Tribunal: Quinto Tribunal del Juicio Oral en lo Penal

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Tribunal: Tercer Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Santiago
Causa: Ministerio Público c/Jesús Patricio López Aguilar
Delito: Robo con violación y otros
RUC: 0800514012-K
RIT: 208-2009
Santiago, doce de febrero de dos mil diez.
Con fecha veinticinco, veintiséis, veintisiete, veintiocho, veintinueve de
enero, primero, tres de febrero del año en curso, ante el Tercer Tribunal de Juicio
Oral en lo Penal de esta cuidad, integrado por las Magistrados titulares doña
Eleonora Domínguez Dellepiane en calidad de presidente, doña Olga Fernández
Berardi, integrante y doña Verónica Sabaj Escudero, en calidad de redactora, se
llevaron a efecto las audiencias de juicio oral en la causa RIT N° 208-2009, RUC
N° 0800514012-K, seguida por el Ministerio Público en contra de don JESÚS
PATRICIO LÓPEZ AGUILAR, Cédula Nacional de Identidad N ° 16.933.072-7,
nacido con fecha 22 de diciembre de 1988, natural de Santiago, 21 años, soltero,
estudiante, domiciliado en Avenida Presidente Kennedy N ° 8741, departamento
202, comuna de Las Condes.
La acción penal fue sostenida por el Ministerio Público representado en
estas oportunidades, por los fiscales adjunto don Ricardo Gertosio Swanson y don
Ignacio Pinto Basaure, domiciliados en calle Los Militares N ° 5.550, comuna de
Las Condes, Santiago.
Además, se adhirieron a la acusación fiscal los querellantes:
-
Ministerio del Interior, representado por doña Arlette Marchant
Cortez y don Carlos Chacón Figueroa, domiciliados en el Palacio
de La Moneda, Santiago.
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I. Municipalidad de Las Condes, representado por doña Marisol San
Martín Verdugo y don Gustavo Riquelme Massardo, sólo respecto
del primer hecho, domiciliados en calle Patagonia N ° 29, comuna
de Las Condes, Santiago.
Por su parte, se adhirió sólo al primer hecho que obra en la acusación fiscal
el querellante Centro de Atención Integral a Víctimas de Delitos Violentos, don
Rodrigo Cuevas Jara, domiciliado en calle José Victorino Lastarria N ° 46,
Santiago.
La defensa del acusado estuvo a cargo del defensor penal privado don
Humberto Montiglio Valenzuela.
Oídos los intervinientes en juicio oral y considerando:
Primero: Acusación. Las imputaciones efectuadas por el titular de la
acción penal pública y los querellantes en contra de los acusados, según el
correspondiente auto de apertura del juicio oral, es del siguiente tenor:
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HECHO N ° 1:
“El día 9 de junio de 2008, a las 18:45 horas aproximadamente, mientras la
víctima de iniciales M.J.F.S., de 17 años de edad, caminaba por la vía pública,
específicamente por calle Los Esquimales de la comuna de Las Condes, el
acusado la abordó por la espalda, colocándole un cuchillo en el cuello, le dijo que
se quedara callada o sino la iba a matar, y le exigió que le entregara el MP 4 y la
mochila que ella portaba, cosa que ella hizo ante sus amenazas, apropiándose el
imputado del MP 4 de la víctima. En estas circunstancias el acusado se bajó el
cierre de su pantalón sacando su pene, para decirle a la víctima “chúpalo”, ante lo
cual la víctima fue accedida carnalmente por vía bucal por el imputado. Luego de
esto la víctima se levantó y le dio la espalada al imputado, quien la tomó y le
intentó sacar la pantaleta que ella llevaba puesta, toda vez que la víctima andaba
vestida con falda, sin lograr su propósito. Siempre con el cuchillo en el cuello de la
víctima, el acusado le exigió que se sacara su pantaleta y los calzones, lo que la
víctima hizo, luego de lo cual el acusado introdujo los dedos de su mano en la
vagina de la víctima, para luego introducir su pene en el ano de la víctima
accediéndola carnalmente por esta vía”.
HECHO N ° 2:
“El día 16 de abril de 2008 aproximadamente a las 13:00 horas, mientras la
víctima de iniciales C.A.D.C., de 14 años de edad, caminaba por la vía pública,
específicamente por Pasaje Colorado, de la comuna de Las Condes, el acusado,
abordó a la víctima por detrás poniéndole un cuchillo en el cuello, amenazándola
que la iba a matar, diciéndole que se quedara quieta y exigiéndole su celular y
dinero, a lo que la víctima accedió, entregándole el celular que portaba. El
imputado sin dejar de sostener el cuchillo en contra del cuello de la víctima le
exigió “ahora me vai a correr una paja”, luego de lo cual se bajó sus pantalones,
con lo cual obtuvo contacto corporal de relevancia sexual con la víctima, toda vez
que ésta, bajo la intimidación ejercida procedió a masturbarlo, eyaculando él en el
lugar. Producto del cuchillo que el acusado colocó en el cuello de la víctima ésta
resultó con lesiones de carácter leve, que consistieron en rasguños a nivel del
cuello”.
HECHO N ° 3:
“El día 29 de mayo de 2008 a las 19:30 horas aproximadamente, mientras
la víctima de iniciales G.P.C.V., de 18 años de edad, caminaba por calle Los
Arados de la comuna de Las Condes, el acusado abordó a la víctima por la
espalda y le colocó un cuchillo en el cuello, diciéndole que se arrodillara y que le
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iba a revisar la mochilla que ella portaba. El acusado ante la negativa de la
víctima, le enterró más fuerte el cuchillo en el cuello obligándola a arrodillarse. En
ese instante el imputado se bajó sus pantalones y calzoncillos, sacando su pene el
que colocó en la boca de la víctima, y se masturbó en la cara de la víctima,
tocando directamente con su pene la cara de ésta, siempre con el cuchillo en el
cuello de ella”.
HECHO N ° 4:
“El día 29 de febrero de 2008, a las 14:45 horas, mientras la víctima de
iniciales K.A.M.V., de 17 años de edad, caminaba por calle Constancio Vigil con
Esteban del Orto, de la comuna de Las Condes, el acusado abordó a la víctima
por la espalda, y se le lanzó encima tocando con sus manos el cuerpo de ella;
luego la lanzó sobre unos matorrales que habían allí, y de forma violenta tocó con
sus manos los pechos, las nalgas y la vagina de la víctima, por encima de la ropa.
El acusado trató luego de introducir su mano por debajo del pantalón, pero no
pudo pues la víctima opuso resistencia. Luego el acusado se bajó su pantalón
mostrando su pene y colocando su pene a la altura de la boca de la víctima, para
accederla carnalmente por vía oral, lo que no pudo realizar por la oposición de la
víctima. En ese instante el acusado toma un celular que la víctima tenía en su
mano, quitándole también la mochila que ella portaba, saliendo del lugar con las
especies en su poder”.
HECHO N ° 5:
“El día 22 de mayo de 2008 a las 15:30 horas aproximadamente, mientras
la víctima de iniciales P.N.M., de 17 años de edad, caminaba por calle Lucas de
Robbia, de la comuna de Las Condes, el acusado abordó por la espalda a la
víctima, le colocó un cuchillo a nivel del cuello y le exigió la entrega de la mochila
que ella portaba, además la amenazó e intimidó, razón por la que la víctima le
entregó su mochila, un celular nokia y un MP 4, todas especies que ella portaba.
El acusado huyó del lugar con las especies en su poder”.
HECHO N ° 6:
“El día 22 de abril de 2008 a las 17:50 horas aproximadamente, mientras la
víctima de iniciales M.R.E.C., de 17 años de edad, caminaba por calle Orion, de la
comuna de Las Condes, el acusado la abordó por detrás colocándole un objeto
punzante en el cuello, le preguntó si tenía dinero y celular, a lo que la víctima
respondió que sí, que estaba en su mochila. Frente a esto el acusado empezó
registrar la mochila de la víctima sacando el celular de ella y huyó del lugar con la
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especie en su poder. Producto de que el acusado colocó un objeto punzante en el
cuello de la víctima, ésta resultó con lesiones leves, consistentes en rasguños a
nivel del cuello.
En opinión del Ministerio Público:
-
El hecho signado con el Nº 1 es constitutivo del delito de robo con
violación, previsto y sancionado en el artículo 433 Nº 1, en
relación con los artículos 361 Nº 1, 432, 436 y 439, todos del
Código Penal.
-
El hecho signado con el N º 2 es constitutivo del delito de robo
con violencia e intimidación, previsto y sancionado en los
artículos 436 inciso 2º en relación con los artículos 439, 433 y 432,
todos del Código Penal y del delito de abuso sexual, previsto y
sancionado en el artículo 366 en relación con los artículos 366 ter y
361 Nº 1, todos del Código Penal.
-
El hecho signado con el Nº 3 es constitutivo del delito de abuso
sexual, previsto y sancionado en el artículo 366 en relación con el
artículo 366 ter y 361 N ° 1, todos del Código Penal.
-
El hecho signado con el Nº 4 es constitutivo del delito de abuso
sexual, previsto y sancionado en los artículos 366, en relación con
los artículos 366 ter y 361 Nº 1, todos del Código Penal y del delito
de robo con violencia e intimidación, previsto y sancionado en el
artículo 436 inciso 2º, en relación con los artículos 433, 432 y 439,
todos del Código Penal.
-
El hecho signado con el Nº 5 es constitutivo del delito de robo con
violencia e intimidación, previsto y sancionado en los artículos
436 inciso 2º en relación con los artículos 439, 433 y 432, todos del
Código Penal.
-
El hecho signado con el Nº 6 es constitutivo del delito de robo con
violencia e intimidación, previsto y sancionado en los artículos
436 inciso 2º en relación con los artículos 439, 433 y 432, todos del
Código Penal.
En ente persecutor refirió que al acusado Jesús Patricio López Aguilar le
cabe, en consideración al artículo 15 N ° 1 del Código Penal, participación en
calidad de autor de los delitos materia de la presente acusación, al haber
intervenido en su ejecución de manera directa e inmediata.
Agregó, que todos los ilícitos por los cuales se acusa al imputado se
encuentran en grado de desarrollo de consumados.
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El Ministerio Público señaló que al acusado le perjudica la circunstancia
agravante de responsabilidad penal establecida en el artículo 12 N ° 16 del
Código Penal, esto es, ser culpable de delito de la misma especie.
El ente persecutor indicó que no beneficia al acusado circunstancia
atenuante de responsabilidad penal alguna.
Por último, el acusador fiscal considerando la pena asignada por la ley a los
delitos por los que se acusa al imputado, el grado de desarrollo de los mismos, la
existencia de circunstancia agravante de responsabilidad penal, la reiteración de
delitos de la misma especie y la extensión del mal causado, requirió para el
acusado la aplicación de la pena de presidio perpetuo calificado, más las
accesorias de inhabilitación absoluta perpetua para cargos y oficios públicos y
derechos políticos por el tiempo de vida del imputado, la sujeción a la vigilancia de
la autoridad por el máximo establecido en la ley y además, la accesoria
establecida en el artículo 372 del Código Penal, esto es, la interdicción del
derecho a ejercer la guarda y a ser oído como pariente en los casos que la ley
designa y la inhabilitación absoluta temporal para cargos, oficios o profesiones
ejercidos en ámbitos educacionales o que involucren una relación directa y
habitual con personas menores de edad, más el comiso de las especies
incautadas y al pago de las costas de la causa, todo como autor de los delitos de
robo calificado, abuso sexual reiterado y robo con intimidación reiterado.
Por su parte, las querellantes Ministerio del Interior y Municipalidad de Las
Condes, se adhirieron a todos y cada uno de los hechos de la presente acusación
tal y como se presentó por el Ministerio Público, así también lo hizo la querellante
del Centro de Víctimas de delitos violentos respecto del hecho N ° 1, en el cual la
víctima es la menor de iniciales M.J.F.S.
En su alegato de apertura la Fiscalía efectuó una lectura a la declaración
de la víctima de iniciales M.J.F.S., de 17 años de edad, respecto de un hecho
ocurrido el día 9 de junio de 2008, relato que se condice con los presupuestos
fácticos contenidos en la descripción del hecho N ° 1, antes referido. Acto seguido,
efectuó el mismo procedimiento respecto de la víctima del hecho N ° 2, de catorce
años de edad, de iniciales, C.A.D.C., ocurrido el día 16 de abril de 2008.
Agregó, que los hechos fueron materializados por el acusado con el mismo
modus operandi e incluso en las mismas intersecciones de la comuna de Las
Condes.
Indicó, que no sólo se contará con los respectivos reconocimientos
efectuados por las víctimas, sino además de la correspondiente prueba pericial, lo
que permitirá finalmente acreditar la participación del acusado en los hechos
contenidos en la acusación, unido a que en el domicilio del imputado se
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encontraron diversos celulares, reconocidos algunos de ellos por las afectadas de
tres de los delitos en los cuales se le imputa autoría. Refirió, que los
reconocimientos efectuados por las víctimas se llevaron a cabo en una rueda de
presos, en condiciones de plena objetividad, lo que permite como se ha dicho
acreditar su participación en los hechos en los cuales se le atribuye participación.
Narró, que el imputado tiene un antecedente previo, el que se depondrá en
juicio a través del testimonio de los respectivos funcionarios policiales.
Expresó, que se le efectuaron además al acusado peritajes psicológicos
que implicaron determinar que éste es plenamente imputable, unido a que ellos
dan una explicación del actuar del encausado, esto es, permiten fundamentar su
conducta y el ir en sus ilícitos de menos a más.
El Ministerio Público sostuvo que sin la declaración del acusado igualmente
puede ser condenado el acusado.
Por último, reiteró la pretensión punitiva contenida en la acusación.
En su alegato de clausura la Fiscalía refirió que, este juicio se ha tratado
por un lado de un joven de 20 años, estudiante de análisis de sistemas, con
buenas notas, deportista, sin necesidades económicas, inteligente y por otro, de
unas adolescentes, estudiantes, de 14 a 17 años, quienes un día determinado
transitaban solas, cerca de sus casa, en un lugar que les daba tranquilidad,
algunas con uniforme escolar, otras no. Agregó, que estos dos mundos se
juntaron por el planificar del acusado, quien las acometió, intimidó, las lesionó y las
agredió sexualmente. Indicó, que con este proceder el imputado transformó a
estas jóvenes en víctimas, provocándoles así un daño en su integridad física y
psicológica de carácter gravísimo. Explicó, que se le viene a la memoria la imagen
de un cazador, quien elige su presa, la busca hasta que la consigue y no cesa en
su objetivo hasta que obtiene su satisfacción, sin importar el daño que con ello
pueda provocar. Aseveró, que de esto se ha tratado el presente juicio, en el cual
se ha podido advertir que las víctimas han mantenido una fortaleza que se
mantenido incólume desde que se cometieron los hechos en el año 2008 hasta el
día de hoy. Sostuvo, que por sus
relatos y demás probanzas han logrado
acreditar todos y cada uno de los hechos contenido en la acusación formulada en
contra del imputado Jesús López
Respecto del hecho N ° 1, señaló que María José, 17 años, fue clara y
precisa en expresar que el imputado la tomó por atrás, le puso un cuchillo en el
cuello -ya que explicó que vio dicho elemento- le exigió que le entregara su MP4,
petición a la cual accedió, añadiendo que al darse vuelta, este sujeto la obligó a
realizarle sexo oral, para posteriormente eyacular en su boca y compelerla a que
se tragara el semen y bajara sus pantaletas, oportunidad en que le tocó sus
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genitales, le introdujo los dedos en la vagina y la penetró analmente. Agregó, que
la menor expresó en audiencia que esta última conducta del acusado, le dolió,
unido a que además sintió algo mojado en su parte trasera y que pensó que era
semen. Indicó, que esta declaración fue confirmada por su tía la señora Estrella y
su madre la señora Marisol, quienes contaron lo que su hija y sobrina les
manifestó con ocasión de la experiencia vivida. Puntualizó, que ellas depusieron
que la niña se provocaba vómitos por el asco que le produjo la agresión y el
haberse tragado el semen. Acotó, que el calzón de la víctima tenía en su parte
trasera semen, el cual concordó con absoluta seguridad con el ADN del imputado,
según lo aseguró en juicio la perito Marjorie Vallefin.
Agregó, que la víctima reconoció al acusado en audiencia y en un set
fotográfico ante la Fiscalía. Expresó, que se contó también con la declaración del
doctor Acosta, quien señaló específicamente, que las lesiones que tenía la víctima
a nivel anal, a las 12 y 13 del reloj, además de las lesiones vaginales, fueron
concordantes con la declaración de la víctima.
Indicó, que de esta forma nos encontramos frente a un ilícito de robo y un
delito de violación, esto es, un robo calificado.
En cuanto al hecho N ° 2, aseveró que se trata de Carla, menor de 14 años,
quien caminaba hacia su casa, para luego el imputado tomarla por atrás, colocarle
un objeto punzante, exigirle mediante intimidación la entrega de su celular,
petición a la cual la víctima accede, para luego decirle “ahora me vas a correr una
paja”, oportunidad en que este sujeto se bajó los pantalones y los calzoncillos.
Precisó, que en ese instante la víctima obligada tocó con su mano el pene del
imputado, el que estaba erecto, configurándose de esta forma el acto de
connotación y relevancia sexual, que provocó la eyaculación del imputado en el
lugar de ocurrencia de los hechos. Afirmó, que este fue el relato de la afectada,
quien además agregó que el acusado le provocó lesiones en su cuello,
circunstancia acreditada por las fotografías incorporadas a juicio y además según
lo depuesto por el funcionario Álvarez. Puntualizó, que la niña identificó al
imputado en audiencia y en un reconocimiento efectuado en la Fiscalía. Señaló,
que además el celular de la víctima fue encontrado en el domicilio del acusado,
aplicándose a su respecto la presunción del artículo 454 del Código Penal,
circunstancia acreditada por lo depuesto en juicio por el padre de la afectada y el
funcionario Álvarez. Recordó, que desde el inicio de la investigación la víctima al
igual que la de los otros hechos dio las características físicas del acusado,
repitiéndose en todas ellas sus ojos fríos.
Indicó, que de esta forma se encuentra acreditado el delito de robo con
intimidación y el de abuso sexual violento.
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En cuanto al hecho N ° 3, depuso que la afectada fue Gabriela, de 18 años,
quien refirió que fue abordada por detrás por un sujeto, quien le puso un objeto
punzante en su cuello, la obligó a arrodillarse, sacó su pene, se lo colocó en la
cara para que ella le hiciera sexo oral. Precisó, que de esta manera se logró el
contacto corporal con del pene del acusado con la oreja y parte de la mejilla de la
víctima, unido a que el imputado se masturbó frente a ella. Puntualizó, que el
relato de la víctima se encuentra confirmado por lo depuesto en juicio por su
padre. Agregó, que la víctima reconoció al acusado en la audiencia y en la
Fiscalía, estando segura de esta sindicación, toda vez que había participado en
otra diligencia de esta índole, en la cual no reconoció a nadie. Recordó, que la
afectada dio desde el inicio de la investigación características del imputado, tales
como la forma de su rostro, pómulos salientes, altura, entre otras.
Indicó, que los hechos antes referidos configuran el delito de abuso sexual
violento.
Respecto al hecho N ° 4, señaló que la víctima fue Catalina, de 17 años,
quien fue clara en manifestar que cerca de las 18 horas, en circunstancias que
caminaba en dirección a la casa de su padre, por la espalda, un sujeto se le tiró
encima, la inmovilizó, le tocó con su mano por debajo de su ropa, todo su cuerpo,
sus pechos, sus glúteos para luego exigirle la entrega de su celular, mientras le
mostraba el pene con gestos para que le practicara sexo oral, pero ella se resistió.
Aseveró, que la afectada dijo haber visto el rostro de su agresor en diversas
oportunidades, describiendo perfectamente sus características físicas, esto es,
altura 1.70 metros, cara redondeada, pómulos salientes, ojos profundos, mirada
fría, vestido como skater. Precisó, que la afectada reconoció en la audiencia de
juicio oral y en la Fiscalía al acusado. Refirió, que además el relato de la víctima se
encuentra confirmado por su madre doña Alexandra y por doña Joanna Pino,
Carabinero que recibió la denuncia.
Refirió, que los hechos antes relatados configuran los delitos de abuso
sexual violento y robo con intimidación.
En cuanto al hecho N ° 5, expresó que la víctima es de nombre Paula, de
17 años de edad. Agregó, que el funcionario Pinto Sánchez dio cuenta de la
denuncia del delito de robo con intimidación, esto es, que el sujeto la abordó por
detrás, le puso un cuchillo y le exigió que le entregara su celular. Agregó, que el
celular de la afectada fue encontrado en el domicilio del imputado, según lo
depuesto en juicio por el funcionario Álvarez, quien hizo entrega de la referida
especie a la víctima, la que lo reconoció, aplicándose a su respecto la presunción
del artículo 454. Puntualizó, que además el acusado reconoció su participación en
estos hechos.
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Aseveró, que los hechos antes descritos configuran el delito de robo con
intimidación.
Por último, en lo que dice relación al hecho N ° 6, manifestó que la víctima
de nombre Mariela, de 17 años, en forma clara y precisa depuso que este sujeto la
tomó por atrás, le puso un cuchillo en su cuello y le exigió que le entregara su
celular, petición a la que la afectada accedió. Puntualizó, que la víctima vio bien el
rostro de este sujeto, describió sus pómulos, que era moreno, su estatura, color de
la piel, ojos, mirada profunda y fría. Recordó, que además la afectada reconoció al
acusado en la audiencia de juicio oral y en la Fiscalía. Precisó, que se encontró el
celular de la víctima en el domicilio del imputado, aplicándose a su respecto la
presunción antes señalada. Agregó, que su relato es confirmado por su madre
doña Irene y su nana Elvira.
Afirmó, que estos hechos configuran el delito de robo con intimidación.
Concluyó, que todos estos antecedentes han acreditado los hechos y la
participación del imputado y el daño provocado a las víctimas, respecto de delitos
de extrema gravedad, que no sólo atentan contra la integridad física, sino también
sexual, en la mayoría de los casos de niñas menores de edad, quienes en la
tranquilidad de su hogar fueron asaltadas y agredidas sexualmente, lo cual
también debe ser considerado a efectos de aplicar el artículo 69 del Código Penal.
Expresó, que estas pruebas más las otras probanzas rendidas durante las
audiencias de juicio oral, tales como las declaraciones de los funcionarios
policiales, en cuanto a la forma en que se determinó la identidad del autor de los
hechos.
Recordó, que el actuar del acusado iba en escalada, de menos a más. El
delito del 29 de febrero a las 14 horas, el del 16 de abril a las 14 horas, el del 22
de abril a las 17 horas, el 22 de mayo a las 15.30 horas, pero ya los dos últimos, el
29 de mayo y el 29 de junio, empiezan a ser a las 19 horas, acercándose a su
domicilio, lo que significa una mayor sensación de impunidad, de seguridad y un
mayor control de sus acciones. Aseveró, que aquí vuelve la imagen del cazador, lo
que da cuenta de la peligrosidad del sujeto, fundándose de esta forma la pena
solicitada por el Ministerio Público, debido a la reiteración de los ilícitos,
aplicándose el artículo 351 del Código Procesal Penal. Afirmó, que la peligrosidad
del acusado, se encuentra fundada en las declaraciones de los peritos psicólogos,
quienes les hicieron los respectivos exámenes.
Puntualizó, que además la peligrosidad del imputado se ve primero en la
planificación de su actuar, esto es, escoge la hora, el lugar -calles y pasajes poco
transitados- y las víctimas, aprovecha que están distraídas y seguras. Además,
respecto del hecho N ° 3, el acusado dice que miró para todos lados, porque podía
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pasar alguien. Precisó, que el acusado en la mañana no atacaba, porque estaba
estudiando, pero sí lo hacía en su barrio, el que era un lugar conocido para él.
Agregó, que según la perito Claudette Oliva, el acusado va aumentando la
perfección de sus conductas delictivas, toda vez que terminó atacando en la
puerta de las casas de las víctimas, incluso al momento en que ellas sacaban las
llaves para abrir la puerta, situación que aconteció en el hecho N ° 1 y N ° 3.
Afirmó, que además la perito Oliva señaló que el imputado es capaz de
manipular para obtener un resultado, de reírse de la funcionaria de Libertad
Vigilada, de su psicólogo particular, de mentirle a su familia y a la personas que
representan autoridad, ya que él no demostraba nada que pudiera hacer dudar de
él. Recordó, que el acusado dijo al final de su declaración, si no me ayudan no sé
que voy hacer, lo que evidencia que no puede asumir su propia responsabilidad en
los hechos, sino lo que pretende es hacer responsable al Tribunal de su suerte.
En cuanto a las características de su personalidad los profesionales
psicólogos concluyeron que era emocionalmente frío, falta de empatía, sin
remordimientos, sin arrepentimiento, sin afecto, no es capaz de internacionalizar la
emoción. Refirió, que el relato del acusado es frío y plano, como si estuviera
leyendo algo tan simple como una receta de cocina, lo que demuestra que no es
capaz de aprender de su experiencia, por eso no se recomendó la libertad vigilada
en la primera causa que él tuvo en el sistema de la reforma procesal penal. Aclaró,
que el acusado entiende la norma, no robaba porque necesitaba, sino para
obtener su propia satisfacción, lo que sus propios términos definió como
adrenalina. Reiteró, que el hecho de robar y huir para no ser pillado, le produjo
excitación y placer al acusado, el que fue de menos a más. Agregó, que para el
imputado las víctimas son una cosa, ya que sólo les importa el placer que puede
obtener, corriéndose el riesgo de llegar al homicidio o a la tortura. Recordó, que en
el último hecho, le robó a la víctima, pero no contento con eso, la obligó a
practicarle sexo oral, la violó bucalmente, la obligó a tragarse el semen, pero no
contento con eso la penetró analmente, le metió los dedos en la vagina, debido a
que quería sentir más placer y de ocupar una posición de superioridad respecto de
la afectada, todo lo cual además revela el grado de peligrosidad del imputado.
Precisó, que los tres peritos son concordantes en expresar que estamos
frente a una persona narcisista y antisocial, con alteraciones al control de impulsos
en la sexualidad. Por su parte, la perito Oliva, señaló que según otras
clasificaciones el acusado sería un psicópata, pero no tendría ninguna patología
que afecte su imputabilidad, dado que tiene un juicio de realidad conservado.
Puntualizó, que a la misma conclusión arribaron los psicólogos Omar Gutiérrez quien leyó el informe del psiquiatra Jaime Valenzuela- y Digadier Rojas, al exponer
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que el acusado no presenta una patología mental, descartándose el trastorno de
control de impulsos, constatando una personalidad narcisista y antisocial con
alteración al control de impulsos respecto de la sexualidad, lo que justifica la
comisión de este tipo de ilícitos.
En síntesis manifestó, que se han probado más allá de toda duda razonable
los hechos de la acusación y la participación culpable del acusado en ellos.
Por último, reiteró su pretensión punitiva contenida en la acusación, esto es,
el presidio perpetuo calificado.
En su derecho a réplica la Fiscalía solicitó se rechace la aplicación de la
minorante prevista en el artículo 11 N ° 1 del Código Penal, en atención a que el
señor defensor ha confundido el concepto de trastorno mental con trastorno de la
personalidad.
Aseveró, que la imputabilidad disminuida debe analizarse a la luz del
artículo 10 N ° 1 del Código Penal, entendiéndose que “loco o demente” es quien
tiene un juicio de realidad alterado, situación que no se presenta respecto del
imputado. Agregó, que la psicóloga de Carabineros afirmó que lo que pudo
constatar en el acusado no constituye una patología que afecta su juicio de
realidad. Además, recordó que todos los peritos señalaron que el acusado tiene la
suficiente capacidad cognitiva y de discernimiento para distinguir entre lo correcto
e incorrecto. Precisó, que el perito Omar Gutiérrez depuso que no existía ningún
trastorno mental, que hiciera al acusado inimputable de manera relativa, unido a
que tampoco se probó que el trastorno de control de los impulsos fuera leve.
Sostuvo, que los peritos sólo se han limitado a indicar que el acusado tiene
una personalidad narcisista.
Aclaró, que el defensor acompañó una sentencia en la que se habla de
trastorno mental leve, pero en el presente caso no existe ninguna pericia que
acredite que estamos frente a una patología de esta índole. Puntualizó, que la
herida narcisista se provoca al momento en que el acusado fue descubierto y con
ello no logró cumplir su objetivo, situación que no tiene nada que ver con que
tenga una imputabilidad disminuida. Afirmó, que se trata de confundir la adrenalina
con el impulso, pero los testigos fueron claros en señalar que el acusado actúa de
manera planificada. Sostuvo, que al acusado lo motiva el impulso, “el ver a la
presa”, pero él puede controlarlo, según lo depuesto por los psicólogos. Indicó,
que la planificación se da al momento en que ve a la víctima y la decide atacar,
previo haberlas seguido varias cuadras, ocupando además para los efectos de
llevar a cabo la intimidación un elemento cortante.
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Ejemplificó, que el acusado puede ir a clases y no cometer delitos en el
centro donde concurre con amigos a jugar pool o en su establecimiento
educacional.
Reiteró, que el acusado lo único que quiere lograr es obtener una
excitación, un placer.
Por otro lado, en relación al hecho N ° 1 expresó, que el perito Acosta
señaló que las lesiones encontradas en el ano de la víctima son compatibles con
el relato de esta última. Citó al profesor Rodríguez, quien señala que basta que
exista un acceso parcial del pene en la zona anal, lo que se configuró en el
presente caso, toda vez que la introducción provocó una erosión en las paredes
del ano de la víctima.
Refirió, que en cuanto al reconocimiento existieron 18 fotografías, la víctima
lo reconoció en la primera imagen, a pesar de haber revisado todo el set, no
obstante ello recordó que existió la mentada prueba de ADN.
En cuanto a la vulneración de garantías del debido proceso, sostuvo que el
artículo 19 N ° 3 de la Constitución Política de la República, requiere que exista
una investigación racional y justa. Al respecto afirmó que él le dio con ocasión de
este proceso, una orden de investigar a la Policía de Investigaciones de Chile y
con motivo de ello la Fiscal Arancibia, les expresó que en una causa seguida por
ella, se encontraba incautado un calzoncillo de Jesús López Aguilar, otorgando la
respectiva autorización a fin de ser trasladado a la unidad policial. Indicó, que el
Ministerio Público es uno sólo, de manera tal que la Fiscal Arancibia estaba
facultada para dar dicha autorización. Recordó, que el calzoncillo fue incautado en
situación de flagrancia. Distinguió la incautación del comiso.
Sostuvo, que la intimidad afecta a las personas. En este orden de ideas se
preguntó dónde existe la intimidad del calzoncillo, remontándose como se ha
dicho, al origen de cómo se obtuvo esa prueba, esto es, en situación de flagrancia.
Indicó, que tampoco se ha vulnerado el artículo 19 N ° 24 de la Constitución
Política del Estado, dado que el calzoncillo estaba disponible para ser utilizado por
el acusado.
Precisó, que no se requería autorización de ningún tribunal, en los términos
del artículo 9 del Código Procesal Penal, dado que la referida especie era de la
Fiscalía.
Señaló, que la Fiscalía nunca desconoció que la víctima del hecho N ° 4 no
pudo señalar las características físicas del autor de los hechos. Insistió, en que no
se le puede pedir a la víctima que ante cada uno de los flashs que le van
surgiendo, concurra de manera inmediata a la Fiscalía. Recordó, que con
posterioridad la afectada ante ocho imputados reconoció al acusado, al igual que
12
en la audiencia de juicio oral. Afirmó, que en este caso nos encontramos ante un
reconocimiento certero.
Precisó, que este hecho ocurrió en el mes de febrero, lo que denota de
parte del acusado una reflexión en la comisión del ilícito. Además, puntualizó le da
credibilidad al testimonio de la afectada que el autor de los hechos haya estado
vestido de skate.
Concluyó, que en cada uno de los hechos reconocidos por el acusado y que
revisten una connotación sexual, él minimiza su actuar en dicha área. Es así,
como negó en el hecho N ° 1 haber penetrado analmente a la afectada; en el
hecho N ° 2 no reconoció la eyaculación; en el hecho N ° 3 no admitió el contacto
corporal, dado que refirió que ello fue producto del forcejeo.
Sin perjuicio de lo anterior, expresó que el Ministerio Público reconoce que
el imputado prestó declaración en la etapa de investigación y dio su
consentimiento para la obtención del isopado bucal.
De igual forma, solicitó se rechace la aplicación de la minorante de
responsabilidad penal prevista en el artículo 11 N ° 9 del Código Penal y su
consecuente calificación. Agregó, que no se puede además calificar la atenuante
con una doble argumentación.
Reiteró la argumentación de la supresión mental hipotética para los efectos
de solicitar sea rechazada la modificatoria de colaboración sustancial al
esclarecimiento de los hechos.
Por su parte, en su alegato de apertura el querellante Ministerio del
Interior manifestó, que los delitos que se le acusan al imputado atentan contra la
libertad e integridad sexual, aunado a que ellos revistieron el carácter de
reiterados, lo cual creó un justo temor en la ciudadanía que vive o reside en el
sector en que se cometieron los ilícitos. Agregó, que el acusado movía su actuar
en base a la adrenalina.
Indicó, que el daño psicológico que produce este tipo de ilícitos es de
carácter irreparable.
Refirió, que el imputado manifestó en la etapa de investigación que él hace
lo que quiere. Aclaró, que la participación del acusado se encuentra acreditada,
sin requerir para ello la declaración del acusado.
Agregó, que el acusado tiene plena imputabilidad respecto de cada uno de
los hechos que se le imputan.
Reiteró la pretensión punitiva contenida en la acusación.
En su alegato de clausura el querellante Ministerio del Interior, indicó
que en el juicio que presenciamos tuvimos conocimiento de la declaración del
acusado por su relato frío y pormenorizado, en el cual reconoció cinco de los seis
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hechos, con la intención de colaborar con la investigación. Recordó, que con la
prueba del Ministerio Público esta colaboración escasamente se da. Afirmó, que el
acusado en la declaración prestada en juicio, no dijo las cosas como se las contó
a los psicólogos, de manera de impresionar al Tribunal como un joven educado,
bien vestido, tranquilo.
Precisó, que al relatar el hecho N ° 1, el acusado negó la violación anal, la
que de igual forma se encuentra acreditada con los medios de prueba rendidos en
el presente juicio oral.
Refirió, que muchas de las víctimas se vieron afectadas por los delitos
cometidos por el acusado, lo que le traerá numerosas consecuencias en su vida.
Indicó, que el acusado comenzó en una escalada su actuar delictivo,
primero hurtó, luego cometió los ilícitos de robo por sorpresa y finalmente el de
robo con violación. Se preguntó que vendrá después, dado que él busca sólo
obtener la sensación de adrenalina y con ello burlar el sistema.
Precisó, que los peritos que depusieron en este juicio permiten tener por
acreditado todos los hechos consignados en la acusación. Agregó, que el
imputado es indolente, pero capaz de planificar cada uno de los hechos, con una
doble vida, temerario, lo que se evidenciaba con el hecho de atacar a las víctimas
en las afueras de su casa.
Se preguntó, si el acusado al decir que necesita ayuda, será esto una más
de sus manipulaciones.
Indicó, que le resulta discordante pensar que el acusado dijo que robaba
sólo celulares y no los documentos de las afectadas para no producirle problemas,
con el hecho de cometer ilícitos que le dejaban grandes consecuencias en las
vidas de cada una de las víctimas.
Recordó, que el acusado tiene claro conocimiento de las consecuencias de
sus actos, dado que sabe que comete estos hechos para satisfacer su propio
placer. En este sentido, refirió que las personas son un medio para satisfacer su
propia adrenalina, unido a que se erotiza con la violencia y la agresión. Reiteró,
que el acusado y la psicóloga manifestaron en juicio que no sabían a dónde podía
llegar la conducta de López Aguilar.
Afirmó, que esta persona no tiene posibilidades de reinsertarse, dado que el
acusado tuvo un beneficio anterior, procedimiento en el cual engañó al psicólogo y
al Tribunal.
Reiteró la pretensión punitiva contenida en la acusación, debido al
desprecio que tiene este sujeto por las personas y el sistema.
En su derecho a réplica el querellante Ministerio del Interior, se opuso a
la solicitud de aplicación de la minorante prevista en el artículo 11 N ° 9 del Código
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Penal, utilizando para estos efectos el argumento de la supresión mental
hipotética. Agregó, que la colaboración del acusado no ha sido tal, dado que el
único objeto por el cual prestó declaración en juicio fue la de sensibilizar al
Tribunal.
De igual forma, en su alegato de apertura el querellante Centro de
Atención Integral a Víctimas de Delitos Violentos señaló, que la querella
presentada por su parte dice relación con aquella descrita en el hecho N ° 1.
Solicitó poner especial atención en el relato de la víctima, ya que ella deberá
volver a recordar y revivir lo que le correspondió sufrir en el año 2008. Indicó, que
la afectada con posterioridad a la ocurrencia del ilícito debió concurrir a diferentes
tratamientos y ayudas a fin de poder sobrellevar esta experiencia traumática.
Recordó, que la víctima ha sido consistente y coherente en su relato desde el
inicio de la investigación. Puntualizó, que la primera persona que recibió su
testimonio fue su tía, quien además depondrá en le presente juicio oral. Requirió,
especial atención en que la víctima logró efectuar el reconocimiento del afectado,
previo haber efectuado una descripción física del autor del hecho N ° 1.
Refirió, que el Tribunal en base a la prueba que se rendirá en el presente
juicio oral podrá lograr la convicción necesaria a fin de condenar al acusado,
consistente en pruebas biológicas, declaraciones y reconocimientos entre otros.
En su alegato de clausura el querellante Centro de Atención Integral a
Víctimas de Delitos Violentos, manifestó que en su alegato de apertura solicitó
se pusiera especial atención al relato de la víctima. Recordó, que lo depuesto por
la afectada es coherente desde el mismo minuto en que acontecieron los hechos en cuanto a la forma en que se produjo el delito- con lo demás elementos de
prueba concatenados a raíz de este relato hasta la audiencia del presente juicio
oral. Precisó, que la víctima nunca dudó respecto del reconocimiento del imputado.
Aclaró, que cuando le correspondió a la afectada participar en el reconocimiento
en rueda de detenidos de los Dominicos no reconoció a nadie y que sólo lo pudo
identificar en un set fotográfico y en la audiencia de juicio oral.
Por otro lado, refirió que se acreditó el robo del MP4, dado que la víctima
dio cuenta de la preexistencia de dicha especie.
Agregó, que además en el presente juicio se contó con la declaración del
ginecólogo del Servicio Médico Legal, quien depuso sobre las lesiones
constatadas a la víctima, lo que revela la inconsistencia de la declaración del
acusado, en cuanto se desvirtuó que no existió un roce de su pene con la zona
anal de la afectada. En segundo término, se descartó que no haya existido
introducción de los dedos del imputado en la zona de la vagina de la menor,
debido a los eritemas constatados por el profesional del Servicio Médico Legal.
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Indicó, que también declaró en este juicio la tía de la menor, quien incluso
aportó antecedentes respecto de la afectación que le provocó este hecho a su
sobrina.
Aseveró, que la menor expresó que este sujeto la amenazó con un cuchillo,
tipo navaja, unido a que le dijo que otro sujeto que estaba en el lugar la iba a
matar.
Afirmó, que posteriormente existieron diligencias que vinieron a confirmar y
dar mayor consistencia al relato de la víctima, constituidos por el primer
comparativo de ADN que se hizo respecto de la parte trasera del calzón que el día
de los hechos usó la víctima con un calzoncillo incautado en otra causa al
acusado.
Recordó, que la extensión del daño provocado a la víctima resulta relevante
respecto de las penas solicitadas al acusado.
Solicitó, al Tribunal declarar culpable al acusado y condenarlo por el hecho
signado como N ° 1.
En su derecho a réplica el querellante Centro de Atención Integral a
Víctimas de Delitos Violentos, expresó, que en cuanto a la imputabilidad
disminuida la defensa no aportó pruebas para acreditar dicha circunstancia
minorante. Agregó, que por otro lado existieron una serie de declaraciones que
entregaron elementos que permiten afirmar todo lo contrario. Puntualizó, que la
perito Oliva manifestó que no había un trastorno de control de impulsos, dado que
el acusado era capaz de planear sus actos, racionalizar sus conductas y las
dificultades que le surgían. Si a ello se le agregan una serie de conclusiones por
ejemplo la de Omar Gutiérrez, quien expuso que el acusado tenía un juicio de
realidad conservado. Aclaró, que los respectivos profesionales hablaron de
trastornos de personalidad, los cuales en ningún caso implican una imputabilidad
disminuida. Afirmó, que el acusado presenta un descontrol de impulsos, el que no
alcanza un nivel de trastorno. Recordó, que el perito Digadiel Rojas sostuvo que
en el acusado no advirtió problemas cognitivos.
Aseveró, que el no involucrar afectos permite facilitar la realización de las
conductas y su reiteración, dado que más claras las emociones, más claro el plan.
Agregó, que sólo existe respecto del perito Digadiel Rojas, una afirmación
de que fuere posible evaluar un trastorno de control de impulsos, pero aclaró que
ello no fue concluido por ningún profesional.
Concluyó, que no se acreditó la posibilidad de una imputabilidad disminuida
de parte del acusado, dado que nos encontramos frente a una persona que no
tiene problemas cognitivos de comprensión de las normas y las consecuencias
que tiene su transgresión.
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En cuanto a la aplicación del artículo 11 N ° 9 del Código Penal, afirmó que
la defensa buscar confundir el nivel de colaboración que presenta el acusado.
Ejemplificó, que el perito Acosta señaló que las lesiones presentadas por la
afectada son compatibles con la introducción del pene. Recordó, que la víctima
incluso dijo que la penetración fue anal, porque sintió “mojado su potito”, unido a
que además manifestó que el agresor le introdujo los dedos en la zona de la
vagina, circunstancias desconocidas por el acusado.
Solicitó efectuar una supresión mental hipotética respecto de la declaración
del acusado, dado que de igual forma se podría haber acreditado el hecho signado
como N ° 1. Afirmó, que el acusado sólo se situó en el lugar de los hechos, de
forma tal que su colaboración no configura el artículo 11 N ° 9 del Código Penal y
su consecuente calificación.
Por último, reiteró que la penetración anal es un elemento que implica un
mayor disvalor de la conducta y en ese sentido se diferencia de la versión dada
por el acusado en juicio.
En su alegato de apertura el querellante I. Municipalidad de Las
Condes efectuó una lectura de los hechos contenidos en la acusación, en los
cuales advirtió el mismo modus operandi del imputado, esto es, atacar por
sorpresa a las víctimas que se encuentran solas o desamparadas, utilizando la
violencia o la intimidación y en algunos casos la agresión sexual, lo que implicó
atentar contra bienes jurídicos de extrema relevancia.
Precisó, que el delito más grave fue el ocurrido el día 9 de junio de 2008.
En su alegato de clausura el querellante I. Municipalidad de Las
Condes, señaló que se acreditó más allá de toda duda razonable la participación
del acusado en los seis hechos en los cuales fue acusado.
Respecto del hecho N ° 1, refirió que existió un cúmulo de antecedentes
para acreditar el delito de que fue víctima María José, constituidos por el relato de
esta última, el de su tía, su madre y del médico legista que constató las lesiones
anales presentadas por la afectada.
Agregó, que los funcionarios de la Brigada de Delitos Sexuales, expresaron
la forma en que se logró la identificación del autor de estos hechos.
Indicó, que los peritos químicos declararon como coincidían las muestras de
ADN del sitio del suceso con las del acusado.
Concluyó, que a raíz de todas las probanzas rendidas en el presente juicio
oral, se acreditó el delito de robo con violación, rechazándose en este caso la
configuración de la minorante contemplada en el artículo 11 N ° 9 del Código
Penal.
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En cuanto al hecho N ° 2, manifestó que ésta fue la menor de las víctimas,
quien declaró en forma dramática y coherente como fue atacada por detrás, la
forma en que este sujeto le sustrajo su celular, la obligó a masturbarlo, para luego
eyacular en el lugar. Recordó, que esta afectada dio características físicas del
autor de los hechos, a quien reconoció en la Fiscalía y en este juicio oral. Explicó,
la forma en que la afectada fue obligada a masturbar al acusado.
Recordó, que el celular de la afectada fue encontrado en la casa del
acusado.
Refirió, que además declaró en este juicio el padre de la menor, quien
ratificó lo depuesto por su hija y el subinspector Álvarez, el que acompañó a la
víctima en diferentes diligencias de la etapa de investigación.
De esta forma, alegó que se encuentran acreditados los delitos de robo
con intimidación y abuso sexual.
Respecto al hecho N ° 3, cuya víctima tenía 18 años de edad, quien
expresó que el día de los hechos el acusado le pidió cigarros, la obligó a
arrodillarse y le tocó con su pene la mejilla, para luego masturbarse frente a ella.
Señaló, que lo vio dos veces, al momento en que la seguía y cuando le pidió
cigarros. Dio sus características físicas para posteriormente reconocerlo en la
etapa de investigación y en el presente juicio oral. Declaró su padre en los mismos
términos que la afectada. Ratificó, que su hija le contó que el acusado siempre
tuvo el cuchillo en su mano.
En relación al hecho N ° 4, víctima de 17 años de edad, manifestó que
corresponde al primer delito que cometió el acusado, quien en dicha oportunidad
tiró a la víctima encima de unos matorrales, le bajó la cabeza con la clara intención
que se le practicara sexo oral, para luego tocar todo su cuerpo. Recordó, que la
víctima dijo que este sujeto vestía tipo skate, a quien además reconoció en la
etapa de investigación y en el presente juicio oral. Indicó, que también declaró su
madre, ratificando la versión de su hija.
Afirmó, que en relación a este hecho se requiere contar con la declaración
del perito planimetrista Benavides, quien refirió que el acusado cometió el primer
delito más lejos de su casa, motivo por el cual se explica que utilizó la bicicleta.
Afirmó, que dado que este imputado es capaz de planificar, aprendió de este
hecho y luego cometió los otros ilícitos en calles menos transitadas.
En cuanto al hecho N ° 5, reconoció que es el delito con menor probanza,
ya que sólo declaró un funcionario policial, quien depuso sobre los dichos de la
víctima, incluyendo las características físicas del autor de los hechos, unido a que
el celular sustraído fue encontrado en el domicilio del acusado.
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En lo relativo al hecho N ° 6, precisó que la víctima es de 17 años de edad,
a quien la atacaron por detrás, le pusieron un cuchillo en su cuello, le sustrajeron
su celular, el que fue encontrado posteriormente en el domicilio del acusado.
Señaló, que la afectada dio las características físicas del acusado y dijo que al
verlo le dio dolor de estómago. Asimismo ratificaron su declaración su madre y su
nana.
Reiteró, que toda la prueba rendida en el presente juicio oral fue tan
contundente, que si el imputado hubiese guardado silencio de igual forma se
habrían acreditados los hechos de la acusación.
Explicó, que estos hechos producirán traumas futuros para las víctimas,
dado que se afectó su libertad e indemnidad sexual.
Concluyó, que los delitos cometidos por el acusado son de la máxima
gravedad, dada la reiteración de ilícitos de la misma especie, razones que
justifican la pretensión punitiva contenida en la acusación.
Asimismo, en su derecho a réplica el querellante I. Municipalidad de Las
Condes, sostuvo que no concurre la minorante prevista en el artículo 11 N ° 1 del
Código Penal, dado que si la tesis de la defensa era que el imputado tenía
imputabilidad disminuida debió acreditar dicha circunstancia. Además, refirió que
en la causa anterior que el acusado tenía en la reforma procesal penal, no se
formuló dicha alegación. La jurisprudencia citada por el defensor, apuntó a una
persona que tenía retardo mental leve. Recordó, que los psicólogos que
depusieron en este juicio dijeron que el acusado tenía una capacidad normal,
superior. Además, la perito Oliva refirió en sus conclusiones que el imputado tiene
rasgos narcisistas, los que no afectan su juicio de realidad. Por su parte, el perito
Digadiel Rojas afirmó que tiene una personalidad narcisista, donde se advierten
elementos antisociales, unido a que puede discriminar conductas sancionadas
socialmente de las que no lo son. Aseveró, que los peritos estuvieron contestes en
señalar que el acusado es plenamente imputable.
En cuanto al hecho N ° 1, se adhirió a lo planteado por el Ministerio Público.
Agregó, que la funcionario policial que depuso en este juicio explicó que se le
exhibieron a la afectada dos fotografías del acusado con si expansor de su oreja,
lo que no implica inducción en el reconocimiento.
En cuanto a la vulneración de las garantías constitucionales, se adhirió a lo
expresado por el señor Fiscal. Precisó, que el derecho de propiedad lo tenía el
acusado respecto de su calzoncillo, pero no su custodia. Afirmó, que tampoco se
vio afectado su derecho a la intimidad si se periciaba dicha especie. Insistió, que si
el calzoncillo estaba en la Fiscalía Centro Norte, no se requería autorización
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judicial, ni tampoco del Fiscal Pinto, para ser periciado, bastaba con la venia de la
Fiscal Arancibia, ya que el Ministerio Público es uno sólo.
En cuanto al hecho N ° 4, indicó que la víctima refirió las características de
vestimenta del acusado y lo concreto es que cuando ella fue a la Fiscalía dijo que
lo reconocía por su mirada fría y por la forma de la cara, lo que incluye los
pómulos sobresalientes. Señaló, que el defensor expresó que no existe ganancia
lógica del acusado en negar estos hechos. Explicó que ello tiene su justificación,
dado que se trata de separar este hecho con haber sido condenado en el mes de
diciembre del año anterior, en calidad de autor de dos delitos de abuso sexual.
Agregó, que en este caso el acusado utilizó una bicicleta, dado que quedaba más
lejos de su hogar, pero después corrigió este actuar y comenzó a cometer delitos
más cerca de su casa.
Por último, se opuso a la concesión y a la calificación de la minorante del
artículo 11 N ° 9 del Código Penal.
Segundo: Defensa. Durante su alegato de apertura, la defensa del
acusado indicó, que en este juicio se conocerán seis hechos, en los cuales en
opinión del ente persecutor tendría participación su representado. Se preguntó
cómo será la forma en que conoceremos estos hechos, dado que recordó
existieron dos sospechosos en un mismos ámbito geográfico e igual periodo.
Indicó, que existen dos investigaciones, una referida a esta causa y otra que fue
efectuada con antelación respecto de ilícitos de similar naturaleza. Agregó, que
estas investigaciones permitieron efectuar la primera interrogante, relativa a cuál
es el reconocimiento correcto. Explicó, que estas dudas se disiparon al momento
en que el acusado prestó declaración. De esta forma, a través de la declaración
del imputado se logró determinar su participación en los hechos.
Por otro lado, manifestó que lo anterior se encuentra confirmado por el
testigo de la defensa, quien fue acusado por hechos ocurridos en forma coetánea
a la presente investigación, según se ha expuesto con antelación.
Nuevamente se cuestionó, si Jesús López negó los hechos o le implicó
responsabilidad al testigo presentado por la defensa, la respuesta ante ello es
negativa, toda vez que el acusado reconoció su participación en los hechos.
En cuanto a las diligencias investigativas, señaló que una de las pruebas
importantes serán las pericias psicológicas efectuadas al acusado, en las cuales
se concluye la imputabilidad de su representado y las motivaciones que tuvo en su
actuar. Puntualizó, que lo anterior se efectuó en base a la entrevista clínica
efectuada al acusado, en la cual éste renunció a su derecho a guardar silencio.
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Reconoció, que este Tribunal con cierto grado de certeza podrá dictar una
sentencia condenatoria, respecto de la cual alegarán la concurrencia de
circunstancias modificatorias de responsabilidad penal.
Por su parte, en su alegato de clausura se preguntó, qué estamos
juzgando en esta causa, para dar esa respuesta hay que ir sobre los puntos que
se pudieron apreciar en el juicio, primero, los hechos, delitos específicos, que
ocurrieron en la comuna de Las Condes.
En relación a esta primera interrogante se preguntó qué ocurrió en cada
uno de estos hechos, qué características, qué diligencias y cuáles fueron los
procedimientos que se adoptaron, si se les dio protección a las víctimas, quien y
por qué cometió estos hechos.
A juicio de la Defensa para dar una respuesta a estos hechos, esto es, el
por qué ocurren, va unido a una respuesta psicológica, de manera tal que
planteará como primer tema que estamos frente a una imputabilidad disminuida
por parte del acusado. En este orden de ideas refirió, que hablará sobre lo que
aportó la prueba, de la cual colige una ausencia de una enfermedad mental de
base, que existen trastornos de personalidad en los cuales se advirtió un
descontrol de los impulsos, la forma en que opera este último, cerrando con la cita
de jurisprudencia que avala esta idea planteada por él.
Agregó, que después como gran tema, se referirá a la condena de los
hechos N ° 1, 2, 3, 5 y 6, los que tratará en un mismo punto, para luego referirse a
un tema que ha titulado, una pequeña imagen o bien la absolución que solicitará
del hecho N ° 4.
Señaló, que en cuanto a la imputabilidad disminuida, se acreditó que su
representado carece de una enfermedad mental, dado que no tiene una patología
que implique una abolición total de su conciencia, ni que lo inhabilite en términos
de no poder comprender su entorno, la realidad, las normas de conducta y la
posibilidad de autodeterminarse en base al conocimiento. Sostuvo dicha
conclusión a pesar de que no hubo prueba pericial de psiquiatría forense en este
sentido. Reiteró, que con una base cierta su representado carece de una
enfermedad mental que lo prive del todo de su comprensión volitiva, acreditándose
por otro lado, que sí presenta trastornos de la personalidad.
Precisó, que estos trastornos de la personalidad, se acreditaron por medio
de la declaración de la perito Oliva del Labocar, quien expresó que el periciado
tiene un trastorno de personalidad grave, dado que presenta rasgos narcisistas,
egocéntricos y antisociales. Luego expresó, que la profesional depuso que estos
trastornos se manifestaron a través de la seducción, atendido que el acusado
siempre hizo lo que quiso, fue hijo preferido, engañó al oficial de libertad vigilada y
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a las personas en general. Precisó, que incluso el imputado le manifestó a la perito
Oliva cómo, en su concepto, podía tener este poder para engañar al psicólogo y a
la gente y plantearse en términos de una superioridad de inteligencia con el resto
de la gente y que sentía satisfacción al poder observar que podía o creía tener
esta suerte de supremacía. Además, le refirió como segundo elemento o
manifestación de este trastorno, que la víctima es un medio específico para sentir
adrenalina, incluso dejando a un lado el aspecto sexual, dado que la víctima no es
un objeto para excitarse, sino para sentir una descarga de adrenalina. También
sostuvo como tercera manifestación de este trastorno, que la profesional señaló
que él disfrutaba con estos desafíos que le planteaba el hecho de las acciones
que emprendía, en su concepto ella depuso que hay una idea narcisista tan
patológica que lo puede llevar incluso a cometer suicidio con la finalidad de
demostrar que seguía teniendo el poder. Aclaró, que por muy lógica que sea la
explicación de la psicóloga, se debe concluir que no es una situación de
normalidad que una persona pretenda atentar contra su vida.
Sostuvo, que además se fundamenta este trastorno, en las expresiones
utilizadas por la perito al manifestar que él no tiene la capacidad emocional de ver
y de sentir a las víctimas, que ellas son medios, un dato para su representado.
Sobre este punto también señaló que puede actuar, engañar, manipular,
indicando que podría tener una personalidad histriónica, pero que sin embargo,
prefería hablar el que ella observó, esto es, el trastorno narcisista.
Afirmó, que estos hallazgos son refrendados por el perito psicólogo Digadiel
Rojas, quien habló de un impulso en Jesús López, el que se tiende arrancar y lo
actúa, ya que la erotización surge en el momento, de manera espontánea. Indicó,
que además este profesional puntualizó que su representado en general tiene un
funcionamiento impulsivo, lo que lleva al otro título de su exposición, esto es, al
factor común a los trastornos, el control de los impulsos. Precisó, que la psicóloga
Oliva, depuso que el acusado al hacer uno racconto de sus primeros asaltos,
refirió haberse tentado con un celular, tomó la decisión de sustraerlo por sorpresa,
pero la víctima lo guardó y en ese momento le nació un impulso que le dictó que la
intimidó para obtener de todas maneras lo que quería. En este sentido, por lo que
se le pudo escuchar a la psicóloga, esta persona no está sentada en su casa
planificando lo que va a hacer, sino que en el momento le surgen los impulsos, lo
que constituye una constante en su historia vital. Agregó, que la psicóloga definió
el impulso como un despliegue interno de una energía destinada a obtener un
elemento que sacie la necesidad de la persona, el que tiene que ver con una
carencia previa de la que el sujeto no es consciente. Puntualizó, que las
22
necesidades son primitivas y se manifiestan en estos comportamientos que
sobrepasan la capacidad de las personas para manejarlas.
Expresó, que como segundo punto la psicóloga señaló que en Jesús López,
no obstante esto, existe impulso y planificación, descartó de plano que el impulso
sea total, que haya una abolición total de la voluntad, porque de ser así, le
vendrían estas ansias de cometer estos delitos en cualquier lugar. De esta forma,
agregó que la profesional indicó que este impulso le viene al acusado en ciertos
ámbitos, cerca de su casa, en ciertas horas, por lo tanto, no es un “impulso”
irrefrenable y que lo gobierne todo.
Aseveró, que como tercer punto dijo que el periciado le reconoció que estos
impulsos y que su carrera delictual iba aumentando en su intensidad, dado que
comenzó con los hurtos y terminó con el robo con violación, justificado en el grado
de placer que le generan la comisión de delitos más graves. Explicó, en este
contexto que el primer ataque sexual a una mujer fue motivo de un impulso, dado
que no hubo planeación previa.
Manifestó, que una vez sentados estos hechos que se obtienen de la
observación de la prueba, se refirió a su teoría, esto es, al trastorno de control de
los impulsos. Recordó, que la psicóloga dijo que la característica esencial de este
trastorno es la dificultad de resistir un impulso, es una tentación de llevar a cabo
un acto perjudicial para una persona o para los demás. Asimismo, indicó que el
perito Digadiel Rojas explicó que los criterios clínicos que se pueden observar en
este tipo de trastorno son un fracaso en resistir un impulso peligroso, una tensión
o ansiedad reciente y un placer o alivio al realizar el acto. Precisó, en mayor o
menor medida, todos estos criterios pudieron ser observados en la conducta
previa, durante y posterior del periciado.
Explicó, que pueden existir dos tipos de consecuencias para el derecho, un
trastorno de control de los impulsos de una entidad o de una extensión tan grave
que sea totalmente inimputable, por carecer de control volitivo, que no es el caso
de Jesús López por lo ya referido. Precisó, que sin embargo, existe otra forma de
observar este fenómeno psicológico, en que la persona si bien tiene cierto control
y percepción de la realidad, todos sus actos han estado determinados, al menos
en parte importante, por este trastorno de personalidad. Fundamentó, lo anterior
en los síntomas que se observaron en el acusado, concomitantes al trastorno del
control de los impulsos. Insistió, en analizar los antecedentes psicológicos de
todos estos hechos, los que parecen irracionales, sin sentido, inconducentes,
pobremente planificados. Afirmó, que el acusado es un muchacho que sale a
andar en skate fuera de su casa, lo que él declara en este sentido es coherente
con lo depuesto por dos víctima, incluso con la prueba planimétrica, la que
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concluyó que estos hechos ocurrieron cerca de la casa de Jesús López. Ante ello
aseveró, que se puede responder psicológicamente a este tema, esta persona
salía a andar en skate cerca de su casa, a hacer sus actividades normales, ve a
estas personas y le nace el impulso, lo que evidencia que no hay una planificación
previa.
Admitió, que si bien es cierto no hay una abolición total de sus funciones
volitivas, que fundamente la inimputabilidad absoluta del acusado, su actuar debe
encuadrarse dentro de los términos de la inimputabilidad disminuida.
Agregó, que a esto hay que darle una respuesta jurídica a la luz de lo
dispuesto en el artículo 10 N ° 1 en relación con el 11 N ° 1 del Código Penal, el
que exige que se acredite al menos un compromiso importante de las facultades
ligadas al conocer y querer y a la capacidad de autodeterminación conforme a ese
conocimiento y compresión. Aclaró, que el estándar de prueba no es que se
acredite una enajenación mental o patologías mentales que eliminan todo
raciocinio, sino que lo que se requiere configurar es un compromiso en cualquiera
área de la mente o de la psiquis de una persona. Recordó, que respecto de su
representado la perito del Labocar y del Servicio Médico Legal -Digadiel Rojasreconocieron que existían trastornos de personalidad grave, los que implican un
compromiso importante de las facultades ligadas al conocer y querer en la
capacidad de autodeterminarse conforme a ese querer y comprender. En apoyo
de lo expuesto, cita y deja ad effectum vivendi, un fallo de la Corte Suprema, Rol
3100-2003, 29 de septiembre del 2003, del que cita lo importante, “con el mérito
del peritaje psiquiátrico, en que concluye que el encartado presenta una
personalidad con rasgos acentuados de inmadurez y un retardo mental leve,
determinan una disminución del control volitivo de los actos, por lo que se
considera que la imputabilidad está levemente disminuida desde un punto de vista
médico legal, se configura en su favor la atenuante del artículo 10 N ° 1 en
relación al artículo 11 N ° 1 ambos del Código Penal”. Expresó, que este fallo es
importante porque se sienta este principio que no sólo por enajenación mental se
puede llegar a esta determinación, sino que por la información aportada por los
psicólogos sabemos que la inmadurez y el retardo mental leve son trastornos de
personalidad medibles y cuantificables como el trastorno narcisista de control de
los impulsos o cualquier otro, los que sin lugar a dudas no son una patología
mental. Reiteró, que lo que hace este fallo es reconocer este correcto criterio tanto
doctrinario como jurisprudencial, el que requiere acreditar un compromiso psíquico
y no la patología mental que anule la conciencia absolutamente.
Alegó, en cuanto al hecho N ° 1, hay que buscar un somero análisis de la
prueba de cargo de manera correcta a la luz, también de lo que declaró su
24
representado. En este sentido, pidió al tribunal que realice una correcta
ponderación de los elementos de prueba en relación a la violación, dado que el
Ministerio Público sostuvo que existió una penetración anal. A este respecto
sostuvo que el perito Costa señaló que la afectada presentaba lesiones erosivas
superficiales a nivel de la mucosa del canal anal y en lo demás su esfínter se
encontraba normal y conservado. Sin embargo, recordó que este profesional
expresó que constató las lesiones superficiales, pero por otro lado admitió que
existían otras más profundas, conocidas técnicamente como desgarros, rotura con
compromiso tejido mucoso que rodea el canal anal. Precisó, que estos desgarros
son compatibles con una penetración anal sin lubricar, además dijo que el ano no
estaba diseñado para mantener relaciones sexuales, a diferencia de la vagina que
tiene un mecanismo propio de lubricación, por lo tanto en razón de aquello es que
son más dable en el ano. Por estas conclusiones del perito y por las declaraciones
de la víctima, quien manifestó que esto fue breve, unido a la declaración de su
representado, afirmó que este último no tuvo el tiempo para realizar una
penetración anal, es que cree que no hay prueba concluyente que indique que
ocurrió un acceso de este tipo. A pesar de ello reconoció que para efectos
jurídicos lo que acaba de decir resulta irrelevante, porque de todas formas su
representado reconoció haber accedido carnalmente por vía bucal a la víctima,
con intenciones sexuales, lo que de igual forma configura el delito de violación.
Solicitó, que se pondere y observe la prueba en su real dimensión.
Respecto del reconocimiento fotográfico del hecho N ° 1, a su juicio,
adolece de serias faltas al protocolo mínimo que debe tener dicha prueba, pues se
le exhibió a la víctima un set de 19 fotos, dos de ellas de Jesús López. Indicó, que
en relación a este punto depuso Romina Lagos, quien declaró que se le incluyeron
dos fotos de Jesús López, una de frente sin el orificio en el lóbulo de la oreja y
otra de lado que lo mostraba de frente. En su opinión este es un reconocimiento
inducido y como tal debe ser ponderado por el tribunal.
Requirió, que no se valore el bóxer que se perició, por adolecer de
inobservancia a las garantías constitucionales. Fundamentó su petición en la
declaraciones de los funcionarios policiales Grimalt, Croker y Álvarez, quienes
señalaron que la autorización para obtener este calzoncillo se la pidieron a la
Fiscal que no estaba investigando este hecho, la que tampoco era de la misma
jurisdicción que el titular de esta causa. Agregó, que la químico Báez que perició
dicha prenda, indicó que en la cadena de custodia que se le exhibió, pudo
constatar que de la Fiscalía Centro Norte pasó a la Brixeme donde ella se
desempeña, de lo que se puede inferir que los policías, siguiendo su olfato,
investigaron y actuaron autónomamente. Precisó, la Fiscal que autorizó la entrega
25
de dicha prenda no condujo la investigación por este delito, unido a que la
sentencia anterior no llevó el comiso de la especie incautada y al no existir dicho
pronunciamiento el Estado no se hace dueño de la evidencia, por lo que ese bóxer
sigue siendo de su dueño Jesús López y su custodio la Fiscalía Centro Norte
hasta que aquél pidiera su devolución, no pudiendo entregárselo a terceros, entre
los cuales se encuentran los funcionarios policiales.
De esta forma, solicitó que dicha prueba no se valorizada por vulneración
de derechos constitucionales, esto es, la propiedad y la intimidad, atendido que
dicha especie fue obtenida sin autorización judicial, la que se requiere respecto de
un objeto no relacionado con el hecho investigado -artículo 215 del Código
Procesal PenalAseveró, que siguiendo la teoría del fruto del árbol envenenado, debe
también y consecuentemente caer el peritaje que realizó la perito Pamela Báez.
Afirmó, que esto puede ser discutido en esta instancia, de conformidad con lo
dispuesto en el artículo 295 del Código Procesal Penal. También ad effectum
vivendi, acompañó dos sentencia que tratan este tema, de fecha 12 de noviembre
del 2003 de la Corte de Apelaciones de La Serena y de fecha 14 de septiembre
del 2005 de la Corte Suprema Rol 3666-2005.
Sobre el hecho N ° 2, refirió que existió un reconocimiento por parte de la
víctima en dos momentos, en la Comisaría de Los Dominicos, donde no identificó
a Jesús López y en la Fiscalía, en la cual lo sindicó. Hizo presente que sobre este
hecho existe un reconocimiento claro y directo por parte de su representado de
cómo ocurrieron los hechos.
Respecto al hecho N ° 3, la víctima señaló que iba en skate, recuerda sus
pómulos sobresalientes, que sintió algo punzante, pero no vio un cuchillo. Precisó,
que dicha afectada no refirió la característica de los pómulos en la declaración
prestada en la Fiscalía. Afirmó, que en general las víctimas han sido locuaces en
el presente juicio oral, pero parcas en la etapa de investigación, espera que el
tribunal se haga cargo de este tema probatorio. Sin embargo, refirió que en este
hecho hay un reconocimiento claro y directo por parte de su representado.
En cuanto al hecho N ° 5, indicó que si bien existió un relato de su
representado, no se escuchó la versión de la víctima o de algún otro testigo
presencial, tampoco existieron evidencias físicas que lo vinculen con este hecho,
por lo que estará a la ponderación que sobre este hecho y su evidencia, realice el
tribunal de acuerdo al inciso final del artículo 340 del Código procesal Penal.
En relación al hecho N ° 6, la víctima fue concordante con la declaración de
Jesús López. Solicitó, que al momento de valorar la prueba de este hecho, se
recuerde que sobre este punto el Ministerio Público liberó a la testigo del
26
procedimiento policial Alarcón Caro, dado que estaba claro, lo que dijo la víctima y
su representado.
Afirmó, que común a todos estos hechos, es que no se acreditó prueba del
daño psicológico posterior a los hechos sufridos eventualmente por las afectadas,
situación a considerar a la luz de lo dispuesto en el artículo 69 del Código Penal,
no siendo suficiente lo que al respecto dijeron las víctimas en relación a
tratamientos psicológicos a los cuales debieron de asistir, más que sus propias
declaraciones.
En cuanto a la petición de absolución del hecho N ° 4, indicó que la víctima
expresó que “el 29 de febrero del 2008, la acomete una persona, la toca, la bota al
suelo, le agarra la cabeza por el pelo, se baja el cierre, le muestra el pene e
intenta acercárselo a su cara con intención de realizar sexo oral, toma su bicicleta
y huye, ella señala que en un minuto lo pudo mirar de perfil, no obstante dice que
se fijó en sus pómulos, le llama la atención su cara redondeada, su mirada fría”.
Agregó, que en la audiencia la víctima dijo que le vio la cara tres o cuatro veces, a
pesar de que la funcionaria Pino, quien le tomó la expresó que en ningún
momento la afectada le precisó cosas específicas del sujeto que la agredió.
Además, la víctima veinte días después al prestar declaración en la Fiscalía,
admitió no haber visto el rostro del autor de los hechos, de forma tal que afirmó
que no lo podía reconocer y que tampoco estaba en condiciones de hacer un
retrato hablado, dado que le dijo al Fiscal sólo tenía una pequeña imagen de la
persona de su agresor. Manifestó, que veinte días después de ocurrido el hecho
señaló que esta imagen era no sólo pequeña, sino inexistente, porque no se
acordaba. De esta forma, concluyó que existió un reconocimiento tardío, porque la
víctima contó que reconoció al imputado cinco meses después de ocurridos los
hechos, en la diligencia de reconocimiento en la Comisaría de Las Condes, por la
forma de cara, la tez y la estatura, unido a que los pómulos sólo los recordó en la
audiencia de juicio oral, a pesar de que no declaró estos rasgos en junio de 2008
al Fiscal ni a la policía, porque estaba muy choqueada, justificándose que con el
tiempo le vinieron flashes mentales que le hicieron recordar, de los cuales no hay
registro en la investigación.
Además, cotejó esta declaración con lo depuesto por la madre de la menor
afectada, quien expresó que su hija le contó después del reconocimiento que
reconoció a la persona que más se parecía.
Por otro lado, en cuanto al modus operandi, la víctima refirió que su agresor
fue violento, que la tocó por todas partes, que le tomó el pelo con fuerza y le
acercó de manera muy exaltada el pene a la cara, dijo que le daba la impresión de
estar drogado, unido a que le gritaba “huachita rica”. Además, la víctima no
27
manifestó que el agresor anduviera con cuchillo u otro elemento que le permitiera
intimidarla. Afirmó, que todo lo anterior permite establecer una diferencia con el
modus operandi relatado por las otras víctimas, que reconocieron claramente a su
representado, tales como que les puso algo filoso en el cuello, que andaba en
skate, la utilización del sigilo, que las sigue a corta distancia, las acomete por la
espalda. Aseveró, que en el hecho N ° 4, el autor las somete mediante la violencia,
no la intimidación verbal de la cual se sirve Jesús López, unido a que a este último
nunca se le vio drogado o ebrio, utilizando palabras groseras.
Precisó, además que el celular sustraído a la afectada del hecho N ° 4 no
fue encontrado en el domicilio del acusado.
Finalmente, refirió que su representado reconoció su participación en cinco
hechos, no obstante que uno careció de víctima, lo que deberá ser ponderado por
el tribunal.
Por último, en su derecho a réplica afirmó que en la clausura hizo alusión
al hecho de que su representado prestó declaración en la audiencia y durante el
desarrollo de la investigación, reconociendo endechas instancias los cinco hechos
a los que ha aludido con antelación. Precisó, que no sólo efectuó una aceptación
de los hechos en esos dos momentos, sino que también hay otros antecedentes,
primero, el policía Croker, dijo que cuando se detuvo a Jesús López aceptó que se
le practicara una fotografía de su rostro, de su cuerpo, luego también se tiene la
constancia que aceptó voluntariamente que se le tomara la muestra del isopado
bucal, lo que permitió que el Ministerio Público obtuviera una vinculación física y
científica entre su representado y la escena del hecho 1. Agregó, que por otro lado
un tema que es fundamental para la idea de la colaboración, consiste en el hecho
de que todo lo que se ha discutido sobre imputabilidad disminuida, cualesquiera
que sea la resolución que se toma, se debe gracias a que su representado dio una
declaración completa a cada uno de los psicólogos, a la perito Oliva, según ella lo
informó, se le habló del consentimiento informado, lo firmó y en tal sentido él
declaró no sólo de este hechos, sino de su vida y de ilícitos anteriores, por lo que
entiende que todas las conclusiones científicas alcanzadas por esta profesional y
por su parte, por el perito Digadiel Rojas, se deben al ánimo de su representado
de colaborar con la investigación, lo que se ha manifestado desde un inicio, lo que
permite configurar la minorante contemplada en el artículo 11 N ° 9 del Código
Penal, considerándose como muy calificada en los términos del artículo 68 bis del
Código Penal, porque quedó claramente acreditado por medio de la prueba de
cargo que esta investigación, desde el inicio, tuvo a dos personas susceptibles de
ser reconocidas por la víctimas, su representado y Francisco Azúa, ya que se
recibió la declaración de las víctimas, quienes señalaron que luego de verificarse
28
el último hecho, hecho N ° 1, son conducidas a la Comisaría Los Domínicos donde
se les exhibe a este segundo sujeto, que se relaciona con esta investigación,
porque al menos una de las afectadas de esta causa, en principio reconoció a esta
otra persona. Agregó, que lo concreto es que situándose en el tiempo, junio, julio
del 2008, existían dos líneas investigativas y dos culpables de estos hechos, muy
similares en características físicas, largo del cabello, estatura, que hicieron dudar a
la víctimas, por lo que la declaración de su representado es sustancial en los
términos del artículo 68 bis. Afirmó, que su representado pudo haber negado su
participación en estos hechos e instruir a su defensa en términos de confundir al
ente persecutor, imputándole responsabilidad a esta otra persona, que se sabe
que fue detenida por hechos similares, en cuanto a fecha y ámbito espacial.
En cuanto a la imputabilidad, el Ministerio Público señaló que confundía los
conceptos, el trastorno mental con los trastornos de personalidad, porque estaría
haciendo aplicación del artículo 10 N ° 1 con el artículo 11 N ° 1 del Código Penal.
Al respecto, precisó, que abrazó, según su parecer, la correcta interpretación del
artículo 10 N ° 1 del Código Penal, situación que incluso ha sido acogida por la
Corte Suprema, en el fallo que trajo a colación, este criterio es que del juego de
estos dos artículos se exige que al menos se acredite un compromiso importante
de la facultad ligadas al conocer y querer y a la capacidad de autodeterminación
conforme a ese conocimiento y comprensión, y que esto se da por cualquier
alteración, ya sea en las facultades mentales o psicológicas de una persona, no
únicamente acreditando una patología mental, tales como una esquizofrenia o un
delirium tremens. Fue claro en reconocer que su representado no tiene patologías
mentales, que no tiene un trastorno en sus funciones cognitivas, ni en su juicio de
la realidad, pero indicó que la prueba pericial de los psicólogos fue clara en
señalar que observaron todos los criterios clínicos para diagnosticar el trastorno de
control de impulsos, aunque entiende que los profesionales sirven a instituciones
públicas que representan al Servicio Médico Legal y a la Policía de
Investigaciones de Chile, lo que justifica que no sean claros, ni tajantes en
compartir este diagnóstico.
Sobre el hecho N ° 1, afirmó que el Fiscal dijo que según el perito las
erosiones en las paredes del ano son compatibles con el relato de la víctima, pero
del contra examen también quedó claro que son acordes con lo expresado por el
acusado, en el sentido de que la lesiones superficiales fueron producidas por un
roce superficial con un objeto.
En cuanto a lo señalado por los querellantes, que la defensa no lo alegó en
la apertura la tesis de la imputabilidad disminuida, en tal sentido recordó el artículo
29
326 del Código Procesal Penal, el que establece la facultad de realizar “alegatos
de apertura”, dado que utiliza la expresión “podrá”.
Sobre el reconocimiento, aseveró que el Fiscal dijo que no fue inducido,
pero no se recibió ninguna justificación de por qué se incluyen en un mismo set de
fotografías, cuando lo que se busca es que la persona que efectúa una
identificación de este tipo lo haga sin inducciones. Puntualizó, que el
reconocimiento debe ser neutro, que permita que la persona no fue dirigida por
quien confecciona el set a identificar a alguien, máxime si la víctima dice que vio a
su agresor sólo unos segundos.
Manifestó, que como último punto el Fiscal señaló que no hay vulneración
de garantías, fundamentado en el artículo 19 N ° 3 de la Constitución Política del
Estado. Al respecto precisó que se le preguntó al funcionario Crooker, si se le
había consultado al imputado la incautación del mentado calzoncillo, ante lo cual
respondió en forma negativa. Agregó, que no se justifica la autorización dada por
la Fiscal de otra causa, al decir que el Ministerio Público es uno sólo, ya que dicho
hecho se encuentra proscrito por el artículo 77 del Código Procesal Penal. En este
sentido concluyó que no se obtuvieron las autorizaciones requeridas por ley.
Respecto de la solicitud de absolución del hecho N ° 4, el Ministerio Público
expresó que la víctima se encontraba en estado de shock, lo que justificaba haber
manifestado en un primer momento que no le había visto la cara a su agresor.
Recordó, que la víctima del hecho N ° 4 fue la única que en la etapa de
investigación no dio características físicas del autor de los hechos, unido a que
incluso señaló que no le vio su rostro.
Agregó, que la víctima del hecho N ° 4 no fue la única que estuvo en estado
de shock, por lo que solicitó al apreciar este delito se apliquen las reglas de la
lógica y máximas de la experiencia.
Tercero: Hechos no controvertidos. En consideración a que el Ministerio
Público acusó al imputado ya individualizado, en calidad de autor de un delito de
robo calificado (robo con violación), cuatro delitos de robo con violencia o
intimidación y tres de abuso sexual corresponde referirse a aquellos datos
probatorios incorporados por el titular de la acción penal, respecto de los cuales
fundó sus alegaciones y que, a juicio de éste, permitiría probar las hipótesis
reseñadas con anterioridad.
Antes de proceder a analizar la prueba rendida en las audiencias de juicio
oral y consecuentemente con ello, los hechos que se tienen por ciertos, como
asimismo la calificación jurídica que se efectúa de ellos, se señalarán los
presupuestos fácticos que no han resultado controvertidos en la presente causa.
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1. Que, la menor M.J.F.S, nació con fecha 23 de septiembre de 1990. En
consecuencia, tenía 17 años de edad el 9 de junio de 2008. Según se
acredita mediante el certificado de nacimiento de la individualizada menor,
el que fue incorporado en la audiencia de juicio oral por parte del Ministerio
Público.
2. Que, la menor C.A.D.C., nació con fecha 18 de noviembre de 1993. En
consecuencia, tenía 14 años de edad el día 16 de abril de 2008. Según se
acredita mediante el certificado de nacimiento de la individualizada menor,
el que fue incorporado en la audiencia de juicio oral por parte del Ministerio
Público.
3. Que, G.P.C.V, nació con fecha 11 de noviembre de 1989. En consecuencia,
tenía dieciocho años de edad el 29 de mayo de 2008. Según se acredita
mediante el certificado de nacimiento de la antes individualizada, el que fue
incorporado en la audiencia de juicio oral por parte del Ministerio Público.
4. Que, la menor K.A.M.V, nació con fecha 15 de enero de 1989. En
consecuencia, tenía diecisiete años de edad el 29 de febrero de 2008.
Según
se
acredita
mediante
el
certificado
de
nacimiento
de
la
individualizada menor, el que fue incorporado en la audiencia de juicio oral
por parte del Ministerio Público.
5. Que, la menor P.A.N.M., nació con fecha 27 de diciembre de 1990. En
consecuencia, tenía diecisiete años de edad el 22 de mayo de 2008. Según
se acredita mediante el certificado de nacimiento de la individualizada
menor, el que fue incorporado en la audiencia de juicio oral por parte del
Ministerio Público.
6. Que, la menor M.R.E.C, nació con fecha 29 de noviembre de 1990. En
consecuencia, tenía diecisiete años de edad el 22 de abril de 2008. Según
se acredita mediante el certificado de nacimiento de la individualizada
menor, el que fue incorporado en la audiencia de juicio oral por parte del
Ministerio Público.
7. Que, las menores y afectada antes individualizadas, tenían sus domicilios
en la comuna de Las Condes, según declaraciones efectuadas por ellas en
las audiencias de juicio oral.
8. Que, el domicilio del acusado entre los meses de febrero a julio de 2008,
correspondía a Avenida Presidente Kennedy N ° 8.741, departamento N °
202, comuna de Las Condes.
9. Que, el acusado Jesús Patricio López Aguilar durante el año 2007 y el
primer semestre académico de 2008 fue alumno regular de la Carrera
Análisis de Sistemas del Centro de Formación Técnica Instituto Tecnológico
31
de Chile, según consta en Certificado de Alumno Regular, de fecha 13 de
marzo de 2009, del referido establecimiento educacional, el que fue
incorporado mediante su exhibición al imputado, al momento en que este
prestaba declaración.
Cuarto: Argumentaciones en torno a la valoración de la prueba rendida
en juicio en relación con los hechos y participación del acusado en cada uno
de los delitos que se le imputan. .Corresponde, a continuación analizar cada
uno de los presupuestos fácticos por los cuales se formuló acusación en contra de
Jesús Patricio López Aguilar. Para tal efecto, y con el fin de establecer un orden
lógico dentro de los razonamientos justificativos de la decisión alcanzada, se
analizarán las hipótesis de cargo en atención a cada una de las denunciantes,
tanto en lo que dice relación con los presupuestos de hecho como asimismo, en
cuanto a la participación del acusado en cada uno de ellos.
I.- En cuanto al hecho signado como N ° 1. Robo con violación en la
persona de la menor de iniciales M.J.F.S.:
En dicho sentido y como primer antecedente relevante a la hora de tener
por cierto los presupuestos fácticos que se indicaron en el veredicto condenatorio
y que se señalarán con posterioridad, corresponde hacer mención al testimonio
presentado ante estos jueces de la afectada de iniciales M.J.F.S. Una primera idea
que se debe destacar en relación con este punto, es que su relato fue apreciado
por estas sentenciadoras como completamente veraz, lógico, coherente y acorde
no sólo con las apreciaciones subjetivas que se pueden realizar al escuchar su
declaración, sino que además, se vio comprobado, ratificado y confirmado a través
de la demás evidencia testifical y científica -peritajes-, antecedentes que llevan,
como se dirá, a darle plena credibilidad a lo depuesto por ella en juicio y
potenciarlo de manera de tenerlo por cierto.
Al respecto y en lo que dice relación con los presupuesto fácticos
imputativos, depuso la afectada de iniciales M.J.F.S, quien señaló que el día
lunes 9 de junio de 2008, salió del colegio a las 16:30 horas, se fue a su casa
como a las 18:00 horas, tomó la micro en Padre Hurtado, se bajó frente al Alto Las
Condes, caminó por calle Madrigal, vio a un sujeto a quien no le prestó mucha
atención y siguió avanzando. Agregó, que en calle Rosales cruzó y se percató que
venía el tipo que había visto antes. Luego bajó por Hermanos Cabot y entró a su
calle, esto es, al Pasaje Los Esquimales. Puntualizó, que en el momento en que
iba caminando sacó desde su mochila un MP4 de su hermano.
32
Después buscó las llaves en su mochila, instante en que este individuo se
acercó a ella, la abrazó, le puso el cuchillo en el cuello e inmediatamente le
sustrajo su MP4. Refirió, que todo esto ocurrió al momento en que ella quería
ingresar a su casa y estaba buscando las llaves en su mochila. Afirmó, que este
sujeto se dio cuenta de lo que estaba haciendo ella, ya que la venía siguiendo.
Afirmó, que este sujeto le dijo que iba con otro tipo y si no hacía lo que él le
decía otro individuo que iba con él la iba a matar.
Agregó, que este sujeto le preguntó si tenía otras especies para lo cual ella
se agachó, le mostró sus dos mochilas y en forma coetánea él se bajó el cierre de
su pantalón y le mostró su pene, el que estaba “parado”. Entonces le dijo
“chúpalo”, mientras tenía el cuchillo en su mano. Refirió, que este cuchillo era
chico como una navaja, no se recuerda el color, la forma, ni la mano en que lo
tenía, lo único que sabe es que primero este sujeto lo tenía en la zona de su cuello
y luego en su mano. Reconoció, no haber visto el cuchillo, pero sintió que tenía
algo puntiagudo en el cuello.
Continuando con el relato de la afectada, expresó que al momento en que
le dijo chúpalo, ella obedeció, porque tenía miedo que le hiciera algo. De esta
forma, la obligó a practicarle sexo oral, ella quería vomitar, pero él la coaccionó a
que se tragara el semen. Explicó, que al tiempo en que este individuo la obligó a
practicarle sexo oral, tenía su mano en cabeza.
Manifestó, que en el lugar había una señora con un perro, pero no sabe si
se percató de lo ocurrido, porque siguió de largo. Señaló, que después este sujeto
la hizo levantarse, que abriera la reja y que entrara.
Precisó, que luego cuando iba a entrar le dijo que no lo hiciera, la obligó a
bajarse su falda y las calzas que le quedaban un poco apretadas. En ese instante,
él comenzó un forcejeo con la finalidad de sacarle su calza, mientras él se
encontraba de espalda a ella. Entonces ella se logró bajar la calza “más abajo del
poto”. Explicó, que también se tuvo que bajar sus calzones, de la misma forma que
la calza. Luego, él le metió los dedos en la vagina, pero no se recuerda con que
mano lo hizo. Precisó, que sabe que este sujeto introdujo sus dedos en la vagina
porque los sintió y claramente no se condice con un roce.
Después, la penetró analmente, mientras él estaba de pie detrás de ella.
Aclaró, que en ese instante él la hizo arrodillarse un poco. Explicó, que no sabe
cuantas veces lo hizo, pero que lo sabe porque sintió mucho dolor.
Agregó, que este sujeto logró eyacular cuando le metió el pene en el ano y
que esto lo supo “porque sintió mojado su potito”.
Reiteró, que lo obedeció porque estaba asustada, lloraba todo el tiempo y
le pedía que no le hiciera nada.
33
Al referirse al actuar específico del acusado una vez que la obligó a bajarse
su falda y las calzas, la víctima dio cuenta del acceso carnal propio de la hipótesis
acusatoria, agregando que el imputado la obligó a practicarle sexo, oral, le
introdujo sus dedos en la vagina y la penetró analmente, lo que le provocó mucho
dolor.
Una vez ocurrido lo anterior, refirió que este individuo la empujó al interior
del jardín de su casa, le dijo que se quedara callada y que no le contara a nadie lo
sucedido. Luego, salió corriendo y pudo ver unos instantes su rostro.
Puntualizó, que el día de los hechos estaba vestida de escolar, con la
polera y chaleco del colegio, unas calzas debajo de la falda, calcetines y zapatos.
Pasados unos minutos entró a su casa, pero las personas que estaban en
su interior, no se percataron de lo que había sucedido. Precisó, que ingresó
histérica, llorando a su casa y a la primera que encontró fue a su nana. Después,
su hermano y su abuela le preguntaron que había sucedido. Entonces, ella le
contó a su abuela lo que le había ocurrido. Relató, que su abuela llamó a los
Carabineros, la llevaron al Servicio Médico Legal, le constataron lesiones y le
tomaron declaración. La llevaron al Hospital San José, le dieron pastillas, remedios
y la pincharon.
Aclaró, que la persona que le puso el cuchillo es la misma que ella vio por
calle Madrigal. Puntualizó, que en ese momento le vio el rostro por unos segundos
a este sujeto. Luego lo vio en la intersección de Rosario Rosales, dado que venía
a una cuadra de ella. Precisó, que al llegar a su casa ubicada en calle Los
Esquimales habían pasado dos cuadras desde que lo había visto la primera vez.
Reiteró, que el sujeto que le puso un cuchillo en el cuello era el mismo que
había mencionado con anterioridad y que se dio cuenta de ello al momento en que
se agachó a revisar su mochila.
Aseveró, que el rostro de este sujeto lo pudo ver en tres ocasiones, primero
cuando se lo encontró en la calle y cruzó. La segunda ocasión al tiempo en que
cruzó la calle y vio que pasó un auto, se dio vuelta y vio que venía a una cuadra.
La tercera instancia al momento en que estaba agachada, en las circunstancias
referidas con antelación.
En cuanto a las oportunidades en que la afectada pudo ver al acusado, dio
detalles particulares que permitieron potenciar su testimonio y, a la vez, dar cuenta
del largo periodo de tiempo que estuvo con el sujeto desde el momento en que se
bajó de la micro hasta que llegó a las afueras de su casa, lugar en que ocurrieron
los hechos que motivan la presente causa, situación que fortalece el referido
reconocimiento, unido a la coherencia que esta sindicación tuvo desde el inicio de
la investigación según se analizará a continuación.
34
Precisó, que este sujeto es un poco más alto que ella, más de un metro
setenta, delgado, trigueño, ojos y pelo oscuro, liso y corto. No se recuerda de más
detalles. Piensa que si lo viera de nuevo lo podría reconocer.
Reconoció en audiencia al acusado como el sujeto a que ha hecho
referencia con antelación.
Aseveró, que con posterioridad a la ocurrencia de los hechos Carabineros
fue a su casa a fin de poder recorrer el sector y ver si podía reconocer al autor de
los hechos. De esta forma, la llevaron a efectuar un retrato hablado, lo que no
pudo hacer, debido a que fue en forma casi inmediata a la situación traumática
que le tocó vivir. Refirió, que además fue a la Comisaría de Los Dominicos a
reconocer a alguien y no lo pudo hacer. En esa ocasión le mostraron a seis
personas, pero no pudo identificar a nadie. En relación a este tópico el señor
defensor le mostró una fotografía del rostro de Francisco Javier Azua Cubillos,
correspondiente a otros medios de prueba de dicha parte, respecto de la cual la
afectada manifestó que esa era la persona que vio en la Comisaría de Los
Dominicos, a la cual no pudo reconocer.
Relató, que después le mostraron en la Fiscalía un set fotográfico
compuesto por alrededor de ocho imágenes. En esa oportunidad reconoció a la
misma persona que se encuentra presente en este juicio y que sindicó con
posterioridad en una diligencia de rueda de detenidos. Luego, a través del ejercicio
previsto en el artículo 332 del Código Procesal Penal, efectuó una lectura de su
declaración prestada en el Ministerio Público y precisó que
la fecha en que
efectuó dicho reconocimiento fue el 30 de junio de 2008 y que esto se llevó a cabo
en presencia de su madre y el Fiscal. En efecto, de lo anterior se concluye que el
reconocimiento en rueda de imputados realizado por la víctima, se llevó a cabo
veinte días después de ocurridos los hechos, circunstancia que permite darle
mayor fuerza a esta diligencia y a la identificación que ella misma efectuó al
momento de deponer en el presente juicio oral.
En este orden de ideas queda de manifiesto que la afectada fue capaz de
dar características físicas y de vestimentas del autor de los hechos, participar en
diligencias investigativas, tales como la exhibición de un set fotográfico y posterior
reconocimiento del acusado en una rueda de detenidos, manteniendo dicha
sindicación en audiencia, lo que permite darle pleno valor a la imputación que ella
efectúa respecto de la persona de Jesús López Aguilar.
Agregó, que el calzón que tenía puesto el día de los hechos se lo entregó a
personal de Carabineros o funcionarios de Investigaciones que se encontraban en
su casa.
35
Explicó, que antes del día de hoy no volvió a ver a esta persona, ya que no
quería saber nada de él, le hacía mal acordarse de todo, porque le daba pena.
Reiteró, que está segura que el sujeto es la persona que ha reconocido
porque era joven -un poco mayor que ella de edad-, por los ojos (su color y
mirada) y su tez. Agregó, que el día de los hechos vestía jeans y zapatillas.
Manifestó, que después de lo ocurrido se siente con miedo de que pueda
ocurrirle lo mismo, trata de andar acompañada, se ha puesto agresiva con su
familia, se desquita con ellos, está insegura e intranquila. Indicó, que sigue yendo
al CAVAS. Relató, que primer estuvo con una psicóloga dos o tres meses, luego
no asistió más, pero retomó con otra profesional con quien se encuentra en la
actualidad.
Además, expresó que debido a lo anterior, se cambiaron de casa, ya que el
hecho de vivir en ese lugar, le recordaba siempre lo mismo. También cambió las
amistades y el colegio. Refirió, que producto de lo que le ocurrió su mamá está
muy preocupada, triste, pero ella la trata de apoyar y le dice que está bien.
El Ministerio Público incorporó un set fotográfico indicado en el auto de
apertura como otros medios de prueba N ° 3, identificándose en las imágenes N °
1, 2, 3 y 4: La entrada de su casa, lugar donde ocurrieron los hechos, esto es, en
el exterior de la puerta de su casa.
El testimonio de la afectada en relación con el núcleo fáctico imputativo
cumple, a juicio de la unanimidad de estas sentenciadoras, con el estándar de
toda prueba personal para otorgarle plena verosimilitud y ser tomada como cierta a
la hora de tener por establecida la verdad formal de la función de adjudicación. Así
las cosas, desde el punto de vista interno, el relato es completamente coherente,
no existiendo antecedente alguno que permita siquiera dudar de la deponente,
apreciándose una declarante que dio plena razón de sus dichos, de conformidad a
lo dispuesto en el inciso final del artículo 309 del Código Procesal Penal.
Pero su testimonio no sólo goza de una coherencia interna. Además, se
encuentra ratificado y potenciado en virtud de los demás datos probatorios
incorporados por le Ministerio Público al debate.
De esta forma, depuso Estrella Emilia San Martín Verdugo, quien expresó
que es tía de M.J.F.S y que a la época de ocurrir los hechos que motivan la
presente causa vivía en el mismo lugar que la afectada.
Relató, que el día 9 de junio de 2008, en circunstancias que se encontraba
en su casa con sus niños, sintió de manera repentina un grito o un llanto, al cual
no le prestó mayor atención. Después de ello, entró corriendo a su casa la nana
de las hermanas de María José. Corrió a la casa de su madre, escuchó los llantos
de María José, quien decía en forma desconsolada que se quería morir, porque la
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habían violado. Expresó, que en un momento María José tenía ganas de vomitar,
entonces la llevó al baño, oportunidad en que ella se refregaba la boca, mientras
lloraba. Indicó, que después llamó a Carabineros, se comunicó con su hermana -la
madre de María José-, a quien le dijo que algo había ocurrido.
Refirió, que ese mismo día María José le contó que venía en una micro del
colegio, se bajó en un paradero que queda frente al Alto Las Condes, caminó por
Madrigal, vio a un sujeto, sacó su MP4, cruzó más cerca de su casa y al
percatarse si venían vehículos, se dio cuenta que el referido individuo seguía
detrás de ella. En relación a este punto cabe precisar que este testimonio resulta
plenamente conteste con el realizado por la víctima en juicio, en el sentido que de
igual forma pudieron precisar los instantes en que la afectada tuvo contacto con su
agresor antes de la ocurrencia de los hechos que acaecieron con posterioridad.
Relató además, que la niña le manifestó que al llegar a la casa e intentar
sacar sus llaves, un sujeto le puso un cuchillo en el cuello, la amenazó e intimidó y
le quitó el MP4, le exigió que le pasara sus mochilas, las revisó, la hizo agacharse,
le introdujo su pene en la boca y la obligó a practicarle sexo oral, eyaculando en
su boca. Agregó, que María José también le contó que él le bajó la ropa interior, le
metió sus dedos en la vagina y le introdujo el pene en el ano. Manifestó, que ella
presume que este sujeto eyaculó también, porque María José le manifestó haber
sentido que salía un líquido. También ella le contó que este individuo le decía que
había un sujeto cerca y si ella no le obedecía la iba a matar.
Respecto a esta parte del relato de la testigo antes individualizada,
nuevamente éste se condice en las circunstancias de tiempo, lugar y descripción
de la conducta desplegada por su agresor, tanto en lo que dice relación con la
sustracción del MP4, la intimidación y amenazas efectuadas en su contra y la
transgresión a su indemnidad sexual, constituido por la introducción de los dedos
en su vagina y posterior penetración en el ano de la menor.
Relató, que la niña al contar lo que le había sucedido, lloraba, estaba
desesperada, mal. Manifestó, que después llegó su hermana -la madre de María
José- y que las diligencias con Carabineros e Investigaciones las hizo con ella.
En este punto resulta ilustrador lo depuesto por la testigo en juicio, en el
sentido que evidencia que en forma inmediata a ocurrir los hechos existió una
coherencia interna y externa en lo que la menor expresaba haberle ocurrido, en el
sentido que su estado anímico y emocional se condecía sin lugar a dudas con una
experiencia traumática de esa índole y entidad.
Se le exhibió un set fotográfico, indicado en el auto de apertura en el N° 3,
como otros medios de prueba, identificó en el:
37
N ° 1, 2 y 3: El frontis de su casa, lugar donde sucedieron los hechos,
según lo expresado por la propia María José.
N ° 4: El acercamiento de la reja principal.
N ° 5: Las muestras de sangre que tomó Investigaciones.
N ° 6: El antejardín de su casa, mirado desde adentro.
N ° 7: La vista del antejardín.
N ° 8: El pasillo de la casa principal.
N ° 9: La entrada de la habitación donde estaba María José.
N ° 10 y 11: El baño de la casa. Aclaró, que no es el baño en que ella
vomitó. Reiteró, que al momento en que María José se lavaba lo hacía en forma
desesperada, escupiendo reiteradamente.
N ° 12 y 13: El basurero.
N ° 14: La toalla higiénica que usó María José el día de los hechos, la que
debió de haber estado en el basurero.
N ° 15: El lavamanos que María José utilizó para vomitar.
N ° 16: La habitación donde estaba María José cuando ella entró.
N ° 17 y 18: Los papeles respecto de los cuales Investigaciones tomó
muestras, pero afirmó que a ella no le consta si fueron usados por María José.
Refirió, que ese día María José no se bañó, ni se duchó. Se lavó la cara y la
boca, vomitaba porque le daba asco que el sujeto le había metido el pene en la
boca.
Explicó, que después de ocurridos los hechos, María José lloraba día y
noche, estaba muy cabizbaja, se impacientaba mucho. Les costó mucho
relacionarse con ella, ya que por mucho tiempo lloraba todo el día. Ella decía que
no quería seguir con el tema, porque su intención era olvidar todo. Refirió, que las
consecuencias que todo ello implicó para María José fueron muchas, le da miedo
salir sola, su mamá cambió de casa y de estilo de vida.
Aseveró, que ha sido un trabajo arduo tratar de que ella tenga su vida
normal, unido al apoyo que le han dado en el CAVAS.
En este mismo orden de ideas depuso Marisol San Martín Verdugo, quien
indicó que es madre de María José, la que fue víctima de violación y robo. Agregó,
que esto ocurrió un día lunes 9 de junio de 2008, ella estaba trabajando y la
llamaron a su celular alrededor de las 18:30 horas. Su hermana le dijo que era
necesario que se presentara en su casa, entonces pensó que algo raro sucedía.
Preguntó si le había pasado algo a sus hijas más pequeñas y le respondieron que
se trataba de María José. Se puso muy nerviosa, su hermana le dijo por teléfono
que a María José la habían atacado y violado. Se dirigió a su casa, se encontró
con su hijo Matías, quien no sabía que ella estaba enterada de lo sucedido. Su hijo
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estaba sumamente afectado, abrazó a Matías, lloraron un rato. Se dirigió a la
casa, vio que estaba en su hogar personal de Carabineros e Investigaciones.
María José se encontraba en uno de los dormitorios con Carabineros, la abrazó,
mientras lloraba. Había una señorita Carabineros quien le contó en gran parte lo
que había sucedido, ya que María José sólo lloraba. Supo que la habían violado
en la puerta de la casa y que además le habían robado un MP4. De ahí la dejaron
a solas con María José, a quien sólo le hizo cariño, ya que continuaba llorando.
Las trasladaron al Instituto Médico Legal. En ese trayecto María José sólo lloraba.
En el Instituto Médico Legal María José se sintió mal, vomitó dos o tres veces.
Pasó a una sala donde la examinaron, el médico constató daños y las trasladaron
al Hospital San José, lugar donde les dieron unos medicamentos y les dieron unas
horas para que se hicieran exámenes.
Manifestó, que después a las dos o tres de la mañana las llevaron de
regreso a su domicilio.
Indicó, que con posterioridad, en la casa, conversó con María José quien le
contó que iba de regreso a su hogar, oportunidad en que se cruzó con un sujeto, a
quien no le dio mayor importancia, luego al llegar a su domicilio, sintió que le puso
un cuchillo en su cuello y le pidió que revisara sus mochilas, una con sus útiles y la
otra con su equipo de gimnasia. Expresó, que además su hija le refirió, que
después este sujeto le quitó el MP3, la obligó a practicarle sexo oral y tragarse el
semen, mientras la insultaba y atemorizaba. En el minuto que iba a entrar, él la
volvió a tomar por atrás, la tocó, le metió los dedos en la vagina y después la violó
por el ano.
Esta testigo al igual que la anterior, permiten dar mayor fuerza al relato de
la afectada, toda vez que se encuentran contestes en señalar las conductas
efectuadas por el acusado el día de los hechos, esto es, la forma en que se llevó a
cabo la intimidación o amenazas de parte del agresor, la sustracción del MP4, el
hecho de haber obligado a su hija a practicarle sexo oral, tragarse el semen, la
introducción de los dedos en la zona de su vagina y la posterior penetración vía
anal.
Agregó, que en el Servicio Médico Legal y en su casa María José vomitó
porque sentía asco al recordar que había tenido que tragar el semen. Fueron al
Hospital San José, lugar donde le entregaron la pastilla del día después y le
hicieron los exámenes del Sida.
Explicó que estos hechos trajeron numerosas consecuencias para María
José y su familia, ya que fue un golpe muy fuerte. Ella hizo un esfuerzo muy
grande en terminar los estudios, estuvo y sigue estando con terapia. Después se
cambiaron de casa, porque no le hacía bien seguir en ese lugar. La casa la
39
enrejaron y le levantaron protecciones. Refirió, que María José tenía muchos
miedos y temores, se cambió de colegio y retomó los estudios en marzo, trataron
de empezar una vida nueva, más tranquila, sin hablar de esto. A ellos como familia
les duele mucho lo que ocurrió. Piensa que cuando termine el juicio podrán cerrar
un capítulo y sanar lo ocurrido.
Puntualizó, que en los días previos a este juicio vio que María José estaba
muy afectada, ya que tenía que contar nuevamente todo con lujo de detalles.
Reiteró, que mientras esto no termine, María José no va a poder tener una vida
nueva. Ella es una adolescente y su mente no debería estar en esto.
Es así como los dichos de la víctima resultan completamente ratificados con
testimonio de oídas de su tía y su madre. En cuanto a la primera impresión de los
hechos, las testigos Estrella San Martín Verdugo y Marisol San Martín Verdugo
fueron muy convincentes al manifestar que su sobrina e hija se veía realmente
afectada con lo que le había sucedido y con posterioridad, al punto de que cuando
ellas la vieron sólo podía llorar y vomitar debido a que tenía sensaciones de asco,
fundado en que el agresor la había obligado a tragarse el semen. Lo anterior,
resulta completamente lógico atendido las sensaciones experimentadas por la
víctima al momento de ocurrir los hechos y en la misma audiencia de juicio oral.
Continuando con dicho tópico, los testimonios de las deponentes en
cuestión, aportaron detalles importantes para estas magistrados, al señalar que
María José les expresó la manera en que los hechos habrían ocurrido,
antecedentes que resultan plenamente coherentes y acordes con el relato que la
afectada prestó durante toda la fase de investigación como, asimismo, en la
audiencia de juicio oral, lo que permitió reforzar la conclusión de veracidad y
certeza respecto de los datos aportados por ella.
En síntesis, los relatos de las referidas testigos aportaron datos
sustanciales que potencian de una manera importante, la declaración de la
víctima, dando razones justificativas suficientes para lograr la credibilidad
necesaria para ser tenido en cuenta como elemento probatorio de cargo.
Ahora bien, dijimos que, desde el punto de vista del estándar necesario
para estimar como dato probatorio la prueba personal de la declaración de la
afectada, esta requería que su testimonio no fuera contrario a las reglas de la
lógica y las máximas de la experiencia, pero que además fuera posible
objetivizarla por medio de elementos de pruebas concretos y objetivos, que
guarden relación con el fondo de la información aportada.
En este sentido, el testimonio del profesional de la ciencia médica, doctor
Andrés Acosta Acevedo, constituyó, a juicio de estas jueces, uno de los datos
probatorios del ente persecutor que sirvió para cotejar, con un resultado
40
completamente satisfactorio, el relato de la víctima con los conocimientos
científicamente afianzados. En particular, sus dichos ratificaron el testimonio de la
víctima en el sentido de que presentó, el día de los hechos, hallazgos físicos
plenamente compatibles con penetración anal.
En cuanto a los detalles referidos y que son los que permiten vincular
directamente dicha pericia con lo expuesto por Acosta Acevedo, señaló el
profesional del Servicio Médico Legal, quien depuso circunstanciadamente sobre
su Informe de Ginecología Forense N ° 1612-08, de fecha 20 de junio de 2008,
efectuado a la víctima de iniciales M.J.F.S. Señaló, que la pericia fue efectuada el
9 de junio de 2008 y que a esa época la paciente tenía 17 años de edad. Agregó,
que ella le refirió que ese día al regresar el colegio fue abordada por un sujeto,
quien le sustrajo su MP4, la obligó a practicarle sexo oral, le introdujo sus dedos
en el ano para posteriormente penetrarla analmente. En este sentido, cabe
precisar que el relato de la víctima es plenamente concordante con lo depuesto
por ella en juicio y con lo manifestado desde el inicio de la investigación.
Agregó, que el examen físico de la menor fue normal, advirtió eritema a
nivel de la mucosa de la orquilla vulvar y el introito vaginal. Refirió, que al examen
proctológico presentaba el canal anal erimatoso, esto es, enrojecido, con
erosiones superficiales a nivel de la mucosa, las que están relacionadas con el
eritema, compatibles con el roce del pene con el canal anal y pliegues anales a las
doce y una según sentido horario. Sostuvo, que el esfínter tono y contractividad
conservado. Su conclusión fue que al examen genito anal presentó lesiones
agudas secundarias compatibles con descripción y denuncia efectuada por la
paciente.
Refirió, que el desarrollo físico era acorde con la edad de la paciente, que
en los genitales externos no había lesiones y que el himen estaba intacto, no
desflorado.
Precisó, que además se tomaron muestras de contenido bucal y vaginal y
se dejó una prenda de vestir. Explicó, que esto último lo hizo la técnico
paramédico en presencia de él, sin perjuicio que la propia paciente entregó dicha
vestimenta y la depositó en un contenedor. Indicó, que las señaladas muestras las
tomó él.
Aseveró, que las lesiones que él encontró son compatibles con la
penetración de un pene. Puntualizó, que para que el pene pueda penetrar debe
rozar las mucosas.
Sostuvo, que lo descrito por la menor y las lesiones constatadas referidas al
eritema en el introito vaginal y en la vulva son compatibles con la introducción de
dedos en su vagina. Aclaró, que la primera manifestación de esa erosión es el
41
enrojecimiento. Su impresión es que la lesión debió ser más que leve, ya que él la
examinó a las 21:00 horas, unido a que ella estaba en su período de
menstruación, lo que hace más difícil la constatación de hallazgos.
Asimismo, el Ministerio Público le exhibió la prueba material signada en el
auto de apertura con el N ° 21, correspondiente a un calzón amarillo, el que fue
levantado en el Departamento de Sexología por Marisol Barros, la técnico
paramédico que trabaja con él, al momento en que se efectuó la pericia.
Agregó, que se le envío al Hospital San José a fin de que se le
suministraren medicamentos para la profilaxis contra enfermedades de transmisión
sexual, dado que habían lesiones compatibles con la denuncia efectuada por la
paciente.
Relató, que la orientación que le da la anamnesis es concordante con lo
que la paciente le relató, unido a que ella estaba retraída, temerosa, hablaba bajo,
con tendencia al llanto. La actitud que presentó ella es habitual con niñas que son
agredidas sexualmente, circunstancia que como se ha dicho revela aún más la
coherencia externa que el relato de la menor presentaba, toda vez que
evidenciaba el estado anímico y emocional que dicho hecho le provocó.
En síntesis, según lo depuesto por el perito Andrés Acosta Acevedo, sólo
unas horas después de ocurridos los hechos, examinó a la menor de iniciales
M.J.F.S, a la sazón de 17 años de edad, quien le relató, en términos generales, la
misma versión expuesta por ella en la audiencia de juicio oral. En cuanto al
examen genital, refirió el profesional que pudo detectar eritema a nivel de la
mucosa de la orquilla vulvar y el introito vaginal. Refirió, que al examen
proctológico presentaba el canal anal erimatoso y pliegues anales a las doce y una
según sentido horario. Su conclusión fue que el examen genito anal de la víctima
presentó lesiones agudas secundarias compatibles con descripción y denuncia
efectuada por la paciente, esto es con la penetración vía anal y con la introducción
de dedos en la zona de la vagina.
Por otro lado, este perito resultó de una relevancia manifiesta a la hora de
analizar la declaración de los peritos químicos del Laboratorio de Criminalística
Central de la Policía de Investigaciones de Chile que vinculan directamente al
acusado con las muestras habidas en el calzón entregado por la víctima.
Por el momento, quedémonos con que el profesional confirmó el hallazgo
de eritemas en la zona de la vagina y pliegues anales a las doce y una según
sentido horario y que, a su juicio, lo más probable es que la primera de las
constataciones dijera relación con la introducción de dedos y la segunda sin lugar
a dudas con la penetración vía anal, compatible con lo descrito por la examinada.
De esta forma, en cuanto a la manera en que ambas lesiones pudieron
42
producirse, el experto fue enfático en sostener una teoría acorde con la versión de
la afectada y evidentemente con la imputación del persecutor.
En síntesis, este experto de la ciencia médica dio antecedentes potentes a
estas jueces para concluir, cada vez con mayor seguridad, que la historia
planteada por la afectada en su declaración, se encuentra fundada en
antecedentes objetivos y concretos que permiten, con certeza y mas allá de toda
duda razonable, afirmar que M.J.F.S. fue penetrada analmente y además se le
introdujeron los dedos en la zona de su vagina, en la tarde del día 9 de junio de
2008, sin su consentimiento y en forma forzada, presentando los hallazgos físicos
referidos con antelación.
Por otro lado, en cuanto a las diligencias investigativas llevadas a cabo con
ocasión de este hecho, depuso Leonardo Enrique Grimalt Catalán, Subprefecto
de la Brigada de Delitos Sexuales de la Policía de Investigaciones de Chile, quien
manifestó que participó en la indagación de un delito de robo con violación,
ocurrido en la calle Los Esquimales, de la comuna de Las Condes. Explicó, que
formó un grupo de trabajo destinado a ubicar al autor de este delito. Indicó, que se
hizo cargo de la investigación el día 11 de junio de 2008, a través de una orden
verbal, se fijó el sitio del suceso, los peritos efectuaron los correspondientes
planos planimétricos, entre otros. Relató que luego a través de un correo
electrónico allegado a la Brigada de Delitos Sexuales, con fecha 21 de junio de
2008, cuyo remitente era “Mujer sálvate”, se indicaba el nombre de Jesús López y
se señalaba que éste había estado involucrado en delitos anteriores, los que
podían tener relación con el ilícito que se estaba investigando.
Agregó, que de esta forma a través del Registro Civil y facebook, se logró la
identificación completa de este sujeto, la que correspondía a Jesús López Aguilar,
determinándose además que tenía su domicilio en Avenida Kennedy, a pocas
cuadras del lugar donde se había cometido el ilícito de calle Los Esquimales.
Luego, a través de su Extracto de Filiación y Antecedentes se logró establecer que
registraba una anotación anterior por un delito de abuso sexual, ocurrido en la
comuna de Quilicura. Debido a lo anterior, se entrevistaron con la fiscal doña
Marcia Arancibia, quien llevó a cabo esta última causa. En este sentido, se rescató
el modus operandi y alguna descripción del sujeto, se observó una prenda de
vestir del imputado -calzoncillo-, la que no había sido periciada, relacionando esto
último con que a la víctima del hecho ocurrido en calle Los Esquimales, se le había
incautado otra, encontrándose en ambas muestras ADN susceptible de ser
periciado con posterioridad. Manifestó, que trataron de rescatar la evidencia
biológica, la que constituye finalmente una prueba irrefutable. Explicó, en relación
con este mismo punto, que en la causa anterior se obtuvo una prenda
43
correspondiente a un calzoncillo perteneciente a Jesús López, se determinó su
ADN, comparándola posteriormente con la evidencia biológica incautada el día de
los hechos a la víctima.
Aclaró, que la Fiscal antes individualizada autorizó la realización de la
pericia correspondiente al calzoncillo antes referido.
Aseveró, que el día 29 de junio de 2009 fue gestionada la detención de este
sujeto, en calle Serrano, lugar donde él estudiaba.
Depuso, que también se practicó la diligencia de entrada y registro al
domicilio del acusado ubicado en Avenida Kennedy.
A fin de ilustrar lo referido por el testigo en relación al hecho N ° 1, el
Ministerio Público le procedió a exhibir un set fotográfico, signado en el auto de
apertura como otros medios de prueba N ° 3, reconociendo en la imagen N ° 1, el
lugar donde ocurrió la agresión sexual
En cuanto al testigo Leonardo Enrique Grimalt Catalán, cabe precisar que
su declaración resultó de vital importancia a la hora de identificar al autor de los
hechos de que fue víctima la menor de iniciales M.J.F.S. toda vez, que refirió
haberse recibido en la Brigada de Delitos Sexuales un correo electrónico, en el
cual se hacía alusión directa al nombre de Jesús López y que luego a través de
diversas diligencias investigativas se logró determinar su identidad completa, esto
es, Jesús López Aguilar, indagándose su Extracto de Filiación y Antecedentes,
documento que les permitió corroborar que presentaba una anotación por una
causa por abuso sexual, seguida por la Fiscal Marcia Arancibia, en la cual se
había incautado un calzoncillo del agresor. De esta forma, teniendo por otro lado,
una prenda de la víctima antes individualizada, se procedió a efectuar las
correspondientes pruebas biológicas, cuyos resultados positivos sustentaron la
detención de este sujeto el día 29 de junio de 2008.
En este mismo orden de ideas y con el fin de ilustrar al Tribunal sobre las
actividades investigativas realizadas con ocasión del hecho ocurrido el 9 de junio
de 2008 y la consecuente identificación del autor del mismo depuso Rodrigo
Hernán Acuña Valeria, el Inspector de la Brigada de Delitos Sexuales de la
Policía de Investigaciones de Chile. Indicó, que el día 9 de junio de 2008, en
circunstancias que se encontraba en la unidad, el Fiscal de turno solicitó que
personal de la Brisexme concurriera hasta el domicilio de calle Los Esquimales a
fin de levantar la evidencia respecto de un delito de robo con violación de una
menor de edad. Indicó, que con ocasión de lo anterior, se trasladaron al lugar a las
20:15 horas, oportunidad en que constataron que la custodia del lugar la mantenía
Carabineros, se percataron que en el ingreso a la morada existían manchas de
restos orgánicos, las cuales fueron levantadas, procediendo además a la
44
elaboración de planos planimétricos. Además, la menor les señaló que se había
limpiado la boca con papel higiénico, relacionado esto último con que el imputado
la había obligado a practicarle sexo oral, evidencia que también fue levantada, al
igual que la toalla higiénica que la víctima usaba al momento de acaecer los
hechos.
Agregó, que se les informó que la menor había sido agredida en la reja de
acceso al inmueble, lugar donde constataron que existían manchas rojizas y
consecuentemente con ello muestras orgánicas, las que fueron levantadas por los
correspondientes peritos químicos.
Explicó, que realizaron un recorrido por el trayecto efectuado ese día por la
víctima, a fin de determinar la identidad del autor a través de la existencia de
alguna cámara, obteniendo resultados negativos. Indicó, que trataron de buscar
características del autor de los hechos, no logrando obtener ninguna información
que les pudiere ayudar en la investigación. Aclaró, que al momento en que llegó al
lugar no se encontraba la víctima y que los datos le fueron proporcionados por
familiares de la afectada y el Fiscal de turno.
Con el objeto de ilustrar lo referido por el testigo en relación al hecho N ° 1,
el Ministerio Público le procedió a exhibir un plano correspondiente al Informe
Planimétrico N ° 873, de fecha 18 de junio de 2008, del Laboratorio de
Criminalística de la Policía de Investigaciones de Chile, signado en el auto de
apertura como otros medios de prueba N ° 1, apreciando el domicilio del sitio del
suceso, agregó que en la esquina se encuentra la calle Hermanos Cabot. Refirió,
que se les informó que la menor caminó desde Padre Hurtado al oriente, pasó por
Hermanos Cabot y seguidamente Los Esquimales. Aclaró, que la menor vio en
calle Mardonal al imputado.
En este orden de ideas cabe tener presente que lo depuesto por el
funcionario policial Rodrigo Acuña Valeria permite ratificar lo expresado por la
víctima en juicio, en el sentido de señalar el recorrido que efectuó el día de los
hechos y uno de los momentos en que pudo ver el rostro de su agresor, lo que
evidencia una coherencia y consistencia de lo expresado por ella en diversas
instancias del proceso. Asimismo, este deponente fue capaz de manifestar a estas
jueces el estado en que se encontraba en sitio del suceso a pocos minutos de
haber acaecido el hecho, esto es, con manchas con resto orgánicos al ingreso de
la casa habitación. Además, este deponente resultó ser de gran utilidad a la hora
de analizar la evidencia que fue incautada desde el domicilio de la afectada
constituida por papeles higiénicos con los cuales ésta se limpió su boca luego de
ocurrir los hechos y una toalla higiénica que ella usaba al momento de ser
violentada sexualmente.
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A fin de ilustrar al Tribunal sobre el sitio del suceso y las evidencias
levantadas desde ese lugar y el interior de la casa de la víctima, el Ministerio
Público incorporó mediante su exhibición un set fotográfico signado en el auto de
apertura como otros medios de prueba, N °3, el deponente en las siguientes
imágenes identificó:
N º 1, 2 y 3: La entrada a la puerta de acceso del inmueble de la víctima.
Indicó, que se perciben fluidos orgánicos, los cuales fueron levantados.
N º 4: Más detalles de la evidencia levantada.
N º 5: Numerada la evidencia que fue levantada del sitio del suceso.
N º 6: La puerta de ingreso a la casa.
N º 7: La visión desde el patio de la casa hacia fuera.
N º 8: El pasillo interior de la casa.
N º 9: Las dependencias del inmueble, pieza donde se levantó el papel
higiénico.
N º 10: El baño del inmueble.
N º 11: El papelero que existía al interior del baño.
N º 12 y 13: Los papeles higiénicos al interior del papelero. Explicó, que
esto se fijó porque la menor desechó en ese lugar una toalla higiénica que usó el
día de los hechos.
N º 14: El lavamanos.
N º 15, 16, 17, 18, 19, 20 y 21: Los papeles higiénicos levantados el día de
los hechos.
N º 22: La toma general de la evidencia levantada en la pieza.
N º 23: El entorno de la calle Los Esquimales.
N º 24 y 25: La intersección de la calle Los Esquimales con Hermanos
Cabot.
N º 26: El letrero de la intersección anterior.
Por último, a través de las diferentes fotografías exhibidas y reconocidas
por el deponente se pudo tener por cierto el lugar de la ocurrencia del hecho
signado como N º 1, las evidencias levantadas en el sitio del suceso y en la casa
de la menor afectada, las que más adelante servirán para analizarán la prueba
pericial que se procederá a exponer.
Reafirman
los
testimonios
de
los
funcionarios
policiales
antes
individualizados la declaración de Javier Eduardo Croker Acosta, Subcomisario,
de la Brigada de Delitos Sexuales de la Policía de Investigaciones de Chile, quien
indicó, que en el año 2008 trabajó una orden de investigar por el delito de robo con
violación, ocurrido en la comuna de Las Condes. El Fiscal le instruyó en forma
verbal la investigación de un delito de robo con violación ocurrido en la calle Los
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Esquimales, cuya víctima era la menor de iniciales M.J.F.S. Agregó, que de esta
forma efectuó diligencias en torno a determinar la identidad del agresor, tales
como el empadronamiento del sector. Explicó, que luego tomaron conocimiento de
un correo recibido en forma anónima, relativo a una condena existente en contra
de un individuo de nombre Jesús López, cuya causa había sido seguida por la
Fiscalía Centro Norte. Puntualizó, que el remitente de este correo era “mujer
sálvate”, correspondiente a una agrupación de madres de hijos de víctimas de
delitos sexuales. Se les dijo que Jesús López reunía las características físicas del
autor de los hechos, entre los cuales se le señaló que era joven, llevaba un
espansor en su oreja y tenía una página en facebook. Relató, que dado lo anterior,
el Inspector Leyton ingresó a la página facebook y obtuvo el nombre completo y la
fotografía de Jesús López Aguilar, percatándose que dicha imagen se condecía
con las características físicas dadas del autor del hecho N º 1.
Acto seguido, constataron que el imputado registraba una condena, relativa
a una causa llevada en la Fiscalía Centro Norte. Señaló, que para estos efectos se
entrevistaron con la Fiscal Marcia Arancibia, quien les facilitó la carpeta
investigativa, percatándose que existía un calzoncillo del imputado, el que no
había sido periciado, a pesar de haber sido incautado en la comisión de un delito
flagrante. Le pidió a la Fiscal Arancibia la prueba física a fin de compararla con la
obtenida del sitio del suceso acontecida en la calle Los Esquimales. Entonces, la
Fiscal les entregó un documento, el que permitió retirar el calzoncillo desde la sala
de evidencia de la Fiscalía Centro Norte.
A fin de ilustrar al Tribunal el Ministerio Público le exhibió al testigo la
prueba material contenida en el auto de apertura, signada con el N ° 25,
correspondiente a un calzoncillo negro, tipo boxer. Aclaró, que esta evidencia fue
recepcionada por su compañero Leyton y remitida al Laboratorio de Criminalística
a fin de efectuar la pericia correspondiente.
Relató, que el sitio del suceso lo trabajó el primer grupo de investigaciones,
encontrando en el lugar muestras biológicas obtenidas de la calle Los Esquimales.
Aseveró, que las muestras de ADN del calzoncillo fueron compatibles con las del
sitio del suceso y que esta información fue entregada al Fiscal Ignacio Pinto, quien
en base a este antecedente logró obtener la orden de detención de Jesús López
Aguilar, el día 29 de junio de 2008.
A este respecto cabe precisar que este deponente al igual que los otros
funcionarios policiales pudieron explicar a estas sentenciadoras la forma en que
lograron identificar al agresor de la víctima de iniciales M.J.F.S. En efecto,
manifestaron que en primer término recibieron un correo en la Brigada de Delitos
Sexuales de la Policía de Investigaciones de Chile, remitido por una agrupación de
47
madres de hijas víctimas de delitos sexuales -“Mújer Sálvate”-, en el que se les
informaba que dadas las características físicas del autor de los hechos signados
como N º 1, se podía condecir con la persona de Jesús López, quien además se
señalaba, registraba una condena por un delito de similares características. De
esta forma, a través de diversas diligencias investigativas lograron determinar que
la identidad de este sujeto era Jesús López Aguilar, quien registraba una condena
por abuso sexual, respecto de una causa seguida en la Fiscalía Centro Norte.
Agregó, que dado lo anterior con autorización de la fiscal de esa causa, revisaron
dicha carpeta investigativa, pudiendo corroborar la existencia de una evidencia
incautada en dicha oportunidad al imputado, correspondiente a un calzoncillo, el
que posteriormente fue periciado y cotejado con la levantada del sitio del suceso,
pudiendo concluir que ambas decían relación con la misma persona -Jesús López
Aguilar-, antecedente que permitió fundar la orden de detención dada en su
contra.
En cuanto al lugar en que se realizó la detención explicó que se llevo a
cabo en el establecimiento educacional del acusado.
Relató, que además se efectuó la entrada y registro al domicilio del
imputado, correspondiente a Avenida Kennedy N º 87131, departamento 202, de
la comuna de Las Condes. Refirió, que en dormitorio del acusado se incautaron
celulares, cortaplumas, skaters, zapatillas. Explicó, que se procedieron a incautar
los skaters debido a que habían ocurrido diversos ilícitos en la comuna de Las
Condes, en los cuales se habían utilizado estos elementos. Asimismo, justificó la
incautación de teléfonos celulares, dado que las víctimas de diversos ilícitos
señalaron que estos habían sido las especies sustraídas por su autor.
Indicó, que en uno de estos celulares se encontró en el directorio un
nombre que decía mamá, a quien se llamó y la mujer les contó que su hija había
sido víctima de un delito de robo y agresión sexual, antecedente de vital
importancia a la hora de analizar la participación del acusado en el hecho signado
como N º 6.
De esta forma, a fin de ilustrar al Tribunal respecto de la diligencia de
entrada y registro en el domicilio del imputado, el Ministerio Público procedió a
exhibirle al testigo un set fotográfico correspondiente a otros medios de prueba,
signado en el auto de apertura con el N ° 7, en el que el testigo reconoció en la
imagen:
N º 1: La escalera del edificio donde vive el imputado.
N º 2: La puerta de ingreso al departamento 202.
N º 3: El comedor.
N º 5: La pieza del imputado.
48
N º 6: La ropa del imputado.
N º 7: Tres skaters.
N º 8: La pieza del imputado.
N º 9: El acceso a la pieza del imputado. Advirtió cinco skaters.
N º 11: Una CPU.
N º 14: Un celular, el que no se recuerda donde estaba, lo único que puede
decir que estaba en la pieza del acusado.
N º 15: La caja habida en la pieza del imputado.
N º 17: El celular habido en una caja.
N º 18 y 21: La carcaza del MP4. Refirió, que esta especie resulta
importante porque a la víctima de Los Esquimales, se le había sido sustraído un
MP4.
N º 19 y 20: Cuatro celulares incautados.
N º 23: Dos cortaplumas encontradas en la pieza del imputado.
N º 29: Una cortaplumas con la hoja extendida.
N º 31: Nueve jockeys encontrados en la pieza del imputado. Refirió, que en
los casos investigados el imputado usaba jockey.
N º 32: Una chaqueta.
En base a lo anteriormente expuesto este testigo resultó ser de gran utilidad
a la hora de analizar la participación en el hecho ocurrido el día 9 de junio de
2008, dado que fue incautado en el domicilio del acusado un MP4 de propiedad de
la víctima de iniciales M.J.F.S., como asimismo diversas especies pertenecientes a
otras afectadas de los ilícitos que a continuación se analizarán.
También en el ámbito de las diligencias investigativas efectuadas con
ocasión de este hecho depuso Romina Paz Lagos Vidal, Oficial de la Policía de
Investigaciones de Chile, quien manifestó que trabaja en la Brigada de Delitos
Sexuales como psicóloga. Explicó, que su función en esta investigación fue
acompañar a la afectada de nombre María José a todas las diligencias de la
investigación, para estos efectos se le trasladó el día 30 de junio de 2008, al
Lacrim donde se trató de efectuar un retrato descriptivo, pero la menor no fue
capaz de dar las características del agresor debido al estado de shock en que se
encontraba.
Agregó, que el 18 de junio de 2008, acompañó a la afectada a realizar el
trayecto efectuado el día de los hechos desde el paradero de la micro, en Padre
Hurtado Norte, bajando por Madrigal. La víctima le explicó que a la altura del 8.770
se encontró con el agresor, siguió por Hermanos Cabot y luego se dirigió al pasaje
Los Esquimales. De esta forma, expresó que acompañó a la víctima en su trayecto
49
y ella le dio datos del lugar donde se encontró con el acusado y en el que se
efectuó la agresión.
Relató, que el día 30 de junio de 2008, trasladaron a la afectada a la
Fiscalía de Las Condes, oportunidad en que el Fiscal Ignacio Pinto le exhibió un
set fotográfico de 19 fotografías, en los cuales se encontraban dos imágenes del
acusado, una de ellas con su oreja con expansión y la otra no. Aseveró, que en
dicha instancia la menor se tomó su tiempo y reconoció al acusado sin ninguna
vacilación.
En relación a esta diligencia cabe precisar que la afectada veinte días
después de ocurridos los hechos fue capaz de identificar en forma certera a su
agresor en un set de 19 fotografías, lo que permite otorgar plena credibilidad a la
sindicación que realizó en la audiencia del presente juicio oral.
Al igual que los otros funcionarios policiales la deponente informó a estas
jueces, que con fecha 19 de junio de 2008, recibió en su cuenta personal
[email protected] un correo remitido por “mujer sálvate”, en el que se
señalaba que se le remitiría una fotografía de un joven que había tenido una causa
por el delito de violación en la comuna de Quilicura. Aclaró, que sólo entregó el
correo al Subprefecto Leonardo Grimalt de la Unidad a la cual pertenece, quien
como se ha explicitado con antelación depuso en el presente juicio oral.
Indicó, que también acompañó a la diligencia de entrada y registro al
domicilio del acusado, lugar desde donde se incautaron skaters, celulares, entre
otros.
En relación a las diligencias investigativas efectuadas en esta causa,
depuso Fernando Álvarez Jeldes, Subinspector de la Policía de Investigaciones
de Chile, quien indicó que se desempeña en la Brigada de Delitos Sexuales.
Refirió, que el día 9 de junio de 2008, en circunstancias que se encontraba de
turno en el Servicio Médico Legal, llegó hasta esas dependencias la menor de
iniciales M.J.F.S. Expresó, que le correspondió tomarle declaración a la afectada,
quien le señaló que ese día se bajó de una micro, caminó por Hermanos Cabot,
momento en que se percató que un sujeto caminaba detrás de ella y al llegar a la
calle Rosales, se dio cuenta que este individuo la seguía, continuó su marcha y en
el Pasaje Los Esquimales, le puso algo con filo en el cuello, le dijo que se quedara
quieta sino la iba a matar, la obligó que le chupara el pene. Refirió, que la niña
accedió a la petición debido a que siempre la amenazaba. Además, este sujeto le
agregó que no gritara porque otro sujeto que estaba con él la podía matar.
Después el imputado le dijo que se fuera, pero luego le metió su mano por debajo
de la falda, le pidió que se bajara la falda y las pantaletas, le introdujo sus dedos
en la vagina y la comenzó a penetrar analmente, entonces ella sintió que le salía
50
un líquido blanco de su pene.
Precisó, que al momento de tomarle declaración la menor le expresó las
características físicas del autor de los hechos, esto es, un sujeto alto, delgado,
moreno, más alto que ella.
A este respecto es dable señalar que de acuerdo a lo depuesto por los
testigos Fernando Álvarez Jeldes, Estrella San Martín Verdugo y Marisol San
Martín Verdugo, se puede colegir que la menor afectada desde el inicio de la
investigación se mantuvo conteste en relatar de igual forma el hecho ocurrido el
día 9 de junio de 2008, en cuanto a las circunstancias de tiempo y lugar, como
asimismo a las actividades realizadas por el acusado en relación a la actividad
apropiatoria y a la agresión sexual y a las características físicas de aquél, los
cuales sin lugar a duda se condicen con lo expresado por ella en la audiencia de
juicio oral, antecedentes que permiten otorgarle plena credibilidad a su testimonio.
Continuando con el análisis de la declaración de Fernando Álvarez Jeldes,
en relación a las diligencias de investigación expresó que en un momento llegó un
mail a la Brigada de Delitos Sexuales, donde les daban un nombre y un apellido,
proveniente de una madre de una niña víctima de un hecho similar. En el mail sólo
salía el nombre de Jesús López. Explicó, que un compañero logró la
determinación de los dos apellidos de este sujeto, esto es, Jesús López Aguilar,
percatándose que este individuo tenía otra causa por un delito de abuso sexual en
la Fiscalía Centro Norte. Indicó, que posteriormente la Fiscal de dicha autorizó a
que se revisara la carpeta investigativa y se retirara una especie del Ministerio
Público. De esta forma, se incautó un calzoncillo, desde el cual se tomaron fluidos,
los que coincidían con las muestras levantadas en el sitio del suceso.
Al respecto y en relación a lo analizado con antelación, este testigo también
fue capaz de proporcionar antecedentes relativos a la identificación del autor de
los hechos, tales como la recepción de un mail en la Brigada de Delitos Sexuales,
la posterior individualización y consecuente anotación en su Extracto de Filiación y
Antecedentes, relativo a una causa seguida en la Fiscalía Centro Norte, desde la
cual se obtuvo un calzoncillo utilizado en dicha instancia por el acusado, las que
se condecían con las muestras biológicas tomadas el día 9 de junio de 2008, en
las circunstancias antes descritas.
Afirmó, que el día 30 de junio de 2008, se detuvo al sujeto en el
establecimiento educacional al cual asistía. Agregó, que además el 4 ° Juzgado de
Garantía de Santiago les dio una orden de entrada y registro a su domicilio, a fin
de encontrar elementos descritos en los relatos de las víctimas, de esta forma se
incautaron especies del acusado, tales como cortaplumas, celulares, skaters, ropa,
entre otros.
51
Se le dijo al Fiscal que habían encontrado cuatro celulares y en razón a ello
se comunicaron con la menor M.J.F.S, quien reconoció uno de estos teléfonos
como de su propiedad, el que fue reconocido por él en las fotografías N º 5 del set
que obra en el N º 4, otros medios de prueba del comentado auto de apertura.
Puntualizó, que la referida especie es el tercer celular de izquierda a derecha,
reconocido por la afectada, dado que tenía un monito colgando.
En relación a este punto y teniendo como limitación estas sentenciadoras el
principio de congruencia, no se podrá tomar en consideración como prueba
tendiente a acreditar la participación del acusado, el haber encontrado en su
domicilio un celular de propiedad de la afectada de iniciales M.J.F.S., dado que la
sustracción de dicha especie no fue descrita al detallar el acontecer del hecho N °
1.
Informó, que debido a esta denuncia y a otras de la misma índole, con el
mismo modus operandi, se efectuó una reunión de trabajo en la Unidad,
creándose un grupo multidisciplinario destinado a investigar casos similares, en
que un sujeto intimidare a mujeres con un cuchillo y las obligare a masturbarlo o
chuparle el pene.
Por último, a fin de ilustrar al Tribunal sobre el lugar de acaecimiento de
todos los hechos signados en la acusación, en especial el sitio del suceso
correspondiente a calle Los Esquimales N ° 950, comuna de Las Condes y del
domicilio del imputado, compareció a estrados José Parada Benavides, perito
dibujante y planimetrista, quien depuso circunstanciadamente sobre sus informes
periciales Planimétricos N° 873/2008 de fecha 18 de junio de 2008 y 1341/2008,
de fecha 26 de septiembre de 2008, ambos del Laboratorio de Criminalística
Central de la Policía de Investigaciones de Chile. Al respecto cabe precisar, que se
tendrá por reproducido respecto de los restantes hechos signados en la
acusación, lo que a continuación se indicará respecto a la declaración del
individualizado perito. De esta forma, expresó que el día 9 de junio de 2008,
alrededor de las 22: 40 horas, en compañía de otros peritos del Laboratorio de
Criminalística y de funcionarios de la Brigada de Delitos Sexuales Metropolitana,
se constituyeron el día 9 de junio de 2008, en el domicilio de calle Los Esquimales
N ° 950, de Las Condes, procediendo a graficar el sitio del suceso. Agregó, que
luego efectuaron fijaciones planimétrica de los lugares donde se produjeron
distintos ilícitos, en la comuna de Las Condes y del domicilio del imputado.
En síntesis en sus pericias planimétricas se graficaron el domicilio del
imputado y seis lugares donde habrían ocurrido los hechos motivo de la presente
causa.
52
Para estos efectos, el señor Fiscal exhibió la prueba material signada en el
auto de apertura como N ° 2, correspondiente al Informe N ° 873/2008. Explicó,
que en esta imagen se fijó gráficamente el domicilio de calle Los Esquimales N °
950. Indicó, la Avenida Las Condes y tres puntos correspondientes a manchas
fluorescentes a la aplicación de luz ultravioleta.
Refirió, que en la parte inferior izquierda se tuvo un plano de detalle a una
escala mayor, a fin de tener mayor claridad de las evidencias N ° 1, 2 y 3 y de los
pastelones existentes en el lugar. En este otro plano apreció una planta general
del domicilio propiamente tal. Puntualizó, que sobre esta planta se fijaron dos
evidencias la N ° 4, la que corresponde a papeles higiénicos, las que se
encontraron en una cajonera de una habitación donde había un computador y la
N° 5, a un papelero de un baño donde estaba una toalla higiénica.
En este orden de ideas cabe precisar, que de acuerdo a la declaración de
este perito, unida a las testimoniales de los funcionarios policiales signados con
antelación, se puede tener por cierto que el día 9 de junio de 2008 desde el
domicilio de la afectada de iniciales M.J.F.S. se incautaron papeles higiénicos y
una toalla higiénica.
Además, el Ministerio Público procedió a exhibirle el Informe N ° 1341/2008,
signado en el auto de apertura como otros medios de prueba N ° 8, en el que
reconoció la planta general de la comuna de Las Condes, en un cuadrante
comprendido entre Avenida Kennedy, bajando hacia el sur, Apoquindo y en la
parte izquierda Gerónimo de Alderete. Puntualizó en el:
N ° 1: El domicilio del acusado correspondiente a Avenida Kennedy N °
8741, departamento N ° 202, comuna de Las Condes.
Explicó, que posteriormente en base a los antecedentes dados por la
Fiscalía se efectuó un ordenamiento para hacer la fijación de los hitos siguientes:
N ° 2: Con fecha 29 de febrero de 2008, en la intersección de Constanzo
Vigil con Esteban del Orto, se había atacado a K.A.M.V.
N ° 3: Con fecha 16 de abril de 2008, a las 13:30 horas, en cale el
Contrabajo N ° 7320, comuna de Las Condes, se habría agredido a la señorita de
iniciales C.A.D.C.
N ° 4: Con fecha 22 de abril de 2008, a las 18:00 horas, en la intersección
de Juan Almonacid con Orion, de la comuna de Las Condes, se había agredido a
la menor de iniciales M.R.E.C.
N ° 5: Con fecha 22 de mayo de 2008, a las 15:30 horas, en calle Luca de
la Robbia N ° 7559, de la comuna de Las Condes, se habría atacado a la menor
de iniciales P.N.M.
53
N ° 6: Con fecha 29 de mayo de 2008, a las 19:45 horas, en calle Los
Arados N ° 7410, comuna de Las Condes, se habría atacado a la señorita de
iniciales G.P.C.V.
N ° 7: El 9 de junio de 2008, en calle Los Esquimales N ° 950, de la comuna
de Las Condes, se habría atacado a la señorita de iniciales M.J.F.S.
Manifestó, que una vez fijados los siete hitos se efectuó una medición de la
distancia de estos puntos con la casa del imputado. De esta forma expresó que:
-
Desde el N ° 1 al N ° 2: 2.335 metros de distancia. Esta distancia
se considera en línea recta, ya que no se tiene noción de algún
posible recorrido efectuado por el acusado.
-
Desde el N ° 1 al N ° 3: 1.815 metros de distancia.
-
Desde el N ° 1 al N °4: 1347 metros de distancia.
-
Desde el N ° 1 al N ° 5: 1384 metros de distancia.
-
Desde el N ° 1 al N ° 6: 1575 metros de distancia.
-
Desde el N ° 1 al N ° 7: 317 metros de distancia.
Agregó, que esta información la obtuvo desde la Dirección de Obra de la I.
Municipalidad de Las Condes.
Aseveró, que el patrón en relación a las distancias es que estos hechos en
forma cronológica se llevaron a cabo primero más lejos de su domicilio y luego se
fue acercando al mismo, ya que el último fue sólo a 350 metros del hogar del
imputado. Reconoció, que el más alejado es el de febrero de 2008.
En este orden de ideas es dable concluir que los hechos signados en la
acusación ocurrieron en un mismo sector de la comuna de Las Condes y a una
corta distancia del domicilio del imputado.
Por otro lado, el Ministerio Público presentó como prueba otro testimonio de
un profesional, el que cumple con los mismos parámetros del perito del Servicio
Médico Legal para enmarcarlo dentro del conjunto de pruebas objetivas que
respaldan la tesis acusatoria.
En efecto, declaró en estrados la químico farmacéutico del Laboratorio de
Criminalística Central de la Policía de Investigaciones de Chile, Marjorie Vallefín
Carvallo, quien ratificó la presencia de semen en la parte trasera media del calzón
que usaba el día de los hechos la menor de iniciales M.J.F.S.
En particular, la profesional que depuso circunstanciadamente sobre los
informes periciales bioquímicos N ° 739 de fecha 23 de junio de 2008 y N ° 774 de
fecha 01 de julio de 2008, ambos correspondientes al Laboratorio de Criminalística
Central de la Policía de Investigaciones de Chile. Señaló, que la Brigada de
Delitos Sexuales Metropolitana, remitió con fecha 16 ó 18 de junio de 2008,
diversas especies con evidencia orgánica, correspondiente a:
54
- Diversas tórulas con manchas de color gris y tierra, las que contenían
material biológico, de las cuales no se obtuvo perfil genético.
- Diversos trozos de papel higiénico de color amarillento, los que arrojaron
dos perfiles uno de sexo masculino y el otro femenino.
- Una toalla higiénica con evidencia de sangre, perteneciente a un individuo
de sexo femenino.
- Contenido rectal y bucal, correspondiente al mismo individuo de sexo
femenino que el de la toalla higiénica.
- Un calzón con rayas amarillas con rojas, perteneciente a un individuo de
sexo femenino la entrepierna. Esta muestra también arrojó resultados positivos de
espermatozoides en la parte trasera media del calzón. El Ministerio Público
procedió a exhibirle prueba material, signada en el auto de apertura con el N ° 21,
señalando que esta evidencia fue levantada el 10 de junio de 2008 y corresponde
a un calzón, el que pertenece a M.J.F.S.
Agregó, que efectuó con fecha 30 de junio de 2008, un segundo informe
relativo al isopado bucal de Jesús Patricio López Aguilar, la que sirve para
determinar el ADN de una persona. Indicó, que esta evidencia fue comparada con
el calzón, la toalla higiénica y las demás nombradas con antelación y se obtuvo
una coincidencia de 99.99% con la parte trasera media del calzón indicado
precedentemente.
Precisó, que la cadena de custodia del calzón fue iniciada con fecha 10 de
junio de 2008 y que el isopado bucal lo obtuvieron veinte días después de lo
anterior.
Afirmó, que sin el isopado bucal no se podría haber determinado que la
parte trasera del calzón correspondió a Jesús López Aguilar.
En este orden de ideas y como medio irrefutable a fin de acreditar la
participación de Jesús López Aguilar se contó con lo depuesto por la perito
Marjorie Vallefín Carvallo, quien fue enfática en señalar que las muestras de ADN
obtenidas de la parte trasera media del calzón de la menor de iniciales M.J.F.S., el
que fue incautado el día 10 de junio de 2008, coinciden en un 99.99% con el
isopado bucal del acusado antes individualizado.
Dicha declaración debe ser complementada, para unirlas como dato
objetivos de elementos probatorios acorde con la tesis acusatoria, con el
testimonio de la perito químico doña Pamela Reyes Báez, quien depuso sobre el
Informe de Bioquímica de 28 de junio de 2008, del Laboratorio de Criminalística de
la Policía de Investigaciones de Chile. Explicó a estas magistrados su pericia
consistente en analizar y determinar los perfiles genéticos de las muestras
obtenidas del calzoncillo del imputado y las utilizadas por la perito Marjorie Vallefín
55
Carvallo.
Los resultados de este examen fueron concluyentes. Señaló, que mediante
oficio de fecha 25 de junio de 2008, la Brigada de Delitos Sexuales de la Policía de
Investigaciones, remitió de parte de la Fiscalía, un bóxer color negro, el que
presentaba dos manchas blanquecinas en la zona anterior, parte interna de la
prenda y una mancha oscura en la parte posterior. Se efectuó la observación
microscópica y se detectó que las machas blanquecinas correspondían a restos de
espermatozoides y las oscuras a muestras celulares epiteliares.
Explicó, que sabía que este bóxer decía relación con una causa seguida en
la Fiscalía Centro Norte, por el delito de abuso sexual, RUC 0700603642-9.
Relató, que primero revisaron la evidencia visualmente apreciando la
existencia de manchas, luego a una visión microscópica, con un sistema especial
se determinó la existencia de espermios, para posteriormente apreciar las
muestras celulares epiteliares.
Aseveró, que de todas las muestras se obtuvo un perfil masculino. Agregó,
que se comparó el perfil genético del bóxer con las muestras del Informe N ° 739,
elaborado por la perito Marjorie Vallefín Carvallo, obteniendo que éste
correspondía o coincidía en un 99,99% con la parte trasera media del calzón.
Reiteró, que los espermios existentes en el referido calzón correspondían al
mismo individuo del bóxer.
El Ministerio Público procedió a exhibirle prueba material, contenida en el
auto de apertura como otros medios de prueba N ° 25, correspondiente a un
bóxer, de color negro con el logo sport time. Precisó, que este fue el calzoncillo
que era perició y desde el cual extrajo tres muestras, la que estaban en buenas
condiciones y dieron un perfil genético completo, es decir, nueve. Aclaró, que el
tiempo no altera el perfil genético que se pueda obtener de una muestra.
En este orden de ideas y mayor abundamiento se logró acreditar la
participación del acusado a través de la comparación de la muestra
correspondiente a la parte trasera media del calzón que la afectada M.J.F.S.
usaba el día de los hechos con un calzoncillo incautado al acusado en una causa
anterior, seguida en la Fiscalía Centro Norte, por el delito de abuso sexual,
arrojado que ambas coincidían en un 99.99%.
En resumen, la prueba personal consistente en el testimonio de la víctima
del hecho de haber sido objeto de una violación posterior a una sustracción de
especies, ambas con intimidación, resultó confirmada no sólo por lo depuesto por
las personas que interactuaron con la afectada con posterioridad a los hechos,
tanto en lo que dice relación con su madre y su tía, como con los funcionarios
policiales que estuvieron a cargo de la investigación, sino que además, resultaron
56
ratificadas desde el punto de vista de la ciencia médica con las conclusiones
obtenidas por los profesionales del Servicio Médico Legal y del Laboratorio de
Criminalística de la Policía de Investigaciones de Chile, quienes confirmaron la
idea de que la menor de iniciales M.J.F.S. fue penetrada analmente, siendo
compatible su versión con los datos objetivos concluidos en los exámenes
respectivos.
Pero no sólo existen elementos de prueba que dicen relación con
circunstancias objetivas en cuanto a hallazgos físicos. Además, el Ministerio
Público dio cuenta a través de las declaraciones de Estrella San Martín Verdugo,
Marisol San Martín Verdugo, funcionarios policiales que tomaron contacto con ella
el día de los hechos, tales como Romina Paz Lagos Vidal, Fernando Álvarez
Jeldes y del médico del Servicio Médico Legal Andrés Acosta Acevedo, siendo
importantísimas sus apreciaciones para confirmar las funestas consecuencias que
tuvo para M.J.F.S. el verse expuesta a una experiencia traumática de esta
naturaleza.
Finalmente, según se ha explicitado con antelación existen otros elementos
de cargo que fueron importantes a la hora de dar detalles relativos a la dinámica
de los acontecimientos propios del hecho típico, unido al contexto en que este se
produjo.
El primer dato de esta naturaleza lo constituye el testimonio del deponente
Fernando Álvarez Jeldes, quien en su calidad de funcionario de la Brigada de
Delitos Sexuales de la Policía de investigaciones de Chile, le correspondió tomar
declaración a la menor de iniciales M.J.F.S., realizar diligencias posteriores a los
hechos, en las que tuvo contacto directo con la afectada, obteniendo información y
datos interesantes a la hora de su esclarecimiento.
Un primer aporte dado por el testigo en cuestión, consistió en confirmar la
versión de la afectada en el sentido que en dicha oportunidad además de la
agresión sexual, se le sustrajo un MP4, circunstancia además reconocida por el
propio acusado.
En definitiva, a partir de dicho testimonio puede obtenerse un importante
indicio en torno a la verosimilitud de la declaración de la afectada en cuanto a la
sustracción de su MP4, lo que de manera cierta, permite tenerlo presente a la hora
de analizar la plausibilidad de la hipótesis acusatoria del instructor.
Por otro lado, depuso Rodrigo Hernán Acuña Valeria, quien a través de la
primera diligencia realizada por él, dio cuenta de que el lugar referido por la
afectada efectivamente existía, procediendo el instructor a incorporar por medio de
su declaración un set fotográfico, las que fueron apreciadas por estas
magistrados, lo que permitió tener un mejor panorama de la dinámica en que se
57
produjeron los hechos. El testimonio de este funcionario policial además debe
relacionarse con lo depuesto en juicio por el perito José Parada Benavides, en
cuanto a la elaboración de planos planimétricos del sitio del suceso.
Así las cosas, de sus testimonios y las exhibiciones de las fotografías y
planos referidos, su pudo concluir, primeramente, que la víctima fue abordada en
plena vía pública por un sujeto, quien en las afueras de su casa ubicada en calle
Los Esquimales, la procedió a intimidar con un elemento cortopunzante, lugar
donde la afectada fue víctima del robo y violación.
Por último, cabe tener presente que el acusado Jesús Patricio López
Aguilar al momento de renunciar a su derecho a guardar silencio, manifestó en
relación al hecho signado como N ° 1 que fue detenido el día 30 de junio de 2008,
en las dependencias del Instituto Tecnológico Chileno. En relación a
este
presupuesto fáctico señaló, que informó al Fiscal presente en este juicio, que el
día 9 de junio de 2008, alrededor de las 19:00 horas, vio que una chica de 17 ó 18
años de edad, se bajaba de un transantiago, mientras manipulaba un MP4, ella lo
procedió a guardar y pensó sólo en robárselo. Buscó en el suelo un objeto, recogió
un pedazo de vidrio y la comenzó a seguir unas dos o tres cuadras. La abordó con
su mano izquierda, en la cual tenían su elemento corto punzante, el que era un
pedazo de vidrio, de no más de diez centímetros. Explicó, que a esta chica le
habló fuerte y rápido, la intimidó, le puso el elemento cortante en la parte derecha
del cuello, el que siempre mantuvo en esa zona, ella le entregó sin mayores
reparos su MP4. Le consultó si tenía algo más de valor y le solicitó que abriera su
mochila. Ella se la abrió y se cercioró que era efectivo lo que ella le había dicho.
Agregó, que al momento en que estaba agachada le requirió le practicara sexo
oral. En ese instante guardó el MP4 en su bolsillo. Indicó, que mientras la chica
seguía agachada, con su mano derecha se abrió el cierre de su pantalón, se bajó
los calzoncillos, su pene estaba erecto, mientras mantenía el objeto cortante en su
mano izquierda, tomándola por su cuello. Entonces bajo intimidación la obligó a
practicarle sexo oral, después eyaculó en la boca de la mujer. Reconoció, que
después de que eyaculó siguió excitado por unos minutos. Después, la chica se
puso de pie, le dio la espalda, ya que él la rodeaba por su cuello y le pidió que se
bajara su pantaleta, ella accedió a dicha petición -él no pudo efectuar dicha
conducta por tener sólo una mano libre, ya que en la otra tenía el pedazo de
vidrio-. Luego, tocó su mano derecha su zona púbica, como un roce, un toqueteo.
Respecto a ello, aclaró que no introdujo sus dedos en la vagina y dado lo anterior
no sabe como explicar las lesiones que ella presentó en esa zona. Precisó, que no
tenía un objetivo claro en que ella se bajara la pantaleta, sólo actuó producto de la
adrenalina. Relató, que después que ella se bajó la pantaleta, la acercó en dos
58
oportunidades bruscamente hacia él y entonces rozó con su pene su ano,
mientras tenía su mano derecha en la zona púbica.
Refirió, que esto ocurrió en la calle, en la vereda, en las afueras de una
casa, en la mitad del pasaje de nombre Los Esquimales, en un periodo de no más
de cinco minutos.
Puntualizó, que la especie que le sustrajo a esta víctima corresponde a un
MP4 de forma rectangular, de color negro, pantalla y botones al frente.
Indicó, que al salir del pasaje, botó en la orilla de la vereda el objeto
metálico y pedazo de vidrio, huyó con la especie en su bolsillo, en dirección a su
casa, la que quedaba a 300 ó 400 metros del lugar.
Agregó, que un día que estaba patinando, un sujeto le preguntó por el MP4
y decidió vendérselo.
Manifestó, que al finalizar el hecho N ° 1, no se percató hacia donde se
dirigió la afectada. Se imagina que al momento de ocurrir los hechos la víctima
estaba asustada.
En relación a la declaración prestada por el acusado, cabe tener presente
que fue capaz de reconocer el seguimiento que efectuó respecto de la víctima,
una vez que ésta se bajó del transantiago, dado que se había percatado que tenía
en su poder un MP4, el que en esos instantes decidió robárselo. Asimismo,
admitió haber intimidado a la afectada con un elemento cortante, razón por la cual
ésta le procedió a entregar la especie antes referida, acreditándose junto con los
elementos de prueba referidos con antelación la sustracción de especies muebles
contra la voluntad de su dueño, mediante la coacción de su voluntad.
En este orden de ideas su declaración se encuentra conteste con la
prestada por la afectada, en cuanto a las circunstancias de tiempo y lugar, esto es,
que el hecho ocurrió el día 9 de junio de 2008, alrededor de las 19:00 horas, en las
afueras de un inmueble ubicado en calle Los Esquimales, de la comuna de Las
Condes.
En efecto, según los dichos del encausado también resultaron de utilidad a
la hora de tener por cierto la introducción de su pene en la boca de la menor de
iniciales M.J.F.S, en el sentido que reconoció haberla obligado a practicarle sexo
oral, para posteriormente eyacular en dicha zona. Sólo existen imprecisiones y
desconocimiento en su declaración, en cuanto a no haber reconocido la
introducción de sus dedos en la vagina de la víctima antes individualizada y la
posterior penetración vía anal, presupuestos que se encuentran claramente
acreditados con la versión de la propia afectada, de las personas a quienes ella le
contó lo sucedido y sin lugar a dudas con los hallazgos físicos constatados por el
perito del Servicio Médico Legal, doctor Andrés Acosta Acevedo.
59
Son todos estos antecedentes los que llevan a la unanimidad de estas
sentenciadoras a tener por ciertos los hechos señalados en el veredicto
condenatorio y la participación del acusado en los mismos, en la forma en que se
analizará con posterioridad.
Por lo tanto y en atención a las consideraciones esbozadas en los
considerandos precedentes, este Tribunal de Juicio Oral en lo Penal,
apreciando en forma libre los elementos de prueba rendidos durante la
audiencia, de conformidad con lo estatuido en el artículo 297 del Código
Procesal Penal, ha adquirido la certeza, por unanimidad y más allá de toda
duda razonable, que se ha acreditado jurídicamente la siguiente verdad formal:
“El día 9 de junio de 2008, a las 18:45 horas aproximadamente, en los
instantes en que la menor de 17 años de edad, de iniciales M.J.F.S., caminaba por
la vía pública, específicamente por calle Los Esquimales de la comuna de Las
Condes, fue abordada por Jesús Patricio López Aguilar, quien se puso detrás de
ella, le colocó un elemento corto punzante en su cuello, le dijo que le obedeciera,
ya que en caso contrario, otro sujeto que iba con él la iba a matar. Acto seguido, le
exigió que le entregara su MP4, el que finalmente se lo sustrajo, la hizo agacharse
y revisar la mochila que portaba. En estas circunstancias Jesús López Aguilar se
bajó el cierre de su pantalón, sacó su pene, la obligó a practicarle sexo oral y
después de eyacular a tragarse su semen. Una vez ocurrido lo anterior, la menor
de iniciales M.J.F.S. se levantó y le dio la espalda al sujeto antes individualizado,
quien la tomó, la obligó a bajarse su falda y las calzas que llevaba puestas siempre con el elemento corto punzante en su cuello- le introdujo los dedos de la
mano en su vagina, para luego penetrarla analmente”.
A juicio de estas magistrados, los hechos anteriormente expuestos son
constitutivos del delito consumado de robo con violación en perjuicio de la menor
de iniciales M.J.F.S, tipo penal previsto y sancionado en el artículo 433 numeral
primero, en relación con el artículo 432, ambos del Código Penal.
En dicho sentido, nuestro legislador penal requiere para estar en presencia
de esta figura delictiva la concurrencia copulativa de los siguientes requisitos
propios de la figura general de robo -necesarios para entender la figura calificada
en comento-: a) que exista una apropiación de especies muebles ajenas con
ánimo de lucro; b) que esta apropiación se ejecute sin o contra la voluntad de su
dueño; y c) que sea ejecutada con violencia o intimidación, esto es, atendido el
carácter complejo y la naturaleza jurídica de esta figura -entendida como coacción
tendiente a la materialización de aquellos objetivos señalados en las letras a) y b)
precedentes-, a partir del empleo de aquellos medios que el artículo 439 citado
consagra entendiéndose ésta como maltrato de obra o bien “todo acometimiento,
60
de índole psicológico, no material, dirigido a presionar la voluntad del sujeto
pasivo” (Garrido Montt Mario, Derecho Penal, Parte Especial, Tomo IV, p.184.).
Así las cosas, la figura penal invocada es en definitiva un delito complejo,
toda vez que reúne una apropiación cuya consecuencia es la lesión de la
propiedad del sujeto pasivo y, a su vez, una coacción tendiente a lesionar la
libertad personal del afectado.
Dicha coacción, no es de cualquier clase. La naturaleza de este ilícito como
crimen, trae como consecuencia la exigencia de una coacción que debe
necesariamente entenderse o concebirse como una de carácter grave. Y esta
gravedad debe ser atendida la intensidad coercitiva de los medios empleados por
el sujeto activo para lograr la finalidad apropiatoria. En relación al concepto base
de intimidación, este tribunal lo entiende como una amenaza coercitiva grave, esto
es, debe hacer posible el ejercicio de una coacción particularmente intensa, no
siendo necesario que exista un peligro objetivo de irrogación al mal conminado ya
que “la gravedad de la amenaza no debe juzgarse por criterios extrínsecos a la
lesión del bien jurídico protegido, que es la libertad de acción” (Bascuñan
Rodríguez, Antonio, El robo como coacción, Revista de Estudios de la Justicia, N°
1, año 2002, p.55 y ss.).
Ahora bien, en lo que dice relación con el elemento anexo al tipo penal, que
escapa de la figura genérica del artículo 436 del Código Penal, debe señalarse
que la figura contemplada en el artículo 433 del texto citado se caracteriza por ser
un tipo alternativo mixto, susceptible de ser considerado como un delito
pluriofensivo en todas sus hipótesis alternativas, pues en todas ellas, además del
atentado contra la propiedad se comente un acto lesivo de la vida, la salud, la
autonomía sexual -como ocurre en el caso de marras- o la libertad personal de
alguien. En la mayor parte de las hipótesis, además, es claro que este atentado
contra bienes jurídicos personalísimos se añade a la lesión a la libertad personal
del que es portador el robo simple.
En lo que dice relación con la figura de robo con violación, que incorpora la
acción de acceso carnal por la vía vaginal, anal o bucal, ésta responde al modelo
interpretativo conocido por la doctrina como modelo del salteo -o asalto- según el
cual se requiere la creación de una situación de poder sobre las personas, siendo
la razón de su configuración el aprovechamiento de la vulnerabilidad e indefensión
de la víctima.
Dentro de dicho contexto, tanto la doctrina como jurisprudencia son
contestes en sostener que el sujeto activo debe realizar dos acciones típicas, una
apropiación con violencia o intimidación, y una violación, debiendo ser esta última
“(…) un complemento o agregado a la acción de apropiación, y no al revés, el
61
delincuente en esta figura penal debe perseguir adueñarse de una cosa ajena y
con ocasión de esa apropiación cometer el delito de violación” (Garrido Montt
Mario, Derecho Penal, Parte Especial, tomo IV, Editorial Jurídica de Chile,
Santiago, tercera edición, 2005, p.201).
Por
lo
tanto
para
que
este
tipo
complejo
se
presente
deben
necesariamente cometerse ambos delitos, el robo y la violación, con todas sus
exigencias típicas. En particular y siguiendo nuevamente al profesor Garrido, en lo
referente a la fuerza o intimidación, ésta debe concurrir tanto para los efectos del
apoderamiento de la cosa mueble, como para acceder carnalmente por la vía
vaginal, anal o bucal, debiendo ser muy próxima a la apropiación para que el delito
se presente.
La coacción, por tanto, debe estar presente en la apropiación del bien
ajeno, así como para lograr el acceso carnal respectivo. Se trata, en el caso del
robo con violación, de una adición de injustos, bajo los requisitos de simultaneidad
y aprovechamiento de la situación de poderío configurada por la coacción. Esto no
significa que el acceso carnal tenga que cometerse durante la realización de la
acción de apropiación o recepción de la cosa, sino que tiene que cometerse “con
aprovechamiento de la situación de poder sobre las personas que se origina con el
ejercicio de violencia o intimidación que es propio del robo” (Bascuñan Rodríguez,
Antonio, Delitos contra la propiedad: Delitos de expropiación con apropiación
correlativa, apuntes Facultad de Derecho Universidad de Chile, p.55)
El sustrato fáctico reseñado con anterioridad, se encuentra acreditado en
juicio, principalmente, con las declaraciones de M.J.F.S., Estrella San Martín
Verdugo y Marisol San Martín Verdugo, de los funcionarios policiales Fernando
Álvarez Jeldes, Leonardo Enrique Grimalt Catalán, Rodrigo Hernán Acuña Valeria,
Javier Eduardo Croker Acosta, Romina Paz Lagos Vidal, de los peritos Andrés
Acosta Acevedo, Marjorie Vallefín Carvallo y Pamela Reyes Báez, quienes
declararon en audiencia, en forma coherente, precisa y concordante, respecto de
los hechos que se han dado por establecidos en el motivo precedente, aunado a
las fotografías y planos incorporados mediante su exhibición y a lo depuesto por el
propio acusado en juicio.
En efecto, la prueba personal consistente en el testimonio de M.J.F.S, quien
refirió haber sido víctima de una sustracción de especies seguida de una violación
posterior, ambas con intimidación, resultó confirmada no sólo por lo depuesto por
las personas que interactuaron con la afectada una vez ocurridos los hechos, tanto
en lo que dice relación con su madre y su tía, como con los funcionarios policiales
que estuvieron a cargo de la investigación, sino que además, resultaron ratificadas
desde el punto de vista de la ciencia médica y química con las conclusiones
62
obtenidas por los profesionales del Servicio Médico Legal y del Laboratorio de
Criminalística de la Policía de Investigaciones de Chile, quienes confirmaron la
idea de que la menor de iniciales M.J.F.S. fue penetrada analmente, siendo
compatible su versión con los datos objetivos concluidos en los exámenes
respectivos.
En síntesis, según lo depuesto por el perito del Servicio Médico Legal
Andrés Acosta Acevedo, sólo a unas horas después de ocurridos los hechos,
examinó a la menor de iniciales M.J.F.S, a la sazón de 17 años de edad, quien le
relató, en términos generales, la misma versión expuesta por ella en la audiencia
de juicio oral. En cuanto al examen genital, refirió el profesional que pudo detectar
eritema a nivel de la mucosa de la orquilla vulvar y el introito vaginal. Aseveró, que
al examen proctológico presentaba el canal anal erimatoso y pliegues anales a las
doce y una según sentido horario. Su conclusión fue que el examen genito anal de
la víctima presentó lesiones agudas secundarias compatibles con descripción y
denuncia efectuada por la paciente, esto es con la penetración vía anal y con la
introducción de dedos en la zona de la vagina.
De esta forma, en base a este antecedente se descarta la tesis de la
defensa en torno a indicar que el acusado no penetró analmente a la afectada,
toda vez que de acuerdo a lo depuesto por el profesional del Servicio Médico
Legal existieron lesiones en la zona antes indicada, las cuales en su opinión
encontraban su justificación a la luz del relato de la víctima.
Por otro lado, el facultativo del Servicio Médico Legal resultó de una
relevancia manifiesta a la hora de analizar la declaración de los peritos químicos
del Laboratorio de Criminalística Central de la Policía de Investigaciones de Chile,
los que vinculan directamente al acusado con las muestras habidas en el calzón
entregado por la víctima a dicho profesional médico.
Por el momento, quedémonos con que el profesional confirmó el hallazgo
de eritemas en la zona de la vagina y pliegues anales a las doce y una según
sentido horario y que, a su juicio, lo más probable es que la primera de las
constataciones dijera relación con la introducción de dedos y la segunda sin lugar
a dudas con la penetración vía anal, compatible todo ello con lo descrito por la
examinada.
De esta forma, en cuanto a la manera en que ambas lesiones pudieron
producirse, el experto fue enfático en sostener una teoría acorde con la versión de
la afectada y evidentemente con la imputación del persecutor.
Este experto de la ciencia médica dio antecedentes potentes a estas
jueces para concluir, cada vez con mayor seguridad, que la historia planteada por
la afectada en su declaración, se encuentra fundada en antecedentes objetivos y
63
concretos que permiten con certeza y mas allá de toda duda razonable, afirmar
que M.J.F.S. fue penetrada analmente, accedida vía bucal, además de habérsele
introducido los dedos en la zona de su vagina, en la tarde del día 9 de junio de
2008, sin su consentimiento y en forma forzada, presentando los hallazgos físicos
referidos con antelación.
Además, el Ministerio Público dio cuenta a través de las declaraciones de
Estrella San Martín Verdugo, Marisol San Martín Verdugo, funcionarios policiales
que tomaron contacto con la afectada el día de los hechos, tales como Romina
Paz Lagos Vidal y Fernando Álvarez Jeldes y del médico del Servicio Médico
Legal Andrés Acosta Acevedo, las funestas consecuencias que tuvo para M.J.F.S.
el verse expuesta a una experiencia traumática de esta naturaleza.
Finalmente, según se ha explicitado con antelación existen otros elementos
de cargo que fueron importantes a la hora de dar detalles relativos a la dinámica
de los acontecimientos propios del hecho típico, unido al contexto en que este se
produjo.
El primer dato de esta naturaleza lo constituye el testimonio del deponente
Fernando Álvarez Jeldes, quien en su calidad de funcionario de la Brigada de
Delitos Sexuales de la Policía de investigaciones de Chile, le correspondió tomar
declaración a la menor de iniciales M.J.F.S., realizar diligencias posteriores a los
hechos, en las que tuvo contacto directo con la afectada, obteniendo información y
datos interesantes a la hora de su esclarecimiento.
Un primer aporte dado por el testigo en cuestión, consistió en confirmar la
versión de la afectada en el sentido que en dicha oportunidad además de la
agresión sexual, se le sustrajo un MP4, circunstancia además reconocida por el
propio acusado.
En definitiva, a partir de dicho testimonio puede obtenerse un importante
indicio en torno a la verosimilitud de la declaración de la afectada en cuanto a la
sustracción de su MP4, lo que de manera cierta, permite tenerlo presente a la hora
de analizar la plausibilidad de la hipótesis acusatoria del instructor.
Por otro lado, depuso Rodrigo Hernán Acuña Valeria, quien a través de la
primera diligencia realizada por él, dio cuenta de que el lugar referido por la
afectada efectivamente existía, procediendo el instructor a incorporar por medio de
su declaración un set fotográfico, las que fueron apreciadas por estas
magistrados, lo que permitió tener un mejor panorama de la dinámica en que se
produjeron los hechos. El testimonio de este funcionario policial además debe
relacionarse con lo depuesto en juicio por el perito José Parada Benavides, en
cuanto a la elaboración de planos planimétricos del sitio del suceso.
Así las cosas, de sus testimonios y las exhibiciones de las fotografías y
64
planos planimétricos, se pudo concluir, primeramente, que la víctima fue abordada
en plena vía pública por un sujeto, quien en las afueras de su casa ubicada en
calle Los Esquimales, la procedió a intimidar con un elemento cortopunzante, lugar
donde la afectada fue víctima del robo y violación.
Pues bien, en el caso que nos convoca, no existen dudas, a juicio de estas
magistrados, en lo que dice relación con la existencia de una apropiación de
especies muebles ejecutada por el acusado en perjuicio de la menor de iniciales
M.J.F.S. Al respecto, es su propia declaración la que nos da luces en torno a la
sustracción de un MP4. Por otro lado, el propio imputado al momento de renunciar
a su derecho a guardar silencio y prestar declaración reconoció haberle sustraído
a dicha víctima un MP4, el que finalmente lo vendió. Todo lo anterior, unido a que
la afectada durante toda la fase de investigación fue clara en torno a ratificar la
sustracción de la indicada especie, llevan a estas sentenciadoras a tener por cierta
la sustracción por parte del acusado de un MP4 de la víctima, el día 9 de junio de
2008.
Además, dicha apropiación fue realizada mediando intimidación consistente
en amenazas y acometimiento psicológico. El primer momento en que se advierte
dicha coacción es el acercamiento de López Aguilar a la víctima mientras ésta se
encontraba en las afueras de su casa. Producto de estas amenazas -el acusado la
tomó por detrás, le puso un elemento corto punzante en su cuello y le dijo que si
no accedía a sus peticiones, un sujeto que estaba con él la iba a matar - hacen
concluir que en todo momento la afectada se encontraba coaccionada,
sustrayéndole un MP4. En este sentido cabe recordar que el propio acusado
reconoció la intimidación y las amenazas efectuadas a la víctima, no sólo desde el
punto de vista del elemento corto punzante que puso en su cuello, sino de haberle
proferido que si no accedía a sus requerimientos otro sujeto la iba a matar.
Pero el actuar típico del acusado no terminó ahí. Manteniendo la
intimidación, obligó a la menor de iniciales M.J.F.S a practicarle sexo oral y
después de eyacular en su boca a tragarse el semen. Posteriormente, el acusado
introdujo sus dedos en la vagina de la menor para luego penetrarla vía anal.
Las acciones descritas con anterioridad, se enmarcan claramente dentro de
la figura penal precedentemente analizada. Al respecto, el actuar final de López
Aguilar, sin duda constituyó una acción complementaria o agregada a la
apropiación de especies corporales muebles realizadas momentos antes,
aprovechándose el acusado de la coacción utilizada en el delito de robo intimidación por medio de amenazas de utilizar un elemento corto punzante-,
produciéndose simultáneamente, con aprovechamiento de la situación de poder
que tenía sobre la víctima, la que se había originado con el ejercicio de la
65
intimidación propia del delito de robo. En este sentido, no debe olvidarse que la
víctima es menor de edad y el delito de violación en este caso está fundado en la
protección de su indemnidad sexual.
En consecuencia, se acreditó en el presente juicio el acceso carnal que tuvo
el acusado a través de la introducción de su pene en el ano y la boca de la víctima
de iniciales M.J.F.S. Al respecto, cabe precisar que existe pleno acuerdo, en la
doctrina y en la jurisprudencia, en orden a que la penetración no requiere ser
completa, lo cual equivale a decir que para tener por consumada la violación basta
con que una parte del pene haya ingresado en el interior de alguna de las
cavidades anteriormente nombradas, situación que sin lugar a dudas se ha
configurado en la especie. En efecto, se ha acreditado en el presente juicio oral
que el pene del acusado rebasó los labios y el esfínter anal de la afectada.
En síntesis, en la especie se materializó la adición de injustos, bajo el
marco de aprovechamiento y simultaneidad que requiere la configuración del tipo
penal en comento, debiendo, por tanto, calificarse los hechos de la manera
solicitada por el titular de la acción penal pública.
Finalmente, no se tendrá por cierto la existencia de un cuchillo como
elemento que le sirvió al acusado para llevar a cabo la intimidación de la víctima,
dado que ésta reconoció no haber visto dicho elemento, sino sólo sentirlo. De esta
forma, estas sentenciadoras tendrán por cierto que este corresponde a un objeto
corto punzante, no pudiendo precisarse su tipo o clase.
Corresponde a continuación, referirse a todos aquellos elementos de cargo
presentados por el Ministerio Público tendientes a acreditar la participación del
imputado López Aguilar en uno de los hechos motivo del escrito acusatorio.
Un primer aspecto que debe tenerse en cuenta a la hora de referirnos a
este tópico, dice relación con el hecho objetivo de que durante toda la fase de
investigación, desde sus inicios hasta la audiencia de juicio oral, no existió ninguna
duda por parte de la afectada M.J.F.S que Jesús López Aguilar fue el sujeto que la
intimidó, le sustrajo su MP4 para finalmente obligarla a practicarle sexo oral y a
penetrarla analmente.
En este mismo orden de ideas, según se ha explicitado en los párrafos
precedentes depusieron los funcionarios policiales Fernando Álvarez Jeldes,
Leonardo Enrique Grimalt Catalán, Rodrigo Hernán Acuña Valeria, Javier Eduardo
Broker Acosta y Romina Paz Lagos Vidal, quienes en forma conteste señalaron la
forma en que se logró identificar al autor de estos hechos, esto es, a través de la
recepción en la Brigada de Delitos Sexuales de un correo electrónico, en el cual se
les señalaba que el autor de las agresiones sexuales ocurridas en esa época en la
comuna de Las Condes, se condecía con las características físicas de Jesús
66
López, quien además se indicó registraba una condena por una causa de similar
naturaleza. De esta forma, explicaron que a través de diversas diligencias
investigativas pudieron determinar la identificación completa de esta persona,
quien correspondía a Jesús López Aguilar, el que efectivamente registraba en su
Extracto de Filiación y Antecedentes una causa por abuso sexual, seguida en la
Fiscalía Centro Norte Metropolitana. De esta forma, relataron que se procedió a
revisar dicha carpeta investigativa constatando la existencia de un calzoncillo, el
que había sido incautado al acusado en ese anterior procedimiento, cuya muestra
genética fue posteriormente comparada con la existente en el calzón de la
afectada de iniciales M.J.F.S, arrojando una coincidencia en un 99.99%, según lo
depuso en juicio la perito Pamela Reyes Báez.
Aún más la participación del acusado no sólo se encuentra acreditada con
este último antecedente, sino que a través de la pericia efectuada por la perito
Marjorie Vallefín Carvallo, quien realizó la comparación del isopado bucal de Jesús
López Aguilar con la parte trasera media del referido calzón, el que también
determinó que ambos materiales genéticos coincidían en un 99.99%.
En síntesis, cabe tener en cuenta a la hora de referirnos a este tópico, lo
que dice relación con el hecho objetivo de que durante toda la fase de
investigación, desde sus inicios hasta la audiencia de juicio oral, no existió ninguna
duda por parte de la afectada M.J.F.S, que Jesús López Aguilar fue el sujeto que
la intimidó, le sustrajo su MP4 para finalmente obligarla a practicarle sexo oral y a
penetrarla analmente.
En este orden de ideas se desestimará la alegación de la defensa en torno
a indicar que el reconocimiento en set fotográfico que efectuó la afectada en la
etapa de investigación fue de carácter inductivo, fundado en la idea que se le
exhibieron en dicha instancia dos fotografías del acusado. Al respecto cabe
precisar que en dicho set se incluyeron dos imágenes del acusado con diferentes
características, esto es, con o sin expansor en su oreja y diecisiete personas más
y que según los dichos de la funcionario de investigaciones Romina Lagos Vidal,
la menor reconoció a Jesús López Aguilar sin ninguna vacilación.
De esta forma, queda de manifiesto que esta diligencia fue realizada en
condiciones de no poder ser influenciados o inducidos por la opinión o
reconocimientos ajenos al propio recuerdo personal de la víctima del ilícito,
habiéndose evitado el hecho de mostrársele por ejemplo a un solo individuo o
realizado en forma conjunta con las afectadas de los otros ilícitos, unido además
que se contenían dos fotografías del acusado con características físicas distintas,
esto es, con y sin expansor en su oreja.
Por lo demás cabe señalar que de acuerdo a lo depuesto por el funcionario
67
de investigaciones Fernando Álvarez Jeldes este reconocimiento fotográfico
estuvo precedido por la declaración prestada por la afectada el mismo día en que
ocurrieron los hechos, en la cual dio características físicas de su agresor, lo que
permite otorgar mayor credibilidad a su sindicación, en el sentido que se puede
corroborar con posterioridad si dichas particularidades son las presentadas por la
persona del acusado.
Por otro lado, declararon en juicio los funcionarios policiales Fernando
Álvarez Jeldes, Leonardo Enrique Grimalt Catalán, Rodrigo Hernán Acuña Valeria,
Javier Eduardo Broker Acosta y Romina Paz Lagos Vidal, quienes en forma
conteste señalaron la forma en que se logró identificar al autor de estos hechos,
esto es, a través de la recepción en la Brigada de Delitos Sexuales de un correo
electrónico, en el cual se les señalaba que el autor de las agresiones sexuales
ocurridas en esa época en la comuna de Las Condes, se condecía con las
características físicas de Jesús López, quien además se indicó registraba una
condena por una causa de similar naturaleza. De esta forma, explicaron que a
través de diversas diligencias investigativas pudieron determinar la identificación
completa de esta persona, quien correspondía a Jesús López Aguilar, el que
efectivamente registraba en su Extracto de Filiación y Antecedentes una causa por
abuso sexual, seguida en la Fiscalía Centro Norte Metropolitana. De esta forma,
relataron que se procedió a revisar dicha carpeta investigativa constatando la
existencia de un calzoncillo, el que había sido incautado al acusado en ese
anterior procedimiento, cuya muestra genética fue posteriormente comparada con
la existente en el calzón de la afectada de iniciales M.J.F.S, arrojando una
coincidencia en un 99.99%, según lo depuso en juicio la perito Pamela Reyes
Báez.
En relación a este punto se rechazará la alegación de la defensa fundada
en que se perició el referido calzoncillo sin autorización del Fiscal de la causa y del
imputado, afectándose con ello el debido proceso, toda vez que a su juicio se
vulneró el derecho a la propiedad y a la intimidad de Jesús López Aguilar.
Respecto a este punto cabe precisar que dicho calzoncillo fue incautado al
acusado en situación de flagrancia, en la causa RUC 0700603642-9, seguida por
los delitos de abuso sexual, investigada por la Fiscalía Centro Norte, concluida por
sentencia dictada en procedimiento abreviado, en el mes de diciembre de 2007,
según lo depusieron la perito Pamela Reyes Báez y la testigo Viviana Carolina
Urrutia Moscoso.
En efecto, de acuerdo con el artículo 2 de la Ley Orgánica Constitucional
del Ministerio Público N ° 19.640, el ente persecutor puede realizar actuaciones
procesales a través de cualquiera de los fiscales, siempre que sean éstas con
68
sujeción a lo dispuesto en la Ley. De esta forma, resulta indiferente si la
autorización para trasladar el calzoncillo -previamente incautado- al Laboratorio de
Criminalística de la Policía de Investigaciones de Chile, emanó de la Fiscal Marcia
Arancibia y no del Fiscal Ignacio Pinto, en atención a que se considera que
cualquiera de estos funcionarios puede ordenar o permitir diligencias dentro de la
fase de instrucción, lo que no se ve alterado por lo dispuesto en el artículo 77 del
Código Procesal Penal, por el hecho de tratarse de actuaciones que tenían como
único fin esclarecer quien era el autor del hecho signado como N ° 1, lo que
constituye uno de los objetivos principales del titular de la acción penal.
Por otra parte, estiman estas Magistrados que en ningún caso se ha
configurado una vulneración de garantías fundamentales del acusado, toda vez
que esta diligencia recayó en un objeto -calzoncillo- que se encontraba fuera de la
esfera de protección constitucional y legal, por el hecho de tratarse de un bien
incautado en un procedimiento por delito flagrante, que culminó con la dictación de
una sentencia definitiva condenatoria, siendo aplicable lo dispuesto en el artículo
31 del Código Penal, en el sentido que toda pena que se imponga por un simple
delito lleva consigo la pérdida de los efectos de que él provengan y de los
instrumentos con que se ejecutó, apartándose por tanto del marco de resguardo
propio de los derechos esenciales relativos a la propiedad e intimidad del acusado.
Aún más la participación del acusado no sólo se encuentra acreditada con
este último antecedente, sino que a través de la pericia efectuada por la perito
Marjorie Vallefín Carvallo, quien realizó la comparación del isopado bucal de Jesús
López Aguilar con la parte trasera media del referido calzón, el que también
determinó que ambos materiales genéticos coincidían en un 99.99%.
Es así como de todos los elementos de cargos antes indicados se puede
tener la certeza, sin contravenir las reglas de la lógica, las máximas de la
experiencia
y
siendo
acordes
y
consecuentes
con
los
conocimientos
científicamente afianzados de la ciencia médica, que Jesús Patricio López Aguilar,
tuvo una participación directa en los hechos acaecidos la mañana del día 9 de
junio de 2008, en la persona de la menor de iniciales M.J.F.S., en calidad de autor
en los términos del artículo 15 N ° 1 del Código Penal.
II.- En cuanto al hecho signado como N ° 2 (robo con intimidación y
abuso sexual en la persona de la menor de iniciales C.A.D.C.):
En lo que dice relación con la acusación formulada por el Ministerio Público
en contra de Jesús López Aguilar en calidad de autor de un delito de robo con
intimidación y abuso sexual en la persona de la menor de iniciales C.A.D.C.,
ocurrido la comuna de Las Condes de esta ciudad con fecha 16 de abril de 2008,
69
con el fin de tener por ciertos aquellos presupuestos imputativos descritos en el
auto acusatorio, se presentó por parte de los acusadores en estrados el testimonio
de la menor afectada, esto es, la niña C.A.D.C.
Su testimonio, resultó para estos sentenciadores completamente útil y
necesario a la hora de analizar la dinámica, circunstancias y forma en que se
iniciaron los incidentes de aquel día, siendo esta afectada capaz de relatar de una
manera muy completa todas las circunstancias y antecedentes que rodearon los
hechos investigados, tanto en lo que dice relación con el ilícito, como en cuanto a
la participación del acusado en ellos.
Es así como en un primer punto, la referida víctima resultó certera y
coherente con los demás medios probatorios en cuanto se refiere a plantear el
inicio de los acontecimientos, refiriendo en estrados que el día de los hechos,
aproximadamente a las 13:50 horas, salió de su colegio -refirió haber tenido 16
años a la época del delito-, se fue caminando a su casa ubicada en la comuna de
Las Condes, entró a un pasaje, sacó su celular, caminó por la Plaza Monte
Grande, ingresó a su calle y se percató en esos momentos que un hombre la
seguía, pero no se dio vuelta a mirarlo, continuando su camino ya que el individuo
se hizo el desentendido. Precisó, que este sujeto, al entrar al pasaje, se le acercó
a una distancia de cuatro o cinco metros. A la altura de la casa de su vecino, el
sujeto la tomó por el cuello con un cuchillo, el que llevaba en su mano derecha
mientras le decía que no se podía arrancar, que no gritara o corriera, sino la iba a
matar, recordando que todo esto se lo decía en forma agresiva y violenta. Explicó,
que al momento en que la abordó con el cuchillo la apegó contra su cuerpo, le
preguntó con qué andaba y ella le dijo que con su celular. Entonces, ella abrió su
mochila y le entregó su teléfono, siempre de espaldas a él. Después, la arrinconó
contra un árbol que estaba en las afueras de la casa de su vecino, siempre con un
cuchillo en el cuello, para que ella no tuviera escape. Luego este sujeto le pidió
dinero, ella le mostró su mochila y su billetera, a fin de que él se diera cuenta que
no tenía nada más de valor. Después, le dijo entonces “me vas a correr una paja”,
bajándose los pantalones, mientras ella le expresó que se llevara su celular y que
no le hiciera nada. Puntualizó, que en ese momento él estaba al lado de ella, dado
que se estaba bajando los pantalones antes de la rodilla. Agregó, que mientras los
dos estaban de pie, este sujeto también se bajó los calzoncillos, tenía su pene
erecto y la obligó a masturbarlo debiendo tomar con sus manos el pene del
individuo, efectuando movimientos rápidos con sus manos, para luego caer el
semen en su ropa y en el pasto. Afirmó, que accedió a su petición porque tenía
miedo.
Al analizar su testimonio, se puede apreciar que este presenta una serie de
70
características que hacen que estos magistrados le otorguen plena validez a sus
dichos. En primer lugar, porque su declaración es coherente y lógica,
estableciendo secuencias y una cronología acorde con la dinámica de los delitos
de esta naturaleza. En segundo lugar, porque es capaz de referir detalles de
contexto y de interacciones que solo un testigo que vivenció lo relatado puede
expresar. Finalmente, porque al narrar el punto relativo a la vulneración de su
indemnidad sexual, en particular cuando el sujeto la obligó a realizarle vocaciones
en sus genitales, la testigo lo refirió llorando en estrados, lo que evidencia
claramente una concordancia ideo-afectiva con su relato.
Todo lo anterior, permite a estos jueces razonar en el sentido de que su
declaración goza de plena coherencia interna.
Continuó la afectada señalando que, luego de ocurrido lo anterior, este
sujeto se subió los pantalones y salió corriendo con su celular, ya que venían dos
personas. Una vez materializado el delito entró a su casa, no podía hablar debido
a que estaba en shock, tenía el cuello sangrando y le contó a su mamá lo que
había ocurrido, quien además la limpió. Indicó, que su papá realizó la denuncia a
Carabineros, quienes a su vez la derivaron a Investigaciones, lugar en donde se le
exhibieron fotografías, efectuó un retrato hablado y le sacaron fotos de su herida
del cuello. En relación a este punto, existe prueba presentada por el Ministerio
Público que ratifica sus dichos, otorgándole coherencia externa. En efecto, en la
audiencia de juicio oral el instructor exhibió otros medios de prueba signado en el
auto de apertura con el N ° 5, identificando la víctima en la fotografía N ° 3, el
primer y segundo corte de la zona de su cuello, costado izquierdo. Precisó, que
este sujeto le puso el cuchillo en esa zona y que el movimiento que él hizo
consistió en rodear dicha zona.
Con lo anterior la menor en comento dio cuenta de lo dispuesto en el inciso
final del artículo 309 del Código Procesal Penal, dando plena razón de sus dichos.
Continuó puntualizando, que el celular que le sustrajo este individuo era uno
de marca Nokia, de la compañía Entel, de color gris, el que tenía una marca en la
parte de atrás, que ella le había hecho. Respecto a este tópico, la testigo
complementó sus dichos ratificándolos plenamente una vez que el Ministerio
Público le exhibió en la audiencia de juicio otros medios de prueba signado en el
auto de apertura como N ° 4, identificando en la fotografía N ° 1, su celular de
color gris entero con la referida marca, todo lo cual permite seguir razonando en el
sentido de apreciar una coherencia en su testimonio que potencia su relato como
prueba de cargo.
En cuanto a sus vestimentas, refirió la menor que ese día iba vestida con
uniforme, falda, chaqueta y calcetines.
71
Precisó, que al momento en que este sujeto se le acercó, le tomó el brazo
por el cuello. Aclaró, que en la mano derecha tenía el cuchillo. Luego, admitió que
no pudo ver que se trataba de un cuchillo, sino de algo que al menos pudo
describir como filoso.
Respecto a la individualización de su agresor, esta testigo también aportó
datos muy útiles y vinculó directamente a López Aguilar en estos hechos, al referir
que el día de los hechos llegó Paz Ciudadana a su casa, quienes le pidieron que
efectuara una descripción del sujeto, señalando en dicha instancia que vestía
polerón negro con capucha, jeans oscuros, zapatillas, de 19 ó 20 años de edad,
tez morena, ojos oscuros, más alto que ella, pelo negro, nariz rara, grande, orejas
tapadas con un gorro. Expresó, que después en la Policía de Investigaciones
efectuó un retrato hablado del agresor, respecto del cual no estuvo conforme con
su resultado. También se le exhibió un set fotográfico, no pudiendo sindicar a
ningún individuo como el autor de los hechos de que fue víctima.
Manifestó, que participó en dos reconocimientos en la Comisaría del Alba,
en uno de ellos identificó a una persona de entre nueve, pero le dijo a su papá que
no estaba segura de que fuera este sujeto el autor de su agresión por su color de
piel y estatura. Explicó, que ello no lo hizo bien, porque estaba nerviosa. Aclaró,
que este individuo no es el mismo, el que ha reconocido en esta audiencia. El
señor defensor le exhibió una fotografía de Francisco Javier Azúa Cubillos,
signada en el auto de apertura como prueba del acusado.
Agregó, que en otra ocasión hizo un retrato hablado en su casa, cuyo
resultado le pareció más conforme.
Participó en otro reconocimiento en la Fiscalía Oriente entre nueve o diez
sujetos, encontrándose en ellos el individuo que se encuentra en la audiencia de
juicio oral, reconociéndolo en la Comisaría del Alba. Pidió que le mostraran sus
manos, porque ellas se las vio en distintas oportunidades. En esa instancia
reconoció al sujeto que está presente en esta audiencia.
Precisó, que la fecha de este segundo reconocimiento fue el 9 de junio de
2008, encontrándose en ese momento un abogado defensor.
Su testimonio anterior permite a estos jueces confirmar la vinculación del
acusado con el delito que se le imputa. En ese sentido esta afectada realizó un
descripción muy minuciosa y acorde con las características del acusado previo a
su detención, explicitando incluso sus vestimentas, todo lo cual potencia su
testimonio y permite concluir en la existencia de un reconocimiento positivo
realizado con posterioridad, atendidas las descripciones previas realizadas por la
agredida.
72
Asimismo, esta testigo también fue capaz de vincular indirecta o
tácitamente a López Aguilar con estos hechos, refiriendo que meses después la
llamaron, informándole que habían encontrado teléfonos en la casa del acusado.
La citaron a la Policía de Investigaciones a reconocer su teléfono, oportunidad en
que pudo identificar el de su propiedad, dado que estaba marcado con cosas que
ella le había hecho, pintado en la parte de atrás, la tapa de la batería mordida,
más viejo que el otro.
Finalmente, y en relación a las secuelas existentes, explicó que este hecho
le ha traído numerosas consecuencias en su vida, refiriendo que al comienzo se
sentía mal, sucia, pero no se lo decía a nadie. Estuvo en tratamiento psicológico
por más de un año. Luego, la Fiscalía la derivó a un psicólogo del Estado.
Comentó que le habían “cagado la vida”, pero después aprendió que las cosas
pasan por algo. Agregó, que debido a todo lo que le sucedió, su familia ha estado
mal.
En síntesis, se trata de un testimonio que goza de plena coherencia interna
por el hecho de ser uniforme e invariable a través del tiempo, ratificado por otros
medios probatorios, unido a la coherencia externa en relación a la prueba material
exhibida y relacionada directamente con la afectada, así como también por
aquellos relatos que a continuación se esbozarán.
Asimismo, y continuando con la prueba presentada por el instructor,
compareció en estrados como evidencia, el que ratificó los dichos de la menor
afectada, el padre de esta, don Luis Duffe Ulloa. Lo primero que se debe señalar
respecto de este
deponente es que sus dichos resultaron particularmente
similares los de la víctima, repitiendo incluso los mismos detalles y situaciones de
relevancia, con diferencia sólo en cuanto a matices respecto de su forma de
explicar su intervención, pero que en lo esencial y en lo que importa -las
circunstancias y dinámica- resultaron completamente contestes, todo lo cual
permite concluir la plena veracidad y credibilidad de los dichos de la volentada.
En efecto, este testigo refirió en estrados que el día 16 de abril de 2008,
recibió un llamado de su señora, a las 13:00 horas aproximadamente, la que en
una forma bastante desesperada le informó que su hija había sido asaltada en un
lugar cercano a su domicilio. Refirió que él se dirigió su hogar de inmediato y al
llegar pudo ver a su hija bastante shoqueada. Esta le contó que un individuo la
tomó por la espalda y le puso un cuchillo en el cuello, para posteriormente darse a
la fuga por la Plaza Monte Grande, señalándole en un primero momento que este
sujeto le había sustraído el celular, recordando que después su señora le contó
más detalles del hecho, entre ellos que el sujeto le colocó un cuchillo en el cuello,
le pidió que le entregara su celular y su billetera, pidiéndole que lo masturbara,
73
mientras la amenazaba con el cuchillo. A su hija le quedaron las marcas en el
cuello,
las
cuales
fueron
registradas
en
fotografías
en
la
Policía
de
Investigaciones.
En cuanto a las diligencias propias de investigación, relató al tribunal que el
mismo tomó contacto con Paz Ciudadana y relató estos hechos en la 17 °
Comisaría de Las Condes, agregando que a su hija se le exhibieron fotografías y
realizó un retrato hablado en Investigaciones, pero su hija no quedó conforme con
ese retrato, ya que habían transcurrido muy pocas horas del acontecimiento y
estaba muy afectada por lo ocurrido.
Refirió que pasó un tiempo en que Investigaciones los citó nuevamente,
mostrándoles un set con doce o trece celulares, pidiéndole a su hija si podía
reconocer alguno como de su propiedad, recordando que la menor identificó su
teléfono por ciertas marcas que ella le había hecho.
Este dato resultó fundamental a la hora de vincular al acusado con estos
hechos, por el hecho de haber encontrado esta evidencia precisamente en su
domicilio al momento de la realización de diligencias investigativas al ser detenido.
Es así como la tenencia del teléfono en cuestión permiten otorgar indicios de peso
en lo que dice relación con su vinculación material con este delito.
Asimismo, y en cuanto a la diligencia de reconocimiento en rueda de
imputados, refirió este testigo que fueron llamados a la 47 ° Comisaría de Los
Dominicos, recordando que su hija identificó a una persona, señalando que no
estaba tan segura porque, según su recuerdo, el autor de los hechos era más
moreno que el que ella había identificado. Un mes después acompañó a la niña a
la Fiscalía, mostrándole una persona determinada, a quien reconoció claramente
como su victimario y que corresponde al acusado Jesús López, agregando que
entre el primer sujeto y el referido existen ciertos rasgos de similitud, recordando
que su hija se aseguró pidiendo que mostraran sus manos, acercándose más al
ventanal. Refirió que en ese momento su hija reaccionó llorando, ya que todo
resultó muy doloroso y traumático para ella.
Las declaraciones de este testigo en relación a este punto permiten
clarificar al tribunal que el reconocimiento efectuado en la fase de instrucción
resultó de una diligencia plenamente válida, dando plena razón de las razones por
las cuales la menor logró sindicar al acusado como el autor de los hechos, y
explicando satisfactoriamente el motivo por el cual la niña no estaba tan segura de
la efectividad del primero de los reconocimientos, teniendo en cuenta la similitud
entre el acusado y el primer sujeto detenido.
Es por lo anterior, que estos magistrados le darán pleno valor al
reconocimiento efectuado en la audiencia de juicio oral al acusado, por el hecho
74
de resultar conteste con las diligencias investigativas recientemente expuestas, lo
que unido al testimonio de su padre, permiten otorgarle el grado de coherencia
necesario para constituir prueba acreditativa del hecho punible y de la
participación del acusado.
Finalmente, otro dato probatorio que resultó esencial para conectar al
acusado en este delito, es el testimonio en estrados del Subinspector de la Policía
de Investigaciones de Chile, don Fernando Álvarez Jeldes, quien se desempeña
en la Brigada de Delitos Sexuales, el que fue capaz de dar cuenta de las diversas
diligencias realizadas en esta causa desde las denuncias efectuadas por las
menores, hasta la identificación del acusado como el autor material de los hechos
y la incautación de evidencia en su domicilio.
En lo que dice relación con este capítulo, refirió este testigo que, producto
de su trabajo, tomó conocimiento el día 16 de abril de 2008, cuando tomaron
contacto con la menor de iniciales C.A.D.C, que esta había sido objeto de un
delito, refiriendo la niña que un sujeto la había abordado por la espalda,
obligándola a masturbarlo y que el sujeto había eyaculado en el pasto, pero
debido a las condiciones climáticas les fue imposible levantar muestras de ese
lugar. Miraron y no encontraron nada. No quedó evidencia física lo que la menor
les contó en este sentido.
En cuanto a sus dichos, este dio plena razón de ellos, justificando su relato
a través del cotejo de prueba material consistente en parte del set fotográfico
incorporado por el Ministerio Público, todo lo cual dio plena veracidad y
credibilidad a su testimonio, refiriendo recordar que la menor tenía pequeños
cortes en la parte lateral del cuello, reconociendo estos a través de la exhibición
de las fotografías N° 3, 4 y 5 del set, en las cuales se puede apreciar claramente el
cuello de la menor, advirtiendo dos cortes, tipo rasguños, lo que demuestra la
efectividad del relato de la afectada, máxime si es este mismo testigo el que indica
que estas fotografías las tomaron el mismo día de los acontecimientos.
Asimismo, y en cuanto a las diligencias posteriores, explicó este deponente
que el 4 ° Juzgado de Garantía de Santiago les dio una orden de entrada y
registro al domicilio del acusado una vez identificado este como el agresor de
varias víctimas, entre ellas la menor en comento. Refirió que una vez detenido el
sujeto el día 30 de junio de 2008, realizaron el registro del domicilio
aproximadamente a las 19:00 horas, y que dentro del hogar de López Aguilar,
buscaron ropa según la descripción de las víctimas, como asimismo especies
sustraídas a estas últimas. Al momento de cumplir la diligencia se incautaron
varias especies del acusado, tales, como cortaplumas, ropa, encontrando además
cuatro teléfonos celulares, procediendo a llamar aquellos números registrados
75
como “mamá" o “papá”, preguntando si sus hijas o hijos habían sido víctimas de
algún hecho, recordando que se citó para el día 1° de junio a la menor de iniciales
C.A.D.C junto con su padre
Finalmente, este deponente dio plena razón de sus dichos y confirmando su
testimonio reconociendo en las fotografías números 1 y 2 del set fotográfico N° 4
el teléfono celular de propiedad de la niña C.A.D.C, el que fue entregado a la
menor al momento de
su reconocimiento por esta, señalándole que fue
encontrado en el domicilio del acusado.
En síntesis, se trata de un testimonio que permitió confirmar que la especie
sustraída a esta menor fue encontrada en el domicilio del acusado, ratificando
además la dinámica relatada por la niña de los hechos, todo lo cual permite
potenciar el testimonio de la víctima, y darle pleno valor a los reconocimientos
realizados por esta que permiten la vinculación material de López Aguilar con
estos hechos.
Cabe agregar que dicho relato además resultó corroborado en lo relativo a
la existencia de la diligencia de entrada y registro del domicilio del acusado, por el
testigo Leonardo Grimalt Catalán, el que en su calidad de Subprefecto de la
Brigada de Delitos Sexuales de la Policía de Investigaciones de Chile, participó en
dicha operación, ratificando la incautación de teléfonos celulares correspondientes
a las víctimas.
Asimismo, el funcionario José Parada Benavente permitió a estas
magistrados, a partir de su fijación planimétrica exhibida y explicitada en juicio,
tener certeza de la cercanía del lugar de los hechos con el domicilio del acusado,
ratificando los dichos de la afectada respecto del sitio del suceso y del propio
acusado en lo relativo al reconocimiento de su participación como se dirá a
continuación.
Finalmente, no se puede desconocer que constituyó un aporte para el
esclarecimiento de los hechos el propio testimonio del acusado en juicio, el que
renunciando a su derecho a guardar silencio, en la oportunidad prevista en el
artículo 326 del Código Procesal Penal, refirió en relación a este tópico que el día
16 de abril de 2008, alrededor de las 13:00 ó 14:00 horas, en circunstancias que
caminaba por sector oriente de la calle Chesterton, vio una joven a quien no
conocía y que estaba vestida de uniforme, que hablaba por celular. Mientras él la
seguía, ella guardó su mochila, recordando que en el suelo de la plaza encontró
un pedazo de fierro o de vidrio, el que no era más de 10 centímetros
aproximadamente. Agregó que después que la menor entró a un pasaje cruzando
la plaza, la abordó con el referido objeto, reconociendo haberla intimidado,
amenazándola y en forma cortante la abordó y le solicitó que le entregara su
76
celular. Aclaró, que el pedazo de vidrio nuevamente se lo situó en el lado derecho
del cuello. Ante ello esta persona se asustó, y en ese momento le requirió
intimidantemente que lo masturbara. Ella alcanzó a tocarle el pene, pero diez
segundos después, al ver que venían dos personas en dirección contraria por
donde ellos se encontraban, se dio a la fuga con la especie en su poder,
señalando que en ese momento no alcanzó a eyacular.
Finalmente, sostuvo que al aparecer estas personas corrió en dirección a
Chesterton hasta llegar a su casa, ocultando el teléfono de la afectada en su
domicilio, con unos cables de computador que tenía en una caja.
La declaración del acusado no deja dudas respecto a la existencia de un
acometimiento material directo ejecutado por este en contra de la menor, del tipo
coacción, con el fin apropiatorio y ejecutando además actos que vulnera la esfera
de libertad sexual, lo que unido a aquellas conclusiones dadas en los párrafos
precedentes respecto de la prueba de cargo rendida por el Ministerio Público,
permiten a estos magistrados alcanzar la convicción, más allá de toda duda
razonable, de la existencia de la siguiente verdad formal: “El día 16 de abril de
2008, aproximadamente a las 13:00 horas, en circunstancias que la menor de 14
años de edad, de iniciales C.A.D.C., caminaba por la vía pública, específicamente
por Pasaje Colorado, de la comuna de Las Condes, fue abordada por Jesús López
Aguilar, quien se puso detrás de ella, poniéndole un elemento corto punzante en
su cuello, amenazándola de muerte, exigiéndole su celular y dinero, a lo que la
víctima accedió, entregándole el teléfono que portaba. Acto seguido, López Aguilar
le requirió a C.A.D.C, le practicara sexo oral, luego de lo cual se bajó sus
pantalones, la obligó mediante intimidación a que lo masturbara, para después
eyacular en el lugar”.
Estos hechos a juicio de la unanimidad de estas juezas son constitutivos de
un delito de robo con intimidación, previsto y sancionado en el artículo 436 inciso
primero en relación con el artículo 432 y 439, todos del Código Penal, en grado de
consumado y de un delito de abuso sexual en perjuicio de la menor de iniciales
C.A.D.C., previsto y sancionado en el artículo 366 en relación con los artículos 366
ter y 361 N ° 1 todos del Código Penal, en grado de consumado.
En efecto, nuestro legislador penal requiere, para estar en presencia de
esta figura delictiva, la concurrencia copulativa de los siguientes requisitos: a) que
exista una apropiación de especies muebles ajenas con ánimo de lucro; b) que
esta apropiación se ejecute sin o contra la voluntad de su dueño; y c) que sea
ejecutada con intimidación, esto es, atendido el carácter complejo y la naturaleza
jurídica de esta figura -entendida como coacción tendiente a la materialización de
aquellos objetivos señalados en las letras a) y b) precedentes-, a partir del empleo
77
de aquellos medios que el artículo 439 citado consagra entendiéndose ésta como
“todo acometimiento, de índole psicológico, no material, dirigido a presionar la
voluntad del sujeto pasivo” (Garrido Montt Mario, Derecho Penal, Parte Especial,
Tomo IV, p.184.). Así las cosas, la figura penal invocada es, en definitiva, un delito
complejo, toda vez que reúne una apropiación cuya consecuencia es la lesión de
la propiedad del sujeto pasivo y, a su vez, una coacción tendiente a lesionar la
libertad personal del afectado. Dicha coacción, no es de cualquier clase. La
naturaleza de este ilícito como crimen trae como consecuencia la exigencia de una
coacción que debe necesariamente entenderse o concebirse como una de
carácter grave. Y esta gravedad debe ser atendida la intensidad coercitiva de los
medios empleados por el sujeto activo para lograr la finalidad apropiatoria.
Ahora bien, en la investigación que nos convoca, los requisitos señalados en
las letras a), b) y c) de los párrafos precedentes, respecto del ilícito, se encuentran
plenamente acreditados por parte del Ministerio Público, teniendo por cierto que el
acusado López Aguilar
ejerció una acción directa en contra de la víctima,
tendiente a apropiarse materialmente de su celular, en contra de su voluntad,
ejecutando para estos efectos, actos que el legislador enmarcó dentro del
concepto de intimidación, provocando con ello, una coacción directa que afectó la
esfera de libertad de la menor de iniciales C.A.D.C.
Asimismo, el ánimo de lucro propio del tipo penal en comento se pudo
apreciar y desprender de aquella actividad ejecutada por el sujeto en torno a la
obtención de cosas corporales muebles susceptibles de apreciación pecuniaria -el
celular -, logrando vencer completamente su esfera de custodia.
Ahora bien, para los efectos de configurar el elemento objetivo del tipo
penal en comento relativo a la intimidación propiamente tal, entendida ésta dentro
de los parámetros señalados en los párrafos precedentes, fue fundamental para
estos sentenciadores la declaración de la víctima y el reconocimiento del propio
acusado respecto a la coacción ejecutada, unido a las fotografías incorporadas en
donde se dio cuenta de las secuelas en el cuerpo de la menor producto del actuar
de López Aguilar, todo lo que demuestra que se atentó contra la esfera de la
libertad con el fin de realizar el acto apropiatorio, el que finalmente pudo
consumarse. De tal manera entonces que toda la dinámica en que lo anterior se
materializó, permiten concluir que efectivamente hubo un acto intimidatorio
existiendo una relación comunicativa entre el actuar realizado y el resultado
consistente en la restricción de la esfera de libertad de la coaccionada. La
amenaza, asimismo, se realizó en forma previa a la apropiación de las especies y,
finalmente, el mal con el cual se amenazó importó una coacción para cumplir el
objetivo apropiatorio buscado.
78
Además de lo anterior, y en relación con el ilícito de abuso sexual, cabe
señalar que según lio dispone Código Penal, estamos en presencia de una acción
sexual, en tanto que conducta básica de este delito, cuando exista una la
connotación sexual del comportamiento, la relevancia del acto ejecutado y una
aproximación corporal con la víctima.
En cuanto a la connotación sexual del comportamiento, lo exigible no es
que el autor del delito haya actuado efectivamente bajo el impulso de esta
motivación, o con la intención de que la víctima experimente algún grado de
satisfacción o desahogo sexual; lo que realmente interesa e importa viene dado
por “(…) el involucramiento que se hace de una persona en un contexto sexual”
(Cox Leixelard, Juan Pablo, Los abusos sexuales. Aproximación dogmática,
Editorial LexisNexis, primera edición, Santiago, 2003, p. 137), generando un
ambiente en donde la sexualidad cobra una inusitada relevancia, convirtiéndola al
menos en un factor relevante para la realidad inmediata de la persona, sea que
ésta lo perciba así o no.
En efecto, respecto de la víctima, la evaluación que estos sentenciadores
pueden efectuar de las conductas desplegadas por el acusado, debe analizarse
desde el punto de vista del contexto, el que resulta claro a partir de los dichos de
esta y del propio acusado, el que reconoce haberse bajado los pantalones,
mostrándole su pene para señalarle que “le corriera una paja”, de lo cual se
desprende esta connotación exigida por el tipo en comento.
Respecto a la relevancia del acto ejecutado contemplado en el artículo 366
ter del Código Penal, el que aparece formulado dentro de un mismo contexto
gramatical con el requisito de la connotación sexual -se refiere a “cualquier acto de
significación sexual y de relevancia”, con lo cual la norma pone de manifiesto que
ambos requerimientos giran en torno a la misma idea: la índole sexual del
comportamiento ejecutado. Sin embargo, no se trata de que el acto sea relevante
por el solo hecho de tener una connotación venérea, sino de que ha de revestir
una cierta importancia o gravedad dentro del conjunto de los comportamientos de
esa misma índole. En otras palabras, no todos los actos que habitualmente son
motivados por el instinto carnal quedan abarcados por la tipicidad del delito de
abuso sexual; esto únicamente ocurrirá respecto de aquellos comportamientos
que efectivamente importen un atentado contra la indemnidad sexual de la víctima.
El profesor Luis Rodríguez Collao en su obra “Delitos Sexuales” (Editorial
Jurídica de Chile, tercera edición, Santiago, 2007, p. 138), sintetiza las diferentes
posiciones que existen para determinar cuándo estamos en presencia de un acto
con verdadera significación sexual. De esta forma, distingue aquella parte de la
doctrina que recurre a parámetros objetivos, en el que se considera acto de tal
79
significación, los que tengan aptitud para excitar el instinto sexual, según cánones
vigentes en una sociedad determinada o bien que involucre los órganos genitales.
En consecuencia, basta la concurrencia solo de los elementos objetivos del
tipo, en cuanto saber y querer. De esta forma, según esta postura se requiere
precisar si un acto determinado pertenece o no a aquellos que son expresión del
instinto sexual, lo que no significa que se trate de un acto inmoral o deshonesto.
Deben ser de aquellos actos que constituyan expresión de este instinto,
independientemente de la motivación del autor.
Así en entonces, el juicio de relevancia debe atender al análisis casuístico
de una determinada conducta. Dentro de ellas se encuentra la relación entre los
sujetos intervinientes, el lugar en que se desarrolla la acción, su intensidad,
duración, etc.
De hecho, y tal como se desprende de la historia del establecimiento de la
ley Nº 19. 617, la incorporación del término relevancia, en el tipo penal en
comento, obedeció a la intención del legislador de limitar un tanto la conducta
típica de abusos sexuales, pretendiendo que no se extendiera a aquellos casos en
que no importe vulneración de bien jurídico alguno por su escasa intensidad.
Resulta claro que en la especie nos encontramos ante un acto de
relevancia, teniendo en cuenta al clara vulneración a la libertad sexual de la
víctima, atendido el hecho de que este se realiza dentro de un ámbito de coacción,
en el cual la afectada resultó obligada a realizar actos sexuales directos en
contacto con los genitales del acusado, para luego este terminar eyaculando, todo
lo cual sobrepasa los márgenes de relevancia exigidos por la ley penal.
Por último, el tipo penal exige una aproximación corporal con la víctima, en
este sentido, el artículo 366 del Código Penal exige, que el acto haya sido
realizado “mediante contacto corporal con la víctima”, o bien “que haya afectado
los genitales, el ano o la boca de la víctima, aún cuando no hubiere contacto
corporal con ella”. Lo anterior se da plenamente en la especie, atendida la verdad
formal tenida por cierta en esta sentencia.
Es por ello que, de los elementos probatorios incorporados a juicio han
permitido a estas Magistrados formarse la convicción de la existencia de actos de
significación sexual y de relevancia realizados por el acusado respecto de la
menor afectada, mediando un contacto corporal del pene de López Aguilar con la
boca de la víctima de iniciales C.A.D.C, utilizándose para estos efectos la
intimidación ejercida por el primero en relación a la segunda.
Atendido lo razonado precedentemente, en relación a los delitos de robo con
intimidación y abuso sexual que se han dados por acreditados en esta sentencia,
80
estas sentenciadoras, por unanimidad condenarán al acusado Jesús López
Aguilar, en calidad de autor de los referidos ilícitos.
III.- En cuanto al hecho signado como N ° 3 (abuso sexual en la
persona de iniciales G.P.C.V):
Entrando de lleno en la imputación efectuada al acusado López Aguilar,
según consta en la reproducción de la acusación fiscal signada en el respectivo
auto de apertura conocido por este tribunal, el ente persecutor formuló cargos en
su contra, en calidad de autor de un delito de abuso sexual, respecto de la
persona de iniciales G.P.V.C., sosteniendo que éste, puso su pene en la boca y
cara de la víctima, masturbándose frente a ella, mientras mantenía el cuchillo en el
cuello de la afectada.
Con el fin de acreditar dicho presupuesto de hecho, el Ministerio Público
presentó en estrados, en primer lugar, la declaración de la propia afectada.
Antes de entrar al análisis de los dichos de la víctima en la audiencia de
juicio oral, corresponde señalar algunas ideas en torno a los requisitos que deben
tener las pruebas personales, siendo una de estas las declaraciones de las
afectada en causas de abuso sexual, para ser consideradas como pruebas de
cargo a valorar, a la hora de conocer y juzgar las imputaciones realizadas en un
sistema acusatorio.
Al respecto, la importancia de la determinación de estándar necesario para
estimarlas como prueba de cargo válida, reviste de una trascendencia importante,
por constituirse éstas, en la mayoría de los casos, el elemento fundamental con el
que cuenta el ente persecutor para lograr acreditar más allá de toda duda
razonable el establecimiento de los hechos, acorde con sus pretensiones.
Lo necesario es fijar ciertos parámetros generales, estableciendo criterios
que el juzgador ha de tener en cuenta para dotar de fiabilidad de la fuente de
prueba y su declaración.
Dichos criterios no son
posibilitando,
de
una
manera
obligatorios, sino
certera,
la
que
obligación
sólo
de
orientadores,
motivación
o
fundamentación de la convicción.
Y es así como, tanto la doctrina como la jurisprudencia han señalado, que
en casos de agresiones sexuales en contra de menores, como en mucho de estas
causas la única prueba con la que se cuenta para condenar al acusado es la
declaración de la víctima, resulta necesario el determinar -acorde con el sistema
de libertad probatoria y obligación de motivación de las decisiones judiciales de
nuestro sistema- aquellos requisitos que han de reunir para que constituyen
prueba de cargo valorable.
81
Un primer aspecto que se ha sostenido en relación con las pruebas
personales, es que estas declaraciones deben ajustarse a las reglas de la lógica o
de la experiencia, sin que puedan resultar fantasiosas o increíbles, en atención al
contexto situacional y dinámica de los acontecimientos a los que se refieren. Un
segundo requisito importante a la hora de valorar las declaraciones de las víctimas
de abusos sexuales, se traduce en que este relato, debe haberse mantenido firme
a lo largo de todo el proceso, lo que implica que sus dichos no se han de modificar
sustancialmente en las distintas ocasiones en las que se haya prestado
testimonio. Lo anterior también se refiere a que en sus declaraciones no se
presenten ambigüedades o vaguedades y por último, que esté dotada de armonía,
esto es, que no presente contradicciones entre sus distintas partes.
Finalmente y como último requisito, la declaración ha de estar corroborada,
a lo menos, por un dato periférico o anexo de carácter objetivo que la reafirme. Lo
anterior, debe entenderse como una corroboración de suficiente entidad por sí
misma, que permita darle fuerza a los datos o información obtenida del elemento
probatorio base. En definitiva, se estima que la declaración debe estar avalada por
algún hecho, dato o circunstancia externa e independiente a la propia declaración.
Son estos los parámetros orientadores con los cuales estas sentenciadoras
analizarán el testimonio de la afectada que declaró en estrados, relacionándolos
con los presupuestos acusatorios referidos, todo lo cual permitirá obtener una
serie de conclusiones de trascendencia jurídica, que serán esbozadas y
argumentadas en los considerandos que siguen.
Un primer tópico en relación a la declaración en comento, dice relación con
que dicho testimonio sorprendió a estas jueces por resultar completamente creíble,
no sólo atendido a la información presentada en ellos, sino que, además, por el
hecho de haber sido confirmado y ratificado -en sus aspectos más esenciales e
importantes- por otros medios de prueba, como la declaración de su padre y del
propio acusado, lo que potencia su coherencia tanto interna -en relación con sus
declaraciones desde el inicio de la presente investigación- como externa.
Otro aspecto de suma importancia para estas jueces y que permitió darle
pleno valor a su testimonio, se refiere a que sus dichos, incluido detalles
superfluos e inusuales de los acontecimientos de los que fue víctima, se
mantuvieron constantes y uniformes desde el primer día de la develación directa y
el posterior relato a su padre, hasta la audiencia de juicio oral. Es así como su
padre, el que compareció a estrados -y que escuchó a su hija en más de una
ocasión y en distintas fechas a lo largo de la investigación fiscal-, fue conteste en
señalar, que la versión de G.P.C.V. no varió en lo sustancial, no agregando, ni
quitando ningún elemento o dato de relevancia que permitiera dudar de su
82
veracidad, situación que en casos como los de la especie, contribuyen a lograr un
mayor grado de certeza en torno a la prueba personal antes referida.
Asimismo, resultó fundamental a la hora de determinar la validez de la
declaración de la víctima para su posterior valoración, la propia impresión que
estas sentenciadoras tuvieron al escuchar su relato en estrados. En este sentido,
resulta claro que la afectada dio cuenta en de los hechos de los que fue objeto,
presenciando una declaración en la cual se pudo apreciar una coherencia externa
con lo que ella iba relatando. Sin embargo, lo anterior resulta completamente
esperable en una víctima de un delito de esta naturaleza -en que se atenta contra
un bien jurídico frágil y de suma importancia desde el punto de vista de la
condición de persona-.
Dentro de esta dinámica refirió G.P.V.C., en cuanto al contexto temporo
espacial, que los hechos que relató ocurrieron el día 29 de mayo de 2008,
después de haberse bajado de una micro, en un paradero de Avenida Las
Condes, a la altura del 7.000, alrededor de las 19:00 ó las 19:30 horas, caminó
hacia su casa por la calle La Oración, mientras escuchaba música muy fuerte.
Agregó, que a una cuadra de su casa se dio cuenta, dado que vio una sombra,
que alguien a medio metro estaba detrás de ella. Entonces, se dio vuelta, lo miró,
se percató que tenía una capucha y pensó que era un vecino, porque andaba con
un skate. Luego, trató de abrir la puerta de su casa, él le preguntó si tenía un
cigarro y ella le respondió que no fumaba. Refirió, que en ese instante le volvió a
ver su rostro, dado que había un poste de luz y ningún árbol.
En cuanto al actuar directo ejecutado por este sujeto en su contra, refirió
que la tomó por la espalda, la agarró con su brazo izquierdo y le puso un cuchillo
en la parte derecha de su cuello. Aclaró, que no pudo ver ese cuchillo, pero piensa
que era ese elemento porque era punzante y le dolió, unido a que le dejó una
marca por la presión, la que le duró dos días. Agregó, que este sujeto le dijo que
se arrodillara dado que le quería revisar su mochila. Ella se resistió a arrodillarse.
Él siguió insistiendo en forma violenta y atendido que tenía algo punzante en su
cuello, se arrodilló y en ese instante vio que tenía su pene en su oído derecho y
parte de su mejilla. Aclaró, que esto no fue producto de un forcejeo, ya que estaba
arrodillada, quieta. Precisó, que en ese momento este sujeto se comenzó a
masturbar frente a ella. Su cara estaba a cincuenta centímetros de él. Indicó, que
este individuo no logró eyacular. Además, le dijo que se lo chupara y entonces ella
entró en pánico y comenzó a llorar, pero él siguió insistiendo. Él le dijo que se
callara y si no lo hacía la amenazó con violarla y bajarle los pantalones. Expresó,
que dado que ella lloraba fuerte, él se asustó y se retiró corriendo hacia la calle
83
Los Barbechos, paralela a la Oración. Aseveró, que siempre que sucedió todo lo
que ha contado tenía su cuchillo en el cuello.
En cuanto a las características físicas del autor de los hechos, refirió que
era alto, más de uno setenta, tez morena, pero pálida, nariz ancha y grande, los
pómulos marcados como sobresalientes, delgado, de 19 ó 20 años de edad,
vestido con zapatillas anchas, pantalones como impermeables, un polerón marca
Adidas con rayas en los brazos y con un skate en sus brazos.
Puntualizó, que al momento de efectuar la denuncia y prestar declaración
en Carabineros, dio las características físicas de este sujeto, ratificándose lo
mismo en un edificio en Independencia y luego en Fiscalía. Expresó, que en total
efectuó tres declaraciones.
Reconoció, que en la Fiscalía dijo que se podía acordar del rostro de este
sujeto, pero sí su estatura, tez morena, medio pálida. No se recuerda haber dicho
lo de los pómulos marcados.
Después efectuó una diligencia de reconocimiento en la Fiscalía.
Refirió, que en la Comisaría de Los Dominicos había un sujeto que se
repetía en la rueda habida en la Fiscalía, reconociendo en audiencia a esta
persona en la fotografía de Francisco Javier Azúa Cubillos -incorporada mediante
su exhibición por la defensaReconoció al acusado como el sujeto a que ha hecho referencia con
antelación. Indicó, que a esta persona la vio antes en un reconocimiento en la
Fiscalía Oriente, el día 9 de julio de 2008. En esa oportunidad la citaron a
reconocimiento, la hicieron pasar a una sala y lo identificó entre más de cinco
personas. Agregó, que en esa rueda de reconocimiento le llamó la atención la
forma de la cara, los pómulos marcados y la nariz, aunque reconoció que eso no lo
dijo en forma específica en su declaración.
Relató, que efectuó otro reconocimiento en una Comisaría de Los
Dominicos, la llamaron para reconocer junto a su padre, pero no identificó a nadie.
Manifestó, en cuanto a las consecuencias de este hecho, refirió que implicó
que tuviera temor en salir en la noche, dado que se asustaba si alguien andaba
detrás de ella, aunque reconoce que después supo como sobrellevarlo.
El Ministerio Público a fin de ilustrar al Tribunal sobre el lugar de ocurrencia
de los hechos, le exhibió otros medios de prueba signado en el auto de apertura
con el N ° 10, correspondiente a un set fotográfico, en el cual reconoció en la:
N ° 1: La calle Los Arados, correspondiente al lugar donde vive.
N ° 2: El portón de su casa. Indicó que esto ocurrió fuera de la reja.
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N ° 3 y 4: Fuera de su casa. Ella venía caminando desde la izquierda y vio a
este sujeto en la esquina de la calle. Reiteró, que el cigarro se lo pidió fuera de su
casa.
N ° 5: Su calle y su casa. Indicó, que el sujeto huyó por el final de la calle.
N ° 6: Su calle.
Respecto de las sensaciones experimentadas por ella al ocurrir los
acontecimientos anteriormente expuestos, expresó detalles y un correlato
emocional, dado que lloraba de manera fuerte, lo que finalmente implicó que el
acusado se retirara del lugar, lo que potencia su declaración en el sentido de
reafirmar la idea de una experiencia vivenciada.
En términos precisos, la declaración de G.P.C.V, mirada en su conjunto y
teniendo en consideración la totalidad de los datos probatorios aportados durante
la audiencia de juicio, constituye un elemento de prueba que cumple, a juicio de la
unanimidad de estas sentenciadoras, los parámetros necesarios y básicos para
darle pleno valor probatorio como prueba personal.
En efecto, se trata de una declaración que se ajusta, sin duda alguna, a las
reglas de la lógica, en cuanto explica en forma coherente el contexto en el cual se
produjo la situación de abuso vivenciada. Asimismo y tal como se dijo en los
párrafos anteriores, desde el mes de mayo de 2008 hasta la fecha de celebración
del juicio oral, la afectada ha relatado la misma versión, en términos generales, sin
agregar ni quitar ningún elemento de la imputación en sus dichos, lo que permite
aumentar su credibilidad y coherencia interna.
Al respecto sólo cabe precisar al igual que en el hecho N ° 1, que no se
podrá tener por cierto que el elemento utilizado por el acusado para intimidar a la
víctima haya sido un cuchillo, debido a que según sus propias palabras sólo lo
pudo sentir y no ver.
Pues bien, los dichos de G.P.C.V. han sido corroborados por otras fuentes
de información, tales como la declaración de su padre Cristián Clavería
Rodríguez, quien a pesar de no haber sido testigo directo de los actos de
significación sexual, tiene importancia a la hora de situar la dinámica de ocurrencia
de los hechos.
Dicho testigo refirió en estrados que su hija Gabriela el 29 de mayo de
2008, alrededor de las 19:00 ó 20:00 horas fue agredida sexualmente. Ese día se
bajó de la micro y se dirigió a su casa, para lo cual tuvo que caminar unas
cuadras, mientras escuchaba su personal stereo. Agregó, que su hija al acercarse
a su hogar vio una sombra y se percató que había un individuo joven, como estos
muchachos que les gusta hacer skater. Ella sacó las llaves de su mochila para
abrir la puerta de su casa, luego este sujeto se devolvió, le pidió cigarrillos y ella le
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respondió que no tenía. Después, al abrir la puerta de su casa, este individuo la
tomó por la espalda y le puso algo punzante en la zona de su cuello.
En ese momento este individuo la empujó por la espalda, su hija pensó que
le iba a robar y luego le enterró de manera fuerte lo que llevaba en su mano,
causándole una lesión en la zona de su cuello. Al tiempo en que este sujeto forzó
a su hija a fin de que ella se arrodillara, se bajó los pantalones, le pidió que le
hiciera sexo oral, le enterró más fuerte el elemento punzante y le dijo que se lo
chupara. Este individuo se comenzó a masturbar, le puso el pene en su oído y
mejilla derecha, mientras le decía que si no se lo chupaba, la iba a violar. Aclaró,
que esto no fue producto de un forcejeo y que este individuo no logró eyacular.
Su hija Gabriela comenzó a llorar con mayor fuerza. Dado lo anterior, su
hija mayor escuchó algo y comenzó a gritar, percatándose de ello este sujeto. Él
bajó y se percató que su hija mayor estaba angustiada, gritaba y decía que a su
hermana la habían intentado violar. Él salió corriendo a fin de ver si podía
encontrar a este individuo, pero no lo logró ubicar. Después, hizo el llamado a
Carabineros a fin de efectuar la correspondiente denuncia.
Agregó, que su hija Gabriela le dijo que este sujeto andaba en skater, sin
voz de flaite, de un metro setenta, pelo corto, pómulos salientes. Puntualizó, que
su hija ha dado estas características del autor de su agresión el mismo día de
ocurrencia de los hechos.
Agregó, que su hija pudo ver al agresor a menos de medio metro, con la
suficiente iluminación, ya que él puso un farol en las afueras de su casa, unido a
que en el sector no había árboles.
Precisó, que supo lo que le pasó a su hija el día de los hechos, pero los
detalles más fuertes se los informó con el transcurso del tiempo.
En cuanto a la sindicación de este sujeto, refirió que su hija participó en una
primera rueda de reconocimiento en la Comisaría que queda en Los Dominicos,
oportunidad en que no pudo identificar a nadie.
Indicó, que en una segunda oportunidad, reconoció al imputado. No sabe
donde se realizó este reconocimiento. Su hija estaba tranquila y le dijo que lo
había identificado por los rasgos. Incluso, le comentó a él y a su señora que podía
estar tranquila porque había identificado a la persona correcta.
Puntualizó, que por recomendación de la Fiscalía y por ellos no vieron
noticias, debido a la conmoción que produjo la existencia de violaciones en la
comuna de Las Condes. En este sentido, no tiene conocimiento que su hija haya
visto fotografías del acusado en diarios o noticias.
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Manifestó, que las consecuencias que este hecho trajo para su hija dicen
relación con un trauma emocional, ya que ella estuvo muy afectada, amedrentada,
lloraba y sentía impotencia con lo que le había ocurrido.
Estos antecedentes no vienen sino a corroborar los propios dichos de la
afectada en estrados, dado que su padre explicó todos y cada uno de los puntos
señalados por esta última, en cuanto al día, hora, lugar de ocurrencia, conducta
desplegada por su agresor y diligencias en las cuales participó a fin de reconocer
al autor de los hechos de que fue víctima, lo que potencia su credibilidad y validez
como prueba personal, reforzando la tesis de la existencia de actos de
significación y relevancia sexual.
Lo anterior debe relacionarse con la propia declaración del acusado, el que
renunciando a su derecho a guardar silencio y en la oportunidad prevista en el
artículo 326 del Código Procesal Penal, relató que el 29 de mayo de 2008,
aproximadamente a las 19:00 ó 20 horas, en circunstancias que se encontraba
patinando en Avenida Las Condes, en dirección poniente, vio que una persona
caminaba y doblaba en una calle a la derecha, a quien comenzó a seguir. Agregó,
que esta persona dobló a la izquierda en un pasaje y sacó de su mochila unas
llaves, instante en que la abordó por la espalda con sus manos, la amenazó, rodeó
su cuello con su brazo izquierdo. Explicó, que esto fue sorpresivo para ella, a
pesar de que luego existió una especie de forcejeo, los cuales después cesaron.
Ella nunca gritó pidiendo ayuda. Le preguntó si andaba con algo de valor y ella le
dijo que no. Revisó su mochila y corroboró que era efectivo lo que ella le había
dicho, dado que sólo andaba con las llaves de su casa. En los instantes en que
ella estaba agachada, la tenía forzada, rodeada con su brazo izquierdo todo su
cuello, él se bajó el cierre de su pantalón, su pene estaba erecto y le solicitó le
practicara sexo oral, no recuerda las palabras que utilizó en ese momento. Ella se
negó a su petición y frente a esto, hubo un forcejeo, lo que implicó que su pene
rozara su cara. Aclaró, que nunca puso su pene en la boca de ella y tampoco él se
masturbó. Luego, ella le pidió que la dejara ir, atendido que vivía cerca del lugar.
Afirmó, que no alcanzó a eyacular. Aseveró, que esta persona nunca lo masturbó
con sus manos. Pasados cinco minutos decidió arrancarse y huir del lugar por el
otro pasaje, en dirección contraria de donde se ubicaba la afectada, esto es,
comenzó a subir en dirección al Alto Las Condes con su skate.
Agregó, que en ese momento las condiciones de luz en el pasaje eran de
escasa luminosidad.
Lo anterior refuerza el relato de la afectada y de su padre, en cuanto revela
detalles relativos al día, hora, lugar en que ocurrieron los hechos y en términos
genéricos la interacción que se produjo entre G.P.C.V. y el acusado, a pesar de
87
que este último no reconoció haber tocado con su pene la mejilla y oído derecho
de la víctima. En relación a este punto, estas sentenciadoras le darán mayor valor
a lo depuesto por la afectada y por su padre, en el sentido que de acuerdo a la
ubicación que tenía en esos momentos la primera -agachada- y las circunstancias
de opresión que ejerció el acusado respecto a ella, en el sentido que tenía su
brazo izquierdo alrededor de su cuello, resultaba imposible que G.P.C.V. efectuara
algún tipo de movimiento -forzamiento- respecto de López Aguilar que permitiere
justificar su tesis de que todo lo ocurrido fue producto de un roce. Al respecto,
cabe agregar que fue la propia afectada quien descartó que esto se hubiere
tratado de un roce, dado que argumentó que estaba quieta y agachada.
Por otro lado, no se podrá tener por cierta la tesis acusatoria, en lo relativo a
que el acusado colocó su pene en la boca de la afectada, atendido que dicho
acontecer no fue descrito por G.P.C.V.
Por lo tanto y en atención a las consideraciones esbozadas precedentemente,
este Tribunal del Juicio Oral en lo Penal, apreciando en forma libre los elementos
de prueba rendidos durante la audiencia, de conformidad con lo estatuido en el
artículo 297 del Código Procesal Penal, ha adquirido la convicción, más allá de
toda duda razonable, que se encuentran acreditadas las siguientes proposiciones
fácticas:
“El día 29 de mayo de 2008, a las 19:30 horas aproximadamente, en
circunstancias que G.P.C.V., de 18 años de edad, caminaba por calle Los Arados
de la comuna de Las Condes, fue abordada por la espalda por Jesús López
Aguilar, quien le colocó un elemento corto punzante en su cuello, diciéndole que
se arrodillara y que le iba a revisar la mochilla que portaba. Ella se resistió a
arrodillarse, pero él insistió de manera violenta, mientras mantenía el elemento
filoso en la zona de su cuello. Acto seguido, Jesús López Aguilar una vez que
logró que G.P.C.V. se arrodillara, tocó con su pene el oído derecho y parte de la
mejilla de esta última, le exigió le practicara sexo oral, amenazándola, para luego
masturbarse frente a ella.”
El sustrato fáctico reseñado con anterioridad, se encuentra acreditado en
juicio, según se ha señalado, principalmente, con las declaraciones de G.P.C.V. y
de Cristián Clavería Rodríguez, quienes declararon en audiencia, en forma
coherente, precisa y concordante, respecto de los hechos que se han dado por
establecidos en el motivo precedente.
En efecto, G.P.C.V., de acuerdo a lo que se ha expresado con antelación,
señaló que el día 29 de mayo de 2008, alrededor de las 19:30 horas, al tratar de
abrir la puerta de su casa fue interceptada por un sujeto, quien le preguntó si tenía
cigarrillos, ante lo cual ella respondió que no fumaba. Luego este individuo la tomó
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por la espalda, la agarró con su brazo izquierdo y le puso en la parte derecha de
su cuello -durante todo el acontecer- algo semejante a un cuchillo. Agregó, que
este sujeto en forma violenta le exigió que se arrodillara a fin de revisar su
mochila, petición a la que finalmente accedió, oportunidad en que se percató que
éste puso el pene en su oído derecho y parte de su mejilla, requiriéndole le
practicara sexo oral, mientras ella comenzó a llorar, para luego masturbarse a
centímetros del lugar donde ella se ubicaba.
Reafirmó lo anterior, lo depuesto por su padre en juicio, Cristián Clavería
Rodríguez, quien tomó conocimiento de lo sucedido el mismo día en que
ocurrieron los hechos por los dichos de la propia afectada antes individualizada.
La unión lógica y sistemática de todos los hechos consignados en los
razonamientos que preceden, unido a la prueba material incorporada a juicio,
consistente en diversas fotografías y planos planimétricos, permiten calificar estos
hechos, a juicio de este Tribunal, como constitutivos de un delito de abuso sexual
en la persona de iniciales G.P.C.V., previsto y sancionado en el artículo 366 en
relación con los artículos 366 ter y 361 N ° 1 todos del Código Penal, en grado de
consumado.
En efecto, la conducta punible del abuso sexual se encuentra definida en el
artículo 366 ter del Código Penal como “cualquier acto de significación sexual y de
relevancia realizado mediante contacto corporal con la víctima, o que haya
afectado los genitales, el ano o la boca de la víctima, aunque no haya contacto
corporal con ella”, que no sea constitutivo de violación o estupro.
Según la Comisión Mixta, la inclusión de la expresión “cualquier acto de
significación sexual…” Tiene el propósito de dejar entregado al desarrollo de la
jurisprudencia lo que ha de entender por acto de significación sexual.
El Código chileno no distingue una figura básica y una agravada en relación
con este delito, sino que se limita a consignar tres hipótesis, todas ellas referidas
al mismo núcleo conductual- es decir, realizar una acción sexual en desmedro de
otra persona- y tomando como base para distinguir entre ellas la gravedad de los
medios utilizados para la ejecución de la conducta, situación que se encuentra
contemplada en el artículo 366 N ° 1 del Código Penal, en el que se tipifica el
abuso sexual realizado con alguna de las modalidades ejecutivas propias de la
violación, salvo la hipótesis de la edad de la víctima, situación en la cual nos
encontramos en el presente caso a analizar; en el artículo 366 N ° 2 del código
punitivo, se contempla el abuso sexual realizado con alguna de las modalidades
propias del delito de estupro, exceptuando también la hipótesis de la edad del
sujeto pasivo; y por último en el artículo 366 bis del señalado cuerpo legal, se
89
describe específicamente el abuso sexual realizado sobre una persona menor de
catorce años.
En las tres hipótesis de este delito, la conducta aparece descrita como una
acción sexual distinta del acceso carnal. El artículo 366 ter define acción sexual
como “cualquier acto de significación sexual y de relevancia realizado mediante
contacto corporal con la víctima, aun cuando no hubiere contacto corporal con
ella”.
En consecuencia, tres son las condiciones que según el Código Penal
chileno permiten establecer cuándo estamos en presencia de una acción sexual,
en tanto que conducta básica de este delito, la connotación sexual del
comportamiento, la relevancia del acto ejecutado y una aproximación corporal con
la víctima.
En cuanto a la connotación sexual del comportamiento, lo exigible no es
que el autor del delito haya actuado efectivamente bajo el impulso de esta
motivación, o con la intención de que la víctima experimente algún grado de
satisfacción o desahogo sexual; lo que realmente interesa es que el acto sea de
aquellos que los seres humanos -o una porción de éstos- generalmente realizan
motivados por el instinto sexual. El de lo sexual, es un terreno extremadamente
ambiguo, carente de unas fronteras precisas y delimitadas, de modo que aquello
que para una persona muy inhibida en su comportamiento cabe dentro del ámbito
de lo sexual, puede que no quede comprendido dentro de este mismo campo para
otro sujeto que lleve una conducta de mayor desinhibición. En efecto, respecto de
la víctima, la evaluación que estas sentenciadoras efectúan de la conducta
desplegada por el acusado debe analizarse en el contexto que en ella se
encontraba agachada y oprimida con su brazo izquierdo, el que tenía alrededor de
la zona de su cuello, instantes en que le solicitó le practicara sexo oral, se bajó su
pantalón y le mostró su pene erecto. Luego, este sujeto se comenzó a masturbar
frente a ella, tocó con su pene la mejilla y oído derecho de la afectada.
Existen ciertas conductas que quedarán comprendidas en el ámbito de este
delito y que se suelen señalar como por ejemplo, las tocaciones en zonas
erógenas del cuerpo, los frotamientos en las mismas zonas, masturbación en el
cuerpo de la otra persona. Al respecto, del curso de los hechos se puede colegir
que el acusado se encontró en esta última hipótesis, dado que se masturbó frente
a la víctima, después de haber tocado con su pene la mejilla y oído derecho de
G.P.C.V. Además, puede tratarse de expresiones del impulso sexual convencional
o no.
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En este sentido cabe tener presente, que de acuerdo a los hechos que se
han tenido por ciertos, las tocaciones efectuadas por el acusado a la afectada se
refieren a las conductas antes referidas.
Respecto a la relevancia del acto ejecutado contemplado en el artículo
366 ter del Código Penal, el que aparece formulado dentro de un mismo contexto
gramatical con el requisito de la connotación sexual -se refiere a “cualquier acto de
significación sexual y de relevancia”-, con lo cual la norma pone de manifiesto que
ambos requerimientos giran en torno a la misma idea: la índole sexual del
comportamiento ejecutado. Sin embargo, no se trata de que el acto sea relevante
por el solo hecho de tener una connotación venérea, sino de que ha de revestir
una cierta importancia o gravedad dentro del conjunto de los comportamientos de
esa misma índole. En otras palabras, no todos los actos que habitualmente son
motivados por el instinto carnal quedan abarcados por la tipicidad del delito de
abuso sexual; esto únicamente ocurrirá respecto de aquellos comportamientos
que efectivamente importen un atentado contra la libertad sexual de la víctima.
El profesor Rodríguez Collao en su libro “Delitos Sexuales”, sintetiza las
diferentes posiciones que existen para determinar cuándo estamos en presencia
de un acto con verdadera significación sexual.
De esta forma, distingue aquella parte de la doctrina que recurre a
parámetros objetivos, en el que se considera acto de tal significación, los que
tengan aptitud para excitar el instinto sexual, según cánones vigentes en una
sociedad determinada o bien que involucre los órganos genitales.
Por otra parte, aquellos que echan mano de elementos subjetivos para
precisar tal carácter, como la intención con la que hubiese actuado el hechor, el
clásico ánimo libidinoso o bien la finalidad de involucrar a una persona en un
contexto sexual. Pero también es posible encontrar en la búsqueda de esta
determinación, de acuerdo a las distinciones de este autor, una postura que
combina elementos objetivos y subjetivos en la que sería acto sexual aquel que
converja lo que se relacione con el sexo con la intención del hechor de satisfacer
su apetencia sexual.
El profesor Rodríguez Collao, concluye que para efectuar este análisis se
debe recurrir a criterios de carácter objetivo, toda vez que el tipo penal alude a
acto de significación sexual. En consecuencia, basta la concurrencia solo de los
elementos objetivos del tipo, en cuanto saber y querer. De esta forma, según esta
postura se requiere precisar si un acto determinado pertenece o no a aquellos que
son expresión del instinto sexual, lo que no significa que se trate de un acto
inmoral o deshonesto. Deben ser de aquellos actos que constituyan expresión de
este instinto, independientemente de la motivación del autor.
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A su juicio, si la diferenciación se basara exclusivamente en elementos
subjetivos, el riesgo que se corre es de penalizar el simple ejercicio desviado de la
actividad sexual o si se toma como referencia el efecto que el acto produce en la
víctima, se diluye completamente los márgenes del delito atentando contra el
principio de determinación legal. Además, se señala como fundamento de lo
anterior, que de haber querido incorporar la ley un elemento subjetivo, lo habría
hecho expresamente a la usanza del artículo 366 quáter del Código Penal.
De igual forma, el profesor Luis Rodríguez Collao, señala que la
significación sexual del acto, estaría dado por el involucramiento que se hace de
una persona en un contexto sexual. A juicio de Cox habrá contexto sexual “toda
vez que la acción del sujeto activo afecte este fundamento antropológico radical”
de las personas. Se necesita en definitiva que la conducta del agresor active los
componentes sexuales de la personalidad del agredido.
En Chile, además se ha planteado la necesidad de valorar la trascendencia
del acto en relación a la afectación del bien jurídico, el profesor don Carlos
Künsemüller (“Breve análisis de algunas cuestiones problemáticas que plantea el
tipo de violación en el Código Penal chileno”, Gaceta Jurídica, 152, febrero 1993).
En efecto, según se ha expresado respecto del análisis del requisito
anterior, en cuanto a actos de significación sexual, se reitera la idea que la víctima
fue involucrada por parte del acusado en un contexto sexual, efectuado a través
de tocaciones de su pene con su mejilla y oído izquierdo, actos que además
lesionaron el bien jurídico libertad sexual, lo que implica necesariamente concluir
que estos hechos revistieron cierta relevancia, importancia o gravedad, teniendo
además presente los daños o secuelas producidas a la afectada desde un punto
de vista psíquico y emocional, según depuso en el presente juicio oral, el padre de
G.P.C.V., como asimismo la apreciación en base al principio de la inmediación que
este Tribunal pudo tener al momento en que la afectada prestó declaración sobre
uno de los hechos que motivan la presente causa.
De esta forma, estas sentenciadoras, determinan la relevancia del acto
sexual basado en la real afectación al bien jurídico libertad sexual, materializado
en las consecuencias psíquicas, que se le produjeron a la víctima, lo que implicó
alteraciones, daños materializados en una amplia gama de emociones y
sensaciones, constituidos por el temor y la inseguridad.
Por último, se requiere una aproximación corporal con la víctima, en
este sentido, el artículo 366 del Código Penal exige, que el acto haya sido
realizado “mediante contacto corporal con la víctima”, o bien “que haya afectado
los genitales, el ano o la boca de la víctima, aún cuando no hubiere contacto
corporal con ella”. Según el profesor tantas veces citado, don Luis Rodríguez
92
Collao, señala que “Primero esta exigencia alude al roce efectivo de una parte del
cuerpo del autor con alguna parte del cuerpo de la víctima, aunque en estricto
rigor no es ese contacto lo que constituye la substancia del acto incriminado: Dicho
contacto, en efecto, aparece concebido como uno medio para la ejecución de otro
acto, que ha de tener una entidad propia y distinta al simple roce corporal: así lo
deja claramente establecido el empleo de la voz mediante. En consecuencia, no
se trata de castigar a una persona por haber rozado el cuerpo de otro individuo,
sino por haber ejecutado un acto que importó esa forma de contacto físico. De
esta forma, no es necesario que el contacto sea sobre el cuerpo desnudo. Y lo
mismo cabe decir respecto de la segunda parte de la norma, en la cual se exige
un acto que haya afectado los genitales, el ano o la boca de la víctima. Puesto que
en su primera parte la norma alude a contacto corporal, entendemos que ella se
refiere a cualquier forma de aproximación directa al cuerpo de la víctima, sin que
sea menester que ésta se encuentre desnuda o que haya un efectivo roce de la
piel. En su segunda parte, en cambio, en cuanto alude a partes concretas del
cuerpo, entendemos que la afectación de los genitales, del ano o de la boca ha de
realizarse directamente sobre los miembros recién aludidos”.
En efecto, en el caso de marras se cumple a cabalidad este último requisito,
toda vez que el acusado tocó con su pene la mejilla y oído izquierdo de la
afectada, lo que evidencia que tuvo un contacto o aproximación corporal directa
con esa parte del cuerpo de la niña.
En conclusión, el acusado Jesús Patricio López Aguilar, desplegó actos de
significación sexual, en cuanto conforme a las pautas culturales y sociales,
atendido que tocó con su pene erecto la mejilla y oído derecho de la afectada,
para luego a escasos metros de su cara masturbarse, los cuales son constitutivos,
de actos de significancia y relevancia sexual, como elemento normativo del tipo
objetivo del delito incoado, teniendo para estos efectos presente, la real afectación
del bien jurídico libertad sexual.
Por otro lado, cabe precisar que en la especie se encuentra acreditada la
figura del delito de abuso sexual asociado a la violación, contemplada en el
artículo 366 N ° 1 del Código Penal. Esta forma de abuso consiste en realizar una
acción sexual, en los términos ya explicados, con una persona mayor de doce
años, cuando aquél consistiere en la concurrencia de alguna de las circunstancias
enumeradas en el artículo 361. Al respecto cabe precisar, que el acusado utilizó
respecto de la afectada “fuerza”.
En efecto, se entiende por fuerza la violencia material ejercida sobre el
cuerpo de la víctima, con el propósito de anular o vencer la voluntad contraria de
esta última a la realización del acceso carnal. Dicha violencia puede asumir la
93
forma de vis absoluta (fuerza física irresistible), cuando el sujeto pasivo, reducido a
la condición de simple objeto, ve anulada completamente su voluntad y su
capacidad defensiva; o bien la forma de simples vías de hecho, es decir, actos de
violencia que sin llegar a suprimir totalmente las facultades volitivas y defensivas
de la víctima, se ejercen con la amenaza de que a mayor resistencia que oponga,
mayor será también la energía física que el delincuente aplicará en su contra. No
se requiere que la víctima haya opuesto resistencia, ya que sólo basta exigir que
el delincuente utilice la fuerza, y este comportamiento agresivo puede explicarse
tanto en una reacción defensiva del sujeto pasivo, como también puede originarse
en la simple manifestación de una voluntad contraria por parte de la víctima (no
acompañada de actos constitutivos de resistencia) o en la simple convicción de
que ésta se opondrá a sus designios. En consecuencia, la fuerza ha de ser
entendida como la violencia ejercida en contra de quien no ha consentido la
realización del acto de connotación y relevancia sexual, constituido en la especie
por la opresión efectuada por el acusado en relación a la víctima, en los instantes
en que ésta se encontraba agachada, dado que con su brazo izquierdo rodeó el
cuello de la afectada y le puso un elemento corto punzante en esa zona, lo que le
impidió finalmente moverse. Aún más en los instantes en que ella lloraba, el
acusado le dijo que si continuaba haciéndolo la iba a violar.
En cuanto al grado de desarrollo del ilícito en comento, cabe señalar que
éste se encuentran en estado de consumado, atendido que es una infracción de
mera actividad, en cuanto sólo demanda la ejecución de un acto, sin requerir la
verificación de un resultado externo. Todo ello teniendo además presente, que el
acusado puso todo de su parte que los ilícitos se consumaren, verificándose esta
situación quedando el delito en su mayor grado de perfección, de conformidad con
lo dispuesto en el artículo 7 del Código Penal.
La participación del acusado en los hechos que se han dado por
acreditados en el presente considerando, se tiene por cierta a partir del análisis y
valoración de todos y cada uno de los medios probatorios latamente reseñados,
en particular, por el señalamiento expreso que la víctima realizó en audiencia,
unido a la declaración del propio acusado.
IV.- En cuanto al hecho signado como N ° 4 (robo con intimidación y
abuso sexual en la persona de la menor de iniciales K.A.M.V.):
Que en relación al presupuesto fáctico establecido en la acusación fiscal y
que dice relación con un supuesto ilícito de robo con intimidación y abuso sexual
de fecha 29 de febrero de 2008, ejecutado en horas de la tarde por el acusado en
calle Constancio Vigil con Esteban del O’rto de las comuna de Las Condes, el ente
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persecutor, como primer dato probatorio, pretendió tenerlo por cierto a través del
testimonio de la propia afectada, esto es, la menor de iniciales K.A.M.V.
En efecto, y solo en lo que dice relación con la acreditación de este hecho
punible, dicho testimonio impresionó positivamente a estos jueces, estimándolo
como veraz, coherente y creíble desde la dinámica que pudo explicitar latamente a
estos magistrados las circunstancias particulares de los acontecimientos aludidos,
todo lo cual hizo que su declaración sea considerada como una importante prueba
de cargo en torno a la comisión del delito en cuestión.
En dicho sentido, la afectada resultó enfática en referir que el día 29 de
febrero de 2008, alrededor de las 14:30 horas, mientras iba caminando hacia su
casa, aproximadamente a tres cuadras de su hogar, por calle Constanzo Vigil al
costado izquierdo sintió que venía una bicicleta por su espalda. Refirió que en ese
instante estaba enviando un mensaje de texto a través de su teléfono celular, por
lo que. no prestó mucha atención, recordando que rápidamente un sujeto la tomó
por detrás, dejó a un lado su bicicleta de tipo scater, la tomó por el hombro y de la
cintura, para posteriormente acercarse sobre ella con mucha violencia. Agregó
que este tipo comenzó a realizarle tocaciones con sus manos por todo su cuerpo,
los pechos, el trasero y los genitales, refiriendo que primero lo hizo por encima y
después intentó hacerlo por debajo de su ropa. Señaló además que trató de pasar
por debajo de su pantalón, echándose para atrás, empujándola en forma muy
violenta contra unas plantas, la tomó por el pelo mientras el sujeto comenzó a
bajarse su pantalón, mostrándole el pene y empujándola hacia abajo con el fin de
que ella le practicara sexo oral. Agregó recordar que en ese momento el pene del
individuo estaba erecto, aprovechando el sujeto de tomarla y moverla en dirección
a sus genitales e insinuándole que le hiciera sexo oral.
Refirió que siempre tuvo su celular en la mano, agregando que opuso
resistencia precisamente para que este sujeto no se lo quitara, logrando el
individuo
igualmente
su
cometido
al apropiarse
de
su
teléfono
móvil,
amenazándola en forma violenta y alterada. Agregó que no le practicó sexo oral,
porque fue ella quien opuso mucha resistencia y que finalmente el sujeto huyó
muy rápido, momento en los cuales pidió ayuda a un automovilista, quien la
consoló y comenzaron la búsqueda de este sujeto cerca del sector. Refirió el
individuo dejó botada su bicicleta, huyendo como si nada hubiera pasado.
La deponente además fue capaz de resumir el hecho ocurrido señalando
que todo fue muy violento, recordando que el sujeto la manoseó por todo su
cuerpo, agregando que estaba muy exaltado y violento en el momento en que le
dijo que le entregara su celular, por lo que le dio la impresión que estaba drogado.
El sujeto le decía todo el tiempo “guachita rica”, mientras la manoseaba en forma
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agresiva, insinuándole que le practicara sexo oral, tomándola del pelo con la mano
izquierda, haciendo fuerza para acercar su cara hacia el pene, agregando que
esto produjo un forcejeo entre ellos, ya que ella se negaba a hacerlo. Finalmente,
refirió que individuo huyó por calle Hernando de Magallanes en dirección a
Avenida Las Condes, agregando que nunca pudo recuperar su celular hasta el
día de hoy.
Como se puede apreciar con un simple análisis del testimonio en cuestión,
nos encontramos ante una declaración de la afectada que, en lo que dice relación
con el hecho punible, resulta completamente coherente, lógica, creíble y fundada
en antecedentes concretos que dicen relación con situaciones y experiencias
realmente vividas, otorgando detalles que solo un testigo de gran potencia y
magnitud probatoria puede entregar. Asimismo, la afectada fue capaz de referirse
a una dinámica de acontecimientos que resultaron totalmente uniformes a la
totalidad de sus declaraciones durante la fase de instrucción penal, plenamente
acordes con la denuncia respectiva, todo lo cual potencia la conclusión de gozar
su testimonio de fuerza suficiente para ser considerada como una prueba de cargo
acreditativa del hecho punible propuesto por el ente persecutor.
Pero además este relato resultó dotado de una coherencia externa, en
cuanto pudo ser corroborado y ratificado por otros datos probatorios importantes
presentados en estrados, todo lo cual permite otorgarle plena verosimilitud, y tener
por cierta la existencia del respectivo núcleo imputativo.
Al respecto, cabe necesariamente mencionar la declaración en juicio de la
madre de la menor doña Alexandra Vrsalovic Honorato, quien dio cuenta a estos
magistrados el hecho de haberse enterado por su hija de la experiencia vivida,
sino que además permitió ratificar las diligencias realizadas con posterioridad,
junto con otros detalles que enriquecieron la naturaleza del relato de la primera
testigo.
Es así como esta deponente refirió ser madre de K.A.M.V., quien en la
actualidad tiene 21 años, agregando que el día 29 de febrero de 2008, su hija le
contó que en circunstancias que venía de vuelta de estudiar, aproximadamente a
las 14:00 horas, dirigiéndose hacia la casa de su padre por calle Constancio Vigil,
un sujeto la tomó por detrás, tirándose encima y manoseándola por todo su
cuerpo. Refirió que su hija le contó que este sujeto se bajó los pantalones
mostrándole los genitales y tirándola al piso contra unos matorrales. En ese
momento comenzó a tomarla de la cabeza ella lograba alejarse de los genitales de
este tipo, refiriendo que en algún minuto vio el celular de la menor y se lo pidió.
Posteriormente, el sujeto tomó su bicicleta y se fue, momento en el cual pasó una
persona en un auto, quien ayudó a su hija tratando de seguir al tipo por unas
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calles, pero no lograron interceptarlo. Luego de ello la menor fue a la casa de su
padre, le contó lo sucedido y concurrieron a interponer la denuncia.
Agregó la deponente que esa misma tarde se enteró de lo que le había
ocurrido a su hija, quien la llamó para contarle. Al hablar la notó muy afectada, ya
que le contaba lo ocurrido pero no en una secuencia lógica, lo que comenzó a
hacer después. Estaba muy impactada. Con posterioridad su hija le mostró
distintas marcas en su cuerpo.
En cuanto a las tocaciones que la afectada le refirió que el individuo le
había realizado, la testigo explicó al tribunal que a su hija la manosearon por su
espalda, sus pechos y por debajo de la ropa, todo mientras este sujeto tenía sus
genitales al aire, y le pedía que se le chupara el pene.
Además de lo anterior, esta testigo fue capaz de dar cuenta de las secuelas
que este hecho provocó en la menor, afirmando que su hija tuvo que asistir a
sesiones con un psicólogo producto de lo sucedido, refiriendo que la inscribió en
un curso de programación neurolingüística, contándole que a veces se le vienen
las imágenes y recuerdos.
El relato presentado con anterioridad permite ratificar las conclusiones
anteriormente expuestas en torno a la verosimilitud de la ocurrencia de los hechos
de la manera descrita por la afectada. Los antecedentes dados por su madre, no
permiten sino concluir que nos encontramos ante un testimonio de la menor
uniforme en el tiempo, que explica y contextualiza los hechos de forma armónica,
todo lo cual potencia la conclusión de credibilidad antes expuesta.
Pero además, su relato se vio potenciado por la presentación de otros
medios de prueba por parte del órgano persecutor. Es así como dicho testimonio
resultó complementado por los dichos de la funcionaria de Carabineros doña
Johana Pino Zapata, quien en relación a estos hechos manifestó que se
desempeña en la 17 ° Comisaría de Las Condes y que con fecha 29 de febrero de
2008 se encontraba de servicio de guardia, recordando que, aproximadamente
alrededor de las 16:00 horas, llegó a la Comisaría una menor a quien le costó
mucho prestar declaración, refiriendo que la víctima le indicó que ese mismo día,
alrededor de 14:45 horas aproximadamente, en circunstancias que transitaba por
calle Constancio Vigil con Esteban del O’rto, de la comuna de Las Condes, un
sujeto que se desplazaba en una bicicleta la abordó por su espalda, se lanzó
encima de ella, la tiró sobre unos matorrales, comenzando a tocarle su cuerpo, en
particular sus pechos, sus nalgas y su vagina. Expresó, que luego este individuo
se bajó su pantalón y le acercó el pene en la cara para que le practicara sexo oral.
Ella se resistió, por lo que el individuo le quitó su teléfono celular. Refirió además
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recordar que le tomó la respectiva denuncia y le correspondió confeccionar el
parte policial.
Es así como este testimonio resultó fundamental para corroborar la idea de
que la afectada presentó un relato completamente acorde, coherente y uniforme
desde el día de la denuncia ante los funcionarios policiales, explicitando durante la
audiencia de juicio oral detalles similares a los referidos el mismo día de los
acontecimientos, todo lo cual realza y confirma las conclusiones relativas a su
plena credibilidad y validez como medio de prueba, orientando a estas
magistrados a tener por cierto que:
En atención a la prueba rendida durante el desarrollo de las presentes
audiencias de juicio oral, este Tribunal ha llegado a la convicción, por unanimidad
y más allá de toda duda razonable, que se encuentra acreditado que:
“El día 29 de febrero de 2008, aproximadamente a las 14:45 horas,
K.A.M.V., a la sazón de 17 años de edad, caminaba por calle Constancio Vigil de
la comuna de Las Condes, en la intersección con calle Esteban del O’rto, un sujeto
la abordó por su espalda, lanzándose encima de ella, para comenzar a realizarle
tocaciones con las manos en su vagina, pechos y nalgas, para posteriormente
bajarse el pantalón, procediendo a mostrarle su pene y pasárselo por su cara.
Ante la negativa de la afectada de practicarle sexo oral, el sujeto le exigió de
manera violenta la entrega de su celular, sustrayéndole el teléfono que la menor
que tenía en sus manos, huyendo del lugar con la especie en su poder”.
Dicho presupuesto fáctico, acorde con la regla de congruencia contemplada
en el artículo 341 del Código Procesal Penal, es el que se tendrá por cierto en la
presente sentencia.
Por otro lado, corresponde a continuación referirse a los testimonios de
dichos deponentes y a su valoración por parte de este tribunal colegiado en cuanto
a la acreditación de la participación del acusado en este hecho, lo cual resulta ser
objeto de controversia en el presente juicio oral, teniendo en consideración que
según el testimonio del propio imputado al renunciar a su derecho a guardar
silencio, este negó toda participación en este hecho, a pesar de reconocer su
autoría en todos los demás delitos que se le imputaron.
De tal manera que para proceder a dictar un veredicto de naturaleza
condenatoria, en el contexto antes referido, será el Ministerio Público el encargado
de destruir, de una manera categórica, la presunción de inocencia que ampara a
todo imputado en un proceso penal, presentando en estrados prueba de cargo
suficiente y contundente que permita tener por cierta, y más allá de toda duda
razonable, la vinculación fáctica existente entre estos presupuestos y el actuar
material del acusado en cuestión. De lo contrario, y ante la existencia de
98
interrogantes justificables que deriven de la insuficiencia probatoria, el resultado
no es otro que el de la absolución o desestimación de los respectivos cargos.
Pues bien y en lo relativo a la participación culpable de López Aguilar en los
hechos del día 29 de febrero de 2008, cabe señalar que uno de los primeros
aspectos que se observa al tenor de la declaración de la víctima, antecedentes del
todo importante para los efectos de determinar su validez y, por consiguiente,
eficacia en la decisión final de este tribunal, dice relación con las circunstancias
que rodearon las primeras diligencias de investigación realizada por los
funcionarios policiales y el Ministerio Público relativas a determinar la participación
del acusado en el delito que se le imputa.
Así entonces, la primera diligencia de investigación que da cuenta tanto la
víctima como la funcionaria policial, dice relación con la respectiva denuncia que
efectuó la menor en dependencia de la 17° Comisaría de Las Tranqueras.
Primero que todo, cabe señalar que la menor de iniciales K.A.M.V.
reconoció ante estos jueces que en su primera declaración prestada ante
Carabineros y posteriormente ante la fiscalía a principios del mes de marzo, les
refirió que la persona que la había atacado la tomó por detrás, y que por ello no lo
podía reconocer ya que no lo había visto. Dicho dato, resultó plenamente
corroborado y ratificado con ocasión de la exhibición a la referida afectada de su
declaración prestada ante el Ministerio Público con fecha 20 de marzo de 2008,
oportunidad en que se dejó constancia por escrito, reconociendo su declaración,
que en ningún momento le pudo ver la cara a este sujeto, refiriendo en estrados
que esta declaración la realizó aproximadamente un mes después de los
acontecimientos.
Lo anterior, resultó totalmente confirmado por la madre de la menor, doña
Alexandra Vrsalovic Honorato, quien fue clara al expresar en relación a este tópico
que su hija, en alguna de las instancias durante la investigación, participó en un
reconocimiento, señalándole que en una de ellas “le pareció”
identificar a un
sujeto porque “era el que más se parecía”, reconociendo además que el día en
que ocurrieron los hechos no recuerda que su hija haya dado alguna de las
características físicas de este sujeto. Finalmente, señaló que este reconocimiento
su hija lo hizo en julio cuatro meses después de ocurridos los hechos.
En este mismo, sentido cabe recordar el testimonio de la funcionaria policial
que el mismo día de los hechos tomó la denuncia a la menor. Es así como
Johanna Pino Zapata vino a corroborar la circunstancia que la menor el día de los
acontecimientos no recordaba ningún dato relativo al sujeto que la atacó,
señalando la funcionaria a estas juezas que la menor sólo se limitó a expresa que
el sujeto andaba con una polera blanca y un pantalón oscuro, que medía un metro
99
setenta y dos, morena, delgado recalcando, en lo que interesa, que la niña no
pudo decir más del rostro, debido a que estaba muy nerviosa.
Pues bien, son todos estos antecedentes emanados de las declaraciones
de la propia afectada por los hechos, de su madre quien se enteró de lo ocurrido el
mismo día de los acontecimientos ante el relato de la víctima, de la funcionaria
policial que tomó la primera declaración de la menor, unido a la información
obtenida a través de la incorporación de la información dada por la menor en su
declaración ante el Ministerio Público un mes después de los hechos, los que
permiten a estos jueces sostener, con certeza, que la menor tenía al momento de
las diligencias indicadas serias dudas respecto a su real capacidad de reconocer a
su agresor, teniendo en cuenta que según sus propios dichos nunca pudo verle su
rostro, ya que este la atacó por detrás, unido además a que le resultó imposible
dar datos específicos durante la fase de instrucción y en los momentos anteriores
a su detención, negándose incluso a la confección de un retrato hablado
argumentando que no podía recordar las características del rostro de esta
persona.
Es por ello que a estos magistrados les resulta particularmente dudoso, sin
justificación y fuera de toda lógica el hecho de que, teniendo en cuenta que desde
el día de la comisión del delito hasta un mes después la víctima haya señalado en
todas las oportunidades en que se le preguntaba su imposibilidad de proporcionar
datos concretos relativos a las características físicas del hechor, posteriormente,
particularmente el mes de julio de 2008, es decir, más de cuatro meses después
de los acontecimientos, la afectada, contrariando lo que reiteradamente había
señalado en la fase de instrucción, a partir de la detención del acusado lo haya
reconocido en una diligencia que, por lo demás, resulta cuestionable en atención a
los datos que a continuación se señalarán.
En efecto, es la propia víctima la que refirió en estrados que posteriormente
a su negativa de proporcionar datos de la individualización de su agresor,
comenzó a recordarse por flash y a pensar en los hechos, pudiendo finalmente
recordar al individuo, refiriendo que este sujeto medía aproximadamente un metro
setenta, vestía ropa de scater, zapatillas anchas, tez morena, pómulos
sobresalientes, pelo negro, con una mirada muy fría.
Pero todo lo anterior, a juicio de estos magistrados, no permite a estos
jueces concluir que el testimonio de la afectada haya sido coherente y conteste a
través del tiempo, toda vez que no existen razones justificativas que permitan
razonar, de una manera lógica y plausible, la posibilidad de que hasta un mes
después de los hechos la menor no haya recordado absolutamente nada de su
agresor, no siendo capaz siquiera de poder confeccionar un retrato hablado, y
100
cuatro meses después, a contrario de lo anterior y sin una explicación racional
que lo justifique, haya sido capaz de recordar no solo las características físicas de
su agresor, sino también sus vestimentas y expresiones faciales de un modo
particularmente detallista, todo lo cual resulta incompatible con sus declaraciones
en más de una oportunidad durante la fase de investigación, por lo que su
testimonio no podrá ser considerado como coherente ni uniforme en dicho sentido,
antecedentes indispensables para tomarlos en cuenta como prueba de cargo
acreditativa de la participación del acusado.
En efecto, por una parte, nos encontramos con una afectada que desde el
primer día de los hechos, hasta un mes después de estos -tiempo suficiente para
no argumentar un supuesto estado de shock- insistía en no contar con
antecedentes que permitieran identificar al victimario, atendido que, según sus
propios dichos, le resultó imposible verle la cara. Pero cuatro meses después, con
vagos e incipientes argumentos que resultan total y absolutamente insuficientes
para estos magistrados, reconoce al acusado una vez que este ya se encuentra
detenido, imputado por muchos otros delitos de similares características, y en ese
contexto, es capaz de dar descripciones físicas y de vestimentas, reconociéndolo
en una diligencia, de la cual no se tiene certeza de su realización con el mínimo de
objetividad y seriedad que se requiere para casos como el de marras.
Es por lo anterior que el reconocimiento que la afectada realizó en estrados
ante estas magistrados, confirmando la sindicación que hizo del acusado en el
mes de julio de 2008, oportunidad en que este ya había sido detenido y sindicado
como el autor de otros delitos, resulta completamente débil si tomamos en cuenta
disconformidad con sus propios dichos desde el día de la denuncia hasta incluso
un mes después de los hechos, oportunidad en que ella misma reconoce haber
prestado declaración en Fiscalía sosteniendo que en ningún momento le pudo ver
la cara a este sujeto.
Si esto es así ¿cuál es entonces el testimonio que estos magistrados deben
tener en cuenta? ¿los primeros en los cuales señala que no es capaz de dar
características del agresor ya que no lo vio o el realizado cuatro meses después
de los hechos en los que sindica al acusado como el hecho una vez que este fue
detenido? ¿Dónde se encuentra la uniformidad y coherencia en las declaraciones
de los testigos que declaran en juicio? ¿cómo condenar al acusado con el solo
mérito de la declaración de la víctima cuando esta se contradice en diferentes
etapas de la instrucción sin dar razones justificativas suficientes para un cambio
tan drástico en su declaración?
101
Todas estas interrogantes llevan a estos sentenciadores a no poder tener
por cierto ni dar validez al testimonio de la afectada en lo que dice relación con la
participación del acusado en estos hechos.
En consecuencia, de lo anterior se puede colegir, según la unanimidad de
los miembros de este tribunal, que sus afirmaciones carecen de la seguridad
necesaria, desde el punto de vista de su coherencia interna, para tener por cierto
que el acusado materializó las conductas descritas en los hechos que se han
tenido por ciertos en la presente sentencia. Asimismo, y siendo su sindicación la
única prueba concreta en su contra para vincularlo con estos hechos, carece dicho
medio probatorio de otro requisito esencial para tenerlo como prueba de cargo,
esto es, su corroboración aunque sea en forma indirecta por otro dato que permita
su ratificación.
Ante la inexistencia del requisito de coherencia interna y externa de la
declaración de la víctima como medio de prueba para acreditar la autoría del
acusado, resulta imposible su vinculación material con estos acontecimientos.
Lo anterior, también debe concluirse teniendo presente que de aquella
diligencia en que según la víctima reconoció al acusado, no existen antecedentes
concretos que permitan vislumbrar su realización en términos que permitan a estas
sentenciadoras convencerse de su total validez desde el punto de vista de su
realización.
Dentro de dicho contexto, y si bien es cierto el Código Procesal Penal no
establece la forma en que deben hacerse los reconocimientos en rueda de
imputados, ellos deben cumplir con un estándar mínimo que asegure la
imparcialidad, objetividad en los mismos, lográndose un mayor grado de seguridad
en la decisión de este Tribunal, descartándose de esta forma cualquier tipo de
inducción o error en la identificación de los autores del hecho. Es por ello que,
siendo el Ministerio Público en titular de la acción penal, deberá ser este
organismo el que aporte la información al tribunal de la manera en que este se
realizó, de la forma y detalles propios, unido a sus resultados concretos. Lo
anterior, es perfectamente posible a partir de preguntas a la propia afectada y a
funcionarios policiales que hayan participado en dicho procedimiento, con el fin de
ilustrar al tribunal de la validez de esta diligencia como medio de investigación, y
su posterior cotejo con la información dada por víctimas y testigos en un juicio oral.
En efecto, tanto en la legislación comparada como en el antiguo Código de
Procedimiento Penal, esta diligencia se encontraba regulada en términos de
cumplir con ciertos parámetros básicos para asegurar la neutralidad de este medio
de reconocimiento de o los acusados. En este orden de ideas, el artículo 343 del
referido cuerpo normativo, regulaba de manera detallada la forma en que esta
102
actuación debía llevarse a cabo, indicando incluso que “el inculpado” debía ser
colocado entre seis o más personas, de similares características, todo ello a fin de
evitar la sugestión de la persona al mostrársele un solo individuo.
Además, la propia legislación extranjera contempla parámetros básicos, así
el artículo 369 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal Español establece que el
reconocimiento en rueda de presos consiste en poner a la vista de la víctima del
delito, la persona sospechosa junto al menos dos de características exteriores
parecidas, para ser reconocido. Al respecto, incluso hace mención que con la
víctima y la Policía estará el abogado del detenido, situación que además no se
configuró en la especie, dado que las defensoras de los acusados no se
encontraban presente al momento de realizarse dichas diligencias.
De esta manera, teniendo presente que bajo las normas del nuevo sistema
procesal acusatorio que nos rige, el estándar de exigencia en la regularidad de
diligencias investigativas debe ser mayor al empleado en el sistema inquisidor que
nos regía, en virtud de lo que disponen los artículos 3 y 4 del Código Procesal
Penal, al consagrar el principio de inocencia y los artículos 79 y siguientes del
mismo cuerpo legal que establecen que la Policía debe actuar bajo la dirección y
responsabilidad funcional del letrado conocedor del derecho -el Fiscal- es que
cabe concluir que si aquel “antiguo sistema” cumplía con las exigencias mínimas
para evitar errores e inducciones en aquéllas, bajo las normas que actualmente
nos rigen debe acatarse directrices similares en su orientación y diligenciamiento.
De lo anterior, existiendo declaraciones contradictorias de la propia víctima
en relación a su capacidad real de poder reconocer al agresor, negándolo en sus
primeras declaraciones desde el día de los hechos hasta un mes después, para
posteriormente desdecirse de sus dichos y reconocer al imputado en una rueda de
presos, debió ser el Ministerio Público el que aportara la mayor cantidad de
información para convencer a estos sentenciadores de la validez y objetividad de
dicha diligencia, con el fin de poder justificar el actuar de la víctima en cuanto a la
retractación de sus dichos, lo que no se realizó, dejando un mar de dudas a estas
jueces en torno al tópico en comento, que hacen imposible vincular a López
Aguilar con estos hechos, teniendo en cuenta que el testimonio de la víctima
resultó, al final de cuentas, el único medio probatorio presentado para tener por
cierta su participación.
En consecuencia, no se logró acreditar en juicio, su participación en estos
hechos de la causa, debiendo decidirse la duda a favor del acusado en todo
proceso penal, teniendo en cuenta la importancia del principio fundamental, propio
del Estado de Derecho, consistente en que el imputado no debe probar una
determinada coartada o hacerla creíble, sino que, al contrario, a él le debe ser
103
probado, por el órgano persecutor, que en el momento del hecho estuvo en el
lugar del crimen o que ha participado en este de la forma descrita en la acusación,
lo que en este caso estuvo lejos de ocurrir.
En este mismo sentido lo señala Roxin, al indicar que “Un último principio
probatorio del proceso penal, no por ello menos importante, es aquel según el cual
ante la duda debe decidir a favor del acusado (in dubio pro reo). No obstante, el
principio in dubio no es un regla para la apreciación de las pruebas, sino que se
aplica sólo después de la finalización de la valoración de la prueba (Eisenberg.
BewR, núm. Marg 118). Este principio no está formulado de forma expresa en la
ley, perno no se puede derivar indirectamente del principio de culpabilidad en
conexión con el &261, pues si, de acuerdo con él, una condena exige que el
tribunal esté convencido de la culpabilidad del acusado, toda duda en ese
presupuesto debe impedir la declaración de culpabilidad” (Derecho Procesal
Penal, Claus Roxin, Editores del Puerto, Buenos Aires-2000, p. 111)
A lo anterior cabe agregar que los conceptos de duda razonable y principio
de inocencia, son los pilares sobre los que principalmente se construye el proceso
penal que nos ampara, y sólo una vez que el Tribunal adquiere certeza en relación
a la suficiencia de la prueba incorporada a juicio es posible eliminar el referido
status que protege a todo ciudadano.
Asumiendo que corresponde al Ministerio Público probar el hecho y la
participación del acusado, al Tribunal le resta adquirir certeza sobre la suficiencia
de la prueba para condenarlo. En esta dinámica, la conjugación de los conceptos
de “duda” y “certeza” son las aristas que gobiernan la decisión que se adopte en
uno y otro sentido. Por lo tanto, el estándar de prueba en el ámbito penal debe ser
el más alto dentro del sistema judicial, pues se trata de poner en actividad el
derecho punitivo que constituye la “ultima ratio”.
El derecho a la presunción de inocencia tiene en Chile rango constitucional
por el hecho de estar incorporada en los tratados internacionales ratificados por
Chile (artículo 8.2 de la Convención Americana de Derechos Humanos y art. 14.2
del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos) Este derecho tiene dos
consecuencias la obligación de proporcionarle un trato de inocente y; como regla
de enjuiciamiento impone la carga de la prueba al Estado, lo que significa que si
éste no logra satisfacer el estándar probatorio impuesto por la ley procesal penal,
la consecuencia necesaria del incumplimiento de esa carga es la absolución del o
los acusados.
El estándar de convicción establecido en el Código Procesal Penal en su
artículo 340 ha sido tomado directamente del derecho anglosajón. El origen exacto
del estándar es impreciso, pero se han encontrado rastros en la jurisprudencia
104
británica y norteamericana desde comienzos del siglo XVIII. En EEUU, sin
embargo sólo en 1970 se le declaró explícitamente como un requerimiento
impuesto por la cláusula del debido proceso contenidas en las enmiendas V y XIV
de la Constitución Federal con ocasión de la decisión adoptada en el caso In re
Winship. En EEUU, el estándar de convicción más allá de toda duda razonable
(“beyond a reasonable doubt”), es el que se aplica a los casos criminales, en
oposición al estándar probatorio de la “preponderancia de la evidencia”
(“preponderante of the evidence”), que es el que se ocupa en los procesos civiles.
La diferencia entre ambos estándares es que el primero resulta considerablemente
más exigente, ya que mientras al demandante en un juicio civil le basta, para
obtener una condena, presentar una prueba más convincente que la del
demandado, en un juicio criminal la prueba debe alcanzar para despejar en la
mente del juzgador toda duda razonable acerca de los términos de la acusación
presentada en contra de los imputados.
En efecto, el juicio penal no es una contienda en la que el tribunal se
pronuncia sobre cuál de las versiones presentadas ante él es “mejor”, sino que es
un método para determinar con certeza la existencia del o los delito/s y la
participación del acusado, de modo que si ello no se logra debe absolverse,
incluso si no se encuentran probados los enunciados fácticos que demostrarían la
inocencia de los acusados.
En esta contextualidad, el juicio no se reduce al antagonismo de las
versiones de acusados y víctima, sino por el contrario, cada elemento probatorio
debe ser evaluado en su combinación con los demás. Y así como la duda no
deviene de una mera aproximación subjetiva, sino que debe sostenerse sobre la
racional y objetiva valoración de las probanzas incorporadas en la audiencia, la
certeza tampoco puede formarse en el vacío y debe derivar precisa y
necesariamente del mayor o menor poder de convicción que tengan los distintos
elementos ponderados en forma armónica y en una visión de conjunto.
Chiesa, aplicando las Reglas de Evidencia de Puerto Rico, explica la
diferencia entre ambos estándares en términos probabilísticas, afirmando que
“prueba más allá de duda razonable” expresaría una probabilidad superior al 90%,
en tanto que preponderancia de evidencia significaría una probabilidad superior al
50%.
El objetivo de un juicio criminal no es elegir entre las historias de las partes,
sino determinar si la única explicación plausible del evento en cuestión es o no
que el acusado es culpable en los términos en que han sido acusados.
A mayor abundamiento, cabe señalar que los juicios criminales son
búsquedas unilaterales de la verdad que responden a una pregunta: ¿es el
105
imputado con certeza culpable? En efecto, si la respuesta respecto de Jesús
Patricio López Aguilar es probablemente sí, posiblemente no o cualquiera otra
distinta de un inequívoco sí, el imputado debe ser absuelto, situación que sin lugar
a dudas en opinión de la unanimidad de estas jueces se ha configurado en el
presente caso que les ha correspondido decidir.
A juicio del Tribunal, el estándar de convicción para arribar a una decisión
de condena, exige minimizar al máximo el riesgo de doble interpretación o de
teorías alternativas que puedan generarse respecto del hecho punible o la
participación a partir de unos mismos elementos probatorios. En ello consiste
precisamente la superación de la duda razonable y el arribo a la certeza moral
basada en la prueba rendida de manera lícita, una duda razonable que en el caso
que aquí se juzga se resume en la debilidad probatoria por parte del Ministerio
Público para vincular al acusado con los hechos en perjuicio de la menor K.A.M.V.
teniendo en cuenta las contradicciones existente en el testimonio de esta ultima en
relación a este punto, unido a la inexistencia de otra prueba de cargo que permita
razonar en el sentido de la pretensión sostenida por el Ministerio Público, según se
ha expuesto con antelación.
En consecuencia, el ente persecutor no logró destruir la presunción de
inocencia que amparaba al acusado, contemplada en el artículo 4 del Código
Procesal Penal, esto es, no pudo demostrar fehacientemente, a través de la
prueba rendida durante el juicio oral, que en las conductas ilícitas imputadas, le
cupo una participación culpable y penada por la ley, por lo que se dictará
sentencia absolutoria en relación a este capítulo.
V.- En cuanto al hecho signado como N ° 5 (robo con intimidación en la
persona de la menor de iniciales P.A.N.M.):
Asimismo, el ente persecutor formuló acusación en contra del imputado en
calidad de autor de un delito de robo con intimidación en contra de la víctima de
iniciales P.N.M.
En dicho sentido, nuestro Código Penal requiere para estar en presencia de
esta figura delictiva, la concurrencia copulativa de los siguientes requisitos: a) Que
exista una apropiación de especies muebles ajenas con ánimo de lucro; b) Que
esta apropiación se ejecute sin la voluntad del dueño; y c) Que sea ejecutada con
intimidación, esto es, atendido el carácter complejo y pluriofensivo de esta figura toda vez que constituye un atentado no sólo contra el bien jurídico propiedad, sino
también contra la integridad física y psíquica de las personas -, a partir del empleo
de aquellos medios que el artículo 439 ya citado consagra, entendiéndose ésta
como “todo acometimiento, de índole psicológico, no material, dirigido a presionar
106
la voluntad del sujeto pasivo” (Garrido Montt Mario, Derecho Penal, Parte Especial,
Tomo IV, p.184.).
Ahora bien, en la especie los requisitos señalados en las letras a) y b) del
párrafo precedente, se encuentran acreditados en primer término con la
declaración de Cesar Javier Pinto Sánchez, Carabinero, quien sostuvo que se
desempeñó en el año 2008, en la 17 ° Comisaría de Las Condes. Indicó, que el
día 22 de mayo de 2008, recibió un comunicado, a través del cual se le informó
que debía concurrir a la calle Lucas Robbia. Al llegar al lugar se entrevistó con
María Cristina Moreno Cabello, quien le afirmó ser la madre de la menor Paola y a
su vez le manifestó que en los instantes en que su hija llegaba del colegio,
alrededor de las 17:50 horas, un individuo de un metro setenta, la increpó con un
fierro y le pidió que le hiciera entrega de todas las especies que llevaba consigo al
interior de su mochila, mientras la seguía amenazando. Agregó, que además este
sujeto la puso contra la pared y le preguntó si había alguien en su domicilio. Ella le
respondió que no sabía y entonces el individuo le tocó todo su cuerpo. El sujeto le
sacó las especies de la mochila de la menor y se retiró del lugar. Explicó, que la
menor estaba choqueada por los hechos ocurridos. Puntualizó, que este individuo
le sustrajo a la afectada un celular nokia y un MP4. Además, la madre le refirió que
este sujeto le había tocado todo su cuerpo, entre los que se encontraban los
genitales. Aclaró, que no interactuó con la menor, porque ella estaba muy
choqueada. Precisó, que la madre le dijo que este sujeto era delgado, moreno,
pelo corto, de un metro setenta aproximadamente, vestía una polera de color rojo
y que la menor no recordaba ningún antecedente más.
Reafirma lo anterior, la declaración prestada por el acusado en juicio,
quien renunciando a su derecho a guardar silencio manifestó que este hecho
ocurrió el 22 de mayo de 2008, alrededor de las 14:00 ó 15:00 horas, en
circunstancias que caminaba por Avenida Las Condes, en dirección poniente,
desde Avenida Las Tranqueras, oportunidad en que vio que una joven cruzó y
entró a una calle, él la siguió por la vereda de al frente y se percató que ella
ingresó hacia un pasaje que se ubica tres calles más adentro que Las Tranqueras.
Él procedió a hacer lo mismo, la siguió, la afectada caminó cinco o siete metros.
En la esquina del pasaje encontró un objeto, un pedazo de vidrio, el que no
superaba los diez centímetros, lo tomó y abordó con su mano izquierda a la
víctima, rodeó su cuello con el brazo, la intimidó y le consultó que andaba
trayendo, ella le respondió que un celular y un MP4, se los exigió, existió un
forcejeo entre ellos, la afectada intentó zafarse, se le cayó su llave y su mochila.
Debido a lo anterior, se abrió un portón, razón por la cual huyó del lugar con las
107
especies en su poder -MP4 de color gris y celular-, mientras ella ingresaba a un
domicilio. Aclaró, que las llaves y la mochila se quedaron en el lugar.
Precisó, que desde el momento en que la abordó y él se dio a la fuga no
transcurrieron más de tres minutos.
Aclaró, que a esta persona no la conocía, que todo fue producto del azar,
dado que supuso que podía tener un artefacto de valor.
Reconoció, que esta persona estaba vestida de escolar y que en el interior
del pasaje donde se produjeron los hechos, no transitaba nadie.
Puntualizó, que se devolvió corriendo por Avenida Las Condes hacia su
hogar, demorándose alrededor de cinco minutos en llegar.
Las declaraciones anteriores resultan absolutamente concordantes y
contestes, en cuanto a las circunstancias de tiempo y lugar, como asimismo a la
forma en que se desarrolló la dinámica de los hechos, constituido por las
amenazas efectuada por el acusado, unido al accionar constituido por haber
rodeado con su brazo su cuello, a fin de lograr que la afectada de iniciales P.N.M.,
le hicieran entrega del MP4 y el teléfono celular que llevaban consigo.
Dichos relatos, en términos generales, forman plena convicción a estas
sentenciadoras, en torno a tener por acreditada la existencia efectiva de una
apropiación de cosas muebles ajenas con ánimo de lucro, teniendo en
consideración su coherencia en las circunstancias de tiempo y espacio, el detalle
de aspectos esenciales del sustrato fáctico, como asimismo la inexistencia de
duda su veracidad.
Ratifica lo anterior, el hecho de que como prueba material, complementaria
de estos elementos normativos del tipo penal, el Ministerio Público incorporó, a
partir de su exhibición a Javier Eduardo Croker Acosta, Subcomisario de la Policía
de Investigaciones de Chile, un set fotográfico, en el cual reconoció los celulares
que fueron incautados el día de la detención en el domicilio del acusado, entre los
cuales se encontraba el que le había sido sustraído a la afectada de iniciales
P.N.M. Agregó, que este teléfono fue entregado a la madre de una de las víctimas,
de nombre María Moreno -madre de P.N.M- según se acredita en certificado de
nacimiento incorporado en juicio. Precisó, que se informó de dicho hallazgo a la
afectada, el día 1 de julio de 2008, para luego exhibirle siete celulares,
reconociendo uno de ellos como de su propiedad. Puntualizó, que el apellido
paterno de esta víctima era con “N”.
Así entonces, atendida la falta de elementos objetivos que permitan a estas
jueces dudar de las declaraciones de las víctimas, en lo que dice relación con la
forma en que habrían acontecido los hechos, unido a la verosimilitud que su teoría
del caso presenta, de acuerdo a las reglas de la lógica y a las máximas de la
108
experiencia y finalmente, la constatación de la existencia de relatos coherentes y
de permanencia en el tiempo, situación que ratifica la prueba testifical y material ya
señalada, permiten a este Tribunal Oral darle pleno valor a sus dichos y tener por
acreditado que el día 22 de mayo de 2008, el acusado, se apropió de dos
especies muebles ajenas, contra la voluntad de su dueña.
Finalmente, dicho razonamiento resulta del todo coherente y lógico con la
declaración del acusado en esta audiencia de juicio, -renunciando a su derecho a
guardar silencio, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 326 del Código
Procesal Penal- quien se situó el día, hora y lugar de ocurrencia de los hechos,
reconociendo además que efectuó la sustracción de un MP4 y un teléfono celular,
mediante amenazas efectuadas a la afectada.
Por
lo
tanto
y
en
atención
a
las
consideraciones
esbozadas
precedentemente, este Tribunal del Juicio Oral en lo Penal, apreciando en forma
libre los elementos de prueba rendidos durante la audiencia, de conformidad con
lo estatuido en el artículo 297 del Código Procesal Penal, ha adquirido la
convicción, más allá de toda duda razonable, que se encuentran acreditadas las
siguientes proposiciones fácticas:
“El día 22 de mayo de 2008, a las 15:30 horas aproximadamente, en
circunstancias que P.N.M., de 17 años de edad, caminaba por calle Lucas de
Robbia, de la comuna de Las Condes, fue abordada por Jesús López Aguilar,
quien le colocó un elemento corto punzante a nivel del cuello, la amenazó
exigiéndole la entrega de un teléfono celular marca Nokia y un reproductor MP4,
los cuales sustrajo y huyó del lugar con las especies en su poder”.
Ahora bien, para los efectos de configurar el elemento objetivo del tipo
penal en comento, relativo a la intimidación propiamente tal, entendida esta dentro
de los parámetros señalados en el párrafo segundo del presente considerando,
fue fundamental para estas sentenciadoras el relato del funcionario de
Carabineros César Javier Pinto Sánchez y del propio acusado, quienes
sostuvieron que una vez que este último le solicitó la entrega de las especies que
llevaban consigo, ejecutó acciones en torno a configurar tal estado intimidatorio,
constituido por el hecho de amenazarla, unido a que había rodeado con su brazo
su cuello, logrando a través de ello, la sustracción de un MP4 y un teléfono
celular.
De esta forma, se deja de manifiesto que la coacción se produjo durante
toda la interacción que el autor del hecho tuvo con la afectada.
Al respecto, cabe señalar que las declaraciones de los deponentes antes
señalados fueron absolutamente convincentes, por cuanto permitió a estas jueces
representarse aquellas acciones descritas por éstos de una manera clara y
109
pormenorizada, situación que, valorando el contexto en que ocurrieron los hechos,
presumen fehacientemente la existencia del justificado temor que sintió la víctima
por su vida e integridad física. Dicha conclusión se obtiene también a partir de las
máximas de la experiencia, las que nos permiten vislumbrar, como elemento a
considerar, que el día en que ocurrieron los hechos, atendida la dinámica en que
éstos acontecieron, esto es, a través de las amenazas proferidas por el acusado,
unido a que nos encontramos frente a una víctima menor de edad, a juicio de
estas jueces, contribuyeron notablemente a generar un mayor grado de temor y
peligro sentido por la afectada.
Asimismo, las referidas declaraciones, en torno a señalar la manera en que
se llevó a cabo la intimidación por parte del acusado, permitió que estas jueces
pudieran representarse que este tipo de proceder efectivamente constituye una
amenaza, que creó en la persona de la afectada un evidente temor de verse
amedrentada y expuesta a un daño físico, inmediato e inminente, situación
además corroborada por el funcionario policial Pinto Sánchez.
De tal manera entonces, que la actividad desplegada por el acusado,
tendiente a conminar a la afectada a entregar su MP4 y su teléfono celular, unido
también a la idoneidad de los medios utilizados para provocar tales temores, se
puede concluir que efectivamente hubo un acto intimidatorio, existiendo una
relación comunicativa entre el actuar realizado y el resultado consistente en una
posibilidad - real o imaginaria- de un riesgo o daño.
Las amenazas, asimismo, revisten el carácter de gravedad necesario para
su configuración, las que se realizaron en forma coetánea a la apropiación de las
especies y finalmente, el mal con el cual se les amenazó fue grave y verosímil,
toda vez que importó un eventual ataque a la vida o integridad de la afectada,
siendo este perfectamente posible de realizarse a ojos de la víctima que depuso
en el presente juicio oral, dado que ello constituyó el motivo por el cual hizo
entrega de sus especies.
Esto último, dice relación con lo que la doctrina denomina la “posibilidad
relativa”, es “posible de determinarse mediante un juicio ex ante de un tercero
puesto en la concreta situación fáctica de que se trate” (Politoff, Matus, Ramirez,
Lecciones de Derecho Penal Chileno, Parte Especial, p. 346).
A mayor abundamiento, por otro lado cabe tener presente lo expuesto por el
profesor Antonio Bascuñán Rodríguez (Delitos contra la propiedad, Apuntes de
clases, Facultad de Derecho, Universidad de Chile), al señalar que la cuestión
crucial para el análisis dogmático del robo consiste en precisar de qué forma se
constituye el uso de violencia o intimidación como elementos del injusto. Al
110
respecto, debe elucidarse la función que estos medios de comisión tienen en la
configuración de los tipos penales antes referidos.
La respuesta a lo anterior, dice relación con que ambos medios comisivos
son medios de coacción, ya que es en esta última, esto es, en la restricción de la
libertad de acción, se encuentra la relación -objetiva- entre el uso de violencia o
intimidación y la apropiación de la cosa. Lo referido con antelación, se encuentra
explícitamente enunciado en el texto legal, en el artículo 439 del Código Penal, el
que dispone: “Para los efectos del presente párrafo se estimarán por violencia o
intimidación en las personas los malos tratamientos de obra, las amenazas ya
para hacer que se entreguen o manifiesten las cosas, ya para impedir la
resistencia u oposición a que se quiten, o cualquier otro acto que pueda intimidar o
forzar a la manifestación o entrega….”
Ahora bien, todas estas funciones que pueden revestir estos medios
comisivos son formas de coacción: “constreñir a entregar la cosa, constreñir a
manifestar la cosa y constreñir a omitir oponer resistencia a la sustracción de la
cosa”, lo que en el presente caso a analizar estuvo constituido por la primera de
las hipótesis antes referidas.
En virtud de lo señalado precedentemente, a juicio de este autor, el robo se
configura como un delito complejo porque reúne lo injusto de la coacción -lesión
de la libertad- y lo injusto de la apropiación -lesión de la propiedad-. La
pluriofensividad del robo simple se encuentra para el profesor Bascuñán, pues,
primordialmente, en la afectación adicional de la libertad personal, atentando de
modo penalmente relevante contra más de un bien jurídico, toda vez que lo que se
pretende proteger es la propiedad y la libertad personal.
Por otro lado, desde una perspectiva semántica, la coacción violenta o
conminatoria constitutiva de robo no es cualquier coacción, conforme a la
definición genérica e este injusto (arts. 297, 494 N ° 16), sino que esta debe ser
grave, la que se determina en función de la intensidad coercitiva de los medios
empleados, no por referencia a la acumulación a otros bienes jurídicos.
Finalmente y en cuanto al tipo subjetivo del injusto en cuestión, la actividad
realizada por el acusado, en orden a amenazar a la víctima, a fin de que hiciera
entrega de su MP4 y su teléfono celular, demuestran a juicio de estas
sentenciadoras y sin lugar a dudas, que el acusado, tenía pleno conocimiento de
todos aquellos elementos configurativos del ilícito penal esbozado en los párrafos
anteriores y no obstante ello obró con plena voluntad de realización, actuando por
tanto con dolo directo, como elemento de la faz subjetiva del tipo penal por el cual
se formuló acusación en su contra.
111
Por
lo
tanto
y
en
atención
a
las
consideraciones
esbozadas
precedentemente, este Tribunal del Juicio Oral en lo Penal, apreciando en forma
libre los elementos de prueba rendidos durante la audiencia, de conformidad con
lo estatuido en el artículo 297 del Código Procesal Penal, ha adquirido la
convicción, más allá de toda duda razonable, que se encuentra acreditado el
siguiente hecho:
“El día 22 de mayo de 2008, a las 15:30 horas aproximadamente, en
circunstancias que P.N.M., de 17 años de edad, caminaba por calle Lucas de
Robbia, de la comuna de Las Condes, fue abordada por Jesús López Aguilar,
quien le colocó un elemento corto punzante a nivel del cuello, la amenazó
exigiéndole la entrega de un teléfono celular marca Nokia y un reproductor MP4,
los cuales sustrajo y huyó del lugar con las especies en su poder”.
El sustrato fáctico reseñado con anterioridad, según se ha explicitado con
antelación,
se
encuentra
acreditado
en
juicio,
principalmente,
con
las
declaraciones de César Javier Pinto Sánchez, Javier Eduardo Croker Acosta y del
propio acusado, quienes depusieron en audiencia, en forma coherente, precisa y
concordante, respecto de los hechos que se han dado por establecidos en el
motivo precedente.
En efecto, César Javier Pinto Sánchez funcionario de la Policía de
Investigaciones de Chile, refirió que el día de los hechos se entrevistó con la
madre de la menor afectada, quien le manifestó que a las 17:50 horas de ese día,
un individuo increpó a su hija con un elemento contundente, amenazándola y
exigiéndole la entrega de todas las especies que llevaba consigo, poniéndola
contra la pared y procediendo además a tocarle su cuerpo entre los que se
encontraban sus genitales. Finalmente, la madre le dio las características físicas
del agresor de su hija -referidas por esta última- en particular que era un individuo
delgado, moreno, de pelo corto, un metro setenta aproximadamente y que vestía
una polera de color rojo.
Por su parte, depuso el funcionario policial Javier Croker Acosta, el que
permitió vincular al acusado con los hechos indicados con antelación, dado que
ratificó a estas magistrados que participó en la diligencia de entrega de uno de
celulares encontrados en el domicilio del imputado, el que pertenecía a la menor
de iniciales P.N.M.
Finalmente es el propio acusado, quien renunciando a su derecho a guardar
silencio ratificó los presupuestos imputativos, explicando a estos jueces que el día
referido interceptó en la vía pública a la víctima, intimidándola con un pedazo de
vidrio, sustrayéndolo un teléfono celular y un reproductor MP4, huyendo del lugar
con las especies en su poder.
112
La unión lógica y sistemática de todos los hechos consignados en los
razonamientos que preceden, unido a la prueba material incorporada a juicio,
consistente en diversas fotografías y planos planimétricos, permiten calificar estos
hechos, a juicio de este Tribunal, como constitutivos de un delito de robo con
intimidación, previsto y sancionado en el artículo 436 inciso primero en relación
con el artículo 432 y 439, todos del Código Penal, en grado de consumado.
En dicho sentido, se ha podido acreditar por parte del Ministerio Público,
que el acusado Jesús López Aguilar, ejerció una acción directa en contra de la
víctima, tendiente a apropiarse materialmente de un teléfono celular y un
reproductor MP4 de propiedad de la afectada en contra de su voluntad y con un
evidente ánimo de lucro, ejecutando para estos efectos, actos que el legislador
enmarcó dentro del concepto de intimidación, provocando con ello, una coacción
directa que afectó la esfera de libertad de P.N.M.
Por otro lado, los datos probatorios incorporados por el ente persecutor a la
audiencia de juicio, en torno a acreditar la eventual participación del acusado
López Aguilar, en el ilícito mencionado en el acápite que antecede, a juicio de
estas juezas, se encuentran tenidos por ciertos con la prueba antes referida y en
especial con la declaración prestada por el propio acusado, aunado a la
presunción contemplada en el artículo 454 del Código Penal.
Acorde entonces con las aseveraciones tenidas por ciertas en los motivos
precedentes, unido a todos los elementos de prueba analizados en este fallo, no
cabe sino concluir, más allá de toda duda razonable, que el acusado intervino en
calidad de autor en el ilícito penal asentado en la motivación anterior, toda vez que
tomó parte en la realización del hecho de una manera inmediata y directa.
Lo anterior, unido a los datos probatorios ya señalados, permiten concluir la
idea que Jerez Fuentes, queda comprendido en la normativa establecida por el
artículo 15 N ° 1 del Código Penal, al ejecutar actos inmediatos y directos en la
ejecución del hecho.
Por otro lado, estas sentenciadoras estiman la existencia de un ilícito cuyo
grado de desarrollo es consumado, toda vez que la propia redacción del artículo 7
del Código Penal, se encuentra explicitada desde la perspectiva del agente y el
sujeto activo del delito. Así, se ha logrado establecer que la especie -teléfono
celular y MP4- salieron materialmente de la esfera de resguardo en que la
ofendida los mantenía, logrando la recuperación sólo una de ellas -teléfono
celular-, y habiendo transcurrido un espacio temporal y físico desde la perpetración
de aquélla hasta su detención y consecuente entrada y registro al domicilio del
acusado.
113
Así las cosas, en cuanto al grado de desarrollo del delito en cuestión y sin
perjuicio de lo dispuesto en el artículo 450 del cuerpo legal antes citado, este
tribunal como se ha expuesto con antelación, ha estimado que nos encontramos
en presencia de la hipótesis de consumación, por el hecho de existir una
arrogación del contenido fáctico de poder correspondiente a la posición jurídicoformal de propietario, con quebrantamiento de la esfera de custodia ajena y
constitución de una nueva.
En este sentido, el mismo Bascuñan Rodríguez sostiene, que “hay
consumación en el momento en que el autor comienza a ejercer una relación
fáctica de dominación de la cosa, que es expresión de su voluntad de dominación,
que tendría que ser vencida por el anterior detentador de la cosa, para disponer
sobre ella”, situación que aconteció en el presente caso analizar, según se ha
descrito con antelación.
VI.- En cuanto al hecho signado como N ° 6 (robo con intimidación en
la persona de la menor de iniciales M.R.E.C.):
Corresponde a continuación referirse a todos aquellos elementos
probatorios incorporados a la audiencia de juicio oral por parte del Ministerio
Público, y que pretendieron dar cuenta de la existencia de un delito de robo con
intimidación acaecido en la tarde del día 22 de diciembre de 2008, ejecutado por el
acusado en contra de la menor, a la sazón de 17 años de edad, de iniciales
M.R.E.C.
En dicho sentido, el primer elemento de importancia a la hora de tener por
cierto dicho presupuesto, es el testimonio de la propia afectada, cuya primera
impresión que pudo transmitir se refiere al hecho de estar en presencia de una
declaración totalmente coherente, creíble y corroborada o ratificada por otros
medios de prueba, todo lo cual potencia su credibilidad, como instrumento útil en
el proceso penal.
En efecto, relató en estrados la menor en forma muy clara y categórica la
dinámica de los acontecimientos la que, como se verá, resultó plenamente
ratificada por los dichos del propio imputado, el que renunciando a su derecho a
guardar silencio, reafirmó totalmente su declaración, potenciando su relato como
prueba de cargo . Al respecto, la menor en comento refirió que el día 22 de abril
de 2008, alrededor de las 17:50 horas aproximadamente, en circunstancias que
salía del Preuniversitario donde estudiaba, tomó una micro en la Escuela Militar,
se bajó en el paradero que se encuentra en Avenida Las Condes con calle
Lorenzo de Medici., recordando que vestía de escolar, oportunidad en que se
percató que un joven que e había bajado de la micro con ella la seguía, por lo que
114
siguió por unos pasajes más oscuros durante aproximadamente cinco cuadras,
mientras este individuo la seguía a unos quince metros de distancia. Refirió que en
esos momentos trató de no darle importancia, pero miraba constantemente hacia
atrás. Aclaró, que lo vio de lado cuando iba caminando por el pasaje Perseo,
recordando haberse fijado en que vestía jeans y un chaleco azul, y que en cuanto
a sus características físicas refirió que era un sujeto de tez morena, pelo corto,
oscuro, delgado, medía un metro setenta, ojos chicos como escondidos, con
marcas de acné, todo lo cual son características propias del acusado López
Aguilar , según pudo ser apreciado por estas sentenciadoras.
Refirió asimismo, que este sujeto la tomó del cuello, sintiendo un cuchillo en
dicha zona, agregando que el arma no la pudo ver pero que esta le dejó marcas
en su piel, oportunidad en que el sujeto la amenazó diciéndole que se quedara
callada mientras le pedía dinero , respondiéndole que no tenía nada. El sujeto le
preguntó si tenía celular, ella le dijo que si, sacando la referida especie de un
bolsillo de su mochila, permitiendo que el individuo le sustrajera su teléfono móvil
dado que la amenazaba y la tenía intimidada con un cuchillo, sintiendo mucho
miedo. Refirió que el muchacho le preguntó nuevamente si tenía dinero,
respondiéndole nuevamente que no. Finalmente, le pidió que le entregara el pase
escolar, ante lo cual ello accedió, dejándola escapar a la cuenta de tres.
Agregó además que el lugar donde se cometió el ilícito se encuentra cerca
de su casa, refiriendo que cuando el sujeto huyó corrió a su hogar, contándole lo
sucedido a su nana, llamando a sus padres y contándole todo mientras lloraba,
quienes le dijeron que fuera de inmediato a Carabineros para interponer la
respectiva denuncia, por lo que concurrió a la Comisaría de Las Tranqueras.
Manifestó que su celular era de marca Samsung y que su modelo es el que
tiene forma de almeja, agregando que tenía pegado un scotch en la parte de atrás,
además de un autoadhesivo de bombero y otro de una película.
Luego de ocurrido los hechos, refirió que su madre le comentó que había
recibido una llamada de la Brigada de Delitos Sexuales, informándole que habían
encontrado su celular, llamando a uno de los números que el móvil tenía como
contacto, el que decía “mamá”. Al día siguiente, en compañía de su hermana,
concurrió a la unidad policial, reconociendo y retirando su celular.
En este contexto, la testigo dio plena razón de sus dichos, potenciando su
relato a partir de la exhibición fotográfica de la especie sustraída, la que reconoció
plenamente durante la audiencia de juicio, todo lo cual permitió a estas
sentenciadoras otorgarle plena verosimilitud a su testimonio en estrados.
Asimismo la afectada fue capaz de explicar el contexto de los hechos en
cuanto al lugar físico, reconociéndolo a través de una exhibición de fotografías,
115
dando cuenta del lugar en que fue abordada y la dirección en donde finalmente el
sujeto logró huir.
Por otro lado, y en cuanto a la participación del acusado en estos hechos,
fue clara esta testigo en afirmar identificar a Jesús López Aguilar como el sujeto
que la asaltó el día de los hechos, refiriendo reconocer claramente a esta persona,
argumentando que al verlo tiene diversas sensaciones tales como miedo, rabia,
angustia. Agregó a estos jueces estar segura del reconocimiento del acusado por
sus características físicas que son muy particulares, a saber, la forma de la cara,
contextura de su cuerpo y por su mirada.
Asimismo, esta deponente aportó un dato completamente interesante a la
hora de vincular al acusado con este delito, y es lo que dice relación con la
incautación de especies al momento de su detención. Es así como la testigo
informó este tribunal que al momento de recibir la llamada de la Policía de
Investigaciones, se enteró que habían encontrado su celular en la casa de un
sujeto al que llamaban el “violador de Las Condes”, por lo que comenzó a buscar
en internet su imagen, encontrando a dos sujetos a los que les atribuían dicho
título, revisando las imágenes y percatándose de que una de ellas correspondía
categóricamente a la persona que le había robado.
Refirió, que después de lo anterior, la llamaron de la Fiscalía Local ya que
le pidieron concurrir a sus dependencias con el fin de realizar una declaración más
formal de lo que le había ocurrido, lo que hizo días después efectuando en esa
oportunidad una diligencia de reconocimiento. Señaló que a dicha diligencia
ingresó con su padre, recordando que había varias personas, aproximadamente
alrededor de ocho hombres, reconociendo entre al acusado.
Finalmente, dio cuenta a estas sentenciadoras que este hecho implicó su
vida cambiara en el sentido de se desplaza con mucho miedo por las calles.,
agregando que además sus padres se pusieron muy nerviosos, comenzando a ir a
buscar y dejar todos los días al Preuniversitario. Asimismo, le costó mucho
comenzar nuevamente a salir de noche, ya que quedó muy asustada.
La declaración anterior se caracteriza por aportar una descripción detallada
y minuciosa de las circunstancias que rodearon a la comisión del delito,
destacando el impacto que sufrió en la menor al haber sido víctima de estos
hechos y todas las consecuencias que esto trajo aparejado. Al respecto, cabe
destacar como elemento diferenciador y propio de una prueba testifical de peso, la
presencia de un testimonio uniforme en el tiempo, ya que desde los inicios de la
investigación hasta su detención se contó con un testimonio coherente, sin
desorientaciones
o
contradicción
alguna,
dando
detalles
propios
de
la
individualización del acusado, todos los cuales resultaron completamente
116
ratificados al proceder a la realización de las diligencias posteriores ya descritas,
como el reconocimiento realizado durante la fase de instrucción y su posterior
sindicación en la audiencia de juicio oral, existiendo por tanto plena coherencia
interna y armonía en la totalidad de sus dichos, antecedentes esenciales para
estimarla como prueba de cargo suficiente de participación.
Además dicho testimonio fue corroborado por otras fuentes de información
de completa relevancia en la resolución de este juicio. Es así como el propio
imputado en la audiencia de juicio oral, en la oportunidad prevista en el artículo
326 del Código Procesal Penal, declaró en estrados refiriendo que este hecho
ocurrió el 22 de abril de 2008, alrededor de 13:00 horas, esperaba micro en el
paradero de Avenidas Las Condes con calle Las Tranqueras, oportunidad en que
vio que una joven se bajaba de la micro, y que mientras hablaba por celular
caminaba por esta última Avenida. Es por ello que decidió seguirla y en el camino
recolectó un objeto en las afueras de un inmueble, el que llevó en su mano,
recordando que la abordó en la mitad de un pasaje el primero después de la
Avenida Las Tranquera, y con el objeto punzante rodeo con su brazo su cuello,
pidiéndole su celular y su pase escolar. Refirió que situó su mano izquierda en el
lado derecho de su cuello, mientras que con su brazo derecho la procedió a
apretar. Reconoció asimismo, que coaccionó a la afectada a partir de un contacto
directo entre el objeto que portaba y el cuello de la menor, refiriendo que todo este
proceso fue sorpresivo para la víctima ya que la abordó por la espalda. Agregó
que ella accedió a su petición, preguntándole si tenía algo más, a lo que respondió
que no, por lo que le abrió su mochila y se cercioró que era efectivo lo que la
víctima le había dicho. Posteriormente, la dejó huir después que pasó un auto por
el lugar y se dio a la fuga luego de haberle sustraído su celular, marca Samsung,
de color gris y el pase escolar. Expresó, que debido a que este teléfono estaba
deteriorado lo guardó en su domicilio en una caja en donde tenía distintos cables y
artefactos, agregando que el pase escolar lo intentó utilizar, pero estaba malo por
lo que lo botó.
La declaración del acusado en relación con estos presupuestos fácticos
resultó importante por el hecho de permitir ratificar los dichos de la afectada en
todas sus partes como, asimismo, no tener dudas de la existencia de una coacción
funcional a la apropiación de las especies corporales que le fueron sustraídas,
todo lo cual permite subsumir en forma categórica su actuar dentro del tipo penal
propuesto por el ente persecutor. Asimismo su testimonio permitió vincular la
especie que le fue encontrada en su domicilio con aquella que le fue sustraída a
esta víctima, todo lo cual también permite conectarlo tácitamente con los hechos
tenidos por acreditados en el respectivo veredicto y en la presente sentencia.
117
Dado lo anterior, en base a la coherencia interna del testimonio de la
víctima, materializado en una declaración uniforme a través del tiempo, y a su
coherencia externa potenciada por el propio testimonio del imputado, permiten
darle plena validez, en los términos de constituir un dato probatorio importante a la
hora de acoger la pretensión jurídica del ente persecutor.
Pero además del testimonio del acusado, el Ministerio Público también se
encargo de presentar pruebas tendientes a confirmar los dichos de la afectada,
antecedentes que también complementaron sus dichos y permitieron confirmar
aquellas conclusiones ya esbozadas precedentemente.
En efecto, compareció en estrados la madre de la menor doña Irene Elisa
Carvajal Carvajal quien expuso que es madre de M.R.E.C. y que junto con ella y
su hija en su casa vive además Elvira Alarcón, que es su nana Refirió que el día
22 de abril de 2008, su hija la llamó a su oficina alrededor de las 18:20 horas,
recordando dicha conversación toda vez uqe su hija le hablaba gritando y llorando,
por lo que no entendió nada de lo que decía. Por lo anterior, su nana tomó el
teléfono y le dijo que a su hija la habían asaltado. Le pidió a esta que le dieran
algo para calmarla y que fueran de inmediato a Carabineros a denunciar el hecho,
lo que realizaron con posterioridad. Agregó que la niña estaba descompuesta,
recordando que lloró toda la noche, que no durmió porque le decía que veía al
atacante y ella le respondía que estuviera tranquila ya que estaba protegida.
Tomaron medidas tales como irla a buscar al preuniversitario, cambiar la ruta de
llegada a su casa.
Asimismo, la madre de la afectada dio cuenta al tribunal la dinámica de los
hechos de acuerdo a la versión de su hija, la que resultó similar a la relatada por la
niña en la etapa de instrucción y ante estas juezas, todo lo cual potenció la
conclusión de credibilidad antes referida. Al respecto, señaló que su hija le relató
que cuando venía de vuelta del preuniversitario, caminaba por Avenida Las
Condes, doblando en unas calles poco concurridas, oportunidad en que un sujeto
la tomó por la espalda y le puso un cuchillo en el cuello, el que le dejó marcas en
esa zona bajo el mentón y en el cuello.
Recordó que a los meses siguientes, a principios del julio de 2008, se
comunicó con ella un funcionario de la Policía de Investigaciones, preguntándole si
se había perdido algún teléfono móvil. Agregó que la llamaron a su celular,
señalándole el funcionario que necesitaba que la menor concurriera al a unidad a
reconocer como evidencia un teléfono, por lo que concurrieron y su hija pudo
reconocer su celular, enterándose que fue encontrado en la casa de un sujeto que
estaba acusado de varios asaltos y violaciones. Refirió que el celular de su hija era
118
de tipo ostra, marca Samsung, el que fue reconocido en forma inmediata por la
menor.
Finalmente, manifestó que este hecho implicó que su hija sigue alterada, ya
que revivir todo para ella es un tema muy fuerte. Después de seis meses de
ocurridos los hechos estaba alterada e irritable. Su temor es que de igual forma
ella tiene que andar sola en la calle. Refirió que ella como mamá es más aprensiva
que antes y entonces su hija se siente controlada, lo que implica que ha dañado
su relación con ella.
En lo que dice relación con su testimonio, y aparte de lo referido
anteriormente, los datos aportados sirvieron para corroborar plenamente el hecho
de que el teléfono de propiedad de su hija fue encontrado en el domicilio del
acusado con ocasión de la realización de una diligencia investigativa, siendo
reconocido de manera inmediata por la menor, todo lo cual permite vincular a
López Aguilar con este hecho.
Además, ratificó ciertos datos aportados por la madre la testigo Elvira Rosa
Alarcón Yevenes, cuya declaración resultó útil para dar cuenta de las diligencias
realizadas con posterioridad a los hechos por la menor y su estado al llegar a su
hogar después del delito que había sufrido. Es así como esta testigo expuso que
trabaja como asesora del hogar en la casa de la menor y su madre, recordando
que el día 22 de abril de 2008, alrededor de las 18:00 horas, la niña llegó
angustiada, llorando, desesperada por lo que llamó a su hermano y a su papá
pero nadie le contestó, Posteriormente, se comunicó con la madre de la menor
quien le dijo que concurrieran hacer la denuncia, acompañando a la niña.
En cuanto al estado de la menor, esta testigo fue capaz de aportar al
tribunal el dato de que esta llegó a casa con una herida en la zona de su mentón,
momento en que le contó que la habían asaltado y robado su celular. Le dijo que
había pasado esto a dos cuadras del domicilio donde vive, agregando que estaba
muy mal anímicamente, lloraba desesperada, unido que a esa fecha era una niña,
recordando que ese día la víctima vestía de uniforme y que sus padres la llevaban
y la iban a buscar al preuniversitario.
Su testimonio, permite dar cuenta y confirmar la existencia del hecho
punible en contra de la menor afectada.
Finalmente, existen otros datos aportados por el ente persecutor, los cuales
tienen directa relación con la sindicación realizada al acusado como el autor de
estos hechos. Estos antecedentes dicen relación con el testimonio de ciertos
funcionarios policiales que dieron cuenta de diligencias de investigación, dentro de
las cuales se vinculó tácticamente a López Aguilar con este delito.
119
Al respecto, el funcionario Fernando Álvarez Jeldes fue capaz de señalar
que se desempeña en la Brigada de Delitos Sexuales y que el día 30 de junio de
2008, junto con la obtención de la orden de detención del acusado, se les entregó
una orden de entrada y registro a su domicilio. Agregó que en su interior buscaron
especies sustraídas a las víctimas, recordando que al momento de cumplir la
diligencia se incautaron las especies del acusado, tales, como cortaplumas,
celulares, scate, ropa, entre otros. Se le dijo al Fiscal que habían encontrado
cuatro celulares, llamaron donde decía “mamá” o “papá” y le preguntaron si habían
sido víctimas de algún hecho. Se citó el 1 de junio a la menor de iniciales
M.R.E.C., refiriendo que esta última menor era respecto de quien tomó la denuncia
el día 9 de junio de 2008, agregando que la referida niña reconoció plenamente su
teléfono.
De esta forma se ratificaron los dichos de la afectada y de su madre, en el
sentido de haber encontrado y recuperado la especie sustraída, reafirmando los
dichos del propio imputado en cuanto a que tuvo participación culpable en el delito
referido.
Por último, de la misma forma depuso el testigo José Parada Benavides,
quien al efectuar fijación planimétrica de los sitios del suceso, ratificó plenamente
los dichos de la menor y del propio imputado relativos al lugar en que se habría
producido el robo, resultando sus testimonios totalmente coherente con la fijación
realizada por este funcionario policial.
En atención a la prueba rendida durante el desarrollo de las presentes
audiencias de juicio oral, la que ha sido analizada precedentemente, este Tribunal
ha llegado a la convicción, por unanimidad y más allá de toda duda razonable, que
se encuentra acreditado que:
“El día 22 de abril de 2008, aproximadamente a las 17:50 horas, en
circunstancias que M.R.E.C., a la sazón de 17 años de edad, caminaba por calle
Orion de la comuna de Las Condes, fue abordada por detrás por Jesús Patricio
López Aguilar, quien le puso un objeto punzante en el cuello, sustrayéndole su
teléfono celular y un pase escolar de propiedad de la menor antes individualizada,
huyendo del lugar con las especies en su poder”.
Son todos estos antecedentes, los que llevan a estas sentenciadoras a
subsumir la conducta del acusado dentro del tipo penal objeto de la acusación
fiscal. En efecto, nuestro Código Penal requiere para estar en presencia de esta
figura delictiva, la concurrencia copulativa de los siguientes requisitos: a) Que
exista una apropiación de especies muebles ajenas con ánimo de lucro; b) Que
esta apropiación se ejecute sin la voluntad del dueño; y c) Que sea ejecutada con
intimidación, esto es, atendido el carácter complejo y pluriofensivo de esta figura -
120
toda vez que constituye un atentado no sólo contra el bien jurídico propiedad, sino
también contra la integridad física y psíquica de las personas -, a partir del empleo
de aquellos medios que el artículo 439 ya citado consagra, entendiéndose ésta
como “todo acometimiento, de índole psicológico, no material, dirigido a presionar
la voluntad del sujeto pasivo” (Garrido Montt Mario, Derecho Penal, Parte Especial,
Tomo IV, p.184.).
Ahora bien, en la especie los requisitos señalados en las letras a) y b) del
párrafo precedente, se encuentran acreditados en primer término con la
declaración de la propia menor M.R.E.C., unido a los dichos de su madre, de la
testigo que trabaja en casa de la niña, y del relato del propio acusado según se
expuso
precedentemente,
declaraciones
que
resultan
absolutamente
concordantes y contestes, en cuanto a las circunstancias de tiempo y lugar, como
asimismo a la forma en que se desarrolló la dinámica de los hechos, constituido
por las amenazas verbales y de obra efectuadas por el acusado, unido a las
circunstancias en que se efectuó la detención de este y la incautación en su
domicilio del celular que le había sido sustraído a la menor, según los dichos de
los propios funcionarios policiales que participaron en dicha diligencia.
Dichos relatos, en términos generales, forman plena convicción a estas
sentenciadoras, en torno a tener por acreditada la existencia efectiva de una
apropiación de cosas muebles ajenas con ánimo de lucro, teniendo en
consideración su coherencia en las circunstancias de tiempo y espacio, el detalle
de aspectos esenciales del sustrato fáctico, como asimismo la inexistencia de
cualquier elemento, tanto de naturaleza objetiva como subjetiva, que ponga en
duda su veracidad.
Así entonces, de acuerdo a las reglas de la lógica y a las máximas de la
experiencia y finalmente, la constatación de la existencia de relatos coherentes y
de permanencia en el tiempo, permiten a este Tribunal Oral darle pleno valor a sus
dichos y tener por acreditado que el día 22 de abril de 2008, aproximadamente a
las 17:50 horas,, el acusado Jesús Patricio López Aguilar, se apropió de un
teléfono celular y un pase escolar de propiedad de la menor de iniciales M.R.E.C.,
a la sazón de 17 años de edad, mediando coacción.
Ahora bien, para los efectos de configurar el elemento objetivo del tipo
penal en comento, relativo a la intimidación propiamente tal, entendida esta dentro
de los parámetros señalados en el párrafo segundo del presente considerando,
fue fundamental para estas sentenciadoras el relato de la propia víctima quien
sostuvo que el acusado, una vez que le solicitó la entrega de las especies que
llevaban consigo, ejecutó acciones en torno a configurar tal estado intimidatorio,
121
constituido por el hecho de amenazarlas con un elemento en su cuello, logrando a
través de ello, lograr la sustracción de su teléfono.
De esta forma, se deja de manifiesto que la coacción se produjo durante
toda la interacción que el autor del hecho tuvo con la afectada. Al respecto, cabe
señalar que las declaraciones de la deponente antes señalada fueron
absolutamente convincentes, por cuanto permitió a estas jueces representarse
aquellas acciones descritas por esta de una manera clara y pormenorizada,
situación que, valorando el contexto en que ocurrieron los hechos, presumen
fehacientemente la existencia del justificado temor que sintió la víctima por su vida
e integridad física, unido a la declaración de la testigo Elvira Alarcón Yévenes,
quien manifestó que una vez ocurridos los mismos, la denunciante se veía muy
afectada y nerviosa.
De tal manera entonces, que la actividad consistente en amenazar con un
objeto punzante en el cuello, a fin de conminarla a entregar su teléfono celular,
unido también a la idoneidad de los medios utilizados para provocar tales temores,
se puede concluir que efectivamente hubo un acto intimidatorio, existiendo una
relación comunicativa entre el actuar realizado y el resultado consistente en una
posibilidad - real o imaginaria- de un riesgo o daño.
Las amenazas, asimismo, revisten el carácter de gravedad necesario para
su configuración, las que se realizaron en forma coetánea a la apropiación de las
especies y finalmente, el mal con el cual se les amenazó fue grave y verosímil,
toda vez que importó un eventual ataque a la vida o integridad de la afectada,
siendo este perfectamente posible de realizarse a ojos de la víctima que depuso
en el presente juicio oral, dado que ello constituyó el motivo por el cual hicieron
entrega de sus especies. Esto último, dice relación con lo que la doctrina
denomina la “posibilidad relativa”, es “posible de determinarse mediante un juicio
ex ante de un tercero puesto en la concreta situación fáctica de que se trate”
(Politoff, Matus, Ramirez, Lecciones de Derecho Penal Chileno, Parte Especial, p.
346).
A mayor abundamiento, por otro lado cabe tener presente lo expuesto por el
profesor Antonio Bascuñán Rodríguez (Delitos contra la propiedad, Apuntes de
clases, Facultad de Derecho, Universidad de Chile), al señalar que la cuestión
crucial para el análisis dogmático del robo consiste en precisar de qué forma se
constituye el uso de violencia o intimidación como elementos del injusto. Al
respecto, debe elucidarse la función que estos medios de comisión tienen en la
configuración de los tipos penales antes referidos.
La respuesta a lo anterior, dice relación con que ambos medios comisivos
son medios de coacción, ya que es en esta última, esto es, en la restricción de la
122
libertad de acción, se encuentra la relación -objetiva- entre el uso de violencia o
intimidación y la apropiación de la cosa. Lo referido con antelación, se encuentra
explícitamente enunciado en el texto legal, en el artículo 439 del Código Penal, el
que dispone: “Para los efectos del presente párrafo se estimarán por violencia o
intimidación en las personas los malos tratamientos de obra, las amenazas ya
para hacer que se entreguen o manifiesten las cosas, ya para impedir la
resistencia u oposición a que se quiten, o cualquier otro acto que pueda intimidar o
forzar a la manifestación o entrega….”
Ahora bien, todas estas funciones que pueden revestir estos medios
comisivos son formas de coacción: “constreñir a entregar la cosa, constreñir a
manifestar la cosa y constreñir a omitir oponer resistencia a la sustracción de la
cosa”, lo que en el presente caso a analizar estuvo constituido por la primera de
las hipótesis antes referidas.
En virtud de lo señalado precedentemente, a juicio de este autor, el robo se
configura como un delito complejo porque reúne lo injusto de la coacción -lesión
de la libertad- y lo injusto de la apropiación -lesión de la propiedad-. La
pluriofensividad del robo simple se encuentra para el profesor Bascuñán, pues,
primordialmente, en la afectación adicional de la libertad personal, atentando de
modo penalmente relevante contra más de un bien jurídico, toda vez que lo que se
pretende proteger es la propiedad y la libertad personal.
Por otro lado, desde una perspectiva semántica, la coacción violenta o
conminatoria constitutiva de robo no es cualquier coacción, conforme a la
definición genérica e este injusto (arts. 297, 494 N ° 16), sino que esta debe ser
grave, la que se determina en función de la intensidad coercitiva de los medios
empleados, no por referencia a la acumulación a otros bienes jurídicos.
Finalmente y en cuanto al tipo subjetivo del injusto en cuestión, la actividad
realizada por el acusado, en orden a amenazar a la víctima a fin de que hicieran
entrega del teléfono celular, demuestran a juicio de estas sentenciadoras y sin
lugar a dudas, que el imputado, tenía pleno conocimiento de todos aquellos
elementos configurativos del ilícito penal esbozado en los párrafos anteriores y no
obstante ello obraron con plena voluntad de realización, actuando por tanto con
dolo directo, como elemento de la faz subjetiva del tipo penal por el cual se
formuló acusación en su contra.
Que, por otro lado, los datos probatorios incorporados por el ente
persecutor a la audiencia de juicio, en torno a acreditar la eventual participación
del acusado Jesús López Aguilar, en el ilícito mencionado en el acápite que
antecede, a juicio de estas juezas, se encuentra tenido por cierto con la prueba
antes referida y en especial con el reconocimiento directo efectuado por la víctima
123
durante la audiencia de juicio oral, unido al hecho de haberse encontrado en su
domicilio el teléfono celular que le fue sustraído el día de los hechos a la afectada
de iniciales M.E.R.C. -amparada esta situación a la luz de la presunción
contemplada en el artículo 454 del Código Penal-, aunada a la declaración del
propio acusado, en los términos del artículo 15 N ° 1 del Código Penal.
Todo lo anterior lleva a estas juezas a dictar sentencia condenatoria por el
referido capítulo, teniendo presente que se ha podio tener por cierto, como verdad
formal, que el día 22 de abril de 2008, aproximadamente a las 17:50 horas, en
circunstancias que M.R.E.C., a la sazón de 17 años de edad, caminaba por calle
Orion de la comuna de Las Condes, fue abordada por detrás por Jesús Patricio
López Aguilar, quien le puso un objeto punzante en el cuello, sustrayéndole su
teléfono celular y un pase escolar de propiedad de la menor antes individualizada,
huyendo del lugar con las especies en su poder
Quinto: Decisión de absolución y condena. Atendido lo razonado en los
considerandos Tercero y Cuarto, de esta sentencia, en relación a la acreditación
del hecho punible y a la participación del acusado en el, es que estos magistrados
han decidido, por unanimidad:
1.
Condenar a Jesús Patricio López Aguilar en calidad de autor
directo de un delito de robo con violación en la persona de la
menor de iniciales M.J.F.S., previsto y sancionado en el artículo
433 N° 1 en relación con los artículos 361 N° 1, 432, 436 y 439
todos del Código Penal, perpetrado en la comuna de Las Condes
de esta ciudad, el día 9 de junio de 2008.
2.
Condenar a Jesús Patricio López Aguilar en calidad de autor
directo de los delitos de robo con intimidación y abuso sexual en la
persona menor de edad de iniciales C.A.D.C., previsto y
sancionado en el artículo 436 inciso segundo en relación con los
artículos 432, 436, 439 y artículo 366 complementado con los
artículos y 366 ter y 361 N° 1 todos del Código Penal, perpetrado
en la comuna de Las Condes de esta ciudad, el día 16 de abril de
2008.
3.
Condenar a Jesús Patricio López Aguilar en calidad de autor
directo de un delito de abuso sexual en la persona de iniciales
G.P.C.V., previsto y sancionado en el artículo 366 en relación con
los artículos 361 N° 1 y 366 ter todos del Código Penal, perpetrado
en la comuna de Las Condes de esta ciudad, el día 29 de mayo de
2008.
124
4.
Absolver a Jesús Patricio López Aguilar de los cargos formulados
en calidad de autor de los delitos de robo con intimidación y abuso
sexual en la persona menor de edad de iniciales K.A.M.V., previsto
y sancionado en el artículo 436 inciso segundo en relación con los
artículos 432, 436, 439 y artículo 366 complementado con los
artículos y 366 ter y 361 N° 1 todos del Código Penal, perpetrado
en la comuna de Las Condes de esta ciudad, el día 29 de febrero
de 2008.
5.
Condenar a Jesús Patricio López Aguilar en calidad de autor
directo del delito de robo con intimidación en la persona menor de
edad de iniciales P.N.M., previsto y sancionado en el artículo 436
inciso segundo en relación con los artículos 432, 436 y 439 todos
del Código Penal, perpetrado en la comuna de Las Condes de
esta ciudad, el día 22 de mayo de 2008.
6.
Condenar a Jesús Patricio López Aguilar en calidad de autor
directo del delito de robo con intimidación en la persona menor de
edad de iniciales M.R.E.C., previsto y sancionado en el artículo
436 inciso segundo en relación con los artículos 432, 436 y 439
todos del Código Penal, perpetrado en la comuna de Las Condes
de esta ciudad, el día 22 de abril de 2008.
Sexto: Análisis de la solicitud de la defensa al acusado en torno a
acoger la minorante de responsabilidad contemplada en el artículo 11 N ° 1
en relación con el artículo 10 N ° 1 del Código Penal. Durante la fase de
clausura, la defensa del acusado solicitó a estas magistrados que en base a las
declaraciones de los peritos psicólogos presentados a juicio por el ente
persecutor, se determinara la existencia de la minorante de responsabilidad penal
contemplada en el artículo 11 N ° 1 del Código Penal.
Al respecto y antes de analizar la prueba presentada en estrados y los
descargos formulados por el Ministerio Público, corresponde referirse, en primer
término a lo depuesto por estos profesionales y por el propio acusado en juicio,
para luego efectuar un análisis doctrinal de dicha minorante para los efectos de
determinar si es posible de ser configurada en la especie.
I.- Declaraciones de la delegada de libertad vigilada y de los peritos
psicólogos:
En primer término declaró Viviana Carolina Urrutia Moscoso, psicóloga,
quien depuso que es delegada de Libertad Vigilada. Explicó, que su rol es
125
controlar, cautelar, asistir y vigilar el cumplimiento adecuado de la condena
impuesta por el Tribunal, todo ello de conformidad con lo dispuesto en la Ley N °
18.216. Agregó, que conoció a Jesús López, dado que él ingresó al cumplimiento
de la medida de libertad vigilada del adulto, el día 14 de enero de 2008. Precisó,
que la primera entrevista con él y su madre fue el 15 de enero de 2008,
oportunidad en que se le informaron los derechos y obligaciones que le
correspondían. Puntualizó, que el 26 de mayo de 2008 fue la última entrevista.
Expresó, que a Jesús López se le realizaron nueve intervenciones, una
visita domiciliaria, una participación en el módulo de comunicación que ella dictaba
y una entrevista con su madre. Aclaró, que le efectuó un mayor número de
sesiones debido que tuvo a la vista un informe negativo de la concesión del
beneficio de la libertad vigilada.
Relató, que en la primera entrevista se le planteó la necesidad de tener una
residencia, la obligación de estudiar y de controles periódicas con ella. En dicha
oportunidad él le informó que asistía a un centro educacional.
Indicó, que se elaboró el primer informe donde se estipuló el plan de
intervención para este sujeto, entre los cuales se encontraba mantener controles
constantes con el psiquiatra, integrar a la familia para apoyar el sistema de libertad
vigilada, evaluación crítica de su comportamiento, asistencia al módulo de
comunicación, visitas mensuales con la delegada y a su domicilio cada dos meses.
Manifestó, que se trabajó con el proceso de elaborar antecedentes de su
biografía. Reconoció, que Jesús López asistió a todas las citaciones que ella le
efectuó. Expresó, que la familia estaba absolutamente integrada y le daba apoyo
en todo momento, ya que recepcionaba las orientaciones y las citaciones que se le
efectuaban, todo lo cual lo pudo corroborar a través de contactos informales vía
telefónica, unido a las visitas domiciliarias que ella realizaba. Refirió, que Jesús
López además tenía un psiquiatra particular.
Señaló, abordaron sus antecedentes familiares, su historia familiar y a
través de ello supo que a partir de los 17 años comenzó la tendencia vegetariana
vegana, la que habría dejado por problemas de anemia. Por otro lado, el
sentenciado negó el consumo de drogas y alcohol, información que también fue
cotejada con su madre, quien aseveró lo expresado por su hijo.
Relató, que en la última entrevista ella le preguntó directamente si tenía
alguna relación con estos hechos, ya que le pareció alguna semejanza con las
fotos que aparecían en los periódicos y ante ello él le respondió que no.
Concluyó, que Jesús López dio un cumplimiento adecuado al sistema de la
libertad vigilada y se sujetó a todas las condiciones impuestas por ella. De esta
126
forma, Jesús López fue capaz de obedecer órdenes dentro del cumplimiento de la
medida de libertad vigilada.
En relación a esta deponente cabe rescatar y tener por cierto que el
acusado fue capaz de entender y acatar las normas y condiciones impuestas por
la delegada de libertad vigilada, en el sentido que dio pleno cumplimiento a todas
las directrices, obligaciones y orientaciones que ella le daba.
Por otro lado, compareció a estrados Omar Gutiérrez Muñoz, psicólogo
forense, quien depuso circunstanciadamente sobre su informe psicológico
asociado al informe psiquiátrico N ° 2648-07. Indicó, que se realizó una evaluación
psicológica de la personalidad del acusado, quien tenía a esa fecha 18 años de
edad, soltero, educación técnico profesional incompleta. Indicó, que perició al
acusado en dos oportunidades, el 12 de septiembre y el 16 de octubre de 2007.
Aclaró, que evaluó al acusado durante cuatro horas, respecto de dos delitos de
abuso sexual, ocurridos el 8 de agosto de 2007 a fin de complementar los
hallazgos del informe psiquiátrico efectuado por el doctor Jaime Valenzuela
Belenguer.
En cuanto a la metodología utilizada expresó que se realizaron dos
entrevistas clínicas, se le aplicó el test de rochardt, el cuestionario desiderativo,
unido a que además se revisaron los antecedentes de la causa y el informe
psiquiátrico.
En relación a los resultados de su pericia refirió que:
1. Realiza un acercamiento a la realidad a través de los detalles, dado que
presta menos atención a la generalidad, centrándose en lo obvio. En este
orden de ideas afirmó, que la percepción de la realidad es parcial.
2. Dedica menos tiempo a la teorización, simplemente hace las cosas, lo que
implica que se muestre terco y obstinado.
3. Evalúa las cosas desde un punto de vista, centrado sólo en su visión. Se
muestra rígido e inflexible al comparar su visión con los demás.
4. Se muestra más proclive a una planificación a corto plazo. Sin perjuicio, de
que pueda planificar y fijar objetivos a largo y a corto plazo.
5. Presenta un juicio de realidad conservado, atendido que puede distinguir la
realidad de la fantasía. Agregó, que es capaz de distinguir una conducta
adecuada de aquella sancionada legalmente.
6. No tiene una sintomatología psicótica al momento de la evaluación.
7. Su capacidad ideosociativa es adecuada.
8. Su capacidad creativa se encuentra disminuida, no original, con un
pensamiento obvio.
127
9. Tiende a
la
racionalización
de
las
dificultades,
no
se
involucra
emocionalmente con lo que le causa conflictos. Sus situaciones conflictivas
las va a tender
a minimizar, evaluándolas de una manera más bien
superficial.
10. Advirtió una interpretación subjetiva de la realidad. Explicó, que esto implica
que prima su egocentrismo y el ser autoreferente y consecuentemente con
ello devalúa al resto, se muestra frío y distante en el trato con los demás.
11. Es introvertido y egocéntrico.
12. Mantiene un contacto superficial con sus vínculos afectivos, lo que justifica
que ellos sean de carácter inestables, en los cuales también se advierte su
egocentrismo.
13. Satisface sus necesidades de manera inmediata.
14. Límites estables y permanentes en cuanto a su personalidad.
15. Destaca sus logros personales, tiene fantasías de ser admirado y de hacer
de todo. Sobrevalora su propia imagen, esto se traduce en que va destacar
más sus cualidades personales que las del resto. Él cree que es capaz de
todo, lo que tiene que ver con su narcisismo, esto es con la fantasía interna
de ser perfecto o mejor que el resto.
16. La crítica del entorno es una agresión.
17. En su personalidad narcisista, constató una baja capacidad empática,
rasgos asociales, frialdad afectiva y baja tolerancia a la frustración dificultad para sobreponerse a lo que ocasiona problemas-, lo que no altera
su juicio de realidad. Explicó, que la frialdad afectiva determina que siempre
priman sus propias necesidades y mantiene una distancia e indiferencia
frente a la de los otros. De esta forma ve de manera fría a los demás. Sus
relaciones son principalmente de carácter instrumental basadas en sus
necesidades personales. Él tiene relaciones cuando le reportan una utilidad.
18. Se conecta más fácil con la rabia y con la irritabilidad.
19. El control de impulsos fue evaluado también a través del test de rochardt.
Dentro del área de la afectividad se advirtió un control débil de los impulsos,
el que tiene que ver con la baja tolerancia a la frustración. Existe un control
débil de los impulsos, pero ello no tiene ninguna relación con el trastorno de
control de impulsos. Explicó, que el trastorno de control de impulsos es una
condición psiquiátrica. Afirmó, que no se encuentra en la evaluación
realizada al periciado un trastorno de control de impulsos.
Refirió, que tuvo a la vista el informe del doctor Valenzuela, en el cual se
concluía que no existía ninguna patología que alterara el juicio o la capacidad de
comprensión del periciado.
128
Agregó, que en este caso no existe un compromiso de la voluntad o de la
comprensión del acusado.
Explicó, que una persona puede presentar o no control de impulsos.
En este orden de ideas es dable colegir que el psicólogo del Servicio
Médico Legal concluyó que Jesús López Aguilar tenía su juicio de realidad
conservado, dado que podía distinguir fácilmente la realidad de la fantasía, una
conducta adecuada con otra sancionada legalmente. Expresó además, que pudo
leer el peritaje del psiquiatra Valenzuela Belenguer, en el cual se concluía que no
existía ninguna patología que alterara el juicio o la capacidad de comprensión del
periciado. Afirmó en forma categórica y reiterada que el periciado no presenta un
trastorno de control de impulsos y que una persona puede presentar esta
enfermedad o no, descartándose con ello que exista la posibilidad de estados
intermedios, situación pretendida con la tesis alegada por el señor defensor.
Por último indicó, que dentro del área de la afectividad se advirtió un control
débil de los impulsos, el que tiene que ver con la baja tolerancia a la frustración y
no con el trastorno de control de impulsos.
Asimismo, compareció a estrado Digadiel Hernán Rojas Ruz, psicólogo
del Servicio Médico Legal, quien depuso circunstanciadamente sobre su informe
psicológico, asociado al Informe de Psiquiatría Forense N ° 2612-08.
Expresó, que evaluó el 2 de octubre de 2009, a Jesús López a través de la
realización de una entrevista clínica y la aplicación del test de rochardt, a petición
del psiquiatra Valenzuela Belenguer.
En relación a la conducta observada en el periciado, expresó que éste se
presentó
aseado,
tenía
su
memoria
conservada,
orientado
espacial
y
temporalmente, con un adecuado juicio de realidad, una actitud de escasa
colaboración, dado que responde con monosílabos y en otros casos con
argumentos legales. Explicó, que contestaba con “para respuestas”, esto es, no da
respuesta de algo, sino a través de vías alternativas a la misma. Indicó, que
además observó una actitud querulante, en atención a que argumentaba en
función de las leyes. Ejemplificó este caso y contó que el acusado le dijo que
estaba injustamente detenido, unido a que diferenciaba una violación de un abuso,
alegando que no existió penetración. Manifestó, que la información proporcionada
por López Aguilar fue dada a vía ganancial, dado que trata de aparecer como un
sujeto adecuado e inocente, pero no tenía claro que él evaluaba su personalidad y
no su culpabilidad. Constató, en el periciado un sujeto frío, distanciado
emocionalmente de lo que va relatando, con una inteligencia normal.
En cuanto a los resultados de su pericia afirmó que el acusado:
1. Al abordar las tareas lo hace a través de los detalles.
129
2. Se orienta por sus deseos e intereses y esto lo distancia de las
apreciaciones objetivas.
3. Tiene capacidad de planificación de los detalles. Diseña planes de manera
adecuada, esto es, tiene la capacidad cognitiva para considerar aspectos
centrales y funcionar de acuerdo a ello. La planificación es más clara, ya
que no existe ningún tipo de afecto involucrado. Agregó, que mientras las
emociones estén fuera, más claro el plan.
4. Tiene escasa empatía, lo que tiene que ver con un patrón de relaciones.
5. Presenta un bajo control de sus impulsos agresivos, escasa consideración
de las consecuencias de sus actos. Él tiende a llevar a la acción sus
impulsos agresivos, ejecutándolos. Se enoja y agrede.
6. Posee un descontrol de impulsos sexuales, ligado al narcisismo, lo que
hace que transgreda al otro. Indicó, que el periciado se erotiza en un
contexto de violencia o agresión. Explicó, que en su caso no está separado
lo sexual, de lo agresivo. Agregó, que la sexualidad integra aspectos
agresivos o violentos los cuales le resultan excitantes. De esta forma,
afirmó que lo sexual no está en función de lo amoroso.
7. Se sobrevalora y proyecta los aspectos negativos del otro.
8. Presenta una frialdad afectiva, no se relaciona con la culpa. Sujeto frío de
ánimo, lo que significa que en la representación de todo se queda sin
afecto. Explicó, que este sujeto al relatar un hecho que tiene un
componente afectivo, en su caso no tiene ningún correlato afectivo. No se
considera al otro como tal con necesidades o con un mundo aparte, sino
desde el punto de vista de lo que él requiere.
9. Puede agredir al otro, dado que no lo considera y esto sucede sin culpa.
Agregó, que esto está ligado a los rasgos antisociales, dado que pone sus
propias necesidades por sobre el otro. Presenta rasgos narcisistas y
antisociales, lo que implica una desvalorización del otro. El otro
desvalorizado es transgredible y por ello no tiene culpa. Tiene dificultades
en cuanto los límites de los otros.
10. Tiene un trastorno de personalidad mixta narcisita y antisocial. Aclaró, que
no presenta un daño psicoorgánico. Si el sujeto quiere algo, lo realiza sin
considerar al otro. Explicó, que no existe un objetivo de daño, sino que un
centramiento de sus propias necesidades. Este rasgo narcisista tiene que
ver con que él se siente mejor que los demás, tiene la necesidad de
imponerse por sobre los otros. Una personalidad narcisista con elementos
antisociales podría entender el hecho dentro del contexto sexual, dado que
él se erotizaba en situaciones de agresión o de violencia. Ejemplificó, que
130
cuando robó el MP3 se excitó y luego tocó a la afectada. Manifestó, que en
este caso aparecen elementos sádicos relacionados con la violencia.
11. Mantiene el juicio de la realidad conservado puede distinguir lo que es
proveniente de la realidad interna y externa, los sueños de las fantasías, lo
que es de él y lo de los demás. Conoce las normas y puede adecuarse a
ellas.
12. Puede controlar sus impulsos, ya que no presenta ninguna enfermedad
mental que se lo impida. Explicó, que de acuerdo a la cultura y las normas,
el impulso sexual se controla o se condice a la intimidad o la pareja. Aquí el
impulso transgrede lo que es legalmente aceptable. El impulso se impone
sobre la norma y la realidad. La persona presentaba una dificultad en la
modulación de los impulsos. Refirió, que surge el impulso y esta persona lo
tiende actuar, porque le presta menos atención a las consecuencias que
ello le pueda ocasionar. Aclaró, que no es que no controle sus impulsos,
sino que igualmente decide actuar, sin considerar las consecuencias que
ello pueda tener. Precisó, que no existe una enfermedad mental que le
impida controlar el impulso sexual, dado que si por ejemplo está un
Carabinero, no lo va a hacer. Concluyó, que no tiene la imposibilidad de
controlar sus impulsos.
Insistió, en que este sujeto es impulsivo, pero no predomina en él esta
característica, sino su personalidad narcisista y antisocial. Aseveró, que una
impulsividad orgánica implica otra cosa y aquí no existe daño cerebral.
Descartó categóricamente el trastorno por descontrol de los impulsos en la
persona del acusado. Explicó, que esta patología es un cuadro en que aparece
una impulsividad severa asociada a episodios en los cuales el sujeto presenta un
“impulso agresivo”, por ejemplo rompe cosas. Agregó, que este cuadro está
descrito en el DSM4, señalándose como ejemplo la ludopatía, la cleptomanía,
entre otras, las que pueden ser diagnosticadas sin la existencia de daño cerebral.
En síntesis de lo depuesto por el perito psicólogo del Servicio Médico Legal,
Digadiel Rojas Ruz se puede concluir que el acusado tiene un juicio de realidad
conservado, presenta una personalidad narcisista y antisocial, lo que justifica la
comisión de los ilícitos objeto de este juicio, explicándonos incluso que él se excita
en un contexto de violencia o agresión. Además, descartó en forma categórica la
existencia de un trastorno de control de impulsos, atendido que el periciado puede
decidir cuándo y dónde llevar a cabo la comisión de sus ilícitos.
Por último prestó declaración Marie Claudette Oliva Larroucau, psicóloga
forense, quien depuso circunstanciadamente sobre su Informe Pericial Psicológico
N ° 8690-08, de fecha 01 de abril de 2009 del Departamento de Criminalística de
131
Carabineros de Chile, Labocar. Expresó, que llegó una solicitud de la Fiscalía
Local de Las Condes al Laboratorio de Psicología Forense del Labocar,
requiriéndose se efectuara una evaluación psicológica a Jesús López Aguilar.
Explicó, que esta pericia la realizó junto a la psicóloga Carolina Duque a fin
de analizar la información que se iba obteniendo y dejar de lado el sesgo
profesional.
Manifestó, que se efectuaron tres entrevistas semiestructuradas -18 de
noviembre, 9 y 12 de diciembre de 2008-, en las cuales se analizó el correlato
emocional respecto de los hechos que se investigan y el estado cognitivo del
señor López.
Indicó, que la entrevista semiestructurada tiene por objeto que el periciado
aborde temas de interés de la persona que las realiza, dado que ellas tenían
diversas hipótesis de trabajo, tales como que el señor López presenta sus
facultades alteradas o conservadas, tiene capacidad de reconocer el ilícito, lo
comprende o no, le importa o no.
Refirió, que analizó la carpeta investigativa y las declaraciones contenidas
en ella.
Agregó, que empleó el test de rochardt, ya que este es un estímulo
estructurado en los cuales el entrevistado proyecta ciertos contenidos que son de
significancia para él. Aclaró, que aunque existen respuestas definidas, la persona
no puede controlar aquellos factores peculiares de cada uno. Indicó, que este test
evalúa la personalidad, la inteligencia, la imagen que tiene de la figura materna y
paterna, el juicio de realidad, la relación con los pares, el control de los impulsos,
la autoimagen, la sexualidad y la reacción del sujeto en situaciones límites.
Reiteró, que se le aplicó el test de rochardt, a través del cual se propuso analizar
el perfil de su personalidad, obtener una valoración de los impulsos y determinar el
estado de sus facultades mentales.
Indicó, que los resultados de la evaluación fueron facultades mentales
conservadas, descartándose cualquier desajuste en la percepción de las normas o
falla en el control de los impulsos en el área de la sexualidad, de manera tal que el
periciado no se encontraba inhabilitado en tomar decisiones.
En cuanto al perfil de su personalidad afirmó que es un sujeto con rasgos
narcisistas, egocéntricos, falto de empatía, con emociones superficiales,
manipulador, con tendencia a la mentira, sentimientos de grandiosidad y
menosprecio por las personas y el sistema.
En cuanto al examen físico y mental, afirmó que se presentó un joven
adecuadamente vestido, limpio, con ropa juvenil, el que denotaba una oreja con un
orificio muy grande, por la existencia de extensores. Cooperador con la
132
información que entregaba, no así su conducta, ya que las respuestas eran
tangenciales al momento de abordar los delitos que se investigaban en esta
causa. Este sujeto no abordaba de manera directa lo que se le preguntaba, sino
que de manera muy sutil evadía el núcleo, a pesar de que tiene la capacidad de
hablar con mucha claridad sobre otros temas que se le preguntaban. Reconoció,
que él prestó su consentimiento informado a fin de grabar su entrevista.
Aseveró, que no existió ninguna patología que alterara su comprensión
sobre lo que se le preguntaba. Agregó, que el periciado tiene una inteligencia
normal o superior al normal y su lenguaje no da cuenta de una forma de
comunicación carcelaria. Refirió, que en su medio se destaca por su
entrenamiento, capacidad de organización de la información y de darse a entender
con facilidad, su lenguaje complejo, siendo una persona gentil, que impresiona
como colaborador.
Explicó, que la capacidad de planificación tiene que ver con conducir los
comportamientos relacionados a un fin. Él era capaz de decidir cómo organizar
todo de una manera impecable.
En cuanto a sus cualidades personales expresó que él se mostraba muy
seguro de sí mismo, con una alta autoestima, reconociendo todas aquellas
características positivas y negando tener alguna faceta que pudiere mejorar. Esto
lo demostraba en el ámbito escolar, deportivo, en general decía que se destacaba
en todo. Tenía conciencia de ser muy inteligente y de seducir a las personas con
quien está hablando. Él dice que siempre hizo lo que quería, que era el hijo
preferido, que su madre lo crió así, que es muy inteligente y que puede manipular
a todo el mundo, que engañó al oficial de libertad vigilada, dado que él no se
imaginaba lo que podía hacer, resultándole sorpresivo para ella todo lo que
ocurrió. Indicó, también que él les manifestó que también engañó a su psicólogo
particular, llegando incluso a reírse de él, atendido que le había creído todo lo que
él le decía. Agregó, que al momento en que él le contaba esto lo hacía con plena
satisfacción.
Se le consultó por las víctimas y él dijo que no eran su centro de atención.
Se le preguntó por la sensación que él tenía al atacar a estas mujeres. Ante lo cual
respondió que no le importaba lo que ellas sentían, sino la adrenalina que él tenía
al estar en un estado permanente de alerta de que lo pudieran sorprender. Indicó,
que lo que le pase a la víctima, no es relevante para él, sino un dato más. Advirtió,
que existe una cosificación de la víctima, dado que no es capaz de verla o de
sentir algún tipo de miedo. Aclaró, que esto es diferente del sádico, quien disfruta
del terror de la víctima. Insistió, en que aquí no existe un registro de la emoción.
No existe resonancia emocional, ya que él sólo reconoce la rabia, más que su
133
abanico de posibilidades. En general, él le señaló que la víctima es un medio.
Refirió, que al presentar estas conductas abusivas tampoco existía un recuerdo de
la sensación erotizada, sino que la víctima tenía que ver con una prueba más
compleja que él debía superar. Él se ponía un nuevo estándar que superar.
Primero él estaba destinado al robo por sorpresa y luego el de intimidación. La
adrenalina era lo que más le interesaba y luego reducir las especies. Después se
le ocurre que puede efectuar conductas en el área de la sexualidad, las que
comienza a unir con los robos. Las víctimas eran un medio para sentir la
adrenalina, el placer, un estímulo que le permite disfrutar. Él tiende a aburrirse con
todo, porque es un chico inteligente. Siente que puede manipular y engañar,
necesita poder demostrar esta capacidad en aquellos delitos en que demuestra su
inteligencia, lo brillante y profesional que puede llegar a ser. Esto aparece cuando
transgrede la norma, engaña y evita el control formal. Él mismo refiere que se
paseaba frente a las Comisaría, mientras lo buscaban, para que él no fuera
sospechoso. Él vivía en permanente estado de estimulación con este hecho. Este
elemento era una fuente de placer y lo cognitivo lo desarrollaba al estudiar una
carrera en la mañana.
Precisó, que él dice que no planificaba las situaciones, pero al describir
cada uno de los hechos da cuenta que ello no era efectivo, en la medida que estos
delitos siempre ocurrieron de día, en el mismo sector, con víctimas jóvenes de
similar edad, en búsqueda de celulares, los que podía reducir en un grupo de
skater. Él mismo describía como acercarse a la víctima por detrás, en términos de
seguirla a veinte metros y continuar caminando, para luego actuar a cinco metros,
tomarla con su mano izquierda, poner el vidrio en una zona y después efectuar las
tocaciones con la otra. No le interesan las llaves de la casa, los documentos, sino
celulares. Afirmó, que el acusado tiene claro dónde quiere ir y la forma en que
logra sus objetivos. Él reconoce que sabía que en algún minuto lo podían detener,
pero lo asumía. Incluso había calculado la pena, que le iba a pedir el Fiscal -20
años- A la perito le impresionó el dominio que el acusado tenía de la pena, de las
declaraciones de las víctimas y de las lesiones de una de ellas. Incluso, el duda de
las lesiones anales de una de las afectadas. Habla con mucha naturalidad del
tema, preocupado si lo condenan a 20 años, atendidas las escasas posibilidades
de reinserción. Le refirió que se iba a poner la corbata si lo condenaban a 20 años.
Le señaló que le complicaba que su madre hiciera una cola para ir a verlo. No hizo
referencia a la decepción o sufrimiento que su privación de libertad le causaba a
su familia, lo que a su juicio denota que algo sucede con su emoción.
Explicó, que es posible que él se pueda suicidar, ya que en condenados
con este perfil, se puede advertir que la herida narcisista es tan grande que
134
deciden darle un mensaje final al sistema, como su último acto simbólico,
provocando con ello el inicio de un sumario en Gendarmería o perjudicando las
expectativas de las personas que quieran que cumpla una condena. Agregó, que
él no tolera vivir cumpliendo una condena en la cárcel, atendido que su ego es tan
grande, lo que evidencia además una especie de manipulación con el sistema.
Esta herida narcisista implica que puede jugar con los límites. Aclaró, que esto no
tiene que ver con que las personas que puedan cometer suicidios pierdan la
capacidad de controlar la angustia. Su emoción es la rabia, no la desesperanza,
no hay necesidad de afecto, de protección en su caso.
En relación a este último punto estas sentenciadoras en la parte resolutiva
del presente fallo adoptarán las medidas de protección respecto del acusado,
oficiando para estos efectos a Gendarmería de Chile.
Refirió, que se entrevistó con la madre del acusado, ya que una de sus
hipótesis tenía que ver con las emociones, esto es con la capacidad de aprender
de la experiencia. Se encontraron que existió una omisión de muchos
antecedentes, que tendían a mostrar que su origen era más duro de lo que él les
había expresado. Es así como la madre les contó más detalles de cómo era él, ya
que ella hablaba desde la emoción y él desde los hechos. La madre les relató
como fueron los traslados de casa y el ascenso económico que tuvieron como
familia.
Precisó, que Jesús nació en un matrimonio, la madre era peluquera, se
separaron porque el padre es condenado y entonces ellos se fueron a vivir a Viña
del Mar. Ella comenzó a trabajar como asesora del hogar. Jesús vive en la casa
donde trabaja su madre y esa familia le pagó a ella los estudios de estilista. Luego
se trasladaron a Canadá, Montreal, a través de un contacto que tenía la madre, allí
Jesús ingresa a un colegio, aprende con mucha facilidad inglés y francés, mientras
su madre trabajaba de día como peluquera y de noche haciendo aseo. Su madre
comienza una relación con el sujeto que la ayudó. Después comienza a tener
problemas con este individuo, se regresan a Chile a un terreno de Peñalolén.
Jesús es matriculado en un colegio, donde estaban sorprendidos de cómo
hablaba. Él encontraba que el colegio era vulgar y no era para él. Se cambiaron a
Conchalí y el asistió nuevamente a otro colegio, el Barros Arana. Él dice que la
madre lo sacó, porque se robó una prueba y la entregó con posterioridad con las
que ya estaban corregidas. Luego asistió al Colegio Ignacio Carrera Pinto. La
madre ejercía como peluquera y él se puso a trabajar vendiendo frutos del país, lo
que le permitía incluso tener su propia tarjeta de Falabella. Con el ingreso de los
celulares que robaba tenía buen estilo de vida, se compraba 15 pares de
zapatillas, se cambiaba tres veces de ropa al día, comía sushi y comida italiana e
135
invitaba en algunas oportunidades a sus más cercanos a salir. Él se enteró a los
trece años que su padre cumplía una condena, después lo conoció a los 15 años,
se alejó de él porque consumía drogas. Él formó parte de la tendencia vegana, la
que consiste en que los jóvenes tienden a privilegiar los derechos de los animales
sobre cualquier otra cosa, no toleran las drogas, el alcohol, café, ni Coca Cola, no
comen huevos, ni toman leche.
Él decía que se comportaba bien, pero lo ejemplificaba con situaciones muy
complejas, le señaló que desde kinder le robaba a los amigos. Otra vez descubrió
que a un señor que le compraba cartulinas le podía robar dulces, sacaba cosas
del supermercado. Se manejaba muy bien entre la diferencia del robo y el hurto,
dado que conocía la tipificación de uno u otro delito.
Relató, que él en un colegio se robó un celular, el que tenía una tecla al
medio. El celular comenzó a sonar y los compañeros lo delataron.
Él manifestaba que los resultados en sus estudios eran muy buenos. Él se
aburría en clases, porque ya entendía y sabía. Indicó, que algo dejaba de ser
interesante para él cuando lo dominaba, dado que en ese caso no era un desafío.
En cuanto a sus relaciones afectivas, señaló brevemente a una polola de
nombre María José, con quien tuvo la primera relación sexual. Después estuvo
con otra chica, quien terminó la relación, luego volvieron y él la finalizó. Luego tuvo
otra persona y él terminó con ella para protegerla, a pesar de que ella tenía a otra
persona. Para él ser rechazado por alguien es algo duro. No le gusta
comprometerse.
Le consultaron cuando empezó con las conductas delictivas y él les
respondió que desde kinder, una vez que le comió la colación a todos sus
compañeros. Dice que la ocasión hace al ladrón. Primero empezó a hurtar,
encontró un banano y se quedó con él. Comenzó a incorporar las palabras
adrenalina y placer. Atendido que esto va en escalada, siguió con el delito de robo
por sorpresa. Explicó, que esto cambió cuando una mujer guardó su celular. Ahí él
le señaló que lo único que quería era el celular y le gritó que se lo pasara y
amenazó a la mujer. En ese momento cambió la tipificación del delito. Aclaró, que
él está consciente de ello. En ese instante comienza el robo con intimidación, lo
que fue un tiempo antes de los delitos que se investigaban. No queda claro como
incorporó los delitos de índole sexual. Además, reconoció cinco de los hechos por
los cuales está acusado. Él no tiene problemas en acercarse a las víctimas,
manejar el entorno, no ser descubierto. Incluso dijo que ya era casi un profesional.
Agregó, que al relatar los hechos objeto de este juicio él señaló que el
impulso lo sobrepasaba a él.
136
En este orden de ideas la profesional explicó que el impulso es un
despliegue interno de energía que está destinada a obtener un elemento que sacie
la ansiedad que en ese momento tiene la persona. Esta ansiedad tiene que ver
con una carencia previa que la persona no es consciente, la que sobrepasa la
capacidad de la persona de poder manejarla.
Afirmó, que el accionar de este sujeto obedece a un impulso y a una
planificación.
Refirió, que en drogadicción lo que hace una persona es obtener una
sustancia que nivela su estado de angustia. Después la droga hace que la
persona requiera más. En este caso la droga es la adrenalina, él la necesita,
porque es la única fuente de placer que tiene, dado que no tiene otra forma de
estabilizar la angustia.
Indicó, que lo anterior no se configura respecto del periciado, atendido que
tiene un proceso consciente que se manifiesta en la decisión libre de atacar por
ejemplo a cierto tipo de mujeres. En su caso este impulso no sobrepasa la
capacidad de él para manejarlo, ya que siempre los hechos ocurrieron a la misma
hora y lugar, unido a que conocía a los señores de Paz Ciudadana, lo que denota
que existió una planificación de cómo expresarlo. Existió un encause dirigido del
impulso.
Relató, que este sujeto iba en una escalada. Desde ese punto de vista él
elegía estas circunstancias. Él reconoce que puede ir aumentando la gravedad de
los delitos.
No existe un registro emocional. Presenta una inteligencia que permite
adaptarse al medio, impresionar en el sistema como adaptado, normal. En las tres
entrevistas no pudo advertir un registro de la necesidad del afecto de esa persona,
incluso dice que no extraña a nadie.
Reiteró, que los ataques sexuales los tocó de manera tangencial, ya que
minimizaba su comportamiento en esta área, sólo en el caso en que se le
preguntaba lograba ser directo o preciso. En general era un comportamiento
rebuscado, entregaba información incompleta y contradictoria. Por ejemplo, al
momento de referir que la víctima tenía lesiones entre las 13 y las 12 horas del
reloj, dice que la chica era virgen, a pesar de que le introdujo el pene en el ano.
A nivel intelectual es una persona con intereses simples, rígida, con
dificultad para sintetizar, inteligencia normal, existencia de una autoimagen
caracterizada por una sobredimensión de sí mismo y un menosprecio de las otras
personas, lo que evidencia un desarrollo afectivo inmaduro. Tiene una orientación
paranoide hacia el medio, con rasgos narcisistas y egocéntricos, con una
necesidad de gratificación inmediata y una dificultad para relacionarse
137
afectivamente con las personas. Él dijo que era inteligente que podía manipular a
todos, tales como Gendarmería, profesionales, psicólogos que los han
acompañado en las pericias. Este sujeto es encantador, hace que la persona se
sienta bien, se relaje y una vez producido lo anterior manipula.
Señaló en cuanto a sus intereses personales son simples y mínimamente
asociados a las personas. Se refiere a que su centro de interés son objetos,
situaciones, no las personas, en la medida en que él no desarrollaba su
emocionalidad, quedando en una etapa muy precaria de su desarrollo psicosexual.
Su relación con el entorno está marcada por la suspicacia. Tiene una fijación en la
etapa anal demostrada por su capacidad de control y dominación de las personas,
unido a su sentido de grandiosidad, menosprecio de las otras personas, con una
respuesta al medio sin empatía, generando relaciones de carácter utilitarias.
En cuanto a sus resultados precisó que el periciado presenta:
1. Las facultades mentales conservadas. Se descartó la existencia de alguna
patología que pudiera interferir en el contacto con el medio, atendido que es
capaz de dar cuenta de hechos reales. Tiene un sentido y juicio de realidad
conservado.
2. Los rasgos narcisistas y antisociales, lo que revelan trastornos de la
personalidad, ya que esta persona se sitúa sobre el resto, no se ajusta a la
sociedad, miente y manipula, es frío emocionalmente. Sus emociones son
superficiales.
Egocéntrico,
falto
de
empatía,
no
siente
culpa,
ni
remordimiento, relativiza la moral y las normas sociales de acuerdo a sus
propias necesidades. En ese narcisismo él no ve a las víctimas, ya que él
no tiene la capacidad de reconocer las emociones propias y ajenas. Todo
ello habla de una alteración muy básica, él tuvo que desarrollar una
capacidad para traducir en su lenguaje las emociones y expresiones que él
observaba, las cuales no siente, pero puede actuar, porque tiene metas y
fines. Incluso, le dijo que le había construido un personaje a los
profesionales de libertad vigilada. Eso está dentro de sus metas, porque de
eso se trata el juego.
3. Una alteración en el control de los impulsos asociado a lo sexual. Este
control no está anulado, ya que él es capaz de escoger a la persona y el día
en que la va atacar. Existe esta necesidad incorporada con la vulneración
de las normas sociales, pero no es un deseo de drogarse, sino de la
satisfacción de su sexualidad. Es una forma de liberarse en un momento
determinado, él no necesita expresar ninguna forma de afecto a través de
su sexualidad. No necesita demostrar que puede dominar o someter a
alguien con su sexualidad, sino que es una manifestación de una necesidad
138
básica y al tiempo subir el nivel de dificultad y la adrenalina que en ella
estaba inserta. Advirtió, que esto puede llegar al nivel más alto, homicidio,
tortura, descuartizamiento. Aclaró, que él entiende la norma y opta por
transgredirla. Él puede controlar su comportamiento.
Ilustró al Tribunal al señalar que la valoración de la psicopatía de la escala
PCLR, presenta estudios en población carcelaria y adolescente y hace cuatro
meses se validó este medio en el país. Afirmó, que según esa escala Jesús
cumple con los criterios para ser considerado como un psicópata. No es
inimputable, porque el trastorno que está en la base tiene que ver con la
necesidad de utilizar al resto, a la sociedad para sus propios fines. Esa persona
escoge, planifica el delito y es capaz de manipular el entorno. Si una persona es
capaz de hacer eso tiene sus facultades mentales conservadas, tiene voluntad,
control y conoce la forma como transgredir las normas.
Refirió, que el trastorno de personalidad descrito por el DSM4 podría ser el
trastorno antisocial y narcisista, el cual no logra abarcar el grado de manipulación,
el que si se encuentra cubierto por la psicopatía.
Indicó, que existen severas dificultades de tratamiento, ya que se requiere
farmacología, unido a que el periciado es refractario al aprendizaje, atendido que
no tienen emoción. Explicó, que la experiencia vital tiene que ver con la emoción,
si eso no está difícilmente la persona puede cambiar. Por el contrario él ya sabe
que es capaz de manipular y que necesita la adrenalina como medio de
sobrevivencia. Puntualizó, que es una situación que requiere cuidados especiales.
Reiteró, que el hecho de no ser descubierto consiste en violar el sistema.
Incluso él le señaló que aumentó su nivel de adrenalina cuando a una de las
víctimas le introdujo su pene en la boca y pudo ser sorprendido.
Puntualizó, que en una oportunidad él le dijo mi madre me crió así. En ese
momento le atribuyó la responsabilidad de su comportamiento a alguien.
Recalcó, que él no percibía a las víctimas, ellas eran sólo un mero dato.
Existía despreocupación sobre lo que a ellas les interesaba. La única seña de
empatía se refiere a que no quiso robar llaves o documentos, ya que no le interesa
complicar la vida de las personas. Esto es cuestionable y tendría que ver con la
necesidad de mostrar una fachada que no se condice con todos los hechos que él
relató.
Relató, que la madre desconocía las actividades que realizaba Jesús, pero
sintió que podía ser él y le preguntó. Ella supo antes que era su hijo. Empezó con
una sensación de culpa. Jesús dijo que desde chico hacía lo que quería con su
madre. La familia rechazaba el hecho que se tatuara, incluso su madre le había
139
pedido que no lo hiciera, pero de pronto descubrió que lo había hecho. El dolor de
la madre fue tan grande, pero para él fue un hecho menor.
Jesús dice que con el dinero que robaba compraba ropa. Él no se sitúa en un
espacio temporal determinado. A ella le da la impresión de que fue en el último
tiempo.
Indicó, que él no roba por el dinero. Él no necesita dinero, pero el robar le
aportaba la adrenalina y de paso algo económico. Él dijo con mucha facilidad la
forma en que se fue perfeccionando en sus robos y lo riguroso que fue en seguir la
tendencia vagana.
Respecto de su imagen y apariencia expresó que en su cuerpo tiene
diversos tatuajes que reflejan su visión de la vida y la muerte y su tendencia
vagana. Precisó, que la madre le manifestó que Jesús López tiene tatuajes.
Indicó, que en una de las relaciones que él tuvo, decidió terminar con ella
con el fin de protegerla y evitar que sufriera. Esta modificación de la realidad lo
hace para evitar ser rechazado. Para él es muy importante la imagen de una
persona exitosa, inteligente. Aclaró, que no existe ningún trastorno de base en
este hecho.
Él descubrió la sensación placentera desde pequeño, cuando sustraía
cosas y no lo sorprendían. Dice incluso que no tenía conciencia del delito.
Sobre los hechos investigados, reconoce cinco y describió con detalle dos,
pero incluso la información que él aportó plantea que los dichos de la víctima no
son exactos. Puntualizó, que como perito no necesita la confesión exacta del
hecho criminalístico.
Refirió, que el ser utilitarista escapa a la normalidad, el que tiene relación
con la psicopatía. Al momento en que se efectuaron las entrevistas se pudo
percibir que el acusado era encantador. No puede pensar que todo lo que le dijo el
imputado es real. Agregó, que el comportamiento encantador se condice con el
primer rasgo de la psicopatía “el encanto superficial”.
Jesús López le entregó a ella diversa información sobre su primera relación
sexual, sus episodios de pareja, su carrera delictual desde joven con una finalidad
u objetivo.
En el periciado no percibió una abolición total de los impulsos, atendido que
puede planificar los delitos. Esto no es una patología, porque él entiende la norma
y puede adecuar su comportamiento a ella.
Reiteró, que el controlar los impulsos implica frenar las necesidades
inmediatas que tiene el sujeto, desplazando esta ansiedad en energías
generadoras y que no causen daños, esto es, subliminándolas.
140
Aclaró, que este sujeto tiene una falla en el control de los impulsos, no la
anulación de ellos, dado que él decide cómo y cuándo actuar. Él puede dar cuenta
del hecho en forma retrospectiva, tiene un patrón para seguir a las víctimas y la
forma en que las aborda. Esta descripción implica que si puede controlar los
impulsos.
Indicó, que lo que está vinculado a la capacidad de reinsertarse en la
sociedad es el aprendizaje a través de la experiencia. La emoción puede lograr el
aprendizaje. Si una persona tiene nula la capacidad de sentir, su posibilidad de
aprendizaje es negativa. Si esta persona no es capaz de reinsertarse, cuál es el
sentido de la reclusión, finalmente tiene una conducta espectacular dentro del
recinto penitenciario y logra salir antes del tiempo que le corresponde.
Afirmó, que la información dada por el periciado fue pobre en cuanto a la
comisión de los ilícitos. Él dijo que le daba vergüenza hablar de estos hechos. Le
pidió que los gendarmes salieran y en ese momento él reconoció cinco de los seis
hechos.
Reconoció que él le informó que la primera vez que abusó de una mujer fue
en el mes de abril de 2008. Él dijo que esto fue producto de un impulso, que le
provocó una sensación más que robar.
Él le dijo que cuando iba caminando por pasajes y sectores que conocía
muy bien, de pronto podría aparecer una chica y encontraba un elemento corto
punzante en el suelo, la seguía y al momento en que la distancia se acortaba le
colocaba dicho objeto en el cuello y le daba instrucciones de que entregara el
objeto que ella tenía. Agregó, que en un caso, la chica se agachó a ver lo que
había en la mochila y entonces decidió tocarla por encima e introducirle el pene en
su boca. Esta hipótesis del vidrio en el suelo, en relación a lo que él dice es
posible, porque él explica que siempre hay en la calle objetos que le sirve para
intimidar a las víctimas.
Él experimenta los impulsos, lo que no le quita las posibilidades de razonar.
Él tiene excesivos montos de ansiedad y angustia. Siente una especie de placer
con este tipo de actos. Tiene una alteración en la capacidad de regular sus
impulsos bajo ciertas condiciones. No tiene un fracaso en el control de los
impulsos, dado que en ello existen niveles de gradaciones.
Aseveró, que si el trastorno del control de impulsos fuera total este sujeto
sería inimputable. Descartó que en este caso estemos ante un trastorno del control
de los impulsos, aun cuando el periciado presente angustia y se le genere al
cometer el delito una sensación de placer o alivio. En su caso existe una
necesidad de descarga y un alivio posterior al evento, pero sólo está circunscrito al
momento y al lugar en que esto ocurre. Explicó, que existe un trastorno
141
compulsivo (TOC), el que puede llevar aparejada conductas tales como lavarse las
manos, revisar las puertas, las que van más allá de la hora, del lugar, si lo van a
ver o no. En el caso de Jesús López, él se pasea por las calles, reconoce el lugar,
sabe que es necesario que Carabineros reconozca su cara, cuando aparece
personal de Paz Ciudadana toma su celular. Precisó, que sus comportamientos no
se condicen con la descarga, dado que después de cometer los delitos él toma
medidas. Insistió, en que él escogió las horas y el lugar en que cometió los ilícitos,
atendido a que no lo hacía al interior de su instituto, los realizaba cerca de su
casa, ya que después regresaba y se cambiaba de ropa. Él tiene por finalidad
obtener un celular y busca los medios para su obtención, entre los cuales se
encuentra una mayor facilidad en la comisión del delito, tales como la elección de
las víctimas menores de edad.
Afirmó, que Jesús López tiene un trastorno de personalidad severo, pero su
tema no es el control de los impulsos.
En síntesis de lo expuesto por la perito Marie Claudette Oliva Larroucau se
puede concluir y tener por cierto que el acusado:
1. Puede manejar sus impulsos, ya que planifica y decide cómo, dónde y
cuándo llevar a cabo sus conductas ilícitas, incluso llega a elegir ir en
escalada en cuanto a la gravedad de estos delitos. En efecto, esto se
demuestra dado que es capaz de frenarse y no actuar dentro de su
establecimiento educacional o fuera del radio en el cual vivía, no atacar a
personas mayores, sino en su generalidad a niñas menores de edad,
hacerlo en pasajes más bien solitarios, a una misma hora, adoptando
incluso medidas posteriores tendientes a evitar ser descubierto.
2. Presenta una personalidad narcisista y antisocial, lo que conlleva que no ve
a las víctimas, no le interesa lo que ellas puedan sentir, ya que son para él
sólo un simple dato. Esto es constatado como un trastorno de su
personalidad.
3. Tiene una necesidad de utilizar al resto y consecuentemente con ello
manipularlo.
4. No relaciona la sexualidad con el afecto, sólo la ve como una necesidad
básica.
5. Comprende la infracción de las normas, admite incluso antes de cometer
los delitos la posibilidad de ser sancionado y la pena posible de ser aplicada
por su infracción, lo que revela ostensiblemente el entendimiento que tiene
de la norma y su opción de transgredirla, lo que a su vez revela que puede
controlar su comportamiento.
142
6. No presenta un trastorno de control de sus impulsos, atendido que él puede
como se ha dicho decidir cómo, dónde y cuándo actuar. Incluso es capaz
de dar cuenta en forma retrospectiva el patrón que utilizó para seguir y
abordar a sus víctimas.
Por último, declaró mediante prueba anticipada, Nadia Anabette Poblete
Zúñiga, psicóloga, quien depuso circunstanciadamente sobre su Informe
Presentencial contenido en el Ordinario N ° 14.23.0407.
Refirió, que trabaja en la Unidad de Diagnóstico de Gendarmería de Chile.
Explicó, que el informe se realizó por una causa de abuso sexual al
imputado Jesús López, en el mes de septiembre de 2007. Se solicitó la
elaboración de un informe presentencial para ver la posibilidad en la inclusión del
sistema de la libertad vigilada. En ese informe no se le sugiere al Consejo Técnico
la concesión de la libertad vigilada del adulto. Frente a eso igualmente se le
condenó y se le concedió el beneficio de la libertad vigilada.
Indicó, que evaluó a Jesús López, el 12 de septiembre de 2007, en
Santiago Uno. Efectuó sólo una entrevista semiestructurada, donde pasaron
distintas partes de su historia, unido a una entrevista familiar a la persona que él
refiere como significativa, utilizó instrumentos psicológicos y una evaluación
diagnóstica. Le aplicó la prueba proyectiva de zullinger, la que consiste en tres
láminas donde el sujeto puede al observar una de ellas proyectar su personalidad
y funcionamiento. Presentó el informe al Consejo Técnico, conformado por otros
psicólogos y asistentes sociales. Se evaluó que él no presentaría una
adaptabildiad afectiva -no elabora características de sus etapas significativas,
distante y restringido, no presenta matices emocionales, le costaría relacionarse,
empatizar, vincularse-, escaso control de impulsos, precaria capacidad de
autocrítica. No logra elaborar su propia experiencia emocional y anticipar la
conducta de los otros. No piensa en los otros. Observó sentimientos de vacío y
frialdad. A lo largo de la entrevista quiso lograr la evaluación de personas más
significativas, pero ello no fue posible. No existe una mayor elaboración crítica de
porque se vio envuelto en algo de esa índole, dice simplemente no sé. Muy poco
comunicativo, a pesar de que contestaba adecuadamente lo que se le preguntaba.
Tenía sentido de la realidad. Cuando la persona llega a la situación de entrevista,
logra adecuarse a la estructura de la entrevista. Su lenguaje es fluido,
medianamente espontáneo, comenta antecedentes de su vida. Los hechos
demuestran que él incorpora de manera adecuada la realidad.
No sugirió la libertad vigilada, por:
1. La dificultad en el control de impulsos (dificultad de elaborar su experiencia
e integrar sus afectos, no existiría una modulación de los afectos, viéndose
143
descontextualizados, no logra encausar sus impulsos, y no verse
angustiado por ello) A través de la prueba de la carpeta investigativa los
impulsos sexuales no se adecuarían de manera social adaptativa;
2. Dificultad para poder reflexionar y criticar su comportamiento que le
permitiere aprender de manera concreta, lo que le impediría no volver a
incurrir en actos de similar naturaleza.
3. Falta de empatía.
En efecto, la profesional Nadia Poblete Zúñiga refirió en términos genéricos
que el acusado tenía poca capacidad de autocrítica, dificultad en el control de sus
impulsos y en la posibilidad de aprender de sus experiencias, atendido que no
lograba internacionalizar la emoción que le hecho produjo, con su consecuente
falta de empatía hacia el otro.
II.- Declaración del acusado:
A fin de mantener un orden en la exposición de los antecedentes
proporcionados por el acusado, se procederá a analizar en este acápite lo
depuesto por él en relación a todos los hechos objeto de esta causa.
En este orden de ideas explicó, que en cada uno de estos ilícitos, no
ocultaba su rostro, ni se vestía de manera especial, sólo con jeans, zapatillas o
zapatos, camisa o polerón. No recuerda si utilizó en alguno de ellos un gorro.
Indicó, que al momento en que éstos hechos sucedieron, vivía en la
comuna de Las Condes, muy cerca del lugar donde ellos acaecieron. Estudiaba
Análisis de Sistema en el Instituto Tecnológico y practicaba distintos deportes. En
relación a este punto cabe tener presente, que este antecedente unido a lo
depuesto por el perito José Parada Benavides se puede tener por cierto que el
acusado vivía en el mismo sector donde ocurrieron los hechos objeto del presente
juicio oral.
Puntualizó, que su familia no estaba al tanto de lo que ocurría. Ellos no
podían sospechar lo que estaba sucediendo, dado que después de ocurridos los
hechos no demostraba que algo hubiere acontecido.
Afirmó, que tomó conocimiento que en su casa, mientras él estaba
detenido, la Policía de Investigaciones incautó diversos celulares, elementos que
además se tomaron en consideración a la hora de analizar la participación del
acusado en los diversos hechos. En este sentido, en relación al hecho N ° 1 fue
encontrado el celular que se le sustrajo a la afectada en el dormitorio del acusado.
Refirió, haber estado con anterioridad detenido y condenado a la pena de
cuatro años de libertad vigilada como autor del delito de abuso sexual. Señaló,
que esta causa terminó por un juicio abreviado, en el mes de diciembre de 2007 y
144
que comenzó a dar cumplimiento a ese beneficio, asistiendo a visitas periódicas y
constantes a un centro. Puntualizó, que en esa época al momento de ser
sentenciado vivía en la comuna de Quilicura y a los tres días después se cambió a
Las Condes, primero por protección personal y la de sus hermanos más pequeños
y segundo porque su madre y su padrastro intentaban alejarlo de algún grupo que
lo pudiera incitar a cometer este tipo de ilícitos. Explicó, que dado lo anterior,
visitaba en forma regular, esto es, una o dos veces al mes, a la psicóloga de
Gendarmería Viviana Urrutia, quien como se señaló depuso en el presente juicio
oral, corroborando dicha circunstancia. Agregó, que duda que esta persona haya
pensado que estos hechos estaban ocurriendo, ya que nunca manifestó ningún
tipo de comentario de que esto fuera así.
Puntualizó, que en el mes de enero de 2008, comenzó el cumplimiento de
ese beneficio, oportunidad en que fue sometido a un test y posterior designación a
distintos talleres. Precisó, que el primer taller al cual asistió fue el de
comunicaciones. Afirmó, que en las demás sesiones hablaban de su progreso con
Patricio Concha, quien era su psicólogo particular. Además, le entregaba
constantemente a la psicóloga de libertad vigilada, documentos en que
acreditaban que era alumno regular del instituto al cual asistía.
Indicó, que durante la investigación, en el mes de noviembre de 2008, se
efectuó peritajes con dos peritos de Labocar, los que duraron tres días. Expresó,
que en dichas instancias, se hablaron distintos pasajes de su vida, de los hechos
por los cuales fue acusado, de las actividades que realizaba, unido a que se le
aplicaron diversos test. Aseveró, que las entrevistas fueron grabadas con su
autorización. Estas psicólogas le explicaron que tenía derecho a guardar silencio y
que el peritaje era voluntario. Explicó, que igualmente accedió a dicha petición e
incluso se le grabó en los instantes en que autorizaba a realizarse la pericia y
renunciaba a su derecho a guardar silencio, sin ninguna presión.
Además a estas profesionales les contó que seguía visitando a una
profesional de la libertad vigilada. Les dijo que nadie de su círculo sospechaba lo
que estaba ocurriendo. Le comentó que la oficial de Libertad Vigilada estaba
sorprendida de lo que ocurrió.
Admitió, que se generó confianza con estas profesionales, de manera que
pudieron analizar las motivaciones que tuvo para cometer los ilícitos, unido a que
tenía la convicción de colaborar. Profundizó incluso en aspectos que eran
necesarios para que su colaboración fuera efectiva.
En relación a este tópico cabe precisar que depuso en el presente juicio
oral la perito psicóloga del Departamento de Criminalística de Carabineros de
145
Chile, doña Marie Claudette Oliva Larroucau, corroborándose los dichos
formulados en este sentido por el acusado, según se analizó con antelación.
Expresó, que no necesitaba robar y que lo hacía por la adrenalina y el
placer que ello le provocaba, al saber que infringía la ley, podía arrancar y no lo
pillaban. Aseveró, que la adrenalina era mayor con la comisión de un ilícito de
carácter sexual. En esos momentos no pensaba en la víctima. Explicó, que de los
simples robos pasó a lo sexual, dado que la sensación de robar le resultaba
insatisfecha y por ello fue subiendo en el tipo de delito en que empezó a incurrir.
Refirió, que en el ámbito de su vida familiar, estudiantil y deportiva era poco
predecible que él actuara tan contrariamente al sistema. Precisó, que tenía
relaciones normales con las personas, con su familia y amigos.
Manifestó, que pololeó bastantes veces, pero que tuvo sólo tres relaciones
significativas. La última vez que pololeó fue tres semanas antes de caer en esto.
Esta persona era una compañera del instituto, a quien nunca la intentó atacar.
Salió de cuarto medio en el año 2006 e inmediatamente decidió estudiar
análisis de sistemas porque es una carrera que a corto plazo le permitía recuperar
lo invertido en educación. Sus notas eran 5.7 y 5.8.
Para estos efectos, el Ministerio Público le exhibió la prueba documental
signada en el auto de apertura como N ° 8, correspondiente al certificado de
alumno regular del instituto al cual asistía y certificado de concentración de notas.
Indicó, que esta conducta comenzó a surgir con pequeños robos anteriores
a la época en que ocurrieron los que motivan la presente causa. Reiteró, que no
tenía necesidad económica para robar, ya que sus padres le daban todo lo que él
requería.
Explicó, que en forma espontánea le surgían las ganas de cometer el delito,
por ejemplo caminaba hacia un lugar y le surgía la idea como un impulso. Sus
elecciones eran al azar, del momento. Reconoció, que nunca le surgió dentro de
su instituto el impulso de asaltar a las personas. Al respecto no supo que
respuesta dar al por qué de esa conducta. En ese momento no asumía lo que
ocurría como un problema propiamente tal, dado que él no podía controlar sus
impulsos. En un comienzo no medía las consecuencias de sus actos, pensaba que
lo podían pillar y por eso dejaba de hacerlo.
Indicó, que caminaba por la calle detrás de las personas, pero luego
aceleraba de a poco el paso. No recuerda si las víctimas se daban vuelta a
mirarlo. Reconoció, que todas las víctimas vestían uniforme a excepción la del
hecho N ° 3. Relató, que además las víctimas tenían 16 y 17 años de edad, todas
eran menores de edad.
146
Aclaró, que no había ninguna motivación especial si las víctimas vestían
uniforme, ya que sólo se fijaba que al momento de abordarlas no existieran
personas en su alrededor.
Relató, que los vidrios siempre los encontraba en la calle. Indicó, que en su
domicilio tenía una cortaplumas, una de la época de scout y otra que le pertenecía
a un amigo, quien le pidió que la reparara. Nunca utilizó alguna de estas armas
para intimidar a las víctimas, ni se cortó con alguno de los vidrios que tomaba en la
calle, a pesar de que en ello imprimía suficiente fuerza.
Manifestó, que existe un arrepentimiento respecto de los hechos que
cometió, busca asumir su culpa, pagar su pena con la sociedad. Piensa que está
mal y que tiene problemas, necesita ayuda y no sólo una condena.
III.- Análisis doctrinal de la minorante de imputabilidad disminuida:
La imputabilidad es la capacidad de conocer lo injusto del actuar y de
determinarse conforme a ese conocimiento. Según señala el profesor Cury, “la
imputabilidad es la capacidad personal de ser objeto de un reproche por la
conducta ejecutada y, consiguientemente, capacidad de culpabilidad. En efecto, la
libertad que fundamenta la reprochabilidad sólo puede presuponerse de un sujeto
cuyas características personales lo habilitan para adecuar su comportamiento a
los dictados del derecho; y esto no ocurre sino cuando él está constitucionalmente
capacitado para comprender el significado de lo que hace y para autodeterminarse
a obrar según esas representaciones de sentido. En caso contrario, los hechos en
que incurra serán el resultado de insuficiencias personales, que, como no
dependen de su voluntad, no pueden serle enrostradas”.
La imputabilidad debe existir al momento de ejecutarse la acción típica.
Agrega, que “la imputabilidad, por lo tanto, descansa sobre un cierto estado
de normalidad y suficiencia de las facultades intelectuales y volitivas. Si unas u
otras se encuentran alteradas en forma relevante o no han alcanzado un
determinado nivel de desarrollo, la imputabilidad se excluye. Ahora bien, la ley
parte del supuesto de que la mayoría de los seres humanos poseen el nivel de
normalidad y suficiencia de dichas facultades que requiere la imputabilidad. Por
esto, “sólo son inimputables aquellos a los que la ley declara expresamente tales”.
De acuerdo a lo expresado por el referido profesor, el Código Penal chileno
y la jurisprudencia nacional han concordado que el criterio base a fin de
determinar la imputabilidad, es de carácter mixto, esto es, toma en consideración
fórmulas psicológicas (las que se caracterizan por describir la situación psíquica
que fundamenta la imputabilidad del sujeto, o sea, la incapacidad para
comprender la significación antijurídica del acto o dejarse determinar por ella) y
147
psiquiátricas (las que se limitan a atribuir a ciertos estados patológicos, de
alteración o inmadurez, taxativamente enumerados, la consecuencia de excluir la
imputabilidad) De esta forma, las fórmulas mixtas combinan ambos sistemas. Por
una parte describen los estados que dan origen a la imputabilidad, pero por la otra
exigen del juez una adecuación ulterior sobre la existencia efectiva de la
incapacidad para comprender y autodeterminarse.
Los casos de imputabilidad contemplados por la ley pueden clasificarse en
dos grandes grupos: a) Aquellos que encuentran su origen en un trastorno mental
de carácter patológico o accidental; y b) Aquellos que se fundan en un desarrollo
insuficiente de la personalidad.
Dentro de la imputabilidad motivada por trastornos mentales es menester
distinguir, a su vez, dos casos: la locura o demencia, por una parte, y la privación
total de razón, por la otra.
Refiere, el profesor Cury que “La psiquiatría contemporánea identifica como
auténticas enfermedades mentales a ciertas alteraciones profundas de la
personalidad del sujeto, a las que se denomina psicosis, las cuales
presumiblemente presentan bases orgánicas e importan un desajuste tan
considerable de ella que el individuo “se hace otro”, se enajena. Aquí se incluyen,
entre varias, la esquizofrenia (demencia precoz), la locura maníaco depresiva
(locura circular), la paranoia, a la que algunos especialistas consideran como una
forma de aparición delirante de la esquizofrenia; la parafenia, la demencia senil,
usualmente de base arteriosclerótica; la parálisis general progresiva, la epilepsia,
etc”.
La imputabilidad tiene una base psicológica y comprende “el conjunto de
facultades psíquicas mínimas que debe poseer un sujeto autor de un delito para
que pueda ser declarado culpable del mismo” (Muñoz Conde, 1988. “La
imputabilidad desde el punto de vista médico, psiquiátrico y jurisprudencial”)
Según la doctrina dominante en la actualidad, la imputabilidad requiere de
dos elementos, capacidad de comprende el carácter antijurídico del hecho; y
capacidad de dirigir la actuación conforme a dicho entendimiento.
La imputabilidad es la capacidad de comprender la relevancia jurídica de su
acción y de motivarse conforme a esa comprensión.
La capacidad de culpabilidad tiene, por tanto, un momento cognoscitivo
(intelectual) y uno de voluntad (volitivo): la capacidad de comprensión de lo injusto
y de determinación de voluntad (conforme al sentido). Sólo ambos momentos
conjuntamente constituyen la capacidad de culpabilidad. Cuando a causa de falta
de madurez de un joven o a consecuencia de estados mentales anormales, no se
da aunque solo sea uno de estos momentos, el autor no es capaz de culpabilidad.
148
Para el momento intelectual es decisiva la capacidad de comprensión de lo
injusto del hecho, no de lo permitido. No es necesario que el autor pueda
reconocer el hecho como contrario a la ley o en general, como punible, ni es
suficiente la conciencia de perpetrar una simple inmoralidad, sino que el autor
tiene el poder de reconocer que su hecho es una trasgresión de aquellas normas
sociales que son indispensables para la vida en común. Si no se da esta
capacidad entonces se excluye también la punibilidad concreta de comprensión
del injusto. De ahí que la culpabilidad se excluya por desconocimiento inevitable
de la antijuricidad (error de prohibición invencible)
Son requisitos generales de la culpabilidad entendida como reprochabilidad
que al sujeto le haya sido exigible la posibilidad de comprender la antijuricidad de
su conducta y que las circunstancias en que actuó no le hayan reducido su ámbito
de determinación por debajo de un umbral mínimo, situación que no se configura
respecto del acusado, en atención a la prueba pericial explicitada y analizada con
antelación.
Debe tenerse en cuenta que la imputabilidad es una característica de la
conducta que depende de un estado del sujeto. Por ende, la capacidad psíquica,
de culpabilidad hay que medirla respecto de cada delito. Hay estados patológicos,
en que cabe presumir que esa incapacidad que generan opera en cualquier delito,
pero hay otros padecimientos, como la oligofrenia, por ejemplo que en su grado
superficial -debilidad mental- pueden generar una incapacidad psíquica para
ciertos delitos que exigen una capacidad de pensamiento abstracto más o menos
desarrollada para comprender la antijuricidad (como pueden ser ciertos delitos
contra la economía pública). En tanto que el mismo sujeto conserva la capacidad
psíquica para comprender la antijuricidad de otras conductas cuya valoración
depende de datos mucho más concretos (el parricidio, por ejemplo) por supuesto
que en medio de un brote esquizofrénico se habrá perdido la capacidad psíquica
para comprender la antijuricidad de cualquier conducta, al igual que en un delirio
bien sistematizado, porque aquí no se trata de una disminución de facultades
mentales, sino de un quiebre de la relación con el mundo objetivo que en el delirio
parece seguir, pero que en realidad está totalmente teñida por la interpretación del
delirante.
El efecto que apareja incapacidad psíquica de culpabilidad es la
perturbación de la conciencia y la causa de la perturbación puede ser la
insuficiencia de las facultades o la alteración morbosa de las facultades.
La inteligencia y la voluntad son, pues la base psicológica de la
imputabilidad penal. Cuando se hayan abolido o estén gravemente perturbadas, la
imputabilidad no existe. De lo anterior se deduce que toda alteración mental que
149
afecte a estas funciones psicológicas es causa de inimputabilidad. Sin embargo, el
examen psicológico forense no debe limitarse a evaluar exclusivamente las
capacidades intelectivas y volitivas, sino que debe ampliarse al resto de las
funciones psíquicas, así como deberá tener en cuenta las características del delito
imputado para poder valorar de forma global como se encontraba la imputabilidad
del sujeto en un momento dado y ante unos hechos determinados (Rodes, f: y
Martí, J.B, 1997, “Valoración médico-legal del enfermo mental. Alicante,
Universidad de Alicante”)
La privación total de razón, tal como se entiende en la segunda parte del
inciso primero del N ° 1 del art. 10, consiste en “una incapacidad temporal para
comprender lo injusto del actuar y autodeterminarse conforme a esa compresión,
debido a una causa exógena o endógena”. Para que tal situación determine la
inimputabilidad del sujeto, es preciso, además que su origen sea independiente de
la voluntad de aquél.
Para que se declare la inimputabilidad es preciso que la privación de razón
sea total, lo cual sólo debe ser entendido en el sentido de que, al momento de
ejecutar el acto, el sujeto debe haber estado efectivamente incapacitado para
comprender
la
significación
jurídica
del
hecho
y
autodeterminarse
consecuentemente. Cuando la privación de razón sea, por el contrario, sólo
parcial, la opinión dominante apreciará una situación de imputabilidad disminuida.
Al respecto, el profesor Cury ha señalado que “El lenguaje de la ley, al
referirse a una privación de razón, sugiere que ésta sólo concurre cuando el
individuo tiene perturbadas sus facultades intelectuales. Pero tal cosa no me
parece decisiva. El legislador se ha referido, sin duda, a todas las hipótesis de
perturbación mental, sea que afecten primordialmente a las funciones intelectuales
o volitivas; pero como el desarrollo científico de su época identificaba o confundía
esos distintos aspectos de la actividad psíquica, incurrió involuntariamente en este
defecto” (Enrique Cury, Derecho Penal, Parte General, Tomo II, pp. 47-48)
Además, el profesor Mario Garrido Montt indica que “la pérdida de razón es
consecuencia de una enfermedad, de una situación de conflicto o de cualquier otra
circunstancia apta al efecto; no está sujeta a la voluntad de la persona, nadie
pierde o recupera la razón por una mera actividad volitiva; lo que puede depender
de ella es la causa provocadora de tal estado, como embriagarse o drogarse, y
esta voluntad alcanzará trascendencia penal si va acompañada de la conciencia
de que en este estado delinquirá. Lo expuesto permite inferir que la finalidad de la
norma es excluir la inimputabilidad únicamente del que se provoca ese estado en
conocimiento de que puede delinquir. En otros términos, alude exclusivamente a la
actio liberae in causa. Conforme a la tesis señalada, el que bebe alcohol o se
150
droga voluntariamente, pero sin tener conciencia de que perderá totalmente sus
facultades intelectivas y la aptitud para adecuar su conducta a aquéllas, es
inimputable, a menos que medie culpa de su parte. En esta última situación su
imputabilidad estaría atenuada”.
Por otro lado, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 11 N ° 1 del
Código Penal, son circunstancias atenuantes las expresadas en el artículo 10,
cuando no concurran todos los requisitos para eximir de responsabilidad en los
respectivos casos
La imputabilidad disminuida es más bien una situación de exigibilidad
disminuida por la anormalidad de las circunstancias personales concomitantes,
que requiere como exigencia básica que en el autor se presente una patología
base. Se requiere determinar en consecuencia, cómo las circunstancias
concomitantes, afectaron las motivaciones del agente.
En España se han utilizado tres grados jurisprudenciales de apreciación de
la imputabilidad, los cuales podrían asemejarse perfectamente a la legislación
chilena, en cuanto a lo previsto en el artículo 10 N ° 1 y 11 N ° 1 del Código Penal.
En este sentido se distinguen los siguientes grados:
Imputable: su entendimiento y voluntad no están distorsionadas ni
sometidos a deficiencias, alteraciones o enfermedades mentales.
Semiimputable: la persona sufre o ha sufrido en el momento del hecho por
el que se le juzga una perturbación, deficiencia o enfermedad mental que, sin
anular completamente su inteligencia o voluntad, sí interfiere en sus funciones
psíquicas superiores.
Inimputable: su capacidad de conoce u obrar con arreglo a ese
conocimiento está anulada.
Una vez sentados los aspectos doctrinarios y jurisprudenciales sobre los
cuales debe analizarse la eximente y minorante en comento, de acuerdo a las
alegaciones formuladas por la defensa de Jesús López Aguilar, como asimismo de
su propia declaración prestada en estrados, se requerirá determinar si él, al
momento de ocurrir los hechos materia del presente juicio se configuró respecto a
él un estado que no alcance a materializar un trastorno de control de impulsos y
en el evento de existir dicha patología puede ésta enmarcarse dentro de lo
preceptuado en el artículo 10 N ° 1 o en el artículo 11 N ° 1 en relación a la
primera disposición antes indicada, ambas del Código Penal.
Al respecto y como primera aproximación al tema a analizar, se tendrán por
reproducidos la forma o dinámica en que ocurrieron los hechos, latamente
explicitados en los considerandos que anteceden y lo depuesto por los peritos que
151
declararon en estrado, unido a la declaración del propio acusado, en el que
también se hace mención al tema en comento.
Por otro lado, el Tribunal por unanimidad, rechazará la alegación de la
defensa en cuanto a una eventual configuración de la minorante prevista en el
artículo 11 N ° 1 en relación al artículo 10 N º 1 del Código Penal, en base a los
siguientes antecedentes:
a.
El testimonio del psicólogo forense Omar Gutiérrez Muñoz, quien
realizó una evaluación psicológica y de personalidad del acusado,
la que tuvo como resultado, entre otros aspectos a destacar, que
éste realiza una planificación a corto plazo de los hechos que
ejecuta, con un juicio de realidad conservado, que le permite
distinguir claramente la realidad de la fantasía, una conducta
adecuada de aquella sancionada legalmente. Asimismo refirió, que
López Aguilar no presenta ningún tipo de sintomatología psicótica,
con una capacidad ideoasociativa adecuada. Si bien es cierto este
perito admite un control débil de los impulsos de parte de López
Aguilar fue enfático en señalar que esto sólo tiene que ver con una
baja tolerancia a la frustración, desechando la existencia de un
trastorno de control de impulsos, pues esto es una condición
psiquiátrica que no se encuentra presente durante la evaluación
realizada al periciado. Por último, refirió haber tenido a la vista el
informe del psiquiatra del Servicio Médico Legal, Valenzuela
Bellenger, cuya conclusión dice relación con la inexistencia de
alguna patología que alterare el juicio o la capacidad de
comprensión del acusado.
b.
El testimonio de Digadiel Hernán Rojas Ruz, psicólogo del Servicio
Médico Legal, quien ratificó el hecho que el acusado presenta un
adecuado juicio de realidad, que tiene posibilidad de planificación
de los detalles, conociendo claramente las normas y teniendo
plena capacidad de adecuarse a ellas. Asimismo, depuso que el
acusado no presenta daño psicoorgánico, pudiendo controlar
perfectamente sus impulsos, dado que no presenta ninguna
enfermedad mental que se lo impida. Por último, descartó un
trastorno de descontrol de impulsos, señalando que dicha
patología es un cuadro en que aparece una impulsividad severa,
asociada
a
episodios
en
los
cuales
el
sujeto
presenta
características agresivas, situación que no ocurrió en ninguno de
los hechos materia de esta acusación.
152
c.
El testimonio de la psicóloga Marie Claudette Oliva Larroucau,
psicóloga
forense
del
Departamento
de
Criminalística
de
Carabineros de Chile, quien manifestó que al periciar al acusado
detectó
que
no
existe
ninguna
patología
que
afecte
la
comprensión, constatando incluso una inteligencia superior a la
normal, que le permite fácilmente adaptarse al medio, siendo
capaz de planificar y organizar sus comportamientos. Asimismo
refirió, que el acusado tiene capacidad de manipular a las
personas, dando como ejemplo a la delegada de la libertad
vigilada, destacando además que vio a las víctimas como cosas o
medios para satisfacer sus necesidades de adrenalina y placer, no
existiendo de esta forma un registro o resonancia emocional con lo
que aquéllas les ocurrió. Por otro lado, advirtió la capacidad que
tiene el acusado de planificar cada uno de los distintos delitos, en
el sentido que estos ocurrieron de día, en el mismo sector, con
víctimas de similar edad, lo que demuestra que tiene claro donde ir
y sus objetivos. Reconoció que el acusado si bien puede tener
impulsos en su actuar, estos no sobrepasan la capacidad de él
para manejarlos, existiendo claramente la posibilidad de encausar
los mismos. Ratificó el hecho que el periciado tiene sus facultades
mentales conservadas, descartando una patología que pudiere
intervenir en el contacto con el medio, toda vez que esta persona
escoge, planifica el delito, siendo además capaz de manipular el
entorno, características que dan cuenta que estamos frente a un
sujeto con voluntad, control y que conoce las normas y su forma
de transgresión. Agregó, que si bien reconoce una falla en el
control de los impulsos, ello no significa que estén anulados, ya
que el acusado decide la manera y oportunidad de ejecutar un
hecho ilícito, pudiendo dar cuenta del hecho en forma retrospectiva
y con un patrón a seguir, todo lo cual descarta una eventual
patología de descontrol de impulsos.
d.
La propia declaración del acusado otorga elementos que permiten
concluir que tiene un real conocimiento de que sus conductas
transgredían las normas sociales, ya que esa sola circunstancia de
infringir la ley, de arrancar y que no lo pillaran le generaba una
sensación de adrenalina
A mayor abundamiento cabe señalar, que siendo la imputabilidad
disminuida una teoría alternativa planteada en juicio por la defensa del acusado,
153
es dicha parte quien debe presentar al tribunal los medios de prueba suficientes e
idóneos que permitan a los jueces acercarse a la acreditación de dicha
circunstancia, no presentándose durante estas audiencias antecedentes alguno
que permita razonar en dicho sentido, o a lo menos desvirtuar en todo o en parte
los testimonios de los profesionales presentados por el Ministerio Publico
explicitados en los párrafos precedentes.
En efecto, en el caso en análisis resulta evidente, de acuerdo a lo
expresado con antelación, que el acusado López Aguilar tenía un juicio
completamente conservado de la realidad, el que le permitía distinguir si su actuar
se condecía o no con las normas que la sociedad ha estimado como lícitas o
adecuadas, teniendo además presente que tratándose de delitos de robo,
violación y abuso sexual, resulta aún más evidente la posibilidad que éste tuvo de
comprender la antijuricidad de su conducta y de dirigir su acción conforme a ese
proceder.
De esta forma, estas sentenciadoras estiman que en la especie, no se ha
acreditado que al momento de ocurrir los hechos que motivan el presente juicio, se
le haya provocado al acusado López Aguilar, una alteración en su proceso de
deliberación y consecuentemente con ello, una imputabilidad disminuida, que
permita ver aminorada su capacidad de comprender el carácter antijurídico de los
mismos y de dirigir la actuación conforme a dicho entendimiento, de conformidad
con lo dispuesto en el artículo 11 N ° 1, en relación al 10 N ° 1 del Código Penal.
Séptimo: Audiencia especial de determinación de penas y solicitudes
de los intervinientes. Una vez dictado el veredicto condenatorio en contra de
Jesús Patricio López Aguilar respecto de un ilícito de robo con violación, tres de
robo con intimidación y dos de abuso sexual, tenidos por cierto en los acápites
precedentes, en la oportunidad prevista por el artículo 343 del Código de Procesal
Penal, el Ministerio Público, acompañó el Extracto de Filiación y Antecedentes del
acusado en el cual se registra que con fecha 10 de diciembre de 2007, el 2 °
Juzgado de Garantía de Santiago, en causa RIT N ° 7.945/2007, RUC N °
700603042-9, lo condenó a le pena de cuatro años de presidio menor en su grado
máximo, concediéndosele el beneficio de la libertad vigilada, en calidad de autor
de abusos sexuales reiterados, en grado de desarrollo de consumado. De esta
forma, señaló que concurre la circunstancia agravante de responsabilidad penal
contemplada en el artículo12 N ° 16 del Código Penal, para estos efectos
acompañó:
a) Copia simple de la sentencia dictada en dicha causa, cuya parte resolutiva
reza, en lo pertinente que se condenó a Jesús Patricio López Aguilar, a la
154
pena de cuatro años de presidio menor en su grado máximo y a la
accesoria de inhabilitación absoluta perpetua para derechos políticos y la
de inhabilitación absoluta para cargos y oficios públicos durante el tiempo
de la condena y a las inhabilidades del artículo 372 del Código Penal, en
particular a la sujeción a la vigilancia de autoridad durante los diez años
siguientes al cumplimiento de la pena principal, como autor de los delitos de
abuso sexual de mayor de catorce años reiterados, en grado de desarrollo
consumado, hechos cometidos con fecha 23 de abril, 6 de agosto y 8 de
agosto de 2007, en las personas de las menores de iniciales M.N.V.G.,
D.M.C.C. y C.T.V.C., en la comuna de Quilicura. Además, se resolvió que
cumpliéndose los requisitos del artículo 15 de la Ley N ° 18.216, la
concesión del beneficio de la libertad vigilada, debiendo quedar sujeto al
control de Gendarmería por el término de la condena. Indicó, asimismo que
en el evento que el beneficio le fuera revocado y tuviera que cumplir
efectivamente la pena impuesta le servirá de abono el tiempo que ha
permanecido ininterrumpidamente privado de libertad con ocasión de esta
causa entre el 8 de agosto y el 10 de diciembre de 2007.
b) Oficio de Gendarmería de Chile de fecha 5 de agosto de 2009, en el cual se
informa que Jesús Patricio López Aguilar ingresó al sistema de libertad
vigilada del adulto con fecha 14 de enero de 2008 debiendo egresar el día
14 de enero de 2012. Agregó, que el acusado presentó adecuado
cumplimiento, tanto en controles a CRS, en su participación en talleres en el
área de la comunicación, como en el apoyo manifiesto por parte de su
entorno familiar. Precisó, que en el imputado se evidenció actitudes
apropiadas y ajustadas al contexto de la medida, unido a una apertura y
cooperación al plan de intervención propuesto en su caso. Señaló, que la
última fecha de control en el CRS fue el 26 de mayo de 2008.
Refirió el señor Fiscal, que atendido que Jesús López Aguilar fue
condenado en calidad de autor de tres delitos de robo con intimidación, dos de
abusos sexuales y uno de robo con violación, de conformidad con lo dispuesto en
el artículo 351 del Código Procesal Penal, se puede aumentar la pena del delito
más grave en uno o dos grados. En este orden de ideas requirió la aplicación de la
pena de presidio perpetuo calificado, fundado en la propia pena que tiene el delito
de robo con violación, unido al hecho de haber sido condenado a delitos de la
misma especie.
Se opuso a la solicitud formulada por la defensa del acusado, en torno a
aplicar el artículo 74 del Código Penal, por sobre el 351 del Código Procesal
Penal, atendido que él no consideró la existencia de la agravante prevista en el
155
artículo 12 N ° 16 del Código Penal. Asimismo, estima que no resulta aplicable
respecto al hecho N ° 2 lo dispuesto en el artículo 75 del Código Penal, dado que
deben ser penas por separado.
Por otro lado, requirió la aplicación de la agravante de responsabilidad
penal prevista en el artículo 12 N ° 16 del Código Penal. Recordó, que esta
agravante fue modificada por la Ley N ° 20.253, el 14 de marzo de 2008, con la
intención de reprimir con mayor fuerza la delincuencia. Alegó, que la intención del
legislador es que se aplique la reincidencia a una persona, a pesar de que no haya
cumplido su condena. Insistió, en que esta modificación precisó lo que se debe
entender por reincidente. Agregó, que en este mismo orden de ideas se modificó
el artículo 92 del Código Penal.
En cuanto a los alcances de la interpretación que se debe dar a la
aplicación de la agravante en comentó, citó el artículo 19 del Código Civil.
Reiteró, que de acuerdo a la nueva normativa la expresión “condenado” se
debe referir a un sentido técnico, no a un modo de ejecución de la sentencia.
Explicó, que de acuerdo a lo planteado por el señor defensor estamos ante
un problema de supervivencia de la ley penal, atendido que él pretende prolongar
los efectos de una situación anterior -sentencia ejecutoriada- a una posterior.
Aclaró, que resulta imposible establecer un estatuto quo especial para el acusado.
Estimó, que reconocida la atenuante de la colaboración sustancial y
concurriendo la agravante prevista en el artículo 12 N ° 16 del Código Penal, ellas
deberán ser compensadas racionalmente.
Se preguntó que resulta más importante en este juicio la declaración del
acusado o su reincidencia, para los efectos de sopesar ambas modificatorias.
Solicitó además el presidio perpetuo calificado por la peligrosidad social que
representa la persona del acusado. Precisó, que la sanción debe ser proporcional
a los hechos que se han tenido por ciertos. Recordó, que la aprensión social es
una de las finalidades de la pena, unido a que el acusado seguía en escalada la
comisión de delitos cada vez más grave. Puntualizó, que la esencia del acusado
es la búsqueda de adrenalina y placer.
Ilustró al Tribunal sobre las finalidades de la pena. Indicó, que la pena es un
instrumento para lograr la paz social y está destinada a reeducar al delincuente y
evitar que vuelva a delinquir (prevención especial) y evitar que las otras personas
no cometan nuevos delitos (prevención general)
Insistió, que si el acusado es condenado a una pena inferior no se sabe si
se cometerá en el futuro nuevos delitos, ya que su conducta pasada hace
esperable la perpetración de otros ilícitos.
Solicitó además incorporar al acusado al registro de condenados.
156
Por su parte, la parte querellante Ministerio del Interior se adhirió a los
planteamientos formulados por el Ministerio Público.
Refirió el daño producido a las víctimas, requiriéndose que este sea
considerado para los efectos de determinar la pena a aplicar.
Solicitó la pena de presidio perpetuo calificado, dado el desprecio que tuvo
el acusado del sistema.
Asimismo, el querellante Centro de Atención Integral a Víctimas de Delitos
Violentos expresó, que comparte la aplicación de la agravante del artículo 12 N °
16 del Código Penal y del inciso final del artículo 351 del Código Procesal Penal,
en atención a que todos los delitos por los cuales se le condenó afectan a un
mismo bien jurídico.
En segundo término solicitó tener en consideración la aplicación de la parte
final del artículo 69 del Código Penal, esto es, la mayor extensión del mal causado
a las víctimas, acreditado en juicio por la declaración de la propia afectada y su
madre, unido a la entidad del bien jurídico cautelado por el ordenamiento jurídico
con su vulneración, esto es la afectación de la libertad y la propiedad. Refirió, que
en el hecho N ° 1 se cometió el delito de violación por distintas vías, anal, bucal y
vaginal.
En este mismo orden de ideas, la querellante I. Municipalidad de Las
Condes manifestó, que el Tribunal ha determinado que al acusado le beneficia la
atenuante del artículo 11 N ° 9 del Código Penal, la que debe ser compensada
con la agravante de reincidencia específica.
Indicó, que debe prevalecer la norma del artículo 351 del Código Procesal
Penal, por sobre lo dispuesto en el artículo 74 del Código Penal, considerándose
además para aplicar la pena la mayor extensión del daño sufrido por las víctimas,
quienes quedaron con daño irreparable para el resto de sus vidas.
En relación al hecho N ° 2, refirió que resulta imposible alegar concurso
ideal porque jurídicamente resulta improcedente.
Reiteró que atenida la gravedad de los delitos, la pena más justa es la de
perpetuo calificado.
Por otro lado, la defensa del acusado solicitó, sea rechazada la agravante
prevista en el artículo 12 N ° 16 del Código Penal, dado que la condena que se
registra en su Extracto de Filiación y Antecedentes es del mes de diciembre de
2007. Recordó, que a la fecha de comisión de los delitos que nos convocan, el
acusado estaba cumpliendo el beneficio de la libertad vigilada.
Manifestó, que no se dan los requisitos de la agravante en comento, dado
que se debe interpretar esta circunstancia bajo el estatuto vigente antes de su
modificación, ya que la ley debe regir para el futuro y no con posterioridad, de
157
conformidad con lo dispuesto en el artículo 18 del Código Penal. Agregó, que la
pena no fue efectivamente cumplida, sino suspendida al concedérsele al
condenado el beneficio de la libertad vigilada. A fin de fundamentar su alegación
acompañó copia simple de sentencia del Cuarto Tribunal Oral en lo Penal de
Santiago, de fecha 27 de mayo de 2009, causa RIT 49-2009, RUC 0800393685-7
y un Informe en Derecho de la Defensoría Penal Pública, de fecha 30 de mayo de
2009, efectuándose la lectura de las partes que argumentan su pretensión.
Citó además al profesor Cury, quien señala que las circunstancias
modificatorias de responsabilidad penal no pueden ser alejadas del hecho punible.
Solicitó la aplicación del artículo 74 del Código Penal, atendido que las
penas por separados son menos gravosas para la vida del condenado, a fin de
postular al beneficio de la libertad condicional. Para estos efectos, citó el artículo 3
del Decreto Ley N ° 321 sobre Libertad Condicional.
Indicó, que debe ser considerado en la pena aplicar la disminución de los
hechos de cargo, atendido que el acusado fue absuelto en uno de ellos.
Agregó, que en las penas de presidio perpetuo calificado se puede acceder
al beneficio de la libertad condicional después de 40 años y el simple luego de 20
años. De esta forma, alegó que resulta más beneficioso para su reinserción la
aplicación del artículo 74 del Código Penal.
En este sentido requirió respecto del:
Hecho N ° 1: la aplicación de la pena de doce años de presidio mayor en su
grado medio.
Hecho ° 2: la aplicación del artículo 75 del Código Penal, en atención a que
quedó establecido que Jesús López se valió de la intimidación ejercida en el delito
de robo para la consumación del abuso sexual. Aclaró, que no existieron dos
intimidaciones, ya que una sola intimidación formó un estado. En este sentido,
sostuvo que se debe aplicar la pena mayor asignada al delito más grave, esto es,
presidio mayor en su grado mínimo a máximo -diez años y un día-.
Hecho N ° 3: la aplicación de la pena de tres años y un día.
Hecho N ° 5: la aplicación de la pena de cinco años y un día.
Hecho N ° 6: la aplicación de la pena de cinco años y un día.
En total solicitó se le condene al acusado a la pena de treinta y cinco años y
tres días.
De acuerdo a lo prescrito en el artículo 47 del Código Penal, requirió que su
representado no sea condenado en costas.
Por último, solicitó se conceda una medida de protección a favor de la
integridad del acusado.
158
Octavo: Decisión relativa a las circunstancias modificatorias. Estas
sentenciadoras acogerán la minorante de de colaboración sustancial al
esclarecimiento de los hecho y la agravante prevista en el artículo 12 N ° 16 del
Código Penal.
I.- En cuanto a la atenuante prevista en el artículo 11 N ° 9 del Código
Penal:
De acuerdo con el N ° 9 del artículo 11 del Código Penal, se atenúa la pena
a quien “ha colaborado sustancialmente al esclarecimiento de los hechos”
En este sentido es dable señalar, que esta atenuante fue introducida en el
Código en el mes de mayo del año 2002, por la Ley N ° 19.806 y reemplazó a la
de confesión espontánea, que anteriormente ocupaba su lugar y no se avenía con
el espíritu del nuevo Código Procesal Penal. Es así como la modificación en
comento, se produjo por las necesidades de la Reforma Procesal Penal de
adaptar a la nueva realidad adjetiva -Código Procesal Penal- las disposiciones de
orden sustantivo -Código Penal-.
A lo señalado cabe agregarse, que dentro de las garantías reconocidas a
todo imputado en el nuevo sistema, se encuentra la de guardar silencio,
reforzándola con una concepción de que su declaración constituye un medio de
defensa, conforme lo establece el artículo 98 del Código Procesal Penal, lo que se
diferencia del modelo inquisitivo, en que “la confesión” del procesado era visto
como “la reina de las pruebas”.
Por otro lado, la colaboración puede estar dirigida tanto al “esclarecimiento”
del hecho punible propiamente tal, como a la intervención que en él ha tenido el
sujeto u otras personas cuya participación en él era ignorada hasta ese momento.
Aunque el texto habla de colaborar con la justicia, la contribución puede
efectuarse no sólo ante el tribunal sino, además, ante otras autoridades
encargadas de la investigación.
La colaboración ha de ser sustancial, esto es, no debe limitarse a
proporcionar detalles intrascendentes, sino constituir un aporte efectivo y serio al
éxito de la investigación. En este sentido, según el diccionario de la Real
Academia de la Lengua Española, en cuanto al término sustancial refiere “dícese
de lo esencia y más importante de una cosa”.
A diferencia de la rigidez de la disposición anterior a la reforma, en el actual
texto la clave se encuentra en la exigencia de un aporte del imputado relacionado
con lo más importante o esencial con el proceso que se encuentra en curso. La
exigencia debe entenderse, en una primera aproximación, en función de lo
señalado en el artículo 180 del Código Procesal Penal, del que es posible inferir
que el objeto de la investigación del Ministerio Público es el establecimiento y la
159
averiguación de un hecho, que reviste los caracteres de delito, así como los
partícipes de él. Lo anterior, no significa en todo caso, que se circunscriba la
aplicación de la atenuante, sólo a la etapa de investigación, ya que nada obsta, en
que ésta pueda establecerse a partir de lo obrado, durante la audiencia de juicio,
toda vez que si el imputado, que ha guardado silencio hasta ese momento, lo
rompe para encausar el desarrollo del juzgamiento en la línea correcta, a raíz de lo
cual, en definitiva, los sentenciadores adquieren la convicción sobre quiénes y en
que grado participaron en el delito, podría perfectamente acogerse la atenuante.
En efecto, resulta imprescindible que la colaboración sea esencial, en
términos tales que determine la existencia del hecho punible y sus respectivos
partícipes. El juez debe considerar ciertos elementos a fin de reconocer esta
atenuante, a saber: que, el imputado haya renunciado a su derecho a guardar
silencio, proporcionando toda la información que tenía, narrando por menores de
éste, reconociendo su participación en los hechos; y que, la declaración del
imputado sea decisiva en el esclarecimiento de los hechos, y su posterior
calificación jurídica.
Así las cosas, para acreditar dicha atenuante, estas sentenciadoras
deberán atenerse al menos a dos criterios, esto es, la entrega de antecedentes
relevantes por parte del acusado; y una mayor contribución al grado de convicción,
en la decisión adoptada por el Tribunal.
La interpretación anterior, resulta completamente distinta a aquella que se
realizaba al numeral en comento, con anterioridad a su modificación y en el
sistema inquisitivo, en los que se fundaba la minorante, en que la declaración del
imputado constituía el único antecedente con el cual se podía obtener el
esclarecimiento o reconstrucción de la verdad histórica, utilizando erradamente
aquel criterio denominado supresión mental hipotética, de manera tal, que en el
evento de existir otros medios de prueba, que permitieren acceder a las
circunstancias fácticas acusatorias, la confesión del procesado, resultaba ineficaz.
La actual estructura adjetiva de enjuiciamiento criminal, fundada en un sistema
acusatorio, que como se dijo, establece como garantía fundamental, el derecho a
guardar silencio frente a una imputación penal y otorga la posibilidad de referirse a
ella, en cualquier etapa del procedimiento (artículo 93 del Código Procesal Penal)
supera la interpretación antes expuesta, reemplazándola por una acorde con el
sistema de protección de derechos fundamentales antes señalado.
Finalmente y en lo que dice relación con la minorante de colaboración
sustancial en el esclarecimiento de los hechos, prevista en el numeral noveno del
artículo 11 del Código Penal, este tribunal, procederá a acogerla respecto del
acusado Jesús López Aguilar, atendido que este renunció a su derecho a guardar
160
silencio en el presente juicio oral, oportunidad en que detalló el modo de comisión
de cada uno de los ilícitos signados con los N ° 1, 2, 3, 5 y 6, como asimismo
reconoció su participación en ellos, en la forma que será analizada latamente en la
sentencia definitiva, dado que incluso admitió la manera en que llevó a cabo la
intimidación de cada una de las víctimas y la individualización de las especies
sustraídas, aportando datos relevantes que se han tenido por ciertos, según los
hechos acreditados en el presente juicio, lo cual permite lograr un mayor grado de
convicción en la decisión condenatoria a la que ha arribado este Tribunal.
Al respecto cabe precisar que en el hecho N º 5 resultó de vital importancia
la declaración del acusado, atendido que no depuso en estrados la víctima de
iniciales P.N.M, de forma tal que el lugar, día, hora y dinámica en que ocurrieron
los hechos, las especies sustraídas, la intimidación sufrida por la afectada
resultaron acreditadas con lo depuesto por el imputado en juicio aunado a la
declaración del funcionario policial César Javier Pinto Sánchez.
Asimismo, el acusado prestó su consentimiento en la realización de
diversas diligencias de la investigación, tales como la obtención de su isopado
bucal y el someterse a pericias sicológicas, las que permitieron respectivamente
acreditar su participación en el hecho N ° 1 y efectuar un análisis sobre su
imputabilidad, el que en el siguiente acápite se analizará.
De esta forma, por unanimidad, estas jueces, acogerán respecto del
acusado
Jesús
Patricio
López
Aguilar,
la
circunstancia
minorante
de
responsabilidad penal contemplada en el artículo 11 N ° 9 del Código Penal.
Por otro lado, se desestimará la alegación del señor defensor en torno a
solicitar la calificación de la minorante contemplada en el artículo 11 N º 9 del
Código Penal, atendido que si bien es cierto el imputado se situó el día, hora de
ocurrencia de los hechos en que se ha tenido por acreditada su participación, su
testimonio no resultó del todo acorde con ciertos antecedentes que se han tenido
por ciertos en el presente veredicto, existiendo inconsistencia con la prueba
rendida por el persecutor, lo que impide estimar su aporte al juicio oral como muy
calificado.
II.- Respecto de la circunstancia agravante de responsabilidad penal
contemplada en el artículo 12 N ° 16 del Código Penal:
El artículo 12 N ° 16 del Código Penal dispone que constituye agravante de
responsabilidad penal el “Haber sido condenado el culpable anteriormente por
delito de la misma especie”.
Para estos efectos, el Ministerio Público acompañó:
161
a)
El Extracto de Filiación y Antecedentes del acusado, en el cual
consta que con fecha 10 de diciembre de 2007, el 2 ° Juzgado de
Garantía de Santiago, en causa RIT N ° 7.945/2007, RUC N °
700603042-9, lo condenó a le pena de cuatro años de presidio
menor en su grado máximo, concediéndosele el beneficio de la
libertad vigilada, en calidad de autor de abusos sexuales
reiterados, en grado de desarrollo de consumado.
b)
Copia simple de la sentencia dictada en dicha causa, cuya parte
resolutiva reza, en lo pertinente que se condenó a Jesús Patricio
López Aguilar, a la pena de cuatro años de presidio menor en su
grado máximo y a la accesoria de inhabilitación absoluta perpetua
para derechos políticos y la de inhabilitación absoluta para cargos
y oficios públicos durante el tiempo de la condena y a las
inhabilidades del artículo 372 del Código Penal, en particular a la
sujeción a la vigilancia de autoridad durante los diez años
siguientes al cumplimiento de la pena principal, como autor de los
delitos de abuso sexual de mayor de catorce años reiterados, en
grado de desarrollo consumado, hechos cometidos con fecha 23
de abril, 6 de agosto y 8 de agosto de 2007, en las personas de
las menores de iniciales M.N.V.G., D.M.C.C. y C.T.V.C., en la
comuna de Quilicura. Además, se resolvió que cumpliéndose los
requisitos del artículo 15 de la Ley N ° 18.216, la concesión del
beneficio de la libertad vigilada, debiendo quedar sujeto al control
de Gendarmería por el término de la condena. Indicó, asimismo
que en el evento que el beneficio le fuera revocado y tuviera que
cumplir efectivamente la pena impuesta le servirá de abono el
tiempo que ha permanecido ininterrumpidamente privado de
libertad con ocasión de esta causa entre el 8 de agosto y el 10 de
diciembre de 2007.
c)
Oficio de Gendarmería de Chile de fecha 5 de agosto de 2009, en
el cual se informa que Jesús Patricio López Aguilar ingresó al
sistema de libertad vigilada del adulto con fecha 14 de enero de
2008 debiendo egresar el día 14 de enero de 2012. Agregó, que el
acusado presentó adecuado cumplimiento, tanto en controles a
CRS, en su participación en talleres en el área de la
comunicación, como en el apoyo manifiesto por parte de su
entorno familiar. Precisó, que en el imputado se evidenció
actitudes apropiadas y ajustadas al contexto de la medida, unido a
162
una apertura y cooperación al plan de intervención propuesto en
su caso. Señaló, que la última fecha de control en el CRS fue el
26 de mayo de 2008.
En este orden de ideas, señala el profesor Cury que la expresión “especie”
debe entenderse en el sentido de naturaleza o esencia, pues, de acuerdo con la
interpretación que usualmente se otorga a la agravante de reincidencia específica,
ella encontraría justificación en una tendencia del sujeto a profesionalizar su
actividad delictiva, incurriendo siempre en infracciones de la misma índole.
Agrega,
que
como
la
naturaleza
de
los
hechos punibles
se
deduce
fundamentalmente de su objeto jurídico, el criterio prevalente considera que, en
principio son de la misma especie cuando los tipos correspondientes tienen por
objeto la protección del mismo bien jurídico. Asimismo, indica que la identidad de
especie o naturaleza también depende de la forma que adopte el ataque.
(Derecho Penal, Parte General, Enrique Cury Urzúa, Ediciones Universidad
Católica de Chile, octava edición, septiembre de 2005, págs. 511 y 512)
De lo señalado precedentemente es dable colegir que los delitos de abuso
sexual reiterado, por los cuales fue condenado con fecha 10 de diciembre de
2007, resultan ser de la misma especie que los de robo con violación y abusos
sexuales, ilícitos que se han tenido por cierto en el presente juicio oral, atendido
que todos ellos protegen la libertad y esfera de la sexualidad de las afectadas,
según se ha explicitado al efectuar el análisis de los tipos penales en comento.
A este respecto cabe precisar que la agravante en comento, sólo será
acogida en relación a los delitos de robo con violación y abuso sexual,
desechándose su configuración en relación al de robo con intimidación.
De esta forma, estas sentenciadores acogerán respecto del acusado López
Aguilar la aplicación de la agravante prevista en el artículo 12 N° 16 del Código
Penal, pues fue condenado antes de los hechos por los que se les juzga por
ilícitos reiterados de abuso sexual, por lo que no cabe duda que son delitos de la
misma especie, sea cual sea la teoría que se siga al respecto, pues afectan los
mismos bienes jurídicos en uno y otro caso, siendo procedente la aplicación de la
reincidencia específica del artículo 12 N ° 16 del Código Penal, acogiéndose en tal
sentido la petición fiscal.
Cabe indicar que la tesis de no aplicar la agravante de reincidencia
específica fundada en la idea que a la fecha de la condena que sirve de base para
su aplicación no estaba vigente la modificación de la Ley N ° 20.253, de manera
tal que no podría perjudicarle tal reforma, no es acogida por este Tribunal, pues la
referida normativa fue publicada el 14 de marzo de 2008, con posterioridad a la
fecha de ocurrencia de los hechos que motivan la presente causa. De esta forma,
163
la modificación en comento implica para su aplicación que el encausado tenga una
condena, se encuentre o no cumplida, salvándose de esta forma, una
interpretación jurisprudencial y doctrinal que exigía la purga efectiva de la pena,
fundamentándose además en una menor rigurosidad o exigibilidad de los
requisitos exigidos para su configuración. Ahora bien, en ese contexto rige tal
exigencia para los sujetos que cometan el ilícito a partir del 14 de marzo de 2008,
que justamente es lo que acontece con López Aguilar, pues la comisión de los
delitos a los cuales ha sido condenado fueron los días 16 de abril -abuso sexual-,
29 de mayo -abuso sexual- y 9 de junio de 2008 -robo con violación-. En efecto, el
artículo 18 del Código Penal impide una aplicación retroactiva de la ley penal, de
manera tal que una interpretación en contrario no se condice con la normativa
penal y constitucional vigente en la materia y con el fundamento o ratio legis de la
modificación en comento, dado que ésta radica en una menor exigibilidad de
presupuestos fácticos a cumplir, lo que implicó que se eliminó por la Ley N °
20.253, que las condenas anteriores de los sujetos tengan que estar cumplidas en
forma efectiva.
En este mismo orden de ideas reza el artículo 11 de la Constitución Política
del Estado al señalar que “Nadie puede ser condenado si no es juzgado
legalmente y en virtud de una ley promulgada antes del hecho sobre que recae el
juicio”. Confirmándolo, el inciso 1 ° del artículo 18 del Código Penal, el que
dispone que “Ningún delito se castigará con otra pena que la que señale una ley
promulgada con anterioridad a su perpetración”.
Por consiguiente, el principio básico en esta materia, es que un hecho debe
ser juzgado criminalmente de acuerdo con la ley penal vigente en el tiempo de su
realización, situación que se configura a cabalidad en el presente caso a analizar,
toda vez que los hechos acontecieron los días 16 de abril -abuso sexual-, 29 de
mayo -abuso sexual- y 9 de junio de 2008 -robo con violación-, con posterioridad a
la entrada en vigencia de la Ley N ° 20.253, esto es después del 14 de marzo de
2008.
En consecuencia es el momento en que se perpetró el hecho, esto es, los
días 16 de abril -abuso sexual-, 29 de mayo -abuso sexual- y 9 de junio de 2008 robo con violación-, los que determinarán, en principio, la ley penal aplicable. De
esta forma, estas jueces no pueden desconocer la existencia de la nueva ley, la
que regía un mes antes de cometerse el primer delito materia de la presente
causa.
164
Noveno: Determinación de la pena.
Antes de efectuar, el análisis de lo que acontecerá en la especie respecto a
la pena aplicar y dado que el señor Fiscal ha postulado en la audiencia del artículo
343 del Código Procesal Penal, que la sanción a aplicar debe estar acorde con la
prevención especial y general, de forma tal que se dé una señal a la sociedad, de
que estos hechos no vuelvan a repetirse en el país”, deben efectuarse algunas
precisiones al respecto, de acuerdo a lo que se indicará a continuación.
Si bien es cierto existen numerosas teorías que tienden a explicar la
naturaleza y fin de la pena entre las cuales se encuentran las absolutas
(entendidas como la retribución o expiación), relativas (prevención especial y
general –negativa y positiva-) y las unitarias.
Concordamos en este sentido, con lo expresado por el profesor Cury, en el
libro antes citado, página 76, al expresar que “la pena tiene por finalidad primordial
la prevención general (positiva) mediante la amenaza de que quien infrinja
determinados mandatos o prohibiciones del derecho, lesionando o poniendo en
peligro un bien jurídico, sufrirá un mal que podrá exceder del injusto culpable en
que incurrió y cuya ejecución debe procurar, en la medida de lo posible, evitar
perturbaciones accesorias de su desarrollo personal y su capacidad de reinserción
en la convivencia pacífica”
Por otro lado, el criterio retributivo constituye, el límite principal a los
posibles excesos de la prevención general. Indica Cury, “Para que esta última sea
eficaz, en verdad, es indispensable que el castigo sea racionalmente adecuado a
la magnitud del injusto culpable. Por eso, todo intento de acentuar la prevención
general exasperando las penas está condenada al fracaso”. Agrega, “Para los
efectos de la determinación del límite superior del castigo el hombre debe tratar al
hombre como si fuera libre y la sanción no debe superar a la que se le impondrá si
él se hubiera decidido voluntariamente a quebrantar la norma. Frente a esta
exigencia, que es una consecuencia de las bases materiales sobre las que
descansa el Estado Democrático de Derecho, pasan a un segundo plano las
consideraciones sobre seguridad ciudadana y preservación del orden público
pudieran aconsejar una pena superior y también las relativas a la necesidad de
resocializar al hechor”. Señala, que “La proporcionalidad entre la culpabilidad y el
castigo sólo debe tomarse en cuenta para fijar el límite máximo de éste”.
De esta forma, resulta sesgado sostener que el fin de la pena dice única y
exclusivamente relación con dar señales a la sociedad respecto a la valorización y
respeto de ciertos bienes jurídicos, ya que esta postura deja de lado conceptos
tales como que “el castigo debe ser racional a la magnitud del injusto culpable” y
en consecuencia existir una relación de “proporcionalidad entre la culpabilidad y el
165
castigo”, respetando sin lugar a dudas los límites que determina la dignidad
humana del imputado, protegiéndolo contra los efectos desocializadores de la
misma. Todo lo anterior, resulta una manifestación de entender el Derecho Penal
como instrumento al servicio de la comunidad para limitar el ejercicio del ius
puniendi estatal, entendida como la facultad del Estado de perseguir y castigar
conductas, a través de la consagración de principios básicos que concretizan tal
finalidad.
De acuerdo a lo expuesto en los considerandos que anteceden queda de
manifiesto que se ha condenado a Jesús López Aguilar, en calidad de autor de un
delito de robo con violación, dos de abuso sexual y tres de robo con intimidación,
de manera tal que se requerirá en primer término analizar los títulos de castigo que
nuestro ordenamiento jurídico dispone para cada uno de estos ilícitos.
De acuerdo a lo previsto en el artículo 433 N ° 1 del Código Penal, el delito
de robo con violación tiene asignada la pena de presidio mayor en su grado medio
-10 años y un día- a presidio perpetuo calificado.
Por otro lado, según lo prescrito en el artículo 436 inciso primero del Código
Penal, el delito de robo con intimidación lleva aparejada la sanción de presidio
mayor en su grado mínimo a máximo -cinco años y un día a veinte años-.
Por último, la pena del delito de abuso sexual se encuentra establecida en
el artículo 366 del Código Penal, el que prescribe que el autor será castigado con
presidio menor en su grado máximo -tres años y un día a cinco añosConcurriendo respecto del acusado una circunstancia minorante de
responsabilidad -colaboración sustancial al esclarecimiento de los hechos- y una
agravante respecto del delito de robo con violación y los dos de abuso sexual artículo 12 N ° 16 del Código Penal-, estas sentenciadoras harán su
compensación racional para la aplicación de la pena, graduando el valor de unas y
otras, de conformidad a lo dispuesto en el inciso final del artículo 68 y 67 del texto
legal citado. Al respecto cabe precisar que esto no es una compensación
matemática, sino racional de forma tal que atendido la intensidad de la agravante
de responsabilidad penal prevista en el artículo 12 N ° 16 del Código Penal, en
atención a que el acusado con fecha 10 de diciembre de 2007 fue condenado en
calidad de autor de tres delitos de abuso sexual, se tendrá además en cuenta para
los efectos de recorrer el grado dentro de dicha pena, por sobre la minorante antes
referida.
Asimismo, en relación a los tres delitos de robo con intimidación este
Tribunal, sólo ha tenido por cierto la existencia de la minorante de responsabilidad
penal contemplada en el artículo 11 N ° 9 del Código Penal, de forma tal que al
aplicar la pena habrá que estarse a lo dispuesto en el artículo 68 inciso segundo
166
del referido cuerpo legal, esto es, resultará vedado aplicar el máximo de su
sanción.
Una vez sentado lo anterior, cabe dilucidar si resulta más conveniente para
el acusado la aplicación de lo dispuesto en el artículo 351 del Código Procesal
Penal o lo previsto en el artículo 74 del Código Penal.
A efectos de precisar es dable señalar que los delitos de robo con
intimidación y abuso sexual no resultan ser de la misma especie, atendido que no
atentan contra el mismo bien jurídico.
En este sentido, el artículo 351 inciso segundo del Código Procesal Penal
dispone que “Si por la naturaleza de las diversas infracciones, éstas no pudieren
estimarse como un solo delito, el tribunal aplicará la pena señalada a aquella que,
considerada aisladamente, con las circunstancias del caso, tuviere asignada una
pena mayor, aumentándola en uno o dos grado, según fuere el número de delitos”.
En este orden de ideas y de acuerdo a lo expuesto con antelación, resulta
clarísimo que el delito que tiene asignada una pena mayor es el de robo con
violación, de esta forma atendido el número de ilícitos que se han tenido por
ciertos en esta sentencia, estas magistrados se encuentran facultadas para
aumentar la misma en uno o dos grados.
Por otro lado, a fin de efectuar una comparación con lo previsto en el
artículo 74 inciso primero del Código Penal, el que dispone que “Al culpable de
dos o más delitos se le impondrán todas las penas correspondientes a las diversas
infracciones, cabe precisar que de acuerdo a las circunstancias modificatorias que
concurren y a la mayor extensión de mal causado, de conformidad con lo previsto
en el artículo 69 del Código Penal, nos encontraríamos en las siguientes hipótesis
de:
-
Tres penas de presidio mayor en su grado mínimo, esto es, de
cinco años y un día, -quince años y tres días- en calidad de autor
de tres delitos de robo con intimidación-;
-
Dos penas de presidio menor en su grado máximo, esto es, de
cuatro años, -ocho años- en calidad de autor de dos delitos de
abuso sexual, en atención a la entidad de la agravante de
responsabilidad penal contemplada en el artículo 12 N ° 16 del
Código Penal, unido al real daño causado a las afectadas de
iniciales C.A.D.C. ( de catorce años de edad) y G.P.C.V. (de
dieciocho años de edad), antecedentes que se han tenido por
ciertos a la hora de analizar el testimonio de las propias víctimas
antes individualizadas y de sus padres Luis Carlos Duffe Ulloa y
Cristián Clavería Rodríguez. Además, estas sentenciadoras
167
pudieron apreciar a través del principio de la inmediación, la real
afectación que tuvo la menor de iniciales C.A.D.C. al momento de
relatar los hechos de que fue víctima; y
-
Una pena de presidio perpetuo simple en calidad de autor de un
delito de robo con violación. En relación a este ilícito estas
magistrados han arribado a tal pena, teniendo para ello presente
que en estos hechos la afectada es una menor, a la sazón de 17
años de edad, quien por su propia decisión no tenía experiencia
sexual, atendido lo depuesto por el perito del Servicio Médico
Legal, doctor Andrés Acosta Acevedo, unido a la dinámica en que
se desarrollo este ilícito, caracterizado por un acometimiento
violento, agresivo de parte del acusado, no conformándose sólo
con haberla obligado a practicarle sexo oral, sino que además la
compelió a que se tragara su semen, para luego introducirle los
dedos en su vagina y posterior penetración vía anal, hechos
luctuosos que aumentan categóricamente la esfera de afectación
del bien jurídico libertad sexual, previo haberle realizado amenazas
serias de atentar contra su vida. Cabe agregar que este ilícito
cometido por el acusado repugna la condición humana, en atención
a que se quebrantaron bienes jurídicos altamente valorados por el
derecho, lo que trae consecuencialmente aparejado un daño
evidente que no sólo puede ser apreciable en la actualidad, sino
que perdurará durante toda su vida, circunstancias que no sólo se
encuentran acreditadas en juicio con lo depuesto por la propia
afectada, su madre y su tía, sino que además es dable de colegir a
través de las máximas de experiencia y de la propia percepción,
basado en el principio de la inmediación, tuvieron estas
sentenciadoras al momentos en que la afectada depuso en
estrados.
De esta forma, según lo dispuesto en el artículo 74 inciso segundo del
Código Penal, la sanción probable sería una pena de presidio perpetuo simple,
tres de cinco años y un día de presidio mayor en su grado mínimo y dos penas de
cuatro años de presidio menor en su grado máximo -lo que en total suman aparte
del presidio perpetuo simple, veinticuatro años y tres días-, sanciones superiores a
la que resulta aplicándose el artículo 351 inciso segundo del Código Procesal
Penal.
A mayor abundamiento, resulta improcedente en la especie dar aplicación a
lo dispuesto en el artículo 74 del Código Penal, teniendo en cuenta la decisión de
168
condena relativa al delito de delito de robo con violación, toda vez que sería
imposible cumplir la totalidad de las penas en un orden sucesivo, principiando por
la más grave como dicha norma lo indica, toda vez que tendría que cumplirse en
un primer término la de presidio perpetuo simple, haciendo ilusoria la ejecución de
las condenas restantes.
En este orden de ideas, estas magistrados optarán por aplicar lo previsto en
el artículo 351 inciso primero del Código Procesal Penal, concluyéndose que la
sanción a la que será acreedor López Aguilar es la de presidio perpetuo calificado.
A fin de explicitar lo anterior, cabe tener presente lo dispuesto en el artículo
77 inciso segundo del Código Penal, el que prescribe “Si no hubiere pena superior
en la escala gradual respectiva se impondrá el presidio perpetuo. Sin embargo,
cuando se tratare de la escala número 1 prevista en el artículo 59, se impondrá el
presidio perpetuo calificado”.
En ese contexto, dado que la pena asignada al delito más grave, atendidas
las circunstancias del caso, resulta ser la de robo con violación, aplicando la
norma prevista en los artículos 77 inciso segundo del Código Penal en relación
con el artículo 351 inciso segundo del Código Procesal Penal, se aumentará en un
grado, encontrándonos por tanto, en la pena máxima establecida por nuestra
legislación.
Atendido lo razonado precedentemente se desestimará la alegación de la
defensa en torno a la pena requerida para su representado, como asimismo la
consideración en relación al hecho N ° 2 del artículo 75 del Código Penal, en
atención a que la conducta del acusado atentó contra dos bienes jurídicos de
distinta naturaleza, por el cual ejecutó acciones diversas para vulnerarlos, unido a
la imposibilidad de sostener que uno de estos ilícitos fue el medio necesario para
cometer el otro, teniendo en cuenta que, de acuerdo a los presupuestos fácticos
acreditados por estas sentenciadoras en relación a este hecho N ° 2, el acusado
agotó primero el tipo penal de robo con intimidación, exigiendo la entrega de las
especies, a lo que la víctima accedió, para posteriormente realizar actos de
significación y relevancia sexual en contra de la afectada, existiendo una clara
distinción de acciones, todo lo cual hace desechar la interpretación de un concurso
medial como lo sostuvo la defensa del acusado.
Por último, estas sentenciadoras además han tenido en consideración para
los efectos de determinar la pena, los dichos de la perito Marie Claudette Oliva
Larroucau, quien expresó respecto del imputado que dada su inteligencia normal
superior fue capaz de planificar los hechos delictivos, manipulando el sistema de
libertad vigilada en el cual se encontraba inserto con ocasión de la condena
previa, manifestando incluso que lo hacía con satisfacción. Asimismo refirió su
169
nula empatía con las víctimas, sin que existiera algún tipo de resonancia
emocional, teniendo una visión de las afectadas como un mero dato o un medio
para la satisfacción del placer que sentía al cometer los delitos. Agregó, que el
acusado necesita delinquir para demostrar su inteligencia y el profesionalismo al
transgredir las normas y evitar el control formal, viviendo en un estado permanente
de estimulación al cometer los hechos ilícitos. Depuso que los delitos que cometía
iban en escalada en cuanto a su gravedad, encontrándose el acusado plenamente
consciente de ello, concluyendo que de acuerdo al tipo de personalidad podía
llegar a conductas tales como la tortura, descuartizamiento, entre otros. Precisó,
que los rasgos narcisitas y antisociales revelan que el acusado es una persona
que se sitúa sobre el resto, no se ajusta a la sociedad, miente, manipula, es frío
emocionalmente, no siente culpa, ni remordimiento por sus hechos, dado que
relativiza la moral y las normas sociales. Explicó, que de acuerdo a la escala
PCLR Jesús López Aguilar cumple con los criterios para ser considerado un
psicópata, lo que como se ha dicho no implica que sea inimputable, sino que tiene
la necesidad de utilizar y manipular a las demás personas y a la sociedad en
general con el objeto de satisfacer sus propios fines. Afirmó, que existen severas
dificultades de tratamiento, dado que resulta ser refractario al aprendizaje, en el
sentido que no tiene emoción y sin ella la persona no puede cambiar. Puntualizó,
que lo que está vinculado a la capacidad de reinsertarse es el aprendizaje de la
experiencia. Agregó, que la emoción puede lograr el aprendizaje, lo que no logró
advertir en el periciado. Afirmó, que si una persona tiene nula la capacidad de
sentir, su capacidad de aprendizaje también es nula. Concluyó, que esta persona
no es capaz de reinsertarse en la sociedad, entonces se pregunta qué finalidad
puede tener para él la reclusión, unido a que este tipo de personas logran tener
una conducta impecable dentro del recinto penitenciario, lo que implica que
pueden salir antes del tiempo que les corresponde.
Son todas estas consideraciones las que llevan a estas magistrados por
unanimidad a condenar al acusado a la pena más alta existente en nuestra
legislación penal.
Décimo: Beneficios alternativos. No cumpliendo el acusado con el
requisitos de base -temporal- de la ley N° 18. 216, atendida la extensión de la
pena privativa de libertad que se le impondrá, no se le concederá ninguno de los
beneficios alternativos contemplados en dicha normativa, debiendo cumplir la
pena impuesta en forma efectiva, sirviéndole, en todo caso, como abono los días
que ha permanecido ininterrumpidamente privados de libertad por la presente
causa, tal como se señalará en la parte resolutiva de la presente sentencia.
170
Undécimo: Decisión sobre costas. Se eximirá al acusado del pago de las
costas de la causa, atendida la facultad que el inciso final del artículo 47 del
Código Procesal Penal confiere al Tribunal del Juicio Oral en lo Penal, teniendo en
consideración que se ha encontrado ininterrumpidamente privado de libertad,
según lo dispuesto además en los artículos 593 y 600 del Código Orgánico de
Tribunales.
Por estas consideraciones y visto, además, lo dispuesto en los artículos 1,
3, 7, 10, 11, 14, 15, 18, 21, 27, 32 bis, 47, 50, 51, 59, 68, 74, 361, 366, 432, 433 y
439 del Código Penal; artículos 1, 45, 46, 47, 52, 275, 281, 295, 296, 297, 306,
307, 309, 310, 314, 315, 319, 323, 325, 328, 329, 330, 332, 333, 338, 339, 340,
341, 342, 343 y 348 del Código Procesal Penal; artículo 14 del Pacto Internacional
de Derechos Civiles y Políticos y artículos 8° y 9° de la Convención Americana
sobre Derechos Humanos, se decide:
I.
Que se condena al acusado Jesús Patricio López Aguilar, ya
individualizado, en calidad de autor directo de un delito de robo
con violación en la persona de la menor de iniciales M.J.F.S.,
previsto y sancionado en el artículo 433 N° 1 en relación con los
artículos 361 N° 1, 432, 436 y 439 todos del Código Penal,
perpetrado en la comuna de Las Condes de esta ciudad, el día 9
de junio de 2008; de los delitos de robo con intimidación y
abuso sexual en la persona menor de edad de iniciales C.A.D.C.,
previsto y sancionado en el artículo 436 inciso segundo en
relación con los artículos 432, 436, 439 y artículo 366
complementado con los artículos 366 ter y 361 N° 1 todos del
Código Penal, perpetrado en la comuna de Las Condes de esta
ciudad, el día 16 de abril de 2008; de un delito de abuso sexual
en la persona de iniciales G.P.C.V., previsto y sancionado en el
artículo 366 en relación con los artículos 361 N° 1 y 366 ter todos
del Código Penal, perpetrado en la comuna de Las Condes de
esta ciudad, el día 29 de mayo de 2008; de un delito de robo
con intimidación en la persona menor de edad de iniciales
P.N.M., previsto y sancionado en el artículo 436 inciso segundo
en relación con los artículos 432, 436 y 439 todos del Código
Penal, perpetrado en la comuna de Las Condes de esta ciudad, el
día 22 de mayo de 2008; y de un delito de robo con
intimidación en la persona menor de edad de iniciales M.R.E.C.,
previsto y sancionado en el artículo 436 inciso segundo en
171
relación con los artículos 432, 436 y 439 todos del Código Penal,
perpetrado en la comuna de Las Condes de esta ciudad, el día 22
de abril de 2008, a la pena única de presidio perpetuo
calificado y a las accesorias de inhabilitación absoluta perpetua
para cargos y oficios públicos y derechos políticos por el tiempo
de la vida del penado.
II.
Que atendido lo dispuesto en el artículo 372 del Código Penal, se
condena a Jesús Patricio López Aguilar, a la pena de interdicción
del derecho de ejercer la guarda y ser oído como pariente en los
casos que la ley designa, y de sujeción a la vigilancia de la
autoridad durante los diez años siguientes al cumplimiento de la
pena principal, debiendo una vez cumplida ésta, informar al 4°
Juzgado de Garantía de Santiago su domicilio, a fin de que dicho
tribunal oficie a la correspondiente unidad policial, a objeto que se
efectúe el control previsto en el artículo 372 del Código Penal,
bajo el apercibimiento de lo señalado en dicha norma legal.
III.
Que se absuelve a Jesús Patricio López Aguilar de los cargos
formulados en calidad de autor de los delitos de robo con
intimidación y abuso sexual en la persona menor de edad de
iniciales K.A.M.V., previsto y sancionado en el artículo 436 inciso
segundo en relación con los artículos 432, 436, 439 y artículo 366
complementado con los artículos 366 ter y 361 N° 1 todos del
Código Penal, perpetrado en la comuna de Las Condes de esta
ciudad, el día 29 de febrero de 2008.
IV.
Que en atención a lo razonado en el considerando Décimo de la
presente sentencia, no se le concede al acusado López Aguilar
ninguno de los beneficios alternativos de la Ley N° 18.216,
debiendo cumplir la pena privativa de libertad en forma real y
efectiva, sirviéndoles de abonos los días que ha estado
ininterrumpidamente privado de libertad por la presente causa,
esto es, desde el día 30 de junio de 2008 hasta la fecha en que
quede ejecutoriada la presente sentencia, todo lo anterior, según
se desprende del auto de apertura de juicio oral remitido a este
tribunal por el 4° Juzgado de Garantía de Santiago y a la
información obtenida del sistema informático SIAGJ.
V.
Que se decreta el comiso de todas las especies incautadas las
que actualmente se encuentran en poder del Ministerio Público.
VI.
Que se exime al acusado López Aguilar del pago de las costas de
172
la causa, atendido los argumentos señalados en el considerando
Undécimo de la presente sentencia.
VII.
Atendido que
de los antecedentes incorporados por los
intervinientes en la audiencia especial de determinación de pena,
consta en su Extracto de Filiación y Antecedentes que el 2°
Juzgado de Garantía de Santiago, con fecha 10 de diciembre de
2007, en los autos RIT N° 7.945-2007, RUC N° 0700603042-9,
dictó sentencia en procedimiento abreviado en contra de Jesús
Patricio López Aguilar, en calidad de autor de delitos reiterados de
abuso sexual, condenándosele a la pena de cuatro años de
presidio menor en su grado máximo, con el beneficio alternativo
de la libertad vigilada por el mismo periodo, se ordena que una
vez ejecutoriada la presente sentencia, se oficie a dicho Tribunal
de Garantía para los efectos de lo dispuesto en el artículo 26° de
la Ley N ° 18.216.
VIII.
Que atendido lo expresado durante la audiencia de juicio oral por
la perito psicóloga Marie Claudette Oliva Larroucau en relación al
tipo de personalidad del acusado López Aguilar, del cual se
advierte un riesgo latente de que éste atente contra su propia vida
y como medida de protección acorde a lo dispuesto en el artículo
10 del Código Procesal Penal, se ordena su traslado inmediato
a las dependencias de la Cárcel de Alta Seguridad de Santiago,
como asimismo, se le sujete a un plan de intervención
individual con evaluación y tratamiento de su conducta, de
conformidad a los programas internos que maneja dicha
institución. Ofíciese en este acto a Gendarmería de Chile para el
cumplimiento de lo ordenado.
IX.
Atendido lo dispuesto en el artículo 17 de la Ley N ° 19.970 en
relación con el artículo 40 del Reglamento del referido cuerpo
legal, se ordena en este acto la determinación de la huella
genética del acusado Jesús Patricio López Aguilar, si éstas no se
hubieren realizado con anterioridad, la que se llevará a efecto a
partir del procedimiento contemplado en la referida Ley y el
Reglamento aludido, incluyéndose una vez ejecutoriada la
presente sentencia, en el Sistema Nacional de Registro de
Condenados creado por dicha normativa.
X.
Devuélvase a los intervinientes, en su oportunidad, las pruebas y
elementos incorporados a la audiencia de juicio oral. Asimismo,
173
ejecutoriada la presente sentencia, ofíciese al 4° Juzgado de
Garantía de Santiago, remitiéndose copia íntegra y autorizada de
la misma y su certificado de ejecutoria, a objeto de dar
cumplimiento a lo resuelto en ella; cúmplase, asimismo, con lo
preceptuado en el artículo 468 del Código Procesal Penal y
artículo 113 del Código Orgánico de Tribunales.
XI.
La Unidad de Causas y Sala del Tercer Tribunal de Juicio Oral en
lo Penal de Santiago, velará por el estricto cumplimiento del
artículo 10 de la Ley N ° 20.285, y del acta N ° 72-2009 de la
Excma. Corte Suprema, en lo relativo a la publicidad de la
presente sentencia.
Regístrese y notifíquese.
Sentencia redactada por la Magistrado doña Verónica Sabaj Escudero.
RUC: 0800514012-K.RIT: 208-2009.-
Pronunciada por el Tercer Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de la ciudad
de Santiago, integrada por las Magistrados titulares doña Eleonora Domínguez
Dellepiane, presidente de sala, doña Verónica Sabaj Escudero, en calidad de
redactora y doña Olga Fernández Berardi, como integrante.
174
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