“Sobre la prolongación de la vida” (Los escritos de Nichiren

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Sobre la prolongación de la vida
[Fuente: Los escritos de Nichiren Daishonin, Alemania, Soka Gakkai, 2008, pág.
999-1001.]
Hay dos clases de enfermedades: las leves y las graves. El tratamiento precoz a
cargo de un buen médico puede curar incluso las dolencias graves, para no hablar
de las leves. El karma también puede dividirse en dos categorías: mutable e
inmutable. La reflexión y el arrepentimiento sinceros pueden erradicar incluso este
último tipo de karma; con más razón, entonces, el de índole mutable. El séptimo
volumen del Sutra del loto señala: ―Este sutra proporciona un buen remedio para
los males del pueblo de Jambudvipa‖.1 Estas palabras no se encuentran en ningún
otro sutra. Todas las enseñanzas sagradas que Shakyamuni expuso a lo largo de
su vida son palabras de oro de El Que Así Llega; durante kalpas incontables,
nunca han expresado la menor falsedad. El Sutra del loto es la verdad de todas
las verdades expuestas por el Buda, pues incluye su exhortación a ―descartar
honestamente los medios hábiles‖.2 El buda Muchos Tesoros confirmó la
veracidad del Sutra del loto, y todos los demás budas extendieron sus lenguas
para corroborar su testimonio. ¿Cómo podría, entonces, ser falso? Además, este
sutra contiene el más grande de todos los secretos. Habla de una mujer que sufre
de enfermedades en el último período de quinientos años comprendiendo en los
dos mil quinientos años posteriores a la muerte del Buda.
Cuando el rey Ajatashatru tenía cincuenta años, le brotaron pústulas infecciosas
en todo el cuerpo el decimoquinto día del segundo mes. Ni siquiera el talento del
gran médico Jivaka pudo curarlo. Se le pronosticó que moriría el séptimo día del
tercer mes, condenado a caer en la gran fortaleza del infierno del sufrimiento
incesante. De pronto, se desvanecieron todos los placeres que había conocido en
cincuenta años, y los sufrimientos de toda una existencia se abatieron sobre él en
apenas veintiún días. Su muerte estaba predeterminada por obra del karma
inmutable. Pero entonces, el Buda reiteró la enseñanza del Sutra del loto, la tituló
Sutra del nirvana y se la confirió al Rey. La enfermedad del monarca desapareció
de inmediato, y las graves faltas que pendían sobre su corazón se desvanecieron
como gotas de rocío.
Más de mil quinientos años después de la muerte del Buda, vivió [en la China] un
hombre llamado Ch‘en Chen.3 Le habían profetizado que moriría a los cincuenta
años, pero como siguió al gran maestro T‘ien-t‘ai, pudo prolongar su vida quince
años más y falleció a los sesenta y cinco. El bodhisattva Jamás Despreciar
también transformó su karma inmutable y prolongó su vida mediante la práctica
del Sutra del loto. El sutra afirma: ―Incrementó sus años de vida‖.4 Las personas
antes mencionadas fueron hombres, no mujeres, pero prolongaron su vida porque
practicaron el Sutra del loto. Ch‘en Chen vivió antes del último período de
quinientos años, así que la transformación de su karma fue un suceso tan
extraordinario como el arroz que madura en invierno o los crisantemos que dan
flor en el verano. En esta época, que una mujer transforme su karma inmutable
practicando el Sutra del loto es tan natural como que el arroz madure en otoño o
los crisantemos florezcan en invierno.
Cuando oré por mi madre, ella no sólo revirtió su enfermedad sino que, además,
pudo vivir otros cuatro años. Ahora usted también ha caído enferma, y, por ser
mujer, es mucho más propicio aún que fortalezca su fe en el Sutra del loto y
compruebe lo que este puede hacer por usted. Asimismo, puede acudir a
Nakatsukasa Saburo Saemon-no-jo [Shijo Kingo], quien, además de ser un médico
excelente, es devoto del Sutra del loto.
La vida es el más preciado de todos los tesoros. Un solo día extra de vida vale
más que diez millones de ryos de oro. El Sutra del loto supera todas las demás
enseñanzas sagradas que el Buda expuso a lo largo de su existencia, y esto se
debe al capítulo ―Duración de la vida‖. El príncipe más grandioso de todo el
continente de Jambudvipa sería menos importante que una brizna de hierba si
muriera durante la infancia. Y hasta una persona de sabiduría resplandeciente
como el sol, muerta joven, valdría menos que un perro con vida. Así que ahora
apresúrese a acumular el tesoro de la fe y venza su enfermedad lo antes posible.
Podría hablarle a Shijo Kingo de su parte, pero aunque algunos prefieren tratar
con intermediarios, otros podrían tomarlo como una falta de sinceridad de parte de
la persona interesada. Es muy difícil conocer la mente de los demás… Ya he
pasado por este tipo de dificultades en otras ocasiones. Shijo Kingo es de los que
suelen ofenderse si reciben un pedido por intermedio de cualquiera que no sea la
persona directamente involucrada. Así que, tratándose de él, lo mejor será que me
abstenga y no le diga nada. Pídale usted misma que la atienda, con franqueza y
sinceridad, sin intermediaros. Cuando él vino a verme, el décimo mes del año
pasado, me comentó que estaba muy afligido por la enfermedad que usted
padece. Dijo que tal vez usted no estuviera muy preocupada en ese momento
porque la dolencia todavía era leve, pero que el cuadro se agravaría hacia el
primero o el segundo mes del año entrante. Sus palabras me entristecieron
mucho… También dijo que Toki se apoya en usted como si fuese un sólido
bastón. Su problema de salud lo tiene muy afligido [a Shijo Kingo]. Es un hombre
que jamás acepta una derrota y que valora muchísimo a sus amigos.
Si no está dispuesta a hacer un esfuerzo por curarse, será muy difícil que la
enfermedad desaparezca. Un día de vida es más valioso que todos los tesoros de
un gran sistema planetario, así que, antes que nada, ármese de fe sincera. Este
es el significado de un pasaje que aparece en el séptimo volumen del Sutra del
loto, donde leemos que quemarse un dedo como ofrenda al Buda y al Sutra del
loto es mejor que donar todos los tesoros del gran sistema planetario.5 Una sola
vida vale más que este gran sistema sideral. Usted todavía tiene muchos años por
delante y, además, ha podido conocer el Sutra del loto. Si vive incluso un día más,
podrá acumular muchísimos más beneficios. ¡Qué valiosa es, realmente, su vida!
Escriba de puño y letra su nombre y su edad, y envíemelos con un mensajero para
que pueda orar a las deidades del Sol y de la Luna. Su hijo Iyo-bo6 también siente
una enorme preocupación por usted, así que él recitará la parte en verso del
capítulo ―Duración de la vida‖ a ambas deidades.
Respetuosamente,
Nichiren
Respuesta a la monja laica
Antecedentes
Nichiren Daishonin envió esta carta en 1279 a la monja laica Toki, esposa de Toki
Jonin, con quien se había casado después de enviudar de su primer marido.
Cuando Toki Jonin decidió convertirse en sacerdote laico, ella adoptó la vida de
monja laica y pasó a llamarse Myojo (‗Eternidad Prodigiosa‘).
Esta carta explica el principio de transformar el karma en destino. El budismo
afirma que el karma puede ser inmutable –también llamado ―fijo‖— o mutable; el
criterio que lo define es el tiempo en que se manifestará la retribución positiva o
negativa, que puede ser inamovible o no. Esta clasificación se aplica tanto al
karma positivo como al negativo. El karma mutable ejerce una influencia menor y
puede ser revertido mediante el simple esfuerzo. El karma inmutable tiene raíces
más profundas y es más difícil de cambiar. Es la fuerza determinante de la
tendencia básica de cada persona. También pude ser visto como aquel cuyos
efectos se manifestarán en un momento determinado (Ajatashatru, por ejemplo,
estaba destinado a morir el séptimo día del tercer mes).
Aunque las escrituras budistas asignan diversas causas a la formación del karma,
el budismo del Daishonin enseña que las más profundas son las acciones a favor
o en contra de la Ley Mística. Estas causas se generan en las profundidades de
nuestra vida, más allá de lo que podamos percibir o concebir. No obstante, Sobre
la prolongación de la vida afirma positivamente que la fe firme y la reflexión o el
arrepentimiento sinceros pueden transformar incluso el karma inmutable.
1
Sutra del loto, cap. 23.
Ib., cap. 2. Se ha adecuado el tiempo verbal al contexto de la frase.
3
Ch‘en-Chen (s. d.) fue hermano mayor de T‘ien-t‘ai y general de la dinastía Ch‘en.
4
Sutra del loto, cap. 20.
5
Esta declaración se basa en una frase del capítulo vigésimo tercero del Sutra del loto.
6
Iyo-bo es otro nombre con que se conocía a Nitcho (1252-1317), uno de los seis principales
sacerdotes discípulos del Daishonin. Puede haber sido hijo adoptivo de Toki Jonin o bien hijo de
su esposa, de un matrimonio anterior.
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