Documento - Parque de las Ciencias

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Lo primero en lo que se piensa al oír hablar del planeta Saturno son sus anillos. Sin embargo, Saturno también es famoso por su gran número de lunas. No fue hasta 1656 cuando el holandés Christiaan Huygens observó la primera y desde entonces una sucesión de científicos como Cassini o Herschel han fueron descubriendo todas las demás. Son de composición y tamaños variables y son conocidas como ‘’satélites pastores’’ porque permiten mantener unidos los famosos anillos de Saturno. El tres de diciembre, la sonda Cassini-­‐ Huygens estará en un posición perfecta para captar tres de estas lunas: Tetis, Mimas y Encelado. La primera es la quinta luna más gruesa de Saturno. Existen dos tipos de superficies en Tetis: una primera con regiones de alta craterización y una segunda que consiste en un anillo difuso con pocos cráteres, lo que indica que estuvo geológicamente activo. Además, posee una densidad parecida al agua. En cuanto a Mimas, se sabe que es un cuerpo de baja densidad, posiblemente constituido en su mayoría por hielo con una pequeña concentración de materiales más densos. En su superficie presenta un enorme cráter de impacto, que fue tan violento que produjo fracturas visibles en el lado opuesto del satélite. Con respecto a Encelado, su superficie está recubierta de hielo y refleja casi el 100% de la luz solar que llega. También se han llegado a observar géiseres de agua brotando de la luna. Ahora que conocemos a Tetis, Mimas y Encelado, vamos a ver por qué sería provechoso estudiarlas. En primer lugar, en la superficie de la zona norte de Tetis se han podido ver una especie de arcos rojos de líneas estrechas y curvadas. Su origen y color es un misterio para los científicos. Entre las varias posibilidades, se incluyen que sean impurezas químicas, resultado de la desgasificación del interior de Tetis o de fracturas geológicas. Sería interesante estudiar estos fenómenos para conocer su funcionalidad y si en un hipotético caso resultase peligroso poder prevenir sus efectos nocivos. En segundo lugar, el cráter de impacto de Mimas se corresponde con el impacto de un cometa que casi destruye por completo la luna. Es por ello que podemos relacionarlo con el cometa que provocó la extinción masiva del final del Cretáceo. Entonces, ¿es posible que hubiese vida antes del gran impacto en Mimas? Se debería de estudiar esta posibilidad para saber si en tal caso se trataría del mismo tipo de vida que el de la tierra o, en su defecto, de otro tipo. Por último, en Encelado destaca el océano que existe debajo de su superficie y sus géiseres. Un géiser expulsa abruptamente una columna de agua caliente y vapor. Se ha mostrado que los géiseres de Encelado solo expulsan vapor, pero sería ventajoso estudiar su composición química y conocer su actividad hidrotermal que pudieran permitir formas de vida simple en esta luna En nuestra opinión, las lunas de Saturno tienen gran potencial de estudio, pudiendo aportar grandes avances en la ciencia y beneficios al hombre. 
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