mismo fin (v.5) o A manera de un cuerpo (v.v 12-30) Vaticano II: Cap. II de la Constitución sobre la Iglesia, titulado “el pueblo de Dios” o Nº 7: Los fieles en Cristo, un solo cuerpo: En la constitución de este cuerpo hay variedad de miembros y de ministerios. Un solo Espíritu que distribuye sus dones para bien de la Iglesia, según su riqueza y la diversidad de ministerios. o Nº 12: Espíritu Santo reparte sus gracias: El E.S. no sólo santifica y dirige al pueblo de Dios, por los sacramentos y por los ministerios, y los enriquece con las virtudes, Sino que reparte entre los fieles gracias de todo género para realizar variedad de obras y oficios para la renovación y edificación de la Iglesia. 14 Lo que llamamos “participación” no es otra cosa que la eclesiología de los carismas y ministerios. Es decir, la comunidad del Reino de la comunión y de la solidaridad es una comunidad donde el mismo Espíritu suscita la participación de todos, con gracias, ministerios y acciones diversas, para crecimiento de la comunidad: o En su calidad de vida cristiana y fraterna, o En su cantidad de miembros por la incorporación de los que van creyendo. o En su transformación del mundo, desde el mundo, en Reino de Dios por la caridad. 3. Las comunidades eclesiales, realización de una comunidad de carismas y ministerios diversos. Un catolicismo pasivo: o Hasta hace 50 años la participación de los fieles en la vida y misión de la Iglesia era muy escasa. o Aún somos testigos de un amplísimo número de personas que confesándose católicas viven al margen de la Iglesia y no se sienten responsables ni participantes. o Si bien, el cambio en tan poco tiempo ha sido grande. Pero no se cambian varios siglos en pocos años. Las Comunidades eclesiales son lugar del descubrimiento de la participación de todos: o En el grupo pequeño se pierde el anonimato y se es alguien, Se pierde el miedo y se expresa uno, se va dejando la pasividad y se siente responsable. o En las Comunidades eclesiales: A quienes no se daba la palabra, ahora la tienen. Quienes no contaban ahora cuentan. Los dejados de lado, o los últimos, ahora ocupan su puesto. En las comunidades eclesiales cada uno ha de ir descubriendo su misión como discípulo misionero, en la Iglesia y en el mundo: catequista, animador, coordinador de pastoral juvenil, agentes de pastoral social, etc. 15 Así se constituye lo que hemos llamado “las redes”. La comunidad es una red entrelazada por la relación que nace de la comunión fraterna y de la cooperación pastoral. Gráfico. Comunión fraterna 4. Formas y ámbitos de participación a. Formas de participación Podemos distinguir tres formas básicas de participación: 1. La participación individual, realizada libremente por cada uno, bajo su responsabilidad. 2. La participación organizada con otras personas, en equipo, con una coordinación y con un plan. 3. La participación organizada con un cierto carácter institucional, representativo de la comunidad eclesial. 16 b. Ámbitos de participación Los ámbitos son tantos como las diversas realidades y diversas pastorales. Enumero algunos: 1. 2. 3. 4. 5. 6. El ámbito de servicio a la Palabra y de la Palabra. El ámbito de la evangelización. El ámbito de la predicación. El Ámbito de la catequesis, de la educación y formación de la fe. El ámbito de consejería y acompañamiento. Al Ámbito de la caridad con los pobres y excluidos: presencia, servicios, promoción. 7. El ámbito de la propia profesión: educación, empresa, sanidad, política… En la medida en que una comunidad eclesial va madurando, sus miembros descubren la manera propia de participar y de servir y se van comprometiendo cada vez más, como expresión de que la vida cristiana es comunión y servicio. San Pedro Sula, 28 de febrero 2010 Comunidades Eclesiales. Zona 1 + Ángel Garachana Pérez, CMF