deshumanizacion de la medicina

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DESHUMANIZACION DE LA MEDICINA
Como dirigida por un cerebro mágico, va produciendo un
malestar entre quienes trabajan en un hospital recién
traspasado; malestar que luego se transforma en aversión.
Creo que esa aversión es un recurso de defensa.
La Caja desea absorberlo todo. El sistema que usa
para esa absorción es despersonalizarlo todo, instituciones
y personas. Instituciones a las que pasa a formar parte de
una red y personas a las que convierte en pieza de un
engranaje. Los empleados, a fIn de cuentas, Son personas,
y reaccionan como tales.
Ejemplos de esto hay muchos. Vaya dar algunos.
Dr. Fernando Trejas Escalante
La papelería que utiliza, borra el nombre de la
institución hospitalaria y únicamente aparece el nombre
de la Caja. A partir del traspaso el nombre del Hospital
San Juan de Dios, venerado por tantos durante más de un
siglo, desaparece. Cede su campo al de Caja Costarricense
de Seguro Social.
Me propongo decir algo aquí sobre la
deshumanización de la medicina, pero no en su sentido
profundo y filosófico que el tema permite, sino en el
sentido concreto que provoca en nuestro medio la Caja
Costarricense de Seguro Social. No por eso menos
importante.
En varias oportunidades -creo que sólo con una
excepción reciente- cuando un grupo de profesionales del
Seguro Social realiza un trabajo especial, hace algo
relevante, la Caja lo publica impersonalmente, sin citar los
nombres de quienes tuvieron el mérito.
Lo hago desde una trinchera favorable: la Jefatura
d.e Consulta Externa del Hospital San Juan de Dios. Desde
ahí observo cada día como en nuestro viejo Hospital, por
el sólo hecho de haberse traspasado a la Caja, se va
perdiendo el calor humano que tuvo por más de un siglo.
Por otra parte, al ocurrir un traspaso, comienzan los
seminarios, los cursos de relaciones humanas y otras
actividades semejantes, sin preocupación alguna porque
haya que suspender determinados servicios, para que el
personal pueda asistir a ellos. Comienza el bombardeo de
los instructivos, de las encuestas, de los reglamentos y de
las circulares, a través de todas las cuales el personal del
hospital traspasado se entera de muchas cosas, casi todas
desagradables, absurdas o innecesarias.
¿A qué se debe esto?
Debe haber muchas causas para ello. Voy a sefialar
algunas que a mi juicio existen. Y lo hago sín querer
mortificar a nadie. Simplemente tratando de explicar algo
que a todos interesa, que todos desearnos que no se
produzca más.
Por medio de una de las circulares, los profesionales
del Hospital fuimos notificados, nada menos, que "Toda
investigación médica y biomédica tiene que ser autorizada
por la Comisión de Investigación del Centro de Docencia
de la Caja Costarricense de Seguro Social". Esto es
ilógico, porque la investigación, como toda obra creativa,
tiene que ser libre, porque es espontánea. Es como la obra
de arte.
Sólo puede humanizarse o deshumanizarse aquello
en que interviene el ser humano. Esto es elemental. Son
los seres humanos, con su actitud, los que dan o no
humanidad a sus actos. Es la actitud de quienes trabajan
en un hospital lo que le imprime calor o frialdad al trato
que el enfermo recibe.
Desde el mOJ11ento mismo en que asume un
hospital, la Caja -obviamente sin darse cuenta- comienza
a intervenir para que el personal que en él trabaja cambie
de una buena aetitud a una mala actitud. La Caja no es
un mal patrono. Por el contrario, paga mejores sueldos,
contribuye para un fondo de retiro de los empleados, les
da otros beneficios, cumple con las leyes sociales. Pero
logra, sin proponérselo, que el personal vaya,
paulatinamente, sintiendo una incomodidad hacia ella.
Otra de las circulares, acompañada de un folleto,
informa al cuerpo médico la lista de medicamentos que
han sido excluídos del Formulario Terapéutico de la
institución. Entre esos medicamentos hay algunos que los
médicos han usado con éxito durante varias décadas, pero
. son sustituidos por otros, probablemente magníficos, pero
que muchos médicos no conocen o, al menos, no están
familiarizados con su uso. Esta sustitución de
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Al producirse el traspaso de un hospital, los
administrativos-cajistas, con su lógica, inician con gran
entusiasmo el proselitismo entre el personal administrativo
que se encuentran en ese hospital. Como es natural, dan
mayor preferencía a quienes son dóciles y se dejan
transformar con facilidad. Este proceso de proselitismo
tiene como fin posterior hacer que todos los hospitales o
centros médicos que absorben, funcionen exactamente
igual uno que otro.
medicamentos es inmediata, tan pronto se agoten las
existencias de los otros, porque así.10 dispuso el Comité
de Farmacoterapia.
Comienzan también, COn el traspaso, los cambios de
nombre que tradicionalmente han tenido los Servicios del
Hospital. Preferentemente se cambia el nombre de
Servicio por el de Unidad. (He recibido cartas dirigidas a
mí, Jefe de Consulta Externa del Hospital, como "Jefe de
la Unidad Estructurada para Pacientes Externos").
Pero, a su paso por la institución nueva, encuentran
también a funcionarios a los que no es tan fácil
catequizar, funcionarios que no· están de acuerdo, muchas
veces, con las nuevas modalidades, porque creen
firmemente que lo que han venido haciendo está bien y
luchan por mantenerlo. Eh esa lucha casi siempre pierden.
Al fín Y al cabo la Caja es la Caja. Pero pierden algo más:
la dulzura del carácter. Se vuelven, cuando menas,
ásperos.
Aparte de la despersonalización de todo, de los
seminarios, de los cursos de relaciones humanas, de los
instructivos, de las encuestas, de los reglamentos y de las
,circulares; aparte de las decisiones imprevistas, que ya van
minando el ánimo de quienes por años han trabajado en
otra forma, con respeto y libertad, el traspaso de un
hospital produce todavía otras calamidades. Entre éstas
están los asesores y los administrativos.
Sobre esto quiero dejar muy claro que, en mi
opinión, la mayoría de las personas que ocupan cargos de
asesores o en la administración del Seguro Social, son
magnífICOS funcionarios. La culpa no es de ellos; es del
sistema.
En todo este proceso quien paga los platos rotos es
el enfermo. Al irse poco a poco incomodando a las
personas que laboran para la Caja, al írseles agriando el
carácter, cuando un paciente acude a una consulta o a
una ventanilla en procura de algo, el profesional o el
empleado que lo atiende lo hace de mal modo. El
paciente siente el cambio en la atención que recibe pero
no entiende las causas a las que se debe este cambio.
Los asesores son personas que trabajan en el edificio
de las Oficinas Centrales de la Caja, cada uno
especializado en una de las ramas del saber humano.
Desde ahí pretenden dirigir las actividades de -los colegas
de su especialidad, que trabajan en la Caja en cualquier
lugar del país. Por su preocupación- de uniformar los
sistemas" introducen cmabios en los que han venido
func;ionando durante años en cada hospital. Lo grave es
que, muchas veces, desean hacer esos cambios de un día
para otro. Lógicamente, esto produce fricción, porque en
materia médica, los cambios pueden necesitar un período
de acomodamiento o de aprendizaje. Por ejemplo, si se
cambian los métodos para las pruebas de laboratorio, las
cifras que se dan como resultado de esos exámenes, son
completamente distintas.
Son innumerables las personas que se han
presentado en mi oficina del Hospital San Juan de Dios a
presentar su queja por el mal trato que han recibido o a
preguntarI'ile simplemente porqué ahora, y no antes, todo
el mundo está de mal humor.
Yo sé las razOnes, aunque no se las digo.
Estas cosas no son nuevas, ni se deben, como alguno
pueda creer, al inmenso tamaño que ha adquirido la
institución. Son así desde el comienzo de la Caja. Y creo
que se debe a Un complejo de inferioridad con el que la
Caja nació. Por raro que parezca) el Seguro Social, la
institución más importante y más fuerte que tiene el país,
siempre ha tenido el complejo de que quieran
desaparecerla. La mejor prueba de esto es que cada vez
que una persona propone alguna idea para, a su juicio,
mejorar la seguridad social, le saltan de inmediato estos
cajistas con el cerebro lavado, que están dentro o fuera de
la institución, para atacarlo sin siquiera saber si lo que
propone es bueno o no. Lo importante es acabar de Una
vez por todas con quien tiene alguna idea, diciéndole que
lo que quiere es destruir el Seguro Social. Frase lapidaria
con la que se ha atacado a todo aquél que propone un
cambio en el Seguro Social. Por eso el Seguro Social no
evoluciona: se aumenta, pero no evoluciona. Po r eso algo
tan elemental como las asignaciones familiares se han
colocado fuera del Seguro Social, cuando son el
conlplemento que adelanta el camino para llegar a Una
verdadera seguridad social integral.
Los "administrativos", como se les llama en el
lenguaje de la Caja, son un caso especial. En todos los
hospitales, como en todas partes, ha habido siempre
administradores. Pero los de la Caja son únicos. Tal vez el
problema es que son muchos.
Los administrativos de la Caja padecen de una
enfermedad rara: Hacer difícil lo que Se puede hacer fácil
o sea, hacer complicado lo que por afias se ha hecho sin
complicación. Además les gusta el cambio por el cambio
mismo. Por otra parte, por ser más personas de las
necesarias, están obligados, sin su culpa, a emplear parte
de su tiempo en algo, en algo poco importante, pero que
fastidia a los demás.
Los administrativos de la tienen también algo en
común: son cajistas. Ser cajista es interesarse, en primer
lugar, por la institución. Esto, aparentemente, está muy
bien. Lo grave es que el enfermo o el asegurado en
general vienen después. Y esto ya no está tan bien. Por
este motivo, con su proceder, a la que de verdad
perjudican es a la institución. Cuántas veces toda la
propaganda que la Caja hace, a un alto costo, se desbarata
con una simple actuación de un funcíonario que antepone
los intereses de la institución a los de un enfermo.
Cuánto daño han hecho a la institución tantas
personas que de verdad la quieren, pero que a 10 largo de
los años se han constituido en sus defensores cerrados,
conservadores, que no permiten que en la Caja entre aire
puro, por donde puedan circular todas las ideas
constructivas.
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Estas cosas son importantes. Por eso me decidí a
escribir sobre ellas. En buena parte, lo que aquí hago es
recoger el pensamiento que me han expresado muchos
excelentes funcionarios del Hospital San Juan de Dios,
que ven con gran preocupación el cambio que se está
operando en el viejo y querido Hospital.
. traspasado, especialmente a los profesionales, trabajar en
paz y con la libertad necesaria sin llegar a la anarquía.
Permítase discutir ideas. Todos creemos en el Seguro
Social, todos creemos en la seguridad social como el
mejor medio de protección a todos. Eliminemos las viejas
ataduras para que circule, en esta materia tan importante,
el aire libre de las diferentes ideas. Es absolutamente
necesario quitarle a la actual Caja esa facultad que tiene
de deshumanizar lo que debe ser mll.s humano: el seIVicio
médico.
La solución a estos males no es difícil. Désele a
cada Hospital que se traspasa autonomía administrativa,
aunque obedezca a una orientación común, como es
lógico. Déjese a quienes trabajan en un centro médico
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