La madre; Maxim Gorki

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RESUMEN DEL ARGUMENTO
La novela, La madre nos cuenta, como una madre con su actitud revolucionaria, sus ganas de vivir y de
conseguir la plena libertad, lucha influenciada por su hijo Pavel para conseguir el respeto por parte del
gobierno hacia la sociedad.
Pelagia era su nombre, vivía con su marido y su hijo, en una pequeña casa de alquiler, recibía por parte de su
marido tremendas palizas cuando él llegaba borracho, su vida era difícil como la de todas las familias, su
marido entro en una terrible enfermedad y murió a los pocos días.
Pavel que no era muy agradecido con su madre tras la muerte de su padre se pone a trabajar en una fábrica,
donde empieza a darse cuenta de la injusticia por parte del estado, con las subidas de impuestos y el salario
mínimo que recibían, entonces empezó a ir a la ciudad a leer libros y a investigar acerca de sus derechos.
Pelagia se contagio y emprendieron una acción en protesta por las condiciones de vida que llevaba la sociedad
rusa, primero tirando folletos reivindicando sus derechos y después llegarían hasta tirarlos por toda la ciudad.
Pavel fue detenido y metido en la cárcel por estas acciones pero sus amigos y su madre le seguían apoyándole
realizando su trabajo, mostrar la verdad a todos los ciudadanos y protestar.
Debido a que los folletos seguían siendo repartidos y Pavel estaba en la cárcel decidieron soltarle, el cual no
se acobardaría y seguiría poniendo de manifiesto sus pensamientos, con la ayuda de su madre.
Siguieron las revoluciones y las protestas, y tras la muerte de un amigo suyo a cargo de la policía rusa, se
llevo acabo una gran manifestación de la cual el portavoz era Pavel que contó a todos los ciudadanos la
verdad del pueblo sus derechos, esto le hizo volver a la cárcel en la cual sería juzgado y deportado a Siberia
dónde realizaría trabajos forzados.
Pelagia quedo destrozada, pero continuaría la tarea de Pavel y en un viaje en tren donde llevaba la maleta
llena de folletos, libros y periódicos que incluso llegaron a repartir fue perseguida por unos policías y cuando
ella se sintió atrapada esparció todos los folletos, a la gente del tren y les dijo que la verdad esta en estos
libros, y que las palabras no se ahogaran en sangre, después fue abofeteada por los guardias y llevada a la
cárcel, donde después la deportarían a Siberia con Pavel.
Esta es la historia de la luchadora inconfundible por la libertad y sus derechos que al igual que su hijo lo
dieron todo por mostrar la verdadera verdad a la sociedad rusa y que consiguieron tapar sus bocas pero nadie
conseguirá tapar los libros que seguirán ahí y serán repartidos por otras personas hasta que a la sociedad rusa
se les de lo que piden.
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BIOGRAFÍA DEL AUTOR
Gorki, Maksim, seudónimo de Alexéi Maxímovich Péchkov (1868−1936), novelista, autor teatral y ensayista
soviético, creador del realismo socialista. Aunque es más conocido como escritor, fue un destacado
revolucionario comunista.
Nació el 6 de marzo de 1868, en Nizni Nóvgorod (rebautizada como Gorki en su honor y que mantuvo ese
nombre entre 1932 y 1991), en el seno de una familia campesina. Fue un autodidacta, comenzó a trabajar a los
nueve años, obligado por las circunstancias y de ese modo, de un trabajo a otro, recorrió casi toda la parte
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europea de Rusia. Durante ese vagar, intentó suicidarse en una ocasión, disparándose un tiro. Su nombre
literario, Gorki, significa en ruso 'amargo'.
Su primer relato corto fue publicado en un periódico de Tiflis en 1892, año en el que empezó a escribir
regularmente para distintas publicaciones. Su libro Apuntes y veladas (1898), que reunía estas narraciones
breves, tuvo un éxito fulminante y le hizo famoso en toda Rusia. Por entonces ya había abandonado el
romanticismo de sus inicios y había comenzado a escribir de un modo realista aunque optimista sobre la
dureza de la vida de las clases bajas en Rusia. Fue el primer autor ruso que escribió de una manera
comprensiva y favorable sobre los trabajadores y otras gentes hasta entonces marginadas en la literatura, como
los vagabundos y los ladronzuelos, de los que resaltaba fundamentalmente su valiente lucha contra las
circunstancias, como Fomá Godéiev (1899), un cuento sobre la explotación de los trabajadores de una fábrica
de pan.
En 1899 Gorki se unió a los activistas revolucionarios marxistas y en 1906 viajó al extranjero con el fin de
conseguir dinero para el Partido Socialdemócrata Ruso de los Trabajadores. En 1907, debido a su estado de
salud, se retiró a la isla italiana de Capri. En 1915 regresó a Rusia.
Gorki apoyó la Revolución Rusa de 1917 y fue un miembro activo de las organizaciones literarias soviéticas.
Obligado por la enfermedad, dejó su país en 1922, y vivió seis años en Sorrento (Italia). A su vuelta a la
Unión Soviética, fue recibido con honores oficiales. Se supone que su muerte repentina, ocurrida el 18 de
junio de 1936, fue ordenada por Stalin.
Entre sus novelas destaca La madre (1907), una influyente obra propagandística acerca del espíritu
revolucionario de una anciana campesina.
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CONDICIONES Y CAUSAS POR LAS CUALES EL AUTOR ESCRIBE LA NOVELA
El autor se siente un poco identificado con la novela que ha escrito, debido a que La Madre se desarrolla sobre
un fondo de acontecimientos históricos reales, como la manifestación obrera del Primero de Mayo celebrada
en Sórmovo en 1902 y las actividades del partido revolucionario en dicha ciudad.
Gorki en esta obra no muestra la sociedad rusa tal y como era e incluso esta obra impacto sobre el gobierno de
los zares y sus servidores, prevenidos contra la significación revolucionaria de la obra, y la policía zarista
confiscó los ejemplares que no habían llegado aún a manos del publico. La 2ª parte fue censurada por que
incitaba al público a realizar estos actos revolucionarios.
Gorki refleja en su obra muy bien el cambio radical que sufre la madre desde que vivía en la casita del arrabal
hasta que se proclama llena de majestad y grandeza al final de la obra. Es un obra que muestra muy bien las
situaciones por las que pasan sus protagonistas sus reacciones y formas de ser de cada uno, refleja muy bien la
realidad.
Como bien dice en la biografía de Gorki el era un revolucionario comunista luchaba por la abolición de la
propiedad privada y establecer la comunidad de bienes. Se puede decir que Gorki luchaba por lo que luchaba
Pelagia en la obra, el quería crear una obra que demostrara la disputa entre el gobierno y la sociedad obrera
para conseguir una igualdad total.
Los años en los que se desarrolla la novela, equivalen a lo que sucedía en la Rusia alrededor de 1860−1870.
Gorki tuvo que trabajar desde pequeño, y contemplo el engaño que sufrían los obreros por parte del gobierno,
trabajaban en malas condiciones y un gran porcentaje de su salario que era mínimo tenía que ser donado al
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estado a través de impuestos, por eso empezó en el a despertarse ese instinto de protestante, revolucionario y
guerrero para reivindicar lo que es suyo y una igualdad de bienes.
En su propio sobrenombre refleja la situación del obrero ruso, que el se puso para escribir, protestando y
exponiendo su desacuerdo con la forma de vida.
Los libros es el medio principal de comunicación en esta época, por eso el estado la iglesia y otras
instituciones censuraban todo aquello que pudiera ser perjudicioso para ellos, por eso en la novela solo pueden
pedir la libertad del pueblo obrero mediante folletos que expresan de forma libre los pensamientos de estas
personas, folletos que al igual de muchos libros estaban prohibidos y que por tenerlos podías ir a la cárcel.
Apareció un nuevo movimiento radical, llamado populismo cuyas características y fines se parecen mucho a
los buscados por Pelagia, Pavel y sus amigos en la novela.
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POPULISMO
A mediados del siglo XIX, tras la muerte de Nicolás Y en 1825 y la humillación sufrida por Rusia en la
Guerra de Crimea, la intelligentsia en su conjunto parecería estar de acuerdo en una cosa: en su fe en las
virtudes del campesino ruso, el mujik, y en la convicción de que el propio pueblo ruso, representado por esa
clase campesina, había de ser el protagonista principal de la lucha. Según este planteamiento, que enlaza con
las tesis de los eslavófilos, el capitalismo es sólo un accidente en el desarrollo de la historia rusa, que puede
evitarse volviendo a las tradiciones de la comuna campesina.
Es entonces cuando apareció el populismo, expresión que se remonta a 1861, año en que Alejandro Herzen,
escritor y revolucionario exiliado en Londres, lanzó a los estudiantes rusos la consigna de acercamiento al
pueblo: id al pueblo.
El populismo no era una organización particular ni un conjunto coherente de ideas, sino un movimiento
radical y socializante compuesto de grupos diversos que alcanzó importancia durante la década 1860−1870,
llegó a su punto más alto en 1881, con el atentado de Narodnaya Volia−la Voluntad del pueblo−, que costó la
vida a Alejandro II, y comenzó a decaer después dando paso, a finales de la década, a la aparición de las
primeras organizaciones de ideología propiamente socialista. Aunque algunos populista, como Tkachev, uno
de los primeros que dio a conocer en Rusia el materialismo histórico de Marx, y precursor del partido de tipo
leninista, puedan considerarse ya verdaderos revolucionarios socialista.
Lo cierto es que, durante años, los grupos populistas fueron los grandes protagonistas de la lucha contra el
zarismo. Su táctica osciló entre dos polos: el convencimiento del pueblo mediante un lento trabajo de
educación (vía recomendada sobre todo por Lavrov) y el empleo del terror como medio fundamental de lucha
para quebrar el Estado zarista y provocar al tiempo la movilización del campesinado. Según épocas, grupos y
circunstancias primó una u otra vía, sin que se excluyeran mutuamente. Pese a sus diferencias respecto a los
medios, compartían fines últimos semejantes y eran, por tanto, solidarios políticamente: pueden considerarse
un solo movimiento.
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IDEOLOGÍA DEL AUTOR Y SU NOVELA
Bien lo dice en su biografía Gorki más que un escritor, fue un revolucionario comunista.
Gorki formo parte de la historia comunista y llego a conseguir la implantación de un régimen comunista.
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COMUNISMO (Historia):
INTRODUCCIÓN
Comunismo, ideología política cuya principal aspiración es la consecución de una sociedad en la que los
principales recursos y medios de producción pertenezcan a la comunidad y no a los individuos. En teoría,
estas sociedades permiten el reparto equitativo de todo el trabajo en función de la habilidad, y de todos los
beneficios en función de las necesidades. El comunismo debe luchar, por medio de la revolución, para lograr
la abolición de la propiedad privada; la responsabilidad de satisfacer las necesidades públicas recae, pues, en
el Estado.
El concepto comunista de la sociedad ideal tiene lejanos antecedentes, incluyendo La República de Platón y
las primeras comunidades cristianas. La idea de una sociedad comunista surgió, a principios del siglo XIX,
como respuesta al nacimiento y desarrollo del capitalismo moderno. En aquel entonces, el comunismo fue la
base de una serie de afirmaciones utópicas; sin embargo, casi todos estos primeros experimentos comunistas
fracasaron; realizados a pequeña escala, implicaban la cooperación voluntaria y todos los miembros de las
comunidades creadas participaban en el proceso de gobierno.
Posteriormente, el término 'comunismo' pasó a describir al socialismo científico, la filosofía establecida por
Karl Marx y Friedrich Engels a partir de su Manifiesto Comunista. Desde 1917, el término se aplicó a
aquellos que consideraban que la Revolución Rusa era el modelo político ideal, refundido el tradicional
marxismo ortodoxo con el leninismo, creador de una verdadera praxis revolucionaria, como también lo
pensaba Gorki y apoyaba completamente esta idea. Desde el inicio de aquélla, el centro de gravedad del
comunismo mundial se trasladó fuera de la Europa central y occidental; desde finales de la década de 1940
hasta la de 1980, los movimientos comunistas han estado frecuentemente vinculados con los intentos de los
países del Tercer Mundo de obtener su independencia nacional y otros cambios sociales, en el ámbito del
proceso descolonizador.
LAS OBRAS DE MARX Y ENGELS
En sus obras, Marx y Engels intentaron analizar la sociedad capitalista. Pusieron de manifiesto las
contradicciones existentes en el seno de la sociedad contemporánea: los derechos fundamentales no habían
abolido la
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injusticia; los gobiernos constitucionales no evitaban ni la mala gestión ni la
corrupción; la ciencia posibilitaba el dominio de la naturaleza pero no el de las fluctuaciones de los ciclos
económicos; y la eficiencia de los modernos modos de producción no evitaba la existencia de barrios
marginales en medio de la abundancia.
Describían la historia de la humanidad como el intento, de hombres y mujeres, por desarrollar y aplicar su
potencial creativo con el fin de controlar las fuerzas de la naturaleza para poder mejorar la condición humana.
Al realizar este esfuerzo para desarrollar y controlar las fuerzas productivas, la humanidad ha logrado grandes
éxitos; la historia consiste en la historia del progreso. No obstante, al buscar el desarrollo de la productividad
se han creado varias instituciones que han provocado una explotación, dominación y muchos otros males; el
precio que la humanidad tiene que pagar por el progreso es el tener una sociedad injusta.
Según Marx, todos los sistemas sociales del pasado habían sido un medio para que unos pocos, ricos y
poderosos, pudieran vivir a costa del trabajo y la miseria de una mayoría pobre, esto es lo que reivindicaba
Gorki y en la novela luchaban por ello Pelagia y Pavel . Por eso, todo sistema está amenazado por un posible
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conflicto surgido de cada contradicción histórica. Además, cada modo de producción que se sucede en el
tiempo tiene fallos que, antes o después, terminarán por destruirlo, bien por su propia desintegración, bien por
una revolución alentada por la clase oprimida. Engels y Marx pensaban que el sistema capitalista también
tenía fallos y, por lo tanto, estaba condenado a su autodestrucción. Intentaron demostrar que cuanto más
productivo fuera el sistema, más difícil sería que funcionara: cuantos más bienes fuera acumulando menos
utilidad marginal se obtendría de esos bienes; cuanto más preparada estuviera la población, menos podrían
utilizar sus capacidades. En definitiva, el capitalismo acabaría ahogándose en su propia riqueza.
Se creía que el colapso de la economía capitalista culminaría en una revolución política en la que el
proletariado se rebelaría contra la clase opresora y acabaría con la propiedad privada de los medios de
producción. Dirigida por y para el pueblo (tras un breve periodo de dictadura proletaria), la economía
produciría, no en virtud del lucro y la rentabilidad, sino de las necesidades de la sociedad, con lo cual, una vez
satisfechas éstas, las desigualdades desaparecerían. Este proceso ocurriría, según las previsiones de Marx y
Engels, en los estados más industrializadas de Europa occidental, donde el capitalismo había creado las
condiciones necesarias para que estos cambios tuvieran lugar.
El capitalismo, aunque ha estado en peligro en ocasiones, no se ha colapsado; en los países autodenominados
comunistas siguen produciéndose desigualdades. Por otra parte, los seguidores de Marx han alcanzado el
poder en países que no reunían las condiciones que Marx y Engels consideraban esenciales. El primer país que
instauró un sistema comunista fue Rusia, un Estado de gran extensión, pobre y relativamente atrasado, que
iniciaba a principios del siglo XX su proceso de industrialización pero en el que no existía
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una auténtica clase burguesa autóctona que protagonizara la transición de una sociedad del Antiguo Régimen
a otra capitalista. El pueblo ruso, mayoritariamente analfabeto, no tenía ninguna experiencia en cuanto a
participación política. En 1917, la Revolución Rusa puso fin al gobierno zarista y, tras un periodo de
inestabilidad política, convirtió a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) en el primer Estado
regido por un partido comunista, concretamente el bolchevique dirigido por Lenin.
DESARROLLO SOVIÉTICO POLÍTICO Y ECONÓMICO
Desde la conquista del poder por los bolcheviques, el gobierno comunista de la Unión Soviética se enfrentó a
toda una serie de problemas. Durante los primeros años, los enemigos del sistema dentro del país cuestionaban
incluso la existencia del gobierno. Cuando el partido comunista salió victorioso, tuvo que enfrentarse con la
necesidad de reconstruir y modernizar la arruinada economía del país. Después, todos los esfuerzos estuvieron
encaminados a transformar un país atrasado en una nación industrial y en una primera potencia militar.
El objetivo era ambicioso, los obstáculos enormes, y no había tiempo que perder, sobre todo después de la
desastrosa interrupción que significó la II Guerra Mundial. Por ello, los líderes soviéticos eran implacables a
la hora de organizar todos los recursos disponibles, materiales y humanos, para lograr la modernización. La
dura disciplina y la austeridad económica que se requería sólo podían imponerse mediante una inflexible
dictadura que pudiera controlar todas las actividades de los ciudadanos y suprimir cualquier viso de
autonomía. El sistema de control total resultante fue denominado estalinismo, en virtud del personaje que lo
protagonizó, Iósiv Stalin, el líder que controló y diseñó el gobierno de la URSS durante más de un cuarto de
siglo tras la muerte de Lenin.
Por supuesto, el estalinismo se alejó tanto del dogma marxista como de la ideología leninista, estimulando el
surgimiento de nuevas vías de comunismo de oposición, tales como el trotskismo. Tres décadas después de la
muerte de Stalin, la URSS seguía regida por la imposición y no por el consenso; era una sociedad
administrada de forma autoritaria por una burocracia administrativa que no era ni menos conservadora, ni
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estaba más cerca del pueblo de lo que lo están todas las grandes burocracias del mundo. La vida cultural e
intelectual del país seguía, fundamentalmente, bajo el control del partido dirigente. Mientras tanto, la
ideología del partido afirmaba que se había alcanzado el socialismo y que la implantación final del verdadero
comunismo estaba cercana. El contexto histórico en que tal proceso se desarrolló provocó la disidencia de
países en los que, si bien se había adoptado el marxismo, no se aceptaba la hegemonía soviética sobre el
conjunto del comunismo mundial; tal fue el caso de China, donde su líder Mao Zedong alumbró una nueva
tendencia comunista ajustada a las peculiaridades del Tercer Mundo que recibió el nombre de maoísmo.
A principios de la década de 1980, la URSS era la segunda potencia
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industrial mundial. Su arsenal bélico y equipamiento industrial estaban respaldados por importantes avances
científicos y por un alto nivel general de educación técnica. El nivel de vida, aunque seguía siendo bajo
comparado con el de los países occidentales, había aumentado considerablemente desde la II Guerra Mundial.
Sin embargo, hacia finales de la década se fue haciendo patente que el comunismo soviético estaba en crisis.
El crecimiento de los nacionalismos entre las repúblicas soviéticas, unido al resentimiento provocado por
décadas de escasez y arbitrariedades, desafiaron tanto los fundamentos ideológicos del comunismo como la
legitimidad del Estado. A finales de 1991, la lucha política llevó al colapso al Partido Comunista y a la propia
disolución de la URSS.
Gorki antes de morir pudo vivir un par de décadas comunistas y ver todo el esfuerzo que como revolucionario
realizó.
LA URSS Y EL COMUNISMO MUNDIAL
La relación entre el primer Estado comunista y el resto del mundo fue, lógicamente, problemática. Para
Occidente, un gobierno comunista siempre constituiría una amenaza y desde su implantación, se intentó
destruirlo por la fuerza; estos intentos no hicieron más que reforzar los esfuerzos del gobierno comunista por
salvaguardar su integridad extendiendo la revolución al resto del mundo. A pesar de su posición aislada y
amenazada, el régimen comunista también necesitaba establecer relaciones comerciales y alianzas con otros
países.
Entre 1945 y 1975 el número de países comunistas aumentó espectacularmente, en parte porque los países
vencedores de la II Guerra Mundial se repartieron el mundo y, en parte, porque los movimientos
revolucionarios comunistas fueron ganando fuerza en muchos países del Tercer Mundo.
Los rápidos cambios políticos ocurridos en Europa del Este, la URSS y otros lugares del mundo entre 1989 y
1991 redujeron de forma dramática el número de regímenes comunistas existentes. Los gobiernos comunistas
que aún perduran siguen leales a las doctrinas de Marx y Lenin, pero difieren no sólo en tamaño y desarrollo
industrial, sino también en la interpretación de sus principios, objetivos y forma de gobierno. El comunismo
mundial también abarca numerosos movimientos que luchan por el poder y son todavía más heterogéneos que
los regímenes comunistas existentes.
PARTIDOS COMUNISTAS
INTRODUCCIÓN
Partidos comunistas, organizaciones políticas adheridas al comunismo, en teoría máximos representantes de la
clase trabajadora y en general creados a raíz del éxito bolchevique en la Revolución Rusa de 1917 que
provocó la división de varios partidos socialistas. La mayoría de los partidos
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comunistas han sido totalitarios y monolíticos tanto en espíritu como en la práctica.
La existencia de los partidos comunistas ha tenido mucha trascendencia en la política mundial. En la década
de 1980 más de una cuarta parte de la población mundial vivía en un país gobernado por un partido
comunista. Dos de las naciones más pobladas del planeta, China y la Unión de Repúblicas Socialistas
Soviéticas (URSS), tenían gobiernos comunistas, y también controlaban el poder en Afganistán, Albania,
Bulgaria, Camboya, Cuba, Checoslovaquia, Alemania Oriental, Etiopía, Hungría, Laos, Mongolia, Corea del
Norte, Polonia, Rumania, Vietnam y Yugoslavia. Durante los últimos años de esa década y principios de la de
1990, sin embargo, los levantamientos políticos y económicos que tuvieron lugar en Europa del Este, la URSS
y en otros lugares produjeron el derrumbamiento de numerosos regímenes comunistas, minando de forma
muy considerable la influencia de estos partidos en el panorama político internacional.
LA URSS
Durante toda la década de 1980 el Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) fue el partido político
legal dominante en la URSS. Su organización matriz fue el Partido Obrero Socialdemócrata Ruso (POSDR),
fundado en 1898, que se dividiría en 1903 en dos facciones, bolcheviques ('la mayoría') y mencheviques ('la
minoría'), aunque en realidad los bolcheviques, dirigidos por Lenin (Vladímir Ilich Uliánov), no fuesen,
después de 1904, más que un grupo minoritario dentro de los miembros del Partido. En 1912 los bolcheviques
se escindieron del POSDR para formar un partido independiente que, en 1917, tomó el control del
movimiento revolucionario ruso y, tras el triunfo revolucionario fundó en 1922 la Unión de Repúblicas
Socialistas Soviéticas.
En 1918 los bolcheviques adoptaron el nombre de Partido Comunista Ruso (bolchevique), que en 1925 pasó a
llamarse Partido Comunista de los Bolcheviques de la Unión para adoptar por fin, en 1952, su definitivo
nombre de Partido Comunista de la Unión Soviética.
Organización y composición: Por tradición la estructura del PCUS fue pareja con la estructura administrativa
de la URSS. En la base del Partido existían unas 400.000 organizaciones primarias. Por encima, en orden
jerárquico, había un número mucho menor de comités rurales, urbanos, de distrito, regionales y nacionales. En
la cúspide de la pirámide se encontraban el Congreso de la Unión, el organismo directivo supremo del Partido,
el Comité Central, elegido por el Congreso, la Oficina Política (el Politburó), cuyos componentes eran
nombrados por el Comité Central, y la Secretaría. El secretario general del PCUS, el miembro de más rango
dentro del Partido, ejercía el poder político efectivo en la URSS. La composición del Politburó y la Secretaría
reflejaban por regla general la preponderancia de los grupos étnicos rusos en el Partido.
El liderazgo del Partido: La Constitución de 1977 reconocía al
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PCUS como "fuerza principal y guía de la sociedad soviética, y núcleo de su sistema político, así como de
todas las organizaciones estatales y públicas". Como tal, impregnaba todas las facetas de la vida cultural,
política y militar soviética. Entre las organizaciones de masas que ejecutaban de manera regular la política del
PCUS se hallaban la Liga de las Juventudes Comunistas (Konsomol), de la que se reclutaba casi el 75% de los
miembros del Partido, y el Consejo Central Unificado de Sindicatos, con más de 100 millones de afiliados.
Los órganos principales del PCUS eran el periódico Pravda (La Verdad), con una tirada de casi 10 millones de
ejemplares, y la revista Kommunist.
Hasta finales de la década de 1980 el PCUS lideró el movimiento comunista internacional en virtud del poder
y prestigio de la URSS, a pesar de los cambios efectuados bajo la glasnost y la perestroika. Su autoridad se
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hacía en particular evidente en las relaciones con los partidos comunistas de Europa del Este y con el resto de
partidos comunistas. En Cuba las directrices dadas por la URSS en los años 1980, dieron como resultado la
retirada de las tropas cubanas de Angola, pero no consiguieron que Fidel Castro efectuara reformas en
concordancia con la perestroika soviética, es más, Fidel Castro acentuó la presión contra la disidencia interna.
Resulta paradójico que, después de recibir más presiones del exterior, iniciara una reforma constitucional que
le otorgó más poder como jefe de gobierno y del Estado. Aunque algunos partidos de Europa occidental, y en
especial el Partido Comunista Chino, desafiaron la primacía del PCUS, éste siguió siendo durante mucho
tiempo la organización política comunista más poderosa del mundo.
El PCUS en crisis A principios de la década de 1990, la agitación social y económica que se extendió por
Europa del Este y la URSS obligó al PCUS a renunciar a su papel director tanto en el ámbito nacional como
internacional. De los 19,5 millones de miembros con los que contaba el Partido en 1988 pasó a tener 15
millones en 1991. La URSS legalizó a los partidos de la oposición en febrero de 1990, y una nueva propuesta
en julio de 1991 apartaba al Partido de la ortodoxia marxista−leninista. Al mes siguiente, la línea dura de los
comunistas intentó restablecer su autoridad derribando al líder soviético Mijaíl Gorbachov. El fallido golpe de
Estado supuso una desastrosa derrota para el PCUS. En cuestión de pocos días se disolvió su Comité Central,
se suspendieron sus actividades, se requisaron sus archivos y se nacionalizaron sus propiedades. Para finales
de 1991 la URSS ya se había disuelto y lo que quedaba de los comunistas se encontraba en el caos más
absoluto. A pesar de que el presidente Borís Yeltsin ilegalizó el PCUS, los comunistas siguieron activos en
Rusia tras la disolución de la Unión Soviética. Nuevos partidos políticos comunistas vieron la luz, como fue el
caso del Partido Comunista Unificado de los Bolcheviques (PCUB), la Unión de los Comunistas, el Partido
Comunista Obrero Ruso (PCOR) y el Partido Popular de la Rusia Libre. Estos partidos estaban integrados
sobre todo por ciudadanos rusos que se oponían a las reformas de mercado de Yeltsin, aunque el Partido
Popular había sido fundado y estaba encabezado por el vicepresidente Alexander Rutskoi. Estos partidos
crecieron rápidamente
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gracias a la incorporación a sus filas de antiguos miembros del PCUS tras decretar Yeltsin su ilegalización. En
abril de 1992 el PCOR decía contar con 150.000 afiliados, lo que lo habría convertido en el mayor partido
ruso en ese momento. Estos partidos organizaron numerosas concentraciones públicas para protestar contra la
política nacional e internacional del gobierno, acabando algunas de estas manifestaciones en violentos
altercados.
El decreto de Yeltsin por el que se prohibía al PCUS fue impugnado en el Tribunal Constitucional de Rusia.
La decisión del Tribunal, hecha pública en noviembre de 1992, apoyaba la prohibición de la organización
nacional del PCUS, aunque se pronunciaba contraria a la prohibición de éste en el ámbito local. Como
resultado de dicha decisión, los vestigios locales del PCUS se unieron para formar el Partido Comunista de la
Federación Rusa (PCFR), que creció muy rápidamente. En abril de 1993 el PCFR decía tener 600.000
miembros. Estableció relaciones con otros partidos comunistas rusos y con grupos comunistas de otras
repúblicas de la antigua Unión Soviética. En febrero de 1993 el Tribunal Constitucional asestó otro golpe
político a Yeltsin rechazando la prohibición decretada por éste del Frente de Salvación Nacional, organización
nacionalista comunista opuesta a la política gubernamental. La paulatina recuperación del partido, aunando
descontentos por la política económica de Yeltsin y el estallido bélico en Chechenia, ha culminado en las
elecciones a la Duma (cámara baja del Parlamento ruso) celebradas en diciembre de 1995. En ellas, el PCFR,
dirigido por Guennadi Ziugánov obtuvo más del 35% de los escaños, siendo así el partido más votado.
CRONOLOGÍA REVOLUCIÓN RUSA
AÑOS
1801
1804
HISTORIA DE RUSIA (ENTRE 1810 Y 1918)
Subida al trono de Alejandro I.
Guerra con Turquía (hasta 1812).
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1807
1812
1825
1828
1830
1831
1853
1855
1861
Guerra contra Suecia. Alejandro Y se anexiona a Finlandia, Besarabia, Moldavía,
Valaquia y Galitzia Oriental.
Napoleón invade Rusia. En diciembre, los derrotados franceses abandonan el suelo
ruso.
Alejandro Y muere en Crimea y sube al trono Nicolás Y. Insurrección de los
decembristas.
Guerra contra Turquía (hasta 1829)
Insurrección polaca (hasta 1831).
Polonia pasa a ser provincia del Imperio Ruso.
Guerra de Crimea (hasta 1856). Turquía declara la guerra a Rusia.
Muere Nicolás Y sube al trono Alejandro II.
Edicto de emancipación de los siervos: la servidumbre queda abolida.
11
1863
1864
1867
1870
1876
1877
1879
1881
1884
1891
1894
1895
1898
1903
1904
1905
1906
1907
1907
1911
1914
1915
1916
1917*
27 de febrero
Segunda insurrección polaca (hasta 1865).
Ley Zemstvo, por la que se organiza un sistema de autogobierno local.
Alejandro II vende Alaska a Estados Unidos.
Nace Vladimir Ilich Ulianov, Lenin. Se crean las Dumas municipales.
Creación de Tierra y Libertad, organización secreta que se convertía en la vanguardia
del movimiento populista.
Nueva guerra ruso−turca (hasta 1878).
Creación de Voluntad del Pueblo, grupo terrorista surgido del ala radical de Tierra y
Libertad.
Muere Alejandro II, víctima de un atentado de Voluntad del Pueblo. Sube al trono
Alejandro III.
Comienza la industrialización, impulsada por Sergio Witte, ministro de
Comunicaciones.
Comienza la construcción del ferrocarril transiberiano (se terminó en 1904).
Muere Alejandro III. Sube al Trono Nicolás II.
Lenin es desterrado a Siberia.
Constitución del Partido Obrero Socialdemócrata Ruso (POSDR).
Congreso del POSDR en Londres: escisión en bolcheviques y mencheviques.
Guerra Ruso−japonesa (hasta 1905).
Domingo sangriento. Motín del Potemkin. Creación de los Soviets.
Primera y segunda Duma.
Tercera Duma.
Tercera Duma.
Asesinato de Stolypin.
Estalla la 1ª Guerra Mundial. Rusia declara la guerra a Alemania.
El zar Nicolás II asume personalmente el mando del ejército.
Asesinato de Rasputín por el príncipe Yusupov, conjurado con otros miembros dela
nobleza.
Huelgas de Petrogrado. Estalla el proceso revolucionario.
Constitución del Comité Provisional de la Duma y del Soviet de Petrogrado.
9
28 de febrero
2 de marzo
3 de marzo
3 de abril
7 de abril
2 de mayo
5 de mayo
18 de junio
3 de julio
8 de julio
16 de julio
Constitución del Soviet de Moscú.
Abdicación de Nicolás II.
Constitución del Gobierno provisional
Llegada de Lenin a Petrogrado.
Publicación de las Tesis de abril.
Dimisión del ministro de Asuntos Exteriores, Miliukov.
Constitución del primer gobierno de coalición
Lanzamiento y fracaso de la ofensiva Kerensky en Galitzia.
Manifestaciones de carácter insurreccional en Petrogrado.
Dimisión del príncipe Lvov, que es sustituido por Kerensky en la Presidencia del
Gobierno.
Nombramiento de Kornilov como generalísimo del ejército ruso.
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24 de julio
21 de agosto
27 de agosto
9 de sept.
24 de sept.
9 de octubre
10 de octubre
24−25 de oct.
26 de octubre
30 de octubre
1918
Segundo gobierno de coalición.
Los alemanes toman Riga.
Tentativa de golpe militar de Kornilov.
Mayoría bolchevique en el Soviet de Petrogrado.
Tercer y último gobierno de coalición.
Creación del Comité militar del Soviet de Petrogrado.
El Comité Central del Partido Bolchevique aprueba la insurrección armada, propuesta
por Lenin con el apoyo de Trotski.
Triunfo de la insurrección armada y derrocamiento del Gobierno provisional.
Instauración del Régimen Soviético.
La Guardia Roja derrota, en Pulkovo, a tropas antibolcheviques que marchan sobre
Petrogrado.
Apertura y disolución de la asamblea constituyente. Paz de Brest−Litovsk con
Alemania.
*Las fechas mencionadas corresponden al calendario juliano, utilizado han Rusia hasta el 1 de febrero de
1918, y que implican un retraso de 13 días respecto al calendario Occidental.
PERIODO HISTÓRICO SOBRE EL QUE TRATA LA NOVELA
REVOLUCIÓN RUSA
INTRODUCCIÓN
Conjunto de acontecimientos que tuvieron lugar en la Rusia imperial y culminaron en 1917 con la
proclamación de un Estado soviético, denominado desde 1922 Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas
(URSS). El término Revolución Rusa hace referencia a las dos revoluciones que triunfaron en 1917. La
primera, que comenzó con la rebelión ocurrida entre el 8 y el 12 de marzo de 1917 (del 23 al 27 de febrero del
calendario juliano, empleado entonces en Rusia), derrocó a la monarquía autocrática imperial; suele ser
denominada Revolución de febrero. La segunda, que se inició con una insurrección armada el 6 y 7 de
noviembre (24 y 25 de octubre), fue organizada por el partido bolchevique en contra del Gobierno Provisional
instaurado tras la primera fase revolucionaria y operó una transformación en las relaciones económicas,
políticas y sociales de la sociedad rusa; se denomina Revolución Bolchevique o Revolución de Octubre.
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ANTECEDENTES
Las reformas emprendidas por el zar Alejandro II (1855−1881) habían generado una corriente en favor del
cambio constitucional. Los gobiernos locales (zemstvo) eran considerados como el embrión de un gobierno
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parlamentario y la liberalización en materia legal estimuló la elaboración de una legislación también a escala
nacional. La abolición de la servidumbre promovió el deseo y la necesidad de una reforma agraria de mayor
alcance; con el nuevo plan de educación instituido por el zar, que permitió el acceso de los jóvenes que no
pertenecían a la nobleza a la enseñanza secundaria y las universidades, surgió un gran colectivo de estudiantes
que se convertirían en la vanguardia revolucionaria. El primer paso fue la organización de un partido que
protagonizara el proceso de lucha; en 1898, en Minsk, quedó fundado el Partido Obrero Socialdemócrata
Ruso (POSDR) del cual formaba parte Gorki, que en su II Congreso (1903) ya contaba con dos facciones
enfrentadas: mencheviques y bolcheviques. En la discusión sobre el punto primero de los estatutos, en él que
se defendían los requisitos para poder ser considerado miembro del Partido, se presentaron dos proyectos: el
de Lenin, que consideraba indispensable la participación personal en una de las organizaciones del Partido, y
el de Martov, que sólo exigía el apoyo y adhesión personal.
Tras un duro enfrentamiento verbal, la propuesta de Martov resultó vencedora por 28 votos contra 22 y una
abstentación. Al finalizar el congreso, y con los delegados divididos ya en dos campos, en el momento de las
votaciones para elegir la composición de los órganos centrales del partido −entre ellos el periódico Iskra−, se
produjo un vuelco de la situación y fue entonces Lenin quien consiguió la mayoría. Martov, que acusó a Lenin
de haber eliminado injustificadamente de la redacción de Iskra a hombres indispensables, rechazó los
resultados de la votación. Era la ruptura. Ruptura entre bolcheviques (Que en ruso quiere decir mayoritarios),
y mencheviques (minoritarios), un episodio que marcaría todo el futuro del movimiento obrero. Aunque en
abril de 1906 el congreso de la unidad, celebrado en Estocolmo, reunificara pasajeramente ambas tendencias.
LA REVOLUCIÓN DE MARZO
El esfuerzo de la I Guerra Mundial −un conflicto para el que Rusia no estaba preparada−, la presión de los
partidos de la oposición, que desprestigiaban constantemente a la familia imperial por el trato íntimo que ésta
dispensaba al monje Grígori Yefímovich Rasputín y denunciaban la ineficacia del gobierno, así como la
propia incompetencia de la dinastía gobernante se convirtieron en un lastre demasiado pesado para el régimen
absolutista. En marzo de 1917 se celebró una manifestación en Petrogrado (en la actualidad, San Petersburgo),
con motivo del Día Internacional de la Mujer, que se convirtió en una protesta contra la escasez de alimentos a
la que se unieron tropas amotinadas; el gobierno no consiguió restablecer el orden y el poder quedó en manos
de un Gobierno Provisional formado por los miembros más destacados de la Duma estatal. El zar Nicolás II,
que no contaba con el apoyo de ninguna fuerza, abdicó. Su hijo quedó excluido de la sucesión debido a su
frágil salud, y el hermano del zar, el gran duque Miguel,
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declinó la corona salvo que ésta le fuera ofrecida por la Asamblea Constituyente recién reunida; dado que esto
no fue posible, la dinastía de los Romanov, después de tres siglos de reinado en Rusia, fue derrocada.
EL GOBIERNO PROVISIONAL Y EL SOVIET DE PETROGRADO
El Gobierno Provisional aplicó inmediatamente diversas reformas liberales y abolió el cuerpo de policía,
sustituyéndolo por una milicia popular. La libertad de expresión permitió a los socialistas proclamar
finalmente su oposición a la guerra y reclamar una paz democrática sin reparaciones ni anexiones. Imperaba
una atmósfera de júbilo y reconciliación que afectaba incluso al partido más beligerante, el bolchevique,
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cuyos líderes regresaron de su exilio en Siberia para dirigir la política de la organización en ausencia de su
verdadero jefe, Lenin, que se encontraba aún en Suiza. Liev Kámenev y Iósiv Stalin, redactores del periódico
bolchevique Pravda (La Verdad), siguieron la línea general mantenida por el Soviet de Diputados de Obreros
y Soldados de Petrogrado, y reclamaron apoyo para el nuevo régimen siempre y cuando su política no entrara
en conflicto con los fines de la revolución. A la formación del Soviet de Petrogrado siguió la de otros muchos
en distintas ciudades rusas, con lo que en Rusia quedó establecido lo que la historiografía posterior definiría
como 'doble poder': el Gobierno Provisional y los Soviets.
El 16 de abril de 1917, Lenin consiguió llegar a Petrogrado. Su viaje había sido organizado por el Estado
Mayor alemán, que sabía que Lenin era un elocuente orador que defendería la retirada rusa de la contienda
que se venía desarrollando en Europa. Partió en un tren especial que cruzó Alemania con destino a Suecia, y
desde allí se dirigió Rusia a través de Finlandia. Tras su llegada, Lenin expuso las llamadas Tesis de Abril, en
las que declaró que los bolcheviques no apoyarían al Gobierno Provisional, y pidió la confraternización de los
soldados de los diversos estados en el frente para poner fin a la guerra imperialista e iniciar la revolución a
escala internacional. Su partido repudió estas tácticas inicialmente alegando que desembocarían en un
aislacionismo suicida para los bolcheviques; sin embargo, al cabo de un mes, Lenin les había persuadido de
que la única forma de que triunfara la revolución socialista era que Rusia abandonara la lucha en Europa y los
bolcheviques se mantuvieran independientes, evitando alianzas con otros partidos, especialmente con la
mayoría menchevique del Soviet de Petrogrado. Durante los meses siguientes, la propaganda de los
bolcheviques, fortalecidos tras el regreso del exilio en Europa y Estados Unidos de Liev Trotski, promovió
constantemente esta idea, por lo que fueron el Soviet de Petrogrado y el Gobierno Provisional los que
quedaron aislados a mediados del verano, frente a las fuerzas que reclamaban el fin de la lucha en Europa.
Mientras el gobierno intentaba seguir fiel a su política de continuar la guerra hasta su conclusión satisfactoria
y mantener sus pactos con las potencias aliadas −actitud que le supuso el desprecio del pueblo, que le
consideraba el heredero político del zar− y los socialistas moderados del Soviet se afanaban en vano por
perfilar un programa sencillo que las masas pudieran entender y
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respaldar, los bolcheviques continuaban su campaña derrotista en defensa de la fraternización. Hacia
mediados de mayo, la desintegración del Ejército era tal que, cuando el ministro de Guerra y el ministro de
Asuntos Exteriores dimitieron debido a que éste último hizo públicos los objetivos bélicos del gobierno,
Alexandr Kerenski, un miembro del grupo socialista, decidió que podría desempeñar el cargo de ministro de
Guerra para intentar frenar el deterioro de la situación. Recorrió el frente pronunciando discursos alentadores
y pidió a las tropas que entregaran su vida por un país democrático, no que acudieran al campo de batalla
obligados por los látigos y las armas de los superiores, como había sido su situación cuando combatía a las
órdenes del zar. La moral de las tropas se restableció temporalmente.
En esos momentos, había cuatro ministros socialistas en el gobierno, lo cual sirvió únicamente para moderar
las críticas y la oposición del Soviet. Sin embargo, Lenin continuó reclamando "todo el poder para los
Soviets", a la vez que atacaba a los socialistas que habían sido seducidos por el poder. En el Congreso de
Soviets de toda Rusia, que se celebró el 16 de junio, un delegado menchevique afirmó enérgicamente que
ningún partido podría gobernar en solitario ante tales circunstancias, a lo que Lenin replicó que los
bolcheviques sí eran capaces de hacerlo. Sus palabras fueron recibidas con abucheos y burlas. En este I
Congreso de Soviets, se creó un órgano central para la organización de los mismos: el Comité Ejecutivo
Central de Soviets de toda Rusia (VTsIK).
El Gobierno Provisional, incapaz de solucionar los problemas internos y anhelando poner fin a sus
compromisos con los aliados occidentales, lanzó una ofensiva a finales de julio que fracasó y provocó la
desorganización del Ejército. Parecía que la propaganda bolchevique estaba justificada y los soldados, en
palabras de Lenin, "votaron con los pies" cuando desertaron del frente. La situación en Petrogrado era tal que
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el Congreso de Soviets se vio obligado a reclamar la abolición de la Duma y la convocatoria de una asamblea
constituyente para el 30 de septiembre. La gran influencia de los bolcheviques quedó demostrada en una
manifestación organizada por el Soviet, a la que acudieron 400.000 trabajadores de Petrogrado, y a la que
siguió una marcha armada de 500.000 trabajadores, soldados y tropas procedentes de la fortaleza insular de
Kronstadt los días 16, 17 y 18 de julio. Las fuerzas de los bolcheviques se encontraban en el núcleo más
beligerante de esta gran masa armada, formada por tropas de guarnición poco dispuestas a poner en práctica el
plan del Gobierno Provisional; éste consistía en enviar a los soldados al frente siguiendo un sistema rotativo,
mientras que los bolcheviques deseaban mantenerlos en la capital para hacerse con el poder.
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Aleksandr Guchkov, ministro ruso de la Guerra desde febrero hasta mayo de 1917, declaró: "El gobierno, por
desgracia, no tiene poder real; las tropas, el ferrocarril, el correo y el telégrafo están en manos del Soviet. El
gobierno provisional sólo existirá hasta que el Soviet lo permita".
"Campesinos rusos asaltando un tren".
EL AUMENTO DEL PODER DE LOS BOLCHEVIQUES
Parecía que había llegado el momento de que los bolcheviques asumieran el mando, pero Lenin no confiaba
aún en que su partido contara con suficiente apoyo fuera de la capital o en que el Gobierno Provisional
hubiera perdido el respaldo del Ejército; por ello, trató de convencer al Soviet de que sus intenciones eran
pacíficas. A su vez, el gobierno estaba preparando un proceso contra Lenin, al que se acusaba de ser un agente
al servicio de Alemania. Sin embargo, Lenin fue puesto sobre aviso y pudo huir a Finlandia. En Petrogrado,
los bolcheviques tuvieron que hacer frente a una prensa hostil, y a la opinión pública, que les acusaba de
intentar traicionar al Ejército y de estar preparando un golpe de Estado.
Resulta paradójico que los bolcheviques acabaran salvándose gracias al propio gobierno. Mientras Lenin y su
partido atacaban al gobierno por su lamentable administración en todos los campos, un ansia de revanchismo
se había apoderado de los oficiales del Ejército, liderados por su comandante en jefe, el general Lavr
Kornílov. El lema "democracia soviética" impedía a los oficiales cumplir con su deber militar tanto en el
frente como en la retaguardia, y la ola de indignación se materializó en un plan de acción. Kornílov apremió a
Kerenski, que se había convertido en primer ministro el 20 de julio, para que le permitiera dirigirse a la capital
con una división de tropas leales, eliminar a la oposición e implantar una dictadura militar. Kerenski accedió
en un principio, pero revocó la orden más tarde ante el temor de ser él mismo uno de los objetivos de
Kornílov. Éste ignoró la anulación de la orden y avanzó hacia la capital. Kerenski mandó que fuera arrestado
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y solicitó al Soviet y los bolcheviques, a los que suministró armas, que defendieran Petrogrado. Mientras
tanto, los soldados y trabajadores que habían de hacer frente a las tropas de Kornílov consiguieron
convencerlas de que no avanzaran, con lo que concluyó el golpe de Estado.
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Sin embargo, estos acontecimientos tuvieron dos importantes consecuencias: la acción del gobierno fue
considerada como una traición por el cuerpo de oficiales, por lo que el gabinete de Kerenski perdió
prácticamente todo el apoyo militar, mientras que sus más acérrimos enemigos, los bolcheviques, tenían a su
disposición en esos momentos a 40.000 soldados disciplinados y armados, la Guardia Roja. Lenin comenzó a
preparar la campaña para llevar a cabo una rebelión armada. Desde su refugio finés, envió numerosos
artículos al diario Pravda y dirigió diversas cartas al comité del partido bolchevique; había llegado el
momento de que el Soviet se hiciera con el poder. A pesar del fervor con el que había alentado a sus
seguidores, Lenin no estaba seguro de que la revolución pudiera triunfar ni de que ésta fuera acogida
favorablemente en todo el país. Fue Trotski, entonces presidente del Soviet de Petrogrado, quien encontró la
solución; tras formar el Comité Militar Revolucionario, convenció a Lenin de que hiciera coincidir el
alzamiento con el II Congreso de los Soviets, convocado para el 7 de noviembre, y declarara que el poder
había sido transferido a los Soviets de Diputados de Obreros, Soldados y Campesinos, con lo que disminuiría
el riesgo de que se le acusara de haber usurpado el poder en nombre de la clase trabajadora.
En la noche del 6 de noviembre, la Guardia Roja ocupó los emplazamientos claves de la capital y tomó el
Palacio de Invierno, en donde fueron arrestados los ministros del Gobierno Provisional (Kerenski consiguió
escapar). Al día siguiente, Trotski anunció, según lo previsto, el traspaso del poder a los Soviets.
EL NUEVO GOBIERNO
El Congreso de Soviets de toda Rusia se reservó para sí el poder supremo en la nueva estructura
gubernamental. El cumplimiento de las decisiones aprobadas en el Congreso se encargó al Soviet (Consejo)
de Comisarios del Pueblo (o Sovnarkom), que constituía el primer Gobierno Obrero y Campesino, y tenía un
carácter provisional hasta que fuese convocada una Asamblea Constituyente. Su autoridad estaba supeditada
al Congreso de los Soviets y a su Comité Ejecutivo Central. Cada uno de los comisarios presidía una
comisión, el equivalente de los ministerios de otros regímenes. Lenin fue elegido presidente del primer
Sovnarkom, gabinete en el que también ingresaron Trotski (como comisario del pueblo −ministro− para las
Relaciones Exteriores) y Stalin (comisario del pueblo para las Nacionalidades).
Los Decretos sobre la Paz (para iniciar rápidamente negociaciones que condujeran a la misma) y sobre la
Tierra (nacionalización de ésta y abolición de los grandes latifundios sin indemnización), adoptados por el II
Congreso de Soviets de toda Rusia antes de su disolución, recibieron un amplio apoyo por parte del nuevo
gobierno, y fueron decisivas a la hora de garantizar la victoria de los bolcheviques en otras ciudades y
provincias. El 15 de noviembre, el Consejo de Comisarios del Pueblo proclamó, mediante la Declaración de
los Derechos de los Pueblos de Rusia, el derecho a la autodeterminación de
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éstos, sobre la base de la plena igualdad y soberanía, lo que abría la posibilidad de que las nacionalidades que
habían sido integradas por la fuerza en el Imperio zarista pudieran separarse voluntariamente; no obstante,
esta cámara expresó su confianza en que los trabajadores de distintos pueblos nacionales decidieran
permanecer en Rusia. Se nacionalizaron los bancos y se concedió el control de la producción a los
trabajadores. La industria se fue nacionalizando gradualmente. La Asamblea Constituyente, que se reunió en
Petrogrado en enero de 1918, y en la que los bolcheviques eran únicamente una pequeña minoría, fue disuelta
por el nuevo gobierno, alegándose que, en tanto que representaba la fase burguesa de la revolución por haber
sido convocada por el Gobierno Provisional, debía ser sustituida por una auténtica institución revolucionaria,
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como sucedió de hecho cuando en su lugar fue reunido el III Congreso de Soviets de toda Rusia, que aprobó
la Declaración de los Derechos del Pueblo Trabajador y Explotado, como preámbulo de la Constitución por la
que quedó proclamada la República Socialista Soviética Federada de Rusia.
LA GUERRA CIVIL
Una vez que los bolcheviques se hicieron con el control, el nuevo gobierno puso fin a la participación de
Rusia en la I Guerra Mundial a través de la firma de la Paz de Brest−Litovsk el 3 de marzo de 1918. De
acuerdo con lo establecido en este tratado, los rusos se vieron obligados a entregar los estados bálticos,
Finlandia, Polonia y Ucrania. El pueblo se indignó por la pérdida de estos territorios, y la oposición al partido
bolchevique provocó una guerra civil que se inició en 1918 y concluyó en 1920. El gobierno de Lenin,
establecido en Moscú −la nueva capital−, adoptó medidas para eliminar a sus rivales políticos. Aunque el
campesinado no era seguidor de los comunistas, decidió apoyarles ante el temor de que una victoria de los
'blancos' acarreara la restauración de la monarquía. El Ejército Blanco, desorganizado y con escasos apoyos,
fue derrotado en 1920 por el Ejército Rojo.
Lenin y el Partido Comunista Ruso (nombre que recibió en 1918 la formación política integrada por los
bolcheviques del antiguo POSDR) se hicieron con el control del país. Las huelgas de los trabajadores, las
revueltas campesinas y la rebelión de la guarnición de Kronstadt, que reclamaba un gobierno formado
exclusivamente por socialistas, fueron reprimidos en poco tiempo. En 1921, en el X Congreso del Partido
Comunista impuso la sustitución del comunismo de guerra, Lenin estableció la Nueva Política Económica
(NEP) para fortalecer al nuevo Estado, empobrecido tras siete años de desórdenes y declive económico,
consistía en un peculiar sistema mixto en el que convergían elementos capitalistas y socialistas. Se permitió la
propiedad privada campesina , se incorporaron mecanismos de mercado, se reconstruyó la circulación
monetaria para superar la hiperinflación y se corrigieron las previsiones industriales. La base estaba en un
excedente de campesinado para permitir el crecimiento económico y el abastecimiento a las ciudades.
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En el plano industrial se asistió a un doble proceso durante la NEP: La desnacionalización de las pequeñas
unidades de producción. Y la incorporación de ciertas dosis de autogestión administrativa en la gran industria,
que siguió en manos del Estado. La NEP cumplió sus objetivos. En 1926 la economía soviética ya había
recuperado los niveles de 1913, sobre todo en el sector agrario.
El 30 de diciembre de 1922 se constituyó oficialmente la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, en la
que los territorios étnicos del antiguo Imperio Ruso se unieron a la República Socialista Soviética Federada de
Rusia.
ESTALINISMO
Término que en ciencia política designa a la ideología y praxis política del líder soviético Iósiv Stalin y, por
extensión, a la de los seguidores de esta doctrina.
En general, se puede afirmar que el estalinismo está caracterizado por los rasgos más autoritarios del
comunismo implantado en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) tras la muerte de Lenin,
principal protagonista de la Revolución Rusa, y una vez superada la resistencia de los principales opositores a
Stalin, especialmente la de Liev Trotski. El imperio de la burocracia, el recurso arbitrario a la represión de las
masas, un desproporcionado culto a la personalidad y la ejecución de los enemigos políticos (en las que la
historiografía ha denominado 'purgas') constituyeron los fundamentos esenciales del estalinismo. El término
también ha sido empleado para referirse a las dictaduras comunistas caracterizadas por los mismos elementos:
la de Camboya durante el régimen de Pol Pot, la de Rumania durante el gobierno de Nicolae Ceausescu y la
de Corea del Norte con Kim II Sung.
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En los últimos años de vida de Stalin, el estalinismo adquirió ciertas similitudes con una religión de Estado; se
pretendió acotar la creatividad artística, limitándola al llamado realismo socialista, y algo similar sucedió con
las ciencias sociales, incluida la lingüística, y las ciencias naturales, especialmente la genética (sirvan de
ejemplo los trabajos de Trofim Lysenko). El estalinismo se asocia generalmente con la afirmación de Stalin
(criticada por Trotski) de que, pese a la hostilidad de los estados capitalistas vecinos, era posible construir el
'socialismo en un solo país', toda vez que se había abandonado el primigenio objetivo comunista de la
internacionalización de la revolución. Tal creencia permitió a los comunistas soviéticos apelar al orgullo
nacional ruso, mientras que los revolucionarios de otros países esperaban que se diera prioridad a la defensa
de la 'patria socialista'.
El término estalinismo también se emplea para definir el modelo soviético de supuesta transición al
socialismo que preconizaba Stalin y cuyas notas básicas fueron el fortalecimiento de la economía otorgando
prioridad a los bienes de capital, la colectivización forzosa y rápida de la agricultura, el énfasis en el principio
de la 'revolución desde arriba', realizada con severidad
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militar, y la insistencia en la celeridad de la modernización sin tener en cuenta el coste humano resultante.
Por último, el calificativo 'estalinista' se emplea para describir a los comunistas que siguieron el modelo
soviético de manera entusiasta e incondicional. Esta actitud se consideraba una obligación de todo comunista
en vida de Stalin, pero el término continuó utilizándose cuando el propio estalinismo había sido denunciado
en la URSS en 1956 por Nikita Jruschov en el XX Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética.
Desde entonces, se ha aplicado a aquellos que se oponen a cualquier intento de modernizar, revisar o reformar
la interpretación que del marxismo hizo Stalin.
LENINISMO
Leninismo, doctrina e ideología política basada en la interpretación que del marxismo hizo Lenin. Esta
concepción resalta el papel prioritario que debe tener el partido revolucionario en la toma y consolidación del
poder comunista. Los miembros del partido serían revolucionarios profesionales y conscientes de su posición,
organizados sobre la base del 'centralismo democrático', cuya tarea consistiría en inculcar la conciencia,
disciplina, organización y teoría marxista a la clase trabajadora para ofrecer un "análisis concreto de la
situación concreta". Sin un partido centralizado, el proletariado no superaría los límites de la "lucha
económica", con éxitos minimalistas (aumentos de sueldo a través de huelgas, por ejemplo). Tras la toma del
poder, el partido establecería la dictadura del proletariado, que gobernaría el Estado hasta que se completara la
transición final al socialismo.
Tras el triunfo de la Revolución Rusa y después de la fundación de la III Internacional (Internacional
Comunista o Komintern), estos principios organizativos fueron adoptados por todos los partidos comunistas
internacionales. El canon leninista fue asimilado por el marxismo, dando lugar al nacimiento del
marxismo−leninismo, y reinterpretado de formas diversas y opuestas por, entre otros, Antonio Gramsci, Iósiv
Stalin, Liev Trotski y Mao Zedong. Surgieron así nuevas ideologías (estalinismo, trotskismo y maoísmo)
distintas ya de la ortodoxia marxista (o marxista−leninista).
El leninismo también aportó una teoría del imperialismo, desarrollada originariamente por Lenin en 1916, que
pretendía explicar las causas de la I Guerra Mundial. Esta hipótesis sostenía que el resultado de la tendencia a
largo plazo a la caída de la tasa de beneficio llevó al capitalismo a implantar un "capitalismo de monopolios",
cuya característica más importante era la integración del capital financiero e industrial. Por consiguiente, esta
nueva fase imperialista del capitalismo motivó la adquisición de colonias, la división del mundo entre las
grandes potencias europeas y los consiguientes conflictos acaecidos entre ellas que condujeron a la guerra.
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BOLCHEVISMO
Bolchevismo, doctrina política basada en la interpretación y puesta en práctica del socialismo científico
(comunismo) de Karl Marx por Lenin (Vladímir Ilich Uliánov). Estas teorías se perfilaron en el II Congreso
del Partido Obrero Socialdemócrata Ruso (POSDR) celebrado en Londres en 1903. La divergencia de los
puntos de vista de los delegados del Congreso cristalizó en dos fracciones; la más radical, encabezada por
Lenin, abogaba por un partido fuertemente unificado dirigido por miembros revolucionarios, profesionales y
activos, dispuestos a preparar el camino para establecer una sociedad comunista. En el otro lado sus oponentes
proponían admitir a cualquiera que simpatizara en general con los objetivos del partido, sin tener en cuenta su
participación activa. En este punto concreto el Congreso apoyó el segundo planteamiento, pero en otros
asuntos y en la votación final para elegir al secretario del partido, el Congreso favoreció a Lenin. El sector
dirigido por éste fue desde entonces denominado bolchevique (del ruso bolshevik, 'mayoritario') y la
oposición, menchevique (del ruso menshevik, 'minoritario'). Los nombres subsistieron aunque los
bolcheviques no fueran siempre el grupo dominante en el movimiento revolucionario ruso.
DIFERENCIAS ENTRE LAS FRACCIONES: Las diferencias básicas entre bolcheviques y mencheviques
aparecieron con mayor claridad en los años siguientes, cuando lo que en un principio era un acuerdo sobre un
programa de actuación política (la deposición del zarismo, la instauración de un gobierno constitucional y, al
fin, la supresión del capitalismo y el establecimiento de una sociedad comunista), en la práctica terminó
marcando con gran dureza las divergencias. Los bolcheviques apoyaban los objetivos inmediatos tan sólo en
la medida en que conducían hacia la meta final: la revolución comunista. Sin embargo los mencheviques,
creyendo que Rusia no estaba preparada aún para la revolución (de acuerdo con los postulados marxistas),
insistieron en políticas reformistas, sobre todo en la implantación de un gobierno constitucional. Ninguna de
las fracciones desempeñó un papel dominante en la revolución que siguió a la derrota de Rusia en la Guerra
Ruso−japonesa (1905). Los soviets de los obreros (órganos legislativos) surgieron de manera espontánea y, al
principio, Lenin no se percató de su importancia. Liev Trotski, que en su calidad de presidente del Soviet de
San Petersburgo se constituyó en el dirigente más activo de la revolución, no era ni bolchevique ni
menchevique, pero se mantuvo entre los dos sectores intentando unirlos. Cuando, como consecuencia de la
revolución, se estableció en 1905 la Duma (Parlamento), los bolcheviques optaron por boicotearla
sucesivamente, usándola como tribuna para la agitación, mientras que los mencheviques esperaban consolidar
allí la fuerza del antizarismo.
LA ESCISIÓN EN DOS PARTIDOS Como resultado de las crecientes diferencias, la escisión de las dos
fracciones se produjo en 1912, compitiendo posteriormente, junto con otros, por el liderazgo de la revolución
antizarista. Los bolcheviques usaron tanto tácticas legales como clandestinas para aplicar su programa y
hacerse con afiliados (de acuerdo con los datos del propio
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Lenin, cerca de 45.000 en marzo de 1917 y 240.000 en julio de ese año). Los bolcheviques se opusieron a la
I Guerra Mundial considerándola un conflicto imperialista en el que no deberían intervenir los socialistas;
pero los mencheviques y los socialrevolucionarios, anteponiendo los intereses nacionales a los de la clase
trabajadora, apoyaron y, finalmente, intentaron ponerse al frente del esfuerzo bélico ruso. Como consecuencia
del fracaso militar y de la creciente muestra de la ineficacia del gobierno estalló la primera fase de la
Revolución Rusa en marzo de 1917, que determinó la abdicación del zar y la implantación de un régimen
parlamentario. El Gobierno Provisional, en el que había mencheviques, fue acusado por los bolcheviques de
reticencia al desarrollo de la revolución que conducía al socialismo. Los bolcheviques acometieron esta tarea a
través de la reinstauración de los soviets de obreros y de soldados, y conquistaron el poder en noviembre de
1917. En 1918, con el nuevo nombre de Partido Comunista Ruso (bolchevique), comenzaron su desarrollo
como la organización política predominante primero y exclusiva después que hizo posible la creación de la
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Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). En 1925 el Partido volvió a cambiar de nombre,
adoptando el de Partido Comunista de los Bolcheviques de la Unión, y finalmente pasaría a denominarse
Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) en 1952. La historia del bolchevismo tras la Revolución es
inseparable de la del comunismo soviético.
PROTAGONISTA 1: LENIN
INTRODUCCIÓN
Lenin (Vladímir Ilich Uliánov) (1870−1924), revolucionario y teórico político ruso, fundador del Estado que
se convertiría en la Unión Soviética y presidente del primer gobierno establecido tras la Revolución Rusa de
1917.
Lenin, cuyo verdadero nombre era Vladímir Ilich Uliánov, nació en Simbirsk (ciudad que, desde 1924 hasta
1991, se denominó Uliánovsk en su honor) el 22 de abril de 1870, y era hijo de un funcionario. El primer
incidente que alteró la tranquilidad de su juventud se produjo en 1887, cuando la policía arrestó y ejecutó a su
hermano mayor Alexandr por haber participado en una conspiración para asesinar al zar Alejandro III. Lenin
se matriculó en la Universidad de Kazán ese mismo año, pero fue expulsado al poco tiempo por participar en
actividades revolucionarias radicales y se trasladó a la hacienda de su abuelo, situada en la localidad de
Kokushkino.
Durante este primer retiro (1887−1888) estudió las obras clásicas del pensamiento revolucionario europeo,
especialmente El capital de Karl Marx, y no tardó en declararse seguidor de la ideología de este pensador.
Pasado algún tiempo, fue admitido en la Universidad de San Petersburgo y terminó sus estudios de derecho en
1891. Ingresó en el Colegio de Abogados y
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comenzó a ejercer su profesión en la ciudad de Samara, a orillas del Volga, defendiendo a personas sin
recursos, hasta que regresó a San Petersburgo en 1893.
EL ORGANIZADOR
En 1895 participó en la fundación de la Unión para la Lucha por la Emancipación de la Clase Obrera de San
Petersburgo. La policía no tardó en arrestar a los líderes de esta organización. Tras pasar quince meses en la
cárcel, junto a una de sus compañeras, Nadiezhda Konstantinovna Krúpskaia −que pronto se convertiría en su
esposa−, Lenin fue deportado a Siberia hasta 1900. Después de este primer destierro allí, huyó a Suiza, donde
fundó el periódico Iskra (La chispa) en colaboración con Gueorgui Valentínovich Plejánov, L. Mártov y otros
marxistas. Esta publicación se convirtió en un instrumento eficaz de cohesión entre los socialdemócratas y
contribuyó a la incorporación de nuevos miembros al movimiento. Lenin escribió su principal obra de teoría
política, ¿Qué hacer? (1902), mientras se encontraba en el exilio. Su proyecto para la revolución se basaba en
la existencia de un partido sometido a una férrea disciplina, compuesto por revolucionarios preparados para
actuar como "vanguardia del proletariado" y conducir a las masas trabajadoras a una inevitable victoria frente
al absolutismo zarista.
La insistencia de Lenin en la importancia de la profesionalidad de los dirigentes revolucionarios dividió a los
miembros del Partido Obrero Socialdemócrata Ruso (POSDR), y en su II Congreso (1903) las diferencias se
hicieron más profundas. El grupo liderado por Lenin fue el que obtuvo la mayoría, de ahí el nombre de
bolchevique ('mayoría' en ruso), mientras que la oposición era conocida como sector menchevique ('minoría'
en ruso). Las disputas entre ambos grupos dominaron la política del partido hasta la I Guerra Mundial.
EL EXILIO
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Lenin pasó en Europa la mayor parte del periodo anterior a 1917. Regresó a Rusia durante la Revolución de
1905, pero se vio obligado a abandonar nuevamente el país en 1907 ante la misma falta de apoyo que acabó
con la insurrección.
Los años que pasó en Europa fueron amargos y difíciles. Lenin y los mencheviques se acusaban mutuamente
de ser responsables del fracaso de la revuelta y muchos de sus más brillantes discípulos abandonaron sus filas.
Fue en esta época cuando escribió su principal tratado filosófico titulado Materialismo y empirocriticismo
(1909). La ruptura definitiva con los
mencheviques tuvo lugar en la Conferencia de Praga celebrada tres años después, en la que los mencheviques
fueron excluidos del POSDR. Cuando estalló la I Guerra Mundial en 1914, Lenin se opuso a la
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intervención de Rusia en el conflicto alegando que supondría una lucha fratricida entre los obreros de toda
Europa en beneficio de la burguesía y alentó a los socialistas a "transformar la guerra imperialista en una
guerra civil". Expuso y sistematizó la concepción marxista de la guerra en El
imperialismo, fase superior del capitalismo (1916), en donde defendía que
únicamente una revolución que destruyera al capitalismo podría proporcionar una paz duradera.
EL LÍDER REVOLUCIONARIO
La Revolución Rusa de marzo de 1917 (febrero según el calendario juliano) que derrocó al régimen zarista fue
un acontecimiento que Lenin no había previsto, pero consiguió introducirse en el país en un tren procedente
de Alemania. Su espectacular llegada a Petrogrado (el nombre con el que fue rebautizada San Petersburgo) se
produjo un mes después de que los obreros y soldados hubieran derribado al zar. Los bolcheviques de
Petrogrado, entre los que se encontraba Iósiv Stalin, estaban de acuerdo en que los representantes del Ejército
y de los soviets (juntas) de trabajadores respetaran al Gobierno Provisional que se había establecido, pero
Lenin rechazó esta línea de actuación. En las llamadas Tesis de abril alegó que sólo los soviets podían
satisfacer las esperanzas, aspiraciones y necesidades de los trabajadores y el campesinado. El Congreso del
partido bolchevique aceptó el programa de Lenin bajo el lema "todo el poder para los soviets", considerando
la revolución de marzo como la fase burguesa que había de preceder a la inaplazable revolución proletaria.
Después de un fallido levantamiento de los trabajadores en julio de 1917, Lenin pasó en Finlandia los meses
de agosto y septiembre ocultándose del Gobierno Provisional. Durante ese tiempo plasmó su concepción del
auténtico gobierno socialista en el ensayo El Estado y la revolución, su aportación más importante a la teoría
marxista, en el que abogaba por la necesidad de la "dictadura del proletariado" como elemento de superación
del Estado basado en la dominación de unas clases por otras. Asimismo, solicitó en repetidas ocasiones al
Comité Central del partido que promoviera una rebelión armada en la capital. Finalmente su plan fue
aprobado y puesto en práctica el 7 de noviembre (el 25 de octubre según el calendario juliano).
LAS BASES
Pocos días después de la revolución bolchevique de noviembre (octubre), Lenin fue elegido presidente del
Consejo de Comisarios del Pueblo (jefe de gobierno) y tomó las medidas oportunas para consolidar el poder
del nuevo Estado soviético. No se nacionalizaron las empresas privadas, a excepción de los bancos, y Lenin
ideó un programa para el establecimiento del socialismo y evitó la apariencia de un régimen de partido único
mediante la inclusión del Partido Socialista Revolucionario en su gobierno. El principal interés de Lenin era
defender el poder conseguido por los soviets frente a sus
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detractores del interior y el exterior del país; actuando en consonancia con este criterio, aceptó los onerosos
términos de la Paz de Brest−Litovsk. Sin embargo el joven régimen soviético tuvo que pagar el alto precio de
una guerra civil (1918−1921) provocada por quienes consideraban amenazados los
privilegios que tenían durante el régimen zarista, que contaban con el apoyo
de potencias extranjeras. Gracias a la labor del Ejército Rojo, creado y organizado por Liev Trotski, el
régimen soviético salió triunfante de este enfrentamiento.
Cuando terminó el conflicto, Lenin instauró la Nueva Política Económica (NEP), que suponía aceptar la
economía de mercado en la Unión Soviética y restableció la sociedad pluralista que había existido durante los
primeros tiempos del régimen; no obstante, exigió la prohibición del multipartidismo e insistió en el principio
de que un sólo partido controlara el poder.
La primera de las tres apoplejías que sufrió Lenin en mayo de 1922 le dejó incapacitado para cumplir con las
obligaciones de su cargo. Aunque mostró alguna mejoría, nunca volvió a desempeñar un papel activo en el
gobierno o en el partido. Se había recuperado parcialmente a finales de 1922, pero sufrió un segundo ataque
en marzo de 1923 en el que perdió el habla. Concluía así definitivamente su carrera política. Falleció el 21 de
enero de 1924 en la localidad de Nizni Nóvgorod, situada en las proximidades de Moscú.
VALORACIÓN
Lenin fue el verdadero teórico de la Revolución Rusa, permitiendo que los bolcheviques alcanzaran la victoria
y se mantuvieran en el poder. Sus biógrafos y críticos interpretan su pensamiento de diferentes formas.
Mientras que unos aprecian una continuidad entre las ideas de Lenin y las de Stalin, otros hacen hincapié en la
Nueva Política Económica, de la que fue partidario en los últimos años de su vida. La mayoría de los
estudiosos coinciden en que fue el líder revolucionario más importante de la Europa del siglo XX.
PROTAGONISTA 2: STALIN
INTRODUCCIÓN
Stalin (Iósiv Visariónovich Dzhugachvili) (1879−1953), político soviético de origen georgiano, moldeó los
rasgos que caracterizaron al régimen de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URRS), Estado del que
fue su máximo dirigente (1929−1953), y configuró más que ningún otro gobernante la Europa posterior a la
II Guerra Mundial.
Iósiv Visariónovich Dzhugachvili (hacia 1910 adoptó el apodo de Stalin, en español, 'Acero') nació el 21 de
diciembre de 1879, en Gori (Georgia). Sus padres eran campesinos georgianos y no hablaban ruso, pero Stalin
fue obligado a aprenderlo cuando asistió a la escuela religiosa de Gori (1888−1894), centro en el que obtuvo
una beca para acudir al seminario ortodoxo de la capital georgiana, Tbilisi. 26
EL REVOLUCIONARIO
Mientras estudiaba teología, Stalin leyó, entre otras obras, Das Kapital (El Capital) de Karl Marx y pronto
adoptó el marxismo ruso como forma de pensamiento. Fue expulsado del seminario en diciembre de 1899,
días antes de cumplir 20 años de edad.
Se afilió al Partido Obrero Socialdemócrata Ruso en 1899 y actuó como propagandista entre los trabajadores
de los ferrocarriles de Tbilisi. La policía le detuvo en 1902. Arrestado en Batum, estuvo más de un año en
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prisión antes de ser exiliado a Siberia, de donde escapó en 1904. Fue la primera de las ocho detenciones que
sufrió bajo el régimen zarista; la última se produjo en 1913 y duró hasta 1917.
A su regreso de Siberia en 1904 Stalin se casó con Yekaterina Svanidze, que murió en 1910. Su segunda
esposa, Nadezhda Alliluyeva, con la que había contraído matrimonio en el año 1919, se suicidó en 1932.
Durante los últimos años del régimen zarista (1905−1917) Stalin apoyó siempre a la facción bolchevique del
partido, pero su contribución fue más pragmática que teórica. Así, en 1907, ayudó a organizar un atraco a un
banco de Tbilisi para 'expropiar' sumas de dinero. Lenin le nombró en 1912 miembro del Comité Central del
partido. Al año siguiente, editó, por poco tiempo, el recién creado periódico del partido, Pravda (Verdad) y, a
petición de Lenin, escribió su primera gran obra, El marxismo y la cuestión nacional. Sin embargo, antes de
que se publicara (1914), fue deportado a Siberia.
Tras la revolución de marzo de 1917 (febrero según el calendario juliano), Stalin regresó a San Petersburgo,
donde reanudó la publicación de Pravda. Junto a Liev Kámenev, controló las decisiones del partido en la
capital antes del regreso de Lenin en abril. Ambos propugnaron una política de moderación y cooperación con
el gobierno provisional.
SU ASCENSO POLÍTICO
Dada su categoría de bolchevique experto en nacionalismo, Lenin le escogió como comisario del pueblo para
las Nacionalidades tras la revolución de noviembre (octubre según el calendario juliano). Junto a Yákov
Mijáilovich Sverdlov y Liev Trotski, asesoró a Lenin durante los primeros y difíciles momentos de la guerra
civil que siguió a la Revolución Rusa. Stalin participó en esa guerra como comandante en varios frentes.
Reforzó su posición en el seno del partido por su obstinado trabajo de organización y dedicación a las tareas
administrativas del mismo. Fue comisario del pueblo para el Control del Estado entre los años 1919 y 1923, y,
lo más importante, se convirtió en secretario general del partido en 1922. Desde entonces surgieron las
diferencias de opinión con Lenin, el cual en su testamento político aconsejó el cese como secretario general de
Stalin, por lo que éste ocultó dicho documento.
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EL DICTADOR
Tras la muerte de Lenin, Stalin se unió a Grígori Zinóviev y a Kámenev para, los tres juntos, gobernar el país.
Con esos aliados temporales, Stalin actuó contra su gran rival Trotski, principal candidato para suceder a
Lenin y cuya teoría de la revolución permanente contrastaba con la opinión del triunvirato que defendía 'la
construcción del socialismo en un sólo país'. Una vez eliminada la amenaza de Trotski, Stalin giró de nuevo,
alineándose con Nikolái Bujarin y Alexéi Ivánovich Ríkov en contra de sus antiguos compañeros. En
respuesta, Trotski, Zinóviev y Kámenev desafiaron la autoridad de Stalin al considerase como la 'oposición de
izquierdas'. Stalin venció a todos sus rivales gracias a una hábil manipulación y utilización de los órganos del
partido y del Estado, y en 1929, ya había consolidado su posición como reconocido sucesor de Lenin y
reforzado su poder como líder único de la Unión Soviética.
Ante el descenso de la productividad agraria a finales de la década de 1920, Stalin reaccionó con el abandono
de la NEP (Nueva Política Económica) y el inicio en 1929 de un programa de colectivización acelerada,
dirigida contra los kulaks (campesinos propietarios). Millones de kulaks fueron deportados y miles de ellos
murieron durante la aplicación de esta política que fue especialmente dura en regiones como Ucrania. El
proceso de industrialización desarrollado durante la década de 1930 tuvo mucho más éxito. Elevó a la atrasada
URSS al nivel de otras potencias industriales.
A mediados de la década de 1930 Stalin inició una gran campaña de terror político. Las purgas, los arrestos y
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las deportaciones a los campos de trabajo afectaron a gran parte de la población de la URSS. Sus antiguos
rivales, Zinóviev, Kámenev y Bujarin admitieron durante una serie de juicios multitudinarios y con muy pocas
garantías las acusaciones de crímenes contra el Estado y fueron condenados a muerte. Un número
indeterminado de dirigentes del partido y del Ejército desaparecieron durante este periodo, lo que despejó el
camino a una nueva generación en la que se encontraban futuros dirigentes como Nikita Jruschov y Leonid
Brezhnev. La dictadura del proletariado se había convertido en la dictadura de la burocracia del Partido
Comunista de la Unión Soviética (PCUS) y del propio Stalin; el temor inspirado por la policía secreta política
formaba parte esencial del régimen. Véase KGB.
EL LÍDER DURANTE LA GUERRA
Pese al Pacto Germano−soviético de 1939, las tropas alemanas invadieron la Unión Soviética en junio de
1941 durante la II Guerra Mundial. El Ejército soviético (el Ejército Rojo) se encontraba muy debilitado por
las purgas políticas de la década de 1930. Stalin dirigió personalmente la guerra contra la Alemania nazi y,
tras la victoria soviética en la batalla de Stalingrado, se convirtió en uno de los líderes mundiales.
Stalin participó en las conferencias de Teherán (1943), Yalta (1945) y
Potsdam (1945), en las que logró el reconocimiento internacional de una
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esfera de influencia soviética en la Europa del Este. Acabada la guerra, extendió el dominio comunista sobre
la mayor parte de los países liberados por el Ejército soviético, en los que se establecieron las denominadas
democracias populares, uno de los elementos que propició el inicio de la Guerra fría. En enero de 1953 ordenó
la detención de numerosos doctores en medicina de Moscú, principalmente judíos, acusándoles de asesinatos
médicos y de conspiración contra el Estado. El llamado 'complot de las blusas blancas' parecía presagiar una
nueva purga, que sólo evitó el repentino fallecimiento de Stalin el 5 de marzo de 1953 en Moscú.
VALORACIÓN
Stalin ha pasado de ser considerado un mito del socialismo internacional a estar incluido en la nómina de
dictadores irracionales del siglo XX. No en vano se conoce como estalinismo al régimen político
caracterizado por el rígido autoritarismo comunista. Tres años después de su muerte, el XX Congreso del
PCUS denunció a Stalin y comenzó el denominado proceso de desestalinización.
BIBLIOGRAFÍA COMENTADA
1º)−Máximo Gorki, LA MADRE, Edaf, 1970, Madrid.
2º)−Francisco Diez del Corral, LA REVOLUCIÓN RUSA, Anaya, 1989, Madrid.
3º)−Ramón Villares y Ángel Bahamonde, HISTORIA DEL MUNDO CONTEMPORÁNEO, Santillana,
2000, Madrid.
4º)−VVAA, PROTAGONISTAS DE LA HISTORIA, Olimpo, 1993, Barcelona.
Respecto al primer libro, es la novela de la cual teníamos que realizar el trabajo, la cual refleja muy bien la
sociedad rusa y sobre todo el pueblo obrero.
Esta relacionado con la Revolución rusa, básicamente en su comienzo y
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nos muestra el inició de un trabajo por parte de la protagonista de la obra que después será conseguido,
mostrándonos el sufrimiento que tuvieron que padecer muchas personas hasta llegar a su fin, la implantación
del comunismo, meta también propuesta por el autor de la obra Máximo Gorki en la cual refleja su propio fin.
En el segundo libro, trata fundamentalmente la Revolución rusa, periodo histórico en el cual se desarrolla esta
historia.
Su contenido me ha parecido extenso, yo no podía ponerlo todo en el trabajo y he tenido que ir seleccionando
las partes más importantes ayudándome también del tercer libro.
Y en el cuarto libro, he sacado básicamente biografías de los personajes más importantes de este
acontecimiento.
En general me han sido útiles todos los libros, aunque me habría gustado encontrar alguno que hable
exclusivamente sobre los obreros de este periodo.
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ÍNDICE
CONTENIDO PAGS.
Resumen del argumento......................................................................−1−
Biografía del autor................................................................................−2−
Condiciones y causas por las cuales el autor escribe la novela..........−3 a 4−
Ideología del autor y la novela.............................................................−5 a 11−
Cronología de la Rev. rusa..................................................................−11 a 13−
Periodo histórico sobre el que trata la novela.....................................−13 a 23−
Protagonista 1: Lenin..........................................................................−23 a 26−
Protagonista 2: Stalin.........................................................................−26 a 29−
Bibliografía comentada......................................................................−30−
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