Admisibilidad de título cambiario, valoración de requisitos esenciales del pagaré Hechos: el demandado en la ejecución cambiaria de unos pagarés interpuso excepción de inhabilidad de título porque en dichos documentos no se consignó el lugar de creación. El juez de primera instancia rechazó la excepción y mandó llevar adelante la ejecución. Recurrido el decisorio, éste fue revocado por el tribunal de alzada. Tribunal: Cámara 8a de Apelaciones en lo Civil y Comercial de Córdoba (C8aCivyComCordoba) – Fecha: 22/11/2011- Partes: Brando, Roque c. Vaca, Aldo s/ recurso apelación exped.interior (civil) – Publicado en: LLC2012 (mayo), 442 – Cita Online: AR/JUR/84192/2011 Sumarios: 1. La ejecución de un título que carece de uno de sus requisitos esenciales, es improcedente, toda vez que la ejecutividad del título y la presunción de veracidad del derecho del ejecutante se encuentran ligados necesariamente a la idoneidad formal del documento cartular y, en el caso, los pagarés que se pretendieron ejecutar carecían de la consignación del lugar creación, máxime cuando la demandada dedujo una excepción procedente y negó la firma y la deuda. Texto Completo: .— Córdoba, noviembre 22 de 2011. 1ª ¿Es justa la Sentencia apelada? 2ª ¿Qué pronunciamiento corresponde dictar? 1ª cuestión.— La doctora Junyent Bas dijo: 1) Contra la sentencia relacionada cuya parte resolutiva ha sido transcripta supra, interpone recurso de apelación la parte demandada, fundando su recurso a fs. 48/53. 2) El apelante se agravia por la desestimación de la excepción de inhabilidad de título. Sostiene que la decisión en este sentido trasunta una errónea aplicación del derecho sustancial y procesal aplicable en la causa. Cuestiona el reencuadramiento de la pretensión esgrimida por el ejecutante y la carga de la prueba. Relata que a fs. 8 el Sr. Roque Brando promueve demanda ejecutiva en su contra persiguiendo el cobro de tres pagarés sin protesto cuyo libramiento le atribuye por la suma de pesos Ciento treinta mil ($ 130.000). Al encuadrar la pretensión en derecho (fs. 8 vta.) alude a lo establecido en los arts. 517 y 518 inc. 3 del C.P.C. Aduce que el precitado inc. 3 del C.P.C., incluye entre los títulos ejecutivos a los títulos de crédito, en las condiciones establecidas por la ley de fondo. A fs. 17 opone excepción de inhabilidad de título, previo dejar expresamente negada la existencia de la deuda que reclama el ejecutate, y por ende —en forma expresa— negar expresamente las firmas que se le atribuyen como insertas en los títulos base de la presente acción. Alega que fundamenta la inhabilidad de título en la omisión del lugar de creación del pagaré, circunstancia que lo invalida como tal, pues siendo un requisito esencial (art. 101 inc. 6 decreto ley 5965/1963), no contiene una norma de suplencia legal similar a la que trae el art. 2, apartado 4 del mismo régimen normativo, referido a la letra de cambio. Expresa que el Juez reconoce que le asiste razón en cuanto sostiene que el instrumento base de la demanda carece de uno de los requisitos esenciales establecidos en el art. 102 del decreto ley 5965, como resulta el de la consignación del lugar de creación del documento. Sin embargo, recalifica la pretensión sobre la base que se está en presencia de un documento que contiene una obligación exigible y no condicionada de pagar una suma líquida claramente determinada a favor del actor y a cargo del demandado, agregando que en el caso de marras el defecto no obsta a que si el documento reúne todos los requisitos genéricos de todo título ejecutivo (deuda líquida, exigible y de plazo vencido) pueda ser considerado como instrumento privado con fuerza ejecutiva. El Juez, afirma se inmiscuye en la negativa de la firma, pero la soslaya echando mano a lo dispuesto por el art. 548 del C.P.C., atribuyendo presunción de autenticidad a los instrumentos presentados por el ejecutante e imponiéndole la carga de la prueba de la excepción articulada. Aduce que si al pagaré le faltan elementos esenciales de su constitución, en modo alguno puede ser tenido como un título de crédito al no reunir las condiciones establecidas por la ley de fondo, según prevé el art. 518 inc. 3 del C.P.C.C. Que no hay un título que traiga aparejada ejecución, quedando frustrado el procedimiento ante la falta del denominado “título ejecutivo”.En función de ello, expresa, la ejecutabilidad del instrumento debe obtenerse a través de la utilización del procedimiento regulado en el art. 519 del C.P.C., solicitándose que el deudor reconozca su firma. Resulta clara la intención del legislador procesal en cuanto sostiene en el inc. primero de la norma citada: “El deudor reconozca su firma, cuando el documento no trajere directamente aparejada ejecución”. Expresa que los instrumentos enunciados en el art. 518 del C.PC. son títulos ejecutivos, y que gozan de la presunción de autenticidad que debe ser desvirtuada por el ejecutado, esa presunción de autenticidad se vincula directamente con el aparejamiento de ejecución que la ley les otorga. La enunciación de este principio se complementa en el sentido que cuando se está en presencia de un título ejecutivo, la ejecución puede iniciarse en función de ese título, y que la cuestión inherente a la firma del deudor resulta una cuestión que se sitúa en cabeza del ejecutado quien debe negarla y probar la negativa en su caso. Por el contrario, cuando se está en presencia de un título que no trae aparejada directamente ejecución, la ejecutoriedad del instrumento requiere en primer lugar que contenga los requisitos para funcionar como título ejecutorio, a lo que se une la necesidad de una manifestación expresa de quien se sindica como deudor en el sentido si la firma le pertenece o no, pero sin que siquiera sea viable en el esquema procesal vigente la apertura de un proceso de comprobación de la falsedad o autenticidad de la firma negada por aquel a quien se adjudica. Cita doctrina al respecto. Aduce que el problema resulta dirimir si comprobada la inexistencia de título ejecutivo, corresponde sin más el rechazo de la acción ejecutiva con sustento en el pretenso título que ha perdido su ejecutoriedad por la ausencia de requisitos necesarios, o resulta posible la redefinición o enderezamiento de la pretensión. Señala las opiniones en el tema basándose en un precedente de este Tribunal con anterior integración. Aduce que el instrumento privado con su firma reconocida constituye un instrumento privado reconocido judicialmente que trae aparejada ejecución. Este reconocimiento de firma, al amparo de la jurisprudencia del Tribunal Superior puede provenir de la preparación de la vía ejecutiva, o de la inexistencia de negativa de firma y de deuda por parte del deudor en un juicio ejecutivo reencausado procesalmente como en este caso. Pero sostiene aquí el error in indicando cometido por el Juez, la negativa de firma y de deuda efectuada y ratificada por el demandado, extingue la vía procesal ejecutiva, así solicita debe declararse. Expresa que no hay discrepancia en orden a que la presunción de autenticidad alcanza a los títulos que son comprendidos en la enumeración casuística pero no taxativa que ilustra el art. 548 del C.C. Cita jurisprudencia al respecto. En aquellos que no gozan de esa presunción, la autenticidad dependerá del reconocimiento de la parte a quien se opone o de su comprobación judicial que debe necesariamente obtener quien pretende ejecutar obligaciones expresadas en esta clase de instrumentos privados que no tienen prevista ejecución per se, debiendo para ello practicar las gestiones procesales pertinentes y las pruebas en su caso. Cita jurisprudencia que avala su postura. Por último remarca lo que denomina las contradicciones en el pensamiento del Juez a quo, la amplia apoyatura de fallos que transcribe, adscriben a la tesis que postula, sin embargo el Juez se aparta del pensamiento de la propia jurisprudencia, con lo cual la resolución se transforma en arbitraria toda vez que infracciona el principio de fundamentación lógica y legal. 3) La parte actora contestó a fs. 56/59 solicitando el rechazo del recurso, por las razones que expresa en el escrito relacionado, a las que me remito en aras de la brevedad, con costas. 4) Ingresando al tratamiento de la cuestión, adelantamos que le asiste razón al apelante. El Sr. Juez a quo, entendió que a pesar de carecer el instrumento base de la acción de uno de los requisitos esenciales establecidos en el art. 102 del decreto Ley 5965, como lo es el de la consignación del lugar de creación del documento, se expide luego rechazando la excepción de inhabilidad de título sin considerar que la parte demandada a fs. 17 contestó la demanda entablada negando expresamente la existencia de la deuda que reclama el ejecutante y las firmas insertas en los títulos base de la presente acción, además de destacar la inexistencia de un requisito esencial del pagaré. El Juez recalificó la pretensión sobre la base que se está en presencia de un documento que contiene una obligación exigible y no condicionada de pagar una suma líquida claramente determinada a favor del actor y a cargo del demandado, agregando que en el caso el defecto no obsta a que el documento reúne todos los requisitos genéricos de todo título ejecutivo (deuda líquida, exigible y de plazo vencido), considerando los pagarés como instrumentos privados con fuerza ejecutiva. Cabe destacar que los pagarés base de acción carecen del lugar de creación, lo que los invalida como tales, por tratarse de un requisito esencial (art. 101 inc. 6 del Decreto Ley 5965/63), conforme con lo dispuesto por el art. 102 del mencionado decreto. En el tema, este Tribunal tiene sentado criterio en contra de lo decidido en anterior instancia, en autos “”C.C.C. La Capital del Plata Ltda. c/Schein Marcelo Antonio y otro- presentación múltiple-ejecutivos particulares- recurso de apelación-ejecutivo particular-N° 225339/36″ sent. del 26/04/2005. Así señalamos que:.se analizará la plataforma normativa a la luz de la cual debe resolverse la queja relacionada con el rechazo de la excepción de inhabilidad de título cuyo fundamento es la falta de lugar de creación del pagaré en el texto literal del documento ejecutado, está dada por el art. 102, del Decreto Ley 5965/63″. En él se establece que “El título al cual le falte alguno de los requisitos indicados en el artículo precedente no es válido como pagaré, salvo en los casos determinados a continuación: El vale o pagaré en el cual no se ha indicado el plazo para el pago se considera pagable a la vista. A falta de indicación especial, el lugar de creación del título se considera lugar de pago y, también, domicilio del suscriptor”. “En consonancia con la manda legal transcripta, el art. 101, inc. 6°, del decreto, establece que “El vale o pagaré debe contener: …6º) Indicación del lugar y de la fecha en que el vale o el pagaré han sido firmados..”"..En el punto, tanto doctrina como jurisprudencia son coincidentes: la inserción del lugar de emisión en el pagaré es un requisito formal relacionado con la esencia del documento, y en ausencia del mismo, no es válido como pagaré el documento en que se haya omitido mencionar el lugar en que se lo firmó. La omisión de mención del lugar de creación de la letra de cambio es suplido por el art. 2º, párr. 4º, del mencionado decreto ley, pero ello no ocurre así con el pagaré. Esta ausencia no es casual, por el contrario, el Decreto Ley suprimió del texto que obraba en el Anteproyecto presentado por Yadarola al Instituto de Estudios Legislativos, tomado de la ley de Ginebra, el párrafo que expresaba: “El pagaré a la orden que no indica lugar de su creación se considera suscripto en el lugar designado al lado del nombre del firmante” (Confr. Escuti (h.) Ignacio A., Títulos de Crédito, Astrea, Bs. As. 1998, pág. 68 y 69)”. Ahora bien, si analizamos el título cuya ejecución se pretende a la luz de la normativa citada, y en un todo de acuerdo con la sustancia de la queja impetrada, llegamos a la conclusión que el título carece de un requisito esencial que afectaba su validez como título cambiario. De ello se colige que se encuentra afectada la acción cambiaria. En consecuencia, siguiendo la jurisprudencia del Tribunal Superior de Justicia de la Provincia, debemos decir que “El procedimiento ejecutivo reglamentado en nuestro ordenamiento formal pone en cabeza del Tribunal la obligación de controlar el cumplimiento de los requisitos legales exigidos para que el título a base del cual se acciona, ostente el carácter de ejecutivo”.. “Todo juicio ejecutivo se apoya en un título ejecutivo — nulla executio sine título— el que debe contener los recaudos legalmente exigidos para ser tal, los que pueden ser destacados por el tribunal cuando estén faltando, aun en ausencia de defensas concretas del ejecutado” (TSJ Sala Civil y Comercial, autos: “Isaurral, Rodolfo Américo c/Hugo A. Ponce – Ejecutivo – Recurso Directo” Sent. 17, 25-8-95. Foro de Córdoba N° 28, p. 129) (Cita tomada de Foro de Córdoba, Repertorio General 1987 – 1997, Vol. II J-Z, pag. 526). Asimismo la ejecutividad del título y la presunción de veracidad del derecho del ejecutante, se encuentran ligados necesariamente a la idoneidad formal del documento cartular; razón por la cual, habiéndose reconocido que el documento carece de uno de los requisitos formales esenciales, no una mera formalidad, no queda alternativa al sentenciante: debe rechazar, aún de oficio, la ejecución. Con mayor razón, entonces, cuando la demandada ha deducido una excepción procedente, y ha negado la firma y la deuda. El juez no puede desbaratar la defensa esgrimida por una de las partes, supliendo las falencias de la contraria, basándose en inferencias, que se revelan abiertamente contrapuestas a la letra y el espíritu de la ley. Por otra parte, tal obrar viola seriamente el contradictorio, introduciéndose un argumento nuevo y distinto del intentado por la parte actora, variando asimismo la acción intentada, la que fue promovida como cambiaria, lo cual resulta abiertamente violatorio del derecho de defensa en juicio. Párrafo aparte merece la mención realizada por la a quo de la sentencia del TSJ en el punto b- de fs. 35 vta.; jurisprudencia a la cual no adscribo. No obstante la autoridad que implica la interpretación efectuada por el máximo Órgano Judicial de la Provincia, entiendo que existen nuevas razones que permiten, inaplicar el criterio sentado por el Alto Cuerpo Provincial. Es que entiendo existen nuevas razones que me llevan a asumir la posición adelantada. Por otra parte, habiendo sido dictada la doctrina en la que el Juez a quo funda su postura, en mayoría del Alto Cuerpo, la circunstancia de existir una nueva integración de la Sala Civil del Tribunal Superior de Justicia es dable prever un cambio de criterio al respecto. Asimismo, la suscripta concuerda con la Jurisprudencia sentada por el Tribunal Superior de Justicia con anterior integración, cuando estableciera: “…La cuestión a dilucidar es, si intentada la vía cambiaria ejecutiva en base a un pagaré, no válido como tal por omisión de alguno de los requisitos esenciales de ley, la ejecución es igualmente procedente por el no desconocimiento, posterior de firma del documento y sumisión a los requisitos del art.819 inc. 1 del CPC. (…) El juez no puede hacer mérito de hechos o causas de pedir diversas de las alegadas por las partes. El ejecutante articuló la acción cambiaria. Reconocer la invalidez del pagaré con que se accionó y ordenar la ejecución subsumiendo el título en el inc. 1 del art. 819 CPC ( ley 1419) por contener sus requisitos y no haber sido desconocida la firma, con posterioridad a la demanda, implica alterar los términos de la litis (arts. 348 y 349 CPC ley 1419) y propiciar un procedimiento anómalo(…) El derecho de defensa, de raigambre constitucional (art. 18) se vería lesionado si se obligara al demandado para enervar la ejecución excepcionarse idóneamente de la pretensión cambiaria y se lo condenase por una común, al completarse y adecuarse el título, durante la tramitación al otro supuesto legal..”. (Del voto del Dr. Horacio Roitman) Resolución por unanimidad” (TSJ, Sent. N° 11, del 4-5-1989 en “Abrate Héctor A. C. Rosonovich Ricardo – Ejecutivo – Recurso de Revisión”, cita tomada de pag. 44 de “Fallos Obligatorios del Tribunal Superior de Justicia de la Provincia de Córdoba (art. 383 inc. 4° CPC)” de Miguel Angel Ortiz Pelegrini – Graciela Junyent Bas). La congruencia de la sentencia, desde un punto de vista procesal, trasunta una inescindible relación entre todas las pretensiones deducidas y la parte resolutiva del fallo (cfr. arts. 328 y 330 del C.P.C. y C.). Ella se erige en un límite para el Juez que no puede fundar su decisorio en hechos que no han sido objeto de alegación ni prueba, y que por esa razón, no han sido motivo de discusión entre las partes. En igual sentido”… cuando por vía ejecutiva se ha intentado el ejercicio de la acción cambiaria que nace de un pagaré, la comprobación de que el documento no es válido como tal, de conformidad a las normas mercantiles, compromete su validez y, por lo tanto, la acción y su ejecución…el título en tales condiciones no posee habilidad ab-initio requerida por la ley para abrir la instancia ejecutiva y si bien puede valer como instrumento privado (art. 819 inc. 1 del CPC), la acción que de el emana no es la cartular y debe ser previamente perfeccionado por los trámites de ley, para adquirir fuerza ejecutiva…” ( conf. TSJ, Sala Civil, sentencia N° 11 in re “Abrate Héctor A. c/Rosonovich Ricardo D-Ejecutivo-Recurso de Revisión”). En igual sentido se ha expedido la jurisprudencia ha señalado que: “La inserción del lugar de emisión de un pagaré es un requisito formal relacionado con la esencia del documento” (CNCom., Sala A, 6/10/71, ED., 41-648). La Cámara Quinta de Apelaciones en lo Civil y Comercial de Córdoba afirmó que “si al pagarle le falta un requisito indispensable, por mandato de la ley de fondo no es tal y por lo tanto carece de acción cambiaria. No se puede ejecutar directamente ese papel incompleto. Los documentos base de la demanda, faltándoles lugar y fecha de emisión, no pueden ser considerados como pagarés, arts. 101 inc. 6 y 102, decr. Ley 5965/63″ (C. 5a. C.C. Córdoba, 17/02/86 “Automotores del Valle S.R.L. C/Pablo A. Radatsi s/ejecutivo, Sem. Jurídico. 15/05/86, N° 3357). “No es válido como pagaré el documento en que se haya omitido mencionar el lugar en que se lo firmó” (CNCom. Sala C, 17/09/70, ED., 34-36). 5) Repárese a más, que en autos, el demandado ha desconocido la firma inserta en el título en ejecución, por lo que no resulta aplicable la Jurisprudencia sentada por el Alto Cuerpo de Justicia in re WINER, Ernesto c/Marty, Norberto E.-Semanario Jurídico nro 1284, Tomo 82, Pag. 403(04/02/1997-) que estableciera que “la excepción de inhabilidad de título fundada en la falta de preparación de la vía ejecutiva, está condicionada en su procedencia a la negativa por el excepcionante de la firma que se le atribuye en el instrumento base de la ejecución (Mayoría del Dr. Ferrer). En igual sentido se ha expedido la Cámara Cuarta en lo Civil y Comercial, estableciendo el voto del Dr. Raúl Fernández que: “en lo que discrepo es que pueda recalificarse la pretensión, accediendo sustancialmente a la misma, cuando el demandado negó haber firmado los títulos en cuestión. En efecto, cuadra recordar que la línea jurisprudencial establecida en la causa “Winer…” señala que la preparación de la vía ejecutiva “…constituye un trámite tendiente a demostrar la autenticidad de la firma, tal que si ésta es reconocida luego, la omisión deviene intrascendente… El sentenciante tuvo en cuenta el desconocimiento de la firma, pero señaló que era el excepcionante quien debía acompañar la prueba que justificara tal aserto, en virtud de la regla del art. 548 del C.P.C….Pero esta proposición yerra en la aplicación al caso de autos, pues la inversión de la carga probatoria, que hace recaer en el excepcionante la fatiga probatoria de los hechos que constituyen el sustento de sus defensas (en el caso la negativa de firma), tiene como antecedente necesario, la existencia de un título ejecutivo completo, que goza de una presunción de autenticidad…..En cambio, ante pagarés deficientes, respecto de los cuales el ejecutado ha negado haberlos firmado, corresponde tener presente que “…de ser desconocida (la firma) prospera la excepción de inhabilidad de título, salvo que el actor pruebe su autenticidad, pues no rige el art. 548, 1° párr” (Vénica, Oscar H. Código Procesal Civil y Comercial de la Provincia de Córdoba. Ley 8465. Comentado, Ed. Marcos Lerner, Córdoba, 1997, T. V, pág. 47/48)”.(C4CCC, sentencia numero: 56-27/05/08, in re “Gieco, Griselda María c/Gogñiatt, Carlos Daniel – Ejecutivo por cobro de cheques, letras o pagarés – recurso apelación – expte. N° 353127/36″). En definitiva, a mi entender, corresponde hacer lugar al recurso de apelación deducido por la apelante, revocándose la sentencia recurrida en todo cuanto decide; y en consecuencia, hacer lugar a la defensa de inhabilidad de título y rechazar la ejecución promovida por Roque Brando en contra de Aldo Vaca. 6) En cuanto a las costas, atento el resultado arribado, y en un todo de acuerdo con el principio objetivo de la derrota contenido en el art. 130 de la Ley de rito, las mismas se imponen en ambas instancias a cargo de la parte actora. Dejar sin efecto las regulaciones practicadas las que deberán adecuarse en el sentido de este pronunciamiento. A tal fin se fijan los emolumentos del Dr. H. O. E. por la labor desarrollada en esta Sede, en el treinta y cinco por ciento del punto medio de la escala del art. 36 de la Ley 9459 (arts. 125, 39, 36 y 40 C.A.). Voto por la negativa. El doctor Liendo dijo: Adhiero a la solución propiciada por la Sra. Vocal preopinante, expidiéndome en igual sentido. El doctor Díaz Reyna dijo: Adhiero a la solución propiciada por la Sra. Vocal Dra. Graciela M. Junyent Bas, expidiéndome en igual sentido. 2ª cuestión.— La doctora Junyent Bas dijo: Corresponde: I) Hacer lugar al recurso de apelación interpuesto por el demandado, en su mérito, revocar la Sentencia N° Doscientos cincuenta y tres del diez de Septiembre de dos mil diez, y en su mérito hacer lugar a la defensa de inhabilidad de título y rechazar la ejecución promovida por Roque Brando en contra de Aldo Vaca. II) En cuanto a las costas, atento el resultado arribado, y en un todo de acuerdo con el principio objetivo de la derrota contenido en el art. 130 de la Ley de rito, las mismas se imponen en ambas instancias a cargo de la parte actora. Dejar sin efecto las regulaciones practicadas las que deberán adecuarse en el sentido de este pronunciamiento. A tal fin se fijan los emolumentos del Dr. H. O. E. por la labor desarrollada en esta Sede, en el treinta y cinco por ciento del punto medio de la escala del art. 36 de la Ley 9459. Así voto. El doctor Liendo dijo: Adhiero a la solución propiciada por la Sra. Vocal preopinante, expidiéndome en igual sentido. El doctor Díaz Reyna dijo: Adhiero a la solución propiciada por la Sra. Vocal Dra. Graciela M. Junyent Bas, expidiéndome en igual sentido. Por todo lo expuesto, se resuelve: I) Hacer lugar al recurso de apelación interpuesto por el demandado, en su mérito, revocar la Sentencia N° Doscientos cincuenta y tres del diez de Septiembre de dos mil diez, y en su mérito hacer lugar a la defensa de inhabilidad de título y rechazar la ejecución promovida por Roque Brando en contra de Aldo Vaca. II) En cuanto a las costas, atento el resultado arribado, y en un todo de acuerdo con el principio objetivo de la derrota contenido en el art. 130 de la Ley de rito, las mismas se imponen en ambas instancias a cargo de la parte actora. Dejar sin efecto las regulaciones practicadas las que deberán adecuarse en el sentido de este pronunciamiento. A tal fin se fijan los emolumentos del Dr. H. O. E. por la labor desarrollada en esta Sede, en el treinta y cinco por ciento del punto medio de la escala del art. 36 de la Ley 9459. Protocolícese y bajen.— Graciela Junyent Bas.— José M. Díaz Reyna.— Héctor H. Liendo.