EQUILIBRIO DAR Y RECIBIR RELACIÓN PAREJA

Anuncio
EQUILIBRIO ENTRE DAR Y RECIBIR
EN LA RELACIÓN DE PAREJA
Mireia Simó Rel
Psicóloga. Terapeuta Gestalt
Especializada en Intervención Familiar e Infantil
Co-directora formación Técnicas Gestálticas Aplicadas a las Familias en el ITG (Instituto de Terapia
Gestalt de Valencia).
La relación de pareja es un vínculo de igualdad y para que prospere
tiene que existir un equilibrio entre lo que aporta cada uno y lo que recibe.
Pensar que cuanto más se da, más amor hay, o que el que más da es el que
más quiere al otro y más hace por la relación es una creencia que no ayuda, ya
que cuando hay un desequilibrio en esta balanza, lo que subyace debajo puede
generar un malestar en las dos personas.
Roberto se acababa de separar y estaba confuso porque no entendía lo
que había sucedido. Sonia, que había sido su pareja durante 8 años, había
decidido dejar la relación y una de las razones que le había dado fue que se
sentía demasiado en deuda con él; que creía que no podía darle lo que él
esperaba; que esa sensación se había ido haciendo cada vez más grande, y
que en estos momentos le agobiaba tanto que no podía convivir con ella. Le
dijo entonces que no podía seguir a su lado. Hubo también otras razones, sin
embargo lo que ella le había comentado respecto a esa sensación de que se
sentía demasiado en deuda le tenía desconcertado. “No lo entiendo” me decía.
“Yo siempre le di todo lo que tenía, siempre tuve detalles con ella, siempre
estuve pendiente de lo que le hacía falta, siempre la cuidé, le hacía regalos, le
decía palabras bonitas e incluso cuando me di cuenta que ella cada vez se
alejaba más de mi todavía hice un esfuerzo mayor por darle todo. Y yo nunca le
pedía nada a cambio. Es verdad que siempre he sentido que ella no me
correspondía igual, pero yo esto nunca se lo decía. Me conformaba con lo poco
que recibía y ya está. Había aprendido que cuando amas a alguien hay que dar
sin esperar recibir nada y eso es lo que yo hice todo el tiempo. Y ahora resulta
que dice que no puede soportar la sensación de sentirse en deuda conmigo”.
Estaba confundido. No podía imaginar que a veces recibir tanto podía
producir malestar en la otra persona. “¡Ya me hubiera gustado a mi recibir todo
lo que yo le daba!” dijo pensativo con un gesto de indignación, de rabia y de
sorpresa al mismo tiempo porque en ese momento se dio cuenta de su
proflexión, mecanismo que describió en 1981 Sylvia Flemming Crocker, para
referirse al proceso que ocurre cuando le hacemos a otro lo que nos gustaría
que nos hicieran a nosotros.
Mireia Simó Rel.
Psicoterapeuta Gestalt. Especializada en Intervención Familiar e Infantil.
Co-directora formación Técnicas Gestálticas Aplicadas a las Familias en el ITG (Instituto de Terapia Gestalt de Valencia).
1
Tampoco sabía que hay algunas personas que tienen dificultad para
recibir y entonces aunque el otro les dé mucho todo cae en una cesta sin
fondo. Cuando una persona no sabe recibir no puede quedarse con todo lo que
el otro le da y por lo tanto no puede saborearlo ni alimentarse. Cuando esto
ocurre es muy frustrante para el que no puede retener y por lo tanto no recibe,
y también para el que da, porque puede tener la sensación de que aquello que
preparó con tanto amor el otro no lo considera valioso. La incapacidad del otro
para recibir la puede vivir como un desprecio y no tiene nada que ver con el
que da, sino con la dificultad de quien recibe.
Todo esto resonaba mucho en Roberto. Podía reconocer esa sensación
de frustración y de desprecio que tantas veces había experimentado cuando le
regalaba algo a Sonia. Se dio cuenta de que hasta ese momento lo que hacía
era justificarlo diciendo “Bueno, es que ella es así. Sé que en el fondo le ha
gustado”, en lugar de expresarle como se sentía él con esta reacción suya.
Recibir tiene que ver con nuestra autoestima. En la medida que
podemos recibir podemos ir acumulando pequeños gestos positivos a nuestro
autoconcepto. Y sabemos que estamos recibiendo cuando ese algo nos toca el
corazón, cuando podemos escuchar lo que la otra persona nos da y cuando
podemos reconocer lo que experimentamos con eso. Identificamos que algo se
nos mueve internamente y podemos quedarnos a saborearlo sin quitarle
importancia y sin pasar corriendo a otra cosa para no conectar con ese gesto
bonito, con ese regalo inesperado, con ese beso espontáneo o con esas
palabras especiales.
Cuando esto ocurre acumulamos una experiencia positiva en nuestro
interior que alimenta nuestro ser, que nos facilita sentirnos valiosos y queridos,
y desarrollamos sentimientos de amor que nos impulsan a dar, a devolver algo
a la persona de la que recibimos. Esto no significa que tengamos la obligación
de hacerlo, sino que cuando este intercambio se da de manera fluida y sana,
esto surge de manera espontánea. Cuando uno recibe siente el deseo de dar y
entonces se produce lo que Peter Bourquin, terapeuta gestáltico y pionero
constelador familiar, llama una “dinámica de compensación”.
Hay algunas habilidades que nos facilitan tener relaciones sanas, con
vínculos fuertes y duraderos, y entre ellas está la habilidad para recibir. Como
dice Bert Hellinguer, creador del método terapéutico de las Constelaciones
Familiares, cuando describe la importancia del equilibrio entre el dar y el tomar,
“el amor mediante el cual las parejas crecen juntas empieza ya en nuestra
infancia”. Así pues, dicha habilidad la vamos aprendiendo a lo largo de nuestro
desarrollo y aunque es en la infancia donde la empezamos a construir, también
podemos aprenderla y desarrollarla en la vida adulta si no lo hicimos entonces.
Mireia Simó Rel.
Psicoterapeuta Gestalt. Especializada en Intervención Familiar e Infantil.
Co-directora formación Técnicas Gestálticas Aplicadas a las Familias en el ITG (Instituto de Terapia Gestalt de Valencia).
2
Algo que funciona cuando una persona tiene dificultades para recibir es
dar muy poco a poco. Si se da mucho de golpe directamente lo rebota porque
no tiene recipiente para contenerlo y además de que no puede valorarlo, se
siente en deuda e incapaz de devolver aquello que le dieron aunque no lo
recibió. Sin embargo, si recibe muy poco a poco puede ir reconstruyendo ese
fondo con pequeñas experiencias positivas.
Justo cuando estábamos hablando de esto, Roberto pensó que
seguramente esta manera de dar hubiera sido más fácil para Sonia. Podía
intuir que realmente ella no estaba acostumbrada a recibir, no sabía quedarse
con todo lo que él le había estado dando. Sabía que no podía volver atrás y a
pesar de que no podía cambiar el pasado le fue muy útil aprender esto para
otras relaciones.
Después de que pasara un tiempo, durante su proceso terapéutico,
Roberto pudo entender aquella sensación que tenia Sonia y pudo también
descubrir qué había debajo de esa manera de relacionarse suya en la que
seguía dando aunque no recibiera. Además de darse cuenta de que en muchas
ocasiones lo que le impulsaba a dar era realmente su necesidad de recibir, se
dio cuenta también de que él no era claro pidiendo lo que quería, no mostraba
sus necesidades, y fue consciente entonces de su insatisfacción en la relación.
Hasta ese momento no lo había hecho presente, tal vez por miedo a la ruptura
o por miedo a conectar con aspectos suyos que le producían cierta
incomodidad, pero en cualquier caso pudo ver que aunque él creía que no le
pedía nada a cambio eso no había sido así.
En muchas ocasiones él experimentaba un rechazo interno hacia ella y
aunque no se lo expresaba directamente, sí que lo hacía de forma sutil e
indirecta. No fue consciente hasta ese momento de que todo eso podía estar
relacionado con su insatisfacción ocasionada por el desequilibrio que percibía
entre lo que él daba y lo que recibía. Aprendió entonces que dando mucho no
siempre se ayuda al otro ni a la relación, que lo importante es el equilibrio y que
cuando éste se da es cuando la pareja se nutre, crece y se mantiene viva.
Artículo publicado en el nº 88 de la Revista Mente Sana. Diciembre 2012.
Mireia Simó Rel.
Psicoterapeuta Gestalt. Especializada en Intervención Familiar e Infantil.
Co-directora formación Técnicas Gestálticas Aplicadas a las Familias en el ITG (Instituto de Terapia Gestalt de Valencia).
3
Descargar