Manejo de heridas en rumiantes

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COMPLICACIONES LOCALES DE LOS TRAUMATISMOS EN RUMIANTES
Vet. Carlos Hernán Moscuzza
La resolución de las heridas en el caso de los rumiantes presenta diferencias a destacar
en relación a las otras especies domésticas. En relación a las condiciones del medio, en
general, un traumatismo en un rumiante, ya sea una contusión o una herida, va a sufrir
una contaminación bacteriana. Los procesos inmunológicos del rumiante, rápidamente
localizan y encapsulan al proceso séptico. En consecuencia la complicación más
frecuente de los traumatismos en el rumiante es el desarrollo de abscesos.
COMPLICACIONES DE TRAUMATISMOS CONTUSOS
ABSCESO (PIOCELE)
Es una forma exudativa de tipo supurativo que se caracteriza por la colección de
material purulento en una cavidad neoformada perfectamente delimitada. Dicha cavidad
se labra a expensas de la destrucción de los tejidos de la zona.
Su instalación implica la existencia de una buena respuesta de los sistemas de defensa
del organismo, los que son capaces de circunscribir y encapsular el proceso evitando su
diseminación.
Según su localización, los abscesos se clasifican en superficiales y profundos. Los
abscesos superficiales involucran el tejido celular subcutáneo, porciones del panículo
adiposo y masas musculares superficiales. En el bovino es común el desarrollo de
abscesos en relación a la aplicación de fármacos vía intramuscular cuyos excipientes ya
sea por sus características químicas o por el volumen total inoculado en el sitio de
aplicación producen una reacción inflamatoria localizada. En muchos casos, el pus
formado en este tipo de abscesos es aséptico.
Los abscesos profundos escapan a la exploración externa por estar ocultos entre masas
musculares abundantes, o encontrarse en órganos. En el bovino es común encontrar
abscesos como hallazgos de faena localizados en hígado, la formación de los mismos se
remite al período neonatal del animal cuando por un incorrecto cuidado del ombligo, el
animal cursó una onfalitis cuyo proceso séptico se difundió a la vena umbilical y por
último al hígado desarrollando allí un absceso.
En un absceso pueden diferenciarse claramente el contenido y el continente. Descrito
desde el interior al exterior, se observan:
- Cavidad de neoformación, donde se encuentra el pus y los restos necróticos.
La cavidad puede ser única o estar lobulada.
- Membrana fibrinoleucocitaria, que se constituye como una capa limitante
interna.
- Banda de tejido de granulación
- Cápsula fibrosa, producida por la reacción y movilización del tejido conectivo
Signos clínicos:
En el caso de un absceso superficial los signos clínicos son los de la inflamación aguda,
dolor, calor y tumefacción (Figura 1).
Figura 1: Absceso en región cervical proximal en ternero Holando Argentino
Diagnóstico diferencial:
Hematomas
Seromas
Tumores benignos de piel
Quistes sebáceos
Hernias
Eventraciones
Actinomicosis
Tratamiento:
Abscesos en formación (aquellos donde todavía no se formó la neocavidad con pus):
Antibióticos (penicilina-estreptomicina)
Abscesos formados (con cavidad llena de pus):
NO se usan antibióticos por la dificultad de superar las membranas que rodean al
foco séptico.
Drenaje:
1) localización del punto declive con menor resistencia
2) incisopunción con bisturí
3) evacuación de contenido
4) exploración de la cavidad, desbridamiento de tabiques (curetaje)
5) contraabertura en dorsal mediante incisopunción con bisturí
6) lavado por arrastre con solución AA de iodopovidona solución y
agua oxigenada.
7) Colocación de drenaje fenestrado alrededor de 5 días
COMPLICACIONES DE HERIDAS
CICATRIZACIÓN RETARDADA: ÚLCERAS
Las úlceras constituyen un trastorno de la cicatrización caracterizado por la pérdida de
sustancia de los tejidos de revestimiento que no evoluciona hacia la reparación sino que
tienden a persistir, crecer y con frecuencia, recidivar.
Tratamiento general de las úlceras:
•
Desbridamiento quirúrgico para eliminación de restos necróticos hasta
puntillado hemorrágico para este procedimiento además del uso del instrumental
quirúrgico convencional es de utilidad la realización de un raspado con una
cureta (Figura 2.a).
•
Desbridamiento químico: ácido metacresol sulfónico
•
Antibióticos vía sistémica. En el caso de úlceras podales se prefiere el uso local
de antibióticos como la nitrofurazona (Figura 2.b).
•
Tratamiento con azúcar granulado.
•
Tratamiento con queratoplásticos (sulfato de zinc), queratolíticos (sulfato de
cobre), astringentes (negro de humo), en el caso de úlceras podales. Como la
forma de presentación de estos fármacos es en polvo, para su colocación se
utiliza una compresa. (Figura 2.b).
•
Vendaje redondo, que compromete a ambos dedos, realizado con venda Cambric
de 7 cm de ancho (Figura 2.c).
•
Impermeabilización del vendaje con cinta plástica tramada, el tramado otorga
mayor resistencia y durabilidad al vendaje (Figura 2.d).
No dejar vendajes por más de cinco días, en caso de ruptura del vendaje, debe
cambiarse a la brevedad.
a
b
c
d
Figura 2: Tratamiento de una úlcera podal en novillo Hereford
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