La formación de las lenguas en España

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Formación de las lenguas de España
Las variedades geográficas del castellano
12/11/2001
Curso 2001−02
Asignatura: Castellano
Profesora:
Formación de las lenguas de España
Orígenes de las lenguas de España
En la península ibérica se hablaban diferentes lenguas que fueron desapareciendo (con excepción de la lengua
vasca) a medida que los romanos fueron imponiendo el latín.
Los romanos invaden la Península el 218 i la romanizan, imponiendo como lengua la modalidad de latín
vulgar. Más tarde, a partir del año 409, es invadida por los pueblos germánicos, pero la lengua latina no sufre
cambios profundos, sino que sólo incorpora términos de la las lenguas germánicas. Sin embargo, a causa de la
decadencia que sufre el Imperio Romano, el latín empieza a perder su unidad y nacen los dialectos romances.
A partir del año 711 los árabes conquistan casi toda la Península, y la consecuente Reconquista propicia la
distinta evolución del latín en cada zona y, por tanto, el nacimiento de los dialectos romances, que fueron:
catalán, navarro−aragonés, castellano, asturleonés, gallego y mozárabe.
Dichos romances recibieron muchos préstamos llamados arabismos, ya que el período de influencia de la
cultura y lengua árabe fue bastante largo.
Con el paso del tiempo, los romances catalán, gallego y castellano se constituyeron en lenguas. En cambio, el
astur−leonés y el navarro−aragonés o aragonés son dialectos históricos del latín que quedaron reducidos al
habla familiar.
Gracias a las jarchas sabemos que en los territorios del sur ocupados por los árabes, el latín evolucionó entre
las gentes cristianas (mozárabes) que vivían allí y se formó el dialecto mozárabe, que acabó desapareciendo
con la Reconquista.
El castellano
La lengua castellana surgió de la evolución que experimentó el latín vulgar en el condado de Castilla.
Las primeras palabras escritas en castellano aparecen en unos manuscritos latinos del siglo X de los
monasterios San Millán de Cogolla y Santo Domingo de Silos. En ellos se encuentran unas anotaciones
llamadas glosas que traducían palabras o breves fragmentos para facilitar la lectura a quienes ya no entendían
bien el latín.
Entre los siglos XII y XIII el castellano fue expansionándose con el avance de la Reconquista . Al terminar
ésta el 1492, se expansiona también por América.
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A lo largo de la Edad Media se convirtió en el vehículo de expresión de los textos literarios, históricos,
científicos y jurídicos.
En el siglo XIII, autores de diversas culturas (árabe, judía y cristiana), bajo la supervisión de Alfonso X el
Sabio, escribían y traducían obras, cosa que contribuyó eficazmente a la consolidación y enriquecimiento del
castellano.
En el siglo XV entra en España el Humanismo y con él, entre otros prestigiosos escritores, el gran humanista
Elio Antonio de Nebrija, quien confiere definitivamente al castellano el rango de lengua reconocida con la
primera Gramática castellana (1492).
A partir del siglo XVI el castellano, ya denominado también español, se consideró apto para sustituir al latín
para la divulgación del pensamiento científico. Entraron en el idioma gran cantidad de cultismos procedentes
del latín y del griego que enriquecieron notablemente el léxico. La literatura alcanzó las máximas cotas de
esplendor en estos llamados Siglos de Oro con autores como Garcilaso de la Vega, Fray Luis de León, Santa
Teresa de Jesús, Miguel de Cervantes, Luis de Góngora, Francisco Quevedo, Lope de Vega o Calderón de la
Barca.
En 1713 se fundó la Real Academia Española con el fin de preservar la pureza del idioma. Se realizan
reformas ortográficas, se evita la excesiva influencia de los galicismos y, a partir de la publicación del
Diccionario de Autoridades (1726−1739), la Ortografía (1741) y la Gramática (1771), las continuas
impresiones de diccionarios, ortografías y gramáticas.
A partir del siglo XIX una serie de factores contribuyen a nivelar las variedades de la lengua española: la
mejora de las comunicaciones, el proceso de industrialización, la implantación de la enseñanza obligatoria, la
prestigiosa obra literaria, y la influencia de los medios de comunicación de masas.
La expansión del uso del español ha propiciado la creación de academias de la lengua en otros países de habla
hispana que, actualmente, trabajan conjuntamente con la Academia Española.
El castellano, además de ser lengua oficial en España, también lo es en Argentina, Chile, Uruguay, Paraguay,
Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela, Panamá, Costa Rica, El Salvador, Nicaragua, Guatemala,
Honduras, México, República Dominicana y Cuba. En Puerto Rico es lengua cooficial con el inglés. Se habla
también en Estados Unidos, en las Islas Filipinas, en algunas zonas de África y en los lugares donde viven
actualmente los judíos sefardíes: zonas de los Balcanes, Turquía e Israel.
Las variedades geográficas del castellano
Los dialectos o hablas septentrionales
Las hablas septentrionales, más conservadoras, abarcan principalmente las tierras castellanas por tradición y
las que se extienden también por los territorios que habían ocupado los dialectos históricos del latín.
El habla de las tierras castellanas por tradición se caracteriza por el uso del leísmo, laísmo y loísmo, la
pronunciación de la −d final como −z, la aparición de una −s en la segunda persona del singular del pretérito
perfecto y el uso del infinitivo para la segunda persona del plural del imperativo.
En el castellano que se expansionó hacia el este lo más destacable son los rasgos aragoneses como la
entonación ascendente de la frase y la tendencia a alargar la última vocal, el uso de los pronombres precedidos
de preposición, el uso del sufijo diminutivo −ico y el abundante uso de la partícula pues.
En el que se expansionó por el territorio leonés, y sobretodo en Asturias, aparecen los rasgos del antiguo
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dialecto leonés: la tendencia a cerrar las vocales finales, los diminutivos en −ín/−ina y el uso del pretérito
perfecto simple en vez del perfecto compuesto.
Los dialectos históricos: el aragonés y el astur−leonés
Se conservan en algunas zonas de Aragón y del antiguo reino de León los dialectos históricos aragonés y
astur−leonés, aunque han quedado reducidos a un conjunto de hablas influidas por la presencia del castellano.
El dialecto aragonés ha quedado restringido a las hablas de algunos valles del Pirineo, y el astur−leonés se
ubica en el antiguo reino de León, con más vitalidad en las bables de Asturias y con sólo una ligera presencia
de leonesismos en el resto del reino leonés.
Los dialectos meridionales
Los dialectos meridionales son el resultado del castellano que se extendió hacia el sur de la Península y
América.
El andaluz es el habla más diferenciada. Presenta un área oriental donde se tiende a abrir las vocales finales de
palabra como consecuencia de la pérdida de la −s final y otra occidental donde se sustituye vosotros por
ustedes. El dialecto andaluz también distingue entre una zona ceceante y otra seseante. También en el léxico
se producen diferencias entre el área oriental y occidental.
El extremeño se caracteriza por la aspiración generalizada, el yeísmo, la mezcla de leonesismos en la
morfosintaxis y el léxico y la conservación de palabras castellanas perdidas en otras hablas.
El murciano presenta características aragonesas como el sufijo diminutivo en −ico/−iquio y formas arcaicas
castellanas como arabismos y mozarabismos.
El canario ofrece rasgos como el seseo y la aspiración de la s. Se han perdido las formas vosotros/as en favor a
ustedes. En el léxico se encuentran portuguesismos, americanismos y palabras castellanas ya no utilizadas en
la Península.
El español en América
Las variedades geográficas que adopta el español en América dependen de factores como la procedencia de
las colonizaciones, ya que el español todavía no tenía un sistema lingüístico fijo; la influencia del sustrato
índigena, que influye en la entonación y el léxico; y los distintos modelos de lengua que tomaron los países de
América una vez conseguida la independencia en el siglo XIX.
Los principales rasgos fónicos son el seseo, el yeísmo, la aspiración o pérdida de la −s final de sílaba o
palabra y la confusión de r y l. Los fenómenos morfosintácticos más generales son: el voseo, el uso de ustedes
en vez de vosotros, la utilización del perfecto simple en vez del perfecto compuesto, el uso frecuente de
diminutivos y la adverbialización del adjetivo.
El léxico es uno de los aspectos que mejor refleja la variación dialectal con el uso de palabras arcaicas, de las
voces indígenas y de neologismos por derivación o préstamos extranjeros.
Según la procedencia de los colonizadores, el español de América se divide en tierras altas, donde predomina
un vocalismo débil y una tendencia a la pérdida de las vocales internas; y tierras bajas, donde destaca la
relajación de las consonantes.
El judeo−español o sefardí
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El judeo−español o sefardí es el dialecto procedente de los judíos expulsados de España en 1492 caracterizado
por su arcaísmo, ya que conserva rasgos de la lengua castellana del siglo XV. Actualmente está en decadencia.
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