dictamen - Consejo Consultivo de Castilla-La Mancha

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DICTAMEN N.º 101/2013, de 4 de abril.*
Expediente relativo a reclamación de responsabilidad patrimonial de la Administración tramitado por el
Ayuntamiento de Ablanque (Guadalajara) e incoado a instancia de D. X, por razón de daños producidos en un
inmueble de su propiedad a consecuencia de las filtraciones de lluvia provocadas por la demolición de un edificio
municipal contiguo, que dejó al descubierto y sin protección una pared medianera.
ANTECEDENTES
Primero. Reclamación.- El procedimiento objeto de dictamen tiene su inició en una reclamación de responsabilidad
patrimonial de la Administración planteada por D. X y dirigida al Ayuntamiento de Ablanque (Guadalajara), recibida en
sus dependencias el día 16 de septiembre de 2010, en virtud de la cual insta de dicha entidad local el pago de una
indemnización, por valor de 1.103,92 euros, compensatoria de los perjuicios sufridos a consecuencia de la filtración
continuada de humedades en una vivienda de su propiedad, sita en la calle C de dicha localidad.
Refiere el accionante en sustento de su pretensión que en el mes de marzo de 2009 se inició la demolición de un
edificio municipal contiguo a su propiedad, para llevar a cabo su posterior reconstrucción; proceso en el que se ha invertido
gran cantidad de tiempo, no produciéndose hasta el mes de abril de 2010 la cubrición de aguas del nuevo inmueble
municipal y el remate de la parte superior del citado muro medianero. Indica que durante todo el tiempo discurrido entre
ambos acontecimientos su inmueble se ha visto expuesto a la acción de los agentes meteorológicos, por falta de protección
de la medianería dejada a la intemperie al derribar el antiguo edificio, a pesar de las advertencias verbales formuladas, de
las quejas escritas presentadas y de las comprobaciones pedidas y efectuadas por el personal del Ayuntamiento.
Agrega el afectado que los daños causados a su vivienda por las filtraciones de agua soportadas han sido objeto de
examen y tasación por parte de un técnico en la materia, aportando a ese efecto el dictamen pericial emitido por un
Arquitecto Superior con fecha 20 de mayo de 2010, donde se describen los desperfectos producidos en la vivienda del
reclamante, se analiza la etiología de los mismos y se determina el coste de su reparación, desglosado por unidades de obra,
que alcanza un total de 1.103,92 euros.
Concluye el accionante que los hechos descritos configuran un supuesto de responsabilidad patrimonial de la
Administración, derivado de la “total inactividad y pasividad del Ayuntamiento de Ablanque”, lo que es expresión de un
“funcionamiento anormal del servicio o actividad municipal”.
Segundo. Recurso de reposición.- Sin constar en el expediente otra actuación administrativa que la solicitud de un
informe al Servicio de Asistencia al Municipio de la Diputación Provincial de Guadalajara -cursada por el alcalde de
Ablanque el día 11 de junio de 2011-, el solicitante presentó un recurso potestativo de reposición, con fecha 13 de junio de
2011, contra la desestimación presunta de su reclamación.
Tercero. Informe de la Diputación Provincial de Guadalajara.- Con fecha 29 de junio de 2011 fue emitido
informe jurídico por parte del personal del Servicio de Asistencia a Municipios de la Diputación Provincial de Guadalajara
respecto de la reclamación formulada, centrado primordialmente en la explicación del procedimiento a seguir para la
tramitación de reclamaciones de responsabilidad patrimonial.
Cuarto. Admisión a trámite de la reclamación.- Ulteriormente, en fecha 8 de febrero de 2012, se notificó al
accionante la admisión a trámite de su reclamación, con el aporte documental acompañante, así como la decisión de
articular una prueba pericial, encomendada a los servicios técnicos de la Diputación Provincial de Guadalajara, en la que el
interesado podría intervenir asistido de los técnicos designados al efecto.
Quinto. Alegaciones del reclamante.- En respuesta a la comunicación antedicha, el reclamante presentó un escrito de
alegaciones, en fecha 2 de marzo de 2012, en el que muestra su conformidad con la práctica de la prueba pericial
anunciada, aunque reprochando la notable demora con que se ha dado inicio a la instrucción del procedimiento, tras dejar
sin respuesta su reclamación y su posterior recurso de reposición, razón por la cual optó por interponer un recurso
contencioso-administrativo, “abierto en Madrid [sic]”, del que no piensa desistir.
Sexto. Inspección ocular y valoración de daños.- Tras un primer intento fallido de realización, con fecha 20 de junio
de 2012 tuvo lugar la inspección ocular y evaluación de los desperfectos producidos en el inmueble del reclamante. Dicha
actuación se practicó sin la asistencia del afectado, que excusó su comparecencia aduciendo indisponibilidad material de
tiempo, pero facultando a una familiar y vecina de la localidad para facilitar el acceso a la vivienda.
Como resultado de esta comprobación, el Arquitecto Técnico Comarcal de la Diputación Provincial de Guadalajara
interviniente emitió un informe sobre los hechos que motivan la reclamación, datado el 28 de junio de 2012, en el cual
muestra su coincidencia con las afirmaciones del Arquitecto autor del dictamen pericial aportado por el reclamante respecto
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Ponente: Enrique Belda Pérez-Pedrero
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de la etiología de los daños. No obstante, se discrepa del contenido de dicho dictamen en relación con el coste de los
trabajos presupuestados para su reparación, objetando en ese sentido:
a) Que los mismos no deben comprender la retirada de los viejos maderos embebidos en la pared medianera, cuyo
estado de podredumbre es anterior al episodio de humedades provocado por las obras municipales.
b) La superficie considerada en la partida de trabajos de reposición de enfoscados o revocos en yeso y pintados es
superior a la realmente afectada, comprendiendo zonas de la vivienda que carecían de ello o que apenas recibieron
humedad, pues “las fábricas de mampostería que conforman la pared medianera, tomadas con morteros de barro, apenas
manifiestan haber sufrido humedad puesto que, una vez secos, permanecen en idénticas condiciones a las que poseían”.
Tras estas observaciones, el técnico dictaminante efectúa una tasación de los trabajos precisos para reponer la
vivienda a sus anteriores condiciones de habitabilidad, que alcanzan un valor total de 180,42 euros, en concepto de
presupuesto de ejecución material.
Séptimo. Trámite de audiencia.- El 8 de agosto siguiente se ofreció trámite de audiencia al perjudicado, con
señalamiento al efecto de un plazo de 10 días y remitiéndole copia del informe emitido por el Arquitecto Técnico Comarcal
de la Diputación Provincial de Guadalajara, para que, a la vista de la documentación obrante en el procedimiento, pudiese
alegar lo que estimara pertinente.
Octavo. Alegaciones.- En uso del trámite conferido, con fecha 18 de septiembre de 2012 se ha cursado por el
reclamante un escrito de alegaciones, mediante el que muestra su discrepancia con los planteamientos del dictamen pericial
emitido por los servicios técnicos de la Diputación Provincial, argumentando que “Si se pasa la mano por la superficie
afectada se aprecia que el barro afectado en su día por la humedad se desprende con facilidad, por lo que el informe
pericial presentado por esta parte reclamante recomienda que se haga un rejuntado general en el muro para garantizar su
homogeneidad. En cuanto a los revestimientos de cemento y pintura es necesario repasar el paño entero y no de manera
fraccionada, como así informa el técnico nombrado por esa Administración, tanto por motivos estéticos como para
garantizar la homogeneidad en el aspecto del muro”.
Noveno. Solicitud de dictamen.- Seguidamente, consta en el expediente acuerdo plenario del Ayuntamiento de
Ablanque, adoptado el día 26 de octubre de 2012, por el que se insta dictamen de este órgano consultivo.
Décimo. Requerimiento de documentación complementaria.- En tal estado de tramitación V. E. dispuso la
remisión del expediente a este Consejo Consultivo, en el que tuvo entrada con fecha 11 de diciembre de 2012.
Examinada la documentación recibida en sesión celebrada el día 20 de diciembre siguiente, este órgano consultivo
acordó instar de la entidad local consultante que completara el contenido del expediente mediante la formulación de una
propuesta de resolución.
Undécimo. Propuesta de resolución.- Atendiendo a lo interesado por este Consejo, con fecha 5 de marzo de 2013 ha
tenido entrada la documentación remitida al efecto por el Ayuntamiento de Ablanque, que consiste en una propuesta de
resolución suscrita por el instructor del procedimiento con fecha 6 de febrero de 2013, en la que se propugna la estimación
parcial de la reclamación, con reconocimiento de la responsabilidad patrimonial de dicha Administración municipal, y el
pago al afectado de un indemnización por valor de 180,42 euros.
A la vista de dichos antecedentes, procede formular las siguientes
CONSIDERACIONES
I
Carácter del dictamen.- El expediente remitido para dictamen por el Ayuntamiento de Ablanque (Guadalajara) versa
sobre una reclamación de responsabilidad patrimonial planteada a esa Administración municipal por D. X, como
consecuencia de los daños sufridos en un inmueble de su propiedad.
El artículo 142 de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del
Procedimiento Administrativo Común, establece las bases del procedimiento de responsabilidad patrimonial a seguir por
todas las Administraciones Públicas, incluyendo también a las Corporaciones Locales. El apartado 3 del citado artículo
-versión resultante de la modificación operada por la disposición final cuadragésima de la Ley 2/2011, de 4 de marzo, de
Economía Sostenible-, dispone que “para la determinación de la responsabilidad patrimonial se establecerá
reglamentariamente un procedimiento general […] [en el que] será preceptivo el dictamen del Consejo Estado o, en su
caso, del órgano consultivo de la Comunidad Autónoma cuando las indemnizaciones reclamadas sean de cuantía igual o
superior a 50.000 € o a la que se establezca en la correspondiente legislación autonómica”.
Por su parte, la Ley 11/2003, de 25 de septiembre, del Gobierno y del Consejo Consultivo de Castilla-La Mancha,
dispone en el artículo 54.9.a) que este último órgano deberá ser consultado, entre otros asuntos, en los expedientes
tramitados por la Administración de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha referidos “a reclamaciones de
responsabilidad patrimonial por cuantía superior a seiscientos un euros”, estableciendo posteriormente en su artículo 57
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que “Las Corporaciones Locales de Castilla-La Mancha solicitarán el dictamen del Consejo Consultivo, a través de la
Consejería de Administraciones Públicas, cuando preceptivamente venga establecido en las leyes”.
Este Consejo, en sesión celebrada el 25 de enero de 2012, ha establecido como criterio interpretativo respecto a la
cuantía a partir de la cual las Corporaciones Locales han de solicitar su dictamen preceptivo en los expedientes de
reclamaciones de responsabilidad patrimonial, que “la remisión efectuada por el inciso final del citado artículo 142.3 de la
Ley 30/1992, de 26 de noviembre, respecto a la cuantía a partir de la cual es preceptivo el dictamen del órgano consultivo
«o a la que se establezca en la correspondiente legislación autonómica», debe entenderse referida al límite de seiscientos
un euros que establece la Ley 11/2003, de 25 de septiembre, para considerar preceptivo el dictamen del Consejo
Consultivo de Castilla-La Mancha en los expedientes tramitados por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha.
Límite éste que opera de igual manera con respecto a los expedientes tramitados por las Corporaciones Locales de la
Región, al ser el único establecido por la legislación autonómica, y porque de otro modo la garantía que supone la
intervención del órgano consultivo en el procedimiento tramitado podría verse mermada en el ámbito local respecto al
autonómico, si considerásemos que en el primero sólo es preceptiva la intervención cuando la cuantía de la reclamación
iguala o supera un límite (50.000 euros) que es sensiblemente superior al establecido para el segundo (601 euros).[ ] En
consecuencia, es criterio del Consejo Consultivo de Castilla-La Mancha que su dictamen ha de ser solicitado, conforme al
artículo 142.3 de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, y a los artículos 54.9.a) y 57 de la Ley 11/2003, de 25 de
septiembre, en los expedientes de reclamaciones de responsabilidad patrimonial tramitados por las Corporaciones Locales
de Castilla-La Mancha de cuantía superior a seiscientos un euros”.
En virtud de lo anterior, como en la reclamación presentada al Ayuntamiento consultante se ha fijado en 1.103,92
euros el valor de los perjuicios objeto de reclamación, el presente dictamen se emite con carácter de preceptivo.
II
Examen del procedimiento tramitado.- Las normas aplicables a los procedimientos tramitados como consecuencia
de reclamaciones de responsabilidad patrimonial formuladas a la Administración se encuentran principalmente recogidas
en el Real Decreto 429/1993, de 26 de marzo, aprobatorio del Reglamento de los Procedimientos de las Administraciones
Públicas en Materia de Responsabilidad Patrimonial, disposición mediante la que se produjo el desarrollo reglamentario
expresamente previsto en el citado artículo 142.3 de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre.
Partiendo de dichos referentes normativos, obviando la dilatada e inexplicada inactividad mantenida por la entidad
local consultante tras la recepción de la reclamación y las carencias de contenido ya subsanadas a instancia de este Consejo,
el examen de las actuaciones desarrolladas en el curso de la instrucción, que han sido descritas en los antecedentes, permite
afirmar que no persisten irregularidades o carencias que afecten al conocimiento de las cuestiones primordiales suscitadas
por la reclamación o a la posibilidad de dictar válidamente una resolución con la que se ponga fin al procedimiento.
El expediente se halla correctamente ordenado siguiendo un criterio cronológico, aunque no ha sido foliado, lo cual
siempre puede generar dudas sobre la integridad de su contenido.
Señalado lo anterior, procede pasar a examinar las cuestiones de fondo suscitadas por el expediente.
III
Presupuestos normativos y jurisprudenciales para la exigencia de la responsabilidad patrimonial.- La
responsabilidad patrimonial de la Administración es una institución jurídica que goza en nuestros días de rango
constitucional, con reflejo en los artículos 9.3 y 106.2 de la Constitución, el último de los cuales establece que “los
particulares, en los términos establecidos por la Ley, tendrán derecho a ser indemnizados por toda lesión que sufran en
cualquiera de sus bienes y derechos, salvo en los casos de fuerza mayor, siempre que la lesión sea consecuencia del
funcionamiento de los servicios públicos”.
Los presupuestos caracterizadores de la responsabilidad patrimonial de la Administración tienen su principal
formulación legal en los apartados 1 y 2 del artículo 139 y 1 del 141 de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen
Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común, en los que se establece que los
particulares tienen derecho a ser indemnizados por las Administraciones Públicas correspondientes de toda lesión que
sufran en cualquiera de sus bienes y derechos, salvo en los casos de fuerza mayor, siempre que la lesión sea consecuencia
del funcionamiento normal o anormal de los servicios públicos; que, en todo caso, el daño alegado habrá de ser efectivo,
evaluable económicamente e individualizado con relación a una persona o grupo de personas; y que sólo serán
indemnizables las lesiones producidas al particular provenientes de daños que este no tenga el deber jurídico de soportar de
acuerdo con la Ley.
A partir de las notas legales antedichas, la copiosa jurisprudencia existente sobre la materia ha estructurado una
compacta doctrina, según la cual “los requisitos exigibles para imputar a la Administración la responsabilidad patrimonial
por los daños y perjuicios causados a los administrados son los siguientes: en primer lugar, la efectiva realidad de un
daño material, individualizado y económicamente evaluable; segundo, que sea consecuencia del funcionamiento normal o
anormal de los servicios públicos en una relación directa y exclusiva e inmediata de causa a efecto, cualquiera que sea su
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origen (Reglamento, acto administrativo, legal o ilegal, simple actuación material o mera omisión); por último, que no se
haya producido por fuerza mayor y que no haya caducado el derecho a reclamar por el transcurso del tiempo que fija la
Ley”. -Sentencia de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha de
23 de febrero de 2004 (Ar. JUR 2004,83545, FJ 2º) y de 13 de octubre de 2006 (Ar. JUR 2006,293842), entre otras muchas,
o, en parecidos términos, Sentencia del Tribunal Supremo de 13 de marzo de 1989 (Ar. RJ 1989,1986, FJ 3º)-. A la relación
de requisitos precitados cabría agregar también, como elemento de singular significación para apreciar la referida
responsabilidad patrimonial, que el reclamante no tenga el deber jurídico de soportar el daño producido.
El sistema de responsabilidad extracontractual aplicable a nuestras Administraciones Públicas ha sido calificado por la
doctrina como de carácter objetivo. Este rasgo ha sido perfilado por nuestra jurisprudencia señalando que “al afirmar que
es objetiva se pretende significar que no se requiere culpa o ilegalidad en el autor del daño, a diferencia de la tradicional
responsabilidad subjetiva propia del Derecho Civil, ya que se trata de una responsabilidad que surge al margen de cuál
sea el grado de voluntariedad y previsión del agente, incluso cuando la acción originaria es ejercida legalmente, y de ahí
la referencia al funcionamiento normal o anormal de los servicios públicos en la dicción del artículo 40 [de la Ley de
Régimen Jurídico de la Administración del Estado, hoy 139 de la Ley 30/1992], pues cualquier consecuencia dañosa
derivada de tal funcionamiento debe ser, en principio, indemnizada, porque de otro modo se produciría un sacrificio
individual en favor de una actividad de interés público que, en algunos casos, debe ser soportada por la comunidad”
-Sentencias del Tribunal Supremo de 26 de septiembre de 1998 (Ar. RJ 1998,6836) o de 28 de noviembre de 1.998 (Ar. RJ
1998,9967)-.
Ahora bien, aun cuando la responsabilidad de la Administración ha sido calificada por la Jurisprudencia como un
supuesto de responsabilidad objetiva, esta también nos señala que ello no convierte a la Administración en responsable de
todos los resultados lesivos que puedan producirse por el simple uso de instalaciones públicas o que tengan lugar con
ocasión de la utilización de los servicios, sino que es necesario que esos daños sean consecuencia directa e inmediata del
funcionamiento normal o anormal de aquella.
Así mismo, la responsabilidad patrimonial de la Administración se asienta en el criterio objetivo o concepto técnico
de lesión, entendida esta como daño o perjuicio antijurídico que quien lo sufre no tiene el deber de soportar. Dicho deber
existe cuando la medida impuesta por la Administración constituye una carga general que todos los administrados afectados
por su esfera de actuación están obligados a cumplir, y puede venir determinado por la concurrencia de una concreta
imposición legal o por otros factores vinculados ordinariamente a la propia situación o actitud del perjudicado, con
incidencia sobre la entidad del riesgo generado por el actuar de la Administración.
La carga de la prueba de los hechos en que se base la reclamación de responsabilidad patrimonial recae
necesariamente sobre el sujeto que la plantea, lo que incluye la acreditación de la relación causal invocada, de los daños
producidos y de su evaluación económica. Es esta una formulación enunciada sistemáticamente por nuestra jurisprudencia,
que encuentra ahora su principal apoyo en los artículos 6 del Real Decreto 429/1993, de 26 de marzo, y 217 de la Ley de
Enjuiciamiento Civil, Ley 1/2000, de 7 de enero, que viene a recoger las reglas del onus probandi dentro de la categoría de
las obligaciones, sentando la conocida máxima de que incumbe la prueba de las obligaciones al que reclama su
cumplimiento y la de su excepción al que la opone; todo ello, sin perjuicio del deber genérico de objetividad y colaboración
en la depuración de los hechos que pesa sobre la Administración, en consonancia con lo previsto en los artículos 78.1 y
80.2 de la citada Ley 30/1992, 26 de noviembre, y que se extiende a sus órganos, autoridades y funcionarios. De otro lado,
recae sobre la Administración imputada la carga de la prueba cuando esta verse sobre la eventual concurrencia de una
conducta del reclamante con incidencia en la producción del daño, la presencia de causas de fuerza mayor o la prescripción
de la acción -v. gr. Sentencias del Tribunal Supremo de 15 de marzo de 1999 (Ar. RJ 1999,4440) y de 21 de marzo de 2000
(Ar. RJ 2000,4049)-.
También debe de ser objeto de consideración el tiempo que haya mediado entre la producción del evento lesivo y el
ejercicio de la acción tendente a su reparación, pues conforme a lo dispuesto en los artículos 142.5 de la Ley 30/1992, de 26
de noviembre, y 4.2 del Real Decreto 429/1993, de 26 de marzo, el derecho a reclamar prescribe al año de producido el
hecho o acto que motive la indemnización o desde la manifestación o estabilización de sus efectos lesivos.
El análisis de la relación de causalidad existente entre el actuar administrativo y los efectos lesivos producidos aparece
de ordinario como elemento esencial en el examen de los procedimientos seguidos en materia de responsabilidad
patrimonial de la Administración. Ante la falta de referencias legales respecto de sus notas caracterizadoras, se dispone de
una amplía creación jurisprudencial al respecto, que vino tradicionalmente considerando como rasgos definitorios de dicho
vínculo teleológico su carácter directo, su inmediatez y su exclusividad respecto de los perjuicios generadores de la
reclamación -así, Sentencias del Tribunal Supremo de 19 de enero de 1987 (Ar. RJ 1987,426) o de 4 de junio de 1994 (Ar.
RJ 1994,4783)-. Sin embargo, dicha tendencia doctrinal ha sido matizada y corregida, admitiéndose también formas de
producción mediatas, indirectas y concurrentes que plantean la posibilidad de una moderación de la responsabilidad cuando
intervengan otras causas, lo que deberá tenerse en cuenta en el momento de fijar la indemnización -Sentencias del Tribunal
Supremo de 28 de julio de 2001 (Ar. RJ 2001,10061), de 15 de abril de 2000 (Ar. RJ 2000,6255) o de 4 de mayo de 1999
(Ar. RJ 1999,4911)-. Este planteamiento conduce en cada supuesto al examen de las circunstancias concretas concurrentes
y a la búsqueda de referentes en la abundante casuística que ofrece la jurisprudencia existente.
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Finalmente, la intervención de este Consejo Consultivo en los procedimientos seguidos como consecuencia de
reclamaciones de responsabilidad patrimonial debe centrarse esencialmente en el examen de los elementos aludidos en el
artículo 12.2 del Real Decreto 429/1993, de 26 de marzo, en el que se dispone: “Se solicitará que el dictamen se pronuncie
sobre la existencia o no de relación de causalidad entre el funcionamiento del servicio público y la lesión producida y, en
su caso, sobre la valoración del daño causado y la cuantía y modo de indemnización [...]”.
IV
Requisitos para el ejercicio de la acción.- Señalados los presupuestos jurídicos legalmente exigidos para el
reconocimiento de la responsabilidad patrimonial de la Administración, procede examinar si concurren en el supuesto
objeto de consulta, analizando previamente los requisitos necesarios para el ejercicio de la acción indemnizatoria.
En relación con la legitimación activa vinculada a la reclamación, debe indicarse que esta se ha formulado por quien
afirma ser el propietario del inmueble dañado, si bien en el expediente no se ha acreditado tal condición. Esta deficiencia no
fue objeto de cuestión, pues la titularidad del bien afectado se ha admitido sin reparos por la Administración instructora,
posiblemente por tener a su alcance información catastral que le haya permitido verificar tal circunstancia. No obstante,
debe advertirse sobre la conveniencia de incorporar al expediente dicha información o, en su defecto, exigir la
correspondiente subsanación con carácter previo a la aprobación de la resolución que ponga fin al procedimiento.
Por lo que a la legitimación pasiva se refiere, es de señalar que la misma ha sido aceptada por la Administración
municipal imputada, asumiendo la instrucción de un expediente de responsabilidad patrimonial por razón de daños que
admite haber originado en ejercicio y desenvolvimiento de las competencias o servicios municipales.
De otro lado, cabe considerar que la acción de responsabilidad ha sido ejercida dentro del plazo de un año establecido
al efecto por el artículo 142.5 de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, toda vez que la exigencia de indemnización se
planteó mediante reclamación presentada el día 16 de septiembre de 2010 y el hecho lesivo que motiva la reclamación tuvo
lugar de forma continuada durante un periodo de tiempo que puede situarse entre los meses de marzo de 2009 y abril de
2010.
V
Requisitos sustantivos: daño, relación de causalidad y antijuridicidad de aquel.- La existencia de los daños
materiales alegados por la parte reclamante ha quedado acreditada mediante la incorporación al expediente de sendos
informes técnicos: uno de ellos presentado por el propio perjudicado con su reclamación y otro recabado de los servicios
técnicos de la Diputación Provincial de Guadalajara por la entidad local imputada, coincidiendo ambos en la apreciación de
humedades en el inmueble del peticionario, así como en su vinculación causal con las filtraciones de agua producidas en él
a raíz de la demolición de un antiguo edificio municipal colindante y la desprotección de la pared medianera que separaba
ambas fincas.
Ahora bien, este reconocimiento de efectividad en los daños aducidos no implica conformidad con la valoración
económica efectuada por el reclamante respecto a los trabajos necesarios para reponer el edificio a su estado anterior;
extremo este que constituye el único aspecto de discrepancia suscitado en el procedimiento y que será objeto de análisis en
la consideración VI.
Como se ha apuntado previamente la relación causal argüida por el reclamante y la antijuridicidad de los daños
sufridos puede ser admitida sin dificultad, existiendo anuencia de la entidad local consultante sobre ambas circunstancias,
como denota su intención de reconocer parcialmente la responsabilidad exigida, en la propuesta de resolución sometida a
dictamen.
En cualquier caso, pese a la evidencia del nexo causal invocado, aceptado claramente por ambas partes, no está de
más traer a colación algunos precedentes doctrinales relacionados con pretensiones indemnizatorias similares, en los que de
forma más o menos explícita se acogen consideraciones de las que se infiere que se habría producido un incumplimiento
del deber de protección de una pared medianera interior, como en el presente caso, al ser dejada a la intemperie por parte de
quien derribó elementos constructivos que le venían dispensando resguardo.
Así, entre la doctrina civilista de las Audiencias Provinciales, cabe remitirse lo expuesto en la Sentencia dictada el 16
de abril de 2007 por la Audiencia Provincial de Sevilla (Ar. JUR 2007,271304), en la que se significa: “Ha quedado
acreditado por la prueba pericial que los daños al edificio de la parte demandante se producen cuando se realiza la
demolición del edificio y modifica la situación existente de las medianerías, [sic] es la que debe proteger los paños que han
quedado al descubierto, mediante un revestimiento o impermeabilización que evite las filtraciones de agua durante la
ejecución de obras. El perito, en el acto del juicio oral, manifestó que tras la demolición de un edificio debe procederse al
enfoscado o impermeabilización del muro medianero para que no se produzcan filtraciones en la finca colindante […]”.
Igualmente, procede aludir a la fundamentación de la Sentencia de 28 de febrero de 2012 de la Audiencia Provincial de
Murcia (Ar. JUR 2012,105289), donde se indica: “Del informe pericial de la parte actora, junto con las pruebas
personales practicadas en el juicio celebrado, se desprende que la causa de los daños es la demolición de la vivienda
medianera sin llevarse a cabo trabajos de consolidación y mantenimiento de la pared medianera. […]. Lo que no parece
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entender el apelante es que los daños vienen motivados por la no adopción de ninguna medida de precaución durante los
cerca de tres años desde que se produjo la demolición y que dejaron a la pared medianera a la intemperie y por ello
facilitando las filtraciones de agua y humedades sobre la vivienda colindante, y este hecho no es negado por ninguno de
los declarantes. […] la pared medianera ha estado durante tres años sin protección alguna, de ahí que el propio perito
[…] afirme que la demolición estaba bien hecha pero inacabada pues faltaban precisamente las obras de consolidación y
protección de la pared medianera que hubieran evitado los daños finalmente sufridos. […] correspondía a una buena
práctica constructiva la de reforzar la pared medianera si esta va a quedar a la intemperie. Esta es la causa real de las
filtraciones y de hecho si se examina el informe del perito de la actora se observa que los principales daños se
corresponden con humedades por capilaridad o grietas, deformaciones y desprendimientos por problemas de humedad
[…]”.
Y, ya en el ámbito específico de la responsabilidad patrimonial de la Administración, también cabe hacer referencia a
algunos precedentes doctrinales atinentes a la estimación de reclamaciones similares. Así, en la Sentencia de 6 de junio de
2001 de la Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León, Burgos (Ar. JUR
2001,230884), se expone: “se indica en dicho informe que resulta evidente que la pared medianera ha sufrido daños, […].
[…] una pared medianera y, por lo tanto, separadora de dos edificaciones, nunca se construye para estar expuesta a la
intemperie y, por lo tanto, para tener que soportar la inclemencias meteorológicas, puesto que es interior [...] por todo lo
cual, la propuesta de actuación que el Sr. […] plantea en su informe, con reparación de los daños directamente
producidos por el derribo y la consolidación e impermeabilización de la pared medianera con enfoscado exterior, es la
correcta y adecuada para garantizar que, la edificación de los actores, pueda mantener sus condiciones de salubridad,
habitabilidad y confort, como consecuencia del derribo efectuado”, concluyendo “no suscita duda que existe relación de
causalidad entre esos daños y el funcionamiento de los servicios públicos municipales, por cuanto los daños se produjeron
como consecuencia directa e inmediata […] de la demolición llevada a cabo por el Ayuntamiento encargada a la empresa
[…]. Existe, pues, relación de causalidad entre el derribo llevado a cabo con participación del Ayuntamiento y los
desperfectos o daños habidos en el inmueble propiedad de los recurrentes, colindante al que fue objeto de derribo […]”.
Igualmente, en la Sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura de 14 de marzo de 2006 (Ar. JUR
2006,132745) se estima una pretensión indemnizatoria semejante, argumentando: “[…] queda probado que el
Ayuntamiento de Fuentes de León no adoptó las medidas de precaución necesarias para que la demolición del edificio
colindante con la vivienda de los actores no provocara daños en su propiedad. […] El perito concluye que los daños se
han producido debido a la demolición del edifico municipal, dejando de existir el sistema de compensación de fuerzas que
el muro medianero otorgaba, a lo que se ha sumado la acción de los elementos atmosféricos al haberse dejado el muro sin
protección. [ ] […] El dejar expuesto el muro de medianería entre las dos fincas, incluidos su cimentación y el terreno de
su base, y no protegerlo y apuntalarlo provocó un mayor movimiento del terreno y cimientos de la vivienda, así como la
degradación de las superficies expuestas a la acción de la lluvia y el viento”.
En virtud de todo lo anterior, ha de concluirse que se estiman concurrentes los requisitos necesarios para el
reconocimiento de la responsabilidad patrimonial de la Administración municipal imputada, procediendo el pago de una
indemnización al propietario del edificio dañado.
VI
Sobre la indemnización solicitada.- Conforme previene el artículo 12.2 del tan citado Real Decreto 429/1993, de 26
de marzo, resta por analizar la valoración del perjuicio patrimonial producido y la cuantía de la indemnización económica
que para su compensación corresponda abonar.
Como ha quedado expuesto en los antecedentes y ya se avanzó en la consideración V, este constituye el único punto
de desavenencia entre las posiciones de las partes, dado que el reclamante ha aportado un informe técnico donde se valoran
en 1.103,92 euros los trabajos necesarios para reparar los perjuicios producidos, y el Arquitecto Técnico Comarcal que
verificó esa misma tasación ha cifrado en 180,42 euros el presupuesto de ejecución material de dicho proceso restaurador.
El técnico de la Diputación Provincial informante justifica las partidas presupuestarias rechazadas o minoradas,
argumentando que no debe incluirse en el presupuesto la retirada de los viejos maderos empotrados en la pared medianera,
ya que su estado de podredumbre era anterior al episodio de humedades provocado por las obras municipales; así como que
la superficie considerada en la partida de trabajos de reposición de enfoscados o revocos en yeso y pintados es superior a la
realmente afectada, comprendiendo zonas de la vivienda que carecían de ello o que apenas recibieron humedad, pues “las
fábricas de mampostería que conforman la pared medianera, tomadas con morteros de barro, apenas manifiestan haber
sufrido humedad puesto que, una vez secos, permanecen en idénticas condiciones a las que poseían”.
A vista de estas objeciones, ante las que el afectado ha alegado la conveniencia de realizar una operación de
homogeneización de superficies, a juicio de este Consejo resulta más convincente y verosímil la tesis expresada en el citado
informe del Arquitecto Técnico Comarcal de la Diputación Provincial de Guadalajara, por las razones que seguidamente se
señalan:
- Dicho informe no tiene el carácter de dictamen de parte, pues ha sido emitido por un técnico y empleado público
perteneciente a una Administración distinta de la reclamada, por lo que cabe presumir en él un mayor grado de
imparcialidad de juicio.
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- Este técnico provincial ha puesto de manifiesto, de forma no rebatida, que el dictamen pericial de parte aportado por
el reclamante pretendía incluir la extracción de unos maderos encastrados en la pared medianera y el relleno de los
correspondientes huecos, cuando su estado de podredumbre era previo y muy anterior al suceso lesivo.
- El informe del técnico provincial ha puesto igualmente de relieve que el presupuesto de ejecución material aportado
por el reclamante incluye, para toda la superficie considerada -35 m2- y sin distinción de plantas, trabajos de picado de
enfoscados, reposición de enfoscados y pintura, cuando la pared de la planta inferior -semisótano- no estaba enfoscada, ni
pintada, sino que es de mampostería fijada con mortero de barro y se dice sobre su estado que, una vez seca, estos
“permanecen en idénticas condiciones a las que poseían”.
- Por último, el referido informe del servicio técnico provincial parece atender, incluso, el tratamiento de los
denominados perjuicios estéticos, tanto en la pared de la planta alta, como en la de la escalera de comunicación, pues los
trabajos de pintura contemplados abarcan a una superficie de 19,98 m2, cuando lo previsto en concepto de saneamiento de
los enfocados realmente afectados comprende tan solo 4,05 m2 de extensión.
En consecuencia, en opinión de este Consejo la indemnización a abonar al afectado debe situarse en 180,42 euros;
cantidad que ha de considerarse como deuda de valor referida cronológicamente al momento de la tasación tomada como
referente -realizada en junio de 2012-, sin perjuicio de la actualización e intereses de demora que en su caso procedan por
aplicación de lo previsto en el artículo 141.3 de la citada Ley 30/1992, de 26 de noviembre.
En mérito de lo expuesto, el Consejo Consultivo de Castilla-La Mancha es de dictamen:
Que existiendo relación de causalidad entre los daños producidos en un inmueble sito en la calle C de la localidad de
Ablanque (Guadalajara), cuya propiedad invoca D. X, y el funcionamiento de los servicios públicos prestados por el
Ayuntamiento de Ablanque, procede dictar resolución parcialmente estimatoria de la reclamación presentada, reconociendo
el derecho del perjudicado a la percepción de una indemnización por un valor 180,42 euros, que se actualizará en la forma
legalmente procedente.
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