AMBITOS DE INTERESES HUMANOS

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AMBITOS DE
INTERESES HUMANOS
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Ambitos de Intereses Humanos
Ambitos de Intereses Humanos
I. Introducción
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En este documento buscamos distinguir la estructura de los intereses constitutivos de la vida de un
ser humano. Por “constitutivo” entendemos aquí la
estructura de los intereses que dan significado a las
acciones, posibilidades y juicios humanos.
Realizamos este trabajo con el fin de transformarnos en observadores de estos intereses constitutivos.
Sostenemos que, normalmente, todos estamos “en”
estos intereses sin observarlos como una estructura
permanente en nuestra vida. Por lo tanto, habitualmente no somos capaces de producir conversaciones que nos permitan diseñarnos a nosotros mismos
- nuestras acciones, posibilidades y juicios - en estos
ámbitos. No tenemos las distinciones lingüísticas
necesarias para efectuar estas conversaciones. Nuestro propósito en este documento es proveer estas
distinciones y posibilitar dichas conversaciones para
el diseño de nosotros mismos.
“Ambitos” son los dominios permanentes de intereses de la vida humana - intereses a los que no podemos escapar como seres humanos. Todos los seres
humanos tienen quiebres en estos dominios, actúan
en ellos, se caracterizan a sí mismos y a otros en
ellos y se proyectan hacia adelante e inventan posibilidades para ellos mismos en estos dominios. Algunos ejemplos son educación, carrera, sociabilidad,
trabajo, autovaloración, estética y juego. Vamos a ir
observando con más detalle lo que son estos ámbitos
permanentes a lo largo de este trabajo.
Dijimos que éstos eran ámbitos permanentes de
intereses humanos. Dejamos planteada aquí la pregunta de si estos son los dominios de intereses de
cualquier existencia humana, en cualquier lugar y
en cualquier tiempo. Esta pregunta está abierta a la
especulación.
Es posible que podamos entender la civilización
clásica griega, la civilización de la antigua China, la
civilización de las tribus aborígenes de Australia y
cualquier otra vida humana o civilización, en términos de este mismo conjunto de ámbitos permanentes de intereses. Lo que hará distintiva a cada “civilización”, “sociedad” o “cultura”, será el “discurso” en
el cual existen estos dominios; la historia de instituciones, prácticas y concepciones propia de cada una
de ellas. Lo que podemos sostener con confianza en
este trabajo es que, en la civilización occidental, estos ámbitos de intereses humanos son permanentes
e inevitables.
Todas las personas viven en un conjunto de conversaciones para dar cuenta de estos dominios de
intereses. Tienen un entendimiento de lo que es la
educación, de en qué consiste ser educado, de lo
que constituye la valía o dignidad de una persona,
de lo que está disponible para una persona como
una “carrera” o dirección a tomar en la vida. Este
entendimiento muestra qué expectativas tenemos
de nosotros y de los otros, y con qué criterios nos
juzgamos a nosotros y a los demás. La carrera, o dirección en la vida, que puede tomar un norteamericano urbano de clase media en el siglo 20 es diferente de la carrera o dirección que puede tomar un
campesino de Nicaragua o incluso de la carrera y
dirección que un norteamericano del siglo 19 pudo
haber tomado. Lo que hace la diferencia no consiste, en último término, en las oportunidades que el
mundo objetivamente ofrece para él; es el discurso
que él es, las conversaciones históricas en que las
posibilidades de carrera han sido articuladas para los
campesinos nicaragüenses o para el norteamericano
del siglo 20. El es “poseído” por estas conversaciones
históricas. No tiene control sobre ellas. Ellas le permiten ver las posibilidades que él ve; por ejemplo,
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continuar en la tradición campesina, o tal vez unirse
a un grupo guerrillero para los nicaragüenses o, para
los norteamericanos, convertirse en un médico o en
un ingeniero. Al mismo tiempo, le cierran las posibilidades que él no puede ver; por ejemplo, para el
norteamericano, transformarse en un campesino o
un miembro de la guerrilla o, para el nicaragüense
convertirse en un médico o un ingeniero. No son
sus propias elecciones o las limitaciones de su situación objetiva en el mundo las que abren y cierran
sus posibilidades; es el “discurso” que él es, que él
como norteamericano o como nicaragüense y su
“sociedad” o “cultura” han heredado.
Nada de lo que hemos afirmado hasta aquí debiera
estar aún claro para usted como lector. Hemos establecido una dirección para su pensamiento cuando
continúe leyendo este trabajo.Vamos a ir mostrando
los dominios de intereses como distinciones lingüísticas a través del resto del documento. Lo que hemos
hecho hasta aquí es solamente ofrecer una mirada
global de conjunto para que usted pueda ver hacia
donde vamos.
Antes de seguir, necesitamos decir algo sobre qué
clase de actividad es una investigación como la que
estamos haciendo aquí, y quiénes somos para hacerla. Nadie es el poseedor de la verdad o el entendimiento final de algo. Cada investigador habla en su
propio tiempo, con los fundamentos y las limitaciones dadas por sus propios intereses y los intereses de
su tiempo. Cada observador e intérprete observa e
interpreta en el lenguaje que él habla, los intereses
que él es, y las posibilidades que él ve. Ningún observador es el observador de lo que simple y puramente es dado por la realidad. Toda observación y
toda interpretación son realizadas por personas que
pertenecen a un tiempo histórico en que ellas observan e interpretan y que están limitadas por dicho
tiempo histórico
Estas limitaciones son nuestras limitaciones también.
Escribimos este documento como investigadores
situados en un tiempo particular, limitados por la
etapa a la que han llegado nuestras investigaciones
y por los intereses particulares que tenemos en el
tiempo en que vivimos.
Pero estas condiciones históricas que nos limitan
también hacen que nuestra investigación sea posible. Es porque nuestra investigación ha alcanzado
la etapa a la que ha llegado, con nuestro entendimiento del lenguaje, los quiebres, las acciones y las
caracterizaciones, que podemos decir lo que aquí
decimos acerca de los ámbitos de intereses humanos.Y es porque vivimos en el tiempo que vivimos,
con nuestro interés por la educación y el diseño de
uno mismo, que podemos construir y diseñar una
interpretación del yo en términos de dominios permanentes de intereses. Nada de lo que aquí decimos
finiquita algún aspecto de la teoría de la educación
o de la identidad; lo que aquí hacemos es lo que resulta posible para investigadores y diseñadores en su
ambiente histórico particular.
II. Ambitos Permanentes
de Intereses
Ambitos de intereses son distinciones que nosotros
como investigadores inventamos para observar lo
que son los intereses humanos. Creemos que es posible producir una lista de los dominios de intereses
que cada ser humano es. Basamos nuestra lista en
nuestro entendimiento del ser humano como un ser
lingüístico, con la capacidad de hablar y escuchar;
esto es, crear distinciones en el mundo del lenguaje
y actuar en el mundo hecho inteligible para él en
distinciones lingüísticas. En otras palabras, los seres humanos son un tipo de criaturas que pueden
crear un lenguaje de distinciones para los objetos,
por ejemplo, sillas, piedras, nubes y manzanas, para
las acciones: correr, levantar, sentarse; por ejemplo,
para los juicios: bueno, alto, ancho, inteligente, y que
pueden actuar juntos en ese lenguaje: sentarse en
sillas, pedir manzanas, etc.
Nuestra lista de ámbitos está dividida en tres grupos,
de acuerdo con tres distinciones que hicimos sobre
los seres humanos. Los seres humanos son:
1º Primero, seres lingüísticos, y mostraremos que viven en intereses inevitables para la vida de un ser
lingüístico.
2º Segundo, los seres humanos viven en la historia;
son seres históricos, nacidos en un mundo de conversaciones dadas, con prácticas e instituciones ya
establecidas.Y vamos a distinguir dominios de intereses inevitables para dichos seres históricos.
3º Tercero, los seres humanos aparecen en cada caso
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como un yo ; presentan una identidad permanente en el tiempo. Y vamos a distinguir dominios de
intereses inevitables para seres con tales identidades
que cuidar.
Estos tres - seres lingüísticos, seres históricos y seres
con un yo - no están separados en la vida humana.
Todo ser humano vive en el lenguaje, en la historia
y en identidades simultáneamente. Nuestra historia
es lingüística. Nuestras identidades son lingüísticas. Nuestra historia es una historia de identidades.
Nuestras identidades son históricas. Nosotros somos
todos estos seres a la vez. Las distinciones que aquí
hacemos tienen un propósito analítico; las usaremos
para hacer posible una observación rigurosa.
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1º Los Seres Humanos como Seres Lingüísticos
El primer grupo de ámbitos de intereses que vamos
a distinguir tiene que ver con las condiciones de
nuestra existencia como seres lingüísticos; los intereses que no podemos evitar tener por el sólo hecho
que somos seres que participamos en lenguaje.
Para esta análisis de los seres humanos como seres
lingüísticos, vamos a distinguir cada dominio de intereses en un párrafo aparte; cinco en total:
1.A. Tenemos CUERPO y nuestro cuerpo es un
dominio de intereses para nosotros. El lenguaje es,
en último término, un fenómeno biológico. Hablar
y escuchar no pueden ocurrir excepto como un fenómeno biológico en el cuerpo del que habla y del
que escucha. La posibilidad de participar en conversaciones y de completar acciones formuladas en
conversaciones depende de nuestros cuerpos. Para
participar en conversaciones, debemos hacernos
presente nosotros mismos, corporalmente, sea cara
a cara con alguien, en el teléfono, escribiendo en
un papel, mecanografiando en una computadora o
de cualquier otra manera, lo que requerirá nuestra
presencia física. Por lo tanto, nuestros cuerpos - su
salud, su disponibilidad - se constituyen en un ámbito de intereses inevitables para nosotros como seres
humanos.
1.B. El mundo que producimos en distinciones lingüísticas nos permite actuar. Una vez que hemos
distinguido y practicado acciones como sentarse, caminar, hervir un huevo, escribir una carta, conducir
un automóvil y otras, ellas se transforman en auto-
máticas para nosotros. Dejamos de pensar en ellas.
No nos angustiamos por ellas. No las planificamos,
no nos preocupan, no pensamos en ellas al realizarlas. Se transforman en un “juego” para nosotros.
Estas acciones incluyen las acciones que realizamos
mientras jugamos, sin darles a ellas un significado
especial ni a sus resultados. Somos, seguramente, casi constantemente criaturas que “jugamos” o
“danzamos” en estas acciones automáticas. Estar en
“juego”, de esta forma, es uno de nuestros intereses;
ser capaces de escapar de la autoconciencia, de la
actividad intencional para dejarnos llevar por una
actividad agradable a veces inútil. En este documento llamamos a este dominio de intereses JUEGO o
ESTETICA. Usamos el segundo término “estética”,
para evocar las actividades artísticas tales como la
pintura, el baile y la escultura, las que carecen de
utilidad en un sentido estrecho.
1.C. El lenguaje es social. Es la creación social de
distinciones para actuar juntos en el mundo. Para
participar en el lenguaje, debemos participar en
conversaciones con otras personas. En otras palabras, necesitamos construir redes de ayuda con personas con quienes participamos en conversaciones.
En este trabajo llamaremos SOCIABILIDAD a este
ámbito permanente de intereses. Solicitamos a otros
que hablen con nosotros, abrimos conversaciones
con otros, y nos juzgamos a nosotros mismos y a
otros en este dominio, (por ejemplo, como “amistoso”, “poco amistoso”, “introvertido”, “abierto”
etc.). Incluido en este dominio hay intereses no
sólo para reunirnos y empezar a conversar con gente, sino también para establecer confianza como
una posibilidad de hablar y escuchar abiertamente
a las personas. Para actuar juntos en forma coordinada y cooperativa con otros, nosotros confiamos
que ellos “cumplan lo que dicen”, esto es, que hagan promesas que van a mantener y afirmaciones
que ellos crean verdaderas, produzcan distinciones
con las cuales continúen comportándose en forma
consistente y hagan peticiones que seriamente quieran ver cumplidas. Sabemos que habrá excepciones;
que, a veces, otros nos mentirán, nos decepcionarán
o traicionarán en alguna forma nuestra confianza en
ellos. Esta cuestión de la confianza, nuestro interés
en poder aceptar lo que otros dicen - que no estén
escondiendo una conversación privada que se con-
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trapone con lo que nos dicen a nosotros - es parte
del ámbito de intereses que llamamos “sociabilidad”
Cuando decimos que éstos son ámbitos de intereses permanentes para los seres humanos, no estamos
diciendo que todos los seres humanos estén constantemente preocupados en forma consciente por
ejemplo, en establecer redes de ayuda con gente
confiable para conversar. La mayor parte del tiempo, todos nosotros vivimos sin considerar explícitamente estas materias. Por lo tanto, la mayor parte del tiempo, la sociabilidad (y los otros dominios
que hemos considerado en este trabajo) están en el
“trasfondo”. No estamos explícitamente conscientes de su existencia; pero, en cualquier momento, en
los quiebres, ellos pueden transformarse en intereses conscientes para nosotros. Por ejemplo, cuando
nuestra confianza es traicionada o cuando nos faltan personas para conversaciones que consideramos
importantes, la sociabilidad se convierte explícitamente en un interés importante. Entonces podemos
juzgar abiertamente la confiabilidad de la gente a
nuestro alrededor y preguntarnos con quién abriremos conversaciones, para asegurarnos de quiebres
similares en el futuro.
Lo mismo es cierto para los otros ámbitos de intereses que aquí hemos identificado. Nuestro cuerpo
no aparece como un interés explícito en nuestras
conversaciones cotidianas hasta que ocurre un quiebre. Por ejemplo, nos enfermamos, o no podemos
asistir a una reunión porque tenemos que estar en
otro lugar. Los ámbitos de intereses que aquí estamos identificando son las estructuras permanentes
de los quiebres y los intereses explícitos que aparecen en el diario vivir. Aparecen en nuestros miedos,
en nuestras celebraciones y en nuestros juicios y caracterizaciones de nosotros mismos y los demás. Son
la estructura de los intereses que no se pueden evitar
en la existencia humana.
1.D. Cada ser humano nace en una FAMILIA. La
familia es una red natural de conversaciones. Provee
un dominio de intereses que no son materia de la
incumbencia individual de la persona. La familia es
una red de intereses compartidos. Por ejemplo, la
salud de un miembro de nuestra familia es un interés
de cada uno de nosotros.
1.E. Al cooperar y coordinar nuestras acciones en el
lenguaje con otras personas, les hacemos promesas.
Decimos que completaremos alguna acción en algún
tiempo. Ahora bien, hacer la promesa no completa la
acción; por lo tanto, mientras actuamos para cumplir
el compromiso que hicimos estamos interesados en
el TRABAJO. Estamos abocados a cumplir nuestros
compromisos de ejecutar ciertas acciones y estamos
interesados en que otros alrededor nuestro cumplan
sus compromisos de acción con nosotros. En nuestro diario vivir, este dominio aparece ante nosotros
en nuestro interés de que un trabajo sea terminado,
en nuestra planificación de cómo completar el trabajo de algún proyecto, y en nuestra caracterización
de nosotros mismos y de otros como “diligente”,
“flojo”; etc., según si son efectivos o no en completar las acciones que han prometido realizar.
Estos cinco dominios - cuerpo, estética o juego, sociabilidad, familia y trabajo - son los dominios que
reclamamos como condiciones para la existencia
lingüística. En otras palabras, son ámbitos de intereses de los seres humanos como seres lingüísticos.
Ellos son obtenidos de lo que se necesita para hablar
y escuchar: un cuerpo en donde el hablar y escuchar
son generados como un fenómeno biológico, “juego” en acción en un mundo hecho comprensible en
distinciones lingüísticas, una red social de oradores
y oyentes, compartir intereses con otros, y trabajo
para realizar compromisos de acción hechos en el
lenguaje.
2º Los Seres Humanos como Seres Históricos
El siguiente grupo de ámbitos de intereses que incluye educación, carrera, dinero y “mundo”, tiene
que ver con intereses que no podemos evitar como
seres humanos en cuanto somos seres históricos. Los
seres humanos nacen en un mundo de conversaciones que ya están ocurriendo. En esas conversaciones
las prácticas estándar ya han sido inventadas; entonces nacemos en un mundo de otros ya participantes
en esas prácticas estándar, con expectativas, anticipaciones, rutinas, etc., en las cuales nosotros aún no
participamos. El mundo a nuestro alrededor involucra una historia a la que necesitamos incorporarnos.
También, como seres humanos, tenemos futuro.
Nuestro futuro no está determinado; tenemos que
inventarlo en las conversaciones que tendremos.
Nuestra historia, incluyendo la historia del mundo
a nuestro alrededor, nos provee una base para que
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inventemos el futuro. Nuestro futuro es la continuación, inventada por nosotros, de nuestra historia de
conversaciones.
2.A. El primer ámbito permanente de intereses que
distinguimos en este grupo, basados en la existencia
histórica en que viven los seres humanos, es la EDUCACION. Este dominio es aquel ámbito de intereses por convertirnos en competentes en las prácticas
estándar del mundo. Desarrollar competencia en
otras prácticas es necesario para nuestro desempeño
en el mundo público. Necesitamos desarrollar competencia en algunas prácticas para sobrevivir: alguna habilidad, oficio o profesión. Además, desarrollar
competencias en las prácticas estándares de habilidades cotidianas como leer y escribir, conducir un automóvil, leer un mapa, y destrezas de participación
social, como conversar, comportarnos éticamente y
de acuerdo con cánones habituales, son necesarias
para nuestro desempeño social, para nuestra aceptación en conversaciones con otros. Los intereses
por ganar competencia en todas estas destrezas caen
en lo que llamamos el dominio de la educación o
aprendizaje.
2.B. Cada ser humano tiene ante si la pregunta de
qué es lo que hará con su vida. En parte, esto es
un interés práctico para sobrevivir. Pero, más fundamentalmente, es el interés por inventar una dirección para las posibilidades y acciones de nuestra
vida. En este trabajo llamaremos a este ámbito de intereses el dominio de la CARRERA. Este dominio
es el de intereses por el futuro que inventará para
usted mismo: en qué prácticas estándar desarrollará
usted competencia, de qué áreas de quiebres públicos dará usted cuenta, qué nuevas posibilidades en
qué prácticas estándar va a inventar.
2.C. Ningún ser humano puede evitar el interés
por su viabilidad biológica y social. Cada uno de
nosotros busca desarrollar su propia habilidad para
asegurar las condiciones de vida - comida, vivienda,
ropa - para su futuro. Y cada uno busca desarrollar
la habilidad para concitar la confianza de otros para
sus conversaciones futuras; por ejemplo, poder intercambiar promesas con otros y ser confiable en el
mercado. En nuestro propio tiempo, dichos intereses
pueden aparecer como el interés por mantener buen
“crédito”; consiguiendo que otros estén dispuestos
a ofrecer algo a nosotros ahora en respuesta a nues-
tra promesa de proveer algo a ellos en un tiempo
más adelante. Llamamos a este ámbito de intereses
DINERO O PRUDENCIA. Es el dominio de intereses que cada uno de nosotros tiene por su viabilidad futura en el mundo público. El dinero por si
solo - efectivo, inversiones - es una herramienta para
asegurar esa viabilidad.
2.D. Cada ser humano vive en una comunidad de
otros, con quienes él participa en organizaciones e
instituciones. Esta comunidad puede ser una comunidad política, con leyes e instituciones de gobierno.
Puede ser una comunidad profesional. O puede ser
una comunidad menos formal, como un círculo de
amigos con instituciones y prácticas informales, tales como juegos de cartas semanales o reuniones-almuerzo. PERTENENCIA a estas comunidades es el
ámbito de intereses que estamos distinguiendo aquí.
Ser miembro provee la posibilidad de participar en
las instituciones de una comunidad. Para muchos de
nosotros, nuestra pertenencia política en un estado
nos provee la posibilidad de participar en un sistema de dinero, un sistema de leyes civiles y criminales, organizaciones para la acción en una escala que
no es posible para nosotros como individuos (por
ejemplo, la investigación científica) etc.
2.E. La historia del mundo a nuestro alrededor
es más amplia que aquello que incide directamente sobre nuestra vida individual. Hay otras “culturas”, “personas”, “sociedades” o “civilizaciones” que
aquella en la cual nosotros vivimos. Y nuestros intereses son más amplios que los quiebres y asuntos
del diario vivir. Nos preocupa el futuro de nuestro
país y el futuro del mundo más allá del alcance de
nuestra propia vida. Nos preocupa el bienestar de
personas a las cuales nunca veremos y que viven en
lugares y tiempos que no visitaremos. Nos interesa
saber más y más sobre nuestro mundo y el universo
en que se encuentra. En este trabajo llamaremos a
este ámbito de intereses EL MUNDO.
3º Los Seres Humanos como Identidades Individuales
Los últimos tres ámbitos permanentes de intereses
que distinguiremos aquí surgen de la existencia de
cada ser humano como “un yo”, con una perspectiva individual para observar y enjuiciar el mundo.
Estos tres dominios son dignidad, situación y espiritualidad.
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3.A. Cada ser humano está interesado que sus acciones y posibilidades sean valiosas para su propia
integridad; que sus acciones sean consistentes con
su propia declaración de estándares de acción. Este
dominio de intereses por la autovaloración de uno
mismo es lo que aquí llamamos DIGNIDAD. “Valioso” es un juicio que uno hace a la luz del entendimiento público de lo que es valioso. Por ejemplo, acciones y posibilidades que tiendan a aliviar la
pobreza son normalmente entendidos públicamente como valiosas. Cada individuo se ve a sí mismo
comparado con tales estándares públicos y se enjuicia a sí mismo. Debemos hacer hincapié que no
es una cuestión de hecho el que las acciones o posibilidades que produce un individuo sean valiosas;
los estándares públicos no deciden necesariamente
la evaluación que él hace de si mismo. Es perfectamente posible, por ejemplo, que Albert Schweitzer pueda evaluar sus acciones médicas en el Africa
como irrelevantes, a pesar de la opinión pública. Es
también perfectamente posible que alguien de poca
reputación o que despierta poca admiración, incluso
entre aquellos cercanos a él, pueda valorar sus propias acciones como extremadamente valiosas. “Integridad” es también un juicio que uno hace acerca de
la consistencia de las acciones de una persona con
sus propias declaraciones de estándares o virtudes
por los que se guiará. Si usted ha declarado que vivirá una vida generosa, digamos, y nunca contribuye
a causas caritativas ni se ofrece para dar ayuda a otros
cuando usted podría hacerlo, se puede enjuiciar a
sí mismo como falto de integridad. Usted está diciendo, en este caso, que no vive de acuerdo con el
modelo de acción que fijó para si mismo.
3.B. Todo ser humano evalúa y está interesado por
la posibilidad de hacer algo positivo en el mundo y
en su vida, dada la situación en que él se encuentra. Este inevitable interés humano es lo que aquí
llamamos SITUACION. Lo que decimos, en otras
palabras, es que cada uno está interesado en evaluar
los hechos que se han desarrollado alrededor de él,
las competencias y limitaciones de sí mismo y las
competencias y limitaciones de otras personas con
respecto a las posibilidades positivas y negativas que
tienen para él. “Positivo” y “negativo”, recuerde, son
juicios que él hace, y su “situación” sólo existe en su
observación de lo que él llama su “situación”. Así,
una persona que observa hechos, a si mismo, y a
otras personas, y evalúa que sólo tiene posibilidades
negativas - él sospecha que su esposa le pedirá el
divorcio, que no podrá cumplir con los pagos de
su casa, etc., etc. - va a estar deprimido. Diremos
que está en un estado depresivo. Una persona que
observa su situación y evalúa que tiene muchas posibilidades positivas - él tiene un nuevo trabajo que
espera le provea nuevos desafíos y gratificaciones, a
sus niños les está yendo bien en el colegio, etc., etc.
- puede ser optimista y entusiasta. Estos términos
para estados de ánimo - “deprimido”, “optimista”,
“entusiasta”, y otros - corresponden a lo que un observador dice de una persona. Son términos que un
observador usa para caracterizar a una persona en
este ámbito de intereses. La persona por sí misma
puede no evaluar explícitamente su situación; por
lo general cae en un estado de ánimo que otros observan y luego le atribuyen a él juicios sobre sus
propias posibilidades. Decimos, por ejemplo, que
alguien está deprimido y que no ve posibilidades
para si mismo, o que está entusiasmado y ve muchas
nuevas posibilidades positivas.
3.C. Finalmente, cada uno de nosotros es un observador de la facticidad de la vida. Nadie puede
evitar observar que, en algunos aspectos, la vida es tal
como es, prescindiendo de lo que quisiéramos o deseáramos y prescindiendo de las ilusiones y esperanzas con las cuales vivimos. Estamos todos acá, todos
vamos a morir y la vida tiene estructuras inevitables,
tal como la estructura de intereses que aquí estamos
distinguiendo. Este carácter inalterable de la vida es
lo que llamamos la “facticidad” de la vida. El interés
por la facticidad de la vida no es un interés limitadamente práctico. No es un interés por alimentarnos,
por proveer para nuestra familia, por asegurar nuestro porvenir, o algo similar. Sin embargo, es un interés que no podemos evitar en tanto seamos observadores de la facticidad de la vida. La aceptamos, tal
vez, al aceptar que vamos a morir o que no se puede
predecir el futuro. O, tal vez, nos maravillamos ante
esto, regocijándonos de tener nuestra vida y nuestros
intereses. O, tal vez, evitamos aceptarlo y construimos ilusiones que toman su lugar, para defendernos
de la muerte o controlar todo lo que pasará en el
futuro. Ignoramos la facticidad de la vida al ignorar
que moriremos, actuando como si tuviéramos un
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tiempo infinito para perseguir cada posibilidad. Llamamos en este trabajo al interés por la facticidad de
la vida ESPIRITUALIDAD.
Estos son los trece dominios que proponemos como
inevitables, como ámbitos permanentes de intereses
para los seres humanos. Estos no son los únicos ámbitos de intereses que usted puede distinguir para
ciertos propósitos; por ejemplo, usted puede querer distinguir dominios como comercio, agricultura
o banco, dependiendo de su propósito de llamar la
atención al observar a personas y acciones, proponer
acciones o caracterizar personas. Lo que decimos es
que estos trece dominios que aquí hemos distinguido son ámbitos inevitables y permanentes para observar y diseñar nuestras vidas.
III. Ambitos, Quiebres
y Acciones
Dijimos que estos trece son ámbitos de intereses inevitables para cada ser humano, prescindiendo del
tiempo y lugar donde vive. Son también dominios
en donde aparecen a diario quiebres e intereses habituales. Para ayudar a un mayor entendimiento de
cómo aparecen estos ámbitos en el diario vivir, mire
el siguiente cuadro de los trece dominios y a los
intereses y quiebres habituales que están a su lado.
Ambitos Permanentes de Intereses:
Intereses y Quiebres habituales
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Cuerpo: Salud, enfermedad, accidentes, compromisos, disponibilidad y no disponibilidad para reuniones y compromisos.
Juego o estética: Entretención, recreación, arte y
apreciación de el arte.
Sociabilidad: Abrir nuevas conversaciones, hacerse de nuevos amigos, mantener amistades, romper
amistades, confiar en lo que otros dicen, establecer
confianza en si mismo.
Familia: Tener hijos, educación de los hijos, matrimonio.
Trabajo: Completar acciones a las que se ha comprometido, hacer su trabajo.
Educación: Ganar competencia, destreza en algún
área.
Carrera: Elegir una dirección a tomar en la vida, elegir una carrera o una profesión, sea para prepararse a
ella o para ejercerla.
Dinero o prudencia: Tener dinero suficiente para
mantenerse a sí mismo, su salario, su reputación entre aquellos con los cuales trata.
Pertenencia: Participación en un club, asociación
profesional, en organizaciones, o instituciones de
gobierno, llegar a ser miembro en una sociedad o
club, ser ciudadano.
MundoPolítica, el medio ambiente, otros países o
culturas.
Dignidad: Respeto a sí mismo, autoestima, falta de
autoestima, conflictos entre sus estándares de acción
y sus acciones.
Situación: Disposición, temperamento, emociones,
juicios sobre “cómo se están dando las cosas”.
Espiritualidad: Filosofía, poesía, religión, humor,
(reírse de nuestra no aceptación de la facticidad de
la vida, sin ser agobiados por eso).
No todas las personas viven con todos o incluso con
algunos de estos intereses y quiebres habituales. Damos la lista solamente para ilustrar como estos trece
dominios permanentes de intereses nos permiten
observar los intereses y quiebres cotidianos.
Decimos que estos trece ámbitos de intereses son
inevitables en la vida de cada uno. Esta es una afirmación acerca de la facticidad de la vida para seres
lingüísticos e históricos y con identidad propia. Nosotros, y todo ser humano, vivimos en estos dominios. Nadie puede escapar de ellos.
Enfatizamos que nuestra afirmación no pretende establecer alguna “verdad” sobre la existencia humana.
Nuestra afirmación se refiere al diseño de nosotros
mismos como observadores de nuestra propia vida.
Otros diseños pueden ser propuestos, y lo que aquí
proponemos puede ser modificado. Lo que nos importa no es conocer la “verdad última” de la existencia humana; lo importante es cómo nos construimos
ahora como observadores y diseñadores de nuestra
propia vida. Lo que proponemos es que nos observemos a nosotros mismos en estos trece ámbitos de
intereses inevitables y permanentes: que observemos
nuestras acciones, nuestras posibilidades, nuestros
quiebres, nuestros juicios y caracterizaciones, desde
la estructura de estos trece dominios.
Hemos visto ya los quiebres habituales en los ám-
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Ambitos de Intereses Humanos
bitos permanentes de intereses. Ahora veremos otro
cuadro, esta vez mostrando acciones habituales y posibilidades de acción en cada dominio.
Ambitos Permanentes: Acciones Habituales y
Posibilidades de Intereses
Cuerpo: Ejercicio, exámenes médicos, viajar a una
cita.
Juego o estética: Tomar vacaciones, ver películas, ir a
un museo de arte, pintar, armar un puzzle.
Sociabilidad: Invitar a una persona no conocida a
una conversación, reunirse con un viejo amigo, declarar confiable o no confiable a otra persona.
Familia: Casarse, mandar a los niños al colegio o
universidad.
Trabajo: Terminar un informe, escribir una carta.
Educación: Matricularse en un curso, leer un libro.
Carrera: Elegir un grado superior en la universidad,
buscar un nuevo trabajo.
Dinero o prudencia: Invertir dinero, negociar un
nuevo sueldo, comprar un seguro de salud.
Pertenencia: Unirse a una organización profesional,
hacerse ciudadano de un país nuevo, buscar un nuevo club.
Mundo: Trabajar en una campaña política, visitar
otros países u otras culturas.
Dignidad: Declarar a su trabajo como una fuente de
orgullo personal, declarar a su trabajo no significativo, declarar estándares de acción para regir su vida.
Situación: Declarar que su futuro se presenta bueno
o malo, declarar que ha estado suponiendo que tiene
más posibilidades que las que efectivamente tiene,
discutir sus posibilidades con otras personas.
Espiritualidad: Reflexionar sobre la facticidad de la
vida, ir a la iglesia, tener conversaciones filosóficas
con otras personas.
Estos son ejemplos de clases de acciones que todos
realizamos, dado que vivimos en esos trece ámbitos
de interés. Nuestras acciones y posibilidades en la
vida no son aleatorias, tienen la estructura de los
intereses que somos; actuamos en los intereses en
los cuales vivimos. Por ejemplo, en y desde nuestro
interés por nosotros como cuerpo, vamos al médico para someternos a examen, viajamos (movemos
nuestro cuerpo) para estar presentes y realizar acciones que nos hemos comprometido a hacer, etc.
En y desde el interés por nuestra familia, elegimos
colegios para enviar a nuestros hijos, cuidamos de
nuestros maridos, esposas, hijos y parientes.
Debemos notar que los tipos de acciones y posibilidades que listamos en el cuadro no sólo caben en
uno de los ámbitos. Por ejemplo, “leer un libro” es
un tipo de acción que puede ser tomada en el ámbito de la educación, y puede simultáneamente ser
una acción que tomamos en el dominio de la carrera, familia o cuerpo. Como observadores de nuestras
acciones y posibilidades, inmersos en diferentes intereses al mismo tiempo que observamos, diremos
que la misma acción o la misma posibilidad será generada desde distintos intereses. Por ejemplo, digamos que Ud. recién ha vuelto de unas vacaciones en
California. Si usted, como observador, está inmerso
en los intereses del juego, puede observar su acción
(tomar vacaciones) como generada desde el interés
por el descanso y la recreación. Si está, como observador, inmerso en los intereses de la sociabilidad,
podemos observar su acción como generada desde
el interés por encontrarse con nuevas personas o renovar antiguas amistades. Los trece ámbitos no están
siempre separados en la vida; ellos interactúan y aparecen simultáneamente en los quiebres y acciones
cotidianos.
No entraremos aquí a una discusión más extendida
de la estructura de los ámbitos de acciones y posibilidades en las que participamos. Lo que queremos
hacer aquí es solamente mostrar cómo los dominios
de intereses que hemos distinguido se muestran, aparecen en, nuestras acciones y posibilidades diarias.
Lo importante en este punto es solamente ver que
los tipos de acciones que formulamos, realizamos y
observamos son tipos de acciones en los ámbitos de
intereses que somos. Típicamente, muchos de nosotros consideramos la acción como movimiento
de nuestro cuerpo, y nuestras posibilidades para la
acción como generadas por la posibilidad de movimiento que nos da nuestro cuerpo. Lo que decimos
aquí es algo muy diferente; nuestras posibilidades de
tomar y observar acciones son generadas por la estructura de los intereses que somos. Diremos más
sobre las relaciones entre los ámbitos de intereses y
la acción más adelante, en la sección siguiente del
documento relacionada con “discursos”
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Ambitos de Intereses Humanos
IV. Ambitos, Juicios y
Caracterizaciones
Ahora queremos observar otro cuadro. Esta vez, veremos como los trece dominios aparecen en nuestros juicios y caracterizaciones. Los seres humanos
enjuician sus propias acciones y las de otros y atribuyen características persistentes a si mismos y a otros
como observadores de las acciones que realizan y
como participantes en los ámbitos de intereses. Por
ejemplo, dado que a usted le interesa su cuerpo,
puede caracterizarse como “fuera de forma”, que no
se ejercita lo suficiente para conservar la salud, que
pone su futuro como un cuerpo en peligro. O, dado
que está interesado en el dominio de la sociabilidad, usted enjuicia la confiabilidad de otras personas;
puede observar que ellos mantienen sus promesas y
los caracteriza como confiables.
En este cuadro presentaremos los trece ámbitos con
términos típicos de juicios y caracterizaciones usadas por las personas para hacer caracterizaciones y
evaluaciones de si mismos y de otros. De nuevo, a lo
que queremos llamar la atención es cómo la estructura de intereses que hemos propuesto aparece en el
diario vivir de todos nosotros, esta vez en nuestras
caracterizaciones y juicios.
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Ambitos Permanentes:
Términos de Caracterizaciones de Intereses
y Juicios
Cuerpo: Sano, cansado, enfermo, fuerte, débil, en
buen estado, en mal estado.
Juego o estética: Divertido, aburrido, artista, bromista, poco creativo.
Sociabilidad: Afable, amistoso, tímido, introvertido,
sociable, distante, honesto, confiable, no confiable.
Familia: Dedicado, egoísta, amante, preocupado, negligente.
Trabajo: Diligente, fácil de llevar, trabajador, flojo,
trabajador obsesivo.
Educación: Inteligente, lento, hábil, astuto, torpe, estúpido, rápido, estudioso.
Carrera: Ambicioso, sin ambición, apático, unilateral.
Dinero o prudencia: Prudente, económico, gastador,
conservador, imprudente.
Pertenencia: Involucrado, independiente, excluido,
activo.
Mundo: Políticamente activo, apolítico, interesado,
localista, cosmopolita.
Dignidad: Digno, indigno, megalomaníaco, íntegro,
falto de integridad.
Situación: Pacífico, melancólico, sabio, optimista, resignado, pesimista, depresivo, entusiasta.
Espiritualidad: Espiritual, mundano, religioso, reverente, filosófico, poético, reflexivo, pedestre, chato.
Al leer el cuadro, observe que los términos que hemos listado no constituyen caracterizaciones y juicios en si mismos. Las caracterizaciones y los juicios
son dichos en conversaciones por personas particulares, en un tiempo particular, sobre personas y
acciones particulares, y en contextos particulares de
conversaciones. Lo que hemos listado en el cuadro
son términos - palabras - comúnmente usadas por
las personas al caracterizar y enjuiciar. Dependiendo
de la conversación y del contexto de la conversación,
el mismo término puede ser usado para caracterizar
a una persona en diferentes dominios. Por ejemplo,
usted puede decir de una persona que es “negligen-
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te”, entendiendo por ello, en un momento, que no
comparte intereses y proyectos con su familia, y en
otro, que no hace mucho por cuidar la salud de su
cuerpo. En el primer caso, “negligente” es un término para caracterizar a alguien en el dominio de
la familia; en el segundo caso, es un término que
caracteriza a alguien en el dominio del cuerpo.
Las caracterizaciones y los juicios son fenómenos
diarios. Las conversaciones de las personas, tanto sus
conversaciones públicas como sus conversaciones
silenciosas consigo mismos, están llenas de caracterizaciones y juicios. Las personas caracterizan y
enjuician con propósitos particulares - digamos, al
evaluar a un potencial empleado o socio - o automáticamente; por ejemplo, cuando caracterizamos
ociosamente a gente famosa o a gente que vemos en
la calle y que verdaderamente no conocemos.
Típicamente sin que nosotros lo notemos, las caracterizaciones y los juicios imponen entre nosotros
ciertos estándares o expectativas de comportamiento. Por ejemplo, usted está sentado con unos amigos
viendo una película en la televisión y uno de ellos
dice que cierto personaje de la película es “completamente criminal”. Al escuchar a su amigo, usted
notará las acciones del personaje que provocan tal
caracterización: él ha robado plata a sus compañeros,
ha roto promesas a clientes, etc. En lo que dice su
amigo usted también escucha desaprobación sobre
el personaje, y sobre cualquier persona real que actúe como él lo hace.
Dos cosas pueden pasar ahora:
a) Primero, si usted respeta la caracterización de su
amigo, incluyendo sus aprobaciones y desaprobaciones, puede entender que esta caracterización le
ofrece algo para aprender de sus propias acciones.
Para que se pueda desempeñar bien en el dominio
que hemos llamado “sociabilidad” usted necesita
abstenerse de acciones como aquellas realizadas por
el personaje de la película. La caracterización de su
amigo ha gatillado una recomendación con respecto
a sus propias acciones.
b) Segundo, usted puede aceptar la caracterización
de su amigo como indicador de un estándar para
sus propias caracterizaciones de personas. Si usted
respeta sus caracterizaciones, puede imitarlo en su
propia práctica de caracterización de personas. Desaprobará a cualquiera que realice acciones como
aquellas del personaje de la película. De este modo
los estándares de caracterización pueden ser compartidos públicamente por más y más personas.
Estos dos últimos puntos - cómo las caracterizaciones en cada uno de los ámbitos pueden producir
estándares de acción y ulteriormente prácticas públicas de caracterizaciones en los dominios - provocan la gran pregunta con la que terminaremos este
trabajo. Hemos mostrado hasta ahora lo que proponemos son ámbitos inevitables y permanentes de
intereses para todo ser humano. Hemos mostrado
también como aparecen estos dominios en los quiebres, intereses, acciones, posibilidades, caracterizaciones y juicios cotidianos. La siguiente pregunta a
considerar es la de “qué vidas vivimos”: cuáles son
nuestros patrones típicos de vida en estos ámbitos de
intereses. Todos compartimos lo que llamamos por
el momento “maneras de ser” en estos dominios:
modos de tener intereses con el cuerpo y modos
de dar cuenta de ellos, con la familia, con las redes
sociales de conversaciones etc. Compartimos este
“modo de ser” en nuestro tiempo con otros.Y estos
“modos de ser” pueden haberse modificado con la
historia. Históricamente las personas pueden haber
cuidado diferentemente de su cuerpo. En un caso,
una persona puede dedicar tiempo al entrenamiento
de habilidades atléticas; en otro caso, puede mostrar
interés exclusivamente para prevenir enfermedades.
Otra, aun, puede practicar y aprobar la práctica ascética de desinterés por el cuerpo. Para entender
como participamos todos en tales “modos de ser”,
necesitamos estudiar lo que llamaremos los “discursos” en los cuales todos vivimos en los trece ámbitos
permanentes.
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