CONTROL EN EL CAOS (RAMÓN RIOBÓO) El efecto que sigue se me ocurrió ya hace muchos años y Juan Tamariz lo publicó en su excelente libro SINFONÍA EN MNEMÓNICA MAYOR. Como Juan lo ha explicado de manera excelente en su obra, lo publico aquí (con su permiso) tal y como él lo escribió, para ahorrarme trabajo. Este efecto es impresionante. Yo se lo he visto presentar a Ramón Riobóo y dejar patitiesos a gentes tan conocedoras como mi admiradísimo Johnny Thompson (Tomsoni)… La idea de Ramón se produjo de forma independiente a una similar (que no igual) del gran creativo, inteligente y expertísimo en la materia Simon Aronson, quien la había publicado anteriormente en un librito titulado SHUFFLE BORED. La versión y presentación de Ramón Riobóo con los estupendos clímax finales, son realmente extraordinarias. Efecto Los espectadores cogen una baraja recién mezclada (realmente) por el mago y la mezclan, una vez dividida por ellos en varios paquetes. Luego voltean dos paquetes cualesquiera cara arriba y los mezclan con dos cara abajo. Siguen así dividiendo la baraja en paquetes, volteando los que quieran y mezclándolos de forma que la baraja quede en la más desordenada situación que se pueda imaginar. Sin embargo, el mago, que no ha tocado la baraja desde el comienzo (cuando la entregó a los espectadores), adivina cuántas cartas hay cara arriba y cara abajo, los colores de las mismas, así como cuántas y cuáles son las cartas cara arriba de cualquier palo nombrado. De verdad, un milagro. Método 1. La baraja está en mnemónica y en orden de 1 a 52. Cógela y mezcla unas quince cartas de arriba por mezcla de arrastre de una en una o en grupitos, y devuélvelas sobre las de la mano derecha. 2. Gira la baraja cara arriba en la mano derecha y repite lo mismo por las caras, es decir, mezclar unas quince cartas de arriba y devolverlas sobre el resto. Con esto has realizado dos mezclas parciales, pero reales. Unas veinte cartas del centro siguen en orden. 3. Deja el mazo en la mesa y haz antes un corte falso que deje todo como estaba. 4. Un espectador debe cortar la baraja en dos montones. Si notas que no cortan por el paquete de las veinte centrales, corrígele: No, dos paquetes más iguales… Entrega el superior a un espectador y, de paso, echa un vistazo a la carta de abajo de ese paquete. Supongamos que es el Rey de Tréboles (18). Aléjate un par de pasos. No tocarás nunca más la baraja. 5. Pide a dos espectadores que mezclen los paquetes, uno cada uno, a conciencia. Recuerda que en el paquete superior (por muchas mezclas que se le den) habrá dieciocho cartas (Rey de Tréboles 18) Conoces, por tanto, los colores, los palos y las cartas que hay en ese paquete (bastará repasar mentalmente el orden mnemónico cuando llegue el caso). 6. Pide a cada uno que corte su paquete en dos paquetillos y que dé uno a un nuevo espectador para que mezcle. Los cuatro espectadores mezclan sus paquetes. Tú no pierdas de vista los dos paquetes que formaban el primitivo SUP (y al que llamaremos "paquete clave"). 7. Pide que dejen los cuatro paquetes sobre la mesa separados y que volteen dos de ellos cara arriba (figs. 1 y 2). Se trata ahora de que mezclen los cuatro paquetes, dos a dos (fig. 3) para dejar todas las cartas del paquete clave cara arriba, y todas las del resto dorso arriba (o al contrario). Naturalmente, dependiendo de qué paquetes hayan volteado cara arriba, indicas unos u otros paquetitos para ser mezclados entre sí. Doy ejemplos de las dos posibilidades que existen. (Lo mejor es que pruebes con las cartas mientras lees para que todo te sea más comprensible y fácil). Ejemplo 1º Sean A y B las dos mitades aproximadas del paquete de dieciocho cartas y C y D las del resto de la baraja. Supongamos que voltean A y D (ver fig. 2). Pedir que mezclen A con C (uno está cara arriba y el otro cara abajo). Pedir que mezclen B con D (también están cara arriba y cara abajo; ver fig. 3). Pedir que volteen uno de los dos paquetes resultantes y lo mezclen con el otro. Ejemplo 2º Supongamos que voltean A y B (los dos que componían el paquete de dieciocho cartas). Pedir ahora que mezclen, dos a dos, uno cualquiera de los paquetes cara arriba con uno cualquiera de los paquetes cara abajo. Los dos paquetes que resulten deben ser mezclados entre sí. Al final tendrás las cartas del "paquete clave" en posición invertida (caras-dorsos) con las restantes y mezcladas con ellas. 8. Pide que, de nuevo, dividan el mazo en cuatro paquetes y que volteen dos. 9. Señala los dos volteados y pide que los mezclen entre sí. Los dos restantes deben ser mezclados entre sí también. Pide que volteen uno de los dos paquetes obtenidos y que lo mezclen con el restante. 10. Si quieres repite una vez más los pasos 8 y 9 (o las acciones, más sutiles, que te propongo y explico en la Nota I). En cualquier caso, la sensación de barullo y descontrol es enorme. 11. Fíjate, la última vez que mezclen, en alguna de las cartas que caen cara arriba al mezclar. Supongamos que no es una de las dieciocho primeras del orden mnemónico. Di: En estas condiciones nadie en el mundo puede tener la más ligera idea de cuántas cartas han quedado dorso arriba y cuántas cara arriba. Sin embargo, yo siento que hay dieciocho cara abajo y el resto cara arriba. (En el caso de que te hubiesen quedado cara arriba las dieciocho del "paquete clave" puedes pedir que repitan una vez más el ritual de voltear la baraja). 12. Vuélvete de espaldas mientras lo comprueban y separan las dieciocho cartas del resto cara arriba. Mientras lo hacen repasa mentalmente el color de las dieciocho primeras de la mnemónica. Te confirman asombrados que, en efecto, hay dieciocho cara abajo. Inmediatamente dices, siempre vuelto de espaldas a los espectadores: De las cuales nueve son negras y nueve rojas. Lo comprueban anonadados. Mientras, repasas mentalmente el número de cartas de, por ejemplo, Corazones y dices: Y entre ellas hay cinco cartas de Corazones que son el 2, el 4, el 5, el 8 y el 9 y ninguna otra carta de ese palo… Te lo confirman asustados. Dices: Nómbrame otro palo. Te dicen, por ejemplo, "Picas". Continúas: De Picas veo el As, veo el 9, veo el 2, veo el… 6, veo el… 5 y no veo ninguna otra… porque no hay. Te vuelves y observarás que algunos de tus espectadores te miran como a un marciano, otros te reverencian y alguno no te hará ni caso porque, pobrecillo, habrá muerto de la impresión. Notas I. Si prefieres, he aquí unas acciones que son más despistantes aún, para la posible tercera vez que realizas los movimientos de los apartados 8 y 9: 8a Pide que, como siempre, hagan cuatro montones y que vuelvan los que ellos quieran (pueden volver uno, dos, tres, todos o ninguno). Lo que tú tienes que hacer es fijarte cuáles y cuántos han vuelto. Se pueden dar tres casos: a) Que vuelvan todos o ninguno: muy fácil. Pide que los mezclen entre sí de dos en dos (los que quieran) y luego los dos resultantes entre sí. b) Que vuelvan dos montones: estamos en el caso de los apartados 8 y 9. Actúa como allí te expliqué. c) Que vuelvan tres o uno. (Llamaré "grupo de tres" al conjunto de los tres que han corrido la misma suerte. Al cuarto le llamaré "independiente"). Señala uno de los del "grupo de tres" y el "independiente". Pide que volteen uno de ellos. Fíjate en si es el paquete del "grupo de tres"; si es así, te encuentras en el tantas veces citado caso de los apartados 8 y 9. Si es el que no pertenecía "al grupo de tres" estás en el caso a, equivalente a que hayan vuelto todos. Así que deben mezclar entre sí los dos señalados, luego los dos restantes y finalmente los dos paquetes así formados. Continúa como allí te explico. II. Lo más importante de todo es que tu actitud sea la de alguien a quien no le importa cuáles volteen cada vez ni cómo se mezclen entre sí… Buscas conseguir la sensación de "caos". III. Los paquetes se pueden mezclar dos a dos por hojeo a la americana o juntando los paquetes y mezclando en las manos por arrastre o imbricación. En este caso observa bien para que se cojan y dejen los paquetes tras las mezclas en las posiciones correctas y que no los volteen al dejarlos en la mesa (piensa que los paquetes tienen cartas cara arriba y cara abajo y podría darse el caso explicado). Cuida también que no dejen caer cartas, al mezclar, por torpeza… Si sucediese, las recoges y las devuelves cara arriba o cara abajo, según sean del paquete de las dieciocho primeras cartas o no. IV. Si al principio del juego el espectador cortase un paquete demasiado pequeño, tipo diez a trece cartas, no necesitas hacer que lo devuelva y corte de nuevo por otro lado. Basta con que digas: Éste será el primero de cuatro paquetes… a ver, tú (a otro espectador) corta otro paquetito y deja cartas para los dos últimos paquetes. La carta "clave" a recordar es la de abajo del segundo paquetito. V. No te dejes engañar por la aparente complejidad de esta descripción escrita. Aunque te parezca lioso al leerlo, en realidad no lo es y al público le parece maravilloso. Nota final. Hasta aquí lo que Juan Tamariz ha escrito clara y estupendamente en su libro de Mnemónica sobre mi efecto. El dato de Rey de Tréboles = 18 se refiere al orden que ocupa dicha carta en su sistema de mnemónica, cosa que en su libro no era necesario explicar. Pero dado que dicho orden yo no lo explico en este libro, era necesaria esa aclaración y añadir que aunque yo utilizo para mi efecto el sistema de Juan puedes utilizar cualquier otro que te permita seguir la pista de las cartas. Y para entrenarte, hazlo colocando las cartas en dos bloques de rojas y negras y el primer corte llevándote todas las negras. Así, al final, podrás comprobar que si las negras quedan boca arriba y las rojas boca abajo o viceversa, lo has hecho correctamente.