Obiter dictum y la seguridad jurídica

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Diario Constitucional y Derechos Humanos Nro 95 – 14.12.2015
Obiter dictum y la seguridad jurídica
Por Patricio Maraniello
El derecho anglosajón ostenta un sistema judicial denominado common law 1, en el que la seguridad jurídica está
básicamente afincada en la sentencia, mientras que en los Estados que siguen el civil law—como el nuestro—
está fijada en la ley.
Actualmente hay una mezcla de ambos, producto de un acercamiento de uno a otro sistema, donde el
common law establece ciertas leyes como normas base del sistema 2, y en el civil law, el precedente judicial tiene
cada vez más una relevancia significativa.
En esa mixtura donde interactúan ambos sistemas, resulta importante detenernos en el análisis de las
partes que contiene una sentencia judicial. En el sistema del common law la sentencia contiene dos partes muy
diferenciadas, nos referimos específicamente a la ratio decidendi y el obiter dictum.
Ratio decidendi es una expresión que proviene del latín, que en español significa literalmente “razón
para decidir”; por lo tanto en el common law es considerada como aquellos argumentos en la parte considerativa
de una resolución judicial que constituyen la base de la decisión acerca de la materia sometida a su
conocimiento.
Por otro lado, obiter dictum 3 es una locución latina que significa exactamente “dicho de paso”. Hace
referencia a aquellos argumentos expuestos en la parte considerativa de una sentencia o resolución judicial que
corroboran la decisión principal, pero que carecen de poder vinculante, pues su naturaleza es meramente
complementaria.
Tanto en el common law como en el civil law esta división es tomada en cuenta para el análisis y la
interpretación de una sentencia. Aunque existe una gran diferencia entre ambos, pues en el civil law no se toma
en cuenta la verdadera dimensión que reviste el obiter dictum, pues es utilizado como complemento o
lucimiento de fundamento en la decisión.
1
El nombre deriva de la concepción del Derecho medieval inglés que era exclusivamente administrado por los tribunales del reino, los
cuales, por falta de amplias legislaciones escritas, aplicaban las costumbres comunes (del inglés, common) que eran más conocidas o
aceptadas en todo el reino; de ahí proviene la denominación common law.
2
El llamado statute law, que se atenía a leyes emanadas del Parlamento Inglés, en forma de bills, acts o cualquier otra expresión formal
valedera. En los Estados Unidos, el statute law también se abrió camino temprano, y en ese país se empezó a atener a las normas
emanadas del Congreso;sin embargo, en ambos casos no significó la ruptura de los principios y los procedimientos del common law, sino
que la ley fue considerada una importante fuente en las decisiones judiciales.
3
O en plural, obiter dicta.
En cambio, en el common law, el obiter dictum tiene una misión mucho más importante; nos referimos a
la seguridad jurídica de las sentencias judiciales.
La seguridad jurídica es una garantía de todos los justiciables de saber que cierta situación jurídica
tendrá un grado de seguimiento o continuidad, y que las reglas o condiciones jurídicas no se modifiquen en
forma intempestiva produciendo una desprotección jurídica de graves consecuencias.
Es por ello que la seguridad jurídica también debe ser respetada en las sentencias judiciales, pues si un
juez o un tribunal superior de justicia fijan un precedente judicial, sea a favor o en contra de nuestros intereses,
produce una paz jurídica muy importante para todos.
Por lo tanto, en los sistemas judiciales el precedente judicial es clave para tener seguridad jurídica, y
para que las modificaciones se produzcan en forma gradual y con una amplia participación de todos. Ello hace
que la justicia esté más cerca y segura para los ciudadanos.
Es por dicho motivo que el obiter dictum en el sistema de common law cumple un rol fundamental, pues
cuando un precedente judicial puede ser modificado, por diferentes situaciones, se utiliza el obiter dictum para ir
anticipando dicha modificación, y que al darse a conocer a todos, la opinión y la discusión que esto provoque se
tendrá en cuenta para convertirlo o no en un precedente judicial que será utilizado para resolver casos análogos
(principio de stare decisis).
Sin embargo, el obiter dictum en las sentencias del civil law no fue tomado de ese modo, por lo
contrario, la seguridad jurídica resulta muy inestable; muestra de ello la tenemos en nuestro país cuando la Corte
Suprema de Justicia de la Nación y los tribunales inferiores modifican su propio criterio en un mismo año sobre
los mismos hechos, sin tener en cuenta que dicha modificación altera la seguridad jurídica. Resultaría más
conveniente que para cambiar un precedente afincado se efectúe en forma gradual y dando a conocer a todos los
ciudadanos, como se dijo, a través del obiter dictum, las futuras y posibles modificaciones.
Es importante destacar que la sentencia es jurisprudencia 4, es decir, tener prudencia cuando se resuelve
y cuando se modifican criterios ya fijados. Como dijera Ulpiano en el Digesto, la jurisprudencia es el
“conocimiento de las cosas divinas y humanas, la ciencia de lo que es justo e injusto”.
Finalmente, Ronald Dworkin 5 decía: “A un
abogado se le enseña a analizar las leyes y las opiniones judiciales para extraer de esas fuentes oficiales la
doctrina jurídica. Se le enseña a analizar situaciones fácticas complejas a fin de resumir con precisión los hechos
esenciales. Y se le enseña a pensar en términos tácticos, a diseñar leyes e instituciones legales que produzcan
determinados cambios sociales decididos de antemano
4
El vocablo jurisprudencia procede de las voces latinas juris (derecho) y prudentia o prudents, que hace alusión a la virtud de la
prudencia, de la sabiduría.
5
DWORKIN, Ronald, Los derechos en serio. Editorial Ariel Derecho, España, l995. Título original en inglés: Taking rights seriously, La
Jurisprudencia, pág. 44
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