3. La tesis de la reestructuración del mundo rural

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3. LA TESIS DE LA REESTRUCTURACION
DEL MUNDO RURAL
La Sociología Rural consolidada en los Estados Unidos se formula
con un carácter aplicado, adscrita a los servicios de intervención de la
administración agraria, con un escaso desarrollo teórico8, una orientación fuertemente empírica y un gran apoyo financiero. Estas circunstancias la dotan con un estatus diferencial y unos problemas específicos
(NEWBY y SEVILLA-GUZMAN, 1983; GARCIA FERRANDO,
1976). Desde los años cuarenta sin embargo, la Sociología Rural norteamericana converge y se reorienta a partir de la antropología funcionalista en una concepción sistémica del estudio de las comunidades rurales (SEVILLA-GUZMAN y SEVILLA-GUZMAN, 1984) dotándose
de un marco teórico que será dominante en las décadas siguientes: el
continuum rural-urbano9. Esta perspectiva de la Sociología Rural se ex8 El proceso de institucionalización de la Sociología Rural en los Estados Unidos
determinó su origen asistencial (etapa "evangelista", como expresaba Nelson (1944) y
su posterior orientación aplicada y empírica adscrita a la Administración Federal (etapa
"positivista"). A principios de los años sesenta Hoffer (1961) y Kaufman (1963), en sus
respectivos discursos ante la Rural Sociological Society, volverán a plantear lo que fue
una problemática permanente en la Sociología Rural norteamericana: su fuerte orientación práctica, su dependencia del entramado burocrático de los "land-grand colleges" y
la necesidad de incardinarla en fundamentos teóricos adecuados. Hoffer identifica cuatro
periodos a través de los cuales esta habría evolucionado desde la precariedad sociológica
del periodo "pre-Purnell" hasta la investigación contemporánea. Es lógico, expresa el
autor que los primeros libros de texto enfatizasen los problemas enumerados en el célebre "Informe" de la Country Life Commission (diferencias rural-urbanas, ventajas y desventajas de la vida agrícola, producción agrícola, instituciones sociales rurales, salud y
sanidad, rentas del trabajo agrícola, movimientos de población, moralidad rural, caridad..) con una tendencia definitivamente descriptiva. La persistencia de la orientación
práctica/aplicada de la investigación fue, sin embazgo, un motivo de preocupación recurrente (GROSS, 1952; SEWELL, 1952, 1965). La polémica sobre las preocupaciones
teóricas y metodológicas colma una voluminosa literatura en la Rural Sociology (vid. entre otros TAVES y GROSS, 1952; L•ARSON, 1959; KAUFMAN, 1963; BEALER, WILLITS y KUVLESKY, 1965; BERTRAND, 1968; FIEGEL, 1969; BEALER, 1969;
GALJART, 1971; FORD, 1973; GALJART, 1973; NOLAND y GALLINER, 1973; BEALER, 1975; STOKES, 1975; LOWRY, 1977; PINHEY, 1978; PICOU, WELLS y NYBERG, 1978) que se ampliará posteriormente con el debate sobre la definición de lo rural surgido de las críticas de los años sesenta a las formulaciones dicotómicas y del continuum, extendiendo así la "era del criticismo" en la Sociología Rural, con la que Gross
etiquetaba a los años cincuenta, también a las décadas posteriores.
9 Para estos autores la obra de LOOMIS, Ch. y BEAGLE, J.A.(1950): Rural Social
Systems: A Textbook in Rural Sociology and Anthropology. Nueva York, Prentice-Hall
viene a jugar un papel esencial en esta evolución. "La visión de un tipo de vida social
que descansa en el consenso, la cooperación y[a solidaridad se percibe hasta cuando se
consideran los grupos de interés y las clases rurales" (SEVILLA-GUZMAN y SEVILLA-GUZMAN, 199 : 72). Las críticas de Lewis a Redfield en su reestudio de Tepoztlán
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porta, con su marco teórico y sus técnicas y presupuestos metodológicos implícitos a todo el mundo, y especialmente a Europa, a partir de la
postguerra.
Sin embargo, en el viejo continente ya existía una larga tradición de
investigaciones sobre el campesinado y las comunidades agrícolas bajo
las rúbricas académicas más variadas (agronomía social, economía
agraria..) (GALESKI, 1977). Esta línea de investigación, con una voluminosa producción en los años sesenta y setenta ha sido descrita como
"estudios carrcpesinos" (GALESKI, 1977; SHANIN, 1979; NEWBY y
SEVILLA-GUZMAN, 1983; SEVILLA-GUZMAN y PEREZ YRUELA, 1978) y consolida una nueva orientación que, retomando el debate
marxista europeo sobre el papel de la agricultura en el proceso de desarrollo capitalista y focalizando su objeto en el estudio del campesinado
como una parte de la sociedad específica que es dominada por la sociedad global, desarrolla una sociología agraria y del campesinado opuesta
y crítica en sus planteamientos teóricos con la anterior10. Esta perspectiacerca del inadecuado uso de la historia, de su cazácter a-conflictual y de su reduccionismo en la orientación del cambio consideradas en el capítulo anterior detectan muy pronto
alguna de las debilidades de este enfoque (críticas que, por cierto, se ha manifestado también en nuesVO país SERRAN (1980) en su revisión crítica del célebre estudio de PITTRIVERS (1971) sobre Grazalema. Como han expresado MARSDEN, LOWE Y WHATMORE (1990), la Sociología Rural encuentra un marco teórico efectivo paza sus investigaciones cuando Redfield, con su modelo folk, pone esta orientación metodológica con la
que erán estudiadas sociedades tribales aisladas en manos de los sociólogos rurales paza
aplicarlo a las comunidádes rurales contemporáneas. Estas son concebidas al modo de las
anteriores, esto es, como un todo integrado, más o menos aisladó, que es modificado a
medida que entra en contacto con el exterior. Las investigaciones se llevaron a cabo así
sobre dos líneas complementarias: 1) la investigación de los procedimientos y mecanismos internos de la sociedad tradicional y 2) sobre los cambios que experimentan las mismas cuando son progresivamente integradas en la sociedad global. Se trataba, por tanto,
de estudios de estabilidad y de cambio en los cuales las fuerzas de la estabilidad siempre
eran intrínsecas a la sociedad rural y los de cambio extrínsecos (con origen en la sociedad urbano-industrial) (MARSDEN, LOWE Y WHATMORE, 1990). En la órbita anglosajona florecen los `comuniry studies' bajo el marco teórico del continuum rural-urbano
paza ubicar la comunidad especifica en su evolución hacia la urbanización o la modernización
'
10 El marco teórico y la estrategia metodológica de los trabajos de esta perspectiva
contrastarán de manera evidente con la Sociología Rural norteamericana institucionalizada y su orientación teórica funcionalista posterior. Si aquella consideraba la agricultura
en tanto ocupación, en Europa esta línea estudiazá el campesinado como entidad social
(GALESKI, 1977). Desde la confluencia de distintas tradiciones intelectuales se converge en el estudio del campesinado como tipo específico y universal de estudio, diferenciado como economía (CHAYANOV, 1985), como clase social (SHANIN, 1966) y como
cultura (FOSTER, 1965; BANDFIELD, 1971; REDFIELD y SINGER, 1971; CONTRERAS, 1984), mientras que en los Estados Unidos se trata más bien de una sociología de
la agricul'tura (GALESKI, 1977) que, desde el Irabajo de Redfield, se remodela al estudio
los procesos de cambio en la comunidad rural.
^ó
va de la Sociología Rural se ocupa de la evolución del campesinado y
sus características propias't, de la especifidad de la explotación campesina como lugar de trabajo (GALESKI, 1977), de su posición asimétrica
respecto a la sociedad global, de la familia campesina, etc. Desde esta
perspectiva, sobre un marco histórico y dialéctico, podría estudiarse el
mismo ejemplo utilizado en el enfoque funcionalista-sistémico como
una comunidad campesina inmersa en una sociedad nacional concreta
donde lo esencial no es tanto diferenciar entre campesinos y no-campesinos sino entre aquellos y los agentes implicados en su dominación
económica, política y cultural de estas comunidades (NEWBY y SEVILLA-GUZMAN, 1983: 152-153)
En nuestro país, donde la cuestión social ha sido durante mucho
tiempo la cuestión agraria, estas circunstancias estimularon la temprana aparición de trabajos en los que Sevilla-Guzman encuentra las aportaciones seminales de los estudios campesinos (Florez Estrada, Joaquín
Costa, Juan Diaz del Moral y otros precursores como Bernaldo de Quirós o Pascual Carrión). Esta perspectiva, sin embargo, no será retomada hasta los años setenta. El periodo postbélico hizo desaparecer una
problemática que se enraizaba en las propias causas del conflicto.
Desde los años sesenta sin embargo, ante los profundos cambios
que experimenta el país, la investigación sobre el mundo rural va a tener un lugar primordial en la producción sociológica (DE MIGUEL y
MOYER, 1979). Algunos de estos trabajos se caracterizarán por una
orientación teórica que permite encuadrarlos dentro de la perspectiva
que abordamos, los "estudios campesinos ", bien por su enfoque sobre
el campesinado o el tratamiento de la cuestión agraria. Ortí (1992), en
un esclarecedor artículo reciente ha considerado la relevancia y estrategia teórica de la que denomina "nueva economía y sociología estructural de los años sesenta y setenta". Los trabajos de Perez Diaz (1972),
Etxezarreta (1977), Castillo (1979), Naredo (1971), Naredo et alts.
(1975), Barón (1971), Flores (1969) y Sevilla-Guzman (1979) conformarían los textos fundacionales de esta línea de investigación. Como
señala Ortí (1992), el marco ideológico y metodológico en el que se
formula en nuestro país esta nueva economía-sociología estructural de
^^ Apunta Shanin la dificultad paza cazacterizar al campesinado con unos rasgos generalizables pero pazece comunmente aceptado que un modelo típico debería incluir: 1)
la granja familiar campesina como la unidad básica de una organización social multidimensional (unidad de trabajo y de consumo que se perpetua a sí misma), 2) el cultivo de
la tierra como el medio principal de subsistencia paza satisfacer la mayor pazte de las necesidades de consumo, 3) una cultura tradicional específica relacionada con la forma de
vida de las comunidades pequeñas (preeminencia de actitudes tradicionales) y 4) su posición subordinada dentro de la sociedad y la dominación del campesinado por grupos extraños al mismo (donde su sujeción política se conecta con la subordinación cultural y su
explotación económica), SHANIN, T. (1971) opus cit., pp. I 1-12.
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los año^ sesenta y setenta supuso, en su momento, "una auténtica inversión teórica, metodológica e ideológica" en el tratamiento de la
cuestión agraria y el campesinado. Los textos precursores de la misma
"llevan con mayor o menor intensidad en su análisis la marca originaria del `modelo clásico marxista de desarrollo del capitalismo en la
agricultura', tanto en lo que iluminan como en sus limitaciones y puntos ciegos" (ORTI, 1992)1z.
Adoptar la visión histórica de las transformaciones de la agricultura bajo el modo de producción capitalista suponía también centrar todo
el análisis de lo naral en la dimensión agraria, en como el capital transforma la agricultura y periclita las formas de producción y propiedad
tradicionales para crear otras nuevas.
Tanto desde un enfoque sistémico sobre la comunidad o la ocupación agricola como desde un enfoque marxista-estructural sobre el
campesinado o la agricultura en el modo de producción capitalista, ambas perspectivas han concentrado su análisis en la dimensión agraria de
la ruralidad. Sin embargo, ya desde los años sesenta, el mundo rural en
los paises industrializados experimenta, si bien solo recientemente se
hacen evidentes, mutaciones profundas (CEE, 1989) que vienen transformando las referencias y coordenadas con las que ha sido entendido
hasta el momento: agricultura, aislamiento y emigración. Estos cambios obligan a una reforrtiulación de las estrategias teóricas y metodológicas. Si continuáramos hoy día identificando lo rural con lo agrario
y la población ocupada en la agricultura nos encontrariamos inevitablemente analizando un mundo en declive (BERLAN-DARQUE y COLLOMB: 1991) e ignorando„ por otro lado, a buena parte de sus residentes.
El sentido de las migraciones y de la localización de las actividades se invierte durante las últimas décadas en los paises de capitalismo
12 A1 realizaz esta inversión teórica, metodológica e ideológica del enfoque tradicional de la cuestión agraria española, señala Ortí, los brillantes economistas y sociólogos
de los años sesenta no carecían de realismo: la inviabilidad de gran parte de las explotaciones tradicionales, el proceso de concentración y modernización tecnológica, el éxodo
rural masivo y la desertización de numerosas zonas del país, el proceso urbano-industrial
ponían en evidencia la aparente imposibilidad de preservación de las estructuras del
mundo campesino tradicional o más específicamente de las pequeñas explotaciones agrarias familiares. Sin embargo, como ha expresado Perez Touriño, el campesinado, como
una categoría universal, a-histórica, "se vuelve antagónico con su conceptualización a
partir de una esencia o núcleo invariante de características,... Supone, en definitiva, proponer como reductibles, la entidad social y posiciones de clase del campesinado siervo
sometido al pago de la renta feudal, junto con la pi-oducción parcelaria del Marx del 18
Brumario, e[ campesinado ruso de la transición del X/X al XX, cuyas bases de reproducción se asentaban en la propiedad comunal y en su pertenencia al 'mir' o el campesino
de[ modo de producción de linaje...en la Africa precoloniaP', PEREZ TOURIÑO,
(1983): 146).
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avanzado, donde las áreas rurales experimentan un incremento de población y unos saldos migratorios positivos respecto a las zonas urbanas y tasas más elevadas en cuanto a la generación de empleos (OCDE,
1990b; ITUR, 1988). Se habla del "rural turnaround" (FUGUITT,
1985), del "renacimiento rural" (KAYSER, 1990).
El incremento de la movilidad viene a sustituir al éxodo migratorio
(CAMARERO, 1992, 1993). Los grupos que protagonizan las migraciones ya no son los expulsados de la actividad agraria a la ciudad, los
movimientos se producen en ambas .direcciones y se adscriben a otras
ocupaciones y grupos de edad (GARCIA BARBANCHO y DELGADO, 1988). Procesos de industrialización rural, de descentralización,
de desarrollo local, transforman estos espacios (MOLINERO, 1990) y
a menudo unas economías antes basadas en los recursos naturales y
ahora se definen por los recursos humanos (BLAKELY, E.J. y
BRADSHAW, T.K.; 1985). Procesos descentralizadores en la esfera
del poder institucional (OCDE, 1990a) refuerzan la capacidad de actuación de las comunidades locales sobre su entorno inmediato. La mejora
de las comunicaciones y la generalización del transporte privado imponen una progresiva constricción del espacio físico, un incremento de la
accesibilidad y la generalización de la movilidad, de los movimientos
pendulares residencia/trabajo (CLOUT, 1976, 1984) en ambas direcciones (de la'ciudad a los municipios rurales y viceversa). La movilidad, tradicionalmente estudiada en los grupos urbanos, deviene una característica también de la ruralidad actual (FUGUITT, 1991). Se ha incrementado la capacidad del individuo para permanecer conectado
pero progresivamente desubicado de los lugarés para el trabajo o la residencia (DILLMAN, 1985). Es evidente que ha habido una infructuosa tendencia a buscar una relación entre las categorías espaciales y las
sociales. Esta relación sin embargo cada vez es más dificil de establecer en una sociedad progresivamente "nómada" (ATTALI, 1991), en
constante mutación y movilidad.
There has also been a change in the relationship between
social actors and space. To describe the new relationship being
established between the individual and geographical space metaphorically, one might speak of a general tendency towards the
nomadic, or rather multiple-locality (MORTMON, 1990:32)
Buena parte de estos cambios encuentran su origen en procesos radicados en la esfera de la producción (procesos y mercados de trabajo,
desregulación, mayor movilidad del capital y del trabajo) (MASSEY,
1979, 1984; MARSDEN, LOWE et alts, 1990), dimensión que será enfatizada en las líneas que siguen. Otros pueden articularse en la del
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consumo (segundas residencias, nueva conciencia medioambiental,
etc.) a partir de una nueva valoración social de estos espacios (CAMARERO, 1993) y la cultura (INGLEHART, 1991).
El desguace del marco teórico del "continuum rural-urbano" llevó
a una revisión del estudio de la ciudad a partir de la crítica radical-marxista (Lefevbre, Castells, Harvey), integrando el análisis en una perspectiva holística para explicar "la cuestión urbana" (CASTELLS,
1977). La sociología rural, sin embargo, no experimenta una revisión
semejante. Es mas, la puesta en cuestión de los métodos utilizados, de
las categorías y de la propia sociología rural ha llevado a la necesidad
de trascender la encrucijada de la definición teórica de lo rural y aceptar que no se requiere un análisis específicamente "rural" para abordar
los cambios experimentados en las últimas décadas.
Who now would argue the utility of `urban' and `rural'?
There is now, surely, a general awarness that what constitutes
`rural' as theoretical, as opposed to describe terms? Who, too,
would wish to see a discussion of important socio-spatial issues
bogged down in definitional debates about `urban' and `rural'?
(NEWBY, 1986: 209)
Desde la geografía neomarxista inglesa y la Sociología Rural se
elabora recientemente una orientación teórica que, partiendo del cuestionamiento de la variable rural-urbana y de la necesidad de divorciar
lo rural y lo agrícola definitivamente, aborda el estudio de estos nuevos
procesos de reestructuración rural13. Como expresan Lowe, Marsden y
Munton (1990) la tesis de la reestructuración como marco teórico y
conceptual no resuelve todas las necesidades de un programa de inves-
13 Vid. LOWE, Ph.; MARSDEN, T. y MUNTON, R.(1990): The Social and Economic Reestructuring of Rural Britain: a position statemenr. ESRC Countryside Change
Working Papers Series, n° 2, Universidad de Londres y Newcastle. Desde finales de los
años setenta la problemática rural es estudiada en el contexto de unos procesos de reestructuración global que no son ni exclusivos del sector agroalimen[ario ni esencialmente
rurales pero que alentaban lo que fue denominado nueva sociología rural. En el centro
del análisis subyace el debate sobre la movilidad del capital y los procesos de acumulación. La movilidad se asocia con la necesidad de reestructurar la producción para superaz
las periódicas caídas de la tasa de beneficio, los excesos en la capacidad de producción o
circuns[ancias específicas del mercado mediante la introducción de nuevas [écnicas o
condiciones de empleo, la extensión de los mercados o la sustitución del capital existente. Así,la consecuencias de la reestructuración no son solo económicas sino que se extienden a las dimensiones social, política y geográfica, aunque el énfasis de esta literatura
fuera dirigido a explicaz los cambios estructurales dentro de la economía global y sus
consecuencias en las economías regionales y la organización del trabajo y la reestructuración de los mercados de trabajo locales.
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tigación, pero representa una posición integrativa y holística sobre la
naturaleza del cambio, pues se preocupa por la relación entre las fuerzas globales del mismo y su expresión local. El foco del análisis se
traslada aquí desde el episodio pasado de lo agrario hasta los actuales
procesos macroeconómicos y las nuevas formas de acumulación capitalista14. La variable rural-urbana es abandonada definitivamente como
categoría explicativa y el concepto es utilizado más bien, como una categoría que permite identificar el pasado del que proceden estas sociedades y espaciosls
Dada la capacidad del capital para independizarse de las constricciones físicas y geográficas, este obtiene una nueva rentabilidad a partir
de la relocalización de las inversiones y actividades, aprovechando así,
ventajosamente, la desigualdad social conformada entre las regiones y
generando sucesivas y diferenciadas estrategias de inversión (rounds),
que establecen continuas divisiones del trabajo y modifican en uno u
otro sentido las economías locales (MASSEY, 1979) y la composición
de su estructura de clases (BRADLEY y LOWE: 1984). Cada localidad
concreta ostenta una configuración económica y social específica
'^ Vid. MASSEY, D. (1979), op. cit. y(1984) op. cit.; BRADLEY, T. y LOWE, P.
(Eds)(1984): Localiry and Ruraliry: Economy and Sociery in Rural Regions. Norwich
Geobooks; WHATMORE, S.; ESRC Countryside Change Initiative (1989): "The
Countryside in Question: A Research Strategy", Working Paper Series, n° 1, University
of London and Univ. of Newcastle; MUNTON, R. y MARSDEN, T. (1990): "The Rural
Reestructuring Process: Emerging Divisions of Agricultural Propérty Rights ", en Regional Studies, vol. XIII, n°1, pp. 27-38; MARSDEN, T.; LOWE, P. y WHATMORE, S.
(Edt.)(1990): Rural Reestructuring. Londres, David Fulton; MARSDEN, T.K. y MURDOCH, J. (1990): "Reestructuring ruraliry: Key areas for development in assessing rural change ", en ESRC Countryside Change Working Paper n° 4(University of Newcastle); MARSDEN, T., LOWE, P. y WHATMORE, S.(Edt.)(1991): Rural Reestructuring.
Londres, David Fulton Publishers. MARSDEN, T. (1992), "Exploring a Rural Sociology
for the Fordist Transition. /ncorporating Social Relations into Economic Reestructuring", en Sociologia Ruralis, vol XXXII (2/3), pp. 209-230; LOWE, Ph.; MARSDEN, T.
y WHATMORE, S. (1993): Cambio tecnológico y medio ambiente rural. Madrid,
M.A.P.A.
15 La crítica a la que han estado sometida la variable "rural-urbana" y la creciente
desagrarización de las sociedades rurales en los paises occidentales, ha llevado a una progresiva diferenciación en las investigaciones entre lo rura[ y lo agrario como objetos de
estudio. Respecto al primero, se tratará de integrar el análisis en el proceso global de reestructuración desde una perspéctiva holística que pone también el acento en las nuevas
funciones no-productivas (residencial, medioambiental, recreo) que estos espacios adquieren en las sociedades postindustriales; los nuevos conflictos,la reeswcturación de
las economías locales y los nuevos mercados de trabajo, etc. En el segundo caso, se estudia el proceso de industrialización del sector agrícola, el nuevo sistema agroindustrial, la
penetración capitalista a través de los "inputs" y la integración de grandes partes del
mismo en una cadena alimentaria (food-production chain) donde los pequeños productores cada vez son más dependientes de agentes externos y deben sometese a la competencia de unos mercados progresivamente mundializados.
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(REES, 1984: 75) conformado así una ruralidad definitivamente segmentada.
`The economy' of any given local area will thus be a complex result of the combination of its succesion of roles within the
series of wider, national and international spatial divisions of
labour (MASSEY, 1979: 235)
Este marco pone en cuestión muchos supuestos teóricos tradicionales y estas relaciones cambiantes no solo afectarían al significado de lo
rural sino también a las categorías de lo urbano y lo industrial16.
i
Undoubtedly the changing relations betwee,n fomerly urban-industrial and rural-agricultural áreas are one aspect of
this restructuring and the recomposition of the industrial classes of such countries. In this context, it is not only that rural sociology which is losing its distintive focus but also the categories and concepts appliçable to theorising the `urban' and the
`industrial' ( URRY, 1984:60)
La tesis de la reestructuración, formulada en su sentido original,
aborda sobre todo la dimensión productiva (MARSDEN, 1992) y no
está exenta tampoco de ciertas debilidades que Newby (1986), admitiendo su poder iluminador sobre los procesos contemporáneos, también ha señalado. En los aspectos metodológicos plantea el peligro de
consolidar un análisis simplemente descriptivo. En el plano teórico, el
de reducir la explicación de la acción social en virtud de la posición
que ocupa el individuo en la producción, obviando los comportamientos que tienen su referente no en la pertenencia de clase sino en relaciones de género, étnicas y en nuevas desigualdades. En su extremo sustituiría el determinismo que los teóricos del continuum otorgaban a lo
extralocal como agente del cambio rural, por otro basado en la clase
social y los procesos productivos globales^^. Consciente de estas limi16 URRY, J. (1984) op. cit. pp. 60.
'^ Traslada así Newby el debate a un viejo problema de la ciencia sociológica: la
necesidad de articular las explicaciones holísticas, que dan cuenta de los macroprocesos,
con otras que puedan revelar cómo inciden en las comunidades y grupos sociales concretos y la capacidad de estos para actuaz sobre aquellos localmente, modificándolos y siendo también protagonistas del cambio. La atribución de una causalidad exclusiva a los primeros vuelve a situaz a las comunidades rurales en la posición pasiva del paradigma del
continuum ( solo transformadas por fuerzas externas). Sin embargo, un enfoque a-histórico y descontextualizado o centrado sobre la perspectiva localista a menudo no permite
"ver el bosque" de la reestructuración que los macroprocesos imprimen al espacio y la
sociedad.
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taciones, Marsden propone encuadrar los nuevos procesos de reestructuración sobre un doble eje (MARSDEN, 1992: 217): la esfera de la
producción y la del consumo.
La homogeneidad con la que la agricultura y la emigración habían
conformado el mundo rural sin embargo ha sido segmentada definitivamente. Los nuevos procesos afectan diferencialmente a cada localidad
conformando en ella una problemática específica (MORMONT, 1991)
y haciendo al mismo tiempo más heterogénea la propia comunidad local, en tanto los distintos grupos sociales obtienen ventajas o desventajas de los mismos (BRADLEY, 1984, 1985), lo que abona también un
nuevo marco conflictual de intereses (LOWE y COX, 1986; ROBINSON, 1990; CAMARERO, RODRIGUEZ y VICENTE-MAZARIEGOS, 1993). Se configuran nuevas y también variadas estrategias laborales y prácticas de consumo (MRSDEN, 1987: 214). En este contexto
donde surgen nuevos actores y nuevas formas de relación social (nuevos focos de resistencia, nuevos movimientos sociales, nuevas identidades, nuevos grupos de intereses diferenciados a nivel estatal, regional y local) y donde el análisis la Sociología Rural adquiere un papel
cada vez más necesario y revelador.
With the hindsight of the post-war productivist period, we
can begin to trace how the economy and polity of the Fordist
regime inffuenced the intellectual definition of our major sectors
of rural sociology (i.e. agriculture, housing, land use, recreation, demography, tenure, community development, etc.). With
its demise we can^ witness the cautious progress towards a reintegration of these traditional sub-areas of enquiry which
should expand and revitalize the real sociological analysis of
rural society (MARSDEN, (1992: 227).
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