Proposición de la Dip. María Joann Novoa Mossberger, del Grupo

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Proposición de la Dip. María Joann Novoa Mossberger, del Grupo Parlamentario del
Partido Acción Nacional, la que contiene punto de acuerdo que exhorta a las autoridades
responsables de los centros penitenciarios a emprender acciones eficaces para combatir
la extorsión telefónica.
SENADOR JOSÉ GONZÁLEZ MORFÍN
PRESIDENTE DE LA MESA DIRECTIVA DE LA COMISIÓN PERMANENTE
H. CONGRESO DE LA UNIÓN
PRESENTE
La que suscribe, diputada federal María Joann Novoa Mossberger de la LXI Legislatura del
Honorable Congreso de la Unión e integrante del Grupo Parlamentario del Partido Acción
Nacional, con fundamento en lo dispuesto por los artículos 58 y 60 del Reglamento para el
Gobierno Interior del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos, someto a
consideración del Honorable Congreso, la proposición con Punto de Acuerdo, por el cual se
exhorta respetuosamente a las autoridades responsables de los Centros Penitenciarios
Federales, Estatales y del Distrito Federal, para que en el ámbito de su competencia y de
manera coordinada emprendan acciones eficaces para combatir la extorsión telefónica,
procedente del interior de los reclusorios, además de realizar inspecciones permanentes
a fin de eliminar el uso de celulares prohibidos por ley, asimismo para que en el ámbito
de su competencia y a través de las autoridades correspondientes, suspendan para
desempeñar cargo o comisión en el servicio público y de ser procedente su destitución o
inhabilitación conforme a las leyes aplicables al servidor público que se encuentre
coludido en este delito, atendiendo las siguientes:
Consideraciones
La lucha contra la delincuencia organizada y el narcotráfico asumida por el Estado mexicano ha
centrado la atención en la organización del sistema penitenciario de nuestro país. Los avances
importantes que se han tenido en la captura de peligrosos grupos delincuenciales han generado
que al interior de los penales aumenten problemas como el hacinamiento, la corrupción y en
general, el autogobierno por parte de los internos, permitido incluso por las autoridades
encargadas. Debido a esto, muchos de los penales se han convertido en centros de
reclutamiento y capacitación de criminales dedicados a la extorsión dentro y fuera de los
mismos.
Sin embargo, si algo ha aumentado considerablemente en los últimos años ha sido la corrupción
en los centros penitenciarios, convirtiéndose en negocio de grandes proporciones, al permitir
diversas prácticas prohibidas por parte de los reclusos, custodios y directivos.
Entre los hechos delictivos que a diario se cometen al interior de los sistemas carcelarios tanto
federales como estatales encontramos la venta de drogas, la corrupción del personal, el tráfico
de objetos prohibidos, etc., destacando de forma exponencial el de las extorsiones telefónicas,
pues desde el interior los reos continúan aterrorizando a la sociedad, trasgrediendo la ley.
Las extorsiones de este tipo se han convertido en la una de la más efectiva fuente de ingresos
de la delincuencia organizada en México, pues los criminales actúan cada vez con mayor
gravedad e impunidad, arrebatando el patrimonio o dinero de miles de familias de todos los
niveles económicos.
Este suceso es algo que no se le desea a nadie y que no debería pasar; para quien lo vive es
algo traumático y angustioso, que deja una imborrable huella en su vida y en la de su familia. Un
hecho que genera impotencia, miedo y coraje.
Desafortunadamente esta modalidad de ilícito se ha dado desde hace muchos años y cada día
perfeccionando sus tácticas, a través de mecanismos de violencia o intimidación, amenazando
con secuestrar o que tienen secuestrado a algún familiar, solicitando se deposite cierta cantidad
de dinero en una cuenta bancaria, siendo estas solo algunas de las modalidades de extorsión y
aun cuando se ha legislado en la materia, la corrupción deja a una lado la aplicación de la ley.
Si bien es cierto, nuestras leyes y reglamentos sí establecen la prohibición de teléfonos
celulares o satelitales, radios o equipos receptores-transmisores y cualquier otro instrumento de
intercomunicación o sistema de comunicación electrónica, equipo de cómputo u otros
dispositivos que puedan usarse para comunicación no autorizada, pero lamentablemente no se
cumplen por parte de los responsables de cuidar la seguridad.
La Ley que Establece las Normas Mínimas sobre Readaptación Social de Sentenciados, en su
artículo 14 Ter, menciona que:
“Cada establecimiento penitenciario contará con equipos que permitan bloquear o anular
las señales de telefonía celular, de radiocomunicación, o de transmisión de datos o imagen
dentro del perímetro de centros de readaptación social o establecimientos penitenciarios.
Dichos equipos serán operados por autoridades distintas a las de los establecimientos
penitenciarios en centros remotos, contarán con sistemas automáticos que envíen señales de
alarma ante cualquier interrupción en su funcionalidad y serán monitoreados por el Sistema
Nacional de Seguridad Pública, con la colaboración de los concesionarios de redes públicas de
telecomunicaciones.”
Asimismo, el Reglamento de los Centros Federales de Readaptación Social, mandata:
Artículo 74.- Se prohíbe al personal del Centro Federal, internos y visitantes:
I. …
II. Introducir al Centro Federal armas de cualquier tipo, réplicas de las mismas, teléfonos
celulares o satelitales, radios o equipos receptores-transmisores y cualquier otro instrumento de
intercomunicación o sistema de comunicación electrónica, equipo de cómputo u otros
dispositivos que por sí o con algún accesorio puedan usarse para comunicación no autorizada;
En el mes de marzo esta Cámara aprobó reformas para el empleo de sistemas bloqueadores de
señales de radiocomunicaciones, destinados a prevenir las actividades no autorizadas a la
población confinada en recintos penitenciarios, sin embargo, este avance debe ser considerado
solo como parte de una serie de políticas de prevención y contención, que corresponden ser
llevadas a cabo por la autoridad competente para prevenir el uso de dichos dispositivos.
En una investigación realizada, en las disposiciones locales encontramos que la Ley de
Ejecución de Penas del Estado de Jalisco, en su artículo 43, prohíbe que los internos posean o
utilicen teléfonos celulares, computadoras, agendas electrónicas, equipos fotográficos y de
video; y todos aquellos aparatos tecnológicos y demás objetos que estime la autoridad que
puedan vulnerar la seguridad del centro o afectar a la ciudadanía en general.
El Código Penal del Estado de Querétaro, sanciona en el artículo 198, con prisión de 4 a 10
años y de 100 a 300 días de multa a quien realice el delito de extorsión, aumentando la pena
una mitad más cuando quien comete esta falta se encuentra legalmente privado de su libertad, y
que hayan utilizado como medio la vía telefónica, el correo electrónico o cualquier otro.
Según datos de una presentación llamada “Plataforma México” de la Secretaria de Seguridad
Pública Federal, del 1 de enero al 31 de diciembre de 2010, se presentaron 43,356 denuncias
de extorsión telefónica recibidas en el Centro Nacional de Atención Ciudadana de la
Procuraduría General de la República, de las cuales 2,764 fueron atendidas después de
realizado el pago y 40,592 de manera inmediata.
Datos de la Asociación Civil denominada “Consejo para la Ley y los Derechos
Humanos” señalan que de 2005 a 2010 al menos 916 bandas de extorsionadores operaban en
los distintos penales del país, 15 de las más activas realizaban sus actividades ilícitas en
penales del D.F.
El Consejo ha mantenido una constante vigilancia acerca del avance del fenómeno, arrojando
los siguientes datos:
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Cada 24 horas se hacían 4,400 llamadas buscando cometer una extorsión (agosto
2008). De septiembre 2008 a diciembre 2009 se intentaron 6,179 por día.
En el 2005, el 37% de las víctimas pagaban una suma de dinero por amenazas o fueron
defraudados de otra forma, por ejemplo, por concursos no existentes o compra de
tarjetas telefónicas, entre otros.
En el 2008 se intentaron 1,314.000 extorsiones, el 34% pagó lo solicitado.
Del 2001 al 2009, el monto a nivel nacional obtenido por extorsionadores, superaba los
705 millones de pesos.
Durante el 2009, se intentaron 2,255.335 delitos de esta naturaleza (6,179 al día).
Si bien las denuncias han encendido desde hace años una alarma sobre el tema, aun al 2010,
las cifras continuaron incrementando indicando que, cada 24 horas se hicieron 6, 211 llamadas
de extorsión.
Las victimas de extorsión telefónica no solo pierden sus bienes, también sufren daños
psicológicos cuyas secuelas se extienden a todos los ámbitos de sus vidas. Un suceso de este
tipo permanece largo tiempo en la mente de los involucrados y crea un ambiente de inseguridad
al interior de las familias afectadas, que muchas veces los obliga a cambiar por completo sus
hábitos y costumbres. Una vez que se es consciente de que una persona ajena a sus familias y
seres queridos conoce sus rutinas, bienes, datos personales, etc., las victimas no pueden
recuperar la tranquilidad necesaria para vivir como lo hacían antes.
Sin lugar a dudas este delito sigue en aumento, pese a que particularmente se ha legislado en la
materia y ha puesto puntual atención en la búsqueda de soluciones efectivas para su
erradicación, en ese sentido debemos estar conscientes que según progresa la tecnología y
surgen novedosos métodos de comunicación, así también avanzan los delincuentes en el
diseño de nuevos métodos para despojar a nuestra familias de sus bienes y patrimonio.
A pesar de las medidas que las autoridades han proyectado para evitar la extorsión y el fraude
telefónico desde las cárceles, poco se podrá lograr ante el tema, mientras se encuentren
coludidas autoridades y familiares de los delincuentes.
Por último, es responsabilidad de cada una de las autoridades informar a la ciudadanía sobre
estos ilícitos y darle las herramientas para que denuncien ante las instancias correspondientes,
para que sean atendidas de manera pronta y eficaz.
Por lo expuesto anteriormente, someto a consideración del Honorable Congreso de la Unión, la
siguiente proposición con
Punto de Acuerdo
Primero.- La Comisión Permanente exhorta respetuosamente a las autoridades responsables
de los Centros Penitenciarios Federales, Estatales y del Distrito Federal, para que en el ámbito
de su competencia y de manera coordinada emprendan acciones eficaces para combatir la
extorsión telefónica, procedente del interior de los reclusorios, además de realizar inspecciones
permanentes a fin de eliminar el uso de celulares prohibidos por ley.
Segundo.- La Comisión Permanente exhorta al Poder Ejecutivo Federal, Estatal y del Distrito
Federal, para que en el ámbito de su competencia, y a través de las autoridades
correspondientes, suspendan de su cargo o comisión y de ser procedente su destitución o
inhabilitación conforme a las leyes aplicables, al servidor público que se encuentre coludido en
este delito.
Tercero.- La Comisión Permanente exhorta al Gobierno Federal y a los Gobiernos Estatales a
realizar campañas permanentes de información, a fin de alertar sobre las extorsiones
telefónicas, convocando a la ciudadanía para que denuncie este ilícito.
Palacio Legislativo de San Lázaro, a 06 de junio de 2012
Atentamente
Diputada Joann Novoa Mossberger
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