Convenci—n Interamericana para prevenir y sancionar la tortura

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Convenci—n Interamericana para prevenir y sancionar la tortura
Exp: 99-006274-007-CO-V
Res: 07433-99
SALA
CONSTITUCIONAL
DE
LA
CORTE
SUPREMA
DE JUSTICIA.
San
José,
a
las
quince
horas con
cincuenta y un minutos del veintiocho de setiembre de mil novecientos noventa y nueve.Consulta
preceptiva
de
constitucionalidad
formulada
por
el
Directorio
de
la Asamblea
Legislativa, en relación con el proyecto de Aprobación de la "Convención Interamericana para
prevenir y sancionar la tortura", que se tramita en el expediente legislativo número 13.591.-
Resultando:
1.- La consulta, que se formula en cumplimiento de lo que establece el inciso a) del
artículo 96 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional, fue recibida en la Secretaría de la
Sala a las nueve
horas
noventa
(folio
y
nueve
y treinta y nueve
1),
con
una
minutos del dos de setiembre de mil novecientos
copia
certificada
del
expediente
legislativo.
La
Presidencia de la Sala tuvo por presentada la consulta mediante resolución de las ocho horas
con veinticinco minutos del día siguiente.
El término para evacuarla vence
el día dos de
octubre del año en curso.
2.- En el procedimiento seguido han sido observadas las formalidades establecidas en la
Ley.
Redacta el Magistrado Vargas Benavides; y,
Considerando:
I.- De previo.- Lo primero que procede, a los efectos de evacuar la consulta, es verificar
los trámites seguidos en este caso, en concordancia con lo que señala el artículo 98 de la Ley
de
la
Jurisdicción
Constitucional,
al
disponer
que
la
consulta
deberá
hacerse
después de
aprobado el proyecto en primer debate y antes de la aprobación definitiva y que, al evacuarla,
la Sala dictaminará sobre cualesquiera aspectos o motivos que estime relevantes desde el punto
de vista constitucional, pero vinculante sólo en lo que se refiere a los trámites. Para los
efectos
anteriores
y
por
la
importancia
del
asunto
de
que
se
trata,
en
el siguiente
considerando se hará una síntesis cronológica del procedimiento seguido por este proyecto de
Ley.
II.- La tramitación del expediente número 13.591 en la Asamblea Legislativa.- El proyecto
de "Convención Interamericana para prevenir y sancionar la Tortura", que se tramita en el
expediente legislativo número 13.591, ha seguido el siguiente orden cronológico:
a) La Convención Interamericana para prevenir y sancionar la tortura fue suscrita por el
Ministro de Relaciones de Costa Rica ante el Secretario General de la Organización de Estados
Americanos el día treinta y uno de julio de mil novecientos ochenta y seis. (Folio 24 del
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Convenci—n Interamericana para prevenir y sancionar la tortura
expediente legislativo)
b) El Poder Ejecutivo presentó a la Secretaría del Directorio de la Asamblea Legislativa
el
proyecto
de
aprobación
de
la
"Convención
Interamericana
para
prevenir
y sancionar la
tortura", a las nueve horas del día dieciocho de mayo de mil novecientos noventa y nueve, el
que recibió el número de expediente 13591. (Folios 1 y siguientes del expediente legislativo)
c) Ese mismo día, el Presidente del Directorio Legislativo ordenó pasar el expediente a
estudio de la Comisión Permanente
Especial de Relaciones
Internacionales. (Folio 28) En la
Comisión, fue recibido en fecha primero de julio de mil novecientos noventa y nueve. (Folio
29)
d) Por Decreto Ejecutivo número 28034-MP, del tres de agosto de mil novecientos noventa y
nueve, el Presidente de la República y el Ministro de la Presidencia ampliaron la convocatoria
a sesiones extraordinarias, a fin de que fuera discutido, entre otros, el presente proyecto.
(Folio 31)
e)
En
Servicios
fecha
trece
Técnicos
Internacionales
de
de
agosto
la
de
mil
Asamblea
el respectivo
novecientos
Legislativa
noventa
presentó
y
a
nueve,
la
el Departamento de
Comisión
informe relativo al proyecto de aprobación
de Relaciones
de la "Convención
Interamericana para prevenir y sancionar la tortura". (Folio 40 del expediente número 13.591)
f) En sesión ordinaria número 07, del diez de agosto de mil novecientos noventa y nueve,
la Comisión Permanente de Relaciones Internacionales aprobó por unanimidad, el proyecto de ley
sobre la aprobación de la "Convención Interamericana para prevenir y sancionar la Tortura",
expediente
número
13.591,
recomendando
la
ratificación
de
dicho
tratado.
(Folio
52 del
expediente legislativo)
g) El veinticuatro de agosto de mil novecientos noventa y nueve, la Comisión Permanente de
Relaciones
Internacionales
remitió
a
la
Dirección
Ejecutiva
de
la
Asamblea Legislativa el
expediente legislativo número 13.591 (folio 68). Ese mismo día, la Secretaría de la Asamblea
tuvo por recibido el dictamen afirmativo unánime. (Folio 90)
h) En la sesión número 56 del treinta de agosto de mil novecientos noventa y nueve, el
Directorio de la Asamblea Legislativa aprobó en primer debate, por unanimidad de los cuarenta
y dos diputados presentes,
Interamericana
para
el proyecto de Ley tendiente a la aprobación de la "Convención
prevenir
y
sancionar
la
Tortura",
asimismo
se
ordenó
trasladar el
expediente a la Sala Constitucional para realizar la consulta correspondiente. (Folio 91)
III.- Sobre la constitucionalidad del procedimiento empleado.- De la lectura del punto
anterior, es posible inferir que la aprobación del proyecto de Ley en consulta ha respetado
todas las disposiciones procedimentales que la Constitución Política (artículos 7, 121 inciso
4), 124, 140 inciso 10) y el Reglamento de la Asamblea Legislativa (artículos 85 inciso ch),
113,
119,
122,
129,
132,
134
y
143)
le
ordenan
seguir
a
los
órganos involucrados en la
suscripción y ratificación de los convenios internacionales: el Poder Ejecutivo y la Asamblea
Legislativa, básicamente. A ese respecto, el único punto eventualmente controvertido lo sería
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el hecho de que el Convenio haya sido suscrito por el Ministro de Relaciones Exteriores y
Culto,
sin
el
concurso
del
Presidente
de
la
República.
(Ver
constancia
de
folio
24 del
expediente legislativo) De la lectura del artículo 140 inciso 10) se desprende que la firma de
los tratados internacionales es una atribución del Poder Ejecutivo, entendido como el órgano
colegiado
compuesto
por
el
Presidente
y
el
Ministro
del
Ramo.
No
obstante, esta Sala ha
reconocido la posibilidad de que el Ministro de Relaciones Exteriores y Culto, en su calidad
de
colaborador
tratados
del
Presidente
internacionales
aún
en
sin
materia
contar
de
con
relaciones
un
carta
internacionales,
que
expresamente
pueda suscribir
le otorgue plenos
poderes para ello. En sentencia número 6224-94, de las nueve horas del once de noviembre de
mil novecientos noventa y cuatro, esta Sala consideró que el hecho de que el Presidente de la
República participe con su voluntad de etapas procedimentales posteriores: sanción y depósito
del tratado, permite subsanar cualquier vicio que existiese en la efectiva representación que
haya ostentado el Canciller. A lo anterior podemos agregar que el Presidente tiene otras dos
oportunidades más para invocar su eventual disconformidad con el proyecto: en el momento de su
presentación
a
la
Asamblea
Legislativa
y
en
la
convocatoria
a
sesiones
extraordinarias,
momentos en los cuáles podría hacer valer sus atribuciones constitucionales. Si en la especie
fue el Ministro de Relaciones Exteriores y Culto quien suscribió el convenio cuya aprobación
se discute, ello no implica la inconstitucionalidad del procedimiento legislativo seguido hasta
ahora. De hecho, de conformidad con los términos de la Convención de Viena sobre el Derecho de
los
Tratados,
corresponde
al
Canciller
la
representación
del
Estado
ante
la Comunidad
Internacional, lo que refuerza la validez de la suscripción indicada. No habiendo encontrado
esta
Sala
la
presencia
de
trámites
inconstitucionales
en
el
proyecto
de ley consultado,
corresponde ahora entrar a conocer del fondo de la iniciativa en consulta.
Observaciones en cuanto al fondo del proyecto.
IV.- La Convención Interamericana para prevenir y sancionar la tortura fue aprobada por la
Asamblea General de la Organización de Estados Americanos
en diciembre de mil novecientos
ochenta y cinco, en la ciudad colombiana de Cartagena de Indias. De acuerdo con su exposición
de motivos, dicho instrumento busca evitar que cualquier ser humano sea sometido a tortura ni
a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes. Parte de la consideración de que dichas
actuaciones
constituyen
violaciones
a
la
dignidad
humana
y
una
negación
al Derecho
Internacional de los Derechos Humanos. Señala que para hacer efectiva la protección reconocida
por la normativa internacional, se hace necesario suscribir un instrumento interamericano que
prevenga y sancione la tortura.
V.- La Convención dispone la obligación de todos los Estados suscriptores, de prevenir y
sancionar la tortura. (Artículo 1) Define la tortura, para los efectos de la Convención, como
"...todo
acto
sufrimientos
realizado
físicos
o
intencionalmente
mentales,
con
por
el
fines
cual
de
se
inflijan
investigación
a
una
persona penas o
criminal,
como
medio
intimidatorio, como castigo personal, como medida preventiva, como pena o con cualquier otro
fin. Se entenderá también como tortura la aplicación sobre una persona de métodos tendientes a
anular la personalidad de la víctima o a disminuir su capacidad física o mental, aunque no
causen dolor físico o angustia psíquica ..." (Artículo 2) Dicha conducta puede ser cometida
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Convenci—n Interamericana para prevenir y sancionar la tortura
por funcionarios públicos actuando por sí mismos o mediante la acción de un tercero. (Artículo
3) Expresamente es excluida la obediencia debida como causal para eximir la culpabilidad de
quien cometa el delito de tortura en contra de otro. (Artículo 4) El numeral 5 dispones que
tampoco la verificación de situaciones de emergencia, la peligrosidad del detenido o penado, ni
la inseguridad del centro carcelario o penitenciario permiten legitimar la realización de actos
de tortura. Las Partes se comprometen a tipificar el delito de tortura en los términos del
tratado (artículo 6) y a capacitar a sus agentes públicos en la prohibición de la tortura.
(Artículo 7) El ordinal 8 dispone la garantía para toda persona que denuncie un acto de
tortura la realización de un proceso justo
internacionales
en caso de haber
y la posibilidad de recurrir a los tribunales
agotado el proceso interno. Los Estados se comprometen a
establecer normas que garanticen una adecuada compensación a quienes hayan sufrido tortura.
(Artículo
9)
El
mediante
tortura,
tortura.
Las
extradición
numeral
10
salvo
para
Partes
de
los
se
establece
ser
de
nulidad
empleadas
comprometen
autores
la
a
tomar
tortura
en
la
absoluta
un
proceso
medidas
(artículo
11);
de
las declaraciones obtenidas
seguido
necesarias
de
hecho,
contra
el
autor
a
de
facilitar la
fin
este
delito
de la
deberá
ser
considerado entre los susceptibles de extradición; en caso de no existir tratado de extradición
firmado, la presente Convención se entenderá como base jurídica suficiente (artículo 13); si
un Estado no concede la extradición, deberá juzgar los hechos por medio de sus tribunales
(artículo 14); nada de lo dispuesto en la convención se entenderá como limitación al derecho
de
asilo.
(Artículo
disponiendo
la
15)
El
aplicación
artículo
de
los
12
regula
criterios
el
de
juzgamiento
de
este
territorialidad,
tipo
de ilícitos,
personalidad
activa
y
personalidad pasiva. Los numerales siguientes tratan de aspectos propios a los procedimientos
de firma, ratificación, denuncia, reserva y vigencia del presente Convenio.
VI.-
De
los
puntos
mencionados
en
el
párrafo
anterior,
considera
esta
Sala
que es
relevante referirse en general a la constitucionalidad del Convenio como unidad, así como en
forma especial a los dispositivos contenidos en los artículos 4 (obediencia debida), 10 (valor
probatorio de las declaraciones obtenidas mediante tortura), 12 (sobre la competencia para el
juzgamiento de los delitos de tortura) y 13 (sobre extradición).
VII.- El Convenio cuya aprobación se consulta no es el primer instrumento internacional
que pretende prevenir y sancionar el uso de la tortura por parte de los agentes públicos. Así,
la Declaración Universal de los Derechos Humanos, establece la siguiente disposición:
"Artículo 5
Nadie
será
sometido
a
torturas
ni
a
penas
o
tratos
crueles,
inhumanos o
degradantes."
Por
su
parte,
la
Declaración
de
Principios
de
Ética
Médica
aplicables
a
la
Personal de Salud, Especialmente los Médicos, establece en su principio segundo:
"Principio 2.-
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Función del
Convenci—n Interamericana para prevenir y sancionar la tortura
Constituye
arreglo
a
una violación patente de la ética
los
instrumentos
internacionales
médica, así como un delito con
aplicables,
la
participación activa o
pasiva del personal de salud, en particular de los médicos, en actos que constituyan
participación
o
complicidad
en
torturas
u
otros
tratos
crueles,
inhumanos o
degradantes, incitación a ello o intento de cometerlos."
El Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos,
de 1966,
(ratificado mediante Ley
número 4229, de 11 de diciembre de 1968) en su numeral 7 dispone:
"Artículo 7
Nadie
será
degradantes.
sometido
En
a
particular,
torturas
nadie
ni
será
a
penas
sometido
o
tratos
sin
su
crueles,
libre
inhumanos o
consentimiento a
experimentos médicos o científicos."
La Convención Americana sobre Derechos Humanos, de 1969, ratificada mediante Ley número 4534,
de
23
de
febrero
de
1970,
impone
a
los
Estados
Partes
la
siguiente obligación genérica,
aplicable al caso en estudio:
"Artículo 2.- Deber de Adoptar Disposiciones de Derecho Interno
Si el ejercicio de los derechos y libertades mencionados en el Artículo 1 no
estuviere
Estados
ya
garantizado
Partes
se
por
disposiciones
comprometen
a
legislativas
adoptar,
con
o
arreglo
de
a
otro carácter, los
sus
procedimientos
constitucionales y a las disposiciones de esta Convención, las medidas legislativas o
de
otro
carácter
que
fueren
necesarias
para
hacer
efectivos
tales
derechos y
libertades."
Además, Costa Rica suscribió y ratificó la Convención contra la Tortura y otros Tratos o Penas
Crueles, Inhumanos o Degradantes, de 1984, ratificada por Ley número 7531, de 21 de julio de
mil
novecientos
noventa
y
tres,
regula
básicamente
la
misma
materia
que
el
tratado
comentario, como se puede apreciar de su exposición de motivos:
"Considerando que, de conformidad con los principios proclamados en la Carta de
las Naciones Unidas, el reconocimiento de los derechos iguales e inalienables de
todos los miembros de la familia humana es la base de la libertad, la justicia y la
paz en el mundo,
Reconociendo que estos derechos emanan de la dignidad inherente de la persona
humana,
Considerando la obligación que incumbe a los Estados en virtud de la Carta, en
particular del Artículo 55, de promover el respeto universal y la observancia de los
derechos humanos y las libertades fundamentales,
Teniendo en cuenta el artículo 5 de la Declaración Universal de Derechos Humanos
y
el
artículo
7
del
Pacto
Internacional
de
Derechos
Civiles
y Políticos, que
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en
Convenci—n Interamericana para prevenir y sancionar la tortura
proclaman que nadie será sometido a tortura ni a tratos o penas crueles, inhumanos o
degradantes,
Teniendo
en
cuenta
asimismo
la
Declaración
sobre
la
Protección
de Todas las
Personas contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes,
aprobada por la Asamblea General el 9 de diciembre de 1975,
Deseando hacer
más eficaz la lucha
contra la tortura y otros
tratos o penas
crueles, inhumanos o degradantes en todo el mundo,
(...)"
Finalmente, debe ser considerada la Declaración sobre la Protección de Todas las Personas
Contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes de 1975, adoptada
por la Asamblea General en su resolución 3452 (XXX), de 9 de diciembre de 1975.
VIII.- Mediante sentencia número 2585-93, de las quince horas con treinta y tres minutos
del seis de agosto de mil novecientos noventa y tres, esta Sala se pronunció sobre el proyecto
de aprobación de la Convención contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o
Degradantes, de 1984, manifestando que:
"(...)
I.- De conformidad con lo que dispone el artículo 96 inciso a) de la Ley de la
Jurisdicción
internacional,
totalidad
el
Constitucional,
esta
texto
es
de
una
la
por
discutirse
consulta
la
preceptiva.
convención
objeto
de
aprobación
Luego
la
de
de
haber
consulta,
se
un
convenio
examinado en su
considera que no
presenta ningún roce de constitucionalidad.
II.- Sin embargo, la Sala se permite hacer dos observaciones; en primer término,
que de la relación de los artículos 1 y 2 de la Convención, resulta que el Estado
costarricense
se
compromete
a
tomar
las
medidas
efectivas,
a nivel legislativo,
administrativo, judicial o de otra índole, para impedir actos de tortura en todo el
territorio nacional, pero como tipo propio, la tortura no se encuentra penalizada ni
descrita
dentro
de
nuestro
ordenamiento
jurídico
penal.
La
relación
de
varios
artículos del código de esa materia, puede permitir sancionar esa conducta, pero no
con
sus
circunstancias
propias,
como
se
dijo.
Para
cumplir
con los términos del
compromiso que adquiere el Estado al aprobar este convenio, es conveniente que se
establezca
si
resulta
necesario
un
tipo
penal
específico
en
donde
se reprima la
conducta de comentario.
III.- En segundo término, con respecto al inciso 1.b) del artículo 5 de la
Convención, el Estado costarricense se compromete a juzgar mediante su jurisdicción
al delincuente nacional que cometa esos delitos fuera del territorio nacional. Pero
es
lo
cierto
que,
como
ya
lo
ha
señalado
la
Sala
en
otro pronunciamiento, el
principio que justifica la aplicación de la ley penal a hechos cometidos fuera del
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Convenci—n Interamericana para prevenir y sancionar la tortura
territorio
del
Estado
en
función
de
la
nacionalidad
del
autor,
no
se encuentra
receptado como uno de los utilizables en relación con la aplicación de la ley penal
en el espacio.
"...el
Código
Penal
establece
su
ámbito
de
aplicación
en
el
espacio, en el
tiempo y con respecto a las personas y a la materia (artículos 24 a 17 del Código
Penal),pero
no
acepta
el
principio
de
derecho
penal
subsidiario
ni
el
de
la
personalidad activa entendiendo por éste la legitimación de aplicar la legislación
penal del Estado a sus nacionales con independencia del lugar de comisión del hecho
delictivo. Lo anterior justificación que el legislador en el proyecto de ratificación
del Tratado de Extradición entre
los Gobiernos de Estados Unidos de América y de
Costa Rica pretenderá introducir un artículo segundo en el que modificaba entre otros
el artículo 3 inciso a) de la Ley de Extradición disponiéndose que: "No se ofrecerá
ni concederá la extradición: a) Cuando el reclamado fuere costarricense. En este caso
será
juzgado
por
los
tribunales
nacionales,
aplicándole
la
legislación penal
costarricense. Si hubiere descontado en el extranjero parte de la pena o de la medida
de seguridad impuesta, ellos le serán abonadas por el Juez al dictar la sentencia ...
El Estado Costarricense no puede comprometerse a juzgar a la persona reclamada que
niega su extradición por motivo de nacionalidad, si antes no acuerda la aplicación de
su legislación penal a los nacionales que cometen un hecho punible en el extranjero y
vienen a refugiarse a Costa Rica... " (Sentencia número 717-90 de las catorce horas
treinta minutos del veintiséis de junio de mil novecientos noventa)
(...)"
IX.- En relación con el proyecto visto como unidad, considera la Sala que el mismo no es
contrario al parámetro de constitucionalidad. De hecho, la prevención y represión del uso de
la tortura ya era un deber nacional aun antes de la suscripción de la presente Convención. La
abolición de todo tipo de prácticas contrarias
a la dignidad humana es una obligación del
Estado costarricense frente a la comunidad internacional, y una manifestación ineludible del
carácter democrático que el orden Estado de Derecho exige. El objeto principal del tratado es
la prevención y represión del delito de tortura, por lo que, en consonancia con el artículo 39
de la Constitución Política, así como de lo expresado en la sentencia número 2585-93 citada,
en Costa Rica dicha conducta no se encuentra tipificada en forma expresa, aunque sí lo están
muchas de sus formas de manifestación, tales como homicidio, lesiones, privación de libertad,
abuso de autoridad, etc. Sin embargo, conductas definidas por el Convenio como tortura pero
que no encuadren dentro de los tipos penales existentes, solamente podrían ser sancionados una
vez que el legislador estableciera un tipo penal específico para la tortura. Por lo demás, el
tratado no presenta vicios de inconstitucionalidad, si bien debe la Sala referirse a cuatro
dispositivos
concretos:
los
contenidos
en
los
artículos
4
(obediencia
debida),
10
(valor
probatorio de las declaraciones obtenidas mediante tortura), 12 (sobre la competencia para el
juzgamiento de los delitos de tortura) y 13 (sobre extradición).
X.- Sobre la obediencia debida. El artículo 4 de la Convención declara que el hecho de
actuar bajo órdenes no eximirá la responsabilidad de quien cometa el delito de tortura. En
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Convenci—n Interamericana para prevenir y sancionar la tortura
opinión de la Sala, lo anterior no solo no es contrario a la Constitución, sino que además es
acorde con el espíritu democrático de la Convención. Para empezar, el Código Penal exime la
culpabilidad únicamente en casos de obediencia debida, y no en cualquier supuesto en que la
persona actúe bajo órdenes de su superior. De conformidad con el artículo 36 de dicho Código,
para que se configure la causal, será necesario,
además de haber
recibido la orden de un
superior jerárquico competente para dictarla, que revista la forma legal y que no se trate
evidentemente
de
un
acto
delictivo.
En
el
caso
del
tratado
en
cuestión,
la
conducta de
referencia es evidentemente delictiva, razón por la cual la causal de obediencia debida no
podría
ser
en
estos
supuestos
invocada.
Como
si
lo
anterior
no
fuera
suficiente, la Ley
General de la Administración Pública, en su artículo 169 prohibe a los funcionarios públicos
la realización de actos
absolutamente nulos, en forma
evidente y manifiesta, reforzando la
idea de que el referido dispositivo convencional no es contrario a la Constitución Política.
XI.- Sobre el valor probatorio de las declaraciones obtenidas mediante el uso de tortura.
El
artículo
mediante
el
torturador.
10
del
uso
de
La
Sala
la
la
Convención
tortura,
considera
niega
salvo
que
cualquier
que
esta
sea
regla
validez
a
forma
de
como
es
las
declaraciones obtenidas
probar
perfectamente
la
acorde
culpabilidad
del
con nuestro régimen
constitucional. Ni siquiera el beneficio de la víctima puede legitimar la violación de sus
derechos fundamentales indisponibles, tales
como la vida,
la integridad
física y la libre
autodeterminación. Un sistema constitucional basado en la defensa de los derechos humanos no
puede tolerar el uso de la tortura en ningún caso y por ninguna razón. La prueba obtenida en
abierta violación a la dignidad del ser humano no puede ni debe tener ningún valor probatorio
en el ordenamiento jurídico costarricense. En razón de lo anterior, la proposición contenida
en el numeral 10 del tratado en consulta, no es inconstitucional.
XII.- Sobre la extradición. Los numerales 11, 13, 14 y 15 de la Convención establecen la
posibilidad
de
los
Estados
Miembros
de
extraditar
a
quienes
sean
imputados del delito de
tortura. En ese sentido, el único aspecto que debe ser comentado es la regla, contenida en el
artículo
13,
referente
a
la
posibilidad
de
los
Estados
suscriptores
de
extraditar
a las
personas acusadas de haber cometido tortura, aun si no existiera un tratado bilateral firmado
entre los países requirente y receptor, para lo cual se entenderá que la presente Convención
legitima tal proceder. Sobre este aspecto, el artículo 31 de la Constitución Política impide
la extradición sin una Ley o tratado que así lo permita. En el caso que nos ocupa, la misma
Convención es el instrumento de Derecho Internacional que legitima la extradición de personas
entre los Países miembros. Por ello, la norma de cita es acorde con el texto del artículo 31
constitucional, máxime si se considera la salvedad hecha en el ordinal 15 del tratado en el
sentido
de
que
no
podrá
ser
interpretado
como
limitación
al
derecho
de
asilo, ni como
modificación de las obligaciones de los Estados en materia de extradición.
XIII.- Sobre los principios de personalidad activa y pasiva. Por último, el artículo 12 de
la Convención
establece la competencia de los Estados miembros para el juzgamiento de las
actuaciones tipificadas como tortura. Así, son reconocidos los principios de territorialidad
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Convenci—n Interamericana para prevenir y sancionar la tortura
(posibilidad
de
juzgar
delitos
cometidos
en
su
propio
territorio);
personalidad activa
(posibilidad de juzgar por hechos cometidos en el extranjero por parte de costarricenses); y
de
personalidad
pasiva
(posibilidad
de
juzgar
por
hechos
cometidos
en
el
extranjero
en
perjuicio de costarricenses). Lo anterior tiene la finalidad clara de evitar la evasión de los
procesos penales por parte de quienes cometan delitos de tortura, mediante la salida del país
donde fueron cometidos los ilícitos. Si bien la territorialidad es un principio constitucional
costarricense, inferible de la lectura sistemática de los artículos 2, 6, 152 y 153 de la
Constitución Política, lo cierto es que este principio cede ante la persecución de delitos
contra los derechos humanos, como el que regula el tratado en consulta. El Código Penal, al
regular
la
territorialidad,
internacionales
vigentes
ya
en
el
prevé
excepciones,
país
(ver
tales
artículo
como
4 caput),
las
o
contenidas
la
comisión
en tratados
de
delitos
internacionales, entre los que destacan los cometidos contra los derechos humanos. (Artículo
7) Podría decirse que la disposición que venimos comentando es necesaria para garantizar a las
personas la amplia protección
que el Convenio pretende. En razón
de ello,
y de que no se
observa violación al parámetro de constitucionalidad, es que este tribunal se pronuncia en
favor de su validez.
XIV.- Conclusión. A partir de lo indicado en los párrafos anteriores, no advierte esta
Sala que el proyecto de Aprobación de la "Convención Interamericana para prevenir y sancionar
la tortura", que se tramita en el expediente legislativo número 13.591, contenga ningún vicio
de inconstitucionalidad.
Por tanto:
Se evacua la consulta formulada en el sentido de que en relación con el proyecto de
Aprobación
tramita
en
de la "Convención Interamericana para prevenir y sancionar la tortura", que se
el
expediente
legislativo
número
13.591,
esta
Sala
no
inconstitucionalidad.
R. E. Piza E.
Presidente, a.i.
Eduardo Sancho G. Carlos M. Arguedas R.
file:///C|/Users/VALABE/Desktop/RAL2012/RAL_PORTAL/resoluciones%20sala/7433-99.HTM[16/07/2012 01:29:21 p.m.]
advierte
vicios
de
Convenci—n Interamericana para prevenir y sancionar la tortura
Ana Virginia Calzada M. Adrián Vargas B.
José Luis Molina Q. Gilbert Armijo S.
MCP/oc/6274-V-99/1céd. file:///C|/Users/VALABE/Desktop/RAL2012/RAL_PORTAL/resoluciones%20sala/7433-99.HTM[16/07/2012 01:29:21 p.m.]
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