sonidos, sabores, olores, calor, frío, solidez), o por varios (como las

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ALFONSO CAMARGO M.
sonidos, sabores, olores, calor, frío, solidez), o por varios (como las
ideas de extensión, espacio, figura, movimiento e inmovilidad). Las
ideas que provienen de la reflexión son la idea de percepción y de
volición (ejemplo: recordar, discernir, razonar, juzgar, conocer, creer,
etc.) o aquellas que surgen conjuntamente de la sensación y de la
reflexión, por ejemplo, la idea de placer, dolor, fuerza, existencia, unidad, etc.
Ya en las ideas simples de la sensibilidad externa Locke establece una diferencia entre cualidades sensibles primarias y cualidades
sensibles secundarias. Sólo las primarias (primary qualities) son propiedades reales de las cosas, a saber: extensión y forma, impenetrabilidad, movimiento o reposo y número. Las cualidades secundarias
(secundary qualities), a saber: color, tono, sabor, olor y calor, no son
propiedades de las mismas cosas, sino que meramente son producidas en nuestros órganos sensibles por la acción de las cosas. Algunos
piensan que esta distinción se deba a Robert Boyle, el fundador de
la química científica (De ipsa natura, 1682), pero su contenido se remonta al mismo Descartes: si la esencia de las cosas corporales es
la extensión, sólo las determinaciones que en ella se fundan o a ella
pueden reducirse, y que se pueden aprehender en conceptos “claros y distintos”, pueden considerarse como propiedades reales de las
cosas. De ahí que la distinción entre cualidades primarias y secundarias sea una aplicación consecuente de la reducción fundamental
de la cualidad a la cantidad; sólo las determinaciones cuantitativas,
y no las cualitativas, pueden corresponder a las cosas reales. En tal
sentido, Locke se adhiere al pensamiento cuantitativo de la ciencia
moderna de la naturaleza.
Pero se diferencia de Descartes en cuanto que no ve la esencia
de las cosas corpóreas en la exensión (extensio) sino en la densidad o
impenetrabilidad (solidity)49 .
Dicha distinción también la encontramos ya en Demócrito en su
célebre sentencia: “opinión el dolor, opinión lo amargo, opinión el calor, opinión el frío, opinión el color; verdades, los átomos y el vacío”50.
Según Locke, como hemos dicho más arriba, el entendimiento
en la recepción de las ideas simples es pasivo. Es decir, quiera o no,
49
50
Cf. E. CORETH - H. SCHONDORF, o. c. pp. 76-76.
Cf. G. REALE - D. ANTISERI, o. c. p. 436.
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