XLVI ENCUENTRO DE INSTITUTOS DE DERECHO COMERCIAL DE COLEGIOS DE ABOGADOS DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES 6 Y 7 DE DICIEMBRE DE 2007 COLEGIO DE ABOGADOS DE BAHIA BLANCA Autor: Celina Pavese Instituto de Derecho Comercial del Colegio de Abogados del Departamento Judicial de Morón. Comisión: Derecho Concursal Tema: “Incidente de revisión. Causa: valor probatorio de facturas, remitos, cheques, pagarés en relación a los libros contables.” TRANSPORTE DEL OESTE S.A. S/CONCURSO PREVENTIVO S/ Incidente de revisión de crédito promovido por Super Bus C.nº 43.490 - Reg. 181/07 El día 11 de Octubre de 2007, la sala I de la Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial del Departamento Judicial de Morón, integrada por los doctores José Eduardo Russo, Juan Manuel Castellanos y Liliana Graciela Ludueña, se reunió para resolver un recurso de apelación respecto a la resolución de primera instancia en los autos caratulados "TRANSPORTE DEL OESTE S.A. S/CONCURSO PREVENTIVO S/ Incidente de revisión de crédito promovido por Super Bus". Lo que se expone a continuación son las partes más significativas del fallo: I.- El ejecutante apeló sin merecer réplica de la contraria ni de la sindicatura.II.-El Fallo apelado rechazó el incidente de revisión promovido con costas a la incidentista, difiriéndose la regulación de honorarios profesionales.III.- El incidentista se agravió de la resolución, afirmando que la misma resultaba arbitraria, en tanto se había aportado prueba instrumental y prueba pericial contable, que daba cuenta de la cabal existencia de la deuda que se insinuaba, siendo suficiente para la demostración del crédito.IV.- El incidentista se quejó también, de la imposición de costas entendiendo que debería ser modificada, en función de la admisión del incidente planteado, y subsidiariamente, -en el caso de no prosperar sus quejas-, las costas deberían ser soportadas en el orden causado, porque se había creído con derecho a promover la incidencia.V.- La Cámara señaló, en primer término, que el contrato de compraventa mercantil es consensual y no formal, pues la ley no establece requisitos extrínsecos determinados para que se lleve a cabo la exteriorización de la voluntad de las partes intervinientes, existiendo libertad de formas. Por lo tanto si el contrato de compraventa mercantil y la entrega de la mercadería son negados, el vendedor debe ajustar su prueba a lo dispuesto por los arts. 208, 209 del Código de Comercio. VI.- Por consiguiente, luego de examinar las piezas documentales aportadas por la actora, resultó que la mercadería detallada en las facturas amén de encontrarse registradas en los libros de la parte incidentista, también habían sido asentadas en los pertenecientes a la fallida, -según la pericia contable- y que además, se habían aportado los remitos relativos a su entrega, y que no surgió de los registros contables de la incidentada que se hubiere asentado el pago de dichas mercaderías, lo que hizo entender a la Cámara, que era correspondiente acceder a lo solicitado.VII.- Respecto de los importes detallados como adeudados en la presentación liminar, -que se los había vinculado a facturas extraviadas-, no obstante aún, figurando en los registros de la incidentista, -de acuerdo al dictamen pericial contable realizado- , la Cámara entendió que no se habían adjuntado los remitos correspondientes que acreditarían su entrega al deudor. Además, de no encontrarse registrados en los libros comerciales de la fallida, la Cámara consideró que no existía otro elemento de prueba que permitiera sostener la existencia de dichas operaciones, de modo que quedó indemostrado el acto constitutivo de su derecho, debiendo desestimarse este aspecto de las quejas.VIII.- Con respecto al rechazo del incidente en relación a los créditos insinuados por los cheques y pagarés presentados, la única prueba producida era la contable y la informativa.- Por la que consideró escasa la producción probatoria de la actora.IX.- Entendió que del dictamen pericial contable no medía ningún elemento tendiente a demostrar la causa de los créditos insinuados, y a igual conclusión arribó con respecto a los informes recepcionados en autos. Tampoco consideró relevante, la incomparencia a la audiencia confesional fijada ya que la actora no presentó pliego de posiciones a tal efecto. En función de ello, desestimó el reclamo fundado en los cartulares acompañados, y las quejas deducidas en tal sentido.X.- Por todo lo expuesto, resolvió por unanimidad, que por los fundamentos expresados, correspondía revocar parcialmente la sentencia recurrida, admitiéndose parcialmente la revisión deducida, teniéndose por verificados los importes de las facturas de las cuales ascienden en su totalidad a la suma de $ 14.885,33 como crédito quirografario (art.248 de la ley 24.522), con más sus intereses calculados a la tasa pasiva que el Banco de la Provincia de Buenos Aires paga en sus operaciones de depósito a treinta días vigentes en los distintos períodos de aplicación, desde la fecha de la mora operada dentro de los treinta días de emitida la factura de que se trate en cada caso y, hasta la fecha de apertura de la quiebra (4 de junio de 2006; v.fs.295; artículo 129 de la ley 24.522), confirmándose en cuanto más haya sido materia de agravio y recurso.XI.- Y por último, impuso costas de Alzada a la fallida fundamentalmente vencida, difiriéndose la regulación de los honorarios profesionales para su oportunidad (art.287 de la ley 24.522).- Sumario: 1. El Incincidente de revisión.2. La causa. 3. La factura. 3.1. La factura como medio de prueba del contrato mercantil y los libros contables. 4. Cheques y Pagarés. Abstracción. 4.1. La causa en los cheques y pagarés. 4.2. Carga y elección de los medios de prueba de la causa en los papeles de comercio. Su relación con los libros de comercio. INCIDENTE DE REVISIÓN. CAUSA: VALOR PROBATORIO DE FACTURAS, REMITOS, CHEQUES, PAGARÉS EN RELACIÓN A LOS LIBROS CONTABLES. (Basada en el fallo: “TRANSPORTE DEL OESTE S.A. S/CONCURSO PREVENTIVO S/ Incidente de revisión de crédito promovido por Super Bus” C.Civ. y Com. Morón -Sala I- 11/10/07.) 1. El Incidente de revisión. El incidente de revisión es un recurso que otorga la ley para evitar que la resolución judicial que declara admisible o inadmisible un crédito, adquiera los efectos de cosa juzgada. Se trata de una fase jurisdiccional que se encuentra en un estadío potestativo-facultativo y que integra la etapa de veri ficación de créditos. Debido a que en dicha etapa la posibilidad de probar y acreditar la existencia o inexistencia de un crédito es muy limitada, la Ley 24.522 introduce la revisión de modo que se permita una mejor producción de prueba mediante el procedimiento de los artículos. 280 y siguientes. Es en este trámite donde se constituye en un verdadero proceso de conocimiento de la pretensión del acreedor tendiente a otorgar la calidad de “acreedor concurrente” y por tal razón a ser partícipe del proceso concursal. 2. La causa. Desde larga data la legislación y la doctrina se han preocupado por dotar de transparencia al proceso concursal y evitar de esta manera la imposición de un perjuicio a los acreedores sin protección. Como es sabido son muchas las maniobras para crear pasivos inexistentes por parte de los deudores en complicidad con terceros ya sea para sustraer bienes o efectivo de la masa, o para influir en las votaciones de las propuestas en perjuicio de los verdaderos acreedores. Para poner coto a esta práctica, la legislación pone en cabeza del acreedor, la carga de determinar cuál es la causa -o negocio jurídico subyacente- que da origen a su crédito. Esta indicación habilita al síndico para realizar la compulsa documental pertinente y por tal motivo la exteriorización de la misma es esencial para la solicitud de verificación. 3. La factura. El Código de Comercio -desde su primera redacción- concibió a la factura como un medio simple de instrumentar el contrato de compraventa. Era tradicional que la factura contara con la firma del comerciante que la recibía junto con las mercaderías adquiridas, convirtiéndose de esta manera, en la justificación por excelencia de la anotación en la contabilidad del vendedor, y esa anotación, a su vez, en “probatio probadísima” del contrato. El artículo 474 del Código establece que: - Ningún vendedor puede rehusar la entrega de la factura al comprador. - Salvo estipulación en contrario, la venta se presume que es al contado. - El comprador dispone de diez días para contradecir los extremos de la factura, bajo apercibimiento de considerar al saldo que contiene como cuenta liquidada. Esta dinámica cumplió sus buenos oficios hasta las primeras décadas del siglo XX. Pero luego las condiciones fueron cambiando de manera tal que ese viejo esquema no pudo continuar por las siguientes causas a saber: 1- El crecimiento del país y, consecuentemente, de su economía, que redujo y, a la par, degradó la relación directa y personal entre los comerciantes. Ello hizo que las facturas rara vez fueran firmadas personalmente por el comerciante. 2- Las sucesivas crisis económicas que devinieron a partir del año´30, trajeron como consecuencia la desvalorización de la palabra entre comerciantes y por ende formas ingeniosas de evitar el cumplimiento, acarreando cantidades de litigios para el cobro de facturas. 3- El Fisco entró a considerar a la factura -en tanto modo de instrumentar los contratos- como un documento susceptible de pagar impuesto de sellos. Por ende, para eludir ese impuesto, se desdobló la factura en dos documentos: el "remito", que lleva la firma del comprador a modo de recibo, en el que sólo se consigna la cantidad y especie (a veces, el precio) de las mercaderías, y la factura en la que vuelven a describirse las mercaderías vendidas, el precio, las condiciones de pago, pero que usualmente carece de la firma del comprador. Esta última consecuencia dio origen al remito, que con el desarrollo de la actividad mercantil comenzaron a ser firmados por los dependientes cuando se trataba de comercios de explotación unipersonal o por los representantes legales si la actividad era llevada a cabo por una sociedad. Esta situación dio pie a numerosos litigios por ventas, que se intentaban probar mediante remitos firmados por quienes al momento de la entrega de las mercaderías, aparecían como personas con atribuciones suficientes pero que -a la hora de la verdad- ni siquiera constaban en los registros legales como empleados en relación de dependencia del supuesto comprador. 3.1. La factura como medio de prueba del contrato mercantil y los libros contables. La factura comercial, ha dicho la Jurisprudencia de nuestros tiempos, posee óptima eficacia liquidatoria y probatoria del negocio que instrumenta, y no habiendo sido impugnada (art. 474, C.Com.) debe estarse a sus término, aunque la factura no es instrumento del contrato de compraventa, sino una de las pruebas de él o de su ejecución. Como lo que usualmente se firma es el remito y no la factura, esa signatura se ha considerado prueba de la venta. Si se da tal aceptación, el comprador demandado en juicio sólo puede alegar en su descargo hechos sustentados en pruebas de fuerza equivalente a la de la factura. Por eso se ha desestimado la prueba testimonial para restar significación a las constancias obrantes en la factura. Ello, por aplicación del artículo 1193 del Código Civil. En suma, todo radica en demostrar que el comprador recibió la factura y que no la objetó. En ese sentido, se ha considerado que el silencio del comprador ante una carta documento que individualiza la factura, prueba que la recibió (art. 919, C.C.) atento la carga legal de formular reclamos a su respecto (art. 474, C.Com.).(6) También resulta clave la anotación de la factura en la contabilidad, puesto que la contabilidad comercial es un sistema en el cual resulta difícil modificar una de las partes sin alterar el todo, de modo que, aun frente a no comerciantes, tal probanza adquiere el carácter de presunción judicial. Sin embargo, en un caso se estableció que la sola registración "...unilateral de la venta de la mercadería en los libros I.V.A. del vendedor, sin que exista otra constancia o prueba (notas de pedido o remitos indicados en cada factura, aportes testimoniales de envío y recepción de la mercadería, etc.) deviene insuficiente para acreditar el negocio mercantil celebrado, no obstando a dicha conclusión la existencia de certificación contable, si ésta se sustenta exclusivamente en la documental invocada".( C.Civ. y Com. Azul - Sala 2 - 6/9/1999, “Sucar S.R.L. c/Boragini, Oscar J.” - J.A. - 2000 - T. I - pág. 318 - Informática Jurídica Documento Nº 1.40443 - J.A. - desde 1994). Es por ello que al analizar el fallo en cuestión se interpreta la importancia del valor probatorio de los remitos como constancia de la aceptación de la factura y de la operación mercantil celebrada. Requisito exigido por el art. 208, inc. 5 del Código de Comercio. (Art. 208: Los contratos comerciales pueden justificarse: 5º: Por los libros de los comerciantes y las facturas aceptadas.) 4. Cheques y Pagarés. Abstracción. Como es sabido los cheques y pagarés son papeles de comercio es decir, títulos de créditos abstractos que se caracterizan por representar la promesa de pago de una suma de dinero, dentro de un plazo relativamente breve. Tienen una importante función económica ya que permiten movilizar fondos sin transportar efectivo, y sirven como instrumento de crédito y como medio de pago de aceptación muy generalizado entre los comerciantes. Son concebidos como abstractos para facilitar la circulación y el efectivo cobro del crédito que conlleva dichos documentos. Demás está decir que la importancia del documento no solo reside en la promesa allí manifestada sino también en el cumplimiento de todas las formalidades exigidas por la ley, de esta forma permite al poseedor del documento una vía rápida judicial para satisfacer su crédito (vía ejecutiva) evitando un proceso ordinario aunque necesario cuando hubiere mayor conflictividad en la resolución del mismo. 4.1. La causa en los cheques y pagarés. La doctrina siempre tuvo particular interés en resolver la cuestión de la causa en los papeles de comercio (cheques, pagarés). Es sabido que el carácter de abstracción de los mismos hace a la esencia de su circulación. La abstracción importa la absoluta independencia del título respecto de la relación fundamental o negocio jurídico que le dio origen. Es por este motivo, que la mayoría de los casos donde se verificaba maniobras espurias de incrementar el pasivo, los instrumentos más recurrentemente utilizados eran los cheques y los pagarés. La solución radicaba en decidir sobre la disyuntiva de primar el principio de abstracción de los títulos y por ende verificar los mismos sin acreditación de la causa o por el contrario, otorgar preeminencia al interés de plural de los acreedores ínsitamente vinculado al procedimiento concursal, tratándose igualitariamente a todos los créditos. Dos plenarios de la cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial de los años ´79 y ´80 “Translineas c/Electrodinie S.A.” (referido a los pagarés) y Difry S.R.L., (referido a los cheques) dirimieron jurisprudencialmente la cuestión: señalaron que quien solicita la verificación en un concurso sobre la base de un pagaré o un cheque suscripto por el concursado, debe declarar y probar la causa de la tenencia del título, entendiendo por tal el negocio jurídico que da derecho al acreedor a detentarlo. Respecto a que si el título hubiere sido adquirido por endoso, la cuestión de la causa recaerá sobre la relación con el endosante. En la actualidad dicha solución es de aplicación obligatoria en el ámbito de Capital Federal y de enorme peso en los ámbitos provinciales. 4.2. Carga y elección de los medios de prueba de la causa en los papeles de comercio. Su relación con los libros de comercio. Corresponde al que pide la verificación la presentación de las pruebas. La misma se forma principalmente mediante el exámen de los libros y documentación del deudor. Sirven de auxilio los libros del acreedor, pero la falta de libros y documentos del deudor hace más necesaria la prueba que el acreedor debe aportar. Tanto éste como el síndico tienen autonomía para elegir otros medios de probatorios. Uno de ellos es seguir la cadena ininterrumpida de endosos hasta llegar al deudor, por ejemplo. El síndico también, se valdrá por sí mismo para obtener tales pruebas, a cuyo efecto está autorizado para pedir informes (art.275, inc. 2, LCQ). Si la obtención de la prueba es resistida, puede solicitar del juzgado las medidas que allanen dicha resistencia (art. 275 inc. 6). Este criterio alcanza también a los entes oficiales de recaudación como la AFIP. También, la ley otorga al propio magistrado judicial a cargo del concurso, para admitir, verificar o declarar inadmisible un crédito, la facultad de efectuar todas las averiguaciones necesarias para tal fin. Concluyo que el fallo -en esta cuestión- siguió los lineamientos de los plenarios Translínea y Difry por lo cual el no reconocimiento del crédito pretendido fue correcto debido a que el principio de abstracción de estos títulos cae en favor de una mayor transparencia del proceso concursal. De este modo el pretendido acreedor debe probar por todos los medios necesarios la legitimidad del crédito que trata verificar. De allí la necesidad de probar eficazmente la causa que dió origen a la creación del título. No obstante, sería necesario poner énfasis en la obligación del síndico de realizar su labor en profundidad para conocer con certeza la composición del pasivo, teniendo en consideración los procedimientos básicos de auditoría, cuando -por ejemplo- los registros contables sean deficientes y carezcan de valor probatorio, -como así también- la de efectuar todas las investigaciones necesarias de modo tal que su tarea ofrezca la mayor confiabilidad que reclama el trámite concursal. Igualmente corresponde al Juez lograr un real entendimiento de la cuestión y fallar en consecuencia. Pero la obligación del síndico a que hemos hecho referencia no suple la carga en cuestión que en caso de ser insatisfecha, implicará la no verificación del crédito. Fuente de información -Código de Comercio de la Republica Argentina. Abeledo Perrot. -RICHARD, Hugo E. y ZUNINO, Jorge O.: Régimen de Cheques. Ley 24.452 modificada y ampliada por ley 24.760. 2º Edición actualizada y ampliada . Editorial Astrea. Buenos. Aires Año: 2000 -ROUILLLON, Adolfo A. N.: Régimen de concursos y quiebras. Ley 24.522. 11º edición actualizada y ampliada. Editorial Astrea. Buenos. Aires. Año: 2002. -Jurisprudencia Plenarios: 1) CNCom, en pleno 26/12/79 “Translínea SA c/Electrodinie SA”, JA, 1980-I-594; LL, 1980-A-332, y ED, 85-520. 2) CNCom, en pleno,19/6/80 “Difry SRL”: JA, 1980-III-169; LL, 1980-C78, y ED, 88-583. Fallos: -C.Civ. y Com. Azul - Sala 2 - 6/9/1999, “Sucar S.R.L. c/Boragini, Oscar J.” - J.A. 2000 - T. I - pág. 318 - Informática Jurídica - Documento Nº 1.40443 - J.A. - desde 1994) -C.Civ. y Com. Morón -Sala I- 11/10/07, “Transporte del Oeste S.A. s/concurso preventivo s/ incidente de revisión de crédito promovido por Super Bus”