Cartas I - instituto de estudios superiores de oaxaca

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Ilustraciòn J.L..Alcover Lillo
Cartas
a mis pacientes
(Reflexiones)
Dra. M. Gloria Alcover Lillo
-I-
Mis queridos pacientes y amigos:
Hace tiempo que deseaba iniciar esta pequeña colecciòn de escritos dedicados a la difusiòn de la
Homeopatìa para todos. Creo que ha llegado el momento, entre otras cosas, porque hoy se vende la palabra
Homeopatìa por todas partes y al mismo tiempo han salido "a la venta" todo tipo de posibilidades terapeuticas
que aseguran el bienestar, aunque sin poder dar al paciente una claridad en cuanto a la diferencia en su
modo de actuar y su eficacia real. Pareciera que todo es lo mismo y que todo lo que mueve la energìa va bien
y se debe aceptar sin mayor consideraciòn. Sin embargo no es exactamente asì.
Mi deseo real es proporcionar un "criterio de sanaciòn" al paciente para que sepa conocer, distinguir y elegir
el camino que le es necesario para reconocer còmo restituir su higiene, su equilibrio o su curaciòn profunda
y su bienestar. Y en este sentido, sin duda, dar a entender la extraordinaria revoluciòn que representa la
Medicina Homeopàtica, que mal se conoce y constituye verdaderamente el camino òptimo para restituir la
verdadera curaciòn individual, social y trascendente.
Despuès de un buen nùmero de aňos dedicada a la enseňanza e informaciòn de la Homeopatìa me doy
cuenta de la dificultad que tienen, tanto los mèdicos como los pacientes o las personas que se acercan a la
Homeopatìa, para comprender la rigurosidad del mètodo, su doctrina, su practica y la revoluciòn que implica
en la visiòn de la enfermedad y del sufrimiento del ser humano, individual y social. Y sobre todo su potente y
bondadosa eficacia.
Las razones son varias, pero la màs importante es "el espìritu de los tiempos" que actualmente està
seňalado por la velocidad, el consumismo de todo tipo, la perdida completa del sentido real de la curaciòn
como algo posible, la costumbre de las personas a tomar medicamentos y drogas, la necesidad de "estar
bien" para los demàs y para seguir trabajando sin parar, el exceso de publicidad e informaciòn de panaceas,
integradores, complementos alimentarios compensadores, etc.. confundiendo la higiene con la sanaciòn. En
fin, mil cosas que se convierten en una des-informaciòn y en un caos que dan la impresiòn de "tener todo
bajo control"
Ademàs, sin duda,debemos aňadir el miedo al dolor de una humanidad abituada a los analgesicos. El
miedo a la enfermedad. Un sufrimiento incomprensible e incontrolable que puede venir por un malvado y
misterioso virus ultramicroscòpico, como producto de una cultura medica mecanicista y una visiòn del mundo
sin sentido, donde el Hombre pertenece a la categoria de "cosa", como todo lo demàs y no cuenta nada en el
sentido profundo y real de su persona. Aňadiremos, por ùltimo, el miedo fatal a la muerte como un
acontecimiento completamente desintegrado de la evoluciòn natural de la vida, debido todo esto a la
desorientaciòn vital general.
Todo esto crea una enorme dificultad para entender cosas que todo ser humano ha sentido y siente dentro
de si y que intuitivamente ha sabido siempre porque este "sber" formaba parte de su "sentido comùn
biològico". Una facultad que parece haber desaparecido pero que constituye parte de la base del "saber"
humano. Y es ahì, ademàs, donde la Homeopatìa encuentra su discurso totalmente obvio para quien se
acerca a este maravilloso conocimiento, aunque este desorientado.
Dicho esto, me permito hacer una pequeňa introducciòn general para despuès tocar punto por punto muchos
de los aspectos que nos interesa a todos conocer para poder decidir algo sobre el "como curarnos".
La Homeopatìa representa hoy, dentro del variado mundo de disciplinas medicas, la forma más completa y
eficaz de tratar la totalidad psico-fisica del individuo en profundidad, llevando al sujeto enfermo a una
correcciòn de su sufrimiento personal, inmediato o hereditario, agudo o crònico, en forma suave, ràpida y
permanente, dentro de las posibilidades de respuesta de su estructura psico-biologìca.
Esta eficacia es debida a la precisión que permite el descubrimiento de la Ley de Curación reconocida como
el Similia Similibus Curentur, fundamento de la Homeopatìa. Este aforismo significa el hecho, demostrable
siempre y repetible continuamente en cualquier circunstancia o latitud, con cualquier ser humano de
cualquier raza -de ahì su universalidad y su validez- que: “ un estìmulo o substancia terapèutica de cualquier
naturaleza es capaz de curar en el paciente exclusivamente lo que ha sido capaz de producir en el
experimentador (hombre sano) a traves de la Experimentaciòn Pura”. Esta es la primera base cientìfica
necesaria e imprescindible para obtener una información, clara exacta y precisa del poder del medicamento
adecuado para cambiar el funcionamiento del organismo enfermo, cualquiera que sea su naturaleza. (Poder
medicamentoso)(Cumplimiento de la Ley Universal de la Resonancia).
La Experimentación Pura, realizada con centenares de sustancias naturales pertenencientes tanto al reino
mineral, metales o metaloides, vegetal, animal e imponderables en diversas clases, en centenares de
experimentadores sanos de todas partes, edades y condiciòn, nos permiten tener a nuestra disposición una
casi infinìta catidad de energìas informadas de la naturaleza terapèutica propia de cada cual, para poder
aplicar segun las reglas del arte, tècnica y doctrina deserrolladas a partir del descubrimiento.(Individualidad
medicamentosa).
Todo lo que a la Vida pertenece: desarrollo, enfermedad y salud, se desenvuelde gracias a la Fuerza Vital,
constitutiva de todo ser viviente, que comporta un movimiento permanente hacia la conservaciòn (curativa) y
hacia la realización total de cada ser individual (evolutiva). Por este esencial motivo estructural, es la
Naturaleza misteriosa, en su movimiento intrìnseco, la que indica el camino de la recuperación de la salud a
travès, incluso, de la misma enfermedad. De ahì que los sintomas, su manifestación, localización y significado
son de la mayor importancia para poder comprender y evaluar el camino justo a seguir terapeuticamente en
orden a corregir la vida y restituir el equilibrio inestable que llamamos bienestar fisico y social de un ser
viviente.
Es evidente a todo observador que “cada sujeto viviente padece segun su especie y dentro de su especie
segùn su propia naturaleza, su propia historia y su propia razón de ser”. Por ese mismo motivo cada ser
viviente tiene su propio e insustituible modo de enfermar y cada substancia medicamentosa e incluso cada
estimulo recibido, tiene su propio poder medicamentoso, sin que sea posible el substituir uno por otro
indiferentemente si se quiere respetar su mayor eficacia. (Individualidad Morbosa e Individualidad
Medicamentosa).
El reconocimiento de que la Vida es energìa que se cristaliza tomando diversas apariencias, es hoy un
tema demostrado por muchas otras ciencias diferentes a la medicina, como por ej. la Fisica Cuàntica, además
de la Filosofìa de todos los tiempos -sin meternos en aspectos màs profundos relativos a la sustancialidad de
estas energias). Se hace imprescindible y de fundamental importancia para la medicina actual el aceptar que
el Dinamìsmo Vital es el medio, el instrumento y la causa eficiente de la misma vida material y por lo tanto el
lugar de las estructuras donde se verifica todo equilibrio o desequilibrio más o menos manifiesto. Y por
consecuencia que es alli, y solo de allì..!, donde puede desencadenarse la reacción curativa del hombre
enfermo que le lleve a la restitución integra de su salud posible.
El hecho irrevocable de cada ser viviente como una Totalidad Actuante en permantente diàlogo con la
existencia, con el mundo que le rodea y con su propio interior, hace imperiosa la necesidad de encontrar
estimulos terapeuticos que satisfagan la necesidad de esa totalidad inseparable en su forma y capacidad de
respuesta, aunque se manifieste en distintos planos de sufrimiento. Cuanto más capaz de comprender la
totalidad, incluyendo pasado-presente y futuro del individuo, más perfecta su eficacia y más veloz, suave y
permanente su reequilibrio existencial fìsico y moral, que llamamos curación.
Este descubrimiento demostrado en los ultimos tiempos por la Ciencia: la regencia de la energia sobre toda
expresión viviente, tanto en salud como en enfermedad, obligadamente considerados como estados de
existencia, ambos perfectos en si mismos, hace que podamos estimar la importancia de la elaboración del
medicamento homeopàtico. Este, liberando las energias estructuradas en la materia prima material en sus
energìas ultramoleculares especificas (ò virtudes), cuyo poder de penetraciòn y acciòn sobre el organismo,
aplicadas segun la Ley de curaciòn y en la potencia, frecuencia y cantidad adecuadas a cada organismo,
puede llegar a modificar incluso la informaciòn hereditaria y la armonizaciòn de los cuerpos sutiles màs
elevados que constituyen la totalidad psico-biologica de cada ser humano viviente. (Dosis Infinitesimales).
Por ùltimo, tendremos que seňalar la importancia del descubrimiento en la Experiencia Clinica y Terapeutica
relativa a la Enfermedad Crònica, como estructuraciòn dinàmica psicofìsica del individuo. Lo que se ha
comprendido como la diàtesis o patologìa crònica constitucional proveniente de la supresiòn antinatural y
arbitraria de las enfermedades agudas. Esta supresiòn da como consecuencia la predisposiciòn patològica
con la que todo ser viviente nace y le hace vulnerable a su particular sufrimiento en el desarrollo de su vida. El
tratamiento y correcciòn de la predisposiciòn patològica hereditaria constitucional es la mejor y màs eficaz
medicina y terapeutica preventiva, porque procura por anticipado la modificaciòn y reequilibrio posible
progresivo. Cosa que se obtiene fundamentalmente con el tratamiento homeopàtico.
Todo este conjunto de realidades cientìficas eleva la Medicina Homeopàtica a una verdadera medicina de la
especie humana y no sòlo del individuo. No solo la correcciòn de la persona individual aislada del grupo al
que pertenece y de su historia, sino, como ha sido llamada la MEDICINA DEL HOMBRE NUEVO.
(Cont).
Ilustraciòn J.L..Alcover Lillo
Cartas
a mis pacientes
(Reflexiones)
Dra. M. Gloria Alcover Lillo
-IILa Medicina Homeopàtica es verdadera medicina interna. Se ocupa de todo tipo de alteraciòn que no sea
inminente y obligadamente quirurgica. puesto que el medicamento adecuado, que constituye por su identidad
y especificidad el remedio adecuado a la persona en ese momento de su existencia total, hace desencadenar
la reacciòn curativa a partir del mismo individuo gracias a su Fuerza Vital, adecuadamente estimulada,
favoreciendo asì la respuesta, incluso en casos de pequeňa o grande cirujìa.
Por todo ello, el paciente debe ser atento a sus molestias y referirlas con sencillez “tal como las siente”.
Debe habituarse a escribir todo lo que le molesta, tanto fìsico como mental, humor y dificultades de relaciòn
con la vida que son para èl notables, a fin de dar una informaciòn simple pero completa al medico homeopata
para que pueda establecerse el mejor diàlogo, humana comprensiòn y la mejor acciòn terapeutica.
El remedio homeopàtico, como todas las energias ultramoleculares, actua en el mismo instante en que se
da el contacto. El tiempo mayor o menor de su respuesta depende de otros factores, tales como: la
capacidad vital del sujeto, la complejidad de la patologìa y la estructura màs o menos intrincada de su
predisposiciòn patològica. Esto ha hecho confundir la velocidad de respuesta del sujeto aquejado de una
enfermedad crònica hereditaria con la velocidad de acciòn del remedio.
La delicadeza con que debe ser tratadas las energias ultramoleculares para obtener el mayor beneficio
posibile, es la razòn por la que se pide a los pacientes que se tratan con homeopatia el evitar todas las
substancias medicamentosas o toxicas. (coca-cola, cafè en exceso, tè en exceso, tabaco..ecc) y otros
farmacos ponderales o habituales suministrados por la medicina convencional que trabaja con susbstancias
fisico-quìmicas en general artificiales y no asimilables por el organismo.
Los grànulos no deben tocarse con las manos. Grànulos o gotas deben suministrarse directamente en la
boca, sin chupar el tubo o la botella. Se pueden poner en una cuchara normal -que hoy generalmente es de
acero inoxidable-. No deben estar expuestos mucho tiempo al sol o al calor porque se desactivan. No
caducan hasta que se vuelven amarillos los glòbulos (muchìsimos anos). Las gotas, son un vehìculo
alcoholizado estable, que no caduca. Al màximo se evapora.
El uso de grànulos, globulitos o gotas es sustancialmente indiferente y no afecta al poder curativo del
medicamento. Lo importante es la potencia, la frecuencia de la suministraciòn y la cantidad de globulitos
segun la necesidad de cada paciente. El uso de unos u otros, asi como los detalles de la posologìa,
dependem del plano se sufrimiento que se debe modificar, de la estabilidad o cronicidad de la enfermedad,
del tipo de enfermedad y enfermo de que se trate y de su sensibilidad personal determinada por su
idiosincrasia. Toda esta valoraciòn de la sensibilidad de la respuesta es lo que el mèdico observa en cada
paciente en relaciòn con el poder y la naturaleza de cada substancia en general y la individualidad del
paciente.
El remedio homeopàtico no entra en antagonismo con ningùn fàrmaco. Asi mismo, bien prescrito, no
produce efectos secundarios.
La necesidad de usar UN SOLO REMEDIO en cada momento terapèutico es debido al hecho que el
remedio no tiene la finalidad de eliminar los multiples sintomas (haciendo un tratamiento sintomatico
superficial sin relaciòn con el todo del sufrimiento del individuo) sino hacer desencadenar la reacciòn curativa
de la totalidad del individuo enfermo respetando el conocimiento claro, exacto y preciso que, a travès de la
Experimentaciòn Pura, se obtiene de cada medicamento, el cual ha sido experimentado uno a uno y nunca en
complejos. El Similimun o remedio adecuado actua como la carambola de un billar, liberando en un sòlo
impulso eficaz la totalidad del desequilibrio del paciente en ese momento de su vida.
Los complejos, mal llamados homeopaticos, en realidad son una invenciòn posterior al descubrimiento de la
Homeopatìa. Como se dice, “un apaňo” para salir del paso...que sigue los criterios fragmentados de la vieja
escuela mèdica y que tienen el peligro de poder llevar al caos energètico e impedir la reacciòn
verdaderamente curativa en el paciente.
El medicamento homeopàtico no se debe auto-prescribir porque quien lo hace ignora lo que hace. Ignora el
diagnòstico de su padecer y de sì mismo. E ignora el pronòstico, es decir el curso y el significado que su
enfermedad o sufrimiento està seňalando como una inteligente expresiòn de su Fuerza Vital, pidiendo una
ayuda insustituible y precisa para devolverlo al equilibrio necesario para el bienestar total de su existencia.
Cuando el paciente siente evidentemente la mejorìa debe suspender o alejar la toma del remedio. Si tiene
dudas debe preguntar a su mèdico. Esto se debe al hecho concreto del modo de acciòn particular del remedio
homeopatico que no es una aspirina ni un antibiotico los cuales tienen un tiempo fisico-quimico de acciòn. El
remedio homeopàtico, cuando llega a su dosis justa (Dosis mìnima) despues de una..dos..tres..ò cinco
suministraciones.. de acuerdo a la sensibilidad y necesidad del paciente, desencadena la reacciòn total y el
propio organismo pone en funciòn una serie de mecanismos fisiològicos de restituciòn en cadena. A este
punto es necesario dejar hacer el movimiento libremente al organismo sin interrumpirle con otra dosis, que
resultarìan innecesarias y obstaculizadoras de la respuesta.
Este exceso no provoca intoxicaciòn, en el sentido clàsico conocido, pero sì puede provocar la
experimentaciòn de la sustancia, dando sìntomas nuevos, desconocidos para el paciente que le pueden
confundir o preocupar o asustar; o bien, puede dar una intensificaciòn de sìntomas del todo innecesaria.
El paciente homeopàtico debe habituarse a tener presente que a estos niveles sutiles en que se trabaja
energeticamente, una sobredosis es demasiado fuerte y paraliza la respuesta. Sòlo las dosis delicadas son
capaces de provocar las respuestas màs fuertes y eficaces.
El mèdico homeòpata capacitado para ejercer la profesiòn es un Mèdico-Cirujano General, frecuentemente
ya con alguna Especialidad. Sus titulos universitarios son oficiales. Ha debido estudiar regularmente en
alguna Escuela de Homeopatìa Clasica Oficial que existen en diversas partes del mundo. Generalmente el
curso basico es minimo de 4 aňos. Puede suceder que el titulo de ese pais donde se ha estudiado no estè
homologado por el gobierno del pais donde se encuentra por motivos de interès polìtico y socio-històrico.
Hoy la Homeopatìa en todo el mundo està siendo ampliamente supervisada por Organismos Internacionales
como la Liga Medicorum Homeopathica Internationalis, la ECH de la EE. y la Federaciòn Autònoma de
Homeopatìa que con diversos nombres existe en cada pais.
Se continua a hacer Investigaciòn en Homeopatìa desde diversos àngulos de la complejidad de su doctrina
y tècnica. Tanto a nivel de Experimentaciòn Pura y Re-Experimentaciòn Pura como a nivel Clinico y
Estadistico, dentro y fuera de los hospitales.
La Homeopatìa HOY demuestra tener toda la infraestructura cientìfica, doctrinaria y tècnica para poder
dialogar e integrarse debidamente en el màs alto mundo de conocimiento dando una luz nueva y
caleidoscopica capaz de participar en todas las ciencias, medicas o no medicas. Sus descubrimientos hacen
mas comprensible la razòn de la eficacia terapèutica de todo tipo diverso de disciplina alternativa y revela
sorprendentemente la aportaciòn de leyes y principios universales fundamentales a la medicina cuàntica y a
las medicinas llamadas vibracionales que son, sin duda alguna, el futuro de la medicina del HOY y del
maňana. La Homeopatia està aportando, desde sus comienzos, otras extraordiarias informaciones relativas a
las energias ultramoleculares donde, una vez màs, es capaz de mostrar lo que ha sido y es desde su
nacimiento en 1810: el paradigma de la nueva medicina del futuro y una medicina revolucionaria capaz de
satisfacer las exigencias del Hombre en su sufrimiento. Una medicina fundamentalmente ètica.
La MEDICINA DE LA PERSONA por excelencia
CURRICULUM VITAE
SINTESIS
Dra. Maria Gloria Alcover Lillo
Laureada en Madrid como Mèdico Cirujano(1970) en la Universidad Complutense. Especialidad
de Ginecologia y Obstetricia y Medico de Urgencias de la UVI de Mallorca.
Entra en la Escuela de Post-Grado de Homeopatìa de Mexico 1979 y junto al maestro P.S.Ortega
por mas de 12 aňos desarrolla su formaciòn como colaboradora directa dedicandose a la
profundizaciòn, difusiòn y enseňanza de la Medicina Homeopàtica Ortodoxa Hahnemanniana,
fundando escuelas y grupos de estudio en diversas partes del mundo.
Profesora desde 1980 de la Doctrina y Metodo de la Homeopatia:en diversas escuelas y
Universidades de Europa y America. Profesora de Antropologìa, Filosofìa Clìnica y Clìnica
Integral Homeopatica.
Academica Invitada en multiples Asociaciones Medico Homeopàticas del mundo.
Master y Diplomada Especial como Docente de Homeopatìa por el Instituto de Estudios Superiores
de Oaxaca.(I.E.S.O).Mexico.1990.
Miembro de Honor de la Universidad de Sevilla, Academia Medico Homeopàtica de Barcelona,
Escuela Medico Homeopatica Rumana, Escuela Medico Homeopatica Ecuatoriana. Escuela
Medico Homeopàtica de Bogotà. Instituto G.Pàez de Bogota. MEDALLA DE ORO de la Academia
Medico Homeopàtica de Barcelona (Espaňa).
Primer Premio Internacional de Homeopatìa Clàsica en 1996
del 2° Concurso Internacional de la Fundaciòn Dr.D.J.Nuňez y Pernia.Madrid (Espaňa)
Fundadora de los Ambulatorios Sociales de Oaxaca, Tulancingo, Peralvillo (Mexico), Modena
(Italia), Gernika (Spagna).
Coordinadora Academica de Grupos de Estudio en diversas partes del mundo y
Fundadora y coordinadora del FORUM INTER LATINO DE HOMEOPATIA
Autora de multiples trabajos y ensayos sobre Clinica Integral Homeopàtica e Antropologìa Medica.
Conferencista desde 1980 a nivel internacional de temas centrados en la
ENSEŇANZA Y DIFUSION DE LA HOMEOPATIA al publico en general.
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